Servicios sanitarios y espirituales
El Padre José Zink -58 años-, el Cura Gaucho, había nacido en 1923 en Alpachiri en la provincia de La Pampa; se ordenó sacerdote el 23 de noviembre de 1952 y cuatro años después se instaló en la misión salesiana de Río Grande, que entonces era un puñado de casas. Ejerció la docencia en la Escuela Agrotécnica e impulsó los invernaderos productivos de La Misión.
Servicios sanitarios y espirituales…
El Padre Zink estaba en esa isla cuando se desarrolló el conflicto con el Reino Unido de Gran Bretaña tras la instalación de las autoridades militares argentinas a partir del 2 de abril de 1982.
Un mes después comenzó la lucha en las islas y en esa vasta zona del Atlántico Sur. Estaba destinado a servicios sanitarios cuando los ingleses atacaron con torpedos al Crucero “General Belgrano” y lo hundieron. Era tan potente el horror por los muertos y heridos como la tensión por la recuperación de los náufragos. Algunos pudieron llegar hasta Ushuaia y allí fueron asistidos espiritualmente por el Padre Zink que acostumbraba a recorrer todas las zonas rurales.
En sus memorias necesitó expresar:
“Había seis que eran los más graves. Estaban entre la vida y la muerte, todos quemados. El capitán me pidió que les diera la bendición”…
Diez años después de la Gestas de las Malvinas, en 1992, las autoridades municipales lo declararon “Ciudadano ilustre”.
03-07-2003: fallecimiento….
El sábado 3 de julio de 2004, el sacerdote de ochenta y un años conducía su camioneta de doble tracción; chocó en la rotonda de ingreso a esa ciudad, contra el acoplado de un camión que avanzaba en el mismo sentido y falleció.
Diversos medios informaron que “la misión central de Zink fue recorrer las estancias fueguinas para contactarse con fieles ‘aislados en los obrajeros rurales y que no tienen auto como para ir a misa’, como solía decir”.
Lo sepultaron en el cementerio municipal y está previsto que cuando terminen las obras de refacción en la Cruz Mayor de la Misión Salesiana, allí descansará su cuerpo yacente, frente al mar que tantas veces lo conmovió…
Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.