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Juan Gelman Burichson (Buenos Aires, 1930)

Sinopsis: Aproximación biográfica. Obras editadas; opiniones. Publicaciones en diarios. Militancia política: actitudes, consecuencias.

 

Índice:

Sucedió en Villa Crespo…

Tras las experiencias políticas de su padre.

El primer enamoramiento.

1941: primer poema publicado

1943-1947:.

Huellas familiares.

Claves insoslayables.

1954-1955: su vocación periodística.

“Vals de una rosa”.

1956: “El Violín y otras cuestiones”.

1958: nuevas manifestaciones políticas y literarias…

1959 y 1961: “El juego en que andamos” – “Velorio del solo”.

1962: “ Gotán”.

Opiniones.

Esa mujer que se  parecía.

Mi Buenos Aires querido.

Ha muerto un hombre

1963: Antología “El pan duro”.

1965: “Cólera buey”.

Ya que navegas por mi sangre

Resonancias a fines del siglo veinte

1966: vivir entre huracanes.

Gelman entre tornados.

1969: “Traducciones III” – “Los poemas de Sydney West”.

1971: “Fábulas” – Reedición de “Cólera buey”.

1973: “Relaciones”.

Confluencia en “La Opinión”.

Memoria.

1975: guerra civil no declarada.

Gelman y sus seudónimos.

Lamento por los pies de Carmichael O’Shaughnessy

Alejamiento del Partido Comunista.

1976: el secuestro de sus hijos.

“Carta abierta (a mi hijo).

1977: organización del “MPM”.

1978: “Hechos y Relaciones”.

Noticias acerca del nacimiento de su niet-.

Gelman evoca la militancia en “Montoneros”.

La “contraofensiva de los montoneros”.

Lo que se invierte en la militancia.

Texto de una “Segunda Carta Abierta a Juan Gelman”.

1979: “Notas”.

Nota I.

Nota II.

Oración de Caras.

Otra mirada sobre poesías de Gelman.

1980: “Si dulcemente”.

1982: “Citas y comentarios”.

Citas y comentarios.

Aproximación a los místicos.

Con los pies sobre la tierra

1983: “Bajo la lluvia ajena”.

Democracia e incertidumbres.

Presidente Alfonsín: decreto acerca de persecución penal.

1984: “Carta a mi madre”.

Testimonio del hijo-poeta.

1985: justicia lenta, es injusticia.

1987: “Composiciones” – “Eso”.

1988: “Interrupciones I. – Anunciaciones”.

“Interrupciones II”

“Anunciaciones”.

1989: “Carta a mi madre”.

Algunos versos de aquella  “Carta…”.

1990: después del “día de los Reyes Magos”.

1992: “Sonetos”.

1993: “Salarios del impío” – Antología Personal.

1994: “Dibaxu” – “De palabra”.

Poema XXIX (Sefaradí)……………………………………..    Poema XXIX (Castellano).

Poema III (Sefaradí)…………………………………………………    Poema III (Castellano).

Poema VI (Sefaradí)………………………………………………….    Poema 6 (Castellano).

Poema XVII (Sefaradí)………………………………………….   Poema XVII (Castellano).

1995: Carta de Juan Gelman a su niet-.

1997: “Sombra de vuelta y de ida” – “Incompletamente”.

“Prosa de Prensa.

Premio Nacional 1994/97 – Discurso de Juan Gelman..

Gelman… y su nieto.

Juan Gelman: ciudadano ilustre de Buenos Aires.

Acerca de la ‘poesía comprometida’.

Gelman… y su nieto en 1997.

1999: “la resistencia” de Juan Gelman.

2000: ocaso del siglo veinte.

Límites.

La muchacha del balcón.

“En el hoy y mañana y ayer” – Antología.

Juan Gelman recibió el Premio “Juan Rulfo”.

2001: “Valer la pena”.

Músicas.

Fugas.

Fierros.

Muerte de su hermana Teodora: un dolor persistente.

2002: Cartas para apoyar al abuelo Gelman y una causa.

El abuelo Juan encontró a su nieta.

Ecos del Festival de Poesía de Medellín.

Así viajamos

2003: Del perdurable legado de Gelman.

Ausencia de amor.

Oración.

Presencia del otoño.

Preguntas.

Fábricas del amor.

Una mujer y un hombre.

Escribo en el olvido.

Lo que pasa.

Alza tus brazos.

La economía es una ciencia.

Epitafio

Poco se sabe

Qué fiesta la de la alegría nueva

Ofelia

Ruiseñores de nuevo.

Esa mujer se parecía

Arte poética.

Sobre la guerra

Lamento por los pies de Carmichael O’Shaughnessy.

Qué lindos tus ojos.

Incompletamente. 65

Oración de un desocupado.

Cerezas.

Está negra la madera de tu casa.

“Condiciones”.

 

Sucedió en Villa Crespo…

Juan, nació en el barrio de Villa Crespo -en la capital federal de la República Argentina-, el 3 de mayo de 1930 y cuatro meses después, se produjo el primer golpe militar concretado el día sexto, con el apoyo de grupos civiles y así fue derrocado el gobierno del presidente Hipólito Irigoyen (del partido Radical, quien había sido reelecto mediante el voto de la mayoría de los ciudadanos argentinos).

Juan era el tercer hijo de Paulina Burichson -hija de un rabino, estudiante de Medicina en Odessa- y de José Gelman, un obrero ferroviario, carpintero y también comerciante, que había participado en la revolución rusa de 1905 y llegaron al río de la Plata aproximadamente en 1914. El hijo mayor, Boris tenía diecisiete años en aquel momento, y la hija Teodora completaba la familia que necesitó emigrar desde Europa hasta este extremo sur de Hispanoamérica. Todos traían desde Ucrania algunas sombras de temor y una luz de esperanza.  

A fines del siglo veinte, Juan recordó su ascendencia al expresar que tenía “seis o siete años” cuando tuvo su “primer contacto” con lo político: “… Y fue por la guerra civil española. En Argentina, en el barrio en el que vivía, todo el mundo apoyaba a la República. Soy de familia judía, y mi padre estuvo en Rusia en la revolución fallida de 1905. Así que desde pequeño supe de qué lado estaba.”  También ha manifestado que en su hogar hablaban el idioma ruso y que su hermano Boris, leía los originales poemas de Pushkin y también las publicaciones de  Dostoiewsky, Tolstoi”…, también de Víctor Hugo…

Tras las experiencias políticas de su padre…

Mientras Gelman dialogaba con la periodista Chiaravalli, recordó que su padre… “era obrero, no integraba esa inmigración de los llamados rusos blancos, nobles que emigraban porque habían perdido el poder. Mi padre había participado en la revolución del 5, no era bolchevique sino social-revolucionario, y cuando triunfó la revolución del 17, volvió a su país ilusionado. Pero lo que ya estaba pasando en el año 28 en la ex Unión Soviética no le gustó nada y decidió instalarse definitivamente en la Argentina. A mi padre no le gustaba demasiado que yo militara en el partido comunista, porque ya se había quemado, como quien dice. Había puesto mucha esperanza en la revolución rusa y al cabo de diez años, sufrió una decepción enorme. Por eso desconfiaba de las militancias de izquierda. En cambio a mi mamá lo que la preocupaba es que yo volvía muy tarde y no cenaba. Pero no otra cosa. Reproches de madre, ¿no? Tampoco aprobaba que yo fuera poeta. Cuando le llevé mi primer libro publicado, me dijo: ‘¿Y qué plata vas a ganar con esto?’ Pero le daba mucha satisfacción.”

El primer enamoramiento…

Finalizaba el siglo veinte, y durante una entrevista con la periodista Verónica Chiaravalli, Juan Gelman recordó que su hermano Boris le leía poemas en idioma sefardí y que luego, sintió necesidad de seguir leyendo poesías.  Confesó luego: “…Y más tarde, a los nueve años, me enamoré de una vecina de once y quise conquistarla con poemas de Almafuerte. Como su indiferencia era total, tuve que empezar a escribirlos yo. Debo decir que esto no mejoró en nada la situación, la indiferencia se mantuvo, pero yo seguí escribiendo. Sigo escribiendo”.

1941: primer poema publicado…

Juan Gelman logró que en la revista Rojo y Negro publicaran uno de sus primeros poemas de amor que comenzaba con estos versos:

“Al amor, sueño eterno y poderoso, / el destino furioso lo cambié”.

A fines del siglo veinte, el poeta le comentó a la mencionada periodista, que “era un poema de amor imposible, por supuesto” y  recordó que él “compraba esa revista porque allí salían cuentos del Oeste y de detectives. Tenía además dos secciones: la filatélica, donde se establecían canjes, y Los Espontáneos, donde se publicaba cualquier cosa, entre otras, mi poema.”

1943-1947:

Juan Gelman fue alumno del “Colegio Nacional de Buenos Aires” y en ese tiempo empezó a militar en “la Juventud Comunista”.  En su madurez, recordó otras manifestaciones durante aquella etapa de su vida: “Yo era un muchacho de extracción muy popular, un muchacho de barrio. Eso quiere decir que a los quince años yo iba a la milonga con toda la gente del barrio. Así que incorporé el tango críticamente pero de una manera natural, no intelectualmente preconcebida”.

En el ocaso del siglo veinte, Gelman dialogaba con la periodista Verónica Chiaravalli y rememoró que en aquella época, “por un lado, iba al Colegio Nacional de Buenos Aires, donde, a pesar de que había gente incluso de clase media baja, lo que predominaba entre el profesorado era cierta concepción de clase media alta. Por otro lado, hacía la vida del barrio, en Villa Crespo: iba a las milongas en el Trianón, jugaba a los dados… Esa vida de café que ahora parece estar en extinción. Por supuesto que ser poeta era una cosa que tenía guardada para mí: yo a nadie le decía que escribía poesía.”

Huellas familiares…

En distintos reportajes, Gelman fue dejando señales acerca de su infancia y de su formación.   Dijo a la periodista Verónica Chiaravalli: “Mi hermana y yo, sobre todo, recibimos mucho de mi madre. No sé cómo hacía, pero ella juntaba centavito tras centavito y nos llevaba al Colón, al gallinero, aunque fuera una vez por año. Y mi hermano tenía una biblioteca (que yo saqueaba constantemente) con esas ediciones imposibles de Tor, que eran muy baratas pero tenían un número de páginas determinado, y si la novela duraba más, peor para la novela…”

Claves insoslayables

En aquella oportunidad, Juan Gelman volvió a referirse a la influencia que la guerra civil española tuvo en su vida y la de tantos contemporáneos argentinos.

Expresó mientras estaba en un bar porteño: “Yo tenía seis o siete años cuando empezó la guerra, y fue un fenómeno curioso, porque a buena parte de la gente la atrajo el lado republicano. Recuerdo cómo iba todas las noches a la esquina a comprar el diario Crítica para mi papá, que lo esperaba ansioso para seguir el desarrollo de la guerra, o cómo, con los demás chicos del barrio, juntábamos el papel de estaño de los chocolates porque creíamos que con esos papelitos fundidos se harían balas para los republicanos. Y después vino la Segunda Guerra Mundial, empecé la secundaria, y en el barrio y en el colegio el ánimo de mucha gente era favorable a los aliados. Además, empezaron a llegar los refugiados españoles, gente que enriqueció la vida cultural de la Argentina por medio de las grandes editoriales, como Losada, los excelentes traductores que, de alguna manera, complementaron la visión de la revista Sur, porque estos exiliados fueron los que trajeron a Kafka, por ejemplo. Yo leí a Kafka en la Argentina en 1948. En Francia lo empezaron a traducir a comienzos de los 70. El Ulises, de Joyce también lo leí en aquella época y su difusión mundial empezó bastante después en Europa. Todos estos factores, sumados al surgimiento del peronismo y el antiperonismo, impregnaban la vida de mucha gente y empujaron a la participación política a muchos jóvenes. Yo fui uno de ellos.”

En 1948, Juan Gelman comenzó sus estudios universitarios de química, que abandonó al poco tiempo para dedicarse a la poesía y a seguir trabajando como camionero, vendedor de autopartes… hasta que decide ser periodista.

1954-1955: su vocación periodística…

Casi medio siglo después, Gelman mientras dialogaba con la periodista Verónica Chiaravalli, dijo que había elegido ese oficio, “como una forma de vivir de la palabra, algo que con la poesía era imposible hacer”.

Juan Gelman ingresó como redactor en Nuestra Palabra, en el diario comunista La Hora, y fue corresponsal de la agencia china Xin Hua. Integró el grupo de jóvenes que se reunió torno a la redacción de la revista Muchachos y con David Álvarez Morgade y otros poetas, formaron el grupo El pan duro.  Acerca de aquella confluencia literaria y política, se han recordado los nombres de Héctor Negro, Hugo Ditiranto, Julio César Silvan; luego Juana Bignozzi, Navalesi, Mase, Wainer, Harispe, Santirso, De Luca, Hierba, Castelpoggi, Reches.  Empezaron a trabajan con el propósito de organizar la venta anticipada de algunas ediciones y al mismo tiempo, difundir sus obras en sucesivos recitales públicos en clubes y bibliotecas de distintos barrios.  Así fue como en el Teatro La Máscara, se relacionaron con Raúl González Tuñón que ya era un autor consagrado y decidieron nombrar La rosa blindada, a la revista y la editorial que fundaron, por ser el título de uno de los libros del popular escritor.

“Vals de una rosa”

Por algo, el talentoso Gastón Gori –Pedro Raúl Marangoni-, invitó a disfrutar del Intermezzo de las Rosas y dijo: “Es agradable recordar, que en el siglo XVIII aún se utilizaba en Francia una vieja locución que el tiempo ha hecho olvidar y las nuevas costumbres le privaron de su sentido.  Hablar bajo la rosa era una manera delicada de decir que se estaba al amparo de la más íntima reserva, pues la rosa era emblema de secreto y discreción.

‘La fábula antigua o moderna, dice que el dios del amor obsequió al dios del silencio, con una bella rosa, cuando nadie conocía esa flor y era completamente nueva, a fin de que o descubriera las prácticas y conversaciones de Venus, su madre.

De ahí nació la costumbre de colgar una rosa en los salones en los que amigos y parientes banqueteaban y se regocijaban, a fin de que pudieran decir cuánto se les ocurriera con la seguridad que les daba esa rosa, de que sus palabras no serían divulgadas.

He aquí por qué se dice que la rosa es símbolo del silencio y que se está sub-rosa, cuando uno habla en sitio seguro y no hay que temer a los chismosos.)  [1]

Por algoel universalista Gastón Gori, también necesitó escribir:

 

“He visto morir una rosa blanca;

caía

pétalo a pétalo como lágrimas;

la miraba irse en su blancura

y recordaba

gota a gota de agua

sollozada.

¿Porqué, pregunto ingenuamente

morirán las rosas?

¡Tan inocentes

y hermosas!

 

Miré cómo el viento

La destrozaba;

Moría en el aire

En el aire, la rosa blanca.

 

Dije:   –Ayer nacida

Y perfumada

Hoy pétalo a pétalo

Se deshoja en la muerte.

Sólo yo la miraba.

 

Oh, rosa inmaculada

Esparcida muerta en la tierra,

Blanca rosa del alma,

Eras toda armonía

Esplendorosa y vivías…

 

Pétalo a pétalo caías,

El viento los llevaba

El triste viento

De la mañana.

 

Eso he visto.

Como hombre antiguo

Yo suspiraba.

La rosa era blanca.”

                                              

Desde otro plano, también por algoJuan Gelman necesitó escribir:

“No siempre serán estos días una obligada tristeza y perfumará perfumarás vida como la sabia rosa más allá de nuestra precariedad y alumbrará alumbrarás vida como rosa de armonía en infinita provincia de luz / que protege / y calma hasta que la tormenta cebada cribada y negra se pierda de prisa tras la primera luna sin pena ni tampoco gloria vida si que aún entre agonías te prolongas nos invades ¡crece! no te detengas vida y todo corazón que envejece y todo corazón cargado de duelos y fatigas se abrirá a ti les guste o se resistan los perros de su pena y los del odio crece vida continúa rosa crece árbol del rosal entero crece aunque ya no sea mi mano la que te arrime el agua y podrán los cuerpos y sus nombres ser apenas un destello o un humo y podrán las ilusiones estrellarse contra el piso y en la boca secarse las palabras y convertirse en veneno la soledad pero tú vida seguirás con loca dulzura llamando a nuestra puerta seguirás obstinada y obstinada en esta plaza o en aquel jardín quitando las piedras y malezas para la nueva y siempre la erguida/ breve/ humilde y alta la tan fragante tenue muy tenue eterna rosa.”

(En 1955, Gelman pudo concretar otro de sus sueños:  fundó con David Álvarez Morgade, el grupo literario El Pan Duro, cuyos miembros abogaban por una poesía ligada al accionar político….)

1956: “El Violín y otras cuestiones”

En la editorial de Manuel Gleizer, el grupo  El pan duro logró imprimir el primer libro de Juan Gelman, titulado El violín y otras cuestiones con prólogo de Raúl González Tuñón, quien necesitó referirse al  “clima porteño, entrañable” donde generalmente los porteños sienten pasar “galopando una música de tango” que tiene resonancia en la memoria

Acerca de otras cuestiones, Gelman necesitó expresarse así:

 

“Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado

las oraciones que me enseñó la abuela,

pobrecita, ella reposa ahora,

no tiene que lavar, limpiar, no tiene

que preocuparse andando el día por la ropa,

no tiene que velar la noche, pena y pena,

rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,

que me muero de hambre en esta esquina,

que no sé de qué sirve haber nacido,

que me miro las manos rechazadas,

que no hay trabajo, no hay,

bájate un poco, contempla

esto que soy, este zapato roto,

esta angustia, este estómago vacío,

esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre

cavándome la carne,

este dormir así,

bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

tócame el alma, mírame

el corazón,

yo no robé, no asesiné, fui niño

y en cambio me golpean y golpean,

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

si estás, que busco

resignación en mí y no tengo y voy

a agarrarme la rabia y a afilarla

para pegar y voy

a gritar a sangre en cuello.”

1958: nuevas manifestaciones políticas y literarias…

Desde mediados de la década del ’50, nuevos vientos soplaban en Hispanoamérica y Juan Gelman comenzó a sumarse a los adictos a la revolución cubana, censurando algunas actitudes de argentinos miembros del partido comunista y en consecuencia, alejándose del grupo El pan duro.  En 1958 junto a Juan Portantiero, Andrés Rivera y Roberto Honzi pusieron en circulación la revista titulada Nueva Expresión.

1959 y 1961: “El juego en que andamos” – “Velorio del solo”

De aquellos años quedaron señales en el Camino y Gelman recorriéndolo sintió necesidad de expresarse acerca de… el juego en que andamos

 

Si me dieran a elegir, yo elegiría

esta salud de saber que estamos muy enfermos,

esta dicha de andar tan infelices.

si me dieran a elegir, yo elegiría

esta inocencia de no ser un inocente,

esta pureza en que ando por impuro.

Si me dieran a elegir, yo elegiría

este amor con que odio,

esta esperanza que come panes desesperados.

Aquí pasa, señores,

que me juego la muerte.

1962: “ Gotán”

Para la edición de Gotán, se ha reiterado que Gelman agrupó los textos no publicados de nueve libros inéditos, incluyó un poema dedicado a El Che, el comandante Guevara, el argentino, rosarino Ernesto Guevara de la Serna y ya anticipa su nuevo rumbo en lo político.

Hay que tener en cuenta que a fines de la controvertida década siguiente, Gelman logró la edición de Gotán en idioma italiano y también el Premio “Mondello”.

