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1882-1946 PRIMERA ETAPA

Un propósito.

“BIBLIOTECA” en el Poder Legislativo.

Creación y Evolución – Superintendencia y Bibliotecarios

Primera etapa.

Segunda etapa.

Tercera etapa.

Traslados de la Biblioteca.

Enero de 1987: reorganización como “Centromultimedios”.

PRIMERA ETAPA.

1882-1946.

Ecos de principios del siglo diecinueve.

1872 – Creación del cargo de Vicegobernador

Reacciones de Oroño y grupos rosarinos.

1882: Vicegobernador Cándido Pujato.

Retribución a los legisladores.

14-07-1882 – Creación “Biblioteca de las Cámaras Legislativas”.

Lo escrito en Actas.

Orientación en política educativa.

1883: Hechos significativos.

Contingentes de inmigrantes.

“Entrega de territorio argentino”.

Nacimientos.

Dr. Armando Antille.

Ludovico Paganini

Gustavo Martínez Zuviría – “Hugo Wast”.

30-11-1883: Fallecimiento del Dr. Simón de Iriondo.

“Nación en armas”.

Miradas hacia el sur.

Reconocimiento tardío.

1884: gobierno interino de Cándido Pujato.

Un lustro sin datos acerca de la Biblioteca.

1888: Bibliotecario Domingo Guzmán Silva.

Señales en torno al autodidacto Silva.

1889: proyecto de Reglamento de la Biblioteca.

Misión cumplida.

1890: Vicegobernador José Elías Gollán.

1892: Bibliotecario D. Arturo de León.

1893: homenaje al Sargento Bustamante.

Revolucionarios radicales y gobierno de veintiún días.

Creación de la Biblioteca “Cosmopolita” – Apoyo.

Supresión de partida para sueldo del Bibliotecario.

Oposición del Diputado Dr. Gabriel Carrasco.

1894: Vicegobernador Eliseo Videla.

Aumento de dietas y traslado a otra sede.

Gastos de etiqueta del vicegobernador e intento de supresión de cargo.

1902: presencia del Presidente de la Nación.

1907: promoción cultural y monumento a Sarmiento.

Monumento a Sarmiento.

1909: Cámara de Diputados: acerca de la fórmula de juramento.

Cuatro ateos

Los masones.

Dios, el Supremo.

Nuestra bandera.

Construcción del “Palacio de la Legislatura”.

1909 – Gobierno de Pedro Echagüe – Demolición del Cabildo.

1910: semana de Mayo.

Feriados en todo el territorio provincial

Reducción de días festivos.

Insólito homenaje.

Cómputo para jubilación: cinco años más en los tres poderes.

Conclusiones ambivalentes.

“Algo así como una huelga de maestros”.

Homenaje a Eduardo VII, rey de Inglaterra.

1912: Intervención de Anacleto Gil y precandidatos.

Gobernador Dr. Manuel J. Menchaca.

Ministros y plan de gobierno.

Fallecimiento del poeta Horacio F. Rodríguez.

Clodomiro Marín Cardozo – Bibliotecario Archivero.

Necesidad de traslado a la nueva sede.

Preocupaciones por la Educación.

Apoyo a la formación artística.

Sanción de la Ley 8871: voto secreto y obligatorio.

1912: Waldino Baldomero Maradona y  la nacionalización de los ferrocarriles.

1913: crisis política y rebelión en Rosario.

Pactos.

Otoño de 1913: conmoción en Rosario.

Ecos de la huelga de 1901.

Origen de la huelga.

Interpelación al ministro de Gobierno.

Árboles arrancados de raíces.

El gobernador Menchaca en Rosario.

Asalto al Mercado.

Falta de higiene.

Acerca del Partido Radical

Discordias en Concejo de Rosario.

Víctimas olvidadas.

Lance frustrado.

Seguridad individual – Antecedentes.

Habeas corpus.

Estado de sitio.

Ausencias del gobernador

Mayor retribución al bibliotecario.

Deudas por el edificio de la Legislatura.

1914 – Instalación de la Legislatura en la nueva sede.

Sesiones en el nuevo edificio.

Horarios de sesiones.

Acerca del monumento al General José María Paz.

Los imprescindibles recursos.

Municipalidades: reforma en el sistema electoral

El voto femenino calificado.

Experiencia en otros países.

Experiencia en San Juan.

Reorganización del Cuerpo de Taquígrafos.

1915: El dilema de la Educación.

1916.

1916: conflictos políticos en la provincia de Santa Fe.

1917: Creación de cargos en la Cámara de Senadores.

Reconocimiento al compositor Juan B. Mazza.

Homenaje al poeta “Almafuerte”.

Reconocimiento a los aborígenes.

Monumento a Alberdi

1918: Jardines de la Legislatura.

1919: creación de la Universidad del Litoral

Apoyo al proyecto en el Congreso Nacional

Provisión de fondos a la FUA.

1920: Biblioteca de la Cámara de Diputados.

Texto del proyecto.

Una Biblioteca para la Legislatura.

Tratamiento sobre tablas.

Una original opinión.

Justificación.

Lamentable crisis.

Entre lo útil y lo necesario.

Tratamiento sobre tablas.

Aparente coexistencia de dos bibliotecas.

Un solo empleado: bibliotecario o encargado.

Más insistencias para modificar el proyecto.

El ejemplo de la Biblioteca del Congreso Nacional

Una previsión elemental.

Entre la ilusión y la realidad.

Lo temporal… de las autoridades de Cámaras.

Una Biblioteca para las instituciones culturales.

1921: catorce meses de atraso en pago a los maestros.

1922: aprobación del presupuesto.

1923: Apertura de la Biblioteca a la comunidad.

Algunas firmas reconocidas.

Error por desconocimiento.

Poder Legislativo.

El Presupuesto en aquel tiempo.

Datos desde 1910.

1919-1923: Ecos de la “experiencia alemana” y la emisión de moneda.

Discusiones sobre los comicios.

Integración de la Cámara de Senadores.

Denuncias por incidentes en algunas mesas.

Intervención del clero en el acto electoral

Críticas a un fallo.

