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Como nacen los brotes… y algo más. (1989-2006)

Como nacen los brotes… y algo más. (1989-2006)

Casi prólogo…

Como nacen los brotes… (1989)

El estraperlo.

De la errante vida familiar.

“Palabras del Caudillo”.

Experiencias familiares anteriores.

Antonio.

Pedro.

Andrés.

Luisa.

Salvador

Francisco.

Ramón.

María.

José-Manuel

Carlos y Agustín.

Fidel

Víctor

Simón y Pablo.

Roberto.

Juan y Marta.

Enrique.

Rafael

Jorge, Mateo y Ángel

Jaime.

Lorenzo.

Esteban.

¿René o Juan?.

Repatriación de los niños españoles.

La guerra y los niños.

Desmoralización.

Campos de observación y conclusiones.

El cambio de medio.

Familia y desarraigo.

Formación ética: medio, vida interior y Enseñanza del Estado.

Campo de concentración de Rivesaltes.

Imágenes

Estampas de la guerra.

En torno a la Religión y nacionalidad.

Carta de una madre a los “guardadores de sus hijos”.

Carta de un padre a sus hijos.

Bálsamo para el espíritu.

Manuel Francisco Isaac Albéniz (1860-1909)

José Ángel Hevia Velasco.

Del terruño.

Al otro lado.

Del vivir y vibrar.

¡Soldado de mi Patria!

Noviembre de 1982: “Club Español” de La Plata (Buenos Aires)

A España.

Santa Fe de la Vera Cruz.

Mis hijos.

Nocturno.

En vuelo la palabra.

 

——o0o——

Como nacen los brotes… y algo más. (1989-2006)

 

Como nacen los brotes… de la intolerancia, del odio, de la desesperación, de la beligerancia… es posible advertirlo tras la lectura de parte de lo escrito acerca de la guerra civil española o lo referido a algunas de sus consecuencias.

Tales conocimientos y emociones fueron generando en mi memoria sucesivas impresiones e íntimas vibraciones, casi con sones de violonchelo o de lejana gaita…

Casi prólogo…

En octubre de 1989 con mi amado amante -Eduardo Rodolfo Fontanini Doval-, terminábamos algunos trámites antes de partir hacia España para esperar más cerca aún, el nacimiento de nuestra única nieta gestada en Cataluña.

Terminé de elaborar unos libros, con encuadernación artesanal y entre ellos, el 17 de octubre de 1989: “Como nacen los brotes…”   [1]

Dejé un ejemplar en Balcarce 50 en la capital federal -en la planta baja de la Casa Rosada- y llevaba en la maleta otro para Martita y Rubén, que en ese tiempo vivían en Rambla Barnés 4, departamento primero del cuarto piso, propiedad del cordial lloretence Manel Font con quien deseaba comunicarme.

El tercero, sería entregado a la primera persona con quien dialogara y espontáneamente aludiera al pasado de Lloret de Mar y a la guerra civil española.

Ese luminoso departamento estaba cerca del mar, de la Iglesia, del Ayuntamiento y de “Can Garriga” como nombran también al Centro Cultural Verdaguer.   [2]

Al comenzar enero de 1990, salí una mañana con la agenda para anotar más señales e intentar elaborar sucesivas claves y después de saludar al encargado del Museo sentí que se aceleraban los latidos cuando me autorizó para sacar algunas fotos considerando que era argentina y que las necesitaba para escribir acerca de lo que había visto.

Miraba una y otra vez los objetos; en la memoria seguían pulsando otras señales y eran las que perduraban desde mediados de noviembre de 1950, cuando con un grupo de compañeras de quinto año del comercial de mujeres, llegamos hasta el Museo Histórico de Santa Fe para saludar al Director, nuestro respetado y sonriente profesor Dr. Víctor Mazzuca a quien sorprendimos casi al mediodía, pidiéndole que se acercara al aljibe para que pudiéramos tener una imagen fotográfica de ese momento.

Observé en seis salas de la planta baja y en la primera, una valiosa exposición de maquetas relacionadas con la historia de la navegación en esa villa de pescadores y de marinos que se animaban a cruzar el estrecho de Gibraltar, bordear las costas africanas, cruzar el Océano Atlántico para llegar hasta las islas centroamericanas o seguir hasta el Río de la Plata con la finalidad de concretar intercambios comerciales no sólo de frutos y productos elaborados, tampoco sólo para comprar tasajo porque algunos capitanes ejercían el “tráfico de esclavos”… como leí días después en Navegants i Mercaders, síntesis de la investigación histórica realizada por el ingeniero Agustí Vilà y Galí nacido en 1922, “en el seno de una familia de tradición marinera”.

Cuando llegué a la segunda planta, los dibujos y pinturas de Joan Llaverias Labró me conmovieron.  Encontré dibujos con trazos de plumín y tinta y algunos matices de su paleta que generaban cierto paralelismo con la obra del nuestro talentoso Juan Arancio.  La información disponible indicaba que Joan nació en Vilanova i la Geltrú, en 1865 y que en 1902 participó en el grupo fundacional del semanario Cu-Cut, reorientando su actividad tres años después dedicándose a la acuarela, “técnica en la cual alcanzó un prestigio internacional que lo llevó a hacer exposiciones a la Victory Gallery de Londres”.  Desde 1914, Llaverias vivió en Lloret de Mar y una importante colección de sus trabajos como ilustrador de revistas catalanas de renombre (“Cu-Cut” y “Ptufel”), también bellos paisajes son exhibiciones permanentes en las salas 7, 8 y 9.

Me detuve ante el autorretrato de Llaverias porque encontré más semejanzas, no sólo por los trazos firmes y el rústico atril,  Los anteojos, la barba y el bigote también caracterizan el perfil del “cumpa Juan”, nuestro hermano-compañero Juan Arancio, quien también logró proyectar su obra en Londres y en Estados Unidos hasta que iniciada la Gesta de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982, decidió terminar con los contratos con empresas británicas y estadounidenses, después de haber ilustrado durante décadas revistas e historietas que editaban en esos países e incluso habiendo realizado dibujos para los estudios de Walt Disney…

Necesito también expresar, que mientras estaba recorriendo aquellas amplias salas, una vez más me conmoví porque una misteriosa voz interior insistía:

¡El Océano no separa, une!

 

Observé una maqueta y se estableció otro nexo. Han representado el recinto fortificado ibérico del siglo II a.C. reconocido como Puig Castellet, “que domina el mar y el entorno inmediato desde una posición elevada.  La planta de forma pentagonal, se encuentra limitada por murallas y se distribuye alrededor de un espacio central de uso público”.  Las primeras noticias se difundieron en 1943 y las primeras excavaciones las iniciaron en 1968.

En la Argentina, a principios de la década del ’40 el doctor Agustín Zapata Gollán estaba orientando las excavaciones en “Santa Fe, la Vieja, fundada el 15 de noviembre de 1573 por el vizcaíno Juan de Garay, cuando era necesario tanto “abrir puertas a la tierra” como “abrir puertos” para el intercambio comercial entre la región del Río de la Plata y otros países, principalmente España… [3]

 

Rememoré entonces las últimas reuniones que concretamos en la Comisión Provincial de Cultura presidida por el poeta y político, católico ferviente José María Castiñeira de Dios, en la pequeña sala de la planta alta del “Museo Etnográfico” de Santa Fe, puesto en marcha por el doctor Agustín Zapata Gollán.  Recordé también la conferencia con proyección de imágenes que a mediados de la década del ’80 realizaron los investigadores Cristina Vulcano y su esposo Álvaro de Brito, arqueólogos contratados por la OEA (Organización de Estados Americanos) para avanzar en las investigaciones en Santa Fe, la Vieja de acuerdo al “plan global” proyectado…

No había sido por casualidad que durante aquellos momentos trascendentales en Santa Fe de la Vera Cruz se generaran los poemas que escribí y difundí con el título Meditación para los hermanos de mi pueblo. [4]

 

Terminado el recorrido por todas las salas, dialogué con el señor que me había atendido al entrar. Le expresé que volvería porque quería anotar algo más sobre Joan Lloverias y advertí en su mirada su alegría  porque estaba tan interesada por el Arte y la Historia de Lloret.  Comentó que en las últimas décadas Lloret había cambiado porque con el turismo había que realizar distintas obras.

Miró hacia el alto peñasco donde se destaca la Donna Marinera -símbolo de la mujer que esperaba el regreso de sus esposos navegantes- y señaló el lugar donde estaba la Ría.  Emocionado dijo:

-Yo miro hacia allá y aunque no está, aún veo el puente de madera que cruzábamos para ir hasta los bosques… Eran unos bosques enormes y ahí se refugiaban durante la guerra civil.

Interpreté sus percepciones, porque como destacó Antoine de Saint Exupèry: “Lo esencial es invisible a los ojos”…

 

Dialogamos unos minutos más y le pedí que me orientara acerca de escritores o poetas porque tenía el propósito de investigar sobre la historia de Lloret. Aludió a un poeta octogenario y dijo que por su edad, ya no participada en reuniones.  Le pregunté hasta qué hora estaría y acordamos que le acercaría un libro.

Entregué “Como nacen los brotes”… al señor Santiago Monet Abril y vibré como estoy vibrando ahora que describo aquellas circunstancias mientras advierto que dos lágrimas indiscretas suman cristal en mis lentes[5]

Le dije hasta mañana, porque tenía el propósito de volver con mi amado amante para recorrer todas las salas, rever imágenes y anotar lo necesario.

Luego él se comunicó con un escritor, acordamos encontrarnos en el Museo y así fue como conocí al ingeniero e historiador Agustí Vilá i Galí.

Ubicados en una sala de la planta baja del Museo, era grato escuchar sus relatos y advertir su vocación de escritor, su entusiasmo por la recopilación e investigación. Unos meses antes habían editado su libro Navegant e Mercaders. Una nissaga marinera de Lloret y nos explicó cómo lo había elaborado, destacó que no compartía algunas empresas que habían impulsado sus antepasados, como había sido el tráfico de esclavos africanos hacia Cuba, entre otros negocios tan frecuentes a principios del siglo XIX…

Le entregué un ejemplar del tercer volumen de “Palabras para compartir

Destaqué el vínculo generado tras esa propuesta, con el geómetra, poeta y periodista de Bologna, Otello (Mario) Martinetti, quien el 29 de septiembre de 1989 desde Bologna, Italia, escribía que “había leído con atención ‘para compartir’ con las autoras, a quienes felicito, especialmente por el deseo de hacer conocer a los demás el sentimiento de la poesía, la vibración lírica del alma, el pensamiento del corazón; en el deseo de vivir en felicidad y alegría.”

Leí el título del poema “Café ‘Gijón’ de Madrid y necesité comentarle que nombraba a nuestra nieta Josefina, a los once meses en viaje desde Buenos Aires hasta la capital española, para seguir hasta Barcelona, donde residieron unos meses hasta que eligieron Lloret de Mar para seguir viviendo y vibrando: primero en la calle Rambla Barnes 7, primer piso, departamento primero.

Necesité releer algunas estrofas:  [6]

…………………………………………….

Ven, caminante sereno…

confiarte quiero un secreto:

es imposible llegar

a la Madrid de mi abuela…

a la España donde ensaya

sus sílabas.. Josefina…

que brinca con sus dos años

y sueña con castañuelas.

Como en un arco de acero…

invisible y mágico…

arrojo al Océano

mi frágil sentimiento.

Sobre él se deslizan

rosas, sal y mieles…

hasta anclar en la noche

…en el Mediterráneo.

…………………………………………….

Van y vienen… vienen y van…

emociones vibrantes.

De Península a Península

un puente se ha tendido…

invisible al distraído…

mágico, místico, sublime.

En Avenida de Mayo

sobre la tierra Argentina,

políticos  y poetas

renuevan eternos pactos

de solemnes soledades…

convertidas en poemas…

en promesas no cumplidas…

mientras el pueblo en la calle

sigue altivo con su apuesta

de trabajo y esperanza…

Todo… todo se asemeja…

porque es única la esencia.

Aquí… llegaron de España

portadores del idioma…

de la espada y de la Cruz…

los fundados de pueblos.

Después llegaron los otros…

¡Todos en crisol se unieron!

Como en ‘Café de Gijón’…

tienen su templo los duendes

en la Avenida de Mayo.

‘Café Tortoni’ es su nombre:

                                        regazo de sueños,

                                        cuna de delirios,

                                        posada de amigos.

Sus luces hicieron guiños

a los rojos cascabeles

del verbo de Federico…

Reposan en los cristales

los versos de Rafael…

“‘Era un lugar donde uno

se sentía… cómodo”…

confirmaría él al evocar…

Que aquí el Tortoni

y allí el Gran Gijón

congregan a peregrinos

para atar promesas

y desatar pasiones…

Aquí el Tortoni…

allí el Gran Gijón…

son los pilares firmes

de la palabra viva

que va y viene… viene y va…

en sublime hermandad.

 

En ese momento, sobre una página de Navegant e Mercaders, don Agustí Vilà y Galí  dejó este testimonio manuscrito:

“Para Dña. Nidia Orbea de Fontanini compañera de inquietudes del espíritu e investigadora de nuestra Cataluña y de su Argentina.

Bien cordialmente. (Firma)

Lloret de Mar 2. Enero 1990.”

 

Una vez más, la voz interior insistía:

¡El Océano no separa, une!

…………………………………………………………………………………………………………………

Mientras regresábamos, rememoraba otros ámbitos de mi amada ciudad, las salas del Museo de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez”, donde el 24 de mayo de 1922 -exactamente diez años antes de mi nacimiento-, fue presentado el “Primer Salón de Pintura, Escultura, Dibujo y Grabado con un conjunto de noventa y cuatro obras, siendo Director el poeta y periodista Horacio Caillet-Bois.

En mayo, desde 1949, con Eduardo nos acercábamos para ver las obras seleccionadas y preferentemente recorríamos las salas donde exponían las pertenecientes al patrimonio del Museo.

Advierto que es necesario nombrar a algunos “precursores del movimiento plástico santafesino en los distintos institutos que dirigían” y que “se destacaron de acuerdo a sus posibilidades y valores propios”.

Entre ellos, mencionaré a los inmigrantes españoles que llegaron al Río de la Plata no para dedicarse al intercambio comercial sino al intercambio cultural.

Nacido en La Rioja en  1876, a los cuatro años llegó José María Reinares con sus padres y se radicaron en la capital santafesina donde vivían algunos familiares.  “Forjador de su propia cultura” luego fue el maestro de varias generaciones de artistas santafesinos; dirigió la Academia Provincial de Bellas Artes que funcionó en la mansión “la Chinesca” construida por el ingeniero Jonás Larguía  y luego vivienda del gobernador Mariano Cabal, hasta su fallecimiento en 1925.  [7]

El español Salvador Cabedo, nacido en 1869 en Valencia había estudiado “en la Academia de Bellas Artes de la ciudad natal, con los maestros Ignacio Pinazo y Eduardo Soler”. Llegó en 1907 a la ciudad de Buenos Aires y enseñó Dibujo en el Colegio del Salvador hasta que en 1911 se trasladó a Santa Fe de la Vera Cruz, capital de la provincia de Santa Fe.  Fue convocado para enseñar en el Colegio de la Inmaculada Concepción conducido por sacerdotes jesuitas. Después fue incorporado como maestro en la Academia “Reinares” y en el Colegio Nacional “Simón de Iriondo” creado en 1906, este año celebrando su centenario…  [8]

En 1925, el pintor de paisajes Juan Sol, nacido en Barcelona (Cataluña, España), después de participar en diversas muestras en diferentes provincias argentinas, en la década del ’60 expuso en la capital santafesina en el Museo Municipal de Artes Visuales donde conservan algunas obras, también “el Rosa Galisteo”  que posee tres paisajes realizados durante su juventud.

Desde 1940 residió en la capital santafesina la pintora Mercedes Viader de Planas Casas, nacida en 1904 en Barcelona (Cataluña). Han destacado que “en la búsqueda de imágenes la paleta le reserva para cada creación un halo de poesía” y en 1958 obtuvo medalla en el “Salón de Artistas Plásticos Santafesinos”.  [9]

Desde Infiesto en la provincia de Oviedo (España), donde nació en 1905, con sus padres llegó a la Argentina Gonzalo Villa y en Santa Fe de la Vera Cruz, asistió a los cursos de dibujo que dictaban en el “Ateneo de Arte” dirigido por Antonio Colón. Luego regresó a su tierra natal y después de participar en algunas exposiciones optó por dedicarse al periodismo. Volvió a la capital santafesina y en esta ciudad falleció.

Es oportuno recordar al argentino César Fernández Navarro, nacido en 1909 en Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires), realizó estudios superiores de dibujo y pintura “en Zaragoza (España), con el maestro Abel Buenos Gras.  En la ciudad de Bilbao integró el grupo de pintores de la ‘Asociación de Artistas Vascos’ y participó en las muestras colectivas organizadas por la citada institución, habiendo realizado exposiciones personales”. Regresó a la Argentina, expuso en “Amigos del Arte” en la capital federal y luego viajó a la provincia de Santa Fe, atraído por el paisaje residió en la ciudad capital.   En 1949 partió nuevamente hacia España, expuso en Zaragoza, Bilbao y en el Museo de Arte Moderno de Madrid. Viajero entusiasta, regresó a la Argentina y “en 1966 repite la gira por España y realiza nuevas muestras”; en 1966 expuso en la Galería de Arte de Londres, Inglaterra. Décadas después, en su casa situada en Guadalupe, en la zona noreste de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, inauguró el Museo “César Fernández Navarro”.

Tras esa aproximación a las artes plásticas, es oportuno continuar por los senderos de la Literatura. Antes de la Navidad de 1983, casi dos semanas después de asumir las autoridades electas tras el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, en la Sala Mayor “General José de San Martín” difundí el tríptico que titule Homenaje a la Palabra  y el 18 de octubre de 1991, concreté la presentación del quinto y último volumen de la colección Palabras para compartir… propuesta de promoción de la lectura que había iniciado dos años antes.

En “el Rosa Galisteo” suelen exponer el retrato al óleo del “Doctor Leoni”, obra del artista italiano Sergio Hocevar -nacido en 1896 en Trieste, estudiante de grabado y pintura en Viena y argentino por adopción-, más conocido como “Sergio Sergi”.

Esas señales se iluminaron semanas después mientras leía los Relatos de mi pueblo escritos por Joan Baptista Domènech i Artau.  Advertí algunas semejanzas entre quien para algunos había sido El loco Leoni” por sus actitudes excéntricas y la persona que Juan Bautista reconocía como un “viejo cenceño” que hacia la segunda década del siglo veinte, fue “Esteban Tal-Lari” destacado por el como “uno de los personajes populares de Lloret más curiosos y  especiales”.  [10]

El Museo de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez” es el lugar donde confluyen obras de autores argentinos y de distintos países.

Sabido es que el 26 de abril de 1937 la ciudad de Guernica, sagrada para los vascos porque debajo de su famoso árbol los reyes juraban respetar su autonomía, soportó el ataque de la Legión Cóndor -integrada por aviadores alemanes- y sólo quedaron escombros, prueba irrefutable del poder de la Luftwaffe.

El catalán Pablo Picasso necesitó plasmar una obra que constituye la memoria de ese atroz momento y sus reproducciones se han difundido en todos los continentes.

Durante la primavera, cincuenta años después del inicio de la guerra civil española, del 25 de octubre al 2 de noviembre de 1982 -organizado por la Fundación COPASA, en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez exhibieron 385 aguafuertes, grabados y litografías, trescientas ochenta y cinco obras del talentoso Pablo Picasso que habían expuesto entre el 7 y el 22 de octubre en el Museo Juan B. Castagnino de la sureña ciudad de Rosario.

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Una vez más,  vivir es vibrar.

Reitero lo que leí: Primo de Rivera había creado La Falange, gobernó en España entre 1923 y 1931.  El rey Alfonso XIII había abandonado el trono para evitar una guerra civil mientras Mussolini y Hitler avanzaban con el fascismo y apoyaban a los conspiradores.

En febrero de 1936 hubo elecciones legislativos y triunfó el Frente Popular.  Manuel Azaña presidía la República tras la destitución de Niceto Alcalá Zamora.

Santiago Casares Quiroga encabezaba el gobierno y aunque la Falange no tenía caudal electoral imponía su poder mediante actos terroristas.

El líder de la conspiración General José Sanjurjo -exiliado después del complot militar de 1932, estaba en Lisboa, vinculado a José Clavo Sotelo -desde 1935 jefe del Partido Monárquico ce Renovación Española-, asesinado en julio de 1936.

Sanjurjo murió en un accidente aéreo cuando viajaba desde Portugal hacia España para encabezar el nuevo complot y al día siguiente, el general Queipo de Llano se sublevó en Sevilla.

Esas circunstancias hicieron posible que  Francisco Franco, instalado en las islas Canarias a la espera de órdenes militares, al enterarse de la muerte de Sanjurjo decidió avanzar con eficaces estrategias y desde Santa Cruz de Tenerife -capital de las islas- difundió la primera proclama tendiente a aniquilar a todos los cuadros de las fuerzas armadas de la República a pesar de que en Barcelona, Madrid y Valencia -entre otras localidades-, algunos jefes intentaron unirse a los insurgentes y fueron ejecutados por sus propios subordinados.

Casares Quiroga inmediatamente destituyó a los generales Franco, Queipo de Llano, Cabanellas, González Lara y Goded.  Franco se trasladó a Marruecos para avanzar con sus fuerzas sobre la península y Mola desde Navarra avanzó contra Guipúzcoa el norte y Madrid al Sur, siendo detenidas en los pasos de Somosierra y Guadarrama.  Hitler apoyó a Franco con el envío de veinte Junkers 52 -actitud reconocida por Goering en Nüremberg: «… Franco envió una demanda de ayuda a Alemania, pidiendo especial apoyo aéreo. El Führer pensó el asunto.  Yo le insistí que era necesario prestar la ayuda en cualquier circunstancia.»  También hubo apoyo de Mussolini.  El poeta Federico García Lorca fue fusilado por los nacionalistas en la noche del 19 al 20 de agosto de 1936 y Antonio Machado

El 26 de abril de 1937 la ciudad de Guernica, sagrada para los vascos porque debajo de su famoso árbol los reyes juraban respetar su autonomía, soportó el ataque de la Legión Cóndor-integrada por aviadores alemanes- y sólo quedaron escombros, prueba irrefutable del poder de la Luftwaffe .

El catalán Pablo Picasso necesitó plasmar una obra que constituye la memoria de ese atroz momento y sus reproducciones se han difundido en todos los continentes.   [11]

La España negra parecía ser una inexplicable pesadilla generada por los curas y  militares liberales.  El 28 de marzo de 1938 Franco entró en Madrid y destruyó el último bastión republicano.  Esa batalla ganada le permitió avanzar decididamente hacia el logro del poder total.

El 1º de abril de 1939 Franco desde Madrid expresó: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han ocupado las tropas nacionales los últimos objetivos militares.  La guerra ha terminado”.

Habían calculado que aproximadamente más de un millón de personas habían muerto durante esa cruenta guerra civil.  [1]

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Francisco Franco murió el 20 de noviembre de 1975.

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Han sido insuficientes las palabras para expresar todo lo que evidentemente han vivido en distintas latitudes durante las primeras cuatro décadas del siglo veinte y lo sentido después de escuchar relatos, leer y releer historias determinó el origen de sucesivos versos y ahora, el impulso de expresar algo más en esta síntesis.

 

Como nacen los brotes… (1989)

Prepara tu espíritu,

  para leer hasta en los espacios en blanco

              que encontrarás en estas páginas;

  para descubrir mensajes aun con lágrimas

              contenidas en sus naturales diques.

Prepara tu cerebro,

  para que controle la aceleración de los latidos

              de tu rítmico corazón,

  cuando la emoción roce los límites.

Prepara tu voluntad,

  para que modere con prudencia,

  los impulsos de tus íntimas vibraciones…

   para que estimule la solidaridad,

  y para que la PAZ… sea una realidad.

  ¡No te detengas… salvo lo necesario!

  Avancemos juntos…

  DONDE HAYA TINIEBLAS, PONGAMOS LA LUZ.

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Dedico estas páginas

a quienes me conmovieron con sus actos.

  A Carlos Saúl Menem

  …por la pureza

  de la rosa y el jazmín

  que dejaba todas las noches…,

  su madre, sobre su almohada.

  …por las banderas de la Fe

  y de la Esperanza,

  que enarbola todas las mañanas,

  para que haya justicia

  y sea perdurable la Paz,

  con el trabajo honrado.

  …Por su humildad,

  por su indulgencia ante el agravio,

  por su amor a Dios,

  fuente de toda razón…

              y Justicia.

………………………………………………………………………….

Gratitud a mi Patria: Argentina.

Homenaje a nuestra Madre Patria: España.

Confraternidad en nuestra casa: el planeta Tierra.

  …Fértiles están los surcos de ayer,

  las semillas de la esperada

              ¡CIVILIZACIÓN DEL AMOR!

  que crecerán cuando los hombres juntemos

  la FE de todos los tiempos,

  con la ESPERANZA de un definitivo encuentro.

………………………………………………………………………….

El puente tendido hace casi cinco siglos…

ha sido transitado de península a península

por millones de inmigrantes y emigrados.

Pasaron cincuenta años…

desde el tiempo en que mi abuela

celebró la paz anhelada, en su lejana tierra.

En 1989, tal vez el misterioso eco

de sus invisibles castañuelas,

salude desde el Cielo el renovado milagro

de vencer las fronteras,

cuando la Navidad recoja las nanas a otra nieta

y el tramontana bese colinas y praderas.

Con ese sentimiento… lector amigo,

te propongo este diálogo…, sin urgencias,

¡despacio!…

como nacen los brotes.

* * * * * * * * * *

“La vida, poco a poco nos talla…

hasta que al fin nos tala.”

