Del legado de Lolita Menvielle.
Canto al Brigadier Estanislao López.
Del legado de Lolita Menvielle…
María Dolores Morcillo de Menvielle, nació en Vera (provincia de Santa Fe, República Argentina. Hija de Ana Escobar Aldao y de Edelmiro Morcillo Aldao. Casada con Aldo Menvielle, padres de Blanca Guadalupe Belén. Fue maestra rural. Por su labor literaria recibió diversos reconocimientos. Destacada “sonetista”, escribió obras de teatro y poemas referidos a efemérides.
Aquí, parte de su legado…
Canto al Brigadier Estanislao López
Con relinchos agudos de corceles
vibraron tus clarines federales,
posada en sus pendones la paloma
mensajera de paz y de ideales.
Cuando sientas del pueblo los rumores
ahogada tu palabra en sus gargantas,
haz que llegue tu grito de argentino
hasta lo más profundo de sus almas!
Yo sé que estás en él como una antorcha
señalando las rutas soberanas,
donde marchan los pueblos hermanados
sin clamores de entrañas fatigadas.
Llevada por la sombra de tus gauchos,
cubierta de laureles y de gloria,
flameará sin desmayo tu bandera
ensartada en la lanza de la historia.
De Vuelo sin distancias.
El mate
Soy hoja seca en el mate.
Verdor en árboles fui.
Mi nombre viene del norte
y el litoral recorrí.
Acompañando aventuras,
con Juan de Garay llegué
endulzando fui amarguras
con mi verdoso “payé”.
Entre mateada y mateada
del hombre en su soledad
la bombilla rezongaba
en la incipiente ciudad.
Mate dulce, mate amargo,
me tomaron con placer
las razas que largo a largo
el Paraná hizo crecer.
Himno a Santa Fe
I
Las selvas norteñas perfuman sus sienes,
con cantos de aves, guarida de pumas,
o el repiqueteo del hacha en la savia
mientras el progreso abre sus penumbras.
De pie, su bota, afirma su planta,
sobre las hermosas llanuras del Plata.
Luego en un abrazo fraterno se entrega
Al río leonado que besa su estampa.
II
Los surcos abiertos elevan la espiga
con mantos dorados o mantos azules,
las cintas de agua o cintas de acero,
cantan al progreso de cielos sin nubes…
I (bis)
Aquí se plasmaron “Pactos y Tratados”
se afianzó por siempre la unión de los pueblos,
se alzó jubilosa la fuerza del brazo
buscando la antorcha de paz, en su suelo.
La tierra que lleva por nombre un mensaje,
comparte con todas su fe con orgullo,
por rieles de tiempo va marchando airosa,
escalando siempre con paso seguro.
Santa Fe, Santa Fe, Santa Fe,
tu nombre inmortal,
con el Brigadier y Juan de Garay.
Maestro
Fuerte puntal de la Patria
señalando los caminos
al niño va modelando
en sus floridos caminos…
En su templo del saber
de la inocencia y la paz
la alegría del vivir
del árbol que crecerá.
Maestro, maestro,
la Patria te reclama,
levanta tu bandera
con la celeste y blanca.
Entre las tiernas palomas
en su abnegada misión,
es arrullo maternal,
que nace del corazón.
Siempre en el alma llevamos,
con perfume de alborada,
su recuerdo perdurable,
arrinconado en el alma.
Canción de la flor
La flor es un embrujo de natura.
La que siempre nos dice: ¡no me olvides!
En la vida el amor, y hasta en la muerte
con su presente mágico y sublime.
Del humus de la tierra se levanta
Besada por el sol y por las nubes
Para ofrecerse pura y generosa
Embriagada de luz y de perfume.
La llevará la novia enternecida
en la tersura blanca del azahar,
cuando la primavera glamorosa
va perfumando el sueño del altar.
Ella será viajera de esperanza.
Sutil embajadora del amor,
cuando se unen las manos con ternura
con el suave perfume de la flor.
Abril de 1974.
Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini