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1990 – Aproximación a la trayectoria de GASTÓN GORI en PALABRAS PARA COMPARTIR 4

GASTÓN GORI

“Amigo a perpetuidad

de

PALABRAS PARA COMPARTIR.

 

Gastón Gori, es el seudónimo de Pedro Raúl Marangoni.  Nació en Esperanza (Dto. Las Colonias), el 17 de noviembre de 1915.  Cursó estudios primarios en la Escuela Nº 315 “Aarón Castellanos”; el nivel secundario en la Escuela Normal “Dgo. Faustino Sarmiento” de esa localidad y en el Colegio Nacional “Simón de Iriondo” de Santa Fe.  Se graduó de Abogado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral (1949-1954).

Recibió los primeros premios por sus escritos sobre colonización: Regional, de la Comisión Nacional de Cultura, por su libro “Colonización Suiza en Argentina”; Municipalidad de Santa Fe por sus libros “Colonización” y “Ha pasado la nostalgia”; de la ASDE (Asociación Santafesina de Escritores) por “El desierto tiene dueño”; en el Concurso del Círculo Italiano por su libro “La muerte de Antonini”.

Irma Quartarone, en “Esperanza y su gente” –1981- expresa que Gastón Gori recibió “veinticinco premios provinciales y nacionales, entre ellos ‘Medalla de Oro’ de la Biblioteca ‘Marcos Sastre’, galardón al que se hizo acreedor por la totalidad de su obra’, y agrega: ‘Se lo ha llamado ‘El Belisario Roldán Santafesino’.  Hay constancia de que 75 libros de distintos autores, citan las obras de Gastón Gori; dos de ellos, en francés.

Han pasado nueve años…

Imagine el lector todo lo que han agregado su talento y su trabajo

…su pluma incesante.  Palabras… p.7

GASTÓN GORI… y sus 25 años con las letras…

En 1965, GASTÓN GORI escritor, conmemoraba los 25 años de su primer libro «Anatole France».  Presentó en Rosario (Santa Fe), su libro «La Forestal. La tragedia del quebracho colorado».

Acerca de ese auténtico alegato que es «en gran medida el proce­so al latifundio», dijo Luis Gudiño Krämer:

«El autor de este magnífico testimonio que hoy se presenta al pú­blico, es un hombre joven, en la plenitud de su capacidad creadora. Es un literato brillante. Es un hombre que a través de veinticinco años de pro­ducción constante y apasionada, ha venido puliendo su instrumento expre­sivo y continúa perfeccionándolo hasta hacer, no solo comunicativo su len­guaje, sino riguroso y metódico. Esta constante evolución en el pensamien­to de Gori le convierte en uno de los pocos escritores nacionales atentos a lo que ocurre en el país, dentro del país, como consecuencia de haber­nos convertido en país; él no se detiene solamente en la búsqueda ni el aná­lisis del pasado; no se conforma con inventariar los hechos que han ocu­rrido. Él está preocupado por encontrar, por descubrir, la razón, el meca­nismo que lleva a un desenlace o a un trance determinado por la dinámi­ca del proceso a que está sujeto, y esta explicación, que surge del propio desarrollo de los hechos, está impregnada de confianza en el esfuerzo hu­mano, que rompe continuamente los esquemas económicos del capitalis­mo. Hay visión de futuro, existe perspectiva histórica en el trabajo de Gori. »

Gudiño Krämer asegura:

«Gori pertenece a la estirpe de los sociólogos, aunque haya cultiva­do en sus veinticinco años de labor literaria todos los géneros, desde el cuento al poema, la novela y el ensayo. Su conocimiento de los problemas históricos referentes a las formas de apropiación o tenencia de la tierra en el país, ya sea en las colonizaciones con extranjeros o en el disfrute de los grandes latifundios por mercedes del gobierno, es tal vez su característi­ca más acentuada. Siempre le ha preocupado el problema de la tierra y del hombre que sobre ella lucha.»

 

GASTÓN GORI, denuncia que «La Forestal no pagaba indemnización por despido al personal del obraje, con el pretexto legal de considerados de­pendientes de los contratistas. Desde 1948 hasta 1963 se agravó todo el problema en la región del quebracho colorado, y, al drama de la desocu­pación y la miseria, se unieron los episodios de los cierres definitivos de fábricas de tanino.  Tartagal en 1948, Villa Guillermina en 1952, Villa Ana en 1960 y La Gallareta en 1963, en la provincia de Santa Fe; Baranda, en 1949, en Chaco, siguieron a Calchaquí y Santa Felicia en el destino del abandono de pobladores sin trabajo, en la inercia y la incuria, mientras en los alrededores las grandes extensiones de tierra continuaban baldías, o en el menos grave de los casos, ocupadas en parte con ganado proceden­te de los planteles de La Forestal que habían alcanzado a superar los 200.000 animales». Gori, en las páginas finales de ese libro, recuerda que «la maestra Angelita Peralta Pino, ha dejado en sus apuntes páginas con­movedoras sobre la vida en los obrajes y ha visto el peregrinar de las fa­milias.

«El obraje es una caravana humana, un ir y venir de gente, gente sin sosiego; están días y días en él, a veces meses, y con la esperanza de un por­venir mejor, desarman sus viviendas, guardan sus camas (que son un mon­tón de bolsas), atan sus pilchas… y cabizbajos, con la compañera al la­do y sus hijos por detrás, se van a lomo de mula o en carretas. »

Concluye su capítulo sobre «Los desocupados de La Forestal», ad­virtiendo:

«Si esto no es suficiente para comprender el nefasto papel del ca­pitalismo extranjero en nuestro país, si esto no es claramente interpreta­do por los gobernantes, si así como 10 entiende coincidentemente la cla­se obrera no lo entienden todos los sectores que se consideran ‘fuerzas vi­vas ‘o ‘factores de poder’, y si en conjunto todo el pueblo argentino no im­pone su ideal de liberación nacional eliminando la presencia del imperia­lismo en nuestro suelo, entonces nuestra patria continuará siendo el esce­nario donde los grandes explotadores extranjeros, con la cooperación de argentinos increíbles, manejarán los hilos fundamentales de nuestra eco­nomía y, con ello, cargarán siempre sobre la espalda del pueblo las conse­cuencias de los beneficios que se exportan.» [i]

II  – GASTÓN GORI… y Anatole France.

En 1940 aparece el primer libro de Gori, indudablemente un entu­siasta acercamiento desde el litoral santafesino, a la obra del francés Fran­çois Thibault (1844-1924), «hijo de un librero que le inició en la Literatu­ra», y posteriormente «redactor jefe de periódicos, editor, bibliotecario del Senado, crítico».

