Decíamos hace veinticinco años: más libros, Ferias y homenajes.
Acervo bibliográfico medieval.
1983: “La bandera amordazada”.
Tributo a “la sangre derramada…”.
Abril de 1987: “Indulto no previsto ‘todavía’.”.
2004: en torno a “Las Madres de la Plaza del Silencio”.
Dignidad en la Plaza del Silencio.
Decíamos hace veinticinco años: más libros, Ferias y homenajes…
Del 11 al 28 de abril de 1980 se realizó la VI Exposición Feria Internacional del Libro de Buenos Aires; color oficial el dorado; en el mismo predio, con la asistencia de 175 expositores, 34 países participantes y fue visitada por aproximadamente ochocientas mil personas, cien mil más que en la anterior. Ese año fue en homenaje “Al encuentro de Dos Mundos”. Advocación: Cuarto Centenario de la Fundación de Buenos Aires”.
En el acto de apertura estuvo el Intendente de Buenos Aires Brig. (R) Cacciatore y leyó un mensaje enviado por el teniente general Jorge Rafael Videla que detentaba el Poder Ejecutivo. El Brigadier expresó:
“Pienso que esta brillante exposición, verdadera fiesta de la cultura, tiene un valor especial por la oportunidad en que se lleva a cabo: nuestra ciudad de Buenos Aires, la mayor de habla hispana en el mundo, conmemora su cuarto centenario”.
51. Santa María de los Buenos Aires.
¡Cuatro siglos… Buenos Aires!
desde que fuera clavado
el poste de la justicia
en el poblado callado…
Cuatro siglos, con donaire
vieron crecer a tu puerto,
descanso del inmigrante,
hoy la grande Buenos Aires.
Así entraron mis abuelos,
alta la mirada al cielo.
Cada uno con sus sueños
se vinieron tierra adentro.
Santa Fe los hizo dueños
de familia con pequeños,
que pasaron dura prueba,
pero que hombres se hicieron.
Cuatro siglos Buenos Aires
que festejo con tristeza.
Con grandeza los tentaste
y su tiempo me robaste.
¡Cuatro siglos… Buenos Aires!
y esa fecha trascendente,
me sacude irreverente
por tantos seres ausentes.
…………………………………………….
Santa Fe cobija a muchos,
polvo o brisa, ¡y volvieron!…
Pero sigue en la distancia
ELLA y mi ansiedad constante.
Poemas para Tioco. Primer poemario de
Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.
Presentado por el escritor Gastón Gori
en la Sala “Leopoldo Marechal”
del Teatro Municipal “1º de Mayo”
Santa Fe de la Vera Cruz. [1]
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Acervo bibliográfico medieval.
Con respecto al encuentro de Dos Mundos, será oportuno tener en cuenta que en 1480 ya estaba desarrollándose el germen de la Inquisición en España -atroz persecución de los clérigos católicos contra las personas de otras religiones, época de mártires y de conversos, época de torturas y de hogueras que quedó reflejada en la obra de destacados pintores que se conservan y exhiben en los museos europeos. También es interesante reiterar que “de la Edad Media datan la afición a los libros, los bibliófilos o bibliómanos, y los ‘ratones de biblioteca’, estos últimos con actitudes y manías que revelan un gran aprecio por el libro en sí, no sólo como vehículo de la comunicación humana, sino como tesoro de sabiduría y erudición. En realidad algunos libros que aún se conservan en los museos europeos son auténticos tesoros debido al material empleado en su elaboración: broches de piedras preciosas remataban la encuadernación que en ocasiones era de la más fina seda, e incluso de oro puro, amén del artístico trabajo que implicaba la escritura manuscrita, el copiado de cada uno de los caracteres de las obras que llegaban a ocupar hasta 700 folios o páginas. Durante la mal llamada ‘edad oscura’, que se caracterizó justamente por un florecimiento del trabajo intelectual debido a la inquietud de saber de los clérigos, poseer un libro era sinónimo de nobleza y signo de alta calidad espiritual. El mundo occidental de entonces poseía ya un considerable acervo bibliográfico, producto del saber cristiano y de la herencia grecolatina (recibida parcialmente, ya que no fue sino hasta el Renacimiento, es decir en el siglo XV, cuando se tuvo en su totalidad). Luego de las invasiones bárbaras y de la conquista árabe de buena parte de la península ibérica y del Mediterráneo, comenzó a fluir a Occidente el conocimiento milenario del refinado Oriente. El choque de ideas y tradiciones originó una variedad cultural riquísima; de él surgieron las traducciones, el intercambio cultural, el comercio y el afán de saber. El acervo cultural medieval aumentaba con el ejercicio intelectual de los monjes y, en general, de la Iglesia…”
Cuando la Edad Media se acercaba a su fin, el latín ya no era la lingua franca de Europa, ni la única empleada en los libros. Las lenguas vernáculas –como el inglés, el francés, el español- eran para entonces vehículos del conocimiento y, sobre todo, de las nuevas literaturas.” [2]
(Siento el impulso de expresar que mientras tanto, las Madres de Plaza de Mayo continuaban con su ronda semanal en demanda de más Luz sobre la tenebrosidad del Proceso.
Cientos de argentinos estaban exiliados, entre ellos Ninfa Pajón -con quien compartimos una cena, impulsada por don Edmundo Blanco Boeri cuando ya era evidente el deshojamiento del Instituto de Cine de la Universidad creado por Quique Birri.
El matrimonio con un pequeño hijo, vivían en Tenerife, en las Islas Canarias, en el medio del Océano Atlántico que nos une, no nos separa…
Desde ese lejano lugar, solía enviar alguna carta por correo privado, digamos por Correa…, junto con otras cartas que traía Myriam.
Alguna vez, la tristeza estalló en versos y expresé:
A Ninfa.
Percibo tu presencia, tu voz y tu mirada;
el eco de tus versos hablando de imposibles,
abrigando temores,
jugando con mil estrellas o perlas multicolores,
soñando con tu niño como el mejor Destino,
volando con tus alas, como las golondrinas
que son libres… y emigran.
Tu mensaje me envuelve como largas serpentinas de colores,
que de pronto, me ahogan;
el espejo de mi conciencia,
me entrega una máscara grotesca, con ojos lacrimosos,
y en mis labios, un rictus de dolor.
Me siento un mísero payaso en un gran Corso,
sin música, sin estrellas, sin serpentinas, ni color,
me veo toda gris,
y me horroriza mi miseria.
¿Será gris el color de la Nada y del Miedo?
¡Señor!
Tú siempre me despiertas,
despiértala a Ninfa y dile:
¡No eres pobre!, pero deja de soñar.
Abrázate a tu niño,
son pocos los que saben amar,
menos aún los que saben perdonar
y somos muchos… los que nunca te vamos a olvidar.” [3]
Necesito transcribir dos poemas de Quique Birri, incluidos en la excelente edición de la Universidad Nacional del Litoral, titulada Una vez la poesía, que percibo como un sutil abrazo del pionero, peregrino, titiritero, poeta con su amigo Gastón, el hombre de la amistad a perpetuidad.
1983: “La bandera amordazada”
Fernando Birri expresó:
“Madre de Rayos”
“Madre de mayo
manos de rayo
madres de mayo
ojos de rayo
madres de mayo
lenguas de rayo
madres de mayo
pañuelos blancos
carteles blancos
celeste llanto
celeste llanto
que no pañuelos:
blancas banderas
y que no llanto:
dura memoria
contra el espanto
luz en las sombras
negras del Malo
Luz que interroga
desde un retrato
desde un retrato
donde la patria
es joven, sana
limpia y hermosa
como las rosas
silvestres
como
nosotros,
vos y yo,
che,
la soñamos
soñando
soles de mayo
soles sin amo
cielos de mayo
cielos sin amo
nubes de mayo
nubes sin amo
laurel de mayo
y el gorro rojo
de la república
entre dos manos
entrelazadas
enamoradas
sin amo
hijos de mayo
hijos sin amo
madres de hijos
de hijos de mayo
blancas abuelas
de azules mayos
de azules nietos
nietos sin amo
madres y abuelas
de azulcelestes
y blancos rayos.”
“De los diarios: La Junta Militar argentina ha declarado ‘oficialmente muertos’ todos los desaparecidos desde 1976 hasta la fecha.”
“No, Desaparecidos”
“Si hay uno vivo, lo queremos vivo”.
Madres de Plaza de Mayo.
No desparecidos.
El taco de sus botas
sucio
de sangre
y de cinismo,
no hundirá
vuestros nombres
en las aguas
del río del olvido.
Junta de chacales
acorralados,
querrán borrar sus huellas
sucias
de sangre
y de cinismo,
ocultar
en negra desmemoria
sucia
de sangre
y de cinismo,
vuestra memoria
de otras claras mañanas
con bombos y guitarras.
Querrán, desaparecidos.
Pero la pampa es verde,
verde vuestra memoria.
No se hunde a nadie
en el olvido
por su sucio, cínico, sangriento
decreto.
Porque un viento secreto
mueve los yuyos
y como yuyos
creceremos
y nos multiplicaremos
bajo la Cruz del Sur
como yuyo infinito.
Querrán.
Pero no, desaparecidos.
Verde es vuestra, nuestra
memoria.
Verdes los yuyos.
Verde el rocío…”
Tributo a “la sangre derramada…”
Hebe Susana Solari de Berdina y Nélida Teresa A. de Ibarzábal eran presidenta y vicepresidenta de FAMUS, respectivamente. El 27 de julio de 1981, firmaron en Buenos Aires una nota en la que expresaban: “…la palabra de los argentinos de bien nos alienta para cumplir el compromiso contraído con nuestros muertos y mutilados, tremendo saldo que nos quedó de un ataque cobarde y solapado.
Nuestra agrupación no se embandera con ningún partido o fracción política. Solo el recuerdo a los que cayeron para que la Patria viva, nos agrupa en esta asociación. Para que los argentinos olvidadizos tengan siempre presente, aunque les moleste, que vivimos el tremendo dolor de una guerra.
Pero gracias a Dios, y a ustedes que nos alientan, podremos con imaginación y unión, hacer engrandecer a nuestra Nación. Nosotros, afirmamos que la sangre derramada no ha sido en vano; que se pagó un alto costo. Por eso seguiremos en la lucha, con las mismas convicciones de los que se fueron, para poder hoy, vivir en paz.”
En una circular dirigida “a los familiares y amigos de los muertos por la subversión” después de aludir a distintos procesos históricos, a la derrota en “Sipe-Sipe”, a “los Pontífices Pío XI y Pío XII”; al “comunismo”, “marxismo”, “catolicismo” expresa: “Muchos hogares argentinos hemos recibido la prueba del dolor que nos ha sacudido, pero nos ha hecho madurar.
La Institución que representamos tiene por finalidad lograr que la sangre de nuestros mártires sea la semilla de una Patria Argentina, con grandeza y sin odios. Creemos que ahí se encuentra la respuesta que la Nación está esperando. El triunfo será el fruto de nuestro esfuerzo de hoy. No vamos a cambiar la historia ni lo pretendemos. Solamente queremos recuperar los valores e impulsar a los buenos de corazón. Pero es necesario que lo que ocurrió no se repita y de nosotros depende. Deseamos abrir los ojos y las conciencias argentinas, ya que somos testigos del empeño de las fuerzas oscuras por avanzar de nuevo. Piense en Ud. y los suyos. Pero también en los demás. Piense en quienes ya, ahora, han sido engañados, reclutados, intoxicados. No podemos agregar la cobardía de un silencio culpable. Deseamos elevar nuestra voz, y la suya y la de todos los argentinos bien nacidos para que el horror nunca vuelva a enseñorearse de la Nación.
Debemos despertar la conciencia entre los adolescentes, enseñándoles a amar, no destruir ni odiar. Nuestros mártires, que también son los suyos, necesitan un lugar en que deben ser recordados y honrados. De todos depende que se concrete ese anhelo. // Estamos trabajando de cara al sol, a puertas abiertas. Aquí recibimos a los familiares y amigos que comparten nuestros sentimientos y objetivos.
Nos mueve una sola intención: Amar a Dios, amar a la Patria, amar a los hombres de buena voluntad y amar a nuestra Bandera.
Miramos solamente hacia delante. Queremos construir lo que sea necesario y reconstruir lo que haya sido dañado.”
