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Floriano Zapata, periodista… Senador Provincial.

Floriano Zapata, periodista… Senador Provincial.

Periodista y político.

Jefe de Redacción –  Senador.

1889-1890 –  Creación de la Universidad de Santa Fe.

Investigaciones y ediciones.

Amistad y ediciones con Evaristo Carriego.

1890: Reforma de la Constitución provincial.

Derechos políticos de los extranjeros.

El gaucho: “elemento vigoroso de nuestra nacionalidad”.

Cambios en el rumbo político.

Su sobrino: Agustín Zapata Gollán.

Su biblioteca.

1930-1950: recuerdos del escritor Manuel Gálvez.

1987: “La Revolución” en Departamento Etnográfico de Santa Fe.

1903: su fallecimiento.

1999: Sesquicentenario del Colegio de Concepción del Uruguay.

Escuelas reconocidas con su nombre.

Acerca de la imagen de “San Jerónimo”.

 

Floriano Zapata, periodista… Senador Provincial.

Hay referencias biográficas acerca de Floriano Zapata en la  Gran Enciclopedia de la Provincia de Santa Fe elaborada por Diego Abad de Santillán donde está escrito que nació en Paraná (Entre Ríos) en 1840 y estudió en el Colegio de Concepción del Uruguay…

Así comenzó este trabajo hace unos años y tras sucesivas lecturas es posible decir que nació aproximadamente en 1848.  [1]

 

El año pasado, la historiadora Liliana Montenegro de Arévalo, en el “Congreso Argentino de Inmigración – IV Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Santa Fe”, en su ponencia expresó:

“En sus datos de filiación figura que es hijo de don Jacinto Zapata de 81 años de edad de nacionalidad argentino domiciliado en Paraná, de profesión hacendado y de doña Dominga Quintana”…

 

En ese legendario Colegio conoció a Olegario Víctor Andrade nacido en 1839, circunstancialmente en la localidad de Alcorete Brasil y considerado entrerriano por varios autores. Otro compañero en aquel tiempo fue Evaristo Carriego, luego periodista y político, residente en Paraná donde el 7 de mayo de 1883 nació su hijo también nombrado Evaristo, poeta fallecido a los veintinueve años.

 

En la citada enciclopedia está escrito que recopilados algunos de sus trabajos, Floriano Zapata escribió el prólogo del volumen “Páginas dispersas” de Evaristo Carriego.

No logré leer ese libro, porque no está registrado en los catálogos de las bibliotecas consultadas en la capital santafesina…  [2]

 

La mencionada historiadora en su investigación acerca de La Ciudad de Santa Fe en la visión de Floriano Zapata, escribió:  

“Floriano Zapata de 54 años de edad se casó el 29 de junio de 1902”…

“Esmeralda tenía 34 años, era hija de José Rodríguez y de Rosa Galisteo, ambos fallecidos al momento del casamiento”… [3]

Periodista y político…

Sabido es que el entrerriano Floriano Zapata se dedicó al periodismo y han reiterado que dirigió “El Eco de Entre Ríos” desde la primera edición en 1866.

Trabajó desde 1869 en la organización del registro oficial de la provincia de Santa Fe y mediante la ley del 11 de agosto de 1884 se autorizó la formación del “Registro Oficial de la Provincia” cuando la comisión pertinente había terminado con la recopilación de las leyes, decretos y demás disposiciones de la administración pública provincial.

En 1885 fue subsecretario del Ministro Pedro C. Reyna, uno de sus compañeros mientras estudiaba en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay.

Ese año fundó y dirigió el La Revolución evidentemente con propósitos opuestos a la política impulsada por Bartolomé Mitre.

El 14 de abril de 1886, el gobernador José Gálvez entre sus primeras decisiones junto al ministro Juan M. Cafferata, mediante un decreto le encomendó a Floriano Zapata  la  impresión y corrección del “Registro Oficial de la Provincia” con la pertinente información desde 1815.  Han reiterado que la colección de 29 tomos, incluye documentos hasta el 30 de junio de 1902 y que en los últimos volúmenes está incompleta…

 

En el archivo de la Cofradía de los Duendes casi a fines del siglo veinte, una cuidadora de azaleas guardó otra página voladora donde a la medianoche y cerca de la ventana, había mecanografiados con “la IBM de las bochitas” algunos textos leídos en la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe mientras recopilaba antecedentes sobre “hombres y hechos de Santa Fe” o datos relativos a “Homenajes” y “Efemérides”, para estructurar el pertinente Plan Cultural Anual de ese organismo que en ese tiempo funcionaba como centromultimedios con servicios a distancia, incluso con colaboración de artistas, escritores e historiadores, también algunos legisladores y radioemisoras de distintos departamentos.

 

Aquí, la reiteración de aquella advertencia insoslayable en la página enjaulada:

 

“La imprenta se ha hecho la arena donde se han dado las grandes batallas: la intolerancia y el encarnizamiento de las opiniones políticas, que nada perdona, o respetan muy poco…”

                          (El Tiempo, número 44, 25 de junio de 1828).

 

En periódicos y diarios, también en los diarios de sesiones del Congreso Nacional y de legislaturas provinciales, hay testimonios y documentos que ratifican esas conclusiones, siendo necesario tener en cuenta que tras soportar agravios, algunos políticos proponían “batirse a duelo” hasta que fueron prohibidos…

No fue por casualidad que aquella mujer del jardinero, desde su vivir y vibrar durante el otoño de mil novecientos setenta y siete, haya expresado esta “Necesidad”[4]

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Si todos los hombres vivieran

la experiencia de sentirse VIVO y MUERTO…

No habría sólo flores y epitafios.

