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Junio 15-1838 Brigadier Estanislao Lopez…

Desde el ocaso…

Es oportuno rememorar algunas señales del historiador Dr. Manuel M. Cervera acerca de la trayectoria del Brigadier General don Estanislao López.

La lucha contra invasores…

 

El historiador Manuel M. Cervera reiteró que “después de la actuación del general López en Córdoba, en 1831 y 32, retiróse á Santa Fe, de donde no salió, mas que para defender las fronteras de las invasiones de los indios.  Dedicóse á efectuar reformas en la administración política, regularizó la hacienda pública, las policías de campaña, la administración de justicia, la instrucción primaria y en una palabra, procuró en medio de la paz interna de la provincia, su engrandecimiento y mejora.  No por eso dejó de intervenir en el movimiento político del país, del que tenía conocimiento exacto, como se vé en la multitud de cartas y documentos existentes en el Archivo de la provincia, sin contar lo que se ha roto o quemado.  Ello solo demuestra, la popularidad de López, su influencia y el respeto que se daba a sus decisiones.  Pero cansado, y gravemente enfermo desde 1838, dejó al general Rosas la dirección general de la política federalista, por ser el único que podía tener medios para dirijirla.  Triunfante el sistema político que persiguió desde su juventud, como idea localista al principio, como única política favorable a los pueblos de la Unión, después… no dio oídos a los que reconociendo la importancia topográfica de Santa Fe, el caracter inflexible de López y la persistente resistencia de los santafesinos, trataron de atraerlo, para que se pusiera al frente de una reacción contra Rosas.  Si en su fuero interno criticó los sucesos que se producían, no tuvo ánimo ni fuerzas suficientes para oponerse al torrente, que creía indispensable corriera por algún tiempo, para que en medio de todos los horrores, limpiara el desorden, la anarquía, las desconfianzas que eran vida y muerte de la Nación.  Una sola vez levantó la voz, fue cuando se tocó el porvenir económico de su provincia, cuando el bloqueo francés amenazaba á Santa Fe, de ruinas y desgracias, y el porvenir de la patria hallóse en peligro.  Por lo demás, bastantes enemigos tenía en el interior para atender sucesos externos que no perturbaban su inmediata tranquilidad.”

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Enfrentamiento con aborígenes…

El historiador Manuel M. Cervera reiteró que en la Ciudad y Provincia de Santa Fe, “los indios, eternos enemigos de Santa Fe, no daban paz ni cuartel.  No pasaba año, sin que por sus incursiones, sufrieran las poblaciones de la campaña y vecindario de los pueblos.  Una miseria espantosa sentíase por todas partes.  Haciendas, caballos, hombres y mujeres cautivas, eran arreadas continuamente por los indios, cuya táctica de guerra salvávalos de recibir serios castigos, debiendo los gobiernos de provincia llevarles la guerra á las mismas tolderías.  Gastos, contrariedades, expediciones inútiles, cuando no pérdida de hombres y abandono de las poblaciones, dejaron á retaguardia y de nuevo invadidas por los indios, producían estas expediciones.  Con las continuas guerras civiles, las fronteras hallábanse casi desguarnecidas, y cantidad de vagos, asesinos y desertores recorrían los campos, sirviendo entre las hordas de indios como elementos de guerra ó espías seguros.”

“Era una continua atención la que debía tenerse contra los indios, que cuando cesaban de robar y dañar por un lado, aparecían por otro, de suerte, que las milicias y poblaciones sufrían toda clase de desmanes, muchas veces, sin poderse castigar.  Y sinó eran indios solos, á los que bandidos fuera de la ley acompañaban, gavillas de malhechores y asesinos ocasionaban iguales males”.

