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Dr. Francisco Pascasio Moreno: científico, legislador, filántropo…

Francisco Moreno: trabajador social y  filántropo.

1987-2004: Ecos en Santa Fe de la Vera Cruz.

 

Sabido es que Francisco Moreno, nació en Buenos Aires el 31 de marzo de 1852, desde los doce años reveló sus intereses por el estudio de la Naturaleza. Era un entusiasta explorador y poeta argentino, geógrafo, paleontólogo, antropólogo, etnógrafo, educador, diputado nacional (autor de once proyectos, algunos extensos y demostración de su sólida formación y de la continuidad en la elaboración de diagnósticos y evaluaciones, en la formulación de hipótesis y de proyectos tendientes a la educación permanente de la comunidad.

El escritor Aquiles D. Ygobone, en la introducción del libro titulado Francisco P. Moreno – Arquetipo de argentinidad, destacó

La información que mayor difusión tuvo en torno al Perito Moreno está relacionada con la nota escrita el 6 de noviembre de 1903 y dirigida a gobierno ofreciendo la donación de parte de las tierras recibidas como premio por sus exploraciones y trabajos realizados en la Patagonia argentina y por sus aportes a la solución de un conflicto limítrofe con Chile.

Francisco Moreno: trabajador social y  filántropo…

En torno a “la acción filantrópica del Dr. Moreno” es insoslayable su labor siendo vicepresidente del Consejo Nacional de Educación porque “silenciosamente y sin alardes, nacida todo ella del fondo puro de su alma de filántropo, encuentra su culminación en la creación de una institución… “La Obra de la Patria”.  [1]

“Lógicamente había elegido como escenario de su actividad a una de las zonas más pobres de la ciudad, vale decir, los entonces populoso barrios de Caseros y Patricios”…

“La finalidad primordial que se perseguía con esa institución, consistía en dar un sitio higiénico a todos los niños desamparados y faltos de alimentos, para que allí pudieran pasar el día durante las horas en que sus padres y hermanos mayores se encontraran trabajando en sus respectivas tareas.  Es notorio que mientras duraba la ausencia de sus familiares, los niños que por su escasa edad todavía no estaban en condiciones de trabajar, se lanzaban a la calle en busca de entretenimientos y para juntarse con otros compañeros de su edad.  Para prevenir los peligros que encierra la calle y evitar que esas pobres criaturas se perviertan o sufran las consecuencias del hambre y del frío, para eso precisamente se había fundado: “La Obra de la Patria”.   Es innegable que dicha institución cumplía una alta función social, que no sólo consistía en recoger al niño y alimentarlo, sino completar, a la vez, su educación y enseñarle labores manuales como, por ejemplo, el tejido, la carpintería, el esterillado y otros que podían constituir un medio eficaz para la lucha por la vida.  El local, que ya hemos dicho estaba ubicado en pleno barrio obrero del parque de los Patricios, reunía todas las condiciones para el fin que su fundador se había propuesto. En un principio, los comedores en él instalados tenían capacidad para dar de comer simultáneamente a más de doscientos niños y alrededor de cuarenta familias.

“La obra de la Patria”, aparte de atender al niño expuesto a los peligros de la vagancia y al desamparo por ausencia forzosa, de sus padres, se hacía cargo también de cuanta familia se encontraba en la miseria a causa de estar sin trabajo el padre o la madre, facilitándoles alimento sano y nutritivo, mantas para abrigo en el invierno y hasta artefactos de cocina.

El talento organizador, que en tal alto grado distinguió siempre al doctor Moreno, nada había dejado sin contemplar.  Así solía suceder con frecuencia que lagunas familias obreras quedaban en la miseria, ya porque se habían visto obligadas a empeñar la máquina de coser o bien porque ésta se había descompuesto.  En tales emergencias, “La obra de la patria” ponía a disposición de los afectados por tales percances su local, donde la madre podía coser sin tener que preocuparse de sus hijos y del alimento, ya que la institución atendía en tales casos todo lo concerniente.

Pero lo que más admiración causa, es la forma práctica y sencilla en que ejercía su acción esta institución de ayuda social y los grandes resultados que de ellas se obtenían.

Ojalá estuviera sembrado el suelo patrio de institutos de esta naturaleza, que sacan del vicio y de la segura perdición a una cantidad enorme de niños, cuyos padres, unas veces, los desamparan obligados por la pobreza en que viven, y otras, por la misma incuria y ausencia absoluta de nociones de responsabilidad.

