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1991 –26 de septiembre- 1993 – Misión Biosfera II

Sinopsis:  Misión Biosfera II – Estudios acerca de los procesos ecológicos en el planeta Tierra. Antecedentes. Protagonistas.

Con el propósito de avanzar en los estudios acerca de los procesos ecológicos en el planeta Tierra, el 26 de septiembre de 1991 comenzó la denominada Misión Biosfera II.

El científico soviético Vladimir Vernadsky fue quien expresó el concepto de biosfera al explicar los estrechos lazos entre el Sol y la Tierra y los procesos biológicos que se generan.

Distintos medios habían informado que durante 3652 días se realizarían las pruebas para ese emprendimiento financiado por el multimillonario Edward Bass, norteamericano y “apasionado por la Ecología”, director del Instituto Internacional de Ecotécnicas.

A principios de la década del ’80, el ecologista Bass había constituido la sociedad “SBV” (Space Biosphere Venture), “en un terreno de mil hectáreas, en Arizona, Estados Unidos”. Algunos científicos -incluso la NASA- lo criticaban por las excesivas aspiraciones y los casi 250 millones de dólares que invertiría durante los diez años de trabajo continuo.  Edward Bass perseveró en su propósito con la colaboración de Tony Burgess, especialista en flora, el agrónomo Carl Hodges y los respectivos equipos científico-técnicos.

Desde el diario “La Nación” de Buenos Aires, República Argentina, durante la primavera de 1991 informaron que los bionautas Roy Walfrod, médico de 67 años; Sally Silverstone, de 36 años, inglesa y jefa de la misión; el belga Mark Van Thillo de 30 años; Jayne Poynter, inglesa de 29 años; los norteamericanos Abigail Alling de 31 años,  Linda Leigh de 39, Taher McCallum de 27 y Mark Nelson de 44 -presidente del Instituto de Ecotécnicas”, convivirían durante dos años, en la “imponente estructura de vidrio y acero de la primera burbuja ecológica capaz de encerrar un micromundo autónomo que imita a su madre, Biosfera I, más conocida como la Tierra”.

Así fue como en el desierto de Arizona, a cincuenta kilómetros al norte de Tucson, aquellos bionautas vestidos con trajes azules, después de la conferencia de prensa entraron en la burbuja donde había más de cuatro mil especies seleccionadas con la finalidad de lograr el equilibrio ecológico imprescindible para el desarrollo de esa misión y quizás durante un siglo, si resistieran los materiales de la construcción que abarca una superficie de 1,25 Ha., se animaron a escribir algunos periodistas.

Han destacado que “alberga un desierto (del tamaño de una baby fútbol), una selva tropical, una sabana, pantanos y un océano, con su barrera de coral; un área agrícola y un módulo de vivienda”.

Para la alimentación disponían de centenar y medio de plantas y tubérculos comestibles con alto valor nutritivo (trigo, cebada, arroz, batatas, girasol, guisantes…), gallinas pigmeas para la provisión de huevos, cerdos y cabras para provisión de carnes y leche.  Estaba previsto que trabajarían ocho horas diarias, cuatro en cultivos y cuatro en investigación; el resto en las actividades que prefirieran: “buscando pequeños monos (únicos mamíferos salvajes), atrapando tilapias (peces que viven tanto en agua dulce como en salada), leyendo o haciendo gimnasia.

 

A la mañana o al atardecer, se acercaban los picaflores a las distintas flores para cumplir ellos también con su insoslayable misión: la de la polinización porque habían demostrado ser los más eficaces y seguros porque no eran depredadores. Subrayado aquí.

Afuera quedaron las mariposas porque sabido es que sus voraces larvas ocasionan años durante el inevitable ciclo de ser crisálida y después, poder volar, sorprender y emocionar.

Dos meses después, una lesión profunda en un dedo determinó el retiro de una participantes…

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Los comentarios acerca de esa experiencia en la Biosfera II impulsaron a los católicos a aludir a esa burbuja comparándola con el Arca de Noé construida para salvar las especies del Diluvio Universal, mientras entre los hebreos aludían a la “Teiva” -que significa  caja-, nave de tres pisos que construyó Noaj durante ciento veinte años, sellada en el interior y exterior con brea, donde desde el 17 de Jesvan de 1656 estuvieron cuatro matrimonios, con yuntas de otros animales y diversas especies vegetales, hasta el 27 de Jesvan de 1657 cuando cesó el diluvio y la Teiva quedó sobre el monte Ararat…

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La misión Biosfera II terminó el 29 de septiembre de 1993 después de algunas dificultades porque necesitaron gases, debieron importar comida y como sucede en distintos espacios, fueron evidentes las discordancias aunque necesariamente ahí se impuso la tolerancia porque ninguno podía salir, era insoslayable la interdependencia.

Los periodistas una vez más se encargaron de difundir algunas noticias porque entraron solteros y salieron dos matrimonios, con incontable información que parcialmente estaba registrada en algunos documentos.

Sería casi imposible poder interpretar todas las señales y las claves que cada uno grabó en su computadora personal, en la intrincada red de neuronas…

 

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea de Fontanini.

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