Autobiografía de Amadeo Ramírez.

Estación Díaz: asesinato durante la campaña.

Prontuario y experiencia del senador Cabanius.

Más información sobre el crimen

Pedido de interpelación al ministro de Instrucción Pública

Antecedentes históricos (Educación y Justicia)

Experiencias educativas en Santa Fe.

Mariano Quiroga: primer presidente del Consejo.

1886: avances en la orientación pedagógica.

Opinión de Lisandro de la Torre.

Presidentes notables.

Mayo de 1924: interpelación al ministro de Instrucción Pública.

Fallecimiento del Dr. Jerónimo Cello – Subsidio.

Subsidio a familiares de Mariano Quiroga.

Subsidio a familiares del Escribano Fernando Dentesano.

Controles en los obrajes del norte.

Conmovedor relato del senador Amadeo Ramírez.

Informe de un inspector en los obrajes del Chaco.

Ferrocarril a Puerto Ocampo.

Tras la maraña de intereses ferroviarios.

28-11-1924: aprobación del presupuesto.

Agravios estériles al Dr. Amadeo Ramírez.

1925: estabilidad y escalafón de empleados públicos.

1926: Comentario periodístico sobre la estabilidad.

1927-1931: breve información.

1932: adquisiciones en el Senado.

Cargos de Bibliotecario.

1933: Creación de la Biblioteca y de Comisión Bicameral.

Proyecto de reducción de haberes.

1934: presupuesto disponible.

Re-creación de una Comisión Bicameral.

Sugerencia del Vicepresidente de la H.C.S.

Breve reseña acerca de la Biblioteca.

Necesidad de disponer de una Biblioteca.

Primera Comisión Bicameral

Continuidad del bibliotecario de la Cámara de Diputados.

Facultades de la Comisión bicameral para proponer.

Primera Comisión Bicameral Ley 2388/34.

1935 – Creación de cargos en el presupuesto.

Cargos y funciones.

Renovación anual de la Comisión Bicameral

Comisión Bicameral reelecta.

Comunicaciones acerca del personal.

Cambio en la Comisión Bicameral

Constitución de la Comisión Bicameral.

1936-1937: autoridades.

1938: evidente impulso desde la Cámara de Senadores.

Patrimonio bibliográfico.

Edición del Catálogo General de la Biblioteca.

Limitado espacio para el funcionamiento.

1939: integración de la Comisión Bicameral.

Limitado espacio en al Cámara de Diputados.

Incremento en el patrimonio bibliográfico.

“El problema del local apropiado”.

Apoyo del Vicegobernador.

Nuevos muebles.

Un nuevo impulso en la tradicional biblioteca.

El Director reconoce esa necesaria transformación.

Correcta actitud valorativa.

El futuro.

Las partidas insuficientes.

Aprobación del presupuesto.

Comparaciones presupuestarias.

Reconocimiento a Secretarios de Comisiones.

La responsabilidad de la Dirección de Biblioteca.

1940: la opinión del Director en el recinto.

Creación de la Oficina de Información Legislativa.

El Congreso Internacional de Abogados y la Biblioteca.

La Biblioteca en “su carácter público”.

Cuando se impone la gratitud.

Aprobación del presupuesto.

1941: nuevo integrante en la Comisión Bicameral.

Discrepancias con respecto al presupuesto

1942: aprobación del presupuesto.

1943: Comisión Bicameral

Presupuesto.

4 de junio de 1943.

1945: alerta en torno a la guerra internacional

Conferencia en Potsdam

Un propósito…

En estas páginas está implícita la intención de informar acerca de sucesivas gestiones que han generado la evolución de la “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe”, un servicio que comenzó en julio de 1882.

En la primera etapa, sin disponer de documentación ordenada, se han trascripto testimonios en publicaciones y datos disponibles en el servicio y en el Archivo de la Legislatura. En consecuencia, se acepta el desafío de asumir los riesgos de omisiones involuntarias, que podrían ser subsanadas en investigaciones posteriores. 

La segunda etapa, abarca un período con referencias documentadas en el Libro de Actas iniciado el 16 de julio de 1946 hasta la última acta del gobierno democrático que cesó por el autodenominado proceso de reorganización nacional; acumulando la información hallada en registros complementarios hasta la asunción de las autoridades electas el 10 de diciembre de 1983.

A partir de ese momento, está planteada la tercera etapa, con los hechos conocidos desde entonces que incluyen un primer traslado desde la sede en la Legislatura -1985-, por ser necesarias las dependencias para funcionamiento de los Bloques, y el segundo en 1986, por comprobadas deficiencias edilicias.

En diciembre de ese año, se decidió la reorganización de la “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe” con el propósito de cubrir las necesidades de los Señores Legisladores y las expectativas de la comunidad, comprendiéndose el rol social que le compete.

Al 02 de enero de 1987, las autoridades de la Cámara de Senadores y Miembros de la Comisión Bicameral, habían expresado los objetivos inmediatos y la Dirección elaboró en consecuencia, esta consigna:

“En los umbrales del tercer milenio, se impone proyectar un CENTROMULTIMEDIOS AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD ORGANIZADA SOLIDARIAMENTE, donde la  BIBLIOTECA sea un dinámico laboratorio de ideas, y no sólo un depósito de libros esperando a los lectores.

Para ello, se debe consolidar la organización técnica-administrativa, con renovada bibliografía y tecnología de información y de comunicación actualizada.

No ha de sorprenderse el lector al encontrar algunos datos que no están directamente relacionados con la historia de la Biblioteca. Han sido incluidos para ampliar su perspectiva, si intenta realizar un análisis comparativo.

Algún día, se completará la historia de la Historia del…

CENTROMULTIMEDIOS

“BIBLIOTECA DE LA LEGISLATURA DE SANTA FE”

 

Nidia A. G. Orbea Álvarez de Fontanini.

Santa Fe de Vera Cruz, 01 de julio de 1993.