                          Así cree, LA  MUJER  TALLADA.

                          Ella sacó de su liviano equipaje,

  estas imágenes y sus mensajes…

  La síntesis de los lectores

  completará la obra de DIOS, el Artista.

 

* * * * * * * * * *

(Estaba leyendo El niño abandonado y delincuente”, escrito por José J. Piquer i Jover (Edic. 1946, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto “San José de Calasanz” de Pedagogía) y me conmovió observar la imagen de una madre, con un niño en brazos que miraba con asombro y dos niñas a su lado, una tomando la falda de su largo abrigo y otra mirando hacia el fotógrafo, mientras cruzaban por una plaza donde había escombros y maderas. Hacia la derecha un árbol sin hojas y hacia la izquierda, uno con hojas perennes. Borrosas las fachadas de los edificios.

 

El autor, debajo de esa fotografía necesitó dejar estas señales:

 

 “Yo conozco mis designios para con vosotros, dice el Señor, designios de paz y no de aflicción, de daros término y esperanza. Llamadme, pedidme, y yo os escucharé; buscadme, y me hallaréis.  Sí, cuando me busquéis de todo corazón, yo me mostraré a vosotros, dice el Señor; y trocaré vuestra suerte, y os reuniré de entre todos los pueblos y de todos los lugares de que os arrojé, dice el Señor, y os haré volver a este lugar de que os eché.”

                                      (JEREMÍAS, XXIX, 11-40).

 

* * * * * * * * * *

 

Evoco las palabras de CAMILO JOSÉ CELA, en “La colmena”, editada en Buenos Aires en 1951 – Presidencia de la Nación ejercida por el GENERAL JUAN DOMINGO PERÓN- y creo que en este trabajo también el lector, encontrará “un pálido reflejo… una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad… Un trozo de vida narrado paso a paso, sin reticencias ni extrañas tragedias, sin caridad, como la vida transcurre, exactamente.”

Vida de ayer… vida de hoy… Palabras y sentimientos.

 

“Ni podemos ocultar la amarga pena que nos causa el recuerdo de tantos niños inocentes, que, arrancados de sus hogares, han sido llevados a lejanas tierras, con peligro muchas veces de apostasía y perversión: nada anhelamos más ardientemente que verlos restituidos al seno de sus familias, donde volverán a encontrar, ferviente y cristiano, el cariño de los suyos.”

(Pío XII.- Mensaje radiofónico, dirigido por el Papa el 16 de abril a todos los fieles españoles. Acta Apostolicae Sedis, Roma, 24 abril 1939.)

 

(En el libro, página 17.)

 

* * * * * * * * * *

 

El 7 de julio de 1963, en “La Nación” – Buenos Aires, República Argentina, CAMILO JOSÉ CELA dijo:

“Del amor del hombre con la tierra nace la casa, esa tierra ordenada, esos muros de buen concierto en los que el hombre se guarece, cuando la tierra arde, para seguir amándola.”

…“Es posible que el hombre, desde que nace y se revuelve contra todo lo que le rodea y tan desordenado se figura intuir, no persiga más meta -aún ignorándolo- que el orden: esa sabiduría decantada que lo aploma, para que pueda caminar con paso firme, y le da alas para que pruebe a volar más como el ángel que se desliza que como el pájaro que se afana.”

 

Ese orden… se revela en lo ético y en lo estético de la vida.

Todavía sucede que…

“Los motivos verdaderamente éticos no son, ni mucho menos, los decisivos en todas partes; ni en la vida privada, ni en la política interior y exterior.  Esas fuerzas no están todavía bastante desarrolladas para -hablando con el poeta- mantener en cohesión la cósmica estructura. Y por eso la Naturaleza alimenta -debemos agradecérselo- el trajín del mundo, mediante el hambre y el amor, y también, debemos añadir, mediante aquellas otras oscuras tendencias que, como hemos visto, pueden desenvolverse partiendo de apetitos egoístas.”

(Brentano, F. – El origen del conocimiento moral.- Madrid, edit. “Rev. De Occidente”, 1941, núm. 48).

En el libro, página 19.

En las siguientes, sólo impresas las impares.

Fotografías o dibujos lineales elaborados por niños.

Debajo, versos…

Habrá desaparecido el viejo refugio.

Poco importa.

Lo llevo en mis retinas

                                   … y es un TEMPLO.

                                               (p. 21.)

Más difícil que saber repartir,

es aprender a sufrir y a partir.

A veces…

hay que hacerlo en un instante.

                                                                       (p. 23.)

Una lágrima… ¡Oh, paradoja!

Pesa más que dos mantas…

y menos que una esperanza.

                                               (p. 25.)

Inaugurado el horror…

han mudado los metales y los sonidos.

De redobles de campanas…

llegó apenas un silbido, y después…

¡Ay!… sólo el silencio.

                                                                  (p. 27.)

Uno… dos… tres… cuatro…

sones de muerte… sonando.

Los hermanos gatillando…

y las piedras…

y las piedras… soportando.

                                                                  (p. 29.)

En la contemplación…

emergen los mensajes del silencio y del éxodo.

La comunión de las almas

gesta el milagro de esperanzado diálogo.

                                                                  (p. 31.)

Sólo la Fe y el Amor…

estallan en una sonrisa

aunque áspera sea la huida…

Sólo la Fe y el Amor…

                                                                  (p. 33.)

Como hojarasca a merced de los vientos,

 los peregrinos de la tristeza

van con sus niños…

La muerte asecha… la marcha es lenta,

…la hierba guarda secretas huellas.

                                                                  (p. 35.)

Fantasmales bosques

descubro en los milenarios Pirineos.

Me conmueve recordar que ayer,

mis hermanos, como los árboles…

han muerto sin quejidos, de pie.

                                                                       (p. 37.)

La brisa… sólo la brisa

Acaricia los rostros de los caminantes.

La brisa, trae antiguas lágrimas…

rocío sobre los vitales árboles,

llovizna sutil sobre mi alma,

conmovida en la evocación de salvajes mañanas.

                                                                       (p. 39.)

Los sueños, girando… girando.

El tramontana, detenido en la calle,

custodiando violentos fusiles y emboscadas.

La hermandad ineludible…

despuntando en el Jardín de nuevas alboradas.

                                                                       (p. 41.)

Llega a Alicante…

            a Villena,

un tren de ilusión.

Trae en sus vagones serena comprensión.

Viaja en el tren, mi asombro y mi pasión.

Viaja en el tren, la alegría y el dolor.

                                                                       (p. 43.)

El dolor es la medida

de la resistencia íntima.

El dolor es un estímulo

i m p r e s c i n d i b l e,

para crecer… o perecer.

                                                                       (p. 45.)

Era un seis de febrero…

Quieta estaba la rueda.

Los recuerdos, girando… girando.

La congoja, escondida…

Con mansedumbre, el caballo…

soportaba su rutinario yugo.

                                                                       (p. 47.)

Dos de marzo, al mediodía.

A orillas del Gadalaviar

un niño sobre el regazo… y mil penas.

A orillas del Paraná,

un niño, apenas latido… y mil penas.

                                                                       (p. 49.)

Desde el Génesis, todo tiene su tiempo.

“Tiempo de reír… tiempo de llorar…”

Mas, sucede que a veces,

el dolor es persistente…

nos agobia y nos vence.

                                                                       (p. 51.)

Jugaba el otoño en La Garriga,

a mecer sombras…

a despeinar niños…

Jugaba el otoño…

Esperaban los niños…

con su plato de loza…

sobre la mesa… olorosa.

                                                                       (p. 53.)

¿Dónde encontrarte niño,

hecho hombre?

¿Dónde descubrir tu nombre?…

De Asturias vengo… juntando sueños.

Hasta ella llego…

sólo oración en tu honor.

                                                                       (p. 55.)

En todas las latitudes…

uniformes, uniformes, uniformes.

Necesitamos niños sin birretes,

                                   sin uniformes.

¡Exijo un niño sin hambre, con sonrisas!

No existe más urgencia

que la del cansado planeta…

convocando a la dignidad del hombre…

                                                                       (p. 57.)

Luz y tibieza…

anuncian el milagro de la floración.

Luz y tibieza…

amor y tolerancia…

hacen el milagro de la maduración.

                                                                       (p. 59.)

El ocio… disipa las nubes de la fatiga

o forja rígidas rejas

en cárceles de indolencia y de hastío.

                                                                       (p. 61.)

Ven, hermano…

Lleguemos hasta el barrio de la Torrasa.

Buscaremos la calle

donde quedó escondido

el monótono sonido…

del juego de las chapas.

                                   (p. 63.)

Ven hermano,

lleguemos hasta el barrio chino

de la catalana, sabia ciudad.

Repasemos el verbo amar.

Ya lo dijo la abuela:

Las uvas frescas saben mejor

si son compartidas.

                                   (p. 65.)

Ven, nieta de mis suspiros…

Ayúdame a cruzar la vieja calleja

del barrio antiguo de Santa Catalina.

Hagamos con la mirada una reverencia…

con el espíritu, elevemos un fervoroso rezo.

                                                                                   (p. 67.)

Mira, pequeña de mi alma…

Aquí, cerca del mar,

allá, cerca del Paraná,

la estampa es semejante,

casi igual.

¡Sin trabajo, no hay pan, no hay paz!

                                                                                   (p. 69.)

Por el aire viaja la muerte,

la acompañan los ruidos del terror.

Sobre la tierra sobreviven los hombres,

solitarios… sólo dueños del viento son.

                                   (p. 71.)

Todo está previsto para el tercer milenio.

La humanidad expondrá sus obras:

naves espaciales…

Informática y Genética.

¡Todo su honor,

todo su genio!

Como a un insólito museo viviente,

el pueblo invitará a su barrio, sufriente.

                                                                       (p. 73.)

Hay rascacielos suntuosos…

y hay viviendas, sin paredes.

Hay foros internacionales…

y hay familias sin paredes.

Ayer, hoy y mañana…

habitará el amor en los humildes hogares

¡sin paredes!…

(p. 75.)

Desde el Edén

el hombre no cede en su terco afán

de amar, de odiar,

de construir, de destruir.

                                                                       (p. 77.)

Aquí, allí y más allá,

hallamos las huellas de la humanidad.

El desafío es ser prudente,

ser el humilde albañil…

de la Civilización del Amor.

                                               (p. 79.)

Traigo una postal invisible

sobre mi palpitante corazón.

Sólo el cielo es el mismo…

El cielo… y mi emoción.

                                               (p. 81.)

Subo… impulsada por mi sentimiento.

Peldaño a peldaño, subo orando.

Siento en mis venas…

el pulso de la historia de mis antepasados.

                                                                       (p. 83.)

Todo eso sucedió y no es un secreto.

Lo vi, cuando leí un estudio de José J. Piquer y Jover

Editado en 1946, disponible para consultas en el

Centromultimedios – Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe

(República Argentina), en el verano de 1987,

cuando  Marta, Rubén y Josefina…

                   trasplantaban su jardín familiar…

                   y Barcelona… era la ciudad que esperaba.

 

Lo que sigue, es mitad realidad, mitad reflejo.

Lo sentí, cuando contemplé los garabatos

 y los dibujos…

de los hermanos de mi pueblo,

en el tiempo en que aquí, en el litoral,

aprendí a escribir,

me comprometí a comulgar,

ensayé resignación ante definitivas ausencias…

 

 

 

Lo que sigue… será un prisma de cristal

donde la Luz haga el milagro

de un inmenso Arcoiris

si tu mano ¡hermano compañero!

Es cuchara de albañil

para construir hogares con amor

 y no puño cerrado… egoísta,

 con violencia

 y con rencor.

(Páginas 85 y 87.)

Ven, hermano compañero.

Ven,

conoce al genio malo de la guerra.

No tiene mirada,

sordo es al llanto de su hermano.

Iza la muerte

en la punta de su espada

                                                                    (p. 89.)

Brotan sobre su cabeza violenta

laureles de tragedia.

Se agiganta su ira…

y crecen monótonos los lamentos.

                                                                              (p. 91.)

El genio malo de la guerra

Ostenta indiferente su insólito trofeo:

uno, dos, tres, cuatro muertos.

Desfila altivo su orgullo:

rencor y espada en su diestra.

                                                                              (p. 93.)

Viaja un rey con su corona

sobre un caballo sufriente…

El genio de la muerte no duerme!

En miles de tumbas siembra

semillas de horror y muerte.

                                                                              (p. 95.)

Ven,

rey de oscura barba…

rey de alma gris.

Deja quieto tu fusil.

Cese la guerra entre hermanos.

Oye,

rey de la violencia

mi tímida voz de niño

sin sombra…

oculto detrás de un árbol…

sin sombra… en el mediodía.

                                                                    (p. 97.)

Temblando…

abandonamos la casa

llevando lo que pudimos.

Mi madre llorando iba…

pasito a paso.. por la larga carretera.

Su sensible piel sudaba

gotas de sal… hiel de ira…

sobre la hierba arrasada

al borde de la cuneta.

                                                                              (p. 99.)

El horror de la batalla

viajaba en una escuadrilla.

El cielo era de nube y de fuego…

la calle amenaza y ruego.

Casas partidas y en llamas

son la ruina de un gran pueblo.

                                                                              (p. 101.)

La atmósfera huele a odios…

Metálica granizada

mutila cuerpos, redime almas.

Caen unos…

huyen otros…

Crece el futuro en lo alto…

Más amenaza, más llanto.

                                                                              (p. 103.)

Testigos son de la escena

dos castillos y dos banderas.

Mañana… por la mañana…

vendrán silenciosos a llevar la carga…

Hermanos…

sepultureros.

                                               (p. 105.)

Lúgubre hilera de pasiones quietas

señala el pulso detenido de la guerra.

Simple y primitiva la imagen…

en dolorosa, rígida alegoría.

…A la idea del niño,

la reflejan sensibles líneas.

                                                                    (p. 107.)

La furia extenderá sus dominios

y la insolencia cubrirá los campos.

Tanques y mericanos,

pasearán su delirio

entre inocentes niños…

entre abuelos pacientes…

y habrá anochecido.

En el cielo, titilantes, saludan las estrellas.

                                                                              (p. 109.)

Cerca del campamento,

será ruido y palpitante lamento…

el zafarrancho de combate

entre hermanos vehementes…

En otro amanecer sangriento

con las dos banderas

juega el puntual viento.

                                                                              (p.111.)

La revolución sorprende

a una ciudad fortificada.

Suenan sones de agonía

y de muerte…

Entre antiguos muros

y cerradas ventanas,

en la ciudad nombrada…

y en vano, fortificada.

                                   (p. 113.)

En mitad de jornada…

ya han llegado a la guerra,

traen sueños de violenta tormenta.

Las bombas intentan matar el credo,

los hombres disparan

las mujeres esconden sus niños

y los Ángeles lloran en el cielo.

                                                                    (p. 115.)

Rompiendo casas y templos

se hace guerra contra Dios

Y el hombre camina orando,

y la mujer con sus rezos,

y el niño duerme solito…

solito en su cuna…

En su alma…

con el Ángel de la Guarda.

                                   (p. 117.)

Crece en los niños la pena,

crece en los niños el asombro.

A la ciudad han llegado

hombres que rompen cruces

y otro calvario inventaron…

condenando a sus hermanos.

                                                                              (p. 119.)

Queman las misas

y matan los templos

Hombres que llegan con espadas de acero,

con odio en sus miradas.

Huele a incienso el holocausto.

Muerto Cristo, vive Cristo.

Es inmortal…

Los hombres que hacen la guerra

…levantan más cruces, sin piedad.

                                   (p. 121.)

Huyen los fieles, azorados…

Los violentos

destrozan todas las capillas.

Yace la Custodia con su Luz

entre retazos de limosna y de blasfemia.

Los últimos pétalos, humildes,

se rinden en el instante sublime

de su fatal deshojamiento.

                                                                  (p. 123.)

Como en brutal paradoja,

rotas las cruces,

crecen los calvarios…

en montes y en campos,

en refugios y en ciudades.

Trajeron los mineros

mineral hecho volcán ardiente.

Prendieron fuego en la Iglesia.

Un tiro fusiló al cura…

y el fuego cumplió el  rito

de convertirlo en luminosa tea.

¡Crecen los Calvarios!…

                                   (p. 125.)

Con avaricia llegaron

en busca de oro y campanas

los artesanos armeros.

Reposan santos y emblemas

sobre la acera violada…

Sumisas flamean las banderas,

ajenas a la fraternal contienda.

Sobre la acera violada

yacen muertas las sonrisas.

                                                                  (p. 127.)

En la pupila de un niño

queda una imagen sombría.

Frente a frente se encontraron:

sacerdote… y miliciano.

Clama el cura por su vida:

¡Tenga piedad de mí!

                               Tenga piedad

                               Y se acabó…

                                          la letanía.

                                                                  (p. 129.)

El éxodo es melancólica rutina.

Mudan los niños su casa…

y los concentra el islote.

Todo está dispuesto en cuadros…

sólo hay dos cadenas gruesas

del ancho de los caminos…

que completan el contorno

de acero y de púas finas…

 Por ellas… la libertad,

juega a las escondidas.

                                   (p. 131.)

Desnudas llegan las nenas.

Hay pudor…

y no hay vestidos.

Crece el asombro

y conviven.

La inocencia de la muerte…

La soledad con la risa…

Mensajera de nostalgias

y de sueños compartidos.

                                               (p. 133.)

Más allá, juntito al río,

cruzando la gran cadena

otro campo es otro nido…

donde los pájaros son libres

y concentrados viven los niños.

Más allá, juntito al río,

donde son seis los caminos…

uno sólo es el recorrido…

uno sólo es el des0tino.

                                                           (p. 135.)

Llegando aún más al norte…

estrena su escena el invierno.

Lluvia y nieve…

rozando el perfil

de la pensativa mujer caminante.

Frío y viento…

golpeando los cristales

del campo que concentra mil tormentos.

        • )

Duermen los niños, sin nanas.

Los cuentos de las abuelas

están dormidos.

Los niños cuentan leyendas,

leídas con son de guerra:

Los mataron en la carretera

Eran tres… ¡Eran!….

Iban los tres a la muerte,

indefensos,

amando,

iban los tres tomados de la mano.

                                                                              (p. 139.)

Otro cuenta su historia:

Cuando prendieron a mi padre

Yo lo vi…

           Yo lo vi…

Mas no puedo seguir el cuento…

Porque después no lo vi…

No lo vi…

Después sólo lo soñé.

Y no quiero contar mi sueño.

                                                                                                                      (p. 141.)

Cuenta otra historia otro niño:

Yo los vi…

Le hacían sufrir muchos miedos

y tormentos

Yo lo vi al hombre… sufrir.

Tanto lloré de impotencia que nada más vi…

Cuando por las noches duermo,

en pesadilla fatal

veo lobos con sonrisa humana

… y no sé cómo despertar.

…Nada más, vi.  El resto… lo sentí.

                                                                              (p. 143.)

Todo el polvo del camino

viajó en los zapatos rotos.

Guarda el niño en sus caracolas

el eco de las bombas y de la despedida.

Trae en sus pupilas

la urgencia de la huida

y la esperanza de sonreír…

cuando cese la guerra,

cuando vuelva a su hogar…

refugio incomparable…

de ternura y de paz.

                                               (p. 145.)

Como en una doliente aventura,

como en una historieta…

cuenta el niño su visión profunda:

Mamá llora por su nene matado

                               …Mamá, llora…

y mi hermanito…

no soltó el cordero que llevaba

no soltó el cordero…

                                                           que

llevaba…

porque los lobos merodeaban…

                                                                              (p. 147.)

Se atreve un adolescente

y cuenta su íntimo martirio:

Mi hermano se había muerto

Los roedores danzaron

en un festín macabro.

Mi mamá se tiraba de los cabellos

y se mordía los dedos de desesperación.

Yo tuve mucho miedo… -murmuraba con dolor.

Yo tuve mucho miedo…

Y aún tengo

un íntimo temblor.

                                                                              (p. 149.)

Trágica historia

la de las sangrientas revoluciones…

Sobre páginas blancas

dibujan los niños el suspenso

     y el espanto.

La luna pone blanco sobre ingenuas almohadas.

La Fe inventa mágicas nanas.

El hombre-nuevo… ¡mi compañero!

Deposita en el surco semillas de Esperanza…

y bendice la lluvia… que viene de lo alto.

Y bendice la lluvia…

¡que viene de lo Alto!

para lavar las almas,

para besar las rosas.

                                                                              (p. 151.)

 

Josefina…

en 1989, vive en LLORET DE MAR (Gerona)

                   …vive en tiempo de paz,

 esperando que nazca Lucía,

su  h e r m a n a.

Josefina…

       No dibuja genios,

dibuja monstruos…

                      con grandes ojos,

             con largas pestañas,

 casi humanos:

    son los monstruos

    que dibuja 

J O S E F I N A.

 

 

Lo importante es que aprenda a AMAR…

                                                                       a VER…

                                                                       a ADMIRAR…

            lo que puede el trabajo a pesar del dolor,

            que es la ESPAÑA de HOY…;

            que es la ARGENTINA… justa,

                                               libre y soberana,

                        que construiremos con DIGNIDAD Y VALOR,

                        como pilar de la CIVILIZACIÓN DEL AMOR.

 

* * * * * * * * * *

En la página 159 del libro:

 

Las fotografías incluidas en esta obra, corresponden a:

“El niño abandonado y delincuente” escrito por José J. Piquer y Jover (Edic. 1946, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto “San José de Calasanz” de Pedagogía.)

Lám. 26 Foto Centelles.  Teruel, 15 de diciembre de 1937 – Pág. 21

“Niños y mujeres buscan el refugio en una alcantarilla de la carretera.”

Lám. 19 Foto Branguli – Pág. 23

“Dos tipos característicos del ‘trinxeraire’ o golfo de Barcelona, captados en el Distrito V, en el momento interesante de ajustar sus cuentas.”

Lám. 37  Foto Vilarrubias. 15 de febrero de 1937. – Pág. 25

“Refugiados de Levante en diversas poblaciones de Cataluña”.

Lám. 22 Foto Maymó. Barcelona, 9 de agosto de 1936. – Pág. 27

“Los bronces de los templos destruidos son utilizados en una factoría barcelonesa para la fabricación de material de guerra”

Lám. 21 Foto Alberto y Segovia. 22 de enero de 1937 – Pág. 29

“Milicianos que operaban en el sector del Centro haciendo fuego contra las fuerzas regulares.”

Lám. 36 Foto Centelles.  Teruel, 20 de diciembre de 1937. – Pág. 31

“Instantánea tomada durante la evacuación de Teruel”.

Lám. 53 Foto Fulgur. Perthus, 30 de enero de 1939 – Pág. 33

“Treinta mil refugiados españoles entraron en Francia en tres días.”

Lám. 55 Foto Fulgur. Boulou, 31 de enero de 1939 – Pág. 35

“Esperando pasar la barrera aduanera francesa, numerosos refugiados, la mayor parte niños, perecieron a consecuencia del frío.”

Lám. 57 Foto Fulgur. 7 de febrero de 1939 – Pág. 37

Miliciano y civiles en retirada atraviesan los Pirineos y penetran en Francia por un camino de herradura.”

Lám. 40 Foto Puig Farrán. Barcelona, 8 de enero de 1937 – Pág. 39

“Niños evacuados desfilando por las calles de Barcelona.”

Lám. 06  Foto Brangulí – Pág. 41

“Laboratorio Psicotécnico de la Junta Provincial de Protección de Menores de Barcelona. Salita de espera de los niños.”

Lám. 35 Foto archivo de “La Vanguardia”, Villana, 22 de mayo de 1937        Pág. 43

“Evacuados de Levante. Detalle recogido en la estación del ferrocarril de Villena (Alicante).

Lám. 27 Foto archivo de la Vanguardia. Teruel, 10 de enero de 1938. -Pág. 45

“Paralizados por el terror permanecieron días enteros en un rincón del Seminario de Teruel diversas criaturas, a muchas de las cuales fue preciso administrarles sueros.”

Lám. 44 Foto Suárez.  San Juan de Palmaos, 6 de febrero de 1937. -Pág. 47

“Tres refugiados madrileños atendidos por una familia de San Juan de Palmaos (Gerona)

Lám.  39 Foto S.E.I. Valencia, 2 de marzo de 1937 – Pág. 49

               “Refugiados de Málaga en un comedor colectivo.

Lám. 38 Foto Vilarrubias. 15 de febrero de 1937. – Pág. 51

“Refugiados de Levante en diversas poblaciones de Cataluña.”

Lám. 41 Foto Walter. La Garriga, 10 de septiembre de 1938 – Pág. 53

“Niños asturianos refugiados en La Garriga (Barcelona).”

Lám. 42 Idéntico a anterior. – Pág. 55

Lám. 48 Foto Universal. Obninskala, 13 de junio de 1938 – Pág. 57

“Niños españoles en la estación sanatorial de Obninskaia (Moscou).”

Lám. 43 Foto Walter. Caldetas, 18 de agosto de 19838 – Pág. 59

“Estampa de la colonia de niños vascos de Caldetas (Barcelona).”

Lám. 20 Foto Brangulí – Pág. 61

“Una compañía de ‘estraperlistas’ y vendedores ambulantes del barrio de Santa Coloma de Gramanet, jugando a los naipes en un momento de asueto.”

Lám. 18  Foto Brangulí – Pág. 63

               “Triste espectáculo de un grupo de menores, moralmente abandonados, jugando a las ‘chapas’, escena recogida en el barrio de la Torrasa (Barcelona)”

Lám. 17  Foto Brangulí – Pág. 65

“El jefe de una pequeña banda de pilletes repartiendo el fruto de sus raterías en una de las calles de peor fama del ‘barrio chino’ de Barcelona.”

Lám. 16 Foto Brangulí – Pág. 75

“Antigua calleja del casco viejo de la ciudad.  Barrio de Santa Catalina (Barcelona).

Lám. 15  Foto J. Bondía Valls – Pág. 69

“Interior de una vivienda de pescadores del arrabal de Pekín (Barcelona).”

Lám. 23 Foto Inf. Letux, 15 de junio de 1937 – Pág. 71

“Los pueblecitos del frente de Aragón fueron los primeros en sufrir el castigo de los bombardeos.”

Lám. 13 Foto Brangulí – Pág. 73

“Barrancas de Casa Antúnez, en la falda de Montjuich (Barcelona)”

Lám. 13 Foto Brangulí – Pág. 75

               “Modelo de choza de la playa de Somorrostro (Barcelona).”

Lám. 25 Foto archivo “La Vanguardia” Barcelona, 20-06-37 – Pág. 77

“Los niños se utilizan, también, para los trabajos de desescombro y defensa pasiva.”

Lám. 24  Foto infor. Letuz, 15 de junio de 1937. – Pág. 79

Idéntico al informa correspondiente a la pág. 23 (“Dos tipos característicos de ‘trinxeraire’ o golfo de Barcelona…”)

Lám. 02 Foto Brangulí. – Pág. 81

               “Vista parcial del Grupo Benéfico de la Junta provincial de Protección de Menores de Barcelona.  Patio Central interior de la institución.”

Lám. 03 Foto Puig Farrán – Pág. 83

“Vista parcial del Grupo Benéfico de la Junta Provincial de Protección de Menores de Barcelona.  Dispensarios y Laboratorio Psicotécnico donde se han efectuado las observaciones y los ensayos del presente estudio” (Transcripciones del libro citado en la pág. 159 de este poemario-homenaje a la voluntad del pueblo español… a su amor.

 

………………………………………………………………………………………………………………..

 

En los primeros años del siglo veintiuno, leí acerca de… “el estraperlo” diversa información que aquí reitero:

El estraperlo

Sabido es que en España, durante el 20 de septiembre de 1935 víspera de primavera en el hemisferio sur y del otoño en el norte-, “se produjo una crisis ministerial y nació una palabra. Ese día renunció Alejandro Lerroux, político que había presidido “siete gobiernos republicanos”.  Meses después, “su carrera política se hundió definitivamente y arrastró en su caída al partido radical que lideraba.  La vinculación de Lerroux al escándalo del Estraperlo  fue la causa inmediata de su muerte política.  El carácter fraudulento de esa acusación era doble.  Por una parte, Lerroux había aceptado un soborno para conceder el monopolio del juego -prohibido en España- a los poseedores de la patente de una variedad de ruleta que se conocía con el nombre de Estraperlo.  Por otra parte, la ruleta Estraperlo estaba trucada y permitía hacer trampas.  Realmente, en la conflictiva historia de la República, en este 1935 enmarcado por la revolución de octubre de 1934 y la Guerra Civil de 1936, este escándalo quedó reducido a la categoría de anécdota.  La tensión entre la derecha y la izquierda, anulada la oferta política de los radicales que sólo ofrecía una república para todos los españoles ‘que desconfiaran a la vez de socialistas y clericales’.  Pero, en cambio, Estraperlo se convirtió en una palabra incorporada al vocabulario de los españoles. Primero, por una extensión de su significado inicial, fue sinónimo de estafa.  Más adelante, se produjo una restricción de su significado y ‘estraperlista’ se usó para denominar a los que se dedicaban al mercado negro.” [12]

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini. 1989.

De la errante vida familiar…

Durante la guerra civil española se generó el éxodo de familias que buscaban un lugar donde seguir viviendo y en situaciones de extremo riesgo, algunos padres prefirieron entregar sus hijos a los grupos de ayuda social de distintos países, convencidos de que allí no serían perseguidos, sufrirían menos.

Los bombardeos sobre centros poblados provocaban la muerte de abuelos y padres, los niños huérfanos quedaban prácticamente desprotegidos hasta que alguna persona se acercaba a ellos con propósitos solidarios.

En el Consulado de España en Bayona, en la Delegación para Repatriación de Menores, en un documento consta que en una de las colonias de niños refugiados de España existentes en esa localidad,  estaba “una niña que representa tener unos cuatro años y cuyo historial es el siguiente: Al principio de nuestra guerra encontraron los Delegados de una colonia americana una niñita de unos meses que estaba abandonada en una casa donde había caído una bomba.  Los que la recogieron, dicen, hicieron indagaciones pero no encontraron a nadie de su familia ni a quien diese datos sobre su personalidad.  La trajeron entonces a Francia donde está aún.   Cursiva aquí.

Una señorita belga, ya de alguna edad, se ha encaprichado con esa niña y quiere llevársela a Brujas.  No conozco apenas a esa persona; el cónsul de su país da buenas referencias sobre ella: es católica, tiene una tienda de ropa blanca.

Los Delegados de la colonia de niños pretenden confiarle a la pequeña en cuestión sin hacer más averiguaciones ni preocuparse de requisitos.

Yo creo, sin embargo, que se podrían hacer todavía indagaciones y, de todas formas, que sería mejor que esa niña volviese a España para ser más tarde española, educada conforme a nuestros principios y no una ciudadana belga; bastante gente hemos perdido así.

Si a usted le parece hará el favor de hacer una encuesta para ver si se encuentra alguien de la familia de la niña y sino, y si usted es partidario que de todas formas vuelva a España, tendrá la bondad de reclamarla oficialmente.

Llaman a esa criatura Dolores Bombiela.  Está en la colonia Foster-Parent’s. Villa Roya. –28, Av. De la République. –  Biarritz.   /…/

 Firmado: Matilde Fernández de Henestrosa.”   [13]

“Palabras del Caudillo”

 

En el libro Palabras del Caudillo -editado en Madrid en 1943- reiteraron “declaraciones de Franco a Manuel Aznar – 31 de diciembre de 1938”:  [14]

 

“-Se ha referido usted antes a la necesidad de cubrir rápidamente en la población general de España las bajas producidas por la guerra; ahora alude a un futuro representado por cuarenta millones de españoles: ¿No considera usted que entre las bajas de guerra, a sus efectos, habremos de contar la cifra de presos y de emigrados, por ejemplo? 

-Plantea usted, con esa pregunta, una cuestión de enorme volumen que deseo contestar de una manera muy clara, me refiero al complejo y vastísimo problema de la delincuencia.  Su cifra impresiona; su gravedad y profundidad mueven a grandes y continuas meditaciones.  De un lado, me interesa vivamente guardar la vida y redimir el espíritu de todos los españoles que sean capaces hoy o mañana, de amar a la Patria, de trabajar y luchar por ella, de añadir su grano de arena al esfuerzo común.  Si aconsejamos el respeto al árbol y a las flores, porque representan riqueza o legítimo placer, ¿cómo no hemos de cuidar y respetar la existencia de un español?  De otro lado, no es posible, sin tomar precauciones, devolver a la sociedad, o como si dijéramos, a la circulación social, elementos dañinos, pervertidos, envenenados política y moralmente, porque su reingreso en la comunidad libre y normal de los españoles, sin más ni más, representaría un peligro de corrupción y de contagio para todos, al par que el fracaso histórico de la victoria, alcanzada a costa de tantos sacrificios.

Yo entiendo que hay, en el caso presente de España, dos tipos de delincuentes: los que llamaríamos criminales empedernidos, sin posible redención dentro del orden humano, y los capaces de sincero arrepentimiento, los redimibles, los adaptables a la vida social del patriotismo.  En cuanto a los primeros, no deben retornar a la sociedad; que expíen sus culpas, alejados de ella, como acontece en todo el mundo con esta clase de criminales.  Respecto a los segundos, es obligación nuestra disponer las cosas de suerte que hagamos posible su redención. ¿Cómo? Por medio del trabajo. Esto implica una honda transformación del sistema pena, de la que espero mucho.  La redención por el trabajo me parece que responde a un concepto profundamente cristiano y a una orientación social intachable.  Los penales no serán mazmorras lóbregas, sino lugares de tarea; se instalarán talleres de distintas clases, y cada uno de los delincuentes redimibles elegirá la actividad que sea más de su agrado.  Al cabo de cierto tiempo, según las observaciones que sobre cada penado se hayan hecho, se les podrá devolver al seno familiar, en situación de libertad condicional y vigilada.  Si la conducta que observen acredita la sinceridad de la corrección y la verdad de su incorporación al patriotismo, esa libertad pasará a ser total y definitiva; si recaen en las vías delictivas, volverán a los talles penitenciarios.

Para proceder con las máximas garantías de cierto, pienso que cuando se acerque el final de la guerra empiece a funcionar un Consejo o Tribunal Superior encargado de revisar todos los expedientes y todas las sentencias dictadas, así como las penas impuestas.  No para pasar una esponja, sino para que se vea con toda la escrupulosidad que la justicia requiere qué rectificaciones de todo orden exige la equidad.  En este punto de la justicia, yo no he variado de criterio desde el primer instante.  Mi línea de conducta de entonces es la de hoy. Habrá quien piense que se deben aplicar medidas de mayor rigurosidad en unos períodos que en otros.  A mi juicio, basta con ser justos en todos los períodos.  Yo no quiero ser otra cosa; ser siempre justo.  Claro está que, dada la fabulosa cifra de delincuencia, son inevitables algunos errores; como es inevitable que la aplicación estricta dé paso a equivocaciones aisladas en el sentido de la generosidad no merecida.  Pero nadie puede exigir que en tan vasta obra de reparación justiciera sea absolutamente todo tan perfecto como si estuviéramos llevando a cabo una tarea de arcángeles.  Si consigo devolver a la sociedad, limpios de alma y de corazón, a los delincuentes capaces de redimirse para España, me consideraré satisfecho; ello se deberá a la acción benéfica del trabajo sobre el hombre.

 

-¿No se corre el peligro de que el trabajo de los penales represente una competencia para la industria?

-No. Se estudiarán las cosas de modo que los presos no lleven a efecto trabajos capaces de competir con ninguna industria establecida.  Hay ya sobre esto estudios bien iniciados.

 

¿Y en cuanto a los emigrados?

-No he dejado al margen de mi preocupación este problema.  Igual que ocurre con los delincuentes, hay dos clases de españoles destinados hoy a la forzosa emigración; un grupo, que está constituido por los jefes que de manera clara, indudable, son responsables de la catástrofe revolucionaria de España; junto a ellos colocamos a los autores de delitos de sangre, de robos, saqueos,  asaltos, violaciones, etc., etc.  Constituyen una verdadera minoría, en relación con el cuerpo social.  Estos deberán renunciar a vivir en comunidad con los demás españoles, igual que acontece con los criminales empedernidos.  El segundo grupo es el de los que no fueron sino instrumento engañado y envilecido de la maldad ajena; el de los que añorarán constantemente a España y serán susceptibles de amarla intensamente y de servirla.  Mientras residan en el extranjero, esos españoles del segundo grupo indicado, podrán llegar hasta a ayudarnos con eficacia.  Yo no estoy dispuesto a desentenderme de ningún compatriota en quien suponga un posible servidor verdadero de los ideales de la Patria.  Creo que en el extranjero, la España Nacional debe crear instituciones de cultura y de trabajo en las que esos emigrados encontrarán tarea, medios adecuados de subsistencia, calor español, posibilidades de un retorno, una vez que se sientan libertados del veneno de sus doctrinas y de sus inclinaciones actuales.  Para ellos, igual que para los presos redimibles, fundaremos prensa especial, crearemos entidades editoriales, dispondremos una propaganda noble y digna.  Un día, al cabo del tiempo, podrán volver a su Patria, y nosotros les acogeremos, porque antes estaremos seguros de que recibimos a españoles resueltamente adscritos a la excelsa tarea nacional.  De modo que en la emigración no habrá ningún español abandonado a su suerte; todos los que amen a España sentirán el apoyo de la Patria y su protección.  A cambio de ello, nos ayudarán de muy diversas y legítimas maneras.  Estoy seguro de que será así.”

Experiencias familiares anteriores…

La atención a los niños españoles durante la posguerra impuso la necesidad de tener en cuenta las experiencias familiares anteriores a los fines de la elaboración de diagnósticos.  Los especialistas Ramón Albó y Martí, E. Cuello Calón y  Ramón Trinchet registraron algunos de “los factores influyentes” en el “campo del abandono y de la delincuencia juvenil”.

“Al objeto de guardar la más estricta discreción, advertimos que los nombres que encabezan los casos son arbitrarios”.  [15]

 

Aquí, la reiteración literal de tales testimonios.

 

“a) MUCHACHOS DELINCUENTES”

Jurisdicción del Tribunal Tutelar de Menores.

Antonio

La planta del domicilio del menor “Antonio” abarca un ambiente grande, con una mesa y dos bancos rectangulares, hacia el norte está la letrina.  En esa dirección se comunica con la cocina y hacia el sureste con una pequeña habitación “echadero para tres personas” donde guardan ropa para dormir, igual que en el “echadero para tres personas” situado al noroeste de esa vivienda.  [16]

 

 

Nacido en fecha 9 de mayo de 1929.  Su padre poseía un pequeño taller de carpintería; fuéle de mal en peor y se vio obligado a traspasarlo. (sic) Teniendo conocidos en una ciudad aragonesa, se trasladó allí, donde trabaja en su oficio.  Manda noticias a la esposa, pero no dinero, pues dice ganar escasamente para su propia manutención.  Ésta se dedica a la venta ambulante de mercancías de poca monta (sardinas, ajos, higos, etc.) en el Distrito V, sacando un jornal insignificante.  Vive con una niña de seis años, recogida en un piso miserable, a cambio de ayudar a la inquilina en el trabajo doméstico. Tiene otros tres hijos internados en instituciones de beneficencia.  El hogar es amplio y soleado, pero desnudo y sin muebles; duermen en el suelo y escasea la ropa de abrigo.

El menor escapó por vez primera de su casa cundo apenas contaba siete años, dedicándose a la mendicidad.  Esto lo hizo muchas veces: se iba y, pasando un tiempo, regresaba nuevamente para reincidir a los pocos días.  Durante la guerra permaneció en las colonias de refugiados de Torre Foronda, Alella, San Feliu de Guixols, y en “La Paloma”, de Barcelona. Después trabajó en casa con su padre, hasta que éste vendió el taller de carpintería.  Entonces, abandonado a la vagancia, entró a formar parte de una familia de rateros, que se hizo célebre por sus graves fechorías.  Frecuentemente dormía fuera de casa.  Acostumbrado a ir con mujeres fáciles, últimamente padeció blenorragia.

La observación psicológica señala, además de su retraso mental (CI 70), algunas irregularidades de tipo psicopático y una extraordinaria inclinación por las películas de misterio.

Pedro

Nacido el 7 de julio de 1928 de padre natural, un oficial de la Marina, que desapareció a la muerte de la madre del menor, ocurrida a consecuencia de un aborto provocado cuando Pedro contaba seis meses.  Se hizo cargo del niño una tía materna, que vive “amigada” con un empleado de cierta posición, a quien el menor llama su “padrino” y que, además, mientras éste trabaja, se dedica a la prostitución clandestina, la cual manifiesta que durante un año el padre mandaba todos los meses cincuenta pesetas para mantener al chico y que después se perdió la pista.  Los referidos viven realquilados en unas espléndidas y cómodas habitaciones del barrio de Escudillera..

El menor que mencionamos tiene instrucción muy deficiente, debido al abandono en que vivía, a su asistencia irregular a la escuela y a los cambios frecuentes de domicilio.  Sucesivamente, ha trabajado en varios talleres de metalistería, imprenta, hojalatería y en una casa de productos de belleza, permaneciendo escaso tiempo en cada ocupación.  En la actualidad se halla internado a disposición del Tribunal Tutelar, incurso en delitos de hurto de joyas de valor a unos vecinos por reincidir en la vagancia y fugas del hogar.  Tres veces faltó a dormir en su domicilio (él dice que por temor a las riñas que le daba el “padrino” a causa de sus correrías), recogiéndose en casas de mala nota que estaba acostumbrado a frecuentar.

De la exploración psicológica se deduce que se trata de un débil mental (CI 60) totalmente corrompido por la inmoralidad.

Andrés

Nacido con fecha 13 de mayo de 1930 en un hotel de un pueblo de la costa, de padre tuberculoso, oficial de correos, el cual se separó de su mujer hace trece años, “legalizando” su situación mediante divorcio en 1931. Ésta vive rodeada de comodidades y refinado gusto, haciendo vida marital con un cantante de zarzuela, acompañada de su hija de diecisiete años, la cual estudia con singular provecho la carrera de Filosofía y Letras. Ambos hijos dan al referido cantante el nombre de “padre” aun sabiendo que el legítimo vive.  La familia goza de simpatías en el barrio, cuyos vecinos informan de su buena moralidad, cuidado por los hijos y rasgos caritativos.

El menor de referencia, actualmente internado a disposición del Tribunal Tutelar, está incurso en los delitos de hurto y fugas del hogar paterno.  A pesar de que sus “padres” se han preocupado seriamente de su educación, habiéndole matriculado en un establecimiento religioso, en el cual llegó a terminar el primer curso de Comercio Mercantil, el muchacho abandona los estudios con el pretexto de querer trabajar de impresor.  Finalmente fue puesto en un taller de este ramo, pero muy pronto cambió él mismo de colocación, habiendo desfilado en pocos días por tres imprentas distintas y por una industria vidriera.  Durante este tiempo, con el objeto de -él dice- “ir al cine”, montar en bicicleta los domingos y leer novelas históricas” comete varios hurtos en el vecindario y en su propia casa, dándose consecutivamente a la fuga del hogar, al cual regresaba muy de noche “por temor a ser castigado”.  En una de esas andanzas con otros vagabundos contrajo el vicio de masturbarse.  Según manifiesta su hermana, carece de amistades, cada día se vuelve más huraño e insensible y expresa su temor por tratarse de “un incorregible”, que lleva camino de convertirse en criminal”.

En la exploración psicológica demuestra este muchacho una inteligencia despejada (CI 94) y cierto grado de cultura, patentizado en las definiciones exactas y precisas de las pruebas de vocabulario.

Luisa

El domicilio de la menor “Luisa” abarca dos ambientes y en la reproducción del croquis consta:  “c. Luna (Distrito Vº)”.

La puerta ubicada al sur permite ingresar a una habitación donde hay fogones, un armario y “una cama ocupada por el matrimonio con dos mantas y una almohada”. Tabiques hechos con cañas separan del sector donde hay un “armario deteriorado, una mesa deteriorada, cinco sillas, cinco tablas para dormir con su manta correspondiente y “dos baúles unidos con tablas, colchoneta y dos mantas donde duerme la abuela.  En el ángulo norte, tras un pequeño espacio separado con “arpillera” está la letrina y todo ese ambiente, tiene una puerta para ventilación con “balcón”.

 

Nació el 25 de marzo de 1931.  El padre se desinteresa completamente de la marcha de la casa, e indiferente a la conducta de los hijos, pretende vivir sin trabajar.  Su oficio es peón albañil, manifiesta que invierte los días paseando “cuando el sol está alto” en espera de hallar colocación.  A menudo discute, blasfema y hasta pega a la esposa por no tener el dinero que él le pide.  Ésta trabaja de noche en las casas que le requieren para ello.  Es una mujer abnegada, abierta de espíritu y que no se arredra ante el problema del hogar.  Dice que no logra imbuir a su esposo de la idea de la necesidad de trabajar y que, por eso, ella no puede parar nunca.  Además de la menor de referencia, viven en la casa la abuela materna y cuatro hijos, de los cuales trabajan los dos mayores y los pequeños asisten a una escuela municipal.   Constituye el hogar un tugurio sucio, inhóspito, reducido, cerrado al aire y a la luz, carente de camas y cristales; en un ángulo del mismo existe un montón de mantas y de sacos que, por la noche, se extienden sobre unas tablas de madera utilizadas para dormir, empleando las cabezas de familia la única cama existente.  Si se uniesen los sueldos de los que producen, podrían vivir con decoro, pero la pasividad del padre y la ausencia de la madre han llevado a los hijos a autogobernarse en tal forma que individualmente procuran todos entregar lo menos posible de su sueldo.

La menor está incurso en delitos de hurto, que niega rotundamente, y en fugas constantes del hogar.  Su arraigado hábito de vagancia hizo que, con frecuencia y sin motivo aparente alguno, se ausentara días enteros de su casa, errando a la ventura, dedicada en las Ramblas a la venta de “barretas” (de pan) y de tabaco, a comisión, ayudando a descargar bultos en el mercado de la Boquería e implorando por las esquinas la caridad; en tales ocasiones, dormía en el Metro o en los bancos de los jardines.  A los once años asistió irregularmente durante un curso a la escuela, por lo que apenas sabe leer y escribir.

La observación psicológica nos señala su retraso mental (CI 73) y no pocas huellas derivadas de una desmesurada afición al cine truculento.

Salvador

Nacido el 31 de diciembre de 1626, de padre natural, de oficio sastre, casado y con hijos, el cual, pro desavenencias matrimoniales, se separó de su familia, amancebándose con la madre del menor.  Vivió con ella siete años, abandonándola (para unirse con la otra) a pesar de haberle dado palabra de casamiento.  Ésta, por otro lado, es una mujer ruda, mal hablada y analfabeta, que, a los catorce años, fue engañada por un cuñado, de cuyas relaciones nació un niño que dio a luz en la Casa de Maternidad y falleció a los dos meses, a consecuencia de difteria.  Más tarde, se casó con un obrero, peón albañil, con el cual vive actualmente en buena armonía, a pesar de su jornal insuficiente.  Ella trabaja de sastresa a destajo en un taller del “barrio chino”.  Aun cuando reúnan un regular sueldo entre los dos cónyuges, el no poder permanecer la mujer en la casa hace que el dinero sea mal administrado y todo desatendido, comiendo con frecuencia en las tabernas “para no perder tiempo encendiendo fuegos”.  El hogar es un tugurio insalubre, maloliente y falto de lo más indispensable; duermen en jergones echados por el suelo.

Existen, además, para el menor sus padrinos, a quienes quiere, según dice, más que a sus propios padres y con los cuales ha vivido largas temporadas.   Éstos son sujetos de mala conducta, de dudosos medios de vida y, además, están reñidos con los padres del muchacho.  La enemistad reinante entre padres y padrinos, con sus opiniones personales imbuidas al menor, han redundado en descrédito del mal ejemplo de unos y de otros.

El menor se halla actualmente internado a disposición del Tribunal Tutelar, incurso en graves delitos por hurto e intento de violación.  Estuvo un año como aprendiz en una fábrica de limas, saliendo de allí acusado de un robo de herramientas, que asegura no cometió.  Pasó luego a una imprenta y, aprovechando la existencia de material (papel, sobres, sellos de goma, lápices, etc.) y la poca vigilancia, acostumbróse a cometer pequeños hurto para tener algún dinero, “pues, como únicamente ganaba quince pesetas semanales, no tenía para nada”.  Éste fue el pretexto que dio a los suyos, cuando un mes después abandonó el trabajo y dedicóse definitivamente a la vagancia.  En sus correrías anduvo con toda clase de chicos, especialmente con mayores, aficionadísimos a las películas de acción, compañeros de vagabundeo e iniciados en las malas artes del robo.

Descuidado por sus padres y padrinos, pasaba días enteros en la calle, dedicado especialmente al asalto de azoteas, con el fin de llevarse la ropa que pudiera, acciones cometidas ordinariamente de noche y con ayuda de dos amigotes más, conocidos del barrio.  Repetidas veces faltó a dormir.  Dado el medio en que vivía y el frecuente dinero de que se hacía dueño, acostumbróse a gastarlo con mujeres públicas, “cohabitando y yendo al cine con ellas”.

De la observación psicológica resalta su débil mentalidad ( CI 52), su doblez, corrupción y frío maquiavelismo. La importancia del caso requiere ser matizado con algunos datos extractados del expediente, según es de ver.

  • 21-XI-1935. – Los padrinos del menor comparecen ante el Tribunal, recabando la autorización para la tenencia legal del chico, debido a que en su casa le dan malos tratos y su padrastro le profesa gran odio.
  • 7-X-1935.-  De información realizada se desprende que los padrinos son gente inmoral, y carece de fundamento cuanto dijeron acerca de los padres, no procediendo, pues, acceder a su demanda.
  • 14-IX-1940.- Comparece ante el Tribunal la madre del menor, solicitando el urgente internamiento de su hijo en una institución de reforma, por observar mala conducta en su casa y en la de los padrinos, robar a esos y a otros vecinos, quedarse el dinero que le daban para ir a comprar e intento, por tres veces, de violar una niña de diez años, introduciéndose por una ventana elevada, con gran riesgo de su vida.
  • 21-X-1940. – Atendida la petición, en menor ingresa en una institución de reforma.
  • 13-VI-1941. – El padrino del menor solicita tenerlo, alegando ser mejor su compañía que la de la madre.
  • 19-VII-1941.- La madre no acepta lo que el padrino pide, porque a su influencia atribuye el mal comportamiento del hijo hacia ella.  Manifiesta que se compromete a buscarle trabajo en el plazo de un mes.
  • 25-X-1941. – Vista la pasividad de la madre, el Tribunal accede a lo solicitado por el padrino y le entrega el menor.
  • 17-IX-1942.-  El padrino pide el internamiento del menor en un establecimiento de reforma, debido a su mala conducta y por dedicarse a robar ropa y dinero de su propio domicilio.  En esta fecha pasa de nuevo a vivir con la madre.
  • 14-XI-1942.- Es detenido por la policía, por sustracción de una colcha, en la calle de San Sadurní, e internado en un establecimiento de reforma.

 

“b) NIÑOS MORALMENTE ABANDONADOS.

Jurisdicción de la Junta Provincial de Protección de menores.

