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Fallecimiento de Leopoldo Puig en Santa Fe…

Entre los papeles de Ramón Lassaga existentes en el Archivo General de la Provincia de Santa Fe, hay seis páginas manuscritas tras el fallecimiento de Leopoldo Puig, propietario otrora de la vivienda situada en una esquina de la actual ciudad de Santo Tomé, departamento La Capital, actualmente reconocida como “la Casa de los Museos”.

Aquí, la reiteración literal del texto completo:

“Señores: Al borde de la tumba no se habla, se llora.  Dicen más las lágrimas al alma, con su elocuente silencio, que la que expresar pudiera la palabra en sus combinaciones infinitas para traducir el pensamiento.  Pero hay veces que el llanto muda expresión del sentimiento.  Las flores que me presentan el recuerdo de los seres que se amaron no pueden ser tan solo único tributo, la ofrenda única depositada en el sepulcro, la última señal de despedida para aquel que ha llamado á las puertas de la muerte con su bordón de peregrino.

El duelo ha traspasado los umbrales de ese hogar hasta ayer sonriente, lleno de luz y canto, animado por el amor que dignifica santificado por la esposa en sus castísimos amores, enaltecidos por el padre con su honradez acrisolada, anhelante con los niños con sus besos puros y sus plácidos sonrisas.  El duelo ha traspasado las fronteras de ese hogar envuelto hoy entre sombras de muerte, donde la esposa llora la ausencia e amoroso compañero, donde las niñas gimen quizás sin darse cuenta todavía lo que importa y significa el dolor sin límites de la madre abandonada, al ser tronchado el árbol que les daba sombra, oscurecido el astro que les daba luz, enmudecido el sabio que les enseñó á bendecir á Dios y á balbucear al oído de la madre alborozada palabras llenas de celestial cariño… apagada la pupila y yerta la mano del ciudadano honrado que era fuerte como la encina y enhiesto como el pino pensaba en su trabajo para llevar al nido el pan de cada día cuando apenas el sol de Dios iluminaba el hogar con sus efluvios tibios.

Es que Leopoldo Puig, Señores fue varón justo en su misión de padre y en su misión de ciudadano -por eso el duelo público…  y de los amigos cuyas lágrimas sinceras son ofrendas de la sangre y del cariño.

Ha desempeñado puestos expectables en su Provincia natal y no ha dejado enemigos que pudieran colocar piedras sobre el mármol de su tumba.

Ha militado en las filas de los partidos políticos y ha sido de los primeros en lanzarse a la arena candente del combate: Mientras, era soldado ardiente y combatiente decidido.

Carácter firme, voluntad indomable, corazón entusiasta, ardoroso en la lucha, perseguía con el triunfo de un ideal sublime ver á su patria libre, feliz y progresista.  Pero colgadas las armas y finalizada la lucha no había para Puig enemigos y usaba de su influencia en el Gobierno para favorecer á los mismos de los que había recibido golpes de muerte en su armadura.

Por eso el sentimiento es público y nuestra sociedad está de duelo, por eso no tan solo la madre, la esposa y sus hijos lloran en el seno del hogar que ha enlutado su muerte…

Ha sucumbido en la plenitud de su existencia, el sol de su vida llegaba recién al mediodía cuando han velado sus fulgores las sombras del ocaso.

Respetemos los designios de aquel que… lleva delante de sí á la muerte, que habrá juzgado ya su espíritu inmortal.  Duerman su eterno sueño inmortales despojos.

!Qué buen padre!

En su hogar honrado ha de bendecirse siempre su memoria.

!Qué buen hijo!

Y las lágrimas de la madre han de subir al cielo hasta el trono de Dios como sube el humo del incienso hasta las bóvedas del templo.

!Qué buen amigo!

Y los que conocemos y apreciamos sus sentimientos nobles hemos de recordar siempre su espíritu caballeresco y su lealtad sin límites.

¡Que funcionario público! y pasó por la prueba de fuego como decía el estadista, poniendo al servicio del bien su voluntad inquebrantable!

Que soldado en la milicia política, la más temible de las milicias y jamás se salió de su posición y de su influencia para hacer mal al enemigo…

Hablo en nombre de sus compañeros, le doy el postrer adiós en nombre del Club Nacional que él contaba entre sus filas y al que ha dejado por herencia el ejemplo de su carácter o de la firmeza de sus convicciones. (sic)

No es lugar ni momento apropiados para rememorar sus campañas.

Que sea un adiós postrero la expresión de mis compañeros de causa al depositar al amigo en su última morada y que su espíritu inmortal haya volado desde la tierra al cielo, desde donde puede velar por la madre querida, por la esposa desolada y los tiernos retoños de este árbol que ha tronchado la muerte en un segundo.

Descansa en paz…!”  [1]

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Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

[1] Provincia de Santa Fe.  Archivo General de la Provincia. Lassaga, Ramón, Carpeta 11, Legajo 21.

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