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1924 – Consejo General de Educación – Presidentes notables.

1924 – Consejo General de Educación – Presidentes notables.

Domingo Guzmán Silva.

Nicanor Molinas.

Isaac Francioni

Presidencia de Juan Arzeno.

El senador Dr. Amadeo Ramírez -abogado y destacado educador-,  representante del Departamento Vera, en la memorable sesión de mayo de 1924 y durante la interpelación al ministro Araya, manifestó:

“Han desfilado por el Consejo de Educación desde que rige la Ley del 86, ciudadanos del carácter, del talento y de la preparación del doctor Pedro C. Reynal; doctor Lorenzo Anadón; Presbítero Gregorio Romero; doctor Jerónimo Cello; doctor Mariano A. Quiroga; doctor Marcial Candioti; doctor Juan P. Beleno; de la austeridad de Nicanor Molinas; Maestros de la suficiencia y del fervor apostólico de Domingo G. Silva, José Amavet, Pedro Garacoche, Isaac Francioni, Segismundo Ramírez, Enrique J. Muzzio y otros no menos caracterizados”.

Manifestó el senador Ramírez que “tan celosos guardianes fueron, que todos ellos estuvieron siempre con la renuncia lista en el bolsillo para presentarla ala primer acto atentatorio a la autonomía, que emanara del poder central”.

Domingo Guzmán Silva

“…esa alma grande y resplandeciente… fue uno de los Presidentes que realizó la más hermosa cruzada educacional que se registra en los anales de la enseñanza de esta Provincia.  Él trazó las orientaciones más sabias y concordantes con los principios fundamentales de la ciencia relativa que se conocen…”  Destacó que “fue un defensor acérrimo de la autonomía escolar” y “no conforme con la relativa que la Ley del 86 acordaba, bregó siempre, no solamente desde su puesto de Presidente, sino también desde su tribuna periodística en favor de la absoluta autonomía” consiguiéndolo “mientras él fue el Director General de Escuelas”.

Expresó el senador Ramírez que “el gobierno del señor Iturraspe fue muy respetuoso de la Ley y jamás produjo un acto que pudiera desvirtuarla, pero la política que todo lo desarticula, cuando el apasionamiento domina el espíritu de los hombres, colocó al señor Silva en situación de entredicho frente al sucesor… optó por retirarse elevando su renuncia.  Es que en Domingo Silva, existía un gran carácter, había en él un hombre de convicciones hechas y sobre ellas no primaron jamás las conveniencias personales.”

Nicanor Molinas

“…fue otro gran Presidente, no por sus condiciones técnicas, sino por su espíritu ecuánime y justiciero, por su discreción en la elección de sus asesores técnicos que lo ayudaron a orientar la enseñanza por el buen cauce, pero más que todo, porque fue defensor severo de la autonomía…  Nunca, jamás, el señor Molinas, consintió el menoscabo de los derechos privativos del Consejo, ni aun ante los avances de la Intervención Nacional que llegó a la provincia después de la caída del Gobernador Crespo” advirtiendo que “esa Intervención, hubiera quebrado la autoridad del Consejo si la Presidencia la hubiera ejercido un simple empleado y no uno de esos hombres que a su cultura exquisita sumaba la energía serena de los fuertes.”  Recordó el senador Ramírez que  el Dr. Romero (ministro-secretario de esa intervención) le había solicitado que “propusiera para el desempeño de un puesto de profesora de música a una persona por la que él se interesaba” y el presidente Molinas se excusó porque “la recomendada no reunía las condiciones requeridas”.  El autoritarismo del ministro se impuso cuando logró ese nombramiento y lo envió “al Presidente ordenando se le diera ubicación en las escuelas de La Capital.  El Presidente Molinas, sin inmutarse pero alarmado por el atropello, dictó al pie de esa nota, que se encuentra en los archivos del Consejo: ‘Pase a la Contaduría para que tome nota, pero no se le dé posesión”; y luego, después, serenamente, fue ante el Ministro a exponerle los consiguientes reparos en la forma cultísima pero enérgica que le era proverbial”.  Aunque el ministro “no encontró procedente tal actitud”, la renuncia “llegó al Interventor, quien, después de imponerse de la Ley Escolar en vigencia, devolvió inmediatamente esa renuncia, con el pleno reconocimiento de las facultades que el Ministro pretendía arrebatarle.  El señor Molinas, así, serena y enérgicamente, supo defender las facultades del cuerpo que presidía.”

Isaac Francioni

Destacó el senador Dr. Amadeo Ramírez acerca de la trayectoria de Isaac Francioni:

“…maestro destacado en las filas del Magisterio y uno de los elementos del foro de mejor valía, desempeñó la Presidencia del Consejo, y desde allí, como buen maestro, reclamó y obtuvo que en el hecho, como a Domingo G. Silva, se le reconociera la más absoluta autonomía al Consejo, algo más de lo que la Ley del 86 le acordaba, y convencido de la bondad de este principio, bregó en sus memorias porque se legalizara esa absoluta autonomía para el mejor afianzamiento de la enseñanza”.  Recordó que “cuando un hecho aparentemente simple se produce en el Gobierno, que entendió violatorio de esa autonomía, respondió al acto con su inmediata renuncia y esa actitud detuvo el avance y se salvaron los principios.  Se trataba simplemente, de que el Consejo había propuesto para maestra a una persona y el Gobierno la sustituyó por otra.”

 

Es oportuno rememorar otro dato que he reiterado del Diario de Sesiones de 1918 – Cámara de Diputados de la Legislatura de Santa Fe.

“En 1918 la Comisión de Investigación Judicial estaba integrada por los diputados Dr. Manuel A. Fernández (Rosario), Dr. Amadeo Ramírez (Vera) y Dr. José M. Carreras (San Lorenzo).  El 23 de agosto de 1918 el señor Pedro Lassaga patrocinado por el Dr. Isaac Francioni, pidió “la formación de juicio político a los jueces de la Excma. Sala, compuesta por los doctores Juan G. Maciel, José M. Passeggi y Juan M. Moscoso’.”

Sabido es que en 1922, se editaron los primeros números de la Revista de la Facultad e Ciencias Jurídicas y Sociales, siendo director de la Biblioteca de esa facultad el periodista Juan José de Soiza Reilly, ad honorem Decano Dr. Pedro E. Martínez, Secretario el Dr. Domingo Sabaté; Delegados al Consejo Superior de la Universidad los Dres. Isaac Francioni y Alcides Greca (titulares) y Dr. Amadeo Ramírez y Agustín Araya (suplentes). [1]

José Amavet

“…es un maestro que goza de grandes y merecidos prestigios en las filas de la familia docente.  Desempeñó dos veces la Presidencia del Consejo y fue Ministro de Instrucción Pública. El hecho que motivó su retiro de la Presidencia durante el gobierno del doctor Mosca… todo el pueblo sabe que fue por no aceptar los principios centralistas del doctor Araya, quien pretendía en toda forma tener, en las cuestiones del Consejo, intromisiones contrarias a la autonomía de ese cuerpo.”  Rememoró el senador Ramírez, que el doctor Araya siendo ministro del gobernador Mosca, “pretendió más de una vez le suscribiera los Decretos” que en esos momentos eran motivo de la interpelación.  En aquella circunstancia, “Amavet y sus colaboradores del Consejo, los maestros Abraham Francioni y doctor José Menchaca, antes de mantener una situación de violencia con el Ministro Araya, prefirieron abandonar sus cargos, elevando el señor Amavet su renuncia al gobernador Mosca… en la que puntualiza bien claramente las causales que la motivaron.”  Resultaba evidente que “Amavet, como sus compañeros del Consejo, fueron también celosos defensores de la autonomía”.

Presidencia de Juan Arzeno

Tras la renuncia del presidente Amavet asumió el señor Juan Arzeno, “malogrado amigo” del senador Ramírez; “viejo Legislador de la Provincia, que había intervenido en la sanción de la Ley del 86” como integrante de la Cámara de Senadores; quien “tampoco consintió en que el Ministro Araya traspasara los umbrales del Consejo sino en uso de las limitadas facultades acordadas por la Ley”.  Esas divergencias habían provocado en varias oportunidades la consulta de Arzeno a su amigo Ramírez, y en consecuencia el senador pudo leer en el recinto ante el ministro interpelado, una nota de fecha 26 de junio de 1923, en la cual el Presidente Arzeno insistía ante el ministro Araya en que “el hecho de que el Consejo estuviera obligado a rendir cuenta documentada, no significaba que para ello tuviera que entregar los comprobantes y los libros ya que el Gobierno tiene la Contaduría General de la Provincia para que cuando llegue esa rendición de cuentas coteje en los libros del Consejo la realidad de las constancias de aquellas”.

Tampoco eran necesarios para Las Cámaras Legislativas, porque la Comisión de Hacienda es “la encargada de trasladarse a la fuente donde ha emanado la rendición y comprobar si ella es el reflejo fiel de la verdad”.   El presidente Arzeno en esa nota, insistía en que el Consejo “administra y dirige la educación pública, con absoluta independencia y sólo debe proponerse los nombramientos de personal al P.E., propuesta sin la cual no puede existir nombramiento legal”.

 

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

[1] Universidad Nacional del Litoral, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Año I – Nº 2 – 3. Agradezco al personal de ese servicio por la atención y colaboración en fotocopiado de páginas, a los fines de completar información en diversos trabajos de investigación histórica. (1992-1993). # En el archivo de biografías, registré este dato: 27 de noviembre de 1947: fallecimiento de Isaac Francioni . / Isaac Francioni desde su juventud participó en los centros universitarios y en las filas de la Unión Cívica Radical.  Fue profesor en la Universidad Nacional del Litoral y dos veces Decano de la Facultad de Derecho dependiente de esa universidad.  Diputado Nacional durante dos períodos. Vocal del Superior Tribunal de Justicia de Santa Fe y presidente del Consejo General de Educación.

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