Periódicamente invitaban por distintos medios a las Misas que se rezaban en la Capital Federal y tres años después, distribuyeron “Tributo”, “órgano informativo de FAMUS (Familiares y Amigos de los Muertos por la Subversión):señalando que “dentro de un nefasto programa de acción se prevé la disociación de los cuerpos y de los grupos sociales, como lo son los grupos religiosos, los sindicatos, los partidos políticos, los consejos vecinales y especialmente la familia. A partir de la discordia y la anarquía se pretenderá derrumbar las defensas de la sociedad a la que tradicionalmente y vocacionalmente pertenecemos los argentinos. Ancestralmente tenemos conocimiento de lo que significa la libertad para la comunidad occidental; en principio no es libertinaje, e implica un justo balance entre los derechos y las obligaciones de los ciudadanos, cuya resultante debe tender siempre hacia el bien común y en definitiva, si la pornografía, la droga y la disociación de la familia persiguen tal objetivo, ya nadie entenderá nada.” [4]
En las páginas siguientes, están los “Recordatorios del mes de Febrero” y entre el 8 de febrero de 1971, fecha de la muerte del Cabo Juan José Muga (Policía de la Provincia de Santa Fe) y el mismo mes de 1976, habían muerto sesenta y nueve personas, entre ellas: el día 10, Cabo 1º Roque Farías y el Oficial Ayudante Ernesto Olivera (también policías de esta provincia); Cabo 1º Osvaldo Ramón Ríos (del Ejército, día 15); Agente Rolando Antonio Álvarez –Policía de Buenos Aires- y dos changarines del ferrocarril Bartolomé Mitre, el día 16 de febrero de 1976. El 14 de febrero de 1975 murió el santafesino Hipólito Acuña, Diputado Nacional del Partido Justicialista. El 26 de febrero de 1975, la organización Montoneros apresó en Córdoba, violentamente, al señor John Patrick Egan, cónsul honorario de EEUU de Norteamérica y dos días después, los captores dieron a conocer por distintos medios el “parte de guerra”: “Esta operación iba a ser ejecutada el día 24 de febrero, atacando así al imperialismo. La postergación por 48 horas de esta operación se debió a que los compañeros Barreta y Figueroa murieron en combate en momentos en que se dirigían al teatro de operaciones. John Patrick Egan, como representante directo de los intereses yanquis en nuestro territorio, fue condenado a muerte por fusilamiento. Montoneros procedió a la ejecución por fusilamiento de John Patrick Egan, a las 19 horas del día de la fecha.” También informaron que “el cónsul honorario Egan fue brutalmente golpeado en la cabeza durante 48 horas de suplicio, hasta ser finalmente asesinado”. La nómina incluye los nombres de cinco gremialistas, algunos empresarios, bombero, obrero y ciudadanos que murieron como consecuencia de distintos atentados. En los recordatorios de marzo -entre 1971 y 1978- están los datos de las ciento siete víctimas fallecidas en el mes de marzo, de modo que en sucesivos enfrentamientos hay hasta seis personas muertas en cada atentado. Entre ellos, están: día 18, 1972 Roberto Mario Uzal, dirigente de la Unión Cívica Radical; en 1975, día 7 Oficial Ayte. Médico Jorge R. Capitanelli, día 15 Oficial Cubas; día 23 Comisario Inspector Telémaco Ojeda (los tres de la Policía Provincia de Santa Fe); 23 –3-1977 el ex gobernador de Salta Miguel Ragone; el día siguiente el Subcomisario Oscar Osvaldo Monserrat (Policía de Santa Fe); decenas de ciudadanos sin militancia gremial ni política, sindicalistas, empresarios y estudiantes.
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Una potente bomba estalló en aquel tiempo frente a nuestro hogar, en el Círculo de Oficiales de la Policía de la Provincia de Santa Fe, milagrosamente se salvó mi hermano que pasó unos minutos antes por ese lugar. Llegaba a la esquina de 4 de Enero cuando sintió los efectos de la onda expansiva, en lo personal sin mayores consecuencias. En ese tiempo, murió una ex alumna involucrada en movimientos políticos junto a otros jóvenes…
En aquellas circunstancias, necesité escribir unos versos que luego incluí en Poemas para Tioco, presentado por Gastón Gori en la Sala “Leopoldo Marechal” del Teatro Municipal “1º de Mayo” de Santa Fe: [5]
64. A Silvia C.
Ni tu sabes de mis noches
ni yo sé de las tuyas,
pero ¿si adivinaras cuántas
veces las mías son tuyas?
¡Cuánto ruego
porque llegue pronto tu mañana!
¡Cuánto lamento
no poder acompañarte!
Entonces: ¿cómo serían tus noches?
Quiera Dios fueran iguales:
que las vivas para ORAR.
65. A Gladys H.
Haber gozado con tus risas,
haberme dado el privilegio
de ser tu confidente,
y guardar para ti
aquel secreto
que se hizo estridente.
¿En qué playas
dejaste hundir tu paz?
¿A qué vientos
entregaste tanto ejemplo?
¿Por qué tu amor
todo lo convirtió en dolor?
No alcanzaste a ser rosa,
y como un pimpollo rojo
suave y débil…
te deshojaste con la granizada
que también mató a tu amor.
Gladys, en el momento de su Último Desprendimiento, estaba en la ciudad de Rosario, cerca de las escalinatas de la Facultad…
Siento, con angustia, con impotencia, que ha sido una guerra civil de características horrendas, porque en la represión hasta se animaron a organizar tenebrosos vuelos de la muerte y han reiterado que los jóvenes, anestesiados, eran arrojados desde aviones de la Marina, hacia el oleaje del agitado océano Atlántico.
Memoria… me moría…
En el diario La Nación, el 13 de marzo de 1984,en la página 5, un título a tres columnas informa: “FAMUS pidió una comisión para investigar el terrorismo”, al entrevistarse por segunda vez en el término de tres meses, con el ministro de Interior Dr. Antonio Tróccoli para peticionar ante el presidente Ricardo Raúl Alfonsín, la “creación de una Comisión Nacional que investigue el fenómeno terrorista, y las causas por las que se desarrolló en el país, con el saldo de 1.400 muertos y centenares de heridos y mutilados, como consecuencia de la acción de elementos extremistas. Era vicepresidente de la entidad el doctor Luis María Leiva, quien explicó luego a los periodistas que “el desasosiego de FAMUS nace de factores distorsionantes que parecieran indicar la existencia de una maniobra destinada a minimizar o silenciar la actividad criminal del terrorismo, como si ya no existieran victimarios ni guerrilleros y sólo hubiera víctimas, idealistas y disidentes políticos. Interpretaban que “todo el problema de los excesos debe canalizarse a través de la Justicia” y que “el documento contribuirá a la estabilidad del gobierno democrático que hace tres meses se instauró en el país” porque “la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas que investiga las violaciones a los derechos humanos en el pasado reciente desarrolla su acción mediante un enfoque parcial de una realidad mucho más compleja, al centrar su misión en los actos de una de las partes en forma exclusiva e ignorar la otra”; a la vez que “algunos sectores defensores de los derechos humanos no reclaman justicia ante los excesos, sino venganza, silenciando el asesinato de muchos argentinos que ofrendaron sus vidas para evitar la instauración de las propuestas totalitarias de una subversión apartida”. Pedían también en ese documento “que se instrumente un sistema de seguridad social que repare las secuelas físicas y materiales sufridas por los familiares y por los heridos sobrevivientes del accionar subversivo”.
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Sabido es que los argentinos soportamos una “guerra económica”…
La Gesta de las Malvinas del 2 de abril de 1982 inmediatamente generó la muerte de hermanos…
Días después aumentó la zozobra mientras se aludía al Conflicto armado con el Reino Unido por la soberanía en las Islas Malvinas y los archipiélagos del Atlántico Sur.
Por algo, en el prólogo de la Primera Antología “Gesta de las Malvinas” editada por el Departamento de Educación y Cultura de la CGT Regional Santa Fe -siendo secretario general Agustín Sarla, del Sindicato de Artes Gráficas-, presentada el 8 de junio de 1990 en el Centro Cultural Provincial de Santa Fe, el Coronel (R) Jorge L. Rodríguez Zía destacó:
“…la Guerra contra Inglaterra y Estados Unidos (nombre que, históricamente y geopolíticamente, debe dársele) es nada más y nada menos que una GRAN GESTA DE LA NACIÓN ARGENTINA. Cuando a tan precisa denominación se pretende deslucirla o aminorarla -ya sea porque ‘fue inoportuna’ o porque ‘fuimos derrotados’-, la respuesta la da la Ciencia de la Historia y el relato de los hechos que, a través de milenios, como gestas fueron ensalzados.
