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02-04-1982 – Soberanía argentina en las Islas Malvinas.

El dominio español

Congreso Nacional: reafirmación de derechos argentinos.

1952: más hacia el sur.

Gesta de las Malvinas.

Antecedentes de 1976.

Conflicto en las Georgias del Sur.

Estrategia del Estado Mayor Conjunto.

Inteligencia y diplomacia.

Marzo de 1982: el presidente Galtieri y los Comandantes en Jefe.

«Operativo Rosario» en marcha.

En víspera de la recuperación.

Advertencia norteamericana.

02-04-1982: «Morir pero no matar».

Legitimidad y oportunidad de los actos.

Desembarco y posesión.

Adolescentes: entre el fútbol y la guerra.

Memoria necesaria.

“Los Menéndez”.

General Luciano Benjamín Menéndez.

Fervor patriótico.

Las cruces.

A un héroe de las Malvinas – (Tte. 1º Rubén Márquez).

Patria de aquí y de allá.

Defendiendo lo argentino.

Canto por Malvinas.

 

Es interesante releer algunos datos referidos a las Islas Malvinas y al proceso de pertenencia que aún es negado por quienes las usurparon en enero de 1833.

01-04-1767     «Francia reconociendo la superioridad del derecho invocado por España a la soberanía de las Malvinas, procede a transferirla a las autoridades hispanas.»  [1]

El dominio español

Desde el punto de vista histórico, pertenecían al dominio de España, Intendencia de Buenos Aires. En la Ordenanza de 1782 se le reconocía «el distrito del Obispado, los dieciocho pueblos de las misiones del Uruguay, Córdoba, Tucumán, San Juan, Jujuy, Chaco, la ciudad metropolitana de Buenos Aires y la extremidad austral del continente que abarcaba la Patagonia y las islas Malvinas.»   [2]

Antes de terminar la guerra de la Independencia, en 1811, 1815 y 1817, el gobierno de Buenos Aires ejerció actos de jurisdicción en la costa patagónica.

En 1820 el coronel Jewit, comandante de la fragata «Heroína», tomó posesión del archipiélago en forma pública, con una salva de veintiún cañonazos y en presencia del navegante inglés Wedell. En 1823 don Pablo Areguati fue nombrado gobernador.

  • 02-01-1833     Inglaterra usurpó el territorio argentino de las Malvinas, al llegar el comandante Onslow al mando de la fragata de guerra «Clío» y obligar a las autoridades residentes a arriar el pabellón nacional y abandonar las islas al día siguiente.
  • 15-01-1833     Arribó al puerto de Buenos  de enero la fragata de guerra «Sarandí» y el Capitán Pinedo informó que el día 3, el inglés Onslow tomó posesión oficial del puerto de Soledad en nombre de «Su Majestad británica».
Congreso Nacional: reafirmación de derechos argentinos
  • 05-07-1946     La Cámara de Diputados aprobó con 126 votos afirmativos -votando 128 diputados-, una declaración  comunicando «que vería con agrado que el Poder Ejecutivo se dirigiera oportunamente y con la urgencia debida al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, afirmando los derechos soberanos de la Nación Argentina sobre las islas Malvinas y reclamando de Inglaterra, la nación amiga que las detenta, la devolución de ese territorio.»
  • 16-07-1946     En esa oportunidad, Presidente Perón y del ministro de Relaciones Exteriores y Culto Juan A. Bramuglia enviaron una nota a la Cámara, considerada en la sesión del día 18, destacando que el Poder Ejecutivo «no será remiso en proceder en la forma que considere más conveniente a la defensa de la soberanía de la Nación Argentina, para lo cual, y aun no necesitando estímulos de ninguna clase, espera contar con la decidida cooperación del Poder Legislativo».  [3]  [1]
  • 19-07-1946     Por primera vez se trataba en el Parlamento Argentino la decisión británica de imprimir estampillas, sin disponer de antecedentes en  convenciones internacionales.

La trascendencia de la usurpación de ese territorio, impone la necesidad de desarrollar una síntesis de las últimas reacciones, en la certeza de que el tiempo de Perón, es el que transcurre cuando se reiteran sus principios de soberanía política y de justicia social, pilares de la Causa Nacional.

