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1891 – Llegada de los colonos a Palacios (Santa Fe-República Argentina).

1870: discurso de Bartolomé Mitre en el Senado Nacional.

Acerca de la colonización galesa.

Buenos Aires: “la Meca de los especuladores”.

Los primeros en Buenos Aires.

Contrato de colonización.

Primeras familias judías en “Palacios”.

Moisés Ville:  aldea de “Las Doce Casas”.

Mutualismo, cooperativismo.

“Sociedad Kadima” y su biblioteca.

Biblioteca Popular “Barón Hirsch.

1939: cincuentenario de la colonización judía en la Argentina.

Monumento al General San Martín.

 

Tras un recorrido por la ruta desde Santa Fe a Ceres, se intuye cómo habrá sido la epopeya de la colonización en esa región a partir de 1889.  Basta con imaginar que la población en todo el territorio nacional era de aproximadamente cinco millones de personas, con la mayor concentración en la provincia de Buenos Aires: 530.000 habitantes, la mitad extranjeros.

1870: discurso de Bartolomé Mitre en el Senado Nacional…

Sabido es que el General Bartolomé Mitre fue “encargado del Poder Ejecutivo de la Nación” desde el 12 de abril al 12 de octubre de 1862, desde entonces presidente hasta el 12 de octubre de 1868, siendo vicepresidente Marcos Paz.  También es sabido que los políticos desempeñan diferentes funciones, pueden ser gobernadores durante un período y senadores nacionales en el siguiente y algo semejante también se ha reiterado con los presidentes.  Tales decisiones ya son una tradición entre los argentinos.

En el diario de sesiones del 23 y 24 de septiembre de 1870 -año de convulsiones políticas entre los argentinos porque a principios de marzo fue asesinado el general Justo José de Urquiza y continuaba los conflictos entre distintos grupos con cierto poder-, está reiterado el debate durante el tratamiento del proyecto de ley por el cual se concedían “400 leguas de tierras en el Chaco” a los empresarios de la colonización, no directamente a los colonos.  En ese momento, el general Bartolomé Mitre expresó:

“Durante ocho años de gobierno he sido asediado por propuestas más ventajosas que la que discutimos, y mejor combinadas, y a todas ellas he negado mi adhesión.  Repugnaba a mi conciencia esta explotación del hombre por medio del capital en consorcio con el Estado, para importar a un país democrático una especie de esclavos blancos, los cuales debían hacer vida común, con los hombres libres que no habiendo traído más capital que su voluntad y su fuerza física, se hallarían en mejores condiciones que ellos”. /…/  [1]

“A esa inmigración que tiene su noble origen en la voluntad, que se basta a sí misma y que con sus personas nos trae el contingente de su capital o de su trabajo libre, se pretende preferir ahora lo que se ha preconizado con el nombre de inmigración artificial”.

La colonización galesa: opinión de Mitre…

En su discurso, Bartolomé Mitre se refirió a los galeses que se instalaron en el sur de la provincia de Buenos Aires, en La Pampa y en el norte de la Patagonia y después de insistir en que “en el país de Gales, como la Irlanda, no habla inglés, no es inglés” y que ese pueblo “ha sido conquistado, ha vivido oprimido y vegeta en la miseria o sin esperanza de poderse elevar, lo mismo que sucede al vasco y al gallego, tiendo todos ellos de común el pertenecer a la raza céltica… y por eso emigran, en un movimiento de despoblación, como el éxodo de los israelitas, según ellos mismos han denominado su movimiento migratorio…”

Advirtió luego a los legisladores presentes lo que luego repercutió en el periodismo:

“Por eso debemos tener idea claras, previsiones largas, voluntad firme y tranquila, y velar constantemente de noche y de día, para que la inmigración encuentre  en nosotros un núcleo fuerte a qué adherirse para que se asimile a nuestro propio ser, eche raíces en nuestra sociedad, se penetre de nuestros intereses y hasta de nuestras pasiones generosas para que robustezca nuestra sociedad, y no la enerve, para que temple y regenere nuestra raza recibiendo nuestro bautismo y nuestras ideas y sentimientos se trasmitan de generación en generación con el sello típico de nuestro primitivo origen.”  /…/

“El inmigrante europeo trae por lo general cierto indeferentismo político, cierta tendencia a respetar ante todo a los poderes fuertes, a sacrificar la libertad a la paz de los intereses”… /…/

Mitre orientando su mirada hacia el norte, destacó que Washington y Franklin promovían la “asimilación de los extranjeros a la democracia” e insistían en la necesidad de orientarlos a los fines del ejercicio de la libertad.

