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1856- Gobierno de Juan Pablo López

1856: López despejando el camino a la gobernación.

Datos sobre población.

05-08-1856: elecciones e integración de la Junta de Representantes.

Sanción de la Constitución.

03-09-1856: Intervención y Juan P. López en el gobierno.

04-09-1856: mensaje del gobernador ante la Junta de Representantes.

26-10-1856: más conspiraciones.

Fracaso de Camilo Aldao en Rosario.

Llegada del interventor Santiago Derqui.

09-11-1856: carta de Urquiza al Coronel Rodríguez.

José Francisco Seguí y el arte de la conducción.

24-11-1856: Embargo contra los conspiradores.

Avance de la expedición para estudios sobre el río Salado.

17-12-1856: Medallas de honor a los expedicionarios.

1857: avances de la Compañía de Navegación del Río Salado.

Caudal insuficiente.

1858: Decisiones de Urquiza desde Paraná.

Los “negocios” de Urquiza.

El gobierno ejercido por “del Carril y Derqui”.

Hacia el “sometimiento” de los caudillos cuyanos.

23-10-1858: asesinato de Benavídez.

Urquiza anuncia  la ofensiva contra Buenos Aires.

Urquiza en busca de apoyo desde el exterior.

19-11-1858: López delegó el gobierno.

1792-1852: Juan Pablo López y seis décadas de trayectoria histórica.

1805: integrante del Cuerpo de Blandengues.

1812: en campaña junto al general Manuel Belgrano.

1838: fallecimiento del Brigadier Estanislao López y acciones de Juan Pablo.

20-10-1838: carta de Juan Pablo López a la esposa de Rosas.

26-03-1840: combate de Cayastá y triunfo de López.

23-09-1840: combate en el Paso del Salado.

Más luchas: triunfos y derrotas.

26-06-1841: Sanción de la Constitución de Santa Fe.

Alianza con el General Paz.

05-11-1841: tratado de unidad entre Corrientes y Santa Fe.

01-01-1842: año nuevo, estrategias nuevas.

12-04-1842: combate de Coronda y escape de López.

08-09-1842: López en Goya y Echagüe gobernador de Santa Fe.

1844: regreso de Alberdi y negocios ferroviarios.

16-01-1845: estrategias contra el Brigadier Rosas.

06-07-1845: Juan Pablo Echagüe vencedor en “Campo Andino”.

Invierno de 1845: López y “sus lanceros” hacia la capital.

05-08-1845: combate en “el Paso del Salado”.

12-08-1845: derrota de López en Malabrigo.

Después de Quebracho Herrado.

27-11-1847: López, en batalla contra Urquiza.

1852: Urquiza con Santiago Oroño y Juan Pablo López.

05-07-1852: sublevación, huida y retorno de López.

15-07-1852: indulgencia y equívocos.

03-08-1852: Rosario, declarada “ciudad”.

Amnistía y destierro de “Mascarilla López”.

07-09-1852: despedida de Urquiza en el Club del Progreso.

10-09-1852: sublevación de Madariaga.

Juan Pablo López y su política administrativa.

Arreglos con los colonos y entrega de tierras.

Juan Pablo López y el valor de su lanza.

 

A mediados del siglo diecinueve, en las provincias argentinas desde distintos grupos políticos crecían las intrigas entre urquicistas y opositores.

1856: López despejando el camino a la gobernación…

Era evidente la organización de algunos movimientos que insinuaban una notable declinación en el gobierno del doctor José María Cullen. El 11 de julio de 1856, al renunciar el jefe de la Policía de la Capital don Rosendo Fraga, asumió el Teniente Coronel Mariano Rodríguez del Fresno, tío del gobernador por línea materna.

La renuncia de Juan Francisco Seguí fue la señal del ocaso del gobierno de José María Cullen, mientras Mascarilla López seguía conspirando desde Paraná apoyado por el presidente Gral. Justo José de Urquiza.

El único que se mantuvo al margen de la confabulación fue el leal Gral. Santiago Oroño, detenido en la Comandancia sur porque se mantenía fiel al mandato constitucional.

Datos sobre población

A mediados de 1856, en la provincia de Santa Fe se registraban aproximadamente 41.261 habitantes y 4.304 eran extranjeros.

En Santa Fe de la Vera Cruz vivían 6.102 personas y en Rosario 9.785.

05-08-1856: elecciones e integración de la Junta de Representantes.

El ministro del Interior Dr. Santiago Derqui, ante esa irregularidad institucional, convocó a elecciones para el 5 de agosto de 1856 y tres días después asumieron los legisladores electos: Ángel de Arrarte, José María Baños, Sargento Mayor Dámaso Centeno, Manuel Coll,  Mariano Comas, Luis Hernández, José A. Lassaga, Fermín Rodríguez, Cnel. José Rodríguez, Felipe María Roldán, Santiago Sañudo, José Seguí, Juan Francisco Seguí, Prudencio Torres y el único reelecto fue don Rosendo María Fraga, un poderoso estanciero, sucesor de López en el gobierno provincial.

Sanción de la Constitución…

El 12 de agosto de 1856 la asamblea legislativa reiteró la sanción de la Constitución que estaba a consideración de la legislatura nacional desde que la elevara el ex gobernador José María Cullen y reconoció la autoridad del inflexible Juan Pablo López.

El 3 de septiembre de 1856 la asamblea legislativa presidida por el Dr. Antonio Seguí nombró gobernador propietario titular a Juan Pablo López, quien asumió en tal carácter al día siguiente.  [1]

En su carácter de delegado del Gobierno Nacional Juan Pablo López promulgó la Constitución Provincial y dispuso que el juramento de fidelidad se concretaría el 30 de agosto, en todo el territorio provincial. Después de la jura de la Constitución, el 3 de septiembre Juan Pablo López fue designado gobernador constitucional.

03-09-1856: Intervención y Juan P. López en el gobierno…

Ante la crisis en el gobierno de Santa Fe debido tales enfrentamientos, inmediatamente el gobierno nacional decretó la intervención en la provincia y mediante un acta –al estilo de los golpes de Estado que se sucedieron en el siglo XX; el Ministro de Guerra Gral. José Miguel Galán designado para cumplir la intervención en la provincia, delegó sus funciones en el Brigadier General Juan Pablo López y disolvió la legislatura. Anunciaron que el 12 de agosto se realizarían las elecciones.

Un día antes, su sobrino Luis Hernández arrestó en Rosario al Gral. Santiago Oroño -padre de José Nicasio-, quien fue liberado la semana siguiente.

04-09-1856: mensaje del gobernador ante la Junta de Representantes.

Un día después de la sanción de la Constitución y del reconocimiento de su autoridad por la Junta de Representantes, el gobernador Juan Pablo López leyó su mensaje y en el tercer párrafo expresó:

“Aterrado por la situación en que asumo el poder y en que contraigo la obligación de dirigir los destinos del país, habría desistido de semejante empresa, si no viera en cada uno de mis compatriotas la abnegación para esperar, el patriotismo para ayudarme y el entusiasmo ardoroso que triunfa siempre de las dificultades, derribando en todas direcciones las barreras que impiden la propagación de las sanas ideas y de los principios de buen Gobierno».  Anunció su plan de gobierno: «Reforma general de la Administración, en cuanto lo permitan las circunstancias del país; seguridad y dilatación de las fronteras para cuyo noble objeto cuento con la sincera promesa del Exmo. Señor Presidente de la Confederación, muy interesado en el desarrollo de nuestra pingüe riqueza rural, de que depende la felicidad de esta Provincia.  Protección decidida a las empresas de inmigración, o las artes e industrias que dan pábulo a la actividad humana y mejorar la condición material y moral de los pueblos».  [2]

26-10-1856: más conspiraciones…

Entre los políticos santafesinos aumentaban las intrigas y los enfrentamientos -algunos autores indican que se generaron nueve conflictos políticos-,  Por distintos medios trascendieron en otros países, siendo censurada la acción de Mascarilla, considerado como una persona de actitudes imprecisas y reprochables por determinados sectores, aún antes de asumir.

Los integrantes del opositor Clan Cullen siguieron conspirando, aunque eran conscientes del apoyo del general  Urquiza a la gestión de Mascarilla López.

Mientras el comandante Cnel. José Rodríguez reemplazaba a Juan Pablo López durante su viaje a Rosario, el 25 de octubre de 1856 se movilizaron los cullistas con el propósito de derrocarlo: el coronel Mariano Rodríguez del Fresno -hermano de Pedro, también coronel; concuñado de los Domingo Cullen y Crespo-; entró en la ciudad con Nicolás Denis -cacique de la tribu que integró los Lanceros del Sauce– y apenas llegaron a Santa Fe los apoyaron Patricio Cullen, Demetrio Iturraspe, Melquíades Salva y Quintín Valle.

Es oportuno tener en cuenta que el cacique Nicolás Denis era entrerriano, nacido en Diamante; llegó a Santa Fe con su madre, cuando era niño y tuvieron que huir de las persecuciones a los aborígenes en aquella provincia.

Adhirió a algunos movimientos políticos aportando las fuerzas de su tribu y el gobierno santafesino lo nombró Coronel.

Los conspiradores estaban unidos por “intereses políticos” y por “lazos de parentesco”:  Demetrio Iturraspe, José Nicasio Oroño y Mariano Rodríguez del Fresno huyeron hacia el sur y llegaron hasta Montevideo; José Antonio Echagüe y Camilo Aldao escaparon hacia el Paso de Santo Tomé y llegaron hasta Rosario;  José de Caminos y el Dr. Melquíades Salva se embarcaron con rumbo a San Nicolás para seguir de cerca otros movimientos; Patricio Cullen –hijo de Domingo y hermano de José María- y el doctor Marcelino Freyre –su primo- fueron detenidos y trasladados a Paraná.

(Es oportuno recordar que José Ignacio de Caminos fue el escribano que firmó el testamento del primer gobernador santafesino don Francisco Mariano Candioti, el 30 de junio de 1815. Todos eran descendientes de “las familias que mandaban” -alternativamente-, en la provincia de Santa Fe.)

Los rebeldes detuvieron al gobernador delegado y al ministro Juan Francisco Seguí; nombraron al Cnel. Mariano Rodríguez del Fresno gobernador provisorio y reinstalaron la legislatura que se había disuelto con la llegada del interventor Gral. José Miguel Galán.

Enseguida pidieron refuerzos a José Barco y a  Feliciano Barco, comandante del Cantón Narvaja.

Por intermedio de José Nicasio, intentaron lograr el apoyo de su padre, el Gral. Santiago Oroño pero las semillas de la delación impidieron que la carta llegara a su destino.

El hábil comandante Cnel. José Rodríguez logró comunicarse a la noche con los jefes de su tropa, incorporó a las fuerzas provenientes de los cantones que cumplían órdenes de Feliciano Barco y de Raimundo Oroño y logró desbaratar la conspiración.