Destacó el historiador Cervera que el gobernador Estanislao López, “en el mes de octubre de 1836, procuró el gobierno reponer la población de la Guardia de la Esquina y Melincué.  A esta, enviáronse alguna familias para aumentar el vecindario, y á la primera, que hallábase sin recursos de ninguna clase, por las depredaciones de los indios, se remitieron para los vecinos, 1000 ovejas, 500 carneros, 500 terneros machos y hembras por mitad, y 147 potrancas.  Al mismo tiempo, salía López á campaña para atacar algunas tolderías sueltas.  El tiempo lluvioso que lo acompañó, agravó su enfermedad y prodújole á más una tisis pulmonar, por lo que hubo de efectuar un viaje á Buenos Aires para su curación, en 1 de Enero de 1837.  Parece que estaban esperando esto, para que los mocovíes de San Javier y los del Sauce, aprovecharan la ocasión para sublevarse, ocasionando alarmas.  Habían pretendido, en connivencia con los abipones, ocupar Coronda y derrocar allí autoridades, y dar luego un asalto á la ciudad de Santa Fe.  Tomáronse algunos presos, y matáronse 30 indios por orden de Cullen, en la boca de Colastiné”.

“La crónica detallada de todas las invasiones de indios, á la ciudad y Provincia de Santa Fe, los males que efectuaron, la miseria, las muertes y desgracias que á su paso ocasionaban, difícil es de relatar”…

“Sin haberlo visto, no se puede detallar, el terror que se apoderaba de los vecindarios, las penurias de los cautivos, la desolación de las campañas, las ruinas de los hogares, estancias y poblaciones; el desaliento que aniquilaba á los defensores; las tristezas, hambres y dolor sufridos por los santafesinos, que sin darse un momento de reposo, debían acudir á todas partes en lucha incesante: contra indios, contra salteadores y bandidos, sosteniendo su independencia local contra las pretensiones de los unitarios, ocupando durante más de 20 años, uno de los primeros puestos en la Historia política y civil de la República Argentina.  Solo la energía de sus caudillos, la actividad y perseverancia de sus gobernantes, el principal de ellos Estanislao López, pudo conservar esta provincia libre de enemigos para la Confederación, y elevándola, defender á otras provincias colindantes, del desquicio y de la ruina; propendiendo al mismo tiempo que al respeto de sus fueros locales, al imperio de un gobierno federativo, el más apropiado al país, y á la organización de la Nación.” [1]

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El bloqueo

Al comenzar el bloqueo, “todos aplaudieron, aún muchos unitarios de Montevideo, excepto el general Estanislao López de Santa Fe.  El bloqueo era un mal gravísimo, para las provincias pobres y sin recursos.  Mataba el comercio y sumía en la miseria el interior.  López, enfermo gravemente y sin profundizar los ocultos resortes que movían este ataque á la integridad de la Nación, mirando solo el bienestar y seguridad de su provincia, intentó que las desavenencias entre Rosas y el almirante francés se transaran de algún modo, para salvar intereses provinciales.  Para ello envió á su secretario Domingo Cullen, ante Rosas, quien nada consiguió, y tentó un acercamiento con los franceses, sin resultado, por los acontecimientos que se sucedieron.  Dícese que la idea de esta oposición de López, fue insinuada por Cullen, que á este así se lo expresó Rosas, y desde ese momento data la caída de Cullen, complicada con otros sucesos.” [2]

En ese tiempo, Fructuoso Rivera “conocedor de los hombres y del estado de los pueblos” intentaba establecer “un estado independiente, con la Banda Oriental, Entre Ríos, Corrientes y República de Río Grande” y así podría dominar en el río de la Plata aniquilando al Brigadier General Juan Manuel Ortiz y Rozas, más conocido como Juan Manuel de Rosas.  Rivera tenía el apoyo de los expatriados argentinos “sin importarles mas, que el recuperar el poder en Buenos Aires.  Destacó el historiador santafesino Manuel Cervera que  “aprovechándose de todas las incidencias de esta inicua tramoya, y de la toma de la isla de Martín García por los franceses, desembarcaron aquí, y ayudados por los extranjeros, reunieron elementos para llevar la revolución á su patria.  Los sucesos se precipitaban, Cullen, en Santa Fe, sin ayuda, tocado por los unitarios, y no muy lejos de estos, entra en trato con los correntinos, unitarios y Rivera; el gobernador de Corrientes, Verón de Astrada, pero interceptada la correspondencia de Cullen y Astrada, descubrióse un plan meditado que los unía contra el poder de Rosas.”

