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GASTÓN   GORI  1975-1981

GASTÓN   GORI  1975-1981.

III – Caminos entre lagunas y ríos.

1975: época de zozobra y de renacimiento”.

I Exposición Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.

Poemas en la Tormenta” de Gastón Gori.

II Exposición Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.

Palabras de refutación gozosa” – Poemas.

Patria adentro.

Canto de alegría.

Más acerca de Carlino y Pedroni, dos campesinos.

Nicanor y las aguas furiosas” – Novela.

Emociones latentes.

Pase señor fantasma…” – Cuentos.

Sauce llorón.

Mujica Láinez, lector.

1977: Inmigración y colonización en la Argentina”.

1977: El Moro Aracaiquín”- Novela.

III Exposición Feria Internacional del Libro –Buenos Aires.

El Moro…” en la Editorial Plus Ultra.

Gastón Gori en el Museo de Bellas Artes”.

1978: GORI, benefactor del Archivo General de la Provincia.

Primera Fiesta Anual de la Poesía – Acebal

1979: Año Internacional del Libro.

V Exposición Feria Internacional del Libro.

El arado y el desierto” – Ensayo.

1980: más libros, más Ferias, más homenajes.

Más sangre derramada sobre la grieta ensanchada.

1980: de un largo sueño.

1981: Año internacional del Discapacitado”.

El ISBN” en nuestro país.

7ª Exposición Feria Internacional de Buenos Aires.

Patria adentro”.

Los cinco caminos.

Sexto camino.

Mirada sobre aquellos caminos.

Faja de Honor de la SADE.

Conferencia en homenaje a Gastón.

El obsequio de los pájaros” – Cuentos y relatos.

Voces de sus lectores.

Ecos del Cabildo de Esperanza.

Gastón y su amigo Luisito.

Testimonio de un artista, campesino.

Estímulos de Gastón.

Gastón: su aporte a la orientación vocacional.

 

GASTÓN   GORI  1975-1981

 

III – Caminos entre lagunas y ríos…

1975: época de zozobra y de renacimiento”…

No ha sido por casualidad que Gastón Gori en los primeros años de esa década haya escrito el cuento titulado Pase señor fantasma, relatando lo que dijo Don José, un hombre calladito:

“-En realidad no es un cuento.  Es algo que me pasó a mí, mejor dicho, que me está pasando a mí, porque desde entonces, y hace de esto varios años, me siento dominado por no sé si por la angustia o por el miedo.  Sobre todo de noche.  ¡Nunca creí que algo así podría ocurrirme a mí, nada menos, a mí que no sé gran cosa de política y que nunca me meto en nada!  ¡A mí, nada menos!”

 

Datos relevados sobre actos de terrorismo entre los argentinos, señalan que en febrero de 1975, murieron como consecuencia de atentados en distintos lugares del país, veintitrés personas, dirigentes gremiales, políticos, policías, militares.  El último día del mes seis personas, incluyendo un voluntario y el cónsul estadounidense John Patrick Egan, secuestrado dos días antes, fusilado en una localidad cordobesa.  En marzo de 1975, dieciocho personas entre ellas el médico Jorge R. Capitanelli, oficial Ayudante de la Policía de la Provincia de Santa Fe.  Hubo también diversa información -no siempre documentada- acerca de torturas, robos en propiedades de detenidos a disposición del Poder Ejecutivo, desaparición de personas -algunas embarazadas-, sin noticias posteriores acerca de los hijos recién nacidos.  Han sido -y son- heridas profundas abiertas en el seno de nuestra comunidad y que un cuarto de siglo después, aún no han podido empezar a cicatrizar, como lo revelan las protestas y los juicios que todavía están en trámite en extensos procedimientos, aquí y en Europa, hasta que se concrete el fallo definitivo de la Justicia ajustada a Derecho.

I Exposición Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.

La lejana experiencia de exposición y venta de libros de autores argentinos, realizada con buenos resultados en 1965, no se reiteró hasta diez años después, cuando en la capital federal organizaron la Primera Exposición Feria Internacional de Buenos Aires – El Libro del Autor al Lector, teniendo en cuenta el difundido lema de la UNESCO en 1972, con motivo del Año Internacional del Libro: Libros para todos”.

Es oportuno rememorar que ese año 1972, se concretó la edición de Tierra ajena – Drama de la juventud agraria argentina de Gastón Gori, un ensayo que había sido distinguido con el Primer Premio” otorgado por la Fundación David Sadovsky”.

 

En el acto de apertura de aquella primera exposición Feria del Libro, el 1º de marzo de 1975, habló María de Villarino, presidenta de la SADE -Sociedad Argentina de Escritores de Buenos Aires.

La exposición se realizó en el Centro Municipal de Exposiciones -7500 m2-, constituyendo Homenaje a la Primera Imprenta”, se había elegido el marrón como color oficial. Distintos medios informaron que 116 expositores, participaron siete países y se calcula que asistieron 140.000 personas.  Era el tiempo de la inflación creciente, de los atentados terroristas, de la inseguridad en todo el territorio nacional, era titular del Poder Ejecutivo María Estela Martínez de Perón.

Dos décadas después, la poetisa Ana Emilia Lahitte -con quien Gastón estaba comunicado en torno a lo literario-, al expresar desde La Nación, su punto de vista con motivo de la inauguración de la Vigésima Feria del Libro, necesitó volver la mirada hacia el origen: Yo vi nacer la Feria antes de que existiese la estructura magnífica de su realidad.  Roberto Castiglioni -su creador- ‘ensayó’ en La Plata el esquema inicial.  María de Villarino fue una de sus grandes mentoras.

A partir de entonces, el staff ejecutivo -con Marta Díaz como figura insustituible- no eludió sacrificios ni batallas para incrementar en el nivel internacional una empresa memorable, no una utopía”…

La Feria Exposición siguió creciendo con eficiencia y como tal ha sido reconocida no solo entre los argentinos. Las obras de Gastón Gori fueron expuestas en los anaqueles pertinentes a las provincias y fue invitado a diversos actos como disertante.

Poemas en la Tormenta” de Gastón Gori.

Desde Editorial Tupambaé -que es como decir desde un original espacio íntimo y mágico donde se sabe exaltar la belleza bajo la bignonia-, se difundió un primer cuaderno titulado Ha crecido el césped -de Celia Fontán; después alcanzaron su vuelo los poemas seleccionados para Porvenir de asombros de Horacio C. Rossi, quien acercó aquel nombre al grupo: Tupambaé”, como nombraban los guaraníes a la tierra de Dios mientras trabajaban junto a los sacerdotes jesuitas en sus misiones

En el tercer cuaderno de Tupambaé titulado Poemas en la Tormenta, Gastón Gori volvió a conmover a sus lectores con otra dedicatoria: A Charito, en nuestro mundo de amor y de imágenes”.   [1]

Gastón en ese libro, como en Y además, era pecoso…” retorna a las emociones percibidas al avanzar por los senderos de la niñez y en una sugerente sucesión trasmite sus impresiones mientras avanza por caminos diferentes:

Volví a la morera de mi infancia,

en mi pueblo viejo,

donde manantial de ranas

en el tiempo pasado

me parecía un mundo que cantaba”

Así se expresó Gastón en ese primer poema y en el rumbo de sus ideales, insiste:

No tengo derecho de estar cansado,

ni de sentirme enfermo;

no soy dueño de morir

en un mundo viejo”.

Convencido, proclama:

Amo el aire.  El aire no tiene dueño.

Limpio de especulación.

Lo respira el joven y el viejo,

la novia y el viudo: lo respira el hombre.

¡Nadie posee un latifundio de aire!

Amo el aire que es del hombre que lo respira,

de la flor abierta en su cubertura trasparente,

de la inocencia del niño,

inaugurador, a su vez, del mundo.”

Su voz es un clamor en el Poema industrial:

Diez peones a sueldo en la industria nueva

manejarán el estiércol.

Abonos harán calderas

para tierras de cultivos viejos.

¡Piedra libre a dólares

color verde podrido!

Un millón de kilos

tragarán las bocas calentadas.

Un millón de kilos de estiércol elaborado

para los pobres campos de hortelanos.

Todo eso es muy industrial;

pero bello, nada bello.

Vosotros mirad lo que vive y crece

hacia el aire puro,

mirad lo que florece.

Habrá sobre la tierra libre,

amor.

El extranjero y su dinero

no vivirán en la flor.”

Pregunta luego Gastón:

Señor gerente general:

¿qué sabe usted de la mariposa?

¿Qué sabe del río y la sombra armoniosa,

sutil del sauce, llorando sobre el agua?

¡Un cero en poesía señor gerente general

graduado en tanto por ciento mensual!

¿Qué sabe usted de la nube nacarada

del cielo sonrosado, y de regalar imágenes

a novia enamorada?

¿Vio al zorzal peleando a un toro

de oro?

¿Vio sonreír la flor

por amor?

¿Oyó llorar a la paloma

de dolor?

Venga señor gerente general:

¿Oyó hablar de la música sin pentágono

y de violines en el viento?

Límpiese el alma del dinero

de sus amos,

líbrese de la tontería de ser gerente general.

¡Un cero en poesía

un uno en vida hermosa

y el repudio del clavel

y los desaires de una rosa…

Deme la mano, señor, para otra cosa,

sin rencor.

Pero no me diga, por su mal,

que es gerente general

de la Unait Esteit Chemical: que es gerente, ¡y general!

de la ‘Argentine an Unait Esteit Chemical’…”

 

II Exposición Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.

El 27 de marzo de 1976, tres días después de la destitución de la presidenta de la Nación; quedó inaugurada la segunda Feria internacional, se había elegido el color celeste y hasta la clausura el 12 de abril, constituyó un Homenaje al Martín Fierro”.

En el acto de apertura, pronunció un discurso el entonces presidente de la SADE, escritor Horacio E. Ratti y a su lado estaban representantes de la Junta de Comandantes que detentaban el poder y de diversas autoridades.

Es oportuno expresar que Horacio Esteban Ratti nació en La Plata en 1903; reside en la capital federal y continúa vinculado a grupos literarios de la capital bonaerense y de distintas provincias. [2]

Se había ampliado el grupo de co-operadores para concretar ese ambicioso emprendimiento, ya estaban participando las Cámaras de Publicaciones, de Editores, la Cámara Española de Comercio… Datos estadísticos señalan que en una superficie de 10.000 m2, hubo 156 expositores, diez países participantes y aproximadamente 300.000 visitantes.

Distintos autores que editan en las provincias, coinciden en ese tiempo en las escasas posibilidades para exponer sus obras.  Para lograrlo, será necesaria una actitud solidaria a partir de los autores -individualmente o desde sus agrupaciones o asociaciones locales- conjuntamente con las autoridades provinciales, municipales y comunales apoyados por las editoriales y librerías de sus pertinentes territorios, a los fines de lograr ese lugar para difundir más las obras y a la vez, promover que haya más lectores

 

Palabras de refutación gozosa” – Poemas

La Editorial Tupambaé hasta 1976 había publicado cinco cuadernos: 1. Ha crecido el césped – Celia Fontán, 2. Porvenir de asombros -Horacio Rossi, 3. Poemas en la tormenta – Gastón Gori, 4. Los vuelos perdidos – Luis Alberto Laporta, 4. Los árboles rebeldes – Celia Fontán. Percibo casi el murmullo De dioses derribados”

 

En 1976 llegó el momento de la impresión de Palabras de refutación gozosa de Gastón Gori, el perseverante impulsor de tales ediciones.

Precede al poema que da título al conjunto, uno que en cuatro estrofas, sugiere otro ascenso a la Belleza por el Amor, en otro sublime diálogo de Gastón con Charito:

¿Recuerdas aquel poema con azahares

cantando tu hermosura?

Hoy otra vez está cubierto

de sus salpicaduras…

Y en la noche, estrellada en primavera,

como entonces perfuman

los naranjos, y cae lluvia lenta

de flores y ternura.

Y todo es bello y suave como antaño:

mi amor que se inaugura

cada día creciendo a mi costado;

tu amor y tu dulzura.

En el aire el aroma renovado;

y estrellas en la altura:

y en mi fiel corazón ha florecido

tu nombre, y hasta el viento lo susurra.

 

Advierto que el fragmento de un poema puede provocar tanto rechazo como cualquiera mutilación y con esa íntima sensación, reitero sin omisiones las Palabras de refutación gozosa de Gastón Gori:

                I

Siento a mi lado

al que no veo,

y ni sé su nombre;

lo siento cada día de ventura

y en las horas comunes para todos

de tragedia o pesares.

El mundo que camino

no es mío solamente

y siento al que trabaja

y que son mis hermanos los que sueñan.

No sé de soledad

de pequeños buscadores de honores

que abundan en dinero;

de ministros mediocres.    [3]

Y amo la soledad

con ensueños que fluyen,

levantados de amor

vasto y universal.

Porque ardiente vivo

las miserias de todos,

de todos la hermosura,

quiero mi soledad

rica, diamante y flor.

¿Ves cuántos son los nuestros

de rosas combatientes,

cuánto esperan de luz?

Espero lo que muchos

están esperando,

y veo la columna

de los esperanzados

que marchan juntos

y vienen desde lejos.

Amo esta soledad en multitud,

en ella se refugia

corazón lastimado

con lastimaduras que otros sufrieron.

Si todos vivieran mi soledad

nadie se sentiría

cansado y solo.

                II.

No viene a mí la gente

buscadora de halagos;

sólo gente humilde

abre mi puerta y entra

como en su propia casa.

Son hombres campesinos,

-un pollo bajo el brazo-

son algunos humildes

sin dinero;

jóvenes estudiantes

-vacilan al hablar-

que no saben a veces

lo que quieren de mí,

ni cuánto los amo

pero saben del mundo

y de la libertad.

¿Me verían triunfar,

sin gritarme con rabia,

por la mano tendida

del terrateniente,

por la complicidad del opresor

que aborrezco?

Porque tendría vergüenza

de enriquecerme

con el sudor y el hambre

del que trabaja,

con el dolor del enfermo

o su muerte,

porque a nadie disputo

el pan,

y nadie me lo da gratuitamente,

no estoy solo.

                III.

Se sienta a mi lado

confiadamente blanca

una anciana,

un obrero, un cazador.

Porque nadie codicia algo de mí

no estoy solo.

Porque amo la soledad

fecunda y en silencio,

no hay ruidos de copas

en mi mesa,

ni risas celebratorias;

porque el ministro, amigo

de la infancia

pasa a mi lado sin verme,

no estoy solo.

Nada es fácil para mí,

tengo noches sin sueño

y días sin descanso.

Noches en el misterio

del vivir, y días viviendo

por mis ensueños.

Días de amor por la Patria

y de fe en su destino,

días de amor por países

donde el pueblo defiende

con sangre su libertad.

Si todos vivieran mi soledad,

nadie estaría solo.

                IV.

Pierdo la amistad querida

del poeta nuevo,

de la mujer escritora

que sueñan con el triunfo

de sus libros;

soy jurado estricto

que envejece en la justicia.

Pero no estoy solo,

están conmigo los que aman

la verdad aunque duela,

los que saber postergarse

en la flor de su vida

y maduran lentamente

en la vigilia;

los que saben cuánto cuesta

al corazón llegar a la belleza,

cuánto cree, cuánto duda

el hombre que ha escrito:

Este es el aire, el mar,

este es el fuego, la tierra

que nos originan.

…………………………………………….

Ve con los que están solos;

será el mundo

tránsito maravilloso.

…………………………………………….

Y en el día esclarecido

de la libertad humana

que llegará,

sabrás cuánto padecieron

por los otros.

Quizás entonces sepas

que vivieron solos.

Quizás ahora sepas

que nadie muere solo.

……………………………………………..

Por la dicha del hombre

amo la soledad

y no estoy solo.

Patria adentro

 

En su poema Patria adentro, verso a verso Gastón abarca el escorzo de notables  trayectorias y en la estrofa final se refleja la tensión que están soportando los hombres de nuestra patria mientras se revela el potente contraste de la esperanza:

 

Gastón habló para quienes están alertas, también para los distraídos:

 

Aquí estoy, con dos campesinos.

Levanto mi frente al aire y nombro:

Pedroni y Carlino.

Uno, Pedroni, viene del fondo y memoria,

el otro, maduro como el trigo

en noviembre,

es presente argentino

caminando en asfalto porteño.

-¡Párece usted, señor, y mírelo!

Aquí estoy, con dos campesinos.

Uno cantó la epopeya

del barco, del mar, del amor y el olvido;

este es Pedroni,

el que una vez dijo

a hombre con metralleta y uniforme:

-que además era vecino de Esperanza-

-Tu arma es un peligro,

aquí todos somos mansos

se puede escapar un tiro…

El otro es Carlos Carlino,

una racha milagrosa

de inteligencia y lirismo,

un fruto amargo y dulce

a la vez, -desilusión y optimismo-

un fondo ardiente de rosa

y azul angustia de lino.

-¡Párate, hombre de la patria,

párate y míralo!

Aquí estoy con dos campesinos.

De uno tengo la imagen

desde que se ha ido,

junto al mar.

El otro está conmigo,

aquí, con su carta,

con su libro,

con su poema a Santos Vega,

con su vocación de Esquilo.

Siento pena por mi patria

-en su tiempo de olvido-

y recupero el tesón, la fuerza de los vivido,

y de lo que viviremos,

mientras recuerdo dos campesinos,

uno lejano

-que se ha ido-

otro floreciendo sus rosas:

Pedroni, Carlino.

 

(Leí por primera vez ese poema un lustro después y necesité acercarme aún más al talentoso Gastón Gori, con algunas palabras… El generoso poeta, el 18 de mayo de 1981, escribió:

Sra. Nidia Orbea de Fontanini. / Ciudad. / Mi estimada amiga: / Le agradezco su gentileza, al enviarme, a propósito de Patria adentro”, tan hermosa carta como todo lo que sale de su pluma.  Charito también le agradece su recuerdo y ambos deseamos que siga escribiendo con felicidad. Nuestro afecto para usted y para su esposo. / Su amigo / Gastón.”