Los conspiradores estaban unidos además por lazos de parentesco:  Demetrio Iturraspe, José Nicasio Oroño y Mariano Rodríguez del Fresno huyeron hacia el sur y llegaron hasta Montevideo; José Antonio Echagüe y Camilo Aldao escaparon hacia el Paso de Santo Tomé y llegaron hasta Rosario;  José de Caminos y el Dr. Melquíades Salva se embarcaron con rumbo a San Nicolás; Patricio Cullen –hijo de Domingo y hermano de José María- y el doctor Marcelino Freyre –su primo- fueron detenidos y trasladados a Paraná. Es oportuno recordar que José Ignacio de Caminos fue el escribano que firmó el testamento del primer gobernador santafesino don Francisco Mariano Candioti, el 30 de junio de 1815.

Fracaso de Camilo Aldao en Rosario…

Mientras el gobernador López estaba en el sur, apoyando la sublevación de Jerónimo Costa en la provincia de Buenos Aires, el coronel Santiago Oroño también estaba conspirando cerca de Rosario como parte del clan cullista.

La habilidad de algunos infiltrados sirvió para desbaratar los propósitos de Camilo Aldao que había regresado a Rosario; donde indiferente a las ambiciones políticas, su activa población cooperaba para su desarrollo social y donde el puerto, concentraba un movimiento creciente como demostración irrefutable del crecimiento económico.

El Gral. Urquiza estaba muy ocupado intentando lograr la ratificación de las alianzas con los países en conflicto…

Llegada del interventor Santiago Derqui…

El vicepresidente Salvador María del Carril -“viejo ladino”-, enterado de esa compleja situación, envió al ministro Dr. Santiago Derqui -“niño grande indolente e ingenuo” como interventor en la provincia: destituyó al gobernador revolucionario y reasumió el General Juan Pablo López.  [1]

Reaccionó el gobernador López y ordenó la persecución de sus violentos opositores.

Una vez más brotaron las semillas de la murmuración. 

El mediador Derqui criticó la violenta represión ordenada por el ministro Seguí y continuaron las amenazas de levantamientos contra el gobierno del personalista de Juan Pablo López. 

 

El historiador José Luis Busaniche expresó que “bien considerada, la gestión, puramente administrativa del gobierno de López no merece un juicio desfavorable”.

Agregó el doctor Leoncio Gianello: “que tuvo un gran ministro, Juan Francisco Seguí, y que contó con el apoyo pecuniario del gobierno nacional.” [3]

Hay que tener en cuenta que Seguí fue ministro de gobierno de José María Cullen y “hombre aparentemente adicto al gobierno central… desde el gobierno se manifestó remiso a creer en el éxito del gobierno de Cullen”.  [4]

09-11-1856: carta de Urquiza al Coronel Rodríguez

Terminadas las gestiones que estaba realizando Urquiza, el 9 de noviembre de 1856 escribió una carta al Coronel Rodríguez, felicitándolo por su decisión que había producido el fracaso de la asonada sirviendo para confirmar el prestigio de López.

Ese mismo día el gobierno decidió que sesenta cabezas de ganado pertenecientes a Nicasio Oroño y a Marcelino Freyre pasaran a disponibilidad del gobierno para su venta, en compensación de los  $ 500.- que debían pagar los conspiradores por el daño producido al estado provincial.

José Francisco Seguí y el arte de la conducción…

Un siglo después, el general Juan Domingo Perón escribió:

“La conducción política es todo un arte…

No hay recetas para conducir pueblos. /…/ , y ese arte no está regido por principios, como todas las artes. /…/ No hay recetas para conducir pueblos, ni hay libros que aconsejen cuáles son los procedimientos para conducirlos. Los pueblos se conducen vividamente y los movimientos políticos se manejan conforme al momento, al lugar y a la capacidad de quienes ponen la acción para manejarlos. /…/ No es la fuerza, no es solamente la inteligencia, tampoco el sentido ni el sentimiento aislado;  no hay un método ideal para realizarlo, ni existe un medio eminentemente empírico. /…/  Y para concebirlo hay solamente una cosa superior, que es la percepción intuitiva e inmediata y la contracción que de ese fenómeno vuelve a reproducirse como fenómeno en la colectividad.”   [5]

No fue por casualidad que “a principios de 1855”, Seguí le escribiera al general Justo José de Urquiza:

“Si el Sr. Cullen persona a quien mucho estimo, no comprende sus verdaderos intereses y los del país, será una fatalidad su promoción al mando de esta provincia.  Si su primer acto administrativo no se contrae a fundir en su legal administración a todos los partidos a calmar todas las pasiones encontradas, a restablecer el equilibrio perdido entre las clases sociales y, finalmente, a decapitar a ese monstruo funesto que aquí se llama círculo de gobierno o gobiernos de familia, nuestro querido Cullen se pierde.  No hay que equivocarse.  Los que sostienen lo contrario faltan a la verdad, ruin y cobardemente.”  [6]

Por algo “Juan Francisco Seguí dejó su cargo de ministro aduciendo razones de enfermedad.  Ello significó el retiro de apoyo a Cullen por parte del gobierno central, ya que desaparecía el mejor lazo de unión, a la vez quedaba ‘vía libre a Juan Pablo López para ver realizada su ambición’.  Luego de renunciar es convocado por Urquiza ‘para hablar largamente’ y lo harían entre sí con el General López y el Comandante Luis Hernández. ‘Era necesario consolidar la provincia’, según su punto de vista de la situación.”  [7]

Por algo, el general Perón a mediados del siglo veinte destacaba con respecto a “la información”:

“Es inútil que uno pretenda abarcar todo y hay que ir descartando lo que no interesa para quedarse con lo verdaderamente fundamental y hacerlo privar en la resolución de conjunto.” [8]

Acerca de los “factores que integran una situación política: fuerzas, escenario, lugar y tiempo”, el general advirtió que la situación “se compone de hombres.

El elemento humano en toda apreciación política es elemento preponderante. Trabajamos con hombres para cosas de hombres, así los consideremos aisladamente o en conjunto. De manera que el primer factor de análisis es la fuerza con que contamos, llamémosla partido político”… /…/ “La acción política es una lucha de voluntades. /…/ Los hombres que deciden y actúan han de ser estudiados individualmente, y los que actúan en conjunto han de ser estudiados en conjunto también.  No vale par esto el involucrar a todos los hombres en una misma apreciación.”  [9]

“El análisis de las fuerzas es fundamental…  todo análisis ha de realizarse preponderantemente con sentido objetivo. No se puede analizar todo el conjunto y desde todo punto de vista, sino que se debe analizar con una finalidad para ser objetivo.” /…/

Realizada esa apreciación de la fuerza, descantando lo desagradable y aprovechando lo utilizable, uno va armando conclusiones de eliminación.  Se trata de aislar perfectamente en los fenómenos humanos o en los hechos cuáles son los factores opuestos y cuáles son los favorables para aprovechar.  Más minucioso es el análisis, mayor será el número de condiciones favorables neutralizadas y mayor el número de condiciones favorables aprovechadas.  Con eso, hecho minuciosamente, en las condiciones de escenario en que se actúa, del lugar en que se realiza y del tiempo en que se efectúa, se procede a apreciar la situación.” /…/ “De esa situación perfectamente conocida y de esa apreciación perfecta y minuciosamente realizada surgen las conclusiones básicas para la acción.”

Ya en enero de 1855, cuando se instaló la Honorable Asamblea Constituyente en Santa Fe, el perseverante y talentoso Juan Francisco Seguí demostraba que algo sabía del “arte de conducir”.

Había terminado su período de gobierno Domingo Crespo (1852-1854) y no había presentado presupuestos ni rendiciones de cuentas sobre su gestión administrativa. Debió su sucesor José María Cullen enfrentar esa situación cuando la Asamblea Constituyente un año después, ordenó que el ex-gobernador cumpliera con lo ordenado en la Constitución.

Lo primero que sucedió, fue que el gobernador Cullen “insistiera ante la Asamblea para que modificara el criterio adoptado, negándose a poner el cúmplase en la disposición adoptada por aquella, lo cual daba a Crespo un breve plazo para elevar las cuentas sin ofrecerle apoyo ninguno” pero como “la actitud de la Asamblea fue inflexible”, el gobernador José María Cullen necesitó tomar distancia del conflicto porque se enfrentaban asuntos de interés publico con incidencia en las relaciones familiares: Domingo Crespo era el marido de Dolores Rodríguez del Fresno -también cuñada del Brigadier Estanislao López, gobernador durante veinte años (1818-1838 ) y José María Cullen, hijo de Domingo casado con María Joaquina Rodríguez del Fresno.

Ha expresado Cecchini de Dallo que “los Rodríguez del Fresno estuvieron treinta y un años en el poder” y hay que destacar que prácticamente fue desde el comienzo del movimiento de organización, puesto en marcha con evidente desorganización, a partir del 25 de mayo de 1810…   [10]

24-11-1856: Embargo contra los conspiradores…

El juez Ignacio Crespo clausuró en negocio instalado en la casa de Domingo Cullen. El 24 de noviembre de 1856 José Antonio Lassaga, colector de Hacienda, ordenó al Juez de Policía Ignacio Comas que embargara los bienes de Patricio y Guillermo Cullen; de Demetrio y José Bernardo Iturraspe por cuanto sus familiares se habían negado a pagar las correspondientes indemnizaciones.  La esposa de José, Carmen Freyre de Iturraspe se negó al trámite; la madre de Demetrio, Vicenta Gálvez de Iturraspe argumentó que su hijo no era el propietario sino un representante y los dos negocios fueron clausurados.

No fue por casualidad que los Rodríguez del Fresno, en la historia de los santafesinos, se hayan destacado por constituir el grupo político que logró mandar durante treinta y un años consecutivos…

Avance de la expedición para estudios sobre el río Salado…

Durante el gobierno de José María Cullen, comenzaron en el río Salado algunos estudios sobre posibilidades de navegación. El gobernador y su comitiva acompañaron al Comodoro Thomas Jefferson Page -“el rubio marino norteamericano” que había al país dos años antes, “con el propósito de estudiar la navegación de los ríos interiores”, aprovechando las disposiciones vigentes.   El 13 de julio de 1855 se embarcaron en el pequeño vapor Yerba de “12 caballos de fuerza, que había sido traído de su país en secciones y que se armó en el puerto del Tigre”.

“Al llegar a Monte Aguará tuvieron que detenerse, pues la bajante del río no les daba cauce suficiente para continuar navegando normalmente.”  Avanzaron hacia el norte con algunas carretas, “hasta tanto dieran con un tramo que les permitiera seguir bogando.”   En consecuencia, Page informó que “el Salado podía ser navegable en una extensión de 800 millas”…  [11]

 “Ante el éxito logrado por Page, la firma Smith Hermanos y Cía. decidió encarar formalmente, la navegación de los ríos Salado y Dulce.  Interesaron al gobierno de la Confederación en sus propósitos, encontraron en él una firme adhesión.

