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SANTA FE – PERSONAS DESTACADAS.

Mujeres.

Galfráscoli de Affolter, Azucena Haydeé.

Santi de Belloni, Yolanda… y sus “cactus”.

Varones destacados.

1966 -16 de octubre-2006: legado de Rafael Bielsa.

Bielsa, Virginio – Doctor

Leonardi, Hernán Javier

Otras miradas.

Doval Fermi, Rodolfo y el “Museo Histórico de Sastre.

Lammertyn, Julio Adriano.

Rabia, Esteban Pedro.

Romero, Héctor Romero – Monseñor, Obispo de Rafaela.

Terragni, Antonio Ángel

Amor al terruño.

De su obra literaria y periodística.

1974: “Cielo Verde”.

1987: Su nombre en una calle de Rafaela.

Esculturas.

Sala Cultural “Antonio Terragni” en Rafaela.

Mujeres…

Galfráscoli de Affolter, Azucena Haydeé

Nació el 21 de marzo de 1921 en Reconquista, cabecera del departamento General Obligado. Hija de Aníbal Galfráscoli y de Rosaura Sáenz.  Formada en los valores del “respeto a la familia y el amor al prójimo”, cursó estudios primarios y secundarios en la Escuela “Juan Bautista Alberdi de Reconquista y egresó como Maestra Normal Nacional en 1939.  Al año siguiente comenzó su labor educativa en la Escuela Nº 545 de Romang siendo director “el recordado Rómulo Landi” y continuó desempeñándose en esa escuela hasta su jubilación en 1967. Breve tiempo después de llegar a Romang, conoció al joven Erwin Affolter, romanense y a fines de 1941 celebraron el matrimonio; luego nacieron cinco hijos. A mediados de esa década comenzó a interesarse por el movimiento justicialista impulsado por el coronel Juan Perón. Tras la sanción de la ley Nº 13.010 que reconoció los derechos cívicos de la mujer, comenzó el trabajo promovido por María Eva Duarte de Perón a los fines de constituir las “Unidades Básicas” en todo el país mediante la acción directa de las “Delegadas Censistas” y Azucena Affolter se afilió en 1951.

En la crónica del diario “El Litoral” publicada en mayo de 2001, destacan:

“En este medio siglo de trabajo y militancia, doña Azucena conoció muchas satisfacciones y también los sinsabores que da la actividad partidaria. Pero jamás esas adversidades lograron amordazar la valentía de su opinión, ni tampoco pudieron menguar su inquebrantable espíritu de lucha.

Templada en mil batallas de la vida, Azucena siempre tiene una palabra de aliento para el afligido.  También su experimentado consejo es consultado a la hora de tomar importantes decisiones comunitarias. Esa perseverante labor en tantos años de lucha, le ha deparado el reconocimiento de gobernantes, autoridades políticas, instituciones de bien público y vecinos en general.  Medallas, plaquetas, distinciones y obsequios recibidos por doquier, testimonian el cariño y la gratitud que supo granjearse con su trayectoria ejemplar.”

Tal información fue difundida por Darío Orlando Sager, quien destacó que a fines de la década del ’60, integró el Grupo “Pro-Vía Blanca” con el propósito de lograr que instalaran en el pueblo “la primera obra de iluminación especial. ‘Todo el vecindario salió a recorrer calle San Martín la noche inaugural, cuando se encendieron las novedosas farolas a gas de mercurio. ¡Sí, Romang parecía una ciudad!’, recuerda con emoción”.

 

En el otoño de 2001 celebraron el octogésimo aniversario de su nacimiento en Romang, junto a sus hijas Alicia y Laura, sus esposos, nietos y el primer bisnieto, acompañados por colegas y exalumnos, familiares y amigos.

Es oportuno expresar que en ese tiempo, presidía la Comuna el Profesor Víctor Debloc y en la legislatura provincial, el senador Eduardo Zilli representaba al departamento.

Desde La Región del diario “El Litoral” santafesino, el sábado 12 de mayo de ese año publicaron una crónica: “Azucena Affolter, 80 años. / Una mujer, un ejemplo” y en el copete destacaron: “Nada de cuanto importante ha ocurrido en los últimos años, le es ajeno a esta infatigable protagonista del quehacer romanse.  Ella amerita en su haber una permanente actitud de servicio como maestra, política y activa participante en la vida institucional pueblerina”.

En la crónica del vespertino santafesino, comentaron que “muy buena comida, excelente música, un clima de alegría y felicidad caracterizaron al encuentro.

Entre las autoridades asistentes estuvieron el senador provincial Eduardo Zilli y el presidente comunal Víctor Debloc.  En representación del gobernador y el ministro de su área, trajo sendos regalos el jefe de Zona de Salud III Rubén Loréfice.  Asimismo, directivos de la Unidad Básica del PJ Romang, le hicieron entrega de un presente recordatorio y un pergamino testimonial.

Santi de Belloni, Yolanda… y sus “cactus”.

Nació en Rafaela, departamento Castellanos. Estudió en la Escuela Normal y en 1958 egresó del Colegio Nacional de esa ciudad con el título de bachiller, dos años después obtuvo el título de Maestra en el Normal y luego completó los estudios del Profesorado de Jardín de Infantes en Rosario.  Casada con Virgilio Belloni. Han destacado que “es coleccionista de cactus.  Tiene 400 de diferentes formas y tamaños, más de 250 especies de diferentes lugares del mundo y alrededor de 30 libros especializados en estas plantas espinosas.  No conforme con eso, guarda celosamente toda foto, postal, revista o tarjeta donde aparezca este vegetal capaz de sobrevivir en terrenos áridos”.  Los cactus que cultiva fueron adquiridos o regalados, procedentes de distintas provincias argentinas, de Bolivia y de Paraguay.

Durante una entrevista con periodistas de “La Región” -suplemento semanal del diario “El Litoral” de la capital provincial-, habló acerca de las características de los cactus y aludió al entusiasmo por coleccionarlos: “Walberto Saiz daba manualidades en la escuela Rivadavia y coleccionaba cactus.  Su señora daba clases conmigo en ‘Conejín’ del Club Quilmes y empezamos a traficar con cactus, nos cambiábamos hijtos”.  Comentó que en Rafaela también coleccionan el doctor Adolfo Jesús Enrico, el contador Juan Carlos Borio y un empleado provincial que no nombró.

En el lapso 1986-1989 participó en cuatro exposiciones anuales, en el Centro Ciudad de Rafaela y en la Escuela Alberdi organizada por el Barrio “30 de Octubre” junto a otros coleccionistas particulares.