Luego expresó:

“Yo quiero que el extranjero que venga a esta tierra, en vez de levantar la tienda provisional del peregrino, se siente en nuestro hogar al calor del fuego nativo, que nuestra patria sea su patria, porque encuentre aquí todos los derechos y garantías a que puede aspirar, que nuestros intereses sean comunes, que nuestros hijos y los hijos de los inmigrantes se identifiquen en un solo amor, par que nuestra raza se salve, para que nuestro estado social mejore, para que nuestra nacionalidad no se debilite, para que nuestros hijos no vayan más tarde a parar a la cocina y para que el nombre y la bandera argentina no sea un eco y una nube que se lleve el viento”.

Buenos Aires: “la Meca de los especuladores”…

La literatura aproxima a la historia de la Historia, básicamente porque está escrita por personas que directa o indirectamente reflejan una autobiografía o acercan a las vivencias que han caracterizado algunos lugares en determinadas circunstancias.  Como sucede aún, los periodistas en el siglo diecinueve se dedicaban a escribir sobre los asuntos de interés y así fue José Miró -perteneciente a la redacción del diario “La Nación” fundado por Bartolomé Mitre-, necesitó elaborar y publicar la novela titulada La Bolsa con el seudónimo Martel.  Su escritura, reveló una tendencia “antisemita” porque “atribuye a los judíos, en buena parte, el haber provocado el pánico en su afán de acaparar oro.·

Martel describe los síntomas de la fiebre del oro cuando la aceleración del agio y la especulación produjeron una crisis y una caída en los negocios financieros marcando así en el año 1890, un hito insoslayable en la historia de la Economía en la Argentina. [2]

Gudiño Krämer a fines de la década del ’50, necesitó expresar:

“Martel parece ignorar que por ese mismo tiempo, centenares de judíos, millares de judíos, emigraban de los horrores del despotismo europeo, y debían entregarse a los trabajos más laboriosos para poder vivir.  Él no ve sino a un grupo de especuladores, que operan con Rothschild, ejercen un comercio infame o carecen de sensibilidad humana, y entonces desarrolla, con rara anticipación a las recientes teorías raciales del nazismo, que conmovieron al mundo civilizado, su argumento de superioridad de la raza aria sobre la semita, de la infiltración judía en la cultura occidental para minarla y hacerla desaparecer.

Martel desarrolla también la idea de que el judío no trabaja, de que hace alarde de no haber empuñado nunca el arado, de no haber sido nunca agricultor, ni haber ejercido nunca una profesión útil… ‘Vampiro de la sociedad moderna –dice uno de sus personajes – su oficio es chuparle la sangre… Él es quien fomenta la especulación, quien aprovecha el fruto del trabajo de los demás.  Banquero, prestamista, especulador, nunca ha sobresalido en las letras, en las ciencias, en las artes, porque carece de la grandeza de alma necesaria, porque le falta el ideal generoso que alienta al artista, al poeta, al sabio…”  p. 85

Los hechos han demostrado varios errores en aquellas concepciones de los personajes martelianos -o si lo prefiere mirones… ya que el autor en realidad era José Miró.

Como lo ha expresado Gudiño Krämer -y otros autores- al analizar el proceso inmigratorio colonizador:

“…la inmigración de judíos pobres, en busca de la tierra prometida, que no era la jauja para enriquecerse de cualquier manera, sino una patria para su posteridad, serviría para destruir parte de 4esa leyenda negra, y para el propio enaltecimiento del pueblo judío.”

La participación de judíos en importantes trabajos científicos y el actual reconocimiento a sus expresiones artísticas, demuestran que lo religioso es realmente lo que religa y que cualquiera sea la creencia del hombre, lo importante son sus obras: el trabajo con honradez, la participación solidaria para avanzar hacia el arte de vivir y convivir

Los primeros en Buenos Aires…

Estudios acerca de la colonización en la Argentina, indican que los primeros que llegaron al país, fueron “827 personas”.  Quedaron la mayoría cerca del puerto de Buenos Aires, y “desde 1868 contaban con el templo de la calle Libertad, cerca del teatro Colón.

Los precursores de la colonización judía, pueden ser aquellos 8 inmigrantes que, también provenientes de Rusia, llegaron al país en 1887, según lo anotó un periodista hebreo, don Moisés Ratuschní”.  En las colonias agrícolas era fácil ser contratado para levantar las cosechas y decidieron acercarse a las que estaban en su apogeo al noreste de la capital santafesina.  Allí trabajaron y luego se instalaron en Monigotes, según testimonio de “Don Salomón Furst, inmigrado en 1887”.

(Hay que tener en cuenta que el 1º de marzo de 1890 se inauguró el servicio del ferrocarril Mitre en la línea Rosario Tucumán y como en la mayoría de los casos, las familias se instalaron alrededor de la estación y se originaron los pueblos.  Monigotes celebra la fiesta patronal el 24 de septiembre: día de Nuestra Señora de la Merced.)

Sabido es que los inmigrantes subían a los barcos en Europa y llegaban al puerto de Buenos Aires: eran trasladaos en botes y lanchas hasta los desembarcaderos cercanos a la Boca donde descendían e inmediatamente ingresaban al Hotel de Inmigrantes hasta que eran autorizados a salir con diferentes destinos.  Relata Gudiño Krämer que en ese hotel, “nació Julio Sander, que festejó en Moisés Ville, el 15 de octubre de 1939, el cincuentenario de la colonia.

Contrato de colonización…

El barón Mauricio Hirsch apoyándose en el informe favorable de Bartolomé Mitre y del “Dr. Guillermo Loewenthal, su comisionado en esta república”, se comunicó con las colectividades hebreas de Berlín, Francfort, Londres, París y Viena con el propósito de organizar un contingente emigratorio.  El 24 de agosto de 1891, constituyeron la Jewish Colonization Association con sede en Londres y aprobados su Estatuto, durante la presidencia del Gral. Julio Argentino Roca lograron la personería jurídica.  En aquel documento, se enunciaron los propósitos inmediatos:

“Facilitar la emigración de los israelitas de los países de Europa y Asia donde ellos son deprimidos por leyes restrictivas especiales y donde están privados de los derechos políticos, hacia otras regiones del mundo donde puedan hacer uso de esos y los demás derechos inherentes al hombre.

Al efecto, la asociación se propone establecer colonias agrícolas en diversas regiones de la América del Norte y del Sur, como también en otras comarcas”.  p. 88

El 28 de agosto de 1889, el señor José G. Palacios -representante del Dr. Pedro Palacios, propietario de esas tierras-, firmó uno de los primeros contratos y destaca el estudioso don Luis Gudiño Krämer, que faltaban unas semanas para la celebración “del año nuevo israelita” considerando por eso, que ese acto “daba en cierto sentido, carácter simbólico a la posesión de la tierra prometida, es decir, del lugar donde podían levantar las paredes de adobe y paja, criar a sus hijos en la fe de sus mayores, comer el pan de su trabajo en paz y libertad.”  p. 82

Los colonos tenían un plazo de treinta años para pagar el valor de la tierra con los productos cosechados por intermedio del administrador.  En aquella época, también soportaban los efectos de la inflación y con la desvalorización monetaria aumentaban las dificultades financieras.

Así fue como se instalaron dieciséis colonias agrícolas en el país, algunas en la provincia de Entre Ríos donde luego se han elaborado interesantes relatos históricos.  [3]

Cuando llegar a los pertinentes lotes se encontraron con que todo estaba por hacer: desde construir las viviendas y los corrales, hasta desmontar para poder romper la tierra.

A cada familia le entregaban algunos animales y precarios útiles de labranza.  En algunas circunstancias, se generaron conflictos porque los beneficios obtenidos con el trabajo rural eran insuficientes para los gastos de la familia y pagar lo que exigían “los administradores, no siempre benignos, ni comprensivos, ni progresistas.” p. 88

Primeras familias judías en “Palacios”…

A fines del siglo XIX, el general Bartolomé Mitre había estado en Europa y ante los comentarios acerca de la atroz situación en los ghetos, durante su permanencia en París conversó con el Barón Hirsch acerca de las posibilidades de poblar el territorio argentino.  Estados Unidos hasta entonces, había desarrollado un vasto plan con el mismo propósito y ante su situación geográfica ventajosa por la proximidad hemisférica, la mayoría de los grupos se orientaban hacia ese territorio.