19º aniversario del tránsito a la inmortalidad de

Juan Domingo Perón – Presidente de la Nación

1946-52, 1952-55 y 1973-74

 

 

“BIBLIOTECA” en el Poder Legislativo

 

Creación y Evolución – Superintendencia y Bibliotecarios

Primera etapa.

23-03-1872: Sanción Constitución de la Provincia. Sistema Bicameral.

14-07-1882: Creación de la Biblioteca (Bicameral) – Primer Lustro, sin datos.

(Vicegobernador 07-04-1886 a 1890: Juan M. Zavalla.)

1888: Bibliotecario Don Domingo Guzmán Silva. (Proyecto y aprobación del Reglamento.  Fuente: Archivo, t. 43, fº 2 y 7.)

1892: Bibliotecario Don Arturo de León. (Intento de supresión del cargo 1894 y supresión en 1898, al año siguiente esa partida destinada a Escribiente. 1894: “Gastos de etiqueta del Vicegobernador” – Archivo, C.D., p.29.

1894: Primer Intendente (Aprobado el presupuesto, el cargo de Comisario se convirtió en Intendencia. Breve discusión porque el sueldo propuesto superaba al de prosecretario. Archivo C.S., fº 33)

1899: Cambio de sede “al edificio que iba a destinarse a la Escuela Normal” – Sesión 08-03-1898, Pte.  Dr. Jonás Larguía.

1908: Bibliotecario (sin datos de identidad) en presupuesto doble cargo: “Bibliotecario” y “Archivero”.

1909: 18-07: Ley Nº 1548 . Autorización para construir nuevo edificio.

1912: Bibliotecario Don Clodomiro Marín Cardozo (Archivero. Hasta 1931.)

1914: 26-07: En la nueva sede ambas Cámaras, Biblioteca y Archivo…

1920: Proyecto de creación de la “Biblioteca de la Cámara de Diputados”.

1921: Ley Nº 2014 – Creación de esa Biblioteca y en 1923, apertura a la comunidad. Denominación: “Nicasio Oroño”.

1932: Bibliotecario Don Juan Carlos Rigesti. (1933: Proyecto de re-creación de la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe, administrada por Comisión Bicameral.)

 

1934: Ley Nº 2388 – Superintendencia: Comisión Bicameral

(Presupuesto: Director y Bibliotecario.  Facultades a la C. B. “para proponer” el nombramiento de empleados.)

Firmas: B. M. Morcillo – Presidencia del Senado.

Virgilio Sánchez Granel – Presidencia de la Cámara de Diputados.

Agustín P. Guala, Prosecretario; Raúl Gómez Iriondo Secretario H.S.

1934: Primera Comisión Bicameral: (1934, C.D., p. 768)

Diputado Pío I. Monteagudo. Presidente.

Senador Emilio Clementz.

Diputado Luis F. Peluffo.

1935: Primer Director y Secretario de la Comisión Bicameral:

  1. Juan Carlos Rigesti (Bibliotecario desde 1932. Tres empleados.)

1935: Desintegrada la C.B. al asumir otras funciones el Dip. Luis F. Peluffo, reemplazado al año siguiente por Dip. Salvador Leiva – 1936.)

1937-1938: Comisión Bicameral: Senador Simón Carlen Presidente (Garay)

Diputado Dr. José Marini (San Justo)

Diputado D. Juan A. Boglione – (Castellanos)

(Sesiones 30-04-1937 y 08-04-1938.)

1938: Director y cinco agentes en ese servicio.

 

1939: Comisión Bicameral: Senador Simón Carlen  Presidente (Garay)

Diputado Dr. José Marini (San Justo)

Diputado D. Juan A. Boglione – (Castellanos)

                                     (1939, C.D. t.1, p. 189.)

-Reconocimiento a Secretarios de Comisiones. (1939, C.D., p. 1225.)

1940: Apoyo del vicegobernador: nuevo impulso.

Vicegobernador – Presidente del Senado: Dr. Rafael Araya.

Director: D. Juan Carlos Rigesti.

(1940, C.S., p. 135)

       Sesión 17-05-40: Lectura del informe del 27 de abril del Director de la Biblioteca, en la Cámara de Senadores a cargo del Presidente de la C. B. Sen. Simón Carlen.

(“La Biblioteca mantiene su carácter público, pero es todavía poco visitada por personas extrañas a la casa”. El Director finalmente destacó “la colaboración que en todo momento” había recibido del personal a sus órdenes.)

1941-1942: Comisión Bicameral:

Senador  Mauricio A. Qüesta Presidente (San Martín)

Diputado Luis C. Tomatis (San Jerónimo)

Diputado José Ulla (San Martín)

1943: Comisión Bicameral: Senador Fernando R. Ramírez Pte. (San Jerónimo)

Diputado Guillermo A. Aranda (La Capital)

Diputado Luis C. Tomatis (San Jerónimo)

Secretario: Juan Carlos Rigesti (1943, CS, p. 225)

Vicegobernador: Dr. Emilio G. Leiva.

 

* * * * * * * * * * *

Segunda etapa.

1946: D. Juan Carlos Rigesti continuaba con funciones de Director.

16-07-1946: Acta Nº 1 en el libro donde están registradas hasta el año 1995. Renuncia de la Directora -jubilación- y fin de esta recopilación. 

1946: “La biblioteca al servicio de la comunidad”.

“Adquisición de libros de texto, para escuelas secundarias y técnicas”.

Comisión Bicameral: Presidente Senador Raúl Beney.

Vicepresidente: Diputado Eduardo Torre.

Tesorero: Diputado Miguel Torres.

Secretario: Sr. Juan Carlos Rigesti. Director del servicio.

Primera constancia de misiones de Vicepresidente y Tesorero.

1949: Ampliación de ficheros.

1950: Donación de obras de autores santafesinos: Gastón Gori y Salvador C. Vigo.

1951: Traslado de una sección al subsuelo.

Adquisición de libros de Matemáticas.

Ampliación de la planta de Personal.

Donación de libros a escuelas primarias.

Incorporación de ficheros rotativos.

1952: Creación de una Sección en Homenaje a Eva Perón.

Iniciativa del Presidente de la C. B. “Sección Justicialista”.