Canto de alegría

La lectura de su Canto de alegría provoca otro íntimo estremecimiento:

¡Viva! ¡Viva la inmensa mar del hombre

sobre el planeta, ocupándolo todo!

Ni una lágrima caiga

por los bosques abatidos;

ni una sola por todos los peces

en las redes.

¡Viva el hombre en el mundo,

dueño poderoso

del aire, de la tierra, del mar!

Si una rosa se abre en la noche,

está en su pulimento

el hombre y su pensamiento.

¡Viva el hombre que rompe los campos,

arranca, destroza, destruye, parte y siembra!

Nadie suspire por la heredad salvaje perdida;

cante y grite de alegría

por su nueva faz imaginada

y construida!

……………………………………………………………

Disfrute el hombre jocoso

sus pocos miles de años en su habitación celeste

derivando en el espacio;

breve es el tiempo

de la luz,

infinita la sombra del universo.

Destruya, construya y goce

¡y viva el hombre sobre la Tierra!

Más acerca de Carlino y Pedroni, dos campesinos…

 

Sabido es que La pluma incesante” de Gastón Gori, dejó testimonios acerca de Carlos Carlino en Santa Fe, el poeta que había escrito poemas perdurables y una obra que en cualquier otro país con características distintas de las nuestras en elevación cultural, ya tendría sus reediciones de gran tirada”…

Recordó Gastón que después del relumbrón de ‘La Biunda’, volvía a la penumbra en vez de ser, para el pueblo, un poeta emergiendo a la distinción general y definitiva, de la nación.  Porque con él ocurre lo que con la mayoría de los hombres que se empeñan en ser fieles a la patria en su misión de escritores: quedan -y más aun quedaban- en épocas anteriores sumergidos en una realidad literaria que es mirada con ojos puestos en prismáticos extranjeros.”  [4]

Gastón Gori ha expresado que si en algún poema -la carta a Carlino por ejemplo- Pedroni se consideró cantor del campesino, esto es más una apreciación de los sentimientos del hombre que de su propia obra de artista, más vasta y más general, que lo puramente agrario.  Lo que tiene de rural, es un reflejo poético de algunas circunstancias de su vida, más que por la determinación de una temática y una implantación real de su vida y de su poesía.  Es en parte de su obra, un cantor de la colonización agraria de la provincia de Santa Fe, en sus orígenes, pero ni más ni menos que eso, es un poeta que ha sacrificado -él dijo una vez que no realizó la obra que pudo hacer- su potencia creadora para no apartarse de la gente del pueblo que lo comprendía y sentía.”

Sabido es que el 4 de febrero de 1968, falleció José Pedroni en Mar del Plata, donde estaba disfrutando de sus vacaciones y en nombre de las instituciones culturales, deportivas y de bien público de Esperanza”, Gastón Gori cumplió con la dolorosa misión de despedir los restos mortales del querido amigo, del magnífico poeta”, expresando:

Su muerte es un penoso desgarramiento que nos ha dejado de pronto en la ciudad con la perplejidad de haber perdido al hombre ilustre que la supo convertir, en un momento dado, en la capital nacional de la poesía, cuando todo el país volvió sus ojos hacia estas tierras de siembras y ganados para decir su nombre, Pedroni, que era entonces, como lo es ahora, decir poeta que trabaja, poeta maravilloso de la maternidad, poeta del hombre libre, poeta del amor al hombre que cada día espera que en el mundo haya paz, haya justicia también para los humildes de las fábricas y de los campos, poeta del hombre que quiere un mundo donde quepan todos los sueños, y la belleza y el amor total de la humanidad fuera como el pan que se parte para todos en la mesa familiar.  /…/

Desde Esperanza dio todos los mejores días de su existencia, para que el pueblo de su patria hallara en sus poemas la resonancia de su propia voz… Pedroni permaneció fiel -sereno y confiado- a la ciudad de sus poemas inolvidables de su juventud, fiel a la ciudad de su fecunda madurez, a la ciudad donde su corazón amó, padeció, hasta sus últimos días, hasta que como si fuera el mar un remedo de pampa, la muerte le apagó allá la voz, le apagó allá la vida transitoria, y le encendió el definitivo brillo de la inmortalidad…”  [5]

Sabido es que Gastón y Pedroni promovieron en varias oportunidades la creación del Museo de la Colonización en Esperanza. El poeta Pedroni participó activamente en 1956 –año del centenario- para lograr ese objetivo, pero falleció siete meses antes de que se concretara la inauguración al celebrarse el día del Agricultor, el 8 de septiembre de 1968.

Nicanor y las aguas furiosas” – Novela

En 1976, Ediciones Tupambaé concretó la edición de la novela Nicanor y las aguas furiosas y el 16 de agosto de ese año, concluyó la impresión de la segunda edición en la Editorial Nuevo Best Seller de Santa Fe.  [6]

Era tiempo de mayor incertidumbre entre los argentinos, era temporada de extensas inundaciones.  Gastón habla del litoral bajo el agua y advierte que todos los seres y las cosas están tapadas de niebla y chorrean la abundancia de agua”.

Cuenta historias de la Historia de Nicanor Bongar, de la resignación de Ceferina, su mujer”; de sus cinco hijos y alude a lloradas vacas salvadas de la inundación de las islas y perdidas en manos del matarife.”

Percibe y logra expresarse con arte poético:

El hermoso Paraná se aburrió de bellos ceibos, de timbóes adornándoles las riberas, de camalotes florecidos, se aburrió de paz, de escamas y branquias, de espineles y canoas, de golondrinas en vuelo rozando las olas; se aburrió de pobreza, de ranchos en sus orillas y en los campos, de pescadores y nutrieros; se aburrió de ganado paciendo en las islas, de maizalitos, lejos, de mujeres padeciendo, de niños, de caracoles y conchillas, se aburrió de haciendas y de estancieros.  Y se largó a la aventura formidable del desastre, del prestigio cruel en reencuentro con su historia de fuerza desatada”.

Entre tanta desazón, Gastón revela una íntima convicción:

Litoral bajo agua, te admiro y te deploro.”   [7]

 

Son indescriptibles las sensaciones que provoca la lectura de ese libro porque Gastón, hábil cazador al vuelo, decidió contar lo sucedido cuando llegó con su perro, un pointer de pedigree”, hasta la estancia de los ingleses –Los Espinillos, con el propósito de obtener autorización del mayordomo para poder cazar algunas martinetas, aunque solía decir que es dañino el hombre, caza por placer…

Después de dos horas de viaje, halló a Nicanor Bongar, el hombre que había aprendido el oficio de su padre que era colono y así se hizo agricultor, interesándose además por entender de animales.  Durante los primeros diálogos, don Nicanor le contó que había sido desalojado de la chacra.

Imagínese, tenía ya tres hijos, chiquitos, y andaba de encargue Ceferina. No me faltaban amigos, pero no era fácil rumbearle al destino”.

Aunque en aquel momento creyó que el mundo se le venía abajo, consiguió trabajo en esa estancia, donde estaba conociendo a quien luego relataba esas vivencias, mientras Ceferina había colocado una olla de hierro de tres patas, para hacer un ‘cocido’… de fideos”. p. 15-17

Don Nicanor evocaba su propia historia:

-Me conchavé en la compañía como peón de a caballo, fíjese, yo que siempre aré la tierra.  Pero me gusta y si me dan tiempo, verán cuántas cosas sé hacer.  Porque mire Gastón -ya me sacaba el don-, para mí que cuando un hombre sabe trabajar y le gusta, todo se hace fácil”.

En otro momento, le comentó que esa estancia abarcaba veinte mil hectáreas de campo, pero la compañía tiene otras estancias mejores.”

Bongar era un hombre meditativo y le preguntó a su amigo cazador y poeta:

¿Dígame no habrá argentinos, digo yo, que hagan que todo lo que se trabaje sea para los argentinos”.

Enseguida insistió: -Usted que es dotor ¿me puede aclarar porqué un hombre que es agricultor tiene que andar pionando con ganado ajeno para ganarse el pan?”

Gastón le explicó algunas situaciones y Nicanor expresó su conclusión:

-Entonces, si es como me dice -se acomodó en la silla moviendo el cuerpo- en este país hay bastante trabajo para el que quiera gobernar como es debido.  Porque vea amigo, hasta ahora, que yo recuerde, siempre se han beneficiado los grandotes. ¡Y meta lonja al pobrerío!

Era su manera de expresarse con imágenes y lo dijo riendo”.

Cuenta Gastón que después, había avanzado la noche” y que su amigo Bongar dijo con tono reflexivo: -Siempre me gustó mirar las estrellas. Es como si fueran la felicidad…”  Al escucharlo, sintió en su espíritu otra sensible vibración y necesitó confesarlo: Me sentí pequeño, humilde, y traté de hallar la sensación de felicidad que le transmitían las estrellas.”

Después, Gastón contó: Quise dormir, pero no pude hacerlo de inmediato.  Me sentía viviendo concientemente en la inmensidad del mundo.  La noche adentro no era sino un poco de la vasta noche estrellada afuera, y en ese silencio infinito, sentía que en mi pensamiento o en mi vida, algo había cambiado.  El ser humano, en su pequeñez, se me antojaba uno solo, formado por todos los seres del mundo, uno solo lleno de piedad o de amor, por sí mismo y por todos los otros.

-La pucha, este don Nicanor, -pensé saliendo de eso- no sé si es grande como la noche o luminoso como el día…”  p. 18-19

En párrafos siguientes, se destaca que en la inquietante historia de Nicanor hubo un primer desalojo familiar, cuando él tenía nueve años porque su padre quiso tener tierra propia y máquinas para hacer las cosas bien… se lo tragó una hipoteca”.

Por eso Bongar decía:

Mire amigo, el hombre es dañino con los bichos pero los bichos buscan siempre dispararle, y es esa su defensa; y es aprovechador con el hombre que necesita, porque ese hombre no puede disparar, se entrega.  Es menos que un bicho perseguido.  Es algo vergonzoso ¿no le parece?”

Don Nicanor era un hombre meditativo y solía animarse a expresar algunas conclusiones:

A los hijos se los lleva la vida, amigo.  Cuando se los lleva la muerte, uno queda penando, y después es como un misterio, digo, que uno tiene en las ideas.  Cuando se los lleva la vida, también uno queda penando desde que teme los azotes de la mala suerte o las cosas que se hacen contra los hombres.”

…Para mí -siguió diciendo- es asimismo un misterio pensar que cuando uno necesita trabajar, se sienta como entregado o como que se va a entregar.  Uno a uno, don Gastón, nos vamos entregando para servir en provecho de otros.  Eso es trabajar…”p. 21-22

Mientras al atardecer las aves regresaban a sus nidos, don Nicanor dialogaba con Gastón:

-Mire, no le sabría decir lo que es la patria, aunque sí le aseguro que sin ese sentimiento no sabríamos ser padre, ni hijo, ni hermano, ni amigo.  Vendría a ser un amor sentido que le viene de la tierra que conoce, y ese amor es para todo los hombres…”   p. 34

 

Bongar había aprendido que un pobre que es peón, tiene que parecer pobre, si no le entran a desconfiar.  Si es capataz y pobre además, lo mismo ocurre”.  p. 35

Mi experiencia me dice que se desconfía siempre del pobre que alto tiene.  Cuando uno dice ‘pobre’ ¿vio? También agrega: ‘pero honrado’.  Allí tiene usted, hay que aclarara que es honrado.  Si dice pobre nomás y el aspecto de la persona está desmejorado se entra a pensar lo peor de ese hombre.  Difícil que a un pobre y mal entrasado se le tenga confianza.  Es otra ventaja que también le llevan los ricos…

Enseguida, Gastón escribió: Pensé que a don Nicanor sufrimientos prolongados lo habían hecho muy pesimista en ese aspecto, y para alentarlo le dije:

-Un hombre, cualquier hombre, es honrado, se dice, don Nicanor, hasta que se demuestre lo contrario.

Bajó la cabeza mi amigo y después de un rato sonrió; me había hallado una respuesta y fue esta: -Un hombre pobre es honrado cuando lo demuestra… y no basta siempre eso, a primera vista.  ¿Cree usted que a un hombre rico se le pregunta cómo es que tiene vacunos, por un decir?  Los tiene y se acabó, son de él.  Para eso es rico.  Pero si un hombre pobre tiene su majadita o sus vaquitas -decía ‘vaquitas’ por decir pocas- lo primero que se le pregunta es cómo puede ser que las tenga.  Y si ese hombre cuida ganado ajeno, nunca faltará quien le haga la pregunta con malicia.  En eso hay una ofensa que siempre anda en el aire.  El pobre es hombre fácil de ser ofendido por ese lado.  Si quien pregunta con malicia es su mayordomo, entonces amigo, uno comprende que ser pobre es una desgracia”.   p-35-36

Bongar estaba convencido de que el sometimiento es una desgracia que un hombre soporta, pero de mala gana”. p. 37

Don Nicanor le contaba a Gastón algunas anécdotas sobre puesteros entrerrianos, traídas por otro peón, el alegre cantor Perales.

Decía Bongar que allá también el patrón les pagaba el sueldo” como lo fija el estatuto” y era inútil pedir un aumento.

-Les pago lo que fija el estatuto; si no les gusta, vayan a protestarle al gobierno, no a mí, -les respondía-.”

Mientras tanto, el puestero que no protestaba vivía tranquilo en el fondo de la estancia” hasta que un día fueron los dos a protestar y el patrón se enojó, y se enojó tan fuerte que despidió al puestero del fondo. /…/  Luego se supo porqué.  Aquel sinvergüenza -dijo el patrón- está viviendo con mujer, cinco hijos y un entenado, los tiene agregados al viejo Facundo y a la suegra, que para nada sirven.  Diez personas viven en el puesto y nunca me protestó por el sueldo!  Lo despido, no sea que me esté carniando animales… Y lo despidió nomás.

Gastón le dijo a don Nicanor Bongar que no siempre Perales está alegre, si cuenta esas cosas” y enseguida escucho la respuesta: p. 38

No vaya a creer. Él lo contaba muy divertido, para hacernos reír de la picardía del patrón.  A veces hay cosas tan bárbaras que dan risa.”

 

Contó Gastón que Don Nicanor -el capataz- y el peón Félix Isidro Cuevas -su amigo, hombre reservado- galopan a la par en el camino que va desde el casco de la estancia hasta Saladero Cabal, ocho o diez kilómetros al norte de El Laurel”. Advirtió Gastón que Bongar, dice todo, bien clarito y francamente y por más que el mayordomo dé una orden la inspecciona primero; si le parece acertada, cumple; si la juzga equivocada, expone primero lo que piensa.”  Por eso, su mujer Ceferina le dijo:

-Te le animás mucho Nicanor”…

Contundente fue la respuesta del sabio don Nicanor:  p.44

-Es que el hombre no debe callar sus pensamientos, tener ideas es como un regalo que se le ha hecho al hombre.  Esa es su principal diferencia con los animales.  No dejar decir todo lo que tenemos en la cabeza, por un decir ¿no?, es como no querer que uno sea un hombre.”

 

En otro momento, Bongar se refería a Félix, el peón bueno, trabajador y honrado” que había recibido el preaviso de despido. -Son muchos de familia. ¡Qué flor de golpe para el hombre! -pensaba.  En un momento del arreo, fácil porque iban los animales como embretados por un callejón, don Nicanor le dijo: p. 46

-Che, Félix, te estás portando como si no te hubieran preavisado del despido.

-¡Que querés! Cuando un hombre siente en el alma su trabajo, le cuesta desprenderse de él.”

 

Después, Cuevas se fue a San Javier” porque necesitaba conseguir algo”…

Bongar siguió dialogando con Gastón y recordó que aquel hombre era un peón de los de antes” y había llegado sin nada y sale peor ahora, con mucha familia”…

Gastón en tales circunstancias estaba conmovido e intentó expresarlo así: …¡Como para cazar estaba yo!  Me sentía derrotado, avergonzado de mí, de mi bienestar; avergonzado de haber vivido sin hacer lo suficiente a favor de las señoras de todos los Cuevas.

Ejemplares magníficos de Aberdeen Angus miraban desconfiando de mi proximidad en el potrero.  Yo los vi vacunos estancieros.  Sentí vergüenza de sus gorduras”. p. 50

Siguieron dialogando y Don Nicanor dijo: p. 51

¿Ha visto usted que cuando una yegua -por mala comparación- pare un potrillo haya alguien que la arroje a la calle sin importarle su destino? Yo he visto hacer cosas peores con la gente, pobre, se entiende.  Un hijito es algo muy dulce para el hombre, pero los hijos y el dolor de uno parece inferior para otros hombres…”

 

Don Nicanor estaba convencido de que si el hombre no está en la tierra, no puede estar en ningún lado.  El hombre nació para ocupar un lugar.  Un lugar ocupa este árbol, la casa, la vaca aquella, todo ocupa un lugar, y el hombre también.  Pero el hombre además tiene el derecho a ocupar un lugar, y ese derecho se lo niega el mismo hombre a otros hombres”.

Por eso, crecía su duda: p. 52

-Será digo yo ¿no? que Dios ha hecho la tierra fácil para unos y para otros no?”