Habría más AMOR,

menos CIZAÑA.

Si todos los hombres dejaran de ser fieras

y a ser hombre volvieran…

no había tanto llanto,

ni existirían muertos caminando.

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Jefe de Redacción –  Senador…

Han reiterado que en 1887, durante el gobierno del doctor Juan M. Cafferata, el entrerriano Floriano Zapata fue Jefe de Redacción de La Revolución.

En ese tiempo elaboró el trabajo publicado en 1889 con el título La Ciudad de Santa Fe, sinopsis para la obra del Censo Nacional.

Fue Senador por el departamento La Capital en la Legislatura de Santa Fe, junto al Coronel Florentino Loza -Castellanos-; Daniel Gollán -San Lorenzo-, Waldino Baldomero Maradona Garramuño del departamento Las Colonias…   [5]

1889-1890 –  Creación de la Universidad de Santa Fe

El 13 de junio de 1889, el progresista gobernador José Gálvez envió a la Legislatura  un proyecto de “creación de la Universidad de Santa Fe y en el mensaje se destacaba:

‘Aún nos faltan abogados para proveer debidamente los puestos de la magistratura; nuestras colonias se cuentan por centenares y apenas habrá diez que tengan párrocos, ocurriendo lo propio en cuanto al arte y ciencia de curar; las oficinas técnicas de la administración y las numerosas obras públicas deben confiarse en absoluto al extranjero y sobre todo nuestra velocidad adquirida es tal, que por muchos años ha de encontrar empleo a su actividad todo hombre de ilustración y saber’.

En realidad, bastaba con saber leer y escribir y demostrar ciertas habilidades para ser nombrado juez de paz en cualquier localidad”.

Se opuso a esa iniciativa el Pbro. Cayetano Jiménez y fue apoyada por diversos legisladores, entre ellos el senador Floriano Zapata representante del departamento la Capital, quien “aportó datos significativos que justificaban ese proyecto”.

“…el 20 de abril de 1890 comenzaron las actividades de la Universidad Provincial.

En el mástil ubicado en la esquina de la calle Comercio -hoy San Martín- y 3 de Febrero, flameaba la bandera nacional que podía ser observada desde el Quillá y El Campito, porque las construcciones eran bajas.

Los profesores sabían que tenían libertad de cátedra y que no podían ser amonestados por las doctrinas que difundían, salvo cuando lo determinara la mayoría del cuerpo docente reunido en asamblea.  Los comienzos presentaron frecuentes dificultades porque los intereses creados intentaban aniquilar su potente germen de formación profesional.  Desde su cátedra “el Dr. José Galiano, gran civilista, ministro y convencional, la defendió con pasión” diciendo “a sus alumnos: no debe morir la Universidad, porque es la obra fundamental de un gobierno, para ser apoyada por todo el pueblo.  De acuerdo a la ley de creación tenía por objeto el estudio del Derecho, las ciencias físico-matemáticas y la Teología.  Estas dos últimas no funcionaron nunca.  Así comenzó la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, que frecuentaron numerosos estudiantes no sólo de Santa Fe sino de Entre Ríos, Corrientes, Santiago del Estero y de algunas repúblicas vecinas.”[6]

Investigaciones y ediciones…

Floriano Zapata en 1899 logró la publicación de uno de sus trabajos de investigación con el título La ciudad de Santa Fe. Sinopsis para la obra del censo nacional.

 Desde el periodismo, tras el fallecimiento del Obispo Monseñor José María Gelabert y Crespo, destacó las construcciones de iglesias concretadas por su iniciativa “y otros tantos hospicios, asilos y hospitales, amén del Seminario Conciliar que fue fundado por el Señor Obispo en el año 1867”, aunque ha quedado inconclusa la Catedral Nueva imaginada y  proyectada frente a la plaza San Martín, en la capital santafesina…

El historiador José Pérez Martín, refiriéndose a “momentos estelares de Santa Fe”, en “Latitud Sur 31º”, expresó:

“La Iglesia de los Milagros tiene las suyas, traídas de las Misiones, en su torre almenada; la del Rosario o Santo Domingo las renovó en 1895, con la nueva construcción; la Matriz las posee desde la época de Amenábar.  Otras vinieron luego: la del Carmen, en la década de 1880, y que la iglesia de las Hijas de María o Hermanas de Nuestra Señora del Huerto, de hermoso estilo gótico, que Floriano Zapata califica como la más bella, se colocó en 1895.”

Amistad y ediciones con Evaristo Carriego

Su compañero de estudios Evaristo Carriego, nació en 1883 en Paraná

1890: Reforma de la Constitución provincial…

Hacia la última década del siglo diecinueve, también se avanzaba en el proyecto de reforma de la Constitución Provincial.

La legislatura santafesina sancionó la ley del 6 de diciembre de 1889 declarando necesaria esa reforma y un mes después comenzaron las sesiones la Convención Reformadora.

Derechos políticos de los extranjeros

En el proyecto de reforma se había tenido en cuenta el petitorio de los inmigrantes que aspiraban a ejercer sus derechos políticos y mediante el art. 35 se establecía:

“El extranjero es elector y elegible para los cargos municipales y concejiles en el modo y forma que la ley determine.”

 

Esa modificación fue evaluada por los convencionales y en la sesión pertinente, treinta rechazaron la iniciativa y sólo cinco votaron afirmativamente: los doctores Aureliano Argento, Gabriel Carrasco, Ferreira, Benito Pinasco y Floriano Zapata.

