(Santa Fe de la Vera Cruz, República Argentina)
Siete cantos para el duraznero en flor
Día de la libertad de enseñanza.
Día de las Bibliotecas Populares (Ley 419/1870)
Aproximación a la blanca rosa.
1977: en el día del escritor…
María del Carmen Villaverde de Nessier a partir de la gestión del doctor Marcos Casco en la Subsecretaría de Cultura (09-06-1973 al 09-09-1975), comenzó su perseverante labor en la División Literatura Infantil -luego “y Juvenil”-, proyectando la obra de autores santafesinos -y de otras provincias, también traducciones de poetas y escritores de distintas nacionalidades- y en junio de 1977 con motivo del Día del Escritor, invitaron a Gastón Gori para integrar un panel junto la escritora corondina Amalia Aldao, el maestro y poeta cristobalense Clelio Villaverde y el poeta Roque Nosetto, docente de reconocida trayectoria que fue Director de Cultura de Acebal; promotor y realizador de los Festivales de Poesía en esa localidad, declarada luego “Capital Provincial de la Poesía”. El acto se desarrolló en el Museo “Rosa Galisteo de Rodríguez” -sede de la subsecretaría- y Chiquita Nessier coordinó las expresiones de los panelistas.
1982: emoción compartida…
En 1982 estábamos trabajando con Horacio Colombero y con otros hermanos compañeros en la sede de Unión Docentes Argentinos, en la calle Primera Junta 3363 de la capital santafesina, vibrando aún por la Gesta de las Malvinas y por el cese del fuego a partir del 14 de junio…
En el Atlántico Sur reposaría la fatiga de quienes cantaban ¡O juremos con gloria morir!… y lucharon con denuedo junto a sus hermanos-compañeros que retornarían con la mochila invisible cargada de pesadumbre…
El 1º de julio, también pasó a la inmortalidad Clelio Villaverde y el Coordinador Técnico de la Dirección Provincial de Educación Pre Escolar y Primaria de Santa Fe, Horacio Colombero dijo:
“Pareciera que en sus horas cruciales el destino convoca a los hombres para amalgamar los espíritus en el sinsabor del dolor.
…Pareciera que el reloj del tiempo detiene su andar, creando el instante que los aúna, que nos aúna para continuar la marcha.
Esos son los momentos que estamos viviendo. Aquí, ahora… Convocados por ese lado de espiritualidad que se hace simbolismo cuando ha sido plasmado en el cariño, el compañerismo, la comprensión, el respeto, la amistad sin fronteras y el hecho de haber caminado tanto camino bajo un mismo signo y con igual derrotero…
Porque Clelio, el estrellero, el buscador de estrellas de un mundo mejor en las vivencias tibias de esta su tierra tan caliente y tan pródiga, ha sido, es y será, el arquitecto-símbolo de la fe inquebrantable de su destino de Maestro, de profesor de las Artes y la Palabra.
Luchador de luchas… forjador de manceras para abrir surcos de paz y de amor… Herrero de ideales… Alfarero de almas… Violinero de dulces melodías, espíritu selecto… MAESTRO!
Hemos llorado en silencio profundo y recogido su partida física… pero mil guardapolvos blancos con caritas azoradas ante lo incomprensible estarán en todos los espacios de la llanura y de los tiempos vividos.
Siempre habrá maestros esperándolo para pulsar el Lápiz hacia los surcos nuevos que marcaba en sus cientos de “cartas pedagógicas” que se guardan en todos los colegios de esta larga llanura de su patria.
Nos acompañará siempre el rocío hecho lágrimas en las ramas de un tala, algarrobo, tipa o quebracho, o en el inclinarse respetuoso de las pajas bravas o los pirijuncos flora nuestra a la que tanto amaba.
Por todo ello no podemos dejar de afirmar que su ejemplo ha de marcar nuestro sendero futuro que será como seguir la blanca estela del barco que busca horizontes.
CLELIO está y estará, en todos y cada uno de quienes tuvimos la suerte de caminar a su lado, con su franqueza, su hidalguía su fe… Y hade volver en cada instante… en el tul rosado de los lapachos, en el amarillo de los aromitos, en la humildad del caraguatay.
CLELIO, hermano y amigo, quedas en el espíritu de tu gente y de tus niños en tu PUEBLO, ese pueblo del que una vez dijeras:
PUEBLO DE NACER Y DE JUGAR…
DE IR A LA ESCUELA…
Y DE VOLVERSE HOMBRE PARA AMAR…
(En 50 Poemas, páginas 87-88)
1982: Voces desde Vera…
A mediados de la década del ’70 envié breves ensayos a diarios de la capital santafesina y de distintas localidades, entre ellos el diario “Última Edición de Vera, en el norte de la provincia.