 

El universo de don Nicanor abarcaba varias galaxias de despidos donde la educación seguía siendo una meta difícil de alcanzar.  Él no pudo salvarse del peso de las leyes del sistema laboral y llegó el momento en que tuvo que salir en busca de nueva ocupación y de alojamiento” después de recibir la liquidación por preaviso y despido… exacta, ni un centavo de más ni de menos.  Justo lo que le corresponde por ley”.  En ese tiempo, surgió una esperanza si era posible que Gastón influyera para que se fundara una escuelita en Los Espinillos porque eran sesenta los chicos sin maestra, sino más”.  p. 61

Don Nicanor le habló a su amigo:  -Don Gastón, si usted nos hace los trámites, porque amigos no le han de faltar, cuente con todos nosotros para trabajar por la escuela que aquí hace falta.  Son sesenta los chicos sin maestra, sin más.”

Así fue como ante tal iniciativa, Gastón se animó a decir:

-Se lo prometo don Nicanor. César Enría será nuestro puntal en Santa Fe, es empeñoso cuando se pone a favor de una escuela.  No le vamos a perder pisada a este asunto.  Déjelo nomás en mis manos. [8]

Y tuvieron escuela creada a orilla de la ruta asfaltada…”

 

Después, a Nicanor -y su familia- el amigo Gauna le ofreció, por si quería salir del paso, un rancho medio tapera en un campo bajo a dos leguas del suyo”… p. 63

Allá se fueron, sin trabajo, mejor dicho sin sueldo porque trabajo tuvieron bastante: …al rancho lo había retocado, se notaba la paja de corte reciente en el techo, y el embarrado nuevo en algunas paredes; el patio aún estaba cubierto de yuyales pero despejado a pala alrededor de la habitación, una sola, como dejada de la mano de Dios en esas soledades”…  p. 64

Gastón, ¡maestro!… mientras los hijos menores observaban desde la puerta”, necesitó preguntar: -¿Van a la escuela?”

Ceferina con distintas justificaciones explicó que no iban  y cuando Gastón dijo -¿Tienen todavía sus cuadernos los chicos”, la acongojada mujer dijo que los tenían pero que no los han tocado” desde que salieron de Los Espinillos”.

Antes de otra pausa, Gastón necesitó escribir:

Lo esperé a don Nicanor rodeado de tristeza y de pobreza, dolorido de argentinidad y por momentos, furioso de patria.  A lo lejos ladraban de cuando en cuando los perros e imaginaba a los muchachos en salvaje libertad, ejerciendo picardías de aborígenes en el monte detrás de los perros y de los bichos para traer el alimento familiar. Recordé los días -que parecían tan lejanos- en que visitaba a don Nicanor en la estancia, y lo veía sonriente, echando hacia atrás el sombrero, atar el caballo apresurado para darme un abrazo, a la hora de su legada después del trabajo en las veinte mil hectáreas donde pastan miles de cabezas de ganado.  Allá aprendí a amar con alegría a toda la familia, ahora aquí, en sus momentos amargos -doña Ceferina está mucho más delgada- me está enseñando don Nicanor a hacer otra clase de preguntas.”

 

Gastón luego relató lo sucedido aquel domingo, de sol, lindo para pasear o distraerse con la gente”, cuando don Nicanor estaba en el boliche de El Laurel” con su amigo Velázquez, bebiendo una cerveza fresca, despacio, mientras conversan sobre sus cosas. Don Nicanor viste lo mejor que tiene: bombacha y camisa blanca limpia, pañuelo negro al cuello, un par de alpargatas casi nuevas”… p. 66

Velázquez, supo ser peón general y ahora, viejo para el trabajo, vive con la hija casada en una quinta próxima a Helvecia” y le preguntó a su amigo Nicanor si era cierto que le caparon el toro. Bongar le contó cómo había sido la conversación con Cenobio, el capataz de la estancia lindante con el campito bajo de Gauna, cerca del monte”, ese refugio” donde podía seguir viviendo con su familia.  Después, rememoró que había denunciado en la comisaría:  p. 67-68

-Bueno, don Nicanor, me dijo el comisario, si es así, no hay nada que hacer. Tenía derecho la estancia de caparlo al toro.  El código rural establece que cuando un toro inferior del vecino se mete en un campo donde hay animales de raza, como las Aberdeen ¿no?, se lo puede capar, allí mismo nomás, inmediatamente.”

 

Gastón siguió paso a paso la inquietante trayectoria de don Nicanor, y en el último viaje después de pasar por caminos inundados y de sentir que el jeep de empantanaba, siguió caminando hasta el rancho que ya estaba caído, aunque está limpio y liso el suelo donde fue patio, sólo hay una lata con herrumbre, abandonada.  Yuyales nuevos casi a ras de tierra resplandecen de verdor.

No me di cuenta que estaba llorando”, escribió finalmente Gastón cuando observó que sobre la página de su cuaderno había estallado su lágrima, como misteriosa señal de un punto final inesperado. p. 70-74

Emociones latentes…

Quince años después, el 19 de septiembre de 1991 a las 19, en la Sala Leopoldo Marechal” del Teatro Municipal 1º de Mayo” de Santa Fe, el Honorable Concejo Municipal -presidido por el Dr. Eduardo Piedrabuena, siendo el concejal José R. Ángel titular de la Comisión de Cultura-, presentó la Edición Homenaje y una vez más Gastón nos conmovió con sus acertadas observaciones en torno a Nicanor y las aguas furiosas.

 

Ocho años después, durante una entrevista con estudiantes de Letras, Gastón expresó: …muchas veces uno escribe y no se da cuenta de que le está saliendo el indio de adentro.  De esta cuestión se da cuenta el lector.  Así por ejemplo, en mi caso personal, yo que creía haber escrito un libro totalmente inofensivo, literario, con la gracia de un personaje típico, que se llama ‘Nicanor y las aguas furiosas’ produjo en una tía de mi mujer, que es monja, una impresión que la llevó a preguntarle a Charito, mi mujer, si yo era comunista. Ahora, porqué?  Porque se habla de la tierra, del peón agrario, que no tiene tierra, que ha sido desalojado, que no tiene perspectiva.  Bueno, para mí era una realidad, porque además conocía al dedillo el tema y era amigo del personaje, hasta que falleció hemos sido grandes amigos con él, pero nunca pensé en hacer un libro, digamos, político, un libro ideológico.  Y sin embargo así salió.”  [9]

 

Mientras releo ese párrafo, pulsan en la memoria otras señales. En torno a la psicología del escritor, desde La Nación se ha expresado que la creación literaria como la hipótesis científica tienen su génesis en las profundidades del pensamiento y sus raíces psicológicas en el inconsciente.  Hay un proceso común de creatividad, que emerge de las profundidades del alma…  [10]

Durante los primeros años del siglo veintiuno, fue posible compartir más tiempo con Gastón y con Charito, aunque no con la frecuencia que deseaba. Siento en este momento, una intensa emoción porque Gastón por su enfermedad estaba más de un mes acostado y al atardecer, intentaba apoyar su cabeza sobre las almohadas que la niña de sus ojos”, su hija  Mónica, acomodaba con delicadeza…

En breves diálogos solía recordar sus andanzas como cazador y hablaba de Nicanor Bongar y de su libro, repitiendo que lo expresado en esas páginas es una parte de lo que observó.

No ha sido por casualidad, que Gastón transitara por tan sinuosos caminos del hombre y de la humanidad

(En 1991, Gastón tenía en sus brazos a su nieto Federico, hijo de Mónica…)

Pase señor fantasma…” – Cuentos

En 1976, Gastón estaba proyectando la edición su otro libro Pase señor fantasma… en coedición Tupambaé y Best-Seller.  Al final están enunciados en orden cronológico, los títulos de sus libros editados y las reediciones, incluyendo este título.  Luego, informan: Próximos libros: ‘Los alambrados del atraso’, Editorial ‘Biblioteca’; ‘El arado y el desierto’, Editorial ‘Biblioteca’; ‘Cuando todo termina’, editorial Tupambaé; ‘La pluma incesante’, sin trámite de edición; ‘Vigilia retenida’ 4 tomos, sin trámite de edición. Libros sin terminar: ‘Memorias de un cazador’, ‘Asesinado por la espalda’; ‘Don Dalmacio y la santa Rita’ y ‘Testimonios de actuación cultural’.”

(Doce años después, la Editorial Best Seller” publicó en El obsequio de los pájaros” que incluye la citada narración sobre Don Dalmacio.)

Hay una dedicatoria: A Charito:  Hubiera sido fácil dedicarte un libro cuando éramos jóvenes.  Lo hermoso es hacerlo ahora cuando estamos en el presente de vivir amándonos aún más lejos de la vida ambos, que de la muerte… Gastón”.

Sauce llorón…

Gastón inicia este relato -en primera persona-, mientras era el tiempo justo de plantar árboles; de despertarse a la madrugada o de mañana temprano para respirar la neblina que no dejaba ver delante de los ojos a más de diez metros.  Pero de tarde todo era distinto en el cielo y la tierra.  Después de llover -cuando había llovido- el barro demoraba en secarse en los patios de tierra y eso indicaba el buen tiempo, el tiempo justo para plantar árboles.  Yo quería adornar el mío con un sauce llorón, muy llorón, lo más llorón que encontrara de modo que sus gajos flexibles y largos tocaran, cuando crecieran, las baldosas del piso y todo él pareciera un canto a las lágrimas del hombre; pero hermosamente verde y blando y suave.” [11]

Mujica Láinez, lector…

Sabido es que cuando se logra una edición, el autor suele enviar un ejemplar a amigos y a quienes considera que serán sus lectores; igual que cuando se produce el nacimiento de un hijo, es conocido por las personas más cercanas…

 

Desde su residencia El Paraíso, en las sierras de Córdoba, el 26 de marzo de 1977 el escritor Manuel Mujica Láinez envió una carta a Gastón:

Mi estimado colega:  He estado leyendo las narraciones del libro ‘Pase, señor fantasma…’ que ha tenido Ud. La amabilidad de enviarme y que mucho le agradezco.  Lo felicito por ellas, por su agilidad, su gracia y su eficacia directa.  Se sitúan con exactitud dentro de la antigua y buena tradición del cuento, y cumplen rotundamente la función de entretener al lector, al tiempo que quien las compone pinta los caracteres con sobria firmeza.  Lo felicito también por la sencillez oportuna de su estilo, el estilo propio de quien relata por el placer de hacerlo y por el gusto de comunicarse. Y lo saluda cordialmente.  Manuel Mujica Láinez.  Al Sr. Gastón Gori.”

(Carta incorporada en la segunda edición de Pase, señor fantasma, Santa Fe, Fundación Pretextos, 1997.)

1977: Inmigración y colonización en la Argentina”.

La Editorial Universitaria de Buenos Aires, en 1964 editó Inmigración y colonización en la Argentina, un libro de estudio y consulta entre estudiantes secundarios, de nivel terciario y universitario.

 

En abril de 1977 se concretó la tercera edición, en la colección Libros del tiempo nuevo”.

En la contratapa informaron que el autor de esta obra se propone una visión panorámica de los procedimientos utilizados para distribuir las tierras públicas, en distintas etapas históricas de la Argentina”.

Por el conocimiento del tema que posee Gori, esta obra puede considerarse una introducción al estudio de un problema que ha preocupado profundamente a los escritores, quienes desde Nicolás Avellaneda hasta los actuales, entendieron que las tierras públicas, la inmigración, la creación de colonias agrícolas y los grandes latifundios, constituyen la clave para explicar la situación económica y social del campo argentino. Gastón Gori, sociólogo e historiador argentino… se ha especializado en el estudio de los problemas históricos relacionados con las formas de tenencia de la tierra en nuestro país.”   

1977: El Moro Aracaiquín”- Novela

Gastón Gori logró editar su novela titulada El Moro Aracaiquín que tiene como protagonista a un personaje que según ha contado mientras los pájaros revoloteaban cerca de la bignonia que sigue floreciendo en su jardín, tenía rasgos de una persona que él conoció en uno de los tantos caminos que ha recorrido.  Charito comentaba que era uno de los libros que más la emocionaron.

Desde ese mismo lugar, bajo la bignonia, se difundieron los comentarios  de Gastón después de las grabaciones que hizo Silvia Braun de Borgatto.

Por eso, ya es sabido que él distingue a esa novela, por su estructura novelística” y también que el Moro era un personaje de ficción.

Gastón había rememorado:

No conocí al personaje, pero el Dr. Gaviola me contó acerca de un individuo que tenía las características físicas del Moro.  La madre era indígena y el padre era descendiente de los fundadores de Alejandra, de origen norteamericano y tenía enormes ojos azules.  El Moro era físicamente así, ahora, moralmente, dejaba mucho que desear.  Era un bandido, amigo de lo ajeno.  En cuanto a su personalidad, yo me lo imaginaba impasible.  En realidad, le tenían temor, porque era capaz de cualquier cosa.

Me contaban por ejemplo, que había un rancho con una pareja, marido y mujer -se entiende-, llegaba el Moro y el marido se iba, con cualquier pretexto”.

Destacaba Gastón que en la novela, él no se manifiesta nunca.  Lo típico del Moro, era ser macho por la naturaleza.  No quiere decir que la novela se origina solamente en los conocimientos que tuve de un individuo al cual le agregué el producto de mi imaginación, sino que tuve en cuenta hechos que me relataba la gente de campo.  Por ejemplo, María Paikín, una mujer que conozco y vive en Santa Rosa, conversaba conmigo y me contaba episodios que trasladé a la novela, como por ejemplo, el del marido que, cuando llegaba borracho, amenazaba con matarla.  Llegó a tenerle tanto miedo que cuando lo veía venir, alzaba el chico y se iba a dormir a los yuyos.  Me resultó fácil el personaje.  Tanto es así que no lo hago aparecer. Él no habla, lo hacen otros…  La historia comienza con el garcero francés que, atraído por leyendas de estas tierras, islas y ríos, llegó para observar pero se quedó para siempre, iniciándose en el comercio de las plumas de garza.  ‘La primera vez que el Moro fue a venderle pieles al garcero francés, Lutecia, su hija, cumplía 20 años’…”

(Sabido es que Lutecia es nombre familiar para Gastón, porque era Lutecia Piarrou de Campana quien tradujo textos en francés, que él pudo reiterar en castellano, en sus interesantes ensayos sobre la colonización en la Argentina…)

 

En el capítulo siguiente, ya se revela que Lutecia había comprobado en varias oportunidades, los celos del padre por su mujer y el Moro.

Ella comenta: Mi padre cree que fue el Moro el que me enamoró y se equivoca.  No se lo perdonaré jamás aunque yo haya vuelto a la barraca”.

La joven había regresado convencida de su soledad: …no me ama y lo que deseo para mí, creo que debo buscarlo lejos de estas soledades verdes, de esta agua donde reposan las garzas blancas, de este aislamiento con hombre y ganados, hechos al margen de los sueños”.

Estaba convencida de que era realidad lo que le habían contado acerca del enamoramiento del Moro: de Elena, la hermosa mujer de Micho Borrás…

En el siguiente capítulo Gastón alude a los orígenes del Moro, hijo de John William y de la india Aracaiquín, una mujer violada por él, que permaneció acostada mirándolo con mansedumbre, con una ternura que no había visto nunca en ojos humanos”.  Demostró una y otra vez su docilidad, hasta que se produjo lo inevitable: Rosa Aracaiquín se contagió de viruela y mansamente murió en el rancherío, que enseguida fue incendiado para evitar que se extendiera la epidemia.”

El Moro se refugió en el monte cercano: Nada hay en él que fuese propio el amor o privativo del odio.  Al Moro nadie puede analizarlo, todos pueden imaginarlo”.

Mientras tanto, la atractiva Elena sigue siendo visitada por ocasionales amantes que tal vez, poco supieran de amar.  Algunas veces, llegaba el Moro y era entonces cuando Micho sentía horrendas tentaciones, lo quería matar.

El que parece conocer mejor al Moro es Nicanor Bongar, el que supo soportar a las aguas furiosas”; don Nicanor dice que es un hombre triste” y también María Paikín cree que es un hombre bueno” y aclara: …ignoro cuál es su sufrimiento, no me lo dijo, ni pude descubrirlo”.

Lo comprobado es que: el Moro anda en la isla atravesada de aguas dulces, anda o sale de ella como un renacido, solitario cacique dominador de tierras y hombres…”

¡Una vibrante historia!… donde aparecen dudas y lealtades; donde la fragilidad del amor… es sólo una apariencia.

III Exposición Feria Internacional del Libro –Buenos Aires

Es oportuno recordar que en la provincia de Santa Fe, durante el gobierno de facto del Contralmirante Eladio Modesto Vázquez, sucedió al ministro de Educación y Cultura Dr. Leoncio Gianello, el escritor Dr. Leopoldo Chizzini Melo a partir del 10 de noviembre de 1969.  En el gobernador de factor Gral. Guillermo Sánchez Almería (en funciones desde el 27 de julio de 1970 hasta el 25 de mayo de 1973) designó en ese ministerio al Prof. Ricardo Pedro Bruera y  subsecretario de Educación al destacado educador Don Luis Ravera (en funciones desde el 3 de agosto de 1970. Seis años después, detentaron el poder las autoridades del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional” conducido por el Teniente General Jorge Rafael Videla, en funciones desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 23 de marzo de 1981.

 

El 26 de febrero de 1977, en la Capital Federal inauguraron la Feria Internacional del Libro y por distintos medios informaron que verde fue el color elegido y anunciaron que era un Homenaje a la Biblioteca Nacional” que paradójicamente hacía años que estaba esperando la construcción del edificio.

Se presentaron 173 expositores, en una superficie aproximada de 10.000 m2; participaron diez países, se clausuró el 14 de marzo y fue recorrida por 550.000 personas aproximadamente.  [12]

En el acto de apertura participó el entonces Ministro de Cultura y Educación Prof. Ricardo Pedro Bruera, en representación del Comandante del Ejército que detentaba el Poder Ejecutivo, el Teniente General Jorge Rafael Videla.