Don Luis Gudiño Krämer escribió una interesante historia y siguiendo sus señales e incorporando lo aprendido tras sucesivas lecturas, es posible saber que el 10 de enero de 1890 fueron aprobados los planos de Palacios, fundado por Pedro Palacios e inmigrantes hebreos que llegaron a Palacios -departamento San Cristóbal- tras el plan de la “Jewish Colonization Association, presentado por el Barón Mauricio Hirsch al gobierno santafesino.  En ese lugar, la habilitación del ferrocarril –Santa Fe-, ya había generado expectativas y se habían instalado algunas familias.  [4]

(Hasta el año 1883, el territorio del actual departamento San Cristóbal pertenecía al departamento La Capital y la legislatura provincial, sancionó la ley del 26 de octubre de ese año, dividiéndolo en dos teniendo como referencia el río Salado: hacia el norte con la misma denominación y hacia el sur, el Departamento Las Colonias.  Otra subdivisión se concretó el 31 de diciembre de 1890 y se creó el Departamento San Cristóbal abarcando parte del de las colonias.

Los planos de Palacios fueron aprobados el 10 de enero de 1890; el 1º de marzo se habilitó la estación del ferrocarril Mitre; el 26 de agosto se creó la comuna.  Celebran los festejos patronales el 29 de junio: día de los Apóstoles San Pedro y San Pablo.

El 30 de octubre de 1907, al crearse el departamento “Nueve de Julio” se determinó el trazado definitivo del departamento Dan Cristóbal.)

En la memoria de los inmigrantes, quedaban las señales de las crecientes dificultades en la Rusia de los zares que los había impulsado a ese éxodo y les habían dicho que América era el continente de la esperanza.

Desde Palacios, la colonización avanzó hacia lugares cercanos: Moisés Ville, Monigotes…  [5]

(Los primeros pobladores de Monigotes fueron los empleados de la empresa que construyó la estación y ramal del ferrocarril Mitre, inaugurado el 1º de marzo de 1890 y la fundación por la Jewish data del año 1904, la comuna fue aprobada el 5 de septiembre de 1912; abarca aproximadamente 314 Km2.)

Moisés Ville:  aldea de “Las Doce Casas”.

La colonia fue fundada en 1891; el 3 de agosto de 1895 se constituyó la comuna y los planos recién fueron aprobados mediante el decreto del 29 de abril de 1940, estableciéndose que abarca aproximadamente 287 Km2. en un territorio con fáciles comunicaciones.

Diversos testimonios escritos desde que empezó la colonización en Moisés Ville, indican dificultades similares a las que enfrentaron los inmigrantes que llegaron a Esperanza en enero de 1856: alternancia de períodos de sequías y otros de inundaciones que incidían en el estado de la tierra; frecuentes mangas de langostas que devoraban en minutos el trabajo de varios meses; otras plagas como un tipo de gusano –las gatas- que se alimentaban vorazmente y disminuían la calidad de las cosechas.

Tales inconvenientes no impidieron que los colonos se organizaran para promover más actividades culturales -ya que es insoslayable que cualquier actividad humana es un hecho cultural-, aunque todavía en algunos discursos se insiste en hablar de actividades culturales refiriéndose sólo a expresiones artísticas en el rumbo de lo pictórico, lo literario, lo musical…

Hay un arte de vivir y convivir cuyas leyes son simples, que pasan casi inadvertidas: están directamente relacionadas con “el conocerse a sí mismo”, el saber qué aptitudes y actitudes se asumen día a día; saber qué es lo que no se debe hacer, teniendo en cuenta lo que no se está dispuesto a soportar que otra persona haga en su contra; el aprender lo necesario para producir al menos lo que se consume evitando no alterar el equilibrio ecológico; sentir la necesidad de ser solidario; interpretar que si se ama la paz es imprescindible trabajar por la justicia, respetar la libertad

(En este tercer milenio donde tanto se habla de la necesidad de una actitud solidaria de los gobiernos y “los gobernados” de todos los continentes, más allá de las fronteras establecidas por acuerdos políticos y de las diferencias que puedan surgir entre diferentes creencias, es oportuno recordar que el 1º de Enero ha sido declarado Día Internacional de la Paz por el Papa Pablo VI y en 1972, anunció el lema para ese año: “Si quieres la paz, trabaja por la justicia”. En los años siguientes expresó: “ “La paz es posible”  (1973); “La paz también depende de ti” (1974). S. S. Juan Pablo II, su sucesor, asumió esa misión apostólica el 16 de octubre de 1978 y tres años después dijo: “Para servir a la paz, respeta la libertad.”

Son orientaciones que nos servirán para poder seguir viviendo juntos… sin cruentas luchas, sin que los de mayor riqueza se olviden de quienes menos tienen…)

Mutualismo, cooperativismo…

Distintos hechos han demostrado la solidaridad del pueblo judío y quienes llegaron a este extremo sur de la América hispánica también demostraron su entusiasmo por el mutualismo y el cooperativismo.

Expresó Gudiño Krämer a mediados del siglo diecinueve, que:

“…desde el año 1908 funciona con éxito una mutual agrícola, que ha hecho mucho a favor del cooperativismo agrario, demostrando su eficacia.  Esta sociedad ha trabajado a favor del establecimiento de emigrantes alemanes en los años del nazismo.  Los primeros grupos llegaron en 1936”…

“Sociedad Kadima” y su biblioteca…

Hacia 1909 algunos vecinos de Moisés Ville decidieron constituir la Sociedad Kadima, y se ha reiterado lo que expresó cuarenta y tres años después uno de aquellos fundadores:

“En una pequeña aldea, denominada Las Doce Casas, cuando después del rudo trabajo de roturar la tierra virgen, se ha conseguido una posición más o menos holgada, los muchachos en los días sábado, cuando se reunían desarrollando coloquios íntimos que versaban sobre la bondad de sus equipos, sobre cuál de los tambos era mejor, quién de los muchachos era mejor parvero y quién de los colonos era más madrugador en tiempo de la arada, concibieron la idea de fundar una sociedad cultural, para solazar el espíritu de la gente de campo.  Esos jóvenes que intuían la necesidad de poseer una biblioteca, recolectaron entre sí los primeros cien pesos con el fin de adquirir libros”. . 99-100

Biblioteca Popular “Barón Hirsch…

En Moisés Ville se organizó una biblioteca popular, fundada de acuerdo a la Ley 419/1870 sancionada por iniciativa del sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la Nación durante el período 12-10-1868 a 12-10-1874.

La Biblioteca Popular “Barón Hirsch” está registrada en la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares.  En los primeros treinta años de labor, tenían “edificio propio, cerca de 10.000 volúmenes, de los cuales unos 500 en idisch y numerosos textos para consulta pedagógica. Realiza actos de divulgación, culturales, científicos y literarios, y ha auspiciado muchas iniciativas progresistas”, escribía Gudiño Krämer a mediados del siglo pasado.  p. 100

1939: cincuentenario de la colonización judía en la Argentina.

Los diarios y periódicos editados en distintas localidades, permiten conocer algo más acerca de la historia de los pueblos.  El 15 de octubre de 1939 se difundieron las opiniones de algunos residentes en la zona de Palacios, en la edición extraordinaria de El Alba de Moisés Lille -desde su origen en castellano-, “con más de veinte años de existencia que se imprimía en los talleres Gráficos ‘El Relámpago’, también propiedad de judíos.

Es interesante tener en cuenta esta conclusión:

“…uno de los males que pesan en detrimento del mejor desarrollo de nuestra colonización, es sin duda, la inestabilidad de la juventud y su éxodo de las colonias.  Su origen se remonta al desacierto de la Jewish, a aquel maldito decreto de no colonizar a hijos de colonos.”

En esa misma dirección, otro análisis del joven Valerio Kipen, representante del Congreso Juvenil Agrario lo impulsó a expresar estas preguntas:

“¿Debe la Jewish colonizar a estos jóvenes? ¿Son, por ventura, inmigrantes, extranjeros y perseguidos?  ¿No son, acaso, jóvenes argentinos, con nuestras costumbres, nuestro idioma, con conocimiento del suelo y de los trabajos de la chacra? ¿No se trata de un problema que corresponde al gobierno argentino, nacional y provinciales, y no a una organización particular que tiene por misión proporcionar un medio de vida honesto a los judíos perseguidos?”

Si sorprenden aquellas decisiones que implicaban una inaceptable discriminación, la injusticia es de idéntica magnitud si se analiza lo que sucedía con los nativos, los criollos que tenían que ambular de estancia en estancia para trabajar como peones -con toda la familia incluida para cualquier servicio necesario-, sin que se le ofrecieran las posibilidades de acceder a la propiedad de la tierra ni siquiera a partir de 1853, cuando se abrieron las puertas “a todos los hombres del mundo que quieran poblar el suelo argentino” donde ellos habían estado hasta entonces, siendo luego también “perseguidos”, obligados a ser familias errantes o a ocultarse en espacios como máximo, algún ombú les regalara su sombra…

Monumento al General San Martín

El presidente de la comisión que organizó los actos del Cincuentenario, propuso que en la plaza se instalara un monumento al general San Martín y aprobada la iniciativa, oportunamente se concretó.

