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Voces desde Santo Tome (Santa Fe)

 Orlando Vera Cruz.

Islero soy.

Gringa santafesina.

Volviendo a mi pueblo.

Pascual Silvano Reynoso.

Amor de Diciembre.

Vivir otra vez.

Nilce Uviedo.

Enséñale a mi niña.

Mi país.

Odila Elena Vega de Dávila.

Amor otoñal

Rita G. Bonfanti

Vieja casa vacía.

Dolor.

Silencio.

Al inmigrante.

Dr. Carlos Grande.

Por eso de andar caminos.

Oreste Abiatte.

Hoy en mi Templo.

Gladys Barretta.

Los gritos.

César E. Bisso.

Interior.

No saber.

Sola.

Enigma.

Crescendo.

José Cibils.

Alberto Romeo Montagna.

Partir.

Lisandro Fierro.

Canto a Santa Fe y Santo Tomé.

Hugo Lorena.

Nostalgias.

Poeta.

Rosaura Schweizer de Juliá Tolrá.

Dulce engaño.

María Amparo Vázquez.

Por mi nombre.

Orlando Vera Cruz

Nació en Santa Fe, el 7 de agosto de 1944 y desde sus primeros años vive en Santo Tomé.  Su vocación por lo folklórico se gestó en la niñez porque con su familia compartía vivencias en Fortines Tradicionalistas y con grupos de música y danzas nativas.  Estudió canto y guitarra.  Suele recordar que siendo alumno de la Escuela Nº 15 “Juan de Garay” de Santo Tomé logró la primera aproximación a la poesía del santafesino Julio Migno Parera, residente en Cayastá y en la capital santafesina.

Con jóvenes santotomesinos formó el grupo “Los litoraleños” y luego comenzó su trayectoria cultural como solita.  Por su participación en el Canal 13 de la capital santafesina, obtuvo el Premio “Martín Fierro” otorgado por APTRA en 1973.

En 1974, en el festival folklórico de Cosquín (provincia de Córdoba, República Argentina), obtuvo el premio “Revelación” y al año siguiente su “Consagración”.  Ese año, logró editar un disco que incluía “Costera, mi costerita”, un tema que también fue incluido en el repertorio de enseñanza musical en escuelas de distintos niveles y en centros de recreación infantil.

En 1975, le otorgaron el premio “Palmera de Plata” en el festival folklórico de Guadalupe (en la capital santafesina); en 1977 recibió el “Gurisito de bronce” en el Festival Paso del Salado y ese año, viajó a Venezuela invitado por Consejo Nacional de Cultura. Cinco años después, en 1982 viajó a Europa con auspicios de la UNESCO.

En 1984 durante la gestión del subsecretario Dr. Jorge Guillén, participó en el programa “Raíces de mi tierra litoral” impulsado por el Ministerio de Educación y Cultura desde la citada subsecretaría, por el coordinador general Prof. Carlos M. Busaniche.

Otros premios y distinciones: 1988 “Banano de Plata” en el Festival de Clorinda (provincia de Formosa); 1991 “Cóndor de Plata” en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires; reconocido como “Padrino del 25º Aniversario del Festival del Noreste Argentino” en la ciudad de Reconquista, provincia de Santa Fe; le otorgaron el “Magazine 94” y “Monumento de Cristal 95” en la ciudad de Rosario. 1994 y 1996 “Primer Premio a la Excelencia”…

Estrenó sus canciones en escenarios de distintas provincias argentinas, en Teatros y festivales provinciales y nacionales.  Invitado a compartir experiencias en aulas de distintos niveles, desarrolla una fecunda labor como promotor cultural difundiendo la obra del poeta Julio Migno y sus creaciones.

Desde 1984 ingresó en “EMI-Argentina”, compañía discográfica que editó ese año su disco “Verdades”, en 1985 “Qué tendrás pago”; 1986 “Pilchas Gauchas”; 1988 “Provinciana”; 1990 “Corazón de río); 1992 “El canto santafesino” –en vivo-; 1993 “Santa Fe a lo gaucho”; 1995 “Secretos del río”; 1997 “Paraná entero”… y sigue difundiendo su canto por distintos medios y con evidentes reconocimientos…

 

Letras de algunas canciones…

Islero soy

Soy Juan soldado y soy cantor

Desde mi pueblo vengo yo

Con este canto que es de amor

Y herido voy.

Soy Juan Soldado o federal

Pájaro triste del amor

Y en el pueblo mi cantar

Y herido voy.