Por primera vez, el discurso inaugural fue pronunciado por el Prof. Roberto E. Castiglioni, presidente del Comité Ejecutivo de la Feria; luego habló el presidente de la Cámara Argentina del Libro –CAL– quien destacó que las únicas fronteras para el libro son idiomáticas”, tal vez como expresión de una manifestación de deseos, porque todavía se sentía el acoso de la censura y de la autocensura.

Las cifras de otras estadísticas, señalan que en ese tiempo transponían las fronteras cientos de argentinos que emigraban porque se sentían perseguidos por sus ideas políticas.  Destacados escritores -entre ellos Gastón Gori- sin saberlo, integraban las listas de personas con actitudes sospechosas.

Así se pudo saber en la década del ‘90 cuando difundieron por distintos medios algunos de los archivos de las fuerzas represoras de la subversión.

Confusión y absurdos, han impedido hasta dos décadas después una aproximación a lo verdadero, sobre esa oscura etapa en la vida de los argentinos.

Mientras tanto, ha quedado el Nunca más… que refleja algunos padecimientos y el esfuerzo del escritor Ernesto Sábato como presidente de la comisión investigadora sobre derechos humanos y la desaparición de personas; otra paradoja en la historia de los argentinos, porque fue uno de los hombres de letras que compartieron un almuerzo con el teniente general Videla durante la primera etapa del Proceso…

El Moro…” en la Editorial Plus Ultra

La editorial Plus Ultra de Buenos Aires, decidió publicar por primera vez un libro de Gastón Gori: El Moro Aracaiquín.

Meses después, en la destacada revista Familia Cristiana comentaron que es  una novela que sin pretender innovaciones para abribocas sigue una técnica narrativa no corriente, muy eficaz, pero en la cual lo más importante, aparte de la delineación –moral sobre todo- de personajes de una región del país (entre los que sobresale la del protagonista, un ser casi mitológico pero de raigambre real), es que nos pone en contacto con una zona de la realidad nacional que todavía anda buscando, por lo que se ve, su propia expresión literaria y, mediante ella, un mejor conocimiento de un pasado cuya herencia se prolonga en el presente.  Gastón Gori, cuentista, ensayista, poeta, ofrece en este libro una sólida muestra de sus condiciones de novelador y de escritor; también, de su capacidad de aprehender la naturaleza física, la humana y los infiernos que ésta es capaz de crear. (Plus Ultra). L. S. C.”

En Esperanza, trece años después de esa primera edición, el Dr. Raúl Castagnino -representando a la Academia Argentina de Letras- habló sobre esa novela, estructurada con juegos de deliberada indefinición entre la crónica veraz y la narración” y señaló que mantiene la predilección de Gori por tipos litoraleños rústicos y recios, que hablan de tiempos pretéritos de vigoroso primitivismo”.

Gastón Gori en el Museo de Bellas Artes”…

Sabido es que durante el autodenominado proceso de reorganización nacional, otro movimiento cívico-militar ya que en todas las provincias, en distintas jurisdicciones, personas destacadas -o no tanto- en distintas áreas del quehacer humano, habían aceptado desempeñar cargos de relevancia en diferentes poderes del Estado.

Tres lustros después, se supo que Gastón Gori estaba registrado en una de las tantas nóminas elaboradas con referencias -frecuentemente equivocadas-, sobre determinadas actividades políticas.

 

El 15 de junio de 1977, siendo subsecretario de Cultura el Dr. Héctor Luis de Galarreta (31-06-1967 al 06-07-1979), nuestro maestro Gastón Gori fue invitado para participar en la celebración del día del escritor integrando un panel junto a la escritora corondina Amalia Aldao; el poeta y docente cristobalense Clelio Villaverde y el poeta Roque Nosetto, también un docente de reconocida trayectoria que fue Director de Cultura de Acebal; promotor y realizador de los Festivales de Poesía en esa localidad, declarada luego Capital Provincial de la Poesía”.  El acto se desarrolló en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez” -sede de la subsecretaría- y fue coordinado por la Jefa de la Sección Literatura Infantil y Juvenil Sra. María del Carmen Villaverde de Nessier; servicio especializado puesto en marcha durante la gestión del Subsecretario Dr. Marcos Miguel Casco (09-06-1973 al 09-09-75).

Habría sido otro absurdo, impedir la resonancia de la voz de Gastón, que seguirá perdurando en tantos libros editados y disponibles en incontables bibliotecas privadas y oficiales.

Otro disparate semejante resultó conmovedor veinte años antes, cuando los autodenominados libertadores” -sin suficientes conocimientos sobre Arte y Literatura-, ordenaron la quema o destrucción de bibliografía que taxativamente establecieron, mientras estaba vigente el decreto-ley Nº 4161 del 05 de marzo de 1956.

1978: GORI, benefactor del Archivo General de la Provincia.

Durante un acto realizado el 22 de noviembre de 1978 en conmemoración del 192º aniversario del nacimiento del Brig. Gral. Don Estanislao López (1786), Gastón Gori recibió el título honorífico de Benefactor del Archivo General de la Provincia de Santa Fe que otorgaba la Asociación de Amigos” de ese organismo, dependiente del Ministerio de Gobierno.

En aquellas circunstancias, tuvieron en cuenta la importante donación de parte de su archivo personal que se integró al Archivo Intermedio a los fines de servir para futuros trabajos de investigación social, literaria, histórica…

Primera Fiesta Anual de la Poesía – Acebal

Es oportuno rememorar que por iniciativa del escritor Roque Nosetto, el 20 de febrero de 1978 se realizó la primera Fiesta Anual de la Poesía en la localidad de Acebal (departamento Rosario), con la asistencia de autoridades, amigos y calificados poetas del país”, como lo han destacado en algunas crónicas.

La Subsecretaría de Cultura de la provincia, adhirió mediante disposiciones de los años 1985 y 1986, año de la firma del decreto 3.068 del 17 de septiembre, por el cual el Poder Ejecutivo declaró Capital de la Poesía” a la localidad de Acebal.

Un proyecto de ley presentado por un amigo de Gastón, el artista y  Dip. Nac. Enrique R. Llopis -Partido Justicialista Santa Fe, también Subsecretario de Cultura de la provincia-, en 1994 incluye esta información:  [13]

…Todo nació en una modesta plaza de pueblo, sus vecinos y la poesía, en 1977, año de la fundación de la Asociación de Arte y Cultura de Acebal, por inquietud del poeta Roque Nosetto, director por entonces de la Escuela Fiscal Nº 74, de la citada localidad, de la cual fue titular durante treinta y dos años.”

Esa lectura permite saber que se impulsaron los encuentros anuales con asistencia y envío de trabajos de todos los poetas del país y países aledaños, en la plaza de los poetas ‘José Pedroni‘, tal vez el más grande de los poetas santafecinos.” (sic)

Ha trascendido que año tras año esos encuentros fueron creciendo con mayor cantidad de poetas participantes.

 

En los fundamentos del proyecto de declaración de interés nacional referido a la XVII Fiesta Anual de la Poesía -que se iniciaba el 12 de noviembre de 1994-, Llopis destacó que se habían recibido trabajos de países tan distantes como Australia, Etiopía, Italia y casi todos los países latinoamericanos.  Lo cierto es que el segundo sábado de noviembre de cada año, cientos de poetas se reúnen en la plaza en cuya rotonda luce el busto del insigne José Pedroni, en donde son agasajados por los vecinos y las maestras de la Escuela Nº 74 ‘con un gran asado y lectura de los poemas consagrados para ser editados en el poemario anual que la Asociación de Arte y Cultura distribuye sin cargo en todo el país y países hermanos.”  [14]

Es sorprendente ese esfuerzo en una localidad que abarca 122 Km2 , hasta la década del ‘80 con aproximadamente cuatro mil habitantes, una sola escuela -Nº 74- en la cabecera del distrito comunal del mismo nombre; una escuela en la zona rural -Nº 6282- y un taller de educación manual aunque más asombroso es que haya podido alcanzar la proyección que se describe.

1979: Año Internacional del Libro

Es interesante tener en cuenta que según la UNESCO, libro es toda aquella publicación no periódica, impresa en no menos de 49 páginas.  Si atendemos a sus características, está claro que el libro es un vehículo de comunicación entre los hombres, vehículo escrito o gráfico que lleva en sí un mensaje de considerable extensión. Este mensaje tiene una naturaleza pública, a diferencia del documento.  Además, el mensaje debe estar contenido en un material ligero, pero durable, que permita que sea transportado, o transmitido de un lugar a otro.”  [15]

V Exposición Feria Internacional del Libro

En la ciudad de Buenos Aires inauguraron la V Feria Exposición Internacional del Libro el 9 de marzo de 1979. El color oficial fue el naranja, funcionó hasta el 26 de marzo en Homenaje a la Universidad.  Advocación: Año Internacional del Libro – Bicentenario del Nacimiento del General San Martín – Centenario del Inicio de la Campaña al Desierto”. 

Participó en el acto de apertura el intendente de Buenos Aires Brig. (R) Osvaldo Cacciatore y el entonces ministro de Educación y Cultura de la Nación Juan R. Llerena Amadeo expresó:

El libro, como elemento esencial de la cultura, ha vinculado al hombre desde siempre con las distintas fuentes del conocimiento”.

En aproximadamente 11.000 m2 circularon 700.000 personas, hubo 168 expositores y participaron treinta y cinco países.

Gastón Gori, su palabra y su fecunda obra fueron valoradas durante aquellas jornadas.

Lo lamentable es que en aquel tiempo, aunque reconocían públicamente que el libro es elemento esencial de la cultura; en las bibliotecas escolares y públicas -incluso en las del poder legislativoimponían listas con libros de circulación, siendo aún de mayor gravedad que si encontraban alguno de esos libros en bibliotecas privadas al allanar las casas de familia, por sospechas acerca de determinadas ideas políticas, detenían a la mayoría de los miembros.

Esas arbitrariedades fueron oportunamente destacadas por Gastón…

Otra paradoja se generaba en la segunda advocación, referida al comienzo de una atroz campaña al desierto” que prácticamente significó otro exterminio.  El gobierno intentaba que la pampa hacia el sureste de Buenos Aires quedara sin gauchos y sin aborígenes.  Algunos eran incorporados a las tropas y obligados a luchar contra sus hermanos, a los fines de desocupar esas tierras y asegurar que no pudieran acercarse las tribus porque en ese tiempo, era prioridad extender el telégrafo y prolongar las vías del ferrocarril convergentes en el puerto de Buenos Aires con la finalidad de concretar luego prósperos negocios…

 

Gastón en distintos ensayos alude al irresponsable reparto de tierras producido por el Estado argentino, a la ley 1628 del 2 de septiembre de 1885, ley de premios que otorgaba fracciones a los que fueron expedicionarios al desierto, 15.000 hectáreas a Roca y a los herederos de Adolfo Alsina, y lotes de 100 y 200 hectáreas a los soldados, quienes debido a lo reducido del terreno, generalmente prefirieron enajenarlos o entregarlos a proveedores en pago de deudas.

 

Siento necesidad de reiterar lo expresado por el Comandante Prado:

Cuando nos mandan a la basura por inútiles, iremos todos ladrando de pobres, sin pan para los cachorros, mientras ellos (los proveedores) serán ricos y panzones cebados con sangre de milicos, dueños sin que les cueste un medio de todas estas tierras que dejamos jalonadas de nuestras osamentas”La guerra al malón.

 

Sabido es que los últimos malones avanzaron hasta 1878, porque ese año comenzó la conquista que demandó un lustro de padecimientos. El gulmen Namuncurá, no se daba por vencido” hasta que fue derrotado en la confluencia del Limay con el Neuquen y pudo huir. Sus hombres que hasta entonces se sentían dueños de esa tierra, defendiéndola con bravura, fueron torturados prisioneros dominados por Villegas, el coronel que mandó decir a los capitanejos” que si atacaban serían pasadas a degüello las mujeres y los niños” y como ellos amaban a sus familias, silenciosos montaron sus caballos y se fueron… En 1883 se rindió Namuncurá, Garrón de Piedra sin escuchar las proposiciones del gobierno de Chile, donde había nacido igual que su padre Calfuncurá.  El cacique se entrevistó con Roca para tratar el sometimiento de sus indios”; luego regresó a Aluminé, donde murió en julio de 1908 a los 97 años.

 

En el siglo diecinueve habían sido diezmadas las tribus tehuelches y araucanas en el deslinde patagónico y cerca de los lagos del sur. ¿Cómo no conmemorarlo?…

¡Tanto se insiste en que los pueblos que no conocen su historia tienden a cometer los mismos errores!… Lo evidente es que suelen ser diferentes los puntos de vista y también los juicios de valor.

El arado y el desierto” – Ensayo

Ha sido destacada en distintas circunstancias, la vasta labor periodística de Gastón Gori mediante la publicación de crónicas históricas y de breves ensayos literarios en distintos diarios.

El Colono” de Esperanza, en 1979 decidió imprimir una edición especial titulada El arado y el desierto con aproximaciones a la gesta de la colonización agrícola en la Argentina, otro significativo aporte de Gastón.

1980: más libros, más Ferias, más homenajes…

Del 11 al 28 de abril de 1980 se realizó la VI Exposición Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.  Color oficial el dorado y funcionó en el mismo predio del año anterior, con la asistencia de 175 expositores, 34 países participantes y fue visitada por aproximadamente ochocientas mil personas, cien mil más que en la anterior.

Ese año fue en homenaje Al encuentro de Dos Mundos”. Advocación: Cuarto Centenario de la Fundación de Buenos Aires”.

En el acto de apertura estuvo el Intendente de Buenos Aires Brig. (R) Cacciatore y leyó un mensaje enviado por el teniente general Jorge Rafael Videla que detentaba el Poder Ejecutivo, expresando:

Pienso que esta brillante exposición, verdadera fiesta de la cultura, tiene un valor especial por la oportunidad en que se lleva a cabo: nuestra ciudad de Buenos Aires, la mayor de habla hispana en el mundo, conmemora su cuarto centenario”.

Gastón Gori seguía destacándose desde su lugar como un decidido y perseverante escritor argentino.

Más sangre derramada sobre la grieta ensanchada…

Gastón Gori era uno entre millones de argentinos conmovidos por las denuncias de Madres de Plaza de Mayo que semana tras semana se reunían en la ese lugar, cubiertas sus cabezas con blancos pañuelos con los nombres de sus hijos detenidos sin que supieran dónde estaban alojados.

A fines de la década del ‘70, las Madres de la Plaza de Mayo con sus protestas ya habían trascendido las fronteras argentinas y sintiendo otras pérdidas irrecuperables, también se había constituido la asociación FAMUS, presidida por Hebe Susana Solari de Berdina y Nélida Teresa A. de Ibarzábal, presidenta y vicepresidenta respectivamente.

El 27 de julio de 1981, firmaron en Buenos Aires una nota en la que destacaban: …la palabra de los argentinos de bien nos alienta para cumplir el compromiso contraído con nuestros muertos y mutilados, tremendo saldo que nos quedó de un ataque cobarde y solapado.

Nuestra agrupación no se embandera con ningún partido o fracción política.  Solo el recuerdo a los que cayeron para que la Patria viva, nos agrupa en esta asociación.  Para que los argentinos olvidadizos tengan siempre presente, aunque les moleste, que vivimos el tremendo dolor de una guerra.

Pero gracias a Dios, y a ustedes que nos alientan, podremos con imaginación y unión, hacer engrandecer a nuestra Nación. Nosotros, afirmamos que la sangre derramada no ha sido en vano; que se pagó un alto costo.  Por eso seguiremos en la lucha, con las mismas convicciones de los que se fueron, para poder hoy, vivir en paz.”

En una circular dirigida a los familiares y amigos de los muertos por la subversión” después de comentar distintos procesos históricos y la derrota en Sipe-Sipe”… aludieron a los Pontífices Pío XI y Pío XII”…  comunismo” y marxismo”, catolicismo”.  Esos familiares y amigos de muertos por la subversión, expresaban:

Muchos hogares argentinos hemos recibido la prueba del dolor que nos ha sacudido, pero nos ha hecho madurar.

La Institución que representamos tiene por finalidad lograr que la sangre de nuestros mártires sea la semilla de una Patria Argentina, con grandeza y sin odios.  Creemos que ahí se encuentra la respuesta que la Nación está esperando. El triunfo será el fruto de nuestro esfuerzo de hoy.  No vamos a cambiar la historia ni lo pretendemos.  Solamente queremos recuperar los valores e impulsar a los buenos de corazón.  Pero es necesario que lo que ocurrió no se repita y de nosotros depende.  Deseamos abrir los ojos y las conciencias argentinas, ya que somos testigos del empeño de las fuerzas oscuras por avanzar de nuevo.  Piense en Ud. y los suyos.  Pero también en los demás.  Piense en quienes ya, ahora, han sido engañados, reclutados, intoxicados.  No podemos agregar la cobardía de un silencio culpable.  Deseamos elevar nuestra voz, y la suya y la de todos los argentinos bien nacidos para que el horror nunca vuelva a enseñorearse de la Nación.

Debemos despertar la conciencia entre los adolescentes, enseñándoles a amar, no destruir ni odiar.  Nuestros mártires, que también son los suyos, necesitan un lugar en que deben ser recordados y honrados.  De todos depende que se concrete ese anhelo.

Estamos trabajando de cara al sol, a puertas abiertas.  Aquí recibimos a los familiares y amigos que comparten nuestros sentimientos y objetivos.

Nos mueve una sola intención: Amar a Dios, amar a la Patria, amar a los hombres de buena voluntad y amar a nuestra Bandera.

Miramos solamente hacia delante. Queremos construir lo que sea necesario y reconstruir lo que haya sido dañado.”

Entre los argentinos se estaba desarrollando una guerra civil no declarada.  Erráticas políticas también generaron sucesivas batallas económicas” y aumentó el endeudamiento del Estado nacional tras periódicos acuerdos con organismos de préstamos internacionales.