1952: más hacia el sur…

  • 31-03-1952     En el extremo norte de la península antártica se inaugura el destacamento naval «Esperanza». El 17 de diciembre de 1965, allí se asienta una base destinada a la investigación científica.

Perón avanzaba en sus acuerdos con el presidente chileno Ibañez. A pesar del acuerdo de no impulsar luchas en el Atlántico Sur, los ingleses enviaron un grupo de soldados para desmantelar las instalaciones existentes en la isla Decepción, argumentando violación a sus derechos jurisdiccionales. Nuevas protestas de Argentina y Chile, imponiéndose una vez más la fuerza del imperialismo británico, que pretendía llevar el problema al Tribunal Internacional de La Haya.

Gesta de las Malvinas.

Antecedentes de 1976

El 3 de enero de 1976 el gobierno argentino protestó ante el gobierno inglés por el envío de la Misión Shackleton a las Islas, a fin de realizar investigaciones. Se pidió el retiro del embajador británico y las tensiones internas influyeron para que se continuaran las negociaciones. La presidente María Estela Martínez de Perón fue reemplazada por la Junta Militar que asumió el gobierno de facto el 24 de marzo del mismo año.

Conflicto en las Georgias del Sur

Algunos chatarreros a las órdenes de Constantino Davidoff, desembarcaron en el puerto Leith -Bahía Buen Suceso- en la Isla San Pedro (Georgias del Sur). En uno de los abandonados galpones que habían servido para almacenar tambores de aceite, colocaron un letrero «Salvensen and Company – Edimburg, Scotland». Al decir del Gral. Perón en otro tiempo, esa instalación fue la chispa que encendió la hoguera.

Sucesivos gobiernos británicos han observado todos los movimientos de los argentinos en la región austral, punto estratégico que ellos están dispuestos a dominar por la fuerza aunque el derecho determine la irrestricta soberanía nacional.

Estrategia del Estado Mayor Conjunto

Sabido es que «el Estado Mayor conjunto de cualquier país es un organismo de estrategia. Tiene como tarea fundamental planificar y prever situaciones bélicas en lo mediato y en lo inmediato. En la Argentina, ese organismo que está formado por una selecta oficialidad de las tres fuerzas armadas, tenía planes posibles y alternativas viables para ejecutar tres tipos de operaciones, consideradas como las más probables para la ocupación de las Malvinas: la intimidación, que consistía en lograr expulsar de las islas a los ingleses sin recurrir a una acción directamente militar que exigiera costos quizás importantes de movilización y de vidas. El asalto, una maniobra de copamiento del archipiélago, que dejara sin respuestas a las reducidas defensas británicas. Acción hecha en base a la sorpresa, la velocidad y la eficiencia, con la participación de los grupos de comandos mejor entrenados, entre los cuáles, y por tratarse de un territorio insular medianamente protegido, iban a tener especial participación los paracaidistas y los grupos anfibios y de buzos tácticos. Y la defensa, para cualquiera de los dos casos anteriores, desarrollando una infraestructura civil y militar que permitiera el mantenimiento y afianzamiento de las tropas argentinas en las Islas.  Aún partiendo de la posibilidad de un intento de recuperación por parte de Gran Bretaña.»

Inteligencia y diplomacia

Esa empresa no podía concretarse sin una previa labor de inteligencia  y para ello sirvieron las filiales de empresas nacionales instaladas en el archipiélago, fundamentalmente L.A.D.E. (Líneas Aéreas del Estado) que desde 1973 ejercía el control económico de la pista de aterrizaje de Punta Rompientes, inaugurada el 15 de noviembre de 1972. En aquel tiempo, en Puerto Stanley residió Héctor Gilobert, un militar argentino de fácil comunicación con los isleños porque hablaba inglés y era conocido y respetado por su responsabilidad durante la construcción de esa pista. Fue el vicecomodoro Héctor Gilobert quien aportó las últimas informaciones desde las Islas. Paralelamente se realizaban gestiones diplomáticas y la advertencia en marzo de 1982, cuando el gobierno argentino expresó que si no progresaban las negociaciones «se recurrirá a otras vías», no fue cabalmente interpretada en el exterior ni en la Argentina, quizás por la reiterada costumbre de decir y no hacer. Ejercía el ministerio de Relaciones Exteriores el Dr. Nicanor Costa Méndez, con una experiencia anterior en el tratamiento de este problema pro haber desempeñado idénticas funciones durante gobierno de facto del Gral. Juan Carlos Onganía en el lapso 1966-1969, gestión presidencial que prácticamente se agotó al producirse el Cordobazo.