Es ineludible una invitación a la lectura –o relectura- de algunos poemas de Gotán, donde aparecen palabras vulgares y algunas con errores que acusan reminiscencias de la niñez, cuando el lenguaje es casi improvisado y nada se sabe sobre nombres, ni calificativos, menos sobre la conjugación de algunos versos.

 

Opiniones

“Un hombre deseaba violentamente a una mujer,

a unas cuantas personas no les parecía bien,

un hombre deseaba locamente volar,

a unas cuantas personas les parecía mal,

un hombre deseaba ardientemente la Revolución

y contra la opinión de la gendarmería

trepó sobre muros secos de lo debido,

abrió el pecho y sacándose los alrededores de su corazón,

agitaba violentamente a una mujer,

volaba locamente por el techo del mundo

y los pueblos ardían, las banderas.”

Imagine el lector -si dispone de las claves necesarias– como fondo musical de esta lectura la composición de Astor Piazzola titulada Verano porteño

   Esa mujer que se  parecía…

 

“Esa mujer se parecía a la palabra nunca,

desde la nuca le subía un encanto particular,

una especie de olvido donde guardar los ojos,

esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención atención yo gritaba atención

pero ella invadía como el amor, como la noche,

las últimas señales que hice para el otoño

se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,

caían a pedazos la furia, la tristeza,

una señora llovía dulcemente

sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,

con un cuchillo brusco me maté

voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,

él moverá mi boca por la última vez.”

Mi Buenos Aires querido

Desde el exilio, el poeta Juan Gelman seguía evocando a su Buenos Aires querido… y la potencia de la nostalgia generó estos versos:

“Sentado al borde de una silla desfondada,

mareado, enfermo, casi vivo,

escribo versos previamente llorados

por la ciudad donde nací.

Atrápalos, atrápalos, también aquí

nacieron hijos dulces míos

que entre tanto castigo te endulzan bellamente.

Hay que aprender a resistir

Ni a irse ni a quedarse,

a resistir,

aunque es seguro

que habrá más penas y olvido.”

Será oportuno avanzar hacia este “Final” de Gotán

 

Ha muerto un hombre…

 

“Ha muerto un hombre y están juntando su sangre en cucharitas,

querido juan, has muerto finalmente.

De nada te valieron tus pedazos

mojados en ternura.

Cómo ha sido posible

que te fueras por un agujerito

y nadie haya ponido el dedo

para que te quedaras.

Se habrá comido toda la rabia del mundo

por antes de morir

y después se quedaba triste triste

apoyado en sus huesos.

Ya te abajaron, hermanito,

la tierra está temblando de ti.

Vigilemos a ver dónde brotan sus manos

empujadas por su rabia inmortal.”

1963: Antología “El pan duro”

Entre los argentinos se habían producido más golpes y el provisional titular del poder ejecutivo nacional, el católico general Juan Carlos Onganía puso en marcha el Plan CONINTES (para contener la conmoción interna del Estado), siguió la prescripción del Justicialismo y se decretó la del PC, aumentó la población en las cárceles de distintas localidades porque llegaban más presos políticos.

En 1963, los muchachos de El pan duro decidieron publicar una Antología y el prólogo estaba dedicado a Juan Gelman y José Luis Mangieri y Navalesi en ese momento también encarcelados. Incluía poemas de ellos y de Ditaranto, Harispe, Mase, Wainer, Silvain y Negro.  Ese año, a pesar de los acosos, siguieron su rumbo los movimientos y el “Movimiento por la Legalidad Democrática” decidió editar en la capital argentina, algunos textos de Gelman y de otros detenidos, en un cuaderno que titularon Traigo una voz encarcelada.  Al año siguiente, Gelman decidió dejar de militar en las filas comunistas –se dijo que estaba “absolutamente convencido de su derechismo” y se dedicó a trabajar con intensidad en la redacción de La rosa blindada, dirigida por Carlos Alberto Brocato y José Luis Mangieri.

1965: “Cólera buey”

A mediados de la década del 60,  Gelman publicó con el título Cólera buey –editorial La Tertulia, La Habana, Cuba- un conjunto de poemas y seis años después, logró la edición definitiva incluyendo lo que no había publicado de sus nueve libros inéditos tras una selección de trabajos realizados entre 1962 y 1968.   En ese tiempo, trabajaba intensamente como periodista y años después, durante una entrevista comentó:

“…Mis compañeros me encontraban al día siguiente dormido en la máquina de escribir” tras haber escrito “quince poemas en una noche”.

De aquellas noches han quedado algunas señales y más claves:

Ya que navegas por mi sangre…

 

“ya que navegas por mi sangre y conoces mis límites

y me despiertas en la mitad del día para acostarme

en tu recuerdo y eres furia de mi paciencia para

mi dime qué diablos hago por qué te necesito quién

eres muda sola recorriéndome razón de mi pasión

por qué quiero llenarte solamente de mí y abarcarte

acabarte mezclarme a tus huesitos y eres única

patria contra las bestias el olvido”

………………………………………………………………………………..

Resonancias a fines del siglo veinte…

Eduardo Hurtado” desde La Jornada Semanal –el 2 de abril de 2000-, el impactante título Contra la pura muerte señala los caminos de Juan Gelman y reitera lo expresado por Julio Cortazar acerca de ese hombre, “…al que le han segado la familia y que ha visto morir o desaparecer a los amigos más queridos’“.  Hurtado necesitó reiterar algunos versos de Cólera Buey:

“Entre tantos oficios ejerzo este que
no es mío,

como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la
ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
[…]

Nunca fui el dueño de mis cenizas,
mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar
contra la muerte.

Carta a mi hijo

cuerpo que me temblás entrado al alma /
frío que me enfriás / manito tuya
manando sombra / sombra / sombra
¿paro tu deshacerte en algún lado? /

¿te rejunto otra vez? / ¿te apeno el habla?
¿te duelo el nunca? / ¿más? / ¿o nunca más
me mirará hermoseando tu hermosura?
¿descansás de tu piel? / ¿desquerés mucho? /

¿me escuchás / deteniendo tu pasaje
fuera de vos? / ¿carita que solés
iluminarme el animal? / ¿o pena?
¿recorrerme la cielo / como sol?”

1966: vivir entre huracanes…

El 19 de julio fueron publicados en diversos medios, los objetivos políticos de la autodenominada Revolución Argentina conducida por el general Juan Carlos Onganía.:  “Consolidar los valores espirituales y morales, elevar el nivel cultural…

Gelman entre tornados…

Miguel Bonasso como periodista y militante político, estuvo cerca de Juan Gelman.  Ha recordado que “algunos guevaristas, asociados con trotskistas, llegarían a fundar el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)  Pero por otra singular paradoja, los guevaristas más estrecha y orgánicamente ligados al Che terminaron creando una organización peronista.  En noviembre de 1966, cuando ingresó a Bolivia calvo y anteojudo, con un pasaporte uruguayo a nombre de Adolfo Mena González, Ernesto Guevara tenía en mente la Argentina.  Su idea inicial era encender un foco guerrillero en la región de Santa Cruz, para crear, ‘dos, tres Vietman’ en Sudamérica.  Uno en Bolivia, otro en Perú y otro en el Noroeste argentino, donde había desparecido, dos años antes, su compañero y amigo Jorge Ricardo Masetti, Comandante Segundo del fenecido Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP).  Él se había hecho cargo, más adelante, de la columna argentina.” /…/ En Buenos Aires, los contactos de ‘Ramón’ (el Che) se daban cita en la casa de Gregorio (Goyo) Levenson (un ex PC que había entrado con Puiggrós al primer peronismo).  Por allí desfilaban los compañeros de su hijo Alejo” /…/ “No eran los únicos disidentes del PC que se acercaban al Comandante, repitiendo otra sentencia de Cooke:

“En último caso, siempre es preferible ser derrotado o muerto con el Che Guevara, que acertar y triunfar con Vittorio Codovilla.   Sobre todo mucho más alegre.”

Así pensaba el poeta Juan Gelman, que había roto con el PC moscovita de Codovilla para acercarse primero a China y luego al Comandante, a quien había conocido en La Habana, durante la crisis de los misiles.”

(Jorge R. Masetti, nació en Avellaneda el 31 de mayo de 1929, era un periodista –nacionalista-; fundó y dirigió la agencia cubana Prensa Latina y en 1958 había entrevistado a Fidel Castro en Sierra Maestra, para un programa de la porteña Radio El Mundo.)

1969: “Traducciones III” – “Los poemas de Sydney West”

Sabido es que a partir de mediados de la década del ’60, Gelman empezó a relacionarse y a participar en diversas acciones con algunos sectores del peronismo, que en realidad debiera ser dicho del justicialismo, ya que así lo identificaba su creador y líder: Juan Domingo Perón.  Un grupo de aquella juvenil, inquieta e inquietante militancia, se declaraba pertinente al peronismo revolucionario.

En ese tiempo, Gelman fue jefe de redacción de la revista Panorama y publicaba notas en las revistas Primera Plana, Los libros

En la Editorial Galerna de Buenos Aires, imprimieron su libro titulado Los poemas de Sydney West, siendo tal uno de sus seudónimos.   En versos que por momentos se asemejan más al género narrativo, alude a distintos personajes con un lenguaje inventado por su creatividad y por cierto afán transgresor que suele estar insinuado -o demostrado- en sucesivas composiciones literarias. (Se reeditó en 1995.)

1971: “Fábulas” – Reedición de “Cólera buey”

A principios de la década del setenta, Gelman se desempeñaba en aquel momento como secretario de redacción y director del suplemento cultural del diario La opinión, cargos que desempeñó hasta 1973.

Gelman decidió reunir los escritos publicados en Traducciones I y II y Fábulas entre 1962 y 1968, y los incluyo en la segunda edición de Cólera buey.

En 1971 también publicó Fábulas –en edición La Rosa Blindada, donde aparecen algunos personajes imaginarios en situaciones que tienen cierta relación con lo histórico y también con lo político, que es casi inevitable en la trayectoria de Juan Gelman.

(El periodista Miguel Bonasso al escribir sobre lo que según él, eran “los archivos ocultos del peronismo”, expresó que en agosto de 1971, “La Opinión publicó en exclusiva documentos del obispo de Madrid, que revelaban que el Papa Juan XXIII le había levantado la excomunión a Juan Perón en febrero de 1963.  Y el joven periodista Osvaldo Soriano –que todavía no había alcanzado su primera novela, Triste, solitario y final– relataba, en la página de deportes, la visita a la Argentina del magnate brasileño João Havelange, colaborador del gobierno militar de Garrastazú Medici y candidato a suceder a sir Stanley Rous en la presidencia de la FIFA”…   ¡Todo hace “al  todo y al Todo”!…)  p.181

1973: “Relaciones”

Se ha destacado que en esa edición –La Rosa Blindada, Buenos Aires-, aparecen los versos con barras que van marcando el ritmo que el poeta sintió y necesitó trasmitir de esa manera.  En un aparente diálogo se suceden interrogantes y respuestas que a medida que se van leyendo provocan la necesitad de establecer alguna pausa para releer y poder abarcar el significado de cada palabra, de las imágenes…

En 1973, Juan Gelman dejó la redacción de La opinión y asumió como secretario de redacción de la revista Crisis hasta que al año siguiente (1974), decidió trabajar en el diario Noticias que editaba la agrupación disidente Montoneros.

Los montos -como se los nombraba entonces-, enarbolaban una bandera blanca y negra, con dos armas cruzadas -una lanza, tacuara… y una ametralladora- e incluían como insignia no una estrella de cinco puntas sino la estrella federal, como ellos decían…

Durante las manifestaciones, gritaban: “Si Evita viviera, sería Montonera”.

(El 1º de julio de 1974 falleció el teniente general Perón y estaba en su apogeo la guerra civil no declarada entre los argentinos.  Tanto fue así, que el Líder del Justicialismo ya habló de esa guerra cuando retornó a su Patria en 1972.  En esa dirección, es posible encontrar señales insoslayables en Diálogos sin anestesia compartidos con la periodista Any Ventura, con referencia “al papel de la subversión durante el peronismo”:  [2]

“-Ese es un proceso que viene de muy lejos –puntualiza Balbín, sin ánimo de retroceder-, y aquí se interpreta mal. Porque la subversión nace en la derecha con la muerte de Aramburu y no estaba Perón en el Gobierno.  ¿O no sabe usted -manifiesta Balbín a Any Ventura, calándose los lentes- que Firmenich y Abal Medina eran nacionalistas…?  Yo creo que se está alterando la valorización de los hechos históricos.  El tiempo lo va a aclarar fácilmente.

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El 7 de noviembre de 1973, Perón dialogó “con un grupo de periodistas alemanes” y expresó:  “En realidad, nuestro país ha hecho lo posible por hacer desaparecer las fronteras ideológicas.  En este sentido, ya gobiernos anteriores al mío han tomado medidas.   Está dentro de la política argentina el no tomar en cuenta las fronteras ideológicas.”  [3]

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Hay que tener en cuenta que se habían derogado trece artículos del Código Penal -Ley 14394- y que durante el año 1975, los decretos 261 del 06-02; decreto 2770/2771 y 2772 del 6 de octubre establecían las normas del aniquilamiento.  En diciembre de ese año, el Poder Ejecutivo Nacional ordenó a las fuerzas armadas ejecutar las acciones necesarias para aniquilar a la subversión… Evidentemente, confundieron el verbo porque en vez de aniquilar -de restar fuerzas hasta que les resultara imposible seguir actuando-, algunos jefes militares empezaron a exterminar

¡Son heridas que debieran cicatrizar!… pero por algo siguen estando abiertas… casi como las venas de América Latina -si se usan algunas de las palabras correctamente organizadas por el escritor uruguayo Eduardo Galeano.)

   Confluencia en “La Opinión”…

En algunas oportunidades, Gelman ha recordado aquella época de trabajo en la redacción de La Opinión de Timerman, donde también estaba el escritor Osvaldo Soriano.  En aquel tiempo, seleccionaban textos de autores de otras provincias y generalmente como homenaje póstumo los publicaban en las páginas de Cultura –como si no fueran todas de tal calificación, si se tiene en cuenta que cualquiera manifestación humana trasunta la cultura de la persona o de determinado grupo.

(Es interesante tener en cuenta lo expresado por el periodista Miguel Bonasso (n. 1940), integrante del MPM que debió exiliarse y vivió en México durante doce años.  Allí fue corresponsal de Página/12 y presidente de la Asociación de Corresponsales Extranjeros.  Bonasso en su libro El presidente que no fue – Los archivos ocultos del peronismo, cuenta cómo Mario Cámpora le habló por teléfono proponiéndole “en nombre del Tío”, convertirlo en lo que fue: “secretario de Prensa del Frente Justicialista de Liberación –el Frejuli– y recuerda: “Era el lunes 15 de enero y debía ponerme a trabajar de inmediato.  Esa misma madrugada, empecé a redactar un proyecto de estructura y una estrategia para romper el cerco informativo de la dictadura militar”…)

Bonasso refiriéndose al breve período de desempeño del titular del P.E.N. electo el 11 de marzo de 1973 y que había asumido el 25 de mayo, expresó:  “Viví ese período cerca del protagonista, en mi doble condición de militante peronista y periodista de La Opinión, una experiencia editorial sin precedentes, que alcanzó rápidamente el éxito y se convirtió rápidamente en la lectura obligada de la clase política y fuente habitual para las agencias internacionales. Timerman diseñó el nuevo diario con talento, apoyado por un grupo de profesionales de primera línea: los mellizos Julio y Juan Carlos Algañaraz, Horacio Verbitsky y Juan Gelman”…

En las páginas siguientes, Bonasso rememora el tratamiento del doctor Cámpora mientras participaba en alguna reunión, ya que había tardado -dijo- “dos o tres meses en llamarme ‘Miguel’o ‘compañero Bonasso’ para destinarme un seco ‘señor Bosano’o un amigable ‘compañero Bonarazo’, según me viera con el escudo de armas de Timerman o los colores albicelestes de la camiseta peronista.”

Sabido es también que en aquel tiempo, Edgardo Sajón -siendo secretario de Prensa-, era amigo de Timerman y como ha recordado Bonasso, “el matutino orientado por Sajón” el viernes 16 de marzo de 1973 publicó “un artículo titulado: ‘Amigos personales y parientes asesoran a Cámpora” y tras nombrar a varias personas, “sostenía que este equipo asesor, junto con Juan Manuel Abal Medina, ‘estudia las alternativas políticas que se pueden presentar antes y después del 25 de mayo”.

 

Tres años después, Cámpora y Timerman -y tantos otros periodistas y políticos- fueron encarcelados hasta que el Tío por estar enfermo de cáncer logró la autorización para exiliarse en México donde -según relató Bonasso- estaban enfrentados dos grupos uno presidido por el doctor Rodolfo Puiggrós y otro “en cuya conducción colegiada” estaba Esteban –Bebe– Righi, el ex ministro que apenas asumió Cámpora dispuso que salieran de las cárceles todos los presos políticos… Jacobo Timerman, tras ser apoyado mediante una intensa campaña publicitaria, también logró recuperar su libertad…) [4]

 

Memoria…

Gelman a principios del tercer milenio, le comentó a la periodista Verónica Chiaravalli:  “Esto, en realidad lo empezó a hacer Borges. Si lo hizo él, ¿por qué no nosotros? Una vez pasó algo muy divertido. Soriano había preparado una edición especial sobre la literatura de ciencia ficción en la Argentina. Las páginas tenían que irse el viernes a la noche porque el suplemento salía impreso el sábado y se repartía el domingo. Y viene Hermenegildo Sábat, que era el diagramador del suplemento, preocupado porque le faltaban como cuarenta líneas para completar la página y Soriano ya se había ido. Me senté y escribí un cuentito que se llamaba ‘La misión’: unos indígenas que, se supone, están en España ven pasar a quien, se supone, es el Cid Campeador, con un montón de prisioneros encadenados, caminando a orillas del río. Los indios miran y dicen: ‘No, éstos son bárbaros. Mejor nos volvemos’. Lo publiqué firmado por un autor santiagueño. (Y que Timerman me perdone, pero Soriano lo cobró a nombre de este compatriota y con esa plata nos fuimos todos a comer a El Pulpo) Lo curioso fue que, años después, un señor amigo de Soriano, que se dedicaba a hacer estudios y archivos de ciencia ficción, se lo encuentra a Osvaldo en el exilio y le pregunta: ‘Che, ¿qué se hizo de aquel escritor santiagueño que apareció una vez en La Opinión?’ Soriano, muerto de risa, le dijo: ‘No, ese fue Gelman. Había que llenar un hueco y escribió cualquier cosa’. El hombre, con una rabia extraordinaria, fue hasta el archivo, que había logrado salvar con grandes esfuerzos, sacó la ficha del santiagueño y la rompió, mientras se quejaba de mí, indignado: ‘¡Qué tipo poco serio!’.”  Tras esa confesión, la prudente periodista en la crónica escribió: “Gelman cuelga una carcajada en el humo” y él, enseguida había expresado: “Y bueno, era el suplemento cultural, y la mentira es una forma de la cultura.”  [5]

(Así se publicó en el diario La Nación de Buenos Aires, el 10 de diciembre de 1997 tras un informe similar en la “Banda Hispánica” y así está reiterado en una página web… En otro medio periodístico, aparece un relato de Osvaldo Soriano en torno a aquella anécdota: “Hacíamos ficción en la época de La Opinión. Inventábamos autores que acababan de morir y nosotros sacábamos un inédito: generalmente Gelman escribía el texto y yo hacía un itinerario novelesco de su vida. Recuerdo un excelente texto de ciencia ficción que escribió Juan. Alguna vez le pregunté si no pensaba recuperarlo. Es imposible -dijo Juan-; ya lo metieron en una antología en España, si digo ahora que es mío nadie me va a creer, van a pensar que lo robé.”