En aquel tiempo, recibía la edición por correo y en la del viernes 23 de julio de 1983, fue conmovedor leer el poema A Clelio, un “homenaje al Docente Clelio P. Villaverde fallecido el 1º de julio de 1982. Colega amigo y amigo de la autora…
A Clelio
Hoy se detuvo un pájaro en su vuelo,
un maestro calló su silabario,
quedó trunca una nota de la escala
y un cuento sin abrir en el armario.
Por un rayo de sol subiste quedo,
eras la nube azul hecha silencio,
y en pos de ti un cortejo transparente
flotaba en el abismo hacia el Misterio.
Eran duendes tocando campanillas,
eran hadas con mágicas estrellas,
y príncipes valientes cabalgaban
llevando tras de sí níveas doncellas;
eran dragones verdes y espectrales,
cánticos de sirenas argentadas:
personajes fugados de los libros
para estar junto a ti, en la Alborada.
Y en esa tu morada de lo Eterno
mientras los astros van marchando lentos,
no sé que pensarán los que te nombran
yo sé que sólo estás… contando cuentos.
Soledad Angeloni de Lissa.
Calchaquí. Julio de 1982.
1989: Páginas voladoras…
Siete cantos para el duraznero en flor
1.
Desde las posibles
prioridades del árbol
derrumbando torrentes
de inflorescencia rosa
por un andamiaje
de ramas a propósito,
la estación
estaba produciendo
la promesa.
Era el noveno mes
sin vocales
rimbombantes
pero con ruido
de vientre colmando
posibilidades de fruto.
Un árbol
uno solo
era el determinante
sólo bastaba
su poderosa coagulación.
ninguno podía
pretender
en la depurada
celestialidad
de la tarde
otra cosa
que aquel derrumbado torrente
rosa,
ni imaginar
otro andamio.
manos vegetales,
sayos castaños
multiplicadas y escarbadoras falanges
para nutrir
aquella
amagante floración
de primavera.
2.
Había
una asfixia
por acumulación
de inflorescencia.
Se soportaba
la palidez de pétalos
en prietura
de corolas
todavía prematuras.
Todo podía ser.
Acurrucarse
zumbando como abejas
entre
vegetal sensualidad
de pistilos rosados
y polen pálido.
Presumir
un fruto jugoso
sin siquiera
pensar en el hueso
amargo y duro,
cofre siena
aprisionando almendra
de futuras germinaciones
alargadas en verticalidad.
Nada importaba
ante el despiadado
floramiento
en plenitud
de la hora azul.
Lujuria
de rosada lumbre
sin aplacado verdor.
3.
Un solo pájaro
oscuro
se apresuró
fugaz visita
en sábado crepuscular.
Vibraban todavía
rachas
deshilachadas
entre las rendijas
de la madera,
gramillas mustias,
hormigas negras
de empecinada labor.
Un canto breve
con un mirar de niño
y descubrimiento
de aleteo.
Deslumbramiento,
color de carne
cascada
de corolas.
Trino y vuelo.
Y nada aún
desmayado florecer.
¿Cuándo y dónde
fue la fragua?
¿Desde qué remota
sal oculta
en la entraña
se desperezó
aquella milagrería
rosa?
Aún estaba
opacada la demorada
estación
cuando la desprevenida
verticalidad
del hombre,
día y sol,
abarcó el milagro
de la única
anticipación
posible
pese a la demora
de inspiración húmeda
del agua.
Se gestó en el silencio
y en el frío
la suave calidez
de la rosada
inflorescencia.
5.
Nada turbio,
nada agrio,
ninguna grieta
amagando dolor.
Separadas veladuras
de cielo y copa,
violados celajes
ponían temperatura
al mirar,
tibieza al iris,
calidez a la pupila.
Todo podía
y ser aún
y más.
Tiempo
era una palabra
sin medida.
Pétalo
había ganado
la suprema posibilidad.
Sentarse bajo el árbol.
hasta violada sombra
estaba dando
sobre mí
la soberbia plenitud:
Puro rosa,
incontaminado color.
6.
Un sexto momento
podía colmar
la extremidad de una flor.
Alguno,
quizá uno de nosotros,
se instaló
para siempre
desde su remotísima
inseguridad interior.
7.