Marzo de 1982: el presidente Galtieri y los Comandantes en Jefe…

Aproximadamente a las 21 del 27 de marzo de 1982, se reunieron el presidente Gral. Leopoldo Fortunato Galtieri con el ministro y los Comandantes en Jefe: Almirante Jorge Isaac Anaya y Brigadier Basilio Lami Dozo y en la antesala estaban el Gral. de División Osvaldo García, el Vicealmirante Juan José Lombardo y el Brigadier Mayor Sigfrido Plessl. Se cumplió otra tradición al quedar servidos los estimulantes cafés.  Los periodistas luego comentaron que el teléfono rojo serviría una vez más para las comunicaciones directas a larga distancia. Los comandantes explicaron los planes previstos para lograr el objetivo militar de recuperación de las Islas Malvinas. Aproximadamente a las 22:45 reingresaron los jefes del Estado Mayor Conjunto y el presidente Galtieri, mirándolos a los ojos les anunció: «Señores, quiero comunicarles que como presidente de la Nación he tomado la responsabilidad histórica de poner en marcha el Operativo Rosario para rescatar las islas, para incorporarlas a nuestro país. Hagan el favor de transmitir esta decisión.»

«Operativo Rosario» en marcha

Una vez más se invocaba la protección de Ntra. Sra. del Rosario, siguiendo la tradición inaugurada por Don Santiago de Liniers en oportunidad de la Reconquista de Buenos Aires el 12 de agosto de 1806, cuando el general inglés William Carr Beresford se había atrincherado en el Fuerte situado en el espacio donde se construyó la Casa de Gobierno con el propósito de deponer a las autoridades del Virreinato. La orden fue transmitida e inmediatamente comenzó el Operativo. Zarparon de la base naval de Puerto Belgrano varios buques al mando de capitanes de fragata: las Fragatas Drummond y Grandville al mando de Raúl Cao y Edmundo Pelayo respectivamente; y la Hércules -recientemente adquirida a la armada real británica- al mando de Enrique Molina; el transporte Cabo San Antonio con vehículos, armas, explosivos; aparatos de comunicaciones y las reservas necesarias para la misión de la infantería de marina, al mando del capitán de navío José Acuña; el rompehielos Almirante Irízar que cumpliría la función de hospital flotante; el portaaviones 25 de Mayo, nave insignia de la Flota Argentina; varios buques de desembarco y un submarino, aparentemente en operaciones de rutina.

En víspera de la recuperación

El Contraalmirante Carlos Antonio Busser, jefe de la Infantería de Marina, cerca del mediodía informó a la tropa acerca de la misión que debían cumplir. El sacerdote Ángel Vitale Mafessini, ordenado hacía 28 años y con el doble de edad, ofició una misa en la popa de la embarcación. Los fuertes vientos del sur acosaban a los tripulantes. No obstante, Busser y el capitán Estrada treparon a la cuerda que le arrojaron desde un helicóptero que había despegado del Santísima Trinidad y en esa unidad mantuvieron una reunión secreta. Al regresar, Busser arengó a la tropa:

«Nuestra misión es desalojar a las fuerzas militares y a las autoridades británicas que se encuentran en las islas. Es lo que vamos a hacer. Seremos duros con el enemigo, pero corteses, respetuosos y amables con los pobladores. Mañana ustedes serán los vencedores; mañana mostraremos al mundo una fuerza argentina valerosa en la guerra y generosa en la victoria. Que Dios los proteja. ¡Viva la Patria!»

A coro respondieron: ¡Viva la Patria! y hubo lágrimas en algunos ojos.

Advertencia norteamericana

El presidente Ronald Reagan se comunicó telefónicamente con el Gral. Galtieri para expresarle la preocupación de su gobierno ante el posible ataque militar a las islas, porque conocía la firmeza de la primera ministra Margarita Tatcher y las gravísimas consecuencias del posible enfrentamiento. El presidente Galtieri –el general majestuoso al decir de los norteamericanos durante una sus visitas oficiales- insistió en que la decisión era irrevocable porque se había esperado demasiado tiempo sin lograr el irrestricto reconocimiento a la soberanía argentina.

02-04-1982: «Morir pero no matar»

Cuando la tropa recibió las instrucciones del contralmirante Busser se acuñó el lema: «Morir pero no matar» y así lo comunicaron telefónicamente al presidente Galtieri. Realmente, es difícil ganar una batalla sin herir o matar, menos aún es factible ganar una guerra, salvo que se elija el camino de los pacíficos acuerdos diplomáticos.

En esta Gesta, ambos caminos sólo condujeron al desastre: graves heridos y muertos; cese del fuego, entrega de armas y de prisioneros; enormes pérdidas de aparatos y material bélico. Hogares destruidos y un juicio a los militares responsables, con severas penas.

Legitimidad y oportunidad de los actos

Se ha dicho que para que exista legitimidad en el intento militar de recuperación de las islas, deben ser evaluados algunos propósitos:

  • 1) Que se tenga una prudencial y consistente seguridad acerca del éxito de la operación sin un costo gravoso para toda la comunidad.
  • 2) Que no ponga en peligro la paz internacional y el equilibrio.
  • 3) Que el bien de tener las islas sea superior al mal que provoque la guerra.
  • 4) Que haya consenso en el pueblo expresado por los medios legítimos.
  • 5) Que se respeten las normas jurídicas internacionales sobre el derecho de guerra.»

Francisco Eduardo Trusso.

«Las Malvinas – El fin de una utopía»

Editorial Troquel – agosto de 1982

Un estudio detenido permitirá esclarecer si ese análisis se realizó minuciosamente antes de iniciar el Operativo Rosario. Mientras tanto, sólo resta seguir aquí otra parte de su desarrollo. Desde el destructor Santísima Trinidad comenzaron a desembarcar las tropas. El espionaje había demostrado su eficiencia. Los ingleses en las islas estaban expectantes: el viejo barco John Biscoe tenía la tripulación a bordo esperando el apoyo de la OTAN (Organización del Atlántico Norte) que tiene a Estados Unidos y Gran Bretaña como principales Estados miembros. En el extremo sur de América Latina, todavía no había trascendido la estrategia argentina, aunque la vecindad no siempre es sinónimo de fraternidad y la historia tiene suficientes ejemplos de luchas estériles por límites o para defender intereses geopolíticos o económicos. En esos días también la sombra de la indiferencia o de alguna traición, acosaba a los argentinos. Las autoridades británicas desde los últimos días de marzo había retirado la custodia policial de la embajada argentina en Londres. No eran simples indicios de desinteligencias, sino contundentes demostraciones de la eficaz inteligencia.

Desembarco y posesión

Desde distintas posiciones se produjo el desembarco. Los ingleses comenzaron con su despliegue bélico. Desde Punta Enriqueta avanzó la patrulla a las órdenes del Tte. de Corbeta Pedro Edgardo Giachino quien no titubeó y a pesar de los proyectiles británicos llegó hasta la puerta del edificio donde residían las autoridades y ante la imposibilidad de entrar pasó al patio amenazando con arrojar una granada. Una ráfaga de ametralladoras destruyó su cuerpo. Se cumplió otra tradición: fue ascendido post mortem. Junto a Giachino cayeron otros muertos. La guerra había comenzado. Los kelpers –algas…- permanecían en sus hogares. No tenían intereses comunes con la Corona, se los considera ciudadanos de segunda clase. Los argentinos deben conocer esta historia de la Historia, cuando en una zona neutral fue hundido el crucero Gral. Belgrano, -buque de auxilio. El 14 de junio de 1982 marcó un hito en el momento en que Gral. Mario Benjamín Menéndez -nombrado Gobernador de las islas-, debió aceptar el cese del fuego…

