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21 de junio: Día de la Confraternidad Antártica

(Envió del Dr. Juan Carlos Luján – 15 de junio de 2005.)

El día 21 de JUNIO, que es el más corto del año y comienza el Invierno en el hemisferio sur, se conmemora el “Día de la Confraternidad Antártica”.

En algunas Provincias del país, como la de Buenos Aires, se ha incluido esta fecha en el Calendario Escolar, fijándose como objetivo, promover la difusión y toma de conciencia con respecto a la importancia de la presencia de nuestro país sobre el territorio Antártico.

En ese día, los rayos solares caen perpendiculares a la línea situada en el Trópico de Cáncer, situado a los 23º 27′ de latitud norte (allí el sol está en cenit al mediodía).

En ese momento los rayos solares rasan el suelo en un punto situado en el Círculo Polar Antártico; al sur de este círculo que está a  los 66º 33’ de latitud sur, toda la zona polar queda sumida en la sombra.

La noche dura allí 24 horas y por el contrario en la zona boreal, situada más allá del Círculo Polar Ártico en la misma latitud, pero del norte, queda iluminada 24 horas y no hay noche.

Para aquellos que han prestado y prestan servicios en Dotaciones Antárticas Anuales, es decir que permanecen un año en el Continente Antártico, el día 21 de junio es muy significativo, porque a partir de ese momento que se inicia el invierno, ellos comienzan a ser “Antárticos”.

Esto está contemplado en la Ley Nº 25.433 del 16-jul-2001 (Boletín Oficial Nº 29.689), por la cual se autoriza al personal militar y civil de las Fuerzas Armadas y civil dependientes de la Dirección Nacional del Antártico-Instituto Antártico Argentino, que ha realizado o realizará una o más campañas invernales en alguna de las Bases Antárticas que la Nación sostiene en el territorio Antártico Argentino y que se encuentren registrados ante la Asociación Polar “Pingüinera Antártica Argentina”, quedará una vez que dejen el servicio activo, autorizados a agregar al grado y/o título que revisten, la expresión “Expedicionario al Desierto Blanco”.

 

El Antártico Argentino, que invernó por primer vez en la historia en la Antártida, es el entonces Alférez de Navío D. José María SOBRAL, quién permaneció en esas gélidas latitudes durante dos años consecutivos.

21 de junio: Día de la Confraternidad Antártica.

Primer Argentino que invernó en la Antártica. 

Primer Argentino que invernó en la Antártica.

Expedición del científico Otto Nordenskjöld (1901-1903)

El primer Antártico Argentino, que invernó por primer vez en la historia en el Continente Antártico, es el entonces Alférez de Navío D. José María SOBRAL, quién permaneció en esas gélidas latitudes durante dos años consecutivos.

Había nacido el 14 de abril de 1880 en su casa natal, que se conserva aún en la calle San Martín 633 de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, y falleció el 14 de abril de 1961.

Una curiosa coincidencia signó su destino, nació y murió, después de haber vivido 81 años el 14 de abril, fecha que se recuerda el Día de las Américas.
Era hijo del escribano Enrique Sobral y de la señora Maria Luisa Iturrioz. Fue el mayor de una familia de ocho hermanos.

En el año 1895 ingresó en la Escuela Naval y egresó como Guardiamarina (Promoción N° 24) en agosto de 1898. Efectuó el primer viaje de instrucción en la fragata Sarmiento que duró 22 meses entre 1899 y 1900.
Entre 1901 y 1903 participó en la expedición polar del Doctor Otto Nordenskjöld que quedó aislada en la Antártida durante dos años y que finalmente fue rescatada por la corbeta Uruguay en noviembre de 1903.

En el año 1904 pidió la baja de la Armada y viajó a Suecia para estudiar geología en la universidad de Upsala donde se doctoró en el año 1913. En el año 1906 (06-SEP-1906) se casó con Elena W. Klingström; con ella tuvo nueve hijos (cuatro suecos y cinco argentinos).

En 1914 regresó al país. Fue el primer geólogo argentino con título universitario y el mejor petrólogo a nivel mundial de su época. A su regreso al país en el año 1914 ingresó en la Dirección General de Minas e Hidrografía donde en 1924 llegó a ser Director General.

En 1930 fue nombrado Cónsul General en Noruega y a fines de 1931 ingresó como geólogo en YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) donde se jubiló en 1935.
Desde entonces y hasta su muerte en el año 1961 continuó recorriendo el país haciendo estudios geológicos y dando conferencias sobre esos temas. En todos estos años no olvidó la Antártida sobre la cual siguió investigando y en sus conferencias al respecto siempre sostuvo la necesidad de su ocupación pacífica, tanto del continente antártico como de los archipiélagos subantárticos.

Fue autor de importantes libros, entre ellos, El Futuro de Nuestra Armada, Problemas de los Andes Australes, Sobre Cambios Geográficos, La Frontera Argentino-Chilena en el Canal de Beagle y Dos años entre los hielos; donde concluyó esta última obra con estas palabras : «El hombre nunca debe contentarse con la victoria adquirida; el éxito no solo no debe ofuscarle sino que debe darle nuevo aliento para atacar lo más difícil, porque precisamente en eso se encuentra el placer de la vida.”

 

Reiteración a los fines de difusión desde SEPA ARGENTINA.

Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

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