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Septiembre – Educación Permanente por el Arte

“Autonomía”.

Alfombras en el aula.

Escuela Rural Nº 711 “Manuel Alberti” de Santa Fe.

“La Escuela de la Señorita Olga”.

Hacia la educación permanente.

Algo más que lo formal

El arte de vivir y convivir

 

EDUCACIÓN PERMANENTE POR EL ARTE DE VIVIR Y CONVIVIR…

 

 “Autonomía”…

En este momento estoy aparentemente sola. Está ladrando Pipo, el perro que soportó la inundación como consecuencia del desborde del río Salado, el 29 de abril de 2003 y que todavía no está acostumbrado a convivir con tantos gatos, en un patio donde las rosadas flores del juvenil… y las rojas estrellas federales revelan su resistencia a las bajas temperaturas de este invierno del dos mil siete…

Suenan y resuenan los martillazos de los obreros que están refaccionando una vivienda lindante.  El ruido de los motores se expande mientras los automovilistas aceleran para avanzar antes de que el semáforo de Urquiza y Vera cambie su señal verde por la amarilla.

Releo lo publicado el martes 19 de junio de 2007 en la Sección “Cultura” del diario “La Nación” de la ciudad de Buenos Aires: “Cien años – La pedagogía Montessori, un mundo que se abre para el desarrollo infantil”- Promueve la autonomía en el aprendizaje; los chicos hacen trabajos diferentes en la misma aula.

Alfombras en el aula…

En la crónica publicada en el diario “La Nación” de la ciudad e Buenos Aires a mediados de junio de 2007, la periodista Agustina Lanusse destacó:

 

“Lo primero que llama la atención al entrar en el jardín de infantes Olivos Montessori School es el silencio que reina y la armonía que se percibe en las salas, a pesar de que cada uno de los 24 chiquitos está haciendo una actividad diferente con la maestra que los va guiando.

No hay peleas ni gritos ni una profesora que hable fuerte. Federico, de dos años, desenrolla una alfombrita azul y la despliega en un costado de la sala; toma de los estantes unos bloques de madera celestes de diferentes tamaños y se dispone a trabajar sobre su alfombra, ubicando de mayor a menor la serie de bloques. Al cabo de minutos se levanta, guarda el material prolijamente en un estante, enrolla la alfombra y toma un rompecabezas de madera, que en rigor es un mapa del continente africano. [1]

 

Esta tradicional escuela de Olivos es una de las tres del país que utilizan la pedagogía Montessori, un método no convencional de enseñanza creado por la médica italiana María Montessori hace 100 años, cuyo objetivo es inculcar en los chicos la autonomía, la independencia para elegir qué hacer y cómo aprender, la iniciativa y la curiosidad, el amor por el orden, la concentración, la autodisciplina y el autoconocimiento.”

“La pedagogía Montessori está ampliamente difundida por el mundo, con más de 20.000 colegios en 110 países. Pero su desarrollo en la Argentina aún es incipiente. Existen sólo tres jardines de infantes que imparten esta pedagogía: el de Olivos, el Jardín Montessori de Luján y la escuela rural N° 711 Manuel Alberti, en Santa Fe.

El desafío de sus impulsores es llevar esta experiencia a las escuelas estatales para que no quede limitada a la enseñanza privada o a poblaciones de elite.

‘Hubo algunas otras escuelas en el norte del Gran Buenos Aires que no funcionaron porque no fueron fieles a la filosofía de su fundadora’, comentó a LA NACION Marisa Canova, presidenta de la Fundación Argentina María Montessori, una de las dos entidades argentinas que divulgan la filosofía de la médica italiana.”   [2]

Para María Becerra, apoderada de la Asociación Montessori Argentina, la otra entidad que trabaja en Buenos Aires, el movimiento montessoriano no se afianzó en la Argentina por el peso de la educación tradicional. ‘Nunca nos caracterizamos por ser una sociedad independiente y libre, principios que están en la base de esta filosofía’, dijo.”

Explicó que el movimiento penetró en el país entre 1911 y 1926, con la acción de las hermanas Olga y Leticia Cossettini, referentes de la llamada Escuela Activa. El Consejo Nacional de Educación y algunas provincias intentaron extenderla, pero todo se frenó durante el gobierno de Perón, en 1950. ‘Luego, con los regímenes dictatoriales, fue imposible educar con este espíritu’, agregó.

