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Argentina 1983-1989 – Vaivenes en el movimiento obrero organizado.

Disidencias en el seno del gremialismo argentino.

Violencia en la década del ‘70.

Memoria necesaria.

Incertidumbre durante “el Proceso”.

Expresiones desde el sindicalismo.

Comienzo de la década del ’80

1981: Encíclica “Laborem Exercens.

1983: Documento del Episcopado argentino.

Responsabilidad de los dirigentes sindicales.

Confluencia en la Fe.

Agrupamientos y dispersiones en el sindicalismo.

Grupo de “Los 25”.

Comisión de Gestión y Trabajo.

Grupo de “Los 15”.

Abril de 1983: denuncia del presidente Alfonsín.

17-10-1983: celebración del Día de la Lealtad.

Testimonio de un destacado  sindicalista.

Primavera de 1983: advertencia de Saúl Ubaldini.

10-12-1983: asume el presidente Alfonsín.

Alfonsín integra su gabinete.

Grupos cercanos.

Investigación por los desaparecidos.

Oscar Smith: secuestrado y desaparecido.

Reacción de algunos militares.

Vaivenes en el movimiento gremial.

Conducción única.

Viernes decisivo.

Asumió el ministro Casella.

01-05-1984: Día de los Trabajadores.

“No a la Patria Financiera”.

17-10-1984: Día de la Lealtad y señales de divergencia.

Octubre de 1984: asume el tercer ministro de Trabajo.

Diciembre de 1984: elecciones en sindicatos.

1985: entusiasmo estival.

Cambios en Economía.

“Plan Austral”.

“Otro 16 de septiembre”.

“Día de la Lealtad”.

1986: movilizaciones y elecciones.

Incertidumbre del presidente Alfonsín.

1986: asesores y mediadores de la OIT.

Estructura orgánica.

Momento decisivo.

1986: reacomodamiento político-sindical.

Protesta de Ubaldini.

Flexibilización laboral

24-03-1987: avance hacia otro pacto.

1987: “el peso” de la provincia de Buenos Aires.

En torno a la deuda externa.

Reacciones en octubre.

Incidencia desde la CGT.

1987-1988: Privatizaciones en marcha.

Posiciones de los sindicalistas.

1988: Ubaldini y los trece paros de la CGT.

12-09-1988: repudio por la represión.

Otro “17 de Octubre”.

1988: vínculos con el doctor Carlos Menem.

1974-1989: Gremialistas en lo alto de la pirámide.

1989: horror y desconcierto.

Abril de 1989: sueldos y pobreza.

Indicadores de pobreza.

Septiembre de 1989: Ubaldini hacia la unidad.

Diciembre: memoria necesaria.

Datos sobre inflación y desocupación.

Disidencias en el seno del gremialismo argentino

La falta de un evidente liderazgo  en el movimiento nacional justicialista después del fallecimiento de Juan Domingo Perón -1º de julio de 1974-, también incidió en sucesivas fracturas en algunos grupos sindicales.

Violencia en la década del ‘70

Una vez más es necesario tener en cuenta ese prolongado proceso de secuestros, torturas y asesinatos que terminó “aniquilando a los argentinos” porque prácticamente fue una guerra civil no declarada.

* Una señal contundente conmovió a los argentinos el 29 de mayo de 1970 cuando fue secuestrado el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu quien había ordenado el traslado del cuerpo yacente de Eva Perón desde la CGT hacia un destino desconocido.  Tras un breve juicio, los Montoneros decidieron asesinarlo y por televisión se difundieron sus comunicados.  Después, decidieron apropiarse del cadáver de Aramburu hasta que entregaran el ataúd profanado.

* El 8 de junio cesó en sus funciones el presidente de facto Tte. Gral. Juan Carlos Onganía; asumió el general Roberto Marcelo Levingston.

* El 27 de julio de 1970 fue asesinado el dirigente gremial José Alonso y el presidente Levingston, dijo:

“Otra vez el crimen sin Dios y sin patria ha estado entre nosotros.  Esta vez apuntó a un dirigente de la clase trabajadora, que cometió el error de luchar con toda su pasión por la unidad gremial en un marco de concordia y sólida afirmación nacional. Porque la prédica de José Alonso era escuchada y comprendida; porque su conducta era seguida, porque su ejemplo era imitado, fue un obstáculo para la desunión y un peligro para los enemigos de la Nación que debía ser eliminado.  Hace algo más de un año, los mismos de hoy, acabaron con una vida clave del movimiento obrero argentino y de la unidad nacional. También el prestigio personal de Augusto Vandor y su enorme vocación argentina eran riesgos demasiado graves para ser afrontados.  En nuestro país, señores, no hay un solo Vandor ni un solo Aramburu, ni un solo Alonso.  Hay miles y millones de ellos y cada vez habrá más.  Aquéllos fueron sólo de los primeros y pagaron su cuota de hombres de vanguardia, pero no son los únicos.”

Entre el 12 y el 16 de marzo de 1971, varias columnas de manifestantes avanzaron sobre las calles de Córdoba protestando contra el comisionado en la gobernación José Camilo Uriburu, quien al asumir esas funciones comparó a los grupos estudiantiles y gremiales con los grupos guerrilleros y a todos los reconoció como “víboras de cien cabezas”. En la historia de los argentinos, “el viborazo” es recordado por sus consecuencias, ya que la CGT cordobesa declaró un paro de actividades, algunos comercios fueron atacados con piedras y quienes exigían la renuncia del gobernador se enfrentaron con las fuerzas policiales.  El recuerdo de la experiencia de 1969 –el Cordobazo que había determinado el fin del onganiato-, determinó que Uriburu inmediatamente decidiera renunciar. [1]

En aquella oportunidad, el 21 de marzo, el secretario general de la Regional Córdoba de la CGT,  Raimundo Ongaro había difundido  un comunicado destacando:

“…durante años sólo nos han exigido sacrificios. Nos aconsejaron que fuéramos austeros: lo hemos sido hasta el hambre.  Nos pidieron que aguantáramos un invierno: hemos aguantado diez”…

Tras varios enfrentamientos con fuerzas policiales, murió el estudiante de medicina Juan José Cabral y se organizaron marchas “de silencio” y manifestaciones de protesta. Adhirió la CGTRA –cegeté de los argentinos– mientras desde la sede de Azopardo 802, Augusto Timoteo Vandor “se reservaba el derecho de negociar con el gobierno y de desempeñar el papel de grupo de presión”.  La marcha organizada por le CGTRA de Rosario, terminó con violentas reacciones y entre fogatas, incendios, gritos y barricadas, murió otra víctima de la represión policial: el joven Luis Norberto Blanco de 15 años. El gobierno nacional declaró que Rosario era “zona de emergencia”, empezó a actuar el ejército para contener a los estudiantes y trabajadores mientras la CGT concretó otro paro.

  • El 22 de marzo de 1971, se rememoraba el vigésimo aniversario del arresto del entonces capitán Alejandro Agustín Lanusse, conspirador junto a Benjamín Menéndez, Julio Alzogaray… con el propósito de eliminar a Perón. Durante esa tarde del ’71, el general Lanusse y otros militares habían sugerido al presidente Levingston que “acelerase la definición institucional” y se aceleró la crisis cuando fueron nombrados nuevos ministros, entre ellos el capitán Francisco Manrique que retornaba al ministerio de Bienestar Social y Rubens San Sebastián en reemplazo de Juan Luco en Secretaría de Trabajo.  Días después, con el título El fin de la revolución y el arduo parto de la democracia, se aludía a “la hora de Lanusse”.  [2]
  • El 26 de marzo de 1971, Lanusse retiene sus funciones de comandante en jefe del Ejército y asume como presidente de facto.
  • Continuaron los secuestros y asesinatos: el 10 de abril de 1972 mataron al doctor Oberdán Guillermo Sallustro, director de la empresa Fiat Concord, secuestrado en Martínez…  [3]

Un día después, asesinaron al comandante del II Cuerpo de Ejército Gral. Juan Carlos Sánchez, en la ciudad de Rosario.

Lanusse se animó a decir que a Juan Perón  “no le da el cuero para venir” mientras el ex-presidente Arturo Frondizi insistía en que si los militares continuaran en el poder, “todo sería peor”.

Ya estaba en marcha el retorno del líder del Justicialismo: llegó el 17 de noviembre de 1972, tres meses después de los disparos contra diecinueve evadidos del penal de Rawson que estaban alojados en la base aeronaval “Almirante Zar”de Trelew registrándose catorce muertos; al mes siguiente del estallido de una bomba en el hotel Sheraton de la capital federal. El 24 de agosto, Lanusse terminó su discurso trasmitido por radio y televisión, manifestando:

“…Aquí habrá elecciones.  Serán limpias y el nuevo gobierno será el resultado de una gran coincidencia a la que todos los argentinos estamos convocados inexcusablemente.  Nada más y buenas noches.”

(Las crónicas anunciaban más rebeliones, más asesinatos.

Hasta 1972, la autodenominada Revolución Argentina durante el último lustro había otorgado un promedio de ciento cincuenta personerías gremiales anuales.)

Memoria necesaria…

La década 1973-1982 abarcó violentos cambios en la estructura social y económica de la Argentina.  El 25 de mayo de 1973 asumió la presidencia de la Nación el doctor Héctor José Cámpora y cincuenta días después presentó la renuncia junto al vicepresidente Vicente Solano Lima. Conforme a la ley de acefalía, asumió transitoriamente el presidente de la Cámara de Diputados Raúl Lastiri -casado con Norma López Rega, hija del influyente José que se desempeñó como ministro de Bienestar Social- y convocó a elecciones.  Perón ya había previsto su retorno definitivo a su Patria y llegó el 20 de junio, cuando una multitud lo esperaba en Ezeiza y como consecuencia de enfrentamientos armados de diversos sectores cerca del Puente 12, se produjo una matanza que incidió negativamente en el necesario proceso de unidad tantas veces enunciado por políticos y sindicalistas. En el diario La Opinión de Buenos Aires -dirigido por Jacobo Timerman-, al día siguiente destacaron “que Perón no se hizo presente ante la mayor concentración popular de la historia argentina preparada en su honor”.  [4]

Antes de aterrizar el avión que trasladaba a Perón y su comitiva, debió cumplir las órdenes expresadas por las autoridades nacionales argentinas y se concretó el “inesperado itinerario Morón-Olivos”…

Hay que tener en cuenta algunos antecedentes también considerados en esa crónica:

“Cuando la polarización se produce aparecen dos consignas que superficialmente se han tomado como definitorias de cada polo: la patria socialista y la patria peronista.”

“Los dirigentes de los sindicatos más poderosos, que militaron en el participacionismo -la Construcción, de donde fue expulsado Coria, pero que quedó en manos del mismo grupo; los mecánicos cuyo secretario general fue muerto por las guerrillas recientemente- fueron los que incluyeron en sus avisos de salutación a Perón la ya polémica alusión a la ‘Patria peronista’.  [5]

Ayer, entre los manifestantes que fueron a Ezeiza organizadamente había privado la idea de eliminar el tema de la ‘patria socialista’ para no crear ‘falsas antinomias’.  Se cantaron nuevos estribillos: ‘Vamos a hacer la patria socialista, pero la haremos con los muchachos peronistas’; y ‘Vamos a hacer la patria peronista, pero la haremos Montoneros socialistas’.

Los grupos juveniles se organizaron en los meses recientes en el plano sindical: la Juventud de Trabajadores Peronistas (JTP), en una misma línea con la Juventud Peronista; la Juventud Sindical Peronista (JSP), en posiciones similares a las de los dirigentes que están ahora al frente de las 62 y de la CGT.

Los gravísimos incidentes de ayer en Ezeiza son explicados según diversas y contradictorias versiones, pero no caben dudas de que nacen de ese conflicto interno crucial, que quizá pueda sintetizarse ubicando de un lado a los que quieren profundizar la doctrina y los objetivos del peronismo y del otro, quienes quieren mantener al movimiento con su misma imagen de 1955.”

“Otras versiones suponían que grupos marxistas -los del ERP por ejemplo- podrían haber cumplido un papel… sin embargo, ofrece un margen de duda: se hubieran expuesto a ser atacados uniformemente por la multitud, unificando al peronismo frente a una agresión externa, un riesgo que difícilmente esos núcleos quieran correr.”

Horas después, en “el día más corto del año”, Perón dijo:

“…quiero hacer presente mi profundo agradecimiento a todos los compañeros que fueron hasta Ezeiza, y que se vieron defraudados por las circunstancias”… y anunció que al día siguiente, realizaría “una reunión de prensa donde la Secretaría de Prensa y Difusión lo determine, a fin de poder dirigirme al país y hablar a todos los argentinos, peronistas o no.  Yo ya estoy amortizado en el sentido político y creo que tengo derecho a que mis compatriotas escuchen cómo pienso y cómo siento y cuál será la colaboración que yo he de prestar al gobierno de la Nación, por todos los medios de que yo sea capaz de actuar”.

Incertidumbre durante “el Proceso”…

El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas destituyeron a la presidenta María Estela Martínez de Perón y detentó el poder una junta militar, prácticamente Jorge Rafael Videla, uno de los impulsores del “Operativo Independencia” que comenzó el 11 de febrero de 1975, de acuerdo a lo establecido en el artículo primero del decreto difundido el 5 de ese mes:

“El comando general del ejército procederá a ejecutar todas las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”.

Como solía suceder, mientras algunos dirigentes gremiales fueron inmediatamente detenidos, otros fueron convocados para asumir distintas responsabilidades.  Distintos medios de comunicaciones informaron en junio de 1976 que viajaban hacia Europa para participar en la Conferencia de la OIT, los sindicalistas Ramón Baldassini, Hugo Barrionuevo, Ramón Elorza, Juan Horvath, Demetrio Lorenzo, Ricardo Pérez y Rafael Valle. Lógicamente se produjeron distintas reacciones porque para algunos parecían ser traidores mientras también se evaluaba la insoslayable necesidad de continuar con las actividades gremiales y difundir en los organismos internacionales algo de lo que estaban viviendo los argentinos…

Expresiones desde el sindicalismo…

Aunque con escasa difusión, trascendían algunas declaraciones y críticas a quienes detentaban el poder por determinados abusos y porque no era posible ejercer los derechos sindicales.

Juan José Taccone, a principios de 1983 y refiriéndose a lo sucedido después del 24 de marzo de 1976, expresó:

“…hay tres hechos inéditos de la vida argentina que sucedieron durante estos siete años.  Una represión, que no habían conocido nunca los argentinos, un vaciamiento económico inédito en la historia argentina, y una guerra perdida de la manera que se la perdió.  Mientras nuestros muchachos daban la vida, oficiales, preparados para la guerra, estaban en los Sindicatos”.

“El análisis me lleva la siguiente conclusión: el Movimiento Obrero nunca fue subversivo en la Argentina, estuvo enfrentado con la subversión.  El movimiento obrero dejó en el camino nombres del tamaño de Vandor, de Alonso, de Kloosterman, de Rucci, y cientos de delegados en una desigual batalla contra la subversión.  [6]

Una subversión contrarrevolucionaria, una subversión elitista, sin un marco ideológico, con una gran confusión de derechas y de izquierdas, hombres provenientes de la derecha ortodoxa, que luego actuaron como guerrilleros de la extrema izquierda.  La subversión fue, es y será antinacional, elitista y contrarrevolucionaria, pero no creo que este proceso vino a destruir a la subversión, vino a servirse de la subversión…

Es decir con el argumento de la subversión avanzó la represión social y política, destruyendo, buscando destruir al movimiento obrero organizado y a las fuerzas políticas nacionales.  Y ahí está el grueso de la representación. Compañeros detenidos, compañeros desaparecidos, los sindicatos intervenidos, los partidos políticos sin poder efectuar actividades políticas, las huelgas salvajemente reprimidas, la represión siempre fue represión, a las reacciones del pueblo.  No reclamamos revancha, pedimos justicia. /…/ Ni olvido ni revancha, Justicia.”

“Yo creo que los militares, si realmente quieren la democracia deben autojuzgarse y blanquear el problema antes de las elecciones. Si no lo hacen, entonces el gobierno popular deberá actuar con las leyes en las manos, las leyes que el parlamento fije.”  [7]

Comienzo de la década del ’80…

Entre los argentinos, siguieron los secuestros y las torturas, aumentó la nómina de desaparecidos…

A principios de la década del ’80, las crónicas periodísticas indicaban que una casi incontenible epidemia social -la burguesía- seguía ocupando más espacios mientras se advertía que la burocracia sindical estaba generando una grotesca caricatura…

Tras la Gesta de las Malvinas -desde el 2 de abril al 14 de junio de 1982-, dos días después el general Leopoldo Fortunato Galtieri pronunció su último discurso expresando en el párrafo final:

“La dignidad y el porvenir son nuestros y ello nos dará la paz y la victoria”. 

El 17 de junio prácticamente los generales lo relevaron del cargo de Comandante en Jefe del Ejército, asumió esas funciones el general Cristino Nicolaides y aunque no hubo acuerdo con las otras fuerzas militares, el 23 de junio el Gral. Nicolaides nombró presidente al General Reynaldo Bignone. Ya estaba organizada la Multipartidaria y durante el acto realizado el 16 de diciembre en la Plaza de Mayo de la capital federal, mientras unos gritaban “¡Qué se vayan! ¡Qué se vayan!, las fuerzas de seguridad reprimían y se registraron un muerto: Dalmiro Flores -obrero integrante de la Juventud Peronista-; 80 heridos y 120 detenidos.)[8]

1981: Encíclica “Laborem Exercens

En octubre de 1978 comenzó la prédica de S. S. Juan Pablo II desde el Vaticano. En 1981 fijó algunas pautas en torno al trabajo al difundir su tercera “Encíclica Laborem Exercens” tras sucesivos análisis acerca de la evolución en el desarrollo económico-social en las últimas nueve décadas, teniendo en cuenta lo expresado por el Papa León XIII en 1891, en su Encíclica “Rerum Novarum”, la primera que fijó pautas acerca de las relaciones entre el capital y el trabajo.

En la “Laborem Exercens”, el Papa Juan Pablo II reiteró que la Iglesia Católica considera que “el mero peso de los medios de producción propiedad del Estado, dentro del sistema colectivista, no equivale ciertamente a la ‘socialización’ de esta propiedad, y más aún en este sistema, se llega a ofender ‘los derechos fundamentales del hombre’.”

Al referirse a los sindicatos, los reconoce como “un exponente de la lucha por la justicia social, por los juntos derechos de los hombres del trabajo según sus distintas profesiones.”  Destaca que la huelga “es un método reconocido por la doctrina social católica como legítimo en las debidas condiciones y en los justos límites.  En relación con esto los trabajadores deberían tener asegurado el derecho a huelga, sin sufrir sanciones penales por participar en ella”.