Esos son los riesgos de la Literatura… y se podría decir que son los a-premios del vivir casi en la ficción… )

1975: guerra civil no declarada…

La desaparición física del General facilitó el avance del lopezrreguismo y las bandas armadas de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).  Gelman seguía combatiendo desde su tradicional frente -con la palabra que aunque no es sangrienta suele contribuir a que haya más derramamiento de sangre o a que terminen las guerras- y al ser amenazado por uno de los comandos apoyados por el entonces ministro de bienestar social, prefirió alejarse del país como lo hicieron otros dirigentes del autodenominado movimiento de montoneros, tras una decisión política adoptada por la mencionada agrupación.

(Se ha recordado que en ese tiempo, el poeta Gelman “inicia un largo camino musical donde suma su poesía a la música de Juan ‘Tata’ Cedrón. Pero no es fácil cantar algunas cosas en este país. Por eso en 1975, cuando era buscado por la Triple A de López Rega, se va a un largo exilio que le duraría hasta cinco años después de entrada la democracia, cuando finalmente le levantaron un absurdo pedido de prisión, resabio de la dictadura.”)

A pesar de tanta incertidumbre, ese año Gelman se dedicó a la difusión de Obra poética  y mientras estuvo en Roma, trabajó para la agencia de noticias Inter Press Service.

Gelman y sus seudónimos…

En aquel tiempo, Gelman necesitó utilizar algunos seudónimos -John Wendell, Yaminokuchi Ando o Sidney West-, hasta que llegó a decirle al mundo:

“El exilio produce una profunda sensación de desamparo, de vivir a la intemperie”

En consecuencia, entre los lectores hubo algunas confusiones y relató ante un periodista:  “Yo publicaba los poemas firmados con el seudónimo y abajo ponía que la traducción era mía. Y ocurrían disparates. Un compañero, por ejemplo, me dijo: ‘He contrastado tu versión de los poemas de Sidney West con los originales y te quedaron perfectos’.   El caso es que a los del partido comunista no les gustaron. Yo ya los había dejado y entendieron como una traición que yo hablara de Old Park o Dakota y no de Argentina. Y, fíjese, considero que esos poemas son los más porteños, los menos universales.”

Es interesante leer –y releer- estos versos incluidos en los Poemas de Sydney West, con el original lenguaje de Juan Gelman:

Lamento por los pies de Carmichael O’Shaughnessy

 

“carmicahel o’shaughnessy mi dios

con el camino en la mano era un planeta

girando y girando en la mañana cerrada

como cubierto de lirios y de trigos

¡ah carmichael!

qué grandes fierros le crecían en los pies

cuando se andaba al gallo primo cantor

y al segundo callado

a carmichael se le caían pedazos

de rabia pura de la cara

que iba dejando como árboles

que crecieron como árboles al costado del camino

no pájaros no vientos no señoras

les movían las ramas sino

años de mal amor y desgracia

años en que el amor viene mal

o mal y triste y destrozado como

la margarita que besó el león

a la solombra del atardecer

donde carmichael lloró un poco

por abajo por arriba por la ventanita

que nadie abre iba carmichael

con el camino en la mano como

paquete del dolor

hasta que un día los pies se le pusieron verdes

áhi carmichael paró

ya rojo ya mitad ya parecido

y dulce fue su desventaja

toda la sombra que cae de carmichael o’shaughnessy

pega en el suelo y se va al sol

pero antes canta como dos pechos de mujer

o sea canta canta”

Alejamiento del Partido Comunista…

En torno a su alejamiento del PC, durante la misma entrevista el perseverante Gelman dijo: “Ya antes de salir del partido comunista tenía claro que las cosas no marchaban en la Unión Soviética. Cuba estaba mucho más próxima, pero tampoco las cosas han ido bien. Es más difícil entender qué pasa con China. Lo que sigue siendo un enigma, y el gran problema, es cómo construir una democracia con participación de la gente. Eso es algo que está por inventar.”

Décadas después, Juan Gelman durante un diálogo con un periodista reconoció que “todo ese dolor ha pasado a mi literatura, pero en el exilio no se puede participar en política. Salvo de manera muy general, siendo solidario”.

Es interesante tener en cuenta lo expresado por Miguel  Correa Mujica, desde la Revista de Estudios Literarios de la Universidad Complutense de Madrid, acerca de este incisivo poeta argentino: “El discurso poético de Juan Gelman se distinguió desde el comienzo por un radicalismo avasallador. Era la suya una poesía peligrosamente atrevida en sus planteamientos más esenciales, una sentida inconformidad, una suerte de grito a todo pulmón, a pesar de las consecuencias que el gritar de ese modo podía acarrearle al autor. No es de extrañar que Gelman fuera a la cárcel por lo menos en dos ocasiones. También conocería, años más tarde, el exilio.”

1976: el secuestro de sus hijos…

Juan Gelman sabía qué estaba pasando en su país natal: sus hijos Marcelo Ariel de veinte años y Nora Eva de diecinueve; su nuera María Claudia Irureta Goyena de la misma edad, embarazada de siete meses, estaban militando cuando fueron secuestrados el 26 de agosto de 1976. Ese año, Juan había ingresado clandestinamente al territorio argentino y comenzó a vivir un continuo martirio, porque primero estuvieron detenidos y después, sólo apareció su hija; en vano intentó saber qué pasó con los cadáveres de su hijo muerto con un tiro en la nuca, ni dónde terminó su nuera después del nacimiento de su hija en el hospital militar de Montevideo, dado que en ese tiempo se realizaba el Operativo Cóndor con apoyo de los gobiernos chileno y uruguayo.

(Investigaciones posteriores han revelado que Marcelo Ariel estuvo secuestrado en el lugar de torturas conocido como “Automotores Orletti” y lo ejecutaron por la espalda, el 13 de octubre a la noche, día de San Eduardo…   Declaraciones durante los procesos iniciados en 1983 cuando el escritor Ernesto Sábato presidió la Conadep –comisión nación de desaparecidos-, revelaron que como sucedió en otros casos, al cadáver lo ocultaron en un tambor de aceite y lo arrojaron al canal de San Fernando…)

El periodista Horacio Verbitsky ha comentado que las denuncias públicas de Juan Gelman contra el terrorismo del Estado argentino, fueron determinantes de las primeras declaraciones de repudio de destacadas personalidades de distintos continentes, en una publicación del diario francés Le Monde con la adhesión de Olof Palme y François Mitterrand, presidente francés.

Comenzó así un período de viajes continuos porque Gelman estaba un tiempo en Roma, otro en Madrid, viajaba a Centroamérica, a Managua y de allí se trasladaba a París o nuevamente más hacia occidente, vivía en Nueva York y México, lugar de su exilio casi definitivo.  Había logrado ser traductor para la UNESCO  al ser el segundo seleccionado entre trescientos inscriptos para tales funciones.

“Carta abierta (a mi hijo)

Quién sabe durante cuántas noches de “fértiles insomnios” -como solía decir Eduardo Mallea desde La Nación-, quién sabe con cuantas lágrimas contenidas y temblores no disimulados, Juan Gelman necesitó y pudo escribir esta carta abierta “XVII”…

“no quiero otra noticia sino vos / cualquiera otra es migajita donde se muere de hambre la memoria / cava para seguir buscándote / se vuelve loca de oscuridad / fuega su perra  arde a pedazos / mira tu mirar ausente / espejo donde no me veo / agozás esta sobra / crepitás / sudo frío cuando creo oírte / helado de amor yago en la mitad mía de vos / no acabo de acabar / es claramente entiendo que no entiendo”

1977: organización del “MPM”…

Algunos periodistas han reiterado que “el 23 de abril de 1977 se anuncia la creación del Movimiento Peronista Montonero de resistencia a la dictadura argentina, al que adhiere Gelman” y desde entonces, se ha dicho que “la dirigencia de Montoneros retoma muy claramente su línea militarista y propone la incalificable ‘contraofensiva estratégica’.

1978: “Hechos y Relaciones”

Juan Gelman en el período 1974-78 compuso poemas en torno a distintos “hechos” y luego los publicó en Barcelona -editorial Lumen, 1980-, siendo el primer libro editado durante su exilio.  En esos versos revela su incertidumbre ante diferentes combates, la angustia por todos los que van cayendo en sucesivas batallas, en cualquier calle o casa de cualquiera ciudad…

No ha sido por casualidad que haya necesitado expresar:

 

“Mientras el dictador o burócrata de turno hablaba

en defensa del desorden constituido del régimen

él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro

entre una piedra y un fulgor de otoño

afuera seguía la lucha de clases

el  capitalismo brutal

el duro trabajo

la estupidez

la represión

la muerte

las sirenas policiales cortando

la noche

él tomó el endecasílabo y

con mano hábil lo abrió en dos cargando

de un lado más belleza y más

belleza del otro

cerró el endecasílabo

puso

el dedo en la palabra inicial

apretó

la palabra inicial apuntando al dictador o burócrata

salió el endecasílabo

siguió el discurso

siguió

la lucha de clases

el capitalismo brutal

el duro trabajo

la estupidez

la represión

la muerte

las sirenas policiales cortando la noche

este hecho explica que ningún endecasílabo derribó hasta

ahora a ningún dictador o burócrata aunque

sea un pequeño dictador o un pequeño burócrata

y también

explica que

un verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor

de otoño o

del encuentro entre la lluvia y un barco y de

otros encuentros que nadie sabría predecir

o sea

los nacimientos

casamientos

los

disparos de la belleza incesante.”

Noticias acerca del nacimiento de su niet-…

En 1978, Juan Gelman por intermedio de un sacerdote de la Secretaría de Estado del Vaticano se entera de que su nuera había dado a luz en un campo de concentración.

A fines de aquel año, decidió abandonar el Movimiento porque no toleraba “verticalismo militarista” y lo manifestó desde las páginas del diario francés Le Monde en febrero de 1979, generándose una inmediata reacción entre los montoneros porque para ellos era un traidor y en consecuencia, lo condenaron a muerte.

Con tal estado de ánimo, empezó a trabajar para la agencia de noticias Nueva Nicaragua.

Gelman evoca la militancia en “Montoneros”…

Tras abandonar su militancia en el PCA –partido comunista argentino-, Gelman decidió integrarse al autodenominado movimiento montonero y dos años después, decidió viajar a Europa “para hacer tareas de solidaridad, porque ya la cosa con la Triple A. Se había puesto muy fea, muy dura.”  Ya en febrero de 1979, decidió seguir otro rumbo.  En Buenos Aires, desde el diario La Nación se difundieron algunas declaraciones de Gelman vinculadas a ese otro proceso de la década del ’70.    Reunido en un bar porteño con la periodista Verónica Chiaravalli, dijo: “A partir de 1973, Montoneros cometió una cantidad de errores muy graves y comenzó el exilio. Además, como se consideraba una organización política y militar (y más militar que política) adoptó una verticalidad absoluta y actitudes hasta ridículas. Por ejemplo: en cierto momento Firmenich y compañía decidieron que había que usar uniforme. Imagínese que alguien, caminando por la calle con ese uniforme (suponiendo que alguien hubiera, porque a esa altura, en 1978, la organización estaba casi destruida), sería reconocido. El uniforme consistía en una camisa celeste con estrellitas en los hombros para los grados y vivos en el cuello, como las del Ejército Argentino, con la diferencia de que las estrellitas de Montoneros no eran de cinco puntas sino de ocho (la estrella federal), y en el cuello llevaba cruzadas una tacuara y una ametralladora. Por otra parte, al comienzo, los grados en la organización eran del tipo grupo guerrillero. Pero en el exilio empezó a haber una asimilación con los grados del Ejército Argentino. Lo más ridículo era que en el exterior también había que andar de uniforme. Y hubo cosas notables. Uno tenía que reunirse en Madrid con ese atuendo, pero como no iba a caminar por la calle de esa manera, se llevaba los implementos a la reunión, y antes de empezar y al terminar, había cinco minutos de vestuario”.

Rememoró luego: “Un grupo de nosotros decidió irse cuando la conducción planteó esa locura que fue la contraofensiva militar, que condujo a la muerte a la mayoría de la gente que participó en ella. La contraofensiva se basó también en la gente que estaba en el exilio: muchos que querían volver como fuere, otros que pensaban que la situación de Montoneros no era tan grave en la Argentina, porque la conducción mentía en grandes cantidades. Yo recuerdo un editorial publicado en Evita Montonera que decía que la dictadura era un boxeador grogui al que bastaba dar un par de cachetadas para tirarlo en la lona, lo cual venía a ser una caracterización boxístico-política ligeramente equivocada. Yo había entrado clandestinamente en la Argentina en 1978 para hacer ver a unos periodistas extranjeros lo que estaba pasando en el país, y entonces vi que la organización prácticamente ya no existía. En ese contexto, me pareció una locura largar la contraofensiva. Como el exilio estaba bastante disperso, los que decidimos irnos publicamos una declaración en Le Monde que sirvió de punto de referencia a muchos compañeros, que entonces decidieron no participar en ese delirio y así salvaron la vida.”

La “contraofensiva de los montoneros”…

Cuando la periodista Chiaravalli le pregunto si él “era parte de la conducción de Montoneros”, Gelman respondió: “No. Nunca lo fui. Mire, los montoneros habían creado una fachada que se llamaba Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero. Yo estuve ahí como secretario de prensa para Europa. Pero, aparte de que ese cargo dentro del Consejo tampoco era determinante, el control efectivo de ese organismo lo tenía la organización propiamente dicha. Y yo nunca estuve en la conducción de la organización propiamente dicha ni tuve grados superiores. Los que determinaban la política de la organización y también de ese Consejo eran Firmenich, Vaca Narvaja, etcétera.”  Consultado acerca de si “no tenía ningún poder de decisión”, contestó: “No, en absoluto. El único poder que tenía era el de tirar la bronca y criticar. Yo era bastante discutidor y eso no gustaba mucho.”  La periodista, interesada por iluminar un poco aquella tenebrosa historia de los argentinos, de los hispanoamericanos, le preguntó: “-Le dijo a Firmenich que la contraofensiva le parecía una locura?” y enseguida Gelman dijo: “Eso era imposible, por la verticalidad y el militarismo. La conducción decidía y los demás, obedecían o no. Llegados a ese punto, decidimos no obedecer.”

La periodista, tras la reiteración de tal respuesta, necesitó describir el momento que estuvieron viviendo y las con-mociones que durante esos minutos compartieron.  Anotó: “Ahora la distancia se acorta. Gelman ya no evoca, como quien suelta gotas de su juventud en el pocillo de café ajeno, dejando que la voz resbale espesa por el cigarrillo. Esto le importa. Quiere ser claro. Es claro. Tensa la espalda y planta los brazos sobre la mesa como un león alerta. Por momentos las manos avanzan, probablemente sin que él lo advierta, rozan en vuelo leve la espiral del cuaderno donde hay preguntas escritas. Tocan el papel, apenas la tinta seca. Como si todas las respuestas se concentraran de pronto en las puntas de esos diez dedos que ahora se mueven ciegos y sensibles, como nervios al desnudo.”   El poeta siguió hablando: “En el 73 se suponía que lo que se abría eran vías de discusión política pacífica. Yo, por lo menos, lo supuse, y era así. La organización, entonces, estaba instalada en las villas, en sectores obreros, profesionales, en la juventud. Eran centenares de miles que no pertenecían directamente a Montoneros. Pero ahí es donde empezaron las grandes macanas, porque la derecha peronista fue muy rápida y, con la Triple A, empezó a matar compañeros. La respuesta fue hacer lo mismo, y eso no era lo mejor, eso no era lo mejor… Yo discutí esa posición, pero no tenía poder de decisión. Además, en el año 74 la organización decidió por su cuenta pasar a la clandestinidad, cuando, en realidad, todavía existían caminos por recorrer desde el punto de vista de la discusión política: había diputados nuestros en el Congreso. Al pasar a la clandestinidad, perdóneme la expresión, la conducción dejó con el culo al aire a toda esa gente que estaba dando la cara y que hasta el momento era absolutamente legal. La organización tenía medios para cubrirse (no se olvide del secuestro de los Born, había 60 millones de dólares), pero a los demás, los dejaron al descubierto. Esto produjo muchas bajas. Muertes, quiero decir. Ahí empezaron los desastres.”

(Quienes algo saben acerca de aquella época de terrorismo en la Argentina y quienes leyeron en 1991 diversa información acerca de la relación amistosa entre Jorge Born y Roberto Gabriel Galimberti –el loco Galimba-, tan comentada por distintos medios de comunicación, quizás en vano intenten encontrar las claves necesarias para iluminar esa intrincada maraña de intereses creados.  Tampoco podrán desatar el nudo gordiano que hizo posible tales relaciones interpersonales en diferentes empresas

En el año 2003, anuladas las leyes denominadas de Punto final y de Obediencia debida, desde juzgados federales se ha ordenado la apertura o continuidad de diversas causas y entre ellas, una relacionada con esa contraofensiva montonera.  Se ordenó la detención de Mario Firmenich cuya última residencia era en España, donde en estos últimos años sigue trabajando el juez Baltasar Garzón para acumular pruebas sobre la responsabilidad de quienes estaban en la otra vereda: algunos jefes militares del ejército argentino

Firmenich está prófugo, dicen por distintos medios.  No se lo encontró en la península hispánica…

¡Así estamos!…)

Lo que se invierte en la militancia…

Sin que la periodista lo interrogara, Gelman necesitó plantear –quizás plantearse una vez más-, este interrogante: “¿Por qué uno permanece en una organización a partir del momento en que empiezan los desacuerdos? Creo que, en primer lugar, porque uno invierte mucho en la militancia, desde el punto de vista ideal, espiritual, intelectual, de tiempo… Cuesta dejar eso. En segundo lugar, lo que se veía en aquellos años (aunque muy pronto se empezó a ver que no iba a ser así) era que, por la influencia y la simpatía popular que tenía, Montoneros podía abrir un camino diferente del que proponía Perón y del que proponía la derecha peronista. Y, en tercer lugar, siempre (al menos durante un tiempo) existe la esperanza de que las cosas cambien. Además, el hecho de que mataran a los compañeros no ayudaba a abandonar la lucha, porque esto uno también podía sentirlo como una traición a su memoria. Por otra parte, la organización era bastante anárquica, producto de la incorporación rápida de miles de personas que llegaron por simpatía pero que, en general, no tenían una formación política, digamos, de cierto nivel. Se iba juntando gente de extracción ideológica diferente y la conducción no hizo síntesis de todos esos elementos. Fue una organización sincrética.”

Después, expresó: “Yo me equivoqué, como tantos otros. Pero tampoco siento culpa por eso. Creo que la culpa puede ser un sentimiento cómodo: más bien hay que sentirse responsable en la medida en que a uno le tocó ser responsable. Por otra parte, los ideales que me movieron a militar siguen en pie. No he perdido la creencia en la necesidad de un mundo más justo.”