La Academia Francesa, le otorgó «su galardón más preciado en 1881» Y ello significó un llamado de atención a los lectores franceses, pri­mer escalón para la «fuma» que proyectó su obra, hasta culminar en 1921 con el Premia Nobel de Literatura, circunstancia en la que recibió un di­ploma con este reconocimiento:

«En homenaje a su brillante labor literaria, a la pureza artística de su estilo y a su generoso altruismo, así como al encanto de su espíritu ge­nuinamente francés.»  [ii]

Contemplando la trayectoria de Gastón Gori y después de leer ca­si todos sus escritos, surge una inspiración semejante, para decir1e en es­te extremo sur de América Latina, que este sentimiento aquí apenas esbo­zado en palabras, lo es…

«En homenaje a su brillante labor literaria, a la pureza artística de su estilo y a su generoso altruismo, así como al encanto de su espíritu ge­nuinamente latinoamericano.

…¡Universal!,

trascendiendo

la

galaxia…

en su percepción

y en su amor. «

 

En 1980, el inolvidable Hugo Mandón, escribió en el «Diario El Litoral» una nota comentando el primer libro de Gastón. Hugo Mandón pa­só a la inmortalidad el 10 de febrero de 1981.

 

En ese tiempo fue escrito este poema, que Gastón aún recordará:

 

A HUGO MANDÓN

 

El tiempo habrá envejecido mis papeles y joven brillará aún tu poesía

en ese diálogo íntimo de octubre:

«‘La vida es una larga pausa preparatoria para morir

y dejar algún recuerdo,

una palabra, un gesto,

dado alguna vez al aire de la tarde

y luego inolvidable».

Tú, el gran poeta,

como el ave peregrina

hiciste de esa pausa

un andar de caminos

regalando tu trino.

Cantaste a tu país y a su gente.

Dios te dio la alegría

de lanzar a los vientos tu prosa

en tu última primavera recorrida.

Tu voz quebrada

y profunda tu mirada,

fueron testigos del secreto revelado:

“Escribiré sobre Gastón y su Anatole”.

Con las alas cortadas,

te remontaste igual, en el espacio infinito,

porque usaste la palabra. . .

y tus ideas, multicolores como las mariposas,

tenían la fuerza del cóndor invencible

y cruzaban montañas.

 

Seleccionado en Rosario (Santa Fe, República. Argentina)

 integra «Canto íntimo» de Nidia O. de Fontanini,

en la edición «Prosa y poesía 1981″, pág. 237/38.

Nota de la autora: . . . Gastón es Gastón Gori, es­critor santafesino,

y su obra citada es «Anatole France.”

 

GASTÓN GORI… impulsor de Museos

El 18 de junio de 1981, a las 19, GASTÓN GORI habló en el “Acto Inaugural” del «Museo de la Ciudad», ubicado en Calle Cándido Pujato 2943 de la Capital de la Provincia de Santa Fe.

«Papeles, palabras y firmas» integraron una exposición con testi­monios de la obra de Alcides Greca, Alcira Bonazzola, Alfonso Durán, Car­los Beck, Carlos Borruat, Carlos Seguí, Clementino Paredes, Horacio Cai­l1et Bois, Horacio F. Rodríguez, Hugo Mandón, Ignacio Costa, José Carme­lo Busaniche, José Cibils, Leoncio Gianel1o (h), Leopoldo Chizzini Melo, Lina Beck Bernard, Luis Cora, Luis Gudiño Krämer, Manuel Cervera, Mateo Booz, Mercedes Pujato Crespo, Nicolás Fasolino, Pío Pandolfo, Ra­món Lassaga, Raúl Beney. Ejercía la Dirección de Cultura de la Munici­palidad de Santa Fe, el Sr. Oscar D. I. Gheco.

 

Hugo Wast -Gustavo Martínez Zuviría- desde su obra «Vocación de escritor», escrita en Burgos -España-, en 1946, alertaba con la resonancia de su mensaje, trascripto en la plaqueta recordatoria de ese acontecimiento:

«NO APAGUÉIS EL ESPÍRITU»

«Si siendo el escribir un arte y no un oficio, cuando se tiene vocación de escritor no hay derecho a abandonarla, por muchas que sean las difi­cultades que se atraviesen en el camino.

En otros tiempos era fácil seguir una vocación literaria. Había no só­lo un ambiente favorable, sino que el ser escritor entrañaba una suerte de privilegio. Se morían de hambre muchos poetas, pero los enterraban con música.

En el ambiente cartaginés moderno, los valores espirituales tienen muy escasa importancia. Vale más un político, vale más un actor de cine, vale más un financiero (así se llama a los mercaderes enriquecidos), que el autor de Sotileza, o de Martín Fierro, o de  “Los crepúsculos del jardín.”

 

«Sotileza», novela editada en 1884, escrita por José María Pereda (1833-1906) na­cido en Palanca, Santander, España. Diputado Carlista en las Cortes, Académico de la Es­pañola (1906), vivió retirado en su tierra natal, dedicado a su vocación de escritor.

«Martín Fierro», poema de José Hernández, fue editado en 1872 la primera parte y en 1879 la segunda. Hernández (1834-1886), nació en la Chacra de Pueyrredón en la pro­vincia de Buenos Aires, República Argentina. Militar, participó en las batallas de Cepeda, Pa­vón y Ñaemb’e. Diputado y Senador. Colaboró en el proyecto de fundación de La Plata, Ca­pital de la Provincia de Buenos Aires.

 

¿«Los crepúsculos de jardín»? Escriba a SEPA y participe en la selección para la próxima edción. Plazo hasta el 30 de septiembre de 1990. Máximo: una página y sus antecedentes perso­nales y/o literarios.

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Por su iniciativa, desde 1947 existe un repositorio de originales de escritores santafesinos, en el Archivo Histórico de Santa Fe, hoy Archivo General de la Provincia de Santa Fe.

 

* * * * * * * * * * *

Gastón Gori, creó el Museo de Máquinas Agrícolas en Esperanza (Dto. Las Colonias), inaugurado el 20 de junio de 1980, e impulsó la orga­nización del Museo del Quebracho en Calchaquí.

 

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GASTÓN GORI, Premio Aníbal Ponce 1982.

El 28 de mayo de 1982 Gastón Gori recibió el premio a su «vasta la­bor ensayística tendiente a indagar aspectos fundamentales de la realidad agraria Argentina, confirmada igualmente en sus valiosos cuentos y nove­las, que han aportado profundidad a la investigación y análisis de los te­mas de la inmigración y la colonización.

La significativa ceremonia se cumplió en la Sociedad Argentina de Escritores, como ocurriera con las entregas del Premio Aníbal Ponce de los años anteriores. Pero en esta oportunidad la coincidencia con los días de conmoción vivida por todo el país en tomo a la lucha por la afirmación de la soberanía Argentina en sus tierras atlánticas, dio especial sentido y ca­lurosa emotividad cívica al acto.

Para referirse a la personalidad y la obra del escritor laureado, ha­blaron el profesor Ángel Héctor Azeves y el ex-Gobernador de Santa Fe Dr. Aldo E. Tessio. Previamente el presidente de Amigos de Aníbal Ponce, Héctor P. Agosti, en conceptuosos términos hizo entrega del Premio a Gas­tón Gori. La secretaria de la SADE, Ofelia Zúccoli Fidanza invitó a los pre­sentes a cantar el Himno Nacional y  a rendir simbólico homenaje a los sol­dados caídos heroicamente en las Malvinas; luego el actor Héctor Tealdi recitó el poema «Las Ma1vinas» del poeta santafesino José Pedroni.