Las gestas, las del Cid hispánico, las de Bayardo, la de Leonidas en Las Termópilas, no implican oportunidad en la acción ni así, entonces, aquellos hechos -bélicos o no- gloriosos, en que un hombre o un puñado de ellos arremetió, en defensa de su tierra, de sus derechos, de su dignidad y de su pueblo o de su Fe, contra un enemigo que parecía imposible de vencer. Luego de la batalla, la gesta ya está sellada para el libro de la Historia, se haya vencido o no en ella.
Los argentinos, luego de 149 años de ocupación de una tierra y amplio mar que les pertenece, se lanzaron a la lucha contra un enemigo secular y poderoso que, además, contó con el apoyo terminante del poder militar más gigantesco en la historia de la humanidad. Considérese que nunca – nunca será ‘oportuna’ una contienda contra esos estados con ese razonamiento -justo pragmáticamente pero no patriótico- ya mismo, quienes le sostienen, debieran proponer que las Malvinas y sus dependencias se les entreguen en soberanía definitiva al usurpador británico. Y esto se llama traición.” /…/
“…así como los capitanes, también los llamados ‘chicos de dieciocho años’ fueron abatidos (porque también deben luchar por su Patria)…
“…no han querido -los poetas- con sus versos épicos, otra cosa que reunir, en un homenaje profundo a los 648 muertos caídos en las tierras, mares y cielos australes, el agradecimiento que, todos los argentinos sentimos por haber ofrendado sus vidas por la Patria. Y no menos el que merecen los que retornaron desde aquellas heredades luego de haberlas defendido ante el invasor”.
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Abril de 1987: “Indulto no previsto ‘todavía’.”
Con ese título, en el diario “El Litoral, el miércoles 8 de abril de 1987 publicaron una nota elaborada por Ángel D. Anaya en Buenos Aires.
Es oportuno reiterar el texto completo:
La presencia del Papa Juan Pablo II en el país acapara la atención de la opinión pública y obviamente deja en un aparente segundo plano los ‘otros temas’ de la vida política y económica argentina. Esa realidad cotidiana que puede perder momentáneamente su atractivo por la casi excluyente relevancia de la visita pontificia, pasa por las futuras definiciones en materia laboral, por los preparativos de las diferentes agrupaciones políticas para hacer frente a al campaña electoral y, en forma bastante especial, por la marcha de los procesos a los militares involucrados en presuntos delitos durante la guerra contra subversión terrorista. Precisamente ese último asunto, que posee efervescencia propia -los juzgamientos- se conmueve con las distintas versiones y rumores que pronostican la factibilidad de un indulto presidencial. El tema que surge en todos los comentarios de los expertos en esas espinosas cuestiones cobra vigor con las expresiones del vicepresidente Víctor Martínez quien, al ser consultado sobre la posibilidad de que se esté estudiando o previendo algún proyecto vinculado con el atributo presidencial del indulto dijo: “Esa es una medida que no está prevista todavía…” El titular del Senado, si bien señaló que no hay ningún proyecto destinado a indultar a los militares que “sean merecedores” de ese beneficio, dejó abierta la puerta a las nuevas expectativas que crean sus palabras, porque, “todavía” no es sinónimo de “jamás”.
En el párrafo siguiente, destacado con negritas:
Sin lugar a dudas, el tema del indulto que en estas horas ha interesado todas las opiniones, generará en muy poco tiempo más alguna postura o alguna definición de los hombres del gobierno radical. No puede quedar “suelto”, desatando expectativas en la opinión pública, ahora un tanto ocultas bajo la exitación de la visita papal (sic; ¿excitación o hesitación?). El presidente de la República, en varios de sus “diálogos íntimos” ha negado toda posibilidad de la amnistía, pero nadie lo ha escuchado aún formular apreciaciones directas acerca de la aplicación del indulto que, como puntualizó Víctor Martínez, es una facultad reservada al jefe del Estado o a los gobernadores, y que se instrumentó otras veces en la historia del País. ¿Quién puede animarse a asegurar que el doctor Raúl Alfonsín intentará hacer uso de sus privilegios cuando tanto se ha destacado, por ejemplo, la acción de la justicia? Tal vez, suspicazmente, haya que recurrir a otra aseveración del vicepresidente: “El indulto es a posteriori de la justicia”. Obvio.
* * *
Como se señaló, la presencia del Sumo Pontífice en la Argentina constituye un acontecimiento singular que involucra a un inmenso porcentaje de la ciudadanía que profesa la fe católica, abriendo un verdadero paréntesis. La “impasse” se detecta también en la actividad del equipo de gobierno; prueba de ello, es la postergación de la primera reunión del gabinete nacional con la asistencia del flamante ministro de Trabajo, Carlos Alderete. El tiempo no se desaprovecha y el presidente de la Nación decidió abocarse de lleno al mensaje que pronunciará el próximo 1º de mayo, para dejar abiertas las sesiones ordinarias del Congreso. En los ambientes cercanos al mandatario se comenta con insistencia la importancia que le propio presidente le asigna a ese mensaje sin destacarse, pero sin ocultar que contendrá “novedades” en el ámbito laboral. Según lo manifestó el portavoz oficial, José López, el doctor Alfonsín ha comenzado a trabajar en ese discurso recibiendo los informes correspondientes de cada área de gobierno.
Luego, otro enfoque, también impreso en negritas:
Algunos observadores políticos que detenidamente leyeron una solicitada aparecida en algunos medios de comunicación donde la cúpula de los “montoneros” realiza una suerte de autocrítica y arrepentimiento, señalaron que la visita de Juan Pablo II “da para todo”. Evidentemente, cada sector buscó sacar alguna ventaja del momento especial que vive la ciudadanía, pero el caso de los dirigentes montoneros es singularmente llamativo dado que, en apariencia, se pretende mezclar un arrepentimiento con la justificación de la ¿”leal empuñadura de las armas”? Una insólita posición que habla de violencias, y de aislamiento político, en la que se solicita la “preservación de la paz”. Los espacios perdidos son irrecuperables cuando el recuerdo de la metodología aplicada no puede ser eliminada del recuerdo ni aun con la presencia del Sumo Pontífice…
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2004: en torno a “Las Madres de la Plaza del Silencio”…
Después de todo lo vivido, lo expresado y callado, no ha sido por casualidad esta escritura:
Dignidad en la Plaza del Silencio…
A las madres de soldados,
combatientes durante
la Gesta de las Islas Malvinas.
02-04 al 14-06-1982.
Entre diana y el Ángelus
se expandieron las voces
y rota la rutina,
cargó cada uno su mochila.
Nadie supo en qué puerto
terminaría esa cita,
entre oleaje de sueños
y voluntad de héroes.
En luminosa llanura…
en silenciosos pueblos,
quedaron las familias
esperando el regreso.
Ocre deshojamiento
conmovía en ese otoño
mientras en la trinchera
ardían más hogueras.
Voces entre las sombras
aceleraban latidos.
Bengalas iluminaban
refugios de combatientes.
Viento y nevada en la espera
del enemigo en acecho.
Quejidos debilitados
y congoja en los amigos.