El doctor Zenón Martínez -miembro informante- manifestó que la mayoría se había opuesto porque sólo los ciudadanos argentinos “son miembros de la sociedad en su carácter de organismo político”.

Luego expresó: “Ya es tiempo de que la condición del ciudadano deje de ser un vano título y se convierta en poderoso estímulo de la nacionalización de esa enorme masa de extranjeros que han elegido nuestro suelo para fijar en él sus hogares”.

El gaucho: “elemento vigoroso de nuestra nacionalidad”…

Después, el doctor Zenón Martínez dijo:

“Ese empeño exagerado por mejorar la excelente condición del extranjero con menoscabo de la condición del ciudadano, tendrá forzosamente funestos resultados, si no reaccionamos con tiempo. 

El gaucho argentino, ese elemento vigoroso de nuestra nacionalidad, acabará por ser desalojado de la vida civilizada, tornará a la vida errante que halaga sus hábitos de soldado, y con el amargo despecho en el alma y el rencor en el corazón, se convertirá en un perpetuo enemigo de la sociedad, la cual se verá obligada por un sentimiento de propia conservación, a perseguirlo y a exterminarlo”.

 

El convencional “doctor Benito Pinasco, uno de los más jóvenes y distinguidos profesionales de aquella asamblea”, insistía en que “quien contribuye a la formación de la renta municipal debe tener el correlativo derecho a elegir a sus representantes en la comuna”.

El doctor Dámaso Alonso opinó en contra del despacho de la mayoría.

Por el censo realizado dos años antes, los convencionales sabían que en las ciudades más pobladas había mayoría de varones extranjeros: en Santa Fe representaban el 61% y el 39% eran argentinos;  en Rosario el 32% eran argentinos y en Esperanza apenas el 23%.

Terminado el debate, según consta en el acta del 31 de enero de 1890, la reforma constitucional se aprobó por veinticinco votos afirmativos y cuatro negativos.

Cambios en el rumbo político…

Una vez más, en Santa Fe se reiteró la tradición de proclamar candidato a gobernador al ministro de Gobierno.

“El galvismo” propuso al Dr. Juan M. Cafferata y como candidato a vicegobernador al Dr. José Elías Gollán.  La oposición impulsó al Dr. José Bernardo Iturraspe.

En marzo de 1890 se reunieron los electores, triunfó la fórmula Cafferata-Gollán y el 7 de abril asumieron sus funciones.

Hacía dos décadas que el sanjuanino Waldino Baldomero Maradona había llegado a Santa Fe estando relacionado con “Faustino Valentín Quiroga y Sarmiento”, más conocido como Domingo Faustino Sarmiento quien lo menciona en uno de sus libros y su amistad con el gobernador Gálvez así como su perseverancia en los propósitos, determinaron su nombramiento para desempeñar varios cargos públicos, entre ellos Comisario de Policía y secretario del Archivo de Tribunales.

 

A comienzos del otoño de 1890, la provincia soportaba una crisis económica acentuada por excesivas especulaciones y continuos aumentos en el valor de las tierras, mientras la falta de crédito requería un mayor control en los gastos.

El gobernador nombró ministro de Agricultura, Culto, Justicia e Instrucción Pública al Dr. Gabriel Carrasco.

Los ecos de la Unión Cívica porteña aceleraron  la convención que se reunió en Rosario para anunciar que estaban dispuestos a tomar el poder por elecciones sin fraude o por una revolución, sin pactos ni alianzas con otros partidos.

Del seno del Partido Liberal y del Autonomismo se incorporaron algunos políticos que asumieron la conducción del incipiente partido e intentaron entusiasmar a los jóvenes que hasta entonces no habían participado en actividades políticas.

El historiador Caminos ha reiterado una anécdota de aquel tiempo:

“Una noche, allá por el 90, estaba muy animada la tertulia del doctor Cafferata, entonces gobernador.  Se pasaba revista a los diversos acontecimientos de actualidad, y un señor de pocas luces, jefe político de un departamento del norte, insistía machaconamente con sus desatinadas observaciones.  Maradona estaba impaciente, y en vista de que aquél no parecía dispuesto a guardar silencio, don Waldino, fulminante, lo miró y le dijo:

‘¡Cállate, pues! A vos hay que pasarte el cepillo de la civilización para cortarte los nudos de la barbarie’…

La barbarie… Maradona la combatió en todos los instantes de su vida y con todas las armas a su alcance.”

 

(Es oportuno expresar que Waldino Baldomero Maradona Garramuño oriundo de San Juan, era hijo de José Ignacio Maradona, quien en 1811 fue diputado por esa provincia para el Congreso convocado desde Buenos Aires.  En esas circunstancias, casi todos los representantes de las provincias habían sido electos “para el Congreso” que debía realizar su obra constitucional.  Sólo dos diputados congresales, Marcelino Poblet por San Luis y el sanjuanino José Ignacio Maradona, en sus designaciones tenían reconocido “el derecho del diputado a incorporarse a la Junta”.  Así fue Maradona integró la Junta Grande. [7]

Waldino Baldomero en la última década del siglo diecinueve fue senador en la Legislatura de Santa Fe, representando al departamento Las Colonias.  En ese tiempo pronunció un discurso en la inauguración del Primer Congreso Agrícola de la Argentina y entre sus hijos, se han destacado Esteban Laureano Maradona Villalba nacido el 4 de julio de 1895 –el doctor Dios para los indígenas formoseños-, y Waldino Buenaventura, nacido el 14 de julio de 1896; primer diputado socialista en la provincia de Santa Fe durante la década del ’30.)  [8]

 

En la Legislatura de Santa Fe, el 30 de mayo de 1895 habían inaugurado el período legislativo, con la asistencia de los senadores Llambí Campbell, Floriano Zapata, José Ignacio Peiteado, Lassaga, Romero, Baitán, Mazza, Larrechea, López, Navarro, Rosas y Silva; los diputados Clusellas, Leiva, Regules, Moreno, Soto, Sempé, Larguía, Videla, Pietranera, Thwaites, Mántaras, Bosch, Terrosa, Quiroga, Abásolo y Araya.