La pedagogía Montessori se basa en ciertos presupuestos. Sostiene que el niño tiene al nacer una motivación innata de aprender y las cualidades para hacerlo por sí solo. Por lo tanto, lo mejor que los adultos podemos hacer por él es darle las oportunidades y un adecuado ambiente para que despliegue su potencial natural.   /…/

‘El niño es su propio maestro. Elige qué hacer en clase y cuánto tiempo dedicarle a cada actividad. Fomentamos su autonomía e independencia. Esta actitud lo ayudará en el futuro a saber cómo resolver problemas y vencer obstáculos. Es una educación para la vida’, comentó Marisa Canova. Los adultos son sólo guías. El protagonismo y la responsabilidad en el aprendizaje son del chico. /…/

La pedagogía nació para la etapa de jardín de infantes. La doctora Montessori observó a los niños de 0 a 6 años y concluyó que durante este período el niño es una esponja con un potencial de crecimiento que no volverá a tener en toda su vida.” /…/

“…lo maravilloso de este método es que es simple y alegra la vida a los chicos y a los docentes, a quienes no se los recarga con trabajo inútil”.

El abordaje es holístico (toma en cuenta todas las dimensiones de la persona y su ubicación en el universo como un todo único), humanista (respeta la individualidad de cada niño, su propio camino de aprendizaje, sus elecciones, sus intereses, sus tiempos personales y ritmos), práctico (el proceso es activo y no pasivo) y sensorial (promueve el aprendizaje a través de todos los sentidos).

Con la consigna learning by doing (aprender haciendo), el niño en clase mete mano a todo. ‘Si oigo, olvido. Si oigo y veo, recuerdo. Si oigo, veo y hago, aprendo’, explicó la fundadora del movimiento”.

 

Escuela Rural Nº 711 “Manuel Alberti” de Santa Fe

Hoy, miércoles 22 de agosto de 2007 -día de rememoración del “Cabildo Abierto” de 1951-, necesito agregar este párrafo:

Estoy releyendo estas páginas antes de la impresión en el CD “Leer y Crecer…”  que será presentado en la XIII Feria del Libro de Santa Fe el lunes 10 de septiembre a las 11 en la Sala “Gastón Gori”, cuando la Profesora Marisa Martín Decoff de Rosario, poeta y Educadora por el Arte comente la experiencia “De escritos y escritores – Manuscritos”, desarrollada en la Biblioteca de Juncal (Departamento Constitución).

(“El cedé” mencionado, será  entregado a los docentes que acompañen a las delegaciones de escolares asistentes, con destino a las bibliotecas que en la actualidad prácticamente ya estarán funcionando como centros multimedios con aprovechamiento de las nuevas tecnologías de comunicación y de educación a distancia.)

 

Durante la re-lectura encontré un asterisco y la advertencia “completar datos” al final de uno de los párrafos precedentes, referios al Jardín de Infantes de Olivos, al Jardín Montessori de Luján y a la escuela rural N° 711 Manuel Alberti, en Santa Fe .

Tras un recorrido por distintas trayectorias de la red de redes, con respuestas negativas acerca de la Escuela Nº 711 “Manuel Alberti”, consulté telefónicamente en el Servicio Provincial de Educación Privada y luego la Dirección Provincial de Enseñanza Inicial, Primaria y Especial.  Atendida por el señor Rodolfo Cappelletti, con su inmediata información, complemento ahora lo pertinente a la nota elaborada por Agustina Lanusse y publicada en el diario “La Nación” de la ciudad de Buenos Aires:   [3]

  1. Escuela Nº 711 “Manuel Alberti” / Ruta Nacional Nº 19 – Kilómetro 19. (Agrego tras otra búsqueda: San Agustín / CP 3017 Provincia de Santa Fe.)
  2. Actual Director: CARLOS  ALBERTO  BARRERA. (2007)  [4]

 

Horas después, busqué más datos en la guía telefónica y logré una comunicación con la hija de Carlos Alberto Barrera.  Celebré el encuentro de otro eslabonamiento y hace unos minutos, siendo las once menos cuarto del jueves 23 de agosto pude dialogar por ese medio con el Director, quien respondió a otros interrogantes:

  1. Esa Escuela Rural funciona desde julio de 1932. [5]
  2. Durante el año 2006, el director Carlos A. Barrera logró poner en marcha un proyecto institucional renovador, con el propósito fundamental de avanzar hacia el logro de una educación más personalizada.
  3. Ese año, la profesora Carina Alejandra Pontoni comenzó a impulsar tales actividades en el nivel inicial: niños de tres a cinco años de edad.
  4. Los alumnos en esa Escuela cursan hasta el noveno año de educación general básica y el Director orienta gradualmente diversos procesos de aprendizaje.

