Marisa Silvina Martín Decoff, desde Rosario.
Marisa Silvina Martín Decoff, desde Rosario…
Las páginas voladoras, ahora van y vienen por la red de redes con diversas escrituras, suelen generar sugerencias.
El 14 de marzo de 2006, a las 03:33 decidí saludar mediante un mensaje por correo electrónico a Marisa Silvina Martín, hermana… rosarina.
No la conozco personalmente, sólo por las señales que se proyectan en torno a Sonia de Catela, la cuentista de Los soles perdidos… [1]
Aproximación biográfica…
Marisa Silvina Martín Decoff nació en Rosario, el 9 de diciembre de 1969.
“Estudió Letras en la Universidad Nacional de Rosario. Es poeta, ensayista, crítica literaria; coordinadora de Espacios Integrales de Literaturas y educadora popular”.
Libros publicados:
“Testimonios del Forastero en la poesía de Patricia Buccella”, libro declarado de Interés Educativo Provincial por el Ministerio de Educación de la Pcia. de Santa Fe y auspiciado por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario.
“Los ríos profundos, la voz de otro origen”. Ed. Universidad Nacional de Salta.
“Cuéntame, versiones y diversiones en la gran aldea” Fundación El Libro, Alija e Instituto SUMMA. Capital Federal.
“Poemas de la partida y otros regresos” Ed. Ciudad Gótica.
Ha analizado y presentado las estéticas de poetas y escritores santafesinos, entre ellos, el más reciente:
“Abyecto y desalmado”- ficciones sangrientas; del periodista y escritor Silvio Ballan. Prologó el libro
“Vibraciones” de la poeta Margarita Madariaga.
Es columnista permanente de revistas literarias de su medio local. Fue invitada a participar del IX Festival Internacional de Poesía de Rosario (2003) y por AMSAFE a la Feria del Libro en el curso del mismo año.
Participó como expositora en la Feria Internacional de Bs. As. (2002); en el“IV Encuentro Iberoamericano de cuentería “La palabra crea, crea en la palabra”. La Serena, Chile, 2003; en el III Encuentro Nacional de Poesía y el Arte. Entre Ríos, 2005. Abrió distintas aulas-Taller en Instituciones Educativas de Rosario. Fue columnista -sección cultural- en los programas radiales “Debate Público” (Radio Nacional de Rosario) y “El debate” (FM Empresaria) años 2000-2003. Co-organizó “Las Primeras Jornadas de Promoción de la lectura: Leticia Cossettini” (2004) Coordinó el taller de Promoción de las lecturas “Abre-palabras” en la Biblioteca Popular Pocho Lepratti. (2002-2005). [2]
Llevó a cabo el proyecto “De la arcilla al papel” organizado por Federación de Bibliotecas Populares de Santa Fe (2005)
Primera aproximación…
XIII.
Hermosa duración de los milenios
figura cristal más que cristal:
porción viviente.
Fervor en los orígenes pacíficos del día aquel
dotando furias del menosprecio,
desgranando
botines en cinta
exudando poros,
vos,
estivando
a pleno repudio tramos de luna
nadan la noche.
XX
Diafanidad donde me encuentro
de caracol, en vuelo -desalmada-
distrayendo soledad en el milagro
sordo rumor trinar en frío,
repiquetear de mano: calma
donde desato
trémulo olvido / retraído del olvido,
del aire en fuego: la valija
embrión del día por nacer / abúlico nacer,
urdir en aguas.
Duelo
Con la dureza del metal dijo el maleante:
Tendrás que soportar
al extraño día
de la partida
en la obsecuente duda
del después,
en el silencio sofocante
del nylon prisionero
que desenvuelve su tentáculo
entibiándose los pies.
Habrá que sufrir -dijiste War:
la absurda risa de la burla
la sal fresquita punzando la memoria
esa imagen / enemiga
del defensor de paraguas,
el látigo de la corbata
galopando frenético la herida,
la protuberancia de la nalga
en la evasiva
mirada
del desertor.
XXVIII
perdido en los destellos de la fama
la oruga corroe lo no sido,
husmea lo que somos en el fondo:
hijuelos taciturnos del embrión.
De “Poemas de la partida y otros regresos”. Rosario. Diciembre 2005. ISBN – 987-597-009-3
Más “Ecos…”
Desde el espacio donde se encuentran los Duendes, se prolonga este eco:
“Marisa Martín presentó Poemas de la partida y otros regresos en el Centro Cultural “Bernardino Rivadavia: [3]
XXXIII-
imposible el deseo cuando esparce
a tajos el objeto
inapropiado el sexto piso
desgaja a mar abierto su extravío.
XXXIV-
noctábula noche de regreso
el ojo guiña su complicidad presente
en el trémulo destello vela
el insecto disecciona las garras del capullo.