Su sobrino: Agustín Zapata Gollán.

Sabido es que el 23 de noviembre de 1895 nació Agustín Zapata Gollán, en la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, capital de la provincia.

Abogado interesado por los estudios históricos y arqueológicos más que por ejercer como profesional de “Derecho”, desde fines de la década del ’30, el doctor Agustín Zapata Gollán con apoyo del gobierno santafesino y de vecinos de Cayastá logró que tras sucesivas excavaciones des-cubrieran algunos vestigios de lo que había sido la primitiva ciudad de Santa Fe, por él nombrada Santa Fe, la Vieja.

En 1940 promovió la creación del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales  y la construcción del edificio; en 1950 se habilitó el Museo donde se exhiben láminas, maquetas y objetos hallados durante aquellas exploraciones.  Lo dirigió hasta su fallecimiento, el 11 de octubre de 1986.  [1]

Su biblioteca…

Siglo tras siglo, los hechos han demostrado que “si no se dispone en el hogar de una biblioteca con suficientes libros, existe la posibilidad de tener amigos con quienes compartir.  Así sucedió con Domingo Guzmán Silva ya que consultaba la bibliografía disponible en la del destacado periodista Floriano Zapata, “hombre de vasta cultura humanística y poseedor de la mejor colección de libros con que se contaba en Santa Fe, en esa época”. [9]

(Es oportuno reiterar que el historiador Diego Abad de Santillán en su “Enciclopedia de Santa Fe” destacó que en 1888, el autodidacto Domingo Guzmán Silva era “Bibliotecario de la Legislatura, cuyo catálogo organizó”. Décadas después, el historiador Ing. Elías Díaz Molano expresó que el rinconero Silva se había desempeñado como “Comisario de Policía de la Capital y Secretario interino de la Jefatura (1881); Secretario titular de la Jefatura (1882); Secretario del Departamento Central de Policía (1885); Encargado de la Biblioteca de la Legislatura (1888). En ese tiempo, era redactor en el diario “La Revolución” (1884-1888) y en 1894, en “Nueva Época”.)   [10]

1930-1950: recuerdos del escritor Manuel Gálvez…

El 4 de diciembre de 1930, en la revista El Hogar editada en la capital federal, el periodista Pedro Alcázar Civit difundió parte del diálogo con el escritor Manuel Gálvez durante aquella primavera: [11]

En esa nota reiteró que Manuel Gálvez nació el 18 de julio de 1882 y comentó que “cursó sus estudios primarios y secundarios en el colegio de los jesuitas, de Santa Fe, y en el Salvador, de Buenos Aires. La circunstancia de ser su padre, el doctor Manuel Gálvez, diputado nacional por Santa Fe, impuso a la familia una residencia alternada en la ciudad del mismo nombre y en la capital. El novelista, que tuvo una infancia feliz de niño mimado, fue un estudiante regular, cumplido, sin otras lecturas que las de los textos obligados. Tenía, eso sí, ‘extraordinaria abundancia de ilusiones e imaginaciones disparatadas, y le preocupaba dolorosamente la idea de la muerte’.”

El periodista también relató que “Manuel Gálvez, que escribe exclusivamente a máquina, parece que hablara a máquina también. Su palabra, en efecto, tiene algo del isócromo martilleo dactilográfico que produce quien compone impulsado por un pensamiento abundante, sólo interrumpido a veces para precisar un concepto.” [12]

Después, Gálvez durante un diálogo con el periodista José María Samperio, rememoró que había nacido en Paraná y de afirmar: “…no me siento entrerriano. Mi madre es entrerriana y mi padre santafesino. Solamente me sentí entrerriano cuando Entre Ríos se cuadró a Irigoyen”…

Tras la pregunta acerca de si “experimentó alguna influencia literaria en su niñez”, Manuel Gálvez contestó:

“-Ninguna. El ambiente en que me crié fue en ese sentido completamente nulo. Sólo recuerdo que me haya hablado de estas cosas un primo de mi madre, Floriano Zapata, que escribía en un idioma castizo, ameno y socarrón, con bastante influencia de Valera…

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Dos décadas después, durante el invierno de 1950 -“Año del Liberador General San Martín” y cincuentenario de la primera edición de su obra-, el escritor Manuel Gálvez fue entrevistado por el periodista José María Samperio de la revista Argentina.

Aquí la reiteración del primer párrafo de esa nota pertinente a “El hombre y su estrella”, titulada “Manuel Gálvez y sus 50 años de escritor”:

“Recibido con toda cordialidad por el famoso escritor, me confiesa que su vocación se manifestó mientras estudiaba Retórica en el cuarto año, en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y que influyó en él la lectura de las obras de la biblioteca de su ilustre tío, el doctor José Gálvez, y que tuvo también no poco que hacer con su vocación la amistosa frecuentación de Floriano Zapata, primo de su señora madre, figura distinguida en la intelectualidad de Santa Fe”. [13]

 

El periodista e historiador Dr. José Rafael López Rosas, en octubre de 1987,  desde el diario “El Litoral” refiriéndose a la Biblioteca perteneciente al doctor Agustín Zapata Gollán, donada tras su fallecimiento el 11 de octubre de 1986 al Departamento de Estudios Etnográficos de Santa Fe, informó:

“Gran parte de estos libros integraron la biblioteca don Floriano Zapata, historiador y publicista de nota, pasando luego de su muerte -por su expresa voluntad- a su sobrino el Dr. Zapata Gollán, quien la enriqueció con los libros de su propiedad, que sumaban también un par de millares”.

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1987: “La Revolución” en Departamento Etnográfico de Santa Fe.

Al día siguiente del primer aniversario del fallecimiento del doctor Agustín Zapata Gollán, el  12 de octubre de 1987 fue inaugurada la Biblioteca del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales.  Incluye parte del acervo bibliográfico y documental que no se destruyó durante el incendio intencional en la biblioteca de Floriano Zapata, en su mayoría obras editadas en el siglo diecinueve y ya agotadas.

Leía hace unas décadas en un libro de literatura de autor santafesino cuyo nombre no recuerdo, que Floriano Zapata estaba llegando a su casa cuando advirtió la humareda…

De acuerdo al testimonio del Ingeniero Luis María Calvo, actual director del Departamento de Estudios Etnográficos y empleado administrativo de esa dependencia durante varios lustros -siendo director ad-honorem el doctor Agustín Zapata Gollán-, la historiadora Liliana Montenegro de Arévalo en un breve ensayo escribió que “al parecer el incendio habría sobrevenido por una venganza de característica pasionales, ejecutada a raíz de la boda de Floriano Zapata con Esmeralda Rodríguez Galisteo.”  [14]

1903: su fallecimiento…

Un año después de celebrar su matrimonio, a los 54 años de edad falleció el senador provincial Floriano Zapata.

Tras una aproximación a la hemeroteca de la Biblioteca Popular “Dr. Amadeo Ramírez” es posible leer los enormes volúmenes de la colección de “Unión Provincial” y por lo expresado en la edición del viernes 17 de abril, saber que al ser trasladado el ataúd estaban en la estación del ferrocarril su “atribulada compañera”, algunos familiares y entre ellos “el Dr. Martín Rodríguez Galisteo” y el señor “Agustín Zapata”; los senadores “Irigoyen, Iturraspe, Peiteado, Gollán y amigos: “Dr. José A. Gómez, Juan Arzeno, Dra. Manuel Cervera, Dr. Severo Gómez, Dr. José Ma. Paseggi y Luis Lassaga.

 

(Es oportuno rememorar que en 1903, integraban la Legislatura de Santa Fe: Senadores: Eudoro Cullen, Alejandro Echagüe, Rafael M. Funes, Manuel Irigoyen, Emilio D. Ortiz. Pedro Palenque, José I. Peiteado, J. Terrosa…

Diputados: Mariano Acosta, Ángel D. Alfonso, Luis V. Alfonso, Juan Arzeno, Francisco J. Barco, Juan P. Beleno, Bruno, Campos, Juan Cepeda, Francisco Constanzo, Gerardo Costanti, Juan Carlos Crouzeilles, Carlos Eguía, Benito Freyre, Gómez Iriondo, Iturraspe, Emilio Lamas, Lamothe, Ramón Lecubarry, Emilio A. Leiva, Jorge M. Lubary. Federico Maurer, Juan B. Mundín, Roque J. Niklison, Ramón P. Portal, Celestino Pera, Ramón Rodríguez Soto, Sívori, Enrique Thwaites, Zucchi.

 

1999: Sesquicentenario del Colegio de Concepción del Uruguay

Por iniciativa del senador Augusto Allasino -de Concordia, provincia de Entre Ríos, en el Congreso Nacional se rindió un homenaje al Colegio Nacional de Concepción del Uruguay donde estudiaron jóvenes que luego han desempeñados diversas actividades privadas o públicas, entre ellos quienes se dedicaron a la política partidaria y ejercieron funciones en distintos gobiernos municipales, provinciales o nacionales.

En tiempos de comunicación mediante “la red de redes” –internet-, en una página reiteraron aquel reconocimiento y también destacaron que Floriano Zapata había sido olvidado…

Habrá sido omitido en alguna nómina publicada en esas circunstancias, pero no ha sido olvidado porque siguen siendo valorados sus aportes para el conocimiento de la historia de los santafesinos,  de los litoraleños, de los argentinos…

Escuelas reconocidas con su nombre…

En la capital de la provincia de Santa Fe funciona la Escuela EGB Nº 609 “Floriano Zapata” y el sábado 17 de julio de 2004, desde el diario La Capital de Rosario informaron que en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y actualmente en Rosario, se desarrolla el “Programa de Pensamiento Visual… proyecto educativo que propone una mirada distinta para apreciar y analizar las obras de arte”.

Destacaron que “su metodología consiste en una estrategia de preguntas y técnicas organizadas gradualmente en lecciones que ‘generan conversaciones sobre una obra de arte en el aula y el museo”.

Comentaron que “está inspirado en una iniciativa creada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma)” y también se concreta en Brasil y Venezuela.

Gabriela Metz, directora del Departamento de Educación del “Museo Carlos Castagnino” de Rosario informó acerca de la selección en ese año, y nombró a la “Escuela EGB Nº 609 “Floriano Zapata” de la capital santafesina, entre otras de la provincia.