 

Francisco

Nació el día 20 de abril de 1929, en uno de los suburbios de la ciudad.  Su padre, de oficio pintor, es un alcohólico perdido, por lo demás, observaba buena conducta y su jornal era suficiente.  La madre ingresó, hace algunos años, en un establecimiento psiquiátrico, habiendo sido la conducta del marido, y por ello la desgracia en que se hallaban sus hijos, el motivo desencadenante y exteriorizador de su psicopatía.  Los hijos eran cuatro, todos varones, los cuales permanecieron casi un año abandonados, hasta que el caso llegó a conocimiento de la Junta de Protección de Menores, acordando su ingreso.

La observación psicológica señala en este menor un carácter activo, rápido y juguetón, y una inteligencia despierta (CI 86).  De natural simpático y atrayente, sabe granjearse la amistad de sus compañeros y vive muy unido con sus hermanos.

Ramón

Nació en un hospital, el día 13 de julio de 1935, procedente de las barracas de Santa Coloma de Gramanet.  Su padre, de oficio limpiabotas, murió de pulmonía, cuando el niño contaba tres años.  Se ignoran datos de la madre.  Tiene madrastra, la cual padece tuberculosis y vive de la mendicidad, junto con una hermana mayor del menor.  Las condiciones del hogar son tan misérrimas, que se puede decir que no existe allí más que los harapos que llevan puestos y, por todo servicio, tres o cuatro sacos o cacharros rotos.  En un ángulo del barracón, construido con cañas y hojalata, hay una pila de paja sucia y húmeda.

El menor fue internado por la Comisaría de Beneficencia, recogido de la mendicidad callejera, hecho un verdadero pillete.  A pesar de la vida durísima que llevaba en su casa y en el arroyo de la calle, jamás se adaptó a la vida de la institución.  Sensual, perverso, insensible y muy mentiroso.  Su inteligencia acusaba debilidad mental (CI 60) y, dada su agitación y resistencia, no aprendió nunca a leer ni a escribir.  Se fugó tres veces, hasta que, por fin, fue trasladado a la jurisdicción del Tribunal Tutelar, e internado en un establecimiento de reforma.

 

María

Se desconoce la data de su nacimiento.  Su padre, sin profesión determinada, alcohólico e idiotizado, manifiesta al ingresar al niña (5-III-1941), que tiene trece años.  Su madre falleció de parto, dejando la menor indicada y un niño interesado con ella, que debía contar entonces unos seis años, aproximadamente.  El padre se ha vuelto a casar con una mujer que no se interesa en lo más mínimo por los hijos.  Viven en las barracas de “la Mina” cerca de San Adrián de Besós.  En el hogar, ambiento de desunión, escenas sangrientas de lucha, inmoralidad y miseria.

Se revelan en esta familia varios signos degenerativos somáticos y psíquicos (por ejemplo, idiocia en el padre y en los hijos, malformación de las manos -siete dedos- en el padre y en el niño, etc.).  La niña tiene una edad mental de 4-6 años.  Desconoce las letras y no sabe dibujar una línea recta.  Se come las uñas de las manos y de los pies (dice que “porque tiene ganas”).  Ha vagado por “la riera”, conducida por muchachotes que abusaban de ella.  Sufre psicastenia.

El dictamen nos señala que es anormal de la inteligencia y del carácter, y que no pudiendo adaptarse a la vida de familia y al curso escolar, es preciso internarla en una institución adecuada.

José-Manuel

Se ignora la fecha de su nacimiento, pero al ingresar en la institución (7-V-1935), se le suponen seis años.  Procede de unas barracas de los alrededores de Hospitalet, si bien cambiaron a menudo de domicilio, habiendo pasado temporadas en Casa Antúnez y en La Torrasa.  Su padre abandonó el hogar y murió en el frente durante la guerra.  Su madre, dedicada a la mendicidad, falleció de tuberculosis.  Entonces, los cinco hijos, que ya estaban muy desprendidos del control de la familia, se desparramaron cada uno por distinto camino, yendo a parar el mayor a Francia, las dos hermanas se perdieron en la prostitución del “barrio chino”, el que les sigue, incurso en graves delitos por hurto, fue internado a disposición del Tribunal Tutelar, y el más pequeño, a que nos referimos, después de andar algún tiempo a la ventura, ingresó en su establecimiento de la Junta de Protección de Menores.  (Los dos últimos fallecieron a consecuencia de la tuberculosis heredada de su madre, los años 1943 y 1944, respectivamente.)

La conducta de este menor ofrece la singularidad de haberse adaptado a la vida institucional muy tardíamente.  Se mostraba retraído, desconfiado, impío y rebelde, aprovechando cualquier ocasión para fugarse a la cabeza de otros niños, los más pervertidos.  Ejercía sobre ellos gran influencia.  Su última fuga, la de mayor duración, tuvo lugar el día 24 de marzo de 1941, regresando un mes después (26-IV-1941), recogido por los servicios de la Comisaría de Beneficencia, en tan lamentable estado de depauperación física y moral, de desnudez y suciedad, que a él mismo le impresionó tan hondamente, que, a partir de entonces, comenzó una nueva vida.  Inmediatamente ensanchó el círculo de sus juegos y de sus relaciones sociales a todos los niños, se acercó a los mejores, mostrándose con todos abierto y cariñoso.

 

Carlos y Agustín

Estos menores ingresaron el día 14 de noviembre de 1940, acompañados por un bedel de la Diputación, en la puerta de cuyo palacio habían sido abandonados.  Vestían ropas muy usadas, pero iban limpios; se veía en ellos el cuidado y la solicitud de una madre.  En aquella fecha les fueron atribuidas las edades de cinco y siete años respectivamente. Los exámenes médicos constataron sarna y gran depauperación.  Al cambiarles la ropa, en el bolsillo del mayor fue encontrado un papel que decía textualmente:

“Abandono a mis hijos porque yo estoy enferma y no les puedo mantener; hace cinco días que apenas han comido, estoy harta de ir a todos los sitios y nadie me hace caso y no puedo resistir más; confío que alguien los acogerá y me los colocará en algún sitio; confío en la buena humanidad que no me los desampararán, pues lo hago con todo el dolor de una madre, pero prefiero esto a que se mueran de necesidad; yo indagaré dónde están, para ir a verles.”

Hasta la fecha nadie ha preguntado por ellos.  Los primeros días, debido tal vez a la debilidad que traían, estaban muy quietos, pero al poco tiempo se mostraron activos, bondadosos y sociables.  Agustín, el más pequeño, es bastante listo y bullicioso, y señaló al ingresar, una edad mental de 5;2 años.  Carlos que alcanzó la E.M. de 4;6 años, es serio, concentrado, tímido e introvertido.

 

“c) HIJOS DE PRESOS POLÍTICOS

Jurisdicción del Patronato de Nuestra Señora de la Merced para Redención de Penas por el Trabajo.

 

Fidel

Nació el día 21 de abril de 1928, en una institución benéfica, de esta ciudad, y se ha criado en las barracas de Coll-Blanch.   La habitación en que viven es un antro de miseria.  El padre del menor tiene veinte años más que la mujer.  Según ésta, la engañó cuando ella tenía dieciséis años; de los tres hijos que ha habido, reconoció sólo a la niña (“le chocó tener una nena”), los chicos llevan el apellido de la madre.  Antes de la guerra ya no llevaban buena armonía matrimonial: él, que cobraba un buen sueldo, por ser especialista fundidor, comía en un bar, y a la barraca sólo iba a dormir.  No soltaba ni un céntimo para la alimentación y vestido de los hijos y de la mujer.  Extremista de acción y, además, exaltado y con frecuentes arrebatos de cólera, le encontraron armas en su casa y actualmente se halla preso. La madre, que por medicación del Patronato, tiene internado al menor de referencia en una institución de la Junta de Protección de Menores, manda los dos pequeños que le restan a los comedores de Auxilio Social, y vive de la venta de la mitad del racionamiento (el que toca a los hijos), perezosa, sucia, desgreñada y con indicios de inmoralidad.  Además, sufre histeria.

El menor se muestra sociable, satisfecho y cariñoso, con fundo de honradez intachable.  La observación psicológica nos descubre en él un imbécil superficial (CI 47), tipo bobo.

 

Víctor

Nació el día 18 de junio de 1833, en una importante población aragonesa.  Sus padres, simples artesanos, pero elementos relevantes de la revolución, pudieron atender con esmero a los cuatro hijos nacidos de este matrimonio, a los cuales no faltó, durante la guerra, la educación ni el alimento necesario.  Después de la batalla de Aragón (9 marzo-15 abril 1938), la familia se trasladó a Barcelona, instalándose en una magnífica residencia de los barrios aristocráticos de la ciudad.  Al terminar la contienda, el padre pudo pasar la frontera francesa, mientras la madre, acompañada de sus hijos, buscó refugio en una humilde vivienda del casco viejo de la ciudad; hasta que al fin, detenida, el Patronato se hizo cargo de los niños, ingresándolos en diversas instituciones infantiles.

El menor a que nos referimos, ha demostrado poseer agudeza e ingenio (CI 100), simpatía y sociabilidad.  Es, además, piadoso.  Si bien en los juegos se muestra bastante bruto y tozudo.

Simón y Pablo

Nacieron, respectivamente, el día 10 de septiembre de 1930 y el 20 de marzo de 1932.  Sus padres trabajaban en una industria textil, siendo los sueldos de ambos más que suficientes para vivir con cierta comodidad y para dar a los hijos la educación debida.  Al estallar la guerra, el padre formó parte del comité de empresa de la fábrica colectivizada y, más tarde, se incorporó como voluntario en una unidad de milicianos.  Después de la batalla de Cataluña (28 diciembre 1938-11 febrero 1939), pasó a Francia, donde en junio de 1940 fue hecho prisionero por los alemanes y encuadrado en un batallón de trabajadores.  En la actualidad, los hijos reciben noticias desde “un lugar” del territorio alemán.  La madre fue condenada por delito de rebelión militar, motivo por el cual los hijos fueron acogidos por el Patronato.  Mas, habiendo sido libertada, después de seis meses de reclusión y, asimismo, dispuesta por dicho Patronato la entrega de sus hijos, y conociendo al Junta de Protección de Menores que dicha señora no guardaba la debida fidelidad al marino, sino que, por el contrario, vivía en la mayor deshonestidad, dentro de su jurisdicción, acordó seguir tutelando a dichos menores, por su propia cuenta, como así tiene lugar.

La observación psicológica señala las óptimas condiciones intelectuales (CI 95 y 83, respectivamente) y morales de ambos niños, así como su sincera piedad.  Sin embargo, en el mayor resaltan actitudes que le revelan como vanidoso, y en el más pequeño, una timidez exagerada, de la que ha empezado a luchar por liberarse.

Roberto

Nació el día 10 de diciembre de 1929.  El padre, minero y activo militante de una organización extremista, luchó en las barricadas y fue uno de los primeros voluntarios que se batieron en tierras de Aragón.  Su mujer empuñó también las armas y se fue al frente, de miliciana, con su marido.  Al terminar la guerra, él huyó a Francia, muriendo al cabo de tres años, de añoranza y penalidades, en un campo de concentración.  La madre quedó con los hijos, siendo al poco detenida y condenada a reclusión, mientras éstos, que eran cuatro, ingresaban en un establecimiento benéfico, excepto la mayor, que se puso a servir.

La condición del menor de referencia, así como la de sus hermanos, es realmente ejemplar. Talento (CI 90), entereza de carácter y virtud.

Juan y Marta

Nacieron el día 9 de abril de 1926 y el 15 de junio de 1937, respectivamente.  El padre, trapero de profesión, así como la madre, sin estar afiliados a ideología política alguna, aprovecharon la revuelta para unirse a las turbas dedicadas al incendio de iglesias y al saqueo de casas particulares.  Cometieron muchos desmanes, especialmente en la delación y el hurto y, según parece, también en delitos de sangre.  Al ser ocupada la ciudad, se sumaron tranquilamente al júbilo de la población; pretendiendo pasar como adictos al nuevo régimen, excusando sus fechorías con la versión de que con ellas habían “boicoteado” la república.  No había de valerles tan burda argucia y, en efecto, al poco tiempo fueron detenidos y condenados a graves penas. Los hijos, que, con la guerra, a pesar de ser menores, gozaban de absoluta independencia, no pudieron ser, de momento, atendidos por el Patronato, pues ignoraban los padres su paradero.  Mientras tanto, los dos mayores vendían todos los bienes, deshaciéndose del hogar (ropas, muebles, etcétera), y rápidamente lo despilfarraban  en el vicio, para morir, muy pronto, una de ellas, sifilítica y tuberculosa, mientras los dos hermanitos pequeños -lisiado el muchacho, y de dos años la niña-, errantes y sin rumbo, hubieran perecido de frío y de hambre, si una mano piadosa no los llevara al refugio del “Pabellón de Rumania”, y seguidamente, por gestión del Patronato, a uno de los internados de la Junta de Protección de Menores.

El muchacho se adaptó con dificultad a la vida de la institución, donde con hábil diplomacia supo esconder un cinismo sin límites y una maldad extraordinaria, habiendo sido uno de los menores que más interesaron, desde el punto de vista de la observación psicológica (CI 67).  El lisiado físico se había convertido en un verdadero lisiado moral.

 

“d) MENORES ESPAÑOLES REPATRIADOS DEL EXTRANJERO

Jurisdicción de la Junta Provincial de Protección de Menores, por delegación del Consejo Superior.

Enrique

Nacido con fecha 28 de mayo de 1928, en una ciudad aragonesa, al morir el padre, dos años antes de la guerra, se trasladó a un pueblo cercano, donde llevaban una vida, si bien indiferente en materia religiosa, desahogada y moral.  Al iniciarse la batalla de Aragón, en marzo de 1938, evacuó, en compañía de la madre, hacia Tortosa, y desde allí, por el litoral, según se iban desarrollando las distintas maniobras de la guerra, no pararon hasta Francia, pasando la frontera por el Perthus, el día 25 de diciembre.

Este menor, que a la sazón contaba diez años, en compañía de su madre, pasó sucesivamente hasta su regreso a España, en febrero de 1948, por los refugios de Bruyères y Busca, y por los campos de concentración de Argelès-sur-Mer, Bram y Rivesaltes.  El estado de depravación con que se reintegra a la patria es espantoso, pues además de estar iniciado en los vicios más abyectos, explica y aprueba con la mayor naturalidad e impudicia la vida desordenada de su madre, entregada a la prostitución con los jefes del campo.  Debido  esta última circunstancia, y por ello a los puestos de mando obtenidos por la madre, ese menor pudo estar bien alimentado y, contrariamente a lo que vemos en la mayoría de los casos, presenta un aspecto físico de notoria robustez.

Regresa completamente analfabeto y su inteligencia presenta síntomas de debilidad (CI 61) y embrutecimiento.

Rafael

Nacido con fecha 18 de abril de 1928, en una importante ciudad andaluza, de padres obreros, él encargado de una fábrica de aceite, y la madre ocupada en las labores habituales del hogar, recibe la formación religiosa en el colegio y posee, al estallar la guerra, una conciencia moral sana, pero preliminar.

Tiene nueve años cuando, con ocasión de ser ocupada aquella ciudad (febrero de 1937), es evacuado junto con una hermanita de seis.  El padre huye también.  La madre, gravemente enferma, muere de pena, al poco tiempo, abandonada en un hospital.  Durante dos años los niños peregrinan hacia Almería, Murcia y Barcelona, corriendo las vicisitudes de su padre, el cual estaba “enchufado” en la retaguardia del ejército republicano, mientras tanto, los niños comen con él en los bares, duermen en los refugios y en habitaciones realquiladas, y andando todo el día vagando por la calle.  En la evacuación de esta última ciudad (enero de 1939), el padre desaparece definitivamente y los dos niños son conducidos a Francia.

Rafael tiene once años.  Se encuentra en la colonia organizada por la “Unión des Coopérateur”, en las cercanías de Gerardmer (Los Vosgos); la comida es excelente, el trabajo fácil, la holganza pródiga, varios estímulos adelantan el hervor de su pubertad, a pesar de su temperamento añoradizo y tímido.  La colonia se compone de trescientas muchachas y cien chicos de ocho a dieciséis años.  Ellas cuidan de las labores domésticas; los chicos se ocupan en la construcción de una carretera.  De día comen y juegan juntos; las veladas de invierno se hacen largas, sin clase ni biblioteca, y no es difícil burlar la ligera separación establecida. Se practica el galanteo. Son frecuentes los atentados de palabra y obra el pudor.  Y, por el camino equívoco de la amistad particular, Rafael es iniciado en un “onanismo” especial de tristezas y de caricias cada vez más íntimas; le repugnan, empero, los actos groseros que ve cometer.  No existe en el ambiente de la colonia ninguna preocupación religiosa; incluso las fiestas dominicales pasan desapercibidas. Ostenta la dirección del establecimiento un oficial francés, que apenas suele estar nunca.  En realidad, el viejo conserje del local, malhumorado y tiránico, cuida de los chicos, y dos señoritas españolas vigilan las muchachas.  Así transcurre gratamente medio año.

Al romperse las hostilidades (septiembre de 1939), la evacuación de Los Vosgos les conduce a un caserón de Bruyères donde viven amontonados niños y mujeres españolas en régimen carcelario: escasea la comida y el ambiente de suciedad y depravación se acentúa.  De ahí pasan al campo de concentración de Argèles-sur-Mer.  Nos resistimos a describir aquí los horrores, ya bastante conocidos, de este inmenso falansterio.  Rafael cuenta ya trece años y vive, por ser menor de dieciséis, con las mujeres y muchachas.  Dos hechos se fijan en su conciencia enturbiada: la salvaje persecución de las mujeres, llevada a cabo por los soldados senegaleses, y la seducción de las mismas por parte de los propios emigrados; de noche tienen que clavar las puertas de la barraca, y aún así no se libran de las escenas sangrientas de la violación.  Otro hecho, es el hábito del robo, condición casi indispensable para defenderse de los estragos del hambre y de las inclemencias del tiempo.  A la vista de tal ambiente, la sensualidad de Rafael evoluciona de modo algo singular, entregándose a la práctica secreta de perversas flagelaciones que pueden calificarse de masoquismo…

Posteriormente pasa al “Centre d’Hebergement”, de Rivesaltes, donde un nuevo elemento, saturado de consideraciones religiosas y sociales, el judío -checo, austríaco y polaco-, se mezcla en la conciencia de Rafael.  Nuestro menor visita con frecuencia el islote de los judíos y se convierte en vehículo del “marché noir” (estraperlo) entre hebreos y españoles.

Después de cinco años (enero de 1942), regresa a su ciudad natal, reclamado por unos tíos.

La detenida observación practicada para el estudio de este caso nos señala una inteligencia perfectamente normal (CI 91), un tipo de reacción objetivo y lógico y un carácter introversivo y acongojado.

Jorge, Mateo y Ángel

De siete ocho y diez años, respectivamente, al estallar la guerra.  Su padre era linotipista de uno de los diarios de una importante ciudad.  Profesaba ideas avanzadas, pero era moderado en la aplicación de las mismas, e incluso respetuoso con la vida religiosa que llevaban algunos de sus amigos.  Los niños fueron evacuados el 30 de septiembre de 1936, a Torrente (Valencia), donde permanecieron año y medio, pasando luego, sucesivamente, a San Román de Abella y a San Lorenzo de Morunys (Lérida) con estancias de tres y doce meses, acompañados por una tía soltera que trabajaba en lo que fuere.  El 28 de enero de 1939, evacuaron hacia Francia, estableciéndose durante tres  años, en Montauban (Tarn et Geronne).  De febrero a marzo se alojaron en el refugio del “Verger Departamental”.  En mayo pudieron hallar un pequeño piso por el precio de ochenta francos, que pagaban gracias a la pensión recibida del gobierno francés (el subsidio diario de 7’50 francos el cabeza de familia, más 3’50 francos por persona), con lo cual vivían muy estrechamente.  Su tía se ayudaba trabajando de sombrerera.

Durante este tiempo, los niños fueron matriculados en un importante colegio de la avenida Gambetta. Jorge explica que contaba entonces catorce años y que, por dificultad del idioma, tuvo que ingresar en el grado medio, integrado por niños de nueve y diez de edad; que no podía seguir el dictado, debiendo soportar por ello las burlas de los compañeros de clase…  Narra también el aspecto miserable que ofrecían los refugiados españoles llegados a Montauban, los crímenes y robos que perpetraron y la vida crapulosa que llevaban algunos grupos, compuestos principalmente por mutilados de guerra, que habitualmente se reunían en algunas tascas de mala fama, en los alrededores de la Plaza Royale (“La Casa del Crimen”, “La Casa de los Moros”, “La Casa de la Italiana”, etc.), ofreciendo a los ojos de los franceses una fisonomía triste de España.  Sus compañeros de clase se hacían eco del estado general de opinión que, con respecto a los españoles reinaba en Francia, dirigiendo a nuestros muchachos preguntas punzantes, que muchas veces degeneraban en riñas. C’est joli l’Espage?Est-ce qu’il-y-a des ecoles, des tranways, des cinemas en Espagne? “Aunque siempre nos tocaba las de perder, dice Jorge, a veces nos liábamos a puñetazos; generalmente, yo pensaba que era extranjero, que los extranjeros no tienen derecho a decir nada y me callaba, pero por dentro lloraba de rabia.”  [17]

Por aquel entonces empezaron a frecuentar una familia católica que, poco a poco, fue inculcando en la tía y a los niños las prácticas religiosas, encontrando en ello, según dicen, gran satisfacción y consuelo.  El 20 de octubre de 1940, debido a la guerra, el gobierno francés suprimió el subsidio.  Por esa causa, Jorge, se vio precisado a trabajar, entrando en el servicio de ficheros de la Compañía general de seguros “Yorkshire Insurance Company Limited”, cuya central de Paría había sido trasladada a Montauban, en noviembre de 1939, pero el día en que se firmó el armisticio (22-VI-1940), licenciaron a los empleados y la casa cerró sus puertas.  También la supresión de los contratos de trabajo con mano de obra extranjera, dejó cesante a su tía, debido a lo cual se trasladaron a un predio en las afueras de la ciudad, dedicándose a las labores de campo.  Esto coincidió con el ingreso de Mateo y Ángel al Petit Seminaire du Sacre Cœur.

Después de seis años de vivir separados de sus padres, estos menores se reintegraron a la patria el día 5 de abril de 1942, por un favor especial de la Providencia, estrechamente incorporados a la vida católica.  Debido a su clara inteligencia y generosa bondad, dejaron entre nosotros grato recuerdo.  Los más pequeños se habían hecho acreedores a la siguiente recomendación que nos es grato transcribir:

“Je soussigné, Superieur du Petit Seminaire de Montauban, certifié que N. et N., entrés dans la maison en octobre 1941, m’ont donné pendante six mois toute satisfaction; qu’ils presentent toutes dispositions requires pour la vocation sacerdotale et meritene par consequant d’étre reçus inmediatement dans un Petit-Seminaire d’Espagne – Faila a Montauban le 25-3-1942 – Signé- MAGNAUD.  /…/  [18]

Jaime

Nacido con fecha 29 de diciembre de 1931, en uno de los suburbios de una importante ciudad de la región cantábrica, fue evacuado a Bélgica, en mayo de 1937, cuando apenas contaba seis años y, posteriormente, a consecuencia de la invasión alemana, tuvo que refugiarse en Francia.  En el momento de su repatriación (octubre de 1943), ha olvidado completamente el español y el flamenco, lenguaje este último en que tuvo que expresarse durante tres años.

Luego reprodujeron en francés, el “texto taquigráfico de las conversaciones sostenidas con este menor”…

Finalmente, se destaca que “la moral de este menor es satisfactoria.  Presenta, en cambio, considerable retraso en la inteligencia (EM 10 años, según Pintner-Paterson), y en los conocimientos escolares.

Lorenzo

Nació el día 30 de octubre de 1929, en un pueblecito de las cercanías de Madrid.  Su padre trabajaba en una empresa de construcciones aeronáuticas, habiendo sido evacuado con los cuatro hijos y la mujer a Reus (Tarragona), en agosto de 1936. Residen en esta población cerca de un año y los pequeños asisten, mientras tanto, a la escuela “Carlos Marx”.  Son trasladados a Molins de Rey (Barcelona) y a Tortellá (Gerona), pasando en diciembre de 1938 la frontera francesa.  Entonces el padre es internado en el campo de concentración de Sept Fonts (Pau) mientras que la madre con los hijos son conducidos al “Centre d’Accuiment” de Orleáns.  Al estallar la guerra (3-XI-1939), el padre pasa de obrero fundidor en las factorías de Firminy (Cerca de Saint Etienne), pudiendo reclamar su familia y vivir con ella en esta población por espacio de tres meses.  Firmado el armisticio (22-VI-1940), tuvo que abandonar esta contrata, no hallando otra colocación que la de minero en los pozos más profundos de “La Ricomarie”, explotación carbonífera situada cerca de Saint Etienne: el padre es empleado en abrir nuevas galerías, mientras que su hijo mayor, que a la sazón cuenta trece años, conduce los caballos de tracción de vagonetas a 700 metros de profundidad, durante una jornada de trabajo de casi doce horas.  La colonia minera estaba compuesta por españoles y polacos de la guerra de 1914.

Resaltaban en este menor su depauperación física, su torpeza intelectual (CI 68) y el desenfreno de sus viciosas costumbres.

