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Julio Florencio Cortázar (1914-1984)

Estudios, labor docente.

Vocación, amor  y poesía.

Vivencias, impresiones y testimonios.

“Todos los fuegos el fuego”.

1973: Cortázar y señales en Buenos Aires.

En torno a la Argentina.

Su último desprendimiento.

 

En una aproximación a la trayectoria de Julio Florencio Cortázar se advierte que nació en Bruselas, el 26 de agosto de 1914 –comienzo de la primera guerra mundial-; era hijo de padres argentinos quienes regresan al país natal al terminar la guerra.

Pasó la infancia en Banfield (provincia de Buenos Aires, República Argentina).

Estudios, labor docente…

Obtuvo los títulos de maestro y luego de Profesor en Letras.  Desempeñó esa cátedra en el Colegio Nacional “Mariano Acosta” de la Capital Federal y en ese tiempo, según diversos testimonios, comenzó los relatos de Bestiario mientras vivía en una pensión que “era su hogar”, atendido por doña Micaela Varzilio –siguiendo una crónica  escrita por la periodista Irene Amuchasteghi-. Se reconocen sus primeras señales como poeta mientras vivía en Bolívar (1937-1939), usando el seudónimo Julio Denis para la edición del poemario Presencia.

Vocación, amor  y poesía…

Es oportuno reiterar en 1939,  llegó a Chivilcoy “para cubrir una vacante como profesor de Historia y Geografía.  Solitario y excéntrico, era admirado por sus conocimientos y modales. Aunque desesperados, sus poemas de amor a quien fue su alumna en el último curso no fueron correspondidos.”  Se ha destacado que “Sarmiento planeaba fundar cien Chivilcoy, pero sólo hay una.  [1]

En la revista “Argentina” (ejemplar Nº 31  del 20 de octubre de 1939 archivado en la Escuela Normal de Chivilcoy) hay un artículo escrito por Cortázar, titulado Esencia y misión del maestro.

Sabido es que Cortázar vivió en Chivilcoy cinco años,  Se  ha reiterado que estuvo enamorado de Coca –Nelly Mabel Martín, “la hija del sastre”- maestra recién egresada a quien dedicó un poema: “No preguntes quién pone en este canto / un alma destinada al sufrimiento / y un pobre corazón que te ama tanto; / si lo adivinas tú, nada te asombre; / mas si no me hallas en tu sentimiento / de nada vale que te dé mi nombre”.

En julio de 1943, Julio Cortázar escribió y le envió el Romance de los vanos encuentros, con un interrogante final: “¿Me perdonas esta tontera sentimental? Julio / 1943”.

“Ella abandonaría Chivilcoy poco después, para casarse, él, unos meses más tarde, para dictar clases en la Universidad de Cuyo”, en Mendoza.

La periodista Irene Amuchastegui destaca que el trazado de esa ciudad es semejante al de “Baltimore”, en Estados Unidos.

Vivencias, impresiones y testimonios…

Julio Florencio Cortázar mientras estuvo en Chivilcoy, conoció al “excéntrico y popular multiempresario local cuyo incontenible amor por el color verde lo llevó a pintar, de verde, a.. su sufrido caballo” y así como don Francisco Musitani ha quedado retratado en “Los piantados y los idos”.   Otras personas –y algunos personajes- también lo con-movieron, ya que en ese tiempo, el Obispo de Mercedes Monseñor Serafín visitó Chivilcoy, siendo el tiempo de la acusación de “escaso fervor gubernista” y también el momento en que Cortázar comprendió que “su situación se agravaba. ‘Yo había sido el único profesor, entre veinticinco, que no besó el anillo de monseñor, dice en una carta dirigida a su amiga Mercedes Arias. Y en otra carta confiesa que abandonó Chivilcoy bajo vehementes sospechas de comunismo trotskismo y anarquismo”.)

 “Todos los fuegos el fuego”

En su libro titulado Todos los fuegos el fuego, Julio Cortázar necesitó escribir: [2]

“Cuando los alemanes se rindieron y el pueblo se echó a la calle en  Buenos Aires, pensé que podría tomarme un descanso, pero cada mañana me esperaban nuevos problemas, en esas semanas me casé con Irma después que mi madre estuvo al borde de un ataque cardíaco y toda la familia me lo atribuyó quizá justamente. /…/

Y entre una cosa y otra me quedo en casa tomando mate, escuchando a Irma que espera para diciembre, y me pregunto sin demasiado entusiasmo si cuando lleguen las elecciones votaré por Perón o por Tamborini, si votaré en blanco o sencillamente me quedaré en casa tomando mate y mirando a Irma y a las plantas del patio.”