Acerca de la imagen de “San Jerónimo”…

El destacado crítico de arte Dr. Jorge Taverna Irigoyen elaboró un trabajo de investigación histórica titulado “San Jerónimo. Marco iconográfico Hispanoamericano”. [15]

Destacó que “Floriano Zapata [16] aporta un dato curioso y muy significativo en lo que respecta a los orígenes y naturaleza del San Jerónimo de culto. Hay también en la Matriz un San Jerónimo en actitud de dolorosa penitencia, golpeándose el pecho con una piedra para domar los apetitos que acosaban aquél cuerpo, en medio de los desiertos y de una vida austera consagrada sin descanso a la oración y las meditaciones de la fe y de las grandes verdades del cristianismo. En este punto, hace una aclaración puntual: Esta santa efigie formó parte del oratorio privado de uno de nuestros abuelos, don Gabriel de Quiroga, y fue traída de España a fines del siglo pasado, junto con un San José y un San Antonio que existen en Paraná.

Es decir que, de acuerdo a este testimonio, a fines del siglo XVIII el San Jerónimo de la actual Catedral habría sido suplantado por una nueva imagen. Nueva imagen que también abriría más de un interrogante respecto a su conservación, antigüedad y procedencia, en un análisis reservado a especialistas en imaginería. José Rafael López Rosas ratifica en el capítulo Arte Religioso en Santa Fe, existe un San Jerónimo del siglo XVIII, dato que coincidiría con el precedente [17].  La talla, sin embargo, ofrece sesgos para la duda, quizá sustentados los más por repintados y malas tareas de restauro sufridas. No obstante, y ateniéndonos a ciertas pautas cronológicas inverificables, una primera imagen de San Jerónimo, sujeta a las ya apuntadas salidas procesionales y otras circunstancias adversas, habría estado expuesta sólo durante un par de siglos. No sería del todo aventurado suponer que la segunda podría haber sufrido un cuidado similar o, al menos, influencias de otras manos sobre su factura original. Al respecto, conversaciones mantenidas hace tres décadas con el Dr. Agustin Zapata Gollán, incentivaron en este autor dichas dudas. ¿Factura hispano-indígena de la talla? ¿Antigüedad remontable?

Héctor Schenone ubica a la pieza como de escultor anónimo rioplatense, siglo XVIII, en su notable obra Iconografía del Arte Colonial, Los Santos, que editara Fundación Tarea.Y algo de esto quedó testimoniado en un breve trabajo publicado con anterioridad en esta misma revista por quien firma, sobre la Iconografía religiosa hispanoamericana en Santa Fe[18]

El prestigioso Héctor Schenone registra, en otro exhaustivo trabajo sobre Imaginería, incluído dentro de la Historia General del Arte en la Argentina, la existencia de un San Jerónimo menos conocido pero muy valioso, dentro de la provincia de Santa Fe. Se trata del que se adoró en el antiguo asentamiento indígena llamado San Jerónimo del Rey, convertido hoy en la ciudad de Reconquista. Esa imagen, que como el asentamiento poblacional de los abipones sufrió diversas vicisitudes, hoy se exhibe en el altar mayor de la blanca capilla de San Jerónimo del Sauce. Casi perdida entre las cintas que hoy le ofrecen los devotos y las flores de plástico que han reemplazado ya a las tradicionales de papel. En esta piadosa figura, se renuevan viejos patrones iconográficos, pero interpretados a la manera barroca; y sin ser muy original, es de noble y elegante traza[19].

La reproducción gráfica de la imagen en la citada obra, muestra la nobleza de su factura italianizante Es de abundar, al respecto, que en general la talla se mantiene en buen estado, salvo el hecho que hace unos años, en su mano izquierda se le ha agregado una barra, en la cual aparenta sobrevolar un angelillo.

Esta imagen aparece registrada en diversos documentos que hacen a la historia de esa posta de correos entre Santa Fe y Córdoba, que constituyó durante años la población de San Jerónimo del Sauce. En la época de los jesuitas, éstos habrían asentado una reducción con indios abipones en el Chaco, cerca del arroyo del Rey, bajo la advocación de San Jerónimo como Santo Patrono, cuya imagen de madera policromada habrían traído de Europa, según el estudioso Miguel Ángel Bolcatto. [20]

Cuando los jesuitas fueron expulsados de América, estos indígenas se dispersaron y vuelven a tener protagonismo hacia 1825. Es cuando el entonces gobernador Gral. Estanislao López dispone reforzar la Posta de El Sauce con aquellos abipones dispersos de San Jerónimo del Rey, que habían pasado a la localidad correntina de Santa Lucía, por frecuentes enfrentamientos con los mocovíes. Los abipones traen su estatua y su devoción al santo. [21]

 

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

10 de mayo de 2006. Incluido en el CD “Del vivir y vibrar”.

SEPA (Servicio de Educación por el Arte)

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini.

Donación a Bibliotecas de escuelas de enseñanza media de la ciudad.

Acto en “Centro Comercial de Santa Fe” Hora: 19:30.

San Martín 2819.

Santa Fe de la Vera Cruz (República Argentina)

[1] Hoy/Notas. Santa Fe, sábado 17 de enero de 1987, p. 16-17. Un paseo siempre oportuno. La etnografía y la vieja ciudad. Según lo informado por el secretario del museo –descendiente de don Horacio Caillet-Bois-, “llega gente de todas partes del país, y del mundo.  Pero es poco conocido en general para los santafesinos.  Hay gente que ni siquiera lo ubica, y otros que sí lo ubican y saben cual es, pero no se acercan.  Quizás, si se interesen por los museos de otras ciudades.  Un detalle importante es que aquellos que se acercan, se toman su tiempo para observar todo atentamente.”  –  “…fue visitado durante el año ’86, por 407 delegaciones scolares que se traducen en 22.051 chicos y chicas recorriéndolo, observando y aprehendiendo las formas de nuestra historia.  Sumados a los 16.000 particulares, hacen un total de 38.636 personas, que de algún modo u otro se han impregnado de ese pasado que nos pertenece y a veces no sabemos reconocer.”