Como este pájaro cantor

Herido el pecho llevo yo

Rojo dolor, rojo dolor;

Mi canto es monte y soledad

Es río grande, Paraná;

Se va mi vida por cantarte litoral.

Desde la costa vengo yo

Con un cantar de la región,

Es pampa y río, mi canción,

Islero soy.

Mi Santa Fe me dio su luz

Y en este vuelo que emprendí

Soy Juan Soldado

Para cantarte mi país.

Como este pájaro cantor

Herido el pecho llevo yo

Rojo dolor, rojo dolor;

Mi canto es monte y soledad

Es río grande, Paraná;

Se va mi vida por cantarte litoral.

Gringa santafesina

Con mi guitarra y “la costerita”

Me anduve floreando por mi Santa Fe

Gringos y criollos bailaban con ella

Y me la trataban a cuerpo de rey.

Mi “costerita” se me ha vuelto gringa

Y parla de amore pero en piamontés

Menos mal que a cambio me encontré

Una gringa, que me ceba mate,

Me dice “negrito” y me habla de che.

Menos mal que a cambio me encontré

Una gringa, que me ceba mate

Y me habla de che.

Con mi guitarra y mis canciones

Me he ganado la vida siempre de buena ley

Amores tuve de varios colores

No importa en mi tierra el color de la piel.

Mi “costerita” se me ha vuelto gringa

Y parla de amore pero en piamontés

Menos mal que a cambio me encontré

Una gringa, que me ceba mate,

Me dice “negrito” y me habla de che.

Menos mal que a cambio me encontré

Una gringa, que me ceba mate

Y me habla de che.

Que me ceba mate

Y me habla de che.

Volviendo a mi pueblo

Recitado:

He buscado en vano

En noche europea

El rumbo de la patria,

la cruz del sur;

Y tampoco brillan

para mi consuelo

Nuestras tres Marías

Con toda su luz.

Si allá en mi Argentina

Un lucero grande

Muy de madrugada

Prende su candil

– Por qué se me niega

Esa agüita clara

Que tanto la preciso

Para poder vivir…?

Yo quiero volver a mi pueblo

Y andar por sus calles soleadas

Buscando la tierna mirada

Aquella que me enamoró.

Yo quiero volver a mi pueblo

Y verme con viejos amigos

Aquellos que nunca partieron,

Aquellos que nunca olvidé.

Si una guitarra me llevó

A andar caminos

Cual peregrino de la distancia

Ella es la misma

Que hoy me trae a tu puerta

Hasta tu puerta mi viejo amor.

Quisiera volver a mi río

Y andar por su playa dorada

Llevando tu mano apretada

 

Pascual Silvano Reynoso

Docente que ascendió a cargos de conducción y supervisión escolar, Jefe de Supervisión en la Zona Norte del Ministerio de Educación y Cultura de la provincia de Santa Fe desde el 12 de septiembre de 1985.  Residente en Santo Tomé se dedica a la narrativa y poesía.

En 1977 su cuento “La mancha de humedad” integra la antología de “Cuentistas Provinciales” editada por la subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe.

En 1983, siendo integrante del Círculo de Escritores del Litoral desde septiembre de ese año, junto al joven Carlos Antognazzi logró concretar la co-edición de “Historias de Hombres Solos”, conjunto de cuentos que presentaron en Santo Tomé.

Continuó con publicaciones en diario y revistas.  Junto a la poetisa Alba Yobe de Ábalo publicaron sus obras en plaquetas distribuidas en diversos actos culturales.

En 1991 publicó “Pasajeros de la vida” y luego, con fines didácticos editó “La Bichiescuela del Litoral” refiriéndose a las propuestas educativas de la Granja “La Esmeralda” de la capital santafesina.

El compositor José María Aguilar integró en su repertorio Letras de Pascual Reynoso, entre ellas: con ritmo de zamba “Para nombrar amigos”, el chamamé “Camino de Avellaneda”, y la “Cuequita del Pichicho” pertinente al cancionero infantil, entre otras…

El 6 de agosto de 2000 presentó su libro “Yo fui Maestro” en la VI Feria del Libro de Santa Fe de la Vera Cruz y luego en la Biblioteca Popular “Bernardino Rivadavia” de Santo Tomé, con presencia de autoridades locales.

Aquí, algunos de sus poemas…

 

Amor de Diciembre

  Sabrás en diciembre que te he amado
en las horas y minutos de este año
guardando por temor al desengaño,
en secreto este amor, atesorado.

