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14-05-2004 – Sorpresivo vuelo del Gato Dumas.

Era interesante escuchar a Carlos Alberto Dumas -más conocido como el Gato Dumas– hablar sobre diversos temas. Hombre acostumbrado a los viajes, a entrevistas en distintas latitudes, firme en sus conclusiones, animador entusiasta en la cocina…

Aproximación biográfica…

Dumas ha relatado que era hijo de un arquitecto y que vivió en el barrio porteño de la Recoleta.  Cursó los estudios de arquitectura hasta quinto año, pero estaba latente su vocación que aparentemente se habría gestado cuando tenía solo tres años y usó por primer vez un delantal para acompañar a su abuelo -escultor- y apasionado por las experiencias gastronómicas.  Decidido a alejarse de escuadras, planos y cálculos, viajó a Inglaterra. Allí conoció a Robert Carrier un especialista en gastronomía y comenzó su trayectoria como destacado cocinero, como chef.

Empresas en marcha…

En Buenos Aires creó varios restaurantes con prestigio más allá de las fronteras porteñas.  En una de las últimas crónicas, se han mencionado: “La Chimére” –en Recoleta-; “La Termita”, “Hereford”, “La Jamonería de Vieytes”, “Drugstore”, “Clark´s” de  Sarmiento, de Recoleta y de Quintana; “La Terraza del Gato Dumas”, “La Rotisería” del Pilar; “Delta Queen”, “La Bianca”;  en Brasil otro “Clark´s” en San Pablo y “La Chimére” en Buzios.

Vínculos familiares…

En los últimos años, nombraba con frecuencia a Mariana, su joven mujer Mariana Gassó -¡es divina! solía decir- y con ternura aludía a sus hijos.

(Eran cinco hijos, la menor de cinco años, Olivia “era su debilidad. ‘Ella y mi esposa son la real felicidad. Lo material va y viene, pero la vida es otra cosa. Yo me levanto, juego en la cama con la nena, desayuno con mi mujer y salgo a ver el verde”, recordó el periodista mientras redactaba la nota anunciando su fallecimiento, el 14 de mayo de 2004.)

Decidido y polémico…

No rehusaba la polémica sobre diferentes temas.  Su entusiasmo lo impulsaba a ir aumentando el tono de su voz y a expresar sus negativas con movimientos de su cabeza hacia la izquierda y la derecha.  Gestual por naturaleza, expresaba con sus miradas lo que ocasionalmente decidía callar.

Desde el diario La Nación se ha reiterado otra de sus confesiones:

“Ahora me dedico a disfrutar. El restaurante te roba la vida, yo ya tuve mucho y lo perdí todo. Prefiero dar clases, hacer televisión, divertirme con amigos y disfrutar de mi familia, mi gran tesoro.

Hace una década que estoy en Pilar (en el country Carmel). Llegué cuando la Panamericana no tenía banquina, no había un alma. Cada árbol, cada aromática, cada flor que hay acá la planté yo. Y no necesito nada más.”

El cáncer de próstata, sigiloso, creció en su robusto cuerpo y fue operado en abril.  Durante esa convalecencia regresó a su hogar.  Inevitable fue la epicrisis: una tromboembolia pulmonar determinó su último desprendimiento, el segundo viernes de mayo, del cuarto año en el siglo XXI…

Desde las once del día siguiente, su cuerpo yacente reposa en el Cementerio Parque “Memorial de la Paz”.

Es posible que las reproducciones de sus grabaciones en videos sigan promoviendo curiosidad en quienes se orientan hacia lo gastronómico y si sólo se lo recordara con las señales de la memoria personal e intransferible, quizás su imagen esté acompañada por la de su hermano-compañero de ruta: Ramiro Rodríguez Pardo…

Durante una de las últimas experiencias compartidas y difundidas por el Canal Gourmet, el Gato insistía en agregar más condimentos mientras el tolerante Ramiro decía: así es suficiente… Pero el Gato, inquieto e inquietante terminaba imponiéndose y con su mano robusta, distribuía lo que él quería, sobre aquello que Rodríguez Pardo proponía…

Con mi amado amante, disfrutábamos observándolos… hasta que el 1º de julio de 2000, el mismo mal en sólo una semana determinó otro Último Vuelo…

No lo conocí personalmente aunque estuvo en Santa Fe de la Vera Cruz, en el Shopping “Paseo del Sol” -junto al Hipermercado Wall Mart, próximo al barrio “El Pozo”-, pero por esa proximidad que se logra con las imágenes de la televisión -casi como sucede tras la lectura de un libro y se vincula con el autor-, siento una emoción que me ha impulsado a leer algo sobre su vida, publicado hoy en el diario porteño y también a escribir estos apuntes, para la historia de la Historia de los argentinos…

 

 

Síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini. 15/05/08 – Hora 10:40:00

 

 

 

 

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