Iris Pantanali Palacín de Busso, durante un diálogo con el talentoso bailarín Mario Giromini Droz, expresó: [1]
“…Comencé a los cuatro años a recibir nociones de movimiento, en el Liceo con Oyhuela, donde permanecí hasta los 12 o 13. Desde los 7, inicié estudios musicales en el Conservatorio Mendelshonn, con Celia Benítez de Bufano”.
(Es oportuno destacar que en ese tiempo, los padres de Iris eran propietarios de la panadería “La Perla” situada en la esquina de 4 de Enero y Catamarca (actual Eva Perón) y el conservatorio de la profesora Bufano estaba a doscientos cincuenta metros al sur aproximadamente, enfrente a la Iglesia del Sagrado corazón, nombrada entonces Catedral Nueva.)
Tres años después de abandonar la danza, reinicié estudios particulares con la señora de Bovo y con posterioridad viajaba a Rosario a tomar clases regulares de clásico y español con Concepción María del Valle, una bailarina del Colón. Cuando tenía medios económicos me trasladaba a Buenos Aires donde ‘picoteaba’ por todos lados, incluso en el estudio de Pericet. No obstante debo reconocer que mi formación fue autodidacta. Compraba libros, veía espectáculos y realizaba búsquedas personales. Siempre necesité mi propio espacio para pensar, analizar y poner en práctica las ideas que se me iban ocurriendo’.”
Destacó Mario Giromini Droz que “la doble formación, posibilitó seguir rutas complementarias y paralelas. Como bailarina y coreógrafa se destacó más de 15 años. Fundó el ‘I Cuerpo Estable de Ballet’ (1949) transformado luego en ‘Ballet del Litoral’ y el ‘Ballet Infantil’, dependiente del Consejo de Educación que, convertido en el Crei, marca profunda huella en la formación estética de niños.”
Necesito expresar que en 1945, cuando tenía trece años, fui la primera alumna de Piano de la joven Iris y que me conmovía por su cordialidad y sensibilidad. Era frecuente encontrarla dibujando con lápiz o carbonilla…
El CREI (Centro de Recreación Estética Infantil) fue un original proyecto de educación por el arte que ella impulsó con talento y continuó con evidente perseverancia soslayando sucesivas dificultades ajenas a su notable capacidad artística y de conducción.
Memoria insoslayable…
Giromini Droz rememoró que el Ballet estable del Teatro Colón de Buenos Aires debutó en 1925 con las solistas y primeras bailarinas argentinas “Dora de Grande, Blanca Zirmaya, Leticia de la Vega”, también Raúl Blanco y posteriormente “María Ruahova y Lida Martinoli. Con la contratación en 1932 de Boris Romanoff del Ballet Russe de Diaghilew y Michel Borovsky -que venía de la Ópera de Varsovia y era discípulo de Guerdt-, el ballet tomó otras características.
En el mismo año en la ciudad de Sana Fe se introduce el aprendizaje de la danza clásica en el Liceo Municipal creado en 1928 con el nombre de Academia de Canto, Música y Declamación y Escuela de Teatro Infantil que funcionaba en el foyer del Teatro 1º de Mayo. Confusos recuerdos de la época referencian a Enriqueta Oyhuela, ‘una señora francesa que vino con su esposo’, como primera maestra de danza de la institución, que ya por entonces debía superar difíciles e innumerables dificultades de orden económico. Al no percibir periódicamente el sueldo se retiró, instalándose en Paraná. Otros nombres que resaltan por aquellos días son Clara Prieto de Tissembaum y Vitia Perfilieff, quien había estudiado en el Conservatorio Nacional de Danzas y fue la organizadora estructural de la especialidad. Al renunciar la primera y alejarse la segunda, la posta es tomada en 1935 por Estela Prieto Rapela de Bovo, alumna aventajada de las nombradas.
Consciente de la responsabilidad asumida perfecciona sus conocimientos con indiscutibles maestros: Mikoulina, Irinva, Agoglia, Schiaffino, Kirowa, Smalzoff, Carlés, Mastrassi, Giachero y Moscheni. Todas figuras valiosas de la danza en Buenos Aires, hoy legendarias. En 1944 inaugura su estudio particular… Diez años después se retira del Liceo. Durante tres años, a partir del ’53, es regente y docente de la Escuela Superior de Danzas de la Universidad Nacional del Litoral que lamentablemente, como tantos otros buenos emprendimientos, se vio frustrado por vaivenes políticos”…
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En aquella nota, Giromini Droz también recordó María de López Claro reconociéndole “sólida formación adquirida con la prestigiosa maestra rusa Ekatherina de Galantha, junto con otras dos famosas: Ruanova y Fux, y el privilegio de haber sido elegida por Kurt Jooss como refuerzo para la gira argentina. Por concurso ingresa al Liceo como docente en danza clásica y española. /…/ Reiterados viajes a Europa le posibilitan visitar importantes centros de danza y adoptar otras alternativas”…
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Lecturas y síntesis: Nidia Orbea de Fontanini.
[1] Giromini Droz, Mario. Tres Pioneras – Perfiles de la Danza. Nota en “Cultura”, suplemento semanal del diario “El Litoral”. Santa Fe de la Vera Cruz, sábado 1º de junio de 1996, página 3.