[1] El miércoles 19 de abril me comuniqué con personal del Archivo General de la Provincia a los fines de consultar si podría leer diarios de 1906 microfilmados para completar información en “Héctor Luis Castellani (1867-1906 – De tal palo tal astilla” y en ese momento pregunté si Floriano Zapata tenía título de “doctor” como he leído en registros en la legislatura donde así está mencionado.  Atendida cordialmente por la directora a cargo Sra. Liliana Montenegro de Arévalo coincidió en que diversas alusiones biográficas no lo registran y aludió a su trabajo referido a don Floriano Zapata:  Generosa me lo ofreció y así es como estoy leyendo en la primera página de “La Ciudad de Santa Fe en la visión de Floriano Zapata”, el subtítulo “El autor y su tiempo” / “Floriano Zapata nació en Paraná, Entre Ríos hacia 1840.  Cursó estudios secundarios en el colegio de Concepción del Uruguay”…  En la tercera página: “El Casamiento” / Floriano Zapata de 54 años de edad se casó el 29 de junio de 1902”…   Siendo así, Floriano Zapata nació c. 1848. / Los datos pertinentes a sus padres fueron incluidos aquí, después de esa lectura.

[2] En la Biblioteca “Dr. José Gálvez” de la Universidad Nacional del Litoral hay un libro titulado Páginas dispersas, corresponde a una edición del siglo XIX y a otro autor.

[3] Al pie de la tercera página, octava cita: “Acta Nº 53. 20/06/1902.  Registro Civil. Ciudad de Santa Fe, Dpto. La Capital, Pcia. De Santa Fe.”  (sic) Finaliza ese ensayo con “Fuentes inéditas / Registro Civil de Santa Fe. Actas de matrimonio.” (Página 23.) // Floriano Zapata estaba casado con Esmeralda Rodríguez Galisteo, hija del Coronel José Rodríguez y de Rosa Galisteo.  Luego, tío de Agustín Zapata Gollán quien a fines de la década del ’40, des-cubrió el yacimiento arqueológico de “Santa Fe, la vieja”… como él mismo empezó a nombrar a la primitiva ciudad de Santa Fe, fundada por don Juan Garay el 15 de noviembre de 1573.

[4] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Poemas para Tioco. Santa Fe de la Vera Cruz, Ediciones E.RI.M.A.G, 1980, Poema 2 “Necesidad”, Otoño de 1977.  Presentado por el escritor Gastón Gori, el 24 de octubre de 1980 en la Sala “Leopoldo Marechal” del Teatro Municipal “1º de Mayo” de la capital Santafesina. Es una edición de la autora, como todas las siguientes que no fueron distribuidas en comercios porque se distribuyeron en bibliotecas y entre amigos, docentes y estudiantes. “E.RI.MA.G.” simboliza: Eduardo (Rodolfo Fontanini Doval, ¡el jardinero! y nuestro primogénito, Eduardo Carlos Manuel (1955); RI, Ricardo Marcelo Gabriel (1957), MA (nuestra madre), nuestra hija única: Marta (1962) -como ella quiere que la nombren, Nidia Marta Susana-;  G. de Gustavo, nuestro benjamín (1963); de Graciela (Leonhard) y de Graciela María Marta Fontanini Leonhard, nuestra primera nieta, hija de Ricardo y de Gra… No hay originalidad en tal iniciativa, porque así lo han hecho escritores destacados utilizando “editoriales de ficción”, como “Anaquel”, “Penca”… siendo necesario para saberlo, haber estado cerca de ellos o escuchando anécdotas…

[5] Nómina completa de senadores en 1892:  1. ARTEAGA, Cipriano -General López-; 2. COMAS, Mariano -La Capital-;  3. GIMÉNEZ, Cayetano -Rosario-;  4. GOLLÁN, Daniel -San Lorenzo-; 5. LOZA, Florentino –Castellanos-; 6. MARADONA, Waldino B. -Las Colonias-; 7. PEREYRA, Casiano H. -San Martín-; 8. POZZO, Juan  -Vera-;  9. ROSAS, R. (o A) -s.d.-; 10. ROSAS, Santiago -Garay-; 11. SABROZO, Hilario –Caseros-; 12. TERROSA, Luis –Constitución-; 13. ZAPATA, Floriano -La Capital.

[6] Pérez Martín, José. Latitud Sur 31º  – Momentos estelares de Santa Fe. Santa Fe, Editorial Colmegna, julio 1975, p. 150.

[7] Levene, Ricardo. La Revolución de Mayo y Mariano Moreno. Tomo II.  Buenos Aires, Editorial El Ateneo, junio de 1949, p. 438-439.

