Sinopsis: Reseña acerca de aquella construcción, características de la edificación. Proyecto de reconstrucción presentado por el Senador Armando Antille (Bloque Peronista, 1948). Opiniones del historiador José Luis Busaniche.
El Dr. Antille al presentar un proyecto casi cuatro décadas después, mencionó algunos antecedentes históricos de ese Cabildo…
“El edificio colonial, inspirado en la noble y severa arquitectura española que sirvió de casa municipal -según se supone- en las lejanas épocas de la traslación de la ciudad desde Cayastá a su actual emplazamiento, es decir, que comenzó a levantarse en el año 1660”.
Una investigación del arquitecto Mario J. Buschiazzo revela que “en 1787, se dice que el Cabildo acusaba muchísimas grietas, y que era un edificio que hacía mas de 25 años que existía”, agregando que “el edificio era siempre el mismo de los primeros días del traslado, pues continuamente se repiten en las Actas Capitulares las menciones de arreglos”.
Hay una interesante descripción:
“Era un edificio de dos plantas, con galerías, y que tenía por lo menos, sala capitular, capilla y calabozo, y seguramente otras dependencias necesarias, como guardia, local para la tropa, comunes, etcétera, aun cuando no se los menciona”.
“Aparecen dos planos, uno del año 1785 –atribuido a don Gabriel de Lassaga distinguido alcalde de la ciudad- y otro de 1796. Lo notable es que el más antiguo es mucho mejor, más completo y perfeccionado que el posterior, cuya tosquedad se hace notar. El primero representa un edificio de dos plantas, agrupado alrededor de un patio rectangular, con galería frente a la plaza, torre, etcétera.
El parecido con el edificio que se inició en 1813 es indudable, al extremo -dice- de poderse suponer que éste se ejecutó teniendo a la vista aquel plano”.
Hay que tener en cuenta que -como lo destacó el senador Antille: “reparaciones, demoliciones de dependencias, instalaciones de calabozos en él, temporarios desalojos forzosos debido al estado inhabitable del edificio, hacen sumamente confusa la historia del Cabildo durante el siglo XVIII.
En 1875, durante el gobierno de don Servando Bayo, se efectuó la última reforma en el histórico edificio, que consistió en la construcción de una torre con reloj.
02-09-1948: proyecto de reconstrucción del Cabildo…
El Senador Armando G. Antille -santafesino, Bloque Peronista- presentó en la Legislatura santafesina un proyecto de ley acordando una partida de 800.000.- m$n. “para la reproducción del histórico Cabildo de la ciudad de Santa Fe, demolido en el año 1909”.
En el art. 2º estaba previsto que la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos fijara “la ubicación que considere más adecuada, en las proximidades de la plaza Veinticinco de mayo de dicha ciudad” y dirigiera la obra que sería ejecutada por la Dirección General de Arquitectura de la Nación.
En el art. 3º se disponía que allí funcionarían los museos histórico, etnográfico y arqueológico de Santa Fe y “deberá evocar especialmente la sala de sesiones donde se sancionó la Constitución nacional de 1853 y la reforma de 1860, con su mobiliario original o en réplica.
Recordó el Dr. Antille que ese proyecto constituía “un desagravio del error cometido en el año 1909, cuando sin reflexión alguna, se dispuso la demolición del histórica Cabildo de Santa Fe” donde se sancionara la Constitución Nacional.
El arquitecto Mario J. Buschiazzo en su estudio sobre Cabildos del Virreinato del Río de la Plata reconoció que “entre los edificios capitulares demolidos ninguno tenía más méritos para salvarse que el de Santa Fe, no obstante lo cual fue arrasado en 1909”.
Correspondía tener en cuenta que cuando el Cabildo fue demolido, no se conservaron “ni siquiera las puertas, ventanas, ni ladrillos del edificio”.
El reloj se instaló luego en una de las torres de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, actual Basílica situada en calle San Martín y La Rioja. [1]
La campana que había sido llevada a la provincia de Buenos Aires, fue recuperada durante el gobierno del C.P.N. José María Vernet (1983-1987) y está expuesta en el descanso de la amplia escalinata que comunica con la planta alta de la Casa de Gobierno construida sobre el mismo terreno que ocupaba el legendario cabildo.
