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Arturo Jauretche (Buenos Aires, 1901-1974)

Algunas señales en el Camino.

Resonancia de su prédica.

Último Vuelo en el día de la Patria.

Jauretche alude a la práctica de la eubolia.

2002: “Homenaje a un militante de la causa nacional”.

“Descubrir las zonceras que llevamos adentro es un acto de liberación: es como sacar un entripado valiéndose de un anti-ácido, pues hay cierta analogía entre la indigestión alimenticia y la intelectual.  Es algo así como confesarse o someterse al psicoanálisis’ -que son modos de vomitar entripados- siendo uno mismo el propio confesor o psicoanalista.  Para hacerlo sólo se requiere no ser zonzo por naturaleza; simplemente estar solamente azonzado, que así viene a ser cosa transitoria, como lo señala el verbo.” A. Jauretche.

Algunas señales en el Camino…

Arturo Jauretche nació en Linconl (Buenos Aires), el 13 de noviembre de 1901.  En la contratapa de El medio pelo en la sociedad argentina (Peña Lillo editor, 15ª ed., octubre de 1983), se destaca que “fue uno de los testigos más sagaces que tuvo el país en los últimos cuarenta años.  Soldado de la revolución del 33 en Paso de los Libres, poeta que cantó esa patriada, fundador de FORJA, acuñador de felices expresiones incorporadas al lenguaje popular de la política; pensador y fecundador de ideas en una Argentina esterilizada por la oligarquía; Jauretche fue en definitiva, el más empeñoso demoledor de los mitos que perturban la comprensión de la argentina real. /…/ Su sonrisa es filosa y lo contagioso de su humor vital no es una de sus menores virtudes como escritor.”

Sabido es lo reiterado por Jorge Torres Roggero, en su libro titulado Jauretche – Profesta de la esperanza, en torno a la trayectoria de Jauretche y tras la lectura de lo escrito por Juan José Hernández Arreghi: ” …realizó en Buenos Aires diversas tareas y unió la característica rapidez mental del porteño (…) con aferradas raíces provincianas, que impregnan sus escritos de una gracia sencilla e inconfundible.  Es un de los periodistas polémicos (subrayamos) argentinos más eficaces, dotado de una intuición certera para comprender los problemas y organizarlos en la idea central que ha ocupado su vida: el país argentino.”  [1]

Resonancia de su prédica…

En otro libro publicado también con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento, el poeta Orlando Calgaro, -en ese tiempo funcionario de la subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe-, en el prólogo de dos conferencias de Jauretche hasta entonces inéditas, expresó: “…Arturo Jauretche estuvo siempre con la Causa Nacional.  Su amor a la patria fue inalterable, por ello el tenor de sus escritos no se modificaba sino cuando variaban las condiciones de nuestra dependencia.  Es también quizá por ello que no admitía ser considerado un intelectual con los alcances que el término tiene en  la concepción liberal de la cultura y su correlativa distribución de prestigio.”  [2]

Durante el gobierno del C.P.N. José María Vernet, se integró una Comisión Provincial de Cultura que presidió el poeta José María Castiñeira de Dios, quien el martes 29 de mayo de 1984, disertó en el Centro Cultural de la capital santafesina durante un acto que había auspiciado la subsecretaría de cultura provincial y organizado por el Ateneo “Arturo Jauretche” presidido por el Dr. Juan Carlos Collado -–quien presentó al orador-, con el propósito de evocar a Jauretche y a Raúl Scalabrini Ortiz.

“Castiñeira de Dios dedicó la primera parte de su conferencia a exaltar las virtudes del conocido pensador y creador de FORJA, a quien calificó como ‘un criollo de ley’.  Entre otras cosas remarcó los aportes hechos por el autor del ‘Manual de zonceras argentinas’, ‘Los profetas del odio y la yapa’ y ‘El medio pelo en la sociedad argentina’, en la construcción del pensamiento nacional.”  [3]

Su constante labor como periodista y escritor –a pesar de haber soportado discriminación y persecución-, perdura en distintas ediciones:

  1. De memoria. Pantalones cortos. (1ª edición 1972, reeditada en 1975…)
  2. El medio pelo en la sociedad argentina. (1ª ed. en 1966, varias reediciones…)
  3. Ejército y política. (1ª edición 1958)
  4. El Paso de los libres. (1ª edición 1934, reeditada en 1974.)
  5. El plan Prebisch. Retorno al coloniaje. (1ª ed. 1955, reeditada en 1974.)
  6. Filo, contrafilo y punta. (1ª ed. 1964, reeditada en 1974.)
  7. FORJA y la década infame. (1ª edición 1962; 3ª 1974.)
  8. Los profetas del odio. (1ª ed. 1957, sexta en 1973.)
  9. Mano a mano entre nosotros. (1ª ed. 1969; 7ª ed. 1974.)
  10. Manual de zonceras argentinas. (1ª ed. 1968; décima, julio de 1983.
  11. Política nacional y revisionismo histórico. (1ª ed. 1959; 4ª en 1974.)
  12. Política y economía. 1ª edición 1977.
  13. Prosa de hacha y tiza. (1ª ed. 1960; tercera en 1974.)

Último Vuelo en el día de la Patria…

Don Arturo Jauretche falleció en la madrugada del 25 de mayo de 1974, “en su casa de la calle Esmeralda al 800” como recuerda Orlando Calgaro en el prólogo del libro titulado Metodología para el estudio de la realidad nacional, editado en Rosario al conmemorarse el décimo aniversario de aquel día memorable.

(El veinticinco de mayo del año anterior, había asumido la presidencia de la Nación el doctor Héctor José Cámpora -elegido por la mayoría de los ciudadanos que concurrieron a los comicios del 11 de marzo- mientras Perón seguía soportando la proscripción decretada a partir de septiembre de 1955. Coherente con la consigna de un sector de ese electorado: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, el presidente renunció y tras la sucesión pertinente, se convocó a nuevas elecciones siendo así proclamado por tercera vez.  Asumió el 12 de octubre de 1973 y pasó a la inmortalidad el 1º de julio de 1974.)

Durante el otoño de 1974, declinaba la salud del presidente Tte. Gral. Juan Domingo Perón y la muerte de Jauretche lo conmovió había sido un perseverante militante desde FORJA  -fuerza de orientación radical de la joven argentina-, uno de los tantos grupos de jóvenes que apoyaron su candidatura a la presidencia a partir de octubre de 1945.  Luego, Jauretche siguió apoyando el proyecto nacional justicialista desde distintas tribunas políticas y también con sus manifestaciones en sucesivas ediciones…

Jauretche alude a la práctica de la eubolia…

“Cuando el onganiato fracasa en su intento de quedarse con el peronismo sin Perón después del Cordobazo, los que intentan borrar la memoria del pueblo se dividen en dos bandos de confrontación supuestamente ideológica. El liberalismo antinacional y el nacionalismo de derecha.

Un choque se produce en el escenario de ‘debate’ que propone el diario La Nación entre el Coronel Juan Francisco Guevara y la editorial de los Mitre. La Nación le recomienda en la oportunidad al militar que practique la eubolia, es decir el don de hablar con cordura y moderación. Jauretche se inmiscuye en el debate, por supuesto que fuera de las páginas del diario del ‘libre debate’ que nunca le cedió ese derecho diciendo:

Principiemos por saber que hay eubo-vivos y euboludos. Los eubo-vivos aprovechan las metidas de pata de los eubo-ludos.

El eubo-vivo es liberal y pro-imperialista y está plantado en el siglo XIX. El eubo-ludo es antiliberal, se cree antiimperialista y está plantado en el siglo IX.  El eubo-vivo no quiere discutir, ni tocar temas que correspondan al siglo XX.   Necesita de un eubo-ludo que en lugar de ajustar el país a la realidad de hoy, lo quiera ajustar a la realidad del siglo de hace diez u once siglos. Así el siglo XIX sigue pareciendo moderno por comparación y al eubo-vivo le resulta cómodo argumentar frente al eubo-ludo. Esto lo decimos con la esperanza que gente de buena fe deje de hacerle el juego a los eubo-vivos con sus euboludeces de restauración del tiempo de ñaupa, imposible y grotesca y que tienen interés en divulgar los eubo-vivos para impedir el desarrollo de las auténticas ideas nacionales.

Así castiga Jauretche tanto al nacionalismo de derecha que se para en Onganía, como al liberalismo conservador que viene de la mano de otro uniformado: Alejandro Lanusse.”

2002: “Homenaje a un militante de la causa nacional”.

Desde la duodécima página del diario El Litoral de Santa Fe de la Vera Cruz, capital de la provincia argentina, se difundió lo escrito por José Roberto Ángel:

“El 25 de mayo de 1974 moría Arturo Jauretche. / Recordarlo en el marco de la dolorosa realidad que vive la sociedad argentina, desesperanzada, con una calidad de vida que se degrada cada día más y absolutamente desencantada con una clase dirigente que no la representa y no encuentra respuestas capaces de proyectar un futuro diferente, no es pecar de anacrónico ni de nostálgico.  / Porque el pensamiento jauretcheano está más vigente que nunca, ya que recuperar la identidad nacional, el compromiso ético y el debate de ideas no ha pasado de moda.  / Arturo Jauretche fue un crítico de las deformaciones culturales: ‘La intelligentzia no es un patrimonio de los liberales.  Se mete en las filas nacionales, embauca las maneras de pensar y decir.  Nadie está exento de la colonización pedagógica… No denunciar al enemigo real en la Argentina dependiente es un síntoma de colonización pedagógica.

¿Quiénes son hoy los enemigos?

Si Jauretche viviera hoy hablaría sin ambigüedades como un nuevo ‘Estatuto legal del coloniaje’ (término con el cual desde Forja, junto a Homero Manzi y Raúl Scalabrini Ortiz, definieron a la década infame) al modelo conservador instaurado en marzo de 1976 y todavía vigente, que nos condena a la humillación, que nos hace resignar a no tener autodeterminación y tampoco soberanía. / Si no, veamos algunos datos estadísticos del economista Claudio Lozano: la tasa de desocupación es cinco veces mayor que en 1975; el salario promedio cayó un 60% en relación a la misma fecha; los niveles de pobreza crecieron un 600%.  /  En 1975 había 22 millones de habitantes y 2 millones de pobres.  Ahora hay 37 millones de habitantes, de los cuales cerca de 20 millones son pobres.

La Argentina vendió todas sus empresas y encima tiene una deuda de más de 140.000 millones de dólares y el capital argentino tiene 120.000 millones depositados en el exterior.

Siguiendo con este ejercicio de imaginarnos a Jauretche vivo, seguramente desde el ‘último’ volumen de Manual de zonceras argentinas (cuyo principal objetivo era tener ‘sentido común’ para pensar y reflexionar sobre la realidad), nos hubiera advertido que ‘achicar el Estado no es agrandar la Nación’, que ‘los argentinos no éramos derechos y humanos’, que ‘la casa no está en orden’, sobre ‘el salariazo’ y la ‘revolución productiva’, etc.  Y como poseedor de un firme compromiso con su país y con su gente, seguramente lo hubiéramos visto los jueves acompañando la dignidad de las Madres, suscribiendo los términos de la Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar el 24 de marzo de 1977, compartiendo la lucha y posterior alegría de Juan Gelman al encontrar a su nieta.

El  grupo de rock Los Piojos, con su tema San Jauretche, ha logrado que los jóvenes, en sus recitales, coreen el estribillo: ‘Yo le pido a San Jauretche que venga la buena leche’.  ¿Habrá llegado a la Argentina la hora de la ‘buena leche’?, es decir, la hora del compromiso, de definir qué país queremos, con quiénes construirlo, de salir de la mediocridad, de dejar de pensar en situaciones mágicas y de esperar líderes mesiánicos y providenciales.

Volvamos a la lúcida reflexión del maestro Arturo Jauretche:  ‘Nada puede construirse desde arriba si no se trabaja en el seno del pueblo’.

Pero especialmente, no olvidarse que ‘no se trata de cambiar de collar, sino dejar de dejar de ser perro’.”

 

[1] Torres Roggero, Jorge. Jauretche – Profesta de la esperanza.  Rosario. Editorial “Fundación Ross”, 22 de mayo de 1984, p. 29.

[2] Jauretche Arturo. Metodología para el Estudio de la realidad nacional.  Prólogo: Orlando Calgaro. Rosario, edición conjunta de “La Ventana” y “Fundación Ross” Editorial.

[3] “Castiñeira de Dios: ‘Unirnos sí, pero para liberarnos’…” Nota en tres columnas con dos fotografías, publicada en el Diario “El Litoral” de Santa Fe de la Vera Cruz, miércoles 30 de mayode 1984, p. 6.  # José María Castiñeira de Dios nacido en Ushuaia y residente en Buenos Aires desde la niñez, católico de reconocida militancia, fue colaborador de la señora María Eva Duarte de Perón durante su trabajo en la Fundación; periodista y poeta –algunos trabajos se incluyeron en la revista Mundo Peronista (1949-1953)-, presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano; secretario de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación; titular de la Comisión de Cultura, Educación, Ciencias y Tecnología del Partido Justicialista; hasta entonces autor de once libros; luego siguió publicando y ha recibido la “Faja de Honor” de la  SADE – Sociedad Argentina de Escritores- de Buenos Aires; diversos premios y distinciones.  El miércoles 30 de mayo, pronunció una conferencia en la Universidad Nacional del Litoral refiriéndose a “Universidad y Cultura”.

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