Quiero entregárselo en este tiempo, ahora
cuando todos los frutos ya maduran,
los rayos del sol queman y fulguran
y mi sangre se torna arrolladora.

 Quiero amarte, ya mismo, en este día,
bebiendo tu sonrisa placentera
al final de la huidiza de la huidiza primavera
que tiene auras de brisa todavía.

 Quiero tenerte en diciembre y es por eso
que invocando a la fuerza del verano
espero la caricia de tu mano
y el turgente contacto de tu beso.

 Será un amor de diciembre, ya lo ves,
hasta que suenen doce campanadas
y digamos, las copas levantadas:
¡ fue nuestra vida, vivida en un mes…!

Vivir otra vez

   Santo Tomé, mi ciudad,
tiene en su seno una casa
donde la vida se pasa
cantando felicidad

Aquí matizan sus días
mujeres y hombres de edad
aunando sus alegrías
en un crisol de amistad.

Club de Abuelos se llama
este querido solar
que va sembrando su fama
de institución ejemplar.

El canto siempre se eleva
en voces del grupo coral
y el folklore  siempre renueva
el hondo sentir nacional

El teatro da sus funciones,
el arte muestra creadores,
el deporte hace campeones
el alma vibra de amores.

Aquí se alarga la vida
con optimismo y con fe,
no hay existencia perdida
¡ Se  viene a vivir otra vez !

Nilce Uviedo

        ¡Maestra!

        Como el árbol has de dejar tus frutos

Y entregarás tus hojas para verlos crecer.

Porque será el otoño que los dará a los vientos.

Para que así el verano te los vuelva a nacer.

                                                                           Nilce Uviedo

 

Nilce Uviedo Rasetto nació en Barrancas (departamento San Jerónimo) el 19 de marzo de 1938. Cursó los estudios primarios  en  la Escuela Nº 15  “Juan de  Garay” de Santo Tomé, y los secundarios en la Escuela Normal Nacional “General José de San Martín” de la capital santafesina, egresando con el título de Maestra  Normal  Nacional.  Su primera experiencia al frente de alumnos fue en Montes de Oca y luego en San Lorenzo, Colonia  San  José  y Escuela Nº 15 de  Santo Tomé.

Estaba cursando la carrera de Notariado y decidió dedicarse exclusivamente a la educación. Concluyó los estudios como “Perito en Psicopedagogía”.  Militante en la Acción Católica Argentina, paralela a su labor docente desarrollo acciones solidarias y fue catequista en distintos ámbitos rurales y en localidades de la costa santafesina. Con su bombo legüero acompañaba el ritmo de sus canciones en reuniones con alumnos, otros docentes y padres.

Sucesivos concursos determinaron que fuera designada en la Escuela  Nº  860 de  San José, luego en Los Laureles, Rincón Norte y en la Escuela Nº 316 “Guillermo  Lehmann” de Esperanza.

Murió el 17 de julio de 1974 en el kilómetro 9 de la Ruta 19 hacia Córdoba…

   Enséñale a mi niña

Enséñale mi niña
a ese hijo que circunda tu vientre
tu sorpresa de verle así de pronto
esperando otra vida.

Enséñale mi niña
a respirar la brisa de tu asombro,
a saber del fulgor de otra inocencia,
o de aquella quizá…
que calaron de pronto
tus catorce años nuevos,
nuevos de tu vergüenza,
viejos de tu esperanza sin fronteras.

Estrenados en luna y pajonales,
florecidas de pronto en tu cintura
de amapola y fragancia.
Enséñale mi niña
tu patio, abandonado de rayuelas.

Tu inseguro alimento,
tu lección sin respuestas.
Tus noches hoy mordidas
de soledad segura.

Enséñale mi niña,
tu muñeca de trapo algo gastada,
tu saco de franela regalado,
tu sueño de rosal y enredadera.
tu amanecer de frío y de silencio,
tu dolor estrenado…

Enséñale mi niña
a ese hijo que descarna tu infancia.

Mi país

Hoy mi país, amaneció con ansias,
de no sentir más quejas,
ni halagos olvidados.

De no escuchar consejos,
de ser él por él mismo.
De andar sin que nadie señale.
sin gente que critique,

Sin personas que miren,
buscando en el ropaje
aquello que no rime.