Algunos objetos y muebles se conservan en museos y conventos santafesinos, varios utilizados durante el Congreso de 1853 y en la convención de 1860, cuando por iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento y de José Mármol se acordó que “quedaran en propiedad de la provincia de Santa Fe para continuar decorando el Cabildo” y “para que cada sillón recordase aquel hecho y los que lo habían ocupado”.
El Dr. Antille antes de presentar su proyecto se comunicó con el profesor Buschiazzo quien reconoció que “la demolición de ese histórico edificio fue un crimen artístico y antipatriótico, pero desgraciadamente no tiene arreglo”.
“Durante años, las autoridades fueron no sólo indiferentes a esa destrucción bárbara, sino que iniciaron y prohijaron esos atropellos, y hoy -dijo- nos vemos en figurillas para rehacer aspectos de nuestro pasado que debieron cuidarse sagradamente”.
El historiador santafesino José Luis Busaniche, envió una nota a Antille reconociendo que…
“…reedificaciones de esta naturaleza no se hacen en los países de Europa, más ricos en monumentos y tradiciones y al mismo tiempo más respetuosos del patrimonio histórico que nosotros. Pero en América sí se llevan a cabo, de un tiempo a esta parte, quizás como acto de arrepentimiento o como rectificaciones expresas de las nuevas generaciones a las precedentes”.
Recordó Busaniche que en Estados Unidos se reconstruyó “toda una ciudad con fines de restauración histórica (la de Williamburg, en que derribaron cientos de edificios) y entre nosotros fue reedificada (1941-1943) la casa de la Independencia en Tucumán, que se dejó caer en ruinas durante años en el siglo pasado, hasta que solamente se mantuvo en pie la sala de sesiones del Congreso”.
“Todo está como era entonces
la casa, la calle y el río…
…como expresara el poeta Olegario Víctor Andrade. [2]
Lecturas y síntesis:
Nidia Orbea de Fontanini.)
[1] Desde 1941 vivimos a cuatro cuadras de ese espacio -4 de enero 2657,, departamento 2; edificios que eran propiedad de la familia Nocetti, de Rosario- y los potentes sonidos sincronizados durante el día y la noche, eran un oportuno llamado de atención…)
[2] No es casual que la memoria haya transmitido esas señales, porque estamos en un lugar para el sosiego y el asombro… Sabido es que Olegario Víctor Andrade nació en 1839, y hay diferentes datos acerca del lugar. Sí está demostrado que fue federal, opositor a la política impulsada por don Bernardino González Rivadavia, el memorable promotor y partícipe en el otorgamiento del primer empréstito de la Bahring Brothers a las recién “imaginadas” provincias Unidas del Río de la Plata. El 25 de mayo de 1810 significó para algunos un grito de libertad y para la mayoría, el comienzo de un etapa de intensas luchas por el poder, sin tener definido qué tipo de gobierno se adoptaría y así se fue cambiando de una Primera Junta a una Junta Grande, a Triunviratos, a Directorios… en todos los casos, quienes estaban gobernando en la ciudad puerto de Buenos Aires, intentaban imponerse a quienes defendían el federalismo en distintas latitudes. La llanura luminosa absorbió la sangre de quienes lucharon en sucesivas guerras civiles: la crueldad demostró que en algunos casos no admitía límites: mataron al general Ángel Vicente Peñaloza –y como había sucedido en otras circunstancias-, colocaron su cabeza sobre una pica en Olta. Conmueve pasar por esos áridos lugares riojanos e imaginar cuánto dolor ha sido necesario, cuántos anónimos han quedado sepultados y sus nombres olvidados, para que millones de argentinos sigan pisando este territorio sudamericano, a veces para sembrar, otras tantas para talar… Olegario Víctor Andrade, también con su pluma incesante defendió la libertad y la soberanía. No fue por casualidad que después de la guerra de la Triple Alianza publicara A Paysandú; tampoco fue por un fugaz impulso interior que escribió la Apología a la muerte de Lavalle o tantas páginas referidas a los abusos de poder del general Bartolomé Mitre, el notable historiador que dejó escrita una parte de la historia de los argentinos, de los hispanoamericanos… Ayer como hoy, en los primeros años del siglo XXI, desde distintos puntos de vistas y hasta donde permiten abarcar las señales y las claves acumuladas, se sigue elaborando ¡la historia de la humanidad!… todos somos protagonistas.