(El 24 de febrero de 1946 se realizaron los comicios generales en la Argentina, triunfó la fórmula Juan Domingo Perón- Jazmín Hortencio Quijano por amplia mayoría, siguiéndole los candidatos Tamborini-Mosca que habían sido apoyados por la Unión Democrática, mayoría de partidos políticos aliados con el propósito de impedir que el coronel fuera el presidente de la Nación, habiendo sido vicepresidente, ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión, hasta el 17 de octubre de 1945 cuando sus camaradas cometieron el error de detenerlo y en esa jornada, se reveló la potencia de su prédica.  Perón asumió el 4 de junio de 1946, en 1951 se desarrolló la campaña por la reelección –hubo una conspiración del general Benjamín Menéndez-, mientras declinaba la salud de María Eva Duarte de Perón…)  [3]

Entre 1946 y 1949, fue gerente de la Cámara del Libro y en 1951, obtuvo una beca para asistir a cursos de especialización en Literatura en París. Dos años después, contrajo matrimonio con Aurora Bernárdez, hermana del poeta Francisco Luis Bernárdez.  En París gestó su obra literaria; logró publicar “Rayuela” en 1963 y desde entonces, se amplió su proyección en distintas latitudes. Trabajó en la sede central de la UNESCO, en París.

1973: Cortázar y señales en Buenos Aires…

Sabido es tras las elecciones del 11 de marzo de 1973, el 25 de mayo asumieron el presidente de la Nación Argentina el doctor Héctor José Cámpora y el vicepresidente Dr. Vicente Solano Lima, sólo por unos meses porque renunciaron para que mediante elecciones pudiera ser candidato Juan Domingo Perón, proscrito desde 1955.

En 1973, el periodista Hugo Guerrero Martinheitz  –­“el peruano parlanchín-, dialogó con Julio Cortázar, quien refiriéndose a la situación política en América Latina expresó:

“…hoy cada país comprende que tiene que aplicar sus propias modalidades, su propia manera de ser para abrirse paso.  El ejemplo de Chile (y en una medida muy interesante también el de Perú) me parece aleccionante”…

Dijo Cortázar mientras hablaba con Guerrero Martiheitz:

 “Cuando uno llega a la Argentina tiene, naturalmente, el eterno problema de los árboles que no dejan ver el bosque.

Porque hay una inevitable confusión, hay una multiplicación de procesos paralelos y contradictorios en el campo ideológico que en mi caso, por lo menos, dificulta muchísimo la síntesis.  Además, le vuelvo a decir, yo no entiendo gran cosa de política.  Mi optimismo viene del pronunciamiento popular traducido en los porcentajes de las elecciones del 11 de marzo.  Yo creo que eso es un movimiento de base, una especie de sacudida desde el fondo hacia lo alto, que pede darnos una posibilidad, que nos está dando una posibilidad extraordinaria para salir del inmovilismo, del estancamiento.”  [4]

(En Chile, el presidente Salvador Allende fue asesinado en el Palacio de la Moneda en septiembre de 1973 y asumió el gobierno nacional el General Augusto Pinochet, como en la Argentina a partir de 1976 comenzaron las detenciones, los secuestros, las desapariciones.)

En torno a la Argentina…

En 1973, dialogaba Julio Cortázar con el periodista Hugo Guerrero Martinheitz –nacido en Perú-, y Cortázar recordó su encuentro con Paco –nacido en 1930, poeta santafesino que estuvo en distintos lugares, incluso con los Montoneros hasta tras una emboscada en Mendoza, lo mataron el 17 de junio de 1976-:

“…estaba con Francisco Urondo, a las once de la noche esperando el subte, creo que en la estación de Pacífico.  No había prácticamente nadie en la plataforma.  De pronto, de un quiosco de diario salieron dos personas que se acercaron con unos guardapolvos grises: eran los vendedores del quiosco. Uno de ellos, lemas viejo, hizo eso que usted explicaba tan bien hace unos segundos. Me demostró inmediatamente una especie de amistad y ternura, con la discreción del criollo.  Me dijo: ‘¿le puedo estrechar la mano?  Yo vendo sus libros’.  Entonces, el más joven dijo: ‘No sólo los vende, son también los lee’.