Gastón en distintas circunstancias ha aludido a esa trágica etapa de nuestra historia que se inserta en la Historia de la Humanidad…

1980: de un largo sueño…

Sabido es que Gastón Gori fue el creador del Museo de Máquinas Agrícolas” en la ciudad de Esperanza y que bregó para que cedieran el predio donde se instalarían las primeras máquinas rurales utilizadas en la colonia esperancina.

El 20 de junio de 1980 fue inaugurado oficialmente ese Museo.

Gastón también impulsó la creación del Museo del Quebracho” en Calchaquí y propugnó la creación del Museo Regional del Quebracho” en la localidad taninera de Tartagal, ambas en la provincia de Santa Fe.

1981: Año internacional del Discapacitado”

Sabido es que en Santa Fe de la Vera Cruz, por iniciativa de la ilustre Doctora Sara Faisal, fundadora de la Asociación Femenina de Profesionales”, se creó el Instituto Incorporado C 105 y el profesorado en Jardín de Infantes; organizó cursos de perfeccionamiento para docentes de nivel terciario, específicamente de conducción y supervisión institucional.  Luego pusieron en marcha proyectos educativos para discapacitados.  [16]

Sin proponérmelo, la memoria me señala el rumbo de Bartolo, el hijo de Doña Amalia, el personaje que perdió una pierna en el servicio militar, que Gastón describió en Todo en un día.

 

Me conmueve pensar que al año siguiente, durante la Gesta de las Malvinas fueron mutilados jóvenes de distintas provincias, hoy los veteranos de las Malvinas que aunque perciben una pensión vitalicia, no han recibido hasta ahora el merecido reconocimiento como testigos y protagonistas de una lucha incomparable por el poderío de los británicos  y la complicidad de los chilenos.

Como sucedió con las víctimas de los atroces vuelos de la muerte cuando arrojaban desde aviones sobre el mar o el Océano Atlántico a detenidos del poder ejecutivo después de ser anestesiados, también desde principios de mayo de mil novecientos ochenta y dos, cientos de soldados y oficiales quedaron bajo las turbulentas aguas del Atlántico Sur o sepultados prácticamente como N. N.” y reconocidos sólo por Dios”…

El ISBN” en nuestro país…

El presidente de facto Teniente General Jorge Rafael Videla firmó el decreto ley que establecía la obligatoriedad del ISBN -International Standard Book Number, es decir Sistema Internacional Normalizado para Libros- y en consecuencia, los libros que se editaran a partir de los ciento veinte días de su publicación, tenían que tener esa numeración obligatoria.

El art. 3º establecía que la asignación del ISBN estará a cargo del Ministerio de Cultura y Educación, a través de la Secretaría de Estado de Cultura, que establecerá los requisitos formales y organizará los servicios correspondientes.

El art- 4º dispuso que La Dirección Nacional del Derecho del Autor requerirá la constancia de la asignación del número ISBN a todo editor que solicite registro de contrato, según lo prescripto por la Ley 11.723”.

Firmaron ese decreto ley conjuntamente con el presidente de facto y los integrantes de su gabinete: Carlos W. Pastor, ministro de Relaciones Exteriores; Juan Rafael Llerena Amadeo, de Cultura y Educación; Alberto Rodríguez Valera, de Justicia y José A. Martínez de Hoz, de Economía. Es interesante tener en cuenta que el ministerio reorganizó la Secretaría de Estado de Cultura transformándola en Subsecretaría de Cultura, que actuará como ‘Agencia Internacional ISBN’ u oficina nacional de grupo en todo el país.

Luego, el entonces ministro de cultura y educación Ing. Carlos Burundarena, profesional que presidió el CONET -Consejo Nacional de Educación Técnica-, firmó la Resolución Nº 407 del 16 de junio de 1981, reglamentario de la ley 22.399 y así quedó establecido en el art. 11: El ISBN debe aparecer sobre el libro mismo.  Se imprimirá en la parte inferior izquierda del reverso de la portada, en la cual se localizará también la mención del derecho de autor”, “en tipografía suficientemente grande para que pueda ser leído con facilidad (no menor de cuerpo 10) y las cuatro partes del número estarán separadas por guiones”.

 

En distintas circunstancias, dialogando con Gastón acerca de los derechos del autor, coincidíamos al analizar que esa legislación no modificó la situación del escritor en lo pertinente a la preservación y el ejercicio de sus legítimos derechos intelectuales, tantas veces ignorados en un mercado donde generalmente las ediciones del autor se entregan en consignación y hay que esperar las periódicas liquidaciones mientras día a día crece la reprografía clandestina.

Es oportuno tener en cuenta también, que en los años siguientes resultó evidente la declinación del mercado editorial como lo señaló Gabriela Massuh desde La Nación en abril de 1987…

7ª Exposición Feria Internacional de Buenos Aires

Del 25 de marzo al 12 de abril de 1981 se realizó la VII Feria del Libro – Del autor al lector.  El color oficial fue el plateado y se concretó como Homenaje a los libros que identifican a los pueblos e iluminan el mundo.

Al dorso de la entrada estaba impreso el plano correspondiente a los 12.000 m.2 de superficie del predio municipal, con seis pabellones: destinados al encuentro con el libro y con algunos autores; cuatro en la planta baja y dos en la planta alta; con doce oficinas: de información, guardería, confitería, restauran, servicio médico, secretaría, ENTEL, Encotel, Sala de actos, seguridad, secretaría de Turismo y Salón de recepción.

Gastón Gori en ese tiempo, continuaba con su tenaz labor de difusión cultural.

Patria adentro”

Una vez más me sorprendió otra carta de Gastón, respuesta a la recibida días antes:

Santa Fe, 18 de mayo de 1981.

Sra. Nidia Orbea de Fontanini.

Ciudad.

Mi estimada amiga:

            Le agradezco su gentileza, al enviarme, a propósito de Patria adentro”, tan hermosa carta como todo lo que sale de su pluma.  Charito también le agradece su recuerdo y ambos deseamos que siga escribiendo con felicidad.

            Nuestro afecto para usted y para su esposo.  Su amigo Gastón.”

  Canto a la ciudad” – Los seis caminos – Poemas

En noviembre de 1981, en los talleres gráficos Lux” de la capital santafesina, se terminó de imprimir otra obra de Gastón Gori: Canto a la ciudad – Corazón legal de la República – Los seis caminos, editada por Distribuidora Litar Soc. Anón., con diagramación y tapa similar a la de Se rinden los nardos…, incluyendo el logotipo del legendario grupo literario Espadalirio. Al año siguiente, la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) le otorgó la Faja de Honor. Género Poesía”.

 

Gastón logra emocionar con sus rememoraciones:

Creo que escribí este poema a la ciudad donde transcurre lo más importante de mi existencia, porque alguna vez la sentí claramente latinoamericana, iluminadas ciertas implicancias históricas en viajes desde Tierra del Fuego hasta Canadá -sobrevolados los EEUU- que me ubicaron en modalidades hemisféricas, dilucidados sus orígenes y enaltecidos sus fervores palpitantes aún de llanuras, ríos y legendarios bosques.  A la manera de Eduardo Couture, la comarca fue vista en el mundo.  Y nació una necesidad del alma: cantarla.

 

Destiné para este opúsculo la viñeta que dibujara Miguel Brascó para ‘Espadalirio’ como una forma de conservar un símbolo de aquel breve y fecundo movimiento literario que enalteció la hermandad en la poesía.  Incluyo además ‘Los seis caminos’, (no transitado aún el séptimo) como confirmación actual de aquella fraternidad viva y hermosa.”

Gastón logró enlazar sucesivos hechos relacionados con la ciudad fundada por el vizcaíno don Juan de Garay, la ciudad donde él elaboró la mayor parte de su obra.

Con admirable armonía elaboró diez cantos que van estimulando al lector porque son la síntesis de realidades y de esperanzas.

Aquí, una aproximación al Canto a la ciudad:

                I

Naciste oscura y heroica

inaugurando barrancas,

despertando virgen asombro

inexpresado de pájaros,

de insectos y animales,

de indio agazapado.

Inauguraste el aire

con palabras castellanas;

inauguraste para siempre

la arena y la tierra.

Río abajo las aguas

se llevaban las voces

y se esparcían al viento

rituales del fundamento

solemnidad de los rezos.

Noviembre encendía ceibos,

y el canto en los yuyales

de llanura, islas y esteros,

era el rumor desconocido

en bosque y tierra adentro

de Asunción;

y la misma soledad

inmensa visitada,

y el mismo sopor

del aire y su perfume

y el batir

del agua en la ribera.

………………………………………..

Remota y apartada del socorro

te amaron recién nacida,

no te olvidaron muerta.”

Sucesivas etapas históricas están reflejadas en emotivos versos y una vez más concluye Gastón su visión admirable con tono esperanzado:

No te queda del indio

nostalgia de los montes,

ni de viejos tunales el recuerdo.

El mundo está en tus calles.

Está el recuerdo del brigadier

recogido en archivo,

en la estatua con musgos,

en el libro;

está el francés De Gaulle,

el italiano Gásperi,

Arguedas o Moravia:

en tus calles está el mundo

argentina y latinoamericana.

Palpitará la aurora

nueva de los tiempos,

y estarás en la línea

del fuego y del clavel,

de la rosa,

del martirio y amor,

y del mundo del hombre

liberado,

y Santa Fe argentina,

latinoamericana,

será tu nombre dulce de nombrar;

de los cimientos

renacerá Garay

más lejano, brumoso,

será el tiempo de amar

el tiempo de vivirte

argentina y latinoamericana.”

Los cinco caminos

 

Amarillento está el papel que desde El Litoral -en tres columnas-, difundió Tránsito por cinco caminos” y que se inicia en el camino entre bosque y bosque”; sigue en el camino entre ribera y ribera”; continúa en el camino entre horizonte y luna”, sigue en el camino de luz hacia el universo yendo hacia alguna parte.”

 

Expresó Gastón en aquellas circunstancias:

 

Nada había al final del bosque y bosque,

al final entre las riberas

y entre la luz y la sombra de luna y sol,

y me perdí en la difusión del universo.

Pero hice cuatro caminos alegremente.

La tristeza agobia al nardo del bosque;

agobia la mortecina luz de la tarde;

corre triste y silenciosa el agua

entre ribera y ribera,

triste es la sombra del horizonte.

Mas fui sin tristeza hacia la tristeza”.

Gozoso describe Gastón, El quinto camino:

…No busqué este camino.

El camino se me acercó en el beso

del amor, en el llanto de alguien invisible,

en la alegría de otros,

en mi propia alegría.

Éste no es un andar de desconcierto:

es una manera de estar en el mundo

con todos los que buscan justificación,

es estar en el Hombre.

No me conduce a nada más que al Hombre,

no me conduce a nada más hermoso

que el Hombre, y su vida y su muerte.

Este camino me deja estar apasionado

e ilimitado en la esperanza;

este camino es nada más que vivir

y amar y confiar y creer y desear.

Embellecido está con ensueños.

Donde no había nada porque a nada

llevaban los otros caminos

está el Hombre.

Estamos amándonos y padeciéndonos

nosotros los hombres.

Y ésta es una obligada ruta sin salid,

y ni siquiera busco evadirla, ni encontrarla.

Me basta haber hallado

y estar con el Hombre.

Y Tengo con él bosque y ribera,

horizonte de luz y sombras,

y seguridad en el universo.

Gastón Gori – Para ‘El Litoral’ Santa Fe”

Sexto camino

En el libro titulado Canto a la ciudad”, Gastón iluminó el Sexto camino”:

Dije: – Más allá del Hombre brilla un sexto camino

de luz, de eternidad, inmensurable,

de vida y de muerte, de misterio o de milagro,

de la nada en el todo,

o del todo en la nada perfecta.

Intenté el sexto camino de luz,

de eternidad, de absoluto;

intenté el temblor de hallar a Dios,

el más allá de la vida.

Mas lo hice con orgullo,

-firme en la desesperanza-

y cuando grité la angustia de lo absoluto

lo hice con desesperación;

de rodilla en la tierra,

de rodilla ante el árbol, la flor,

la mesa del pan,

lejos de la eternidad.

Hice el sexto camino sólo en su embocadura,

lo hice, sí, de rodillas

mas lo hice entre riberas

y liviandades del alma.

Dije: – Éste es camino para hacer de otra manera,

mas yo la ignoro en su recta luz,

y me enturbio de humanidad soberbia,

amatoria y rendida sin rendimiento.

¿Es todo, en definitiva?

¿Queda algo más en la voz?

¿Queda algo más de sufrimiento?

A ciegas voy por el sexto camino,

y esto es un derrumbe de infinito…”

Desde ese Canto a la ciudad, Gastón Gori en 1981 logró elevar en un vuelo insoslayable a aquel grupo Espadalirio que nombró durante sucesivos diálogos y siguiendo su trayectoria, se expande sin fronteras

Ha sido grata su resonancia en bibliotecas escolares situadas en distintos departamentos de nuestra amada provincia de Santa Fe a partir de 1987, mediante entregas sin cargo desde el servicio de educación por el arte que Gastón tantas veces estimuló y apoyó y mediante la co-operación de legisladores que los acercaban a sus localidades.

Mirada sobre aquellos caminos…

Es interesante tener en cuenta que ese año, la escritora esperancina Irma Quartarone, logró la edición de Esperanza y su gente que incluye una extensa reseña sobre Gastón Gori, donde expresa:

No es posible escribir sobre Gastón Gori, en breves páginas, sin correr el riesgo de abarcar, injustamente, sólo una mínima parte de su fecunda obra, que por su vastedad en géneros fundamentales de la literatura, lo destaca como uno de los escritores más fecundos de la generación de 1940, a la que pertenece.”  [17]

 

Destacó la autora que Gastón Gori al ser poseedor de una vastísima cultura y una singular sensibilidad, se lo ha llamado, ‘El Belisario Roldán Santafesino’.

Es considerado maestro entre los escritores, quienes acuden a él en busca de su rectora orientación, que realiza con una dedicación y prodigalidad admirables.”

Finaliza esa reseña mencionando los próximos libros: ‘Los alambrados del atraso’, ‘Cuando todo termina’, ‘La pluma incesante’, ‘Vigilia retenida’ -6 tomos-; ‘El obsequio de los pájaros’. Libros en preparación: ‘Memorias de un cazador’, ‘Asesino por la espalda’, ‘Testimonio de actuación cultural’.”

De tal lectura sobre los títulos anunciados por Gastón y los publicados, surgen diferencias que son el indicio de algunos cambios de títulos y también de posibles postergaciones…

Faja de Honor de la SADE…

En 1982, la Sociedad Argentina de Escritores otorgó la Faja de Honor al libro Canto a la ciudad Corazón legal de la República de Gastón Gori.

En esa circunstancia, distintos medios destacaron la trayectoria de este multifacético escritor esperancino, santafesino, argentino, latinoamericano… que tanto ha aportado al desarrollo de la cultura nacional y que como se ha destacado bajo la bignonia, ha dado a su país la obra completa de sus pensamientos, concentrados en lograr un mejoramiento en las condiciones de vida del ser humano”.   [18]

Conferencia en homenaje a Gastón

El nucleamiento de escritores rafaelinos -E.R.A-, había concretado el octavo concurso literario y decidió que el 8 de octubre de 1983, la profesora de Letras Liana Friedrich de Theler, disertara en el acto previsto para destacar la obra poética de Gastón Gori.  Posteriormente en Ediciones Litar se publicó un folleto con el texto completo.

Liana apuntó a una veta poco explorada: su poesía y en particular, su último poemario titulado Canto a la ciudad – Los seis caminos”, aparecido en 1981”.

Advierte que el subtítulo combina la forma declarativa: ‘CORAZÓN LEGAL DE LA REPÚBLICA’, que alude al hecho histórico decisivo: la sanción de la Constitución Nacional, el 1º de Mayo de 1853, por el Congreso reunido en Santa Fe.

El ‘CANTO A LA CIUDAD’, se halla estructurado en 10 cantos, de composición estrófica amétrica, la cual responde a las necesidades temáticas. Combina los versos libres, con toques de asonancia y consonancias, a fin de otorgarle un ritmo combinante a la composición  Este recurso se justifica, dada la evolución épica.  Además, las quiebras morfosintéticas ocasionadas por los encabalgamientos, recurso frecuente en el conjunto, y la musicalidad de sus constantes alteraciones, contribuyen a evitar la monotonía, y a agilizar el tono.”

Gastón Gori alude luego a cada uno de los Cantos, pertinentes a Fundación de Santa Fe, La vieja Cayastá, Antecedentes revolucionarios, La segunda fundación, El camino de la libertad, La patria naciente, El Congreso General Constituyente (o la organización de la República), La inmigración, Santa Fe, ayer y hoy; Santa Fe, hoy y mañana.  folleto, p. 2-3

Advierte Liana que en cuanto a ‘LOS SEIS CAMINOS’, éstos constituyen el modo de argumentar del poeta en búsqueda de lo absoluto o, la existencia de Dios, el ‘ese’ puro.  Para arribar a él propone el camino de la abstracción poética.

La composición avanza sobre un encadenamiento de símbolos, reforzados por la descarga expresiva de las reiteraciones (iniciales, medias y finales), que se resumen en el intento del hablante imaginario de explicar lo que está más allá de toda experiencia sensible, de lo empíricamente verificable, para elevarse hacia el fundamento último de todas las cosas: la sustancia o ‘argé’.  folleto, p. 24

La ‘voz poética’ es asumida por medio de la primera persona en las formas verbales.”  Al finalizar su discurso, Liana expresó: La preocupación metafísica de Gori se traduce en una justificación de la literatura como teoría del conocimiento, si consideramos que toda la concepción metafísica está basada en una concepción gnoseológica, y la gnoseología es el punto de partida de la metafísica.  De modo que concluimos en que la literatura (según conceptos vertidos por el poeta español Miguel Hernández) constituye el proceso de interrelación, que parte de lo real elevado a categoría pasando por la investigación sobre tal hecho real, y terminando en la transmutación de éste por medio de la palabra, en su poder multiforme.  Folleto, p.16

El obsequio de los pájaros” – Cuentos y relatos

Casi confidencias…  Llegó una tarde Gastón hasta nuestro hogar.