Esteban

Nació el día 17 de agosto de 1928, en una pequeña localidad castellana. Al estallar la guerra tenía ocho años.  En 1937 fue evacuado a Barcelona, formando parte de una colonia compuesta de 350 niños madrileños, apadrinada por los argentinos con destino a Teyá.  El día 1 de enero de 1939 fueron trasladados a Francia y desde allí distribuidos por diversas naciones.  Un grupo de 50 y entre ellos nuestro menor, fue asignado a Rusia: “Los había que iban contentos, porque querían ver países; yo me escapé y me refugié en Saint Denis… huí cuando nos embarcaban en Dunquerque, porque aquello estaba muy lejos de mi patria”.  Internado en el refugio de Cluny, le reclamó para su guarda y cuidado una familia francesa de distinguida posición, cuya cabeza, oficial de la Marina, al venir la invasión alemana (junio de 1940), pasó a Suiza.  Entonces él se “enganchó” con una columna francesa en retirada, con el propósito de llegar a España y, montado sobre un carro de municiones, hostigados continuamente por la aviación alemana, a las dos semanas llegaron a Toulouse, coincidiendo con el preciso día que se firmó el armisticio (22-VI-1940).  De allí le mandaron al de Rivesaltes, en que permaneció siete meses, y sucesivamente al de Bacareux, desde donde, después de tres meses de estancia, fue mandado a la “404 Compañía de Trabajadores Extranjeros”.  Desde ahí, escapó al poco tiempo, por no poder resistir el durísimo trabajo que llevaban, siendo detenido en seguida y mandado a una “Compañía de Trabajadores Agrícolas”, donde la vida era más llevadera.  Al poco tiempo, el Gobierno de Vichy les obligó a firmar un contrato de trabajo con los alemanes, pasando a la zona ocupada, pero estando en Ponpiúr se fugó de nuevo hacia la zona libre, donde fue detenido e internado, por segunda vez, en Rivesaltes.  Últimamente después de seis semanas, se evade del campo de concentración y logra pasar la frontera española el día 15 de noviembre de 1942.

Este menor conoce la vida depravada de los refugios y de los campos, pero debido a su carácter ponderado y sobrio y al miedo de contraer las terribles enfermedades en que han caído muchos de sus compañeros, confiesa practicar sólo de vez en cuando el onanismo.

Ofrece una inteligencia normal (CI 88) y un carácter activo, juicioso, decidido y valiente.

¿René o Juan?

“René” es un niño español que, al parecer, se llama “Juan” y que probablemente procede del barrio marítimo de nuestra ciudad (Barceloneta).  De ser así, su padre desapareció en la batalla del Ebro; su madre y la abuela a consecuencia del bombardeo.  En este caso, el niño fue recogido por unos periodistas extranjeros cuando apenas contaba cuatro años, a fines de 1937.  Ha permanecido en Bélgica y en Francia, habiendo regresado a España,  a raíz de la ocupación alemana, el día 20 de julio de 1940.  El niño, que en esta fecha cuenta unos siete años, presenta todos los síntomas de la neurosis de espanto.  A pesar de que se ha convencido de que en nuestro país no hay guerra, no obstante, apenas oye las sirenas, no puede evitar un temblor de pánico y esconderse debajo de las mesas. El recuerdo de sus verdaderos padres, así como la idea de la composición de la familia, aparecen tan confusas como puede deducirse de la siguiente conversación que transcribimos”…

(Texto en francés que en síntesis expresa: “…En Bélgica estábamos muy bien… pero después vinieron del frente y de la aviación… Mi mamá está en Francia, mi papá también y el señor que me pagaba el cine, los domingos.  Mientras tanto yo voy a ver a la otra mamá de España y retornaré… Yo tengo muchos parientes… dos en Bruselas… Berta y Pedro… uno en Avignon… Tengo también otra que es nombrada “señolita”…  Me han dicho que yo tengo dos padres que son “papá “ y “mamá”…   Es la guerra!”)

Repatriación de los niños españoles…

Desde el periódico La Vanguardia, editado en Barcelona, el 11 de marzo de 1939, difundieron lo expresado el día anterior: “…la Diputación va a proceder a la repatriación de asilados de otras provincias” con el propósito de “conseguir, lo antes posible, la normalización en la vida de los diversos organismos que le están confiados, y accediendo a la vez, a ruegos que se le han formulado”…

El 21 de ese mes, con el título “Normas para facilitar la repatriación de los niños enviados al extranjero” reiteraron una información de Burgos, acerca de que “entre los documentos recogidos en Barcelona como pertenecientes al denominado Ministerio de Justicia del Gobierno rojo u organismos dependientes de qué, se han encontrado ficheros o relaciones de niños evacuados a diferentes naciones.  Como en dichos documentos no constan los nombres de los padres o representantes legales de aquéllos, con el fin de poder suministrar, tanto al Consejo Superior de Protección de Menores, como a la Delegación extraordinaria  de repatriados del Ministerio, los mayores datos o facilidades para la feliz consecución de la misión que le está encomendada, se hace saber a los padres y tutores, o parientes que tengan hijos o parientes menores de edad en paradero desconocido o que presuman que los mismos han sido evacuados al extranjero, lo comuniquen directamente y con la mayor urgencia al Ministerio de Justicia”.  Indican luego los datos de identidad de padres, domicilios, o parentesco y “la fecha en que le vio por última vez o en que se encontrara según las últimas noticias que de él poseyera.”

El 2 de abril incluyeron una noticia del día anterior, proveniente de Madrid: “Repatriación de los niños que fueron sacados de España”.

“A las dos de la tarde, el presidente de la Diputación recibió la visita del comisionado directamente por el Generalísimo, don Antonio Maceda, ex concejal del Ayuntamiento de Madrid, a quien le fue confiada por el Caudillo la delegación extraordinaria de protección a menores para repatriar a los desgraciados niños que fueron llevados al extranjero por los rojos, para explotar turbiamente su desamparo con fines políticos.”

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“Las gestiones de evacuación de la infancia dieron comienzo en mayo de 1937 por esta misión extraordinaria de protección de menores, que estuvo siempre en contacto directo con el General Jordana, que transmitía las inspiraciones del Generalísimo y de la Junta de Burgos.

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En la mañana de hoy y procedente de Alicante, llegaron cincuenta pequeños. Acudieron a esperarles las autoridades y familiares, desarrollándose emocionantes escenas de alegría, acompañadas de frases de entusiasmo y gratitud para el Caudillo, que devuelve sus hijos a unos padres atribulados.  Los niños, que por diferentes causas no han sido todavía recogidos, serán distribuidos en varias instituciones benéficas.

Mañana, y también de Alicante, llegará otra expedición.

Esta noche, llegaron procedentes de Irún, 270 muchachos que se encontraban abandonados en el extranjero.

La Diputación les ha dado albergue en el Colegio de San Fernando y ahora se fijarán los días, horas y condiciones en que sus padres y familiares habrán de hacerse cargo de estas criaturas, que proceden de Francia, Bélgica, Inglaterra y Suecia.

Hasta la fecha van repatriados unos 9.000 niños.  Se calcula que hay aún en el extranjero unos 30.000.  La mayoría de estos 30.000 niños se encuentran en Bélgica, Inglaterra, Francia, Suiza, Suecia, Dinamarca, etc.  También quedan en Rusia 3.000 criaturas, que asimismo serán repatriadas.

Merece destacarse un hecho que pone de relieve hasta qué extremo llegaba la insensibilidad de los gobernantes rojos en sus turbios manejos internacionales.  Cuando sacaban a estas criaturas, en atropelladas expediciones, para obtener el efecto político que buscaban, lo hacían en tales condiciones, que muchos llegaron enfermos, y es considerable también el número de herios e accidentes ocurridos durante el transporte.

Los niños llegados ahora a España vienen perfectamente atendidos y en condiciones inmejorables, expresando su alegría, no sólo por el regreso, sino por la sensación que experimentan de verse de nuevo en un mundo civilizado, que para las criaturas sólo tiene cariño y ternura.

 

En el periódico La Vanguardia de Barcelona, el 7 de diciembre de 1939 reiteraron lo expresado en Madrid el día anterior acerca de “la repatriación de los niños que los rojos expatriaron y que se encontraban en el extranjero”.

Es oportuno reiterar algunos párrafos:

“En Rusia, especialmente, este contingente de pequeñuelos españoles constituyó un plan de campaña de las propagandas y proselitismo comunistas.

La ferocidad marxista llegó hasta el extremo de destruir antes de la liberación de Barcelona los ficheros en los que constaban los nombre, antecedentes y procedencia de los expatriados voluntarios.  De este modo, la labor -como ya el Gobierno Negrín conocía- de repatriar a España esos millares de pequeños expatriados forzosos, se hacía más difícil y complicada. /…/  Para dentro de poco se anuncia la llegada de un gran contingente que procede directamente de Rusia.  Esto representará, en los deberes de tipo económico, un gran problema de carácter social y político.

Los que fueron enviados a la Rusia soviética han permanecido dos o tres años en el ambiente comunista.  Hay que desinfectarlos en el aspecto físico, pero en el moral es necesario también afrontar una labor ímproba de desintoxicación.

Muchos de los que allí han permanecido están ya frisando en los dieciséis años, edad la más peligrosa para la captación y proselitismo de la gran máquina de propaganda que es el Soviet, y para devolverlos a la sociedad y al seno de su familia será preciso una tarea de españolización y atracción al ideal nacional y cristiano de España.

Esto es, a grandes rasgos, la función que ejerce la Delegación extraordinaria y la Junta Provincial de Protección a la Infancia de Madrid.”

 

Un año después, el 31 de marzo de 1940, en una edición de Solidaridad Nacional, destacaban que “han muerto en el extranjero 4.000 niños españoles de los 40.000 expatriados por los rojos. /…/  Rusia se niega a devolverlos”.

En esa crónica informaban que murieron “2.000 en Francia y los restantes en Méjico, Rusia e Inglaterra; en una palabra, en esos mundos de Dios, que con todo su “humanitarismo” no consiguieron conservar lo que se les había entregado para fines de propaganda venal.

Y no lo consiguió tampoco, porque fueron bastantes las naciones que, con los dientes y las uñas, defendieron los despojos de una carne inocente, por cuya conservación se les daban buenas prebendas.  Rusia, no obstante sus promesas, fue, entre todas, la que con sus obras se opuso siempre a los anhelos de nuestro invito Caudillo.  En Rusia hay 4.000 españoles, cuya documentación pudo recoger, con mucho trabajo, el señor Maceda, delegado de Franco para la repatriación de menores, pero a la cifra indicada se pueden añadir otros 2.000 más, de los cuales no se encuentra  documentación por ninguna parte

En México hay unos 550 niños más.  La distancia, amén de las dificultades económicas, hacen muy difícil la repatriación.  La vuelta a España de cada uno de esos niños cuesta 125 dólares, y gracias a la generosidad de algunas familias de los Estados Unidos, bastantes han podido volver a sus hogares y al seno de la Iglesia católica.

13.000 niños han sido repatriados de los 28.000 que fueron evacuados a Francia.  Algunos de estos se encuentran en la actualidad en los campos de concentración.

Suiza, Bélgica e Inglaterra fueron las naciones que mayores facilidades dieron para la evacuación.  De los 5.000 niños llevados a Inglaterra sólo quedan en ella unos 500.  Y todos ellos fueron tratados bien, oral y materialmente.

Y no queremos terminar esta relación, sin mencionar que entre los muchos benefactores de los niños, merece especial mención S. S. el Papa Pío XI, de grata memoria, y el actual Sumo Pontífice, que ha colaborado con el señor Maceda para librar de los dolores a los niños, víctimas del odio, y que por obra de nuestro Caudillo, serán los mejores paladines del Imperio español.”

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Emocionan esos ecos de  lúgubres sones tras la guerra: voces de quienes no necesitaban hacer esfuerzos para demostrar que eran los vencedores y la elocuencia del silencio de los vencidos…

En estos primeros años del siglo veintiuno, distintos canales de televisión difunden documentales con testimonios de españoles que siendo niños fueron expatriados.  Alrededor de una mesa estaban ubicados mujeres y varones que retornaron tiempo después y rememoraban sus vivencias.   Era emocionante escucharlos refiriéndose a la nacionalidad porque ellos sentían que allá, en Rusia eran “los niños españoles” y cuando regresaron a su patria escuchaban que aludían a ellos como “los niños rusos”

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La guerra y los niños…

José J. Piquer y Jover al comenzar de su libro El niño abandonado y delincuente necesitó reiterar:

 

“Ni podemos ocultar la amarga pena que nos causa el recuerdo de tantos niños inocentes, que arrancados de sus hogares, han sido llevados a lejanas tierras, con peligro muchas veces de apostasía y perversión; nada anhelamos más ardientemente que verlos restituidos al seno de sus familias, donde volverán a encontrar, ferviente y cristalino, el cariño de los suyos.”

  (Pío XII – Mensaje radiofónico, dirigido por el Papa el 16 de abril a todos los fieles españoles. – Acta Apostolicae Sedis, Roma, 24 abril 1939)

 

“Los motivos verdaderamente éticos no son, ni mucho menos, los decisivos en todas partes; ni en la vida privada, ni en la política interior y exterior.  Esas fuerzas no están todavía bastante desarrolladas para -hablando con el poeta- mantener en cohesión la cósmica estructura.  Y por eso la Naturaleza alimenta -debemos agradecérselo- el trajín del mundo, mediante el hambre y el amor, y también, debemos añadir, mediante aquellas otras oscuras tendencias que, como hemos visto, pueden desenvolverse partiendo de apetitos egoístas.”

(BRENTANO, F. – El origen del conocimiento moral – Madrid, edit. “Rev. de Occidente”, 1941, núm. 48).

Desmoralización…

José J. Piquer y Jover, en 1945 ha expresado que partiendo de H. W. Gruhle y de los autores alemanes y franceses que han estudiado las consecuencias de la guerra de 1914 y de la pasada conflagración” y los hechos han demostrado que se genera “una desmoralización general”. Desde su punto de vista, afirmó que esa circunstancia, “tiende a materializar la vida exaltando el placer.  Sólo en los recios temperamentos religiosos, la contradicción evoluciona hacia la ascética del dolor y la mística de la cruz.  La vida de cuartel y el peligro de las trincheras invita a los mayores a la sensualidad, y en los muchachos, el abandono moral, la aglomeración y mezcolanza de sexos en escuelas y refugios, la carestía de alimentos, las evacuaciones y cambios frecuentes de domicilio, las fugas, la vagabundez y las faltas de escolaridad, la adulación -por parte de las madres que ven en peligro a sus maridos-, y el fomento anticipado de las manifestaciones externas de virilidad, el trabajo precoz y el belicismo infantil convertido en barbarie, son poderosas causas de degeneración que la guerra acentúa por su mayor frecuencia, por coacción social y por que se ha venido a llamar ‘condensación del criterio moral colectivo’.”

A principios de aquella década, el Papa Pío XII en su “radiomensaje al mundo”, en la Nochebuena del 24 de diciembre de 1941,  refiriéndose a Las premisas morales de un orden nuevo, había expresado:  [19]

“La idea de la fuerza, ahoga y pervierte la norma del derecho”.

 

Alberto Palcos en uno de sus ensayos, destacó que “desde cualquier punto de vista que se contemple la guerra es un cuadro de horror, de devastación y de locura, cuya perpetuación en nuestros días atestigua lo anacrónico e inhumano de las instituciones vigentes y su incompatibilidad con toda condición digna y elevada de convivencia social.

Económicamente, es vandálica porque arruina a vencedores y vencidos, reduce la producción y extiende insólita, espantosamente, la miseria y el hambre.

Éticamente es la peor bestialidad, el imperio del robo y del saqueo organizado, el flujo pustulento del odio y de la mentira, el reinado de la dureza sin entrañas, de la violencia ciega, el retorno a la barbarie ancestral. ‘La guerra exige y consume virtudes que ella nunca produce.” (LA GEORGETTE).  /…./  “La guerra ha tronchado la simiente a muchos genios y ha retardado en varias centurias la evolución de la humanidad.”  [20]

 

Campos de observación y conclusiones

En 1945, fueron evaluados “14.435 casos de niños abandonados, provenientes de la llamada ‘zona no liberada’, intervenidos por las  instituciones de Protección de Menores de Barcelona, después de la guerra española (1936-1939)” y José J. Piquer y Jover destacó: “Nuestras estadísticas recogen las observaciones sistemáticos de estos últimos cinco años, o sea, a partir del verano de 1940, fecha en la que CLAUDIO BASSOLS se puso al frente de nuestro Laboratorio Psicotécnico, en lo que afecta a la parte médica y psiquiátrica, mientras que nosotros nos ocupábamos de los trabajos de psicología y pedagogía.”

“Un 23,37 por 100 pertenecen al Tribunal Tutelar de Menores, es decir, se trata de intervenciones por actos delictivos y peligro de corrupción.  Los primeros, de facultad reformadora, ascienden a un 15,82 por 100 y han sido observados en la Escuela de Reforma Toribio Durán, calle Vilana, 10, Bonanova); los restantes, 7,55 por 100, de facultad protectora, lo fueron en la Casa de Observación del Grupo Benéfico, institución central de la Junta Provincial de Protección de Menores de Barcelona, sita en la calle Wad-Ras, 89 (Pueblo Nuevo).

Un 32,07 por 100 son casos específicos de la función preventiva de la Junta Provincial de Protección de Menores, a saber, se trata de niños moralmente abandonados, niños recogidos de la calle, a los cuales se ampara y educa.  Estos se diferencian en un 26,48 por 100 internos y un 5,59 por 100 mediopensionados.  Su observación se efectuó en las propias instituciones de la Junta, o sea, en el Grupo Benéfico y en el Parque Infantil del mismo establecimiento.

Un 1,48 por 100 proceden de la Delegación local del Patronato Central de Nuestra Señora de la Merced para la Redención de penas por el Trabajo, esto es, hijos de presos políticos.  Asimismo, la observación de estos niños se efectuó en el Grupo Benéfico.

Y finalmente, un 43,06 por 100 de los niños son procedentes del Servicio de Repatriación, subdivididos en un 37,40 por 100 que han sido repatriados del extranjero y un 5,66 por 100 que lo fueron de Cataluña hacia el resto de España.  Se trata de muchachos de todas las edades, con preferencia púberes, y de ambos sexos, venidos de distintos países de Europa y del Norte de África, principalmente de los campos de concentración de Francia, reclamados por sus familiares, o bien, voluntariamente, a causa de la extinción forzosa, ocasionada por la guerra, de las colonias infantiles organizadas por los Comités de Ayuda de las naciones democráticas. La observación de estos niños ha sido llevada por nosotros en el Grupo Benéfico citado”, destacó Piquer y Jover y terminó ese párrafo explicando que “esta población infantil, por el carácter cosmopolita y mediterráneo de nuestra ciudad, donde vienen a decantarse los bajos fondos de las aglomeraciones urbanas y la miseria de las ruralías pobres de la Península”…  [21]

El cambio de medio…

Es oportuno tener en cuenta que “a partir de octubre de 1936, fecha en que tuvo lugar la maniobra de aproximación del frente hacia Madrid, la evacuación forzosa de la capital condujo en dirección de Levante, principalmente hacia Cataluña, grandes cantidades de niños.  Lo mismo sucedió a consecuencia de las operaciones llevadas a cabo por la conquista de Málaga, en febrero de 1937, cuyas caravanas de fugitivos por la carretera de Motril hacia Almería constituyen uno de los episodios de pánico colectivo más característicos de nuestra guerra.  El envolvimiento de la totalidad del frente de Vizcaya, en mayo y junio de 1937, y a continuación, la reconquista de Santander y Asturias, en agosto y septiembre del mismo año, ocasionaron el traslado de millares de niños que, desde los puertos de Bilbao y Gijón, pasaron a Francia y, seguidamente, por lo menos gran parte, vinieron a parar a Cataluña.  Sin ánimo de enumerar las circunstancias terribles a que fue sometida la población infantil española, condenada a un éxodo sin precedentes, y no queriendo descender tampoco a los pormenores de la organización de las colonias, tenemos que hacer constar lo siguiente: Según nuestras estadísticas, la población infantil evacuada llegó a representar en Cataluña el 1,14 por 100 sobre su densidad total normal.  Sólo una tercera parte, es decir, unos 23.000, hicieron vida de colonia.  Los restantes fueron distribuidos por todos los pueblos de las provincias catalanas, habitando colectivamente edificios religiosos o casas particulares requisadas, viviendo con familiares suyos o con otros refugiados mayores, o buscándose, por su propia cuenta, trabajo en las faenas agrícolas.  Ninguno de ellos asistió a la escuela, dedicándose casi todos a la rapiña de los frutos del campo, pillaje favorecido por los mayores y, en parte, justificado por los estragos del hambre.  La vida de esos niños fue muy miserable, faltos de organización, sometidos a las alternativas y movimientos de los frentes de combate, que ocasionaban en ellos nuevos desplazamientos y cambios de domicilio, y relegados al abandono moral y material más completo”.   /…/ “Mejor suerte les cupo a los pocos que, casualmente, encontraron una colocación familiar en el campo. Generalmente fueron bien tratados y echaron hondas raíces espirituales en el acervo del idioma y de las costumbres de su nueva residencia, conservando, empero, el calor familiar y las virtudes esenciales de su manera de ser.  Casi todos ellos se salvaron de la general irrupción hacia Francia.”  /…/  “Si bien el éxodo de las grandes masas de refugiados hacia el extranjero no tuvo lugar hasta los primeros días de 1939, fecha de la gran batalla de Cataluña, lo cierto es que, con mucha anterioridad, ya habían traspuesto la frontera millares de niños.

Una jugosa información del jesuita Gríful, con estadística procedente del Secretariado de la Delegación Apostólica de Bilbao, nos dice que de mayo a junio de 1937 partieron de esta ciudad para el extranjero más de 12.000 niños vascos solamente, dispersándose por Inglaterra, Francia, Bélgica, Suiza, Dinamarca, Suecia, Rusia y México. También en Cataluña, durante el último año de guerra, se organizaron numerosas expediciones, sin que se haya podido precisar el volumen total de las mismas ni siquiera aproximadamente.  En general, los niños catalanes evacuados durante la primera época, poseían el permiso paterno, careciendo del mismo la mayor parte de los que lo fueron en los últimos momentos de la desbandada, y expatriándose, en muchos casos, los niños contra la voluntad expresa de sus padres.”

“La segunda fase de la gran irrupción de menores españoles hacia Francia tuvo lugar, violentamente, a partir de los primeros chispazos de la batalla de Cataluña, 23 de diciembre de 1938…

Procedentes de los colegios y colonias establecidas en la región y de los grupos de prófugos diseminados por los pueblos, mezclados y confundidos con rebaños de gentes y milicianos, pasaron aun la frontera unos 20.000 niños.  El gobierno francés improvisó colonias y refugios y, a lo largo de la ribera del Tech, instaló los primeros campos de concentración. Con ello empieza un nuevo capítulo, doloroso y dramático.”  [22]

 

  1. E. Vilaró describió los primeros momentos tras la llegada de esos contingentes al territorio francés:

“Sea el que fuere el motivo, el hecho es que la instalación de los campos de concentración empezóse el día anterior a la recepción de la milicia, con el rudimentario trabajo que supone la instalación de una alambrada de cien kilómetros de hilo metálico.  Hoy se plantaba el primer palo en la playa de Argèles y a las primeras horas del día siguiente, un grupo de veinte mil hombres se instalaba en el terreno raso.  Era el primer grupo.  El número de entrantes iba a seguir creciendo hasta ciento cincuenta mil.  La carretera, los caminos, el tren no pararon ya de verter en el espacio comprendido en cinco kilómetros de playa un caudal humano de milicianos hambrientos en un estado de suciedad repelente y de extenuación que hacía de ellos más bien una muchedumbre de aspirantes a hospital que una milicia en demanda de descanso.

En el cercado no había nada para recibir el gentío que llegaba.  Presentábase la tropa, después de tres días de ayuno y cincuenta de una campaña mal avituallada.

Llegaban incesantemente del Perthús las brigadas rojas costeando los treinta kilómetros de carretera que separa la frontera del campo.  En el campo no había nada.  No había hospitales, ni cocinas, ni dormitorios, ni instalaciones sanitarias.  No había más que la arena de la playa.

Desde la primera noche cada uno se acuesta encima de la arena.  Al día siguiente el instinto de conservación acciona sobre las desmoralizadas huestes y, como por arte de magia, empiezan a brotar sobre la arena toda clase de barracas, hechas con la ayuda de los trastos viejos, cañas, sacos, telas y maderas que los habitantes de Argelès les facilitan y que los servicios militares distribuyen.  Queda formado un campamento como un poblado salvaje; un hormigueo confuso y desolador debatiéndose en un barullo indescriptible: el más miserable campamento que pueda haber existido en el mundo.

La playa, desierta unos días antes, queda ilustrada con veinte mil chozas en los cinco kilómetros de su extensión.  Ciento cincuenta mil hombres van a vivir allí, a purgar sus culpas lentamente y cumplir la parte terrena de su penitencia… Verdadera isla de perros rabiosos, junto a millares de infelices, vivirán en ella la vida de la bestia, entre sus excrementos y las conscupias de los bajos instintos.

Los enfermos y los heridos, faltos de otra asistencia más rápida, son depositados también en el campo momentáneamente.

La impresión que producía la vista del cercado nos hacía pensar en los campamentos de las primitivas tribus errantes que debieron recorrer los caminos de la tierra cuando, detenidas por algún obstáculo natural insuperable, debían pararse y luchar con sus miserables medios contra el frío y el hambre…”  /…/  “En el interior del campamento, la milicia tiene hambre.  Se improvisan cocinas colectivas en un indescriptible desorden, empujones y riñas.  Los más fuertes se imponen, llenan su plato, comen dos veces.  Los más anémicos, los decaídos, los rezagados, los que se encuentran distanciados de las cocinas, cuyo emplazamiento se ha repartido estratégicamente en todos los ángulos del campo, quedan, en su mayor parte sin comer.  La mayoría no come y, lo que es peor, ve comer a algún vecino.  Entonces salen los instintos animales.  Aquí y allá se lucha al arma blanca por un rancho caliente.  Los milicianos tienen preferencia sobre el elemento civil.”  /…/  “En cuanto a la moral, valdrá más no insistir.  La sodomía parecía imperar como la más natural de las expansiones… en las chozas donde la promiscuidad de sexos no exponía a plena luz el libertinaje primitivo del hombre abandonado a sus instintos animales.”

En el campo de Argelès-sur-Mer, aproximadamente 14.000 niños permanecieron en tales condiciones entre tres y dieciocho meses, porque después el gobierno francés comenzó “construcciones de barracones, a un ritmo de seis por semana, con lo cual, para poder instalar convenientemente sólo los refugiados de aquella región, se habría tardado más de diez meses” pero las bajas temperaturas de enero y febrero de 1939 obligaron a abandonar ese plan y les proveyeron a los refugiados diversos materiales -cartón, madera, chatarra, clavos-, para que construyeran las barracas. /…/ El rapto y el adulterio se practicaron con tanta frecuencia como la sodomía.  La pederastia y otras aberraciones hicieron presa de no pocos niños. Éstos, hasta los dieciséis años, convivían con las mujeres muchachas, lo cual ocasionaba también grandes estragos y episodios desgarradores.  El aspecto sexual fue en Argelès, ciertamente, el más terrible y vergonzoso. /…/  Hubo, por lo menos, dos sublevaciones, que fueron ahogadas con sangre y numerosos fusilamientos. Los incendios, los vendavales, las tempestades del mar y las grandes inundaciones del 18-19 de octubre de 1940, aumentaron aún el número de víctimas.”

 

Refiriéndose a otras consecuencias de esas emigraciones, Piquer y Jover ha destacado que “la entrada de Francia en la contienda y consiguiente movilización -3 de septiembre de 1939- acentúa el gran desastre de nuestros niños, pues las antiguas colonias disueltas y los menores internados en campos.  Entonces se produce un nuevo e inesperado acontecimiento: los agricultores y patronos franceses, y también los colonos españoles que abundan en el Midi, privados de la mano de obra movilizada, acuden a los refugios y a los Comités de ayuda en trance de disolución, en demanda de niños, siéndoles entregados sin garantía ni requisito de ninguna clase, destinándoles a los trabajos del campo y, a veces, recibiendo malos tratos. Con este procedimiento ha perdido España muchos niños, que han fallecido sin saberse cómo, o han sido apropiados por familias extranjeras, imposibles ahora de localizar.  Se ha repetido el caso de que, con tanto trasiego, numerosos niños extraviaron su documentación; algunos eran muy pequeños y no sabían decir su nombre, o lo pronunciaban mal o era anotado incorrectamente por las administraciones francesas: todos ellos perdieron su verdadera denominación y quedaron sin nombre, si no les fue impuesto algún apodo o el apellido de sus guardadores extranjeros. Otras veces fue cambiada la documentación.

La mayor parte de estos pequeños perdió, además, completamente, el recuerdo del idioma materno, la memoria de los padres y el sentimiento a que puede llegar un niño de sentirse español. No es necesario insistir que, en muchas ocasiones, la identificación de los niños ha sido difícil, asomándose la duda incluso a la propia madre; también se comprenderá el porqué muchas reclamaciones de niños, formuladas y escritas con lágrimas de los padres, no han podido ser satisfechas a pesar de las buscas más inverosímiles.  Después de seis años dedicados a la repatriación, la Junta Provincial de Protección de Menores de Barcelona tiene aún pendientes, en este momento, 684 reclamaciones hechas por los padres, de niños que, no habiendo sido expatriados ni a Rusia ni a México, hay que considerar definitivamente perdidos para España.

Con la batalla de Flandes y el desastre espantoso del ejército francés -mayo y junio de 1940-, recibieron los niños españoles diseminados por Holanda, Luxemburgo, Bélgica y Francia otro cruento golpe.  Ignoramos con qué designios habían sido instalados numerosos niños españoles en la zona inmediata a las operaciones de la frontera francesa oriental -región del Marne y las Ardenas-; el caso es que tuvo que emprenderse una nueva carrera desordenada y frenética, bajo un cielo poblado de bombarderos, en dirección contraria a la que llevaban hacía tan solo algunos meses.” [23]

La disolución de las Colonias obligó al 23,45 % de los niños españoles a pasar a las “explotaciones familiares”; el 54,83 % fue trasladado a campos de concentración y el resto continuó en colonias y refugios.  Datos estadísticos indican que el 85,20 % tenía filiación; el 5, 38 % no tenía filiación y probablemente cambiada: 9,41 %.

 

Aproximadamente 3.000 niños fueron asistidos en obras de la Iglesia Católica y esa cifra “desgraciadamente no significa nada ante la cantidad desgarradora y exorbitante de los 40.000 niños españoles que fueron abandonados en manos de las organizaciones extremistas de todo el mundo… muchos niños perdieron totalmente su  inocencia y su condición espiritual y algunas niñas incluso su virginidad”…   [24]

Sabido es que cualquier trasplante incide en el desarrollo de la vida.  Piquer y Jover, ha destacado que “el menor emigrado pierde, juntamente con los hábitos autóctonos, su tradición espiritual… la desconfianza del nuevo ambiente se apodera de él, la tristeza y la añoranza le embargan y siente la soledad y la vergüenza de ‘un mendigo de patria’, de un ‘judío errante’, según confesiones propias.” /…/

“Y, muy pronto, nada logra desviar de aquellos niños una actitud introversiva y autística: ni las comodidades no acostumbradas de algunas colonias lujosas, ni los alimentos abundantes, ni el cielo libre y tranquilo de bombarderos.  En los más pequeños, la melancolía se llega a extinguir, como asimismo la idea de patria, el recuerdo de los padres y el idioma; pero les queda una vaga y lejana tristeza.  También a los mayores, la vida de algunas colonias organizadas en régimen colectivista y con vida coeducacional muy libre, les convierte en seres gregarios y, en el libertinaje, pierden su espiritualidad.  Fue mucho peor la suerte de los que fueron arrancados del suelo patrio, sin consentimiento de los padres, en los últimos momentos del desastre, así como la de los que, en la gran desbandada hacia la frontera, se fueron con sus familiares.”

Luego, Piquer y Jover reitera lo expresado por J. E. Vilaró en su libro titulado El ocaso de los dioses rojos, editado en Barcelona en 1939:

“Al iniciarse la fuga del ejército rojo de Cataluña se lanzaron órdenes de que se procurara evacuar el elemento civil de las poblaciones, dando así la impresión de que el ejército era seguido por todo el pueblo; que éste abandonaba bienes y haciendas antes de caer en manos de las tropas vencedoras.  Así se conseguiría producir una nueva ola de sentimentalismo que ocuparía la atención de la opinión pública extranjera en el momento del hundimiento vertical de la zona roja. /…/ Las escenas que se presenciaron en la carretera de La Junquera, en las proximidades del pueblo fronterizo de Perthús, al pie de la barrera aduanera, quedaron señaladas como una de las más grandes atrocidades que jamás se hayan cometido.  Obligar a niños, mujeres y ancianos a seguir a pie una horda en desbandada, sin pan ni campamento, bajo un frío glacial, cargados con sus miserable efectos, sin respetar heridos, enfermos ni viejos, es una ignominia que sofoca de indignación y subleva el corazón de repugnancia.

Como era de esperar, el éxodo forzado amontonó en los parajes fronteriza una muchedumbre enorme, que las autoridades francesas aceptaban por grupos y examinaban individuamente, a fin de impedir, no solamente el paso de armas ocultas, sino incluso el que pudieran infiltrarse en territorio francés, sin ser controladas médicamente, enfermedades contagiosas o epidérmicas, muy de temer en una población extenuada, hambrienta, privada de la más rudimentaria profilaxis, de la más elemental higiene, en estado de extrema suciedad.

La admisión lenta de los grupos de treinta o cuarenta personas, a los cuales se daba acceso gradualmente, obligaba a una espera prolongada en medio del más indescriptible desorden y confusión.

Llegaba la noche, se cerraba la barrera y la multitud con sus viejos, con sus enfermos, con sus mujeres, sus niños, sus caballerías, sus bultos y sus trastos, extendíase por los campos cercanos para dormir al raso bajo la bruma penetrante del Pirineo, cuidando de no alejarse de la valla-frontera a fin de proseguir la espera, situándose en buen lugar tan pronto como la luz diurna apuntara en el horizonte.”  [25]

Familia y desarraigo

No fue por casualidad que Piquer y Jover reiterara “…‘el derecho del niño a la familia, su familia ante todo y, si ello no es posible, a que se le constituya una familia tan próxima como sea posible la suya’ /…/ ‘Para todo niño, un hogar donde encuentre amor y seguridad y para todo niño que tenga que recibir cuidados ajenos, el sustituto más próximo de su propio hogar’. (Art. 3º  de la Carta del Niño, III Conferencia de la Casa Blanca, 1930.)”

Piquer y Jover tras sus investigaciones y estudios con grupos de niños que habían padecido las consecuencias de la guerra, señaló que “en el niño refugiado no se llegó a crear ningún reflejo entre el alma y el paisaje; por lo tanto, y esto tiene mucha trascendencia, carecen, de esa voz interior -la tierra llama, la tierra tira- que empuja a cada uno a retornar a su pueblo.  En cambio, en los casos en que existe alguna simpatía o apego al paisaje o a la estirpe, en la afectividad del muchacho se produce una reacción situacional de nostalgia, con derivaciones patológicas que irradian hacia el campo neurológico y hacia el campo intelectual”.  Acerca del ambiente social donde vivieron algunos niños, advirtió que “fue pernicioso en el sentido de apartar de la familia a los niños, confiándolos a los vaivenes de la calle y a las bruscas acciones del período revolucionario, sin censura ni autoridad de ninguna clase, o bien, en asilos y colonias que moldeaban la conducta tendenciosamente, de una manera colectiva y automática, contra las normas de la ética y de la manera española de ser o, en último término en la espantosa orgía y mezcolanza de los campos franceses de concentración, donde fueron a parar varios millares de niños españoles.”  [26]

Formación ética: medio, vida interior y Enseñanza del Estado.

Los estudios realizados tras la finalización de la guerra civil española, de acuerdo a lo expresado por Piquer y Jover han indicado que “la enseñanza moderna, completamente deshumanizada, y por lo mismo, inculta, es impotente para formar la conciencia y el carácter.  Los conocimientos técnicos no bastan para la forja de una personalidad.  Se ha olvidado lo más importante y lo único necesario es el destino moral y divino del hombre.  Y por lo mismo que se niega el orden sobrenatural, se niega el fin sobrenatural, y los caminos que él conducen, es decir, la vida interior como estado de actividad del alma que reacciona para ordenar sus inclinaciones naturales y se esfuerza por adquirir el hábito de juzgar y dirigirse en todo en conformidad con la recta razón, con la verdad objetiva, con la ley eterna.” /…/  “Otras causas de degeneración moral, debemos buscarlas en la herencia y en el ambiente”.   [27]

“Se ha demostrado modernamente que juega más papel el medio que la herencia.”

“La conducta efectiva del muchacho, ha dicho Kurt Lewin, depende, en cada circunstancia, de sus características individuales y la estructura momentánea de la situación en que vive.”  [28]

Destacó Piquer y Jover: “Si partimos de que la familia es la célula germinal de la vida social, llevando consigo toda la herencia espiritual y moral del pasado como factor-ambiente decisivo en el desarrollo del niño, hemos de afirmar en seguida que en la mayor parte de los casos estudiados los padres no existen como familia. Gran número de nuestros niños no pertenecen a la familia, por haber nacido fuera de ella -hijos naturales e ilegítimos-, o por haber sido expulsados o arrancados de su recinto -menores moralmente abandonados y delincuentes, hijos de presos y emigrados políticos-; pertenecen en cambio, a otros organismos suprapersonales, a otras estructuras más alambicadas y heterogéneas.  /…/ La banda corresponde a una necesidad social, en un período en que el muchacho ya no se entrega por completo a su familia.

La tragedia de nuestro niño consiste en que, saltando por encima de su propia infancia y de su familia, desde su primera niñez, ha pasado a depender de una comunidad peligrosa.

En el proceso de la gradual extensión del espacio vital del niño, es decir, en la manera creciente de ir aprendiendo a ver, hacer uso, dominar y ser movido por las fuerzas del ambiente, a través de su crecimiento, de su educación, de la formación de su carácter y en cada una de las fundamentales etapas de la estructura de su personalidad, nuestro muchacho ha sido hecho a imagen y semejanza de un medio terrible y forastero.”  [29]

No ha sido por casualidad que durante la guerra y postguerra se haya advertido que entre algunos grupos de niños y jóvenes, había aumentado el uso de algunos vocablos pertinente al argot revolucionario o delictivo: entre los diez y veinte años, aludían al “hacer ‘estraperlo’…” refiriéndose a “estafar”, decían requisar por robar; enchufar por aprovecharse indebidamente, camuflar por engañar y colectivizar por adueñarse. [30]

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Campo de concentración de Rivesaltes…

Esos Islotes fueron organizados por el ejército francés para albergar prisioneros alemanes y tropas coloniales, estaban protegidos con doble alambrada y con guardias militares permanentes. Ha destacado Piquer y  Jover que en el islote que funcionaba como cárcel, residía el “Comisario Especial, jefe, además, del calabozo del campo” y reiteró lo expresado por un niño: “Ése es el que puede pegar a todos”.  Allí, castigaban “con menos dureza y frecuencia que en otros campos.  Las sanciones que se aplican suelen ser: corte de pelo, palizas con látigos de cuero, detención e incomunicación por tiempo más o menos limitado, ayuno completo que suele prolongarse hasta tres o más días, y un correctivo curioso ciertamente: se suprimen todos los botones, correa y elásticos y se hace correr al infractor, aguantándose la ropa, en una noche de frío.  Los delitos entre refugiados pasan desapercibidos del Comisario”.  Aunque estaba prohibido encender fuego, lo hacían para evitar la congelación y el Comisario francés había organizado “un sistema completo de espionaje, a base de premiar a los delatores con un cazo de nabos”.  Tampoco en la Comandancia, en las oficinas y en la Intendencia había conductas relevantes.  Las mujeres deshilaban telas para elaborar nuevas prendas y siendo “muy rigurosa la inspección de las mantas, y para hacerse con ellas” era necesario “aprovechar la muerte, la fuga, el traslado o la repatriación de algún refugiado.”  En un islote habían ubicado a españoles y judíos, jóvenes mutilados por la guerra y ancianos: “Babel de gentes y de líos… conviven en recelo continuo, cuando no estallan sangrientos conflictos.  Los judíos se han hecho odiosos por practicar la religión y la usura. Los españoles se han hecho detestables por sus blasfemias horrendas,  por sus insultos rencorosos, por sus envidias y, sobre todo, por su afición a saquear las barracas de los judíos. Además, aquí no puede hablarse de moral.”

“Toda la vida del campo discurre alrededor de la comida. /…/ Donde hay un corro, se habla de comida; donde surge una riña, será por la comida ciertamente. /…/ El hambre hostiga, el hambre retrotrae la vida hacia las fases más primitivas, ahoga censuras, azota y prende fuego a los instintos”…   /…/  “Huelga todo lo demás que se diga.  Que no se hable, en absoluto de ideales.  Hemos visto un chico de catorce años, cuya máxima aspiración de su vida era llegar a poseer un boniato y comérselo”…

“La carencia de ropa interior y de jabón es absoluta.  El agua escasea.  La pereza de lavar es mucho mayor.  Los niños se llenan de parásitos y pupas.

El calzado, compuesto por los propios refugiados se empapa.  Al exterior de los barracones, las calles en invierno se convierten en un lodazal.  Los harapos de que se dispone para defenderse contra el frío son mezquinos”…

“Los estragos del frío han llegado a ser tan intensos, que muchos confiesan habérseles planteado la disyuntiva de si era más fácil morir de frío o de hambre y, a veces, quedábanse en la yacija dejando perder la ración y diciéndose entre sí: ‘Por hambre podría aun resistir todo el día.  En cambio, el frío se apoderaría hoy de mí y me haría desfallecer.  Me quedo’.  Y se encogían y amodorrados se acurrucaban de nuevo en la paja.

No obstante, en verano, en la vida fluye hacia el exterior, y la procacidad del desnudismo se ofrece por doquier”.

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Imágenes

Estampas de la guerra

Mediante dibujos lineales, grupos de niños evacuados han expresado algunas de sus percepciones durante el ocaso del período revolucionario y las experiencias atroces compartidas en la guerra civil española entre 1936 y 1939.

José Piquer y Jover, anotó: “Ofrecemos algunas series de ilustraciones infantiles allegadas, en su mayor parte, durante el propio período revolucionario.  Se trata de reproducciones espontáneas, nacidas al calor de aquella situación”…

Aquí, es suficiente reiterar lo expresado por esos niños, incluyendo nombres y edades:

 

1. “Se hace guerra contra Dios.” Antolín, H. B. 4 años, 5 meses, 26 días.
2. “Hombres que rompen cruces.” Avelino P. L. 6 años, 8 meses.
3. “Queman las misas(los templos) y matan los santos (destruyen las imágenes).” Humberto B. C. 8 años.
4. “Destrozan todas las capillas.” Damián G. G. 9 años, 3 meses.
5. “El día que empezó la revolución, los hombres mineros de N. Se pusieron alrededor de la iglesia, le hicieron sacar al Padre todas las cosas de la capilla y entonces le prendieron fuego, y al Padre le fusilaron en medio de las llamas.” Rodrigo M. M. 13 años, 4 meses.
6. “Esto figura al lado de la calle donde vivo yo, cuando destrozaron la iglesia y sacaron los santos.” Juan G. P. 14 años, 10 meses.

 

Tras esos dibujos y textos en las páginas 57-58 del citado libro de Piquer y Jover, este párrafo: “En resumen, que si del corazón del muchacho no se pudo borrar del todo el hecho religioso -tendencia instintiva, substancia nacional-, en cambio se torció de tal forma hasta cristalizar en un naturalismo estilo ROUSSEAU, sin ministros, sin liturgia y sin sacramentos.  Forzosamente, en ausencia del hálito de la piedad y de la gracia, tenía que ofuscarse la razón y venir el desbordamiento de las pasiones. La serie de estas consecuencias, en la conciencia moral de nuestro niño, recorre una cadena que va desde el primer resecamiento de la sensibilidad a los actos primarios de sadismo.”

Destacó Piquer y Jover otro de sus puntos de vista:

“Hay que recordar que, en el caso de la tragedia española, en la llamada ‘zona no liberada’, la persecución religiosa fue el centro de la revolución, y que ésta tuvo mucha mayor importancia que la misma guerra.  Asimismo, la expatriación de los niños al extranjero, dadas las circunstancias en que se produjo, fue un fenómeno de revolución más propiamente que de guerra.

 

Es innegable que la guerra representa, para el niño de ambas zonas, episodios de terror y reacciones de espanto con neurosis generalmente pasajeras.  La revolución, empero, melló hondamente el alma del niño; no obstante, entre los perseguidos, engendra un gran florecimiento de valores ascéticos.”   Pág. 59  /…/

“Los delitos de homicidio contra personas honorables y, más concretamente, el exterminio, con ferocidad increíble, de los miembros del clero, bajo la órbita de cuyo apostolado cabe considerar a muchos miles de millares de niños, por no decir todos, que les respetaban y querían, representa en el alma infantil un cambio brusco de actitud y peligroso de conducta. Resulta que aquellas personas que hasta entonces eran símbolo de bondad e ideal de perfección, ahora son malas. El niño generaliza en seguida y concluye que es mala también la doctrina enseñada, ‘la única norma de conducta ética que hasta entonces cultiva!  Tal viraje, difumina y confunde las ideas del bien y del mal, la realidad objetiva del pecado, la omnipresencia de Dios, fin supremo, y acaba por matar toda actividad del espíritu.”    Pág. 60  /…/

“Más tarde la escasez de alimentos crea un terreno propicio para las actividades cleptómanas de los niños, instigados por la necesidad y por el hambre.  Y un nuevo concepto deontológico del deber, completamente amoral, el estraperlo, justifica a grandes manadas de niños y también a una elevada clase social, una forma de vivir al margen de la ley”. /…/  “La deshonestidad que naturalmente ocasiona la guerra, toma un sesgo de mayor desenfreno a causa de algunas novedades de la revolución, es a saber: la aparición del tipo de miliciana, mujer que fuma y blasfema, viste gorro y pantalón, ciñe pistola y lucha con los hombres en las barricadas y trincheras; la labor de desleimiento de la familia, con la difusión pública y el ejemplo del amor libre, del desnudismo y del divorcio legal; el acrecentamiento de la pornografía, de la prostitución callejera y de las propagandas abiertas pro rehabilitación de la prostituta y pro campana antivenérea, cuyas proyecciones cinematográficas, pasquines y carteles ven los niños con efectos contraproducentes, la puesta en práctica de la coeducación en grandes masas de niños no seleccionados, y en muchas ocasiones, dirigidos por maestros de escasa cultura y formación moral improvisada, y en la escuela, la iniciación en los delicados problemas de la vida sexual, en forma colectiva, simultánea y descendiente a detalles fisiológicos innecesarios, todo esto ocasiona más de una vez irreparables estragos.” Pág. 61

“Otro aspecto, que dificulta y agrava la conducta del niño, es la lucha contra la autoridad, el ejemplo colectivo de insubordinación, el orgullo y la contumacia del niño que no quiere obedecer ‘porque no se me da la gana’.  Con una frecuencia increíble la familia y la escuela tropiezan con la resistencia, por otra parte lógica, del muchacho.  Los dones ponderados que engendra la disciplina y las esencias democráticas han huido tras el ímpetu furioso de la arbitrariedad.  No hay un orden, no hay un régimen, surge por doquier la anarquía y, tras la ausencia del Estado, el vacío.”

Tras esas conclusiones, José Piquer y Jover anotó que el filósofo español José Ortega y Gasset, “desde hace más de veinte años, define la biología del imperio de las masas con palabras que parecen escritas en este momento:

‘…cuando en una nación la masa se niega a ser masa -esto es,  seguir a la minoría directora-, la nación se deshace, la sociedad se desmembra, y sobreviene el caos social, al invertebración histórica.

Un caso extremo de esta invertebración histórica estamos ahora viviendo en España.’

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‘La sociedad española se está disociando desde hace largo tiempo porque tiene infeccionada la raíz misma de la actividad socializadora.  El hecho primario social no es la mera reunión de unos cuantos hombres, sino la articulación que en ese ayuntamiento se produce inmediatamente.  El hecho primario social es la organización en dirigidos y directores de un montón humano.  Esto supone en unos cierta capacidad para dirigir; en otros, cierta facilidad íntima para dejarse dirigir.  En suma: donde no hay una minoría que actúa sobre una masa colectiva y una masa que sabe aceptar el influjo de una minoría, no hay sociedad o se está muy cerca de que no la haya.  Pues bien, en España vivimos hoy entregados al imperio de las masas.

Dondequiera asistimos al deprimente espectáculo de que los peores, que son los más, se revuelven frenéticamente contra los mejores.

De esta manera no podrá funcionar mecanismo alguno de los que integran la máquina pública.  Ni habrá ruta posible para salir de tal situación, porque, negándose la masa a lo que es su biológica misión, esto es, a seguir a los mejores, no captará ni escuchará las opiniones de éstos, y sólo triunfarán en el ambiente colectivo las opiniones de la masa, siempre inconexas, desacertadas y pueriles.’[31]

Luego, Piquer y Jover aludiendo al Patriotismo, escribió: “En este camino de la desintegración nacional aún cabe señalar el sentido exótico del movimiento revolucionario.  Culturalmente apenas dio de sí ninguna idea española.  Todo es producto de importación y lucha contra el hondo sentido de nuestra historia”.

Reitera lo expresado por el Padre Guillermo Jünemann en su Historia y Antología de la Literatura Española -edición 1928-:

“Menester es llegar al siglo XIX, el de la apostasía religiosa, y por ende, nacional -que el catolicismo fue el alma de la nación hispana-; hasta ahí es menester subir, de siglo en siglo, para encontrar unos pocos autores, más que niños, escépticos, de escepticismo y arte deletéreos, sombríos, helados, decadentes, no nacidos en tierra ibérica, sino importados, por decirlo así, de la frívola, burlona Galia, y, en primer término, de la sombría nebulosa Albión y de la racionalista, soberbia Alemania.  Pero, aun en estos malaventurados discípulos del extranjero, se descubre un fondo de fe y de reminiscencias patrias, que de cuando en cuando llegan a despedir luz y fulgores: tan poderosa ha alentado en España la fecha católica y tan inagotable es su patriotismo aun en manos de hijos raquíticos y dilapidadores.”Pág.62.

José Piquer y Jover, seleccionó más dibujos representativos de “escenas que responden a los aspectos trágicos y cruentos de la revolución” que evidentemente son semejantes a diversas percepciones en distintas circunstancias, porque revelan los impactos emocionales generados durante los cruentos enfrentamientos entre hermanos:

 

7-10. “Diversas actitudes de terror y espanto recogidas por los niños”. Juan R. M.

Paco, G. C.

Juanito V. P.

Gabriel M. P.

3 años, 5 meses y 10 días.

4 años, 8 meses y 22 días.

7 años, 10 meses.

7 años, 6 meses.

11. “Cuando prendieron a mi padre.” José R. B. 8 años, 2 meses.
12. “Le hacían sufrir muchos miedos y tormentos.” Luis S. P. 7 años, 10 meses.
13. “Los mataron en la carretera.” Ángel B. A. 7 años, 11 meses.
14. Manuscrito por el niño entre las imágenes: “Esto representa que un soldado va a matar a un sacerdote y el sacerdote le dice tenga Piedad de mí. TENGA PIEDAD”. Esteban, V. U. 11 años, 5 meses.

 

En la siguiente página, José Piquer y Jover expresó:

“…La conciencia del niño, en el período maleable de la formación de sus primeros juicios morales y en los albores de su discernimiento del bien y del mal, ha sido invadida y amasada con los ejemplos más contradictorios y perniciosos: la indisciplina, la crueldad, el robo, la simulación, la pérdida de la vergüenza moral y el hábito tempranamente adquirido de las mayores aberraciones lujuriosas, presentan el cuadro más dramático de la psicología de guerra y de revolución”. Pág. 64.