Gastón Gori, «expresó su agradecimiento por el premio recibido, diciendo con acento ponciano, que lo aceptaba ‘con la modestia de un tra­bajador de las letras que ha tratado de cumplir con la mayor entereza de que es capaz, con los deberes para consigo mismo y para los demás’.»

Del discurso de Héctor P. Agosti, es ineludible repetir algunos con­ceptos:

«Ya en 1844, en su Memoria sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano, Juan Bautista A1berdi nos previno contra ‘las pretensiones de hacer familia común con los ingleses republicanos de Norte América que’ -puntualizaba-, ‘nunca no han rehusado brindis y cum­plimientos escritos, pero no recuerdo que hayan disparado un cañonazo en nuestra defensa’.  Yo agregaría, por lo contrario, que nos dispararon, y mu­chos, contra la independencia de nuestros países…»

«José Martí, escribió para La Nación con motivo de la primera con­ferencia panamericana de 1889. El 26 de septiembre de ese año, le dice al director Bartolomé Mitre y Vedia, que ‘la supresión de una parte de su pri­mera carta, ha respondido a la necesidad de conservar al diario la conse­cuencia de sus ideas al par que las conveniencias de empresa’; se juzga­ba a la colaboración ‘extremadamente radical’, ¡ya entonces! por abrir una campaña de denuncia contra Estados Unidos».  Escribió Martí en ese tiem­po, párrafos que entrelíneas revelaban su pensamiento: «Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que» requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el con­vite que los Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles y determinados a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder… De la tiranía de España pudo salvarse la América Española; y ahora, después de ver con ojos judiciales sus antece­dentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda inde­pendencia.»

Recordó Agosti que en el «homenaje al mexicano José Vasconcelos, el 11 de noviembre de 1922, pudo exclamar José Ingenieros: ‘No somos, no queremos ser más, no podríamos seguir siendo panamericanistas. La famosa doctrina de Monroe, que pudo parecemos durante un siglo la ga­rantía de nuestra independencia política contra el peligro de conquistas extranjeras, se ha revelado gradualmente como una reserva del derecho norteamericano a protegernos e intervenirnos’.»

Después de reconocer que «buena parte de la obra de Gori está en­derezada a desenmascarar a esos enemigos que actúan desde adentro» y que «lo hizo con belleza, con verdad y con coraje», Agosti dijo que «ello con­firma una vez más la razón de ser del Premio Anual Aníbal Ponce destina­do a honrar una obra pero también a revelar una conducta. Son las dos constantes que desde Santa Fe, es decir, desde nuestra cuna constitucio­nal, Gori ha venido cumpliendo con tenacidad relevante y ejemplar inte­ligencia. Él ha servido, también, a esta marcha que está prodigando un ros­tro nuevo a nuestra América».

Concluyó su discurso Agosti, con un lema de Artigas, el que un día revivimos desde esta orilla como santo y seña de la batalla política, el que ahora resume nuestros sentimientos y agiganta la dimensión de David: “El pueblo unido jamás será vencido».

 

El ex-Gobernador de Santa Fe, Dr. Aldo E. Tessio, se refirió a su «vieja amistad» con Gori, originada en lazos antiguos, porque fueron «amigos» sus padres, y ahora son amigas sus hijas. Después de algunas refe­rencias a la política de inmigración y colonización que ha sido motivo de preocupación y de estudio en Gastón Gori, dijo Tessio: «Durante mi Gobierno, en la provincia de Santa Fe, tuve que afrontar el problema que cons­tituía el inmenso latifundio de La Forestal, nuestra política consistió en adquirir la tierra a precio módico a la compañía y trazar los grandes pla­nes de estudio y prospección, que finalizaron con la entrega de la tierra a trabajadores ex-obreros de La Forestal y a colonos que la obtuvieron por concurso. Aquella fue una experiencia que aplicó una política de subdivi­sión de las grandes extensiones de tierra no labrada, para entregarlas a la producción y para arraigar a nuestros trabajadores del campo de modo que disminuya el constante emigrar hacia las ciudades. Fue una forma de po­blar sin inmigrantes, beneficiando a trabajadores agrícolas argentinos, al­gunos de ellos de escasos recursos económicos.

 

El profesor Ángel Héctor Azeves, se refirió a la “significación crio­llista de la obra de Gastón Gori”, obra que “denuncia injusticias sociales y arbitrariedades a la vez que se proyecta hacia el futuro confiando en que ‘algún día han de concluir estos enredos malditos’, como dicen los versos del Martín Fierro”.

 

Resumen del discurso pronunciado por Gastón Gori

Agradezco a la institución «Amigos de Aníbal Ponce» que haya va­lorado mis libros y me haya distinguido con este premio respaldado por el nombre ilustre de Aníbal Ponce, a quien recordamos siempre con pena por su prematura muerte y con admiración por su obra imperecedera. Aprecio esta circunstancia que nos permitió escuchar la palabra de Héc­tor P. Agosti que sigue siendo rectora en nuestra valoración de Latinoamé­rica; agradezco la intervención del profesor Angel Héctor Azeves que me asombra por la asiduidad con que ha leído mis libros y es reconfortante su exaltación de los temas argentinos; asimismo me resulta muy sensible la participación del Dr. Aldo E. Tessio en este acto, y lo hizo con su saber, su experiencia de gobernante democrático, su elocuencia y su amistad.