Sonriente nos saludó y traía para nuestra alegría, otro de sus libros con narraciones sobre Dalmacio y la santa rita, título que ya había anunciado para este libro que ahora está impreso como El obsequio de los pájaros.

La noche fue cómplice para que pudiera disfrutar la lectura. Comprobé entonces -y lo escribí dos años después, en junio de 1983-, que Gastón sintiéndose libre como las aves, se ha dejado llevar por la imaginación escribiendo magníficos apólogos, y en sus relatos, dejó escrito para que todos meditemos: ‘¡La tristeza, es hermana tan íntima, del silencio!’…”

En ese recorrido encuentro otras señales: el filósofo griego Platón (427-347) que algo sabía sobre el arte de vivir y convivir, ha señalado que si junto a la Biblioteca tenéis un pequeño jardín, ya nada os falta”.  Gastón es una de tantas personas que ha podido disfrutar de ese placer inexplicable durante el fugaz tránsito sobre la periferia del planeta que gira y gira…

Los apólogos, cuentos y poemas de Gastón Gori, constituyen un armonioso canto a la naturaleza.  Comenzó el sorprendente obsequio de los pájaros,  con un relato acerca de la santa rita -la planta-” que es bella, es espinosa, tupida en agudas defensas implacables con las manos y los brazos de quien se acerca para podarla.  ¿No quiere su sacrificio? Nada pareciera tener de mansa si olvidamos sus flores, moradas, caedizas, fáciles a la muerte.

Sus espinas hieren con dolor del herido.  Aquella dulce mujer que fue lacerada en la frente por una espina de la corona sagrada, herida de mala herida que no sanó nunca, ¿Le dio su nombre a la Santa Rita?

Ella era mujer hermosa, fecunda fue y desdichada.  Para sentir en sí misma la eternidad fue necesario que padeciera -¿e hiciese padecer?- la incurable llaga de su frente con olor a santidad, agradecida y resignada, sin otro bien posible.

La santa rita -la planta- retoña con vigor y por más que el hacha la tronche, renacen ineludiblemente sus retoños y conquista con sus ramas el aire y la luz”.

Una duda perturba mi serenidad de juicio desde que un hombre -de oficio podador- llamado por Dalmacio para que le podara su santa rita, dijo, herido con dolor, por sus bravas espinas:

-Ésta no es una Santa Rita, es una santa diabla…

Sin embargo Dalmacio encuentra su solaz y descanso de los ojos y del espíritu, mirándola desde la ventana de su biblioteca, por eso cuando tuve en mis manos los papeles escritos por él, pensé que debía titularlos: ‘Don Dalmacio y la santa rita’, mas me dejé vencer por el signo de nuestra época, trágica y mercantil, y como quien despliega luces para atraer las miradas -las luciérnagas- resigné aquel justiciero nombre de libro para los escritos más amables de mi amigo Dalmacio, que cuando le pedí esos originales para publicarlos, me contestó:

-¿Para qué quieres ese libro?  ¿Existe aún alguien en el mundo que sepa cuánto cuesta al alma llegar a la belleza?

Y lo medité y no puse título alguno, pero el señor Diego Asencio que lo edita, sólo me pidió que eligiera el mejor de los títulos.  Y lo elegí con palabras de Dalmacio. ¿Acaso Dalmacio no es el más agradable de los seres que se parecen a los pájaros?  Éste es para él mi obsequio.  El obsequio a un ser de vuelo y canto, de aire y cielo, de sueño sin ojos cerrados, de posarse en árboles, de vivir en el mundo de la risa y el llanto, de la piedad y el amor.

Mi obsequio es nada más que algunos de sus papeles reunidos, y algunas palabras mías -pocas- intercaladas de cuando en cuando sólo para decir algo singular de don Dalmacio, ese hombre con dones hermosos a quien tantos aman y nunca olvidan.

¿Y la santa rita? Pues que quede allí, en su pérgola, eterna y sufrida y bella como la mujer de antaño que le dio su nombre.”  [19]

Gastón en sus relatos, ha dejado oportunas señales y algunas, aportan rasgos semejantes a los que sería casi imprescindible incluir si se pretendiera elaborar  su biografía:  Don Dalmacio es hombre fuerte, enérgico; trabaja intensamente; cuando no escribe, estudia.  Es requerido desde aquí o desde allá, desde un pueblo o una ciudad y cuatro o cinco veces por año ocupa tribunas y su público escucha palabras vigorosas, porque don Dalmacio expone casi siempre conocimientos polémicos, sacude las raíces de conceptos consagrados, aceptados por rutina, por tradición, por comodidad, por intereses que otros respetan.  No es, sin embargo, hombre de rígida contextura.  Ama al hombre con sus errores, con sus debilidades, sus crueldades y lo ama tan apasionadamente que a veces castiga con rigor las injusticias.  Ama a los que ‘serán dueños del reino del cielo’ y nada poseen sobre la tierra.  Tiene fama de inconformista y eso a Don Dalmacio no le disgusta, porque no tiene interés en ningún tipo de fama.  Es simplemente, fiel consigo mismo sin importarle qué imagen se forman de él sus contemporáneos.  Pero sabe que existe una imagen suya elaborada entre la gente que lo ha leído, que lo ha escuchado, que lo ha tratado, sin que todo ello signifique mucho ni poco para él.  Sigue viviendo, y da todo lo que puede de sí mismo.

Es su manera de vivir, es, para los demás, su vida.  Sin embargo, pocos saben de su vida íntima -¿Acaso él alcanza a comprenderla?- de lo que ocurre en su pensamiento cuando está solo, apartado de la acción, despojado de la aureola conque lo ha revestido la vida exterior, y medita a veces en sí mismo, en ese hombre, en esa unidad del género humano que es él, don Dalmacio, de carne y hueso y de espíritu.  Es el Dalmacio casi desconocido por él mismo puesto que más fuerte, más acentuados son los elementos de juicio que ha desparramado con su labor que los que se ha reservado propios de su intimidad, desvaída por períodos, despreocupado él de su destino.

Su intimidad existe como línea que se quiebra o que se suspende a menudo por requerimientos de sus deberes para con los demás, y es una intimidad que le muestra a sus ojos una de las fases del todo en que se integra como persona.  Intimidad de sentimientos y también de pensamientos contradictorios, en ocasiones, como lo es la misma vida, compleja, múltiple, susceptible de ser observada desde fundamentos diversos.  Es la vida del hombre, no las teorías sobre ella, es la que impone a veces sus debilidades derrotando la fortaleza de creer, de sostener, de defender apasionadamente un principio, una doctrina; es la vida en ese espacio de nadie del que ella se apodera en las horas baldías de acción y no siempre para hacerla luego más intensa, sino para mostrarle la contraparte de la relatividad.  En esas horas baldías de acción, de trabajo, es cuando don Dalmacio se siente una unidad dentro del género humano, propia de sí, distinguida entre las demás.

-Son las horas de la santa rita -dice- porque es cuando las deja transcurrir al ritmo sosegado de sus pensamientos mientras está frente a la ventana de su biblioteca desde cuya altura se ve la comba de la enredadera, por temporada florecida, y también el verdor de naranjales en el fondo del patio.

Allí medita sobre temas que le invaden el pensamiento, venidos desde muy adentro de su alma y que no son -en las horas de la santa rita- los que le apasionan como hombre dado a su nación.  Son los que forman su biografía interior, en momentos singulares; los que nunca ha de hacer trascender al exterior, porque siendo de sí mismo, permanecen recoletos, íntimos como nacieron, como vinieron a integrarse en su personalidad, en su vida, en la que es propia de él, que sólo él disfruta o sufre mientras tiene por delante la visión de la santa rita que adorna la pérgola del patio, angosto, largo, extendido hasta donde comienza el verdor de los naranjales.

Sin embargo a veces en esos momentos, para salirse de su introversión, se deja llevar por su imaginación, y dialoga con seres minúsculos -como los pájaros- con seres del agua, -peces, camalotes- o de la tierra, -árboles, animales- y escribe apólogos y relatos como una manera de dejar, para los demás, esos tardíos frutos de su pensamiento.”  p. 9-13

A pesar del tiempo transcurrido, debo decir que mientras tenía entre mis manos ese magnífico regalo de Gastón, en el silencio nocturno me parecía escuchar su voz diciendo:

…La fuerza misteriosa del alma, que tiende naturalmente a elevarla, pareciera agotarse en los individuos -no en el conjunto de la especie- y cuando ello ocurre, todo lo que está al alcance de sus pensamientos, es tristemente embadurnado. Como si careciesen de la facultad de embellecer la vida, caen en el delito de afearla.  No comprenderían al cisne sagrado de un antiguo pueblo de Oriente que, de leche mezclada con agua, sólo bebía la leche, ¡y todavía ríen! ¿Será que encuentran una misteriosa felicidad en la desjerarquización de la vida?”.

 

Una mirada sobre el apólogo del camalote florecido generó más conexiones:

 

I – Lo vieron crecer al camalote las garzas blancas a orilla del bañado, allí donde nunca hubo otro, -que se tuviera memoria- ni nunca lo trajeran jamás aguas de arroyos rebasando sus riberas.  Solo, cerca del totoral, el infinito cielo arriba, comenzó a levantar tímidamente como probando la bondad del aire, sus largos pecíolos, y sus hojas se abrieron al comienzo, a flor de agua, luego se ensancharon multiplicadas, mecidas por el viento que avanza desde su misterioso cubil en la llanura agraria.  Las garzas, enhiestas a su lado, fueron como centinelas hermosos de su desarrollo hasta que fueron camalote total en el esplendor de su crecimiento; luego volaron en busca de remotos esteros.

El camalote adquirió en soledad su magnificencia; verde oscuro, mecido a veces por la suave marejada que iba en ondulante agonía a morir en las orillas”… p., 17-18

 

        1. …El bañado del camalote florecido dejó de ser espejo, ojo extenso de agua. Fuertes correntadas lo invadieron, días y noches, sucias de trabajo estrepitoso, roncas de violencia, rotos todos los cauces y cargados sus lomos de grandes masas de camalotales a la deriva, arrastrados desde esteros lejanos; camalotales multitudinarios venidos desde el corazón abierto de montes inundados, de cañadas devastadas. El camalote florecido las vio venir, las vio llegar como a monstruo extraño y trató de asirse desesperadamente con las últimas fuerzas de sus raíces, soliviantado ya por el agua en crecimiento, acosado por el miedo y antigua soledad, olvidado de su belleza, tan inútil ahora inmerso en un mundo desconocido desatado de energías poderosas.  Él ignoraba que existieran y como última defensa apeló a recordar el mérito de su hermosura.  El camalotal desatado bravío lo arrastró en su avance, lo empujó primero, lo rodeó después y lo confundió en su masa gigante luchando con el arrastre del agua olorosa a vegetales rotos, a destrucciones recientes, a seres vivos y a seres muertos.

Descuajado se abandonó a la correntada, pujando no obstante por separarse, por ser el apartado, el elegido por el destino de su belleza solitaria.  El camalotal lo avasalló en su masa, lo arrastró a lo hondo de la creciente en tránsito sobre el río caudaloso en días y noches trágicas, hasta que volvió a internarse en las llanuras inundadas, ricas luego de humedad, fecundas para la simiente, donde renacerían las fuerzas renovadas, eternas, de la vida, porque en esta tierra se desmenuzaría el camalotal enorme, unido en un solo destino, y se transformaría en sustancia fértil para renovarlas.

Pero antes, el camalote florecido pudo desasirse, y solo, con su belleza, derivó en el río hacia la muerte y el olvido…”  p. 20

 

Es posible percibir similitud entre esas impresiones y las que se proyectan en el inconmensurable espacio donde se desarrolla la tragicomedia humana.

Ya lo dijo el poeta español Jorge Manrique, el maestro de Santiago  (1440-1479): Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar,  / que es el morir”…

También tras los relatos de Gastón, se captan más señales que permiten interpretar algunas de sus claves que se van revelando con mayor nitidez a medida que se produce una aproximación a su luminosa trayectoria. 

Parecen ser paralelas las estelas que delatan el rumbo de Dalmacio Gálvez, de ese Don Dalmacio que tiene tanta semejanza con el talentoso Pedro Raúl Marangoni…

En consecuencia, adquiere una misteriosa dimensión lo que Gastón escribió acerca del vivir en plenitud:

Mientras a pasos lentos don Dalmacio hacía su paseo matinal, estaba bajo la impresión de un mundo imaginado nuevo, inquietante y maravilloso.

El hombre -pensaba mientras caminaba abstraído- está a cubierto de toda catástrofe total. Lo protege su espíritu, o su profunda necesidad de vivir, aunque caiga en parcialidades trágicas. Su inteligencia terminará por triunfar de todo gigantesco hecho de muerte.  Lo demoníaco cederá, en definitiva, a lo angélico… Lo terrible no es la naturaleza del hombre, sino lo que ‘debe’ vivir el hombre. Pero no es esto lo que más preocupa, en el fondo, a don Dalmacio. Le maravilla no el hombre, sino lo que es capaz de hacer con su ingenio, lo que descubre y lo que construye. ¿Acaso no es maravilloso que se supere fuera de sí mismo en los instrumentos que fabrica, y que emplea fuera de su mundo natural? El universo ya no es sólo una concepción: el hombre está en la perspectiva del universo…, y le ha reducido en medida inmensa el espacio para la arbitrariedad del pensamiento.  ¿Y no es extraordinario que vaya más allá de su propio perfeccionamiento y que se asombre, se llene de inquietud, y aun de espanto, al calcular las posibilidades tremendas de sus creaciones?

Va hacia su liberación, y un día llegará a no vacilar ante sí mismo, se acercará al límite donde concluya la angustia de su destino, o lo vivirá, simplemente, en plenitud.  ¿Plenitud?  Tuvo don Dalmacio un instante de duda.

-¿Qué será vivir en plenitud?

Al meditarlo, mientras su sombra ambulante se proyectaba en la vereda, tantos elementos pensó como puestos necesarios para integrar una definición, tanta complejidad de conceptos subsidiarios, que la duda, apenas nacida, tomó las proporciones de un descalabramiento de su tesis.  Las hipótesis procedían de antiguos convencimientos sobre la naturaleza del hombre, que en reiteradas veces le había sumergido en la desesperanza, o en complaciente escepticismo.  Mas desechó la duda, con esfuerzo, de su pensamiento: si el ensueño es una manera de anticipar la realidad, que el ensueño no sea una propuesta desdichada.

Sus años no le pesaban aún, y era preferible mantener alerta el espíritu a lo novedoso de un mundo que vislumbra en vertiginoso cambio.  Nada de sus antiguas lecturas le explicaba gran cosa de ese cosmos nuevo que le desvalorizaba su concepción de antaño, y quería, de alguna manera, proyectar para el hombre de sus años venideros el mundo donde viviría, como hacen los que, anticipadamente, borronean los planos de una casa nueva, pero él, Dalmacio, sin la convicción de que llegará a habitarlo.”  p. 14-16

Me atrevo a afirmar, que no ha sido casual tal aproximación a Dalmacio y la santa rita, la enredadera que junto a Charito siguen viendo florecer…

Gastón por algo escribió que Dalmacio, sabe que existe una imagen suya elaborada entre la gente que lo ha leído, que lo ha escuchado, que lo ha tratado, sin que todo ello signifique mucho ni poco para él.”  Esa manifestación es la consecuencia lógica de su propia naturaleza, de su rechazo a los prejuicios, de su insoslayable dignidad…

Gastón también fue coherente con sus certezas: …observaba a un tordo, interrumpiendo su paseo.  En su jaula de mimbre, colgada bajo un naranjo florecido, junto a un cerco de alambres, esponjaba sus plumas, despacioso, pacífico y estiraba luego un ala, luego la otra.

Había perdido el brillo que lo hiciera de color negro hermoso, empavonado de plumas; su pico tenía una breve mancha blanquecina en las comisuras, y sus patas se crispaban en el balancín como si se esforzaban por mantener erguido ese cuerpecito que había conocido las delicias de la libertad.

Dalmacio lo miraba intrigado, quizá porque no cantaba el tordo en esa mañana incitadora de melodías.  Reparó que una mujer joven y de graciosa sonrisa lo observaba a él, desde el patio visible de la casa, y sin perturbarse preguntó don Dalmacio.

-¿Canta ese tordo?

-No, señor -le respondió amable- no canta porque es viejo…

-¡Ah!, es viejo…

Tuvo en su corazón un reflejo de su propia edad. Se recobró. La vejez concluye sin cantos.  ¡Nadie quiere tener en el alma la imagen de lo que se afea y se deforma!  El tordo no cantaba, agobiado de años y por supuesto, su corazón, tampoco reviviría para el amor.  Había perdido con su libertad, la facultad de amar y con los años, también la de cantar. ¿O era que había perdido con su juventud el privilegio de ser amado y adquirido el don meditativo del silencio?

Todo transcurre con la bíblica verdad: el tiempo de amar, el tiempo de sembrar, el tiempo de cantar, ¡el tiempo de vivir!  Y llega el de morir.  Se sintió don Dalmacio en la jaula extraña que es la vida, con su horizonte de muerte, y cerca del naranjo miró las ramas que empezaban tímidamente a cubrirse de azahares como si en esa blancura incipiente se asomara el retorno seguro de la fe y la esperanza de la prodigalidad de la vida.”