Hoy, mi país,
amaneció con ansias,
empezar sí de nuevo:
con un mapa sin forma,
con casas sin revoque,
con amigos sinceros,
que sólo busquen almas.
que le hablen sin señales,
que agitando banderas,
entre surco de espigas…
…le devuelvo la calma…

Odila Elena Vega de Dávila

Amor otoñal

       Llegaste a mi existencia como llegan
las cosas imprevistas y casuales.
En el otoño de la vida misma,
vi renacer de nuevo la esperanza
porque un amor tranquilo  y sosegado,
pero dulce, profundo y reflexivo,
hizo vibrar mi corazón de gozo
y transformó ese mortecino otoño
en otra floreciente primavera.
Las cosas  ya no cuentan y los años
pasados, corresponden al recuerdo,
pues yo  me siento más que nunca viva
al amar y saber que  soy amada.
Es cierto que el amor no tiene edades,
ni trata de explicarse con razones;
se quiere y nada más, porque se quiere
y se vive, también porque se vive.
Quiera Dios que, a  lo largo del camino
que iniciamos unidos, no encontramos
espinas que desgarren nuestras carnes
y llenen de amargura nuestras almas.
Que hallemos  paz, tranquilidad  y suerte
al  transitar por el sendero, juntos,
despacio y enlazadas nuestras manos,
en el tramo postrero del destino.

Rita G. Bonfanti

Santotomesina, hija de inmigrantes italianos vinculados industrial y socialmente con la Argentina, universitaria posee el título de Química Analista Industrial y Bromatológico otorgado por la Facultad de Química de Santa Fe; ex docente universitaria y terciaria, de escuelas  secundarias y bachilleratos de adultos.  Aprendiz  de escritora  desde siempre. Concurrió a talleres literarios.

Es además guía de turismo,  profesora de italiano y de danzas  nativas.  Fue  la primer concejal mujer en el Consejo Municipal  local. Fundadora y  coordinadora del  “Mini Salón de la Mujer”, entidad cultural privada abierta a la comunidad.

Presentó en Bariloche el 3 de Marzo de 2006 un Poemario en CD titulado “De mi piel manuscrita” en la Sala de Prensa Municipal “Isabel Moreiras” en el Centro Cívico de la ciudad mencionada y presentado por el Grupo de Lectura “Poenautas Conjurados” donde concurre desde hace varios años.

Vieja casa vacía

En el patio, bajo la galería
con las lluvias del este
danzan de macetas.

Notas del piano
vibrando Mozart, Chopin, Schubert y Strauss.

En las habitaciones el respiro de sueños.
¡Espejos desplateados
Luces de arañas que no están iluminando
rostros tan queridos!

Paredes desteñidas, huellas de cuadros
la majestuosidad del roble del viejo mobiliario
Porcelana y cristal en arco iris
la historia de mi madre en la vitrina
uniendo plata vieja a los recuerdos.

Un balcón con su bronce sin bruñir
por donde se escaparon las quimeras.
El garaje, el altillo, la escalera
la glicina y su aroma por doquiera.
¡Felicidad de antaño!

El brindis de copas levantadas
la sucesión de fechas que no olvido.
¡Vieja casa vacía!
No sólo hay materia en tu estructura…
La vida familiar tejió la urdimbre
en cada rinconcito del hogar.

Dolor

Sentí la flecha
El dolor secreto envolvió
la sombra de un suspiro
Llaves de amapolas cerraron las heridas.

Recordé el primer gesto de amor
y el oro de los naranjos
derramado en la arena
de la piel manuscrita.

Tu palabra final
fue el último trazo.

Silencio

Hay un silencio eterno
que nació en el cosmos
y lo abraza.

Un silencio de siglos
que no tiene vejez
y no tiene dolor.

Un silencio arco iris
para cada emoción
que argamasa mi río.

Al inmigrante

El pueblito de Europa
te quedaba chico
Argentina ofrecía su promesa
y el Atlántico trajo tu navío.

El surco abriste
sembraron tus manos los trigales
y recogieron el oro
hecho semilla.

En el atardecer de esta tierra
que te retuvo para siempre,
hay nostalgia en tus ojos
imágenes nubladas.

Las barcas en el lago,
la vaca en el establo,
la polenta en el fuego.

El ayer es Italia.
El presente la risa de los nietos,
en la Patria criolla conquistada.

      Dr. Carlos Grande

Nacido en Rafaela, en la Estancia “La Providencia”. Rafaelino por nacimiento, Santotomesino por adopción. Realizó sus estudios secundarios en el Liceo Militar de Santa Fe. Se  trasladó  a  la ciudad  de Córdoba para  estudiar Medicina, finalizando sus estudios de médico en la  Facultad Católica de esa ciudad en el año 1969. Ejerce su profesión en nuestra ciudad desde el año 1971.

