Durante la Conferencia de la FAO, en 1979, se aprobó la celebración del Día Mundial de la Alimentación, con el propósito de alertar a la población del planeta Tierra acerca de la necesidad de incrementar la solidaridad teniéndose en cuenta que millones de personas padecen por inanición y sabido es que el hambre es una herida que no cicatriza porque mientras hay regiones con derroche de recursos, hay pueblos sin posibilidades de desarrollo por pobreza extrema y desnutrición.
Ya en diciembre de 1980 durante la Asamblea General insistieron en que tal celebración debía alertar a todos acerca de que “la alimentación es un requisito para la supervivencia y el bienestar de la humanidad y una necesidad humana fundamental” y un cuarto de siglo después, las estadísticas demuestran que casi nada ha cambiado, la mortalidad infantil en algunas regiones alcanza índices alarmantes…
Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini