El tercer fascículo de la serie “Palabras para compartir” -edición posible por la actitud solidaria de autores que entregaron sus trabajos y asumieron el costo de las páginas impresas según la extensión de sus textos, contribuyendo así al propósito del servicio de educación por el arte ya que los ejemplares fueron donados a bibliotecas y a potenciales lectores.
Hasta ese fascículo la numeración de páginas era continua pero en los dos siguientes, proyectada la inclusión de aproximaciones a las biografías y obras editadas por destacados autores santafesinos, se han considerado como unidades separadas.
En la página 77, necesité expresar:
“Aquí, allá y acullá… se ha escrito, acerca de
‘Palabras para compartir…’ en su primera entrega.
Aquí:
‘…tiende a dar a conocer a escritores de nuestro medio como una forma eficaz de divulgar su obra y apoyar, a la vez, los planes de regionalización de la educación. El SEPA tuvo la loable iniciativa de rescatar ‘in memoriam’, trabajos de Nelly Borroni Mac Donald y Ana Hilda Quinodoz de Villanueva, actitud que se reiterará con otros escritores en futuras ediciones.’
Diario ‘El Litoral’, Santa Fe, 19 de agosto de 1989.
Allá:
‘…me pareció hermosa, muy buenos trabajos, bien elaborados, muy parejo en su nivel poético. Deja un mensaje que llega plenamente al alma, por lo tanto, está cumpliendo su cometido.’
Juan Carlos Gruski, profesor de Literatura en Avellaneda.
(Dto. Gral. Obligado) Santa Fe.
Acullá:
‘con sumo agrado he recibido el fascículo de poemas PALABRAS PARA COMPARTIR… que he leído con atención ‘para compartir’ con las autoras, a quienes felicito, especialmente por el deseo de hacer conocer a los demás el sentimiento de la poesía, la vibración lírica del alma, el pensamiento del corazón; en el deseo de vivir en felicidad y alegría.’
Otello (Mario) Martinelli, poeta, geómetra, Bologna.
Italia, 29 de setiembre de 1989. p.77
Poemas de Nidia…
En el orden alfabético pertinente, se editaron trece poemas:
¡Hola Pimpín
mi chiquitín!
¡Hola Pimpina
mi chiquitina!
Duerme la luna
¡deja tu cuna!
¡Lava tu cara…
oh, qué mirada!
El sol alumbra
tras la ventana…
Y allá en la escuela
la maestra espera.
¡Vamos mis niños…
a buscar letras
a sumar números
a cantar mil sueños
a compartir risas o algún llantito…
tan pasajero…
como el cartero,
que apenas llega
y ya saluda…
como la nube
que lleva el viento!
¡Vamos mis niños…
la vida es bella…
miren qué cielo
qué luz… qué vuelo…
el que imagino
detrás del trino!
¡Quieto Pimpín!
¡Quieta Pimpina!
Basta de saltos… que el viaje es largo.
Que estoy cansado…
Y esto ha acabado.
Jueves 04-12-86 – Hora 16:30
Esdrújula
Cuentan que en una siesta cálida
cruzó el ancho patio una sonámbula.
cantaba en la rama el pájaro,
se desperezaba la crisálida,
parecían aviones las libélulas.
El arroyo seguía con su música
y las hojas con su ritmo monótono.
Las abejas formaban un ejército
llenando sus panales al máximo,
mientras una abuela leía viejas fábulas,
luciendo larga trenza y rostro pálido.
Las hormigas afanosas acumulaban víveres,
trepaban veloces por el tronco áspero
del alto y florido lapacho pródigo,
trasladando por el sendero único
infinitas hojas, hasta oscuros depósitos.
Un obrero, entusiasta, atendía su máquina,
cosía innumerables rectángulos,
círculos,
y óvalos.
Imaginaba miradas y gestos pícaros,
soñaba con palabras y con máscaras,
presentía el bullicio del público
compartiendo el mundo de los títeres.
Todo esto sucedía, en una siesta, en América,
Hasta que llegó un Duende dignísimo,
sacó del bolsillo azul la varita mágica,
escribió en el aire la palabra insólita,
inventada por los duendes simpáticos
para despertar a los niños sonámbulos:
¡ESDRÚJULA!