El 20 de agosto de 1985 por su iniciativa junto a la enfermera Delia Franklin comenzó a funcionar el Centro Comunitario “Juan Domingo Perón” situado en Avda. 7 de Marzo y Juan José Passo, en el Barrio “El Tanque” de la ciudad de Santo Tomé.

Entre sus libros podemos mencionar: “Cuando me dio por hablar” Ediciones Modelo 1983 “Por eso de andar caminos” Ediciones Modelo “Consejos a un hijo Criollo” Ediciones Modelo. El viernes 24 de julio de 2005 participó en el acto cultural  realizado en el Salón Comunal de San Genaro como integrante del Ciclo Literario “Palabras con cielo” organizado por la doctora Marilyn Jullier, poetisa santotomecina.

Por eso de andar caminos

1

Por fuerza de algún destino

me tocó venir al mundo

ignorante y a los tumbos

comienza así mi camino

el campo hizo de nido

y dende allí, nace mi rumbo.

2

Mi padre quiso enseguida

bautizarme con su suelo

me hablaba mirando al cielo

de fletes y parejeros

y cubría por las noches

mi sueño, con sus desvelos.

3

Mi madre muy ocupada

ropas y ropas tendía

en el afán que tenía

que no nos faltara nada

por las noches se quedaba

mientras la ropa zurcía.

…………………………………………

5

Entre juegos y trabajos

se fue iniciando la cosa

primero… parecen rosas

después le entrás a arisquear

y… cuando querés acordar

ya no son más mariposa.

6

De esa forma aprendí

a labrarme un porvenir

la tierra supe carpir

sembrarla también sabía

y si la lluvia caía

el sol la hacía salir.


7

Era cuestión de observar

que una plaga no llegara

hormigas, isocas, heladas

venían sin previo aviso

y el campo quedaba liso

donde la vida verdeaba.

8

Cuántas veces en silencio

el sol se supo ocultar

langostas, pucha que mal

a ramazos las mataba

y uno solo les ganaba

cuando no quedaba más.

9

Si todo seguía parejo

el fruto al fin florecía

cortábamos con maestría

hiladas de no acabar

soles que hacían secar

con la paja… nuestras vidas.

10

Llegaban los maquinistas

y junto a él, peón de cuadrilla

ansí, se inicia la trilla

bolsas que vienen rodando

y el polvillo va adornando

a todo aquel que se arrima.

11

¡ Polvo lindo pa’ picar!
el del mijo era el peor
un verano, con calor
entre el sudor y el trabajo
caminando sin descanso
andaba en ese dulzor.

        Oreste Abiatte

Integró la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) Filial Santa Fe y sucesivas comisiones directivas. Algunos escritores lo han reconocido como “maestro”… Publicó aforismos y poemas (haiku) en libro ilustrado por Teresita Guzzonatto.

 Hoy en mi Templo

Hoy
en mi templo recoleto
sentí tus infinitos
ausentes,
como si estuvieras anclada
en algún muelle del horizonte.

Tal vez el mar
te atrapó en su playa
y las olas
cubrieron de sal gema la piel
y de algas y de líquenes.

La luna parecía navegar
sobre un archipiélago de nubes,
para alejarte de mis ojos,
para no descubrir,
quizás,
con sus fosforescencias
tu cuerpo de arena.

Hoy
la noche cómplice está callada
-abrumada de adioses-
y los astros,
opacos,
miran hacia abajo
la luz mortecina
de un sol que se apaga…
y mi alma te busca
en todos los puertos,
más allá de los oscuros laberintos
donde las ausencias
guardan sus silencios
oceánicos.

Alberto Romeo Montagna

Cursó estudios primarios en la Escuela Provincial Nº 15 “Juan de Garay” de Santo Tomé y secundarios en el Colegio Comercial Nº 443. Contador Público Nacional en la Universidad Nacional del Litoral.

Ha expresado:

Soy Alberto Romeo Montagna

pintor autodidacto,

nacido el 16 de Octubre de 1956

 en esta tierra santotomesina,

donde aprendí a amar, 

amar la luz  y sus colores,

amar la naturaleza y sus formas,

amar la humanidad y sus mujeres,

amar el amor, 

amar a la vida.

