En União (Alagoa, Brasil), en 1895, nació Jorge de Lima. Se lo recuerda como un católico con sentimiento franciscano. En uno de sus poemas, decía que tenía en sus manos, dos Hermanas de Betania, la que escribe, la que trabaja, la que propone la palabra –Marta- y la silenciosa, que sostiene su frente fatigada, María…
Algunas de sus obras:
- 1934: “O Anjo Negro” (Novela)
- 1935: Tiempo y Eternidad -con Murillo Mendes (n. 1902)
- 1938: Túnica inconsúlil.
- 1949: Ocho Sonetos.
- 1950: Mira-Celi (incluye El canto de los caídos.)
- 1953: La intervención de Orfeo.
Poemas:
Así necesitó expresarse Jorge de Lima…
Reparto de la poesía
“Miel silvestre saqué de las plantas,
de las aguas saqué sal, del cielo saqué luz.
Escuchad, hermanos míos:
Saqué de todo poesía para ofrecérsela a Él.
No saqué oro de la tierra
Ni sangre de mis hermanos.
No me molesten, venteros,
Buhoneros y banqueros,
sé fabricar distancias
para haceros retroceder.”
En “Cuatro Poemas negros”, el tono es conmovedor…
Aquí, uno de ellos…
Esa Negra Fuló
Un día se vio llegar
(de esto hace ya mucho tiempo)
al “bangué” de mi abuelo,
una negra bonitiña,
llamada Negra Fuló.
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
-“¡Oh, Fuló!, ¡oh, Fuló!
(así hablaba la señora)
ven a arreglar mi cama,
peinar mis cabellos
y ayudar a sacarme
el vestido, Fuló!”
¡Esa Negra Fuló!
Esa negrita Fuló
quedó luego de mucama,
para cuidar a la señora
y almidonar los trajes del señor.
¡Esa Negra Fuló!
-“¡Oh, Fuló!, ¡oh, Fuló!,
(así hablaba la señora)
¡Ven a ayudarme, Fuló!,
ven a abanicar mi cuerpo,
que estoy sudada, Fuló.
Ven a rascar mi comezón,
ven a sacarme los piojos,
ven a balancear mi hamaca,
ven a contarme una historia,
que estoy con sueño, Fuló!”
¡Esa Negra Fuló!
-Era un día una princesa
que vivía en el castillo
y que tenía un vestido
con pececitos del mar.
Entró en la pata de un pato,
salió por la de un pollito.
El Rey-Señor me mandó
que aún contase hasta cinco.
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
-“Oh, Fuló!, ¡oh, Fuló!
Anda a llevar a la cama
a esos niños, Fuló”.
-“Mi madre me peinó,
mi madrastra me enterró,
por los higos de la higuera
que el sabía pellizcó”.
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
-“Oh, Fuló!, ¡oh, Fuló!
(Así hablaba la señora,
llamando a la Negra Fuló).
“Di, ¿dónde está mi frasco de perfume
que tu señor me mandó?
¡Ah, fuiste tú quien lo robó!
¡Ah, fuiste tú quien lo robó!
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
Fue el señor a ver a la negra y su chicote llevó.
Ella se sacó la ropa, el señor dijo: ¡Fuló
(La vista se le oscureció
más que la Negra Fuló.)
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
-“Oh, Fuló!, ¡oh, Fuló!
¿Dónde está mi pañuelo de encaje?
¿Dónde está mi cinturón?
¿Dónde mi broche de oro que tu señor me mandó?
¡Ah, fuiste tú quien lo robó!
¡Ah, fuiste tú quien lo robó!”
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
Solo, solito fue el señor
a azotar a la Negra Fuló.
Y la negra lentamente
el vestido se sacó.
Y fue surgiendo desnuda,
desnuda la Negra Fuló.
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
-“Oh, Fuló!, ¡oh, Fuló!
¿En dónde está, di, tu señor
que nuestro Señor me mandó?
Ah, fuiste tú quien lo robó!
¡Ah, fuiste tú quien lo robó!
¡Esa Negra Fuló!
¡Esa Negra Fuló!
(Traducción: X.)
Aquí, uno de sus poemas, con el ritmo y el misterio que caracterizó su obra literaria:
La siesta de Yayá
Yayá está en la hamaca de Tucum.
La mucama de Yayá ahuyenta los mosquitos,
balancea la hamaca,
canta un lundum,
tan blando, tan arrullante, tan dengoso,
que Yayá tiene ganas de dormir.
¿Con quién?
¡Qué pereza, qué calor!
Yayá se quita la camisa,
bebe alúa, añúdase el moño,
se limpia el sudor,
se acomoda en la hamaca.
¡Ah, qué aroma sabroso tiene Yayá!
¡Qué deseo tan loco de dormir!
¿Con quién?
Del ingenio cercano llega olor de melaza.
El monito de Yayá duerme en un coco.
Yayá ancla en el sueño,
inclina la cabeza,
se abre en la hamaca
como una ingá.
La mucama deja de cantar,
espanta los mosquitos,
abre la ventana, mira el corral:
-un enorme sosiego en el corral-
Lejos un pájaro hace si-dó,
Si-do… si-do… si-do…
Antes que Yayá corte la modorra
la mucama de Yayá
balancea la hamaca,
espanta los mosquitos,
canta un lundum,
tan blando,
tan dengoso,
que Yayá, sin despertarse,
se rasca,
se estira,
se abre toda en la hamaca de tucum.
Sueña, ¿con quién?
(Traducción de Gastón Figueira.)
El poeta brasileño Jorge de Lima, falleció en 1953…
(Lecturas y síntesis: Nidia Orbea de Fontanini.)