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Coronel Pedro Andrés García (1758-1833)

Coronel Pedro Andrés García (1758-1833).

Exploraciones en la Patagonia (1778-1779).

Actuación durante las primeras invasiones inglesas (1806).

1807: segunda invasión de los ingleses.

1816: Observaciones y críticas desde la provincia de Buenos Aires.

Coronel Pedro Andrés García (1758-1833)

En Caranceja, pueblo de la española provincia de Santander, el 26 de abril de 1758 nació Pedro Andrés García.

Nombrado don Pedro de Cevallos primer virrey en el Río de la Plata en 1776, se integró a sus fuerzas y fue capitán en una expedición a la Colonia del Sacramento recibiendo luego el grado de Alférez de Ingenieros, adscripto como ayudante mayor durante su permanencia en la ciudad de Buenos Aires.

Exploraciones en la Patagonia (1778-1779)

Sabido es que en la región patagónica, el 7 de enero de 1779, la expedición de Juan de la Piedra se aproximó a una bahía situada al sur del Golfo Nuevo y durante los tres días siguientes desembarcó lo necesario para fundar el Puerto San José en la península de Valdez.  Llegó semanas después Francisco de Viedma, cuando Juan de la Piedra, ya había instruido al piloto Brunel y al Alférez Pedro Andrés García para que avanzaran hacia las bocas del río Negro.

Tres meses después, Juan de la Piedra regresó a Montevideo y dejó en su lugar a Francisco de Viedma y entusiasmado por las noticias de Basilio Villarino que había recorrido esa zona, con un bergantín y una zumaca inició la navegación hacia las entradas del río Negro donde desembarcaron e instalaron el Fuerte de Carmen de Patagones o Fuerte de Carmen de Patagones del Río Negro que a mediados de junio fue trasladado a la banda oriental tras una vasta inundación y allí cavaron un foso e instalaron un Fuerte provisorio.

El 7 de agosto de 1779, en reemplazo de Juan de la Piedra fue nombrado Comisario Subintendente Andrés de Viedma y meses después, quedó “incapacitado físicamente”.

En este tiempo, Francisco de Viedma le había encomendado el control del Fuerte de San Julián a su hermano Antonio. Un informe indica que en ese lugar sólo encontraron al Alférez Pedro García junto a un cabo, un panadero, dos soldados y cuatro presidiarios…

Han destacado que el tras aquellas excursiones, luego “revistó como Capitán Graduado de milicias regladas de Infantería, en 1783 como Teniente del Regimiento de Infantería de Buenos Aires y en 1787 como Capitán de la compañía de granaderos de esa unidad.”

Actuación durante las primeras invasiones inglesas (1806)

Cuando Santiago de Liniers creó en 1806 las milicias reconocidas como El Tercio de Cántabros Montañeses, el capitán Pedro Andrés García condujo la Cuarta Compañía.

Sabido es que el 22 de Junio de 1806 una flota británica irrumpió en el Plata con intención de atacar Buenos Aires y que el virrey Rafael de Sobremonte nombro al oficial de Marina Santiago de Liniers y Bremond como comandante de las fuerzas de defensa.  Era necesario disponer de más combatientes y mediante un bando convocó a todos los para que se integraran como milicianos.

A la noche, como estaba previsto, asistió a la representación en el Teatro y llegó hasta ese lugar el oficial que le avisó sobre el desembarco de los ingleses.  Inmediatamente Sobremonte se trasladó hacia otro escenario: en el Fuerte ordenó la concentración de todas las fuerzas en lugares estratégicos.

Después de desembarcar el 25 en Quilmes, siguieron avanzando y fue entonces cuando el virrey decidió retirar el tesoro de la ciudad y después de acordar la partida con su familia, inició el viaje hacia Córdoba.

En Buenos Aires se generó confusión entre los jefes de las compañías de combate y los ingleses aprovecharon para ingresar al Fuerte, donde quedó el teniente coronel Denis Pack mientras el teniente general William Carr Beresford que comandaba la expedición, invadió el Teatro de la Ranchería donde estaba el cuartel provisorio del Regimiento 71 escocés.

Ya habían logrado establecerse y mediante sucesivos decretos intentaron favorecer las expectativas de la población, declarando “el libre comercio” y reconociendo libertad de culto y que el castellano seguiría siendo el idioma oficial.