Tiempo después, en Moisés Ville un grupo de ex-agricultores fundaron la “Sociedad de Ganaderos Unidos” adherida a la “Sociedad Rural” de San Cristóbal.

Las Palmeras…

Al norte de Moisés Ville, recién en el año 1904 la Jewish fundó el pueblo Las Palmeras.  Abarca aproximadamente 139 Km2., la comuna fue reconocida el 5 de setiembre de 1912.

 

(En esta mirada hacia esa región, vislumbro la trayectoria de una amiga desde la niñez, joven maestra residente en Santa Fe y que a principios de la década del ’50, viajaba hasta ese lugar para desempeñarse en no sé qué escuela…

Su nombre: Otilia Isabel Dienstag Landeau, ¡Pupi!… era profesora de inglés.

Tiempo después, decidió trasladarse a la capital federal y allí desempeñó funciones de relevancia en el Banco de Londres, según las últimas noticias… hace ya bastante tiempo.

En mis vivencias, he reconocido idéntica importancia como valores tanto a los acuerdos como a las disidencias, porque para establecer el equilibrio estable se necesita ubicar el punto equidistante entre los dos extremos de un segmento…

Estoy convencida de que las religiones deben religar, no separar.

Tampoco separan los ríos, si entre una y otra orilla ha sido posible construir un puente -o un túnel como el subfluvial que une Santa Fe de la Vera Cruz y Paraná-; si desde ambos extremos se lo puede transitar con libertad.  En caso contrario, quizás será factible cruzar el río a nado o navegando, si hay medios para esa fascinante aventura…

Al fin, todos semejantes, como decía el poeta:

“ somos los ríos… que van a dar a la mar… que es el morir”…

¡Sepamos vivir y convivir en armonía!…

Sólo tenemos la categoría pertinente a una especie más sobre el planeta tierra, y sabido es que si estamos parados, no es porque somos prodigiosos ni heroicos, sino por la ley de gravedad…

(Nidia Orbea Álvarez de Fontanini. Otoño 2004.)

 

[1] Los diarios de sesiones del Congreso Nacional y de las Provincias, pueden ser leídos en las Bibliotecas de las Legislaturas, entre ellas la de la Legislatura de la Provincia de Santa Fe, creada en 1882, actualmente dependiente de una Comisión Bicameral Administradora.

[2] José Miró, falleció el 9 de diciembre de 1896 y fue recordado al conmemorarse el cincuentenario.  Don Luis Gudiño Krämer, jefe de redacción del diario “El Litoral” de Santa Fe, participó en ese acto.

[3] Los inmigrantes judíos fundaron colonias en la provincia de Entre Ríos: Clara (fundada entre 1892-94, 80.000 hectáreas adquiridas a “La Agricultura” S. A. con tres colonos descendientes de los primeros que trajo esa sociedad.  Dos años después eran 452 personas y 113 familias abandonaron ese lugar en el año 1900, ubicándose en su lugar a hijos y yernos de inmigrantes, más 200 familias que habían llegado sin intermediarios); Ubajay, Lucienville, Domínguez, San Antonio (prácticamente una prolongación de Clara, adoptó ese nombre porque Antonio García era el propietario de los terrenos y la Jewish adquirió  22.300 hectáreas; la única comunicación era desde el Puerto Colón, sobre el río Uruguay. Se terminó de poblar con emigrantes rusos entre 1907 y 1907 y con 135 vecinos de Clara y Lucienville.  López y Berro (1907, en terrenos adquiridos en 1892 con hijos de colonos y familias de Clara), Cubelo y Walter Moss en 1908; Colonia Luis Oungre, instalada en terrenos comprados al Dr. Estanislao Zeballos, antes “La Gama” y primero criaron animales y la arrendaron a una sociedad inglesa hasta 1918, recién se colonizó en 1925 con un grupo de 16 familias -con hijos y yernos- cuando ya disponían de los servicios del ferrocarril.  Datos aportados por Gudiño en las páginas 89-90.

[4] Gudiño Krämer, Luis. Folklore y Colonización. Santa Fe de la Vera Cruz, Ediciones Colmegna, 28 de marzo de 1959, p. 81-108

[5] Gudiño Krämer menciona

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