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María Victoria Kraus Orsi (Santa Fe de la Vera Cruz, 1997)

Sinopsis: Confluencia en el Camino junto a María Victoria Kraus de ocho años…

Sus cuentos: “El duende y la olla de oro”.  – “Pequi, la fea”.

 

El 24 de julio de 1997, en la capital de la provincia de Santa Fe, nació María Victoria Kraus Orsi.

Es hija de Elsita Orsi y una de las nietas de dos amigos del alma: Lilián Fernández Harnisch y Jorge Orsi Tessutto.

Su hermana menor es María de los Ángeles… ¡Angie!…

 

El sábado 6 de mayo de 2006 estábamos terminando lo pertinente a los CD para grabar los trabajos éditos e inéditos “Del vivir y vibrar”, cuando se impuso otra pausa para que Martita se acercara a la Basílica de “Nuestra Señora del Carmen” situada a una cuadra hacia el este de ese lugar para el asombro, donde confluimos para concretar diversos proyectos.

Ese lugar no es tanto para el sosiego, porque siendo el espacio donde funciona “una empresa de Elsa” -cerca de sus hermanos Martita y Luis-, organizada para diseños e impresiones de diversas características, necesariamente es un lugar con travesías dinámicas e inquietantes. [1]

 

Mientras Angie esperaba a su mamá, con ella dialogué más con miradas que con palabras.

Llegó María Victoria y supe que estaba preparándose para la Primera Comunión.

Casi ineludible, una alusión a la celebración de nuestro matrimonio y al bautismo de Gustavo José María, el amigo que aparece y desaparece como por arte de magia…  [2]

En ese momento, sonriente, la tía Elsa acercó un libro artesanal que era la primera edición del primer cuento escrito por María Victoria Kraus Orsi.

Aquí lo reitero para que juntos, celebremos esa casi mágica creación…

El duende y la olla de oro

Había una vez un duende muy simpático que se llamaba Pepe.  Él cuidaba la olla de oro de Roco, el duende. Un día Pepe estaba aburrido y empezó a tener sueño.  Pepe se acostó en el pasto.  Una hora después vino Roco y lo despertó.  Le dijo que no se durmiera porque podía venir el duende de los pantanos y llevarse el oro.  Pepe le prometió que no iba a dormir más.

Al día siguiente Pepe fue a su trabajo, después de cuidar y cuidar la olla de oro a Pepe le dio sueño y otra vez tenía tanto sueño que se durmió.

A la noche el duende de los pantanos vino y se llevó el oro.

Al amanecer Pepe despertó y se dio cuenta de que el oro no estaba.

Rápido le aviso a Roco.  Roco le preguntó si se había dormido.  Pepe le mintió y le dijo que no se había dormido.  Pepe muy decidido salió en busca del duende de los pantanos.  Después de caminar y caminar Pepe llegó al árbol donde vivía el duende de los pantanos, despacito y sin hacer ruido abrió la puerta y entró.

Enseguida vio el oro, apenas lo tocó el duende de los pantanos se despertó.

Pepe logró escapar con el oro.  De tanto correr y correr Pepe se cansó y se sentó en un árbol.  Luego pasó un unicornio, Pepe se subió y cabalgó hasta donde estaba Roco y le dijo Roco aquí tienes el oro.  Pepe muy contento de haber recuperado el oro volvió a trabajar.  A partir de ese día Pepe no se volvió a dormir.

Fin.

Pequi, la fea

Había una vez una nena llamada Pequi.

Todos los chicos de la escuela le decían Pequi la fea, pero a ella no le importaba porque ella era inteligente y estudiosa.

Un día la señorita dijo Chicos mañana tenemos prueba.  Cuado tocó el timbre para irse, Pequi fue a su casa a estudiar mientras los demás chicos jugaban en la plaza.

Cuando llegó el día de la prueba y la señorita les puso la hoja en el banco, Pequi ya se sabía todas las respuestas.