Los máximos representantes hasta entonces fueron obligados a jurar fidelidad al rey de Inglaterra, pidió que le entregaran los recursos públicos y equivocadamente, prohibió la celebración del Santo Rosario en la Iglesia de Santo Domingo, decisiones que provocaron inmediatas reacciones en contra.  Han destacado que Santiago de Liniers hizo un voto a Nuestra Señora del Rosario y prometió la ofrenda de las banderas del invasor que fueran tomadas tras los combates.

Mientras tanto, los húsares de Juan Martín de Pueyrredón fueron derrotados en la posta de Perdriel y los ingleses llegaron hasta Luján, donde lograron apoderarse del tesoro de Buenos Aires.

Cruzaron el río de la Plata Santiago de Liniers y Pueyrredón y tras dialogar con el gobernador Pascual Ruiz Huidobro, juntos organizaron la reconquista de Buenos Aires.   Liniers con sus tropas pudo desembarcar en el Tigre a principios de agosto y el 12 enfrentó a los ingleses derrotándolos durante el combate en el Retiro, momento en que Guillermo Carr Beresford entregó su espada, recogieron la bandera del Regimiento 71 escocés, controlaron a 1.600 prisioneros y dispusieron de más armamento: 36 cañones, 4 morteros y 4 obuses.

La huida del virrey Sobremonte y el triunfo de Liniers aceleró otras decisiones y el 14 de agosto, fue reconocido como Jefe del gobierno.  Cumplió con lo prometido y en una solemne celebración en el Convento de Santo Domingo, dejó frente al altar las dos las banderas del citado regimiento y dos que habían tomado tras derrotar a  la Marina.

1807: segunda invasión de los ingleses…

Aparentemente los ingleses habían sido derrotados pero en realidad, desde ese momento empezar a imaginar cómo volver a atacar para apropiarse del territorio y de sus bienes.  Así fue como el 3 de febrero de 1807 lograron invadir Montevideo y sitiar esa ciudad durante diecisiete días, primera base para impulsar la segunda invasión a la ciudad de Buenos Aires.  El 3 de agosto de ese año, desembarcaron en la Ensenada de Barragán siguiendo las instrucciones del teniente general John Whitelocke, desembarcaron aproximadamente 14.000 soldados, suboficiales y oficiales, casi un quinto de la población de la ciudad invadida.

De acuerdo a las órdenes de Liniers, en los corrales de Miserere (actual Plaza”Once”) se concentraron las fuerzas que debían contener a los británicos y desde distintos lugares llegaron civiles dispuestos a impedir que se instalaran como lo habían hecho el año anterior, incluso con beneplácito de algunas familias que se favorecían adquiriendo los productos que los intrusos habían desembarcado.

Mientras Whitelocke avanzaba con trece columnas desde Miserere, el teniente coronel Sir Samuel Achmuty y el coronel Humphrey Davies entraron por otras calles hasta ocupar el Convento de las Catalinas donde enarbolaron la bandera británica.

Desde las terrazas comenzaron los tiroteos y con distintos medios hostilizaron a las tropas inglesas.  Los niños, mujeres y ancianos también los acosaban arrojándoles piedras, agua y aceite caliente, antorchas encendidas.

Con tenacidad lucharon las compañías de los regimientos de los Tercios de Gallegos, Migueletes, Montañeses; el Cuerpo de Patricios integrado por jóvenes pertenecientes a algunas familias con mayores recursos. Martín de Álzaga, valiente español, era alcalde de primer voto e impulsó el cavado de trincheras para el acantonamiento y posterior ataque al enemigo.   En esas tareas también colaboraron indígenas y esclavos.  En las manzanas donde estaban los principales templos fue intensa la lucha y los ingleses fueron derrotados cuando estaban entre el Colegio de Huérfanas y la iglesia de San Miguel; cerca del Real Colegio de San Carlos.

Cornelio Saavedra con sus bravos Patricios, venció a los comandantes Pack y Codogan que estaban apoyando a las columnas ubicadas cerca de la Casa de Temporalidades.   Insistían en su afán de apoderarse de Buenos Aires y al mando del general Robert Craufurd volvieron a ocupar Santo Domingo y allí enarbolaron su pendón pero enseguida llegó el coronel Pedro Andrés García con “los Tercios de Cantabros y Gallegos” y lucharon cerca de las iglesias de La Piedad, San Juan y Monserrat y frente al Hospital de los Hermanos Bethlemitas (luego “Casa de Moneda”).