El mar aquietó pasiones
mientras crecía la esperanza.
Puntual en junio llegó
el instante de la partida.
………………………………………
Madres del norte y del sur,
madres del este y oeste
confluyen con emoción
en la Plaza del Silencio.
Sin banderas, sin pañuelos…
sólo con el peso de la Fe,
son una sola voz
bajo la Cruz del Sur.
No tiene fronteras
el eco de sus ruegos:
¡Por la paz!… hermanos-compañeros…
¡Así sea!
Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.
Invierno de 2004.
Viernes 3 de septiembre de 2004.
A la siesta, leí los mensajes recibidos mediante el correo electrónico. Fito -Rodolfo Schweighofer-, puntual y responsable, ya me envió los nombres de seis soldados santafesinos, combatientes durante la Gesta de las Islas Malvinas (02 de abril al 14 de junio de 1982).
También algunas referencias para poder ubicar a sus familiares y así, honrar una vez más a… ¡Las Madres de la Plaza del Silencio!
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Allá, en el Atlántico Sur, las blancas cruces son elocuentes testimonios…
del tránsito a la inmortalidad de
seiscientos cuarenta y nueve
Soldados de la Patria.
Sigo convencida de que están representados, en cada cruz el pueblo y el soldado.
¡Todos nacidos para la libertad!…
Aquí, seguimos viviendo y conviviendo algunos hispanoamericanos, en el territorio limitado por las aguas de los ríos Paraná y Salado.
Aquí, seis nombres:
Gómez, Miguel Ángel.
Mecca, Adolfo Eduardo.
Piedrabuena, Eduardo José.
Reartes, Ricardo Alfredo.
Tibaldo, René.
Vera Omar, Elvio.
…y en la interioridad, vibraciones intensas.
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26-10-2005: “Decíamos ayer”…
En el último miércoles de octubre, celebramos el cincuentenario del primer poemario editado por Jorge Raúl Muñoz, de San Genaro, departamento San Jerónimo, provincia de Santa Fe.
El Gobernador de la Provincia Ingeniero Jorge Alberto Obeid, el 21 de mayo de 2004 firmó el decreto pertinente al otorgamiento del Premio “Juan de Garay” – Año 2003, “al escritor Gastón Gori (seudónimo de Pedro Marangoni) propuesto por la Sociedad Argentina de Escritores – Filial Santa Fe (S.A.D.E., presidencia Prof. Alba Yobe de Ábalo) y mediante el artículo 2º “otórgase, una mención especial a todos los aspirantes al citado galardón, como una forma de reconocer el trabajo de toda una comunidad a favor de la cultura: …Jorge Raúl Muñoz de San Genaro”…
En el Centro Comercial de Santa Fe, San Martín 2819 en la capital santafesina, se concretó el reconocimiento del SEPA (Servicio de Educación por el Arte) a su trayectoria poética.
El Profesor Oscar Agú -poeta, ex presidente de la Sociedad Argentina de Escritores -filial Santa Fe-, destacó lo significativo de su escritura…
No ha sido por casualidad que Jorge Raúl Muñoz, desde San Genaro expresara:
Argentina
Qué vientos te adormecen
tierra mía;
en qué hontanar de luz te desesperas.
Tu larga quietud,
en pampas extendidas,
vuelca en el mar su verde cabellera.
Qué puñal político injurioso
voraz te cercena las entrañas.
Oh tierra de mis pájaros felices;
de mis indios
que esconden su tristeza por los montes
que les tapan el hambre y las miserias.
Tu fiesta de colores montañeses
levanta su dura bandera
mineral y virgen
donde las vetas viven su oscuridad madura
en la espera del brazo y del trépano.
Por tu puño frutal y sazonado
regresan los aromas de los trópicos
en un dorado sueño de maderas
donde las lluvias dejan calientes cicatrices.
En tu sonora palabra de agua vagabunda
que levanta naranjas y pomelos,
me nombro en tus viejos días:
Paraná, Bermejo, Pilcomayo.
En tus roncos potros de madera
las uvas cabalgan
su destino morado y corajudo.
Te amolaron los gauchos
endurecidos de cueros y relinchos
naciendo desde la espada
y la cruz de la conquista;
y los gringos rompiendo los eriales
te ofrendaron la azulidad del cielo
en la tímida flor de los linares.
Ciño tu sien
con espigas duras y crepitantes
como quien cuelga un laurel en el recuerdo.
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Estaba terminada esta aproximación a la historia de los argentinos cuando llegó Gladys y me entregó el sobre que Martita me enviaba desde la lejana y cercana Lloret de Mar, en Gerona, a orillas del Mediterráneo.
También estaban separadas las señales que dejaría sobre dos mesas para que quienes se acercaran pudieran interpretar sucesivas claves.
¡Familia-Escuela- Comunidad – Una relación imprescindible!…
era una vez más la insoslayable advertencia.
Allí donde había escrito: “El Océano no separa, une” coloqué la publicación de la “Universitat Autónoma de Barcelona”:
“Doctora Honoris Causa Estela Barnes de Carlotto – Discurs llegit a la ceremònia d’investidura celebrada a la sala d’actes del Rectorat el dia 4 d’octubre de l’any 2005”… “a les 12 h”…
“Inauguració del curs 2005-2006 Facultat de Filosofia i Lletres – Facultat de Ciències Politiques i de Sociología”.
(Sabido es que Enrique Estela Barnes es maestra normal nacional, bachiller y que realizó cursos de perfeccionamiento. Comenzó sus actividades docentes como maestra de grado en la Escuela Nacional Nº 102 de Brandsen, en la provincia de Buenos Aires y ascendió al cargo de Directora; luego Presidenta de la Junta de Calificación de Escuelas Nacionales en funcionamiento conforme lo establecido en la “ley Láinez”…)
En la plaqueta entregada a los asistentes, en idioma catalán están indicadas sucesivas expresiones durante el acto de investidura. Traducido, es posible saber que “el rector, el Excelentísimo y Magnífico Sr. Lluis Ferrer i Caubet” abrió el acto y el “doctor Rafael Grasa” secretario general de la Universidad y el “doctor José Luis Martín Ramos”, padrino de la doctorada, se acercaron a la nueva doctora, que entra a la sala y es recibida por los asistentes puestos de pie. Luego el rector inició la sesión diciendo:
“Se declara abierta la sesión. Tiene la palabra el secretario general, que leerá el acuerdo por el cual es concedido el título de doctora honoris causa a la señora Estela Barnes de Carlotto”. Terminada esa lectura, “el rector dio la palabra al padrino, “el doctor José Luis Martín Ramos”…
Aquí, la reiteración de algunos párrafos de su discurso, impreso en castellano:
Magnífico y Excelentísimo Señor Rector,
Excelentísimas Autoridades,
Profesores y Alumnos,
Señoras y Señores,
La Universidad Autónoma de Barcelona tiene hoy el honor de rendir homenaje, con el máximo reconocimiento que la Universidad puede otorgar, a doña Estela Barnes de Carlotto, presidenta de la asociación argentina Abuelas de Plaza de Mayo. Un honor que se hace extensible a las facultades de Derecho, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Sociología, que lo han propuesto, al Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, que tuvo la iniciativa, y a la sociedad catalana, en general, de la que forma parte como institución de la Universidad Autónoma de Barcelona.