17-12-1856: Medallas de honor a los expedicionarios…

Como aún suele suceder, el doctor Salvador del Carril en ejercicio del poder ejecutivo nacional, el 17 de diciembre de 1856 ordenó que “se le concedieran medallas de honor” a quienes participaron en aquella expedición, “las que fueron entregadas, en una sencilla ceremonia, por Esteban Rams”.  Aquel año, en el sur santafesino también fue explorado el río Carcarañá…

1857: avances de la Compañía de Navegación del Río Salado…

Rams en enero de 1857 inició su primera expedición con “mejores auspicios, pues, el 23, el gobierno de la Confederación aprobaba los estatutos de la Compañía de Navegación del Río Salado, cuya administración sería ejercida por Rams, con el asesoramiento de una Junta Inspectora que integrarían 3 accionistas.  Se autorizaba un capital de $ 400.000.- el que tendría que ser cubierto para julio de ese año.”  Durante ese viaje, “lo acompañaba por disposición del gobierno, el ingeniero Rodolfo Blandoswky, quien llevaba la misión de levantar un plano del río y de recoger cuanta observación de carácter científico pudiera ser de utilidad para el estudio del mismo.”

Caudal insuficiente…

“La bajante del río no les permitió seguir muy adelante” y se detuvieron en Monte Aguará.  Rams regresó a Santa Fe, no pudo viajar en el vapor “Río Salado” que había adquirido para su empresa, porque “al intentar navegar el río, sufrió una avería”.  Intentaron “la limpieza del cauce del Salado con las dos rastras  compradas” pero “a cada momento se enganchaban en los raigones, tarea que lo demoraban y, muchas veces, le insumía toda una jornada.”  Regresó hasta Monte Aguará y con tales experiencias, impulsó la ejecución de “trabajos de limpieza del cauce del río” y así fue como el 17 de noviembre de 1858, partió una nueva expedición hacia él Salado. “La altura del río, en época ya de creciente, permitió que los navegantes pudieran seguir aguas arriba de Monta Aguará, paraje que no siempre tenía cauce suficiente”.

Lograron llegar “hasta Guaype, población situada 5 leguas al norte de Matará”.  Luego, descendieron y como suele suceder, el ingeniero constructor Juan Coghlan -europeo contratado por el gobierno de Buenos Aires-, elaboró un extenso informe para que imprimieran en París, previéndose la constitución de la sociedad “Esteban Rams y Cía.”, con una duración de 32 años… [12]

“Y por último, con gran visión publicitaria, describía la artería fluvial de esta manera: ‘El río Salado, situado al norte de la Confederación Argentina, es navegable sobre un recorrido de más de 1.500 kilómetros, desde la ciudad de Santa Fe hasta la provincia de Salta.  En comunicación con el Atlántico por el Paraná y el Río de la Plata desde Santa Fe, el Salado atraviesa las provincias de Santa Fe, Tucumán y Salta, y las pone en comunicación con el sur de Bolivia.  Este río servirá, también, para el transporte de los productos de la provincia de Jujuy, situada sobre su costa izquierda; y de los de la muy rica Catamarca, sobre su costa derecha’.  Como se ve, quien redactó el folleto no era muy ducho en geografía argentina.  En sus andanzas por Francia conoció a Juan B. Alberdi, al que atrajo con sus proyectos. El gran constitucionalista, que se desempeñaba como embajador en esa nación, trató de ayudarlo, para lo cual se inhibió de separar de su cargo, de acuerdo con las instrucciones que llevaba, al cónsul argentino en París, Pedro Gil, que, era, a la vez, gestor de la empresa de Rams, con lo que le hubiera acarreado a la misma dificultades que sólo podían salvarse con la inmunidad diplomática.”  [13]

1858: Decisiones de Urquiza desde Paraná…

Sabido es que en aquel tiempo, el general Urquiza permanecía en Paraná desde fines de abril a principios de octubre por ser el período de sesiones del Congreso. Durante la primavera y el verano estaba en su Palacio de San José vigilando el trabajo en sus estancias, controlando otros negocios y dirigiendo las milicias como jefe militar de la Confederación.

Los “negocios” de Urquiza…

Destacó el historiador José María Rosa que “Urquiza ganado por sus hijos y yernos doctores, o por impulsos que le venían de lejos, o por el propósito de asegurar su inmensa fortuna y no correr la suerte de Rosas que vivía en el extranjero de la mendicidad con el peso de una condena histórica al parecer ilevantable, renunciaba a ser el caudillo de un pueblo para integrar uno entre varios,  una oligarquía dominante.”  [2]

El gobierno ejercido por “del Carril y Derqui”…

Desde octubre a mayo, el vicepresidente Salvador María del Carril estaba a cargo del gobierno junto al ministro Santiago Derqui.  A principios de 1858, Urquiza ya estaba pensando en su sucesor, que desde 1855 era “ministro de la Confederación” en Europa,  El autor de Bases y Punto de partida para la Constitución: Juan Bautista Alberdi, algo sabía de la historia de los argentinos.

No fue por casualidad que el estudioso e influyente Alberdi expresara: “Entre el pasado y el presente hay una filiación tan estrecha que, juzgar el pasado, no es otra cosa que ocuparse del presente…”

Hacia el “sometimiento” de los caudillos cuyanos…

Continuaba la guerra civil no declarada, desde las zonas portuarias hacia el oeste y La Rioja fue el lugar donde se concentraron las fuerzas del general Mitre para lograr el sometimiento.  Allá estaban los hombres que respondían a la causa nacional con Vicente –el Chacho- Peñaloza, con Felipe Varela… intentando lograr la igualdad, con justicia.

En aquel tiempo, la provincia de La Rioja “tiene 25 ó 30 pequeños pueblos.  En ninguno ni en la capital, hay una escuela del gobierno y las dos únicas que se encuentran son tenidas por dos sacerdotes que hacen esto por pura caridad. En fin este país no se parece a ninguno de la República.  No hay administración, no hay presupuesto, no hay renta.”  [3]

Nicanor Molinas en 1857 era interventor nacional en San Juan mientras Urquiza apoyaba la candidatura de “Nazario Benavídez, caudillo indiscutido en la provincia” que no podía ser reelecto porque así lo establecía la Constitución y en consecuencia, “dejó el mando, pero quedó de comandante miliar del oeste, con autoridad nacional”.   Otra confabulación terminó con la detención de Benavídez y se difundieron más rumores: “…sería muerto en la prisión, simulando una fuga, una revolución o una pueblada, la eliminación del caudillo era la condición ineludible para consolidar la oligarquía sanjuanina. [14]

Enterado el general Urquiza por una comunicación de la esposa de Benavídez, envió al ministro de justicia Pedro Lucas Funes, ligado a Derqui” pero enseguida del Carril por su simpatía con los liberales de San Juan, influyó para que no se aceptara tal misión y esperó el momento de la ausencia del gobernador para ordenar otros comisionados…

23-10-1858: asesinato de Benavídez…

Desde el diario El Nacional que dirigía Faustino Valentín –Domingo– Sarmiento,  desde Buenos Aires incitaban “a eliminar al tirano” sanjuanino.  Los rumores completaron la trama cuando ataron los cabos en torno a la misión enviada por Urquiza y se aceleró el proceso contra Benavídez, lo asesinaron el 23 de octubre antes de que llegaran los emisarios provenientes de Entre Ríos.

Desde Mendoza, el 24 de octubre de 1858, Salvador del Carril envió una carta a Urquiza que estaba en su palacio San José en el otro extremo de la Confederación, a orillas del río Uruguay.  Le expresaba que “…los temores de desencadenarse alguna horrible tragedia contra al general Benavídez se han desvanecido.. todo se arreglará.” El caudillo sanjuanino ya descansaba en paz…

Enterado Urquiza, ordenó que el doctor Derqui fuera a San Juan a “restaurar el orden”. El 11 de noviembre, el vicepresidente Salvador María del Carril en otra carta al general Urquiza, le expresó:

“¡Dios quiera, en fin, que esa comisión, a la que orden tantas pasiones, no sea la caja de Pandora o el banquete de Baltasar!”

(La historia de los argentinos suele presentar características semejantes a las leyendas y a los mitos. Sus protagonistas suelen hacer alusiones a esos argumentos y está aquí la evidencia de que también los hombres de la milicia y del gobierno, suelen rememorar los textos bíblicos. Escrito está que en Babilonia, después del sueño de Nabucodonosor “fueron introducidos” a su presencia adivinos, magos… y no supieron interpretar su sueño, hasta que llegó Baltasar, el príncipe de los adivinos”, que era “uno de los hijos desterrados de Judá”, también nombrado Daniel y habló, hasta que “vino de repente una voz del cielo que dijo: A ti ¡oh rey Nabucodonosor! se te dice: Tu reino te ha sido quitado”, y así fue lo sucedido.  [15]

“Cap. V. Baltasar celebra un banquete, y se sirve en él de los vasos sagrados del Templo de Jerusalem… /…/  “4. Bebían el vino, y celebraban sus dioses se oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra. 5. En la hora misma aparecieron unos dedos como de mano de hombre que escribía en frente del candelero, sobre la superficie de la pared de aquel regio salón, y el rey estaba observando los dedos de la mano que escribía. 6. Mudósele al instante al rey el color del rostro…” El rey pidió que trajeran a Daniel y consultado, contestó que esa mano, había sido enviada por el “gran Dios, de cuyo arbitrio pende tu respiración y cualquiera movimiento tuyo, a ése no le has glorificado. 23. Por lo cual envió él los dedos de aquella mano que ha escrito eso que está señalado. 25. Esto es, pues, lo que está allí escrito: Mane, Técel, Fares.” 26. Y esta es la interpretación de aquellas palabras. Mane: Ha numerado Dios los días de tu reinado, y le ha fijado término. 27. Técel: Has sido pesado en la balanza, y has sido hallado falto. 28. Fares: Dividido ha sido tu reino, y se ha dado a los Medos y a los Persas. 29. Enseguida por orden del rey fue Daniel revestido con la púrpura, y se le puso al cuello el collar de oro, y se hizo saber a todos que Daniel tenía el tercer puesto de autoridad en el reino. 30. Aquella noche misma fue muerto Baltasar, rey de los Caldeos. 31. Y le sucedió en el reino Darío el Medo, de edad de sesenta y dos años.”  Luego, Daniel fue uno de los ciento veinte sátrapas o gobernadores, repartidos en todas provincias del reino, hasta que fue acusado y echado “al lago o cueva de los leones de donde sale ileso”., “porque tuvo confianza en su Dios.”  [16]

  Urquiza anuncia  la ofensiva contra Buenos Aires…

Mientras los coroneles de Mitre hacían lo suyo, Urquiza desde febrero de 1858 estuvo ocupado en afianzar una “alianza contra la provincia de Buenos Aires”.  El 23 de ese mes, envió un ultimatum porque ya estaba organizada una invasión con apoyo de hábiles indígenas, que aunque poco supieran sobre lo que significaba ese propósito de obligar a la provincia de Buenos Aires a unirse a las restantes de la Confederación, sí sabían cómo usar sus lanzas. Ya estaban adoctrinados no sólo en la fe católica apostólica romana, también en les habían inculcado que “el fin justifica los medios”… Urquiza aún tenía que resolver asuntos de límites y extradición con el gobierno de Brasil:  el historiador José María Rosa que le ordenó a los diputados “que se prescindiera de moción y se aprueben los tratados sobre tambor” y así “se hizo inmediatamente”.

Desde 1853, la Constitución Nacional establecía la división e independencia en los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero como dice el refrán y confirman los hechos:

 “Del dicho al hecho, hay un gran trecho.