Cordialmente, comentó:

  1. Los resultados de tales experiencias están documentados en distintos legajos que incluyen fotografías y reproducciones de trabajos de los alumnos.
  2. Un audiovisual presentado en enero de 2007 en la ciudad de Rosario durante el “Encuentro Nacional de Maestros Rurales” ha sido el medio eficaz para hacer conocer los servicios educativos que se siguen generando en la Escuela rural N° 711 Manuel Alberti, en Santa Fe

 

(Celebro que este primer diálogo acerca de las posibilidades de aunar los esfuerzos de los educadores profesionales con las posibilidades de apoyo desde distintos servicios, haya significado un potente estímulo para acentuar los vínculos “escuela-familia-comunidad” reconociendo a la escuela, como un centro de atracción e irradiación de la cultura.)  [6]

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“La Escuela de la Señorita Olga”

No ha sido por casualidad que al proyectar el Plan Cultural SEPA 2007 “IDENTIDAD-SOLIDARIDAD” sintiera el impulso de incluir diversa información relacionada con la labor educativa desarrollada por las hermanas Olga y Leticia Cossetini, pioneras en la educación por el arte de vivir y convivir…

 

Tampoco fue casual que me animara a enviar un mensaje al destacado cineasta Mario Piazza de Rosario, para poder disponer de su documental La Escuela de la Señorita Olga, logrando su autorización para cederlo a docentes a los fines de ser visto y oído en las aulas.

 

La formación y el entusiasmo de la poeta y educadora por el arte Marta Goddio de Tibaldo, la impulsaron a acercarse hasta la carpa “Gastón Gori” durante la XII Feria de l Libro de Santa Fe y dialogamos por primera vez porque necesitó comentar que mediante un programa radial, desde Llambi Campbell difundía obras de autores santafesinos y en esas circunstancias, coincidíamos en destacar la fecunda siembra de Gastón Gori, el Patriarca de los Pájaros. Después de un diálogo en nuestro hogar y de sucesivos envíos de documentos de apoyo mediante la red de redes, recibí algunas páginas referidas a experiencias de aprendizaje desarrolladas en la Escuela EGB “Bernardino Rivadavia” de Candioti.

Como las hermanas Cossettini y como yo, cuando autorizaba a algunas alumnas para que bajaran desde la pequeña aula de tercer año y sentadas sobre el borde de los canteros del segundo patio empezaran a dibujar… así, Marta Goddio solía trabajar con sus alumnos de 4to. Año EGB y hasta se animó a escribir en un breve informe:

Aula, también es  plaza, patio… “l’intemperie”, diría un amigo.

 

En junio de 2006, la talentosa Marta Goddio había empezado a registrar la “cronología de las alfombras mágicas”

En distintas circunstancias Marta ha destacado que Camila había ofrecido las alfombras que tenía su tía Machi y así fue como “…Esa tarde, resolvieron problemas de matemática utilizando monedas y billetes, desparramados de panza  en la alfombra algunos; otros, por propia voluntad permanecían en sus lugares.”

Anotó Marta lo que ha sido difundido con el propósito de estimular la educación permanente por el Arte:

“El aula, ya no era la misma. Algo estaba cambiando, y pude confirmarlo al día siguiente, cuando intenté ingresar al salón, y Sabrina, una de mis alumnas me informó con un especial brillo en los ojos,  que no podía hacerlo aún.

Sus compañeros estaban  dentro.

Habían oscurecido absolutamente el salón, cerrando todas las persianas.

A las alfombras, las habían colocado en el centro: entre la rueda de mesas y el pizarrón.

Nuevamente se había modificado la distribución de los muebles del aula, pero en esta ocasión por la decisión del grupo, que habían “marcado” el espacio. Las lecturas ya no serían en el fondo, sino en el centro.

Ocuparon el centro del  aula, desplazando sillas y mesas hacia atrás. Acortando distancias.

Las actividades que tenía proyectadas para esa jornada quedaron guardadas en el bolso: enciclopedias de aves, fotocopias de “El Señor de los Picaflores” de Gastón Gori,  una poesía de Oscar Agú,  algunos discos…

Creo que fue la primera vez que me sentí incluida al grupo. Aceptada para empezar a recorrer caminos nuevos.”

 

Si esos niños de la escuela –casi rural de Candioti- no habían usado alfombras cuando comenzaron el ciclo de educación inicial –Jardín de Infantes…-, pudieron vivir esa perdurable experiencia durante el invierno de 2006, mientras seguían “Sembrando Ventanas”… e iban generando actitudes que la poeta Marta Goddio de Tibaldo describió así:

“Mirábamos por la ventana los pájaros, en silencio para no espantarlos.

Luego, salimos en puntas de pie para no hacer ningún ruido, a cazar pájaros con la mirada y enseñarlos a los compañeros con algún gesto.

Nos quedamos un ratito mirando los caseros y las palomas del patio. Señalaban los que se posaban en las ramas de los patios vecinos, las palomas que hacen nido bajo el tinglado del patio cubierto…”

 

No dudé. Entregaría a ella para que fuera compartida con sus alumnos, la grabación de La Escuela de la Señorita Olga, aunque no era el momento previsto por mí al esbozar el proyecto original porque debía terminar de investigar para completar algunos textos. Serían esos niños los primeros en recibir tales imágenes desde el Servicio de Educación por el Arte.

Sentí la necesidad de acercarme a aquella aula y al patio de la escuela de Candioti. Gustavo, nuestro cuarto hijo, me acompañó. Compartimos la emoción de dialogar más con las miradas que con palabras.  Jugaron los niños con las cincuenta –sin cuenta…– pajaritas de papel blancas y celestes, que estuve plegando durante unas horas, algunas en papel metalizado…

 

Con ella y con ellos, una maestra de vocación y niños predispuestos para los cambios, intentaría concretar el Primer Encuentro por el Arte de Vivir y Convivir que había esbozado el año anterior y que sería el 17 de noviembre: Día de los Pájaros y de homenaje a Gastón Gori, quien así lo expresó desde las páginas de sus relatos presentados el 17 de noviembre de 2002 en la Casa del Sur, junto a un grupo de alumnos de la Escuela Nº 2 “Belgrano” acompañados por algunos docentes (momento de entrega de diez ejemplares de “El día de los pájaros”, una edición de mil ejemplares destinados a cien escuelas de distintos departamentos auspiciada por el doctor Carlos Iparraguirre, diputado nacional).

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En esta confluencia de tendencias educativas, rememoro algo de lo compartido en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 5 “Esteban Echeverría” de Santa Fe, inaugurada el 5 de agosto de 1952 como Escuela Nacional Profesional de Mujeres de Santa Fe dependiente de la Dirección Nacional de Educación Técnica del Ministerio de Educación de la Nación.

Siendo Tesorera desde el 9 de marzo de 1953 (seleccionada por la inspectora María Luisa Benítez -supe luego que era hermana del ministro doctor Antonio Benítez-, tenidos en cuenta los promedios anuales y la eximición de exámenes finales en todas las materias del ciclo de Peritos Mercantiles durante los cinco años, fui designada por resolución ministerial el año anterior ya que escuela comenzó a funcionar el 5 de agosto de ese año.  Intereses creados a los fines de destinar esa vacante a una maestra (nombrada luego como maestra especial y entrañable amiga-, determinaron que no fuera oportunamente notificada de ese nombramiento y así fue como empecé a trabajar en la administración pública aprendiendo así, que generalmente no es tenida en cuenta la ineludible equivalencia entre el derecho y la justicia. Sirvió ese aprendizaje para no sorprenderme cuando veinticinco años después advertí cómo era posible, mediante la arbitraria aplicación de la escala de calificaciones anuales, lograr que ese asiento se transformara casi en un trono y cómo desde ese reinado, era posible prever y determinar la sucesión… Desde el primer día hábil de enero de 1954, debí estar a cargo de la Dirección por renuncia de la primera directora de esa Escuela, Sra. Beatriz Lilia Guastavino de Calafell presentada meses antes- y por licencia de la primera secretaria, señorita Herminia Sofía Fernández, residente en Rosario.  [7]

La escuela funcionaba en el primer piso de la Escuela Normal “General José de San Martín” -dirigida por el profesor Francisco Rosciani-, cedidas una oficina, dos aulas y un gabinete con uso de los baños pertinentes. En esa oficina, confluían Dirección – Secretaría – Tesorería y en ese espacio, también estaban de lunes a viernes dos Señoras con funciones de auxiliares de servicios generales. Cuando llegaban las maestras de taller, las auxiliares de taller y las maestras especiales, también en ese lugar esperaban el momento de iniciación de  sus clases.

Durante una cálida mañana, a fines de enero de 1954 llegó la distinguida docente Sra. María Victorina Audissio de Tacca, egresada de la destacada “Escuela Normal de San Justo”, ex Supervisora de Escuelas provinciales acompañada por la supervisora nacional Ana Z. de Cabrera. Firmado ya el nombramiento, asumió la Dirección.

Ese año, la escuela empezó a crecer porque fue publicado el llamado a inscripción para los Cursos de Labores, sombreros, flores y fantasías -conducidos por la creativa señora María Esther Álvarez de Ulla.

En enero de 1957, junto a la inspectora Sra. de Cabrera y la señora de Tacca, comenzamos el peregrinaje hasta encontrar una casa con las habitaciones y baños necesarios para ubicar a la escuela ya que el crecimiento por sucesivas promociones determinaba la necesidad de utilizar más aulas de la Escuela Normal y no era posible.

Así fue como terminamos el recorrido en la casona donde vivía el doctor Juan Bautista Depetris y su familia, en la calle 25 de Mayo 1855.  La Inspectora comenzó las gestiones para concretar el alquiler y ese año, la escuela siguió creciendo y el conjunto integrado por el personal directivo, administrativo, docente y de servicios constituía una unidad en la interpretación de las necesidades y aunados los esfuerzos, solidariamente se iban generando propuestas para mejorar el servicio educativo.

La maestra del Curso de Cocina y Repostería, señora Elsa Zarb de Bassi, con sus evidentes habilidades alentaba a adolescentes y adultos que renovaban sus inscripciones. Compartían esos aprendizajes algunas adolescentes recién egresadas del nivel primario y egresadas de nivel tercio y universitario.