Siguiendo el plan de la obra cuyos altos fines humanitarios venimos destacando, se organizó asimismo una serie de juegos y diversiones útiles para los alumnos de las escuelas nocturnas, a fin de que éstos durante los días festivos y domingos, en vez de pasar el tiempo en la calle mal acompañados y educándose en la escuela del vicio y la depravación, encuentre solaz y entretenimiento decoroso en las salas y patios del instituto adecuadamente instalados a tal fin.  Dichas instalaciones contaban aparte del equipo APRA los más variados juegos, con numerosos aparatos para ejercitar el ingreso y estimular la afición a los trabajos mecánicos, todo ello según el modelo de las escuelas de obreros de Inglaterra, país que el doctor Moreno había visitado años antes con motivo del pleito de límites con Chile.

La vigilancia durante estos torneos, que podríamos llamar deportivos y recreativos, estaba a cargo de un selecto núcleo de maestros que prestaban su concurso espontáneamente.

Ya hemos expresado que la acción de “La obra de la Patria” se extendía a todos los terrenos de la actividad social, realizando en pocos años una inmensa obra de bien público y de intensa labor educativa, y convirtiendo así en realidades tangibles muchos proyectos y ensayos que hasta entonces se habían conceptuado como teorías utópicas y que acaso el propio Sarmiento jamás había soñado”.

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(No es el único ejemplo de una acción tesonera puesta al servicio del bien común que luego se desvanece porque se aleja o desaparece el principal promotor…

Tampoco sorprende que antes de aquella iniciativa, pudiera parecer puro lirismo hablar sobre tales posibilidades hasta llegar al límite de calificarlo como proyecto utópico

Hay sucesivos ejemplos en la historia de los argentinos.  También es extensa la nómina de los desaparecidos:  no sólo personas, también instituciones que no fueron correctamente reemplazadas como sucedió con el Consejo Nacional de Educación, el “Consejos General de educación” que se establecía en las provincias; la destrucción de todo lo puesto en marcha por la “Fundación Eva Perón” hasta mediados de la década del ’50 con Hogares de Tránsito, para Empleadas, de Niños, de Ancianos…

1987-2004: Ecos en Santa Fe de la Vera Cruz…

(Un impulso interior genera este comentario:

En Santa Fe de la Vera Cruz, “corazón legal de la República” -como acertadamente escribió Gastón Gori en su Canto a mi ciudad-, la compleja situación que se había generado por la desprotección a la niñez en determinados sectores, detectada ya durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional había sido evaluado por los equipos técnicos que trabajaron en la elaboración de anteproyectos que sirvieron como base para la redacción de las plataformas políticas enunciadas durante las campañas electorales previas a los comicios del 30 de septiembre de 1983.  Algunos proyectos no se pusieron en marcha inmediatamente, pero el propósito de avanzar en determinada dirección generó la continuidad del trabajo en algunos grupos a fin de impulsarlos desde asociaciones intermedias.  Así fue como desde fines de 1985 en el seno de la Delegación Regional Santa Fe de la CGT –Confederación General del Trabajo-, se integró el Equipo de Cultura y se actualizaron algunos diagnósticos.  Con la intervención del Juez de Menores y el asesoramiento del Arzobispo de Santa Fe, se evaluó la posibilidad de inaugurar una escuela para los niños que necesitaban educación personalizada.  Alcanzan los dedos de la mano para marcar las señales de identidad de quienes participaron directamente en el desarrollo organizativo de ese proyecto, que fue oportunamente aprobado por el ministro de Educación y Cultura Dr. Juan Carlos Gómez Barinaga.  Ya se había conseguido la cesión de una propiedad con amplios patios para actividades físicas y de recreación; el grupo de docentes que adhonorem estaba trabajando en ese equipo y en otros servicios, estuvo dispuesto a trabajar sin cobrar hasta tanto fuera posible lograr el reconocimiento oficial. El secretario general del Sindicato de Artes Gráficas Agustín –y sus colaboradores inmediatamente se dedicaron a la limpieza y reacondicionamiento del edificio. Todo estaba por hacer desde revocar paredes hasta renovar cables eléctricos; luego pintar y ubicar los muebles que también serían donados.  No es posible decir que se trabajó como en una colmena, porque no había “reina” ni “zánganos”… Sí estaba vigoroso el entusiasmo para otra emprender otra “cruzada de solidaridad”.

Comenzaron aquellos trabajos y al mes siguiente ya se estaba redactando el programa para el acto de inauguración: el 31 de agosto de 1987.

¡En sólo un mes se había logrado instalar y poner en marcha

la Escuela Privada Particular Incorporada Nº 1304

“Paz, Pan y Trabajo” en la capital santafesina!

En vísperas del día del maestro, el 10 de agosto de 2003 desarrollaron un extenso programa para celebrar el 17º aniversario.

Es obra de quienes la impulsaron y sostuvieron, el resultado de una trabajo responsable y continuo, conscientes de que “la educación es responsabilidad de todos”…)

Síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

 

[1] Ygobone, Aquiles D. Francisco P. Moreno – Arquetipo de argentinidad. Buenos Aires, Plus Ulta, 1979, p. 20-22; p. 322-324.

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