(Moción aprobada por unanimidad.)

Iniciativa Pte. H.C.S.:  “Sección Justicialista”.

Propuesta Pte. C.D.: “Doctrina Peronista”.

(No hay registros posteriores.)

1955: 16-09 Derrocamiento del gobierno constitucional

1959: Director: D. Roberto Lavagnini (sin dato preciso sobre alta en ese cargo.)

1960: A cargo de la Dirección el Subdirector: D. José María Zamora.

1961: Directora Sra. Alcira Zavalla de Beney (Desde el 01-08; Bibliotecóloga.)

Período de propuesta de Reforma de la Constitución de Santa Fe.

1962: Aprobación del nuevo Reglamento Orgánico. (Aplicado hasta la década del ‘90.)

1966: “Gobierno de facto. Comisión Administradora (Evidente desconocimiento de la historia de la Biblioteca y de la Legislación vigente.)”  [1]

1967: “Aprobada propuesta de la Directora Sra. Alcira Zavalla de Beney:

‘Historia de la Biblioteca’ (impresión para donar)”.

No se concretó.

1973: Director Avelino José Canga. Desde el 01-09-1973

(Hasta 1976, momento de la Intervención.)

1975: “Una nueva frustración” / “La imagen no deseada”.

       “El 18 de julio de 1975, la Comisión Bicameral dejó constancia en el libro de Actas pertinente, de la imposibilidad de organizar el “VII Congreso de Bibliotecas Legislativas Nacionales” porque “se daría a las delegaciones intervinientes, una pobre imagen que desvirtuaría el esfuerzo realizado en estos dos últimos años de labor… delegan la organización del Congreso en otra provincia que pueda llevarlo a cabo o bien, solicitando su postergación para el momento más propicio, conservando, en ese caso, Santa Fe, la sede del mismo”.   [2]

                     En Actas Nº 99 y 100 del 31 de octubre y 7 de noviembre respectivamente, “por unanimidad resolvieron adquirir muebles para funcionamiento de la Biblioteca y lógicamente, más libros”.  [3]

15-12-1975: Acta Nº 101, por unanimidad ‘se aprueba la remisión en calidad de préstamo, de los libros que se hallaban en depósito y fuera de uso con destino a la Biblioteca del Instituto de Recuperación de Mujeres Unidad 5 de Rosario.  La nómina de libros –consta en el acta– se encuentra debidamente documentada en listas confeccionadas por separado.”

1976: Gobierno de facto (desde 24 de marzo al 09-12-1986.)

Personal en servicio en la Biblioteca (h.1986):

Subdirector Alberto SvetlizaCristina Cosentino de Céspedes.

Hasta el día 23-03, registrados préstamos hasta el Nº 202.

Al 23-03-76 en las planillas de Consulta en Sala, consta la atención de 202 (doscientos dos) lectores; 41 en febrero y 161 en marzo.

Año 1977: 194  Consultas en Sala (Teniendo en cuenta un mes de vacaciones, promedio de consulta mensual: 17 ó 18 lectores.)

Sobre préstamos a domicilio, sin posibilidad de determinar lectores ni títulos por uso exclusivo de fichas movibles adosadas a la tapa de cada volumen.

Año 1978:  148 Consultas en Sala

(Ciento cuarenta y ocho; por mes 13 o 14 lectores.)

Año 1979:  090 Consultas en Sala. (Noventa; promedio 8-9 por mes.)

Año 1981:  029 Consultas (Veintinueve, promedio dos ó tres por mes.)

Año 1980:  036 Consultas. (Treinta y seis, promedio tres por mes.)

1978: Disminución del Patrimonio Bibliográfico por decisión del Interventor en la Legislatura de Santa Fe. (Decr. Nº 261/78; consta en sucesivos folios de los  libros de Inventario, con firma y sello.)

1982: Transcribo lo escrito en apuntes acerca de la Historia de la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe: “Año 1982 – Intento de Recuperación de las Islas Malvinas. En homenaje a quienes lucharon por la defensa de la Soberanía Nacional, hay  tres fechas inolvidables:

02 de Abril:   Desembarco en Puerto Argentino.

01 de Mayo: Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina.

14 de junio:   Cese del fuego.

En las Islas está el “Cementerio de los Argentinos…”  [4]

1982: “Una paradojal celebración” – Crónica en el diario “El Litoral” que incluye fotografía de una sala donde está situada la señora Cristina Cosentino de Céspedes:  “…aludía al Centenario de la Biblioteca, y sin cronología, sin indicación de funciones ni tiempo pertinente, incluyó algunos nombres de personas que habían contribuido al desarrollo de la Biblioteca:

“-Luis J. Anadón. Negritas aquí

-Edmundo J. Rosas.

-Guillermo Cullen.

-José María Zavalla.

-Severo R. Echagüe.

-José Cervera.”

                     (Lo que resulta otra paradoja es que celebraran el acontecimiento con la colocación de una placa, en la cual ni siquiera la denominación era correcta, porque el organismo no ha sido nombrado, por ninguna ley, “Biblioteca Legislativa ‘Nicasio Oroño’ 1882-1982” como erróneamente consta en el bronce que luce sobre la pared donde funcionara en esos últimos años. Agrego: ala noreste del edificio de Gral. López 3051, planta baja.  Lo escrito en 1986 en el acta Nº 103 del 13 de marzo, es evidencia de aquel error porque alude a la  “…’constitución de la Comisión Bicameral de Biblioteca de conformidad con lo que establece la ley Nº 2014’ –debió decir Ley 2388 que derogó aquella– ‘que rige su formación…”  Sabido es por Ley 2014, en 1920 se aprobó la creación de la “Biblioteca de la Cámara de Diputados” y que tres años después, le impusieron el nombre de “Nicasio Oroño”.)

       “…al verificarse sólo ocho préstamos durante el año 1982, es admisible reconocer también ‘el ocaso de la Biblioteca’, en un paralelismo histórico con ‘el ocaso del proceso’, un valioso aporte de ‘El Cid Editor’ – Eduardo Varela Cid-, para la memoria de los pueblos.”  [5]

1983: Ningún préstamo registrado.

Sea tenido en cuenta que en el período iniciado en 1983 se aplicaba el Reglamento aprobado por la Comisión Bicameral en 1962: Presidente de la Comisión Bicameral Diputado Dr. Decio Carlos Ulla.  La “Biblioteca de la Legislatura” en lo administrativo dependía de la Cámara de Senadores, estaba ubicada en la sede de Gral. López 3051 -desde 1914, momento de la instalación de ambas Cámaras en ese nuevo edificio-; situada en la planta baja del sector noreste del edificio, luego espacio destinado a las Presidencias de los Bloques.

 

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Tercera etapa.

Gobernador:               C.P.N. José María Vernet.

Vicegobernador:       D. Carlos Aurelio Martínez.

1983: El 10 de diciembre asumieron las autoridades electas por la ciudadanía santafesina y en ambas Cámaras designaron a los integrantes de la Comisión Bicameral que debe ejercer la superintendencia del organismo:

Senador Sr. Armando Piazza (UCR, Depto. Constitución)

Diputado Dr. Carlos Caballero Martín (PDP, La Capital)

Diputado Dr. Oscar Máximo Somma (P. J.)

 

Sra. Cristina Cosentino de Céspedes -Cat.18- se desempeñaba desde 1973 con permanencia en el cargo durante el “Proceso…”

                     (En 1986: Cat.22, responsable del inventario mediante disposición del Secretario Administrativo de la Cámara de Senadores CPN Miguel Ángel Santos.)

Director de la Biblioteca: Sr. Hugo Rafael Joaquín Gatto  (Cat. 24)

 

Traslados de la Biblioteca

Durante el período 1983-1987, en la Cámara de Senadores había mayoría de legisladores en el Bloque de la Unión Cívica Radical.

Para integrar la Comisión de Biblioteca habían designado al representante del Departamento Constitución Senador Armando Piazza.

Como en períodos anteriores de gobierno constitucional, se aplicaba el Reglamento aprobado en 1962 (impreso durante el año de la Reforma de la Constitución provincial).

En el período 1983-1987, Vicegobernador: D. Carlos Aurelio Martínez, en la Cámara de Senadores se organizó la estructura administrativa  e integraron la “Comisión Permanente de Gestión y Administración”.

Primer traslado de la Biblioteca desde la sede de la Legislatura al local alquilado en la esquina suroeste de las San Jerónimo y Buenos Aires, actual calle Monseñor Vicente Faustino Zazpe.

Segundo traslado de la Biblioteca al inmueble de 25 de Mayo 1908, en alquiler, propiedad del Colegio y Consejo de Profesionales en Ciencias Económicas de la Primera Circunscripción. Traslados con disidencia de los Diputados que integraban la Comisión Bicameral: Diputado Dr. Carlos Caballero Martín (PDP) y Dr. Oscar Máximo Somma (P.J.)

 

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Enero de 1987: reorganización como “Centromultimedios”…

El director Hugo Rafael Joaquín Gatto – Cat. 24) en 1986 estuvo con licencia sin goce de haberes. En diciembre de ese año, convocada la posible reemplazante, presentó el Plan de reorganización solicitado, que requería un período de dos meses para diagnóstico y evaluación de recursos y programas a los fines de ampliar la misión de ese organismo como “centromultimedios al servicio de la comunidad organizada solidariamente”, previendo procesos técnicos de informática.

1986: 30-12- Designación de reemplazante mientras dure la ausencia del titular Sr. Hugo Rafael Joaquín Gatto, en uso de licencia sin sueldo.

Nombramiento de la Sra. Nidia Aurora Guadalupe Orbea de Fontanini, previa conformidad de todos los integrantes de la Comisión Bicameral y aprobación de un Plan de trabajo inmediato.

(Cese: 30 de diciembre de 1995 por haber iniciado el trámite de jubilación a mediados de ese año. En la misma nota, renunció a derechos de licencias y compensaciones por excedentes en el  cómputo horario a los fines de concluir todos los procesos técnicos de Informática: Gestión administrativa-Comisión Bicameral; Inventario, Catalogación, Registro de Lectores, Control de Préstamos incluyendo Planilla de Lectores con devoluciones pendientes. En la sección Préstamos, desde 1987 registros manuscritos con firma de lectores, en el Libro de Préstamos como banco de datos básico para control de autores y títulos, de lectores y devoluciones. Formulario con constancia del préstamo que firma el lector al retirar la obra y le es devuelto al entregarla, para su constancia de devolución consignada al pie de ese documento. Continuación de registros de Consulta en Sala, en formularios en uso desde décadas anteriores.)

 

La historia de la Historia, continúa

 

PRIMERA ETAPA

1882-1946

Ecos de principios del siglo diecinueve…

Decíamos ayer que algunas huellas del “año 1741, revelan la presencia de Don Antonio Candioti en los pagos de la provincia de Santa Fe.  Don Antonio ‘es español, nacido en Cádiz… tiene más aspecto de sajón que de hispano’: es la herencia de ‘antepasados nórdicos, de ricos suecos, venidos a menos, que el destino quiso llevar hacia la costa íbera del Atlántico’.”  [6]

Sabido es que Francisco Antonio Candioti fue el primer gobernador de la provincia de Santa Fe; sus descendientes, “emparentados luego con familias santafesinas, especialmente con los Iriondo –Yriondo-, desempeñan importante papel en la vida de la provincia, como ciudadanos y gobernantes”.