Texto de una “Segunda Carta Abierta a Juan Gelman”

En torno a aquellos años de militancia política, se han sucedido denuncias y contradenuncias, se han publicado cartas y réplicas… Entre tantas, en la red de redes han quedado atrapadas algunas declaraciones,  entre ellas las de Alberto Nadra quien expresó:

“…es Gelman quién admitió “la fea jugarreta que me hizo la memoria”(16/7), cuando irresponsablemente acusó de cómplice de la dictadura a un dirigente de la APDH. Para reparar algo de mi poca lectura y peor memoria, me remite, con indicación de las páginas correspondientes, al libro ‘Soldados de Perón. Los Montoneros’, de Richard Gillespie.” /…/  Afirma luego que “efectivamente Gelman era dirigente del Movimiento Peronista Montonero, que su ruptura fue en 1979, en lugar de 1978 como informa erróneamente, y que con su compañero de disidencia, Rodolfo Galimberti, se co-apropiaron de 68.750 dólares. ¿Cual parte debo recordar? Me informa que por ello sufrió ‘una grotesca condena a muerte por la conducción’ de Montoneros, pero omite decir que fue en virtud del ‘Código de Justicia Revolucionaria’, aprobado y aplicado por la organización desde octubre de 1975, en democracia y casi 4 años antes que Gelman la abandonara. Nuevamente minimiza la real lucha antidictatorial, dejando fuera a dirigentes políticos, sindicales y sociales, sacerdotes y aún obispos, que se jugaron -y algunos fueron asesinados- en esos años, aunque no haya sido con los objetivos y la metodología al gusto de Gelman.”   En los párrafos siguientes, Alberto Nadra manifiesta: “Nadie ocultó a nuestros mártires para exhibirlos ahora ‘obscenamente’, como Gelman acusa con hiriente falta de respeto al dolor ajeno. Peleamos por todos y cada uno de ellos, rescatamos a muchos, e hicimos nuestra propia investigación durante la dictadura, bastante antes de la CONADEP. Por eso pudimos llevar a la justicia a varios jerarcas militares, cuando aún no se soñaba con el famoso Juicio. En medio de tantas injurias a tantos, finalmente Gelman nos descubre la razón de su particular rencor con Fernando Nadra. Lo que todavía no digiere es su debate con las organizaciones armadas en los ‘70, muy distinta de la caricaturización de ‘los dos demonios’. El debate que Nadra realizó con el seudónimo de ‘Polemos’ -como Gelman, al menos por una vez, bien recuerda-, ganando a muchos más que los 100 jóvenes que él nos asegura haber salvado al separarse de Montoneros. Tampoco perdona, y lo reconoce, que muchos luchadores de diversas organizaciones, no hayamos elegido la ‘Resistencia’ armada, y menos cuándo, dónde y cómo Gelman lo consideraba apropiado. Tal vez pretendía que apoyáramos el asesinato -¿o debo decir ejecución?- de Mor Roig, de Rucci, el ataque al cuartel de Formosa o el pase a la clandestinidad, para solo citar las acciones realizadas bajo un gobierno elegido por el pueblo, agudizando aún más la condición de blancos móviles que ya tenían para las ‘Tres A’ y demás bandas los compañeros de los movimientos sociales. Todo esto es muy anterior a su separación de Montoneros. En su recomendado libro-reportaje con Roberto Mero, realiza fuertes críticas a sus ex-compañeros, pero casi a título de observador externo, y aún no encuentro -tal vez Gelman pueda ayudarme con más sugerencias de lecturas- su autocrítica personal al respecto. ¿O hay algún párrafo que mi insuficiente apego a la letra escrita me ha impedido ver?. De paso corrijo otra de sus tan concluyentes como erradas ‘denuncias’: ‘Polemos’ no apareció después del golpe, por la sencilla razón que ‘Nuestra Palabra’, el periódico que mi padre dirigía, fue prohibido y su edificio, ocupado, acribillado por centenares de balazos en la madrugada del 24 de marzo. Fecha nefasta que corporizó el ‘fantasma’ de golpe de estado, aquel que tomaban en broma, cuando no consideraban útil para agudizar las contradicciones. No pretendo castigar aún más su memoria, pero pese a su afirmación, Fernando Nadra recién se incorporó al secretariado del PC a fines de 1982, en los últimos días de la dictadura. Tampoco acierta/n su/s informante/s cuando le hace decir que fui secretario de Athos Fava, y menos en esa época. Pasé al PC, al que luego renuncié, recién en 1985, pero para contribuir a la redacción de la mayoría de sus informes y discursos, sobre todos los que iniciaron la dura autocrítica de ese partido en 1986, junto con una propuesta de unir a la izquierda y los sectores progresistas. ¿No le comentaron que también cuento con varias condenas a muerte, entre otras cosas por transmitir múltiples denuncias desde la corresponsalía de Prensa Latina en Buenos Aires, entre ellas la carta de Rodolfo Walsh a las Juntas o las revelaciones del ANCLA, para citarle algunas de su consideración?. ¿O de mi contribución a la acción que a días del golpe organizaron ‘cómplices’ como Víctor Vázquez o Mario Marrero, aún desaparecidos por dirigir el heroico ‘trabajo a tristeza’ en ferrocarriles y automotrices, cuando las huelgas estaban prohibidas?. ¿Nada del reconocimiento que me otorgó la Organización Internacional de Periodistas en 1978, por mi defensa de los derechos humanos en el país?. No reacciono ‘desde el lugar de hijo’, como subraya para disminuir mis argumentos, sino como protagonista reconocido de aquellos años, con lo bueno y lo malo que me toca. Finalmente, y pese a la pobreza que Gelman adjudica a mis lecturas, me atrevo a diferir acerca de la imagen que las suyas le dieron de los dioses griegos: no todos eran jóvenes y bellos como cree, pues los había bastantes feos. Eso si, casi todos eran soberbios, rencorosos, crueles y arbitrarios…   Alberto Nadra”

En el tercer año del tercer milenio, todavía no han cicatrizado esas heridas…

¡Así estamos!…

1979: “Notas”…

En 1979, Gelman publicó sus poemas que se asemejan a Notas –versificadas-, una vez más la confirmación de que lo político sigue siendo el núcleo del conflicto interior que lo impulsa a escribir en tal sentido.  Hay nombres de personas que aparecen con minúsculas, sin el propósito de desvalorizarlos sino probablemente porque los considera comunes, cercanos y cotidianos en el intento de una revolución imaginada…  Si ese “paco” es Urondo; si “rodolfo”  es Walsh; si “haroldo”  es Conti; si “diana” no es un toque de clarín matutino y tampoco una diosa de la mitología; si “jote” no es una especie de buitre chileno negro con un cuello violáceo… son cuestiones que se podrán discutir, pero cuando Gelman dice: te nombraré; te pisaré, te mataré… es insoslayable que está bordeando la cornisa de la furia vengativa, del rabioso odio… Por algo, necesitó escribir estas Notas:

Nota I

“te nombraré veces y veces.

me acostaré con vos noche y día.

noches y días con vos.

me ensuciaré cogiendo con tu sombra.

te mostraré mi rabioso corazón.

te pisaré loco de furia.

te mataré los pedacitos.

te mataré una con paco.

otro lo mato con rodolfo.

con haroldo te mato un pedacito más.

te mataré con mi hijo en la mano.

y con el hijo de mi hijo

muertito.

Voy a venir con diana y te mataré.

voy a venir con jote y te mataré.

te voy a matar

derrota.

nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez.

vivo o muerto

un rostro amado.

hasta que mueras

dolida como estás

ya lo sé.

me voy a matar

yo

te voy a matar.”

Nota II

ya que moría mañana

me moriré anteanoche

con un cuchillito fino

voy a cavar el 76

para limpiarle las raíces a paco

las hojitas a paco

clavado al suelo como una mula rota

gente que me quería ayudar

después le toca al 77

para encontrar los ojos de rodolfo

como cielos terrestres

fríos fríos fríos

diseminados por ahí

mirada vacía ahora

va a haber que trabajar

limpiar huesitos

que no hagan

negocio con la sombra

desapareciendo / dejándose ir

a la tierra ponida sobre

los huesitos del corazón

compañeros denme valor

la sombra vuela alrededor

como un objeto en mi pieza

ni remedio que la pueda parar

ni corazón ni nada

ni la palabra nada

ni la palabra corazón

compañeros

compañeros.”

En 1980, Gelman terminó otro conjunto de poemas y los publicó ocho años después en la Editorial Nuevo Reino.

Oración de Caras

“bondad verdad belleza dijo
son las tres caras de Dios dijo
y se le caía una luz
de la memoria la mitad
donde Dios era como muerte
que persuadía al niño para
que corriera a la selva en traje
de 780 años
o como-cuando sedució
a la comtessa de día alta
que sus graves penas pasó
por no entregar querer o amor
y ese fue su más grande yerro
en el lecho o cuando vestida
se miraba bajo la tela
el brazo solo el brazo oscuro
que no fue almohada para nadie
y se secó y trajo el otoño
y los días se le cayeron
como hojas que crujían y
parecían padecimientos
y nunca más las dulces cuitas
ese leopoldo marechal
bondad verdad belleza dijo
y se le caía una luz
y las mentiras viajan 100
años y jamás llegan la
verdad revela que es mejor
decir la verdad y morir
y leopoldo se murió
no furioso contra los que
lo orinaron vivo y sangrante
o le pisaron el gran pájaro
que cantó y saltó como vivo
toda la tiempo que viviera
o le echaban en la mitad
tierrita sucia que les sobra
cada vez que la boca abren
ya que los polvos de la mundo
se depositan en algún
sitio o lugar y ciertamente
hay hambre por toda la cielo
se bajan a matar espadas
alzan un viento de caballo
eh don leopoldo marechal
por sus dos tiempos transcurrió
lo vestía como una túnica
tejida por el pueblo a
los buenos bellos verdaderos
que amasan pan atrás de todo
o dan de comer al claror
que sube de la muerte aunque
empuje niños a la selva
porque no hay Dios como la boca
hay que ofrendarse diariamente
para no hablar o no digamos
lo que es la garganta del alma
ea esas hambres vamos quiá
o ca mejor disimulemos
de leopoldo saltó un leopardo
lleno de trágico valor
que se comía toda la hambre
la más violeta de guardar
el poldo o pardo en su león
o astro que ardía con sus noches
sin saber si iba alzarse otra
como temiendo por la luz
ea leopoldo marechal
cuando cesó se le pararon
todos los ojos que guardaba
donde llorar en la cocina
o cocinar el lloro como
un tallo de maíz cargado
de hijitos en la espalda o como
espada la más vengadora
la del pueblo que dulce viste
sus heridas como soldados
agradecidos a la mama
fue así que leopoldo hizo:
un búfalo que anda en el aire
un falo que anda en la nación
un lo que anda hoy no andará
mañana cuando estemos suaves
como olvidados apagados
bajo la patria o tierrecita
que leopoldo regó y amó
y levantaba ciudadelas
para cuidarla humanamente
y dejándose bien atrás
se puso delante de todos
y así le crecieron noches
al bueno bello verdadero
un gran silencio lo cubrió
un gran amor lo destapó
y de sus brazos descendían
calores para la mitad
herida donde se inclinaba
pasaba como ungüentos sobre
los como tristes leopardos
que crepitan en el país
ea esas hambres vamos quiá
de leopoldo caía una luz
y cuando se fue su caballo
se encaminaba lento a
la grande sombra do lo pacen
y él sigue dando de comer
y su belleza se transforma
en otra parte de la mundo
diseminado como un pueblo
como si amaran no distintos
si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas
del que se tiró al mar / ¿qué pasa con los hermanitos
que entierraron? / ¿hojitas les crecen de los dedos? / ¿arbolitos /
[otoños
que los deshojan como mudos? / en silencio
los hermanitos hablan de la vez
que estuvieron a dostres dedos de la muerte / sonríen
recordando / aquel alivio sienten todavía
como si no hubieran morido / como si
paco brillara y rodolfo mirase
toda la olvidadera que solía arrastrar
colgándole del hombro / o haroldo hurgando su amargura
[(siempre)
sacase el as de espadas / puso su boca contra el viento /
aspiró vida / vidas / con sus ojos miró la terrible /
pero ahora están hablando de cuando
operaron con suerte / nadie mató / nadie fue muerto / el enemigo
fue burlado y un poco de la humillación general
se rescató / con corajes / con sueños / tendidos
en todo eso los compañeros / mudos /
deshuesándose en la noche de enero /
quietos por fin / solísimos / sin besos”

 

Otra mirada sobre poesías de Gelman

Margo Glantz se acercó a la obra literaria de  Gelman y desde una página web necesitó expresar que lo escrito “es siempre una poesía de cuerpo presente, aunque hable de la muerte por desaparición, esa nueva figura política”.  Reiteró estos  versos:

 

“entre las 5 y las 7

cada día

ves a un compañero caer

no pueden

cambiar lo que pasó

el compañero

cae y ni la mueca de dolor se le puede apagar”

……………………………………………………………………..

Y estos dos, dedicados a “un amigo, el Ronco”:

………………………………………………………………………

“agarraste a la muerte y te la llevaste a la cama/

la sacudiste hasta el huesito”

……………………………………………………………………….

Es evidente que a Margo Glantz, también la conmovieron estos versos del libro “Si dulcemente”:

………………………………………………………..

“Descubriendo el país”:

amor que pisan

compañeros

pisados

por mi amor

compañeros moridos

tristes agrandan el amor

sentados en mi alma a dos sillitas

………………………………………………………..

En esa misma dirección, Gelman relató la historia que se estaba generando en distintos lugares y logró proyectarla desde este poema… confirmando que la economía es una ciencia

 

“En el decenio que siguió a la crisis

se notó la declinación del coeficiente de ternura

en todos los países considerados

o sea

tu país

mí país

los países que crecían entre tu alma y mi alma

de repente duraban un instante y antes de irse

o desaparecer dejaban caer sábanas

llenas de nuestros sexos

que salían volando alrededor como perdices.

¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor

dejábamos nuestros sexos allí,

y ellos seguían vivitos y coleando como perdices suavísimas?

Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas

con subordinación y valor

para que los jugos de la noche pasada

no inauguraran el pasado

y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros

para ordenarnos el hoy

porque el alma amorosa es desordenada y perfecta

tiene mucha limpieza y lindura

se necesita todo un Dios para encerrarla

como le pasó a Don Francisco

que así pudo cruzar el agua fría de la muerte.

Es bien raro eso de nuestros sexos volando

pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu sexo

y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia

y dulzura y valor

me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos

como amor encendiendo otro amor,

o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban

y se ponían a dar vueltas entre ellos

como maripositas encandiladas por el fuego

y se querían morir de nuevo

buscando incesantemente la libertad

y había un país entre la vida y la muerte

donde todo era consolación y hermosura

y no poseíamos nuestro corazón

y nuestros sexos se perdían como almas en la noche

y nunca más los volvíamos a ver para entender

estudio los índices de la tasa de inversión bruta

los índices de la productividad marginal de las inversiones

los índices de crecimiento del producto amoroso

otros índices que es aburrido hablar aquí

y no entiendo nada.

La economía es bien curiosa

al pequeño ahorrista del alma lo engañan en wall street

los sueldos de la ternura son bajos

subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor,

el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes,

eso no le da dicha ni desdicha

en medio de las razones

las redenciones

las resurrecciones.

Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes

estoy viendo volar los pajaritos que te salían del sexo

mejor dicho

de más allá todavía

de todo lo que valías

o brillabas

o eras

y dabas como jugos de la noche.”

1980: “Si dulcemente”

Juan Gelman logró que la editorial Lumen en 1980 publicara el poemario titulado Si dulcemente.  Ese año, también se conoció “Carta abierta”

1982: “Citas y comentarios”

En el libro titulado Citas y comentarios¸ Juan Gelman plantea desde una poesía casi mística, sucesivas relaciones con textos de dos santos: Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz; del francés Charles Beaudelaire, del rioplatense Alfredo Lepera, del talentoso y vehemente Vincent Van Gogh…

Está dedicado a la Patria y si se dispone de algunas señales y de otras tantas claves, más allá de las palabras el lector va encontrando una sucesión de imágenes semejantes a las impresas en fotografías o a las que se proyectan por televisión.

En esa dirección, es ineludible recordar que el 2 de abril de 1982 comenzó la Gesta de las Malvinas al concretarse el operativo previsto por el presidente provisional de la Nación Argentina, Tte. Gral. Leopoldo Fortunato Galtieri y los mandos de guarniciones del ejército con asiento en distintas localidades.  La imprevisión y la improvisación una vez más generaron un conflicto internacional y la muerte de jóvenes argentinos hasta que se produjo el cese del fuego el 14 de junio de ese año, el día intermedio entre el del escritor y el del libro.

Citas y comentarios

En aquel tiempo, Juan Gelman seguía viviendo en México y publicó el tercer libro integrado con 109 poesías escritas entre 1978 y 1979.   Expresados desde el plano de lo urbano y lo sentimental, el poeta puso el acento en algunas tradiciones, en el tango

Revelación de las conmociones que acosan a un exiliado, son estos versos:

……………………………………………

“sucede que

de día

de noche

soy el castigado por tu ausencia

vos linda como un sol

y tenés piececitos como dulce esperanza

que andan por mi saliva como tus ojos

soñándome

olvidándome

sangrándome de adiós /…

……………………………………………………………

Aproximación a los místicos…

Es oportuno reiterar lo expresado por Juan Gelman acerca de la función que asignaba a “Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz” en los diálogos que imaginaba y que constituían algunos de sus poemas.

Gelman contestó:

“San Juan de la Cruz,  me parece el poeta más alto que ha dado hasta ahora la lengua española. Teresa de Ávila es una prosista magnífica, saca chispas. Es un diálogo con ellos que toca dos aspectos. El primero y central como dije es la especie de comunión con el sentimiento de la presencia ausente de lo amado. El segundo, es el lenguaje, el español del siglo XV y XVI, que como varios otros idiomas europeos de la época, tenía abiertos muchos caminos que con el tiempo se fueron cerrando, aunque todavía son fértiles, según creo.

Es como si la lengua radiante hubiera estado en estado naciente y después se fue estratificando. Yo creo que bastante de lo que se ha desechado y ya no se usa, tiene mucha fuerza poética. Teresa y San Juan son ejemplo de esto. Este tipo de verbo me llevó a escribir un libro en sefardí, que es el español que hablaba el Mío Cid, más antiguo que el español de Santa Teresa y San Juan, que los judíos conservaron cuando fueron expulsados en España.

Lo que me encanta de esa lengua es el candor, los diminutivos, cierto tipo de construcción sintáctica que no se conservó y además porque esa es la zona más exiliada de la lengua. Entonces hay una especie de confluencia de elementos que alimentan la obsesión y obligan a escribir.”

 

Con los pies sobre la tierra…

Juan Gelman, desde el poema Cita I (Santa Teresa), expresó:

……………………………………………………………

“porque sin vos

¿qué soy sino desastres?

¿adónde voy a parar desviado de vos?

misericordia mía

sol  mío

sol que soleas en medio del amor”

…………………………………………….

Recrea Gelman la poesía que trasmitieron los místicos de ayer y establece un imaginario diálogo con la Santa:

…………………………………………………………….

“fiesta de vos

o goce de este gozo

de alegría

donde pena es callar

buena locura de gritarte por

las calles de la mundo/ revelarte

manifestarte”

……………………………………………………………..

Y en otros momentos,  necesitó evocarla para algunas comparaciones, como cuando escribió: “esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa / en el revés de un éxtasis”…, en poética alusión a su mujer

En ese recorrido por altares invisibles, Gelman habló con San Juan:

………………………………………………………………

“fuego que limpia en amor la alma

y la transforma en limpio amor

echa llama además de arder

como palito que se extiende”

……………………………………………………………….