(Sabido es que luego Monseñor Raúl Francisco Primatesta, arzobispo de Córdoba -relacionado con dirigentes sindicales, entre ellos Armando Cavalieri, Jorge Triaca, José Rodríguez…-, impulsó y presidió la “Fundación Laborem Exercens.

Los hechos luego demostraron que la huelga sirvió también durante la presidencia del doctor Alfonsín, no sólo para defender los legítimos derechos de los trabajadores porque algunas constituyeron medios prácticos y eficaces para medir las fuerzas e iluminar los vértices del poder político…)

1983: Documento del Episcopado argentino

(Vigente la Ley 22.105, estaban suprimidas las organizaciones sindicales de 3er grado. En aquel tiempo, la Iglesia Católica ya disponía de estudios referidos a la organización sindical, realizados por el Equipo de Pastoral Social…)

El 24 de abril de 1984, distintos medios difundieron el documento elaborado por los obispos reunidos en la 46ª asamblea Plenaria realizada en la Casa de Ejercicios Espirituales “María Auxiliadora” de San Miguel (provincia de Buenos Aires), dirigido a “los gobernantes, los dirigentes políticos y gremiales, a quienes poseen un real poder económico, grande o pequeño”:

“…les pedimos que en medio de la incertidumbre y riesgos actuales, ordenen sus bienes e iniciativas con relación al bien común, que exige no sólo salarios justos, sino también fuentes de trabajo estables”.

En el primer punto declaraban: “los obispos seguimos atentamente como pastores los acontecimientos que se suceden en esta marcha de la Nación hacia su pleno estado de derecho”. En el tercero destacaron que “la reconciliación como la paz, es un don de Dios, que debemos implorar por la oración; pero es un don confiado a los hombres, que exige una disposición interior y un esfuerzo de todos” y en el siguiente, expresaron: “Esto nos lleva a propiciar un verdadero examen de conciencia nacional… que nos ponga ante la verdad de lo que fuimos y debimos ser y de lo que somos y debemos ser. Que nos permita descubrir el verdadero sentido de la justicia, como base indispensable de toda convivencia, que da nueva luz a nuestras responsabilidades personales y sociales.  Que finalmente nos hagan llegar al amor fraterno, con su capacidad de arrepentimiento y  perdón, ofrecido con generosidad y aceptado con humildad.”

Responsabilidad de los dirigentes sindicales

En el décimo punto, los Obispos expresaron: “A los dirigentes sindicales, les recordamos la grave responsabilidad que les compete en esta hora, ya que su acción incide, de gran manera, en la formación de la conciencia popular.  Les rogamos que, en la defensa de las justas reivindicaciones obreras, extremen la reflexión y la cordura para que derechos innegables como el de huelga -último recurso- no sean desvirtuados por otros fines.”

Confluencia en la Fe

Es oportuno recordar que en julio de 1980, tras un aumento en el precio de la carne, los trabajadores reaccionaron convocando a una huelga, como en 1970 y en 1976. Por primera vez ocuparon algunas fábricas y la presencia del electricista Lech Walesa, resultó decisiva cuando el gobierno respondió a determinados petitorios de los obreros de los astilleros.  Propuso que todos siguieran en huelga por solidaridad. Con la experiencia de la rebelión de 1970, demostró que era capaz de lograr para todos, algo más que un aumento del poder adquisitivo ya que obtuvo “concesiones sorprendentes: derecho a huelga y a sindicatos, menos censuras y acceso a los medios de comunicación para la Iglesia Católica y los sindicatos.  A cambio, los huelguistas accedieron a no desafiar al poder político comunista”.  El 31 de agosto de 1980, Lech Walesa  y los representantes del gobierno, firmaron los pertinentes acuerdos y los canales de televisión difundieron ese acto en distintos continentes.

Los impulsos que movilizaron a Lech Walesa fueron develados por él mismo cuando dijo: “No me interesa la política.  Soy un sindicalista”.  Sabía que sin cultura del trabajo se promueve la decadencia hasta el límite del caos.

 “Cuando los obreros en huelga se arrodillaron para confesarse ante sacerdotes católicos (a pesar del ateísmo oficial, la religión seguía siendo una gran fuerza en Polonia), el movimiento sindical Solidaridad se había convertido en una revolución.”

“El comité interempresarial se convirtió en el órgano central del nuevo sindicato nacional llamado Solidaridad al que pronto se afiliaron diez millones de personas”…

“No obstante, la noche del 12 de diciembre de 1981, el gobierno del general Wojciech Jaruzelski lo reprimió en forma brutal…

Lech Walesa fue arrestado… y permanecería en la cárcel más de un año.  A la mañana siguiente, Jaruzelski habló por la radio y ‘con el corazón roto’ declaró la ley marcial. ‘Nuestro país está al borde del abismo’, advirtió.”  [9]

La ley marcial fue levantada hasta 1983, cuando Walesa recibió el Premio Nobel de la Paz.

Agrupamientos y dispersiones en el sindicalismo.

En sucesivas épocas, con tono despectivo se ha hablado de “la patota sindical” o de “la patota cultural”.  La década del ’80 no registró excepciones y así fue como Antonio Mucci, el primer ministro de Trabajo designado por Alfonsín se animó a decir:

“Hay que terminar con esa banda que nunca trabajó y siempre le escapó a las elecciones democráticas”…

Grupo de “Los 25”…

Mientras quienes detentaban el poder seguían buscando subversivos en distintas localidades, varios sindicalistas decidieron agruparse para plantear sus disidencias conjuntamente.  El Grupo de los 7 -como se los empezó a reconocer-, estuvo integrado por  José Luis Castillo –del gremio de conductores navales-, Manuel Diz Rey -viajantes-, Ramón Elorza -gastronómicos-, Demetrio Lorenzo -alimentación-, Juan Racchini -aguas gaseosas-, Juan Serrano -de Neumáticos- y Ricardo Pérez -camioneros- y luego se fueron integrando otros gremios hasta conformar los 20 y después, los 25.

(A fines del verano de 1977, lograron una audiencia con el ministro de Trabajo General Tomás Liendo quien no aceptó la entrega de la nota firmada el 1º de marzo…)

Entre el deshojamiento del otoño y los vientos del invierno, se produjeron sucesivos cambios y cuando terminaba la primavera de ese año, resultó que aquellos primeros siete no ejercían la conducción del grupo de los 25 porque estaban en el mismo plano Ramón Baldassini -telepostales-, Carlos Cabrera, -mineros-, Fernando Donaires –papeleros-, Roberto García -taxistas- y Enrique Micó del SOIVA, sindicato de obreros del vestido.   [10]

Mientras tanto, ya se estaban produciendo otros movimientos: la persistente firmeza de Roberto García resultaba intolerable para José Rodríguez y así se revelaba en algunas declaraciones…)

Después del 24 de marzo de 1976 fueron detenidos dirigentes gremiales de las 62 Organizaciones y dos años después, algunos integrantes del grupo de los 25 decidió constituir el Movimiento Sindical Peronista.  Después de impulsó la CUTA -conducción única de trabajadores-, con la intención de aunar fuerzas ante la firme oposición de quienes detentaban el poder desde la Casa Rosada.

(En 1978, los sindicalistas fracasaron porque una vez más, no había cohesión, cada cual atendía su juego.

Los militares del Proceso medían otras tensiones y avanzaron en la liberación de algunos detenidos por causas políticas o gremiales, aquellos que primero estuvieron en el buque 33 Orientales, otros que pasaron por el Penal de Magdalena

El viernes 8 de septiembre de 1978 al anochecer, en Esperanza -provincia de Santa Fe- seguían celebrando el día del agricultor- y en la capital federal, terminaban los trámites para el traslado de Lorenzo Miguel a su hogar, donde debía seguir con “arresto domiciliario”.

La Junta Militar que detentaba en poder era sucesora de aquella que el 24 de marzo de 1976 expresó que “el proceso de reorganización nacional, no está dirigido contra ningún grupo social o partido político.  Por el contrario, constituye el medio de reencauzar la vida del país y está decidido a promover el cambio de la actitud argentina con respecto a su propia responsabilidad individual y social. Pretende, en suma, desarrollar al máximo nuestra potencialidad.”   [11]

Los datos del INDEC -instituto nacional de estadísticas y censos-, demuestran que en el decenio 1970-1980 se produjo una declinación del  6,1% de asalariados.  Otras fuentes han informado que hasta 1974 funcionaron 195 fábricas donde trabajaban quinientos -y hasta mil- obreros.  En 1985 se comprobó que sólo seguían produciendo 157 de aquellas y también se había reducido a casi la mitad, el grupo de empresas manufactureras con más de mil obreros ya que sólo se registraban 64 de las 122 donde trabajaban 246.618 operarios.

(En la década siguiente, fueron los estatales quienes soportaron despidos y desocupación ya que la Sindicatura General de Empresas Públicas informó que en 1975 trabajaban 429.264 agentes y en 1986 estaban registrados 297.883.

Una vez más, del dicho al hecho ¡un gran trecho!…

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“Dime de qué te alabas y te diré de qué careces”

El 17 de abril de 1980, cesó el arresto domiciliario de Lorenzo Miguel y sus compañeros sindicalistas sabían que aún conservaba el bastón de mariscal en su mochila.  Retornó a su trabajo como dirigente sindical en la UOM y enseguida se acercaron sus compañeros de militancia también unidos en el propósito de defender sus derechos gremiales e intentar influir para que convocaran a elecciones generales en todo el país.

(El movimiento obrero más que “organizado” estaba atomizándose…)

Después, se constituyó al CGTRA -confederación general del trabajo de la república argentina-, con sede en la calle Brasil mientras seguía funcionando la CGT de Azopardo 802 y se disgregaban las agrupaciones internas.

(En 1968, Agustín Tosco y Raimundo Ongaro fueron uno de los impulsores del la “CGT de los Argentinos”. [12]

Comisión de Gestión y Trabajo

Varios gremios que no estaban agrupados decidieron constituir la Comisión de Gestión y Trabajo impulsados por el santafesino Francisco Di Bernardo y Oscar Lescano -de Luz y Fuerza-; de la UOM, Luis Guerrero y Lisandro Zapata; Délfor Giménez de la AOT-, Demetrio Puga -empleados de comercio- y Juan Perrone de Telefónicos. Así fue como a partir de las primeras manifestaciones en abril de 1978 fueron generando sucesivas reacciones y cuatro meses después, se puso en marcha la Comisión Nacional de Trabajo.

(Otra sigla: CNT que algunos podrían interpretar como síntesis de con nuestro trabajo o contra nuestro trabajo…)

Durante el año siguiente, continuaban los diálogos entre algunos sindicalistas y quienes detentaban el poder pero otros, no estaban dispuestos a ser tan tolerantes.

La huelga general del 27 de abril de 1979 organizada como protesta por la declinación del poder adquisitivo y la falta de cumplimiento de la ley 14.250, constituyó un desafío porque en ese tiempo se habían reunido Cavalieri y Donaides con el subsecretario de Trabajo Coronel Américo Daher y les había advertido que los gremios participantes en cualquier movilización de protesta serían inmediatamente intervenidos. Después, diversos medios de comunicación informaron que representantes sindicales eran convocados por el gobierno para explicar sobre los propósitos de lucha que ya estaban conmoviendo a otros sectores sociales.  Recibieron un formulario-encuesta que acumularía la información de las secretarías generales de todos los gremios y como algunos expresaron su rechazo, se aplicó la ley vigente: detenciones e incomunicaciones…  [13]

Aquella huelga -como tantas otras-, sirvió para expresar no sólo las disidencias con el gobierno, también las divergentes orientaciones en esa comisión  y el peso de determinada dirigencia.

(Es oportuno recordar que el Episcopado Argentino en 1956 difundió el texto de la carta enviada al general Pedro Eugenio Aramburu cuando los militares y algunos civiles detentaban el poder, porque entre los tantos límites impuestos, también pretendían limitar aún más el ejercicio de los derechos de los trabajadores.

El 20 de abril de 1956, en el diario Clarín de Buenos Aires destacaron que tras dos horas de diálogo con los ministros, el general Pedro Eugenio Aramburu y el contraalmirante Isaac Francisco Rojas -junto a otros funcionarios- analizaron diversos asuntos y luego, el secretario de Prensa Adolfo Lanús “informó a los periodistas sobre los decretos aprobados. He aquí su síntesis: 1º Argentina ha resuelto incorporarse al Fondo Monetario Internacional. 2º Inhabilítase gremialmente a las personas que no reúnan las condiciones necesarias para integrar las comisiones paritarias. 3º Reglaméntanse los aportes a los sindicatos y sus obras sociales. 4º Ushuaia será zona franca y puerto libre, adelantándose que en breve se dispondrá lo mismo con respecto a otras estaciones marítimas sueñas. 5º Créase la Dirección General Inmobiliaria. 6º Se establece una amnistía aduanera. 7º Aprobáronse los estudios para construir el túnel subfluvial entre Paraná y Santa Fe.  Cuatro de estos siete decretos fueron conocidos horas más tarde.  En lo que atañe al ingreso del país en el Fondo Monetario Internacional, fue detallado y comentado por el ministro de Finanzas, Dr. Julio Alizón García en una conferencia de prensa”…

Ese año, también se declaró “vigente la ley marcial en todo el país”.)

 

 

Grupo de “Los 15”…

Sabido es que José Rodríguez, representante de SMATA -mecánicos-, fue uno de los gremialistas que estuvo más cerca de los radicales alfonsinistas y que el presidente pensó en él cuando debía nombrar al reemplazante de Hugo Barrionuevo.

En ese tiempo, junto a Armando Cavalieri, Diego Ibáñez, Oscar Lescano y Jorge Triaca -entre otros-, evaluaron la necesidad de lograr que los gremios chicos tuvieran mayor  protagonismo en la toma de decisiones.

(Así fue como empezó a organizarse el grupo de “Los 15”…)

Después, empezaron a ser evidentes los distintos matices: en un mismo tono se expresaban Carlos Alderete y Lescano, cerca de Cavalieri y Triaca -que habían perdido peso en las 62 organizaciones-, todas experiencias compartidas en Gestión y Trabajo.

Como suele suceder, algunos cambiaron el rumbo: se sumaron a “los 15”: el metalúrgico Luis Guerrero y Carlos West Ocampo -ya alejados del grupo de Azopardo 802; el petrolero Diego Ibáñez, de las 62

Abril de 1983: denuncia del presidente Alfonsín.

En abril de 1983, el doctor Raúl Ricardo Alfonsín -candidato presidencial de la Unión Cívica Radical-, aludió a la existencia de “una pacto sindical-militar” que aparentemente involucraría a algunos generales que habían detentado el poder en los últimos años y también involucrados en operaciones antisubversivas.

Cuando el doctor Alfonsín terminó su gira europea para dialogar con las autoridades de diversos países, insistió en la existencia de tal acuerdo.  Dijo que “si los sindicatos sirven para ocultar los graves errores de un sector de la cúpula militar  y las Fuerzas Armadas, para dar a cambio la continuidad en el poder de burocracias comprometidas con el fracaso del pasado, iniciaríamos una etapa en que no se habrá alterado en nada sustancial”.

El 3 de mayo de 1983, desde el diario Clarín de Buenos Aires indicaban que el “encargado” de ese maniobra sería el ministro de Trabajo Héctor Villaverirán y Alfonsín por distintos medios decía: “Aquí no hay cintas grabadas ni listas de encuentros secretos”. No había pruebas.  Los rumores incluyeron los nombres de Diego Ibáñez, Herminio Iglesias, Lorenzo Miguel, Rogelio Papagno…

17-10-1983: celebración del Día de la Lealtad

Con el propósito de celebrar otro 17 de octubre, los sindicatos convocaron a los  trabajadores al acto previsto en la sede del Club Vélez Sársfield, en Liniers.

Anunciaron que no asistía uno de los cuatro secretarios de la CGT, Alberto Jorge Triaca -representante de la Unión de Obreros Plásticos y Afines- porque había sido operada de apendicitis una de sus hijas.  Una vez más el sonriente doctor Carlos Ruckauf (exministro de Trabajo) gritó desde la tribuna: “Venimos a decirles a los que hacen estadísticas que nosotros ganaremos en los próximos comicios”…

Esa noche, el Tordo Lorenzo Miguel y el cervecero Saúl Ubaldini expresarían algunas conclusiones.  Como suele suceder, la presencia del integrante de la UOM provocó reacciones de rechazo, se escucharon silbidos y Saúl Ubaldini intentó calmar los ánimos.

Mientras tanto, más gritos, agitación de palos y botellazos, eran las señales visibles del caos latente.

El 26 de octubre se realizó un plenario de representantes gremiales de cientoveintidós gremios y proclamaron secretario general a Lorenzo Miguel, ese militante político que en su juventud vivía en Villa Lugano y que estuvo en la Plaza de Mayo en la revolucionaria jornada de 1945, cuando Perón habló por primera vez desde el balcón de la Casa Rosada después de que el general Edelmiro J. Farrell insistiera en la necesidad de que fuera él, quien invitara al pueblo a una pacífica desconcentración.  [14]

(El 30 de octubre de 1983 se realizaron los comicios y lograron derrotar a la fórmula del Justicialismo con el 51,74% de los votos resultando que la mitad de las provincias tendrían gobernadores de ese partido, también la primera minoría en la Cámara de Diputados y 18 senadores sobre un total de 46.)

Testimonio de un destacado  sindicalista.

El destacado dirigente sindical Juan José Taccone -de Luz y Fuerza-, a principios de 1983, “al finalizar un acto masivo en la localidad de Bernal” -en la provincia de Buenos Aires, aceptó la propuesta de dialogar con un grupo de jóvenes -“cinco de ellos profesionales”- y la grabación sirvió como base para la edición de “Autocrítica sindical”. [15]

Taccone destacó que “el peronismo no es un partido dogmático, es un movimiento sencillo, simple y no dogmático; allí está la fuerza del peronismo”.

“En el peronismo no hay necesidad de que todos piensen como yo, porque es un movimiento de masas muy profundo, donde convergen sectores que se forman en ideas conservadoras, como pueden serlo algunos sectores empresarios, y se nutre de trabajadores que vienen y provienen de izquierda.  El peronismo es un movimiento policlasista, no sectario.”