Otras “alegorías típicas de la guerra española” que Piquer y Jover incluyó en su vasto estudio acerca de algunas respuestas de niños abandonados y delincuentes, corresponden a:

 

15. “La más simple y primitiva representación de la guerra”  p.71 (Hilera o fila de personas…)  Ángel A. D. 3 años, 7 meses, 16 días.
16. Dos castillos y dos banderas. Escenas de lucha. Salvador B. S. 10 años, 3 meses.

 

17. Idea de campamento. Zafarrancho de combate. Julián M. P. 15 años, 5 meses.
18. “Esto es una casa.  Esto es un mericano (cow-boy). Esto es una mujer y un hombre.  Esto, otros dos mericanos y un tanque que van a la guerra.”  p. 72 Miguel P. A. 6 años, 3 meses.
19. “Aquí ya han llegado a la guerra: tiran bombas a la capilla y matan.  Los hombres disparan.  Las mujeres esconden a sus niños en el refugio. Y Los ángeles loran en el cielo. El mismo niño: Miguel P. A. 6 años, 3 meses.
20. “Ataque a una ciudad fortificada”.   Eduardo, P. M. 13 años, 2 meses.
21-25. “Diferentes personificaciones del genio malo de la guerra. p. 73 Francisco V. L.

Benito B. C.

Fernando T. R.

Juan S. P.

Guzmán, M. T.

11 años, 3 meses.

6 años, 3 meses.

7 años.

7 años, 10 meses.

6 años, 9 meses.

 

26. “Vista parcial del campo de concentración de Argelès-sur-Mer.”  p. 89 “Apunte del niño Pedro S. C.” 10 años, 6 meses.
27. “Vista general del campo de concentración de Rivesaltes” p. 97 “Apunte del niño Rafael M. P. 13 años, 9 meses.
28. “Campo de concentración de Rivesaltes. Detalle de los barracones” Apunte del menor Ramón E. S. 15 años, 6 meses.
29. “Campo de concentración de Rivesaltes. Escena de invierno.”

 

30. Ídem. Plano del islote J.  p. 105

“Apunte del niño Amor G. M.

“Apunte del niño Ezequiel M. M.

13 años, 4 meses.

 

14 años, 2 meses.

“Estampas de la guerra suscitadas bajo la atmósfera de la evacuación”. p. 109-111.

31. Bombardeo Antonio M. C. 10 años, 3 meses.
32. Interior de un refugio, con bocas de entrada y salida. María Rosa C. V. 10 años, 5 meses.
33. “Caen muchas bombas y rompen a los niños.  Se van con las maletas.  Dos niños se esconden en el refugio.  Esta mamá llora por su nene matado.  Mi hermanito no soltó el cordero que llevaba.” Mercedes G. M. 9 años, 8 meses.
34. “Los últimos que nos fuimos del pueblo, cuando vino el frente, vimos el bombardeo, las casas partidas y en llamas.” José P. C. 9 años, 11 meses.
35. “Abandonamos la casa llevando todo lo que pudimos.  Mi mamá iba tan cansada que lloraba de rabia y de dolor, y estuvo a punto de quedarse sentada en la cuneta de la carretera.” Conchita M. A. 11 años, 9 meses.
36. “En el islote (del campo de concentración), las nenas van desnudas porque no hay vestidos.” Carmen 8 años, 6 meses.
37: “Mi hermano Miguel se había muerto el día antes y por la mañana lo encontramos con la cara y las manos comidas de los ratones.  Mi mamá se tiraba de los cabellos y se mordía los dedos de desesperación.  Yo tuve mucho miedo.” (Escena del campo de concentración de Rivesaltes.) José-Luos B. C. 13 años, 2 meses.

 

En torno a la Religión y nacionalidad…

No ha sido por casualidad que el escritor alemán Ludwig Pfandl –hispanista-, nacido en 1881 y fallecido el 27 de junio de 1942, expresara que “las raíces de la religiosidad española hay que buscarlas en las luchas religiosas medievales”…  [32]

Manuel García Morente (1886-1942) destacó que “durante esos siglos de germinación nacional, la vida ha debido manifestarse y desenvolverse siempre en dos frentes, por decirlo así, en negación de lo ajeno y en simultánea afirmación de lo propio, como repulsa de las formas mentales y espirituales oriundas del mundo árabe y como tenaz manifestación de las primordiales condiciones y aspiraciones la naciente nacionalidad. Por eso el espíritu religioso cristiano, católico, llega a constituir un elemento esencial de la nacionalidad española.  Durante ocho siglos no hay diferencia entre el no ser árabe y el ser cristiano, la negación implica la afirmación; la afirmación lleva en sí la negación.  La nación española, teniendo que forjar su ser, su más propia e íntima esencia, en la continua lucha contra una convicción religiosa ajena, contraria, exótica e imposible, hubo de acentuar cada día más amorosamente, en el seno de su profunda intimidad, el sentimiento cristiano de la vida.  El cristianismo desde entonces es algo consubstancial con la idea misma de la hispanidad.”      [33]

Carta de una madre a los “guardadores de sus hijos”…

Desde Burdeos, el 17 de abril de 1942, una madre decidió enviar una carta “a los guardadores de su hijo” en Barcelona, instalados en refugios que como explicó José Pirquer y Jover, eran “en realidad, como pequeños campos instalados provisionalmente en las Comisarías departamentales o en edificios abandonados a consecuencia de la guerra y requisados por el Estado”.  [34]

 

“…y cuando los días aquí se tornan un poco negros y parece que los horizontes van a cerrarse y una angustia de temor nos oprime, yo corro a refugiarme entre ustedes y veo a mi hijo contento, alegre, niño en una palabra, y el temor y la angustia desaparecen para dar paso a un sentimiento de tranquilidad y, por qué no decirlo, de orgullo.

Supe condenarme a una pena muy grande, supe imponerme la separación de lo que era mi alegría, sé retorcerme el corazón a tiempo, pero evité a mi hijo muchos sufrimientos.  ¡Cuántas madres, cegadas, a mi juicio, por un cariño mal entendido, lamentan hoy su decisión, que ellas creyeron heroica!… ‘Donde yo vaya, irán mis hijos’… ‘Yo no me aparto de mis hijos por nada del mundo.’  Estas y parecidas frases nos las lanzan, despectivas, a las pocas que supimos quedarnos con la peor parte.  Sus hijos van desnudos, sucios, enfermos, llenos de granos, no tienen juguetes, no sabrán nunca jugar, no son niños; son cerebros enfermos por el hambre, encanijados en cuerpos raquíticos.  A los cinco y seis años tienen una terrible experiencia de la vida; en sus pobres almitas no queda infancia; se quedó allá, entre las montañas, al pasar la frontera.  A partir de entonces,  tuvieron que aprender, no juegos, sino a apoderarse del pedazo de pan más grande y a ver si era posible coger dos; y vieron a sus madres, empujadas por los gendarmes franceses, enfermas, tiradas en la paja en un refugio y llorando destrozadas, histéricas, al recibir las cartas del padre que desde un campo de concentración se despedía de ellas porque se sentía morir.  Y vieron cómo a su mamá, a la que hacía varios días no habían visto, se la llevaban muy malita, con el tifus, en un furgón y ya no volvía más y, entonces, otra madre repartía los pocos harapos con que contaban sus numerosos hijos con aquel pobre huerfanito.  Aterra oír a criaturas de seis años ahora, referir sus recuerdos de hace dos años.  ¡Qué horror!

¿No vale la pena mi sacrificio enorme, de todos los días, la infancia de mi hijo?  Porque yo me fui sola, sin él; porque no le condené a pasar todo lo que yo pasara, él tiene su camita limpia, no paja; sus vestidos, hechos por manos cariñosas, nuevos, no restos proporcionados por una caridad humillante la mayor parte de las veces; va al circo, al cine, tiene juguetes…, muchos… nuevos… comprados para él; va al campo, de excursión; ve amor y ternura a su alrededor y cuando, ya hombre, recuerde su infancia, será un recuerdo dorado, como debe ser el de la niñez.

Cuando pienso todo esto bendigo mi decisión: para él una pena chiquita, dados sus pocos años, de no ver sus papás, y para nosotros todo el dolor inconmensurable -pero siempre menor que verle sufrir-, de no verle, a cambio de su infancia feliz.”

 

Carta de un padre a sus hijos…

José Piquer y Jover, reprodujo la carta de un hombre residente en Bruselas, escrita el 28 de febrero de 1943 y dirigida a dos  hijos asistidos en instituciones barcelonesas:

“Es necesario que yo te haga comprender, poco a poco, algo que no me atrevo a exponerte de una sola vez, ya que mi mayor gozo sería explicártelo yo personalmente, pero el destino ha querido separarnos, y no sé cuando llegará el esperado día de que pueda estrechar contra mi corazón a mis queridos hijitos.

Hoy hace justamente cuatro años que por última vez os abracé y estampé en vuestras mejillas el último beso; desde entonces yo no he dejado de pensar y de acordarme de vosotros, los días pasan y con ellos aumentan mis ansias de volver, ¡pero existe algo que me hace sufrir, algo que me quita el sueño, y que no puedo decirte, porque sé que te haría sufrir y para ello me falta valor, y es preferible que sufra yo sólo, pero no olvides que esta vida mía es terrible y es, además, superior a mis fuerzas!

Yo he llegado a pensar que vosotros a quien tanto quiero no os acordabais de vuestro padre, y esto me ponía triste ya que vosotros ignoráis, por ser entonces muy pequeñines, mis esfuerzos para que tuvieseis el día de mañana una casa.  Yo me construí los muebles, ¿te acuerdas de la camita y del tocador blanco?  Todo eso lo hice con gran ilusión de un padre para ti.  ¿Te acuerdas de la casita que teníamos en Moncada?  Todo esto fue construido por vuestro padre para vosotros, pero desgraciadamente todo esto ha sido destruido y no es por mi culpa sólo, lo sé yo, y es preferible que no siga más adelante, porque no vale la pena; tu madre te podría explicar esto, pero seguramente no te diría la verdad.”

En el párrafo siguiente, alude a su hermano Manín, “que vive maritalmente con su mujer” y revela una parte de su profunda conmoción emocional:

“En tu carta me hablas del tío Manín, pues yo prefiero que no me hables nunca más de él, ya que para mí es como si estuviese muerto, porque me ha hecho mucho mal, y nunca lo olvidaré y quisiera, querida hijita, que no me hagas recordar a quien tiene toda la culpa de mis sufrimientos y quien, tal vez, al mismo tiempo, me ocasionará el que no podamos reunirnos nunca.

¡Es triste que tenga que escribir esta carta!  No es mi culpa.  Yo quisiera alegrar vuestra existencia con palabras bonitas y llenas de alegría, ¿pero es posible que broten de mis penas palabras alegres?  No.  Sólo penas…, sufrimientos…, y lo que es más triste es que estoy obligado a contar mis penas a lo único que me queda en este mundo: ¡mis hijos!, quienes no se merecen lo que el destino les reserva, a causa de algo que algún día sabréis.”

Bálsamo para el espíritu…

Mientras leía y releía, mientras escribía y corregía, mientras intentaba contener las lágrimas y se imponía otra pausa, escuché música… misterioso bálsamo para el espíritu.

No ha sido por casualidad que para la grabación de Como nacen los brotes… haya seleccionado composiciones de Isaac Albéniz y de José Hevia para que luego, el persevante y talentoso  José Zanelli las incluyera parcialmente en ese documental.

Es necesario terminar esta comunicación con un reconocimiento a la trayectoria de quienes fueron capaces de dejar obras que emocionaron a varias generaciones y que seguirán conmoviendo en este tiempo de notables avances tecnológicos y también de ruidos, ruidos, más ruidos…

 

Manuel Francisco Isaac Albéniz (1860-1909)

Nació en Camprodón (Lleida, Girona) el 29 de mayo de 1860. Aprendió a tocar el piano junto a su hermana y tenía cuatro años cuando ejecutó el primer concierto público.  Ese año también fue concertista en el Teatro Romea de Barcelona. Continuó con sus estudios de piano en Cataluña y luego en París (Francia).

Intentó la inscripción en el Conservatorio de esa ciudad pero su edad -siete años- fue un impedimento para su ingreso. La familia decidió retornar a su tierra natal y lograron la aceptación como alumno del Conservatorio de Madrid.

A los doce años comenzó una gira por Andalucía y luego pasó a América.  En 1869 huyó de su hogar con el propósito de realizar conciertos en distintas comarcas españolas y se embarcó en la fragata “España” hacia Puerto Rico.  Recorrió varios países americanos: Argentina, Uruguay, Brasil y Cuba logrando realizar sucesivos conciertos.  Tenía trece años cuando regresó a Madrid.  En el trienio 1875-78 asistió al Conservatorio de Bruselas, tiempo después estuvo en Budapest.  En 1880 conoció a Franz Liszt, fue uno de sus discípulos y también lo acompañó durante su gira por Europa razones de una evidente influencia.  A los veintitrés años regresó a Barcelona y se casó con Rosina Jordana. Ese año, guiado por Felipe Pedrell comienza a componer “una verdadera música española” basada en expresiones folclóricas, más allá de las zarzuelas.  En 1885 volvió a Madrid y desde 1890 después se dedicó exclusivamente a la composición, generando la integración del nacionalismo en la música y en esa tendencia estuvieron Granados, Manuel de Falla y Turina.

En 1891 estuvo en Londres y desde 1893 prácticamente vivió en París cerca de sus amigos Debussy y Ravel, entre otros…

Limitado por su estado de salud se dedicó sólo a componer, primero música de salón con predominio del piano -valses, mazurcas, minuetos,…-; luego música dramática.  Desde 1890, en su etapa de madurez compuso el Cancionero de Palacio donde confluyen el nacionalismo español y el impresionismo, destacándose con Suit Iberia (cuatro suites para piano compuestas en Niza entre 1906 y 1908).

Conoció al rey Alfonso XII y obtuvo una pensión que junto a la otorgada por el Conde Morphy le permitió estudiar en el Conservatorio de Bruselas.

El gobierno de Francia le otorgó la “Gran Cruz de la Legión de Honor”.

Otras obras de vasta difusión: Rapsodia española y Suite española; óperas El Ópalo mágico (1893) y Pepita Jiménez (1896)…

Falleció el 18 de mayo de 1909 en Cambo-les-Bains (Francia).

 

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No ha sido por casualidad que esta nieta de José Orbea y de Petrona Suso, una vasquita de  ley -como reitera el escritor argentino Miguel Porral, residente en la ciudad de Santo Tomé lindante con la capital de la provincia de Santa Fe en la República Argentina-, haya necesitado buscar a fines del siglo veinte, las grabaciones sonoras del talentoso José Ángel Hevia Velasco para escucharlas junto a su amado amante, Eduardo Rodolfo Fontanini Doval.

Tampoco fue por casualidad que él, después seleccionara esa música para el final de cada jornada logrando que Hevia desde su Tierra de Nadie siguiera emocionándolos.

Ella insistía en lo sublime del vivir y vibrar

Recién empezaban a conocerse cuando ella le había contado que vio por primera vez a un gaitero en el Centro Asturiano de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, en el amplio predio con un grande portal de hierro forjado instalado en calle Urquiza al 3750, cerca de Mariano Comas; aproximadamente a trescientos metros hacia el noroeste del lugar donde ella nació, el 24 de mayo de 1932, en el hogar de su abuela materna Teodora Ramos López Mansilla de Álvarez, calle Cándido Pujato 2923.

Había sido en el tiempo en que invitaban a sus padres para compartir la fabada y allí estaban los españoles de distintas regiones con sus descendientes y sus amigos, no sólo los asturianos, también los argentinos.

En otra circunstancia, su padre José Manuel Orbea Suso junto a otros familiares y amigos, compartió el almuerzo que organizaron en ese Centro para agasajar a su primo político, el tenor Antonio Vela casado con Ester Suso (padres de Elbita y del poeta Rubén), después de sus presentaciones en el Teatro “Colón” de Buenos Aires y antes de partir para sus actuaciones en Barcelona y en Milán.  Una vez más, antes de la despedida escucharon cómo sonaban las gaitas y así lo contó luego, sonriendo…

En ese amplio espacio con hermosa arboleda, cuando tenía diez años, ella había visto por primera vez a Francisco Amézaga -hermano de don Ricardo y esposo de Tarsila, padre de Zulema y de Alberto-, tocando su gaita junto a otros gaiteros.

Después, al comenzar las vacaciones en diciembre de 1949, ella empezó a trabajar en “Amézaga y Cía. Soc. Resp. Lda” en 25 de Mayo 2598, esquina La Rioja. Ahí estaba Paco Amézaga –socio y vidriero, con su metro plegable sostenido en una mano y el cigarro sujeto por los labios; mostrando cómo lograba círculos exactos mediante el uso de una plantilla colocada debajo del vidrio y presionando con precisión con el diamante para que luego, un golpe certero lo desprendiera sin astillas.

Paco, los lunes solía rememorar sus diálogos durante el fin de semana; si iba a Campo Andino entre criollos, para cazar… o si había estado con españoles, haciendo sonar su gaita

¡Vivir y vibrar! confluencia de dos claves esenciales.

José Ángel Hevia Velasco

Ahora, se impone una aproximación a lo expresado por José Ángel Hevia Velasco en el mensaje entregado con su selección musical titulada Tierra de Nadie:

“A los cuatro años vi y escuché por primera vez a un gaitero.  Aún recuerdo aquel hombre abrazado a un instrumento con vida propia, mágico, tan mágico que seguía sonando tras dejar de soplar y transmitiendo mucho más que notas musicales, la esencia de un pueblo.

Aquello tenía que ser lo que acompañaba a las tonadas que mi abuelo escuchaba cada día en ‘el radio’ a la hora de la siesta para después canturrearlas a capella mientras segaba ‘la pación’ u ordeñaba el ganado.  Pocos años después decidí tocar la gaita.  Tengo presente todavía el momento en el que se lo dije a mis padres.  No sospechábamos la realidad en la que íbamos a sumergirnos. En 1977 el viejo maestro gaitero se sentaba en un cajón de pienso en la cuadra y sobre un palo simulaba los movimientos de los dedos que el alumno, sentado frente a él, trataba de imitar sobre el puntero del instrumento. /…/  “También recuerdo las lágrimas de mi madre el día anterior a mi primera actuación en público.  Lloraba porque no quería ver a su hijo de romería en romería, siempre en la barraca de la sidra y ‘metiendo ruiu per ente los volaores’.

A los pocos ‘guajes’ que empezamos nos llamaros los viejos ‘la Quinta del Biberón’.  Autodidactos, construimos nuestro propio discurso con palos de ciego, con lagunas, avances y retrocesos, pidiendo imposibles a los luthiers.  En veinte años cambié veinte veces de gaita.  Con el tiempo acabé diseñando cada uno de los instrumentos que toco.  Después vinieron las escuelas, las bandas de gaitas y cientos de alumnos.  Unos cuantos gaiteros nos convertimos en profesionales, algo que no ocurría desde antes de la Guerra Civil.

Cuando di los primeros pasos con el equipo de la gaita electrónica no sospechaba que ésta se abriría camino hasta llegar a ser herramienta esencial de este disco.  Porque así me gusta definirla, como una herramienta.

Este trabajo parte de una tradición musical local y aspira a que sea entendida como una de las tantas que aportan riqueza a la diversidad cultural de la Humanidad, a la Tierra de Nadie.         José Ángel Hevia Velasco.

 

Del terruño…

 

No ha sido por casualidad que José Hevia destacara que “cada año, a finales de Junio, en Vibañu, no menos de cien mujeres ataviadas con el traje tradicional, acompañan al ramu, la ofrenda de pan a la patrona  Van siguiendo en dos hileras la estructura de madera formada de panes y flores que portan cuatro mozos.  Mandadas por una guía que toca el tambor, entonan una sencilla melodía percutida con panderetas con un ritmo y una cadencia casi mántricas, que hace pensar en la superposición de una forma cristiana sobre un anterior rito pagano.  De ahí quizás que hasta nosotros, solo hayan llegado afectadas letras castellanizadas tras la manipulación de los sucesivos párrocos locales.

 

En otro disco editado dos años después -en el 2000-, la propuesta de José Ángel Hevia Velasco es “Al otro lado” -traducción de Al otru llau– y la información pertinente fue impresa en Madrid -capital de España- con textos bilingües.

Aquí, la reiteración de escrito por José Hevia refiriéndose a…

Al otro lado

“Desde el inicio de los tiempos los hombres y las mujeres anhelamos estar al otro lado.  El aprendiz quiere ser maestro, el maestro oficial y el oficial puja por un el ascenso.   El inmigrante dejará la vida en el Estrecho con tal de llegar al otro lado como cuando mi abuelo echaba las entrañas en el vapor lo llevaba a Cuba.

Las furgonetas que cada verano vuelven cargadas de muebles y bicicletas autopista abajo desde Flandes, París o Madrid hasta Marruecos o Argelia, portan debajo de sus toldos azules las mismas ilusiones que traía mi tío García en la vieja vitrola de Buenos Aires, la radio de mi tía Eulalia o las medias de cristal vendidas del otro lado del Atlántico, envidia de las mozas de los cincuenta.

También los que de niños fuimos raptados por la música pasamos la vida pensando en el otro lado.  Al otro lado del atril del profesor, estar en el lado del escenario, estar en el escenario del otro lado…

Envejecemos atisbando por encima del muro, acechando al otro lado y esforzándonos en mil maneras por encontrar una rendija, por practicar un butron que nos permita cruzar.

Cuando era un niño travieso la mejor manera de calmarme que tenía mi madre o mi abuela era mandarme más allá de Argamia, para que viese lo que había atrás del monte. Luego, al volver al portalón de la vieja casa de Sendín, delante del lagar, y preguntármelo que había visto al otro lado, nunca encontraba mejor respuesta que la de mi madre: ¿Qué hay más allá de un monte? Otro monte.

Cada vez conozco más viejos que caminan casi de medio lado.  Seguramente el paso del cangrego es también la del sabio que no solo mira al otro lado, sino que también va disfrutando del camino dejado detrás de sí.”   José Ángel Hevia Velasco.

 

Se impone la elocuencia del silencio.

¡El Océano no separa, une!

 

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini.

Martes, 21 de febrero de 2006

Hora 00:35:44

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Del vivir y vibrar…

 

En este otoño de 2006, rememoro una vez más que el 2 de Abril de 1982, distintos medios informaron que se había concretado el desembarco de fuerzas de infantería argentinas en las Islas Malvinas.

El Capitán de Corbeta Edgardo Giachino había cumplido su misión y al ingresar en la casa del gobernador fue herido y murió.

A las 8:30 de aquel primer viernes de abril de 1982, tras ese acto se había recuperado la soberanía territorial aunque había algunos focos de resistencia.

Esa tarde en el poema Recuperación dedicado al capitán Giachino manifesté emoción y esperanza. Al día siguiente a la mañana fue leído por la Radio de la Universidad Nacional en el programa “Campamento Litoral” conducido por el destacado periodista Pedro Oscar Rotetta. Envié dos mil copias impresas con franjas celestes sobre blanco en el ángulo superior derecho para que fueran entregadas a quienes cumplían misiones en las Islas Malvinas y supe que se las entregaron por que el poema traducido al inglés, está incluido en el pertinente parte de la Armada británica con un breve comentario.

El 1º de Mayo a las 4, se inició la guerra y en ese tiempo, necesité expresar:

¡Soldado de mi Patria!

Abarcas hoy un horizonte nuevo.

¡Soldado de mi Patria!… Me conmuevo.

Prolongas la vigilia complacido,

tú sabes ¡vencerás al enemigo!

En cada Padrenuestro que renuevo,

acepto perdonar, pero no puedo.

Grises de guerra sobre los colores,

hay agobio, angustias y dolores.

Rostros de niños tocan la inocencia

y tu sonríes, con tenaz paciencia.

Abarcas hoy un horizonte nuevo.

¡Soldado de mi Patria!… Oigo tu ruego.

“Danos fuerza Señor en la batalla,

queremos el honor y tu alabanza.

Valientes somos ante el desafío,

no nos dejes, mi Dios, en ti confío.

Ha sido limitado mi camino,

yo quiero germinar con tu rocío.

Resplandezca tu luz sobre el brote,

renovado será mañana el hombre.

Nos daremos la mano como hermanos,

¡líbranos de enemigos solapados!

Yo quiero construir como el hornero

cantar como el zorzal, en el alero.

Penetrar las planicies con el surco,

dejar la huella de ser siempre justo.

Quiero obstinado, quitar las malezas,

¡campos de lino y algodón florezcan!…

Estallen en el aire las ideas

y pongamos amor en las tareas.

Cuando el tercer milenio transitemos,

orgullosos al mundo nos mostremos.

Danos clara visión en las opciones,

mansedumbre y equidad, sin pasiones.

Compartido sea el pan en la pobreza

y los prósperos cedan su riqueza.

Que sea una el asta y la Bandera,

el patriotismo cruce la frontera.

Que sean los maestros el ejemplo,

y cada hogar, como un sagrado templo.

Resplandezca la luz en mis hermanos,

hagamos el futuro sin esclavos”.

Abarcas hoy un horizonte nuevo.

¡Soldado de mi Pueblo!… Me conmuevo.

Antología Poética Platense.

La Plata (Buenos Aires)

 

El 14 de Junio después de una noche con continuos ataques de las fuerzas británicas sobre Puerto Argentino, comenzó a difundirse la orden de cese del fuego.

Sobre la ensangrentada turba quedaban algunos equipos de combate mientras el peso de la derrota agobiaba a jefes y soldados.