Continuaban las intrigas involucrando a Rosas y al general Pascual Echagüe, hasta que Berón de Astrada mediante gestión de su ministro Manuel Olazábal, acordó “una alianza ofensiva y defensiva contra Rosas y su gobierno”.

“El partido unitario pués, en su guerra contra Rosas, había conseguido adquirir valiosos elementos, dentro y fuera del país; y bajo el amparo desavenencias internacionales y el bloqueo de costas y ríos argentinos, se preparan los unitarios, y Rivera, Presidente de la Banda Orienta, á llevar la anarquía y la revolución á la Argentina”.

Asesinato de Quiroga…

No ha sido por casualidad lo expresado por el historiador Manuel M. Cervera: [3]

“La República Argentina como un gran pulpo, no tenía más que un estómago insaciable y trece brazos largos, delgados, flácidos que todavía exprimen y sujetan cuanto encuentran en beneficio del centro de ese cuerpo siempre absorbente.  Pero el pueblo concibió perfectamente la política de Rosas, aunque uno solo se atenga á los versos que se cantaban en ciudades y campañas, desde antes de 1840, y que con otras causas influyeron en la caída posterior de aquel gobernante:

‘Rosas quiere gobernarnos

Pero con la precaución,

De poner á la unidad

Nombre de federación.

De esta manera ha engañado

Algunos bobalicones,

Y otros los tiene por suyos

A costa de sus doblones.

Ay cielo del desengaño,

Cielo de la bella unión

Muy tolo es el que se crea

En Rosas Federación.’

‘Ay cielo, cielo y mas cielo

Cielo de la explicación

Diré lo que es unidad

Y lo que es federación.

Federación es ser libre,

Unidad sujeto á uno,

Este uno quiere ser Rosas

Sin que se le oponga alguno.

Y al pueblo que no obedece

Su bárbara voluntad,

Manda el presidente impartibus,

Que hagan en él mortandad’.”

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Fallecimiento de López y declaraciones de Domingo Cullen…

Desde fines de 1828, Domingo Cullen fue el ministro general del gobernador Estanislao López y cuando se agravó su enfermedad estaba cumpliendo la misión encomendada “para procurar paz entre la escuadra francesa y el gobierno de Buenos Aires”.

En tales circunstancias, el 15 de junio de 1838 tras el fallecimiento del Brigadier, la legislatura santafesina nombró gobernador provisorio a Cullen quien egresó el 27 de junio y pidió a la Junta de Representantes que nombrara una comisión para “dar cuenta de la misión que se le había confiado, y renunció decididamente al cargo gubernativo con que se le agraciaba, por razones que expresó á todos y cada uno de los Representantes.  Declara: que desde 1810, había sufrido mucho por su amor á la libertad, y cuando en nombre de la Federación era considerado como un crimen; que después de muerto Dorrego, el 1º de Diciembre de 1828, fue llamado por el general López al gobierno, donde trabajó incesantemente dejándolo sin salud, y hoy esperaba el descanso para educar sus doce hijos. Contestósele: que conformes los Representantes con sus trabajos, el 29 de junio le habían elegido, con facultades extraordinarias, debiendo responder, de los resultados que pueda producir su resistencia a aceptar el mando, con la brevedad que las circunstancias exijan.  En vista de tanta insistencia, acepta Cullen al fin el cargo, nombrando ministro general, en 1º de julio, á José Galisteo.  El 3 de Julio, desde el Paraná, el gobernador Echagüe escribe: expresando su inmenso dolor por la muerte de López, y declarando su inalterable amistad por la provincia de Santa Fe.”  Enviaron notas en términos semejantes los gobiernos de Catamarca, Córdoba, La Rioja y Santiago del Estero, mientras “levantáronse resistencias a Cullen, Buenos Aires y Entre Ríos lo desconocieron”. [4]