A principios de 1961, ante la declinación de interesadas por tales especialidades, sugerí a la señora de Tacca que propusiera la apertura de. Curso de Práctica Comercial teniendo en cuenta la cantidad de aspirantes a ingreso en la escuela de comercio de mujeres -que entonces funcionaba en  San Martín 1823- y que por los exámenes de selección no alcanzaban el puntaje mínimo establecido en función de las matrículas disponibles.  Aprobada por las autoridades del Consejo Nacional de Educación Técnica, el comienzo de esos Cursos, co-operé con la Dirección en lo pertinente a difusión y siendo Tesorera, concreté las gestiones para disponibilidad de los fondos y adquisición de lo necesario para el normal funcionamiento de todos los cursos.

Incrementé las horas de cátedra, comencé a desarrollar actividades de aprendizaje sustentadas por metodologías conducentes a la educación por el arte…

No fue por casualidad mi propuesta de colocación de un grande panel de madera que servía como exhibidor del Diario Mural y de los trabajos que semana tras semana eran expuestos y renovados, seleccionados por los alumnos entre sus dibujos y escrituras realizados en las aulas.

Tampoco fue casual que durante las clases de Dibujo y Caligrafía, escucháramos música clásica o folclore hispanoamericano, en la única y pequeña aula del segundo patio, a la cual ascendíamos por una angosta escalera de madera.

Al elaborar la planificación anual, incluía Viajes Educativos y así fue como llegamos hasta el Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario y tiempo después, visitamos el obrador donde estaban construyendo el Túnel Subfluvial para facilitar las comunicaciones entre Santa Fe y Paraná…

En aquel tiempo, eran frecuentes las observaciones de clases realizadas por la Directora o la Regente, quienes entregaban informes escritos que eran agregados a los legajos personales.  Sonreía cuando la señora de Tacca, después de alguna visita al aula, en el recreo se acercaba y con su mano sobre mi hombro, decía:

“Ah, Nidia… ¡la doctora Montessori!”

 

Por mi formación, sabía cómo era necesario escuchar los estímulos y aquellas palabras, las interpretaba como una oportuna advertencia para que siguiera intentando ¡educar para la libertad que exige obrar con responsabilidad!

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El 10 de diciembre de 1983 asumieron las autoridades electas, tras el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, tiempo de continuos y crecientes riesgos, cuando era frecuente tener que utilizar sucesivas metáforas para expresar lo que prácticamente estaba prohibido decir

Desde principios de esa década envié Cartas y Notas a distintos medios periodísticos. Redacté una nota como protesta por la Resol. Minist. Nº 957 vigente desde la gestión del ingeniero Carlos Burundarena, porque discriminaba a los aspirantes a ingresar en carreras de profesorado que soportaran alguna disminución física o midieran menos de un metro y medio de altura. La envié al diario “El Litoral” y fue publicada al día siguiente, 11 de enero de 1983, en la sexta página, en cuatro columnas.  Remití fotocopias de esa publicación al presidente de facto y a todos los ministros, incluyendo al sucesor doctor Cayetano Licciardo, quien demostrada su devoción cristiana en otras circunstancias, no se había animado a anularla…  En todas las fotocopias escribí: ¡Por la Argentina que queremos!… y en la página destinada al ministro de educación de la nación, manuscrito como epígrafe: “De poeta a poeta.  De católica a católico”. Días después, más cartas se refirieron a tales discriminaciones y fue conmovedor el testimonio del ingeniero Sirio Freyre: “Tener la herida, para sufrirla”

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Hacia la educación permanente

El martes 25 de noviembre de 1986, en la séptima página del diario “Hoy, en la noticia”, sección “Opinión – La página abierta”, incluyeron la nota que titulé “Hacia la educación permanente”.

En el ángulo superior derecho, reprodujeron una fotografía de la esquina de Primera Junta 2895 “Complejo Educativo “Domingo Faustino Sarmiento”, sede de la Escuela Provincial Primaria Nº 1 “Sarmiento” -donde cursé los grados quinto y sexto del primario-; sede del Instituto Superior del Magisterio [8] y del Instituto Provincial de Arte en el primer piso, de los cursos de la Escuela de Teatro incluso en la planta baja…  [9]

La lectura comparativa de diversas publicaciones de quinquenio 1986-1990, genera una contundente conclusión: Cambios y más cambios para que nada cambie

 

Reitero aquí, algunos párrafos de aquella nota redactada a fines de noviembre de 1986, en torno a la EDUCACIÓN PERMANENTE.