Comprendió que hubo una belleza pasada en la vida de ese tordo.  ¿Algo de su propia juventud libre, entusiasta, confiada y plena?  Nada muere por completo de lo que ha sido bello alguna vez. Con todas las vanidades doblegadas se sintió esencialmente humilde y permanente.  No se sintió solo ni viejo, se sintió en el concierto universal del hombre, a un tiempo perecedero y eterno, hasta donde es posible concebir la eternidad…”   p. 42-43

Hubo necesidad de resaltar en esa página con negritas, aquella sentencia de Gastón similar a la expresada al evocar al grupo literario Espadalirio, una conclusión solía reiterar cuando dialogaba..

Surge así con nitidez, que él ha sido -es- coherente con sus certezas, ya que veinte años después también incluyó su relato sobre el Tordo Viejo en la novena página de su último libro, presentado en uno de los jardines de la Universidad Nacional del Litoral, un espacio donde estuvo como estudiante y profesional, donde tiempo después fue distinguido como de Profesor Honorario.

 

Nuestra amiga Teresita Guzzonato, acertó al sugerir el título de ese libro, porque quienes compartimos con él sucesivos diálogos, sabemos quién es…

¡El señor de los picaflores!

Ha sido Dalmacio Gálvez –don Dalmacio-, quien observaba a ese tordo viejo  en el siglo veinte y a comienzos del siguiente, Gastón Gori al reiterar ese relato lo expresó en primera persona.

La sensible letra en su dedicatoria  del 2001, completa otras sutiles claves…

Voces de sus lectores…

En 1983, por iniciativa de Gastón, la editorial santafesina Litar imprimió Gastón Gori, escritor, texto de una ponencia elaborada por quien desarrolla esta aproximación a sucesivos caminos, aprobada por el Consejo Académico del Congreso de Literatura Nacional” organizado por la Universidad Nacional de Misiones.

Esa editorial publicó al año siguiente, con idénticas características gráficas: Gastón Gori y sus poemas de Liana Friedrich de Theler y en 1987, lo escrito por Luis J. Perassi con el título: Gastón Gori y El obsequio de los Pájaros”.

Llegó Gastón tiempo después con esos folletos y recuerdo que con emoción expresó algo así como… que lo conmovía comprobar que desde diferentes lugares, distintas personas se detuvieran no sólo a leer sus libros, también a escribir sobre ellos…

De mirada a mirada, con frecuencia se comunica más que de palabra a palabra.

Estoy completando estos apuntes –que espero sirvan para algún ensayo- y siento algo parecido a lo que experimenté aquella tarde, cuando los tres estuvimos unidos por un mismo vínculo: la solidaridad[20]

Ecos del Cabildo de Esperanza…

El Dr. Raúl Castagnino, presidente de la Academia Argentina de Letras, durante el acto realizado en la Municipalidad de Esperanza en 1990, con motivo del homenaje a Gastón por haber recibido la Faja de Honor de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), destacó que Gori …en 1981, entrega El obsequio de los pájaros, cuya honda penetración poética vitaliza la figura de Don Dalmacio, ese ser singular cuya estructura simpática, a veces, invita a identificarlo como alter ego de Gastón…”

Al salir de ese luminoso Salón Blanco y volver la mirada hacia el original escudo ubicado en el frente de ese edificio, en la memoria pulsaban otras señales de  Dalmacio Gálvez, ese niño inquieto, curioso, sensible y solidario que además era pecoso; señales perdurables en su relato acerca de las golondrinas del Cabildo:

El Cabildo se llamaba el edificio municipal inaugurado en 1881.  De estilo monumental, es exponente de una época de florecimiento económico y de vivos intereses ciudadanos.  En el centro de frontispicio, un escudo épico, en bajo relieve, emblema de la colonia agrícola. ¡Un ancla entre dos gavillas de trigo! Ellas alentaron la confianza en el rudo trabajo campesino -con ensueños de espigas maduras-, a los extranjeros que llegaron a nuestros puertos para diseminarse y poblar después tanta tierra fecunda.  Es símbolo generoso de una nación que desde Santa Fe inició la vigorosa marcha que tuvo por amparo el Código Constitucional de 1853.

¡Inmigrantes sobre el suelo virgen de la Patria! ¡Ríos de nueva sangre y fuerza de nuevos brazos, para que alzasen desde las llanuras ubérrimas, un nuevo canto con el trajinar de carros, con el sonar de yunques en el abierto seno de la tierra arada y en la gloria de las cosechas.

Las espigas llegaron al escudo como Esperanza y realidad.  Las golondrinas, habían anidado en el escudo del edificio municipal.  Golondrinas para el gozo de la contemplación pública.  Cuando ya los naranjales de la plaza habían florecido en estrellitas blancas, salpicando su follaje de perfumes, y en los pinos que entonces adornaban rumoreaba pacífico el viento de septiembre, amplios círculos describían en el cielo las golondrinas, como si fueran sembrando sus silbidos para anunciar que, fieles al amor de su nido, retornaban con la alegría de ver el terruño, plantas, flores, nidos y el escudo donde aprendieron a extender sus alas para lanzarse al espacio y a la libertad…  No sé si son muchos los que recuerdan a las golondrinas del Cabildo”…   [21]

Sentía Gastón que: ¡Las golondrinas eran la hermosura de vivir!  Ahora, habituado a reflexionar y también a buscar interpretaciones placenteras o justas a los fenómenos, y escuchando mis sentimientos más puros, veo en las golondrinas del Cabildo un símbolo natural, que se enraíza en el corazón de los inmigrantes pobladores de mi ciudad.

Ellos vinieron con el alma deslumbrada y con firme esperanza en las riquezas del suelo. En su mayoría vinieron, si no para retornar, con la ilusión de regresar a su patria, reconfortados por el oro de las mieses recogidas en abundancia. Y habían arraigado en la tierra, así como el ombú que hunde sus raigones para afirmar su fuerte prosapia de llanura, pero el pensamiento era un continuo retornar de golondrinas al amor del lejano terruño.

Cuando en el escudo del Cabildo, ornado de mieses y ancla, anidaron las parejas amorosas, se cumplía una parte del símbolo.

¡Vuelos y libertad de pájaros que empollaron junto al ancla y las mieses!  Allí volvían cada año para encontrar también multiplicados los hijos del pueblo.

…El edificio fue reformado, pintado su frente y aberturas.  La higiene barrió con el nido y desde entonces, nunca más volvieron las parejas a volar en nuestro cielo pueblerino, ni a descansar sobre la cornisa donde antes posaron.

¡Ya no podrá otro niño unirlas a sus sentimientos de hermosura!  Se ha perdido una belleza; y si es sensato no lamentarla, por las circunstancias, es casi necesario recordarla como un punto de elevada delicadeza.

Y así queda definitivamente cerrado el símbolo: desaparecieron las golondrinas del escudo, cuando ya no hay inmigrantes que quieran abandonar el suelo donde se sustentaron. Sin pensamientos de golondrinas, han hecho los colonos que las espigas emblemáticas sigan siendo una realidad en nuestra región que fue el alma agrícola de la patria floreciente.” p. 83-84.

Gastón y su amigo Luisito…

Nos trajo Gastón otro hermoso regalo y se lee casi como prólogo: Para el lector de tu folleto, Luisito”.

Sobre ese título, manuscrito: Para Nidia. Con afecto hondo este obsequio humilde Gastón y Charito“.

Cuenta Gastón a los lectores que Luis J. Perassi nació, vivió y vive en el campo, en el mismo predio de sus abuelos, de sus padres.  Sabe todo lo que puede saber del trabajo y de la vida en el tambo.  Cuando yo escribía ‘La tierra ajena, drama de la juventud agraria argentina’, él me esclareció en numerosos problemas de la juventud campesina, de la que era en ese momento (1972) casi un símbolo, menos en lo de abandonar el campo.

Es un tallista notable.  Sus tallas, numerosísimas, son el fruto de su labor -de su descanso- después de hacer todos los trabajos propios del cuidado de los animales, o de arar, o de sembrar, manejar con su padre el ganado, ordeñar las vacas, y todas las incontables tareas subsidiarias que realiza un campesino.  Y además, atender los deberes para con su familia, su mujer, sus hijos.  Talla madera.  Crea formas con sus rústicas herramientas de tallista autodidacto, solitario, alejado de todo aquello que disfrutan los jóvenes de las ciudades con sus colegios secundarios, sus facultades, sus escuelas de arte.  Somos amigos de él; del padre, de la madre.  Hago deporte en su cinegético campo, moderadamente; bebemos unos tragos y conversamos.  Lee libros; lee también los míos.  Y escribe poemas, como si fueran frutos del árbol de su tierra…

Alguna vez me preguntó: -¿Quién es Dalmacio? En su libro ‘Y además, era pecoso’, el protagonista se llama Dalmacio; también en ‘La muerte de Antonini’ el que narra es Dalmacio y ahora en ‘El obsequio de los pájaros’ vuelve a predominar Dalmacio, ¿es usted, Gastón?

Respuesta: -En cierta forma sí, con todo lo que le puede agregar el escritor, su propia imaginación.

Me pregunta ahora Luisito si apruebo lo que escribió luego de leer ‘El obsequio de los pájaros’.  No sólo lo apruebo, sino que me encanta que un amigo campesino tan querido, quiera dejar el recuerdo de su pensamiento en relación a ese libro y a nuestra amistad.

Algo tenemos -o mucho- en común: él siembra y cosecha el trigo, yo escribo sobre ‘El pan de los argentinos’, es decir el pan que tiene en su historia el trabajo del hombre de nuestra tierra.”

Testimonio de un artista, campesino…

Advierte Luis J. Perassi, poeta, tallista, campesino…

Cuando Gastón Gori escribe, pareciera cruzar con las alas de su imaginación un libre y anchuroso cielo desde el cual se inspira contemplando un mundo de fantasías.

Su pensamiento busca las bellezas de este mundo y sabe encontrarlas.  Allí, donde anidan, en las cosas simples y pequeñas que a diario tenemos ante nuestros ojos y que acaso no alcanzamos a ver porque al ser tan cotidianas, creemos que así son porque así deben ser, sin detenernos a observarlas y mucho menos a meditar en ellas.

Aquí es donde comprobamos que sus letras no son el producto de una feliz fantasía.  Son letras arrancadas de la vida misma, una a una, con la paciencia y el amor con que un pájaro hace el nido, arrancando un musgo aquí, una pajita allá, agregando un plumón de su propio cuerpo, para dejar terminada una tacita suave y tibia que le hará cantar de alegría.

Su producción literaria no es obra del azar, es fruto de la perseverancia; es un conjunto de ejemplos en forma de regalo que le han dado los pájaros, consistente en un ramo de virtudes donde se destacan, con esplendor propio, las flores del amor.  El autor nos da sus explicaciones, pero a mi parecer, en una muestra de agradecimiento al regalo de los cantores alados, es tal vez donde surge el título de este libro: ‘El obsequio de los pájaros’.  Es un libro en el cual Gastón Gori incorpora cuentos, pensamientos y otros trabajos que pertenecen a Don Dalmacio, un viejo escritor que vive en Santa Fe. Ignoro cómo se ingenió para apoderarse de este material que después de reunido fue obsequiado a su antiguo dueño con tan hermoso título, pero asido a mis conjeturas me atrevo a pensar que lo hizo porque son grandes amigos, y además, presumo que Gastón Gori lo admira a Don Dalmacio, se siente identificado en él, lo respeta, lo ama… hasta ser él mismo. Uno solo los dos…

Yo también tengo la suerte de conocerlo bien a Don Dalmacio, al menos creo conocerlo bien, mas es complicado para mí describirlo.

Don Dalmacio es como un niño maduro.  Y el niño es puro, como una flor, como una gota de rocío…  Esos arranques de rebeldía que a veces tiene no son defectos, son virtudes.  Virtudes que se llaman dignidad y que, arraigadas en él, se las ha de encontrar en el rebelde, jamás en el sometido.

Don Dalmacio es un niño maduro porque conserva la pureza de un niño en el alma, mas no podemos dudar de su madurez sabiendo que es un intelectual.  Basta leer cualquiera de sus numerosos libros para darnos cuenta que es un estudioso, un hombre que anduvo y anda mucho, que en cada andanza cosecha experiencias, rescatando filosofías que sabe transportar al papel en forma magistral.   Experiencias y filosofías que hacen agradable su lectura y lo colocan en un plano de total respeto a las letras actuales.  Pero esas experiencias, esas filosofías, pudieron ser recogidas gracias a su alma de niño: es inquieto y animoso, infatigable observador, trabajador, alegre, fácil al asombro y a la meditación”…

Destaca luego Luis: Veo en sus relatos de ‘El obsequio de los pájaros’ la individualidad en el comportamiento del hombre, que en definitiva es lo que va dando forma a la personalidad de cada uno: la ilusión de la luciérnaga queriendo aportar su estrellita de luz al cielo de la noche en procura de un mundo menos confuso, la traición en la lengua terrible del sapo que agazapado en la podredumbre del pantano cree que los placeres de la vida se reducen sólo a satisfacciones estomacales; el tesón, la constancia, la fuerza nutrida en humildad que hace triunfar al junquillo de entre los escombros opresores… ¿no hay acaso pasiones y sueños propios de un artista en los sentimientos del camalote florecido?, egoísta quizás, pero ensimismado en el dulce afán de embellecer…” p.7

Es acertada su valoración: Una muestra del cariño que siente por la tierra, creo descubrirla al saber de sus afanes, cuando el escritor hace un horno.  Allí Don Dalmacio es todo amor: amor de paciente avispa que amasa tierra y agua, amor de pájaro que trabaja y canta, amor al perfume de los azahares, al sudor de su rostro, al mate conyugal de agradable sabor y cuyo obligado alto es un momento de ocio, bien aprovechado para observar la marcha de la labor, ¿y por qué no?, para admirar el poder de sus propias manos, sucias ahora por las salpicaduras del barro amado.

Momento de ocio que da inactividad sólo a la cuchara de albañil, porque su mente trabaja, se esfuerza, recuerda su infancia de asombros, sus primos ‘allá en el campo, donde araban y sufrían, donde araron y sufrieron hasta que lo abandonaron’.  Recuerdo de un pasado lejano que a la vez es imagen del presente, tan real como el horno que tiene ante sus ojos.

Al no necesitar para su diario vivir los servicios de ese horno, Don Dalmacio también trabaja -como acostumbramos decir- por amor al arte.  En su recuerdo está el arquetipo del horno común, rústico y bocón, cuya base para asentar los ladrillos de la boca -en forma de arco o cuadrada- generalmente consistía en una planchuela de hierro que había sido utilizada con anterioridad como llanta en una rueda de carro y que aún conservaba, por un lado, el paciente pulido que le diera la huella y, por el otro, los medallones del áspero óxido que le otorgara el tiempo por haberse adherido tenazmente a la madera de la cama o pina.  Modelo propio del campesino inmigrante del siglo pasado, que lo necesitó para ver el sueño de su trigo, hecho realidad en el crujiente pan casero.   Sin embargo, nuestro amigo está reviviendo con su obra, viejas costumbres argentinas, americanas, de todas las culturas, de todas las edades, ¿qué hombre, en qué lugar y en qué era no agudizó un día su ingenio para hacer un horno que habría de servirle para su subsistencia?, ¿qué pueblo no cuenta en su tradición con un horno especialmente diseñado para una determinada misión?, ¿qué carbón, qué fundición, ladrillo, vasija u obra de alfarería no vio la luz en un horno hecho por necesidad, o en un intento, pero tal vez con cariño, como lo hizo nuestro escritor.

Estamos viviendo la era de los asombrosos adelantos técnicos; el horno de Don Dalmacio no se usa, está ahí, en el fondo del patio perfumado de azahares. ¿Es inservible?, ¿es una obra de arte, es un motivo de satisfacción para quien lo hizo…? Se me antoja que es un monumento representativo del amor.” p.9-10

Estímulos de Gastón…

Lo expresado hasta aquí, aporta suficientes claves como para comprender las reiteradas y generosas actitudes de Gastón Gori.  Cuando en el planeta los hombres ya estaban dispuestos para celebrar la despedida del año 1981, él hizo otra pausa para compartir la alegría de vivir.  Escribió: Santa Fe, 29 de diciembre de 1981. Señora Nidia O. de Fontanini.  Querida amiga.  Le agradecemos mucho su libro ‘Poesía y Prosa 1981’ en el que participa con muy buenos, -quizá los más bellos que leímos de usted- poemas y con la placentera sorpresa que tiene para nosotros, el poema ‘A Hugo Mandón‘.  Nos encanta comprender el entusiasmo con que usted vive su mundo poético tan profundo en sus sentimientos y que está logrando una armonía muy personal, un estilo de claridad luminosa y una ferviente raíz creadora. La felicitamos por todo eso y nos sentimos muy cerca de usted en toda su fe creadora. ¡Tan difícil es casi todo en la vida, que bien merece sus laureles quien ‘se obsequia’ en poesía!

Le deseamos mucha felicidad como así también a su esposo y toda la familia y que en 1982 volvamos a tener nuevos poemas suyos, para alegría de todos.  Sus amigos. Gastón – Charito. “

Gastón: su aporte a la orientación vocacional…

A pesar de los acosos y de algún gesto irónico; a pesar de la nefasta indiferencia y de la crítica absurda, suelen congregarse en las escuelas -como en cualquier lugar-, personas que intuyen un camino luminoso, avanzan en ese rumbo, desbrozan las malezas y sin urgencia, empiezan a sembrar…

Gastón, esencialmente ¡maestro!… –también fue director de una escuela nocturna-, durante breves encuentros destacaba la importancia de la educación, lo significativo de la vocación… Su experiencia como educador de adultos era uno de los soportes para establecer pautas, comparaciones y conclusiones.