Refiriéndose a la Ecología, durante la primavera de 1996 dijo que “en México hace dos años, cuando a todo el mundo se le había dado por coleccionar cactus, hubo depredación por la venta” y comentó: “Tengo un libro chileno, donde se advierte qué especie está en vías de extinción.  Argentina no tiene un libro así”…

Finalmente expresó: “Empecé con algún gajito, no sé, no me acuerdo… tengo más de treinta libros sobre el tema”…

(“La Región”, suplemento de

“El Litoral” de la capital santafesina.

 Sábado 12 de octubre de 1996, p. 3.)

 

Varones destacados.

1966 -16 de octubre-2006: legado de Rafael Bielsa…

El 19 de noviembre de 1889, en Esperanza nació Rafael Bielsa, primogénito descendiente de aragoneses. Cursó estudios primarios y secundarios en el Colegio “San José” conducido sacerdotes de la Congregación del Verbo Divino. Nacieron doce hermanos y él colaboró con su padre para el sostén familiar. La escritora esperancina Irma Quartarone ha destacado: “…Hijo abnegado y amoroso hermano, fue un ser realmente excepcional.   Decidió trasladarse a Buenos Aires y trabajó en Obras Sanitarias mientras dictaba clases de dibujo y pintura en la Academia de Bellas Artes y colaboraba con su familia. Cursó estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Buenos Aires y egresó con el título de Doctor en Jurisprudencia.   Elaboró su tesis titulada “La culpa de los accidentes de trabajo. Su estudio y crítica en la ley argentina”, que se publicó en 1919 y fue reeditada siete años después. Más que abogado y profesor, fue “un maestro por antonomasia ya que enseñó con sabiduría la ley durante más de cuarenta años, desde su cátedra y fuera de ella, y nos dejó su conducta como ejemplo y sus enseñanzas como herencia.  Por su pasión por enseñar, rehusó altos cargos de investidura política, tal como la magistratura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante la Revolución Libertadora”

En la Universidad Nacional de Buenos Aires fue profesor adjunto y extraordinario de diversas cátedras, entre ellas como Profesor de Derecho Administrativo en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

Desarrolló una vasta obra sobre “Derecho Público” editada en cinco volúmenes y “es considerado figura descollante del Sistema Iberoamericano”, como lo ha destacado Irma Quartarone.

Participó en Naciones Unidas en la preparación de “los documentos básicos sobre recursos contra el ejercicio ilegal del poder administrativo. Bielsa fue un apasionado de la ‘Ley’.  Su obra, fruto de su privilegiada inteligencia, habrá de perpetuarse como figura preclara, representante de la intelectualidad argentina.  Su principal, ‘Tratado de Derecho Administrativo’ es un compendio al que los estudiantes llaman ‘Bielsita’, y sus múltiples ediciones están agotadas”, expresaba Quartarone en el invierno de 1981.  Sabido es que publicó diversas obras sobre Derecho Constitucional, Ciencias Políticas y Administrativas; Derecho Procesal y Cultura Jurídica, El Abogado y el Jurista, Instituciones Públicas, Universidades y Colegios; Derecho Fiscal y Derecho Privado. “Metodología Jurídica” considerada “la obra ‘más amplia y comprensiva’, sobre la materia, escrita en América” fue editada en 1961.  No ha sido por casualidad lo expresado por la escritora esperancina en su aproximación biográfica incluida en “Esperanza y su gente” acerca del doctor Rafael Bielsa: “se ha dicho de él: ‘que pocos juristas consultos escriben el castellano con la propiedad de Bielsa”.

En la Universidad Nacional del Litoral fue Profesor, Miembro del Consejo Directivo y de la Academia de la Universidad, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas y Delegado del Consejo Superior. Fue Director ad-honorem del Instituto de Derecho Público de la citada universidad y Director Fundador del “Anuario de Derecho Público”. Fue fundador de la Academia de Ciencias Políticas.

Juez en la Cámara Federal de Apelaciones y de la Corte Suprema Nacional.

Miembro del Instituto Internacional de Derecho Público de París y del Instituto Internacional de Ciencias Administrativas” de Bruselas. Miembro honorario de la Academia de Legislación y Jurisprudencia de Madrid y del Instituto de la Orden de Abogados de Brasil.  Reconocido “Doctor Honoris Causa” en la Universidad de la Sorbona de París, el primer sudamericano que recibió esa distinción.

El gobierno de Santa Fe lo nombró Miembro de la Comisión de redacción del Código Sentencioso Administrativo y el Código Contencioso Fiscal.

Representó a la Universidad Nacional del Litoral en el “III Congreso Internacional de Ciencias Administrativas, en París; también como delegado del Gobierno Argentino y de la Facultad de Derecho de Buenos Aires al V Congreso Internacional de Ciencias Administrativas en Viena.

Presidente del Semanario sobre “Defensa de los Derechos Humanos”.

Presidente del Colegio de Abogados de Rosario y Director Fundador de la Revista editada por esa institución; interrumpió esas funciones para asumir en la Subsecretaría del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación y luego fue reelecto.

Le otorgaron el “Premio Nacional de Letras” y “Primer Premio Nacional de Ciencias Jurídicas y Sociales”.

Falleció en Rosario, el 16 de octubre de 1966.  Sus familiares de acuerdo a su voluntad, dispusieron el traslado de su cuerpo yacente al cementerio de su ciudad natal.

Bielsa, Virginio – Doctor

Virginio Bielsa nació en 1923, en Rafaela, departamento Castellanos.  Durante un diálogo con periodistas rememoró: “Realicé mis estudios primarios completos en Rafaela, en la escuela de Olga Cossettini” y es oportuno destacar que fue la ejemplar Escuela Serena que desarrolló programas de educación por el Arte, por el arte de vivir y convivir como han reconocido sus alumnos y está documentado en el cortometraje “La escuela de la Señorita Olga” de Mario Piazza. Recordó Virginio Bielsa que “el mismo año en que ella se trasladó a Rosario, también lo hicimos nosotros, debido a que nuestro padre consiguió trabajo. Allí cursé el bachillerato en el Colegio Nacional Nº 1, que había fundado Domingo Sarmiento”.

Virginio Bielsa ingresó en la Facultad de Medicina de esa ciudad, en aquel tiempo dependiente de la Universidad Nacional del Litoral y al evocar aquellas circunstancias, comentó: “Entre los estudiantes de primer año se encontraba la primera mujer que realizaba la carrera de medicina: Aimará Benetti”. Ha reiterado que “cursó año a año porque ‘estudiaba mucho para sacar buenas notas’, ya que en 5º año se llamaba a concurso para ingresar como practicante menor interno en el hospital Centenario” y así fue como comenzó su trayectoria en la atención de la salud.

