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25-05-1810 – Comienzo de una Gesta emancipadora…

El propósito de celebrar el 25 de Mayo de 1810 implica el compromiso insoslayable de reconocer las raíces de nuestra nacionalidad, comprender que la lucha por la libertad y la justicia debe sustentarse en una acción fecunda y solidaria del pueblo, sin absurdas discriminaciones.

Al revisar los sucesivos acontecimientos que culminaron con la Gesta de Mayo, todavía hay voces que se preguntan si realmente estuvo el pueblo reunido frente al Cabildo exigiendo saber de qué se trata.  Cada persona juzga los hechos desde su singular capacidad y los proyecta desde distintos puntos de vista.  La amplitud de sus conocimientos y su capacitación crítica inciden inexorablemente en los resultados de sus conclusiones.  La prédica del Presidente de la Nación Gral. Juan Domingo Perón tiene vigencia y facilita una aproximación al reconocimiento de la historia de nuestra Historia.  El ilustre estadista destacó que:   “La historia del mundo es la historia del drama de los hombres y de los pueblos en lucha por su libertad.  Los argentinos hemos recibido como herencia gloriosa de nuestra tradición la defensa de esa libertad, que para nosotros vale más que todas las fuerzas del mundo y que todas las ambiciones y los hechos que pueda encontrar la República en su marcha.”  [1]

Destacó reiteradamente que  “representamos una patria que vive, desde su origen, los principios de la libertad”.  [2]

 “Nosotros los argentinos, tenemos el verdadero concepto de la libertad; sabemos que la libertad individual se hace en base a la justicia”.  [3]

 “El respeto a la libertad individual no puede ser, en una concepción moderna, un derecho ilimitado, no ya porque ese derecho se ha de armonizar con el de los demás, sino porque en ningún caso se ha de utilizar como elemento de lucha contra la esencia misma de la libertad.”  [4]

 “Ha de cuidarse que el abuso de la libertad individual no lesione la libertad de otros… Para ser libres y soberanos no debemos respetar la libertad de quienes la usen para hacernos esclavos o siervos.”  [5]

Estas afirmaciones comprometen a una profunda reflexión.  La ignorancia -el conocimiento erróneo…-,  conducen inevitablemente a sutiles formas de esclavitud, porque nada se construye sobre bases falsas.  Para honrar a los hombres de Mayo de 1810, es esencial reconocer la valiente decisión asumida al optar por romper las viejas ataduras.  Todo estaba por hacer y a pesar de las dificultades, tuvieron el coraje necesario para producir el cambio.

Desde entonces, nuestra amada Argentina comenzó su paso vacilante.  La sombra de los desencuentros ha impedido que la unidad nacional, el ideal de los patriotas de Mayo, sea una realidad.  Han sido y siguen siendo vanas las proclamas y estériles los esfuerzos de los grupos solidarios.

En este tiempo, defender la nacionalidad obliga a comprender la importancia de la interdependencia en concordancia con las transformaciones políticas y sociales existentes.

Afirmaba Perón durante su primera presidencia:

 “Un pueblo posee estatura cuando se hace visible desde el exterior.  El simple hecho de hacerse advertir es ya una presencia; pero, entendamos bien, una presencia que el mundo no reconoce gratuitamente.  Es, por sí sola, un terminante indicio de que ese pueblo vive, que ha entrado de un modo activo en la Historia, que posee cualidades características indeclinables.  La vida exterior es a las naciones lo que la madurez al individuo… los pueblos elevan su estatura sobre sus fronteras después de haber logrado su unidad y formado su conciencia nacional, y proyectan ambas fuerzas sobre sus más profundas convicciones”.  [6]

 “Ni la distancia, ni el espacio, ni la contraposición de ideas noblemente defendidas pueden ser elementos de alejamiento espiritual entre los hombres cuando se encuentran unidos por un sentimiento superior, como es el amor a la Patria…  La separación de las ideas debería ser estímulo de recíproca comprensión y no fuente de rencores.  La Patria es, por esencia, el hogar y su adhesión a ella no puede ser desarraigada sin caer en acción vituperable.”  [7]

 “La independencia que sostenemos y la soberanía que anhelamos no se discuten: se defienden “.  [8]

 “Pensamos, desde aquí, desde nuestra Argentina, profundamente cristiana y profundamente humanista, puesta al servicio de un respetuoso republicanismo, que estamos trabajando por un mundo ennoblecido por la práctica de las virtudes humanas, donde se haya convertido el odio en amor, el egoísmo en generosidad, la pasión vengadora en perdón”.

 “Si fuera a escribirse de nuevo la historia que defendemos y veneramos, volveríamos a hacerlo con la gesta de Mayo y con la suma de los imponderables de la estirpe, conjunción maravillosa de fuerzas espirituales…”  [9]

 

 

        Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

 

[1] Perón, Juan Domingo. Habla Perón. Buenos Aires, Presidencia de la Nación, Subsecretaría de Informaciones, 1952.  Discurso ante el presidente del Paraguay y delegaciones extranjeras (20-08-1950).

[2]  Discurso del 12 de octubre de 1949 ante la Academia Argentina de Letras.

[3] Al recibir  la Gran Cruz de la Orden del Quetzal -Guatemala- (26-09-1950).

[4] Ante la Asamblea Legislativa (01-05-1949).

[5] Discurso con motivo de la reforma de la Constitución (27-01-1949).

[6] Ante la Asamblea Legislativa (01-05-1951).

[7] Mensaje de Año Nuevo (31-12-1947).

[8] Primer Congreso de la Confederación General Universitaria (29-11-1950).

[9] Mensaje en la Casa de Gobierno, ante el Cuerpo Diplomático (24-05-1948).

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