Algo más que lo formal

“La escuela debe dejar de ser una institución más, que aglutina expresiones de la comunidad y que actúa en ella -junto a otras organizaciones e instituciones privadas- en lo meramente formal del “acto educativo”.  Es imprescindible situar a la escuela en el marco real, en esta era de la tecnología de la imagen y de las comunicaciones vía satélite.  Desde el 20 de julio de 1969, el asombro desde el planeta observando a los astronautas posados sobre la luna, más que en anécdota, debe quedar prendido en cada ser como interrogante acerca del vertiginoso rumbo que lleva la humanidad en este segundo milenio que agoniza, en cuyo cosmos la escuela es germen esencial. Constituye cada institución escolar el ámbito más propicio para captar e irradiar las manifestaciones culturales de la comunidad que en ella se integra.  De allí la importancia de alentar y promover las propuestas originales que se generen en el planeamiento institucional, como respuesta a las necesidades de los hombres y del medio en que la escuela está cumpliendo con su misión de formadora de conciencias responsables.  A partir del diseño curricular que se fija como modelo, es posible introducir características singulares conforme sea la idiosincrasia de los pueblos y de las regiones.  Esos diseños curriculares, con sus experiencias concretas, poco a poco irán revelando los rasgos característicos de cada localidad o zona, y el perfil cultural -y la región si la hubiera- será el resultado de todas esas perspectivas en un espacio y en un tiempo siempre al margen del quehacer de los intentos de definición -bien intencionados pero incompletos- que se elaboran a la distancia.  Es que partiendo del concepto de cultura como un fenómeno que engloba toda la actividad del hombre -su relación con la naturaleza, consigo y con sus semejantes en un tránsito que aspira a la trascendencia-, junto al cumplimiento estricto del desarrollo de los contenidos, es imprescindible producir una coordinación entre los distintos niveles, produciendo sistemáticamente una oportuna orientación vocacional, en virtud del carácter misional y profesional que ella implica.  Más aún, es fundamental que la escuela actual: unidad educativa sistemática con niveles diferenciados; se transforme en una escuela que actúe en unidad con toda la comunidad, para producir en forma sistemática, la educación permanente para que sea factible avanzar hacia el desarrollo cultural que asegure una mejor calidad de vida, apoyada en auténticos valores espirituales.”

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El desafío sigue en pie: hay que definir un proyecto para el desarrollo cultural de la comunidad, en el Año Internacional de la Paz, la idea que algunos impulsamos en 1982/1983 tiene una singular relevancia: es preciso educar por el arte, arte de vivir y de convivir.  Ello impone otro desafío de menor esfuerzo material pero que requiere una clara visión: nada podrá ser logrado como mejor calidad de educación para toda la comunidad, si previamente no se miden las relaciones entre autoridad y responsabilidad, entre libertad y sometimiento.  Necesitamos que sea realidad el federalismo para terminar con los resabios del centralismo aún vigente en ámbitos provinciales internos. Sumando esfuerzos, será posible que la escuela sea “de y para la comunidad”.  El Estado tiene la obligación de generar las condiciones básicas para que el pueblo ejerza su “derecho a la cultura” -que es más que derecho a la educación- y debe reconocer todas las limitaciones que impiden hasta el momento asegurar la gratuidad -en el sentido estricto de su significado-, por lo cual tampoco puede él mismo ejercer el poder tutelar, exigiendo el fiel cumplimiento de la obligatoriedad.

El arte de vivir y convivir

Es un problema de tal complejidad, que no se soluciona con uno, diez o cien congresos, si no existe un estado de asamblea permanente, en todos los niveles, para esclarecer las situaciones que han llevado al estado actual y buscar juntos, los caminos de convergencia en propósitos, medios y recursos, a fin de que el año 2000 nos encuentre -al menos- con un atisbo de superación de esta crisis asombrosa que se ha ido generando día a día, mientras algunos ociosos soñaban con el futuro -sin construirlo- y otros, rememoraban el pasado -sin evaluarlo-; mientras minuto a minuto estaba inscribiéndose una historia en un presente imperceptible del que somos todos responsables: los que juntamos madrugadas de reflexión, impotentes por la falta de poder y los que soportaron largas vigilias, por el poder, en medio de difíciles situaciones de gobierno.  No es casual que un gran estadista haya depositado las esperanzas de la realización de su proyecto nacional en el pueblo: su único destinatario.  Por eso, será el pueblo desde la escuela misma que orienta los pasos de sus hijos, el que consolide los cambios que propone la actual política “educativa”.  Poco a poco su voz irá trascendiendo hasta que abarque sus amplias preocupaciones: los que generan los medios de comunicación social, los que generan los creadores -y los intérpretes- incorporando pautas culturales que irán definiendo a las generaciones futuras.

Día a día debemos evolucionar hacia la educación permanente basada en el arte (que es belleza), de vivir (que es misión) y de convivir (que es virtud).

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Advierto que no es por casualidad que todavía intente co-operar a los fines de lograr sucesivos cambios en los enfoques de los procesos de aprendizaje, orientados hacia la Educación Permanente por el Arte… ¡de vivir y convivir!