La intensidad de la represión obligó a los ingleses a enarbolar las banderas de parlamento. Una vez más, los soldados se encomendaban a la Virgen del Rosario, su Generala…

El 5 de julio de 1807 mientras unos jefes ingleses acordaban el cese del fuego, otros huyeron disfrazados.  En las calles quedaron 2.800 muertos, también heridos y prisioneros. Después, varios jefes británicos fueron juzgados y destituidos.

El rey de España enterado del comportamiento de los rioplatenses otorgó a la ciudad de Buenos Aires el título de “Muy Noble y Muy Leal”…

 

Dos años después, el 13 de junio de 1809, fue honrado el Coronel Pedro Andrés García al otorgársele ese grado.

El 9 de junio del año siguiente, por orden de la primera junta de gobierno presidida por el Coronel Cornelio Saavedra, asumió el mando del Regimiento 4 de Infantería y cumplió la misión de inspeccionar el estado de las fronteras para asegurar las defensas contra las frecuentes invasiones de los indígenas.

El 9 de septiembre de 1810, como comandante condujo la expedición a las Salinas Grandes, al oeste del Epecuén, con la finalidad de recoger ese elemento imprescindible para la conservación de las carnes…

Por su temperamento amistoso, logró apoyo de algunas tribus y el 26 de noviembre de 1811, entregó al Triunvirato la Memoria con descripciones del recorrido, estado de esas poblaciones, sugerencias sobre reparto de tierras a los fines de proteger las zonas lindantes con los ríos Colorado y Negro estableciéndose un Cuartel  General en Salinas Grandes.

Siguió recorriendo las zonas situadas al norte y noroeste de Buenos Aires y el 26 de julio de 1813 presentó nuevos informes incluyendo la “canalización de los ríos Tercero y Carcarañá”.   Dos años después, junto al capitán Francisco Javier de Viana impulsaron la extensión de la frontera hasta los ríos Diamante, Colorado y Negro pero en ese tiempo, ya había estallado la guerra de la independencia y comenzó la lucha entre caudillos de distintas regiones.

Estaba convocado el Congreso de Tucumán, cuando en marzo de 1816 el Coronel Pedro Andrés García propuso al Directorio promover campañas para apaciguar a los indígenas.  No fue tenida en cuenta su iniciativa porque continuaban los enfrentamientos entre distintos sectores políticos.

1816: Observaciones y críticas desde la provincia de Buenos Aires

El 8 de marzo de 1816, el Coronel Pedro Andrés García entregó al gobierno su Nuevo Plan de Fronteras de la Provincia de Buenos Aires y destacó:

“…tanto más notable la apatía en el adelantamiento de fronteras, en cuanto no ocupamos hoy más terrenos que aquellos que poseyeron y concertaron con los indios, el Adelantado Vera y D. Juan de Garay, con 60 soldados y 30 familias, al tiempo que restableció esta ciudad de Buenos Aires, en el año 1580, a saber: 35 leguas N.S., y en parte menos, que se enumeran del Río Paraná al Salado 120 E.O., hasta entrar en la jurisdicción de Córdoba”.

Tales circunstancias habían determinado que “los estancieros, desatendidos en sus justos reclamos, se han establecido ‘entre las mismas tribus de indios a la parte más austral del Salado, para vivir a merced de ellos’.  Hace mención de los dos medios aplicados para conseguir el dominio del aborigen: el de la fuerza imponente y el de la amistad, y propone, nuevamente, como zona rayana la del Río Colorado, ya analizada en su informe de 1811”.

El Coronel Pedro Andrés García, expuso “los detalles indispensables y necesarios en la fundación de nuevas poblaciones.  Sus proyectos, entrañan una crítica para el sistema seguido en la anterior erección oficial de establecimientos humanos de vecinos o cimentación de defensas destinadas a crear centros locales de arraigamiento  urbícola. Y dice:

De este modo se borrará la inhumana memoria, que aún conservan, del mundo con que se arrastró y arrojó, en los ampos a aquellos que se llevaron violentamente a poblar las antiguas guardias; porque además de haberles faltado en darles terrenos en propiedad para sus labranzas, fueron  sacrificados muchos a manos de los infieles, y los que aún se conservan, si no son feudales o reconocen pensión, son arrojados con sus familias y haciendas de los terrenos que han bañado con su sangre para defenderlos… La misma desgraciada suerte han corrido los soldados blandengues, que fueron destinados a aquellas guardias, porque es cosa demasiado cierta y averiguada que, en falta de las propiedades, que arraigan a los hombres y familias, en cuanto terminan la ocupación que les dé subsistencia, vagan por las campañas con la misma facilidad con que lo hacen los árabes o los pampas”.