Urquiza en busca de apoyo desde el exterior…

El general Urquiza avanzó en sus intentos de acuerdo son fuerzas del exterior, tanto de Brasil como de la Banda Oriental del Uruguay, pero los brasileños demoraron la respuesta porque tenía ser aprobada por el Consejo del Imperio y el gabinete.

Los hechos demuestran que la confraternidad suele ser en algunas circunstancias, apenas una palabra porque para vencer a grupos adversarios se ha recurrido a acuerdos con países extranjeros sólo a fin de resolver conflictos internos, cuestiones de intereses sectoriales, no la defensa de la soberanía nacional…  aunque los nombres de los protagonistas suelen integrar la lista de patriotas o de héroes de la organización nacional.

Cuando los brasileños demoraron su apoyo para avanzar contra Buenos Aires, Urquiza reaccionó comparándolos con monos, “todos cobardes y traidores”.  Como suele suceder a principios del siglo veintiuno, los agentes del exterior que estaban siguiendo de cerca esos hechos y ejerciendo sus influencias, informaron a sus respectivas autoridades: “El gobierno está muy indignado por la conducta del gobierno brasileño” -escribió el encargado británico en Paraná-, mientras el norteamericano Yancey  informó “a la Secretaría de Estado que ‘El general Urquiza usó palabras muy groseras y duras respecto a Brasil, que esos monkeys son todos cobardes y traidores’ (sub. original)”, como lo reiteró el historiador Rosa, agregando: “Sospecho que el calificativo de Urquiza fue macacos.

Mientras tanto, la masonería seguía vinculando a liberales con progresistas y federales…

Un siglo después, los simios además de habitar en la selva y ser nombrados en libros de zoología, siguieron apareciendo en algunos textos históricos, ya no eran sólo los macacos, se imponían los gorilas

También era evidente la influencia de las logias

 

19-11-1858: López delegó el gobierno…

Tras el asesinato del general Benavídez se aceleró el conflicto en Santa Fe y el 19 de noviembre el gobernador decidió delegar el mando en el Coronel y estanciero Rosendo Fraga para dedicarse a organizar las milicias de la vanguardia.

* * * * * * * * * *

1792-1852: Juan Pablo López y seis décadas de trayectoria histórica…

Es interesante otra aproximación a la historia de Juan Pablo López porque desde su juventud fue un entusiasta protagonista en la historia de los santafesinos, de los argentinos

1805: integrante del Cuerpo de Blandengues…

Juan Pablo López nació en Santa Fe el 26 de junio de 1792, participó en las guerras de la Independencia y fue un caudillo en las sucesivas guerras civiles contra el gobierno de Buenos Aires en defensa de la autonomía de la provincia invencible de Santa Fe. Integró el Cuerpo de Blandengues (1805) y luchó contra los malones en la frontera noroeste de la provincia.

1812: en campaña junto al general Manuel Belgrano…

Acompañó al General Belgrano en su paso por Paraguay; fue ayudante del Coronel José E. Hereñú en Entre Ríos (1821).  Reemplazó a su hermano en el mando militar en la provincia (1829); tres años después lo acompañó en las campañas contra las invasiones de indígenas.

1838: fallecimiento del Brigadier Estanislao López y acciones de Juan Pablo…

En el año 1838, Juan Pablo López era Teniente Coronel y el 15 de junio de ese año falleció su hermano, el Brigadier General y gobernador de la provincia hasta ese día.

Juan Pablo estaba enfrentado con Domingo Cullen, se trasladó a Buenos Aires donde fue protegido por Rosas quien le aportó los recursos necesarios para volver a Santa Fe y lograr el alejamiento de Domingo Cullen.

Las intrigas han sido reveladas por historiadores que han comentado las cartas que se intercambiaban entre políticos del norte y del sur.

Tres meses después, Domingo Cullen comprendió que su posición era insostenible; renunció el 15 de septiembre de 1838 y lo reemplazó José Elías Galisteo.  Inmediatamente Cullen se trasladó a Córdoba, desde allí buscó un refugio seguro en los pagos de Santiago del Estero donde gobernaba su amigo Felipe Ibarra…

El 2 de octubre de 1838, en el Combate de Tala; Juan Pablo López se impuso a las fuerzas de Mariano Rodríguez del Fresno y de José Nicasio Oroño y con ese triunfo despejó el camino hacia la gobernación de la provincia.  [17]

En otras latitudes se lamentaban algunas muertes: el 20 de octubre de 1838 murió doña Encarnación Ezcurra de Rosas, esposa del Brigadier General don Juan Manuel de Rosas.

20-10-1838: carta de Juan Pablo López a la esposa de Rosas…

El día en que se produjo el fallecimiento de doña Encarnación de Rosas, el gobernador Juan Pablo López le había enviado una carta, que Merceditas -la hija, veinte años-, le contestó nueve días después expresando:

“Ella habrá, sin duda, sentido mayor satisfacción por su contenido, pues que a la presencia de Dios Nuestro Señor, ya no lo ignora.  Allí la tiene usted en el descanso eterno a donde el Señor la ha elevado colocándola entre sus escogidas.  Desde allí está rogándole por la salud, acierto y felicidad de usted, y por todos nosotros.  En medio del intenso cruel dolor que nos traspasa hemos tenido la satisfacción de saber el buen término de los asuntos que agitaban a su benemérita provincia, habiendo usted sido elevado a la Primera Magistratura de ella, en donde le deseamos todo acuerdo, acompañado de la mejor salud y venturas.  Su atenta, apasionada servidora y confederala.  Manuela Rosas.”

En reconocimiento a las acciones promovidas y ejecutadas por su madre, Manuelita pidió al publicista Pedro de Ángelis que reuniera fotografías y documentos relacionados con su madre y su fallecimiento, similar el que se había editado para honrar a Manuel Dorrego.  [18]

Es oportuno reiterar lo expresado entre las fronteras norte y sur: “Algunos antecedentes contribuyen a interpretar las distancias que imponen los intereses políticos: a fines del siglo XVIII las madres amamantaban a sus hijos y era frecuente que lo hicieran con hijos de sus amigas; así fue que ‘todos los Rozas tomaron leche del seno de una Lavalle, fecundísima como su amiga predilecta Agustina , y todos los Lavalle, leche de ésta’, que era Agustina López de Osornio, casada con León Ortiz de Rozas y madre de Juan Manuel de Rosas.”  [19]

26-03-1840: combate de Cayastá y triunfo de López…

Durante el otoño de 1840, los grupos políticos seguían conspirando  y a pesar de todas las dificultades, Don Mariano Vera cruzó con sus tropas el río Paraná, desde el puerto de Goya y al llegar a San Javier, reconocido por los mocovíes, logró que algunos se sumaran a su tropa.  Nuevamente las delaciones modificaron los planes.  Se adelantaron algunos de los aborígenes de la tribu del cacique Navitaquin y le informaron sobre la presencia de esa compañía al decidido Juan Pablo López.

“Llegados a Cayastá el 26 de marzo de 1840 los escuadrones del gobernador López derrotan a aquella poca gente mal armada y peor adiestrada.  El coronel Mariano Vera –unitario- se defiende bravamente, seguro ya de su fracaso inevitable hasta que cae exánime taraceado a tajos y ultimado a golpes de lanza.  Rosas desde Buenos Aires acordó una medalla al vencedor de Cayastá.”

En otras latitudes continuaba la guerra civil no declarada.

El 5 de agosto de 1840, día de Nuestra Señora de las Nieves– el general Juan Lavalle desembarcó en Baradero y siguió su marcha después del combate de Tala, llegó “a las puertas mismas de Buenos Aires… no ataca a la ciudad y seguido de una interminable fila de carretas donde van refugiadas familias unitarias se dirige hacia Santa Fe”. El 22 de agosto de 1840, Lavalle se separó de las otras fuerzas y con mil hombres llegó hasta la estancia de Almeira, en Navarro, permaneció cinco días en ese refugio con el insoslayable recuerdo del arrebato que lo impulsó a ordenar el fusilamiento de Dorrego, dieciocho años antes y en consecuencia, cuando el mayordomo le acercó el tintero que había utilizado para concretar esa decisión, expresó su disgusto arrojándolo con violencia.  El 13 de septiembre de 1840 el general Lavalle estuvo en la posta de Vergara y acosado por los recuerdos, desenterró el cadáver de Domingo Cullen que había sido fusilado allí el 22 de junio del año anterior.  En vano desde la batería instalada en Rosario se intentó alejar a los buques franceses que estaban bloqueando el río Paraná.  Lavalle no entró en esa localidad y el 17 de septiembre volvió a acampar donde el mío-mío crecía, y su hambrienta caballada lo devoraba y después se moría; perdió aproximadamente veinte mil caballos.

Mientras tanto, el brigadier general Pascual Echagüe gobernador de Entre Ríos y jefe del Ejército de Operaciones se había trasladado a la Banda Oriental del Uruguay para atacar a Rivera, después de haber vencido a los correntinos y el Teniente Coronel Juan Pablo López estaba elaborando su estrategia para derrotar a Lavalle.

23-09-1840: combate en el Paso del Salado…

Ya en el ocaso del invierno de 1840, el Gral. Lavalle sabía que era necesario avanzar hasta Santa Fe: “…acampa el jefe invasor a unas dos leguas de la capital de la provincia esperando lanzar el ataque definitivo; la ciudad estaba defendida por setecientos hombres al mando del jefe oriental don Eugenio Garzón”.  Una vez más, el Paso del Salado fue el escenario de la lucha: desde el 23 al 25 de septiembre de 1840 “se combatió encarnizadamente.”

Se desempeñaba como gobernador delegado J. R. Méndez y como ha destacado el historiador Gianello, en las fuerzas atacantes se incorporaron algunos santafesinos contrarios a López, entre ellos Pedro Rodríguez del Fresno”, cuñado de Estanislao López y de Domingo Cullen.

Resultó evidente que “los cívicos aunque no querían a Lavalle querían menos aún a Rosas y a Juan Pablo López y se pasaron al campo enemigo”.

 

Más luchas: triunfos y derrotas…

Mientras tanto el Tte. Cnel. Juan Pablo López con 3.000 hombres había derrotado a López Jordán mandándolo prisionero a Buenos Aires. El Brigadier Juan Manuel de Rosas le restaba importancia a sus acciones y sintiéndose agraviado se declaró abiertamente en su contra.  La ciudad soportó durante cincuenta días varios enfrentamientos; hubo agravios a las familias y saqueos, como el que destruyó algunos bienes de la familia de doña Tránsito Troncoso de Comas en la casona situada frente a la Plaza Mayor, lindante con la Iglesia Matriz.

A principios de noviembre de 1840 Lavalle se retiró de la provincia dirigiéndose hacia Córdoba pues temía la reunión del ejército rosista al mando de Manuel Oribe con  las fuerzas de Juan Pablo López.»  [20]

26-06-1841: Sanción de la Constitución de Santa Fe…

Se reunió en Santa Fe la Junta de Representantes integrada por: presidente el Cura Dr. José de Amenábar, secretario el diputado Cayetano de Echagüe; diputados Urbano de Yriondo, Nicolás Lucero, Luis Manuel Aldao, José Ceferino Bustamante, Domingo Crespo, Juan Marcelino Maciel y Francisco Wenceslao Sañudo, encargada de redactar y sancionar la Constitución que reemplazaría al Estatuto sancionado en el año 1819.

Ese grupo constitucionalista incluyó a algunos adversarios de Rosas en circunstancias de crecientes dudas porque algunos también se manifestaban contrarios a la política del gobernador Juan Pablo López, sin estar convencidos de cuáles eran las verdaderas diferencias que generaban el conflicto.

El 26 de julio de 1841 los constituyentes al habían cumplido su mandato aprobando los 110 artículos, divididos en XIII secciones, referidos a: “Del Estado; Religión y Forma de Gobierno; del Poder Legislativo; Atribuciones del Poder Legislativo; formación y sanción de las leyes; Del Poder Ejecutivo; Atribuciones del Poder Ejecutivo; Del Poder Judicial; De la ciudadanía, modo de suspenderse y perderse; Derechos particulares; Derechos de todo ciudadano; Deberes de la Provincia; Forma de elección de diputados; Disposiciones Generales.”

La mayoría de aquellos diputados de acuerdo a lo expresado por distintos historiadores, entre ellos Leoncio Gianello, al cumplir aquella misión fueron coherentes con sus orientaciones filosóficas: “las ideas de la ‘Ilustración’ y del utilitarismo de Bentham puesto en boga en tiempos de Rivadavia, incorporaron disposiciones de evidente progreso.”  [21]

Al entregar el texto constitucional, destacaron que ese Código”, “debe afianzar la existencia, el honor, la felicidad de la provincia y de vuestros esenciales e interesantes derechos: libertad, igualdad, propiedad y seguridad que no puede el hombre renunciar sin degradar su naturaleza y por cuya conservación ha sacrificado su independencia natural asociándose a sus semejantes.”

Alianza con el General Paz…

Desde Santos Lugares -en la provincia de Buenos Aires-, el estratega Juan Manuel de Rosas seguía moviendo a los jefes militares como si fueran de un rompecabezas.  En los primeros meses de 1841 ya había reforzado la flotilla argentina y había adquirido un buque sueco en óptimas condiciones para la navegación fluvial, lo situó frente a Montevideo y fue bautizado “San Martín”, para que no quedaran dudas.

Trascendió que Juan Pablo López –en secreto– había acordado apoyar al ejército de Corrientes y que a fines de octubre de 1841, enviaría en comisión al coronel Ramón Ruiz Moreno.  Mascarilla López actuaba así, porque no estaba seguro del proyecto de Manuel Oribe -en el Uruguay- y tampoco quería manifestarse como su enemigo. 

Como suele suceder, aquel secreto no fue tal, porque según relata el historiador José María Rosa, hasta el brigadier Juan Manuel de “Rosas estaba al tanto de las veleidades de Mascarilla, pero no le dio importancia considerándolo, con justicia, ‘un pelafustán’; a Urquiza lo mantuvo en el campo federal insinuándole la posibilidad de gobernar Entre Ríos”.  En ese tiempo, a Juan Pablo se lo conocía más como el hermano de Estanislao que como bravo soldado y persona casi inflexible en el momento de defender una Causa…  [22]

05-11-1841: tratado de unidad entre Corrientes y Santa Fe…

De acuerdo a lo previsto por Juan Pablo López, el 5 de noviembre de 1841 se firmó un tratado de unidad entre Corrientes y Santa Fe: Santiago Derqui por aquella provincia y el Cnel. Ramón Ruiz Moreno “con plenos poderes” del gobierno santafesino; acuerdo que la Junta de Representantes ratificó el 13 de enero de 1842.

“…tratado que se firmó reservadamente, “para derrocar al sangriento tirano de Buenos Aires y sus sostenedores  restituyendo por este medio la paz y la libertad a la República.”

Tales actitudes pendulares del gobernador santafesino Juan Pablo López perjudicaban las estrategias del Brigadier Rosas quien ordenó desde Buenos Aires que partieran las tropas al mando del brigadier general Pascual Echagüe y que serían apoyadas por Oribe.  Tales decisiones del Brigadier Rosas pusieron en situación de alerta al gobernador santafesino, quien una vez más demostró su valentía y con su tropa partió hacia Rosario, dispuesto a dar batalla.

Se ha reiterado que aquella alianza entre López y Paz, fue incitada por su ministro “Calixto Vera, aquel pariente de Rivadavia que entregó a éste en 1838” y que luego también abandonó a López “cuando lo vio perdido”…

(Aun en el siglo veintiuno, siglo veintiuno hay personajes que giran como las veletas o mejor aún por una cuestión de género, se dan vuelta como los panqueques, como decía un ilustrísimo coronel que llegó a ser tres veces presidente de la Nación Argentina (1946-1951; 1952-.1955 y 1973-1974, momento de su tránsito a la inmortalidad: el teniente General Juan Domingo Perón.

Hay otro dato conmovedor de aquel tiempo, como sucede aún en el siglo veintiuno en las corridas de toros: era casi una horrenda costumbre: cortar la oreja del derrotado… Según testimonios del romántico Esteban Echeverría, después del combate de Famaillá en 1841, el Gral. Manuel Oribe envió de regalo a Manuelita Rosas, las dos orejas del degollado coronel Borda. [23]

 Otra mirada en estos cuatro primeros años del siglo veintiuno, genera pánico porque tras algunos secuestros extorsivos en la capital federal argentina son mutiladas las personas y les envían falanges o dedos a sus familiares como pruebas de vida, que son al mismo tiempo sentencias de muerte, porque hay casos en que a pesar de los acuerdos de pago de rescate, terminan asesinando a sus víctimas.  [24]

01-01-1842: año nuevo, estrategias nuevas…

Rosas casi como un anuncio de Año Nuevo, el primer día de enero de 1842 informó por circular a los gobernadores y generales federales, que Juan Pablo López -apodado Mascarilla por la característica piel de su rostro-, “se había quitado la máscara” y con esa advertencia, siguió avanzando con otras estrategias.

Ya había decidido que al terminar el mandato del general Pascual Echagüe como gobernador de Entre Ríos (diciembre de 1842), podría “pasar a Echagüe a Santa Fe en sustitución de Mascarilla.”  Por eso, también le ordenó al general Echagüe que avanzara “sobre Corrientes para destruir el ejército de Paz.”

El general Paz con el apoyo del gobernador Juan Pablo López podría haber decidido cruzar el Paraná y avanzar por el territorio santafesino hasta Buenos Aires, donde hubiera encontrado a Rosas con escasas fuerzas para la defensa, pero parece ser que no sólo Rosas creía poco en él, ya que el historiador Rosas cuando analiza aquella situación de 1842 destaca que “a Mascarilla nadie lo tomaba en serio.”  [25]

A fines de febrero la situación determinaba la necesidad de que “los ejércitos diseminados en el interior” avanzaran hacia Santa Fe a fin de que aproximadamente cuatro mil hombres aseguraran la defensa de los federales ya que se calculaba que el General Paz tenía en Paraná esa cantidad de soldados, preparados para el combate.

Batalla tras batalla, inauguraron el otoño con la derrota en Monte Flores -el 21 de marzo de 1842-, vencidos por las fuerzas rosistas al mando del Cnel. Martín Santa Coloma.

Se ha reiterado que tras su decisión de diciembre de 1841, los santafesinos ya no obedecían las órdenes de López y que esperando tener un ejército de dos mil quinientos hombres, sólo reunió la quinta parte.  La reacción era lógica, porque en Santa Fe la mayoría adhería a la tendencia federal.

12-04-1842: combate de Coronda y escape de López…

El 12 de abril en el Combate de Coronda, las fuerzas leales al gobernador santafesino fueron vencidas a pesar de la acción del Coronel Juan Apóstol Martínez que terminó siendo prisionero y fusilado por orden de Oribe.

Juan Pablo López logró escapar hacia el norte, llegó hasta el Chaco santafesino y cruzó a Corrientes.

Sabido es que el Coronel Martínez triunfó en sucesivas batallas durante la guerra por la Independencia y que en ese combate se mantuvo en la retaguardia para que los batallones comandados por López pudieran retirarse hacia el norte.  Por algo, después se dispuso que sus cenizas fueran colocadas en una urna de bronce que está depositada en el sector oeste de la entrada a la Catedral santafesina, con datos personales: fechas y batallas…

Oribe siguió avanzando hacia Santa Fe, después de tres días de marcha pasó por Ascochingas.  El 16 de abril de 1842 junto al general Pascual Echagüe llegaron hasta la capital provincial y ya estaban al noreste de la ciudad cuando se enfrentaron los ejércitos en el combate de Colastiné.

López ya no estaba con la tropa y el general Oribe logró aniquilar al enemigo: mientras caballos y soldados quedaban heridos o habían muerto, algunos pudieron huir.

Parece ser que ante el error y el terror suele ser preferible orientarse hacia el destierro: así lo hicieron Domingo Crespo y Urbano de Yriondo, casado con Petrona Candioti Larramendi, hija del primer gobernador autónomo; padres del pequeño Simón nacido 28 de octubre de 1836 y entonces un niño de cinco años y que décadas después fue electo y se desempeñó como gobernador durante dos períodos (1871-1874 y 1878-1882). [26]

08-09-1842: López en Goya y Echagüe gobernador de Santa Fe…

Juan Pablo López después de la derrota de Coronda siguió avanzando hasta el norte, enterado del desastre en Colastiné decidió cruzar el río Paraná.

En su campamento goyense siguió firmando documentos, usando el sello de la provincia… Después, acompañó a las tropas de Fructuoso Rivera contra el brigadier Rosas.

El 8 de septiembre de 1842, en la Sala de Representantes de eligió “Gobernador y Capitán General de la Provincia al Excmo. Brigadier Ilustre Restaurador del Sosiego Público, D. Pascual Echagüe” (cargo que desempeñó durante tres años).

En la invencible Provincia de Santa Fe, el antirrosismo tuvo que aplacar sus ánimos belicosos porque en el gobierno impondría su autoridad: el prudente y a la vez generoso gobernador el brigadier general don Pascual Echagüe, decidió firmar el decreto de amnistía que permitió el regreso de los opositores desde distintas provincias.  A pesar de sus intenciones, la historia de los argentinos siguió registrando más luchas y muertes; más confusión y desorganización.

1844: regreso de Alberdi y negocios ferroviarios…

En el año 1844,  el constitucionalista Dr. Juan Bautista Alberdi regresó de Europa y continuó desempeñándose como abogado en Santiago de Chile y en Valparaíso.

“Fue en esa época que conoce a don Guillermo Wheelwright” el empresario que dirigió las obras del ferrocarril de Rosario a Córdoba “a quien Alberdi trató y, entusiasmado por sus dotes excepcionales, lo vinculó posiblemente a sus viejos amigos, los hombres del Paraná, para que considerasen la exposición de su sensacional iniciativa”.

En ese tiempo, don José Buschenthal “olfateó en el aire el magno negocio y corrió de Montevideo a Chile y de Chile a Paraná para adueñarse de la idea de Wheelwright y de los conocimientos técnicos de Campbell” –Ingeniero Allan-, “tomando como suya una idea ajena”. El Ing. Allan Campbell había construido el ferrocarril chileno y este proyecto correspondía a un tramo de 396 kilómetros que uniría las localidades de Rosario y Córdoba.