[8] Esteban Laureano Maradona Villalba nació el 7 de julio de 1895 en Esperanza, actual cabecera del Departamento Las Colonias, en la Provincia de Santa Fe, República Argentina. / Asistió en un parto a una joven del paraje Estanislao del Campo en Formosa y decidió convivir con esa comunidad indígenas hasta que siendo octogenario, en 1985 su sobrino José Ignacio decidió que viviera con su familia en Rosario y así fue hasta el momento de su último desprendimiento. La escritora Irma Quartarone ha destacado que “en diciembre de 1980, fue galardonado con el premio al Médico Rural, instituido por la Revista Iberoamericana de Infectopatología, con el auspicio de la Asociación Médica Argentina y de Productos Farmacéuticos CIBA, cuyo jurado estuvo integrado por los doctores Arthur Tchoulamian, Presidente y Osvaldo Galmarini y René Rigou, por la revista citada; Armando Macagno y Luis González Montaner, por la Asociación Médica Argentina; y Enrique Liboneti por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires.  La distinción consistió en diez millones de pesos, medalla de oro y diploma de honor.” Fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz por el señor Eduardo P. Bernardi de la capital santafesina con adhesión de organismos oficiales, representantes de diversas instituciones santafesinas privadas, profesionales, empresarios… / El 29 de abril de 1988, el Parlamento Mundial para la Paz y la Seguridad -perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas- que otorga anualmente el galardón “Estrella de la Medicina por la Paz”, seleccionó al Dr. Esteban Laureano Maradona. En el Teatro Municipal “1º de Mayo” de Santa Fe, el 4 de julio de 1988 el Dr. Miguel Ángel Clemente Valenti -Senador por el mencionado Parlamento Mundial- después de los discursos que sólo pueden ser un esbozo de su extraordinaria biografía, le entregó la distinción en la Sala Mayor donde se congregaron amigos y admiradores de su obra.  Entre los asistentes estaban los intendentes de la ciudad de Santa Fe Carlos Aurelio Martínez (PJ) y de la ciudad de Esperanza Carlos Fascendini (UCR). /  Reitero lo que escribí en el libro titulado “Maradona… tres personalidades…”: “Su médico de cabecera Dr. Esteban Pericet certificó su fallecimiento.  El 14 de enero de 1995, a las 07:05 con serena dignidad había pasado a la inmortalidad”.  // Acerca de Waldino Buenaventura Maradona Villalba, en el citado libro destaqué que impulsó y logró la creación de la Escuela de Oficios en Barrancas (departamento San Jerónimo): “Corría el año 1933 -21:30 horas del día 14 de julio-.  La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, sesionaba en minoría. El flamante Diputado por el Partido Socialista don Waldino B. Maradona, y primero de su partido que asumía la responsabilidad de legislar en la provincia, en representación del Departamento San Jerónimo, cumplía ese día treinta y siete años. Pero Maradona, no pensaba esa noche en su cumpleaños, sino en algo tan importante como era su pueblo, la instalación de una escuela de artes y oficios. Sabía de las necesidades de la juventud barranqueña y a ella había prometido luchar por tan loable iniciativa.” Así fue recordado en el acto del cincuentenario de esa Escuela y con mi amado amante Eduardo Rodolfo Fontanini Doval, vibramos íntimamente al recibir la medalla recordatoria que nos entregaron porque don Carlos Fontanini Pantanali había sido el primer director y organizador, durante breve tiempo su esposa María Teresa Doval Keller ejerció como maestra de Economía Doméstica y Labores.

[9] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Domingo Guzmán Silva (1859-1915).  Título: “1887: Silva, inspector de escuelas”.

[10] Díaz Molano, Ingeniero. Domingo G. Silva.  Buenos Aires, Plus Ultra, 1981, p. 26 y 95.

[11] Difundido en “Verano 12”, Página 12/web / Martes 14 de febrero de 2005. Manuel Gálvez, entrevistado “por Pedro Alcázar Civit. / El Hogar, Nº 1103, 4 de diciembre de 1930”.

[12] Manuel Gálvez continuó diciendo: “Algunos sin embargo me han considerado como yrigoyenista, porque en Córdoba en una conferencia de mi querido amigo el doctor Ernesto Laclau, le presenté unas cuatro paginitas. La conferencia era un análisis filosófico de toda nuestra política; y en la presentación declaré que yo no actuaría jamás en ningún partido, para tener derecho a juzgar algún día con imparcialidad la política de mi país. Elogié tres o cuatro orientaciones del gobierno anterior de Yrigoyen, y esto bastó para que se me encasillara. Pero eso fue antes de las elecciones presidenciales. En el último año yo fui un entusiasta enemigo del gobierno de Yrigoyen… Un hombre aficionado a raciocinar y a juzgar está opinando constantemente sobre hombres y cosas: aprueba esto, condena lo otro.”

[13] Revista Argentina.  Buenos Aires, 1º de julio de 1950, Año II, Nº 18, p. 14.

[14] Ob. cit. “La Ciudad de Santa Fe en la visión de Floriano Zapata”, p. 5, nota “21. Calvo, Luis María. Testimonio.”

[15] Centro de Estudios Hispanoamericanos de Santa Fe.  Santa Fe de la Vera Cruz, revista “América” Nº 17. Título: San Jerónimo. Marco iconográfico Hispanoamericano.

[16] Floriano Zapata- La ciudad de Santa Fe. Sinopsis. La obra del Censo Nacional. Santa Fe, 1899. / En esta reiteración se reproducen las notas como están en el texto elaborado por el doctor  Jorge Taverna Irigoyen; excepto en los títulos con cursiva aquí…

[17] José Rafael López Rosas. Santa Fe, aquél rostro. Su historia, su política, su cultura. Ed. Municipalidad de Santa Fe. 1997

[18] J.M.Taverna Irigoyen-Iconografía religiosa hispanoamericana en Santa Fe. Revista América. Centro de Estudios Hispanoamericanos. Santa Fe, 1992.

[19] Héctor Schenonne- Historia General del Arte en la Argentina. Tomo I. Academia Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires, 1982.

[20] Miguel Ángel Bolcatto. La india rubia. La Voz de la Ciudad. N° 12. San Carlos Centro, 1999.

[21] Ibid.

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