Es oportuno tener en cuenta una anécdota: “Los que egresaron en 1950” –Año del Libertador General San Martín- “habían rendido todas las materias en diciembre de 1949, excepto Medicina Legal, la que dejaban para marzo porque era el resumen de toda la carrera. ‘Como los exámenes se tomaban de noche, el 30 de marzo de 1950, luego de haber aprobado la última materia, dormí en el hospital Centenario, donde residía como practicante mayor, y al día siguiente me fui a casa a darles la novedad.  Al verme llegar, mi padre me dijo: ‘¿qué hacés acá?, a lo que respondí: ‘he venido a decirles que terminé la carrera de médico’. -‘Para eso estudiaste, así que pegá la vuelta y andá a trabajar. De esta manera se vivió en mi hogar la culminación de mis estudios de médico”.

Recién egresado, el doctor Virginio Bielsa viajó a Curuzú Cuatiá en la provincia de Corrientes y allí junto a un colega, instaló un consultorio particular. En  Rosario había conocido a Selva Sánchez y casados el 13 de septiembre de 1952,  decidieron vivir en San Javier, a orillas del río Paraná, pequeño pueblo formado también por descendientes de aborígenes. Luego nacieron cuatro hijos: Virginio Arturo, Hebe del Carmen, Bernardita y Lucas Rafael,  Hebe del Carmen, Bernardita y Lucas Rafael (tres con vocación por la Medicina…)  Cuando llegó a San Javier, estaba instalado el sanatorio privado de los doctores Roque Blanche y Luis García Tiscornia y funcionaba el Hospital Rawson donde comenzó a trabajar ad-honorem.  Instaló allí su consultorio particular y para atender a algunos enfermos de la zona rural viajaba en carro o en sulkys.

Sabido es que en la década del ’60 fundó el Sanatorio “San Cayetano” que funcionó durante diez años en la calle Alvear Nº 2456 de San Javier. Al recordar a sus colegas, dijo: “Durante muchos años el director Dr. Benito Beligoy, y yo fuimos los únicos médicos del hospital sanjavierino, donde la mayoría de los pacientes que se atendían provenían de familias carecientes.  Luego se sumarían los doctores Víctor Attademo, Carlos Enrique Navarro, Eduardo Franceschini, Roque Blanche Soaje y Hugo Eduardo Ríos, entre otros”.  Tenía setenta y seis años cuando recordaba aquellas vivencias y expresó: “Me desempeñé en esas condiciones durante cuarenta años, a pesar de que en varias oportunidades quedé a cargo de la dirección, como cuando se inauguró el nuevo edificio, en febrero de 1976, con un acto que presidió el entonces gobernador de la provincia Dr. Carlos Sylvestre Begnis”.  Al referirse a su trabajo como médico de Policía con atención en todo el departamento, dijo: “Era un trabajo muy intenso por cuanto era permanentemente requerido desde distintas localidades y había serias dificultades para el traslado, ya que todas las rutas eran de tierra”.  El doctor Virginio Bielsa, presidió la Asociación Cooperadora del Colegio “San José” Nº 121 dirigido por la Congregación de las Hermanas y también se destacó siendo “la cabeza visible de la Asociación Médica de la Costa”. Desde 1992, por decisión del Concejo Deliberante de San Javier, impusieron su nombre al “Centro Comunitario de Capacitación Sanitaria y Social” situado en la intersección de la Avenida Poeta Julio Migno y Ruta Provincial Nº 1.

A fines del siglo XX fue reconocida su trayectoria: cincuenta años de servicios a la comunidad significaron el homenaje que en su domicilio realizó el intendente municipal José Baucero, designándolo Asesor Honorario de la Zona de Salud III., mientras dure la gestión del jefe de la zona Dr. Virginio Arturo Bielsa, su hijo.

Dos señales han de servir para elaborar insoslayables claves: tras ese acto insistió en que “defendió la diferencia de criterio con la actualidad para la atención de partos. ‘Puedo asegurarles que durante mi carrera de médico rural nunca traje al mundo un bebé mediante una operación cesárea’.”

No ha sido por casualidad que semanalmente se acerque al “Hogar de Ancianos Nuestra Señora de la Merced a dar la comunión a los internos y los sábados a ofrecérsela a los abuelos de distintos barrios de la ciudad.”  La crónica titulada “Al servicio de una vocación” termina con este párrafo: “No hizo fortuna en el ejercicio de la profesión.  Gran parte de los bienes que posee los adquirió gracias a su propio esfuerzo, como aquellos antiguos y entrañables médicos de familia”.

(Diario “El Litoral” de Santa Fe de la Vera Cruz, suplemento semanal “La Región”, sábado 29 de abril de 2000.  Crónica titulada “Al servicio de una vocación”, sin datos del redactor de la nota.)

Leonardi, Hernán Javier

Nació el 25 de agosto de 1975, en Rafaela (departamento Castellanos). Cursó estudios primarios y secundarios en la Escuela “Centenario” y la Licenciatura en Organización Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional con sede en aquella ciudad. Durante una entrevista, a comienzos de 1997 comentó: “Cursaba el segundo año y antes de empezar tercero me mandaron para Alemania a una práctica, con motivo del intercambio que hay entre Alemania y Rafaela en estos momentos.  Empezó como una beca puesto que en intercambio constas de una práctica en una empresa por seis meses.  Luego, en forma particular, renové la estada continuando con un contrato con la empresa, ya no como parte del intercambio.  Las visas sí me las consiguen como parte del intercambio, inclusive sigo siendo estudiante de la Universidad de Sigmaringer.  Eso es una especie de arreglo ya que sin el carnet de estudiante no puedo hacer las prácticas en la empresa y estoy inscripto como estudiante, pero no estoy estudiando ni cursando nada.”

Es oportuno destacar que en tales circunstancias, trabajaba en la empresa “Amphenol Tuchel Electronics”, instalada “en Heilbronn, a 60 kilómetros al norte de Suggart.  Es una población de 120.000 habitantes. La firma es de nivel mundial, internacional, con capitales americanos; anda muy bien, tiene unos 500 empleados.  Es del ramo de electrotecnia que mueve mucho dinero… Totalmente organizado, muy reglamentado.  Tanto la gente dentro como fuera de la empresa es muy estricta en cuanto a costumbres o reglas, como es la sociedad alemana.  Cada uno sigue al pie de la letra lo que tiene que hacer.

En la información publicada en el suplemento “La Región” del diario “El Litoral” de la capital santafesina, el sábado 1º de febrero de 1997, tras sucesivas preguntas del periodista cuyo nombre no consta en esa página, el joven Hernán Javier Leonardi -21 años, diez meses y medio de permanencia en Alemania, con contrato hasta fines de junio de ese año-, explicó algunas características de los contratos de trabajo en Alemania, que en síntesis indican:

-Horas de trabajo por día:   “Ocho, igual que acá, pero la diferencia es que se hace horario corrido y se desayuna y almuerza en la misma empresa.