También necesitó nombrar aunque fuera a unos pocos judíos que se refugiaron en España cuando fueron expulsados de su tierra: Yehuda Halevy, Samuel Hanagid, Abraham Abulafia, Emanuel de Roma, Eliezer Ben Jonan…  En esa rememoración, tampoco habrá necesitado ordenar las palabras para poner alas al poema:

…………………………………………………………….

el dedo que escribió en mi sangre

y separó mi sangre de su tinta

dijo que el nombre de mi alma es sangre

……………………………………………………………

En aquel tiempo, necesitó expresarse también en torno a lo político  y en “Hacia el sur” -editorial Marcha, de México, 1982- aparecen también personales como José Galván y Julio Greco, que en realidad pertenecían a un desaparecido a un joven guerrillero muerto en combate. En esas páginas, también alude a Francisco Paco Urondo y a Rodolfo Walsh, el escritor que dejó en su libro Operación Masacre un testimonio perdurable acerca de los fusilamientos del 9 y el 12 de junio de 1956, cuando los comandantes de la autodenominada revolución libertadora cumplieron con lo ordenado por el general Pedro Eugenio Aramburu a partir del momento en que decretó la vigencia de la ley marcial.  A algunos de aquellos justicialistas obreros y militantes políticos, también los mataron de tiros por la espalda incluso en los basurales de José León Suárez.  En aquellas circunstancias, pocos se daban cuenta de cómo nacen los brotes… del resentimiento, del deseo de venganza, de la desintegración social…

Necesitó escribir Juan Gelman:

……………………………………………………………

“¿qué este vuelo entre la vida y su ser?

este temblor como un sombrero gris?

este temblor como fierro

candente en su batalla

o punto de morir?

¿para qué

te trabajamos

cielo

llenamos

tus vestidos de todo lo que crece?

vos esperás la muerte

yo espero la victoria” /

……………………………………………………………

1983: “Bajo la lluvia ajena”

Juan Gelman reunió una serie de prosas poéticas también referidas a sus vivencias durante el exilio.  Con el talentoso argentino Osvaldo Bayer integraron el libro Exilios que después se incorporó en Interrupciones II (en 1986), conjuntamente Hacia el Sur y con dos libros inéditos –Com/posiciones  y Eso.

En ese tiempo, también se gestó La junta luz que publicó en 1985.  Es un extenso discurso poético que aproxima a la tragedia y a la perseverancia de las Madres de la Plaza de Mayo, quienes desde 1976 recorrieron en silencio ese lugar y con sus pañuelos blancos denunciaban y al mismo tiempo reclamaban por sus hijos desaparecidos y en algunos casos, también por sus nietos recién nacidos y entregados a distintas familias en aparente adopción…

Democracia e incertidumbres…

A partir del 10 de diciembre de 1983 en la República Argentina había asumido el poder ejecutivo el presidente Doctor Raúl Ricardo Alfonsín, del Partido Unión Cívica Radical.  Aparentemente se abrían las puertas para el retorno de los exiliados, pero Juan Gelman no pudo ingresar porque estaba en trámite una causa judicial.

En aquel tiempo, ya estaban impresas en la memoria de Gelman todas las connotaciones que luego se iluminaron con estos versos:

……………………………………………………………..

“el pájaro se desampara en su vuelo

quiere olvidar las alas

subir de la nada al vacío

donde será materia y se acuesta

como luz en el sol

es

lo que no es todavía

igual al sueño

del que viene y no sale

traza

la curva del amor con muerte

va

de la coincidencia al mundo

se encadena

a los trabajos de su vez

retira

el dolor del dolor

dibuja

su claro delirio

con los ojos abiertos

canta

incompletamente” /

……………………………………………………………..

Presidente Alfonsín: decreto acerca de persecución penal…

El 13 de diciembre de 1983 -tres días después de jurar fidelidad a la Constitución Nacional- el presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín -representante de la Unión Cívica Radical-, teniendo en cuenta los hechos sucedidos desde mayo de 1973 -cuando hubo una “amplia y generosa amnistía” acordada por el entonces presidente Dr. Héctor José Cámpora, del Partido Justicialista- y tras describir someramente las acciones de represión posteriores y sus consecuencias a partir del 24 de marzo de 1976 hasta ese momento,  firmó el Decreto 157: Art. 1º. Declárase la necesidad de promover la persecución penal, con relación a los hechos cometidos con posterioridad al 25 de mayo de 1973, contra Mario Eduardo Firmenich (L.E. 7.794.388); Fernando Vaca Narvaja (L.E. 7.997.198); Ricardo Armando Obregón Cano (L.E. 2.954.758); Rodolfo Gabriel Galimberti (C.I. 5.942.050); Roberto Cirilo Perdía (L.E. 4.399.488); Héctor Pedro Pardo (L.E. 7.797.669); y Enrique Haroldo Gorriarán Merlo (LE. 4.865.510) por los delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público, sin perjuicio de los demás delitos de los que resulten autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices.”  En los tres artículos siguientes, se ponía en conocimiento del Procurador General de la Nación tal decisión; se ordenaba a todas las dependencias nacionales la remisión de toda la información disponible al respecto, en un plazo de quince días hábiles y por el artículo 4º se invitaba a “los señores gobernadores de provincias a disponer análoga remisión a la prescripta en el artículo anterior.”

(Entre los integrantes de aquella asociación – reconocida como la Orga-, algunos se nombraban con apodos: “Pepe” era Mario Firmenich; “el Vasco” era Fernando Vaca Narvaja; “el loco Galimba” era Galimberti; “el Pelado Carlitos” era Perdía…

A los periodistas Miguel Bonasso lo nombraban “Bosano” o “Bonarazo” y “Perejil” a Leonardo Bettanín…)

1984: “Carta a mi madre”

Juan Gelman, mediante una comunicación telefónica supo que había fallecido su madre y minutos después, recibió la extensa carta que ella le había enviado desde la Argentina, con párrafos escritos en distintos momentos debido a que la enfermedad y el cansancio le impidieron lograr un desarrollo completo. Fue entonces, en 1984 cuando Gelman necesitó empezar a escribir su Carta a mi madre, terminada tres años después.

Este fragmento –donde las barras están marcando su ritmo interior-, revela sus sentires y el misterio del amor filiar que suele ser como una leve neblina benéfica en cada amanecer…

“…debo haber sido muy feliz adentro
tuyo / habré querido no salir nunca de
vos /

me expulsaste y lo expulsado te expulsó /

¿esos son los fantasmas que me persigo hoy
mismo / a mi edad ya / como cuando nadaba en tu
agua? / ¿de ahí me viene esta ceguera, la lentitud
con que me entero, como si no quisiera, como si
lo importante siga siendo la oscuridad que me
abajó tu vientre o casa? / ¿la tiniebla de grande
suavidad? / ¿donde el lejano brillo no castiga con
mundo piedra ni dolor? / ¿es vida con los ojos
cerrados? / ¿por eso escribo versos? / ¿para volver
al vientre donde toda palabra va a nacer? / ¿por
hilo tenue? / la poesía ¿es simulacro de vos? / ¿tus
penas y tus goces? / ¿te destruís conmigo como
palabra en la palabra? / ¿por eso escribo versos? /
¿te destruyo así pues? / ¿nunca me nacerás? / ¿las
palabras son estas cenizas de adunarnos?”

Testimonio del hijo-poeta…

Durante el otoño del 2000, mientras dialogaba con la periodista Verónica Chiaravalli, el poeta Gelman dijo: “Carta a mi madre tal vez sea mi libro más autobiográfico. Pero en la poesía, todos estos elementos personales tienen una traducción que no es exactamente autobiográfica. Lo que tal vez haya es una relación entre la vivencia y la imaginación. Eso ocurre en todo lo que un poeta escribe, con mayor o menor fortuna. Hay poetas que logran establecer una distancia muy grande entre la vivencia y la imaginación; pero lo que a mí siempre me ha preocupado es la posibilidad de cercanía entre estos dos elementos. Sin embargo, cuando releo lo que he escrito ya es como si fuera de otro. No sólo en el sentido del momento que propició tal o cual poema, sino también en el sentido de la escritura misma. Porque hay un movimiento constante. Me han dicho que ninguno de mis libros se parece al anterior, desde el punto de vista formal. Bueno, creo que eso depende de las necesidades del ser humano en cada caso, que siempre se mueve. Cuando deje de moverme, dejaré de escribir.”

1985: justicia lenta, es injusticia…

Los jueces argentinos tenían excesivas causas en trámite en aquel tiempo: el juez federal Miguel Guillermo Pons intervenía en el proceso judicial contra Juan Gelman, acusado por asociación ilícita y en junio de 1985 dictó la orden de captura; al no presentarse en febrero del año siguiente fue declarado “en rebeldía”. .

1987: “Composiciones” – “Eso”

Juan Gelman considerado un prófugo  para la justicia argentina desde el año anterior, en 1987 obtuvo el premio “Boris Vian” por  Composiciones y Eso.

Desde su lugar empezó a colaborar con el diario Página/12 mientras lograba el apoyo de destacados escritores quienes públicamente reclamaban más justicia para Gelman, entre ellos el paraguayo Augusto Roa Bastos, el colombiano Gabriel García Márquez, el peruano Mario Vargas Llosa, el uruguayo Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina, quien destacó que Juan Gelman, “se ha convertido en un doble símbolo de otros que en el Uruguay o en la Argentina buscan a sus seres queridos y se abren paso en la neblina de la impunidad, pero además es un símbolo de todos los que creemos que en este mundo la belleza es posible.”

1988: “Interrupciones I. – Anunciaciones”

Casi como un presente de fin de año, el periodista argentino Horacio Verbitsky patrocinado por Carlos Auyero, el 31 de diciembre de 1987 insistió en la petición de la exención de presión para  Juan Gelman.  Días después, casi como un regalo de los reyes magos, el 7 de enero de 1988 la Cámara Federal de la Capital Federal modificó aquella resolución del juez Pons y lo eximió “de prisión bajo caución juratoria”. Pudo volver a su país natal en junio de ese año, con toda la carga emocional que representaban trece años de proscripción y de persecución judicial.

Pasó por la Argentina, sólo pasó… porque decidió retornar a México, allá en el Norte, lindando con los Estados Unidos y parece ser que será su lugar de residencia casi definitiva.

“Interrupciones II”

Juan Gelman en Interrupciones I (Libros de Tierra Firme de la editorial Último Reino, de Buenos Aires), publicó otro conjunto de poemas donde sigue esbozando el enigmático territorio de las pasiones, con rasgos que van alertando acerca de la profundidad de la grieta que separa a los grupos humanos que piensan y actúan con violencia visible o encubierta…

“Anunciaciones”

La editorial Visor de Madrid, en 1988 editó más poemas de amor de Juan Gelman, que reflejan el cotidiano desafío entre el desamparo y la necesidad de seguir viviendo, a pesar de todos los acosos…

No sorprende la secuencia de interrogantes y exclamaciones  porque es algo así como otro monólogo que con-mueve y genera diferentes interpretaciones.

1989: “Carta a mi madre”

Entre los argentinos, a fines de la década del ’80 se vivió otra etapa de inflación descontrolada y el presidente Alfonsín debió trasmitir el gobierno al electo Doctor Carlos Saúl Menem a partir del 9 de julio de 1989 en vez de hacerlo el 10 de diciembre cuando terminaría el período de mandato pertinente.  En aquel tiempo, Juan Gelman había recibido un llamado telefónico avisándole que había fallecido su madre y una vez más se produjo otra coincidencia porque minutos después, recibió la carta que ella le había escrito veinte días antes.  Fue entonces cuando escribió un extenso monólogo que publicó con el título Carta a mi madre (en Libros de la Tierra Firme, Buenos Aires).

El 8 de octubre de 1989 -aniversario del natalicio de Juan Domingo Perón, en 1895-, el presidente justicialista Carlos Menem que también había soportado los excesos de poder durante el proceso militar iniciado en marzo del ’76, tras la detención de la presidenta María Estela Martínez de Perón-, decidió otorgar el beneficio del indulto a 216 militares condenados o procesados por crímenes violatorios de los derechos humanos, y a 64 ciudadanos considerados miembros de organizaciones guerrilleras” entre quienes se incluía a Juan Gelman, quien desde su lugar norteamericano protestó mediante una nota publicada en Página/12.

(En el 2003, es invierno en el hemisferio sur y soplan vientos desde la patagonia argentina…  Desde el 25 de mayo ejerce el poder ejecutivo el santacruceño Néstor Kirchner, en la década del ’70 militante en grupos de montoneros.  Después de sucesivas denuncias contra las leyes denominadas de obediencia debida y de punto final, sancionadas en el Congreso y promulgadas por Alfonsín; tras otras tantas protestas por los indultos decretados por Menem, se instaló nuevamente en el debate legislativo la validez de aquellas decisiones.  En agosto de este año, primero en la cámara de diputados y luego en el senado, se anularon las dos leyes que siguieron a la demanda de oficiales –carapintadas- del ejército, cuando el radical Alfonsín tras un “repentino relato acongojado” -utilizando sus iniciales para esta acotación-, necesitó decirle al pueblo que se había reunido frente a la casa de gobierno: ¡La casa está en orden!… algo parecido a lo que dijo Sanguinetti refiriéndose a los sucesos uruguayos durante aquel tiempo de nacimientos y de desaparecidos…

Así somos y así estamos, cerca del río de la Plata donde crece el porcentaje de población desocupada y la franja de quienes aun trabajando, no disponen de los mínimos recursos para la el mantenimiento de sus familias.)

Algunos versos de aquella  “Carta…”

………………………………………………………………………………………….

¿y mi boca?

¿cuánta alma te chupó?

¿te fue

fiesta mi boca alguna vez?

………………………………………………………………..

¿acaso yo podía prolongar tu belleza?

¿sin convertirla en cuerpo de dolor

lengua

exiliada de tu nuca?

………………………………………………………………..

¿así me hiciste sombra tuya de otro cuerpo,

me diste tu pezón

campo violeta

donde pacía un temblor?

………………………………………………………………..

 

1990: después del “día de los Reyes Magos”…

En distintas biografías, suelen aparecer coincidencias asombrosas. Por lo leído hasta ahora, en la vida de Juan Gelman el día “7 de enero” que tradicionalmente para los católicos es el día en que algunos niños se entretienen con los juguetes que les dejaron los reyes magos durante la noche última-, parece ser un día de conmoción  porque así como en 1988 logró la exención de prisión mediante un dictamen de la Cámara judicial, dos años después le informaron que un “equipo de antropología forense” había identificado el cadáver de su hijo Marcelo” que había sido asesinado de un tiro en la nuca…

1992: “Sonetos”

Desde distintos medios periodísticos, Juan Gelman logró difundir algunos “Sonetos”  que integraban uno de sus últimos libros.  Seguía colaborando en Página/12 con notas que enviaba desde México, su lugar

1993: “Salarios del impío” – Antología Personal.

Más poemas de Juan Gelman reflejo de sus visiones fueron publicados en 1993 (Libros de Tierra Firme, Buenos Aires) y una vez más confluyen el amor y el miedo; la soledad desde el exilio, la inexorable muerte y la invocación a Dios…

1994: “Dibaxu” – “De palabra”

A medida que se proyecta la trayectoria de Juan Gelman, se expande la sucesión de hechos y de nombres que con-mueven por sus implicancias sociales.

En el ocaso del siglo veinte, seleccionó algunos poemas de amor y los editó en un volumen titulado Dibaxu y con esa sola palabra, generó mayor curiosidad que con todos los anteriores, porque  no pertenece al diccionario de la lengua castellana.

Incluyó un interesante comentario: “…Escribí los poemas de dibaxu en sefaradí, de 1983 a 1985.  Soy de origen judío, pero no sefaradí, y supongo que eso algo  tuvo que ver con el asunto. Pienso, sin embargo, que estos poemas sobre todo son la culminación o más bien el desemboque de Citas y Comentarios, dos libros que compuse en pleno exilio, en 1978 y 1979, y cuyos textos dialogan con el castellano del siglo XVI.  Como si buscar el sustrato, hubiera sido mi obsesión. Como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar raíces en la lengua, las más profundas y exiliadas de la lengua. Yo tampoco me lo explico…”

Necesitó incluir en  ese libro, en las páginas pares, veintinueve poemas en idioma sefardí o ladino -hablado ya por los judíos que desalojaron de España en 1492- y en las impares los mismos versos en castellano.

Tal decisión, está develando una íntima percepción acerca de lo que implican las persecuciones y el desarraigo.

 

Todu lu qui terra yaman es tiempu Todo lo que llaman tierra es tiempo
es aspira di vos. es espera de vos.

 

Poema XXIX (Sefaradí)                                            Poema  XXIX (Castellano)
enno stan muridus lus páxarus
di nuestrus bezus
stan muridus lus bezus
lus páxarus volan nil verdi sulvidarpondrí mi spantu londji
dibaxu dil pasadu
qui arde
cayadu com´il sol
 

no están muertos los pájaros
de nuestros besos
están muertos los besos
los pájaros vuelan en el verde olvidar

pondré mi espanto lejos
debajo del pasado
que arde
callado como el sol

Gelman también dejó escrito en su libro Dibaxu: “…acompaño los textos en castellano actual no por desconfianza en la inteligencia del lector. A quien ruego que los lea en voz alta en un castellano y en el otro para escuchar, tal vez, entre los dos sonidos, algo del tiempo que tiembla y que nos da pasado desde el Cid.”

Aquí, algunos versos en sefardí y en castellano, como aparecen en el libro… algunos poemas seleccionados, en sefardí y en castellano.

Poema III (Sefaradí)                                     Poema III (Castellano)
“l’amaniana arrelumbra a lus páxarus
asta aviarta, teni friscura
la biviremus djuntu
cun il spantu dil pinser.
“la mañana hace brillar los pájaros
está abierta, tiene frescura
la beberemos junto
con el espanto del pensar
quirinsioza:
cayenta lu pasadu
diz bezus y luz bezus dispartarán
cayeremos serca dil sol
querendona:

calienta lo pasado,
di besos y los besos despertarán
caeremos cerca del sol.

lembrara tu nagüita curilada
tus floris curiladas
tus bezus curiladus
tu blancu corasón.”
recordé tus enaguas coloradas
tus flores cloradas
tus besos colorados
tu blanco corazón.”

 

Poema VI (Sefaradí)                                     Poema 6 (Castellano)
“folyas curiladas y verdis
folyas secas, folyas friscas
cayin di tu boz durmidas
“hojas coloradas y verdes
hojas secas, hojas frescas
caen de tu voz dormidas.
durmin dibaxu dil sol
dibaxu di vos
veyi cómu aspiran
qu’il spantu si amati.
duermen debajo del sol
debajo tuyo,
mira cómo esperan
que el espanto se apague.
Il sol senti cayer
tus folyas
qui timblan nila nochi
qui insiende il bosco.”
el sol oye caer

tus hojas
que tiemblan en la noche
que enciende el bosque.”

Poema XVII (Sefaradí)                                 Poema XVII (Castellano)
“un vienti di separadus
di bezus qui no mus diéramus
acama il trigu di tu ventre
sus asusenas cun solvani
o querré no aver nacidu
trayi tu agua clara
las ramas floreseránmira istu:
soy un niniu rompidu
tiemblu nila nochi
qui cayi di mí.”
“un viento de separados
de besos que no nos dimos
doblega al trigo de tu vientre
sus azucenas con solven
o querré no haber nacido
trae tu agua clara
las ramas floreceránmira esto:
soy un niño roto
tiemblo en la noche
que cae de mí”

 

1995: Carta de Juan Gelman a su niet-…

Las íntimas pulsiones de Juan Gelman provocaban distintas reacciones y tanto necesitaba estar en la redacción del diario como refugiarse en el silencio nocturno para imaginar los caminos que pudieran llevarlo al encuentro con su nieto, hijo Marcelo Ariel que hasta entonces era uno de los desaparecidos igual que su nuera y nieta o nieto.