Partir

Hoy me siento solo,

Triste,

Vacío,

Sin saber quien soy

Sin horizontes,

Sin nada, nada,

En esa eterna confusión

Esa eterna confusión

que llena mi vida,

que la dobla

que la parte

siento en mi el vacío del infinito

el vacío de la muerte

tal vez sea que la tenga tan cercana

que me quiere atrapar

que me quiere atrapar y me tiende sus manos

y,

yo le escapo

le escapo y trato de huir

de alejarme de ella

y trato

pero llegará

llegará y no será en un día muy lejano

y de allí en más

de allí en más el infinito

el infinito del tiempo

el infinito de la soledad

la soledad de una tumba fría

húmeda

solo

solo en la oscuridad de la muerte

sin sufrimientos ni dolor

sin frío ni calor

borracho

borracho de eternidad

borracho con esa última bocanada

la última bocanada de aire de éste mundo

de ese suspiro

de ese suspiro que separa el alma del cuerpo

de ese cuerpo

de ese cuerpo que tan solo sirvió para pórtala

de ese cuerpo que aprendimos a querer

a quererlo tanto que olvidamos que tenemos alma

y que por tanto tiempo no la sentimos

la olvidamos

la dejamos en un rincón del cuerpo

pero nos acordamos de ella

nos acordamos de ella sobre el final de nuestra vida

sobre el final de nuestra vida física

cuando sentimos la muerte cercana

y sabemos que a  nuestro cuerpo

aquel que tanto quisimos,

y  al que tanto cuidamos

hay que dejarlo

y, ante la incógnita de nuestro destino

¿qué hacemos entonces?

Recordamos que tenemos alma

Y nos aprehendemos de ella

Es nuestra única salvación

Ella nos llevará por el infinito

Ella nos mantendrá con vida

Y es nuestra última esperanza ante la muerte

Pero ella está muerta

Y la matamos nosotros

Si, nosotros mismos

Y lo hicimos cuando la olvidamos

Cuando la dejamos allá

En un rincón del cuerpo

Como un trapo viejo

Y ahora,

Y ahora la usamos

La usamos para limpiarnos

Porque estamos sucios

Pero ella nos limpiará

Nos sacará la carroña

Y la dejará allí

En el frío y la humedad de esa tumba

Y….. Partirá

Partirá blanca y pura

Llevándose consigo

Lo puro.

Lo poco puro que de nosotros quede.

          Lisandro Fierro

Décimas al río Juramento, llamado Salado,

a su Paso por Santo Tomé.

Viejo Río Juramento
que aquí, llamamos Salado
vive a tu vera aferrado
Santo Tomé en crecimiento.
Yo te canto lo que siento
cuando recorro tu orilla
veo la Luna que brilla
en tus aguas tan tranquilas
viejo río que asimilas
del mundo sus maravillas.

Veo el Sol que se refleja
en fulgente pincelada
siento el alma arrebatada
por la luz que en ti se espeja.

Fuerza interior que forcejea
para expresar su contento.
Viejo río Juramento
quiero cantar tu belleza
en un canto que es simpleza
con humano sentimiento.
En un tranquilo fluir
corren tus aguas, serenas
ellas aventan las penas
dando razón al vivir.

Parecen ellas decir
al hombre que las contempla
no desfallezcas, retempla
tus sueños y tu vigor
vive tu vida al calor
del sueño que a tu alma templa.
Estrella que se retrata
como buscando otro cielo
ave que cruza en su vuelo
y nuestro sueño arrebata.

Visión perfecta y grata
de un paisaje diferente
y hasta el alma indiferente
se rinde a tus encantos
haces que olvide quebrantos
y piense en Dios nuevamente.
¿Por qué tu orilla me atrae?
¿Por qué te buscan mis ojos?
No me avergüenzan sonrojos
decir que verte me abstrae.

Que contemplarte distrae
de odios y de ambición
que eres más que distracción
eres vivir otro mundo
eres sentir lo profundo
que vive en el corazón.
Te veo crecer a veces
como si tú pretendieras
al salir de tus riberas
Demostrar tus robusteces.

Pero luego restableces
el curso de tu correr
vuelves de nuevo a tener
como una cinta de plata
esa figura tan grata
que no cansa nunca ver.
Tú eres un viejo amigo
que encuentro si necesito
cuando hastiado y contrito
busco tu paz y tu abrigo

Viejo río, te bendigo
tú me hablas, yo te escucho
te doy gracias por lo mucho
que me diste sin cobrarme
gracias sí, por escucharme
y creer por lo que lucho.

De “Décimas para el litoral” – Santo Tomé, 1994.

