Ricardo Balbín: ejemplo de confraternidad.
El ejemplo de destacados escritores que en sus obras literarias han incorporado referencias históricas y personales, estimula en la actualidad la tendencia a seguir con algunos comentarios sobre nuestra historia, que no es necesariamente “la Historia” que se suele comentar en las aulas.
Memoria…
Es probable que algunas personas recuerdan que el presidente de la Nación Argentina Dr. Carlos Saúl Menem (1989-1995; 1995-1999), siendo gobernador en su provincia natal –La Rioja-, fue elegido por sus pares para expresar el reconocimiento a la trayectoria del general Juan Domingo Perón con motivo de su tránsito a la inmortalidad -el 1º de julio de 1974-, en oportunidad de las exequias realizadas tres días después.
(Sirvan estos datos para corregir algunos errores cronológicos, como el publicado en una revista de la Nueva Argentina, en la década siguiente en las paredes de la capital santafesina, en algunos graffitis con aerosol que por efectos del clima van cambiando “el tono”… hasta esfumarse y desaparecer.)
Ricardo Balbín: ejemplo de confraternidad…
Lo insoslayable es que en aquellas circunstancias, el líder del radicalismo don Ricardo Balbín, tal como se lo había manifestado a Perón en otra oportunidad, expresó:
«- El viejo adversario despide al amigo…»
A mediados de ese mes, -como lo destaca el historiador Enrique Pavón Pereyra-, al ser electo por quinta vez presidente del Comité Nacional «-la primera vez había sido en 1959-, Balbín puede expresar a modo de epílogo: ‘Juro por mi honor que éste es el último servicio que cumplo para mi partido y para el país’.»
Aun en el tercer milenio, entre los argentinos es frecuente cantar todos unidos triunfaremos; con pancartas se proclaman los derechos humanos mientras se vulneran los derechos individuales provocando incendios y destruyendo bienes ajenos.
(¡Así somos los argentinos! ¿Así somos los argentinos?…)