En 1903 se proyectó la construcción de un puente para trasladar el agua desde el río Colastiné para satisfacer las necesidades de la población santafesina.  En 1922 durante el gobierno del Dr. Enrique M. Mosca, se había resuelto instalar una cañería flexible apoyada sobre el lecho de la laguna para tal fin, y con el apoyo del santafesino Marcial R. Candioti en su carácter de presidente de Obras Sanitarias de la Nación, se impulsó la construcción de un puente semirígido -sistema Gisclard, de tres tramos, sugerido por el ingeniero Paitoví-, comenzando los anclajes en 1925.  La estructura del puente llegó desde Cherburgo hasta el río de la Plata y desde allí fue traída en lanchones hasta el pie de la obra. Suspendido sobre los pilares apoyados en la Laguna Setúbal, el puente colgante se habilitó el 8 de junio de 1928.  Además de cumplir la misión de unir ambas orillas, en la parte inferior tenía las cañerías que transportaban el agua desde las instalaciones existentes en el río Colastiné.

A mediados de la década del 50, eran visibles los efectos del óxido sobre la estructura del puente mientras el comportamiento de las aguas de la Laguna iba alterando progresivamente las obras realizadas en su valle aluvial y las crecientes acentuaban ese problema.  En 1973 con motivo del cuarto centenario de la fundación de Santa Fe, el puente lució una pintura metalizada que sólo mejoraba su parte visible.

Décadas después, inauguraron la nueva estructura -rígida- y la habilitaron para tránsito de peatones y medios de transporte livianos…

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.