Más señales: Coordinación de Talleres Integrales de Literaturas: “Sin medias tintas” [R] Clínica. * La Literatura como goce, extrañamiento y expectación. * El mundo del texto y el mundo del lector. * La belleza de la palabra poética. * La iluminación de los grandes maestros.
—o0o—
Testimonios del forastero
en la poesía de Patricia Buccella. (Breve fragmento)
“No pertenecía a ese pueblo, ni a esos hombres, quizás su vida era
esa extensión inmensa y árida sin dueño”.
Patricia Buccella.
Francisco es esta vez el nombre elegido como principio estructurante de un extenso poema que lleva la forma de un romance, ese género poético que dio voz a la Patria, allá cuando ésta iniciara el ideal de la libertad y buscara dirimir los conflictos que la lucha independentista sufría como propios y reconociera como obstructores de la gesta revolucionaria.
Inmerso en la tradición de la llamada poesía patriótica, el romance buscó construir esa mentada identidad que definiera lo que somos como pueblo, como patria, como nación. Sin embargo, el entusiasmo de esa hora y el acento puesto en los varones ilustres, no otorgaron un espacio en la escritura para las huellas famélicas que tras ellos marcharon.
Preocupados por la construcción de una argentinidad colmada de pureza, los versos del momento se negaron a la incorporación de aquello que creían dejara sus espaldas, el rico y laborioso hacer del pueblo indígena.
Ese mezquino sentimiento de antipatía no produjo, sin embargo, el exterminio total del pueblo que negaban; tras el velamen de la ocultación y abocados a múltiples prácticas de resistencia a la cultura oficial, los sobrevivientes del olvido insisten en señalar, bajo el peso de nuestra negación culposa, las objetivas contradicciones de un pueblo que ha postergado el diálogo necesario entre los llamamos estratos populares y cultos, optando por una política de la desigualdad que se disfraza bajo los titulares de una diversidad sin intercambios.
El romance de Francisco habla sin dudas de estas tensiones constitutivas de nuestra identidad nacional, pero proponiendo desde la gravedad de su voz imperativa, una acción concreta sobre nuestra heterogénea realidad cultural que busque resolver en principio, y conscientemente, la incisiva herida colectiva que mantiene vivo el origen y el dolor.
Otorgándole un lugar a Francisco, la poesía de Patricia Buccella ubica en la Historia una voz anónima y una decisión trascendente y soberana. Como un sueño que podría alcanzarse, la elección personal de Francisco, ese hombre azarosamente blanco“que tuvo el coraje de acercarse al polvo, la aridez y la noche”, desafía los tendenciosos imperativos de las ambiciones dominantes, que al no respetar la particularidad de las múltiples manifestaciones culturales que existen en nuestro país, anulan las diferencias y pulverizan todo intento de comunicación.
Al construir la imagen de un forastero que logra entender y resolver su necesidad de pasado y encausar el entrañable deber de elegir el carácter de su destino, el romance de Francisco va buscando el recuerdo de las comunidades autóctonas que habitaron y habitan nuestro territorio. Haciendo escuchar sus voces, el poema incorpora de este modo y paulatinamente, voces nativas que se suman al amplio bagaje de nuestra tradición.
Entre un lugar para Francisco y el lugar de Francisco, 420 versos componen un paisaje, una geografía pensada como texto imprescindible para leerla escena original en la que el hombre sostiene la autenticidad de su pertenencia y permanencia a un ambiente natural que respeta como propio, manteniendo su coherencia, integrándolo a sus días y a sus noches, y entendiéndose como obstinado factor de enlace.
Mostrando la lucha que Francisco sostiene al buscar su identidad perdida y desenvolviendo “coplas que en la mañana/ sus relatos van dejando”, la voz del poema, de la poeta y del tambor, no pretenden asumirse como portavoces privilegiados de la natividad ni de la marginalidad, sino lanzarse a una búsqueda reflexiva que renueve el interrogante sobre los nuevos alcances y derivaciones que adquieren por estos días el aumento de la miseria, la extranjería y el despojo, enfrentándonos a ese instante preciso
en el que la sabiduría despliega toda su virtud esclarecedora y desata el momento supremo de un despertar.
El despertar de Francisco golpea, y golpea duramente, porque se acerca a los lugares marginados desde su vivencia personal y eludiendo los discursos hipnotizadores que pretenden seducirlo imponiéndose como única verdad, se interna en la búsqueda de un tiempo ancestral para integrar a su propia temporalidad, la cultura indígena que desde la música y la danza, convoca a desenvolver dinámicamente aquello que, en otro lugar de su estética, Patricia Buccella denomina “el sueño de una civilización más santa”.