-Leyes sociales que lo protegen: “…hay una oficina, dentro de la empresa, donde funciona una especie de consejo… Es un grupo de personas que está dentro de lo que podría denominarse sindicato para nosotros. Atiende cualquier inquietud que tenga el empleado, son obreros de la empresa pero trabajan solamente en esa oficina, son dos personas que está siempre y hay un grupo de operarios que forman parte de ese consejo, en total unos quince y están muy bien organizados.”

-Cuánto gana un obrero…    “Ronda los tres mil marcos, que son dos mil pesos de nuestro signo monetario; ése sería el sueldo normal, pero hay inferiores y superiores de acuerdo a los cargos jerárquicos.”

-Clima… en el plantel de empleados:  “Se percibe que están todos muy bien, pero también hay desocupación lo que constituye un problema importante.  Entonces, cada uno cuida muy bien su trabajo.  En su mayoría son empleados que hace muchos años que están dentro de la empresa así que la conocen muy bien y también se conocen entre sí. Problemas a nivel de personal no hay; por lo menos, donde estoy yo.”

-Acerca de hábitos familiares en Alemania: “”Ello tienen sus ocupaciones y digamos que es como si vieran en su mundo y no les interesa demasiado lo que pasa a su alrededor.  Se independizan a los 18 ó 20 años o sea que se van de la casa muy jóvenes, tanto sea por estudio como por trabajo…  Allá a los 18 años ya no viven más con sus progenitores y cada uno hace su vida y nadie molesta al otro; eso es lo principal.”

-Conocimientos sobre la Argentina:  “…Muy poco.  Lo que más se escucha sobre Argentina es lo que fue la guerra de Malvinas y el tema de Maradona -Diego-, pero más allá de eso la gente que conoce Argentina es porque estuvo acá.  Saben dónde está en el mapa y ahí se termina todo.”

-Resurgimiento del “nazismo”… “No.  No se ve para nada. Ellos este tema ya terminaron y no quieren volver a hablar.  Está totalmente ‘prohibido’, así entre comillas, hablar del tema ya sea tanto entre personas mayores o entre estudiantes.  De todas formas puede advertirse que hay gente que quiere volver, no sé si nazismo, pero sí a lo que era la aversión al comunismo.”

-Quiero “un muro”…           Hernán Javier Leonardi expresó: “Me tocó a mí ver, estando en Berlín, como una persona que pasaba con una remera decía: ‘Yo ahora quiero un muro pero veinte metros más alto’ o sea que hay gente, creo que como en todas las cosas, que se queda con lo que pasó antes que con lo que es ahora, pero la gran mayoría está totalmente bien ahora y no quieren escuchar nada más sobre lo que pasó, lo olvidaron.

-Argentina… en el primer mundo: “lamentablemente no estamos en el primer mundo.  Allá se nota muchísimo lo que nosotros llamaos el Primer Mundo.  No solamente a nivel empresas, ni la tecnología se usa solamente en lo que es la industria o la fabricación de artefactos.”

-Tecnología y orden en las ciudades… “La tecnología está en todos lados, tanto en la empresa como en la ciudad.  Siempre comento que los semáforos están en todas las esquinas, tanto para autos como para bicicletas y cada calle tiene los dos metros que corresponden a las bicicletas.  Todas las calles, rutas y autopistas en excelente estado.  Escaleras mecánicas por todos lados porque, por ejemplo, para cruzar una calle nos se va por arriba sino por abajo.  Hay una especie de túneles como senderos peatonales para cruzar la calle y tanto para bajar como para subir hay escaleras mecánicas. No hay ningún negocio donde las puertas no sean corredizas o sea que el avance está en todas partes, aún en las pequeñas cosas. Todo está perfectamente organizado.

-Higiene en las calles…       “La limpieza es algo que a uno lo sorprende muchísimo porque no hay un solo papelito tirado en la calle  En ese caso no es únicamente que la gente sea ordenada y concientizada de que tiene que mantener las cosas en orden sino que también tiene la posibilidad de tirar el papelito donde corresponde, porque cada veinte metros hay cestos de residuos.”

 

Al finalizar el diálogo, Hernán Javier Leonardi dijo: “…quiero hacer llegar el mensaje a todos los estudiantes rafaelinos porque en estos momentos todos tienen la posibilidad. Tienen que cercarse para averiguar cómo es el tema y si tienen oportunidad de formar parte del intercambio que no duden porque es algo que deja muchísimo.  No se puede explicar con palabras, hay que vivirlo.”

Otras miradas…

El sábado 22 de noviembre de 1997 (Día Santa Cecilia – Día de la Música), se escucharon otros sones y más ecos. Desde “La Región” del diario “El Litoral”, en la segunda página un título y un copete alertaban al lector: “Estudiantes alemanes en empresas locales /  hace días llegaron a Rafaela cinco estudiantes alemanes que ya se encuentran realizando prácticas en diferentes empresas de la ciudad.  La estadía de los jóvenes se concreta gracias al intercambio estudiantil acordado con Alemania.”

Es oportuno reiterar el texto desde el segundo párrafo, ya que todo es historia de la Historia de la Humanidad.

“En ese segundo semestre de prácticas, que abarca desde setiembre hasta febrero, cinco estudiantes de la región de Baden Wüttemberg llegaron a Rafaela para realizar una experiencia laborar exigida en la currícula de sus respectivos estudios: Daniela Wallisch, Regina Brütsch, Stefanie Pfeifer y Phillipp Lacambra Blömecke, todos estudiantes de la especialidad Técnica de Nutrición e Higiene, de la Escuela Superior Albstadt-Sigmaringen; y Mario Menzel, que cursa Técnica en Análisis de instrumentos de Medición de la Escuela Superior de Heilbronn.

El objetivo de esta reunión fue realizar una evaluación sobre el comienzo de sus prácticas y la adaptación de los estudiantes a las empresas y a la ciudad.  Unánimemente manifestaron que las personas -tanto en los ámbitos laborales como de la comunidad en general- los han recibido muy bien, lo cual les facilitó la adaptación al nuevo medio.  Del mismo modo, destacaron que al llegar a las distintas firmas, han encontrado su trabajo perfectamente planificado y organizado, repitiendo que estaban muy contentos de encontrarse en Rafaela.

Las empresas en las cuales se encuentran desarrollando sus prácticas son: Stefanie, en Sucesores de Alfredo Williner S. A.; Philipp, en Molfino Hnos SA; y Mario, en Chiapero y Asociados SRL.

En el actual semestre, SanCor Cooperativas Unidas Ltda.. ha ingresado a este programa, compuesto en una parte muy importante con el sector productivo, ya que son ellos quienes brindan la real posibilidad de que estudiantes extranjeros puedan efectuar una pasantía laboral en nuestra región. En SanCor se encuentran Daniela y Regina.

Cabe mencionar que ésta es una actividad docente donde se refleja claramente la interacción entre los distintos sectores (educativo, empresarial y gubernamental) para la concreción de un objetivo común: darle a Rafaela un lugar en el mundo.”