La séptima
palabra cabalística
se decía
para que la prodigalidad
de todas las cábalas
fuera posible
y para que Dios,
incansable descansador
de los días sin edad
se apoyara
en el séptimo rosa
como cómplice
de la sublime altura
de la realidad
de una flor.
(SEPA- Servicio de Educación por el Arte, cooperó con el Centromultimedios Bibilioteca de la Legislatura de Santa Fe, a los fines de una “Aproximación a la literatura santafesina para conocernos y reconocernos”.
Poema distribuido el 11-09-1989, desde el citado organismo. )
Incluyó: Efemérides…
Septiembre: mes de la Educación.
2004: Cincuenta poemas…
Durante el desarrollo de las Ferias del Libro suele suceder que coinciden en el horario diversos actos que son de interés para el visitante-lector…
Así sucedió en la “X Feria del Libro de Santa Fe”, que si se cuentan todas las que organizó Chiquita serían más… y escuché parte de lo expresado en la presentación del poemario de Clelio editado por la Universidad del Nacional; advertí la emoción al hablar de su hermano.
Mientras aplaudían necesité subir a la Sala “Di Filipppo” porque presentaban dos libros de nuestra amiga corondina, Lidia Esther Lobaiza de Rivera.
Aproximación a la blanca rosa…
Leo: 50 Poemas / Clelio Pedro Villaverde y María del Carmen Villaverde de Nessier, / porque juntos plasmamos esta obra. (página 5)
En la contratapa, lo expresado por Jorge Conti:
“Conocí a Clelio Villaverde en 1964, durante uno de mis viajes a San Cristóbal. /…/ “Me impresionaron su entusiasmo, sus ganas de colaborar, su generosidad… ‘Yo soy maestro en la escuela de Yanducita -me dijo-” (sic) …de Ñanducita. “Nunca vi a nadie tan tiernamente identificado con la vida de sus alumnos.” /…/ “¿Cómo puede ser –me preguntaba yo- tanta alegría, tanto despojamiento de todo lo que no sea ayudar? A pesar de conocer y sufrir en carne propia las penurias de los chicos y sus familias en aquellos parajes olvidados, la dura experiencia de maestro rural no le había asesinado la esperanza y era dueño de un sentido del humor que, alrededor de una mesa, se desgranaba en relatos y anécdotas, como una fiesta”.
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Clelio, mi hermano
Me indicaste el camino
entre todos los surcos de la vida
los seguí, fui creadora,
caminé tras tus pasos
por la luz
de tu clara figura
me dejaba.
Yo creí que los tiempos
de andar juntos sembrando
el verdadero rumor
de las palabras
no terminaban nunca.
¡No fue tan así!,
bruscamente,
me sacaste las riendas
de tu carro seguro.
Por el ángel que abraza tu figura
hoy me acerco al espacio
de todas las distancias
en procura de ese anhelo común
de hacer la Patria
desde los libros,
desde las palabras.
¡Vuelo!
¡río!
¡río y vuelvo a la vez
junto a tu sed de vida!,
y descubro en el cielo,
sin antes ni después,
¡TODO ETERNO…!,
como la fe creciente
de tus bríos,
una cinta celeste,
un ángel blanco,
una estrella de sol,
flores de estío y una enorme figura de recuerdos y olvidos
que no quiero dejar de abrochar
a las riendas del sueño,
de este suelo,
de este nuevo camino.
Solo, en el amor, apenas con un ala,
transitaste el destino.
Admirando tus fuerzas al hacer los caminos
me recosté en tu sombra
para acercar mi calor temeroso
a tu sed de colores,
en el espacio altivo.
Una ronda de niños
se ha formado
sobre campos de lino
y sus cantos
me aseguran
que allí estás,
con FRANCISCO,
descubriendo a los ángeles del cielo
toda la luz del mundo.
CHIQUITA, tu hermana que está aquí,
en este libro, con sus poemas,
pues así lo planeamos antes de tu partida.
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Mientras la primavera acelera nuevos brotes…
Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.
21 de septiembre: ¡Día del estudiante!
¡Nuestro día!…
(Y como ayer, con-mueve… ¡conmueve cantar!…
“¡Y echen a vuelo el nombre de estudiantes
en bronces de romántica emoción,
los que lo son, los que lo fueron antes,
los que, por suerte, tienen de estudiantes
para toda la vida el corazón!”
El inquieto e inquietante Duende Amarillo con vocación de periodista, en la Cofradía de los Duendes preguntó:
¿Qué cantan ahora en las escuelas?…
¿Lo recordarán cinco o seis décadas después?…)
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Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.