Explicó que al decir “ni yanquis, ni marxistas” significaba que “cuando uno llega al peronismo, la unidad en Perón significa ni yanquis ni marxistas, ni tampoco antiyanquis o antimarxistas”.  Dijo luego:

“Nosotros no somos, ni social demócratas ni social cristianos, podemos ser amigos de verdad de esas dos poderosas corrientes políticas, porque somos demócratas y sociales, pero no somos social demócratas.  Somos amigos tanto de los social demócratas, como de los demócratas cristianos.  Somos un movimiento profundamente nacional con ideología propia.  Creemos y estamos convencidos de que la social democracia y los demócratas cristianos, e inclusive, grupos de países centrales como los Estados Unidos, principalmente los del partido demócrata, cuando tengan que ir buscando respuestas a estas crisis que vive el mundo, van a comprender que nuestro movimiento tiene mucho que aportar, que el Justicialismo tiene elementos posibles para ofrecer una alternativa entre marxismo y capitalismo”.

“…inevitablemente el mundo, para volver a equilibrar las responsabilidades de la sociedad tiene un único camino, la participación”.

Reconocía Taccone: “somos un gremio chico” y así era porque tres años después, en la nómina reconocida por el Ministerio de Trabajo en 1986, estaban incluidos en el decimoséptimo orden con 69.952 afiliados y tenían 23 delegados al Congreso y 3 al Comité Central Confederal, en una nómina encabezada por la Confederación General de Empleados de Comercio -408.000 afiliados, 136 delegados al Congreso y 3 al CCC), que había reemplazado a la UOM en esa ubicación, porque después del Proceso -cuando aumentaron las áreas de servicios y disminuyó la producción fabril- tenían 267.000  afiliados, 89 delegados y también 3 en el CCC.-; indicadores concretos de la orientación económica durante aquel período.  La CTERA -confederación de trabajadores de la Educación- estaba en el cuarto lugar, con 188.854 afiliados, 63 delegados al Congreso y tres al CCC.  Unión Docentes Argentinos registraba 17.640 afiliados; 6 Delegados al Congreso y 2 al CCC.)  [16]

Avanzando en la observación de aquellos procesos, es imprescindible recordar lo expresado por el general Juan Domingo Perón mientras impulsaba la marcha del movimiento nacional justicialista:

“Hay una sola clase de hombres: los que trabajan.”

“El peronismo trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo o a un caudillo lo es sólo de nombre”.  [17]

En aquel tiempo, dos páginas de la revista Mundo Peronista correspondían a “el tema de doctrina” y en un breve análisis acerca de “la tercera verdad del peronismo”, se repitió lo expresado por Perón el 23 de mayo de 1950:

“El Peronismo no es un partido político: es un Movimiento Nacional, donde todos somos modestos servidores y donde nadie se cree más de lo que es ni menos de lo que debe ser; un movimiento en el cual somos todos para uno y uno para todos”.

Movimiento Peronista Partidos “políticos”
La política es un medio. La política es un fin.
Hacen lo que el Pueblo quiere. Hacen lo que quieren sus dirigentes.
Tiene objetivos nacionales. Tienen objetivos partidarios.
Tiene doctrina y teoría. Sin doctrina ni teoría.
Tiene unidad de concepción y de acción. Sin unidad de concepción, ni de acción.
Conducción central y local. Conducción local, sin conducción central.
Política de gobierno (obras) Política personal (puestos y prebendas)
Renovación de valores (juventud) Encastillamiento de los dirigentes antiguos (decrepitud)
Acción total: social, económica y política, etc. Acción política exclusiva, etc.

 

Insistía el general Perón:

“Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, comienza a convertirse en oligarca.”

“Advertidas esas diferencias, ya nadie podrá confundir de buena fe nuestro Movimiento con un partido político, ni servir, en consecuencia, a un círculo o a un caudillo.  El panorama general habrá de imponerse naturalmente sobre el pequeño punto de mira personal del caudillo o del círculo.”   [18]

Primavera de 1983: advertencia de Saúl Ubaldini…

Como suele suceder, días antes del cambio de autoridades nacionales fueron consultados varios dirigentes gremiales y diversos medios reiteraron algunos diálogos.  No había sido por casualidad que Saúl Eldover Ubaldini expresara que se realizarían tantos paros como fueran necesarios y razones tenía el presidente electo para considerar que era “una broma macabra” porque durante la campaña electoral había insistido en que “con la democracia se come, con la democracia se educa”.  A esa continua propaganda por radio y televisión agregaba fragmentos del preámbulo de la Constitución:

“…para nosotros para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”…

10-12-1983: asume el presidente Alfonsín…

En consecuencia, el 10 de diciembre –Día de los Derechos Humanos-, el doctor Raúl Ricardo Alfonsín juró frente al Gral. (R.) Reynaldo Bignone que detentaba la titularidad del P. E. en la etapa final del Proceso.  Estuvieron en ese acto, los ex presidentes argentinos Dr. Arturo Frondizi y Sra. María Estela Martínez de Perón; presidentes de repúblicas hispanoamericanos; Bettino Craxi, Felipe González y Pierre Mouroy, jefes de gobierno de Italia, España y Francia respectivamente; George Bush y Carlos Rafael Rodríguez vicepresidentes de Estados Unidos y Cuba (dos gobiernos en continua oposición).

En su discurso, Alfonsín dijo:

“Lo inmediato es combatir el emprobrecimiento colectivo del sector asalariado.  Para ello hay que establecer la función primordial del sindicato, asegurando que éste sea realmente representativo y vigoroso, con aptitud para una participación creciente en las decisiones básicas del mundo económico, a través de la concertación”…

“No hay democracia posible sin sindicatos fuertes, representativos y democráticos en su funcionamiento y constitución”.

Alfonsín integra su gabinete…

El 10 de diciembre de 1983 asumió el presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín designó sus ministros: del Interior  Dr. Antonio Tróccoli, de Educación y Justicia Dr. Carlos Alconada Aramburu, de Obras Públicas el Ing. Roque Carranza, de Economía Lic. Bernardo Grinspun, de Salud Pública y Acción Social Dr. Aldo Neri, de Defensa el industrial, político y periodista Raúl Antonio Borrás, de Relaciones Exteriores el Licenciado Dante Caputo y de Trabajo y Previsión al veterano dirigente gremial y periodista Antonio José Mucci.

(Antonio Mucci, nacido en Avellaneda en enero de 1932, durante veinticinco años estuvo vinculado al sindicato de artes gráficas.  Al asumir tales funciones, residía en el barrio de Barracas y era secretario gremial del Movimiento Nacional de Renovación Sindical, fundado el año anterior, impulsor de la democracia sindical y de la representación de minorías. Como representante del alfonsinismo en el sector gremial, había realizado seis meses antes un viaje por distintos países europeos y estuvo en Estados Unidos.  También acompañó al candidato Raúl Alfonsín durante la campaña electoral, viajando con su comitiva por distintas provincias.)  [19]

Grupos cercanos…

Durante la campaña, competían los sonidos del bombo de Tula en las concentraciones de Justicialistas con los bombos de los radicales pero eran diferentes las consignas.  Quienes desde fines del siglo diecinueve se han distinguido por sus boinas blancas, en la primavera  de 1983 cantaban:

“No son iguales / no son iguales / estos son los bombos / los bombos radicales”.

“Siga, siga, siga el baile / al compás del tamboril / que vamos a ser gobierno / de la mano de Alfonsín.

En ese tiempo, entre los colaboradores más cercano al doctor Alfonsín eran reconocidos: Becerra, Carlos; Jaroslavsky, César -entrerriano-; Nosiglia, Enrique –Coti-; Storani, Federico; Tróccoli, Antonio…

Investigación por los desaparecidos…

Sabido es que el presidente Alfonsín puso en marcha la CONADEP –comisión nacional encargada de investigar acerca de la desaparición de personas- y se acumularon datos insoslayables: el 17,9 % de los detenidos y desaparecidos fueron empleados; el 30,2% obreros; el 10,7 % trabajadores.

(¡El 58,8 % de los perseguidos eran trabajadores!)

Oscar Smith: secuestrado y desaparecido…

En el sindicato de Luz y Fuerza se destacó Oscar Smith, hijo de Santos –Cacho– Smith y de Ana María Pérez; nació el 8 de enero de 1932 en Villa Domínico (Buenos Aires), allí siguió viviendo con su esposa y dos hijos mientras desarrollaba una intensa actividad gremial. [20]

En diciembre de 1974, Smith había expresado que desde el punto de vista del sector que conducía, “es necesario articular para abajo” el movimiento obrero porque al obrar en sentido contrario sería “renunciar a continuar siendo la columna vertebral del proceso nacional, ya que es la patria del futuro”… Insistía: “Nosotros somos parte integral de la columna vertebral del movimiento nacional justicialista, es decir del Movimiento Nacional”…  [21]

Llegó a conducir el Sindicato de Luz y Fuerza; también fue secretario general de la Federación y diputado provincial; soportó persecuciones y cárcel.  Tenía el hábito de iniciar a las ocho sus actividades y el 11 de febrero de 1977 después de acompañar a su madre hasta un negocio, se dirigió hacia una Cooperativa de Créditos donde estaba previsto un encuentro.  Viajaba en su Dodge 1500 -pintado en tono rojizo- y al llegar a Sarandi fue interceptado mientras varias personas de civil que bajaron de los Ford Falcon actuaron con rapidez y lo detuvieron. Desde entonces no se supo su destino… [22]

(En aquel tiempo, Rodolfo Walsh había sido secuestrado el 25 de marzo de 1977 y días después publicó una carta abierta dirigida a los responsables de esas situaciones  Fue la última señal, porque es otro de los desaparecidos durante “el Proceso” iniciado el 24 de marzo de 1976.

Reacción de algunos militares…

Mientras se desarrollaba la investigación sobre responsabilidades por violación a los derechos humanos, algunos militares plantearon con firmeza sus posiciones y durante una Semana Santa todos los medios de comunicación hablaron más que del “Calvario” de la incertidumbre creciente en la cúpula del poder político y entre los coroneles que exigían el “punto final” en las investigaciones y procesos judiciales, considerando que ellos habían actuado en función de la “obediencia debida”.

Vaivenes en el movimiento gremial…

Hasta diciembre de 1983, algunos gremios integraban la CGT Azopardo, otros la CGTRA -la cegeté de los argentinos- que funcionaba en la calle Brasil de la capital federal.

El presidente Alfonsín designó ministro de Trabajo y Seguridad Social a Antonio Mucci -ex dirigente de la CGT perteneciente al gremio de los gráficos- y se anunció el plan de reordenamiento sindical que fue rechazado por la CGTRA anunciando el “estado de alerta y movilización”.  En vísperas de Navidad -el 24 de diciembre y durante aproximadamente cinco horas- dialogaron el cervecero Saúl Ubaldini y el ministro Mucci…

En ese tiempo se habían formado algunas agrupaciones “que aspiraban a “disputar la conducción a la dirigencia peronista tradicional: el Encuentro Nacional de Trabajadores (ENTRA) que tiene como referentes a Alberto Piccinini (metalúrgico)” luego diputado en la legislatura santafesina-; “Julio Isabellino Guillán (telefónico) y Alberto Cortez (vendedores de diarios; la Asamblea Gremial Argentina (AGA) liberada por José Báez (seguros) y Blas Alari (papeleros), el Movimiento Nacional de Renovación Sindical de orientación alfonsinista  encabezado por el judicial Néstor rompan, y algunos dirigentes ‘históricos’ del peronismo combativo como Andrés Framini y el municipal bonaerense Antonio García (Plenario Sindical Peronista.

Estos nucleamientos conforman una Mesa de Enlace Gremial que no sobreviviría al derrotero del proyecto.”  [23]

Conducción única…

Como suele suceder cuando hay cambios de gobierno, en el verano 1983-1984 no tuvieron vacaciones ni los políticos ni los sindicalistas. El 25 de enero se logró realizar el plenario de gremios que proclamó a la conducción única con la asistencia de cientosiete representantes confederados y cuarenta y cinco delegaciones regionales.

Asumieron las funciones de secretarios generales: Saúl Ubaldini -demostrando una vez más su liderazgo-, Osvaldo Borda, Jorge Triaca y Ramón Baldassini.

Cinco días después intervinieron el SUPE -sindicato único de petroleros- y al día siguiente la Federación de Obreros y Empleados del Papel.  Reaccionó la CGT y reiteró “el estado de alerta y movilización” expresando una formal protesta ante la Organización Internacional del Trabajo.

(Luego presentaron recursos de amparo ante la justicia y la Corte Suprema falló a favor del ministerio de Trabajo, pero ya poco importaba a los sindicalistas porque habían obtenido otros logros…)

En la primera semana de febrero de 1984 se aceleró el trabajo en las comisiones del Congreso Nacional y el 10 de febrero sesionó la Cámara de Diputados durante quince horas para debatir el proyecto de Reorganización Sindical.  [24]

Al ser considerado en la Cámara de Senadores, con 24 votos a favor y 22 en contra, el 14 de marzo fue rechazada la media sanción.

Luego la CGT pidió al gobierno la derogación de la ley de asociaciones profesionales vigente -firmada en 1979 por Jorge Rafael Videla- y difundió su Plan de Acción.  En tales circunstancias, el 17 de marzo de 1984 regresó del exilio Raimundo Ongaro y retomó la conducción de los “gráficos” cuando era evidente el aumento del costo de vida y seguían creciendo las dificultades para cumplir los compromisos de pago por la abultada deuda externa.

A fines de ese mes, el presidente Alfonsín decidió nombrar a Hugo Barrionuevo -fideero e integrante de la Comisión de los 20-, su delegado para que contribuyera a encauzar la reorganización sindical mientras Mucci comprendía que se estaba acotando su espacio político.

Viernes decisivo…

El ministro de Trabajo y Seguridad Social Antonio Mucci, el viernes 20 de abril de 1984 dialogó con el presidente Alfonsín en la quinta de Olivos y presentó su renuncia indeclinable como consecuencia del fracaso del proyecto oficial de “reordenamiento sindical”.

Manifestó ante los periodistas que era “un fracaso” pero no “una derrota” porque “de todas maneras el gobierno ha triunfado en el campo de las ideas”. También destacó que había renunciado “por cuestiones personales de principio y lealtad” al presidente Alfonsín.  Insistió en que “ya nadie puede discutir de buena fe, que el país necesita el sinceramiento sindical y la confrontación con los auténticos dirigentes de esta hora, para que el gobierno pueda sentarlos a la mesa de las negociaciones y juntos, con empresarios y funcionarios del Estado, saquen a la Argentina de la postración socioeconómica en que se encuentra… hay que recuperar el aparato productivo, incorporar gente a las fábricas y a los talleres y hacer crecer el producto bruto interno”.   [25]

(El delegado Hugo Barrionuevo tuvo frecuentes dificultades como interlocutor aunque el nuevo ministro había expresado la necesidad de redactar un “código electoral” que facilitara la normalización de los sindicatos y tal era también la prioridad de la conducción sindicalista…)

Asumió el ministro Casella

El 25 de abril de 1984 a las 18, en el Salón Banco de la Casa de Gobierno juró el doctor Juan Manuel Casella, hasta entonces diputado nacional y presidente de la Comisión de Defensa.  Anticipó que si en seis meses no se concretaba la reorganización, él se retiraría del ministerio. En el mismo acto, asumió el secretario de trabajo Roberto Luis Rigatti designado en reemplazo de Gabriel Matzkin, a quien la habían aceptado la renuncia.

(Ante los periodistas, Saúl Ubaldini -uno de los cuatro secretarios generales de la CGT- expresó: “Tengo el gusto de haber conocido antes a Casella, en los momentos difíciles ya que hemos luchado juntos por la democracia y creo que es un hombre correcto, pero ahora veremos qué hace desde el poder. Dijo también que confiaba en que “solucionen los graves problemas de los trabajadores” y que “en lugar de tratar de dividir al movimiento obrero lo desee unido y fuerte”. [26]

No fue por casualidad que el doctor Raúl Ricardo Alfonsín, durante su presidencia haya tenido sucesivas dificultades en torno a sus relaciones con las fuerzas armadas y tampoco que en sesenta y cuatro meses se sucedieran cinco ministros de Trabajo.  No alcanzaba para apaciguar los ánimos de los muchachos de la cegeté, ni las solidarias sugerencias de los Obispos Monseñor Rodolfo Bufano -de San Justo- ni las de Monseñor Justo Laguna desde Morón…)  [27]

01-05-1984: Día de los Trabajadores…

Después de los “silencios” que fueron imponiendo sucesivos presidentes provisionales que detentaron el poder desde el 24 de marzo de 1976, desde la CGT unificada fueron convocados todos los trabajadores para concentrarse en la Plaza de Mayo.

En aquel tiempo, Saúl Ubaldini dijo una vez más que Isabel Perón era la jefa del Justicialismo, aunque quienes interpretaban sus declaraciones estaban convencidos de que había declinado tal conducción.

Jorge Triaca -del gremio de empleados de comercio- necesitó expresar:

“…no tenemos nada que festejar”.

Diez días después, tras sucesivos intentos de consenso impulsados por el ministro Juan Manuel Casella y Hugo Barrionuevo, se reunió la conducción de la CGT con la “Comisión de los 20” reiterándose la necesidad de normalizar el funcionamiento de los sindicatos.  El 7 de junio ingresó en el Congreso Nacional el proyecto de ley enviado por el P. E. y sancionado al mes siguiente por ambas cámaras, incluyó la suspensión temporaria de los artículos que prohibía a los gremios administrar los fondos de las obras sociales, el nudo gordiano de la mayoría de los conflictos en sucesivos períodos.  [28]

Mientras tanto, crecía la inflación, aumentaban los precios de combustibles y artículos de primera necesidad…

Hay conflictos en varios gremios: metalúrgicos, bancarios… se movilizan para obtener las mejoras tantas veces postergadas.

El presidente Raúl Ricardo Alfonsín, ya había hablado el 23 de marzo desde el balcón de la Casa Rosada destacando que era necesario “poner de pie a la Argentina y hacerles entender a los de afuera que podemos discutir, pero que no nos estamos debilitando”.  Tres meses después, decidió reunirse en la residencia de Olivos con los cuatro secretarios de la CGT y tras lograr algunas coincidencias, difundió otro mensaje a todo el país insistiendo en la necesidad de generar “un esfuerzo supremo para superar la crisis”.  [29]

(En julio de 1984 durante la misa celebrada en Mar del Plata, el ministro Casella y Saúl Ubaldini entregaron las Ofrendas.   Todos coincidían en que era imprescindible la confluencia de “sindicalismo, democracia y justicia social”.  Así lo habían expresado los Obispos en 1982: “No hay democracia estable sin justicia social”.

