Sinopsis: Homenaje en el Congreso Nacional.
En el Congreso Nacional, rindieron un homenaje al Dr. Julio Méndez, el 13 de agosto de 1947 tras su fallecimiento cinco días antes, en la ciudad de Buenos Aires.
El Sen. Alfredo Busquet en el recinto de la Cámara destacó que había sido «un sabio auténtico cuyo renombre universal había dado extraordinario prestigio a las disciplinas de la investigación científica en nuestro país».
«…No en vano pasó sesenta y dos años de su vida (falleció a los ochenta y nueve) al lado del enfermo; prodigando su amplio espíritu de hombre bueno, enseñando por el solo placer de transmitir su ciencia, formando escuela entre sus innumerables discípulos, estudiando con la atención de su espíritu inquieto los misterios de la biología.
Fue tan grande como Virchow, como Pasteur o como Koch, a cuyo lado en la soledad de sus laboratorios de Berlín y de París, aprendió los métodos, reglas y razonamientos que pueden servir para la investigación, hasta dar con la síntesis de sus tres puntos principales: la observación, la hipótesis y la teoría.
Ya en 1894 en el laboratorio de la Asistencia Pública, que dirigía entonces, preparó su suero antidiftérico más concentrado que el descubierto por Behring un año antes y que era muy superior al preparado por Roux en el Instituto Pasteur, habiéndoselo empleado en Buenos Aires con todo éxito.
A principios de 1897 descubrió -el primero en el mundo- la antitoxina carbunclosa humana, continuando sus investigaciones en una permanente ansiedad por descubrir los misterios de la inmunidad, hasta enunciar su propia teoría que como un homenaje a su patria y a la ciencia médica que tanto amó, quiso llamarla ‘Teoría biológica argentina de la inmunidad’.
Desde el 1º de junio de 1889 ocupaba el cargo de jefe de sala en el viejo hospital San Roque –actual Ramos Mejía-.
En esos 58 años de permanente actividad se reveló el gran clínico, el pujante investigador que anhelaba descifrar los misterios de la patología junto al enfermo y al lado del laboratorio.»
Se propuso que el Poder Ejecutivo por intermedio de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires creara en la Sala I de ese hospital, el Instituto de Clínica Biológica «Julio Méndez». Después de la aprobación de esa iniciativa, los «senadores y el público de las galerías» le rindieron un silencioso homenaje poniéndose de pie.
Al día siguiente, veinte discípulos remitieron una nota al presidente de la Cámara Dr. Jazmín Hortensio Quijano adhiriendo «al justiciero homenaje».
(Lecturas y síntesis: Nidia Orbea de Fontanini.)