Continuaron las conspiraciones y el 3 de agosto, Domingo Cullen envía una nota al ministro Galisteo para que inicien un sumario en torno a las acciones del gobernador de Entre Ríos general Pascual Echagüe porque estaba promoviendo disturbios en Santo Tomé y había enviado a “José Rodríguez y un hijo de ése” –Rufino-, “vecinos de Punta Gorda, para ganar los indios abipones del Sauce”. Declaraciones de Silverio Bravo -uno de los emisarios de Echagüe- indicaron que estaba previsto que por el Paso del Rey, el capitán Maldonado sorprendería “al comandante Oroño en Coronda, para derrocar al extrangero Cullen, y poner uno del país.  Se le pagarían sus servicios con nombramientos, y el utilizar, el procreo de 500 á 1000 animales vacunos de la estancia del Estado de Santa Fe, que solo ocasionaba gastos en conservarlos, y con la que Cullen y Crespo se enriquecían¸ por lo que era mejor, repartir toda la existencia de aquella estancia á los pobres.  Los demás presos, José y Rufino Rodríguez, y el alférez Bernardo Zuviría, del batallón de milicia de Santa Fe declararon en el mismo sentido que Bravo.  El gobernador Echagüe, intentaba apoderarse de la Provincia de Santa Fe, colocando en el gobierno á su hermano José María Echagüe, ó al comandante José Ramón Méndez… y procuraba por todos los medios congraciarse con Rosas, y provocar dificultades en la provincia para tal objeto.  Pero otros trabajos habíanse iniciado en Santa Fe y Buenos Aires, a favor de Juan Pablo López, hermano del finado general López, en cuyos trabajos hallábase interesada la viuda de ése. Aunque según se desprende, Cullen no pudo aceptar el cargo sin consulta de Rosas, pues fue electo estando en Buenos Aires; y aunque Rosas supo la elección, éste, que parece consintió de ello al principio, cambió á poco de opinión, y no queriendo aumentar el prestigio de Echagüe, decidióse por J. P. López,  al que ofrecióle algunas fuerzas para derrocar á Cullen.

El 21 de Julio, hallábase ya López en el Rosario provocando movimientos subversivos. Por otra parte, desde Entre Ríos, emisarios varios difundían la desconfianza y el desorden, y declarando que Cullen era un traidor.  La situación era tan crítica, que varios vecinos empeñáronse con Cullen, el que renunciara para no traer una guerra á la provincia.  Así sucedió, aceptando la Junta Representativa la renuncia, y nombrando el 15 de Setiembre gobernador, á José Elías Galisteo. Con esto, pretendióse descartar la queja principal que se hacía á Cullen, de ser extranjero.  Galisteo, dirijíase a Rosas por primera vez, como él decía, dando cuenta de su elección y de que había sido reconocido por el gobierno de Entre Ríos, ofreciendo conservar las mismas relaciones amigables con Buenos Aires y demás provincias,  que las que el finado López había sostenido.”

Luego, el historiador Cervera destacó que “ni la ley, ni los tratados ni las conveniencias políticas hicieron desistir á Rosas del plan que ya tenía premeditado, de apoderarse de la provincia de Santa Fe, colocando en ella un dependiente suyo, como J. P. López, al que sin embargo, nunca le tuvo la suficiente confianza.”

Estaba en marcha un proceso tendiente a terminar con Domingo Cullen y con su sucesor José Elías Galisteo, “rodeado su gobierno con traidores y desafectos”.  No fue por casualidad que Galisteo el 20 de Septiembre de 1838 , escribiera al “Señor don Pascual Echagüe – Paisano estimado:  Por un acto de armas á la una media de este día entre el comandante Oroño, y las tropas del teniente coronel Díaz se ha concluido presentemente la maquinación, que había del segundo y algunos subalternos para envolver en males á la tierra y que ha hecho padecer inmensos trabajos al desgraciado vecindario”.  Después de comentar diversos hechos, en el párrafo final el gobernador José Elías Galisteo escribió:

“…Los vecinos del Rincón habiendo visto el reconocimiento de Ud. por la circular, se han informado y prometido volver al sosiego, y antigua unión por garantías personales que les he dado bajo palabra de honor.  El señor doctor su enviado me ofreció remitiera ud. los pobres paisanos llevados presos á su territorio, espero me los remita: porque son sujetos buenos, y sus compromisos son de obediencia, y no de combinación.  Nada más sinó que soy S. S. y Paisano affmo.” José Elías Galisteo.