Acepto este premio con la modestia de un trabajador de las letras que ha tratado de cumplir con la mayor entereza de que es capaz, con los deberes para consigo mismo y para los demás. Porque se me otorga en es­tos días del nefasto ataque criminal y absurdo de Inglaterra a nuestra pa­tria, no puedo decir que me siento feliz como hubiese sucedido en días de otras luchas y de otras esperanzas. Este momento tiene la fuerza capaz de hacemos sentir otra felicidad -aunque con su fondo de tragedia- es la fe­licidad de vivir la profunda unidad de nuestro pueblo en la lucha anti­imperialista, anticolonialista, y nada menos que encabezada por nuestras fuerzas armadas a quienes impulsa y obligan un siglo y medio de fe en el triunfo de una causa justa, y el respaldo fervoroso de toda la nación de hoy, heredera de las luchas históricas por la independencia de América del Sur. El pueblo quiere marchar con total esclarecimiento de sus jefes en es­ta guerra en tanto podrán liderar a Latinoamérica en cuanto estén conven­cidos de que al imperialismo hay que derrotarlo aquí y en todas partes del mundo donde haya asentado sus garras; y en tanto estén convencidos de que las batallas por la liberación nacional en defensa de nuestra sobera­nía e integridad territorial, están ligadas a la lucha por la democracia. Sin democracia no se habrá logrado la totalidad del triunfo. La soberanía re­side en el pueblo y todos unidos estamos viviendo la defensa del territo­rio donde se la ejerce y en las Malvinas, donde debe ejercerla definitiva­mente… Unidos para derrotar a Inglaterra y a su cómplice los EE. UU.; a esa Inglaterra que desde los albores de nuestro nacimiento como nación ha es­tado permanentemente usufructuando su posición de imperio metidos sus intereses en nuestra diplomacia, en nuestra política interna, en nuestra economía.  Era hora de que nos librásemos de ese peso negativo en nues­tro país y de todo otro imperialismo y éste es el desafío de nuestros días y nuestro destino patrio.  Todo le ha sido favorable a Inglaterra cuando se trató de enriquecerse en nuestro territorio, con la complacencia o la com­plicidad o la ignorancia de argentinos increíbles; desde siempre supo ma­nejar las influencias en gobernantes, de legisladores, de personas con gra­vitación en los asuntos del Estado o con riquezas que le unían a sus inte­reses.  ¡Durante casi doscientos años gravitó su sombra en nuestra patria! y cuando nosotros desde nuestra juventud alertábamos contra ella invo­lucrándola con las potencias imperialistas que nos afectaban, éramos con­siderados poco menos que antipatriotas por algunos círculos de gobiernos y por gobernantes mismos en irrisoria tergiversación de nuestros ideales nacionales, que siempre, por otra parte, han sido los del pueblo democrático­ argentino, como queda trágicamente demostrado ahora, cuando en­frenta con su vida a los imperialistas, sobre los cuales está cayendo el des­precio de los hombres y gobiernos del mundo que a su vez soportaron o aún soportan ese flagelo temerario.  La intromisión de Inglaterra y luego de los EE. UU. en nuestro país por los medios económicos a los que siguen las pre­siones políticas, estuvo siempre apoyada tácita o abiertamente por la fuer­za o la implícita amenaza de su fortaleza sea militar o política en el mun­do, con que podía dejamos en inferioridad internacional.  Si Inglaterra hasta nos mandó una nave de guerra en 1876 anclándola en Rosario, pa­ra proteger su oro del Banco de Londres, como si fuésemos apenas un si­glo atrás, lo mismo que se creen ahora: territorio apto para predominar en él o territorio susceptible de permanecer en él o en sus islas, como due­ña soberana aunque el origen de su presencia en el archipiélago de las Mal­villas no fue más que fruto de criminalidad internacional, de usurpación, menosprecio hacia los pueblos nuevos; prepotencia y cañones cuando éra­mos débiles de que da pruebas la, historia y que refutamos ahora con la fuerza en la guerra que nos ha impuesto.  Toda nuestra historia registra su influencia en fundamentales aspectos de la vida de nuestra nación. ¡Has­ta con sangre de un senador eminente que cayó asesinado, manchó nues­tro Congreso mientras se debatían las cuestiones de los frigoríficos de que eran dueños!   Con nuestros cueros y tanino amasó Inglaterra inmensa ri­queza proveyendo a los ejércitos en la guerra de 1914-18 de calzados y arreos para las caballerías. En 1916 La Forestal fabricante de tanino y due­ña de dos millones de hectáreas ricas en quebrachales argentinos, efectuó balance que arrojó beneficios calificados de estupendos y desde entonces hasta 1921 los obreros y hacheros padecieron en nuestro norte de montes y vacunos, desocupación, persecuciones y muerte a balazos por parte de fuerzas de seguridad cuyos jefes y gobierno no comprendieron que mata­ban argentinos en huelga forzosa, para defender la riqueza de extranjeros, que hasta izaban su bandera de origen en sus fábricas de tanino como si confirmaran la prepotencia de su dominio, el desprecio por nuestra patria.  Ahora los estamos combatiendo en las Malvinas; ellos nos obligaron a ha­cerlo con las armas y seguramente nuestra enorme unidad de pueblo ar­gentino con sus soldados y nuestra justicia, ha de hacer que definitivamen­te seamos nosotros una nación totalmente libre en la integridad de su te­rritorio.  ¡Ya nadie podrá decimos o sospecharnos de que no estamos con la Patria por ser antiimperialistas!  Están triunfando nuestras verdades.  Y desde ahora hacia el futuro no habrá un solo hombre honesto en el estu­dio de Argentina, ya sea de su historia, de su política, de sociología, que no comprenda que la verdad hay que buscarla y enseñarla a la luz de es­tas proposiciones, de estas que nos guiaron siempre.  ¡Ningún hombre de este país podrá ser acusado de tener ideas foráneas porque defiende, sus riquezas de la voracidad imperialista o su soberanía en contra de las pre­siones de EE.UU.!   En esta unidad de hoy del pueblo argentino está inser­tado ese convencimiento.

En lo que respecta a la Patagonia, creo que esta guerra que libran los ingleses y norteamericanos contra nosotros, debe crear nuevas prade­ras aptas para otros cultivos vegetales y animales. Técnicamente puede re­solverse la conducción dirigida de agua en vastas zonas, pero mientras existan las enormes propiedades éstas impedirán el progreso y la aplica­ción de recursos públicos en una gran empresa de reestructurar el terri­torio en el sur y hacerlo económicamente atrayente para los argentinos y hombres del mundo que admitamos en nuestro suelo. Es una gigante em­presa que demandaría estudio y décadas de trabajo, pero así como somos capaces de esta férrea unión en defensa de nuestro territorio ¿cómo no ser­lo para transformar lo que tiene de desierto e improductivo en poblados y en explotaciones que conviertan la presencia nacional de legal y baldía en una realidad concreta de población y trabajo? La tierra no es del ciu­dadano cuando el estado, la nación la necesita para cumplir su destino ci­vilizado, del ciudadano sólo resaltan sus derechos subsidiarios que se con­templan.   El gobernador de Santa Cruz advirtió que 650.000 hectáreas es­tán en manos de unas pocas sociedades comerciales de extranjeros.  Las Malvinas quizá no alcanzan a tener esa cantidad de tierra aprovechable con sus 11.700 km2. El Dr. Costa Méndez, ministro de Relaciones Exterio­res, que interviene con tanto acierto en los organismos internacionales abogando por nuestro derecho, y que muchas veces estuvo no sólo exacto y veraz y justiciero sino que ha alcanzado momentos brillantes, acaba de manifestar con notable resonancia pública, que el 46% de las tierras de Las Malvinas son propiedad de una sola compañía y que sólo 23 personas son dueñas del resto, y lo dijo para hacer notar al mundo de qué manera ma­nejaba sus obligaciones en las islas Inglaterra; lo dijo mencionando una de las causas por las cuales Inglaterra puede ser acusada por Argentina de de­jadez o injusticia con respecto a los intereses de los pobladores del archi­piélago. Este es un pensamiento inédito en boca de un ministro de tan al­ta gravitación actual en los destinos de Argentina y lo es con respecto a to­do otro de otros ministerios en circunstancias especiales. Y si queremos saber hasta qué punto dijo verdad el Dr. Costa Méndez, pensemos en nues­tras tierras continentales del sur para saber también hasta qué punto res­ponsables de aquellos desiertos y de aquella anacrónica manera de permi­tir la presencia de enormes latifundios no integrados en nuestra produc­ción como no sea en la cada vez menos significativa explotación lanera. Cuando el Dr. Costa Méndez enjuiciaba a Inglaterra en el aspecto de pro­piedad injusta de la tierra en Las Malvinas nos estaba colocando en obli­gado examen de nuestra propia responsabilidad. El ministro ha visto con claridad el problema; ojalá que nadie apague esa luz, cuando nos toque cumplir con la etapa nueva que nos espera. Nada de lo que es verdad y pa­sión justa ahora que estamos en guerra, debe ser olvidado o falseado lue­go en la paz.  No convirtamos después desde el gobierno aquello que fue vis­to con claridad, en sombrío rechazo de las reformas, en temerosa políti­ca de inercia y complacencia con el desierto y el atraso.

GASTÓN GORI, Académico

En 1983, como reconocimiento a la tesonera obra del poeta – escri­tor – investigador, la Academia Argentina de Letras nombra a Gastón Go­ri, Miembro correspondiente.

Santa Fe de la Vera Cruz, su ciudad de residencia, celebra el acon­tecimiento el 16 de septiembre de 1983, en la Sala Marechal del Teatro Mu­nicipal 1ro. de Mayo. Auspiciaron el homenaje: Asociación Israelita «I.L. Pe­retz»; Litar Soc. Anón; SADE (Soc. Arg. de Escritores) Filial Santa Fe. Asis­tieron el Secretario de Cultura y Bienestar Social de la Municipalidad de Santa Fe Sr. Alberto Héctor Bilbao; el Director de Cultura Sr. Oscar I. D. Gheco; escritores y amigos. Hablaron Oscar Agú -por SADE- y Nidia Or­bea de Fontanini como coordinadora del programa de actos y del Círculo de Escritores del Litoral.

Concluido el acto, los diálogos se prolongaron en un encuentro en la sede de la Asoc. Cult. Israelita «I. L. Peretz» presidido por el Señor León Blajman.

Cuando no hay «papeles» con «tinta», ni «firmas» a la vista, la me­moria suele ser insuficiente, aunque las emociones dejen huellas imborra­bles.  Quizás en esta evocación falten precisiones.   No obstante ello, el pro­pósito es destacar otro hito en la vida de Gastón… y de Charito, quien recibió esa noche un hermoso ramo de rosas ¡las rosas de la amistad!…

* * * * * * * * * *

Porque las anécdotas de Gastón merecen ser conocidas, es oportu­no decir que apenas conocida la distinción, Nidia llegó hasta su casa en la calle Laprida, cuando aún el Puente Colgante, majestuoso, desafiaba a las aguas del bravío Paraná.

Gastón, acostumbrado a regalar poesía, le entregó una hoja de pa­pel, con los versos de «Nunca quise»…, con correcciones manuscritas… -obstinada y coherente actitud del poeta…- para completar su obra de arte: ética y estética.

Aquí, el poema que Gastón escribió después de ser informado de su incorporación en la Academia Argentina de Letras, en agosto de 1983, impreso en plaqueta, y entregado aquel 16 de septiembre que congregó, a amigos y a lectores, con una emoción incomparable.

NUNCA   QUISE…

Nunca quise ser el grande,

el poderoso;

no quise mandar hombres

quizá por respeto

a los azahares,

a las notas bellas

de los violines.

Nunca pensé en coronas

ciñendo mi frente

-minúsculo asiento del mundo­-

ni que alguien se humillara

en una reverencia.

Nunca sembré huracán

de uso propio,

ni mieles para mi boca;

quizá sólo quise una luna

somnolienta,

un tapial con un gato

ronroneando en la noche.

Y una lágrima mía

por la novia de un poeta

por su dulzura,

por su tristeza.

Nunca pensé que el oro

es metal de sol,

de universo,

de corazón amado,

de mundo triste,

de amor hermoso.

y nunca lo tuve

aunque pobló de sueños

mis amarguras.

¿Alguien hay que diga

si algo quise en mi vida?

Quizá amé la muerte dulce

del lirio,

el perfume del nardo

y su espada, con Federico;

y la sonrisa triste

de la madre pura

sin pan de día

sin paz de noche,

sin beso magnifico,

con brazos duros

y espíritu de fuego

apagando infiernos…

Nunca quise ser feliz,

-ni desgraciado-­

viví en el planeta,

con mis hermanos

y los vi, y los acompañé

y aún los acompaño

con mi verso,

con mi prosa,

y el fuego del alma

y la miel de mi boca.

Si nunca quise

para mí algo

y amo tanto;

de bruces en la tierra,

de pecho al viento,

de alma al infinito

digo:

-¿Qué quise, qué amé, qué amo?

Siento los planetas

silenciosos;

siento al hombre y su destino;

la planta florecida

-que no pregunta­-

el canto en la selva

-que no pregunta-­

y el infinito donde el hombre dice:

siempre, nunca. . .

o amor,

o dolor,

o vida y muerte.

 

GASTÓN GORI, y sus 70 años. . .

Juan Carlos Arch, el viernes 25 de octubre de 1985, en el Diario;’EI Litoral» de Santa Fe, dedica en la página 7, un merecido espacio a «los 70 años de un luchador», y destaca que GASTON GORI, «dentro de la litera­tura lleva escritas más de 60 obras, pero además su empeño y vocación se han reflejado en ese territorio de otra manera: fue creador y partícipe de dos grupos literarios como Espadalirio y Tupambaé y uno de los principa­les fundadores de la Asociación Santafesina de Escritores, siendo el redac­tor de sus estatutos y reglamentos.  También contribuyó a la fundación de la SADE (Soc. Arg. de Escritores) filial Santa Fe y del Centro de Escrito­res del Litoral», referencia al Círculo de Escritores del Litoral, que con­vocara y coordinara Nidia Orbea de Fontanini, desde 1983 a 1986.

«Por su iniciativa, se llevó a cabo en Santa Fe el Primer Congreso Nacional de Escritores.  En su extensa trayectoria se anotan otros esfuer­zos como el Museo de Máquinas Agrícolas de Esperanza, el Museo Nacio­nal del Quebracho en Tartagal, y su viejo proyecto: el Instituto Documen­tal del Escritor.  Por su impulso fue creada la cátedra de Legislación Escolar, en las escuelas normales provinciales.»

«Presidió la delegación Argentina que participó en la Conferencia Hemisférica sobre la Paz en Vietnam realizada en Montreal (Canadá)».

Cuando se repasan sus antecedentes, resalta que un creador de su ­talla, haya realizado la mayor parte de sus numerosas conferencias no en las grandes capitales, sino en San Jerónimo, Coronda, Humboldt, San Car­los, Vera, San Cristóbal y así podríamos continuar hasta casi agotar las lo­calidades de nuestra provincia y muchas del interior del país.»

Concluye la nota destacando «la coherencia de un hombre que ha hecho de su vida y obra una sola cosa, una unidad indisoluble que nunca ha vuelto la espalda al compromiso de cantar sus ideas tanto en la prosa, el verso y en la misma vida. Y también que compartir un momento de es­ta vida con él, en esta estación de su camino, es jovial mente sentir que bu­lle aún de imaginación y amor, pero también de indignación y fuerza por las injusticias sociales contra las que siempre luchó.»