“Las madres de la Plaza del Silencio”,  esperaban angustiadas

 

Días después, los héroes argentinos que regresaban de las Malvinas descendieron en puertos argentinos y no ha sido por casualidad que la mayoría de esos ex-combatientes, todavía sigan pidiendo ser atendidos como lo merecen porque algunos padecen discapacidades severas y un dato es un inexorable llamado de atención:

los suicidios posteriores en distintas latitudes, ya han superado la cantidad de muertos en el Atlántico Sur…

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Noviembre de 1982: “Club Español” de La Plata (Buenos Aires)

Medalla de Plata a la producción Literaria

El martes 9 de noviembre de 1982, el diario El Día de La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires), en la quinta página informó que el día 13 de ese mes, Gloria Rubbi presentaría la Antología Poética Platense – Núcleo Literario Platense, con prólogo de Osvaldo Oscar Ottaviano Ortiz.

En 1982 era celebrado el Centenario de la fundación de la ciudad de La Plata.

El acto se realizó “en la sede del Club Español -calle 6 Nº 1030-” con la presencia del presidente de esa institución, don José Corbalán; Juan Bautista Devoto, vicepresidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores); la distinguida pintora santafesina Norma Catinot de Guastavino… ¡amiga del alma!…

 

Gloria Rubbi para esa edición, seleccionó e incluyó seis poemas de “la escritora y gran amiga Nidia O. de Fontanini” y al entregarle la medalla de plata le pidió que leyera el primer poema que simboliza algunas señales y claves dejadas por la Abuela Teodora Ramos de Álvarez, ¡Tioco!

A España

No he recorrido tus calles, ni visité tus campiñas,

pero cuando cierro mis ojos y vuelo con mis sueños,

siento la fresca sombra de los manzanos en mi cuerpo.

y parecen espinas del fructífero castaño

las que hienden mi piel, sensitiva y altiva.

Es que aún tengo vivos mis recuerdos de niña,

los cuentos de mi abuela, realidades, no ensueños;

y percibo todavía el ruido del molino,

el canto de la acequia rebordeando el camino,

y siento un gusto dulce, de panal absorbido,

en una calle angosta, que yo sola he tendido.

Algún día… quizás no más materia,

mi espíritu libre llegará hasta tus costas,

trepará hasta las cumbres por tus suaves colinas

y besará en silencio “el polvo de los polvos”

allí donde tú estés, España… como ayer,

raíz de mi existir y clamor de mi sentir.

Aún estarán vivos mis recuerdos de niña,

y no será una calle, sino un puente,

aquel que yo habré tendido.

Andaré por tus nuevos caminos,

temblorosa… como un niño perdido,

siendo entonces, tan solo, un mudo testigo.

Antología Poética Platense.

                                                            La Plata (Buenos Aires)

                                                            Página 47.

 

 

Durante tres lustros en sucesivas pausas, desde una ventana del segundo piso de la Escuela Nacional de Comercio “Domingo Guzmán Silva” de la capital santafesina, donde funciona en el turno tarde la Escuela Nacional de Comercio “Juana del Pino de Rivadavia”, fue posible observar cómo se desplazaban las nubes o se prolongaban las sombras después del mediodía.

No ha sido por casualidad que al atardecer se generara este poema.

Santa Fe de la Vera Cruz

Yo te contemplo en esta siesta otoñal

y te veo como antes silenciosa…

mas no hay vestigios de tus casas de adobe,

ni queda lumbre de aquel viejo candil.

Besa tus costas donde echan raíces

el timbó, el ceibo y el laurel;

el caudaloso Paraná, tu río amante,

mudo testigo de tu crecer incesante.

La fina lluvia borra matices,

pero yo advierto que te elevaste,

y que las cúpulas majestuosas de las iglesias

que en ti lucían,

se han eclipsado con nuevas torres edificadas,

que te perfilan ya más moderna,

aunque conserves íntimamente,

aún intactas, las más valiosas: tus tradiciones…

que son los himnos de tu cultura;

canto de un pueblo noble y creador

nacido por la gracia y el valor

del hispánico Garay, tu ilustre fundador.

Antología Poética Platense.

                                              La Plata (Buenos Aires)

                                              Páginas 47-48

 

 

En Santa Fe de la Vera Cruz, la ciudad fundada a orillas del río Paraná por el vizcaíno don Juan de Garay el 15 de noviembre de 1573 y traslada al sitio actual entre 1651 y 1660, junto a mi amado amante Eduardo Rodolfo celebramos con intensa emoción el nacimiento de nuestros hijos: Eduardo Carlos Manuel -15 Feb.1955-; Ricardo Marcelo Gabriel -29 Ene. 1957-; Nidia Marta Susana -31 Ene. 1962- y  Gustavo José María, el 21 de junio de 1963, al atardecer del día de la elección del Papa Pablo VI, en Roma.

Por algo, casi veinte años después se generaron estos versos.

Mis hijos

No son mis ataduras, sino que son mis lazos;

los vínculos sublimes que me obligan a andar

aunque tenga agobiada mi cabeza pensante

y no encuentre ya alivio en mi bravo luchar.

Son mis hijos amados cual nudo imperceptible

que trae paz… gran sosiego, en medio de la tempestad,

cuando todas las cosas parecieran hundirse

en un mundo cambiante, tan lleno de ansiedad.

Ellos son, ¡sí!… mis lazos, entre el ayer y el hoy;

y cuando arrecia el viento en el amanecer,

ellos se hacen bandera y flameando al unísono

al tope de mi cielo, callados, nuevamente…

me señalan la ruta de mi lento caminar.

                                                                                          Antología Poética Platense.

                                                          La Plata (Buenos Aires)

                                                          Página 48.

Después…

Nocturno

El silencio de la noche es como un estampido

que me aturde en la calle que transito,

sola, cargando en mi espalda la derrota.

Cual un agujero en el infinito

la Luna con su luz, me tiende su mano.

Se mantiene enigmática y lejana,

ella, que por la hazaña humana,

un día, también fuera tocada.

No puedo asirme a ella,

lo impide, no sólo la distancia,

es el misterio eterno que la envuelve en mis sueños.

La gente que camina presurosa a mi lado

modula los sonidos de un mundo conflictivo.

Yo sigo andando sola, escribiendo poemas,

aunque voy a tu encuentro, tú me esperas, lo siento.

                                                                        Antología Poética Platense.

                                                          La Plata (Buenos Aires)

                                                          Página 50.

 

 

Cuando escribí ese poema, ya había advertido que la Luna es mensajera de continente a continente y sabía que mientras la observaba durante el otoño, allá en el norte, es primavera.

 

Ahora sé que en mayo hay más flores en los Jardines de Santa Clotilde de Lloret de Mar y en el Jardín Botánico Marimurtra de Blanes, donde los altos cactos ofrecen el contraste de las punzantes espinas y la suavidad de los nacarados pétalos blancos.

También sé -por la generosidad de Lourdes y de Martita-, que en Gerona donde nació mi única nieta catalana… durante la primavera sorprenden con el Arte Floral expuesto en antiguas catedrales, en luminosas calles o pequeños jardines…

…………………………………………………………………………………………………………………

En vuelo la palabra

En vuelo la palabra

desde el  Mediterráneo

y nombres sin olvido

y el hombre y su Poesía.

En vuelo la Palabra,

anuncio de otra Pascua.

Dolor en el ocaso

y Esperanza, mañana.

Reposa la palabra

sobre la blanca página.

La brisa generosa

rozó las lágrimas.

Reposa la Palabra.

Más allá de añoranzas

vislumbro otra alborada.

Aquella Luz, sigamos…

 

 

 

Como nacen los brotes… por la potencia interior, una vez más percibo que tras el cotidiano vivir y vibrar fluye otra alabanza:

¡Loado sea Dios!

 

 

Martes, 25 de abril de 2006 – Hora:  03:17:51

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini

 

 

[1] El periodista Carlos Aranda en abril de 1979, rememoró esas trágicas circunstancias desde la revista Familia Cristiana, editada en Buenos Aires, República Argentina.

[1] No fue por casualidad que en ese momento, ejerciera la Presidencia de la Nación Argentina el electo doctor Carlos Saúl Menem -nacido en Anillaco, provincia de La Rioja- porque el presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín -de Chascomús, provincia de Buenso Aires- tras un proceso de hiperinflación continua con manifestaciones en las calles de distintas ciudades y saqueos a empresas en varias localidades, decidió renunciar y así concretó la transmisión del gobierno el 9 de julio de 1989 aunque su mandato terminaba el 10 de diciembre de ese año.  Sabido es que el doctor Carlos Saúl Menem, fue gobernador electo y cumplió esa misión en su provincia natal, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 24 de marzo de 1976, comienzo del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional con el Tte. Gral. Videla detentando el Poder Ejecutivo en esa primera etapa, por decisión de la Junta de Comandantes en Jefe del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.  Tampoco había sido por casualidad que tras el Último Desprendimiento del Tte. Gral. Juan Domingo Perón, el 1º de julio de 1974 a las 13:15 en la residencia presidencial, los gobernadores de las provincias argentinas hayan encomendado al Doctor Menem la representación para pronunciar el discurso en el acto del sepelio, el 4 de julio de 1974, en el cementerio de la Chacarita. Es insoslayable otro hecho: en el invierno de 1987, conmovió saber que estando el cuerpo yacente de Juan Domingo Perón Sosa en un ataúd protegido aparentemente con “máxima seguridad”, no se ha sabido quién o quiénes lograron cortarle ambas manos durante la ejecución de un operativo tan preciso que recién fue detectado días después, cuando accedieron al interior del panteón de la Familia Perón. /  Desde la secretaría de la Presidencia luego enviaron una nota de agradecimiento por la entrega de ese libro junto a “El camino de la revolución”, cartilla con síntesis histórica elaborada por quien está escribiendo estas páginas.  Al mencionarlo, es oportuno expresar que ese camino fue señalado por Perón acompañado por mayoría de trabajadores en casi todas las provincias argentinas desde la primavera de 1943.  La manifestación popular del 17 de octubre reafirmó esa dirección cuando el coronel Juan Domingo Perón siendo vicepresidente de la Nación, ministro de Guerra y titular en el Departamento del Trabajo transformado por su iniciativa en Secretaría de Trabajo y Previsión, prácticamente estaba detenido como consecuencia de la presión ejercida por algunos sectores del Ejército.  Fue entonces cuando se produjo la eficaz movilización “del laborismo” que seguía a Cipriano Reyes, sindicalista del gremio de la Carne y a los jóvenes estudiantes de la Unión Cívica Radical que pertenecían a la Junta Reorganizadora, distinguiéndose el periodista y escritor Arturo Jauretche.  Reitero aquí lo expresado en mis apuntes a fines de la década del ’70 para lograr una aproximación a la historia del Movimiento Nacional Justicialista:  “Es interesante tener en cuenta que Juan Domingo Perón durante su campaña política como candidato a la presidencia, el 21 de diciembre de 1945, destacó que la revolución del 4 de junio de 1943 ‘no es una revolución más. No es una revolución destinada a cambiar nombres o partidos, sino encaminada a cambiar un sistema y hacer lo necesario para que en el futuro no se produzcan los fenómenos ingratos que nos llevaron a tomar la dirección del Estado.  Que aspira a ser profundamente transformadora, especialmente en su sentido moral y humanista’. (‘El camino de la revolución’ estaba delineado y era necesario orientar inmediatamente un movimiento social capaz de defender la libertad, la justicia y la soberanía.  En los propósitos de Perón -de los civiles y militares que lo acompañaban-, el movimiento nacional justicialista ya estaba en marcha.)   En esa página incluí cita: Perón, Juan Domingo. Las tres revoluciones militares. Buenos Aires, Síntesis, 1974, p.85-98. Incluye su experiencia en 1955, cuando se amenazó con bombardear las Destilerías de La Plata y la Capital Federal y él prefirió el exilio ante la posibilidad de que otra chispa encendiera la hoguera de una guerra civil.) #  En 1993, en otra  aproximación a la trayectoria de nuestro talentoso profesor, abogado e historiado Dr. Leoncio Gianello, leí su libro titulado Doce Ensayos impreso en la desaparecida editorial “Colmegna” de la capital santafesina, referidos al historiador “Ricardo Levene… – El poeta Luis N. Palma – La idea de continentalidad – El gran ausente de Ayacucho – Bolívar en Madrid – Temario de Epifanía – El ambiente histórico en la época de Dante – El… Plan  de Aranda – Iberoamérica en el día de la raza. – Los caminos de la Revolución – Fray Mamerto Esquiú – Evocación Bolivariana”.  Encontré una coincidencia en el título del décimo ensayo y es necesario destacar que el enfoque de Gianello ha sido hacia la Revolución Francesa, la que intenté describir como es sabido se inició a mediados de la década del ’40, siglo veinte, en la  República Argentina y si la editara en libro sería con el título: El camino hacia la revolución en paz….

[2] Informaciones del “Ajuntament de Lloret de Mar”, indican que el “Museu Can Garriga” situado en el “Passeig Camprodon i Arrieta, 1-2” está instalado en el edificio que abarca dos de las viviendas que en hileras estaban construidas en el casco antiguo de esa comarca; “uno construido el año 1887 por encargo de Enric Garriga Mataró, indiano que había vuelto de Cuba con una considerable fortuna”.  Tras el fallecimiento de Enric Garriga Mataró, su esposa Mercé Garriga Bitiloch decidió ampliarla y compró en 1915 la casa contigua, propiedad de Cristina Terrats Bravo.  “Can Garriga es una casa de aspecto señorial, de ambiente nostálgico y con fachadas de resabio clásico.  La distribución de la antigua casa, la decoración de los techos y paredes de la casa, el mobiliario de época… nos recuerda la posición social de que disfrutan los ‘americanos’ y nos muestra las condiciones de vida que tenían a finales del siglo pasado.” Exhiben “una de las muestras más importantes de Catalunya de maquetismo naval.  Desde los primeros barcos que construyó el hombre hasta la conocida industria naval lloretense, la muestra reúne los ejemplares más significativos de la historia de la navegación, que se puede reseguir con detalle.  El visitante también podrá contemplar los instrumentos y los objetos que utilizaron los capitanes lloretenses:  cartas marinas, cuadernos de bitácora, brújulas.. y una muestra de los grandes aparatos y las técnicas que utilizaron nuestros pescadores.  Todo expresa la vocación marinera de la villa de Lloret de Mar”.

[3] En la provincia de Santa Fe, durante el gobierno del Dr. Manuel M. Iriondo -más conocido como Manucho Iriondo., siendo ministro de Educación y Fomento el Prof. Juan Mantovani, el 28 de junio de 1940 en la Legislatura provincial fue sancionado el proyecto que ley que en el artículo 1º dispuso la creación del “Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales”. Promulgada el 23 de julio de 1940, la ley Nº 2902 con firmas del gobernador Iriondo y ministro Mantovani, luego fue publicada en el Registro Oficial. Como estaba previsto, fue nombrado Director de ese Departamento el doctor Agustín Zapata Gollán –historiador y grabador-, nacido en Santa Fe de la Vera Cruz en 1895.

[4] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Orbea. (Tapa con dibujo del talentoso artista plástico Guillermo Hoyos, Tinta adquirida y perteneciente a nuestra pinacoteca familiar,  incluida en la edición del Plan Trienal de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe, elaborado durante la gestión del Subsecretario Dr. Jorge Alberto Guillén, fallecido el lunes 2 de septiembre de 1985 en su despacho) tiempo de mi desempeño como Coordinadora de las áreas de Educación y Cultura del Ministerio de Educación de la provincia. Santa Fe de la Vera Cruz, Edición E.RI.MA.G, impreso en Imprenta Macagno.  Enviado un ejemplar al poeta José María Castiñeira de Dios, respondió remitiendo su libro “Testimonio Cristiano” con esta dedicatoria:  “Testimonio Cristiano para Nidia A. G. Orbea de Fontanini, en reciprocidad por su hermoso poema ‘Meditación para los hermanos de mi pueblo’ y con la amistad y el afecto en Cristo Nuestro Señor de  (firma J. M. Castiñeira de Dios. 1985)”.

[5] Lo escrito en cursiva al final de ese párrafo, es reiteración de lo expresado en dos versos del poema “Sentimiento… en la pausa” incluido en “Palabras para compartir – 3”, edición SEPA (Servicio de Educación por el Arte, Santa Fe de la Vera Cruz, República Argentina, 1989, p. 129.

[6] Palabras para compartir… Vol. 3. Santa Fe de a Vera Cruz, edición SEPA, 1989, p. 135-138.

[7] José María Reinares falleció en 1925, en Santa Fe de la Vera Cruz, capital de la provincia de Santa Fe, República Argentina. / Cuando egresé de la Escuela Nº 1 “Domingo Faustino Sarmiento” de la capital santafesina, era vice-directora la señora Laura Rodríguez Reinares de Cámara, siento aún que sus estímulos han contribuido a la elaboración de mi proyecto de vida que aún a los setenta y cuatro años, advierto que está esbozado…

[8] Colón, Antonio. Reseña Plástica de la Ciudad de Santa Fe (1830-1972) incluido en “Cuadernos de Cultura de la Provincia de Santa Fe – 1 – El Hombre y la Cultura”, edición impulsada por el subsecretario de Cultura de la Provincia Dr. Jorge Alberto Guillén y concretada el 7 de junio de 1984 -día del Periodista-, con apoyo de “BICA-Cultura”, Banco cooperativo. Ver páginas 21-22. “Salvador Cabedo antes del arribo al país, había merecido recompensas significativas.  En 1902, por su tela “Adriana Torrents de Cabedo”, se le distinguió con el título de Caballero de la Orden de Alfonso XII, y por el retrato de “Estrella Torrest”, el título de Comendador de la Orden de Isabel la Católica.  “Convaleciente”, óleo de regular dimensión y de singular valor plástico, que fue premiada con tercera medalla en certámenes realizados en la madre patria, la guarda en su colección el Museo Provincial de Bellas Ares ‘Rosa Galisteo de Rodríguez’.  El valor de las recompensas hace pensar que en el primer período de su carrera artística se desarrolló en base de conocimientos técnicos y plásticos, respaldado por un ambiente artístico lleno de sugerencias, de maestros de verdadera valía y compañeros como Isidoro Garnello, Julio Vila y Prades, Manuel Benedito y Arturo Fillel; y por la pintura luminosa, plena de color y fascinación, influencia directa de la escuela valenciana de fines del siglo pasado.  / No se develó el misterio del altibajo de su carrera artística, nunca llegó a los valores de la primera época.  No obstante su vocación, la cátedra le restó el tiempo y la atención que exigía la pintura, a pesar de las circunstancias, vivió el sueño de una gloria que no llegó”… / Integran el patrimonio del Museo “Rosa ” / No fue por casualidad que Jorge Guillén al comenzar el prólogo expresara: “Uno de los grandes dramas que han aquejado a los escritores ha sido el de la publicación de sus trabajos.  Ese hecho se transformó con el transcurso del tiempo en el factor fundamental que ha impedido el surgimiento de nuevos valores en el campo literario. / La Subsecretaría de Cultura pretende con el lanzamiento de estos cuadernos culturales cubrir ese vacío.  Por ello es que hemos previsto que todos los trabajadores de la cultura, que se dedican al difícil arte de escribir, puedan tener un canal de comunicación para expresar libremente sus ideas. / Este cuaderno cultural no es sectario ni excluyente, pero privilegia lo regional y nacional.   Ello es así porque entendemos que debemos afirmar nuestra propia identidad cultural. / Pintar la propia aldea es comenzar a transitar el camino de grandeza que nuestro país reclama en el mundo.  Es empezar a reconocer nuestra propia fuerza espiritual a lo largo de nuestra historia. / Ése es nuestro mensaje y nuestra intención es que el pueblo lo reciba y esté dispuesto a acompañarnos en la lucha por recuperar el papel protagónico que estoy seguro nos merecemos los argentinos./ Jorge A. Guillén.”  El lunes 2 de septiembre de 1985, llegó a primera hora de la jornada al Museo Rosa Galisteo de Rodríguez que también era sede de la Subsecretaría de Cultura durante la gestión del subsecretario Dr. Marcos Casco (desde junio de 1973).  Tenía 36 años. Tomó un café y minutos después se descompuso en su despacho; fue trasladado al Hospital Provincial “José María Cullen” cuando ya se había producido su Último Desprendimiento. / El segundo y último volumen de Cuadernos de Cultura… fue editado en noviembre de ese año, en la Imprenta Oficial.

[9] Madre de Jorge Planas Viader, nacido en 1929 en Buenos Aires y residente en la capital santafesina desde 1939.  Profesor de Pintura egresado de la Escuela Provincial de Artes Visuales de esa ciudad, fue restaurador del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales dirigido por el Dr. Agustín Zapata Gollán, en el lapso 1955-1960.  Desempeñó cargos públicos y ejerció la docencia…

[10] Doménech i Artau. Relatos de mi Pueblo (en versió original castellana). Edició patrocinada pel Casinet (Club Marina) de Lloret de Mar, 1987. (Impreso en Santa Coloma de Farners, con “Pròleg elaborado por Jordi Estivill Pacual. Título del tema aludido: “Esteban Tal-lari (53)”, p. 56.

[11] A fines del siglo XX, “Picasso” -representada su firma-, es el nombre del modelo de automóviles generado por la empresa “Citroen”…

[12]  Clarín – El Gran Libro del Siglo. Buenos Aires,  2da. edición, 1998, p. 255.

[13] Piquer y Jover, José María. El niño abandonado y delincuente. Prólogo del P. Fernando Ma. Palmés, S. I., profesor de Psicología y Decano de la Facultad Filosófica del Colegio Máximo de San Ignacio. Premio Pelfort 1945, de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País. Barcelona-Sarriá, Barcelona, 1946, p. 253.

[14] Ibídem, p. 247-248.  Al pie de ese “Documento 1”: “(Del libro Palabras del Caudillo, Madrid, edit. Vicesecretaría de Educación Popular, 1943, p. 500-503.)

[15] Ídem.

[16] Id. p. 227.  En la figura 38, incluyen el plano con el título “c Mediodía (Distrito Vº) y esta descripción corresponde exactamente al gráfico y a las pertinentes explicaciones.

[17] Tras varias décadas sin ejercitar en “francés”, traduzco al castellano: “Es linda España?  Es cierto que hay escuelas, tranvías, cines en España?”

[18] “Yo… Superior del Seminario de Niños de Montauban, certificó que N.N, ingresó en esta casa en octubre de 1941, nos ha dado durante seis meses total satisfacción, ha presentado todas las disposiciones requeridas para su vocación  sacerdotal y merece por consiguiente ser recibido inmediatamente en un Seminario de Niños de España.  Hecho en Montauban el 25-3-1942. Firmado: Magnaud.

[19] Piquer y Jover, José J. El niño abandonado y delincuente. Consideración etiológica y estadística sobre algunas fallas del juicio moral en la conducta del niño español de postguerra – Repertorio bibliográfico. Madrid, 1946 – Impreso en Barcelona, edición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas – Instituto “San José de Calasanz” de Pedagogía, Serie A. Núm. 7. “Esta obra ha sido galardonada con el PREMIO PELFORT 1945 de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País”.  Dedicatoria: “Al Consejo Superior de Protección de Menores, con todo el cariño y respeto, dedica este trabajo EL AUTOR.” – Entre comillas lo escrito en la página 69.

[20] Ibídem, p. 68. El autor remite a: “Palcos, A. El genio (Ensayo sobre su génesis, sus factores biológicos, psicológicos y sociales y sus funciones en la especie y en la sociedad.) Buenos Aires, edit. Cooperativa Editorial Ltd. (Agencia Gral. de Lib. y Publicaciones), 1920.

[21] Piquer y Jover, J. J. Ob. Cit. P. 21-22.

[22] Ídem, p. 88. El autor cita una obra literaria: Vilaró, J. E. El ocaso de los dioses rojos. Barcelona, edit. Destino, 1939.

[23] Íd., p. 91-93.

[24] íd., p. 84-86.  El autor cita: Gríful, I. La tragedia de los niños vascos en el extranjero. En “Razón y Fe”. Burgos, 1938, tom. 113, páginas 385-409.

[25] íd., p. 77-79; 81-82. El autor remite a: Vilaró, J. E. El ocaso de los dioses rojos.  Barcelona, edit. Destino, 1939, p. 77.

[26] íd., p. 46-47.

[27] íd., p. 39-40

[28] íd. P. 44. El autor cita: Lewin, K. Fuerzas del ambiente. En “Manual de Psicología del Niño”. Barcelona, edit. F. Seis, 1935, páginas 735-777.

[29] íd., p. 44-46.

[30] íd., p. 65.

[31] Ortega y Gasset, José. España invertebrada. (Bosquejo de algunos pensamientos históricos).  Madrid, edit. Calpe, 1922, p. 110-116.

[32] Pfandl, Ludwig: entre sus obras dejó un estudio acerca de Sor Juana Inés de la Cruz.  Durante el período de dominación nazi no pudo editar y ese libro fue impreso en Munich, previa autorización del Gobierno Militar aliado.  / Sabido es que el profesor Todolgo Schevill, de la Universidad de California (Berkeley)  en el prólogo de su edición de Don Quijote… escribió: “A mi querido amigo, el Dr. Ludwig Pfandl, de Munich, doy aquí mis más expresivas gracias por haberse tomado la molestia de leer las pruebas del texto, y a mi estimado colega D. Homero Serís por haber leído las pruebas de las notas… Madrid, Otoño de 1928.” Edición Madrid, Gráficas Unidas S. A., MCMXXVIII.

[33] José Piquer y Jovet, cita: García Morente, M. Ideas para una filosofía de la historia de España.  En “Revista de Educación Nacional”. Madrid, 1942, año II, núm. 22, páginas 29-100.

[34] Piquer y Jover, José J. El niño abandonado y delincuente. Ob. Cit., p. 108.

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