Tampoco es casual que cuando me acerco a la esquina sureste de Urquiza y Tucumán, siga viendo el local que hace unos años era un amplio depósito de galletitas y mire de soslayo el cartel blanco con letras impresas en color negro, indicador del lugar donde actualmente está funcionando lo que ha resultado tras  sucesivas transformaciones sobre la base de aquella escuela que forjamos a mediados del siglo veinte,  trabajando solidariamente docentes y alumnos, cooperadores y familias, aparentemente la misma que fue transferida a principios del ’90 a la jurisdicción provincial, mediante ley que así lo dispuso para todas las escuelas nacionales del país, “con el nombre del poeta por baluarte”… como expresábamos al cantar la ya casi olvidada canción.

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Quedan aquí estas señales… servirán para elaborar sucesivas claves

 

Lecturas, vivencias y síntesis:

Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

Otoño de 2007.

[1] En el párrafo siguiente: “En otros rincones se suceden distintas actividades. Los chicos conversan y se ríen. ‘En nuestro colegio los chicos aprenden haciendo, tocando, oliendo, sintiendo. Experimentan todo’, explicó Valerie Cavallo, una de sus dueñas.”

[2] Párrafo siguiente: “Durante este año, en el que el movimiento celebra su centenario, la fundación prepara la creación de un centro de entrenamiento de guías Montessori en la Argentina, en sintonía con la Asociación Montessori Internacional (AMI).”

[3] Expreso en distintas circunstancias que “sólo uno es el CAMINO”… y sucesivas confluencias ratifican esa advertencia.  El señor Rodolfo Cappelletti con quien dialogué, es hijo de Rodolfo Roberto Cappelletti, Coordinador Administrativo y Técnico en el Ministerio de Educación y Cultura durante la gestión del doctor Juan Carlos Gómez Barinaga, cuando me habían asignado por R.M. Nº 322/84 las funciones de Coordinadora de las áreas de Educación y Cultura y por ello, ambas áreas estaban conectadas.  // El señor Rodolfo Roberto Cappelletti, junto a Mercedes Bonino de Roverano, Gloria Monti de Giménez, Prof. Lillian María Doso y Dardo A. Figueroa, integraron la Secretaría Técnica-Administrativa del Congreso Pedagógico Provincial (1986-1988), quien escribe esta reseña integró la “Comisión Organizadora Provincial del Congreso Pedagógico”, presidida hasta el 10 de diciembre de 1987 por el Ministro de Educación y Cultura Dr. Juan Carlos Gómez Barinaga y luego por el ministro Dr. Jorge R. Fernández Petroni.  ¡Todo es historia de la HISTORIA!… que necesitamos “conocer para reconocernos”.

[4] Minutos después de las 10, antes de viajar hacia la Escuela porque no tienen teléfono, intenté por ese medio obtener información acerca del Director, para incluir más datos en esta propuesta de lectura que pretende ser un estímulo para la actualización de los educadores profesionales. Conocí a Carlitos Barrera en 1983, cuando celebrábamos la convocatoria a elecciones en todo el país después del autodenominado proceso de reorganización nacional que comenzó el 24 de marzo de 1976. Compartí con él desde aquel tiempo y durante aproximadamente un lustro, sucesivos diálogos y encuentros grupales tendientes a producir diagnósticos acerca de Políticas Educativas en la provincia de Santa Fe, en un contexto comparativo con otras provincias e incluso con otros países.  Seguimos cerca participando en varios actos, durante el lapso de mi desempeño como Coordinadora de las áreas de Educación y Cultura del Ministerio de Educación y Cultura de Santa Fe (1984-1987).   La próxima semana seleccionaré de la hemeroteca “SEPA-ARGENTINA”, algunos volúmenes de la colección “in-Francia” –educar de 0 a 6 años, ediciones de la Associació de Mestres Rosa Senset de Barcelona (Cataluña, España), ingresadas en SEPA cuando desde este servicio -hasta el año 1995-, participé en proyectos interdisciplinarios del Instituto Internacional del Niño –IIN, dependiente de la UNESCO, con sede en Montevideo. Advierto una vez más: “¡El Océano no separa, une…!”

[5] Nací el 24 de mayo de 1932… y advierto que este año hemos celebrado tres cuartos de siglos… en aprendizajes continuos