 

* * * * * * * * * * * *

Agosto de 1985 . . .

Graciela Ferrero, escribió en el prólogo de «Búsqueda de la ale­gría»:  [iii]

“…Gastón, amigo mío…

…Así te siento.

…Tan fiel a tus amigos…

a tus ideas…

a tus ancestros de barcos rubios,

al respeto por los maestros,

a la simpatía por los compañeros de versos,

al estímulo permanente para

quienes necesitan del oxígeno de

ésta, tu vida, que elaboraste

trabajosamente y tan solo…”

 

* * * * * * *

 

El 27 de octubre de 1985, a las 19,30 en el Centro Cultural Provin­cial, sito en calle Junín 2457 de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, se celebró el cumpleaños de GASTÓN GORI.

Integraron la Comisión de Homenaje, Talleres de la Cultura, CEL (Círculo de Escritores del Litoral), Asociación Argentina de Actores, Ci­ne Club Santa Fe, Fotopropuesta, Asoc. Cultural Israelita Argentina «I. L. Péretz», Asociación del Magisterio, Fundación Banco Bica, Ministerio de Educación y Cultura, Subsecretaría de Cultura de la Provincia.

La Asoc. Arg. de Actores, presentó un audiovisual con el título de su poema «Jugar a la vida».  Dirigió Carlos Gallo, colaboraron en Escenografia: Dino; Diapositivas: Santos; Música y Luces: Alberto; Actuación: Chichí Cataldo, Mary Rosciani, Pocha Gallo, Liliana Gorosito, Dino D´Emilio y Carlitos Valinotti.

*******

Aquí, su palabra poética… . . resonancia del eco guardado en el es­píritu de quienes tuvimos el privilegio de acompañado en esa noche inol­vidable del “jugar a la vida “ del  “Gigante de las letras”

 

*******

 

«Jugar a la vida»… de Gastón… donde nos revela:

“Me jugué a la flor esplendorosa,

a débiles luces del amanecer

y a las mariposas.”

……………………………………………………………..

“Me jugué al río

y al invierno y al estío

me jugué por todo lo tuyo

y por todo lo mío

………………………………………………………………………………

Y pido el total de lo jugado

un hombre libre,

un hombre emancipado.”

 

El aire, si,  el aire

Amo el aire.   El aire no tiene dueño.

Limpio de especulación.

Lo respira el joven Y el viejo,

la novia y el viudo;

lo respira el hombre.

¡Nadie posee un latifundio de aire!

Amo el aire que es del hombre que lo respira,

de la flor abierta en su cubertura transparente,

de la inocencia del niño

inaugurador, a su vez, del mundo.

Lo amo porque no repara en él la novia dichosa

y lo respira, y lo bebe en su sonrisa,

y permanece humilde en sus dulces azahares.

Amo la inconmensurable suavidad del mundo

Venid aquí, hacia este lado, y marchemos juntos,

sobre la tierra apenas, en el aire casi todo.

Venid donde mi alma está iluminada

y ardida en el aire,

es también vuestro sitio,

el bello, el puro aire de toda la vida,

el puro aire sin precio

que respira el hombre, cada vez más bello:

¿Oyes las proclamas y los gritos de triunfo?

Amo la inconmensurable suavidad  del mundo:

el aire que es del hombre,

de la planta, de la flor, del insecto,

de todo el que transita por la vida,

del silencio, la música y el ruido,

del llanto inicial, del estertor de la muerte.

Lo amo en su inmensidad liviana

que no pesa con la muerte,

ni con la dicha, y el dolor;

ni con la eternidad suficiente del amor.

¡ No podéis, ah señores, hacer nada contra el aire!

II

El aire agitado y violento

y fuerte de alas infinitas,

es el viento.

¡Vengan todos aquí, unámonos en el viento fuerte

y sintámoslo arrasar los cimientos!

Este es el aire, el que respira el hombre,

y se ha vuelto terrible y justiciero

y arrebata al mundo con su vuelo.

Aquí está el hombre sacudido

en el remolino bravo de la historia.

Respira el aire y lárgate, hermano, en las furias

sacudidas, en los vientos magníficos

que pulen la cara del mundo,

que limpian el rostro del hombre,

su vida levantada en arrebatos tremendos

y hermosos

del aire enriquecido de rabia viento,

de amor aire,

ternura brisa,

tormenta hombre y humanidad libre!

Este es el aire,

el manso aire de todos los días,

y este es el viento,

el hermoso viento de la historia,

el viento en el mundo.

*******

GASTÓN GORI, sus valores y su identidad.

Litar Soc. Anón., la empresa santafesina que ha editado y reedita­do numerosos títulos del distinguido escritor, contribuyó a la difusión de estos testimonios:

Dice de «Gastón Gori y sus poemas», la escritora Liana Friedrich de Theler:

«…Su último poemario titulado ‘Canto a la ciudad. Los seis caminos’, apareció en 1981.

Quizá la lectura de esta epopeya patria, logre revivir en este momento trascendente para la vida del país, el histórico compromiso del pasado.»

«…El escritor justifica su nece­sidad de cantarle, porque ‘alguna vez la sintió claramente latinoamericana’…; y en el subtítulo combina la forma decla­rativa: ‘Corazón legal de la República’, que alude al hecho histórico decisivo, la sanción de la Constitución Nacional, el 1ro. de Mayo de 1853; por el Congreso reunido en Santa Fe.»

«En cuanto a ‘Los seis caminos’, éstos constituyen los modos de argu­mentar del poeta en búsqueda de lo ab­soluto, o la existencia de Dios.»

Dice Gori poeta: «A ciegas voy por el sexto camino, y esto es un derrumbe de infinito…»

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Nidia A. G. Orbea de Fontanini, en su ensayo que no es más que una exaltación de los valores auténticos y permanentes que emanan de la obra total de Gastón Gori», recrea las vivencias del autor, «que permiten des­cubrir nítidamente su perfil, su ubicación en el tiempo y en el espacio, Su amor a la libertad, su respeto por el hogar y la familia. Es evidente que Gastón, es un HOMBRE, y necesita su TIERRA.  AMA por ello a la VIDA y a la PATRIA.   Es evidente que cuando nació el esperancino, con él crecía Dalmacio Gálvez, ese muchacho de serena contemplación y de niñez tra­viesa y bullanguera Dalmacio, a quien perdurara el recuerdo de un «para­íso», sombra en la soledad del patio y perfume que él aspiraba, uniendo a su ‘aroma de septiembre, / la dulzura de un nombre… que ocultó siem­pre’.»

Dalmacio, a quien «el sometimiento, la esclavitud le resultaban siempre actitudes cobardes, cobardes aún para quien utilizara su poder para generar mayores dependencias, porque no ha de haber mayor cobar­día que la de no saberse vencer a sí mismo, en las mezquindades, en las debilidades, en la mediocridad.»