 

 

Doval Fermi, Rodolfo y el “Museo Histórico de Sastre…

“Los pueblos que olvidan su pasado no tienen futuro.

Proteger la memoria colectiva es nuestro deber.”

Rodolfo nació en Santa Fe de la Vera Cruz, era hijo del farmacéutico Remigio Doval -profesor y luego director de la Escuela Nocturna “Leandro N. Alem”; docente y por ascenso Regente del Colegio Nacional “Simón de Iriondo”; director técnico de la Farmacia “Las Colonias” de la capital santafesina- y de Carmen Fermi, destacada maestra que ejerció en la Escuela Provincial “Bernardino Rivadavia”, frente a la plaza España y hace décadas “desaparecida”…

Cursó estudios primarios y secundarios en su ciudad natal.  Egresó de la Universidad con el título de Odontólogo y decidió vivir en Sastre, cabecera del departamento San Martín.  Trabajó en el servicio dependiente del gobierno y sin cobrar asistía a las personas de escasos recursos.  Le interesaba la historia de esa localidad, que como la mayoría en la provincia de Santa Fe no fue fundada porque comenzó a poblarse cuando se construyó e inauguró la estación del Ferrocarril Central Córdoba, el 25 de mayo de 1886 y cuyos planos presentados por la sociedad colonizadora Iturraspe, Ortiz y Cía, fueron aprobados el 13 de diciembre de ese año.

Durante parte de su tiempo libre leía y escribía; dialogaba con vecinos acerca de la inmigración y con chacareros recordaban anécdotas.  A principios de la década del ’80 tenía el propósito de editar su libro “El médico errante” con extensos relatos acerca de la trayectoria de su abuelo materno: Enrico Fermi, elaborados con la documentación que había conservado su madre. En ese tiempo ya había imaginado el Museo Histórico de esa ciudad. Había recopilado documentos pertenecientes a sus familiares y comenzó a reunir objetos y herramientas antiguos, donados por vecinos. Comenzaron los diálogos con quienes debían decidir y co-operar para concretar esa iniciativa e inicialmente se pensó en una pequeña construcción para guardar sucesivas donaciones.

En 1986, Año del Centenario de Sastre, el doctor Doval Fermi con la colaboración de la señora Olga Banchio de Sánchez comenzó a instalar las primeras piezas de colección en el  Museo Histórico de Sastre, dependiente de la Municipalidad de esa ciudad durante la gestión del entusiasta  intendente Juan Miguel Gariglio (representante de la Unión Cívica Radical).  La señora Olga ha reiterado que “la iniciativa demandó jornadas completas de intensas búsquedas, de hurgar por oscuros galpones donde se atesoraban valiosos testimonios del pasado, de entrevistar a quienes pudieran ampliar la información sobre las primeras familias asentadas en este terruño y de pacientes charlas con descendientes de colonizadores que también aportaron valiosos datos de un tiempo glorioso.  La simiente echada… había fecundado y los frutos pronto se cosecharon, lentamente en la primera instancia y luego vertiginosamente, a medida que iba creciendo la confianza y la credibilidad de la gente, como consecuencia al respeto que se profesa por cada objeto que distingue a este museo”.

Es oportuno destacar su valioso aporte documental y fotográfico, herencia de las Familias Keller y Doval –Durval originariamente según comentarios en nuestra familia y escrito Doval en los primeros registros como emigrante-, originarios de regiones alemanas y suizo-francesas.

El antiguo chalet construido en 1927 para vivienda del matrimonio Ángel Bodini-Marina Caloia,  situado en la calle Sarmiento 1989 de esa localidad es la sede del Museo que dirigió el doctor Doval hasta que declinó su salud y lo reemplazó la señora de Sánchez. Uno de los significativos actos del Centenario fue el descubrimiento de la primera placa con esta información: “Museo Histórico del Centenario”.

En 1986, Rodolfo también impulsó la organización de un Taller Literario y para estimular a jóvenes y adultos de esa ciudad, convocó escritoras de Santa Fe y de Rosario.  Cooperó trasladándose a esa ciudad, la docente y escritora Nidia Orbea de Fontanini, Supervisora -ad-honorem- del área de Cultura Literaria de la Subsecretaría de Cultura de la provincia durante la gestión del Doctor Jorge Alberto Guillén.

Tras el fallecimiento del generoso Rodolfo Doval Fermi, en el décimo aniversario de la creación, el reelecto intendente Juan Miguel Gariglio y todas las autoridades municipales aprobaron el cambio de nombre y actualmente es el “Museo Municipal Doctor Rodolfo Doval Fermi”.

El sábado 6 de julio de 1996, desde el suplemento “La Región” del diario “El Litoral” de la capital santafesina, la directora del Museo Olga Banchio de Sánchez informó que durante el año anterior registraron 2.720 personas como visitantes, incluso “niños y jóvenes que se acercan para comprobar qué nueva pieza se ha inventariado”.

Al año siguiente, en la edición del sábado 1º de febrero de 1997, la Directora destacó que su acervo “está compuesto por más de 4 mil piezas… donaciones de particulares que confiaron bienes de familia con el fin de exponerlos, conservarlos y aportar a difundir en parte la gesta colonizadora”.  La concentración de turistas durante la celebración del Carnaval ha sido tenida en cuenta y el Museo está abierto aun los fines de semana.

En 1996, “fueron recibidas 4 mil personas, que en grupo, en familia o como integrantes de distintas delegaciones arribaron al museo provenientes de distintos pueblos y ciudades de la zona”. El edificio conserva las pinturas murales originales y en las aberturas hay cristales biselados. La acción perseverante y responsable de la directora que estudió Museología y Museografía en el Instituto Superior de Formación Docente de la Plata, en la provincia de Buenos Aires, es evidente en las exhibiciones temporarias tales como el “Homenaje a las madres” cuando “más de veinte familias tradicionales evocaron la grandeza y el amor de aquella anónimas almas que robustecieron la labor del inmigrante”, en 1995.  Exhiben trajes de novias de los años 1909, 1914, 1920… en negro o blanco, “según la moda” y también otros de las últimas décadas de ese siglo.

“Agudizando el sentido del olfato, no resultará difícil percibir el aroma del vino ‘patero’ que emana desde un tonel, donde se almacenaba la estimulante bebida elaborada al final de cada verano, como costumbre de algunas familias.  En otra de las salas se intuye el espíritu de aventura que prevaleció en quienes emprendieron la empresa colonizadora, cuando arribaron a estas tierras con grandes maletas de cuero, en el deseo de encontrarse con un mundo más pacífico y prometedor de estabilidad económica, que lo que a nuestros abuelos les estaban ofreciendo en su Europa natal… También se puede escuchar el sonido de una pequeña campanilla que anunciaba la partida o llegada de un tren, entre otros elementos que conformaban la vieja estación del Ferrocarril Bartolomé Mitre, actualmente Liceo Municipal.”