En otro párrafo advirtió que “la posesión hasta ahora adquirida, por los medios referidos y aquiescencia de los indios, conviene sobremanera conservarla, y acordar con ellos mismos el punto de fortaleza que les ponga a cubierto, en adelante, de todo movimiento hostil”.

El Coronel Pedro Andrés García escribió tales conclusiones, después de estudiar el régimen seguido desde el año 1779 y de haber recorrido la mayoría de los campos bonaerenses…

Acerca de la lentitud de sucesivos gobiernos para enfrentar tales dificultades en los asentamientos poblacionales, hay otro dato significativo porque el 26 de noviembre de 1821, el Coronel García presentó otro Informe y Plan y al año siguiente, el Diario de la Expedición a la Sierra de la Ventana junto a un “condigno proyecto de avance de la frontera y adelantamiento de los Fuertes”.  [1]

(Un lustro después, el 27 de septiembre de 1826, Bernardino González Rivadavia más conocido como el presidente Rivadavia, mediante un decreto fijó la nueva línea de frontera teniendo en cuenta “la paz” que han concertado con los indios “desde el Fuerte de la Independencia”, aludiendo a una reciente invasión, “en los momentos en que estaban recibiendo los regalos de que van siempre acompañando los convenios”…

Terminó esa presidencia el 7 de julio de 1827 y la semana siguiente Juan Manuel Ortiz y Rozas -más conocido como “el estanciero Juan Manuel de Rosas”- siendo Comandante General de las Milicias de Campaña cumplió las órdenes del Gobernador Dorrego como “encargado de la celebración y conservación de la paz con los indios” haciendo lo necesario para “la extensión de las fronteras del Sud y el fomento del Puerto de Bahía Blanca”.)

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El Coronel Pedro Andrés García siguió recorriendo los Fuertes cercanos a la ciudad de Buenos Aires y el 15 de julio de 1817 informó al Coronel Cornelio Saavedra -delegado del Directorio en la campaña-, que era necesario instalar una Guardia en los Manantiales de Casco o Laguna de Palantelén.  Cuatro años después, evaluado otro informe presentado por el coronel García, debió asumir una misión científica para establecer una nueva línea de fronteras sobre el terreno predeterminado.  Partió el 6 de marzo de 1822 hacia el sur de la provincia de Buenos Aires y concretó relevaciones topográficos, registró las características socioeconómicas de esa zona y anotó las observaciones realizadas en torno al comportamiento de distintas tribus acordando tratados de paz con caciques pampas y huiliches.

Los datos acumulados en tales circunstancias y las referencias a viviendas y baldíos en las zonas pobladas, sirvieron para prever las recaudaciones que podrían obtener para el mantenimiento de aproximadamente seis mil soldados, necesarios para defender esos vastos territorios.  Han destacado la importancia de los planos de los partidos de Las Conchas, Morón y San Isidro y los pertinentes informes históricos que presentó con datos estadísticos y también el valor del mapa topográfico del Tucumán que realizó.

Su eficaz participación durante la segunda invasión inglesa (1807) cuando lograron la rendición de los británicos que habían invadido el Convento de Santo Domingo, fue causa de estímulo y lo designaron “Primer Comandante”.

En compensación por sus servicios recibió “un premio en tierras”.

Falleció en Buenos Aires el 21 de abril de 1833.

 

El 3 de enero de 1833, los ingleses usurparon las Islas Malvinas y desde entonces, sucesivas gestiones diplomáticas no resultaron suficientes para recuperarlas.

 

(El 2 de abril de 1982 comenzó la Gesta de las Malvinas y durante 74 días flameó la bandera Argentina en esas Islas que pertenecen a la Nación Argentina y donde el 14 de junio de ese año, tras el cese del fuego, los británicos volvieron a izar la bandera del Reino Unido…)

 

Lecturas y síntesis:  Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

Más información acerca del Coronel Pedro Andrés García, en el documento incluido www.sepaargetina.com.ar en “Historia” / “Hombres y Hechos” / “Hacia la independencia en la Argentina”.

Incluido en el CD Del vivir y vibrar

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini

Presentado el 10 de mayo de 2006 a las 19:30

en el Centro Comercial de Santa Fe – San Martín 2819

Santa Fe de la Vera Cruz (República Argentina)

 

 

[1] Ibídem, p. 113-115; 122-123.

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