I
El honoris causa que se presenta es un homenaje a Estela Barnes de Carlotto, por ella misma, por lo que encarna en representación de la reciente historia argentina y por su trayectoria al frente de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Un homenaje a la recuperación de la memoria que todo ello comporta. Recuperar la memoria del pasado significa actualizar lo que no pudo ser en nuestro presente, identificando sus carencias desde las que podemos interpelarlo y, por lo tanto, someterlo a juicio crítico. Para poder esbozar las vías posibles de evolución que fueron interrumpidas o destruidas y recuperar su posibilidad, haciéndolas nuestras contemporáneas, haciéndolas nuestras. Para apropiarnos activamente del patrimonio intelectual y afectivo de los vencidos, de los abandonados en los bordes de la historia, de los sometidos y humillados, de los asesinados por el poder político y económico. Es lo que Oskar Netz denomina hacer efectiva la epoché en el sentido que le daban los griegos, como detención, refrenamiento, interrupción, punto de apoyo o punto fijo. Un punto fijo que nos permita enfrentar la catástrofe continua que ha sido la reciente historia moderna y detenerla, como consumación del acto revolucionario que reclamaba Walter Benjamín en su IX tesis sobre filosofía de la historia, cuando afirmaba que ‘incluso los muertos no estarían seguros si el enemigo vence’.
La memoria y el reconocimiento a quienes se dedican a rescatarla son los ejes centrales en este acto en el que se concede el doctorado honoris causa a Estela Barnes de Carlotto, luchadora incansable de los derechos humanos y la recuperación de una memoria secuestrada. La desaparición de opositores y disidentes políticos y el secuestro de sus hijos por la dictadura militar instaurada en Argentina en 1976 significaron no sólo la derrota y destrucción de otras alternativas sociales y políticas que querían construir una sociedad más justa y libertaria, sino también el intento de configurar un nuevo marco político presidido por un principio perverso que proclamaba el exterminio del oponente y el terrorismo de estado como las formas de ejercicio del poder político.
‘Las ideas no se matan’, dice una de las frases más citadas por la historia oficial argentina. Pero también habría que agregar que sin hombres y sin sociedad no hay ideas. Si los portadores de esas ideas desaparecen como si nunca hubieran existido, por medio de una ‘noche y niebla’ latinoamericana, y de sus hijos se apoderan los verdugos de sus padres, el resultado buscado no es sólo la muerte sino la inexistencia de esas ideas. A todos ellos tenemos que reintegrarlos a nuestro tiempo y a su origen, respectivamente, para asumir sus proyectos y amor por la libertad y la justicia. Su desaparición, más allá de la justicia de sus ideas y objetivos, nos ha privado de múltiples posibilidades que ofrecía a toda la especie humana su propia ‘existencia’ en la medida en que cada acto libremente decidido por ellos hubiese originado una cadena interminable de actos vinculando causas y consecuencias, al modo como Kant definía la libertad como capacidad en su tercera antinomia, diciendo que, cada vez que uno decide levantarse de su silla, inserta en el mundo una nueva serie casual que surge del carácter incondicional del comportamiento y de la autonomía de cada ser humano”. /…/
Aludió luego al “nuevo imperativo moral categórico planteado por Theodor Adorno en su Dialéctica negativa: ‘Hitler ha impuesto a los hombres en el estado de su falta de libertad un nuevo imperativo categórico: disponer su pensamiento y su acción de tal modo que Auschwitz no se repita, que no suceda nada parecido.”
Que no se repita tampoco el genocidio argentino”. /…/ “Es inconcebible el reinado de la libertad y la autonomía con la repetición de monstruosidades como Auschwitz o los crímenes de la dictadura militar.
El mérito de Estela Barnes de Carlotto se enraíza en esa razón práctica, en el hecho de su historia particular, que representa, con todo el dramatismo y la máxima carga ética, la historia general de la sociedad argentina.
II
Uno de los elementos fundamentales de las ideologías políticas que promueven la represión y la dominación de unos grupos sociales sobre otros consiste en señalar la alteridad del grupo al que se pretende someter, su carácter ajeno al de la comunidad de los dominadores. La historia argentina es un ejemplo singular de esa práctica repetida que señala diversos momentos de su constitución en estado moderno. El primer momento fue el exterminio de los pueblos autóctonos, seminómadas, instalados en territorio patagónico, en la serie de expediciones militares que pretendieron justificarse bajo el título de ‘campaña del desierto’; un título que no era otra cosa que un eufemismo para disfrazar la conquista de un territorio habitado por pueblos -araucanos o mapuches- a los que se ha definido previamente como ‘salvajes’ o ‘no civilizados’. Por esa supuesta calidad salvaje, de no ser -no ser civilizado-, de sus habitantes, al territorio se le atribuyó la condición tergiversada de lugar deshabitado, ‘vacío’; un calificativo que incluso la historiografía y la demografía lamentablemente han recogido en su consideración pretendidamente académica sobre la ‘colonización de áreas vacías’. Calificación perversa porque el término ‘desierto’, referido a un territorio con pobladores reales, habría de actuar como profecía de obligado cumplimiento que anunciaba el exterminio planeado de lo que se suponía estorbaba para su ‘civilización’.
Existe un paralelismo, en diferentes planos (histórico, ideológico, moral…) entre el comportamiento de los ejércitos de Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Roca, militares y civiles configuradores del estado nacional argentino, a la par que genocidas del indio en las décadas de los sesenta a los ochenta del siglo XIX, y las juntas militares y sus aliados civiles que cien años más tarde se plantearon extirpar de la nación lo que ellos consideraban ajeno a ella. Un paralelismo en la concepción totalitaria de la nación, forzosamente excluyente de la población discrepante, por pasiva o por activa: los araucanos y mapuches primero, la izquierda subversiva un siglo después.
Del exterminio de los habitantes de las pampas y las tierras patagónicas se aprovecharon en primer lugar los miembros de la burguesía porteña, para apropiarse de inmensas extensiones de tierra que transformaron en grandes latifundios y, con ello, a Argentina en una formación social basada en la exportación de productos agrícolas destinados a los principales centros industriales europeos. En segundo lugar, benefició a los propios ejecutores del genocidio, a los que se premió con tierras en proporción a sus rangos militares, haciendo de los generales nuevos terratenientes, si ya no lo eran. Se conformó así una red de complicidades, intereses y alianzas entre determinadas élites militares y civiles, que constituyó en sí misma un grupo compacto con voluntad de poder, determinante en la historia argentina contemporánea.
