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Julio Migno Parera (1915-1993)

Julio Migno Parera, nació el 6 de octubre de 1915.

No ha sido por casualidad la dedicatoria en Yerbagüena…  [1]

 

“Doctor Gregorio Parera.

Le dedico mi ‘Yerbagüena.  No tengo otra cosa mejor para el homenaje debido a su estatura moral y a su enorme talento.

Ruégole se digne aceptar el presente como símbolo de protesta contra el robinsonismo negativo y materialista de la época, ‘donde la piedra lo ocupa todo y le hombre nada’ según Ud. lo ha dicho admirablemente.

Mi pobre personaje espiritualiza su tierra, y su imaginación marcha del brazo con la emoción y con la idea.  Espero disimule, distinguido doctor, y en mérito a su fidelidad, muchos prosaísmos, desaliños y alardeadas rudezas.

‘Yerbagüena, el mielero’, llega hasta su hermano mayor, trayendo la gratitud del pago entero hacia el hombre que tanto lo defendió.  Sumo a tal actitud mi reconocimiento, lamentando sinceramente la pobreza de nuestra presentación frente a una personalidad de tan altos pensamientos y de tanta riqueza afectiva.   

                                                                                EL AUTOR[2]

Parte de su obra se generó durante sucesivos encuentros con los mocovíes descendientes de la última reducción aborigen de la Argentina-; sensibles hombres pertenecientes al paisaje  del litoral, cuya vida observó y comprendió, cuyos dolores sintió y describió en versos sencillos.  Ha sido considerado “el más grande autor del Paraná y de sus islas”.

En 1992, a orillas del río San Javier, en su Punta Cayastá, se había conmovido ante la creciente que erosionaba la barranca de tres metros cercana a su refugio, donde acompañado Olga Ramírez: su esposa, “su novia desde la adolescencia”, madre de sus tres hijos, el varón fallecido…  Allí los acompañaban sus dos hijas y el poeta vivió las intensas emociones que han quedado reflejadas en sus poemas.  Cargaba en su mochila invisible, una pena que en cuatro décadas perduró inalterable: la ausencia definitiva de su hijo adolescente.

El 5 de diciembre de 1993, a los 78 años, inició su Último Vuelo…

Acerca de su obra poética.

Tras una mirada sobre su obra literaria permite reconocer que escribió su primer libro dedicado a “Félix Villasur Gutiérrez” (1931); en 1943 “Amargas Camperas”; “Yerbagüena, el mielero” (1947); “Chira Molina” (1952) y después: “Miquichises”; “Cardos y Estrellas”; “De palo a pique”.  Orlando Vera Cruz exaltó la poesía de Migno con su canto y la grabación de esas interpretaciones sirven a la educación por el arte a través de distintos medios.

En consecuencia, obtuvo los premios “Martín Fierro” y “Santa Clara de Asís”.  Enrique Llopis recuperó “un trozo de su prosa poética con una vivencia del paisaje islero: ‘La isla es un misterio y fuerza carismática en todo: en la nube, en el agua, en la bandada, en la canoa, en el aire.  Todo corre, como decía el filósofo’.

‘Y sobre la gente que la habita, ese mundo fluyente y exótico’, dice reverente: ‘Hablan sin palabras, con los ojos y ademanes, Historia y leyenda, a cinco fundaciones del indio peregrino, sangre india, española y gringa… Ésta es cantera para pirquineros y gigantes.  El lenguaje lleva en el islero un Siglo de Oro español de alto cuño”.

Al ser creado el Instituto Provincial de Arte “José Pedroni” (IPA), durante la gestión del Dr. Jorge Guillén en la Subsecretaría de Cultura, participó como promotor cultural en el programa “Raíces de mi tierra litoral” e integró un panel el 16 de agosto de 1985 en el encuentro “La música y el canto regional en la escuela primaria”, junto al destacado poeta entrerriano Linares Cardozo.   [1]

Iniciativas de Tarragó Ross y de Orlando Vera Cruz…

El cantautor Antonio Tarragó Ros, tras el fallecimiento de Migno promovió la erección de un monumento y expresó que “Sadaic” -el sindicato argentino de autores, intérpretes y compositores), se haría cargo de los gastos que demandara “la estatua”.