Al mes siguiente, el 7 de agosto -celebración de San Cayetano, patrono del trabajo y de los trabajadores-, marcharon diversos grupos hacia el templo y oraron para que hubiera “Paz, pan y trabajo”, en todas las familias…)

“No a la Patria Financiera”…

Transcurridos los primeros seis meses de la presidencia de Alfonsín, los sindicalistas exigían que se estableciera una concertación hasta tanto se llegara a un acuerdo sobre el salario mínimo.  La CGT difundió un documento donde establecía diez puntos fundamentales.  Insistían en la urgencia de realizar una consulta que “a modo de referéndum nacional diga NO a la Patria Financiera”.  La respuesta de Alfonsín intentó calmar los ánimos ya que el 31 de agosto de 1984 anunció la puesta en marcha de un “plan antiinflacionario de corto plazo”, en realidad breve porque las variables en valor de la moneda y costo de los productos provocaban situaciones tan complejas que lo obligaban a elaborar otras propuestas.

17-10-1984: Día de la Lealtad y señales de divergencia…

En el estadio del Club Atlanta de Buenos Aires, con la adhesión del Partido Justicialista expresada por los dirigentes Carlos Espadone y Lorenzo Miguel, se realizó uno de los actos organizados por el movimiento obrero para rememorar el 17 de octubre de 1945, reconocido como Día de la Lealtad en el movimiento nacional justicialista.

(Hay que tener en cuenta que al reconstituirse el Partido Justicialista, María Estela Martínez de Perón -residente en España- y vicepresidente 1º Lorenzo Miguel.

Allí, el cervecero Saúl Ubaldini se refirió a los dos actos que se estaban realizando en esa ciudad: en Plaza Once y en el Club Platense organizado por “la JP” y donde hablaron Patricia Bullrich y Sebastián Borro, de reconocida trayectoria como dirigente en el Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre.

Octubre de 1984: asume el tercer ministro de Trabajo…

Tal como ha sucedido en varios períodos presidenciales, casi estaba finalizando el primer año de mandato y aún no se había aprobado el presupuesto de recursos y gastos correspondiente al año 1984.  Se repetía otra costumbre en el seno del parlamento argentino: exigir previamente el tratamiento y sanción de determinadas leyes utilizando el recurso de la ausencia en las sesiones impidiéndose alcanzar el quórum reglamentario.  En esos meses, los gremios estaban trabajando en la elaboración de las listas para elecciones internas y diversas asociaciones intermedias seguían exigiendo que se acelerara la investigación y el juicio a los militares responsables de la conducción del autodenominado Proceso de reorganización nacional que en realidad contribuyó básicamente a desorganizar…

El ministro Juan Manuel Casella al asumir ya había anticipado cuándo dejaría esas funciones y así fue como el 29 de octubre fue reemplazado por Hugo Barrionuevo.

Diciembre de 1984: elecciones en sindicatos…

Algunos datos recopilados de diversas publicaciones periodísticas, indican que tras los comicios internos en algunos sindicatos, se lograron estas conclusiones:

 

Sindicato Conducción Resultado de la elección
ATE – Asociación Trabajadores del Estado. Víctor De Gennaro

Germán Abdala

(oposición renovadora)

Venció la lista de la Comisión de los 25 (opositora al independiente Juan Horvath, que había ejercido la conducción en varios períodos.)

 

ATSA – Asociación de Trabajadores de la Sanidad   Candidatos:

Carlos West Ocampo (ortodoxos)

Vs. listas opositoras

El ministro Hugo Barrionuevo suspendió los comicios (incendiaron urnas).
Sindicato de Luz y Fuerza Oscar Lescano S. d. (elevado porcentaje) *
SUPE

Sindicato Único de Petroleros

Diego Ibáñez S. d. (elevado porcentaje)
Sindicato de Viajantes Unidos Manuel Diz Rey (Reelecto)
Unión Obreros y Empleados del Plástico Jorge Triaca 66%
UOM

(Unión Obrera Metalúrgica)

Lorenzo Miguel 70% del padrón, lista única.**
UTA – Unión Tranviarios Automotor Juan Manuel Palacios (Triunfo con apoyo del titular anterior René Azar)

*      En este sindicato, se presentó otra lista encabezada por Pascual Fama, con apoyo de Juan José Taccone y perdieron por aproximadamente dos mil votos.

**     Lorenzo Miguel es titular a nivel nacional, tras un acuerdo con Luis Guerrero (UOM de Avellaneda).

1985: entusiasmo estival…

(Mientras en el hemisferio norte soportaban el frío, en ese extremo sur de América además del aumento de la temperatura, algunos sectores soportaban los efectos de la creciente presión: más inflación, incremento en las deudas con organismos financieros internacionales…)

El presidente Alfonsín intentaba una vez más un acercamiento con los dirigentes del movimiento obrero y tras la reunión del 9 de enero de 1985, informó que estaba impulsando “un acuerdo social para el crecimiento económico”, en concordancia con el plan elaborado en la secretaría de Planificación por el equipo de Juan Vital Sourrouille.

Al mes siguiente, distintos medios de comunicación difundieron parte del documento elaborado por miembros de la cegeté y representantes de entidades rurales e industriales orientado hacia dos planos de acción: “Propuesta de Acuerdo Social” y “Propuesta de crecimiento en libertad y con justicia social”.

Cambios en Economía

El documento entregado el 8 de febrero de 1985 pidiendo aumento de salarios, disminución de impuestos, aumentos de subsidios para estimular el crecimiento en las provincias… aceleró la decisión del ministro de Economía Bernardo Grinspun y diez días después renunció.  El 19 de febrero asumió Juan Sourrouille, básicamente con el objetivo de acotar el proceso inflacionario ya que en el mes anterior era equivalente al 90 %.

Una vez más, era insoslayable el peso de la deuda externa y la necesidad de cumplir con los compromisos de pago a corto y mediano plazo.

Cercano el otoño, se perciben los efectos de otros vientos: protestan desde  Confederaciones Rurales en defensa de sus obras sociales -hay discusiones en el seno de la CGT acerca del apoyo a la protesta- y desde la Asociación de Trabajadores del Estado, el joven Víctor De Gennaro insiste en que estaría preparándose otro golpe

En abril de 1985 el senador Oraldo Britos presentó un proyecto de ley  apoyado por el movimiento obrero que ya estaba elaborando el Plan de lucha difundido el 19 de ese mes. [30]

El 23 de mayo se realizó el paro general de 12 horas -con movilización-, convocado por la CGT, exigiendo un cambio en el rumbo de la economía e inmediatos aumentos de salarios.  La dirigencia gremial informó que se había logrado un acatamiento total y en la capital federal estuvieron en la Plaza de Mayo aproximadamente doscientos mil manifestantes.

“Plan Austral”

Es el día de conmemoración del tercer aniversario del cese del fuego en las Islas Malvinas y el presidente Alfonsín anunció que se ponía en marcha el Plan Austral:

“…se trata del austral, que equivale a 10.000 pesos argentinos y que tiene paridad con el dólar.  El plan económico es aceptado por gran parte de la opinión pública y la inflación se reduce drásticamente”.

“Otro 16 de septiembre”…

Se conmemoraba el trigésimo aniversario de la autodenominada “Revolución Libertadora” que interrumpió la segunda presidencia del general Juan Domingo Perón.

El doctor Carlos Saúl Menem -gobernador de la provincia de La Rioja-, seguía inaugurando obras públicas en su tierra natal y ya estaba preparado para asumir la presidencia de la Nación mientras el doctor Raúl Ricardo Alfonsín no sabía o no podía -como él mismo dijo cuatro años después- cómo resolver los problemas socioeconómicos que se multiplicaban en distintas áreas de la producción y del trabajo.  Aunque no se comentó, una vez más los argentinos retornaron a la consigna de la década del ’60: “Hay que pasar el invierno”… y en la segunda quincena de septiembre, en el seno de la CGT adoptaron una decisión contundente: el 16 de septiembre de 1985 -por unanimidad- eligieron secretario general a Saúl Eldovar Ubaldini, cervecero vinculado con la cúpula de la dirigencia eclesiástica en Buenos Aires, Córdoba…

“Día de la Lealtad”

Distintos factores han determinado -y siguen determinando- que se programen diversos actos para evocar la jornada del 17 de octubre de 1945.  En el cuadragésimo aniversario convocaron conjuntamente el Partido Justicialista y la CGT.  Distintos medios informaron que participaron aproximadamente diez mil personas y fue entonces cuando Ubaldini dijo: “…no cambiamos las estrofas de nuestro himno y preferimos morir con gloria y no vivir con las cadenas de una pretendida deuda externa”.

Al mes siguiente, Monseñor Ítalo Di Stéfano -Obispo de San Juan y presidente de la Pastoral Social-, convocó a las Jornadas de convivencia y reflexión, con el propósito de promover los valores humanos y allí estuvieron varios integrantes del secretariado de seccionales y de la Confederación General del Trabajo.

El 3 de diciembre, distintos medios aluden al encuentro de Alfonsín y Ubaldini en la Quinta de Olivos…

(Una vez más se había intentado tranquilizar los ánimos antes de la Navidad.)

Después se reunieron el ministro Hugo Barrionuevo con Saúl Ubaldini y fue entonces cuando los periodistas pudieron comentar lo resuelto acerca de las modificaciones aprobadas en torno al congelamiento de salarios y a las paritarias parciales, temas que evidentemente habían analizado el presidente y el secretario general, en la amplia y luminosa residencia donde se han celebrado sucesivos pactos.

1986: movilizaciones y elecciones…

El 24 de enero de 1986 se concretó el cuarto paro dispuesto por la CGT mientras “los efectos del Plan Austral se van deteriorando lentamente”.  Los trabajadores ratificaban lo expresado en los 26 Puntos.

El diario Clarín de la capital federal anunciaba que en enero, los precios al consumidor habían aumentado el 3 % y en febrero el 4,6 %, destacando que según informe de la Dirección General Impositiva sólo el 13 % de quienes debieran pagar impuestos cumplen con esas obligaciones.

La deuda externa seguía creciendo: 50.000 millones de dólares…

En ese tiempo, convocaron a elecciones en el Sindicato de Empleados de Comercio de la Capital y en la lista estructurada por el ajedrecista Armando Oriente Cavalieri, incluyeron a dirigentes gremiales que militaban en la Unión Cívica Radical: Américo González, Eduardo Jodada, Jorge Prachas, Federico Perrone y Martín Zelarrayán.

También triunfaron los oficialistas en los sindicatos de Choferes de Camiones, de Gas del Estado y de Trabajadores de aguas gaseosas.

El telefónico Julio Guillán se impuso con amplia mayoría en FOETRA y otro combativo, Raimundo Ongaro asumió la secretaría general del sindicato de Artes Gráficas donde luego fue reelecto.

Continuaron los conflictos, se realizaron paros de trabajadores de aduanas y de docentes, en vano intentaba el gobierno calmar los ánimos de los sindicalistas organizando diez comisiones para avanzar en algunos acuerdos porque a principios de enero de 1985 difundieron un comunicado fijando sus posiciones y anunciaron que dejaban de participar en las reuniones para la concertación.

Incertidumbre del presidente Alfonsín…

Después de los paros de enero y marzo de 1986, el presidente Alfonsín refiriéndose al gremialista Saúl Ubaldini dijo que era “mantequita y llorón”; después realizó viajes por Australia y Japón; España Francia y la Unión Soviética.

En abril de 1986 sorprendió con una propuesta: reformar la constitución nacional “para establecer un régimen menos presidencialista y el traslado de la capital a Viedma”.  Sólo fueron sueños aunque el Congreso aprobó la ley referida al traslado de la capital federal a Carmen de Patagones y esa decisión generó fugaces negocios inmobiliarios.  En ese tiempo, siguió desarrollándose el Congreso Pedagógico mientras en las cámaras legislativas nacionales continuaba el debate sobre el proyecto de ley de divorcio.  La Iglesia se oponía y expresaron que quienes votaran a favor no podrían recibir el sacramento de la Eucaristía, pero la ley fue sancionada y promulgada. Ese año, mientras el presidente Alfonsín visitaba el III Cuerpo de Ejército en Córdoba, encontraron una bomba en el lugar donde debía pasar con sus acompañantes.

Era razonable que a fines de 1986, el Poder Ejecutivo decidiera enviar el proyecto de ley de “Punto Final”…

1986: asesores y mediadores de la OIT…

(Es oportuno tener en cuenta algunos datos ya que en 1985, disminuyó en un 4 % el PBI -producto bruto interno- y se redujo en un tercio el poder adquisitivo de los trabajadores…)

A principios de septiembre de 1986 habían llegado a Buenos Aires algunos funcionarios de la Organización Internacional del Trabajo, entre ellos Nicolás Valticós y Bernard Gernigón, titular del Servicio de Libertad Sindical del citado organismos.

Los había convocado el gobierno argentino con el propósito de que contribuyeran al logro de un acuerdo en torno a la reorganización de los sindicatos.

Logrado ese objetivo, se difundió el documento que habían elaborado y firmado el ministro de Trabajo Hugo Barrionuevo, Saúl Ubaldini por la cegeté y los citados funcionarios de la OIT.

Se ratificó la creación de una Comisión de Enlace, integrada por doce representantes gremiales designados por la Confederación con la misión de actuar ante el ministerio durante el anunciado proceso de normalización.

(Prácticamente, ya existía una comisión que con tales funciones integraban representantes de los trabajadores de Comercio, Construcción, Correos, Electricistas Navales, Ferroviarios, Fideeros, Obras Sanitarias, Obreros Navales, Radiotelegrafistas, Textiles, Unión del Personal Civil y Unión Ferroviaria.

Sabido es que a partir de marzo de 1976 fueron intervenidos los gremios y la CGT perdió su personería jurídica. También se acumularon pérdidas patrimoniales y las registradas hasta 1985 serían soportadas por el Estado, teniéndose en cuenta que en aquel período se produjeron gastos y se iniciaron demandas judiciales por suspensión de planes de vivienda, existiendo compromisos de pago por aproximadamente cinco millones de dólares.

Antes de convocar a elecciones era imprescindible actualizar los padrones y una vez más las cifras indicarían el orden de representatividad de los gremios y federaciones ya que hasta 1976, la UOM ocupaba el primer lugar con sesenta delegados.

La justicia electoral supervisaría los comicios.)

Estructura orgánica

El Congreso de Delegados -facultado para elegir al Consejo Directivo y al Secretariado-, se integraría con los representantes electos en cada sindicato por voto directo de los afiliados, por la mesa directiva o asamblea, según establezcan los Estatutos vigentes. Debe ser convocado a sesiones ordinarias por bienios. – ejercería la máxima conducción con sesiones ordinarias cada dos años y extraordinarias a pedido de la quinta parte de los sindicatos adheridos.

El Comité Central Confederal –prácticamente el Parlamento del sindicalismo-, constituía la estructura intermedia entre el Congreso de Delegados y el Consejo Directivo y eran sus miembros, los titulares de cada organización en función de la cantidad de afiliados cotizantes.  Cada seis meses debía sesionar y le correspondía reglamentar las actividades del Consejo Directivo -un secretario general y veinte miembros- que prácticamente establecerían los planes de acción de la cegeté.

Momento decisivo

El 7 de noviembre de 1986 en el club Atlanta de la capital federal, el cervecero Saúl Ubaldini logró una vez más demostrar la eficacia de su conducción al ser electo secretario general y en esa comisión, reunió a una mayoría de secretarios que lo apoyaban.  El metalúrgico Hugo Curto -secretario adjunto, del grupo de los ortodoxos- logró la incorporación del cuarenta por ciento del secretariado; el grupo de los 25 también incorporó dos secretarios y cuatro vocales. Entre ellos el ferroviario José Pedraza bastante cercano al grupo liderado por Ubaldini.

1986: reacomodamiento político-sindical…

El año comenzó con inquietantes manifestaciones y el 24 de enero se realizó un paro general sin movilización.  Después, siguieron las discusiones sin que se solucionaran los problemas que afectaban a los hogares de los trabajadores. Una vez más había que “pasar el invierno” y en agosto, la dirigencia de la CGT rechazó los proyectos de ley que el gobierno había enviado al Congreso, entre ellos el referido a la “participación de los trabajadores en las Empresas y Sociedades del Estado”; a la “negociación colectiva” -entre otros-, elaborados en concordancia con recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo y en función de los actuales sistemas de producción.

El ministro de Trabajo Hugo Barrionuevo, [31]

Durante la primavera de 1986 los secretarios generales de los gremios con mayor cantidad de afiliados -y con mejores recursos económicos- convencidos del resultado de “dividir para reinar” optaron por reunirse con la intención de acceder a “la corona”.

Los primeros que avanzaron en esa dirección fueron:

  • Asociación Bancaria.
  • AOT – Asociación Obrera Textil.
  • ATSA – Asociación de Trabajadores de la Sanidad.
  • FOETRA – Federación de Obreros y Empleados Telefónicos.
  • Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza
  • Sindicato de Empleados de Comercio de la Capital Federal.
  • SMATA – Sindicato de Mecánicos.
  • SUPE – Sindicato de Petroleros.
  • Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Carne.
  • Unión de Trabajadores Gastronómicos.

(Mientras tanto seguía aumentando la inflación y se desvalorizaba el poder adquisitivo de los asalariados

Continuaban los juicios a los militares y también crecía la tensión en algunos cuarteles.

En distintas oficinas de los ministerios, seguían incorporando datos en la memoria de las computadoras, mientras parecía ser que como sucedía cuando jugaban los niños a principios del siglo veinte, se escuchaba un inquietante eco: “pasará, pasará, pero el último se quedará”…)

Protesta de Ubaldini…

En septiembre de 1986 se realizó la “II Conferencia sobre Deuda y Desarrollo” organizada por la CIOLS -confederación latinoamericana de organizaciones libres- y entre los representantes sindicales estuvo Saúl Eldover Ubaldini.  En su discurso planteó varias disidencias con la política económica-social impulsada por el doctor Alfonsín e inmediatamente se produjo una polémica que fue difundida por distintos medios.