El historiador José Rafael López Rosas, con el título Una revolución de familias rememoró que en enero de 1812 llegó a la capital santafesina la noticia del nombramiento del Cnel. Juan Antonio Pereira como teniente de gobernador y en circunstancias poco favorables porque la administración estaba “empobrecida y desquiciada” además de soportar las consecuencias de la lucha permanente en defensa del libre tránsito por el río Paraná frecuentemente bloqueado por buques españoles que llegaban desde Montevideo y “por las disputas domésticas entre los santafesinos”.  El teniente de gobernador Juan A. Pereyra estuvo enfrentado con integrantes del Cabildo y al alcalde de primer voto intentó obligarlo a firmar un oficio dirigido al Provisor Intendente de Buenos Aires. La historia escrita por los enemigos de Pereira indica que “el asunto no pasó a mayores” aunque el teniente de gobernador había amenazado a los cabildantes que no firmaran advirtiéndoles que “serían conducidos con una barra de grillos a la capital…” En ese tiempo, el Cabildo informaba al Triunvirato acerca de la “escandalosa” administración de la Justicia. Así fue como se reunieron sus opositores y organizaron un movimiento para destituirlo. Enterado Pereira mediante un bando prohibió transitar con armas blancas de cualquier tipo y ordenó depositar todas las “armas de chispa”, decisiones insuficientes para frenar el impulso del caudillo Francisco Antonio Candioti, hacendado con enormes en territorio santafesino y entrerriano, hacedor y frecuente viajero por uno de los caminos hacia el Alto Perú” para el tráfico de mulas y mercaderías, reconocido también por su nombre. En el sumario criminal hay testimonios de José Manuel Gálvez refiriéndose a don Mariano Vera y otros dicen que se reunían en “el horno de Vera” y en “la pulpería de don Anselmo Maciel”, donde solían estar Cosme Maciel, Hipólito Helguera, don Martín Troncoso, el relojero Manuel Cabrevera, Severino Méndez y Pedro Mendieta, alcaide de la cárcel… hasta donde llegaban  o en “el horno de Vera”.  Entendió Pereira que no podría defenderse y decidió renunciar después de expresar que “la resistencia contra su persona se debe a que la mayoría de los santafesinos son parientes entre sí y se confabulan para desobedecer sus órdenes”, reiterando el historiador los nombres de José Ignacio Echagüe, hermano de Antonio, primo de Gregorio y de Pedro Antonio Echagüe y sobrino carnal de Lucas, padres de estos últimos; Pedro y José Gabriel Lassaga, tíos carnales de Mariano Espeleta -uno de los cabecillas-; Juan Alberto Basaldía, primo hermano de José Ignacio y pariente en tercer grado de los Echagüe nombrados; José Ignacio Troncoso, primo hermano de José Troncoso y tío de Marcos y Martín y hermano político y dependiente de José Manuel Soto; Pedro Tomás de Larrechea, hermano político de Calixto, Mariano y Simón Vera y primo por afinidad de Cosme, Juan y Anselmo Maciel; Cayetano Echagüe sobrino segundo de Simón de Avechuco y “los Aldao” emparentados con los Iriondo, éstos con los Crespo; los Candioti con medio Santa Fe (Francisco Antonio era uno de los jefes del alzamiento) y los Galisteos, los Roldán, los Freyre, los Iturraspe y el resto del vecindario estaban unidos por lazos de sangre –escribió el historiador y periodista- destacando finalmente que mediante esos lazos familiares habían logrado armar una tensa trama más resistente que “todo el poder que el Triunvirato le confiriera como primer mandatario”.  No fue por casualidad que el 16 de mayo de 1819 en la casa de doña Leonor Aldao y Candioti aceleraran los preparativos para la función nocturna de títeres prevista con la presencia del gobernador Brigadier General Don Estanislao López, quien en febrero de ese año había enfrentado la invasión de las tropas enviadas desde Buenos Aires a las órdenes del general Juan Viamonte, desalojándolas.  En los primeros días de mayo debían firmar el armisticio acordado en San Lorenzo opiniéndose dos reconocidos políticos: el poeta, abogado y orador Juan Francisco Seguí y Luis Manuel de Aldao, “hijo de Juan Francisco Aldao y Rendón, tesorero de las Reales Cajas de Buenos Aires y alcalde y regidor de Santa Fe, y de doña Leonor María Candioti y Cevallos; sobrino de Francisco Antonio Candioti más conocido como “el príncipe de los gauchos”, hermano de Francisco, Mercedes, Victoria, Jacinto, Pedro, María Antonia y Leonor; en varias oportunidades gobernador interino, alcalde y regidor del Cabildo, Sargento Mayor de Blandengues y diputado en la Legislatura santafesina.  Aquella noche todo estaba preparado para asesinar al gobernador quien enterado, envió sus excusas a la dueña de casa y a la madrugada siguiente, mientras el Brigadier López marchaba hacia Coronda, sus enemigos con tropas acantonadas en la Aduana -lugar del emplazamiento actual de la Legislatura de Santa Fe-, tras las órdenes de Seguí saquearon la ciudad, “saltan la tienda de don Gregorio Echagüe, la pulpería de don Francisco Leiva, el negocio de un tal ‘Vicentillo’, ‘a no dejar más que las tablas, varias casas de pobres y hasta las cobijas se llevaron’… Aldao con su gente, trataba mientras tanto de tomar el Cabildo, empresa que tuvo que abandonar ante la traición evidente de sus secuaces.  Entretanto, López, enterado de la revolución, marcha desde Coronda hacia la capital.  Juan Francisco Seguí, Aldao y otros son enviados presos a su encuentro. Al día siguiente, la ciudad presentaba un aspecto desolador.  Los vecinos arremolinados en la Plaza Mayor comentaban el suceso.  Las bocacalles eran custodiadas por numerosos soldados.  Los saqueados lamentaban sus pérdidas, y cada habitante tenía alguna anécdota que contar con el bullicioso corro”. Terminó esa historia con Aldao y Seguí presos.  Sabido es que “lógico sería de esperar que, de acuerdo a la opinión de tantos historiadores que motejan de salvajes a nuestros caudillos, el brigadier López mandara fusilar a los revoltosos.  Sin embargo, les perdona, dejándoles en libertad en Coronda”.   [7]