Don José Buschenthal era hábil en las relaciones públicas: “Enseguida de Caseros, atrae hacia su fastuosa mansión de Montevideo a los agentes del Director Provisorio para pactar operaciones de crédito”, interviniendo en “Decretos sobre creación de Bancos, emisión de monedas, letras de Aduana, empréstitos, constituyéndose en el salvador de las finanzas del gobierno del Paraná, jaqueado por los emisarios secretos de Buenos Aires en el exterior”.  Mientras tanto viajó a Chile “consiguiendo la ayuda técnica del ingeniero Allan Campbell, a cuya experiencia se había encomendado el proyecto del trazado de la línea”.   [27]

Ya se había instalado una nueva disputa que incidiría en la vida de los santafesinos, en el destino de los argentinos.

De acuerdo con lo expresado por el general Argentino Roca, don José Buschenthal era “el prototipo del negociante y empresario que aparece en las épocas tumultuosas y desordenadas; figuras sin embargo que no carecen de cierta grandeza por el conocimiento que revelan tener del corazón humano y por la audacia o ingenio que despliegan en sus concepciones mercantiles”.

Con distintos propósitos, hasta la llanura santafesina han llegado personalidades semejantes que han realizado sus negocios a expensas del esfuerzo de  quienes no disponiendo de maquinaria ni de capital sólo han podido trabajar con sus brazos y en la mayoría de los casos, apenas con los elementales conocimientos.  Ese tipo de esclavitud por el abuso de algunos empresarios, aunque bastante se ha dicho después de la memorable asamblea del año 13, no se ha logrado desterrarla.  

El jurisconsulto Alberdi seguía soñando en Chile, imaginándose la instalación de nuevas líneas del ferrocarril como un estímulo imprescindible para hacer realidad su lema: gobernar es poblar.

16-01-1845: estrategias contra el Brigadier Rosas…

El Gral. José María Paz desde el 16 de enero de 1845, en Corrientes era Director de la guerra contra Rosas, y el Dr. Santiago Derqui era su secretario.  Debían cumplir las órdenes del gobernador Ferré cuatro años antes: “derrocar al sangriento tirano de Buenos Aires y sus sostenedores”, aparentemente para poder organizar el país y lógicamente según sus concepciones.

Hay que tener en cuenta que “Corrientes había reconocido explícitamente la independencia de Paraguay (y obrado como estado independiente”, siendo ese acto de notable importancia porque en aquel tiempo, “el mercado más importante para la colocación de los productos paraguayos era el de las provincias argentinas, donde recibían trato preferencial como efectos internos.  La ley de aduana de Buenos Aires beneficiaba a la yerba mate paraguaya sobre el similar brasileño”, señala el historiador Rosa.  En consecuencia, se había cerrado el tráfico con puertos argentinos.” [28]

06-07-1845: Juan Pablo Echagüe vencedor en “Campo Andino”…

Juan Pablo López trajo desde el norte a sus leales soldados -la mayoría hasta entonces sin experiencia en campos de batalla- y llegó hasta el campamento de Martín Santa Coloma ubicado en Campo Andino, al noreste de la capital santafesina.  El historiador Dr. Manuel María Cervera –maestro de historiadores ya que sus dos voluminosos tomos con historias de la Historia de Santa Fe, siguen siendo consultados con frecuencia-, destacó que en aquel momento vivido “junto a Santa Fe, muy raro fue quien escapó con vida… López se apoderó de la ciudad ‘consternada’ a la que impuso una contribución para levantar su tropa. Al llegar esta noticia a Corrientes, la escuadrilla de Cardassi se movió hacia la Bajada”.  El general José María Paz en sus memorias expresó que “Mascarilla, muy contento de estar en su antigua capital, ‘perdió el tiempo en fiestas y convites’ en lugar de ir sobre Rosario donde Echagüe esperaba auxilios de Rosas’.”  [29]

Se ha destacado que en aquellas circunstancias, López debió esperar que llegara el apoyo del griego Cardassi hasta la Bajada

Para entender algo más sobre aquella derrota, es oportuno tener en cuenta que la casa de familia de Santa Coloma, lindaba hacia el norte con el Colegio de los Jesuitas y  conservaba “las puertas pintadas de colorado”.  [30]

Una vez más las rápidas comunicaciones facilitaron el apoyo del Brigadier Rosas, quien desde Santos Lugares envió armas -casi toda la pólvora- y caballada, para que el general Pascual Echagüe recuperara la capital santafesina antes de que llegara la escuadra francesa que seguramente apoyaría a López.

Invierno de 1845: López y “sus lanceros” hacia la capital…

Durante su permanencia en el norte santafesino, el Teniente Coronel Juan Pablo López cumplía las órdenes del Gral. José María Paz, quien siguiendo las instrucciones de Ferré no debía sacar las tropas de la mesopotamia.  Decidió que los buques secuestrados “al convoy que fue desde Buenos Aires en 1844” puestos al mando del marino griego Jorge Cardassi, fueran la fuerza de apoyo a López desde el río.  El general Paz estaba convencido de que la escuadra anglofrancesa que navegaba por el Paraná, también sería otra fuerza aliada. Tanto por tierra como por agua era imprescindible evitar las sospechas y les recomendó a sus leales defensores que actuaran con prudencia.

El teniente coronel santafesino, tras su regreso de Goya, había vivido en los montes del norte santafesino acompañado por grupos de abipones y matacos.  Por experiencias anteriores, sabía distinguir a los hombres que eran muy hábiles para la lucha.  Así logro reunir quinientos combatientes que cabalgaron hacia el sur llevando sus lanzas.

05-08-1845: combate en “el Paso del Salado”…

Del 23 al 25 de septiembre de 1840, en el “Paso del Salado” habían luchado “encarnizadamente” las fuerzas del general Juan Lavalle apoyadas por los cívicos, que querían aún menos al tocayo Juan Pablo López…

Casi un lustro después de la última batalla a orillas del río Salado, el general Pascual Echagüe derrotó a López quien “tomando la delantera de su ejército huyó a más y mejor”.  Con su tropa se dirigió hacia el norte y se quedó en Malabrigo aunque Cardassi le ofreció “cruzar el Paraná frente a Goya”. [31]

12-08-1845: derrota de López en Malabrigo…

Otra vez una demora produjo una derrota del comandante Juan Pablo López al ser sorprendido por los federales en ese lugar, pero como lo ha destacado el historiador José María Rosa, enseguida reaccionó con rapidez: “atinó a salvar un baúl con onzas de oro y echarse al Paraná.”

Hay otra versión del historiador Gianello: “…enterado del rearme y del avance de las tropas leales a Echagüe, se retiró hacia el norte y en la zona de Mal Abrigo, el 12 de agosto de 1845 mientras su tropa combatía logró “escapar a Corrientes llevándose parte del botín que en base a exorbitantes contribuciones forzosas había obtenido en Santa Fe”.  [32]

El Gral. José María Paz era un hombre de decisiones rápidas y “le formó consejo de guerra  acusándole de ‘cobardía, falsedad, malversación y pidiéndole pena de muerte’, dice Cervera, López escapó, refugiándose en Brasil”, reitera José María Rosa.

Aunque el Gral. Paz pidió para él la pena de muerte, sólo fue sometido al destierro en Brasil desde donde regresó cuando su antes aliado y luego adversario, debió refugiarse en el Paraguay.

Mientras tanto, las escuadras anglo-francesas seguían navegando por el río Paraná.  El 4 de junio de 1846, una legua al norte de San Lorenzo, avanzaba la flota francesa integrada “por más de 90 buques mercantes y 17 de guerra” y desde un lugar donde la barranca es alta, en la Punta de Quebracho Herrado, combatieron y vencieron las fuerzas al mando del perseverante Lucio Mansilla (1790-1871). [33]

Se ha reiterado que los invasores franceses registraron “sesenta bajas de personal de guerra -las otras no las contaron- mientras los argentinos “por su inexpugnable posición, apenas tuvieron un muerto y cuatro heridos”.  [34]

 

“No les quedaron más ganas a los anglofranceses de navegar ‘libremente’ el Paraná” -destaca el historiador Rosa-, porque era la segunda derrota contundente ya que el 20 de noviembre de 1845, también al mando de Mansilla, habían enfrentado a otra  flota invasora que intentaba avanzar hacia el norte y se encontraron con que de una a otra orilla se habían colocado cadenas que dañaron sus naves y enseguida se tuvieron que alejar.

(En el siglo veinte, el evocar esa triunfo se estableció que el 20 de noviembre es el Día de la Soberanía Nacional…)

Después de Quebracho Herrado…

El gobernador Juan Pablo López después del combate de Quebracho Herrado volvió a Santa Fe rememorando el desprecio de Rosas cuando en lugar de nombrarlo al mando del Ejército, había preferido a Manuel Oribe.

27-11-1847: López, en batalla contra Urquiza…

Desde fines de octubre avanzaba Urquiza con aproximadamente siete mil hombres de infantería con el propósito de enfrentar al general Madariaga. En ese recorrido se fueron agregando otros grupos, entre ellos los federales correntinos Benjamín y Miguel Virasoro.  El 27 de noviembre de 1847 en la batalla de Vences que duró dos horas, las tropas al mando de Urquiza vencieron a las fuerzas del Gral. Madariaga que huyó como lo hicieron tantos, entre ellos el santafesino Juan Pablo López que había conducido el ala derecha de la reserva del ejército correntino, tuvo que huir y se quedó en Brasil.

Destaca el historiador Rosa: “La persecución fue despiadada, como si Urquiza quisiera lavarse de sus contactos.  Se fusiló a los coroneles Carlos Paz y Manuel Saavedra y tenientes coroneles Cesáreo Montenegro y Castor de León.  Más tarde Urquiza negará haberlo ordenado.” [35]

1852: Urquiza con Santiago Oroño y Juan Pablo López

Sabido es que el 1º de mayo de 1851, el gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza difundió su pronunciamiento contra el Brigadier General Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires.  El 25 de mayo en una proclama dirigida a todos los argentinos y al mes siguiente a los gobernadores, explicando sus propósitos a los fines constituir la Nación

Urquiza firmó un tratado con Brasil, con el gobierno de la Defensa -establecido “dentro de los muros de Montevideo sitiada por Oribe”- y con el gobierno de Corrientes. Oribe se rindió en octubre de 1851. El lema que alentó a los firmantes fue: Ni vencedores, ni vencidos.

(Consigna que se repitió el 16 de septiembre de 1955 con otros protagonistas y que días después, los hechos demostraron que sí había vencidos y no les sería permitido ni siquiera expresarse verbalmente…)

Desde mediados de 1851 y como consecuencia de sucesivos conflictos, se acentuaban las dificultades para el desarrollo de las empresas de los estancieros entrerrianos y porteños.  Como suele suceder aún a principios del tercer milenio, tales dificultades económicas encendieron la chispa que iluminó el ocaso del Brigadier don Juan Manuel de Rosas y entonces, decidió renunciar. Inmediatamente reaccionó el general Urquiza y anunció la aceptación y anticipó idéntica decisión del gobierno de Corrientes, porque él estaba autorizado para hacerlo.  Así estaba en mejores condiciones para avanzar en las conversaciones con las autoridades de Brasil y Montevideo para firmar un tratado.