Bueno, eso me pareció extraordinario, porque había una forma de contacto llena de pudor y, al mismo tiempo, había una tal confianza…  Ellos estaban seguros de que yo iba a estar contento de eso, ¿y cómo no iba a estarlo?  Él empezó diciéndome: ‘Porqué vivís lejos de aquí? ¿No sabés que la Argentina es el mejor país del mundo?’  Yo le dije: ‘Mirá, estás equivocado: que yo viva lejos –puedo tener mis motivos- es un problema, pero en lo que estás equivocado es en afirmar, como lo estás afirmando, engolando la voz, que la Argentina es el mejor país del mundo.  La Argentina no es el mejor ni el peor país del mundo.  La Argentina es un país como todos los países del mundo.  Pensá que en este momento que vos decís esto, hay un mexicano que está diciendo: México es el mejor país del mudo, y hay un peruano que está diciendo: Perú es el mejor país del mundo.  ¿Te das cuenta que eso nos está desuniendo en vez de juntarnos?’  El muchacho, que es muy, muy inteligente, comprendió inmediatamente. Me dijo: ‘Sí, es cierto, uno a veces exagera, pero este es un hermoso país’.  Claro que es un hermoso país, pero no el mejor del mundo.  Y mientras no nos quitemos esa tontería de la cabeza y se la quiten los mexicanos, los peruanos y toda esa escala de chauvinismo latinoamericano, le haremos el juego al enemigo, que busca –es uno de sus caminos- dividirnos por el lado del nacionalismo.  Cuando me voy de Buenos Aires y no me preocupa en absoluto que alguien pueda pensar que estoy mintiendo, no siento que me voy de Buenos Aires, porque apenas llego a París entro en una órbita de vida en la que Buenos Aires está cotidianamente presente: sobre todo en estos últimos años.  Cuando digo Buenos Aires estoy diciendo la Argentina y América latina.  Para eso trato, en la medida de lo posible, de identificarme con toda nuestra América Latina.  En estos últimos años, el trabajo que un grupo de gente intenta realizar en París –entre otras cosas, por ejemplo, la defensa de los prisioneros políticos- hace que aquello siga siendo Buenos Aires en cierta medida.  Yo recibo llamadas telefónicas que son de porteños, seguimos hablando nuestro idioma y leyendo los diarios de aquí”.  Después, en la dirección señalada por el lenguaje universal, el musical… refiriéndose al Tango y a Aníbal Troilo, Pichuco, expresó: “…lo quiero mucho. Porque creo que es un gran, gran artista.  El bandoneón, en manos de Pichuco, es un instrumento de posibilidades infinitas. Tiene una manera de frasear, de murmurar el tango, que me parece incomparable”, decía Julio Cortázar. “Yo sé que, sin duda, debo ser injusto con otros bandoneonistas, que los habrá quizá tan buenos como él.  Pero tengo un disco de Pichuco donde Roberto Grela toca la guitarra, que me parece absolutamente admirable.  Espero llevarme una buena cantidad de discos de gente joven”, confesaba Cortázar y cuando el periodista Guerrero Martinheitz le preguntó -¿Por qué accedió a conversar con nosotros?, contestó:  “Porque le tengo confianza.  Eso es una cosa que cuenta para mí más que cualquier otro tipo de referencia.  Se dice muy frecuentemente que yo desprecio a los críticos, que desprecio a los periodistas.  Eso es también una calumnia.  Yo no desprecio a nadie en principio. Pero sospecho a veces de las intenciones.  Sospecho quién manda a un señor”…  y razones tuvo, en distintas circunstancias, para sospechar mientras era acosado, perseguido…

Su último desprendimiento…

Julio Florencio Cortázar murió en 1984, en París.  Nacido en Bélgica, vivió los primeros treinta y seis años en la Argentina, desde 1951 en Europa y en consecuencia más que un autor argentino, es un escritor de distintas latitudes…

(En la Argentina soportaban inundaciones en Buenos Aires, Santa Fe, Formosa, Santiago del Estero… y el presidente Alfonsín disponía la distribución de las cajas PAN encomendándole a su hermano la dirección de esa contribución del Estado destinada a las familias de menores recursos.

En América Latina seguían conmoviendo los combates, secuestros, detenciones: el 30 de junio a las 5:30 habían secuestrado el presidente boliviano Hernán Siles Zuazo en su residencia del barrio San Jorge de la Paz y lo retenían en una casa del barrio Miraflores.

Al día siguiente, el presidente argentino doctor Raúl Ricardo Alfonsín y el canciller doctor Dante  Caputo, informaban acerca de la permanencia de seis de los captores, en la embajada argentina en La  Paz… En la República Oriental del Uruguay, después de once años de exilio regresó “el líder ‘blanco’ Wilson Ferreyra Aldunate” -opositor del Partido Colorado- y fue detenido junto a su hijo, por causas judiciales…  El 20 de septiembre de 1984, el escritor Ernesto Roque Sábato entregó al presidente Alfonsín el informe de la CONADEP después de varios meses de recopilación de antecedentes y denuncias sobre torturas, heridos y desaparecidos durante el autodenominado proceso de reorganización nacional (24 de marzo de 1976 al 10 de diciembre de 1983, momento de asunción del mando del doctor Alfonsín, siendo vicepresidente el Dr. Víctor Martínez.)

 

(Lecturas y síntesis: Nidia Orbea de Fontanini.)

[1] Estos comentarios referidos a Cortázar y sus vivencias en Chivilcoy, son anotaciones realizadas durante la lectura de la extensa nota escrita por la periodista Irene Amuchástegui, publicada en la revista “Viva”, edición dominical del diario “La Nación” de la capital argentina.

[2] Cortázar, Julio. Todos los fuegos el fuego. Buenos Aires, Sudamericana, 1ª ed. marzo de 1966, 9ª ed. abril 1969.  El título corresponde al último cuento y entre comillas, aquí se reiteran los últimos párrafos en la última página 197.

[3] Eva Perón inició su Último Vuelo, el 26 de julio de 1952, a las 20:25…

[4] El diálogo entre Cortázar y el periodista, es una compilación de Antonio Crespo (Buenos Aires, L. C. Editor, 1985.)

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