En esa dirección, necesitó escribir y publicar una Carta Abierta con el propósito de que si esa persona la leía, entendiera hasta dónde estaba dispuesto a avanzar para poder abrazarla.  Por distintos medios, se ha reiterado aquel propósito loable:

“Carta abierta a mi nieta o nieto.

Dentro de seis meses cumplirás 19 años. Habrás nacido algún día de octubre de 1976 en un campo de concentración del Ejército, el Pozo de Quilmes casi seguramente. Poco antes o poco después de tu nacimiento, el mismo mes y año, asesinaron a tu padre de un tiro en la nuca disparado a menos de medio metro de distancia. Él estaba inerme y lo asesinó un comando militar, tal vez el mismo que lo secuestró con tu madre el 24 de agosto de Buenos Aires y los llevó al campo de concentración Automotores Orletti, que funcionaba en pleno Floresta y los militares habían bautizado ‘El Jardín’. Tu padre se llamaba Marcelo. Tu madre Claudia. Los dos tenían 20 años. Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste. /…/ Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él.”  (subrayado aquí) “Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije. Los sueños de Marcelo y Claudia no se han cumplido todavía. Menos vos, que naciste y estás quién sabe dónde ni con quién. Tal vez tengas los ojos verdigrises de mi hijo o los ojos color castaño de su mujer, que poseían un brillo muy especial y tierno y pícaro. Quién sabe cómo serás si sos varón. Quién sabe cómo serás si sos mujer. A lo mejor podés salir de ese misterio para entrar en otro: el del encuentro con un abuelo que te espera.”

(Hay circunstancias,

en que las palabras parecen ser insuficientes

y otras, en que son casi innecesarias.)

1997: “Sombra de vuelta y de ida” – “Incompletamente”

El poeta Juan Gelman con su esposa Mara La Madrid, reunión testimonios de hijos de 1997 detenidos desaparecidos cuyos culpables no merecen Ni el flaco perdón de Dios.

Después, un jurado integrado por Francisco Madariaga, Horacio Salas, Héctor Yánover y Joaquín Giannuzzi -entre otros-,  le otorga el Premio Nacional de Poesía que consiste en una retribución de 15.000 dólares y en una pensión vitalicia.

Desde 1995, el presidente Doctor Carlos Saúl Menem había sido reelecto por la mayoría de los ciudadanos argentinos, para ejercer ese cargo durante cuatro años, conforme está establecido en el texto constitucional vigente tras la reforma de 1994.  Si algo no se puede negar, sobre lo sucedido durante esos dos gobiernos de Menem, es la libertad de expresión que permitió a la oposición expresar sus críticas por distintos medios sin censura previa y la derogación del delito de desacato con todo lo que ello implica.

En 1997, Gelman terminó de organizar Incompletamente, el primer volumen de Prosa de Prensa

“Prosa de Prensa

En marzo de 1997, el español Grupo Zeta editó el conjunto de artículos periodísticos seleccionados por el poeta Gelman, publicados desde 1989 en Página/12 de Buenos Aires y en algunos diarios de otros países.  Cuatro años después, mientras dialogaba con la periodista Chiaravalli, este inquieto e inquietante periodista necesitó decir: “A mí, trabajar como periodista me ayudó mucho; me permitió entrar en contacto con personas y realidades que, de otro modo, no hubiera conocido. También le permitió darse algunos gustos o, si se quiere, crear realidades un poco más perfectas que las que habitualmente narran los diarios.”

Si el trabajo libera, es evidente que…

¡Juan Gelman trabajando, logró vivir y sentirse libre!… a pesar de tantos acosos.

Premio Nacional 1994/97 – Discurso de Juan Gelman

Sabido es que el 13 de junio se celebra el día del escritor -evocando al poeta cordobés Leopoldo Lugones, que el 14 de junio de 1986 murió en Ginebra el poeta del exilio  voluntario  Jorge Luis Borges; que el 15 es el día del Libro y que en consecuencia, ese mes de las Letras reúne a escritores de distintas asociaciones y provincias en diversos actos, con propósitos diferentes.

Esa semana del ’97, estaba prevista la entrega del Premio Nacional 1994-1997 a Juan Gelman, durante un acto organizado para el día 19.  En tal circunstancia, el poeta hispanoamericano necesitó expresar:

 

“Señora secretaria de Cultura de la Nación  / Autoridades de la Secretaría

Miembros del jurado del Premio Nacional de Poesía 1994-1997

Amigos / Señoras y señores:

Este acto me parece paradigmático. En un país al que se le están rompiendo las costuras, suponiendo que haya estado revestido contra el plan económico genocida en curso; que navega en una crisis social notoria, aunque el señor presidente de la Nación no la vea o no la quiera ver; que atraviesa una crisis tal vez más grave, la crisis de la credibilidad en su propio ser como pueblo ante el vaciamiento de las promesas de soberanía y justicia social que votó y este Gobierno incumplió; que padece ya como futuro previsible la represión física y no de sus aspiraciones, como repetición de un pasado ominoso; en este país y no en otro hoy se premia a la poesía. Nada pudo nunca ni podrá jamás cortar el hilo humano de la poesía, ése que nos continúa desde el fondo de los siglos como nuestra belleza posible.

Agradezco profundamente este premio al jurado que lo otorgó. Estuvo integrado por pares que no se guiaron por consideraciones políticas o de otra índole para desviar su independencia de criterio. Es el premio de poesía más antiguo de América y recibirlo en compañía de Rodolfo Alonso y Santiago Sylvester es un honor acompañante. Se estableció en 1914, cuando la Argentina brillaba con un fulgor que cantaron Rubén Darío y Leopoldo Lugones. La Argentina que no es hoy. Hoy los esbirros de la dictadura militar prolongan sus terrores paseando impunemente por las calles del país y por los cargos públicos, perdonados por dos presidentes civiles a quienes, que se sepa, ninguna víctima les dio el mandato de perdonar a los asesinos en su nombre. A las víctimas con vida de la dictadura militar y de sus prolongaciones civiles y neoliberales, a las víctimas que se ha dado en llamar desaparecido, a quienes resisten en los caminos de Jujuy y en las carpas de la Capital, dedico este premio. Me conmueve la presencia de tantos amigos en este acto y me hubiera gustado ver entre ellos a esos grandes escritores y poetas que fueron, pero son, Rodolfo Walsh y Paco Urondo, Haroldo Conti y Miguel Ángel Bustos, caídos en combate contra la dictadura militar o torturados a muerte en alguno de los 356 campos de concentración de la dictadura militar. Y a mi hijo y a mi nuera, y a la hija o hijo de ambos. Pero no están y sólo podemos exigir justicia para ellos. Y verdad. Para los atenienses de hace veinticinco siglos el antónimo de olvido no era memoria, era verdad. La verdad de la memoria en la memoria de la verdad. Las dos son formas de la poesía extrema, esa que siempre insiste en develar enigmas velándolos. Alguien dijo que la poesía es la sombra de la memoria. Creo que, en realidad, la poesía es memoria de la sombra de la memoria. Por eso nunca morirá.

Muchas gracias.”

Gelman… y su nieto.

Gelman en diversas circunstancias, habló de su nieto que en 1997, tenía catorce años.  Durante una entrevista con la periodista Chiaravalli, necesitó expresar:

“Es un nieto formidable. No lo digo porque sea mi nieto, pero lo digo porque es mi nieto. Está estudiando en el Carlos Pellegrini, quiere ser futbolista y doctor en ciencias económicas. Nos queremos mucho. Suele venir a México a pasar las vacaciones con nosotros y cada vez que viene a casa arruina la configuración de la computadora, pero mi mujer lo quiere y no se queja. Respecto de lo que pasó en la Argentina, él quiere saber. Es un interés que se le despertó últimamente. A mí me parece que esas cosas no se pueden forzar, de ninguna manera. Claro que, viviendo juntos un par de meses, siempre surgen temas; pero ni mi mujer ni yo machacamos con el asunto ni estamos todo el tiempo mencionando a su tío. Si él pregunta, bien; si a mí me dan ganas de decirle algo, cómo no.”

Juan Gelman: ciudadano ilustre de Buenos Aires

Tras recibir el Premio Nacional de Poesía, Juan Gelman fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires y parte del acto se trasmitió por televisión, después lo entrevistaron varios periodistas y entre ellos Verónica Chiaravalli quien le propuso un encuentro en uno de los bares porteños.  En aquella oportunidad, el poeta del exilio llegó “a la cita debajo de un cielo oscuro. Un húmedo atardecer de otoño en Buenos Aires, a las diez de la mañana de octubre. Está de paso por la Argentina, en un año que le devolvió algunas satisfacciones al menos en lo que hace a su oficio, la literatura. Después, volver al hogar es volar a México, tierra elegida ‘por amor a una mujer’.”

Acerca de la ‘poesía comprometida’…

Al comenzar el diálogo, Gelman expresó: “No corregiría nada de lo que escribí, eso sería irresponsabilidad. Pero jamás me propuse hacer historia en mi poesía. Creo que el único tema verdadero de la poesía es la poesía misma. En realidad, la proporción de los poemas sociales o políticos, en el conjunto de todo lo que escribí, no es significativa aunque, en efecto, escribí poemas con ese tema como con tantos otros. En general, son los valores poéticos propiamente dichos los que permiten la persistencia de una voz. Mire, yo odio ese término que inventaron los franceses: ‘la poesía comprometida’. Yo creo en la poesía casada: casada con la poesía. Y siempre recuerdo lo que decía Paul Eluard, ese gran poeta francés, que era miembro del partido comunista de su país. Cuando se produjo la guerra de Corea, en 1950, todos sus compañeros del partido que eran poetas escribían poemas a favor de Corea del Norte, y cosas por el estilo. Paul Eluard, no. Era el más grande de todos ellos. Y cuando algunos compañeros le reprocharon que no hubiera escrito un poema sobre la guerra de Corea, él respondió: ‘Yo escribo poemas sobre esos temas solamente cuando la circunstancia exterior coincide con la circunstancia del corazón’. Creo que ese pensamiento es válido.”

Gelman… y su nieto en 1997.

Durante una entrevista con la periodista Chiaravalli, Gelman habló su nieto, de catorce años, hijo de su hija, que en 1997 tenía catorce años.  Dijo: “Es un nieto formidable. No lo digo porque sea mi nieto, pero lo digo porque es mi nieto. Está estudiando en el Carlos Pellegrini, quiere ser futbolista y doctor en ciencias económicas. Nos queremos mucho. Suele venir a México a pasar las vacaciones con nosotros y cada vez que viene a casa arruina la configuración de la computadora, pero mi mujer lo quiere y no se queja. Respecto de lo que pasó en la Argentina, él quiere saber. Es un interés que se le despertó últimamente. A mí me parece que esas cosas no se pueden forzar, de ninguna manera. Claro que, viviendo juntos un par de meses, siempre surgen temas; pero ni mi mujer ni yo machacamos con el asunto ni estamos todo el tiempo mencionando a su tío. Si él pregunta, bien; si a mí me dan ganas de decirle algo, cómo no.”

1999: “la resistencia” de Juan Gelman…

El reconocimiento que en 1998 recibió Juan Gelman en su país natal, constituyó concretamente un estímulo para su labor literaria y también promovió más reacciones en torno a la libertad y a la justicia. Enterado ya del destino de su nuera –que había sido arrojada al mar cerca de la República Oriental del Uruguay en uno de los tantos Vuelos de la Muerte- y de quien era persona recién nacida, puso el énfasis en su lucha para recuperar a la joven y mediante cartas abiertas se dirigía al General Martín Balza, comandante en jefe del ejército y se manifestaba contra el General Eduardo Cabanillas por considerarlo responsable de la aparente desaparición de su nieta o nieto; también se dirigió a Julio María Sanguinetti, presidente de la República Oriental del Uruguay porque sabía que allí podría estar viviendo la familia que la había recibido.

Mientras tanto, Gelman seguía publicando su columna en el diario porteño Página/12 y terminó el segundo volumen de Prosa de prensa.

Entre tanta actividad, en las pausas reaparecía la tragedia y manaban las palabras como fluyen las lágrimas cuando estalla el alma.  Por algo, necesitó escribir:

………………………………………………………………..

cuerpo que me temblás entrado al alma

frío que me enfriás

manito tuya

manando sombra

sombra

sombra

sombra

¿paró tu deshacerte en algún lado?

………………………………………………………………..

 

2000: ocaso del siglo veinte…

Es interesante tener en cuenta algunas valoraciones acerca de la obra de Juan Gelman quien -como se ha reiterado-,  declaró en distintas oportunidades “que, para él, el acto de escribir poesía no es una cuestión de voluntad, sino que requiere el impulso de la obsesión, el drama de la gente, la interrogante, la necesidad de ser escrito por el poema como estado ideal, o la reacción frente a la imposibilidad de la escritura, en el sentido de que el lenguaje resulta un límite para la expresión poética.”

En ese mismo comentario se ha destacado que se revela “en su obra la búsqueda constante de nuevos recursos (invención de palabras, conversión de sustantivos en verbos, cambios de géneros), como un intento por vencer esa limitante. Pero también sucede lo contrario, es decir, su subjetividad ha sido habitada, debido a la ausencia de su país, por el habla de su gente, el fundamento porteño de su lengua lírica; y eso, evidentemente, funciona como un mecanismo de defensa, pues el mapa de Gelman ha variado varias veces, y sus exilios no siempre fueron en países hispanos, lo cual ahonda más la separación.

La lengua ha sido explicada como un sistema de signos que representa la capacidad humana de simbolización, como el medio que permite al hombre percibir y conocer su entorno, pero la poesía, la forma más pura del lenguaje, logra, además, la revelación. Por esa razón, para un poeta la condición exiliar se convierte en una circunstancia extrema. La pérdida de la patria es un hecho tangible en el dolor, al que se agrega la pérdida de la lengua, aun en aquellos casos en que en el país ‘elegido’ se hable el mismo idioma’.”

Por algo, Juan Gelman necesitó expresar en torno a su vida y sus circunstancias:

“…este golpe que me arroja errante en el espacio. El habla que he aprendido en estos cuarenta años /…/ ahora debo olvidar; ahora mi lengua no me es de más utilidad que una viola o un arpa sin cuerdas, o que un precioso instrumento encerrado en su estuche, o puesto entre manos incapaces de despertar su armonía.

En mi boca mi lengua está ahora encarcelada, detrás de la prisión de mis dientes y los labios, y la estúpida, insensible, estéril ignorancia sirve de carcelera. Soy demasiado viejo para mimar a una nodriza, demasiado entrado en años para volver a la escuela. ¿Qué es, pues, esta sentencia, sino una muerte muda que roba a mi lengua su aliento nativo?”

Se impone una paciente lectura de este poema:

Límites

“¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,

hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,

hasta aquí el fuego?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,

hasta aquí el odio?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,

hasta aquí no?

Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.

Sangran.”

La muchacha del balcón

“La muchacha del balcón

por esa calle junto al puerto

Con paso lento, balanceándose, llena de olor,

Las viejas casas palidecen en tardes como ésta,

Nunca es mayor su harapienta melancolía

Ni andan más tristes de paredes,

En las profundas escaleras brillan fosforescencias como de mar,

ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si recordaran recordaran,

eran las seis, una dulzura detenía a los desconocidos,

una dulzura como de labios de la tarde, carnal, carnal,

los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,

arden con una especie de niñez

contra la oscuridad, el vaho de los dancings.

Esa dulzura era como si cada uno recordara a una mujer.

Sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre,

El silencio de los desconocidos

Era un oleaje en medio de la calle

Con rodillas y rostros de ternura chocando

Contra el “New Inn”, las puertas, los umbrales de color abandono.

Hasta que la muchacha se asomó al balcón

de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con la cama deshecha

donde todos creyeron haberla amado alguna vez

antes de que viniera el olvido.”

“En el hoy y mañana y ayer” – Antología

A principios del 2000, Gelman logró que la UNAM –Universidad Nacional de México- editara su antología y el poeta en las primeras páginas necesito aludir a…

 

“Las maravillas y miserias del amor. Sus oscuros fulgores, sus catástrofes. Caminar por el filo de la pérdida. Dar lo que no se tiene. Recibir lo que no se da. El amor a la poesía, a la madre, a la mujer, a los hijos, a los compañeros que cayeron por una esperanza, a la belleza todavía de este mundo. Como cualquier hombre, amé y amo todo eso. Algo de todo eso tal vez tiemble en los poemas que siguen, escritos a lo largo de 40 años. La muerte me enseñó que no se muere de amor. Se vive de amor.”

(¿Hace falta escribir aquí, algo más?…)

 

Juan Gelman recibió el Premio “Juan Rulfo”

El 26 de noviembre de 2000, por distintos medios se difundió el discurso de Juan Gelman tras recibir el premio “Juan Rulfo” de Literatura Latinoamericana y del Caribe:

“Agradezco profundamente al jurado que me otorgó este premio, el más prestigioso de América latina y el Caribe, nunca escatimado a los poetas: ha distinguido a varios de nuestros grandes líricos y siento que el de hoy es sobre todo un reconocimiento a la poesía que surge de las entrañas de la región, un reconocimiento a quienes -muy famosos o muy desconocidos- insisten en este duro oficio, intentan expresar el centro de sus obsesiones aun sabiendo que no hay centro y todo es intemperie. En su nombre lo recibo y esto quiero, como Juan Rulfo dijo en parecida circunstancia, ‘aclarar a mis semejantes, a los que deberían estar en mi lugar’. Y agradezco profundamente al país que cobija y sostiene a este premio, México, tierra bastante a dos océanos y un mar. No estoy exiliado aquí: ésta es la tierra que elegí para vivir y morir, la tierra que abrió sus puertas generosas a los perseguidos por las dictaduras del Sur.

¿Qué nuevas incertidumbres, agonías, interrogantes y tragedias deberá atravesar la palabra en el siglo que asoma, después de haber cruzado tantas en el que termina con el cortejo de un milenio? La palabra que nos vuelve humanos y transforma el instinto en claro deseo ¿se apagará, se extinguirá, será despojo mutilado? No lo creo. Ningún microchip nos convertirá la lengua en trapo. Ningún desastre lo conseguirá.

Theodor Adorno pronunció alguna vez una frase infeliz: afirmó que no era posible escribir poesía después de Auschwitz. Se equivocaba y ahí está la obra de Paul Celan que lo desmiente. O la de Kenzaburo Oé, después de Hiroshima y Nagasaki. Durante años pensé que el error de Adorno consistía en una omisión, que le faltó un “como antes”, que no se podía escribir poesía como antes de Auschwitz, como antes de Hiroshima y Nagasaki, como antes del genocidio argentino. Y ahora pienso que no hay un después de Auschwitz, de Hiroshima y Nagasaki, ni del genocidio argentino, que estamos en un durante, que las matanzas se repiten una y otra vez en algún rincón del planeta, que existe ese genocidio más lento que el de los hornos crematorios, pero no menos brutal llamado hambre, que en el medio siglo que dejamos atrás no ha habido un solo día de paz en el mundo.

Padecemos un tiempo anterior, en realidad, anterior al sueño posible, a la humanidad posible, a su fulgor posible. Y, sin embargo, la poesía continúa, tal vez porque encuentra, como Juan Rulfo dijo, el olor de la gente como una esperanza.