El general Urquiza delegó el gobierno en Antonio Crespo -hermano del santafesino Domingo Crespo- y con su ejército inició las operaciones sobre la Banda Oriental del Uruguay.  Venció en la Banda Oriental; los autoexiliados Santiago Oroño y Juan Pablo López engrosaron sus filas.  Cruzaron el río Uruguay y avanzaron hasta el entrerriano Puerto de Diamante, a orillas del Paraná y frente a Coronda, sobre la costa santafesina.

En las crónicas sobre historias de la Historia, generalmente seguían nombrando a los mismos hombres, pero eran diferentes sus situaciones y siendo unos más vulnerables que otros, también eran diferentes sus adhesiones.

El 20 de febrero de 1843, el general Oribe había completado el cerco a Montevideo con aproximadamente diez mil soldados argentinos y orientales; insuficientes “para apoderarse de una ciudad fortificada, defendida por su estratégica posición y que podía abastecerse perfectamente por mar”.  [36]

05-07-1852: sublevación, huida y retorno de López…

Combate tras combate, triunfo tras triunfo y a la vez derrota tras derrota, iban ascendiendo las jerarquías de los jefes de tropas.

En el sur de la provincia de Santa Fe, el 5 de julio de 1852 invocando el apoyo del Gral. Urquiza, se sublevó el General Juan Pablo López, concuñado de Domingo Crespo, esposo de Dolores Rodríguez del Fresno.  Detuvieron al Juez de Paz Marcelino Bayo, jefe político en Rosario y al Comandante de la Frontera Sur Gral. Santiago Oroño.

En Coronda tenía su bastión el Gral. José Rodríguez y sin darle importancia a las sugerencias acerca de no presentar batalla, decidió enfrentar a la tropa del comandante Luis Hernández, quien apoyado por el comandante José Agustín Fernández, avanzaba hacia la capital de la provincia.  En otra línea estaban las fuerzas que comandaba Juan Pablo López y se replegaron hacia Córdoba, creyendo que Rodríguez había vencido a la vanguardia. Aclarada la situación, al día siguiente el Gral. Juan Pablo López informó al gobernador Crespo sobre esos acontecimientos y afirmó que tenía el apoyo de Urquiza.

Esas confusiones influyeron en el ánimo de don Domingo Crespo: renunció ante la Sala de Representantes pero cuando conoció la realidad retornó al despacho de la gobernación. En esas circunstancias, el Teniente Coronel Juan Pablo López convencido de la falta de apoyo para el combate, huyó solo hacia Córdoba, desde allí cruzó a Paraná y fue detenido junto a su sobrino el Coronel Luis Hernández, hasta que dos años después logró fugarse.

15-07-1852: indulgencia y equívocos…

El 15 de julio de 1852 el ministro de Gobierno Manuel Leiva asumió como gobernador delegado y viajó a Rosario para adoptar algunas decisiones.  Ese mismo día en nombre del Gral. Urquiza, su amigo Juan Francisco Seguí pidió al comandante de la frontera sur Gral. Santiago Oroño, que actuaran con indulgencia con los amotinados de principios de ese mes.

En ese tiempo, José Nicasio Oroño –líder del Partido Liberal– envió una carta a Manuel Leiva expresando su punto de vista con respecto a los protagonistas de ese movimiento:

“…¡pobres hombres! la Organización los tiene ahogados y son los últimos manotones de sus aspiraciones y de esa sed de plata que nos conduce muchas veces a cometer los mayores desatinos”.  [37]

Los hechos demostraron que esa inexacta visión de don Nicasio Oroño pudo ser consecuencia de un sueño como adversario político, porque el Brigadier General Juan Pablo López asumió como gobernador provisorio de Santa Fe exactamente cuatro años después y tuvo como leal colaborador al amigo de Urquiza: don Juan Francisco Seguí.

Sabido es que el Gral. Urquiza dialogó con Domingo Crespo en agosto de 1853 y le advirtió que por su situación geográfica, la provincia de Santa Fe estaba en las mejores condiciones para ser el nexo con el gobierno de Buenos Aires y para defender las fronteras en la zona litoral.

Habían transcurrido casi cuatro décadas desde la Asamblea del año 13 que declaró la libertad de todos los esclavos.  En Santa Fe se adoptaban medidas tendientes a indemnizar a quienes estaban cumpliendo con esas disposiciones.

 

03-08-1852: Rosario, declarada “ciudad”…

El 3 de agosto de 1852, la legislatura santafesina declaró ciudad a Rosario, se crearon Tribunales y jefaturas políticas.  Recién seis años después se creó la Municipalidad de Rosario.  [38]

Sabido es que el Gral. Urquiza dialogó con Domingo Crespo en agosto de 1853 y le advirtió que por su situación geográfica, la provincia de Santa Fe estaba en las mejores condiciones para ser el nexo con el gobierno de Buenos Aires y para defender las fronteras en la zona litoral.

Habían transcurrido casi cuatro décadas desde la Asamblea del año 13 que declaró la libertad de todos los esclavos.  En Santa Fe se adoptaban medidas tendientes a indemnizar a quienes estaban cumpliendo con esas disposiciones.  28-08-1852: juicio al “anarquista” Juan P. López…

Amnistía y destierro de “Mascarilla López”…

El 28 de agosto de 1852, se juzgó la conducta del anarquista Juan Pablo López, conocido como Mascarilla; fue enviado en un primer momento a Catamarca donde estuvo aislado hasta el 26 de octubre de 1852.  Por orden del Gral. Urquiza a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobernador Pedro Segura dispuso su libertad.

Juan Pablo López se trasladó a Entre Ríos y cuatro meses después el gobernador entrerriano Antonio Crespo lo puso a disposición del gobierno santafesino que había dispuesto la confiscación de sus bienes.

Un Tribunal especial integrado por José Rodríguez, José Iturraspe y Ricardo Aldao debía investigar sobre quiénes integraban el movimiento de principios de julio.

Hay que tener en cuenta que Juan Pablo López era apoyado en la mayoría de sus ejercicios políticos”, por tres sobrinos: Telmo López -hijo del Brigadier, que conducía una de las fuerzas destinadas a la lucha contra los malones, como se sigue diciendo-; Luis y Silvestre Hernández (su futuro yerno) y por Rosendo Fraga, esposo de Inés López Rodríguez del Fresno, sobrina de Juan Pablo López.  Se ha reconocido que “en el primer momento, ante la euforia triunfalista, se alinearon junto a Urquiza todas las facciones: federales y unitarios, rosistas y emigrados.”    [39]

En esa época una insólita epidemia obnubilada las ideas de algunos políticos argentinos: «la fiebre del riel» que sólo podía calmarse con los aportes de lejanos capitalistas.  [40]

Cerca del Paraná, a pesar de las alianzas algunos adversarios de Urquiza, mantuvieron con firmeza una visible oposición de Juan Pablo López y algunos políticos cuyanos.  A pesar de tales conspiraciones Urquiza se sentía seguro, y como destacó el historiador José María Rosa:

“No abriga temores que su ausencia de Buenos Aires fuese aprovechada por los desplazados de junio.

Tiene el apoyo de Inglaterra, e indudablemente el del Brasil”.

El 3 de septiembre de 1852, el gobierno de Buenos Aires dispuso una amnistía “a todos los argentinos que por causas políticas hayan sido expulsados del país o se hallen fugitivos” e inmediatamente Urquiza entrega el gobierno a Galán.

07-09-1852: despedida de Urquiza en el Club del Progreso…

El 7 de septiembre de 1852, en el Club del Progreso fue despedido con un banquete ofrecido por los comerciantes y hacendados porteños.

Al día siguiente, después de haber entregado el mando de la provincia de Buenos Aires, Urquiza se embarcó hacia Santa Fe acompañado por catorce diputados.

10-09-1852: sublevación de Madariaga…

El 10 de septiembre de 1852 la Junta de Representantes de Santa Fe aprobó la elección de los diputados Manuel Leiva y Juan Francisco Seguí como representantes en el Congreso Constituyente.  Esa noche, Juan Madariaga dirigió la sublevación apoyada por distintos batallones con la intervención de Adolfo Alsina -hijo de Valentín- y un grupo de civiles -algunos pertenecientes a la Logia Juan-Juan-, nombrada «así por Juan de Padilla y Juan Bravo, los mártires comuneros del siglo XVI e integrada por jóvenes resueltos a todo, hasta al asesinato (una vez se sorteó quién mataría a Urquiza.  Sin lucha sangrienta a la una del día 11 hicieron tañer las campanas del Cabildo y se constituyó la autoridad revolucionaria.  Hubo panfletos que nombraban a Urquiza como «el tirano» y «a los esclarecidos representantes en alquilones«, al decir del historiador Rosa.  Hubo discrepancias en el seno del grupo sublevado con respecto a quien ejercería el poder, hasta que se resolvió que Alsina sería el ministro de Gobierno y el Gral. Pinto asumiría como presidente de la Sala.  Los influyentes hacendados y comerciantes porteños, encontraron otro motivo para reunirse en un banquete, en esas circunstancias en el Coliseo, donde se habló de la «unión, fraternidad, imperio de las instituciones y leyes conculcadas por Urquiza».

Juan Pablo López y su política administrativa…

Juan Pablo López durante su breve gobierno tuvo el apoyo del gobierno nacional ejercido por el General Urquiza.

Logró presentar oportunamente los presupuestos y pudo continuar con los servicios de educación y justicia.

Impulsó la instalación de industrias otorgando algunos beneficios a los empresarios.

En 1858 creó el Protomédico de la Provincia.

Arreglos con los colonos y entrega de tierras…

Los inmigrantes que estaban trabajando en la colonia de la Esperanza protestaban porque tenían dificultades para los trabajos de agricultura y necesitaban más apoyo del gobierno.  El gobernador logró satisfacer algunos petitorios.

En 1857 fue autorizado para entregar hasta un máximo de veinte cuadras cuadradas a los inmigrantes espontáneos..

Juan Pablo López y el valor de su lanza…

Por algo, el historiador Leoncio Gianello escribió:

“La figura de Juan Pablo López aparece disminuida por contraste con la grandeza del Brigadier.  Y acaso sin verdadera justicia se le ha negado toda y virtud y todo mérito. Tuvo sin duda muchos defectos, pero su valor injustamente menospreciado era precisamente el perfil descollante de su personalidad”

Luego destaca que “Lucio V. Mansilla -que bien podía opinar sobre coraje- lo reconoció ampliamente al afirmar que tenía una gran virtud: el valor y no creía más que en su lanza.”  [41]

(Sabido es que Lucio Mansilla -separado y viudo de su primera esposa- contrajo matrimonio con Agustina, hija del teniente León Ortiz de Rozas y de Agustina López de Osornio; en consecuencia el Gral. Mansilla era cuñado de Juan Manuel Ortiz de Rozas, más conocido como Juan Manuel Rosas.”  [42]

 

Todo es historia de la Historia de los argentinos

 

Síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

 

[1] “Viejo ladino” es lo expresado por el historiador José María Rosa en su libro “Nos los representantes del Pueblo”; la descripción acerca de Derqui pertenece a Juan María Zuviría en Los Constituyentes del 53.