En septiembre de 1822, el gobernador Estanislao López soportó más conspiraciones y el 30 de ese mes, día de San Jerónimo, tras los festejos en la Catedral y en la plaza principal situada enfrente, comenzaron los fuegos artificiales y después, quedaron algunos guitarreros más al sur mientras Anselmo Maciel había enviado “más aguardiente a los negros de la Guardia Capitular, amén que ya los sabe comprados por el dinero que  les entregó. A la noche, Anselmo y su hermano Ramón junto a Antonio Pidrabuena” cruzaron sigilosamente la plaza de Mayo y  luego fueron sorprendidos por las fuerzas de López, sonaron “algunos disparos. Los revoltosos se entregan”.  Juan José Obando fue llevado a la Aduana y allí le habló el gobernador, ofreciéndole el indulto con la condición de que se alejara de la provincia y no organizara otra conspiración. La violenta reacción del “ex comandante de Mariano Vera” fue no sólo no aceptar “sino que prorrumpe en insultos contra el Brigadier.  Ante esta actitud se ordena su fusilamiento. “José Elías Galisteo, es el juez encargado del sumario instruido.  A pesar de las pruebas existentes, López manda al poco tiempo clausurar definitivamente la causa.  Todos son puestos en libertad, con excepción de Cosme Maciel”, el joven que había tenido el privilegio de izar la bandera celeste y blanca creada por Manuel Belgrano cerca del río Paraná, frente a la formación de tropas de las baterías “Libertad” e “Independencia”.  Luego el gobernador López ordenó que le retiraran los grillos y lo dejaran ir a su casa, creyendo que se alejaría de la ciudad pero no siendo así, días después lo envió a Buenos Aires avisándole que si volvía sería fusilado.

Tras el fallecimiento del Brigadier Estanislao López, el 15 de junio de 1838, dos semanas después la Legislatura designó gobernador provisional a don Domingo Cullen hasta entonces ministro general quien primero renunció y luego aceptó, nombrando sucesor en el ministerio a don José Elías Galisteo. El Brigadier General don Juan Manuel de Rosas no apoyaba a Cullen y también se oponían en Santa Fe entre otros, Juan Pablo López -más conocido como Mascarilla, hermano del ex gobernador- y en Entre Ríos don Pascual Echagüe porque como reiteró el historiador López Rosas, en varios documentos consta “que el pueblo no debe dejarse gobernar por un godo… que el pueblo desea un criollo y no un extranjero en el gobierno”.  Insistían en que “Cullen carece de las condiciones político-legales para asumir la primera magistratura, ya que por el Estatuto de 1819 se necesitaba ser americano para ejercer la ciudadanía, y por ende la función pública.”  Así fue como el gobernador de Entre Ríos envió a José Rodríguez y a su hijo Rufino, vecinos de Punta Gorda, a insurreccionar a los indios abipones de la Colonia Sauce atrayendo para la causa al cacique Agustín, corregidor de la Colonia”.  En el sumario acusaron a Domingo Cullen del propósito de “despoblar los Fuertes, sacando nuestras familias y trayendo en su lugar otras familias ‘canarias’… Lo que desagradaba a Don Pascual era que un extranjero gobernase aquí y no un hijo del país, aún cuando fuese un negro con toda su trompa.”  [8]

Los hechos fueron acelerando el desenlace y tras confesarse con el Párroco de San Nicolás al amanecer del 22 de julio de 1839, al pie del ombú próximo a la Posta de Vergara se cumplió la orden de don Juan Manuel de Rosas y don Domingo Cullen fue fusilado. Desde entonces, fueron visibles las grietas en las interrelaciones entre los distintos grupos políticos y el desenlace se produjo en la batalla de Caseros…  [9]

Después de la descripción de aquellos acontecimientos insoslayables en la historia de los argentinos, tres nombres sirven para completar las referencias acerca del poder político de las familias descendientes de don Agustín Hermenegildo de Yriondo: el hombre de los “curiosos libros de cuentas”, don José Urbano Ramón de Yriondo casado con Petrona.  Uno de sus hijos, fue el Dr. Simón de Yriondo nacido en Santa Fe el 28 de octubre de 1836, gobernador delegado desde el 8 de abril de 1868 al 7 de abril de 1871 y electo gobernador continuó en ese cargo hasta abril de 1874.

1872 – Creación del cargo de Vicegobernador

En junio de 1871 fue convocada la comisión reformadora de la Constitución de la Provincia de Santa Fe vigente desde 1863.  Integraron esa comisión destacados políticos: Aureliano Argento, Severo Basabilbaso, el hacendado Mariano Cabal, Milcíades Echagüe, Pedro Lucas Funes, Manuel Pizarro, Tomas Puig, Pascual Rosas, Luciano Torrent, Manuel Zavalla… Después de sucesivas deliberaciones, aprobaron innovaciones en el Poder Legislativo hasta entonces unicameral. Mediante el artículo 88 se creó el cargo de Vicegobernador y enunciaron los requisitos para ejercer tales funciones, semejantes a los exigidos para ser vicepresidente de la Nación: ser nativo, católico y reunir las condiciones establecidas para ser senador.  Al vicegobernador le compete presidir la recién creada Cámara de Senadores y reemplazar al titular del Poder Ejecutivo en caso de ausencia.

Hay que tener en cuenta que mediante el artículo 15 se terminaba con la práctica de reclutar a vagos y malentretenidos obligándolos a servir en fuerzas militares o comandos de frontera.  Como lo dispone el art. 14 de la Constitución Nacional, en la constitución provincial de 1872 incluyeron el recurso de habeas corpus  y en el art. 30 “in fine”, establecieron: “Toda orden, decreto o disposición de cualquier autoridad o magistrado que ataque, viole o menoscabe los derechos y garantías consignados en esta Constitución, son nulos y hacen a sus autores y ejecutores responsables solidariamente del daño o mal causado; pudiendo el damnificado dirigir su acción ante los tribunales contra cualquier de ellos.”

Desde el momento de la promulgación concretada por el gobernador Simón de Yriondo, ambas Cámaras estaban facultadas para autoconvocarse y en el art. 60 consta: “…abren y cierran sus sesiones ordinarias y extraordinarias por sí mismas”.