En la Duendescuela aprendió la regla ortográfica.
Puso como un acorde final, el acento en la antepenúltima…
y partió repitiendo: dru dru dru… ¡vaya sílaba!…
Cerca estaba el crepúsculo…
y la niña despertaba, a la sombra de los árboles.
Miércoles 05-10-1988
Sentimiento… en la pausa.
María Marta diligente
Busca cubiertos y platos…
Una abuela silenciosa
Comienza a hacer garabatos.
Viaja pensando en su nieta,
la primera María Marta,
y dos lágrimas indiscretas
suman cristal en sus lentes…
brillan junto a sus pupilas
contenidas con sonrisas.
María Marta diligente,
tiene sus ojos oscuros
y un caminar sin apuros
mientras atiende a su gente…
Antes de cruzar el túnel
quedan aquí los sentires,
prendidos a los recuerdos
de un andar de peregrinos…
Regreso desde Salto Grande (Entre Ríos).
Dedicado a María Marta Turvein, 7 años.
1987.
Réquiem al Puente Colgante.
I.
Canta tristemente en el ceibo el zorzal.
Grises en el cielo
en las aguas
en el acero y en la historia.
Ni vibración, ni sonidos.
Sólo el derrumbe. Ruidos… ruidos.
II.
Sola en la noche oscura
inalcanzable
brilla la moneda de plata
a la que el sol delata.
Sola
se refleja sobre la Setúbal.
El Puente Colgante,
vencido,
espera…
En la espera, la abraza.
III.
Entre las cuerdas de acero
del viejo Puente…
conmovidos aletean, temblorosos peces,
mientras sigue la caravana de hombres grises…
indiferentes, como el vagabundo camalotal…
Expuestos -con ilustraciones de la autora-, en el Museo de la Costa, San José del Rincón, Pcia. De Santa Fe, por invitación del distinguido director Prof. Alcides Hugo Ifrán. 1986.
He vuelto…
He vuelto a caminar entre las vías como en antiguo regocijo de domingo.
Van con la máquina de mis recuerdos todos los nombres…
Retomo todas las señales, aun las que quedaron en promesas.
Cubre mis sentires vacilantes el contraste del cemento y la avenida.
Viajo sola.. por costumbre o por mi signo.
Llevo palpitante de nostalgias… ¡todo mi ser!
Camino por ser mi hábito… despacio…
Entre las manos… el perfume del llantén…
Y en mi mirada… el espejismo del ayer.
Miércoles 2 de octubre de 1985 a las 14:50
Caminando por Estanislao Cevallos hacia el Jardín de Infantes de “Don Bosco”, para un ENCUENTRO.
(1984-1987: Plan Cultural de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe. Adhesión de SEPA al programa: “Encuentro con escritores en las escuelas”…)
Se deshojaron…
Se deshojaron más de tres décadas
desde el misterio del encuentro.
Poco ven mis ojos sin los cristales
y es de plata el marco de mi frente.
Recogí claveles y rosas con rocío…
en jardines perennes… estrechos.
Repetí el dolor del desprendimiento
contemplando el horizonte.. una línea en espera.
Fui testigo de insólitos naufragios
en mares bravíos henchidos en nueve lunas.
Ahora…
rinden sus pétalos al aire de la tarde
la madreselva y el jazmín…
Crece el amor…
se multiplica en esperanzas y latidos…
habita en mi silencio… y en mi piel.
Enero de 1986.
Necesitamos…
Necesitamos
una medida
para las distancias
materiales;
mientras
las resonancias
de las vivencias,
persisten en un espacio…
y todos los días,
inconmensurables…
en los recuerdos.
Viernes 31 de julio de 1987.
Espejismo ingenuo…
Espejismo ingenuo.
Revelación de piel y de miradas
atrapadas en un círculo hermético
cargado de vibraciones fantasmales.
Será sonrisa la proyección del gesto.
Quedarán en el alma latentes alegrías.
Crisal en competencia será la lágrima
mas… será siempre lágrima
en el Océano de la Tristeza.
Insensible, el espejo guarda todo su silencio
hasta que se torne violento el gesto…
rompa los cauces de la Prudencia
y ponga el punto final a todas las marionetas…
en una eternidad de astillas rutilantes,
f u g a c e s… como las estrellas.
Miércoles 10-12-1986 a las 14:30.
(Mis amados llegaban a Barcelona…
Seguían estando mis amados aquí…)
Sentimiento…
¡Oh
fuerza tangencial de mil voluntades!
Trasladas en círculo de eternidad…
amores en crecimiento
para libertarlos
en praderas etéreas,
inconmensurables.
Sábado 28 de febrero de 1987.
Hora 07:20
“Según la manera como se le abandone,
el torbellino arrastra a las profundidades sombrías
o se eleva hasta el final de los cielos.
Pierre Theilhard de Chardin.
“Llegar a ti, Altísimo”
Primero: la admiración ante tu Obra.
Después: la humildad ante tu Grandeza.
Luego: la entrega en tu Misericordia.
Es inaugurar un viaje sin naves
sin fronteras
sin límites.
Es proponerse llegar al Infinito.
Indagación del hombre
“hecho para la infinitud”.
Vocación del hombre
Comprometido con la virtud.
Misión del hombre
Trascendiendo su finitud.
“…hecho para la infinitud”, dijo Blas Pascal, erudito francés, físico e inventor de la prensa hidráulica y de la máquina de calcular.
Café “Gijón” de Madrid.
A los López… y
A los Fernández… del origen.
Llegan de España los ecos
de pasajera tormenta.
Vientos de antiguas fatigas
estremecieron la calle.
¡Café Gijón, centenario,
tiembla… tiembla… tiembla!
¡Que no le cierren las puertas
claman los hombres de letras!
Atrapados en espejos
alertas están los recuerdos:
la pasión de Federico…
las barbas de Don Ernesto…
las voces de otros tiempos.
Ven, caminante sereno…
confiarte quiero un secreto:
es imposible llegar
a la Madrid de mi abuela…
a la España donde ensaya
sus sílabas… Josefina…
que brinca con sus dos años
y sueña con castañuelas.
Como un arco de acero…
invisible y mágico…
arrojo al Océano
mi frágil sentimiento.
Sobre él se deslizan
rosas, sal y mieles…
hasta anclar en la noche
…en el Mediterráneo.
Presta la brisa sus alas
a la terca nostalgia…
que serena se instala
en Paseo de la Castellana.
Van y vienen… vienen y van…
emociones vibrantes.
De Península a Península
un puente se ha tendido…
invisible al distraído…
mágico, místico, sublime.
En Avenida de Mayo
sobre la tierra Argentina,
políticos y poetas
renuevan eternos pactos
de solemnes soledades…
convertidas en poemas…
en promesas no cumplidas…
mientras el pueblo en la calle
sigue altivo con su apuesta
de trabajo y esperanza.
Todo… todo se asemeja…
porque es única la esencia.
Aquí… legaron de España portadores del idioma… de la espada y de la Cruz… los fundadores de pueblos.
Después llegaron los otros…
¡Todos en crisol se unieron!
Como en “Café de Gijón”…
tienen su templo los duendes
en la Avenida de Mayo.
“Café Tortoni” es su nombre:
regazo de sueños,
cuna de delirios,
posada de amigos.
Sus luces hicieron guiños
a los rojos cascabeles
del verbo de Federico…
Reposan en los cristales
los versos de Rafael…
“Era un lugar donde uno
se sentía… cómodo”…
confirmaría él al evocar…
Que aquí el Tortoni
y allí el Gran Gijón…
congregan a peregrinos
para atar promesas y desatar pasiones…
Aquí el Tortoni…
allí el Gran Gijón…
son los pilares firmes
de la palabra viva
que va y viene…
viene y va…
en sublime hermandad.
Servicio de Informática
(Criptograma)
Túnel ruidoso
sin sol…
con ventanas prohibidas
con puertas cerradas
con esperas agobiantes
con desesperanzas
con poder
y sin G L O R I A S.
Túnel que transitas solo
aunque
te
escolten
dos
h
o
m
b
r
e
s
los de a g
y r
e i
r s
…los de h e
o s
y…
los que custodian
pertenencias propias y ajenas
porque nunca podrán
volar los
como pájaros.
Túnel silencioso sin luna…
Túnel que me niego a cohabitar.
Apenas lo transito… cautelosa… sin esperas en despachos…
Apenas lo transito.