[2] Rosa, José María. Historia Argentina Tomo 6.  Buenos Aires, Oriente, 1992, p. 301.

[3] Mercado Luna, Ricardo. Los Coroneles de Mitre. Buenos Aires, Plus Ultra, 1974, p. 13. El autor cita: Informe de Régulo Martínez al general Mitre, desde San Juan (a fines de octubre de 1862), reiteración de la trascripción de: Dardo de la Vega Díaz, Mitre y El Chacho”, nota en pie de página.

 

[1] El Cnel. Juan Pablo López asumió por primera vez como gobernador de Santa Fe en el año 1838 y terminó ese mandato en 1842.

[2] Santa Fe. Historia de las Instituciones de la Provincia de Santa Fe. Tomo IV; p. 33-34.

[3] Gianello, Leoncio Doctor. Historia de Santa Fe. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1978, p. 300.  El autor reitera entre comillas, lo expresado por José Luis Busaniche.

[4] Cecchini de Dallo, Ana María. Los grupos políticos en Santa Fe. Santa Fe, Ediciones Culturales Santafesinas, 1992, p. 45-46.  La autora es Directora del Archivo General de la Provincia de Santa Fe (fin del siglo veinte).

[5] Argentina. Cámara de Diputados de la Nación, Reunión 47ª, 19 de diciembre de 1952, Inserción. Conducción política. Clases en la Escuela Superior Peronista General Juan Domingo Perón. (Otra inserción incluye: “Unión Cívica Radical – Plataforma electoral 1946 y 1951” (p.2295-2299).

[6] Cecchini de Dallo, Ana María. Ob. cit. P. 46.  La autora cita al abogado, periodista e historiador Dr. José Rafael López Rosas, Juan Francisco Seguí. Santa Fe, 1953, p. 136.

[7] Entre comillas, reiteración de lo expresado por Rafincho  López Rosas en la obra citada por Cecchini de Dallo.

[8] Congreso Nacional, Cámara de Diputados de la Nación, 1952, p. 2227.

[9] Así hablaba el General Perón durante sus clases en la Escuela Superior Peronista  y explicaba: “Señores: yo estoy volando a mil metros sobre la apreciación, porque quiero andar rápido   Indico solamente la gran línea directriz.  Cada una de estas  cosas daría motivo a ocho o diez clases para profundizarlas, pero si debo dar un curso de tres meses no puedo dedicar a cada una de estas cosas el tiempo necesario.  Sólo deseo dar un curso de información, no un curso formativo, porque si quisiera ser formativo alcanzaría a dar solamente tres puntos de los que figuran en el programa.  Yo quiero, en cambio, explicar todos los puntos y dar siquiera una información general.” (Inserción en C.D., 1952, p. 2227-2228.)

[10] Cecchini de Dallo, ob. cit. P. 74.

[11] Roverano, Andrés Atilio. El río Salado en la Historia. (En memoria de don Andrés G. Roverano, mi Padre y Amigo). Santa Fe, Editorial Colmegna, 28 de enero de 1956, p. 149-150.

[12] Ibidem, p. 159-160.

[13] Lo referido a ese “Proyecto…” fue insertado en el otoño de 2004, corresponde a: Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Turbulencia salobre. (inédito). Primera parte escrita en marzo de 2003 con el título Coco y el río Salado (recordación y homenaje al amigo a perpetuidad Andrés Atilio Roverano, autor de El río Salado en la Historia, al conmemorarse el 25º aniversario de su tránsito a la inmortalidad.) Estaba corrigiendo ese trabajo a fines del mes siguiente y el día 29 de abril, el río necesitó seguir su curso y en el sector oeste de la ciudad todas las viviendas de una planta quedaron bajo el agua, que avanzó hasta la zona sur por las calles con las cotas más bajas.  Un tercio de la población estuvo directamente afectada durante quince días como mínimo; distintos medios informaban sobre desaparecidos y muertos: generalmente personas mayores de sesenta años y niños, algunos de días o meses.  Ese horror influyó tanto en el pulso interior, que necesité expresar día a día algo de lo que se podía expresar con palabras, el resto fueron lágrimas, silencio e intentos de solidaridad que no alcanzaron la dimensión deseada, porque inicialmente resultaba difícil encontrar a las personas que habían sido evacuadas. Los párrafos siguientes referidos a lo escrito por Soberano, pertenecen a ese libro inédito cuya impresión he demorado hasta este abril del año siguiente, también escuchando las voces interiores: ¿editar un libro incluyendo la nómina de fallecidos, cuando todavía la lista oficial sigue indicando veintitrés personas y las familias denuncian que han sido el doble… o más?  (Será entonces, otro libro virtual…)   

[14] Rosa, José María. Historia Argentina Tomo VI. Buenos Aires, Oriente, 1992, p. 256-260.

[15] Sagrada Biblia. Barcelona, Grupo Océano Editorial; 2000, p. 996-998.  Daniel, IV, 1-2, 5-6, 16,

[16] Ibidem, Cap. VI, 1-16.

[17] Del matrimonio del Protomédico Manuel Rodríguez y Francisca del Freno, nacieron doce hijos: Josefa -esposa del Brigadier Estanislao López; madre de Telmo López, entre otros-; Manuela -casada con José Freyre y Andrade, madre de Marcelino Freyre, de Mercedes Freyre esposa de Demetrio Iturraspe y de Josefa Freyre casada con Quintín Valle-; Joaquina -viuda de Pedro Aldao y casada con Domingo Cullen; madre de Camilo y Tiburcio Aldao, de José María, Patricio y Joaquina Cullen esposa de José Nicasio Oroño-;  Dolores, casada con Domingo Crespo; Mariano Rodríguez del Fresno, militar.  Todos se dedicaban al comercio o tenían sus estancias destinadas a la ganadería, pudiendo así proveer a la provincia cuando necesitaba mantener sus tropas.   En ese tiempo poco se hablaba del nepotismo… Con respecto al grupo de Mascarilla López disponían de menores recursos y aunque se dedicaban a la explotación ganadera lo hacían en menor escala; la mayoría instalaba hornos de ladrillos  en esa época de continua demanda para las imprescindibles construcciones o atendían las pulperías donde los vicios dejaban interesantes ganancias.

[18] Sáenz Quesada, María. Las Mujeres de Rosas. Buenos Aires, Planeta, 1991, p. 120. Datos incluidos en el libro inédito Entre las fronteras norte y sur – “El Fuerte de los Sunchales” (en el sur hasta zona cercana a Villa Constitución, escrito a principios de la década del ’90.)  

[19] Ibidem, p. 18.

[20] Gianello, Leoncio. Compendio de Historia de Santa Fe, p. 145.

[21] Gianello, Leoncio. Historia de Santa Fe. Buenos Aires, Plus Ultra, 1978, p. 280.

[22] Rosa, José María. Historia Argentina. Tomo V. Buenos Aires, Oriente, 1992, p. 30-32.

[23] Sáenz Quesada, María. Mujeres de Rosas, p. 143.

[24] En abril de 2004, en el momento de entrega del dinero a los secuestradores -sin que la familia hubiera pedido la intervención directa de la policía-, los secuestradores advirtieron que los habían descubierto y los perseguían. Mataron a Axel Blumberg y declararon que así fue, porque el joven intentó escaparse.  Todo es confusión, dolor en su familia y convicción en su padre, quien prometió en memoria de su único hijo vilmente torturado y asesinado, ponerse al frente de una campaña de unidad para exigir a las autoridades responsabilidad en las áreas de seguridad social básicamente, con aplicación de las leyes y sanciones a los delincuentes; con mayores penas para los menores que son usados como instrumento para delinquir porque saben que entran por una puerta y salen por la otra…  Sigue el horror entre los argentinos, por algo fue que Marcos Aguinis –destacado psiquiatra y escritor argentino-, publicó su libro titulado El atroz encanto de ser argentino

[25] Rosa, José María. Historia Argentina. Tomo V. Buenos Aires, Editorial  Oriente, 1992, p. 36-40.

[26] En la sesión del 19 de mayo de 1903, en la Cámara de Diputados se consideró sobre tablas, por iniciativa del diputado Crouzeilles, el proyecto de ley acordando “una pensión de trescientos pesos moneda nacional  mensuales a los hijos del Dr. Urbano de Iriondo, y de la que gozarán hasta tanto dure su minoría de edad”.  Destacó el Dip. Mundín, que en ese tiempo, la viuda percibía “las dietas que correspondería a su esposo el doctor Iriondo, en su carácter de Diputado Nacional”.  Hubo una breve discusión sobre ambos ingresos y finalmente el proyecto fue aprobado.

[27] Lischetti, Santiago. Historia de Villa Constitución, p. 17-18.

[28] Rosa, José María. Historia Argentina Tomo V, p. 112.

[29] Ibidem, p. 120-121.

[30] Santa Fe. Historia de las Instituciones de la Provincia de Santa Fe. Tomo V. p.374; El arte en Santa Fe (siglos XVII, XVIII y XIX por J. Catalina Pistone.

[31] Rosa, José María. Historia de Santa Fe, tomo V, p. 121.

[32] Gianello, Leoncio. Compendio de Historia de Santa Fe, p. 151.

[33] Sea tenido en cuenta que Lucio V. Mansilla era sobrino de don Juan Manuel Ortiz de Rozas.

[34] Rosa, José María. Historia Argentina. Tomo V. Buenos Aires, Oriente, 1992, p. 221-222.

[35] Ibidem, p. 298-299.

[36] Ídem, p. 68-69.

[37] Cecchini de Dallo, Ana María. Los grupos políticos en Santa Fe. Santa Fe, Ministerio de Educación y Cultura, Ediciones Culturales Santafesinas, 1992, p. 31.

[38] Ley sancionada el 20 de diciembre de 1858

[39] Cecchini de Dallo, Ana María. Los Grupos Políticos en Santa Fe. Santa Fe, Ministerio de Educación y Cultura, Ediciones Culturales Santafesinas, 1992, p.13

[40] Lischetti, Santiago. Historia de Villa Constitución. Santa Fe. Gobierno de la Provincia de Sana Fe, Municipalidad de Villa Constitución, 1980, p. 17-18.

[41] Gianello, Leoncio, Historia de Santa Fe (ed. Plus Ultra. Bs. As., nota (39), p. 269. El autor reitera lo publicado por Mansilla en “Causeries del Jueves tomo II, p. 146.

[42] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Entre las fronteras norte y sur . Fuerte de los Sunchales… (inédito, 1991). Esta aproximación a la trayectoria de Juan Pablo López, es una síntesis de lo expresado en ese libro. # Para comprender “algo más” sobre las historia de los argentinos, es oportuno reiterar que “después de las invasiones inglesas de 1807, el suegro de Lucio Mansilla después de renunciar como integrante del Regimiento Fijo de Buenos Aires y al cargo de administrador de las «Estancias del Rey», se dedicó exclusivamente a sus explotaciones ganaderas.  Se confirma una vez más que los clanes familiares eran los sólidos pilares donde se apoyaban los intereses que determinaron los distintos grupos políticos.

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