Ese latrocinio disfrazado de ocupación de tierras supuestamente vacías fue el origen de un impresionante crecimiento económico que exigió un reclutamiento de nueva fuerza de trabajo cada vez mayor. Insuficiente era la nativa. Argentina disponía a mediados del siglo XIX de una bajísima densidad demográfica, por o que debió atraer para hacer efectivo ese crecimiento una inmensa cantidad de trabajo inmigrante. Éstos procedieron principalmente de la Europa meridional, trabajadores de las penínsulas Ibérica e Itálica, aunque en menor proporción también de otras nacionalidades, del centro y este de Europa e incluso del Imperio Otomano. Casi no es una metáfora afirmar que Argentina ‘importó’ a la casi totalidad de su clase obrera urbana. Una clase obrera que, para la burguesía criolla, propietaria para sí de la identidad de la patria, había de ser a la vez imprescindible para su propia prosperidad pero ajena a la condición argentina que durante largo tiempo le quiso negar.
La condición de extranjeros de la mayoría de los trabajadores asalariados instalados en la ciudad de Buenos Aires y en algunas grandes capitales del interior del país, como Rosario, Santa Fe o Córdoba, facilitó la visualización de una insuperable barrera de clase desde la perspectiva de las élites dominantes. El lugar del antiguo salvaje era ocupado por uno nuevo con a diferencia de que este último había sido llamado para ser productivo”. /…/ “Esas multitudes hacinadas en viviendas miserables, depauperadas y enfermas eran, a los ojos de la burguesía, no el producto de sus propias empresas y explotaciones, sino de la incapacidad biológica de aquellos miserables para asimilar la modernidad, y por lo tanto, debían, según esa misma visión, ser miembros de otro pueblo, otra ‘raza’ que no era la misma que frecuentaba los salones y las mansiones de Londres, París, o Buenos Aires. Por lo tanto, sus reacciones, sus hábitos y forma de hablar, su predisposición a la huelga y el motín, su inclinación subversiva, debían formar parte de su ‘naturaleza’ degenerada.
En esa tesitura, el instrumento que forjó el estado liberal para reprimir al movimiento obrero cuando lanzó su primera huelga general en 1902 -además de instaurar el estado de sitio en cinco oportunidades sólo en la primera década del siglo XX- fue una ley como la de residencia, que autorizaba la deportación de cualquier extranjero por su actividad sindical o política; en lugar de una que prohibiera expresamente las huelgas. Se trataba de ‘expulsar’ a los agentes extraños, contrarios por su actividad a la comunidad nacional; los únicos, desde la perspectiva xenófoba de la clase dominante, capaces de protestar y negarse a trabajar en las condiciones draconianas que exigían los empresarios argentinos, tanto en la ciudad como en al agricultura.
El mismo impulso que desencadenó la represión desatada por las ‘guardias blancas’ auxiliadas por la policía de Buenos Aires, durante otra huelga general, la de enero de 1919, que la burguesía, a imitación de la barcelonesa, quiso estigmatizar con el epíteto de Semana trágica. Los detentadores del privilegio de uso de la violencia se dedicaron a la caza de judíos bolcheviques y catalanes anarquistas, en la típica vinculación de alteridad y rebeldía social con que la burguesía construía el acta con que acusaban a aquellos que protestaban contra las injusticias sociales y la marginación política en la Argentina dominada por la élite agroexportadora. Un caso singular de esa persecución, en la que la extranjería, la disidencia social y la alteridad se amalgamaban en una misma acusación, fue la padecida por el inmigrante catalán Joaquín Penina de Rosario, fusilado en 1930, pocos días después de un golpe militar por su actividad publicista en defensa de un anarquismo tolstoiano, que debió de parecer excesivamente subversivo. Otras veces, la furia de la represión se aderezaba con supuestos enemigos exteriores inmediatos, con el espantajo de la amenaza chilena sobre la Patagonia, cultivado éste con dedicación por los mandos del ejército para justificar engordados presupuestos militares y privilegios sociales. Fue el caso de la que se descargó sobre los jornaleros huelguistas de las haciendas patagónicas; una tragedia magistralmente descrita y analizada por Osvaldo Bayer en su libro La Patagonia rebelde.
El recurso a la xenofobia y a la exaltación patriotera y militarista era el instrumento para imponer disciplina social en una sociedad donde una élite reducida -los Anchorena, Martínez de Hoz, Bunge, Zuberbühler, Alvear, Lanusse y Santamarina, entre otros, para señalarlos de una manera material- era quien directamente o a través de sus representantes controlaba el poder político. Para ello necesitaba mantener el carácter meteco de gran parte de la sociedad civil, ante la imposibilidad de una plena integración política de las masas, que hubiese significado un gravísimo riesgo para su sistema de dominio. Justamente porque no era una sociedad feudal sino precozmente capitalista, la Argentina moderna, dirigida por la oligarquía conservadora, había tenido que estabilizar y dominar a la fuerza del trabajo, jurídicamente libre, mediante la construcción de una estratificación no tradicional que redujera a la impotencia a las clases subalternas, lo que se lograba al negarles los derechos políticos, la plena ciudadanía. Este retaceo debía justificarse con argumentos más próximos a lo biopolítico que a lo cultural, como por otro lado se estaba comenzando a poner en boga en ese comienzo del siglo XX.” /…/ “Una xenofobia presente en los arquetipos del lenguaje cotidiano, cuando se hablaba del gallego ‘pata sucia’ o del italiano ‘palurdo’.
¿En qué pensaban aquellos intelectuales cuando tal escribían, sino en lo que se plasmaría con la Ley de residencia? La demonización de la protesta y la resistencia a la explotación y a la injusticia. El movimiento obrero era señalado como un ‘alienígena’, un invasor y, por lo tanto, merecedor de toda la violencia que el estado oligárquico podía descargar sobre sus espaldas.” /…/ “Un gobierno parcialmente populista, el de Hipólito Yrigoyen, había abierto, según la élite, una parte de la puerta a la participación popular, la de los trabajadores en la contienda política. Su administración quizás no había sido ejemplar, como tantas otras anteriores, en las que el apoyo político también se había pagado con encargos y empleos públicos, pero lo que preocupaba no era eso sino la apelación temeraria al apoyo de las masas. Había que salvar a la nación de los que también se creían con derechos en ella y sobre ella, y en 1930 un golpe militar inauguró una larga serie de ocupaciones e interferencias del ejército, es decir de sus altos mandos coaligados con los sectores oligárquicos, para corregir a la constitución; una larga serie de regímenes de hecho para impedir que el estado de derecho fuera el caballo de Troya de una democratización real temida. Con el tiempo, a las niñas y niños de los años treinta, nacidos en la primera manifestación explícita de la dictadura, les tocaría ser las abuelas y abuelos de los setenta.”
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Continúa el relato sobre diversas circunstancias en la historia de los argentinos, siguen los nombres de hombres y la descripción de hechos en sucesivas décadas.
Se impone la pausa y destacar algunos párrafos referidos a la señora Estela Barnes de Carlotto, Doctora Honoris Causa.