«Gastón Gori, plantea siempre el problema de la existencia huma­na, como resultado de una falta de amor de donde derivan todas las injus­ticias. Y si de un signo habría que hablar por ser una constante en toda su trayectoria, éste sería el signo del amor; y sólo sus palabras tienen verda­dera elocuencia; por ello, de él puede decirse: ‘Ama al hombre en sus erro­res, con sus debilidades, sus crueldades. Y lo ama tan apasionadamente que a veces castiga con rigor las injusticias. Ama a los que, serán dueños del reino del cielo y nada poseen sobre la tierra’.   Y con él coincidir en que ‘lo terrible no es la naturaleza del hombre, sino que debe vivir, el hombre’…; ‘asombra lo que es capaz de hacer con su ingenio, lo que descubre y lo que construye’.»

«Esta es la estatura moral de Gastón Gori, un ejemplo».

«Una estatura que no figura en ningún documento de identidad, pe­ro que es justamente la identidad.»

(26 de junio de 1988. Ponencia aprobada por el Consejo Académico del Congreso Nac. de Literatura. Universidad Nacional de Misiones, República Argentina.)

 

* * * * * * *

Julio de 1987…

Luis J. Perassi, que «nació, vivió y vive en el campo, en el mismo pre­dio de sus abuelos, de sus, padres»; el «tallista notable», después de «ha­cer todos los trabajos propios del cuidado de los animales, o de arar, o de sembrar, manejar con su padre el ganado, ordeñar las vacas, y todas las in­contables tareas subsidiarias que realiza un campesino. Y además, aten­der los deberes para con su familia, su mujer, mis hijos, …lee libros, lee también los de Gastón Gori… y escribe poemas, como si fueran frutos de árboles de su tierra.»

Una vez, Luis Perassi preguntó si «Dalmacio» era precisamente Gastón. Y la respuesta fue: «En cierta forma sí, con todo lo que le puede agregar el escritor, su propia imaginación.»

Otra vez, preguntó si Gastón aprobaba lo que escribió luego de le­er «El obsequio de los pájaros»… y la respuesta fue: “No sólo apruebo, si­no que me encanta que un amigo campesino tan querido, quiera dejar el recuerdo de su pensamiento en relación a ese libro y a nuestra amistad.

Algo tenemos -o mucho- en común: él siembra y cosecha el trigo, yo escribo sobre ‘El pan de los argentinos’, es decir el pan que tiene en su historia el trabajo del hombre nuestro en la tierra».

De «Don Dalmacio'» dice Perassi que «es todo amor: amor de pa­ciente avispa que amasa tierra yagua, amor de pájaro que trabaja y canta, amor al perfume de los azahares, al sudor de su rostro, al mate conyugal de agradable sabor y cuyo obligado alto es un momento de ocio, bien apro­vechado para observar la marcha de la labor, y ¿por qué no?, para admi­rar el poder de sus propias manos, sucias ahora por las salpicaduras del barro amado, al construir un horno que no es imprescindible para su dia­rio vivir, un horno común, rústico, bocón, hecho por amor al arte… El hor­no de Don Dalmacio no se usa, está allí, en el fondo del patio perfumado de azahares… se me antoja -intuye Perassi- …que es un monumento re­presentativo del amor.»

En el final de sus comentarios sobre los apólogos y relatos del libro que debió titularse «Dalmacio y la Santa Rita» si no hubiera sido por la in­fluencia del editor…, Luis Perassi se pregunta: «¿Qué podría decir el vie­jo escritor si negara a leer lo que pienso de él?, ¿qué pensaría al saber que hice un alto en mis labores campesinas para soltar amarras a esta inquie­tud? Nada, posiblemente nada. O acaso con una sonrisa meditativa com­probada que Gastón Gori no miente» al describir a Dalmacio, porque sa­be que existe una imagen suya elaborada entre la gente que lo ha leído, que lo ha escuchado, que lo ha tratado, sin que todo ello signifique mucho ni poco para él.»

 

*******

 

GASTÓN GORI, educador profesional.

Acerca de la «misión del educador profesional», el Diario El Lito­ral publicó el 19 de febrero de 1982, una nota de Nidia A. G. Orbea de Fontanini.  En su página 6, es posible leer:

«Quien asume la educación como una misión apostólica, será dig­no de ser llamado maestro y si de un docente se trata, maestro de vocación; dando a la palabra apostólica el simbolismo que de ella emana en un sen­tido vivencial, y se ha dicho misión apostólica, por el fervor que debe ca­racterizarla».

Penetrando en el pensamiento de Ortega y Gasset, la autora de­muestra el interior de la palabra misión -su esencia-, diciendo que signi­fica «lo que un hombre tiene que hacer en su vida, pero ese tener que ser no le es impuesto, sino que le es sugerido, siendo él ante sí mismo, quien debe justificar el acierto o error en la elección.»

Reitera de Ortega: «Misión es esto: la conciencia que cada hombre tiene de su más auténtico ser que está llamado a realizar.  La idea de misión  es pues, un ingrediente constitutivo de la condición humana y así co­mo sin hombre no hay misión, podemos añadir que sin misión no hay hom­bre.»

Luego señala algunas pautas basándose en su propia experiencia: «El hombre con auténtica vocación para ser un educador profesio­nal tendrá una filosofía que basándose en el propio autocontrol, lo impul­se a cumplir con nobleza su misión, porque será consciente de que está prestando un importante servicio a la sociedad, como es la necesidad de educar al pueblo, sobre las bases de la libertad y la convivencia. La libertad nace del cumplimiento del deber y el deber, es el deber ser, no como una magnitud fija, sino la evolución resultante de una formación moral y profesional, perfeccionada para el servicio de la comunidad.

La convivencia, exige un profundo sentimiento de respeto por el hombre, por su dignidad humana, y necesita del amor. Sin amor, no exis­te excelente educación, creo que podría afirmar que ni existe educación, porque se destruyen los valores morales, que son pilares en su trascenden­te existencia.

Libertad y convivencia, son antónimos de despotismo y sumisión, de anarquía y sectarismo. Si tal es la misión del educador profesional, lógicamente debe cumplirla en un contexto socioeconómico propicio para que no se sienta conmocionado por la impotencia o la frustración y los maestros de vocación, así lo esperan.»

 

­15 de junio de 1987.

Un lustro después, releer esa nota implica identificar a GASTÓN GORI, en el sentido misional otorgado a su vida y a sus actos, como escri­tor, como educador de adultos y trabajador incansable; facilita la compren­sión del merecido homenaje realizado en conmemoración del Día del Li­bro, en el mes de las Letras, en una intención de conocer, para reconocer­nos; educando por el arte, para recrear la Fe y la Esperanza.

En esa circunstancia, GASTÓN GORI recibió el reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura de Santa Fe, con la participación de la Subsecretaría de Educación Preescolar Primaria y Especial, de la Jefatu­ra de Supervisión de Educación para Adultos y del Equipo de Educación y Cultura de la CGT, Regional Santa Fe.  Sus libros -y los de otros autores, incrementaron el patrimonio de quince escuelas primarias para adultos y treinta y tres Centros de Alfabetización y de Capacitación Laboral.

