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Teófilo Rodolfo Allou, tallista  (Paraguay, 1909)

Artista en el exilio.

Presencia del General Lanusse y señora.

Presencia de Vicente Solano Lima.

Canto de los poetas.

El tallador de Iguazú.

Tallador misionero.

Teófilo Rodolfo Allou, tallista  (Paraguay, 1909)

Llegamos hasta Puerto Iguazú en Misiones, después de recorrer la ruta pavimentada mientras observábamos el contraste de la tierra colorada y de la exuberante vegetación.  No éramos turistas sino viajeros.

Como ha sucedido en todos los viajes, se impone la belleza de la naturaleza y en ese ámbito, es significativa la presencia del hombre y el valor de su cultura.

Allí era posible acercarse por primera vez a la selva y conmoverse al contemplar ese juego misterioso de luces y sombras debajo de altos árboles donde las enredaderas trepan entre lianas mientras cada ave repite su nota para la sinfonía matinal.

Artista en el exilio…

El 9 de abril de 1977, llegamos hasta el refugio de Teófilo Rodolfo Allou, un paraguayo nacido en Yaguarón “en el año 1909, casado con doña Angela Filippini Galindo, vino a nuestro país en 1947, primero a Ñacanguasú y luego a Puerto Iguazú, donde reside hace 27 años.  Allí nacieron dos de sus siete hijos. Es un auténtico altoparanacero”, según lo expresado por Julio C. Sánchez Ratti, en Posadas, en mayo de 1975.

Delgado, canoso, con anteojos, lento para expresarse e intenso en el mensaje: dijo que allí tiene el material al alcance de la mano, que selecciona la madera y elige los troncos y ramas que por sus formas se asemejan a lo que ya ha imaginado. Así fue como frente a un tronco de paraíso develó el amor de una madre abrazando a su niño.  [1]

Después, fue posible hallar más señales porque desde Posadas, el 10 de setiembre de 1965, Alberto Carisimo había dejado su testimonio: “El montonero que en Agosto de 1947 marchando rumbo al exilio luchó largas y penosas jornadas contra la maraña inextricable de la selva paraguaya, volvió después de tres lustros a tomar férvido contacto con muchedumbre de árboles y bejucos en tierra argentina, fraterna y generosa.

Allá el machete de la diestra del Hombre -frustrado su ideal de Libertad- abría sendas para huir de la horda roja, ululante y despiadada.  Y es posible que los ojos de este valiente soldado del liberalismo paraguayo, siquiera fuese raudamente, advirtieran ese ‘algo’ al que luego dedicaría todos sus mejores afanes.  Porque es en el bosque misionero, acompañado de cerca y de lejos por la música de las aguas embravecidas de las Cataratas del Iguazú, donde emerge el genio subyacente del artista y se cumple el destino de Rodolfo Allou”… ”

Allou obtuvo el título de odontólogo y evidentemente, prefirió ver las bocas abiertas como respuesta al estímulo del deslumbramiento por la belleza, antes que como consecuencia del dolor.  En su atellier “Imágenes de la Selva” -en realidad, Museo de la Selva…- estaba representada la “Chiperita paraguaya”, la vendedora de chipá, oloroso pan de almidón de mandioca amasado con huevo, grasa de vaca, queso criollo y jugo de naranja… La talla sobre cancharana tiene sesenta centímetros de altura: “Sobre sus renegridos cabellos ha puesto el rodete de paño, su ‘apuetéraó’, sobre el que posará su canasto ‘ayacá’, pesado por su carga de fragente ‘chipá hacú’, que es su pregón: ‘Chipá cliente’… ”

En madera del árbol isaápúi -un metro y medio de altura-, talló “Mujer ‘mbyá’… parcialidad guaraní que habita Misiones  y  que también lo inspiró para tallar Futura Madre en cedro, de 1.20 de altura.  Lo religioso es pertinente a toda su obra y en un tallo de cocú representó a Santa Bernardita; en madera de cancharana  a Cristo

Se ha reiterado: “es posible que la fantasía, el vuelo imaginativo… le venga al señor Allou por herencia, en razón de que es directo descendiente de Julio Verne.  Y citar a Verne podría ser suficiente para explicarlo.”

Presencia del General Lanusse y señora…

El 5 de abril de 1970, estuvieron en el refugio de Allou, la señora María N. B. de Lanusse y el Tte. Gral. Alejandro O. A. Lanusse (Comandante en Jefe del Ejército), presidente provisional hasta el 25 de mayo de 1973, momento en que asumieron el Dr. Héctor José Cámpora, odontólogo de San Andrés de Giles y militante en el movimiento nacional justicialista desde su creación y el vicepresidente Vicente Solano Lima.

La señora de Lanusse, en el álbum de visitantes dejó escrito:

“Muchas cosas extraordinarias hemos visto en Iguazú, la mano de Dios, que nos brinda la belleza imponente de la naturaleza, aquí, a nosotros, hombres, nos resulta fácil ubicarnos en nuestra limitada dimensión.  Y aquí, como última actividad de esta visita, hemos tenido la suerte de poder conocer a este gran artista y gran paraguayo, que ha sabido aprovechar e interpretar algunos caprichos de la naturaleza, para darle una extraordinaria y original expresión artística. ¡Muchas gracias!”

Desde Buenos Aires, el 17 de abril, el comandante necesitó expresarle su agradecimiento “en nombre propio y en el de su señora… por las atenciones de que fueran objeto durante la permanencia en Iguazú.”

Día a día siguieron llegando visitas y el domingo 2 de agosto de ese año -1970-, estuvieron el contralmirante Rubén Giavedoni acompañado por el Capitán Payer; el Prefecto Mayor Jorge Lafuente, los subprefectos Quiroga, Tognola y Walter Loto.

Presencia de Vicente Solano Lima

En abril del año siguiente, don Vicente Solano Lima -destacado político y compañero de ruta del doctor Héctor Cámpora…- y dejó sus impresiones:

“Dedico estas línea al artista que ha desentrañado la poesía que se oculta en el misterio de la Naturaleza y ha creado un profundo simbolismo de la Belleza, del Bien, del Amor”.

A continuación, quedó escrito:

“De la madera muerta hallamos la prueba más elocuente de la vida que Dios sopló sobre todo lo creado.   Iguazú, 6/4/1971. Alberto Fonrouge y Angélica A. de Fonrouge”.

Luego hay algunas señales del humorista español Gila -el que empezaba sus diálogos telefónicos diciendo:  “-¿Está…?   Pues, que se ponga…”, junto a Evangelina Salazar de Ortega y Mona Quintana…

Canto de los poetas

Los poetas le han cantado a…

El tallador de Iguazú

“Rodolfo Allou teje sueños

con raíces de la selva;

él solo conoce el grito

dormido en cada madera.

 

Cuando en picadas perdidas

va buscando formas nuevas

su corazón misionero

se va llenando de estrellas.

 

Raíces de Cancharana,

timbó, Nogal o Palmera,

reverdecen en sus manos

y reciben vida nueva.

 

Allá, por Puerto Iguazú,

atada a la Madre Tierra,

Rodolfo Allou teje el sueño

milenario de la Selva.”

Prof. Juan José Caruso.

 

Año tras año, “la semana de mayo” que culmina el día veinticinco, entre los argentinos tiene connotaciones significativas.

El 22 de mayo de 1810 se realizó el cabildo abierto en la Plaza Mayor de Santa María de los Buenos Ayres y tres días después se constituyó la Primera Junta de Gobierno.

 

En el siglo veinte, el 22 de mayo de 1973, desde Federal (provincia de Entre Ríos), el poeta Víctor A. Seri necesitó expresarle “con toda humildad y afecto”:

Tallador misionero

“En el vértice noreste de la Patria,

allí donde se hermanan las fronteras

y canta el Iguazú sus cataratas;

allí donde la selva misionera

-corazón de la tierra colorada-

alberga todavía en sus entrañas

el misterio profundo de la raza,

te encontramos un día, Don Rodolfo,

centinela en la puerta de tu casa

con cierta lejanía en tu mirada.

 

Y al hacernos pasar a tu morada,

no sólo vimos tu obra, inigualada,

original y exclusiva en cada talla,

delirio artesanal que se desgrana

en vida, muerte, religión plasmada,

animales, historia y humoradas;

vimos al Hombre, vivo en tu palabra,

al que busca la paz y se desangra,

al que sueña, al que crea y al que ama.

Y así oficiamos la Semana Santa.”

 

Lecturas, vivencias, síntesis… Nidia Orbea Álvarez de Fontanini

[1]  Tallas de Madera – Allou – Iguazú.  Cartilla (34 páginas).   “Madre”  – “Homenaje a la madre criolla nativa, con su hijito en brazos.  De un tronco de paraíso.  Apenas trabajado los rostros y algo del brazo. Altura total 1,50 mts.”

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