Ninguna catástrofe, natural o provocada por el hombre, ha podido jamás cortar el hilo de la poesía, esa sombra sin cuerpo que nace de las huellas del límite para borrarlo de la faz de la sangre. A pesar de los genocidas, la lengua permanece, sortea sus agujeros, el horror que no puede nombrar. El ser humano creó las lenguas y hace cosas que ellas no pueden nombrar. El ser humano está dentro y fuera de la lengua. La poesía, lengua calcinada, tuvo que padecer en nuestro Sur discursos mortíferos, tuvo que atravesarlos y no salió indemne, pero sí más rica. Es que la poesía es un movimiento hacia el Otro, busca ocupar un espacio que en el Otro no existe. Pero, ¿cómo hacer olvidar a la lengua su ayer manchado de espanto? ¿Cómo cicatriza la lengua olvidando su ayer?

¿Existe la palabra justa? La palabra, como la utopía, es incesante emulsión de dos pérdidas -lo deseado, lo obtenido-, un paraíso que nunca se tuvo y hay que buscar eternamente. La palabra justa pertenece al reino de la muerte. Y la condición de los poetas es frágil, no encuentran abrigo en su obra, cada momento de esa obra cuestiona los demás y entonces nada sostiene a quien no tiene otro sostén que el acto de escribir. Y, sin embargo, la poesía continúa. La poesía está cargada de más vida. Un poema sin ojos no puede cruzar la calle.

El trabajo de la poesía es dar forma al vacío para que éste sea posible. El porvenir de la poesía es la palabra liberada del lenguaje. El viaje hacia el poema es más importante que el poema. La poesía es patria de los espacios negros y mira la calandria que sale volando de los ojos de un niño porque él la quiso ver. No hay necesidad de defender a la poesía frente o contra la realidad: la poesía devela la realidad velándola.

Debo decirte, Olga Orozco: hace dos años tuve la dicha de presentarte aquí con ocasión de la entrega de este premio que honra y que tu nombre honra. Querías hacer lo mismo por mí, bromeaste medio en serio. Olga, Olga, mitad sombra y mitad astro, no esperaste. Ahora sos únicamente compañía de la sombra, bella como eras, bella como tu poesía, bella como los rastros que dejás en la gente y ella se perfecciona. Nezahualcoyotl sabía ya que libro de escritura era tu corazón.”

2001: “Valer la pena”

Juan Gelman reunió sus trabajos de 1998-2000 en un volumen cuya portada reproduce un dibujo de Wilfredo Lam, titulado Personaje, realizado en 1973…

Por distintos medios se han difundido algunos de esos poemas[6]

Músicas

Narciso tenía hambre, miró

las aguas para ver si hay peces

y se encontró con él.

Este accidente de la historia

cuesta mundos a los pobres mortales.

Tienen hambre de sí mismos, pero en verdad

nunca se miran a sí mismos, son mirados y de ahí

viene la costumbre de

devorarnos bajo

un sí mismo sostenido mayor.

Fugas

La velocidad de la palabra no es

la velocidad de la sangre y no sé

quién traiciona a quién. ¿Cómo

se encima el horizonte

a la palabra cuándo, a su

cortejo de esperas que todo cambiarán?

La noche cae y se consuela,

pero caer no es un consuelo para mí.

Estoy parado en el espanto

mientras cantan los rostros del día y

no sé quién miente, ellos o yo. Al fondo pasa

el animal que huye

a gran velocidad.

Fierros

Una piel provoca el choque del universo

consigo mismo. Hasta donde da

el universo del deseo, más grande

que el universo. Pero yo,

viendo la piel que continúa

a mi hijo, todo lo que se diga, pienso,

es humo y no hay hoguera. Hay

lo que ardió en un instante, hay

agujeros con fierros que

tienen mirada de pájaro.

 

En un comentario en una página web- es posible leer:

“Serenidad, como lo que sobreviene a la asunción de la derrota exterior (derrota de las ideas que siempre pugnan por resurgir en su capacidad de ver, antes que nada, un mundo solidario, habitable), es la dimensión que habita estos textos de Juan Gelman. Y el sustrato del amor, amor a la mujer, como único espacio desde donde hablar, ese amor que se transfigura en esperanza, en esperanza contra toda evidencia: clarividencia, el poder abrir un claro en la oscuridad presente. El poder que habita este libro no es nuevo en la poesía de Gelman: sus textos abrieron siempre un espacio luminoso en la posibilidad -siempre insuficiente- del decir, claro en la oscuridad sistemática del orden del mundo, en apuesta por la también clara posibilidad de ser hombre -no sólo latinoamericano- y de levantar, una vez más, la solidaridad como realidad”…

Muerte de su hermana Teodora: un dolor persistente…

En las páginas de internet es posible leer publicaciones archivadas, entre ellas una reiteración de lo editado en Brecha de Montevideo, la capital de la República Oriental del Uruguay, el viernes 30 de marzo de 2001.   Es una extensa nota escrita por Juan Gelman que aproxima a otras facetas del complejo escorzo del la historia de la Civilización…

Necesitó expresar el poeta Gelman:

“Escribo estas líneas desde el dolor y la tristeza. El viernes 2 de marzo mi mujer Mara La Madrid y yo llegamos a Israel. Era la 1.30 de la madrugada y a las 10 tenía lugar el entierro de mi hermana Teodora, muerta repentinamente en Jerusalén. Conozco varias clases de muertes: la del padre y la madre, la del hijo, pero todavía estoy recorriendo el doloroso territorio de la muerte de una hermana. Seguramente distinto a todos los demás. Mara y yo desembarcamos de un vuelo de la British Airways y fuimos detenidos por la policía en el aeropuerto Ben Gurión. Los hechos son como siguen.

Delante nuestro se sentó en el vuelo un señor de 28 o 30 años, alto, moreno, de pelo corto y modales autoritarios, que conversaba amigablemente con una azafata en hebreo. Bien. Ocurre. Por razones de seguridad, algún agente ¿del Mossad? viaja en todo vuelo que llega a Tel Aviv en compañías extranjeras que no son El-Al. Mara y yo conversábamos sobre las declaraciones del jefe del Estado Mayor del ejército israelí -un general de cuyo nombre no quiero acordarme- publicadas en el Herald Tribune: afirmaba que la Autoridad Palestina era ‘una entidad terrorista’ y que el Estado de Israel estaba pensando en la posibilidad de reocupar las pocas zonas palestinas a las que había otorgado autonomía. Mara se preguntó: ‘¿Qué van a hacer, van a ocupar el Líbano?’. En ese momento el señor de pelo corto se dio vuelta furioso y nos ladró un ‘enough’ (‘basta’) que cortó nuestra conversación, personal, de a dos y en español.

Míster Enough no se limitó al ladrido. Cuando descendimos del autobús que nos trasladó del avión a la terminal del aeropuerto, me señaló con el dedo a un señor de uniforme que se abalanzó sobre mí y, sin identificarse, pidió nuestros pasaportes. Le dije que, a 30 metros del mostrador en que los pasaportes se revisan, allí los iba a presentar porque no explicaba la razón de su exigencia. Mara se puso en fila, pasaportes en mano, y cuando la seguí el señor de uniforme quiso retenerme con un abrazo de oso del que me desprendí -debo confesarlo- rojo de ira. Soy un ciudadano argentino y no admito esa clase de comportamiento de parte de ningún uniformado. Tal vez porque tengo una experiencia traumática -vuelvo a confesar- con los señores de uniforme.

Afuera nos esperaba mi sobrina, que había retrasado el entierro de su madre hasta mi llegada. Explicamos la circunstancia, pero al señor de uniforme poco le importaban fallecimientos y entierros ajenos. Sólo después de una hora y media dejó entrar a mi sobrina, a pesar de mis reclamos. El señor de uniforme, que se negó a dar su nombre, nos tuvo hasta las 5 de la mañana redactando lentamente un acta en que nos endilgaba los siguientes ‘delitos’: tumulto a bordo del avión de British Airways, desacato a la autoridad, ofensa a un funcionario público en el ejercicio de sus funciones. Fue inútil preguntar quién había hecho la denuncia y en qué consistía. ‘Tumulto’, en el hebreo del Estado de Israel, es una palabra muy pesada. Sirve, por ejemplo, para calificar la actitud de un niño palestino que arroja piedras a un tanque israelí. El único ‘tumulto’ en que debo haber incurrido fue la exigencia prostática de ir al baño cuando el avión comenzaba su descenso. La presunta denuncia de una azafata de British Airways a la que el acta se remitía fue solicitada reiteradamente por el consulado argentino en Tel Aviv y nunca apareció.

El hecho -grave- es que Mara y yo estuvimos detenidos más de tres horas en el aeropuerto de Tel Aviv. El señor de uniforme escribía sus acusaciones y yo sufría a mi hermana, su muerte, el destino de morir en Jerusalén que le decretó la dictadura militar. Salimos bajo caución: mi sobrina tuvo que firmar dos actas -una contra mí, otra contra Mara, que ciertamente no fue atacada por urgencias diuréticas como yo- por las que se obligaba a pagar 2.500 dólares por cada uno si el lunes siguiente no asistíamos a una presunta audiencia de conciliación. En ese ínterin, el señor de uniforme que nos detuvo me mostró amenazadoramente un par de esposas hablando en hebreo. Usaba el inglés cuando le convenía, el hebreo cuando no. Sus compañeros lo llamaban Danny y, según el ‘policía bueno’ que apareció cuando las cosas se pusieron muy calientes, su nombre es Daniel Yehud. A saber.

No me parece mal que viajen agentes ¿del Mossad? en los vuelos que llegan a Israel, vista la situación. Lo que no entiendo es que esos agentes de seguridad -exclusivamente de seguridad, según se dice- se conviertan en una policía política que nada tiene que envidiar a la de Hitler o Stalin. ¿En qué estamos? ¿Israel es una democracia o qué? ¿Puede ser democrático un Estado que somete a cerco a un millón de palestinos por la fuerza de las armas? ¿Y cómo es posible que ahora sean sitiadores de todo un pueblo los hijos, los nietos, los biznietos de quienes, como mi madre y sus hermanos y su padre rabino, padecieron el cerco zarista en los guetos, y luego, como mis primos, el encierro en los campos de concentración nazis? A los 8 años de edad mi madre presenció cómo los cosacos incendiaban la vivienda familiar y cómo mi abuela iba sacando a sus hijos de las llamas, menos a una hermanita de 2 años que murió abrasada. ¿Y ahora esos descendientes de la persecución crean guetos para los palestinos, dinamitan sus casas, los sitian por hambre, abaten sus olivos y arrasan sus cultivos cuando molestan a proyectos edilicios, usurpan sus tierras aplicando esa razón de las bestias que es la fuerza? ¿Y qué tienen que ver con el judaísmo esas políticas de Israel? Los judíos siempre fuimos perseguidos, nunca perseguidores; discriminados, nunca discriminadores; marginalizados, nunca marginadores; sitiados, nunca sitiadores. Nada tiene que ver a estas alturas el Estado de Israel con la tradición judía, la más democrática del mundo, creada desde abajo en la diáspora y conservada a lo largo de los siglos.

Sé que estas opiniones serán calificadas de antisemitas por quienes no quieren oír, ni ver, ni hablar, como los tres monos de la India. La táctica de confundir las críticas al Estado de Israel con el antisemitismo me recuerda la pretensión de la más reciente dictadura militar argentina, que llamó ‘campaña antiargentina’ a toda denuncia de sus crímenes. Sólo me explico la tristeza particular que las políticas genocidas del Estado de Israel me causan porque soy verdaderamente judío. Porque una vez, de niño y con fiebre altísima, mi padre se sentó junto a mi cama para leerme en yiddisch un cuento de Sholem Aleijem. Se llamaba ‘Das messerl’ (El cuchillito) y hablaba de los dolores del gueto.”  [7]

2002: Cartas para apoyar al abuelo Gelman y una causa…

En diciembre de 2002, el compositor e intérprete de rock Fito Paz -argentino, santafesino, rosarino-, publicó una carta abierta al presidente uruguayo Battle y en uno de los párrafos expresó: “…el motivo de esta carta que es el obligado e inmediato esclarecimiento de los hechos que involucraron el asesinato de María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, que usted sabe presidente fue secuestrada en Buenos Aires en agosto del 76, junto con su esposo Marcelo Ariel Gelman, y trasladada a Montevideo en octubre con un embarazo de 8 meses y medio y allí asesinada. También sabe que asesinaron a Marcelo y que su hija nacida en noviembre de ese mismo año fue entregada a una pareja ligada a la policía. Y también sabe presidente, porque yo sé que usted sabe, dónde se encuentra el cadáver de María Claudia. Lo que no sé si sabe Señor Batlle es la desesperación que embarga a quien no entierra a sus muertos, es el dolor que se sigue regando sobre la vida de todos nosotros como tribu cada vez que nosotros sabemos que ustedes saben y hacen lo que hacen al respecto, que por cierto no es nada, sino todo lo contrario. Ese puñal que usted de alguna manera nos clava con su silencio, hiere, mata, aniquila la última reserva al derecho de las personas a saber, a la verdad, a la justicia, palabras que se habrá metido infinidad de veces en la boca en sus campañas políticas. Nadie, ningún mandatario, ningún palurdo de paso por la historia tendrá el derecho de dar por cerrado el más mínimo capítulo de la vida de nadie, bajo ninguna circunstancia.

Mi amigo Juan Gelman y su mujer Mara nos representan a todos en su desinteresada búsqueda de esa verdad profunda y definitiva que es el destino de los cuerpos sin vida de nuestros seres amados entreverados en las cuevas de los terrorismos de estado y su derecho a una tumba y una lápida”…

El abuelo Juan encontró a su nieta…

Por algo, Mario Delgado Aparaín desde Escenario/2 tras conmoverse por la presencia de Juan Gelman en Montevideo, tuvo la sensación de haber estado cerca de un alquimista que como sucedía en el medioevo intentaba transformar los desechos  en “noble metal”…  En aquel momento, necesitó expresar:  

“El odio es basura, la mentira es basura, la violencia es basura, negar el derecho a la única vida que tenemos, es basura.

El amor, la solidaridad, la verdad, la paz, la justicia y la vida, son, cada uno de ellos, oro para la condición humana.

Por eso la alquimia adquirió inusitada vigencia en estos días y mereció, a mi juicio, un sentido recuerdo.”

En aquella circunstancia, el abuelo Juan se había reunido en la casa de gobierno uruguaya con el entonces presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Doctor Jorge Batlle.[8]

Así fue como el periodista Delgado Aparaín  destacó: “Lo que quiso hacer en un mes y lo hizo el presidente Jorge Batlle, no lo hizo ni lo quiso hacer el ex presidente Julio María Sanguinetti en todo su período presidencial”  y agregó: “Es más: Julio María Sanguinetti acaba de desilusionar, por dolorosa unanimidad, a más de medio pueblo y seguramente, por más que no lo digan en voz alta, también a un importante sector de la comunidad internacional que le admiró sus condiciones de culto estadista contemporáneo”.  Recordó que para  ubicar a la nieta de Gelman, “hubo colaboración y participación respetuosa de las partes en la investigación con militares incluidos, existió incluso un general estadounidense comandante de las fuerzas de los mares del sur que alentó delicadamente la posición presidencial y, finalmente, aquellos cimientos de nuestra democracia subestimados durante tanto tiempo, se sintieron, en un solo día, regados con agua clara como si se tratase de una pequeña planta a la que hay que cuidar con mucho esmero.  / Para que lo sepa en su casa el ex presidente doctor Julio María Sanguinetti y todos los que como él piensan: la emoción hasta las lágrimas fue el denominador común de todas las reacciones sin distinción”…

Expresó finalmente el periodista uruguayo: “Y lo que es muy bueno saber: sencillamente, se experimentó ese profundamente sano alivio que provoca el conocimiento de la verdad y esa apacible sensación de viento fresco que da la recuperación de la esperanza” insistiendo en su reproche a Sanguinetti:  “…Ni siquiera está en condiciones de decir: ‘Me equivoqué y mentí por piedad…’, pues aquellos que así se confiesan han hecho un saludable acto de contrición en humildad y esto, por aquello del que esté libre de culpa que arroje la primera piedra, es generalmente comprendido por los demás. Ese obcecado hijo de la guerra fría, empeñado en levantar hasta en la hora de la siesta la anacrónica bandera del antimarxismo, ha sido víctima de su propia soberbia, de la estimación excesiva de sí mismo en menosprecio de los demás. La sentenciosa frase, sin aparente derecho al pataleo, ‘Ningún niño desapareció en Uruguay’, es una mentira que no se tapa con cualquier poncho patria.

Convivir con las devaluaciones del alma que provoca la soberbia, debe doler mucho. Y para casos así, Juan, ese hombre que vino, removió el mundo y se fue más Gelman que nunca, escribió un pequeño poema:

‘la esperanza fracasa muchas veces, el dolor jamás / ’

Por eso algunos creen que más vale dolor conocido que dolor por conocer. Creen que la esperanza es ilusión.  Son los ilusos del dolor.”

Ecos del Festival de Poesía de Medellín…

Desde fines del siglo veinte, es posible navegar por internet y encontrar faros luminosos que alientan la esperanza de que tras el frío invierno empiecen a nacer los nuevos brotes…  En esa dirección, es posible aprender que desde su fundación en 1991, han participado en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, 578 poetas en representación de 105 países de cinco continentes, entre ellos: “371 poetas de 29 países de América : Colombia (151), Cuba (21), Argentina (17), Perú (16), México (15),Venezuela (15), Brasil (11), Chile (13), Costa Rica (11), Uruguay (11), Estados Unidos (8), Panamá (8), Ecuador (9), Guatemala (8), Honduras (8), Bolivia (7), El Salvador (7), Paraguay (6), Canadá (4), Puerto Rico (5) Jamaica (4), Barbados (3), República Dominicana (3), Haití (2), Martinica (2), Nicaragua (2), Surinam (2), Belice (1), Guadalupe (1).  Hasta el año 2003 han participado los poetas argentinos Juan Gelman, Rodolfo Alonso, Marcos Silber, Jorge Boccanera, Daniel Samoilovich, Esteban Moore, Jorge Luis Madrazo, Paulina Vinderman, Saul Yurkievich, Hugo Mujica, Pablo Narral, Francisco Madariaga, Víctor Redondo, Julio Salgado, Martín Prieto, Mario Sampaolesi, Laura Yasan.

Así viajamos…

En esa sorprendente biblioteca virtual es posible hallar más poemas de Juan Gelman y el titulado Notas XXVII dedicado a Van Blengino, propone un posible viaje para detectar alguna magnitud de lo visible en el universo de lo invisible, quizás para poder intuir o deducir las diferencias entre lo factible y lo imposible

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“de lo posible a lo probable

del sueño a la realidad hay como mares

playas nocturnas donde animales de pico descarnan

formas mojadas por los jugos del corazón

así

viajamos del pecho al seco sol que dora la maravilla

o existir

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Por algo en esa misma página se reiteran algunas conclusiones de Julio Cortázar en torno al arte de Juan Gelman: “…acaso lo más admirable en su poesía es su casi impensable ternura allí donde más se justificaría el paroxismo del rechazo y la denuncia, su invocación de tantas sombras desde una voz que sosiega y arrulla, una permanente caricia de palabras sobre tumbas ignotas. Cada diminutivo, cada nombre dicho como quien acuna o tranquiliza, hinca todavía más hondo la irrestañable denuncia de esas innúmeras muertes que tantos de nosotros llevamos como un albatros atado al cuello y sin saber volverlas del lado de la luz…”

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Se impone una pausa para leer y vibrar con estos versos de Juan Gelman:

“En Casablanca hay una plaza alta sobre la bahía,

en la plaza hay un banco alto sobre la bahía,

en el banco hay sentada una melancolía

mirando cómo crecen los vínculos del fuego.”  [9]

 

2003: Del perdurable legado de Gelman…

Hasta el tercer año del tercer milenio, ha sido posible leer y releer diarios, revistas, libros, textos reproducidos por radiotelefonía o televisión. Todo, aún aquello  que podría parecer imperceptible, ha servido como lumbre para orientar a millones de peregrinos.  Quedan aquí algunos versos de poemas de Gelman que han con-movido en sucesivos e inasibles recortes de tiempo y simbolizan nobles retazos de sentimientos

 

“…Escribo en el olvido, en cada fuego

de la noche cada rostro de ti…”

Ausencia de amor

“Cómo será pregunto.