Ha comentado Orlando en una de sus interesantes conversaciones, que mientras estuvo en un festival folklórico en la localidad de Villa Ramallo, vio unas “esculturas de pescadores” que le parecieron “magníficas”.  Explicó luego: “La artista estaba presente en ese momento y le propuse que me hiciera un bosquejo para una estatua de don Julio.  Le llevé material fotográfico, videos y libros.”  Así fue como “cobró tres mil pesos como adelanto y otros tres mil cuando terminó la obra, en 1994.  Sadaic erogó íntegramente esa suma de sus arcas.  Pero allí comenzaría una historia de desidia: la estatu de don Julio quedaría en el patio de la casa de la escultora durante un largo tiempo, hasta que se consiguiera un móvil para trasladarla a la capital de la provincia de Santa Fe, a la cual había sido donada.”  [3]

La subsecretaria de cultura municipal, María Celia Costa de Francia explicó que “la ciudad debe responder a algunas normativas respecto a la aceptación de donaciones” y que “Sadaic pretendía que lo emplacemos frente a la Biblioteca Municipal Enrique Mutis, lo cual era imposible dadas las dimensiones de la estatua.”

Tras algunos trámites “se consensuó entre la Municipalidad y Sadaic que el lugar elegido sería el Paseo de las Dos Culturas” y “según Costa, el Monumento sería inaugurado antes de que concluya este año”.

La escultura fue colocada en el sector norte del Parque “General Belgrano”, cerca de la casa de gobierno…

Atrás, algunos senderos y el lago del “Quillá”…

Tiempo después, la grotesca actitud de un caminante, mutiló uno de los brazos…

Homenaje en el Congreso Nacional…

Es oportuno mencionar lo expresado durante el homenaje realizado en la Cámara de Diputados de la Nación, por iniciativa del Dip. Enrique Llopis -socialista- en 1994, reconociendo que son “los artistas y creadores de la ‘memoria’ de cada lugar, llámese ciudad, región o aldea”; quienes definen “el perfil y espíritu de ciudades y regiones” y recordando que Ezequiel Martínez Estrada afirmó: “Que las ciudades van elaborando una memoria con el aporte de minúsculas memorias individuales.”

Finalmente Llopis reconoció que Julio Migno “sembró silenciosamente, sin pedir nada, sufriendo por su gente y creyendo en el futuro como un apóstol que sabe no será recompensado”.   [2]

Otra retribución suspendida…

En el primer año del siglo veintiuno, desde el periodismo se insistió en la necesidad completar el trámite para la colocación de una estatua en la capital santafesina tal como estaba previsto al producirse el fallecimiento del poeta.  En esa oportunidad, como suele suceder, quedó escrito: “Durante un tiempo, Olga percibió una pensión” -de doscientos cincuenta pesos- “que el gobierno le otorgó ‘en reconocimiento’ por la labor de su marido, hasta que un día fue a cobrarla y recibió las mismas palabras que escuchó por décadas el coronel de García Márquez: ‘no hay nada para usted’.”

“Son cosas del ajuste ¿vio? –dice ella, resignada.  Antes con esa platita pagaba la luz, el agua.  Ahora que no la tengo se hace tan difícil.”

La subsecretaria de Cultura Florencia Lo Celso, informó que hay pedidos semejantes de familiares y amigos de destacados creadores santafesinos pero “debemos ser cautos y dar prioridades”.    La subsecretaria de la jurisdicción municipal, María Celia Costa de Francia dijo: “Si yo consiguiera un crédito por el dinero que se dice sale la obra, en vez de apuntalar una casa publicaría los textos de Migno para repartirlos en las escuelas de la provincia.  Vamos a suponer que el agua se lleva la casa, ¿por qué en el lugar no instalamos un monolito, una linda placa recordatoria que diga: ‘en este lugar y con este paisaje se inspiró la obra de Julio Migno?’, propuso la funcionaria.”