Dos por seis =12, dos por uno = 2, 28 + 28 = 56 y 2 + 10 = 12. Listo seño, terminé.

Muy bien Pequi respondió la señorita.  Después preguntó si las demás chicas habían terminado.

Las demás chicas muy seguras de que se iban a sacar excelente, la burlaban a Pequi y le decían: Yo me voy a sacar excelente, pero lo que le decían a Pequi no le importaba.

Al día siguiente la señorita devolvió las pruebas.  Todas estaban mal excepto la de Pequi.  La maestra dijo:

Chicas, ¿ustedes estudiaron?

Las chicas se quedaron sentadas.  La única que contestó fue Pequi y dijo:

Yo estudié mientras veía a los demás chicos jugar en la plaza.

La señorita muy muy enojada llamó a los padres de las chicas y les preguntó si habían estudiado.  Los padres contestaron que no.

Desde ese día las chicas se dieron cuenta que no importa ser fea pero sí importa ser estudiosa.

Pequi la fea ahora es Pequi la estudiosa.

Ese día fue el mejor día de Pequi, porque no le volvieron a decir Pequi la fea.

Colorín colorado este cuento se ha terminado. Voy por un caminito vos vas por otro si te portás bien te cuento otro.

FIN

 

 

 

 

¡Gracias María Victoria!… por autorizar a los Duendes de la Cofradía

para que difundan estos cuentos desde

“un lugar para el sosiego y el asombro”

 

Mayo de 2006 – Incluido en el CD “Del Vivir y vibrar”.

SEPA (Servicio de Educación por el Arte)

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini

Presentación: Miércoles 10 de mayo de 2006 a las 19:30

en el Centro Comercial de Santa Fe.

Santa Fe de la Vera Cruz – República Argentina.

 

 

[1] Para imaginarlo, aquí algunas señales. Allí, en Calle La Rioja 2669 donde a mediados de la década del ’40 vivía la señora Luisa Tessutto de Orsi, cuatro décadas después en “esa empresa” imprimieron los primeros “Libros Personalizados” -en la capital de la provincia porque esa idea se expandió desde Estados Unidos- y así en tales cuentos en edición santafesina, argentina e hispanoamericana, el personaje principal tenía el nombre de la persona a quien se lo regalarían.  Ahora, en el 2006, María Victoria es también “pionera” en ediciones de literatura infantil, porque su primera obra editada se difunde ya, en este armonioso otoño, desde el portal de SEPA (Servicio de Educación por el Arte) en la red de redes, internet…  // Es casi ineludible otra acotación. Cuando compré a la señora Carmen Zamora de Echagüe las máquinas para tejer “Knittax” era necesario “amortizar” esa inversión y al producir, producir y producir… tejidos para todas las edades, Lilián confió en mi trabajo casi artesanal para abrigar a sus tres hijos.  Ahora son ellos quienes contribuyen a que yo siga cobijando sueños… convirtiéndolos pausadamente en esta realidad. 

[2] Matrimonio de Eduardo Rodolfo Fontanini Doval y Nidia Aurora Guadalupe… el 5 de febrero de 1954 (firma del acta en el Registro Civil), sábado 6 de febrero celebración en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (San Martín esquina La Rioja) a las 21: promesa de fidelidad ante Dios y Monseñor Antonio Biaggoni, el Párroco. Después nacimiento de los hijos Eduardo Carlos Manuel (1955), Ricardo Marcelo Gabriel (1957), Nidia Marta Susana (1962), todos bautizados en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.  Gustavo José María, nacido el 21 de junio de 1963, el único bautizado en la Iglesia del Carmen; ese lugar de oración que fue mi refugio de meditación durante sucesivas pausas y de misas a las diez, durante mi adolescencia… Después, misas vespertinas, oraciones compartidas con grupos del “Opus Dei”… / Sabido es que el 16 de julio es el día de Nuestra Señora del Carmen.  ¡Loado sea Dios! ¡Qué luminoso tu camino, María Victoria! Sigamos compartiendo… Casi abuela Nidia.

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