Aquí, un breve comentario sobre actividades de orientación vocacional que Gastón Gori apoyó con lo expresado desde su obra literaria, con su presencia y su fecunda prédica:

 

El 17 de marzo de 1981 comenzaron las primeras experiencias de orientación vocacional conducidas por la directora de la Escuela Nacional de Comercio Domingo Guzmán Silva” de Santa Fe -Dra. Mercedes Anatilde Bértoli de Visentini-, programadas por la profesora M. Valiente de Paoli, desarrolladas en el turno tarde, interviniendo la preceptora Graciela Ramírez de Ortiz de Zárate, descendiente de don Amadeo.

También eran frecuentes los diálogos en la Biblioteca Dr. Amadeo Ramírez” con alumnos que se acercaban espontáneamente, jóvenes lectores con atisbos de vocación de escritor o con la intención de incursionar en el periodismo. Un grupo de docentes y alumnos integró una comisión interna con la finalidad de aunar voluntades y ampliar los recursos.  Organizado un concurso interno sobre Estenomecanografía” -las tan vapuleadas técnicas que fueron condenadas al ostracismo, más por ignorancia que por la idoneidad revelada en una la actualización constante-, los alumnos expresaron sus intereses y la mayoría señaló como positiva la posibilidad de editar una revista, indicando cómo colaborarían.  Ya estaba previsto invitar a artistas santafesinos para promover un adecuado uso del tiempo libre y algunos alumnos decidieron elaborar algunas crónicas.  Convocados a participar con dibujos para ilustrar la tapa, resultó seleccionado un dibujo -tinta- de Luis H. Dugloszewski, de 5º 1ª, seleccionado entre numerosos trabajos presentados.   Simbólicamente representa las tres primeras etapas en la evolución sico-física del hombre: pubertad, adolescencia y principio de la adultez.  La mitad del rostro queda desdibujado en el Cosmos, cuando, decididamente el adulto penetra al mundo que le pertenecerá en la lucha diaria de la subsistencia”.   [22]

En estos primeros años del siglo veintiuno, emociona ver los dibujos de Luis en el suplemento Nosotros” del diario El Litoral” de Santa Fe representando los personajes que describe el talentoso narrador y poeta Néstor Fenoglio. Es una evidencia de que supieron valorar los compañeros que seleccionaron aquel dibujo.

En octubre se aceleraron los trabajos fuera del horario escolar; las entrevistas con personas de oficio, artesanos de la palabra, de la línea y el color; hacedores de la historia que todavía se está escribiendo.

En una página de la revista Etapas, informaron: Reportaje al Dr. Leoncio Gianello. Destacado historiador y ex-profesor de la escuela. Nuestros compañeros Daniel Quinteros de 4º 3ª y Daniel Casabella de 4º 1ª acompañados por la Profesora Sra. Beatriz Aguinaga de Sahd“.  El diálogo se orientó hacia el origen de la Canción de la Escuela y el entrevistado expresó: Fue en la época en que esta institución estaba ubicada en la Calle San Martín. Constatando que los Establecimientos de la ciudad tenían sus respectivas canciones, el deseo urgente de emularlos impelió a la Sr. Angela Celeri de Soldano, profesora de música y a mí, a escribirla lo más pronto posible.  Entusiastas, pusimos manos a la obra, debiendo ajustar por necesidades musicales, la letra que compuse.”

Los reporteros de Etapas, ya informados sobre parte de la historia de aquella prestigiosa escuela superior, le propusieron que hablara sobre el Coro  y Gianello expresó: Fue muy importante. Bajo la dirección de las profesoras Alicia Barrera Trulls de Poletti y Evangelina M. de Menchaca, transmitieron su entusiasmo hasta lograr un coro de tal nivel que no sólo actuó en el principal centro de entonces, el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, sino que era reclamada su actuación en distintos centros santafesinos”.

(Era el tiempo en que los alumnos de la Escuela Superior de Comercio, sin vana retórica, estábamos inmersos en procesos de educación por el arte de vivir y convivir…)

En ese ámbito de estudio responsable, estuvo un amigo a perpetuidad de Gastón Gori, el doctor José Carmelo Busaniche con su andar sin apuros, hablando de Nabucodonosor… y entusiasmando tanto a los alumnos que hasta se animaban a nombrarlo así entre ellos, con el respeto que sentían hacia ¡el maestro! que cuando hablaba era escuchado con atención y asombro por sus notables conocimientos.   [23]

 

En 1981, estuvo Gastón Gori con los alumnos de la Escuela Nacional de Comercio Domingo Guzmán Silva”. La disciplina de los alumnos permitía que los actos se realizaran en el patio donde se izaba diariamente la Bandera Nacional. Los cursos estaban alineados en el primero y segundo piso. Llegaron Gastón, Mónica y Charito.  Después de breves presentaciones, la resonante voz de Gastón fue escuchada por jóvenes dispuestos a compartir otra aproximación a la literatura y a la historia.

Dos décadas después, cuando dialogamos acerca del espejo de la educación actual, Mónica suele recordar ese encuentro y sonríe al rememorar que cuando le comuniqué la propuesta, dudó acerca del comportamiento de los estudiantes, comprobando después que sabían estar silenciosos, atentos y que celebraron la presencia de Gastón con prolongados aplausos.  No fue por casualidad que el grupo de aprendices de periodismo, decidiera incluir una breve crónica y pidiera una colaboración.

En la página veintitrés es posible leer:

Gastón Gori, su presencia y su obra”.

La presencia de GASTÓN GORI en nuestra Escuela, tiene una significación especial.

Primero: Revalorar su magnífica obra literaria, que ha merecido reiteradas distinciones, en una entrega ininterrumpida desde hace cuarenta años.

Segundo: Acercar el escritor al lector, en una presencia que vivifique la interrelación existente, merced al libro, entre el autor y sus destinatarios.

Tercero: Presentar y difundir entre la juventud estudiosa de la Escuela, y la comunidad toda, su última obra editada: ‘CANTO A LA CIUDAD’ Corazón legal de la República.” /…/

El poeta, en ese ir y venir por los hilos de la creación, va hilvanando ideas, historia y emociones, para en esa rica urdimbre plasmar su poesía. / Es un ejemplo maravilloso para la juventud, el testimonio que emerge de esas páginas, porque el poeta, aun inmerso en la realidad cotidiana, encuentra su tiempo para contemplar, meditar y buscar los medios para comunicarse con sus hermanos, en un lenguaje sencillo y profundo, logrando una verdadera obra de arte por el significado de su ‘Canto a la ciudad de Santa Fe’, y por el ajuste estético.

En este 16 de noviembre de 1981, en que acabamos de celebrar un nuevo aniversario de la fundación de la ciudad, asociándonos con la entrega del primer número de la revista Escolar; la voz de GASTÓN GORI, nos transporta a un espacio y un tiempo que él describe así: ‘Naciste oscura y heroica / inaugurando barrancas / despertando virgen asombro / inexpresado de pájaros, / e insectos y animales, / de indio agazapado.”

Hay más  Poesía: termina su canto el poeta con estos versos: ‘Y Santa Fe argentina / latinoamericana, / será tu nombre dulce de nombrar; / de los cimientos / renacerá Garay / más lejano, brumoso, / será el tiempo de amar / el tiempo de vivirte / argentina y latinoamericana.’ GASTÓN GORI: ¡Gracias, y que así sea!”

 

Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

 

 

Notas.  III – Caminos entre lagunas y ríos…

[1]  En la página siguiente, escribió: Para mi distinguida amiga y escritora Nidia O. de Fontanini, su esposo y sus hijos. Gastón. 1983.”

[2] Hasta 1976 había concretado estas ediciones: 1947: Con la rosa, la lluvia y la estrella”; 1947: Eternidad” y Coral”; 1954: Descubrimiento del  cielo”; 1959: La luz que más vale”; 19786: De sueños y memorias”.  En 1949 obtuvo el Premio Municipal de Poesía; luego un Premio del Fondo Nacional de las Artes y en 1964, el Premio Municipal de Poesía.  El destacado Editor, poeta Oscar Abel Ligaluppi incluyó sus poemas en sucesivas selecciones.

[3]  Gastón Gori durante una entrevista con los periodistas Normando Gil y Nicolás Loyarte -de Cable & Diario de la capital santafesina-, en enero de 2003 reiteró lo expresado en otra circunstancia mientras dialogábamos bajo la bignonia y amplió aquellas conclusiones: Creo haber herido a una persona sin querer, sí. Herido porque él fue siempre ministro, cuando había una revolución era ministro o de Instrucción, después fue ministro de Gobierno. Y tengo un poema que es largo, y dice De ministros mediocres”, y esa persona estuvo medio etiquetada conmigo. Eso está dentro de lo que yo te decía, quisiera volver el tiempo otra vez, a estar con personas para aclarar cosas. Me refiero a Leoncio Gianello. Nos hemos frecuentado mucho con él, nunca tuvimos nada con él, al contrario. Y sin embargo, yo estaba en un interinato (docente) y por esas informaciones de la Side, -que yo tengo lo que informaba la Side, porque nos dieron después la documentación, ¿se acuerda que había una ley por la que devolvían, bueno, yo lo recogí al mío- y entonces, posiblemente por lo que decía eso, Gianello me dejó cesante de un interinato que yo tenía; una cesantía ilegal, porque no dependíamos de él, dependíamos del Concejo de Educación, no del Ministerio, y el ministro me deja cesante. Yo pienso ¿por qué Gianello me dejó cesante? Yo sé por mi cuñado que no me podía sostener más en el empleo por la información que la Side tenía de mí. Yo tengo la copia de eso. Pero yo pienso que no es por eso, que él cuando yo digo en ese poema -que se volvió a publicar en Una vez la poesía-, Ministros mediocres, él estaba en el Ministerio. / Yo creo que ha sido susceptible con eso y se creyó que yo aludía a él (silencio). Como no era un hombre de gran talento, como historiador no era un hombre de talento, era un repetidor de lo que habían escrito otros; y como poeta se quedó en nada. Pero yo nunca le pude haber dicho eso. Aunque tengo la impresión de que eso es lo que lo alejó, y eso es lo que lo movió a dejarme cesante. # Dr. Leoncio Gianello, ministro de educación durante la intervención del Gral (R) Jorge G Nocetti Campos (del 19-06-1962 al 20-06-1963; en el mismo cargo durante la intervención del Contralmirante  Eladio Modesto Vázquez (05-08-66 hasta el 10-11-69, cuando asume el Dr. Leopoldo Chizzini Melo, hasta entonces subsecretario de Educación y Cultura). # Jorge Campana es cuñado de Gastón, empleado en la administración provincial desde 1951; al asumir el Director de Cultura José Bartolomé Pedroni en 1963 lo designó secretario coordinador -gobierno del Dr. Aldo Tessio-; luego por concurso fue titular en ese cargo; se jubiló en 1999. En su libro Crónica sobre la política cultural de los gobiernos santafesinos (1920-1999), publicación de Ediciones Culturales Santafesinas 15-11-1999; libro regalado por Rosaura Elda Campana de Marangoni, ¡Charito!…

[4] Gori, Gastón. La pluma incesante.  Santa Fe, Litar S.A., 1984, p. 70-73.

[5] Ibídem, p. 91-93.

[6] Ediciones Tupambaé hasta agosto de 1976 había publicado once cuadernos: 8. Luis Alberto Laporta Palabras de tu voz; 9 – Celia Fontán De cruces y señales; 10 – Mónica Laurencena, Río de hombres; 11 – Horacio C. Rossi – Padrinazgo noctitular.  En la colección La Rosa”: Nº 1 – Irma Quartarone, Desgrana el día; 2 – Miguel Ángel Benedetti La ecuación cardinal; en la colección Escritores Latinoamericanos 1- Gastón Gori, Nicanor y las aguas furiosas; 2 – Gastón Gori, Pase señor fantasma.

[7] Gori, Gastón. Nicanor y las aguas furiosas. Santa Fe, Nuevo Best Seller, 1976, p. 5-7. En los párrafos siguientes, está indicado el número de página al final de cada párrafo.

[8] César Enría fue maestro y tras sucesivos ascensos, integró la Inspección de Escuelas, promotor de ventas de libros de la editorial Kapelusz; también estuvo vinculado a AMEP (Asociación Mutualista de Empleados Públicos) de Santa Fe; fue impulsor de la creación de la Biblioteca Marcos Sastre” de esa mutual (inaugurada en enero de 1964 con la presencia de Gastón, que pronunció un discurso y recibió un premio.

[9] Comentario de Nicolás Rojo en la revista santafesina Constituyente” (1999).

[10] Diario La Nación. Buenos Aires, domingo 4 de octubre de 1981, 4ª Sección Letras, Artes, Bibliografía, p.1, col.2. Título: Psicología del escritor por Juan Cuatrecasas.

[11] Gori, Gastón. Pase señor fantasma… Santa Fe, Edición Tupambaé-Nuevo Best Seller, 1976, p. 5.

[12] Los datos corresponden a recopilaciones personales a los fines de disponer de la información necesaria para elaborar distintos proyectos de difusión cultural: algunas publicaciones en el diario La Nación de Buenos Aires, entre ellos, domingo 27 de marzo de 1994, crónica de Rosa Majián; estadísticas proporcionadas por el Comité Ejecutivo de la Feria en distintos medios; textos de discursos difundidos en diarios santafesinos.

[13] Gastón Gori dejó su testimonio acerca de Enrique Llopis en una grabación realizada por un equipo técnico de la Universidad Nacional de Ente Ríos: Gastón Gori, el poeta justiciero. Agencia Radiofónica de Comunicación. Facultad de Ciencias de la Educación / UNER. Informe 106- Capítulo 212 –01-02-2002.  Grabación que Gastón me entregó meses después y oportunamente solicité autorización para su difusión desde el SEPA (Servicio de Educación por el Arte), entre ellos Feria del Libro de Santa Fe 2005 como apoyo a la labor del Departamento de Literatura de la provincia de Santa Fe y de otras instituciones locales que desarrollan ese programa anual.

[14] Cámara de Diputados de la Nación. Trámite Parlamentario Período 1994, Nº 126, jueves 27 de octubre de 1994, p. 7305.  Proyecto del Dip. Enrique R. Llopis pidiendo que se declare de interés nacional la XVII Fiesta Anual de la Poesía de Acebal (departamento Rosario), provincia de Santa Fe.  En ese mismo Trámite Parlamentario hay otros proyectos de Enrique Llopis, entre ellos un pedido de informes al P.E.N. acerca del estado actual del edificio del Diario Democracia y del funcionamiento del Archivo General de la Nación (páginas 7303-7305).

[15] Historia del Libro. Buenos Aires, Reader’s Digest Argentina; 1990 – opúsculo.

[16] Selección Prosa y Poesía 1981”. Rosario, Asociación Literaria Nosotras”, Club Español, 1991. Incluye: Canto íntimo de Nidia Orbea de Fontanini, p. 227-248.

[17] Quartarone, Irma. Esperanza y su gente. Municipalidad de Esperanza, Edición de la Dirección de Cultura y Acción Social, 1981, p. 60/64.

[18] Braun de Borgato, Silvia. Bajo la bignonia. – Imagen y obra de Gastón Gori. Santa Fe de la Vera Cruz, Distribuidora Litar, abril de 1992, p. 57.

[19] Gori, Gastón. El obsequio de los pájaros. Santa Fe de la Vera Cruz, Ed. Best Seller, 1981 / Ed. Litar 1982, p. 6-8.

[20] Ellos: Gastón y mi amado amante Eduardo Rodolfo Fontanini.  Comentamos sobre la situación sociopolítica actual en esa etapa de transición, primer año del gobierno del presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín…

[21] Gori, Gastón. Y además, era pecoso… Ob. cit., p. 81-82.

[22] Ese germen de orientación vocacional fue estimulado por la Prof. de Literatura Beatriz Aguinaga de Sahd; la profesora de Filosofía Vilma Ciuffo -entonces preceptora-; la profesora M. V. de Paoli y el profesor de Educación Física Daniel Pedulli.  Integraban el equipo de la Revista Etapas”: Claudio Mufarrege -director-; Aldo Falomir -jefe de redacción-, Gustavo Mufarrege y Daniel Casabella -cuerpo de redactores-; Guillermo Poloni -reportero-; Daniel Bustamante -archivo-; Daniel Quinteros, Jorque Haquim -diagramadores-; Raúl Zabat Resnaider -letrista-; Gustavo Maccallini y Juan Miguel Massot -mecanografistas-,  colaboradores (el mencionado grupo de docentes, incluyendo a quien relata estos hechos, en homenaje a la Esperanza.)

[23] Gori, Gastón.  José Carmelo Busaniche. Santa Fe de la Vera Cruz, Municipalidad de Santa Fe, 1998. Gastón en la página 88 destaca su actuación docente en enseñanza secundaria, Profesor de Historia en la Escuela Superior Nacional de Comercio Domingo G. Silva” desde el 18 de marzo de 1935 hasta el 30 de marzo de 1951; en el Colegio de la Inmaculada Concepción, Escuela Normal de Maestros José de San Martín” y Liceo Militar General Belgrano” de Santa Fe; enseñanza superior en el Instituto del Profesorado Básico de Santa Fe y en la Escuela Normal de Profesores N1 de Rosario; en la Universidad Nacional del Litoral, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (como profesor adjunto asistente ad-honorem, adjunto extraordinario y profesor titular desde el 27 de febrero de 1957 al 31 de mayo de 1967, momento de su jubilación.  # No se difundieron poemas de Carmelo Busaniche y es oportuno reiterar los versos del original manuscrito” incluido por Gastón en la página 15: El Beso. // Te dije que te quería / y agachaste la cabeza… / El sol que en la lejanía / se moría de tristeza, / deseó febril tu pureza… /…/  y sin saber lo que hacía / sobre tus labios de fusa / posé aquesta boca mía”.

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