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09-06-1527: Fundación del Fuerte de Sancti Spiritu

2 de abril de 1526: zarparon las naves.

Fundación de Puertos.

Pausa en una isla.

Conflicto entre capitanes.

El Fuerte desprotegido e incendiado.

El fin de un marino ambicioso.

 

Aproximadamente en el año 1479, nació en Venecia (Italia), Sebastián Gaboto hijo de Juan que era un navegante al servicio del rey Enrique VII de Inglaterra, cuyo apellido en algunas escrituras de Cabot o Caboto.  Siendo adolescente viajaban juntos y Sebastián fue aprendiendo a vencer diversas dificultades y también a conocer lo imprescindible sobre cartografía para poder llegar al destino deseado.

Tras la muerte de Juan Díaz de Solís, fue nombrado Piloto Mayor (febrero de 1518) y tiempo después –el 4 de marzo de 1525-, con el rey de España acordaron que viajaría hacia Oriente, siguiendo la ruta de Magallanes con el propósito de llegar a las tierras del Maluco y otras cercanas, para recoger piedras y metales preciosos, especies destinadas al consumo y al comercio.

2 de abril de 1526: zarparon las naves…

Prepararon las naves en el puerto de San Lúcar de Barrameda y zarparon el 2 de abril de 1526 con cuatro embarcaciones y aproximadamente doscientos hombres.  Gaboto estaba entusiasmado por los relatos de viajes anteriores hasta el Río de Solís –luego nombrado el Río de la Plata- y al mando de la nave Santa María de la Concepción, ordenó que todas se orientaran hacia el sur.  Después de chocar su nave contra una roca, con las maderas disponibles construyeron una galeota que les serviría para avanzar sobre los ríos.  En esas circunstancias, quedaron abandonados en el Puerto de los Patos el capitán Francisco Rojas que ya había manifestado desacuerdos con Gaboto y otros dos capitanes que según la opinión del historiador argentino Leoncio Gianello, “es otro ejemplo del espíritu cruel y vengativo de Gaboto”…  [1]

Fundación de Puertos…

Continuaron el viaje hacia el sur, el 7 de abril de 1527 fundó el Puerto de San Lázaro donde se encontró con un grumete de doce años que convivía con los indígenas, había llegado con Solís y era el único sobreviviente; decidió entonces que allí quedaran dos naves y doce hombres.  Gaboto siguió navegando por el río actualmente conocido como Paraná y se detuvieron en la confluencia con el río Carcarañá donde el 9 de junio de 1527, el capitán fundó el Fuerte de Sancti Spiritus, siendo el día de la Pascua de Pentecostés.

En aquel tiempo fundar significaba quedarse proclamar esa decisión y acompañados generalmente por un sacerdote, todos participaban en la ceremonia de oración y bendición.  Enseguida era necesario empezar a construir ranchos con barro y techos de paja y en ese lugar, aunque era invierno encontraron una vegetación exuberante y suficientes animales y frutos para la alimentación.  Gaboto era una persona que sabía hacer cumplir sus órdenes, porque los desobedientes terminaban ahorcados y logró que colaboraran también los indígenas que se acercaban, personas que conocían la zona y también podían ayudarlo para avanzar en ese territorio para él tan atractivo a pesar de ser desconocido, ya que lo impulsaba la ambición con más fuerza que la razón.

Pausa en una isla…

En vísperas de la Nochebuena de 1527, partió desde el Fuerte una expedición integrada también por el cura; llegaron a una isla el 1º de enero y enseguida la bautizaron Año Nuevo.  Allí quisieron someter a los indígenas con amenazas primero y después incendiándoles las viviendas motivo suficiente para que quienes hasta entonces habían sido los dueños de la tierra decidieran alejarse y así fue como los autoritarios conquistadores empezaron a padecer hambre por desconocimiento de lo que les aportaba la naturaleza. Algunos intentaron desertar y una vez más la horca sirvió como escarmiento hasta que al mes siguiente Gaboto se encontró con grupos fieles al cacique Yaguarón quienes les acercaron algunos víveres, abundantes calabazas… A ese lugar lo bautizaron Puerto de Santa Ana, estuvieron el tiempo necesario para mejorar la salud y abastecerse para el resto del viaje y se embarcaron para seguir avanzando hacia el norte.

Conflicto entre capitanes…

Gaboto en ese tiempo se enteró de que estaban navegando por el mismo río dos naves y supo después que Diego García era uno  de los capitanes, quien también había partido con la finalidad de llegar hasta las islas de Maluco pero por tentación -y desobediencia a lo pactado con el rey de España Carlos I-,  terminaron en el río de la Plata y remontando el Paraná.  Como suele suceder, discutieron defendiendo cada uno sus derechos a explorar esa región, pero con tan escasos medios comprendieron que lo más conveniente era unirse aunque enviaron mensajeros a España para que les apoyaran y resolvieran el conflicto.

El Fuerte desprotegido e incendiado…

En el sur, en el Fuerte de Sancti Spiritus había quedado el capitán Gregorio Caro, una persona tolerante al extremo de permitir que se alterara la disciplina: trabajaban poco, a la noche se acercaban a las viviendas de las indias o el amanecer los sorprendía jugando.  Después de estar varios días en el Paraguay, retornó Gaboto y se encontró con que en el Fuerte no había vigilancia, como era su costumbre ordenó que mataran y que a algunos los trasladaran a una isla próxima.  A mediados del invierno de 1529, Gaboto se embarcó en otra expedición.  Los indígenas sin acercarse los estaban vigilando y dos días después de esa partida, decidieron atacar el fuerte e incendiarlo. Reaccionaron enseguida el cura Francisco García y el capitán Gregorio Caro, se refugiaron en uno de los bergantines mientras otra fue capturada y mataron a todos los tripulantes.  Eran pocos los que lograron salir de ese infierno y se encontraron con Gaboto en el puerto de San Salvador.  El terco veneciano quiso volver al Fuerte pero era tan abrumador lo que le contaban y lo que alcanzó a ver desde el río, que decidió quedarse en ese último puerto.  Con el aire primaveral se renovaron sus planes: en octubre de 1529 decidió volver a España donde se encontraron con una maraña de trámites relacionados con sus disputas por los beneficios de la expedición.

El fin de un marino ambicioso…

Protegido por la emperatriz Isabel, Gaboto siguió en libertad a pesar todos los asesinatos y según algunos historiadores se puso al servicio de Inglaterra, otros insisten en que no hay datos sobre sus últimos años de vida, se reitera que murió “en 1557, a los setenta y ocho años”…

(Terminaba así otra historia, seguiría creciendo la leyenda…)

Síntesis: Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini.

 

[1] Gianello, Leoncio. Historia de Santa Fe. Buenos Aires, Plus Ultra, 3ª ed. 1978, p. 30.

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