Sin embargo, tras el despertar-despuntar de Francisco habita su cansancio y es justamente ese cansancio quien determina el momento decisivo de su visión y va adquiriendo una creciente significación en el entramadazo global del poema.
La fatiga de Francisco no sólo pertenece al orden del cuerpo, del cuerpo-buey que se sostiene sin reposo en el arduo oficio de carrero, sino que va más lejos, deviene del amplio conocimiento adquirido en su constante tratamiento con la gente; por eso mismo la sabiduría del arriero roza el silencio. Habituado a los modos seductores y al entusiasmo estéril con que azuza el progreso, su negación a la palabra resulta de la imposibilidad de apropiarse de una tierra amada como propia y cuyas fronteras en mudanza le están anticipando el irrespetuoso momento de un diálogo perdido.
Otorgándose desde el comienzo una claridad crítica que obedece, no al impulso lírico de quien busca manifestarse, sino a la comprensión de la necesidad de adaptar la poesía, para que ésta pronuncie a su voluntad las múltiples voces que la componen, ordene su propio espectáculo y defienda su peculiar cronología; una nítida voz poemática que por momentos deviene solícita, se presenta ofreciéndose al lamento y hace constatar desde el granado lugar que ocupa, la soledad de un hombre cuyo nombre es Francisco y somos, por momentos, todos los hombres:
“¡Ah! Si el Creador dejara/ sus criaturas en olvido, /
pobres árboles sin ramas / sin cuidado ni destino.”
Desde que lo vieron ellos, el cansancio de Francisco calla, y ese “viejo pájaro sin trino / cuyo sueño ya no espera”empieza a hablar, eligiendo su propio derrotero que gira para atrás, porque va en busca, en la eterna búsqueda de la veta cultural que bajo los preconceptos del delincuente le fue negada, y que reconoce en la ancianidad un lugar para Francisco pero en otra parte. [4]
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Incluido en “Un lugar para el sosiego y el asombro”
y en el CD Del vivir y vibrar…
Nidia A.G. Orbea Álvarez de Fontanini
Presentado el 10 de mayo de 2006 a las 19:30
en el Centro Comercial de Santa Fe – San Martín 2819
Santa Fe de la Vera Cruz (República Argentina)
[1] Catela, Sonia de Los soles perdidos – Cuentos. Santa Fe de la Vera Cruz, Fondo Editorial de la Provincia de Santa Fe, Nº 11, editado en 1985. Subsecretario de Cultura Dr. Jorge Alberto Guillén (10-12-1983 hasta el 2 de septiembre de 1985, momento de su Último Desprendimiento al comenzar la jornada, en su despacho situado en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, 4 de Enero 1510 en la capital santafesina. Sonia Nació en Rosario, es Contadora Pública Nacional y desde 1966 reside en Ceres (Departamento San Cristóbal). Libro seleccionado en 1980 -durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (23-04-1976 al 09-12-1983); convocatorias a concursos y sólo editaron hasta el Nº 9 Tiempo Recopilado, poemas de Nelly Borroni Mac Donald. En 1980, “Comisión Ejecutora del Fondo Editorial Subsecretario Dr. Fernán C. Serralunga Director Provincial de Cultura Prof. José María Junges – Miembro Delegado por la Asociación Santafesina de Escritores (ASDE) Dn. Luis Di Filippo. Jurado de Selección: Por el Fondo Editorial de la Provincia Dn. José Luis Víttori; por la Asociación Santafesina de Escritores Dn. Eduardo Raúl Storni – Por la Sociedad Argentina de Escritores (Filial Rosario) Dña. Natividad Parodi de Salafia.”
[2] Leer: Pocho Vive! Editorial Biblioteca Popular “Pocho Lepratti”, edición 2005. Reconocimiento a su trayectoria: estudiante de Derecho, seminarista, gremialista (ATE); residente en Rosario trabajó con grupos de base entre ellos en el Barrio Ludueña. Murió asesinado cuando tenía 35 años, tras los sucesos del 19 de diciembre de 2001 cuando renunció el presidente Fernando de la Rúa y se anunció que formarían un gobierno de coalición.
[3] Martín, Marisa. Poemas de la partida y otros regresos. Rosario (provincia de Santa Fe), Editorial Ciudad Gótica.
[4] Nota de las autoras: * El presente fragmento forma parte del libro“Un lugar para Francisco”- En la búsqueda de nuestras raíces. / Co-autoras: Patricia Buccella (poesía) y Marisa Martín (ensayo). Ed. Homo Sapiens. ISBN Nro.950-808-336-0 / Publicación declarada de interés educativo provincial por el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe, auspiciada por la Sub-Secretaría de Cultura (Santa Fe) y la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. Febrero 2002