Su poema «Nunca quise», volvió en la voz de un alumno de Educa­ción Primaria para Adultos. Esa Educación a la que él dedicó varios años como docente, y toda su vida como EDUCADOR, porque no existe un po­ema o un párrafo que no implique una reflexión o una revelación sincera y verdadera.

La letra manuscrita por Charito – su esposa, Elda Rosaura Campana-, menciona como actuación de Gastón Gori:

– Secretario Técnico de Inspección General de Escuelas

– Director del Boletín Escolar

– Vocal de la Comisión de Cultura de Santa Fe en representación de, los escritores.

En «Quién es quién en la Argentina» consta que fue Profesor de Historia en Venado Tuerto (Sta. Fe).

La emoción compartida en el otoñal atardecer de 1987, confirmó  que el sentimiento de sus ex-alumnos, de sus ex-compañeros y de sus lec­tores, superó las expectativas de un sincero intento de demostración con, palabras y pergaminos, generalmente sólo una aproximación al testimonio  verdadero que merece una vida dedicada al trabajo, sin claudicaciones.

En 1990, Gastón Gori sigue educando, porque en su discurso insis­te en concienciar acerca de que la justicia social que caracteriza a una comunidad -y específicamente a sus gobernantes- está demostrada por la importancia asignada a la política cultural aplicada, que basada en un orden  asegure una vida digna, en libertad, sin discriminaciones.

 

GASTÓN GORI … Gran Premio de Honor SA.D.E. 1990

 

Juan Carlos Arch evocó algunos de estos hechos en el homenaje ofrecido a GASTON GORI por Banco Nordecoop Coop.Ldo. el 29 de junio de 1990 a las 20.30 en la sala de Ira. Junta 26tH, con motivo de la obtención del GRAN PREMIO DE HONOR DE LA S.A.D.E. 1990.

 

Allí, algunos de sus amigos revivimos palabras y emociones. com­promisos y esperanzas.

Allí, estuvo José Rafael I.ópez Rosas, el autor del apócope «Espada­lirio», tomado de un poema de García Lorca:

‘Con el aire se batían

las espadas de los lirios’. . .

«La empresa -como dice Gori- tenía por objetivo aunar recursos pa­ra poder editar los cuadernos, y, como ya era de práctica, tener un motivo más para efectuar reuniones amistosas. ‘ La impresión’ estuvo al cuidado de Victorino De Carolis que, de hecho, intervenía en la selección tipográfica y en la diagramación».

Allí, el artista plástico César López Claro, anunció la Fundación que preside con su esposa, y que será centro de exposición de obras de arte y lugar de encuentro para difundir los valores culturales de los de autores na­cionales.

Hablaron sus amigos: los Dres. Rodolfo Bruera y Jorge Taverna Irigoyen; el periodista Jorge Alvarez; creador de «La tierra y su gente» entre otros.

Esa noche, otra página incluía su nombre: «Desde Santa Fe a América Latina y el Caribe, 1ro. de junio de 1990», en una convocatoria para el Encuentro Nacional y Latinoamericano, a realizar en septiembre en esta ciudad capital de la Provincia.

 

* * * * * * *

Un comentario necesario:

El 26 de julio de 1988, D. Alfredo Viola, Director de la Biblioteca Nacional de Asunción (Paraguay) comunicó que por intermedio de una pro­fesora del «Colegio Argentino» de esa ciudad, previa coordinación de la Sra. Nair Torrás de Hachmann, Bibliotecaria del Instituto «Ntra. Sra. de Lourdes» de Santa Fe-, habían ingresado los libros donados por SEPA (Servicio de Educ. por el Arte).

Dice el Director en un párrafo: «Me parece excelente la idea de in­tercambiar relaciones culturales con el SEPA; pues es por todos sabido que la cultura une a los hombres y a los pueblos.  Entre los títulos «cuyo de­talle acusa en hoja separada», están los de Gastón Gori:

«Pase Señor Fantasma…»

«Nicanor y las aguas furiosas»

«Canto a mi ciudad»

«Todo en un día»

«La Forestal»

En 1989, personalmente la escritora Odila Vega de Dávila, acercó “Palabras para Compartir”, y el Director D. Carlos Solano Fernández Caba­llero, M. Sc., reconoció el valor de esos aportes.

En 1990, corresponde que ingrese este volumen, para que al conocernos sea posible reconocemos.

*******

En la página treinta y siete:

“Necesitamos

una medida

para las distancias

materiales;

mientras

las resonancias

de las vivencias

persisten en un espacio

y todos los días,

inconmensurables. . .

en los recuerdos.”

                                                                                                       Nidia A.G. Orbea de Fontanini, 31 de julio de 1987.

                                                                                                       (Compartiendo mensajes con Oiga Miranda de Savini

                                                                                                       Maestra de Grado 2do. C. Esc. N9 436 «Gral. San Martín»

                                                                                                       SAN JA VIER (Santa Fe)

                                                                                                       Integra Palabras  para compartir 3, p. 182.

 

En la página treinta y ocho, necesité expresar:

 

“En los recuerdos…

llega

una

voz

que insiste

 

‘en la necesidad de reconocimiento de la Literatura Infantil.

Y lo que todos se olvidan de señalar es que también es literatura de adultos. Sí, característica exclusiva de esta literatura es la bipolaridad del destinatario.  Debe satisfacer casi al mismo tiempo al niño y al adulto’.”

                                                                                                                      Diario «Hoy en la noticia» de Santa Fe,

«La página abierta» Opinión 7,jueves 10 de setiembre de 1987.

                                                                                                                      Título: Literatura infantil: ¿pariente pobre?

                                                                                                                      Autora: Graciela Pacheco de Balbastro.

                                                                                                                      Prof. de Castellano, Literatura y Latín.

En la página treinta y nueve, la dedicatoria:

 

A

Dalmacio Gálvez…

el niño de ayer,

que «además era pecoso…»

 

A

Don Dalmacio…

hoy,

el abuelo feliz…

estas

«Palabras para compartir»

 

en momentos de silencio…

en lecturas con amigos…

y en familia…

 

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini.  Otoño/1990.

 

 

[i] Gori, Gastón. “La forestal – Tragedia del quebracho colorado. Santa Fe de la Vera Cruz, Argentina, 1983, 3a. edición, Editorial Litar Soc. Anónima, paginas 167 y 169.

 

[ii] PARNASO. Diccionario de Literatura, Barcelona, Editorial Ramón Sopena, 1972, p. 502.

[iii] Graciela Ferrero en ese tiempo, era la identidad que utilizaba Graciela Geller, escritora de Ceres (Departamento San Cristóbal), provincia de Santa Fe, Argentina.  #  “Búsqueda de la alegría”  fue editada por «Fundación Banco Bica» -Colección «La región», el 15 de octubre de 1985 adhiriendo al “Ho­menaje 70 aniversario de Gastón Gori”.

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