Apenas… un instante… y me duele hallarte solo ¡ingenuo caminante!
Como la tacuarita… busco una v e n t a n a y no temo a censuras mundanas…
vuelo vuelo
vuelo
y cuando
a
t
e
r
r
i
z
o
¡se esconden los g u s a n o s . . . !
…Los contemplo con piedad
porque elegí nutrirme con granos limpios
o con migajas…
que caen, cuando la gula distrae al hombre.
Palabras y sentimientos.
I.
Inexorable la mañana crecía impotente.
La rutina del Universo pasó inadvertida.
Rota la encontró la tarde.
Los hombres la habían partido.
La partieron en mitades
con un huracán bravío.
Indiferente
vacío
esclavo de apetencias
estalló su hastío mezquino.
Dice la tacuara
que al día lo mutilaron
los enterradores de verdades
los dictadores de pesadillas.
Todo lo han tornado oscuro
sin esperanzas
ni futuro.
II
Contemplo a mi lado
transitando anhelante,
atormentada,
una muchedumbre generosa
que espera el milagro de la Cruz del Sur
inagotable.
Ella cobija a mis hermanos
como un testigo mudo,
como un símbolo de un destino
imperturbable,
sereno y justo.
Como legado eterno de paz
insoslayable.
III.
Rota está la tarde.
Se ha desbordado el río.
Un terremoto apasionado
abrió grietas
dando paso al lodo por las calles.
Ocultas sus armas,
desfilan sobre los escombros,
los enemigos crueles.
Cuenta la tacuara al zorzal
en la rama del ceibo junto al Paraná:
-Un ideal se ha partido.
Reposa en el crepúsculo.
Hombres grises lo han vencido
cobardemente,
atacándolo como a un pájaro herido
en la mitad del soberano vuelo.
Arrojado al vacío
sin piedad y sin ruido,
luchará como Eva, la primera,
para ofrecerle al mundo
la humanidad que espera.
Vendrá algún día Juan, el apóstol.
Su bandera de paz despertará en el alba.
Vencerán los estoicos
y en un Calvario sin fronteras…
en canto fraternal se habrá convertido
el desgarrante alarido presente.
IV
Mis compañeros
no estarán solos.
Un vuelo de tacuaras sobre sauces
un trinar de pájaros multicolores
compondrán un paisaje diferente.
Polvo o brisa…
serán convocados los heroicos
para ejemplo del hombre-nuevo
que mi Argentina habita.
Será un estandarte de tres franjas
el que renazca.
Serán los rostros nuevos.
En el vacío…
irrecuperable…
girará en el concierto miserable
todo el teatro
con sus máscaras y con sus títeres
para divertir a otros planetas
habitados sólo por hombres grises.
El hombre nuevo
no tendrá color.
El hombre nuevo
tendrá valores dignos.
Seguramente…
la rutina del Universo lo conmueva.
Aprenderá de sus armonías, de sus silencios.
El hombre nuevo
-estoy segura-
será mi compañero.
22-08-1985
(Tras presentar una renuncia que no fue aceptada.)
Siglo XXI
Agua. Nube. Rocío. Lluvia.
Sed y brumas.
Amanecer y ruidos.
Tierra. Lodo. Surco. Trigo.
Vacilante andar del hombre.
Quieta la semilla. En reposo el arado.
Aire. Brisa. Vendaval. Pampero.
La hoja en caída. El sombrero en vuelo.
Giro… giro…giro… en los pensamientos.
Fuego. Lumbre. Llama. Cenizas.
Pasión y claroscuro. Osadía y miedo.
Consumación delirante. Letargo.
…………………………………………………….
Pájaros en huida: agotados los cantos y los nidos.
Desborde en los ríos. Rotos serán los puentes.
Una espiral incandescente… dispersa…
Generará calor… extraña energía. Todo en aceleración.
Fugaz en el recuerdo: el hongo de Hiroshima.
Agónicos suspiros en millones de testigos.
¡Todo en aceleración!…
Giro… giro… giro… en los pensamientos.
¡Nueva Era!
Dedicado a Lucrecia Gainza.
31-10-1986 – Hora 01:35
Momento de dolor, por imprudencias e injusticias.
Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.
Santa Fe de la Vera Cruz – República Argentina.