Ricardo Balbín fue un entusiasta militante en la Unión Cívica Radical.  En 1931 fue electo Diputado pero el gobierno anuló esas elecciones.

Nueve años después fue reelecto y presentó la renuncia porque no quiso avalar el fraude de los conservadores.

El 4 de abril de 1945, junto con Roque Coulín, Bernardino Horne y Crisólogo Larralde, formaron un bloque nacional que originó “Intransigencia y Renovación”, uniéndose Oscar Allende, Arístides Aráoz de Lamadrid, Alberto Candioti, Arturo Frondizi y Francisco Rabanal.

Rechazó las especulaciones y defendió la producción y el trabajo, criticando los beneficios exclusivos por rentas de la tierra.

Planteó el “derecho a la vida” que significa disponer de vivienda, alimentación, vestido, educación, libertad, trabajo, seguro”.

En 1968 integró la Asamblea de la Civilidad y dos años después, La Hora de los Pueblos.  En 1981, impulsó y fue miembro de la Multipartidaria.  En varias convocatorias a elecciones fue candidato a presidente de la Nación.

Siendo presidente de la Nación el doctor Raúl Ricardo Alfonsín -también perteneciente a la Unión Cívica Radical en el sector “Renovación y Cambio”-, el 22 de diciembre de 1983 en el Congreso Nacional rindieron un homenaje al líder radical que había ratificado la imprescindible necesidad de bregar por la unidad nacional haciéndolo con la autoridad reflejada en su discurso del 4 de julio de 1974 en momentos previos al sepelio del teniente general Perón en el cementerio de la Chacarita:

“El viejo adversario viene a despedir a un amigo”.

Es oportuno tener en cuenta que durante las  jornadas previas al golpe militar del 24 de marzo de 1976 que derrocó a la titular del Poder Ejecutivo Nacional señora María Estela Martínez de Perón, el doctor Ricardo Balbín luchó para evitar ese hecho que significaría la destrucción de la democracia y el silencio del pueblo, porque los partidos políticos de todos los signos eran vencidos al no tener posibilidades de libre expresión.

En la Legislatura de la provincia de Mendoza, le rindieron un homenaje el 8 de septiembre de 1984 y el senador Ricardo Díaz destacó que había sido “Paladín de la convivencia americana, tribuno de la República, predicador incansable de la paz en el país”.

Lo han recordado parafraseando al sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento al decir como Hipólito Yrigoyen:  “Traigo los puños llenos de verdades” y han dicho que “las volcaba una a una sobre el pueblo, señalando los errores”.

Hay que tener en cuenta que cuando Juan Domingo Perón regresó al país en junio de 1973, el doctor Ricardo Balbín interpretando la crisis existente adhirió al proyecto de unidad nacional y de defensa de la democracia, un propósito que en el ocaso del siglo veinte sigue siendo un desafío.

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.