En julio de 1997 expusieron pequeñas esculturas del artista santafesino Roberto Favaretto Forner, curador, diseñador y docente de la Escuela de Artes Visuales “Juan Mantovani” de la capital santafesina. Presentó tres grupos, trabajos realizados mediante fundición de metales. Desde “La Región”, el sábado 12 de julio de 1997, la directora Olga Banchio de Sánchez destacó que esos logros elevan “el nivel comunicacional entre el patrimonio cultural y el visitante. Es una constante de la actual gestión de gobierno municipal, que se viene desarrollando desde que comenzara junto con la democracia en la década del ’80 y hoy nos sigue acompañando”

Es oportuno reiterar lo escrito por quien acompañó al doctor Doval Fermi en la incipiente organización de ese Museo, porque sus comentarios son semejantes a lo expresado por Rodolfo en reiterados diálogos:

“Resulta muy fácil entender que cada pueblo construyó su historia de acuerdo con el contingente de extranjeros que fueron poblando nuestro suelo, cada vez que algún barco arribaba al puerto de Buenos Aires y abría sus bodegas dejando escapar de sus entrañas todo aquel conglomerado de inmigrantes, ansiosos por encontrar un lugar de paz en donde calmar la sed de progreso y el hambre de sus hijos.

Europa toda -insuficiente para contener a tantas almas desesperadas- nos entregaba importantes grupos humanos sin más pretensiones que, al final sentirse agradecidos, por el solo hecho de haber encontrado una tierra que los cobijara. /…/  No es difícil imaginar, observando un coche para bebé que data de 1900, que los sueños de ese niño y su madre eran muy diferentes de los que se pueden tener en la actualidad…”

Es fundamental que todo museo se mantenga vivo, dinámico, que no se lo catalogue como un espacio frío en donde yacen los objetos mudos o indiferentes.  El museo ha de ser un espacio abierto a la investigación, al reencuentro, al diálogo, a la búsqueda incesante, a la comprensión y a la aprehensión.”

 

La directora Banchio de Sánchez aludió al proyecto de reestructuración interna en las ocho salas, previsto “con la asesoría de un técnico altamente capacitado y, además, muy vinculado al quehacer institucional. En cada una de sus salas se busca resaltar distintos aspectos: así, en el hall de entrada, además de conocer -como manera de distinguir- los apellidos que conformaron nuestra colonia, sabríamos cuál era el bagaje que los acompañaba; en la sala contigua se acomodarían los elementos que acompañaron a la mujer en el hogar; en la sala central se ubicarían las manifestaciones culturales más destacadas; pasando a otra dependencia, se destacaría allí la faceta comercial e institucional; habría una sala íntegramente destinada al creador de este museo y una última habitación dedicada a los ferrocarriles.

Cada objeto estará convenientemente contextualizado, de modo tal que de ellos emane el mensaje capaz de satisfacer y conmover el espíritu del observador.”

En una crónica del sábado 30 de junio de 2001, destacaron que “los restos óseos de un cliptodonte constituyen la principal atracción del museo” y una fotografía de Amancio Alem exhibe esa muestra junto a la responsable directora, Señora Olga de Sánchez.

De la tradicional celebración del Carnaval también hay muestras: vestuario elaborado por artesanas, plumas, adornos metalizados…

(Visitas en grupos: consultar previamente al teléfono 03406 – 480173  ó 480875.)

Lammertyn, Julio Adriano

Julio Adriano Lammertyn nació en Esperanza (Santa Fe), en 1905.

Fue alumno de José Cingolani en la Academia de la “Unione e Benevolenza”; en 1938 obtuvo una beca del gobierno de Santa Fe para perfeccionarse en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” de la Capital Federal, egresando como profesor de pintura.  Excelente retratista, obtuvo medalla de oro en el certamen organizado por la Sociedad de Artistas Plásticos Santafesinos, en 1927 con su óleo “Mi hermanita”.

En el Salón Anual del Rosa Galisteo obtuvo el Premio Gobierno de Santa Fe por su  óleo “La paraguayita” que pertenece a esa pinacoteca.  En 1946 por el óleo “La Criollita” obtuvo el premio adquisición del Museo Municipal de Bellas Artes de la ciudad de Santa Fe. Otros retratos familiares “Adriana Berta” y “Néstor” -su hermano tan vinculado al libro y a las ediciones de los escritores santafesinos-, “Estudiando” y varios autorretratos confirman su sensibilidad porque trasuntan rasgos de sutil belleza.

En 1965 expuso en el Museo Municipal de Bellas Artes de la capital santafesina.

El paisaje del litoral lo inspiró para varias obras y los frutos de la tierra se lucen en diversas naturalezas muertas que con sus colores siguen manteniéndose vivas aunque su traslado a Buenos Aires provocó también una postergación en sus exposiciones porque no envío obras a los salones oficiales.

A fines del siglo veinte, durante el otoño, en el Salón Blanco de la Municipalidad de Esperanza inauguraron una muestra Homenaje a ese destacado “artista plástico hijo de inmigrantes belga-holandeses”.  María de las Mercedes Balangioni redactó la crónica titulada “Una pincelada con historia”, publicada en “La Región” del diario “El Litoral” de Santa Fe el sábado 6 de mayo de 2000 y reafirmó que “ya cuando cursaba los primeros estudios en la ciudad, Lammertyn se perfilaba como un hombre dotado de una profunda vocación artística y era aún muy joven cuando se radica junto a su familia en la ciudad de Santa Fe, donde comienza a profundizar sus estudios sobre arte con el profesor Juan Cingolani, distinguido artista formado en las academias italianas. Julio Adriano Lammertyn continúa su vinculación plástica mediante la asistencia a talleres y el cultivo de la amistad con artistas de la talla de Estrada Bello, Domenichini, Bardonek, y otros grandes maestros santafesinos. /…/  “Como todo creador, no se encasilló en los cánones de las academias, sino que indagó más allá y esta apertura le valió que su discurso plástico fuera valorado, elogiado y aceptado.  A través de este lenguaje de la plástica, Lammertyn supo ganarse el aprecio de jurados y críticos”.  El destacado artista y profesor Oscar Esteban Luna, “manifestaba: ‘…en sus obras, no hay duda, se siente la emoción del color, y lo expresa en fina escala cromática, creando con el juego del claroscuro un ritmo poético que confiere, a la obra una mayor belleza y una mayor sugestión”.