(El 14 de junio de 1985 había comenzado el desarrollo del Plan Austral con el propósito de frenar la inflación.  Pusieron en circulación otra moneda: el Austral que equivalía a mil pesos argentinos y congelaron precios y salarios.  La población seguía soportando la crisis…)

Flexibilización laboral

En un interesante estudio acerca de la trama gremial se reitera lo expresado por el entonces ministro de Trabajo Hugo Barrionuevo refiriéndose a las dificultades que impidieron la sanción de determinadas leyes:  [32]

“La discusión en el Congreso de un nuevo marco legal de relaciones laborales adecuado a una política productiva y a un Estado moderno y democrático; sobre todo la modificación de las conductas corporativas sectoriales.  Trabajamos intensamente ese paquete laboral en los distintos bloques con (Armando) Caro Figueroa, con Silvio Feldman -hombres brillantes-; yo iba personalmente a explicar la trascendencia de ese proyecto de información y consulta a los trabajadores.  Mientras los empresarios seguían con mentalidad de patrones, boicoteando la ley.  Nosotros decíamos: la negociación colectiva debe ser articulada, con convenio marco.  El resto se debía tratar en las diferentes etapas de la negociación. Ésa era la flexibilización laboral, en su aspecto técnico que nosotros concebíamos.  Lo que después se mal definió como ‘modernización laboral’ era lisa y llanamente la derogación de toda la legislación laboral de protección al trabajador.  Lamentablemente estos proyectos de modernización laboral abortaron o, peor aún, terminaron negociándose en sentido inverso al que nosotros concebimos.”  Subrayado aquí

(No fue por casualidad que se difundió esta advertencia, reiterada por varios autores:

“Nos quieren traer a un socialdemócrata a enseñarnos cómo deben ser nuestras leyes –comentario de Ubaldini acerca de Caro Figueroa-. A mí me gustaría saber dónde estaba ese señor cuando acá vivíamos la época de la dictadura.  Quisiera que me expliquen cómo puede conocer nuestra idiosincrasia si realmente se trata de no importar mecánicamente modelos extranjeros.”)

Es oportuno tener en cuento lo expresado por el Licenciado Juan Carlos de Pablo, el 6 de septiembre de 1989 cuando se discutían varios proyectos de leyes enviados por el presidente Dr. Carlos Saúl Menem al Congreso Nacional: [33]

“En materia laboral la verdadera revolución comienza por entender cómo funcionan, pero en serio, las relaciones obrero-patronales, para desde ahí cimentar una legislación que ayude a las partes y al bien común, cosa que hoy no ocurre en modo alguno”.

24-03-1987: avance hacia otro pacto

Mientras continuaban las expresiones de diversos grupos sociales exigiendo que continuara la búsqueda de desaparecidos, incluyendo a hijos nacidos durante la detención de sus madres a partir del 24 de marzo de 1976, eran otras las expectativas del gobierno nacional y de la cúpula del movimiento obrero organizado en marzo de 1987.

El presidente Alfonsín tenía que designar al reemplazante de Hugo Barrionuevo en el ministerio de Trabajo y diversos medios informaron que sería Jesús Rodríguez, el dirigente del sindicato de mecánicos que contaba con el apoyo casi incondicional de su compañero de militancia Raúl Amín. La noticia conmovió a políticos y a gremialistas porque la CGT no había sido consultada a pesar de que ya estaba organizada y con Saúl Ubaldini en la conducción.

Una vez más, eran evidentes los tres rumbos trazados en las estrategias por el poder: unos seguían la línea señalada por Ubaldini; los ortodoxos que habían sido tolerantes y dejaron algunas huellas durante el Proceso y el grupo de Los 25 que avanzaba en el debate interno acerca de los conflictos existentes en la economía nacional, los problemas de los trabajadores y algunas estrategias políticas para resolverlos.

(En abril de 1987, S. S. Juan Pablo II, llegó por segunda vez a la Argentina. Estuvo en los primeros días de junio de 1982 -cuando se desarrollaba la Gesta de las Malvinas iniciada el 2 de abril de ese año- y desde el diario “La Nación” de Buenos Aires, destacaron que “el Papa ha visitado a un país que está librando una guerra durísima.  Es una guerra ahondada por la soberbia del gobierno de Gran Bretaña y, por eso mismo, sólo susceptible de ser superada cuando la fuerza de la razón desmonte el aparato pasional que alzan la intemperancia y la voluntad de humillar a quienes han tenido la osadía de moverse en el sentido de la historia, que es como decir en contra de las nostalgias imperialistas. / Juan Pablo II se ha llamado a sí ‘el peregrino de los momentos difíciles’.”  [34]

El 14 de junio, tras la breve visita del Papa, el general Benjamín Menéndez -comandante de las tropas en el archipiélago del Atlántico Sur- ordenó el cese del fuego.

Sabía el Papa que en 1987, también los argentinos estaban viviendo momentos difíciles…  No habían cicatrizado las heridas generadas por violación de los derechos humanos -en atroces atentados, durante los secuestros y torturas- y se ahondaba la conmoción provocada el 27 de enero de 1983, tras las declaraciones del jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, general Ramón Camps:

“No existen esos campos de concentración secretos de los que tanto se ha hablado.  Si hay desaparecidos vivos se encuentran en el extranjero.  Hay gente interesada en agitar la bandera de los desaparecidos diciendo que están vivos”.

Dijo que “no hubo grupos incontrolados que actuaran contra la subversión.  Eran fuerzas militares, fuerzas de seguridad y fuerzas policiales.  Todo el que actuaba contra la subversión lo hacía siempre bajo las órdenes de la máxima conducción militar. En muchos casos había que actuar de civil… Se pueden emplear técnicas para detener a los subversivos con métodos para localizarlos iguales a los que ellos emplean.  ¿Por qué no?  En aras de la imagen exterior, y para no comprometer las ayudas económicas internacionales no se decía la verdad de los hechos.  Se requería minimizar la realidad pensando en la continuidad de los créditos, que seguramente tampoco se habrían interrumpido si se hubiera planteado la verdad en toda su crueldad… Yo vencí la subversión en su centro de gravedad en Buenos Aires.  Y me siento orgulloso de ello.  Y asumo toda mi responsabilidad y la de los 30.000 hombres que conduje a la lucha.” [35]

No fue por casualidad que tres meses después, en los primeros días de julio de 1987 diversos medios informaran que habían ingresado en la bóveda donde reposa el cuerpo yacente de Juan Perón.  Fueron insuficientes las prevenciones en 1974 al ubicar el ataúd con determinados resguardos porque le habían cortado las manos.  Una vez más, otra profanación dejaba señales insoslayables en el seno del Justicialismo: primero fue la cabeza de Juan Duarte -el hermano de Evita que se suicidó en 1953-; tres años después el rumbo desconocido del ataúd con el cuerpo embalsamado de ella promovido por quienes detentaron el poder a partir del 16 de septiembre de 1956…)

1987: “el peso” de la provincia de Buenos Aires…

Mientras los gremialistas estaban alertas ante los movimientos de las tramas políticas e intentaban ocupar mejores posiciones en las listas de candidatos para las próximas elecciones de legisladores nacionales, era evidente que no sería fácil lograrlo.

Tras las elecciones del 6 de septiembre de 1987 resultó electo gobernador de la provincia de Buenos Aires el doctor Antonio Cafiero -ex ministro en anteriores gobiernos nacionales, opositor a Herminio Iglesias precandidato para ese cargo-, un reconocido militante en la Iglesia Católica y vinculado a la “rama gremial” del movimiento.  Estuvieron cerca de Cafiero mientras generaban distintas estrategias políticas, los sindicalistas integrados en el grupo de los 25: Guerino Andreoni, Roberto García y su tocayo Digón, José Pedraza, entre otros.  [36]

(Cafiero tenía experiencia en la forma de enfocar las relaciones entre el  gobierno y los gremialistas, porque durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón -siendo ministro de Economía-, el 21 de octubre de 1975 firmó el decreto que establecía la “suspensión de las paritarias”, texto refrendado por todo el gabinete.)

En torno a la deuda externa…

En las provincias argentinas, los gobernadores intentaban administrar a pesar del creciente endeudamiento y de las dificultades para recibir oportunamente los fondos de la coparticipación.  El presidente Alfonsín ya había expresado que era casi imposible pagar la deuda externa.  En 1987 fue necesario que una delegación viajara a Estados Unidos para analizar esa situación y aunque tantas veces se había manifestado en contra del imperialismo yanqui -con cierta cautela-, en esas circunstancias el secretario general de la CGT decidió integrar la comitiva.

Reacciones en octubre…

Cuando era necesario distribuir cargos crecía la presión en el seno de la pirámide.  Si no había acuerdo, se percibían señales de reacomodamiento.

A mediados de octubre de 1987, ante la renuncia indeclinable del secretario adjunto de la CGT -el telefónico Hugo Curto-, se generaron inmediatas reacciones con señales de diferentes posiciones.

La elaboración de una lista de unidad para la conducción del Partido Justicialista sirvió para demostrar el propósito de que los sindicalistas resolvieran previamente sus situaciones internas, como tantas veces lo había expresado el gobernador de La Rioja, doctor Carlos Saúl Menem.

Desde otro punto de vista, en aquellas circunstancias el doctor Antonio Cafiero había mencionado como vicepresidente 3º a un integrante de Los 25: su amigo Roberto García. Luego José Luis Lingieri -compañero de Ubaldini- fue anotado como candidato en la Secretaría Gremial.

Incidencia desde la CGT…

El miércoles 21 de octubre de 1987, terminada la reunión en la sede de SMATA donde deliberaron representantes de noventa gremios, se difundieron los nombres de quienes integraban la nueva conducción de las 62 Organizaciones y resultó evidente el reacomodamiento que ya se había generado durante la primavera anterior.  Decidieron ampliar de cinco a siete los miembros de la mesa ejecutiva y eligieron a representantes de los mecánicos -donde estuvieron deliberando-, de la Asociación Obrera Textil,  Asociación Bancaria, Luz y Fuerza, Petroleros y la UOM. Entre los vocales incluyeron a representantes de ATSA, Comercio, sindicato de la carne, aceiteros, gastronómicos, municipales de la Capital Federal, telepostales, tranviarios…

Al día siguiente se reuniría el Comité Central Confederal y José Luis Barrionuevo, Armando Cavalieri y Carlos West Ocampo impulsaban la iniciativa de convocatoria a un Congreso Extraordinario para la elección de nuevas autoridades pero en el camino se habían reunido la mayoría de los renovadores y el sector de Ubaldini, quienes junto a los representantes de la Comisión de los 20 acumulaban la mayor cantidad de delegados.

Como suele suceder, discusiones y reacciones hasta que se pusieron de acuerdo y se confirmó la unidad.

 (En aquel tiempo, aún era evidente que el movimiento estaba barco a la deriva, desde la ausencia definitiva de Perón a partir del 1º de julio de 1974 y seguía acentuándose la competencia entre “la rama política” y “la sindical”, a pesar de los discursos con repetición de frases del Líder…  También era visible que tras el tránsito a la inmortalidad de Evita -26 de julio de 1952 a las 20:25-, la inserción de las mujeres en determinadas listas dependía generalmente de los apoyos directos de dirigentes masculinos de esas dos ramas, que de la formación, capacitación profesional y antecedentes personales, reconocidos en distintos ámbitos… “-¿Vos, de quién sos?…” era la vulgar pregunta que se podía escuchar en diversas reuniones político-partidarias.  Quien con coherencia se expresara con la elocuencia del silencio o mencionando sólo el apellido del marido ajeno a tantas especulaciones necesariamente empezaba a comprender que sin posesión no habría posición… Ya en la década siguiente se estableció que las mujeres integrarían un tercio de las listas, con lo cual se impusieron además de las influencias personales, los números. Hasta que después de otro giro, en un originalísimo congreso se entusiasmaron con la discusión acerca de “la portación de apellido”…)  [37]

Despejado el conflicto de intereses por participar en la conducción de la central obrera, siguieron analizando los problemas económicos y resolvieron que el 4 de noviembre de 1987 harían un paro de doce horas con movilización hasta la Plaza de Mayo, en la Capital Federal.

(Paso a paso, los sindicalistas fueron despejando el camino para la lista de Unidad -prácticamente el trampolín para  en el Consejo Nacional Justicialista-, incluyendo a nueve miembros:

  1. Cassia, Antonio
  2. Genta, Amadeo
  3. Giménez, Delfor
  4. Lescano, Oscar
  5. Rodríguez, José
  6. Romero, Lesio
  7. West Ocampo, Carlos
  8. Zanola, Juan José
  9. Zapata, Lisandro
  10. Valle Ramón

De los renovadores y del sector de Ubaldini fueron ratificados

  1. García, Roberto
  2. Lingieri, Jose Luis -y se incorporaron:
  3. Andreoni, Guerino
  4. Azcurra, José
  5. Cabrera, Carlos
  6. Giménez, Fernando
  7. Hernández, Abel
  8. Luján, Jorge
  9. Pedraza, José
  10. Rodríguez, Andrés

(Ya podían descansar tranquilos… aunque el 8 y el 9 de diciembre, tuvieron que enfrentar otra lucha: “el paro por un día y medio, con movilización”.

Quienes utilizaron automotores, estuvieron alertas ante el posible “movimiento de más miguelitos” porque era necesario evitar “más pinchaduras”…)

1987-1988: Privatizaciones en marcha…

Hacia 1987 se aceleraron las conversaciones en torno a las privatizaciones de los servicios telefónicos y de la aeronavegación, justamente una de las dos empresas que en el proyecto de ley de privatizaciones ingresado por el presidente Alfonsín y su ministro de Economía Juan Vital Sourrouille, encabezaban la lista de empresas que el Estado debía preservar.

En el primer trimestre de 1988 ya había acordado la venta del 40% de las acciones de Aerolíneas Argentinas a la SAS (Scandinavian Airlines System, perteneciente a los estados nacionales de Dinamarca, Noruega y Suecia y presidida por John Herbert) e idéntico porcentaje sería negociado con Telefónica de España -y asociados-, haciéndose cargo ambas de la administración y control de las operaciones.  El economista radical -fundador de una revista en Caracas donde sus aliados publicaban sus avisos-, dejaba para el Estado argentino la responsabilidad de absorber las deudas externas de ambas compañías.

En vano Pérez Companc -desde 1980 proveedor de equipos telefónicos- impulsó una oferta avalada por Banco Río, Pecom Nec y Sade -a partir de la década del 70 uno de los principales contratistas de obras telefónicas-; Siemens Standard Electric, el grupo Juncal y la banca Morgan y Deutsche.  

Cabe recordar que si la gestión de Alfredo Martínez de Hoz favoreció con el 11% del total de horas trabajo a los contratistas privados, en 1983 creció  al 91% con la ventaja de que los operarios cobraban sueldos inferiores a los de convenio y no realizaban aportes.  Las actitudes de los contratistas privados provocaron abultadas facturaciones cuyos datos comparativos indicaban un absurdo de productividad: algunos operarios habrían prestado servicios durante treinta y seis horas diarias, aunque las jornadas abarcaran el máximo de veinticuatro horas.

La administración de Alfonsín no corrigió esos disparates que significaban enormes pérdidas para ENTel –Empresa Nacional Telefónica-  y fue precisamente Nicolás Gallo, administrador de esa empresa durante siete meses de 1987, el autor del plan impulsado por Sade y Siemens Standard Electric para lograr la supervisión de todos los contratos de consultoras y de obras telefónicas.

El economista Domingo Cavallo describió otras relaciones generadas durante la presidencia de Alfonsín y refiriéndose al grupo de Alfredo Yabrán, expresó que se anticipaba “a las decisiones del Estado.  Ya lo venía haciendo desde el primer contrato con Edcadassa en la época en la que Rodolfo Terragno -ministro de Obras y servicios Públicos de la administración radical- comenzara a diseñar la reforma del Estado en el campo del transporte aéreo.”  [38]

Posiciones de los sindicalistas…

Sabido es que el ex-dirigente sindical Julio Guillán -con veinticinco años de dirigencia, integrante de la CGT de los Argentinos de Raimundo Ongaro -opositor de Augusto Vandor-, detenido durante el Proceso, reelecto en 1983, supo negociar con Enrique -Coti- Nosiglia su incorporación en la lista radical de candidatos a diputados nacionales en 1985, aceptó las iniciativas del ministro de Obras y Servicios Públicos Rodolfo H. Terragno y fue subsecretario de Comunicaciones.  Cuando lo derrotaron en las elecciones de FOETRA -telefónicos; asumió Héctor Esquivel de la lista Celeste y Blanca  -con el voto positivo del 36%  del padrón electoral, el 60% del 60% de los votos emitidos- y el triunfo fue festejado en el sindicato de los cerveceros que conduce Saúl Ubaldini.

Un año antes los dirigentes sindicales de esa lista habían movilizado a los trabajadores de ENTel oponiéndose a la privatización.  La celebración del triunfo de Esquivel permitió que el senador nacional Oraldo Britos protestara ante una numerosa audiencia por la conducta de algunos representantes de la Unión Ferroviaria demasiado tolerantes con las decisiones del gobierno.

(Evidentemente las tormentas políticas han ido sacudiendo las diferentes ramas del movimiento nacional  y algunos gremialistas se han olvidado de la advertencia del Líder: Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista” y en 1972: “Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”.)

Rodolfo Terragno además, recomendó los procedimientos aplicables en el proceso de transformación de las explotaciones petroleras y propuso la concesión del peaje en las rutas.  Fueron algunos impulsos del ministro de Obras y Servicios Públicos que el presidente Alfonsín no logró concretar porque ninguna privatización se aprobó.

Ante la creciente crisis, volvió a confiarle una importante misión: viajar el 12 de junio a la mañana para informarle a Menem que estaba dispuesto a resignar” su cargo

Esa expresión reiterada en diversos informes oficiales, en ese caso significaba ceder, abandonar, claudicar… Era la síntesis de la carga emotiva de quien sólo tenía la posibilidad de renunciar ya que el rumbo de ese gobierno era casi irreversible y hasta su consigna con la democracia se come” era casi irrepetible porque la inflación superaba el cien por ciento y disminuían las posibilidades de adquirir alimentos en la mayoría de los sectores sociales.

1988: Ubaldini y los trece paros de la CGT…

Casi un cuarto de siglo después, el movimiento obrero organizado seguía aplicando los métodos de protesta y hostigamiento que utilizaron durante la presidencia del doctor Arturo Umberto Illia, destacado médico cordobés, un radical que fue criticado por su lentitud en las decisiones. El 22 de mayo de 1964, desde el diario Clarín de la capital federal difundieron un comunicado del ministerio del Interior “fijando la posición del gobierno radical frente al plan de lucha de la CGT.”

El día anterior la central obrera había iniciado la segunda parte del plan “procediendo a la ocupación de unos 500 establecimientos productores de la Capital Federal, Lanús y Avellaneda, comprometiendo la acción de ciento cincuenta mil obreros y tomándose un número aún no determinado de rehenes, entre empresarios y personal directivo de las fábricas afectadas.”  [39]

Hasta ese momento se habían ocupado 153 establecimientos metalúrgicos, 96 textiles, 70 de la construcción; 36 madereros; 37 químicos, 17 papeleros y empresas del caucho; 15 de calzados, diez de Luz y Fuerza y astilleros… 2 petroleros.

