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JOSÉ BABINI: matemático-poeta, escritor (1897-1984)

1985: desde Santa Fe, evocación de un ex alumno.

Panorama general de Historia de la Ciencia.

Acerca de la Matemática y de la Poesía.

Memoria insoslayable.

Sabido es que José Babini nació en Buenos Aires.

Es incluido entre escritores santafesinos con el propósito de destacar su labor docente y científica desarrollada en Santa Fe de la Vera Cruz, desde la Universidad Nacional del Litoral.

 

José Babini nació en Buenos Aires el 10 de mayo de 1897.

Estudió en el Instituto de Profesorado Secundario y egresó en 1918.  En la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Matemáticas de la Universidad Nacional de Buenos Aires concretó su formación como Ingeniero.  Durante diez años fue docente en la Facultad de Química de la Universidad Nacional del Litoral, titular de la cátedra de Matemáticas e Historia de la Ciencia. Fue decano en Paraná (Entre Ríos).

En distintas circunstancias, han recordado algunos de sus conceptos y sus enseñanzas en torno a la Ciencia que se construye “con tres herramientas fundamentales: la Lógica, la Matamática y el Lenguaje que debe ser preciso”… destacando que para evitar confusiones “aparece el uso de símbolos unívocamente vinculados a un significado, como son los usados en Matemáticas, Física y Química.”

Trabajó junto al destacado profesor italiano Aldo Mieli y en 1939, en la Universidad Nacional del Litoral pusieron en marcha el Instituto de Historia y Filosofía de la Ciencia,  junto al profesor Horacio Damianovich, director organizador con atribuciones para contratar a jóvenes investigadores y comenzar con publicaciones sobre tales materias. En esa época, editaron la revista Archeion (“versión argentina, cuarenta volúmenes en Europa”).  Tras el movimiento cívico-militar del 4 de junio de 1943, el interventor Bruno Genta dispuso la cesantía de esos pioneros en la estructuración de los estudios científicos en la capital santafesina.

(José Luis Víttori  rememorando aquella época, escribió: “En el orden interno las cosas no anduvieron mejor. / Yo viví, de estudiante, las cargas del Escuadrón de Seguridad, dispersando a caballo y a sable las manifestaciones que repudiaban al régimen ultraderechista de Genta en la Universidad.

Después, como periodista, me tocó vivir bajo la mordaza del estado de sitio, del Plan Conintes, del Estado de Guerra Interno, de los Comandos de Represión, del Código de Faltas y de las rotulaciones secretas de los servicios de seguridad.

Eso fue en las décadas del 40, del 50, del 60, del 70…”  [1]

No fue por casualidad que en algunas paredes de la zona cercana a las plazas Constituyentes y San Martín los estudiantes pintaran con alquitrán diluido sus contundentes sentencias: “Muera Genta”.

En 1955, las autoridades de la autodenominada Revolución Libertadora le encomendaron al ingeniero Babini la organización de la Facultad de Ciencias de Buenos Aires, fue Decano Inteventor.  Al año siguiente, organizó la Universidad del Nordeste en Corrientes y desempeñó las funciones de primer Rector.

En ese tiempo, destacó que esa institución educativa debía ser “una universidad regional, argentina, americana, en fin, una universidad de secas”…

En 1958 lo nombraron Director General de Cultura y ese año, integró el CONICET -Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-; impulsó las actividades el Instituto de Física de Bariloche, siendo el Profesor e investigador Oscar Cabrera el primer administrador de ese Centro que según opinión de Babini, había nacido tras “el exilio voluntario de un núcleo de científicos que desean trabajar y formar discípulos sin interferencias de culturas y organizaciones extrañas a la vida académica”.

Son recordadas sus advertencias desde la cátedra de Metodología de la Ciencia porque insistía:

“La gente puede ser muy capaz, tener un conocimiento exhaustivo de determinado tema pero no ser por eso un científico.  No señores. No son científicos aquellos que no ponen el conocimiento a disposición del contraste o la discusión de los demás, los que no publican no son científicos”.

José Babini fue el primer presidente del Directorio de EUDEBA –Editorial de la Universidad Nacional de Buenos Aires-.

Escribió y publicó diversos trabajos de investigación científica, entre ellos “Origen y naturaleza de la Ciencia” . En 1980 recibió el “Gran Premio de Honor de la SADE” presidida en Buenos Aires por el destacado escritor y político Dardo Cúneo..