Trágico capítulo de la historia de los argentinos es el que contiene los hechos de las tres últimas guerras: la primera en el Operativo Independencia -lucha contra el terrorismo con miles de desaparecidos y muertos-; la segunda generada en las especulaciones y distorsiones promovidas con sucesivas normas impulsadas desde el ministerio de economía en un contexto de continua emisión monetaria, devaluaciones, inflación creciente, vaciamiento de empresas y fugas de capitales al exterior, destruyéndose el patrimonio de las familias y del Estado y el sorpresivo Operativo Rosario -como se identificó al realizado con motivo de las primeras invasiones inglesas en 1806-, que complicó aún más la controversia británico-argentina; dejando profundas huellas materiales y espirituales en una legión de excombatientes que paulatinamente parecen ser olvidados salvo por quienes los valoran y los aman.

Adolescentes: entre el fútbol y la guerra

En aquel tiempo, un lamentable error en algunos conductores de la educación otorgó prioridad a un campeonato de fútbol y los adolescentes-estudiantes tuvieron asueto para disfrutar frente a los televisores, mientras otros adolescentes-soldados ofrecían sus vidas en el sur. Así se equivocan los caminos de la formación personal que coadyuvan a la pacífica revolución nacional de la justicia social. Se distrae con otros nombres -los de deportistas, políticos y artistas-; son reiterados protagonistas en las crónicas cotidianas y excepcionalmente modelos o paradigmas.

«¿Es así? o no es así.»

Lo innegable es que continúa la tradición: semejante a lo sucedido con Ceferino Namuncurá -el santito patagónico- y con tantos calificados caudillos; abnegados servidores anónimos y con Perón -durante la vigencia del Decr. 4161/56-; porque hay una legión de patriotas desconocidos.

Por costumbre, se contemplan monumentos a héroes de arcilla, ignorándose a quienes realmente han sido adalides de roca (no de ¡Roca!…)

La lenta decantación de los auténticos valores requiere el transcurso del tiempo. Recién entonces -si alguien está dispuesto a exaltarlo prestándole su voz-, ese reconocimiento puede convertirse en un canto ejemplificador que convoque a la gratitud y promueva la continuidad de fecundas obras.

Memoria necesaria.

“Los Menéndez”…

Sabido es que el general Benjamín Menéndez -retirado-, con apoyo del capitán Alejandro Agustín Lanusse-, encabezó la inten­tona del 28 de setiembre de 1951 para destituir al presidente Juan Domingo Péron. Diez años después, otro Menéndez fue también otro de los organizadores del golpe contra el presidente Arturo Frondizi, apoyado por el Alte. Isaac Rojas -quien también comandó el movimiento subversivo del 16 de septiembre de 1955 -segunda presidencia de Perón-, cuando lograron el objetivo porque el general prefirió el exilio antes de que bombardearan-como lo habían hecho el 16 de junio de ese año sobre la Plaza de Mayo-, algunas localidades densamente pobladas próximas a las destilerías de La Plata.  El presidente Frondizi intentó resistir desde principio de 1962 y el 27 de marzo envió una carta al Comité Nacional de Unión Cívica Radical Intransigente: “…No me suicidaré, no me iré del país, ni cederé… en momentos en que la crisis política que vivimos llega a su máxima gravedad”…  Tras la detención de Frondizi y la asunción de Guido, siguió el enfrentamiento entre los azules y los colorados del ejército…)

General Luciano Benjamín Menéndez.

Se ha reiterado que Luciano Benjamín -alias Cachorro-, nació en 1927, ingresó como cadete en el Colegio Militar de la Nación en febrero de 1943, cuatro meses antes del movimiento del 4 de junio impulsado por los generales y promovido por los coroneles, entre ellos Juan Domingo Perón.  Era sobrino del General Benjamín Menéndez quien en 1949 tenía el grado de Teniente de Caballería y en septiembre de 1951 participó en la conspiración contra el presidente Perón.  En 1966 ascendió a Coronel, apoyado por el general Lanusse que era amigo de su tío y también conspirador en 1951, siendo capitán…

En 1975, Luciano Benjamín Menéndez asumió como Comandante del III Cuerpo de Ejercito -presidencia de María Estela Martínez de Perón, destituida el 24 de marzo de 1976-, y puesta en marcha la represión a los grupos pertenecientes a los ejércitos revolucionarios del pueblo que participaban en la guerra civil no declarada, el General Luciano Benjamín Menéndez tuvo directa responsabilidad en las operaciones realizadas en aquella jurisdicción (básicamente en Córdoba).