 

El viernes 9 de septiembre de 1988 se realizó el paro general dispuesto por la CGT y el ministro Antonio Tróccoli con la experiencia de los once paros anteriores, dispuso que las fuerzas de seguridad contribuyeran a mantener el orden.

Entre los miles de manifestantes, un violento grupo arrojó proyectiles de diferente especie  contra las vidrieras e inmediatamente ingresaron en algunos comercios y hubo saqueos. Los policías reprimieron con mayor violencia. Desde Córdoba llegaba la voz de un Ángel… el gobernador doctor Eduardo Angeloz:

“Otra vez el saqueo, otra vez la violencia, otra vez el patoterismo en las calles.”

 

(Desalojaban a los sindicalistas del templo radical…)

 

Era insoslayable la cifra: ¡Doce!… Doce paros, tantos como los meses del año, tantos como fueron “los apóstoles”: protestas por la situación económica y los bajos salarios; insistencia en la declaración de los veintiséis puntos.

 

(Casualmente, una cifra equivalente al duplo de trece)

12-09-1988: repudio por la represión…

La violenta actitud de las fuerzas policiales durante las concentraciones del 9 de septiembre, generó otra reacción en la dirigencia gremial y el 12 de septiembre se realizó otro paro por veinticuatro horas.

Los datos publicados en diversos medios de información, se reiteran en este cuadro y así será posible evaluar la frecuencia y los resultados:

Fecha Causa invocada Características del paro Adhesión
03-09-84 Necesidad de  aumento en los salarios. General  – 24 horas. Parcial.
23-05-85 Protesta por la política económica y necesidad de  aumento en los salarios. General – 12 horas.

Con movilización.

Total

(En Plaza de Mayo de la Capital Federal, aproximadamente 220 manifestantes)

29-08-85 “26 Puntos” contra la política económica.  General – 12 horas.

Con movilización.

Vasta.

(Concentración de aproximadamente 120.000 personas en la Av. 9 de Julio)

24-01-86 “26 Puntos” contra la política económica. General  – 24 horas. Vasta.
25-03-86 Necesidad de  aumento en los salarios y “26 Puntos” contra la política económica.. General – 12 horas.

Con movilización.

Parcial

(En Avenida 9 de Julio aproximadamente 150.000 manifestantes.)

13-06-86 “26 Puntos” contra la política económica. General  – 24 horas. Parcial
09-10-86 “26 Puntos” contra la política económica. General – 12 horas.

Con movilización.

Escasa
26-01-87 “26 Puntos” contra la política económica. General  – 24 horas. Parcial
04-11-87 “26 Puntos” contra la política económica. General – 24 horas.

Con movilización.

Parcial

(15.000 personas en la Plaza de Mayo de la Capital Federal.)

08 y 09-Dic.87 “26 Puntos” contra la política económica. General – 34 horas.

Con movilización.

Parcial
14-04-88 “26 Puntos” contra la política económica. General  – 24 horas. Parcial
09-09-88 “26 Puntos” contra la política económica. General – 8 horas.

Con movilización.

Parcial

(Aprox. 20.000 en la Plaza de Mayo de la Capital Federal)

12-09-88 Repudio por violencia. General  – 24 horas. Escasa

 

 

Otro “17 de Octubre”…

En vísperas del 17 de octubre de 1988, el secretario general de la CGT, el cervecero Saúl Ubaldini, destacó que esa conducción constituía una «parte esencial de un movimiento nacional hacia la liberación en busca de la justicia social».

Dijo Ubaldini: «…no aspiramos a formar parte de un mercado en el que cada sector regatea una parte del producto, en un antagonismo egoísta, sino a integrar una comunidad organizada sobre la firme base de la solidaridad social y el compromiso nacional».  Mediante un comunicado expresaron que «este 17 de octubre cobra un significado especial para el pueblo trabajador de la patria después de casi un quinquenio de duro batallar defendiendo nuestros legítimos derechos constitucionales  y el patrimonio, la producción y el trabajo nacional, contra una insensibilidad recalcitrante de planificadores y ejecutores de una estrategia socioeconómica de miseria, trazada desde afuera para consolidar la dependencia». Finalmente destacaban: «…este 17 de octubre, los trabajadores entramos en una nueva etapa que nos llevará a hacer efectiva la felicidad del pueblo, en el marco de la grandeza de la patria».   [40]

En el acto central del sindicalismo, organizado por la mesa sindical Menem presidente,  realizado en el estadio de River Plate hablaron el presidente del Consejo Nacional Justicialista Dr. Antonio Cafiero, el candidato a vicepresidente Eduardo Duhalde y fue orador principal el Dr. Carlos Menem candidato a la presidencia de la Nación.

(En el escorzo de la política argentina a principios del siglo veintiuno, resulta evidente que pertenecen a distintos sectores y representan a “diferentes vectores”…)

1988: vínculos con el doctor Carlos Menem

En 1989 la CGT estaba dividida y la conducción gremial integraba la Mesa de Enlace Gremial, con representantes del Grupo de los 15 (dialoguista, integrado por Armando Cavallieri -comercio-, Carlos West Ocampo -sanidad-; grupo estructurado por iniciativa de Jorge Triaca -plástico-, luego ministro de Trabajo de Menem; Carlos Alderete -Luz y Fuerza- también ministro de Trabajo durante la presidencia del radical Alfonsín (31 de marzo de 1987); Armando Cavalieri de comercio; el mecánico José Rodríguez y Juan José Zanola de los bancarios, entre otros. [41]

En oposición estaba el Grupo de los 25, liderado por el cervecero Saúl Ubaldini -cercano a Lorenzo Miguel -metalúrgico- y a Diego Ibáñez -, en ese tiempo apoyado por los gobernadores Antonio Cafiero -Buenos Aires-, Jorge Busti -Entre Ríos- Ramón Saadi -Catamarca-, incluyendo a la mayoría de los gremios estatales quienes sabían las dificultades existentes para enfrentarse al nuevo gobierno justicialista y estaban dispuestos a librar batallas para no perder el poder.

Entre ellos, algunos renovadores se alinearon con Los 15: Roberto García -gremio de los taxistas- y Roberto Digón -de los tabacaleros-; el ferroviario José Pedraza y Guerino Andreoni, de empleados de comercio.  El catamarqueño Luis Barrionuevo -de buenas relaciones con Enrique Coti Nosiglia de la Coordinadora radical- intentó movilizar “por la unidad” y desató polémicas a partir de su afirmación acerca de que “la plata no se hace trabajando”.  Siendo uno de los administradores de los recursos para las obras sociales y considerando que algunos sindicatos soportaban abultadas pérdidas, alentó la esperanza de que se aumentaran.

Era evidente que algunos trabajadores no alcanzaron a interpretar la teoría expresada por Menem apenas asumió la presidencia cuando hablaba de la cultura del trabajo y del capitalismo popular de mercado.  A medida que se sucedían los actos de gobierno, contrastaban la complacencia y los aplausos de los grandes empresarios que comprendían cuál era el rumbo económico, con las quejas de los sindicalistas que temían perder su rumbo.

Juan Carlos de Pablo ha destacado que “Menem sabía que tenía que ‘ganarse’ la decisión económica de los argentinos por medio de sus gestos y acciones, no de sus palabras.  No obstante, desde el comienzo de su gestión sus aseveraciones fueron nítidas.  Doce días después de asumir dijo textualmente: ‘Para lograr la revolución productiva, nada mejor que desatar el incentivo creador de todos y cada uno de los argentinos. Ha llegado el momento de movilizar todos los recursos nacionales para agrandar la torta. Conduciré el resurgimiento económico de la Nación hoy postrada, con un nuevo sistema de mercado que será popular y no populista, nacional y no chauvinista, social y no marxista.  El sistema debe funcionar con tanta libertad como sea posible, y con la menor regulación que resulte necesaria.  Quiero más propietarios y menos proletarios”.  [42]

1974-1989: Gremialistas en lo alto de la pirámide

(Tres lustros y algunas señales en el escorzo del sindicalismo argentino…)

 

Dirigente Sector gremial Algunas funciones
1.     Abdala, Germán ATE – Trab. del Estado Comisión de los 25.
2.     Alari, Blas Papeleros AGA (Asamblea Gremial Argentina)
3.     Alderete, Carlos Elvio Luz y Fuerza Salteño, sindicalista en la década del ’60. En 1975 en la conducción nacional: Secretario de Previsión. Asesor de seccionales intervenidas  durante el Proceso. En 1986 presidió el Congreso Normalizador de la CGT.  [43]

Ministro de Trabajo (31-03-1987-

Sucesor de Hugo Barrionuevo)

4.     Amín, Raúl SMATA – Mecánicos Comisión de los 25.

Vocal en la CGT (1986)

5.     Andreoni, Guerino Confed. Empl. de Comercio Comisión de los 25.

1986: Secretario de Prensa en la CGT.

6.     Arce, Juan Francisco SOMU – Sindicato Obreros Marítimos Unidos.
7.     Arizcuren, Wenceslao Confed. de Trabajadores de la Educación
8.     Báez, José Seguros AGA (Asamblea Gremial Argentina)
9.     Baldassini, Ramón (abogado) Telepostales Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.

1977: cond. Comisión de los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Ago/78: Integró y condujo la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

1984: Comisión de Enlace.

Co-secretario general de la CGT.

10. Barrionuevo, Hugo Fideero n. en Rufino (Prov. de Santa Fe)

Ago/78: Integró la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

Ministro de Trabajo (1º-10-84 )

11. Barrionuevo, Luis Gastronómico n. en Catamarca.
12. Borda, Osvaldo Caucho Co-secretario general en la CGT (1985-1986, representante de Roberto Digón.)
13. Borro, Sebastián Carne Dirigente  (Frig. Lisandro de la Torre)
14. Cabrera, Carlos Mineros 1977: cond. Comisión de los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Perteneció al Peronismo Combativo

Vocal CGT (1986)

15. Campos, Alberto UOM – Metalúrgicos
16. Candore, Miguel Unión Per. Civil de la Nación Durante el Proceso, viajó a Europa representando al gremio en reuniones internacionales.  [44]

1984: Secretario General (lista única).

Vocal en CGT (1986)

17. Cardozo, Eleuterio Carne
18. Cardozo, Rubén SMATA (“62 Organizaciones” Santa Fe) Diputado – Embajador
19. Castillo, Máximo Vidrio
20. Cavalieri, Armando Empleados de Comercio Vocal 1º FECRA.

Ago/78: Integró y condujo la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

Ortodoxo – Grupo de Los 15.

21. Correa, Córdoba Secr. Gral. CGT Córdoba

(1986: juicio por desacato) [45]

22. Cortez Alberto Vendedores de diarios 1984. Miembro del ENTRA (Encuentro Nac. de Trabajadores)
23. Curto, Hugo UOM – Metalúrgico Secr. Adj. Seccional Caseros – 1975.

Comisión de los 25.Secretario Adj. de la CGT (1986)

Diputado (1987)

24. De Gennaro, Víctor ATE (Trab. del Estado) n. 1949 – De “Los 25”  –

Perteneció a la “línea dura del sindicalismo”.

Vocal CGT (1986)

25. De Luca, Ricardo  Navales Perteneció al Peronismo Combativo
26. Di Caprio, Roque SMATA – Mecánicos 1978: Integró la Delegación a la OIT.

Secret, Adjunto Sec. Mar del Plata-1986.

(Luego en la renovación del PJ.)

27. Di Girolamo, Antonio Televisión (Sector Ubaldini.)
28. Digón, Roberto Secundino Sindicato Empleados del Tabaco 1970-1979: Secretario Gral. del  Sindicato de Empleados del  Tabaco

Uno de los líderes de Los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Perteneció al Peronismo Combativo.

1983: Secretario Gral. SET; lista única.

29. Diz Rey, Manuel Sindicato de Viajantes Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.

Ago/78: Integró y condujo la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

30. Donaires, Fernando Papelero 1977: cond. Comisión de los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Integró las 62 Organizaciones.

31. Elorza, Ramón Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.
32. Etchezar, Luis “La Fraternidad”-Ferroviario Ago/78: Integró la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

Militante de la Unión Cívica Radical (UCR)

33. Farías, Juan Alejo UOCRA – Construcción. Cordobés, desde 1972 participó en la UOCRA de Cap. Fed. – Militó en la JSP hasta 1976. – Designado Veedor Nacional en 1975.
34. Framini, Andrés AOT – Textiles Integrante del Peronismo Combativo.
35. Garceti, Marcos Docentes Secretario Gral. de la CTERA
36. García Roberto Taxistas 1977: conducción del Grupo de los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Perteneció a la “línea dura del sindicalismo”.

37. Genta, Jerónimo Municipales
38. Giménez, Delfor AOT – Textiles Ago/78: Integró y condujo la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

Ortodoxo. Grupo de Los 15.

39. González Pastor, Carlos Asociación Bancaria (BsAs) Diputado.
40. Goyeneche, Pedro AOT – Textiles n. 1928. Desde 1952: delegado seccional de “Alpargatas”; Secretario adjunto de su gremio (Deleg. Patricios, 1968) y general en la década siguiente.

1982: condujo la AOT. en Cap. Fed.

Secr. Acción Social CGT/1986

(Sector Ubaldini.)

41. Guerrero, Luis UOM – Metalúrgico Ago/78: Integró y condujo la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)
42. Guibaudo, Norberto Telepostales (Sector Ubaldini.)
43. Guillán, Julio Isabelino Telefónicos. 1984. Miembro del ENTRA (Encuentro Nac. de Trabajadores)

Perteneció al Peronismo Combativo.

Cercano a la “línea dura del sindicalismo”.

 

44. Herrera, Casildo AOT – Textiles
45. Horvath, Juan ATE-Trab. del Estado En la CGT desde 1964 a 1984.

Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Ago/78: Integró la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

46. Ibáñez, Diego SUPE (Petroleros) Ortodoxo – Grupo de Los 15.
47. Iglesias, Herminio Desempeñó cargos en el PJ.
48. Izzeta, Gerónimo Municipales n. 1920. Vocal CGT (1986)
49. Lescano, Oscar Luz y Fuerza Ortodoxo – Grupo de Los 15

Secr. Gral. (Sec. Capital Federal)

50. Lingieri, José Obras Sanitarias De las 62 Organizaciones.
51. Lorenzo, Demetrio Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.

Ago/78: Integró la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

 

52. Loza, César Portuarios (Sector Ubaldini.)
53. Luján, Jorge Ago/78: Integró la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)
54. Martínez, Gerardo UOCRA – Construcciones De las 62 Organizaciones
55. Micó, Enrique SOIVA 1977: cond. Comisión de los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

56. Miguel, Lorenzo UOM – Metalúrgico Ortodoxo.

Secret. Gral. de Las 62 Organizaciones

57. Molinas, Juan ATSA – Sanidad n. 1926.Vocal CGT (1986)
58. Morán, Luis Alimentación (Sector Ubaldini.)

Vocal CGT (1986)

59. Mucci, Antonio (n.1933) Sind. de Artes Gráficas Militante radical, desocupado entre 1976-1982.
60. Núñez, Virgilio Luz y Fuerza Prosecr. Gremial e Interior CGT (1986)
61. Olaviaga, Miguel Ángel Confed. Empl. de Comercio
62. Ongaro, Raimundo Gráfico Cercano a la “línea dura del sindicalismo”.

 

63. Palacios, Juan Manuel UTA-Tranviarios Automotor (Sector Ubaldini)

Vocal CGT 1986

64. Papagno, Rogelio UOCRA-Construcción
65. Pérez, Ricardo Camioneros.
66. Ponce, Rodolfo Sin datos. Dirigente de Las 62 Organizaciones.

Desempeñó cargos en el PJ.

67. Prado, Hernán Sin  datos. n. 1927 –

1986: Prosecret. Hacienda CGT.

68. Pedraza, José Unión Ferroviaria Cordobés. Durante el Proceso: Secret. de Prensa en la CGT San Martín.

1983: representante gremial en la CGTRA (Brasil)–Comisión de los 25.- 1986: Secretario Gremial e Interior.

69. Pereyra, Rubén Obras Sanitarias n. 1940, en Rosario (Santa Fe) Militante en la JSP.

1974: Secretario Gral. de la Fed. Nac. de Empleados de Obras Sanitarias.  Durante el Proceso Secr. Gremial e Interior de las 62 Organizaciones.

Vocal CGT (1986)

70. Pérez, Félix Luz y Fuerza Secretario General.
71. Pérez, Ricardo Camioneros n. 1929 –

Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.

1977: Comisión de los 25.

1978: Integró la Delegación a la OIT.

Perteneció a la “línea dura del sindicalismo”.

Vocal CGT (1986)

72. Piccininni, Alberto UOM – Metalúrgico 1984. Miembro del ENTRA (Encuentro Nac. de Trabajadores)
73. Prado, Hernán AATRA (radiotelegrafistas  y fines) Militante de la UCR cercano a Ubaldini –  Prosecretario de Hacienda CGT (1986)
74. Reyes, Juan Gastronómicos Vocal CGT (1986)
75. Rodríguez, Andrés UPCN – Unión del Personal Civil de la Nación. Seccional Capital Federal

De las 62 Organizaciones.

76. Rodríguez, Camilo Municipales
77. Rodríguez, José SMATA – Mecánicos Secretario General – Grupo de Los 15
78. Rolando, Esteban Sin datos. Ago/78: Integró la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)
79. Romero, Lesio Carne Vocal CGT (1986)
80. Rompani, Néstor Judiciales MNRS (Movimiento Nacional de Renovación Sindical)
81. Rubeo, Luis Carne (Rosario, prov. Santa Fe)

Diputado Nacional

82. Sánchez, Mary Docentes Secretariado de CTERA
83. Sansal, Jorge Aeronavegantes privados (Sector Ubaldini.)
84. Serrano, Aldo Luz y Fuerza 1978: Integró la Delegación a la OIT.

1980: integró la delegación a la OIT.

(Sector Ubaldini)

 Secretario de Prensa de la Federac. de su gremio y de la CGT

85. Smith, Oscar Luz y Fuerza Secretario General (Secuestrado y desaparecido durante el Proceso)
86. Tejerina, José Asociación Bancaria (Sec. Buenos Aires)
87. Tolosa, Eustaquio Sindicato de Portuarios Perteneció al Peronismo Combativo
88. Triaca, Jorge Plásticos Ago/78: Integró y condujo la CNT (Comisión Nacional de Trabajo)

Ortodoxo – Grupo de Los 15.

1984: co-Secretario Gral. de la CGT.