La periodista concluyó la nota casi como podría ser el desenlace de un cuento: “Mientras tanto, Soledad cosecha ovaciones –y billetes-” (refiriéndose a la cantante Soledad Pastorutti, de Arequito, una joven y destacada intérprete del folclore…) y finalmente, Araceli Retamoso necesitó dejar escrito: “…con el ‘y pa’ qué’, sin saber quizá quien fue Julio Migno, sin conocer su obra, cómo sonaban los pájaros cautivos de su guitarra, ni dónde queda Punta Cayastá”.

Julio Migno y su opinión acerca de la ayuda social…

Durante la gestión del subsecretario de cultura de la provincia Dr. Jorge Guillén, el poeta sanjavierino participó en el programa que conducía el coordinador general profesor de educación física Carlos Mariano Busaniche, reconocido como Raíces de mi tierra litoral, imaginado a los fines de promover el canto y la música santafesina y entrerriana.

Durante la segunda semana de agosto de 1985, Migno se acercó a la oficina instalada en el primer piso del Complejo Educativo “Domingo Faustino Sarmiento” –Primera Junta 2895- y dialogó con quienes trabajábamos allí.  Rememoró algunas acciones de la Fundación Eva Perón y señaló que hay poblaciones que tienen su cultura y que no es posible pretender que cambien su forma de vida.  Puso como ejemplo, la entrega de viviendas con pisos de madera que había hecho la Fundación y las lógicas reacciones de sus moradores, que según relató, prefirieron usar ese material para hacer fuego

Los días 15 y 16 de agosto de 1985, se realizaron actividades relacionadas con el arte en el litoral y Julio Migno participó en un panel junto a Linares Cardozo y algunos intérpretes…

En la agenda, necesité anotar que hasta entonces había conocido al autor de poemas y que tras esos diálogos, había empezado a conocer al hombre

Noche con llovizna, grillos y grillitas…

Retiro del anaquel el amarillento libro de las Amargas Camperas de Julio Migno…

Es uno de los primeros integrados en nuestra biblioteca. [4]

Leo:

Agonizando

La tarde, armada a cuchillo

de horizonte cortador,

emponchándose de noche

viene degollando al sol.

Las lanzas del pajonal

formadas en escuadrón,

esperan a punta y filo

viento que silba’e dolor.

 

Los griyos van serruchando

las tablas a la oración,

mientras yega el “carpintero”

p’hacer gratis el cajón.

Arriba, como apuradas

velas pálidas s’encienden,

y una mortaja de sombras

al sol degoyao engüelven…

 

Se fue…: bañao en su sangre

se acostó sobre el poniente…

Potros de nubes ariscas

lo iban cinchando a la muerte.

El ala del “cortavientos”

pone en un cielo celeste,

su negra firma ‘e testigo

yamao en horas urgentes;

 

Las campaniyas camperas

son los clarines de nieve

pa embocaduras del viento

bagual zafao del palenque.

 

Mi raza como ese sol

desangrándose valiente,

mira al tiempo matador

agonizando de frente;

y cuando en horas de luto

caiga en s’último poniente

será para salir Lázaro

de las guitarras dolientes.  [5]

(Lecturas, memoria, vivencias, palabras: Nidia Orbea de Fontanini.)

 

[1] El IPA fue creado por el gobernador CPN José María Vernet mediante el Decr. 0232 del 6 de febrero de 1984, estructurado con planes de estudio de “Cine y Televisión”; “Teatro y teatro de títeres”; “Música Instrumental”; Folclore y Tradición Popular” y “Cursos y Actividades optativas”.  En la maraña de opiniones divergentes tuvo distintas modificaciones, y fue reestructurado en 1986, continuando “algunas promociones” y “escuelas”, descentralizados. Julio  Migno por su labor de difusión cultural, era retribuido como docente, criterio que se aplicó hasta que asumió el ministro de Educación Dr. Danilo Kilibarda y generó los ajustes y el ordenamiento imprescindibles de acuerdo a la legislación vigente (primeros meses de 1992).