En esa muestra organizada por la Asociación de Artistas Plásticos de Esperanza en el inicio de las actividades del año 2000, expusieron diecinueva trabajos, “un espectro muy significativo de la acción desarrollada con dignidad y coherencia”…

En la fotografía publicada en esa página de La Región: “Norma de Klinger, Adolfo Balangione, Vanesa Lammertyn, Rafael De Pace, Néstor Lammertyn y su esposa Clorinda durante el acto inaugural”, siendo quien está a la izquierda de Néstor, su esposa Nora Zubielqui –Chocha-, preceptora y Jefa de Preceptoras en la Escuela Nacional de Comercio “Juana del Pino de Rivadavia”, en los últimos años antes de su jubilación, encargada de la Biblioteca Popular “Amadeo Ramírez” con sede en el edificio de 4 de enero 2806, donde funcionaba esa escuela y la  Nacional de Comercio “Domingo Guzmán Silva”.

Su hermano Néstor, ingresó joven como empleado en la librería “Castellví” y luego en la empresa de don Virgilio Colmegna, donde décadas después fue el gerente hasta su jubilación.  En ese amplio local de San Martín 2546 exponía obras de su hermano Julio Adriano y en breves diálogos, lo recordaba con evidente emoción.

Rabia, Esteban Pedro

Nació en Rafaela el 8 de junio de 1917.  Cursó los estudios primarios en la Escuela “Sarmiento” y en la Escuela Normal “Domingo de Oro”.  De la Academia “Benito Anduiza” egresó con el título de Tenedor de Libros. En 1934 comenzó a trabajar como auxiliar en el Consejo Escolar de Rafaela y al ser intervenida la provincia y cesar la actividad de esos consejos, ingresó como empleado administrativo en la Cooperativa General de Consumos.  En 1934 empezó a trabajar como ayudante de Contaduría en la Usina Eléctrica Municipal y luego ascendió a Contador, finalmente lo nombraron subgerente desempeñándose hasta 1975. “Ese año ya en Agua y Energía, es adjunto del jefe de Distrito” y obtuvo la jubilación en octubre de 1977 tras cuarenta años de servicio.

Casado con Elba Noemí Ruata, a quien conoció “en una obrita donde ella trabaja y yo apuntaba, ahí empezó el noviazgo”, recordó durante el invierno de 1996 cuando sus hijas Ana María y Alicia Noemí ya eran madres de adolescentes: Carolina (c. 1974) y Martín Esteban (c. 1976)…

De su trayectoria como actor, comentó que en 1947 integró la delegación que representó “La Grieta” en el Teatro Nacional Cervantes y obtuvieron Mención Especial.

Con la dirección de B. Juan Lasserre, ese Grupo de Teatro participó en un concurso nacional y ganó la selección provincial;  obtuvieron el segundo premio, con la puesta en escena de la obra “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona en 1953, siendo uno de los actores principales, lograron representarla quince veces en las principales ciudades de la provincia.  Esteban Pedro Rabbia cuando dejó de dirigir Lasserre, lo reemplazó y representaron varias obras, entre ellas “Una noche de primavera sin sueño” presentada en el Certamen Nacional de Teatro en Paraná, invitados luego para actuar en Buenos Aires. Rememoró que desvinculado del Lasserre, formaron “el Teatro Vocacional “Mariano G. Quirós” y representaron varias obras, con estos intérpretes: Valentina Acastello –luego destacada docente y directora en la Escuela Primaria Provincial Nº 1 “Domingo Faustino Sarmiento” de la capital de la provincia-; Ana Gallo de Maina, Elsa Mergalejo (sic), Ana María Hereñu, Enny Pignoni, Susana Koch, J. Varela Sánchez, Ernesto Zanella, Héctor Molfino, Francisco M. Tosco, José Maina y Francisco Scalengue.  Durante el diálogo con el periodista expresó que “estos muchachos, Scalenghe, los Maina, Muñoz, Tosco, eran todos peronistas y yo pensaba solamente en la institución.  Tanto es así que a mí me afiliaron al partido demócrata cuando ganaron por primera vez la provincia”.

Finalmente comentó que “los traspuntes los hacían Juan A Curiotti y Dante Chianalino”.  Rememoró luego: “En el Centro Ciudad de Rafaela dejamos en el ’52 ó ’53 y después fundamos el otro.  Esperábamos que terminara la función de cine, buscaba a dos o tres muchachos, levantábamos la tela del cine y armábamos para la obra.”

“Llegando a viejo me levanto temprano, a las 7 ó 7 y media.  Hago algunas cosas en la casa, me distraigo, doy vuelta a la cuadra, hablo con Giorgetti Paganini todos los días… vida de jubilado.

(En “La Región” del diario “El Litoral” de Santa Fe,

sábado 6 de julio de 1996, página 7.)

 

Romero, Héctor Romero – Monseñor, Obispo de Rafaela…

Durante el invierno de 1996, desde Rafaela informaron que el Obispo de Rafaela monseñor Héctor Gabino Romero firmó un convenio con el rector de  la Universidad Católica de Santiago del Estero Ingeniero Jorge Luis Feijóo a los fines de avanzar en los diagnósticos y acuerdos necesarios para la creación de una sede de aquella Universidad en Rafaela. La conferencia de prensa se realizó en el Obispado de esa ciudad y destacaron “el interés en aquellas carreras que no cuenta la región, mientras la universidad se compromete a efectuar un análisis poblacional, la identificación de los establecimientos medios y superiores y sus orientaciones en Rafaela y zona”.

 (Suplemento “La Región” del diario “El Litoral” de la capital santafesina. Sábado 6 de julio de 1996, p. 6.)

  Terragni, Antonio Ángel

Nació en Rafaela en 1909.  En 1925 recibió el título de Maestro y sus primeros servicios fueron como “maestro rural” de adolescentes y adultos, en una escuela nocturna.  Profesor de Educación Física en la Escuela Nacional de Comercio. Periodista, escritor y escultor. Entusiasta y solidario, Antonio Ángel Terragni integró diversas asociaciones, entre ellas: Comisión del Círculo de la Prensa, Ateneo Juvenil Rural, Comisión del Jockey Club…  Su esposa: Adelina Bianchi de Terragni. Su hijo Marco Antonio es Doctor en Derecho y en su tiempo libre se dedica al arte fotográfico.

Ella, escribió “Historia de Rafaela” con esta dedicatoria: “a Antonio Terragni esposo y amigo”.  Con la pertinente documentación, afirma que Guillermo Lehmann, el fundador del pueblo, había nacido en Alemania, aunque escritos y testimonios orales equivocados expresan que era suizo.

Amor al terruño…

Dedicó parte de su tiempo libre a la participación en comisiones organizadas con el propósito de impulsar mejoras en la calidad de vida de los pobladores rafaelinos; en la Comisión Pro Monumento a San Martín.

“Definió a su tierra como “esa palabra que es vida, escudo, propósito y destino”.

“Su devoción por su ciudad, Rafaela, le hizo decir: ‘Eres de una íntima simplicidad.  Fuerte, generosa, leal y sincera. He aquí los cuatro puntos cardinales de tu alma”.