No fue por casualidad que continuaran las conspiraciones mientras desde Rosario continuaba el apoyo a Mascarilla López y se oponían “Pedro Rodríguez del Fresno, pariente del finado general López, Santiago Oroño y el sargento mayor José Manuel Echagüe, hermano del gobernador de Entre Ríos”.  El gobernador Galisteo descubría traiciones y entre tantos conflictos, el 29 de septiembre Domingo Cullen huyó hacia la ciudad de Córdoba. Tres días después, en el combate de “El Tala” murió José Manuel Echagüe, huyeron Santiago Oroño y Pedro Rodríguez del Fresno.  Ya estaba despejado el camino para la entrada de Juan Pablo López a la ciudad, y enseguida ordenó la detención de varias personas, entre ellas a José Elías Galisteo que fue conducido a Buenos Aires y ahí quedó durante cuatro años.

Como suele suceder en la historia de los argentinos, la misma Junta de Representantes que había nombrado a Cullen y a su colaborador Galisteo, el 5 de octubre de 1838 designó gobernador a Juan Pablo López.  Durante aquellas jornadas, estaban en la capital provincial tropas auxiliares de Entre Ríos y de Buenos Aires.

Es oportuno tener en cuenta el comentario de don Urbano de Iriondo en sus apuntes acerca de que al regresar a sus destinos tras “el corto tiempo que estuvieron en Santa Fe… no dejaron ni en las chacras, ni en las estancias inmediatas, novillos, lecheras y bueyes gordos que no mataran; se arrearon cuantos caballos y yeguas pudieron, y Echagüe llevó al Paraná, el tren de artillería, y toda clase de municiones, armamentos y vestuarios que el finado general López tenía reservado en la Aduana.  Santa Fe, comenzó desde entonces á sufrir toda clase de excesos.  Juan P. López no tenía ninguna de las condiciones que sobresalieran en el general Estanislao López.  Inútil, su mismo hermano le había tenido arrinconado,  y ántes de morir declaraba: que era el peor que podía elegirse para sucederle”.

   Semblanza de Estanislao por Urbano de Iriondo…

En sus apuntes para la historia de la provincia de Santa Fe, don Urbano de Iriondo después de haber estado “complicado con Cosme Maciel y otros, en las intentonas contra López”, escribió:  [5]

“Era el general López, alto y de buena presencia, color moreno y vista firme; honrado y sin más defecto, que ser muy celoso del gobierno, de modo que hasta por sospechas contra él, cometió algunas tropelías; en el dilatado tiempo de su gobierno, no había iniciado siquiera un hombre que le sucediera en el gobierno, sino al contrario no ocupaba á ninguno que pudiera hacerle aire.  Mantuvo á la provincia en paz y tranquilidad y respetada por las demás.  Su buena opinión era general, y su muerte fue muy sensible en esa provincia.”

El historiador Manuel Cervera al reiterar ese testimonio, anotó algunas referencias verbales de don Pedro Galisteo y otros, porque “preguntándole algunos amigos á López durante su enfermedad, quién podía ser su sucesor, nada contestó.  Juan P. López, su hermano? Dijo uno.  Ése es el mas inadecuado y atolondrado respondió, por eso lo he tenido alejado del gobierno”.