[6] El sábado 11 de agosto de 2007, a las 22, en el salón del Liceo Argentino de Navegación Fluvial “Nuestra Señora de Guadalupe” -sito en el puerto de Santa Fe-, fue compartida una cena con presencia de quienes estuvieron relacionados con actividades gremiales y proyectos educativos del dirigente Agustín Raúl Sarla (desde 1977 en el Sindicato de Artes Gráficas) y presentaron una edición “Homenaje” que en la página diecinueve, destaca: “Octubre de 1983 /…/  Durante sucesivos debates, eran esbozados algunos esquemas organizativos con descripciones alusivas a las primeras líneas de acción.  Agustín Raúl Sarla participó activamente en el seguimiento y apoyo a tales propuestas, entre ellas la ponencia ‘La Escuela como centro de atracción e irradiación de la cultura’ elaborada por la docente y escritora Nidia Orbea de Fontanini, aprobada durante una Jornada en la Unión Docentes Argentinos que presidió Carmelo Favaccio y cuya copia fue entregada al Prof. Francisco Rosciani, primer Secretario General de U.D.A. en Santa Fe y en 10983, presidente de la ‘Agrupación de Docentes Justicialistas’. /  Firmada también por el educador y escritor Alcides Piedrabuena, fue aprobada y elevada al Congreso Nacional del Justicialismo realizado en la capital Federal, presidido por José María Castiñeira de Dios, firmante en los diplomas entregados en aquellas circunstancias.”  (Por error está impreso “Castañeda de Dios.) “…desde mediados de la década del ’40, era insoslayable la advertencia del Coronel Juan Domingo Perón: ‘Sólo la organización vence al tiempo’.  Otra frase expresada cuando era presidente de la Nación, comprometía aún más porque el General Perón solía destacar que ‘organizar no es juntar personas sino aunar voluntades’.” (En el libro edición Homenaje titulado “Agustín Raúl Sarla  / 1977-7 de junio-2007 / Historia de un hombre y un grupo de dirigentes, militantes, trabajadores y trabajadoras inspirados en los ideales de la doctrina del Justicialismo. (p. 19) Recibido al final de la cena, entre los cien entregados en esas circunstancias, con esta dedicatoria manuscrita: “A mi amiga Nidia Fontanini desde mi alma  12/09/07  A. R. Sarla”.

[7] Estaba previsto que Herminia retornaría a sus funciones a principios de febrero, porque el 5 de febrero de 1954, yo estaría firmando con Eduardo Rodolfo Fontanini Doval en el Registro Civil, el acta del matrimonio que autorizaba mi madre Francisca Álvarez de Orbea, porque soy nacida el 24 de mayo de 1932 y legalmente, aún era “menor de edad”…

[8] A fines de 1983 ya estaba pensando en la posibilidad de jubilarme como docente para dedicarme más a lo literario y a la “educación permanente” desde distintos ámbitos.  Había coordinado equipos de educación y cultura durante el período preelectoral y presentado una ponencia que fue aprobada en Jornadas realizadas en la capital santafesina, y en un Congreso nacional presidido por el poeta José María Castiñeira de Dios.  Tenidos en cuenta los títulos y antecedentes, los libros editados entre ellos siete obras didácticas, fui nombrada en enero de 1984, Jefa del Departamento de Evaluación de Santa Fe y renuncié en la tercera semana mediante nota en varios folios, después de tabular “n” encuestas y advertir que desde ese lugar no se producirían los cambios necesarios para avanzar hacia una escuela activa orientada hacia la educación por el Arte de vivir y convivir…  No fue aceptada la renuncia y fui designada mediante Resol. Minist. Nº 322/84, “Coordinadora de las áreas de Educación y Cultura”…

[9] El “Instituto Provincial de Arte” fue creado mediante el Decreto Nº 232 del 6 de febrero de 1984 (día del trigésimo aniversario de nuestro matrimonio, a perpetuidad… ) y de acuerdo al art. 2º se establecieron  sedes en Santa Fe, Rosario y Reconquista. El art. 3º establecía que “la Dirección del citado instituto tendrá asiento en la ciudad de Santa Fe, actuando las otras dos como subsedes. El siguiente artículo, indicaba que “el Instituto contará con un Director, un Subdirector, un Regente de Estudios por área y el personal técnico-docente, administrativo y de servicio correspondiente.”  Luego al IPA le impusieron el nombre “José Pedroni” y fue precisamente a fines de aquella década, el 21 de septiembre de 1990 (aniversario del natalicio de Pedroni en 1899), cuando el gobernador Víctor Félix Reviglio mediante el Decreto 3290, “dejó sin efecto la creación del IPA” y las escuelas de Santa Fe y Rosario siguieron funcionando con dependencia directa de la Dirección de Áreas Culturas y de Enseñanza Artística… desapareció la Escuela de Folklore y Tradición popular con sede en Reconquistas y trabajos de campo en distintas localidades…   El IPA función en el primer piso del Complejo Educativo “Sarmiento” compartiendo el sector oeste del espacio destinado al Museo de Ciencias Naturales “Florentino Ameghino”; una pequeña oficina donde confluían: Dirección-Secretaría Administrativa y Secretaría Técnica del Instituto Provincial de Arte “José Pedroni” (de breve existencia porque fue creado por el gobernador CPN José María Vernet en diciembre de 1984 y dejada “sin efecto la creación del IPA) durante el gobierno del doctor Félix Reviglio, mediante el decreto Nº 3290 del 21 de septiembre de 1990 (aniversario del nacimiento de Pedroni, en 1899…), estableciéndose que las escuelas que hasta entonces se habían organizado desde ese Instituto, dependerían directamente de la Dirección de Áreas Culturales y Área Enseñanza Artística de la Subsecretaría de Cultura y Comunicación Social”.

 

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