 Canto a Santa Fe y Santo Tomé

Se fundieron en Ti todas las razas
la estrella, la cruz, la medialuna
el pobre que llegó e hizo fortuna
el hambriento que encuentra aquí su hogaza.

Yo te canto Santa Fe
como te canta el zorzal
sos parte del Litoral
y jamás te olvidaré.

Si un día tu pampa fue
como tierra prometida
en ella diste cabida
al honrado labrador
hoy yo quiero ser cantor
que a su provincia no olvida.

Por eso Santa Fe te amo
con amor sencillo y puro
ni tengo ningún reclamo.
mi verso por ti inflamo
del más puro sentimiento
te digo lo que hondo siento
porque tú formas mi vida
y mi alma conmovida
te canta con dulce acento.

Te canto Santo Tomé
y en mi canto te bendigo
tu mereces cuanto digo
al cantarte en chamamé.
Sos parte de Santa Fe,
de su tierra Litoral
el boyero y el zorzal
me inspiraron este canto
pues tienes todo el encanto
de este mundo sin igual.

Santo Tomé, el Salado
te arrulla con su fluir
sus aguas me hacen decir

lo que mi verso ha captado.
A Santa Fe has guardado
en constante vigilancia
fuiste El Paso, la distancia
nada influyó en tu crecer
pues tienes siempre en tu haber
tu provinciana arrogancia.

Pues eres Santo Tomé
hoy Ciudad que a nada envidia
que puja, trabaja y lidia
sin perder jamás su fe.

Por eso en un chamamé
quiero humilde recordarte
para que sepa la gente
que aquí, donde empieza el Puente,
de Santa Fe, está una parte.

Yo le canto a Santa Fe
porque soy santafesino
porque ha querido el destino
que un día me afinqué.

Le canto en un chamamé
evocando a su gloria
recordando a su historia
sus gauchos y al Brigadier
hechos heroicos de ayer
que hoy viven en su memoria.

Garay la fundó un día
para a la tierra abrir puertas
y en horas duras e inciertas
fue fuente de rebeldía.

Mancebos de alma bravía
que libres querían ser
La tierra los vio nacer
y ella les dio su verdad
que es amar la libertad
para el vivir merecer.

De “Décimas para el Litoral”. Santo Tomé. 1994.

        Hugo Lorena

Participó en actos culturales realizados en distintas localidades. En noviembre de 2005, presentó su libro “Mundo verde” en el Centro Cultural Municipal de Rafaela.

Nostalgias

Parado estoy frente al fogón y el leño,
desprende roja y fulgurante llama,
y la que fuera otrora una frondosa rama,
consumiéndose va, como en un sueño.

Del silencio y la quietud, se oye el lamento,
hasta el gemir de los muebles se percibe,
y afloran los recuerdos que recibe
mi corazón, ahogado de tormento.

Clavados mis ojos en el fuego
como hechizados por misterioso influjo,
o por ese rojo e incandescente embrujo
que todo destruye, como en macabro juego.

Y tu imagen se parece anhelante,
ante el cristal de mis ojos empañados,
tus labios resecos y apretados
como callando un grito suplicante.

Y tras el vidrio, en mi ventana te recuestas,
contemplando el rocío que marcara,
en la blancura impecable de tu cara,
el cristal de una lágrima superpuesta.

Y tu voz, que me llega dulcemente,
hablándome de ese amor que floreciera,
esa tarde feliz que me ofrecieras,
la pureza de tu amor adolescente.

Pero es sólo tu voz y es por tu ausencia,
que el frío de esta pieza se agiganta,
y los fantasmas del recuerdo se levantan,
gritándole tu nombre a mi impaciencia.

Las ventanas abiertas ansiosas esperan,
el canto de los pájaros callados,
que en las ramas desnudas están posados
como si sólo pintados estuvieran.

Las paredes opacas y en el piso,
un montón de baldosas desparejas,
y tras un marco enmohecido va la reja
tejiendo telarañas, como rizos.

Todo está quieto… las casa despintadas, frías,
la razón de la existencia se halla ausente.
Hasta en la calle la ausencia de la gente,
aletargada pareciera en pleno día.

Parado estoy frente al fogón y el leño,
hecho cenizas desprende tenue humo,
y como aquella rama, en recuerdos me
consumo,
en silencio y lentamente, como si fuera en
sueños…

Poeta


Si has notado que el cielo es más celeste
cuando te detienes a mirarlo fijamente,
si escuchaste que el viento mansamente
pareciera que hablara y te detienes.