89. Ubaldini, Saúl Eldover Cervecero 1984- co-Secretario Gral. de la CGT. [46]

Vicepresidente Área Latinoamericana de la CIOLS -Confed. Internacional de Organizaciones Sindicales Libres- Sede en Bélgica.

90. Valle, Ramón Sindicato del Seguro Junio 1976: Participó en la Conferencia de la OIT.
91. Villaverde, Eduardo Asociación Argentina. de Empleados de la Marina Mercante Secretario Gremial
92. Zanola, Juan José (abogado) Asociación Bancaria Asesor. (Sector Ubaldini)
93. Zanuzzi, Juan Carlos Luz y Fuerza Secret. Gremial de la Federación
94. Zárate, Ricardo Unión Ferroviaria

1989: horror y desconcierto…

En enero de 1989, desde la televisión argentina difundían las imágenes del ataque al Regimiento 3 de La Tablada organizado por el autodenominado “Movimiento Todos por la Patria” dirigido por Enrique Gorriarán Merlo y “quedan involucrados un fraile capuchino y un puñado de jóvenes que fueron detenidos y luego condenados”, como han reiterado desde el diario Clarín de Buenos Aires.

“En febrero el dólar se dispara sin motivo aparente” y las casas de cambio trabajan intensamente porque aumenta la demanda.  Decide renunciar el ministro Sourrrouille; asumió Juan Carlos Pugliese por breve tiempo y lo reemplazó Jesús Martínez.

El 30 de junio, el presidente Alfonsín decidió anticipar la entrega del poder y después de dialogar con el presidente electo, informaron que el 8 de julio de 1989 sería la ceremonia de juramento del doctor Carlos Saúl Menem.

Abril de 1989: sueldos y pobreza…

Las crecientes dificultades del ministro de Economía Juan Vital Sourrouille determinaron la necesidad de ser reemplazado por el Dr. Juan Carlos Pugliese.

El viernes 7 de abril de 1989 desde las páginas de Ámbito Financiero” se advertía que «el gobierno de Raúl Alfonsín va concluyendo sus 6 años tal como lo profetizaba su pésimo manejo de la economía, o sea en medio de un caos y un descreimiento generalizado».  [47]

Una crónica titulada «la economía entre la ingenuidad y la desesperación» informaba que el nuevo ministro de Economía, al salir de la Casa de Gobierno había manifestado: «Apelé al corazón y me contestaron con el bolsillo» aludiendo al aumento del dólar -de 40 a 50 australes- y con esas expresiones ratificó las actitudes ilusorias del radicalismo con respecto a las actuales fluctuaciones financieras y económicas.

El ex vicepresidente primero del Banco Central, en vano había intentado lograr la imprescindible estabilidad cambiaria y las nuevas indexaciones en los depósitos incrementaban el déficit en dólares.

En tales circunstancias, el ministro de Trabajo Ideler Tonelli informó acerca de la exigencia planteada por la CGT: 40 % de aumento y anticipando que no harían paros hasta que se realizaran las elecciones presidenciales anunciadas para el 14 de mayo de 1989.

Indicadores de pobreza…

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó acerca del porcentaje de familias que vivían en el Gran Buenos Aires incluyendo los partidos más cercanos.

En el total de “Gran Buenos Aires” se registraron estos datos:

Bajo línea de pobreza Bajo línea  de indigencia
Año Hogares Población Hogares
1988 25,4 % 33,6 % 7,1 %
1989 30,2 % 37,9 % 9,5 %
1990 31,1 % 39,2 % 7,1 %
1991 19,4 % 25,6 % 3,1 %
Mayo/92 15,5 % 20,2 % 2,4 %

(En enero de 1991 la inflación se mantenía aproximadamente al 1.000 % anual y el presidente Menem designó al ministro Dr. Domingo Felipe Cavallo en Economía. El miércoles 14 de marzo presentaron el Plan de Convertibilidad y el proyecto de ley con catorce artículos, fue debatido y sancionado inmediatamente; entró en vigencia el 1º de abril de 1991.  El doctor Cavallo ha explicado que “al poner en marcha el plan el nivel se encontraba en alrededor de 10.000.000 australes por dólar” y eso “permitió establecer la relación 1 peso ═ 1 dólar; mediante el arbitrio de sacarle cuatro ceros al austral, y así ayudar a la popularización de la nueva paridad.  Casi todos los precios de la economía estaban dolarizados de hecho, este tipo de cambio iba a ser muy útil par que la gente se acostumbrara rápidamente al nuevo sistema.”  [48]

“La gente” se entusiasmó con “el dólar”: compraba y vendía “en dólares”, no “en pesos”…)

Septiembre de 1989: Ubaldini hacia la unidad…

A fines de septiembre de 1989 era cuestionada la permanencia de Saúl Ubaldini en la conducción de la CGT y se organizó un acto en la primera semana de octubre para proclamar una lista de unidad -impulsada por las 62 Organizaciones- encabezada por Ubaldini y el metalúrgico Hugo Curto con miras al Congreso ordinario del 10 de octubre.  La Mesa de Enlace se reunió un día antes con el evidente propósito de demostrar que constituían la mayoría.

 Diciembre: memoria necesaria…

El secretario general de la CGT Saúl Ubaldini al saludar a los trabajadores con motivo de la Navidad, destacó que la justicia social “sólo podrá alcanzarse si la sociedad en su conjunto deja de perseguir la quimera del oro de la especulación y se decide a regenerar los tejidos de la economía, enfocando un programa de aumento de la producción a través de un aumento del consumo”. Señaló que “equilibrar las cargas será fortalecer la unidad nacional”. Hay que tener en cuenta que durante los primeros meses del gobierno de Menem, prácticamente se continuó con el Plan Austral y en consecuencia, el economista doctor Roberto Alemann reconoció que “la liberación de los mercados de cambios y de los precios es un excelente punto de partida como para ser optimista” porque “significa que ahora se sincera todo.  Ya no hay más dos precios y la formación de los mismos es libre.  Desaparece la famosa hipocresía de nuestra economía por la cual las cosas valían un precio u otro precio según el caso”.

Destacó luego que “el presidente recién tiene medio año de gobierno, ha tenido un triunfo electoral cómodo, tiene un partido que lo apoya e incluso sus principales adversarios del 14 de mayo, el ingeniero Alsogaray y el doctor Angeloz, están a favor de estas medidas.  Por eso yo digo que el plafón  que tenía Menem el 14 de mayo se ha ensanchado.”

Mientras tanto estaba previsto que el martes 26 de diciembre de 1989 se reunieran los integrantes del Consejo Nacional Justicialista -el presidente Antonio Cafiero y los dirigentes José María Vernet, Carlos Grosso, Juan José Zanola y José Manuel de la Sota, entre otros- para analizar la gestión del gobierno con el presidente Menem.

(La presencia del doctor Juan José Zanola necesariamente implica una representación sindical, porque es un reconocido asesor y uno de los conductores del gremio de los bancarios.)

Datos sobre inflación y desocupación

Hay que tener en cuenta que durante la década del ’70, “la inflación aumentó a una velocidad vertiginosa en casi todo el mundo, lo que provocó el cierre de cuentas bancarias y menor calidad de vida para millones de personas.  Con el aumento de precios, algunos consumidores sucumbieron al síndrome de ‘compra hoy porque mañana será más caro’.  El resultado fue más dinero en circulación y la inflación cada vez más alta.  La inflación de dos cifras en Gran Bretaña, Francia o Estados Unidos aumentó los temores de que se acercaba otra Gran Depresión.”  [49]

La base de datos del INDEC -Instituto Nacional de Estadísticas y Censos-, indicaba las siguientes variables ente el 29 de marzo de 1981 y el 29 de julio de 1996:

 

Presidente Asunción Habitantes Inflación Tasa desocupación PBI
Roberto Viola

(sucesor de Videla)

 

29-03-1981

 

 

 

26.486.000

104 % 4,5 % – 5,7 %
Leopoldo F. Galtieri 12-12-1981 164,8 % 4,7 % -3,1 %
Osvaldo Bignone 01-07-1982 29.627.000 343,8 %

626,7 %

4,2 % 3,7 %
Raúl Ricardo Alfonsín 10-12-1983

Junio 1986 (“Austral” igual a 10.000 $a. y equivalente a un dólar) 1987       1988      07-07-89

672,2 %

90,1 %*

 

* Brusca caída por cambio de moneda.

131,3 %

343,0 %

4.923,6%

4,5 %

6,1 %

5,2 %

5,8 %

6,3 %

8,7 %

1,8 %

-6,6 %

7,3 %

2,6 %

1,9 %

-6,2 %

Carlos Saúl Menem

 

 

 

(reelecto 1995-1999)

08-07-1989

 

al

08-07-1995

32.322.000

 

 

 

35.000.000

 

84,0 %

17, 5 %

7,4  %

3,9  %

1,6  %

8,4 %

7,2 %

7,0 %

9,5 %

10,8 %

18,6 %

0,1 %

8,9 %

8,7 %

6,0 %

7,1 %

-4,4 %

Progresión en el “Anuario 1996-1997” del diario Clarín.

En el esquema gráfico consta: “En 1989 se alcanzó el pico máximo de inflación en la historia argentina.  Graficar ese valor excedería en 40 cm. La altura de esta página.”

“En 1996 se alcanzaría el menor porcentaje de inflación en los últimos cincuenta años.” (Anuario Clarín, p.129.)

  • Inflación: Variación en 5% del índice de precios minoristas.
  • Tasa de desocupación: En % de la población económicamente activa.
  • PBI a precios constantes: En % respecto del año anterior.

(Es oportuno tener en cuenta que Luis Zamora -dirigente del MAS, movimiento al socialismo- dijo que el presidente Menem “violó todas sus promesas… en lugar de revolución productiva llevó las tasa al ciento por ciento y con ello a la parálisis productiva… en lugar del salariazo, el gobierno dio la libertad de precios, es decir la libertad de las grandes empresas de remarcar mientras los salarios no están libres sino en la cárcel.”)

Miradas, lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

[1] Buenos Aires, revista Panorama, 16 de marzo de 1971. “Las drásticas decisiones de la CGT-Córdoba se adoptaron, ante 600 delegados y en medio de un clima de alta tensión, por unanimidad, prevaleció en la asamblea el criterio de los representantes de SITRAC y del SISTRAM inconformistas pertinaces, quienes convencieron a los temperantes líderes del SMATA, herederos de los marchitos laureles de Elpidio Torres, ya en el exilio gremial; también a los metalúrgicos que conduce Alejo Simo y a los electricistas fieles al sagaz Agustín Tosco.”

[2] Buenos Aires, revista Panorama, 30 de marzo de 1971.

[3] Crónica del secuestro publicada en la edición del 22 de marzo de 1972 en La Razón y mensaje de los secuestradores -miembros del ERP, “ejército revolucionario del pueblo”-, reiterado en el diario La Opinión al día siguiente.

[4] Jacobo Timerman fue retirado de su domicilio el 15 de abril de 1977 a las dos de la madrugada, por desconocidos que dijeron pertenecer al Ejército y luego el Comando en Jefe anunció que estaba a disposición de las autoridades militares por la investigación del Caso Graiver ante la posibilidad de que hubiera cometido delitos económicos, “sometido al Consejo de Guerra Nº 2”.  El 23 de mayo el general Roberto Eduardo Viola dijo que “está comprobado que un porcentaje aún no determinado de la empresa  del diario La Opinión de Buenos Aires, pertenecía a los Graiver, financistas de la guerrilla en la Argentina.  El 26-09-1979, la Corte Suprema de Justicia hizo lugar a un recurso de  habeas  corpus interpuesto a favor de Jacobo Timerman -ex director de La Opinión– y ordenó su libertad, pero desde el ministerio del Interior, el general Albano Harguindeguy informó que lo habían expulsado del país y siendo ruso por nacimiento, también invalidaron la ciudadanía argentina. Informaban que había partido hacia Israel. # El presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner (en funciones desde el 25 de mayo de 2003) designó en Cónsul en Nueva York al hijo de Timerman también dedicado al periodista, hasta entonces con ciudadanía argentina y estadounidense y en consecuencia, conforme a la legislación vigente debió optar, “por los fueros”…

[5] El sindicalista Rogelio Coria comenzó a destacarse en el seno de la UOCRA -seccional Avellaneda de la provincia de Buenos Aires- y era evidente su influencia en determinados gremios desde 1955 a 1972 mientras se desempeñó en la conducción nacional de los obreros de la construcción y en la dirección de “las 62 Organizaciones”.  Se opuso con firmeza a la candidatura de Cámpora y varios sectores del Justicialismo lo reconocían como un burócrata sindical. En septiembre de 1972 prácticamente se alejó del gremialismo, en enero de 1973 renunció a los dos cargos y se radicó en la República del Paraguay.  Viajó a Buenos Aires para una atención médica, fue herido con armas de fuego cuando salía del consultorio y enseguida murió.

[6] El 30 de mayo de 1969 había terminado el Cordobazo y los diarios informaban que los consejos de guerra “comienzan a funcionar y se conocen los primeros veredictos: ocho años y  tres meses de prisión para Agustín Tosco . Cuatro años y ocho meses para Elpidio Torres”.  Al mes siguiente, después de la explosión de en diecisiete supermercados de la cadena “Minimax” perteneciente a la corporación “Ibec” y también mientras se produjeron algunos disturbios en la capital federal:  en Once hubo enfrentamientos y el 28 de junio mataron al militante izquierdista Emilio Jáuregui”. (Diario “La Prensa” de Buenos Aires, 28-06-69).  # Augusto Timoteo Vandor fue asesinado el 2 de julio de 1969  en la sede de la UOM, por un comando que utilizó ametralladoras y pistolas, también arrojó una bomba en la sala de espera.  Fue socorrido inmediatamente por el jefe de prensa de la UOM -Federico Vitale- y trasladado al Policlínico gremial donde comprobaron que había fallecido inmediatamente. “No en vano la CGT de los Argentinos condenaba el hecho y el MUCS, dominado por el Partido Comunista… afirmaba que el asesinato era obra ‘de los elementos reaccionarios al servicio del imperialismo y de la reacción nacional’ y tiempo después, en la revista El Descamisado informaban que “los cinco responsables” eran miembros del “Ejército Nacional Revolucionario” pertenecientes al grupo que en algún “momento se llamó ‘Comando Montonero Emilio Maza’ y que con ese nombre consumó el atentado que le costó a la vida a otro dirigente gremial, José Alonso”. (Hay que tener en cuenta que ese grupo, a fines de 1972 se integró a la organización armada Montoneros.)  #  José Alonso viajaba en su automóvil el 27 de agosto de 1970 y fue interceptado por otro vehículo, “descendió un hombre que sin mediar palabra alguna, efectuó varios disparos a quemarropa contra Alonso, que le causaron la muerte en forma instantánea.  Ninguna organización guerrillera se adjudicó el hecho, y el asesinato de Alonso nunca pudo ser esclarecido.  Pero era evidente, que el atentado esta vez provenía de un grupo de izquierda o del peronismo radicalizado”.  Esa noche, el presidente Roberto Levingston (en funciones desde el 18 de junio de ese año), en su discurso expresó: “Otra vez el crimen sin Dios y sin patria ha estado entre nosotros. Esta vez apuntó a un dirigente de la clase trabajadora, que cometió el error de luchar con toda su pasión por la unidad gremial en un marco de concordia y sólida afirmación nacional.  Porque la prédica de José Alonso era escuchada y comprendida; porque su conducta era seguida, porque su ejemplo era imitado, fue un obstáculo para la desunión y un peligro para los enemigos de la Nación que debía ser eliminado.  Hace algo más de un año, los mismos de hoy, acabaron con una vida clave del movimiento obrero argentino y de la unidad nacional.  También el prestigio personal de Augusto Vandor y su enorme vocación argentina eran riesgos demasiado graves para ser enfrentados”… (Diario “Crónica” de Buenos Aires) # Dick Kloosterman -dirigente gremial peronista, secretario general de SMATA- fue asesinado el 23 de mayo de 1973, dos días antes de la asunción del presidente Dr. Héctor Cámpora.  Estaba a pocos metros de su casa en La Plata y dos hombres jóvenes que estaban simulando arreglar un automóvil, dispararon cuatro balazos con armas cortas.  En ese tiempo, SMATA era el único medio que “había exigido en forma pública la postulación de Perón como candidato” y “cuando el congreso partidario designó a Cámpora, SMATA había separado sus representantes de las 62 organizaciones, en señal de disgusto”. Ese asesinato fue atribuido a las FAP –Fuerzas Armadas Peronistas-  y una vez más “significaba que las distinta corrientes del justicialismo, zanjaban sus diferencias a balazos”. (Diario Crónica de Buenos Aires.)  # José Ignacio Rucci estuvo cerca de Perón en 1972 cuando regresó tras el exilio en Madrid; estaba amenazado y aunque tenía la prevención de no dormir dos días en el mismo lugar, fue asesinado dos días después de las elecciones del 23 de septiembre de 1973, cuando salía de la casa de un familiar.  En ese momento, en la sede de  la CGT recibieron un sobre con membrete de la UOM-Rosario y un papel donde estaba dibujado un ataúd, varias coronas y la leyenda “Día Cero, hora X”.   Estaba a cargo del gobierno nacional Raúl Lastiri y desde la Sala de Situación expresó: “A la violencia desatada por el autodenominado Ejército Revolucionario del Pueblo (ER), el Gobierno ha de contestarla en el mismo terreno y no habrá ninguna contemplación respecto de aquellos que se opongan criminalmente a la paz, el orden y la tranquilidad requeridos para que la Argentina pueda alcanzar su destino de grandeza”.  (Mientras tanto, el ministro José López Rega avanzaba con sus planes…) – Aunque al principio el jefe de Policía General Iñiguez manifestó que fue un operativo del ERP-22 de agosto,  informando que había sido un operativo de ese ejército revolucionario del pueblo, documentos posteriores y libros escritos por periodistas tras sucesivas declaraciones e investigaciones, confirmaron que fue un grupo de Montoneros.  # Es oportuno recordar que el doctor Cámpora después de su detención en marzo de 1976, fue autorizado para viajar al exterior con su familia porque avanzaba el cáncer y falleció en Cuernavaca -México-, el 19 de diciembre de 1980. Había nacido en Mercedes -provincia de Buenos Aires-, el 26 de marzo de 1909.

[7] Taccone, Juan José. Autocrítica sindical. Buenos Aires, El Cid Editor, 1ª ed. marzo de 1983, p. 29-31.

[8] Información por distintos medios, entre ellos los Diarios “La Nación”, “Crónica” de Buenos Aires; “El Litoral” de Santa Fe de la Vera Cruz.  Imágenes proyectadas por canales de televisión desde la capital federal.

[9] Crónicas en el diario Clarín de Buenos Aires.

[10] En ese tiempo, tras sucesivos allanamientos, las personas detenidas eran puestas a disposición de las autoridades nacionales (militares).  Habían secuestrado a Jorge Di Pascuale,  Oscar Smith… entre otros.  Cuando funcionó la CONADEP -presidencia del doctor Ricardo Alfonsín-, debieron declarar algunos gremialistas, entre ellos Jorge Triaca quien de acuerdo a lo publicado, manifestó no disponer información al respecto.

[11] Folleto distribuido en los gremios. “República Argentina – Proceso de Reorganización Nacional  Buenos Aires – 1976” / “Fundamentos de la decisión adoptada por las Fuerzas Armadas Argentinas el 24 de marzo de 1976”, p. 12.  Finaliza el documento con estos párrafos: “Ha llegado la hora de la verdad. / Una verdad que es, en suma, nuestro compromiso total con la Patria. / En la concreción de esta empresa que hoy iniciamos, quiera Dios Nuestro Señor concedernos: / SABIDURÍA para discernir el mejor camino / FIRMEZA para no abandonar el rumbo cierto / PRUDENCIA para ser justos / HUMILDAD para servir sin ser servidos. (p.15)

[12] Agustín Tosco era reconocido como un dirigente de izquierda y participó en el Cordobazo –Córdoba, 26 de mayo de 1969-, junto a Raimundo Ongaro y otros sindicalistas.  Estaba prevista una huelga general para el 30 y cuando Ongaro –secretario general de la CGTRA- llegó a aquella capital provincial, fue detenido mientras crecía la violencia en las calles, integrándose columnas de grupos juveniles. Agustín Tosco, a mediados de la década del ’70 estaba en la clandestinidad y como consecuencia de una enfermedad circulatoria murió el 6 de noviembre de 1975.,

[13] Los medios de difusión eran estrictamente controlados, pero pudieron informar que estaban detenidos Hugo Barrionuevo, Carlos Cabrera, Alberto Campos, Roberto Digón, Fernando Donaires, Roberto García, Gerónimo Izzeta,  Jorge Luján, Enrique Micó, Alfonso Millán, Saúl Ubaldini (vinculado a la dirigencia de la Iglesia Católica… y otros tantos, la mayoría integrantes del grupo de Los 25. Varios partidos políticos expresaron una protesta, también el Cardenal Raúl Primatesta insistiéndose en la necesidad de defender la libertad y el ejercicio de los derechos sindicales.

[14] Distintas publicaciones en diarios y revistas tras sucesivas entrevistas, han aportado algunos datos sobre su trayectoria: en su juventud practicaba deportes: fútbol, boxeo, tenis… En 1945 trabajaba en la fábrica metalúrgica “Camea” e integró la comisión interna, diez años después fue electo secretario general de la UOM, Seccional Villa Lugano y desde entonces, siguió ocupando los espacios más altos de la pirámide de la conducción del movimiento obrero organizado. En 1955 integró el Departamento de Conciliaciones en el ministerio de Trabajo (acompañado por el Lobo Augusto Vandor y Paulino Niembro) y a partir de septiembre de ese año soportó persecuciones, fue despedido de la fábrica en 1956 y declarado “inhabilitado” pero con sus influencias logró trabajar en Teléfonos del Estado hasta que durante la presidencia del doctor Arturo Frondizi –triunfante con el voto de la mayoría de los justicialistas que habían aceptado la sugerencia de Perón desde el exilio-, terminadas las proscripciones gremiales logró reintegrarse como tesorero, en lista de la UOM encabezada por Augusto Vandor.  Tras el asesinato de Vandor -el 30 de junio de 1969 mientras estaba en su oficina en la CGT- desde ese plano pudo llegar a la conducción de las 62 Organizaciones.   Luego, a pesar de los acosos y detenciones cuando detentaban el poder los militares, volvió a reinsertarse en la cúpula de la dirigencia del movimiento obrero organizado.

[15] Taccone, Juan José. Ob. cit., p. 7, 19-24.

[16] Recuerdo que en la seccional Santa Fe de UDA, terminada la gestión de Carmelo Favaccio asumió la conducción el Lic. Rodolfo Vacchiano y que una mañana, junto a la perseverante Mary Tracy Dunigan de Ramseyer, en el escritorio de nuestro hogar analizamos la situación gremial mientras en las escuelas nacionales estaban movilizados para definir algunos gremios locales se integraban o no a la CTERA… que prácticamente luego fue el trampolín para acceder a cargos legislativos en el Congreso Nacional o en legislaturas provinciales…  Rolo Vacchiano –rosarino-, luego integró el gabinete provincial, fue designado interventor nacional durante un conflicto provincial y siguió militando desde la capital federal.  Mary, estudió Abogacía, trabajó en el Poder Legislativo, impulsó actividades gremiales en ese ámbito, incluyendo a jubilados… # Un dato contundente: En la Escuela Nacional de Comercio de Santa Fe se registraban aproximadamente 120 profesores y sólo seis estábamos afiliados a UDA (Unión Docentes Argentinos).

[17] Leer: Perón, Juan Domingo. Conducción Política. Perón, Eva Historia del Peronismo. Revistas Mundo Peronista (1949-1952)

[18] Esta información circuló a principios de la década del ’80, en Páginas voladoras  (ediciones “MIDAS” -mis inolvidables días de acción social-) elaboradas e impresas para distribución sin cargo, desde un virtual “Ateneo de los Predicadores de la Doctrina Nacional Justicialista”  con esta constancia: “Esta página pertenece al archivo personal.  Es justo recordar lo dicho por el general Juan D. Perón: se necesitan para inculcar la doctrina, más maestros, PREDICADORES.  Quien predica, da el ejemplo.  NOF. Casilla Correo /// 3000 Santa Fe.”

[19] Diarios y revistas han aportado más datos para su biografía: En 1956 fue delegado de taller en una empresa editora.  Miembro de la Federación Gráfica Bonaerense (1957-1963).  Representante de ese sector en la secretaría general de la CGT donde integró la Comisión de los 20.

[20] A principios de la década del ’80, Santos Smith militaba cerca del doctor Eduardo Duhalde y veinte años después, cuando el reconocido como “caudillo bonaerense” debió desempeñarse como presidente provisorio (enero de 2002 al 25 de mayo de 2003), Cacho Smith asumió la intendencia del Polideportivo de la Quinta presidencial de Olivos.

[21] Oscar Smith desde 1950 integró subcomisiones gramiales y a partir de 1956 fue Delegado gremial.  Desde 1974 fue secretario general del Sindicato de Luz y Fuerzas y la fórmula Oscar Smith-Oscar Lescano obtuvo el 97 % de los votos. Participó en la experiencia única de co-gestión realizada en SEGBA; se capacitó en el exterior en el área de Computación; fue secretario general de la Federación de Luz y Fuerza; acompañó a los trabajadores en todas las movilizaciones, se puso al frente en las huelgas.  Incorporó ese gremio a “las 62 Organizaciones”. El 3 de octubre de 1976 fue despedido, junto a 250 trabajadores de Segba y otros tantos en distintas localidades. Vigente la ley Nº 17.405 de seguridad nacional, fue detenido y conducido a la cárcel de Ezeiza.  En febrero de 1977 era Secretario General de Luz y Fuerza en la Capital Federal y Diputado provincial. El general Roberto Viola le sugirió que se alejara de sus funciones porque estaba en peligro su seguridad ” y cuando se lo proponían, rechazaba cualquier posibilidad de tener custodia. # Hay más datos  en páginas de internet. (2003).

[22] Sabido es que los militares que actuaron durante el Proceso tuvieron actitudes contradictorias y enigmáticas.  Distintas crónicas han destacado que el Almirante Eduardo Massera enviaba todos los años un saludo de Navidad a la viuda de Smith, extensivo a su familia.

[23] Senén González, Santiago y Bosoer Fabián. La trama gremial 1983-1989 Crónica y testimonios. Buenos Aires, Corregidor, 1993, p. 21.

[24] Argentina. Congreso Nacional. Cámara de Diputados. Diario de Sesiones 1983-84 y pertinentes diarios de sesiones de la Cámara de Senadores.

[25] Crónica en diario La Prensa, 25 de abril de 1984.

[26] En abril de 1984 falleció el doctor Vicente Solano Lima, vicepresidente de la Nación a partir del 25 de mayo de 1973 hasta que renunció junto al presidente Héctor José Cámpora a los fines de la convocatoria a elecciones con el propósito de que Perón comenzara el tercer período, sin antecedentes en la historia de los argentinos. Ubaldini fue interrogado por los periodistas cuando asistió al velatorio en el Congreso Nacional y con respecto a Solano Lima destacó que era uno de los “últimos grandes caudillos de la política argentina”.  Cada vez que hizo falta, en los momentos difíciles se ubicó junto al pueblo en la búsqueda de soluciones.”

[27] Informaciones periodísticas destacaban que el Obispo Rodolfo Bufano era amigo de Jorge Triaca y de Saúl Ubaldini, entre otros.  En 1980 fue el primer titular en la Diócesis de Chascomús y dos años después, producido el fallecimiento del titular en la Diócesis de San Justo, el Papa le asignó esa misión que Mons. Bufano cumplió desde el 26 de junio de 1982 hasta su fallecimiento, el 5 de noviembre de 1990.  Estimuló las actividades del “Movimiento Familiar Cristiano”, entre ellas la institución del premio “Testimonio Unión Nacional” (1985), cuyo símbolo que es obra del señor Francisco Lamanna. En 1985, con la ayuda del voluntariado, puso en marcha 31 comedores infantiles, 7 para ancianos, un centro de atención a discapacitados y la casa para madres adolescentes -Hogar Padre Moledo- donde ingresan las jóvenes embarazadas y generalmente se retiran cuando son mayores de edad y sus hijos tienen entre tres y cinco años.  En esa comunidad, es reconocido como “el Abuelo”. # Monseñor Antonio Ricardo Maggi era consejero espiritual de Saúl Ubaldini… (en 1986 fue trasladado a la Parroquia del Carmen de Ramos Mejía) # Monseñor Laguna ejercía la presidencia del Equipo de Pastoral Social cuando asumieron las autoridades electas (diciembre de 1983).

[28] Ver en Anales de Legislación Argentina: Ley 23.071/1984.  Tener en cuenta que mediante la Ley 18.610 –Onganiato-, se creó el INOS (Instituto Nacional de Obras Sociales), reconociéndose que las obras sociales pertenecían a los sindicatos y que en la década siguiente, mediante la ley 22.105 sin reglamentación, los interventores dispusieron de esos fondos que pasaban a ser administrados por el Estado impulsándose la Administración Nacional del Seguro de Salud (Anses).

[29] Discurso difundido por distintos medios, con comentarios en varios diarios.

[30] Ver Diario de sesiones del Congreso Nacional, Cámara de Senadores (1985).

[31] Ver Diario de Sesiones del Congreso Nacional, Cámara de Senadores (1986).

[32] Senén González, Santiago y Bosoer, Fabián. Ob. cit. p. 72. – Béliz, Gustavo “CGT, el otro poder”… p. 181.

[33] Juan Carlos de Pablo, nació en Buenos Aires en 1944. Estudió en la Universidad Católica Argentina y realizó estudios de postgrado en la Universidad de Harvard (EEUU). A los cuarenta años, ya había logrado editar veintitrés libros.  La cita corresponde a Quién lo hubiera dicho, 1994, p.  117.

[34] Buenos Aires, diario “La Nación”, editorial del 13 de junio de 1982.

[35] Declaraciones publicadas en el diario La Razón en la edición del 27 de enero de 1983.  En ese tiempo, ausentes definitivamente el Teniente General Juan Domingo Perón y el doctor Ricardo Balbín, distintos sectores se disputaban el poder en el seno del Movimiento Nacional Justicialista y en el Partido “Unión Cívica Radical”: el doctor Raúl Ricardo Alfonsín impulsó el denominado Movimiento de Renovación y Cambio con el apoyo de la juventud que se movilizó desde la Franja Morada (matiz donde se vislumbraba la confluencia de grupos universitario reconocidos como “de izquierda” y cercanos a otros de “derecha”).  En la Línea Nacional aparecía “el radicalismo histórico”: Juan Carlos Pugliese, Antonio Tróccoli, Fernando de la Rúa… Desde la provincia del Chaco, Luis León impulsó el “Movimiento de Reafirmación Yrigoyenista” y luego empezaron las alianzas.  A mediados de enero de 1983, todos estuvieron cerca para reconocer la trayectoria del doctor Arturo Umberto Illia, médico egresado de la Facultad de Medicina en 1918; desde entonces militante en el seno del radicalismo; en 1931 reorganizador y presidente del Comité Departamental de Cruz del Eje –su pueblo natal-; senador provincial en 1935; vicegobernador de Córdoba en 1940; diputado nacional (1948-1952), candidato a gobernador de Córdoba en 1952; presidente del Comité Provincial y vicepresidente del Comité Nacional en 1958; gobernador de Córdoba en 1962 -comicios anulados por el presidente Dr. Arturo Frondizi de la Unión Cívica Radical Intransigente-; logró el mayor número de electores en julio de 1963 acompañado por el doctor Carlos H. Perette y asumió la presidencia el 12 de octubre de ese año.  “Fue derrocado, en medio de la indiferencia pública el 28 de junio de 1966” y regresó a su lugar en Cruz de Eje convencido de que “la democracia es la ley, y la ley es la fuerza de todos”.  El 14 de junio de 1982, rechazó la puesta para ejercer la presidencia provisional del Partido “por razones biológicas y físicas”, falleció en enero de 1983. (Datos en varias crónicas periodísticas, entre ellas el diario Clarín de Buenos Aires, edición del 19 de enero.)

[36] Sabido es que el doctor Antonio Cafiero es un experto en “acuerdos y consensos” y lo ha demostrado desde que empezó su militancia en el justicialismo, a mediados de la década del ’40.  Bien relacionado con algunos sectores gremiales y con representantes de la cúpula de la Iglesia Católica, en 1983 condujo el MUSO (movimiento de unidad y solidaridad).

[37] (Estos párrafos son agregados tras el Congreso del justicialismo realizado en 2003, cuando estuvo ocupando la mesa de conducción la primera ciudadana -como ella prefiere decir-, la senadora Cristina Fernández de Kirchner y estaba ausente su marido, el presidente de la Nación desde el 25 de mayo de ese año, el doctor Néstor Carlos Kirchner.  Ubicada cerca del diputado nacional Ing. Jorge Obeid –candidato a gobernador de la provincia de Santa Fe por segunda vez-; con vehemencia y continuos movimientos de brazos y de manos, dijo que era necesario “terminar con la portación de apellido” refiriéndose lógicamente a destacadas mujeres casadas con militantes que estaban en el vértice de la pirámide; un espacio con excesivos riesgos en el momento de ser compartido.  Enseguida desde el plano inferior al estrado -pero subiéndose rápidamente hasta esa altura-, la señora Hilda González de Duhalde expresó su satisfacción por ser la esposa de Eduardo Duhalde.  También se aludió a Olga Ruitort quien por su militancia llegó a ser diputada nacional en la década del ’80 sin necesidad de tener en cuenta la portación de apellido y que en esos momentos, era la esposa del doctor José Manuel de la Sota, también de destacada trayectoria.

[38] Cavallo, Domingo Felipe. El peso de la verdad. Un impulso a la transparencia en la década del ’90. Buenos Aires, Planeta-Espejo de la Argentina, 1995, p.131.

[39] Informaban en aquella crónica del 22 de mayo de 1964 que “la jornada no registró incidentes y sólo se produjo la detención del delegado gremial del Frigorífico “De la Torre” Néstor Carrasco, que, no obstante, recuperó su libertad a las 19… luego de una gestión cumplida por el asesor letrado de la CGT,,

[40] Diario La Nación. Buenos Aires, lunes 17 de octubre de 1988, p. 11. Apoyo de la CGT a la fórmula peronista.

[41]  Carlos Alderete era un fervoroso católico que también había participado en los Cursillos de Cristiandad.  # El sindicalista Jorge Triaca fue ministro de Trabajo e interventor en SOMISA; en 1991 trascendió que poseía varios inmuebles y fue acusado de administración fraudulenta.

[42] Pablo, Juan Carlos de  Quién hubiera dicho.  La transformación que lideraron Menem y Caballo. Buenos Aires, Editorial Planeta Argentina, 1994, p. 25.

[43] A partir de 1983 estuvo relacionado con Enrique Coti Nosiglia, influyente colaborador del presidente Alfonsín.

[44] Trabajó en el Ministerio de Obras y Servicios Públicos. En la década del ’70 fue militante en la JSP -juventud sindical peronista- y logró el apoyo de jóvenes militantes, entre ellos José Lingieri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (UOCRA) quienes en décadas siguientes fueron electos secretarios generales de la CGT. # La Tendencia que operaba en la década del ’70, incluía a la Juventud de Trabajadores Peronistas (JTP) y como oposición se estructuró la Juventud Sindical Peronista.  Algunos de sus miembros continuaron desempeñándose en los gremios después del 24 de marzo de 1973, entre ellos su amigo Rubén Pereyra también de Obras Sanitarias. Una década después, estaban junto a Saúl Ubaldini.

[45] El ministro de Justicia Ideler Tonelli lo denunció por agravios al presidente Alfonsín.  (1986).  El presidente Menem (1989-1999, reelecto), dejó sin efecto la ley de desacato.

[46] Sabido es que periódicamente se renuevan los “ismos” e “istas”.  Prácticamente el alineamiento tras Saúl Eldover -como solía nombrarlo nuestra compañera Ana María Baroni (UDA), a mediados de la década del ’80 en la CGT Regional Santa Fe-, resultó evidente tras las movilizaciones del invierno de 1985.  Como ha sucedido con otros dirigentes, él insistía en que el ubaldinismo no existía y que “lo único cierto es la unidad del movimiento obrero, en función de objetivos superiores, que estén más allá de las ambiciones personales”. Algo parecido han declarado otros “dirigentes” -o “trabajadores sociales” como prefieren calificarse- y sus trayectorias van dejando señales que permiten elaborar otras tantas claves…

[47] “Ámbito financiero” es un diario editado en la Capital Federal que aporta interesantes datos sobre la política nacional e internacional.

[48] Cavallo, Domingo Felipe. El peso de la verdad. Buenos Aires, Planeta, 1995, p. 179.

[49] Informe del diario Clarín de Buenos Aires (1979).

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