[2] Congreso Nacional, Cámara de Diputados. Diario de Sesiones, 28 de julio de 1994, p. 1263-1264. Fundamentos en el homenaje propuesto por el Dip. Enrique Llopis -quien asumió la Subsecretaría de Cultura de Santa Fe -ad honorem- a partir del 10 de diciembre de 1995, designado por el gobernador Ing. Jorge Obeid.  Aunque se cuestionó una posible incompatibilidad, el carácter ad honorem  de los servicios determinó lo contrario.  En la reconocida labor  artística de Enrique Llopis se destacó su interpretación en “La Forestal” puesta en escena por el director de teatro Néstor Norberto Zapata (subsecretario de Cultura de la provincia 1985-1987).

[1] Migno, Julio. Yerbagüena. Santa Fe (Argentina), Librería y Editorial Castellví, 2ª edición, 7 de febrero de 1948, p. 4.  Uno de los tantos libros que mi amado amante trajo de su biblioteca en la casa paterna -con Amargas Camperas…-, para que con todos los que habíamos compartido en distintas circunstancias, fueran los primeros de la nueva biblioteca que inaugurábamos, silenciosos, en nuestro hogar de calle Vera 3048… ahí donde un pasillo con lajas de cemento y poco césped, parecía ser el despejado sendero hacia un lugar para el sosiego y el asombro

[2] El doctor Gregorio Parera fue un destacado abogado, político y legislador.  En aquel tiempo de la edición, con estudio jurídico en la calle Tucumán entre San Martín y San Jerónimo, numeración impar.  Vivía con sus esposa Josefa Trento de Parera y con su hijo Momo, en el edificio de calle San Martín casi esquina Catamarca. La señora de Parera –la inolvidable Pepa– era una persona firme en las decisiones, segura de sus valores. Dirigió la Escuela Nacional de Comercio de Mujeres en calle San Martín 1823 hasta 1948 y cuando ya estaba por cumplirse el sueño de inaugurar la nueva sede en 4 de Enero 2806, cesó en esas funciones.  En esos años, solíamos caminar Eduardo y yo con ella, por la calle San Martín donde era lento el tránsito de los automóviles y hasta llegar a la esquina de La Continental… Dejó en sus alumnos señales insoslayables… No es casual esta escritura casi sesenta años después de haberla conocido, mientras estoy casi sola y sonrío.  Por algo Gastón Gori insiste en que nunca muere del todo lo que ha sido bello alguna vez

[3] Diario “El Litoral”.  Santa Fe de la Vera Cruz, sábado 5 de mayo de 2001. Primera Página: fotografía de la estatua –Alejandro Villar-, con recuadro: “Un creador sin reconocimiento”.   En la pág. 16 con el título “Julio Migno: ¿un poeta que olvidamos?”, la periodista Araceli B. Retamoso relata diversos comentarios de funcionarias de las áreas de Cultura –provincial y municipal-, se reproduce la fotografía y se destaca: “A la espera.  La estatua que Sadaic donó a la ciudad de Santa Fe como homenaje al poeta está en Sauce Viejo, en la quinta de uno de sus amigos.  Allí, en el extremo sureste de Sauce Viejo tiene su refugio el talentoso Orlando Vera Cruz, el cantor de los poemas de don Julio Migno Parera…

[4] Migno, Julio. Amargas camperas. Santa Fe de la Veracruz, Librería y Editorial Castellví, 20 de febrero de 1948, p. 117-118

[5] Hay un contraste entre el pa embocaduras y el será para salir Lázaro… ¡Hay tantos contrastes! Lo trascendente, es lo esencial…

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