Si te excita la flor que otro tiene
y al estar ante tu mano no la cortas,
si al contarlo se te burlan y no te importa,
ENTONCES TIENES ALGO DE POETA.

Si escuchas del río su murmullo
y de la lluvia su incesante letanía,
si piensas que no existe lejanía
si el fuego del amor está encendido.

Si lloras al morir un ser querido
y también cuando sientes alegría,
si sonríes al nacer un nuevo día,
ENTONCES TIENES ALGO DE POETA.

Si sueñas con cruzar el mar bravío
con tu góndola de sueños solamente,
si miras arder el fuego fijamente
durante horas, en silencio y quieto,
si sientes por los otros el respeto
que te niegan porque eres diferente,
el barco de papel vendrá a tu río,
PORQUE TIENES ALGO DE POETA.

Si comen en tus manos las palomas
y le silbas a los pájaros en su vuelo,
si volar como ellos es tu anhelo
posando tus alas en las estrellas,
si eliges de las flores la más bella
y sin cortarla le dedicas tu poema,
si cuando hablas de amor tu sangre quema,
ENTONCES ERES YA TODO UN POETA.

Rosaura Schweizer de Juliá Tolrá

Dulce engaño.


En lo íntimo del alma,
me siento como un árbol.
Retoño con el buen sol
y el aire grato.
Y el corazón descubre
un nuevo gozo.

Se olvida de los años…
en cada amanecer
acuna un sueño,
sus planes… su ilusión…
¡Su dulce engaño!

Yo sé que todo ello es pasajero,
Que llegará el invierno y su tristeza.
Más, dejo al corazón, que como el árbol,
¡dulcemente florezca!.

Tiempo…
¡TIEMPO!… Seis letras te dibujan.
Presencia sin presencia visible.
Desde el principio de la vida, andando
sin detenerte nunca,
mi volverte hacia atrás, rectificando.

¡TIEMPO! Esencia, vida sin fin,
inextinguible soplo,
invisible reloj de marcha eterna
que lo involucra todo.

En eras te dividen…
En etapas extensas…
En años: las edades,
En horas: las esperas,

El amor: en minutos
¡y la muerte,
en un punto!
¡TIEMPO! Infinito dador de toda gracia:
gracia de amor… de olvido… de consuelo.
¡Sembrador de esperanza!
¡Ave de eterno vuelo. !

Aprender tu valor, es ya ser sabio.
En Pasado o Futuro, no podemos
ordenar nuestra marcha.
Es el Presente,
el HOY que nos regalas,
el Talismán a mano,
¡Realicemos en el HOY nuestro trabajo!

De “Desenraizando voces” – Antología. Santo Tomé, 1976.

María Amparo Vázquez

Por mi nombre

No me llames

si no quieres cargar,

desde el tremolar de tus primeras horas,

el olor de la tierra,

mi tierra (que es mi piel),

el ir y venir de los vientos

retomando voces olvidadas

y una historia (marchita en historietas)

Que los hombres mataron en esquemas.

No me nombres

En los discursos vanos

y sectarios

ni en la anemia de un pueblo agonizando.

No quiero el fetichismo

de lo selecto,

de lo secreto,

ni las épocas

enmudecidas en la endemia

de la luz de las estrellas.

Quiéreme por mi nombre,

Patria,

si bulle en tus entrañas

sangre de redención

y desafío.

Ámame hasta el delirio

por el pan y el vino

hecho camino

de esperanza

en el martirio.

Entrégame tus victorias

en los campos sembrados,

en un libro pensado,

en la derrota deslumbrante

del intento,

en la dignidad de florecer

en el desierto

en la extensión del espacio

clamando

libertad

para tu canto.

Herédame

si puedes el milagro

de tocarme

sin lavarte las manos.

El aire.

Fue el aliento

mil voces sin frontera

anárquicas

desde el principio de los tiempos.

Caminante sin zapatos

envolviendo

en una misma mortaja

los pasos de la vida y de la muerte.

Un descaro obsceno

lujurioso

penetrando en la suerte

de un espacio

sin caminos

que me esperan.

Etéreo peregrino

de las tierras del Edén

hasta el vacío

hasta el hoy y el final

merando

las lenguas y los gritos

en un mismo caudal.

Y puede…

siempre puede

penetrar

en la grandeza

en la ferocidad

como un organismo

universal

sin la cadena

de lo inútil

lo banal

o lo prohibido.

Será el primero en morir

en la postrer jornada

y con él fenecerá

la última batalla

de los enanos

por el Todo

en la nada.

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