En el informe de la CONADEP (Comisión Nacional encargada de relevar antecedentes y declaraciones referidas a personas desaparecidas durante el autodenominado proceso de reorganización nacional, Menéndez  fue acusado de “77 casos de torturas, 47 homicidios y cuatro sustracciones de menores”; fue condenado (presidencia del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín)  y luego indultado junto a todos los dirigentes que habían sido condenados tras aquel informe de la CONADEP, durante la presidencia del Doctor Carlos Saúl Menem. En su libro titulado Universos de mi tiempo, el doctor Menem expresó: “La democracia recuperada los juzgó y los encarceló después. Yo los indulté A mis persecutores, a mis proscriptores, a mis cancerberos: yo los indulté. /…/ De frente a una política de confrontación permanente con los militares encarcelados, convertí en opacos ciudadanos perdonados por un indulto a militares que –en la cárcel- se sentirían mártires por siempre.  El perdón los desmitificó, los devolvió a un destino que no eligieron: ser argentinos comunes, perdidos entre la multitud, con un pasado juzgado por sus pares, y muy lejos de la honra que parecía conferirles la cárcel al convertirlos en aparentes perseguidos. Buenos Aires, Sudamericana, p.99.

Fervor patriótico…

En 1987, el Departamento de Educación y Cultura de la C.G.T Regional Santa Fe, siendo secretario general el representante del Sindicato de Artes Gráficas D. Agustín Sarla, de desarrolló el Plan Cultural 1987 aprobado por el Ministerio de Educación y Cultura de Santa Fe, integrando a varias asociaciones intermedias -centros de protección a la naturaleza, cooperadores escolares, artistas…- y al conmemorarse el primer lustro de la Gesta del 2 de abril de 1982, fue presentada y donada a educadores profesionales y a bibliotecas de distintas localidades, la “1ª Antología Poética – Gesta de las Malvinas”.  En la primera página es posible leer: “La Patria acuna por siempre a aquellos que defienden su honor y cada día renacen en un arco iris de gratitud en el corazón del pueblo argentino.”  En el prólogo escrito por el Cnel. (R) Jorge L. Rodríguez Zía, se destaca que:

“Los que, santamente, murieron por la Patria Común.

Tienen derecho a que el pueblo

Llegue hasta sus tumbas y rece..

¡Entre los más bellos nombres

Su nombre es el más bello!”

“Los vates argentinos que iluminan las páginas de esta antología han respondido a esa estrofa de un poeta-soldado de Francia.  Saben -porque no han sido atrapados por la añagaza de la llamada ‘desmalvinización-, que la Guerra contra Inglaterra y Estados Unidos (nombre que, históricamente y geopolíticamente, debe dársele) es nada más y nada menos que una GRAN GESTA DE LA NACIÓN ARGENTINA. Cuando a tan precisa denominación se pretende deslucirla o aminorarla –ya sea porque ¡fue inoportuna’ o porque ‘fuimos derrotados’-, la respuesta la da la Ciencia de la Historia y el relato de los hechos que, a través de milenios, como gestas fueron ensalzados.  /…/ Luego de la batalla, la gesta ya está sellada para el libro de la Historia, se haya vencido o no en ella.

Los argentinos, luego de 149 años de ocupación de una tierra y amplio mar que les pertenece, se lanzaron a la lucha contra un enemigo secular y poderoso que, además, contó con el apoyo terminante del poder militar más gigantesco en la historia de la Humanidad.  Considerése que nunca -nunca será ‘oportuna’ una contienda contra esos estados con ese razonamiento -justo pragmáticamente pero no patriótico- ya mismo, quienes lo sostienen, debieran proponer que las Malvinas y sus dependencias se les entreguen en soberanía definitiva al usurpador británico.  Y esto se llama traición.” /…/  [4]

“Pero los poetas… no han querido… con sus versos épicos, otra cosa que reunir, en un homenaje profundo a los 648 muertos caídos en las tierras, mares y cielos australes, el agradecimiento que, todos los argentinos sentimos por haber ofrendado sus vidas por la Patria.  Y no menos el que merecen los que retornaron desde aquellas heredades luego de haberlas defendido ante el invasor”. /…/

Las cruces

Por María Dolores Morcillo de Menvielle.  p. 9

 

Las cruces que quedaron en las blancas “MALVINAS”,

cubiertas por las nieves, besadas por los vientos,

son las cruces que exigen una justicia plena,

bajo todos los cielos, bajo todos los tiempos.