El 18 de mayo de 1984 desde Buenos Aires trascendió la noticia de su ausencia definitiva.

Con los libros de su biblioteca personal inauguraron la Biblioteca Babini a cargo de su hijo Nicolás, en la Sociedad Científica Argentina.

1985: desde Santa Fe, evocación de un ex alumno…

Cuando  se cumplió el primer aniversario de su tránsito a la  inmortalidad, su  ex alumno Ing. Elías Díaz Molano -escritor-, recordó su formación profesional: “graduado en  la metrópoli, con un doble título de profesor de matemática y  de  ingeniero civil, carrera esta última que nunca ejerció. Apenas egresado, Horacio  Damianovich, organizador de nuestra facultad -recuerda Díaz Molano-, lo designó titular de matemática, y así le tocó integrar el primer elenco docente de nuestra  casa  de estudios. Era el más joven de todos los profesores, casi de la misma edad  de sus  alumnos…  La facultad funcionaba entonces en aulas de la  Escuela  Industrial, y la de matemática estaba ubicada en un segundo piso, camino de la torre.”

Panorama general de Historia de la Ciencia.

La información en la nota mencionada permite saber que el Ingeniero José Babini había sido alumno del matemático español Julio Rey Pastor, que había sido contratado por la Universidad de Buenos Aires.  En 1938, al ser creado el Instituto de Ciencia y Filosofía de la Ciencia en la Universidad Nacional del Litoral,  el profesor italiano Aldo Mieli tuvo la responsabilidad de formar investigadores. José Babini trabajó a su lado, hasta que la intervención de Bruno Genta cerró el Instituto y dejó cesante a Mieli, quien continuó con su docencia desde Buenos, con la publicación titulada Panorama General de Historia de la Ciencia hasta su fallecimiento.  José Babini y Desiderio Papp fueron los continuadores.

Acerca de la Matemática y de la Poesía.

Recordó el ingeniero Elías Díaz Molano que el ingeniero José Babini desarrolló en 1935 el tema Matemática y poesía, comenzando con estas palabras:

“No pretendo señalar identidad entre ellas, ni quiera afirmar que todo matemático sea un poeta.  Pero las dos son, a mi juicio, actividades creadoras”.  Reconoció el distinguido profesional que “el poeta juega con las palabras, con las imágenes; el matemático juega con los números y la poesía, aparece en el hecho que les envuelve y les confiere el carácter de lo bello, en valores estéticos”.

Durante esa conferencia, recordó que en la India, entre los siglos V y VII, “todas las obras de carácter astronómico se escribían en verso” y recordó un problema planteado con ecuaciones de primero y segundo grados, expresando en prosa poético:

“Un quinto de un enjambre de abejas se posa sobre una flor de kadanza, un tercio sobre una flor de silindha, el triple de la diferencia entre esos dos números vuela sobre la flor de kataja y una abeja sola revolotea en el aire atrapada por el perfume de un jazmín y de un pandamus.  Dime hermosa niña, el número de las abejas”. (El resultado es quince.)

El talentoso José Babini, terminó aquella conferencia con esta afirmación:

“La matemática se construye con conceptos, la poesía se construye con sueños”.

Memoria insoslayable…

Recuerdo que siendo casi adolescente, mi tía María Delia Álvarez Ramos -luego residente en la capital federal, señora de Roberto Sonzini- mientras regresábamos a nuestro hogar en 4 de Enero 2657 departamento 2, me comentó:

“-Ahí viene el ingeniero Babini. Así sencillo como lo ves, es un hombre extraordinario…”

Caminaba lentamente y miraba hacia distintos espacios; recuerdo que tenía el cabello muy corto, usaba anteojos con bastante aumento y en vez de corbata lucía un pequeño moño negro.

Días después, volví a verlo pasar por la calle que rememora al Pacto de 1831, avanzando sin apuro hasta La Rioja, por la vereda este.

Aquí, estas palabras intentan ser un reconocimiento a su fecunda siembra.

 

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

[1] Víttori, José Luis. La región y sus creadores.  Rosario, Editorial Fundación Ross, 15 de diciembre de 1986, p. 112.  Título: “Venenos, máscaras y laberintos del último gentleman-escritor” – Aproximación a la obra literaria de Carlos María Gómez.

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