De su obra literaria y periodística…

Antonio Terragni tenía una “importante biblioteca” y como periodista en el diario rafaelino “La Opinión” y con la emisora “LT 28 Radio Rafaela”; con diarios de otras localidades: “El Litoral” de Santa Fe de la Vera Cruz, “La Nación” de Buenos Aires…

Dirigió el diario “El Norte” y el periódico “Vida Rural”

Han destacado que “la curiosidad y la vocación periodística llevaron a Antonio Terragni a conocer distintos lugares del mundo: Europa, Japón, África.

A principios de la década del ’80 seguía viajando y durante el invierno europeo, estaba en Alemania.  Allí se generó su Último Desprendimiento, súbitamente, el 23 de febrero de 1982, en Sigmaringendorf, lejos de su terruño y en un territorio donde había nacido el fundador de Rafaela, don Guillermo Lehmann.

1974: “Cielo Verde”.

Antonio Ángel Terragni, publicó relatos con el título Cielo verde.  Aquí, la reiteración de “El remate del tambo”:

“La vida en el campo, el trabajo en el campo, ofrece, como se supone, diversas alternativas.  La familia se arraiga o no en el lugar elegido para la lucha diaria.  Juegan los factores de la conveniencia, de los hijos, de la producción, del tiempo.  En algunos casos se anda cuesta arriba, venciendo dificultades, ejercitando el temple de la voluntad y de la perseverancia.  En otros, se intenta el cambio, la diferencia, lo nuevo.  Cuando el cambio ocurre en el ámbito del campo adquiere una relevancia íntima de adhesión a la permanencia. La gente lo ve bien, lo aplaude o, al menos, lo justifica.

-Héctor deja el tambo. Va criar.  Hace bien.  Como están las cosas no vale la pena romperse el alma…

Si el cambio es para irse a la ciudad a poner un boliche o trabajar en una fábrica o en un negocio cualquiera, la impresión es distinta, el juicio se vuelve severo, condenatorio, las predicciones sombrías.

-¡Pobrecito!… Se va a morir de hambre en la ciudad.  Como Están las cosas hoy en día.  Aquí, por lo menos, saca para la comida.  Allá hay que pensar en otras cosas: el alquiler, el transporte, la ropa… Hace una macana.  Yo se lo dije…

Todos se cuidan muy bien de hablarle así a Héctor, sin embargo.  Les parece malo desalentarlo, agregar más amargura a la que debe producirle el dejar la chacra, abandonar los recuerdos, deshacerse de las cosas queridas, usadas, sentidas.  Perder de vista a las vacas, con las que hubo trato cariñoso, comprensivo, todo los días –mañana y tarde-, durante mucho tiempo y que ‘si hubieran tenido qué comer’ él no iba a dejarlas, a vender todo, a rematar hasta los dos caballos de la volanta… ‘Ah, no!….’

El día de la venta la familia ‘del Héctor’ da vueltas en la calesita de la desazón, mientras mucha gente se reúne cerca de los lotes de herramientas, enseres, muebles y útiles y ‘ofrece poco, muy poco por lo que vale mucho, claro…’

Después de las 14, según reza el ‘boletín’ del remate, empieza la subasta de las vacas.  Primero la ‘Coca’, después la ‘Manchada’, la ‘Paloma’, la ‘Negra’ y en la línea de calidad y producción, todo el lote.  Héctor siente como un desgarramiento íntimo porque ‘las vacas’ son la entidad campesina, vital, excluyente, para él y su familia.  Sin vacas se siente desarraigado, sin voz ni voto para opinar… ‘hasta de la lluvia’.  Es un paria.

Como no queda nadie en el lugar y la noche se le echa encima, a Héctor lo acucia el deseo de irse, de abordar la ciudad, el nuevo paisaje y reflexiona ‘hay que vivir la vida.  Aquí en la chacra no hay nada que hacer’…

Queda de pie en la noche, contando los pasos del alba que viene despacio, alborotando con sus ruidos amanecidos…”

1987: Su nombre en una calle de Rafaela…

Las autoridades municipales mediante la Ordenanza 2194 del 2 de abril de 1987, decidieron imponer su nombre: Antonio Ángel Terragni, a una de las calles de Rafaela. En los considerandos destacaron que “su figura y su obra tuvieron vigencia durante varias décadas del quehacer institucional, periodístico, docente, cultural y artístico de la ciudad, alcanzando relevancia”, como lo ha reiterado la escritora María Graciela Mendoza Rubiolo en su libro “Rafaela y sus calles”.

La calle Antonio Ángel Terragni pertenece al barrio 17 de Octubre, “tiene orientación oeste-este y nace en avenida Ángela de la Casa al oeste y finaliza en Mario Vecchioli al este.  Es paralela a la calle Crucero ARA General Belgrano”.

El día de la aprobación de aquella Ordenanza, se conmemoraba el primer lustro de la Gesta de las Islas Malvinas (02-04 al 14-06-1982) y por ello, del hundimiento del Crucero A.R.A General Belgrano que estando fuera del área de operaciones bélicas como servicio de apoyo sanitario, fue sorpresivamente atacado con misiles de la marina británica.

 

Esculturas…

Desde 1948 se destacó por sus retratos y figuras, obras expuestas en diversas muestras y en distintos museos santafesinos.

Año tras año, en la celebración del 7 de junio “Día del Periodista” se acercan distintas autoridades, quienes ejercen esa profesión y algunos vecinos hasta la plaza donde se destacan dos de sus esculturas: el busto de Mariano Moreno en la esquina de Moreno y 25 de Mayo y “Pesar”, representación de una mujer triste, meditativa…

Otras obras que son admiradas: “Sarmiento”, “Campesino”, “Mario Vecchioli” en homenaje al excelente poeta que proyectó su obra desde Rafaela; “Muchacho”, “Madre”, “Criolla”, “El Piamontés Fundador”; “Mar”, “Primo”, “Batista”, “Pepe Alegría”, “Miguel Gilli”, “Indio”, una estatua de cuerpo entero perteneciente a su hijo Marco Antonio Terragni…

Sala Cultural “Antonio Terragni” en Rafaela…

Al comenzar el siglo veintiuno, avanzaba la organización de la “Sala Cultural ‘Antonio Terragni’ de Rafaela, “un lugar ideado como homenaje a quien dedicara su vida a la educación, el arte, el periodismo y la cultura en general.  Ubicado en calle Brown 233 planta alta, el predio ofrece como primera actividad una muestra de esculturas del mismo Terragni, quien muriera en Alemania hace casi veinte años”, destacaron en la crónica publicada en el suplemento “La Región”  del diario “El Litoral” de la capital santafesina, el sábado 14 de abril de 2001.

                                 Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

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