Esas cruces que rezan a los veinte años floridos,

no serán meras cruces elevadas al cielo,

sino potente antorcha señalando el camino

abierto hacia el futuro con firmeza y denuedo.

Miremos esas cruces, uniendo a sus valores,

los valores de un pueblo que acrisola en su historia,

clarines victoriosos de nuestros magnos héroes,

con perfiles muy puros y laureles de gloria!

Esas cruces reclaman el nuevo “SOL DE MAYO”

en esa unión fraterna de nuestra tierra indiana,

para ahuyentar los buitres del suelo “Americano”,

desgastando su roja y prepotente garra!

Inclinemos la frente sin pasiones mezquinas.

Elevemos plegarias sintiendo en las entrañas,

estertores de muerte con la palabra ¡LIBRES!

y ese calor ardiente de la FE y la esperanza!  [5]

 

Desde la tierra corondina, con perfume de azahares y aroma de frutillas, llegaron los poemas de dos sensibles mujeres.

Así necesitó expresarse Leonor Naón de Valdivieso:  p. 25

A un héroe de las Malvinas – (Tte. 1º Rubén Márquez)

Llueve sobre los techos suburbanos,

en la ventana la humedad de la lluvia

ha dibujado tu perfil

con un temblor de lentos ríos.

Oigo un tañer lejano de campanas,

los hilos del recuerdo tejen tu nombre

margen de luz y viento

en la pálida tarde que cae.

Nunca tu risa y tu voz se apagarán

en los que conocimos tu nobleza,

eras como metal templado

por el fuego de la vida.

Es en este río sin fondo del lamento,

que crece tu figura y se eleva

como el humo perezoso

hacia el cielo infinito:

altar de tu memoria.

Patria de aquí y de allá.

Así expresó su sentimiento, una maestra tesonera, una escritora perseverante: Lidia Esther Lobaiza de Rivera. p. 24

 

Del collar de la Patria renacida

por la fe y esperanza de cada hombre,

hay una lejana perla desprendida

que Malvinas ostenta como nombre.

Dolor de madre por la ausencia,

amor del hijo que se fue por ella:

Dolor y amor en una sola presencia

en el confín del sur, tras una estrella.

Patria de aquí y de allá,

hendiendo el ojo añil del mar;

exhausta mano que tendiéndose

va hacia la otra, sin poderla alcanzar.

Laceración austral en la distancia,

tierra negada para el argentino,

primer quimera velada con el ansia

de todo pensamiento esclarecido.

Volverá, algún día no lejano,

por la única razón de la justicia

anudarse otra vez mano con mano

entre redoble y laurel en la caricia.

Y en la gloriosa Patria unificada,

ostentando por fin las caras islas,

flameará la Bandera bienamada

en el límite inmortal de las Malvinas.

 

Desde el norte, habían llegado otras voces: la del campesino Pedro A. Vázquez -el cordial Pedrito, poeta del departamento Nueve de Julio que llegó la capital santafesina y dejó sus testimonios

Defendiendo lo argentino.

Canto a mi patria argentina

que por la guerra padece,

esos piratas ingleses

nos quitaron Las Malvinas,

el progreso no camina

por lo que quiso el destino,

y peleando me imagino,

que en un pecho una bala se ha metido,

y habrá quedado dormido

algún soldado argentino.

No dude que en la cruel guerra

muchos soldados murieron,

argentinos que cayeron

hoy pasarán a la historia,

quedarán en la memoria

nunca caerán al olvido,

por habernos defendido

luchando contra extranjeros,

esos intrusos guerreros

que no son dueños del nido.

Adiós “General Belgrano”

no te vamos a olvidar,

ya que en el fondo del mar

estás con muchos hermanos.