Cómo será tocarte a mi costado.

Ando de loco por el aire

que ando que no ando.

Cómo será acostarme en tu país de pechos tan lejano.

Ando de pobre cristo a tu recuerdo

clavado, reclavado.

Será ya como sea.

Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.

Me comerás entonces dulcemente

pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.

Tu pie. Tu mano.”

Oración

“Habítame, penétrame.

sea tu sangre una como mi sangre.

Tu boca entre a mi boca.

Tu corazón agrande el mío hasta estallar.

Desgárrame.

Caigas entera en mis entrañas.

Anden tus manos en mis manos.

Tus pies caminen en mis pies, tus pies.

Árdeme, árdeme.

Cólmeme tu dulzura.

Báñeme tu saliva el paladar.

Estés en mí como está la madera en el palito.

Que ya no puedo así, con esta sed

quemándome.

Con esta sed quemándome.

La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.”

Presencia del otoño

“Debí decir te amo.

Pero estaba el otoño haciendo señas,

clavándome sus puertas en el alma.

Amada, tú, recíbelo.

Vete por él, transporta tu dulzura

por su dulzura madre.

Vete por él, por él, otoño duro,

otoño suave en quien reclino mi aire.

vete por él, amada.

No soy yo él que te ama este minuto.

Es él en mí, su invento.

en lento asesinato de ternura.”

Preguntas

“Ya que navegas por mi sangre

y conoces mis límites,

me despiertas

en la mitad del día

para acostarme en tu recuerdo

y eres furia de mi paciencia para mí,

dime qué diablos hago,

por qué te necesito,

quien eres, muda, sola, recorriéndome,

razón de mi pasión,

por qué quiero llenarte solamente de mí,

y abarcarte, acabarte,

mezclarme en tus cabellos

y eres única patria

contra las bestias del olvido.”

Fábricas del amor

“Y construí tu rostro.

Con adivinaciones del amor, construía tu rostro

en los lejanos patios de la infancia.

Albañil con vergüenza,

yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,

para darte la voz,

para poner dulzura en tu saliva.

Cuántas veces temblé

apenas si cubierto por la luz del verano

mientras te describía por mi sangre.

Pura mía,

estás hecha de cuántas estaciones

y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.

Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.

Qué infinito de besos

contra la soledad

hunde tus pasos en el polvo.

Yo te oficié, te recité por los caminos,

escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,

te hice un sitio en mi lecho,

te amé, estela invisible, noche a noche.

Así fue que cantaron los silencios.

Años y años trabajé para hacerte

antes de oír un solo sonido de tu alma.”

Una mujer y un hombre

“Una mujer y un hombre llevados por la vida,

una mujer y un hombre cara a cara

habitan en la noche, desbordan por sus manos,

se oyen subir libres en la sombra,

sus cabezas descansan en una bella infancia

que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,

una mujer y un hombre atados por sus labios

llenan la noche lenta con toda su memoria,

una mujer y un hombre más bellos en el otro

ocupan su lugar en la tierra.”

Escribo en el olvido…

“Escribo en el olvido

en cada fuego de la noche

cada rostro de ti.

Hay una piedra entonces

donde te acuesto mía,

ninguno la conoce,

he fundado pueblos en tu dulzura,

he sufrido esas cosas,

eres fuera de mí,

me perteneces extranjera.”

Lo que pasa

“Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,

mis manos, mi cabeza,

y lo que es más, mi soledad, la gran señora,

como un día de mayo dulcísimo de otoño,

y lo que es más aún, todo mi olvido

para que lo deshagas y dures en la noche,

en la tormenta, en la desgracia,

y más aún, te di mi muerte,

veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,

y aún no puedo abarcarte,

sigues creciendo como un fuego,

y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.”

Alza tus brazos

“Alza tus brazos,

ellos encierran a la noche,

desátala sobre mi sed,

tambor, tambor, mi fuego.

que la noche nos cubra con una campana,

que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,

cávame del dolor, límpiame el aire:

yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda

tu comienzas el mundo para que esto suceda.”

La economía es una ciencia

“En el decenio que siguió a la crisis

se notó la declinación del coeficiente de ternura

en todos los países considerados

o sea

tu país

mí país

los países que crecían entre tu alma y mi alma

de repente duraban un instante y antes de irse

o desaparecer dejaban caer sábanas

llenas de nuestros sexos

que salían volando alrededor como perdices.

¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor

dejábamos nuestros sexos allí,

y ellos seguían vivitos y coleando como perdices suavísimas?

Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas

con subordinación y valor

para que los jugos de la noche pasada

no inauguraran el pasado

y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros

para ordenarnos el hoy

porque el alma amorosa es desordenada y perfecta

tiene mucha limpieza y lindura

se necesita todo un Dios para encerrarla

como le pasó a Don Francisco

que así pudo cruzar el agua fría de la muerte.

Es bien raro eso de nuestros sexos volando

pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu sexo

y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia

y dulzura y valor

me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos

como amor encendiendo otro amor,

o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban

y se ponían a dar vueltas entre ellos

como maripositas encandiladas por el fuego

y se querían morir de nuevo

buscando incesantemente la libertad

y había un país entre la vida y la muerte

donde todo era consolación y hermosura

y no poseíamos nuestro corazón

y nuestros sexos se perdían como almas en la noche

y nunca más los volvíamos a ver para entender

estudio los índices de la tasa de inversión bruta

los índices de la productividad marginal de las inversiones

los índices de crecimiento del producto amoroso

otros índices que es aburrido hablar aquí

y no entiendo nada.

La economía es bien curiosa

al pequeño ahorrista del alma lo engañan en wall street

los sueldos de la ternura son bajos

subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor,

el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes,

eso no le da dicha ni desdicha

en medio de las razones

las redenciones

las resurrecciones.

Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes

estoy viendo volar los pajaritos que te salían del sexo

mejor dicho

de más allá todavía

de todo lo que valías

o brillabas

o eras

y dabas como jugos de la noche.”

Epitafio

“Un pájaro vivía en mí.

Una flor viajaba en mi sangre.

Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces

me quisieron. También a mí

me alegraban: la primavera,

las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.

Una flor.

Un violín.”

Poco se sabe

“yo no sabía que

no tenerte podía ser dulce como

nombrarte para que vengas aunque

no vengas y no haya sino

tu ausencia tan

dura como el golpe que

me di en la cara pensando en vos.”

Qué fiesta la de la alegría nueva

“Qué fiesta la de la alegría nueva

sobre el viejo color.

Dafne se hace pluma y vierte

luz y tiempo en la razón de piedra.

Le escriben versos en la ciudad

que pisotea a la justicia. Dafne huye

de los papeles que la ciñen.

Nadie la merece, pero

a veces se la encuentra en

humillaciones de la realidad.

No está escrita aún, como un caballo largo.

Se la ve tan claramente

en el árbol que fue, convertido en vanidad.

Ella ocupa la desolación y nada se le concederá.

Ni el asombro idéntico a ella misma.

Sólo busca un recuerdo donde pueda

ser suave y, en un momento, niña.

Cierra los ojos ante el viento

que agita su pollera y

sobre ella cae la vida continua.”

Ofelia

“Esta ofelia no es la prisionera de su propia voluntad
ella sigue a su cuerpo
espléndido como un golpe de vino en medio de los hombres
su cuerpo estilo renacimiento lleno de sol de Italia pasa por buenos aires
ofelia yo en tus pechos fundaría ciudades y ciudades de besos
hermosas libres con su sombra a repartir con los amantes mundiales
ofelia por tus pechos pasa como un temblor de caballadas a medianoche por Florencia
tus pechos altos duros come il palazzo vecchio
una tarde de verano de 1957
iba yo rodeado de tus pechos sin saberlo
era igual la delicia la turbación el miedo
las sombras empezaban a andar por las callejas con un olor desconocido
algo como tus pechos después de haber amado
eras oscura ofelia para entonces y enormemente triste
una adivinación una catástrofe
un oleaje de olvido después de la ternura
una especie de culpa sin castigo
de furia en paz con su gran guerra
andabas por Florencia con tus pechos yendo y viniendo por las sombras
con saudade de mí seguramente
tu hombro izquierdo digamos
lloraba a tus espaldas o largaba sus ansias lentas en el crepúsculo y ellas venían a mi sangre
o eran un temblor como un presagio
gracias te sean dadas ojos míos
yo les beso las manos bésoles muy los pies
gracias narices muchas gracias oídos con que escucho los ruidos
de la ofelia
antes apenas era una ciudad de Italia
sus tiros me llenaban de otra desgracia el corazón.”

Ruiseñores de nuevo

“En el gran cielo de la poesía,
mejor dicho
en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos
astros
dioses
mortales
está cantando el ruiseñor de Keats
siempre
pasa Rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva de San Juan
a la teresa se le dobla el dolor y su caballo triza el polvo enamorado Francisco de Quevedo y Villegas
el dulce Garcilaso arde en los infiernos de John Donne
de César Vallejo caen caminos para que los pies de la poesía caminen
pies que pisan callados como un burrito andino
Baudelaire baja un albatros de su reino celeste
con el frac del albatros Mallarméva a la fiesta de la nada posible
suena el violín de Verlaine en la fiesta de la nada posible
recuerda que la sangre es posible en medio de la nada
que Girondo liublimará perrinunca lamora
y girarán los barquitos de tuñón contra el metal de espanto que abusó a Apollinaire
oh Lou que desamaste la eternidad de viaje
el palacio del exceso donde entró la sabiduría de Blake
el paco urondo que forraba en lamé la felicidad para evitarle fríos de la época
mientras Roque Dalton trepaba por el palo mayor de su alma y gritaba.”

Esa mujer se parecía

“Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le nacía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención, atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mi estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido en su nombre,
él moverá mi boca por última vez.”

 

Arte poética

“Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas,
mis versos, rostros oscuros,
los escriben como tirar contra la muerte.”

Sobre la guerra

“Llamamiento contra la preparación de una guerra atómica

Voy a firmar aquí porque me digo
que es bueno andar con la sonrisa entera,
silbar bajito una canción cualquiera,
tener un perro, un árbol, un amigo.

Voy a firmar aquí con el testigo
del cielo azul sobre la lapicera,
porque me acuerdo de una primavera
que se coló una vez por mi postigo.

Voy a firmar aquí porque me toco
el corazón creciendo poco a poco
por este amor que brota de mi hueso.

Voy a firmar aquí contra el espanto,
por la paz, por la vida, por el canto,
por el gorrión que vuela cuando beso.”

Lamento por los pies de Carmichael O’Shaughnessy

“carmicahel o’shaughnessy mi dios

con el camino en la mano era un planeta

girando y girando en la mañana cerrada

como cubierto de lirios y de trigos

¡ah carmichael!

qué grandes fierros le crecían en los pies

cuando se andaba al gallo primo cantor

y al segundo callado

a carmichael se le caían pedazos

de rabia pura de la cara

que iba dejando como árboles

que crecieron como árboles al costado del camino

no pájaros no vientos no señoras

les movían las ramas sino

años de mal amor y desgracia

años en que el amor viene mal

o mal y triste y destrozado como

la margarita que besó el león

a la solombra del atardecer

donde carmichael lloró un poco

por abajo por arriba por la ventanita

que nadie abre iba carmichael

con el camino en la mano como

paquete del dolor

hasta que un día los pies se le pusieron verdes

áhi carmichael paró

ya rojo ya mitad ya parecido

y dulce fue su desventaja

toda la sombra que cae de carmichael o’shaughnessy

pega en el suelo y se va al sol

pero antes canta como dos pechos de mujer

o sea canta canta”

Qué lindos tus ojos

“qué lindos tus ojos

y más la mirada de tus ojos

y más el aire de tus ojos cuando miran lejos

en el aire estuve buscando:

la lámpara de tu sangre

sangre de tu sombra

tu sombra

sobre mi corazón”

Incompletamente

“el pájaro se desampara en su

vuelo

quiere olvidar las alas

subir de la nada al vacío donde será materia y se acuesta

como luz en el sol

es

lo que no es todavía

igual al sueño

del que viene y no sale

traza

la curva del amor con muerte

va

de la coincidencia al mundo

se encadena

a los trabajos de su vez

retira

el dolor del dolor

dibuja

su claro delirio

con los ojos abiertos

canta

incompletamente”

Oración de un desocupado

“Padre,

desde los cielos bájate, he olvidado

las oraciones que me enseñó la abuela,

pobrecita, ella reposa ahora,

no tiene que lavar, limpiar, no tiene

que preocuparse andando el día por la ropa,

no tiene que velar la noche, pena y pena,

rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,

que me muero de hambre en esta esquina,

que no sé de qué sirve haber nacido,

que me miro las manos rechazadas,

que no hay trabajo, no hay,

bájate un poco, contempla

esto que soy, este zapato roto,

esta angustia, este estómago vacío,

esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre

cavándome la carne,

este dormir así,

bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

tócame el alma, mírame

el corazón,

yo no robé, no asesiné, fui niño

y en cambio me golpean y golpean,

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

si estás, que busco

resignación en mí y no tengo y voy

a agarrarme la rabia y a afilarla

para pegar y voy

a gritar a sangre en cuello.”

Cerezas

“esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa

en el revés de un éxtasis

hace dos o tres besos fue

mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo izquierdo

cuando le dan de amar

y un beso antes todavía

pisaba el mundo corrigiendo la noche

con un pretexto cualquiera

en realidad es una nube

a caballo de una mujer

un corazón

que avanza en elefante cuando tocan

el himno nacional y ella

rezonga como un bandoneón mojado hasta los huesos

por la llovizna nacional

esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas

que lava con furor

con sangre

con olvido

encenderla es como poner en la vitrola un disco de gardel

caen calles de fuego de su barrio irrompible

y una mujer y un hombre que caminan atados

al delantal de penas con que se pone a lavar

igual que mi madre lavando pisos cada día

para que el día tenga una perla en los pies es una perla de rocío

mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío

le crecían cerezas en los ojos y cada noche los besaba el rocío

en la mitad de la noche me despertaba el ruido de sus cerezas creciendo

el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza

siempre le vi ramitas verdes en las manos con que fregaba el día

limpiaba suciedades del mundo

lavaba el piso del sur

volviendo a esa mujer

en sus hojas más altas se posan

los horizontes que miré mañana

los pajaritos que volarán ayer

yo mismo con su nombre en mis labios”

Está negra la madera de tu casa

Está negra la madera de tu casa

y el verde de tus plantas brilla como lustrado a mano

te debe haber llovido mucha ausencia

debe haberte apagado los fuegos que encendías

para leer tus pechos

para saber quién anda por ahí

en el verano de tu rigidez empujada

¿qué sería la muerte sin la lluvia

su ciencia de humo y claridad?

temblabas como un cafetín

pasaban tangos de Gardel y toros ya suavísimos

tus piernas ardían al lado de los ángeles

y volaban cenizas del secreto cremado

¿cómo es posible el horror de saber?

¡dale

viento!

¡raspá la música que hace diamantes

en cada esquina de la sonreidora!

¡la música que separa los nacimientos de los espantapájaros!

¡los espantapájaros verdaderos!

¡que me conocen y no son yo!

Vos

que sabés hacer cuchillos

con un instante del amor

cantá

sentada en los panes que horneo y nunca comeré

¡cantá

para que corra la mañana y se subleven los canarios

que lloran ocultamente!”

“Condiciones”

Sea esta transcripción final, otro estímulo para vivir, vibrando…

“El sencillo pajarito objetivamente casi muerto alzó el ala y pió ¿con qué fuerza? ¿qué aire o mano le levantaba el ala? ¿que mano le saco aire del pulmón roto para piar? del cementerio de sus sueños ¿algún sueño aún brillando como aguas de plata moviéndose volvió a su voz? ¿fue su voz? ¿todo no estaba perdido entonces o pisoteado deshecho o roto? ¿quién lo soñaba si no al pájaro tocado por la puntita de la muerte para que pudiera alzar el ala y piar?, ¡oh muerte que así retrocedés! ¡oh muerte que así retrocedés! y el espectador ya dispuesto a llorar ¿no fue ayudante o cómplice de la que se llevaba al pajarito objetivamente casi muerto? El ciego a los oleajes de dolor y de sueño bajo las condiciones objetivas ¿no será oportunista? por falta de memoria o miedo ¿quiere enterrar al ave?”

 

Siguen floreciendo, la madreselva y el jazmín

 

 

[1] Gori, Gastón. Intermezzo de las Rosas. Santa Fe, Litar, junio de 1994, p. 15-16; p.35-37. #  El ejemplar que está en nuestra biblioteca familiar, tiene una dedicatoria: “Para Nidia y Eduardo Fontanini, con un abrazo grande de su amigo. Gastón. # Gastón anotó que esos párrafos pertenecen al “Dictionnaire de Trevoux, cita de Michel Corday, en Diálogos de Anatole France.”

[2] Ventura, Any. Diálogos sin Anestesia. Buenos Aires, Editorial Belgrano, 1972.

[3] Perón, Juan Domingo. Perón en la Argentina – 1973 – Sus discursos – Sus diálogos – Sus Conferencias.  Plan Trienal 1974-1977. Buenos Aires,  Editorial Síntesis, 1978, p. 148.

[4] Bonasso,  El presidente que no fue – Los archivos ocultos del peronismo.  Buenos Aires, Planeta-Espejo de la Argentina, 4ª ed., 1997, p.179; p. 201; p. 359; p. 409; 632.

[5] Jacobo Timerman,

[6] Comentario en “La Jornada” de México, 25 de noviembre de 2001.

[7] Una escultura obra del entrerriano Israel Hoffman, busto de Scholem Aleijem fue donada por su hijo Dr. César Hoffman e instalada en el Rincón de los Poetas del Parque “Tres de Febrero” en la ciudad de Buenos Aires.  (Información en diario “La Nación” de la capital federal, domingo 25 de noviembre de 2001. Obra del escultor Hoffman es el monumento a Hernandarias colocado cerca del Túnel Subfluvial Santa Fe-Paraná al imponérsele ese nombre, luego nombrado Sylvestre Begnis-Uranga por ser los dos gobernadores de la provincia de Santa Fe y de Entre Ríos respectivamente, que concretaron la realización de ese proyecto.)

[8] El presidente uruguayo Battle, tiempo después dijo que los argentinos son unos delincuentes y luego decidió visitar al presidente argentino provisorio Eduardo Duhalde para  expresarle que había sido un exabrupto… que él respetaba al pueblo argentino.

[9] Leer: “Carta a Roberto Fernández Retamar, Habana”.  Poemas.  Casa de las Américas, La Habana, 1968.

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