Luego, Cervera destacó que el gobernador Estanislao López “celoso del mando y de la administración pública, castigó sin consideración el más pequeño desliz.  Tuvo pues enemigos dentro de la provincia. No gobernó constitucionalmente, como hoy se efectúa ó se aparenta gobernar” -escribió el historiador a principios del siglo veinte-, “sino que aunque respetando la ley, siguió en un todo los dictados de lo justo y equitativo. No dejó que nadie lo suplantara en el gobierno, que él solo creía poder dirijir en beneficio de su pueblo, ante las complicaciones diarias, y no inició á nadie que le sucediera, pues los hombres que le sirvieron como secretarios ó ministros, Maciel, Seguí, Mendez y otros, ó no eran aptos algunos, ó eran díscolos, y provocaron desórdenes los otros.  Intervenía en todos los asuntos públicos y privados, oyendo la queja de los ciudadanos, y resolviendo las diferencias sociales, de intereses particulares y deficiencias de policía.  Jefe de un pueblo de corta y diseminada población donde el elemento de guerra era absoluto, donde todos los ciudadanos estaban prontos á defender el territorio contra invasión de indios ó de provincias limítrofes; el caudillo prestigioso, el general que los llevaba a la victoria, era como en todas las sociedades primitivas, consejo y refugio, padre y juez de diferencias. De ahí, un gobierno mas paternal y de jefe de tribu, que de nación constituida.  Sin embargo, dentro de las leyes dictadas bajo su consejo y previsión, no olvidaba llenar las formas, dando su lugar y respetando á los otros poderes constituidos.”  /…/  Procuró instruir á los habitantes; colonizar á los indios sometiéndolos á pueblos; reconstruyó á Santa Fe, Rosario, San Pedro, San Javier, Calchines, Rincón, Coronda, Guardia de la Esquina y Melincué, destruidos ó por las guerras civiles, ó por invasiones y levantamientos de indios; pobló á Romero y Quebracho Herrado, con ayuda de Córdoba; fundó en el sauce reducción de indios; conservó á Sunchales, y levantó varias veces, líneas de fortines al Norte, Sud y Centro de la Provincia… favoreció el comercio local; dió á la agricultura y ganadería, grandes espacios de terreno conquistado al salvaje y al abandono; fundó iglesias en todas estas poblaciones, creando curatos y creó escuelas primarias; repobló estancias con ganados, ó conseguido s por tratados, ó adquiridos como represalia de los enemigos, hizo abonar al Rosario perjuicios sufridos por invasiones de Balcarce y Lavalle; canceló todas las cuentas atrasadas, adeudadas por la tesorería de Buenos Aires; ayudó á las provincias limítrofes en distintas empresas miliares, previo pago de cantidad de dinero para pago de milicianos y gastos de guerra; mantuvo á su lado hombres adictos y efectuó mejoras públicas en las guerras; fue humano y respetuoso del derecho de los demás; persiguió sin descanso á vagos y facinerosos, reforzando las policías, é hizo en fin, todo cuanto dentro de sus conocimientos, como él decía, pudo hacer en beneficio de sus conciudadanos… Defendió siempre la autonomía local, privilegio heredado de la legislación colonial, instó siempre a la organización nacional, y su lucha continua y persistencia por el sistema federal de gobierno, fue, puede asegurarse, el valladar mas obstinado que halló en el país, el partido unitario preponderante en Buenos Aires”…

Semblanza de Domingo Cullen por Manuel Cervera…

El historiador santafesino doctor Manuel M. Cervera, en su Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe destacó la participación de Domingo Cullen en sucesivos períodos, “en relaciones directas, con los unitarios refugiados en Montevideo y con el gobierno de la República Uruguaya. Viváz é intrigante, su actuación tendía al predominio de Estanislao López, bajo cuya sombra dirijía la provincia.  Intervino en todos los tratados políticos, y federal decidido, instaba á la lucha rápida y eficaz contra los unitarios, conferenciando varias veces con Rosas.  Sin embargo, no dejó de recriminar a éste sus procederes, con demasiada libertad… Sus relaciones en la Banda Oriental; el papel pasivo, que en los últimos años, ante la impotencia de Rosas ejercía Estanislao López, quién por su torpeza, según el general Paz, se dejó sobreponer; la intriga de revolución unitaria, en que Cúllen tuvo el primer papel, para poner á López frente á Rosas en 1833 á 1835; el conocimiento perfecto que tenía de todas las intrigas políticas, y su última intromisión en el arreglo de paz del gobierno de Buenos Aires con los franceses, lo hacían considerar cómo hombre peligroso.”  [6]

Insiste Cervera en que “puede conjeturarse que mediaron tratos con los franceses y Cúllen; que con Rivera y unitarios de la Banda Oriental, carteábase, preparando un plán, en el que el gobierno de Corrientes entraba, según carta de Pedro Ferré á Verón de Astrada, esperando noticias de Cúllen, antes de que Corrientes declarara la guerra á Rosas.  Un vasto plan íbase incubando contra Rosas, hallándose tocados muchos, que se declaraban federales en Buenos Aires y provincias del interior”.

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Después de leer y releer apuntes, notas, registros y documentos para elaborar esos relatos y conclusiones, el historiador Manuel M. Cervera sintió el impulso de escribir:

“Las páginas de la Historia Argentina, hállanse manchadas por la inconsecuencias y procederes poco dignos, de los hombres que han actuado en ella, fueron estos, aún los que mas resaltan por su buena conducta é intenciones. Por este tiempo y en el mes de junio, habíase descubierto la conspiración de los Maza contra Rosas, en cuya conspiración, hállanse figurando personas de la intimidad de Rosas y otros notables. Aunque Rosas dio al doctor Maza, su ministro y amigo personal, tiempo para huir, y aún le insinuó esto, no se aprovechó de ello, y hubo de sacrificar á este personaje y á su hijo Ramon, sin iniciar mas proceso contra los conspiradores que ahorrar sangre de muchos comprometidos. Estudiando bien estos sucesos, y cuando las escuadras francesas recorrían los ríos del interior de la República, efectuando actos de guerra asoladora, no puede negarse, sin extremar opiniones, ni obrar apasionadamente, que Rosas procedía con toda circunspección y altura.  Se ha dicho que fue un tirano, que su capricho era ley, y que llevaba la burla soez y sangrienta y el desprecio á todo, á los extremos.  Hasta este año de 1839, solo había desterrado á cuantos gefes unitarios pudieron dañarle; defendiendo su vida, continuamente amenazada, persiguió á los eternos conspiradores.  En diarios y conversaciones se le inculpaban todos los vicios; se le sindicó como asesino de Quiroga y otros; se le levantaban toda clase de insidia y calumnias.  La pasión política, tan extremosa y despiadada en nuestro país, había llegado al período álgido.  Era que Rosas, dominando en Buenos Aires como absoluto, y mimado por ricos y pobres, había consolidado su poder arraigándolo en todas las esferas sociales, y por procedimientos estudiados, desalojado á los unitarios.  Frente á la arrogancia y tiesura de éstos, en sus costumbres, vestidos y estudios; levantó á personalidades despreocupadas, chocarreras y con vestimenta y costumbres obligadas; ante las conspiraciones y críticas, fomentó la burla sangrienta y el espionaje soez, burlándose de los miedos y sustos de los contrarios; pero sobre todo, una sola idea lo domina: no tolera sinó a amigos, y perseguía sin descanso, á muerte, y de diversas formas, á los unitarios.  Levantó y azuzó á la demagogia popular, dirijiéndola á su antojo; y cuando creyóse único dominante y temido, sufre después de la muerte del general Estanislao López, los ataques repetidos contra su poder, el recrudecimiento de la propaganda sangrienta, tenaz y sin entrañas, que provocó entonces sus rigores.  El terrorismo se impone, y domina principalmente en las calles de Buenos Aires; la sangre corre sin cesar; la oposición, en cualquier forma que se presenta, es un crimen que debe castigarse; bandas de forajidos, ébrios y á los que se les azuza solapadamente en sus bajas pasiones, llevan los excesos y las extravagancias a todas partes; se consiente y ocultan los crímenes nocturnos, los asaltos é insultos á los sospechosos, los robos é intromisiones canallescas de la plebe brutal”…

Después de otros comentarios, el historiador Cervera en el pie de página tras aludir a Rosas y su tiempo, obra del doctor José Ramos Mejía editada en 1907, escribió: [7]

“…opinamos que no aparece descripta todavía en toda forma y en todas las diversas representaciones esta personalidad única en el país, y que no puede compararse como se ha hecho, con otras personalidades americanas, o locos, o sanguinarios, brutales y codiciosos.”

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Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

[1] Cervera, Manuel M. Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe. Tomo II.  Santa Fe de la Vera Cruz; Librería, Imprenta y Encuadernación “La Unión” de Ramón Ibáñez, 1907, p. 770-771.

[2] Íbídem, p. 755 y siguientes.

[3] Ídem., p. 724.

[4] íd., Capítulo XIX, p. 774 y siguientes.

[5] íd., p. 771.

[6] Íd., p. 782.

[7] Íd., p. 792-794

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