Señales insoslayables…
“Estela Barnes de Carlotto nació aquel mismo año de 1930, hija de un funcionario de correos. En su juventud conoció el tránsito de la dictadura y los gobiernos tutelados por el ejército de los años treinta al nacimiento del peronismo. Como el resto de la clase media, asistió a aquel nuevo fenómeno de manera pasiva, como espectadora, e inició su andadura como maestra, en Brandsen, como ella misma recuerda, en una ‘escuela muy humilde’.” /…/ “Las hijas de Estela Carlotto entraron en su adolescencia y juventud en los años de la esperanza, de la generalización de las movilizaciones por el retorno de Perón, el retorno del proyecto de reformas que, para algunos, habría de ser el inicio de una revolución de masas. Ellas también se incorporaron a esa esperanza. Laura Carlotto, la mayor, lo hizo desde su condición de estudiante de la Universidad de La Plata. Y en esa situación la sorprendió, es un decir, el golpe de marzo de 1976. Lo que iba a suceder no tendría parangón con nada de lo pasado y sólo podía compararse, a su escala, con las operaciones de exterminio genocida planeadas a lo largo del sangriento siglo XX. La historia universal de la infamia iba a sumar nuevos nombres, algunos de ellos de rancio abolengo en la sociedad argentina: Videla, Massera, Martínez de Hoz.” /…/
“Enriqueta Estela Barnes de Carlotto nació en Buenos Aires en octubre de 1930, y tuvo una vida común hasta que la acción criminal de la dictadura militar la arrojó frente a una nueva realidad. Desaparecida su hija, embarazada, y su marido, su primera reacción fue de estupor, e intentó resolver por sí misma un suceso que ya no era singular sino colectivo.” /…/ “La vía de la respuesta individual quedó muy pronto cerrada y Estela Carlotto decidió, en 1978, integrarse en la recién creada asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, constituida en 1977 para resolver el paradero de los cientos de niños que habrían de nacer en cautividad y de los que sus captores, torturadores y asesinos de sus padres nunca dieron razón pública ni de su existencia ni de su destino. El dinamismo de Estela Carlotto la llevó a asumir, ya desde 1978, la vicepresidencia de la asociación, de la que en la actualidad su presidenta.” /…/
“La primera denuncia legal planteada, en el mismo 1983, y ganada, dos años más tarde, fue la de Paula Eva Logares. Desde entonces, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo ha encontrado a unos ochenta niños y niñas, una cifra que seguirá aumentando mientras mantenga su actividad la Asociación. En la actualidad, hay 230 familias que buscan a los nietos desaparecidos, pero se estima que la cifra real de éstos supera los cuatrocientos. Por otra parte y hasta la reciente derogación por inconstitucionales de las leyes de punto final y de obediencia debida, de 1986 y 1987, la actividad de las Abuelas de Plaza de Mayo ha sido la excepción en la regla de impunidad por os crímenes de la dictadura con la que aquellas leyes protegieron de hecho a gran parte de los responsables y ejecutores de los crímenes de la dictadura”. /…/
Luego habló la señora Barnes de Carlotto y terminó su discurso diciendo:
“…Y se sabrá que hay luchas en paz para que NUNCA MÁS sea posible tal despojo. O somos heroínas ni diferentes, somos sólo mujeres, madres, abuelas. Muchas gracias.”
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¡Avancemos hacia el fraternal encuentro!…
Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini.
30 de octubre de 2005. Hora 12.
[1] N. de la autora: “ELLA: Mi tía Negrita, Ma. Delia Álvarez Ramos de Sonzini”. (Nació en Santa Fe de la Vera Cruz, el 27 de julio de 1917. Casada con Roberto Sonzini y mientras dialogaban después del almuerzo, cesaron sus latidos el 21 de enero de 1977. El 4 de septiembre de 1976 había fallecido nuestra tía María Teresa Álvarez Ramos de Soria –también residentes en el barrio de Caballito, en el departamento con frente a la calle Doblas y el 12 de septiembre Julio César Álvarez Ramos, soltero, fileteador y luego comerciante minorista que vivió en Rawson 823 desde que llegó a Buenos Aires a mediados de la década del ’30. “Ella” la coqueta tía que nos había regalado su bello canto en distintas celebraciones, cajera en Amézaga y Cía. Soc. Resp. Lda. (1943-1950), luego en “Mercurio” de Buenos Aires hasta su jubilación, tras la ausencia definitiva del generoso Roberto siguió viviendo sola en el departamento A, 4º piso de Otamendi 21, donde los vecinos advirtieron su fallecimiento días después. Pericias forenses indicaron que había caído en el baño y que su Último Desprendimiento se produjo el 4 de marzo de 1984. Cerca están las cenizas de ellos, donde sigue creciendo y floreciendo la gramilla en el cementerio de la Chacarita… // Co-operaron en el acto de presentación: “Letras: Nelly Borroni Mac Donald – Música: Susana Schivazzappa – Declamación: Noemí Genesio”. Guitarra: Geneviève Barleta. Poemas: Olga Dalino.” Auspicio: Municipalidad de Santa Fe – Intendente Cnl. Miguel A. Coquet. Secretaría de Cultura y Bienestar Social: Secretario Tte. Cnl. Hugo E. Polacino. Subsecretaría de Cultura y Bienestar Social: Subsecretario C.P.N. Bruno C. Budini. Dirección de Cultura: Director Sr. Oscar D. Gheco (no sabía en ese tiempo que Oscar era hijo de una vecina, hermano de Mirta Gheco de Ricardo, amiga del ama con quien compartimos ¡el placer de servir!… para encuentros fraternales.
[2] Fragmento de Historia del Libro. Información de la editorial Reader’s Digest Buenos Aires-Madrid-México-Miami.
[3] Rubbi, Gloria. Antología Poética Platense. Núcleo Literario Platense. La Plata, Imprenta Zilagraf, noviembre de 1982, p. 50-51. Año del Centenario de la Fundación de La Plata; capital de la provincia de Buenos Aires, de acuerdo a la planificación elaborada por Dardo Rocha. # En el acto realizado en el Club Español de La Plata –Calle 6 Nº 1030-, con la presencia de autoridades, entre ellas Juan Bautista Devoto vicepresidente de la SADE –Sociedad Argentina de Escritores-, entrega de Medalla de Plata por “una labor destacada durante el presente año “a … Nidia O. de Fontanini”. Publicado en Diario “EL Día”, La Plata, Martes 9 de noviembre de 1982, p. 5.
[4] Termina la circular con un “Punto y aparte” y se transcriben fragmentos de publicaciones en la revista “Qué pasa” – “inspirada tras los muros de la cortina de hierro”; donde es posible leer: “Basta de desestabilización! Evidentemente el enemigo no descansa. Es lo que denunciaron los muchachos de FAMUS, al alertar que entre otras cosas ‘el sexo comienza a cundir por doquier’.” (La Razón, domingo 19. También dijeron que “…‘los argentinos adultos necesitamos de libros que puedan dejarse sin peligro en manos de nuestros niños y adolescentes. Un libro posta posta es ‘El Poder en la sombra’ de casi un niño llamado Camps”…
[5] Un cuarto de siglo después, anoto tras el poema 64. a Silvia C. -en aquel tiempo detenida en Villa Devoto-, en el poema “65. A Gladys H.”… ¡Gladys Hiriburu!… también ex-alumna de la Escuela Nacional de Comercio “Juana del Pino de Rivadavia” de Santa Fe de la Vera Cruz.