En las Malvinas quedaron

hijos que no vuelven más,

y tal vez un “Pucará”

quedó perdido en el hielo,

y el soldado que allí murió

descansando está en su suelo.

No se olvide Doña Tacher

que hay muchas madres llorando,

y muchos pueblos gritando

a favor de mi Argentina,

que el mundo se nos arrima

y a Las Malvinas se aferran,

que tanta codicia encierra

por sus tropas extranjeras,

que se vinieron de afuera

a quitarnos nuestras tierras.

Digo al soldado argentino

que cuando suene el clarín

recuerde a San  Martín

aquél que cruzó los Andes,

de los héroes el más grande

defensor de nuestras tierras,

ganador de tantas guerras

que tal vez del cielo espere,

que un argentino se esmere

por defender nuestras tierras.

Las islas que nos quitaron

y que nos pertenecían

han de volver algún día

a juntarse a nuestras tierras,

pero no será con guerra

que las vamos a tener,

será con verdad y saber

con esperanza y con paz,

y con los años quizás

las tendrán que devolver.  p.31-32

 

También del noroeste, desde San Cristóbal llegaron los versos de Víctor H. Vargas, otro amigo del alma a perpetuidad

Canto por Malvinas

 Mi patria desgarrada

tiene dos hijas nobles

que yacen secuestradas

por un vil invasor.

Son dos jirones tiernos

de un amor tan sublime,

que a cada instante clama

llamando a viva voz.

Malvinas Argentinas,

tierra que tanto amamos,

quisiera algún día

tu suelo transitar.

Tenderme en tus hierbas

aspirar fuerte el aire

y de cara al cielo

a toda voz cantar.

No ha sido en vano hermanas

afanes y desvelos,

están de nuevo donde

debieron siempre estar,

aliada a un continente

que es nuestro territorio

y en pos de un destino

que llama a la Unidad…   p.29

(Lecturas, vivencias y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.)

 

[1]

[1] Hourcade, Luis. «Los Primeros Colonos de las Malvinas», en Revista Argentina, Buenos Aires, Año I, Nº 10, 01-11-1949, p. 62 y 64.

[2] Argentina. Congreso Nacional, Cámara de Diputados. Diario Sesiones 1946 t. I, p. 461. Fundamentos del proyecto de declaración del Dip. Ernesto E. Sanmartino -Cap.Fed.-, solicitando al P. E. que se dirija al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas afirmando los derechos soberanos de la Nación Argentina.

[3] Congreso Nacional. Diarios de Sesiones. Cámara de Diputados, 1946, t. I, p. 625.

[4] El Cnel. Jorge Rodríguez Zía (retirado) siguió sirviendo a la Patria porque desarrolló una prolongada labor de difusión del temple sanmartiniano y promoviendo actividades tendientes a valorar nuestro patrimonio cultural síntesis de las culturas establecidas hasta 1492 y el siguiente avance de las familias de expedicionarios españoles que también integraban sacerdotes de distintas órdenes. Escribió un libro titulado: Generales guaraníes sin estatuas y estaba agotándose la edición cuando tuve la posibilidad de adquirir los últimos ejemplares como contribución desde el servicio de educación por el arte de vivir y convivir; todos fueron donados a escuelas entre 1986-1987, final del primer período de gobierno constitucional después del Proceso iniciado en marzo de 1976.

[5] Dios señala el Camino y al transitarlo, descubrimos fraternales lazos.  Lolita Menvielle, amiga del alma a perpetuidad, aproximadamente ochenta años en ese tiempo y como sabía que no me encontraba en nuestro hogar hasta las veintidós, ya que era el tiempo que demandaba la jornada laboral,  solía hablar por teléfono y leer los poemas -algunos sonetos- que escribía seguramente para compartirlos con amigos y lectores.  # Nació en Vera, hija de Ana Escobar Aldao y de Edelmiro Morcillo Aldao, casada con Aldo Menvielle tuvieron una hija: Blanca Guadalupe Belén.  Maestra rural.  Publicó varios libros, es autora de varios himnos y entre ellos el Himno a Juan de Garay, a San Martín, al maestro rural, Marcha para UNIPADIS (asociación de ayuda a discapacitados).  

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