Reacciones de Oroño y grupos rosarinos…

Durante el tercer año de gobierno del Dr. Simón de Yriondo, desde el sur, don Nicasio Oroño y el grupo que integraba el “Club de la Conciliación” impulsaron la candidatura de Don Ignacio Crespo como sucesor en el gobierno provincial pero tras los comicios del 7 de febrero se impuso la fórmula “Simón de Yriondo-Manuel Echagüe.  Los opositores siguieron conspirando y el Domingo de Ramos, en el barrio del sur donde sonaban las campanas de los templos católicos, se escucharon los primeros disparos y cohetes voladores que anunciaban la conspiración. Un grupo se había instalado en la Chinesca, la casona de original arquitectura propiedad del estanciero Mariano Cabal, situada aproximadamente a cien metros hacia el noreste de la Plaza principal, lugar estratégico porque enfrente estaba el antiguo Cabildo y lindante, en la esquina sureste, el edificio de la Jefatura de Policía, conocido como la jirafa… En ese momento, en la Plaza dialogaban el gobernador Simón de Yriondo con su amigo don Servando Bayo y con su edecán Juan Scorchiaffico.  Al escuchar las primeras detonaciones, ellos se refugiaron en la Iglesia Matriz, lindante con la enorme casa de los Iriondo que también fue atacada por grupos armados mientras la esposa del gobernador Doña Mercedes Crespo dialogaba con su amiga, la señora de Luciano Torrens y sólo estaba para defenderlas José Almeida -del servicio doméstico- hasta que llegó un alférez al mando de diez hombres. Al sur de la plaza principal, el jefe de Policía Mariano Echagüe instalado en la Jefatura defendía ese sector mientras el tiroteo aumentaba en distintas calles del centro de la ciudad.   Desde el café de don Pedro Echagüe lograron reprimir a los rebeldes que avanzaban hacia la plaza principal y en el campanario de la Iglesia Matriz además del gobernador, su amigo Bayo y el edecán, ya estaban José Baltasar, Jonás Larguía y Fernando Stagnaro observando algunos movimientos.  Las crónicas periodísticas destacaron que los revolucionarios gritaban “¡Viva Crespo, Mitre y Oroño!” y que durante dos horas se reiteraron ataques y contraataques hasta que desde Buenos Aires, el presidente Nicolás Avellaneda siendo amigo de don Simón de Iriondo les advierte que dispondrán la Intervención.  Entre tanta belicosidad, Ignacio Iturraspe fue herido y le amputaron una pierna.  El jefe de ese alzamiento era Laurentino Candioti y con sus aliados Francisco Iturraspe y Luciano Leiva, comprendieron que habían fallecido más de cuarenta personas de sus líneas de combate y el último nombrado se salvó porque un músico se antepuso para defenderlo: el soldado Juan Rivero conocido como Guanaco. En Coronda también se habían levantado. En la casa de Benito Freyre estuvo Camilo Aldao que comandaba uno de los bandos apoyado por Evaristo Vera, quienes tenían el propósito de asesinar al Comandante Reimundo Oroño. Después de algunos combates se aquietaron los ánimos pero las disputas con la finalidad de ejercer el poder continuaron. Entre los conspiradores estaban el joven Ramón Lassaga y su padre. Una decisión del Dr. Simón de Yriondo tiempo después, revela su actitud comprensiva y tolerante porque cuando ese joven necesitó una beca para estudiar, sin tener en cuenta aquella oposición decidió otorgársela.

Es oportuno rememorar que Simón de Yriondo era abuelo de Manuel María de Yriondo. Nacido en el año 1873; el doctor Manucho Iriondo fue también gobernador en la Provincia Invencible” desde el 10 de abril de 1937 al 10 de abril de 1941.  [10]

1882: Vicegobernador Cándido Pujato.

Desde el 07 de abril de 1882 hasta 1886, el doctor Cándito Pujato desempeñó las funciones de vicegobernador de la Provincia de Santa Fe.

(Es imprescindible destacar que este trabajo de investigación histórica se concretó durante el tiempo libre, a partir de 1989 con la co-peración del Sr. Reynaldo Arteaga, Director del Archivo de la Legislatura y del personal en ese servicio, quienes ubicaban los libros de actas pertinentes a los fines de la realización de los apuntes manuscritos.)

Retribución a los legisladores

Es oportuno tener en cuenta que “el 20 de abril de 1872, con la presidencia del Sen. D. Mariano Comas, se aprobó el proyecto de ley que en su art. 1º fijaba una retribución de “$Fs. 5,- diarios” a los Senadores y Diputados y en el art. 2º un adicional de “$Fs. 1,- por cada legua que diste su domicilio del lugar de las sesiones.” [11]

El art. 4º estableció que “el senador y Diputado que sin aviso durante el período constitucional de sus sesiones y sin causa justificada dejara de asistir a las sesiones, perderá el sueldo correspondiente”.

En el artículo siguiente, se autorizaba a las Cámaras a otorgar licencia con percepción de haberes “durante los primeros 15 días” y establecieron que “en adelante no percibirán sueldo alguno hasta que vuelvan a concurrir a las sesiones”. (Archivo, t.5, fº131.)

14-07-1882 – Creación “Biblioteca de las Cámaras Legislativas”

En la Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados, el 14 de julio de 1882 se aprobó el proyecto de Ley de creación de la “BIBLIOTECA DE LAS CÁMARAS LEGISLATIVAS”:

El Senado y la Cámara de Diputados de la Provincia

Sanciona con fuerza de

LEY:

  • Art. 1º) Créase una Biblioteca que se denominará Biblioteca de las Cámaras Legislativas.
  • Art. 2º) Esta Biblioteca se irá formando con las obras de Legislación que ambas Cámaras juzguen más a propósito para ilustrar el juicio de los legisladores; y principiará por la encuadernación de los documentos que existen en los archivos de la Legislatura, por la adquisición de los Registros Oficiales, provinciales y nacionales, de los Códigos y toda Ley de carácter nacional, desde el principio de nuestra independencia.
  • Art. 3º) Para los gastos que demanden la ejecución de esta ley, se destinarán: 1º) Los excedentes que puedan resultar de lo presupuestado para gastos de Secretaría de ambas Cámaras, que por muerte, destitución, renuncia u otra causa quedan sin devengarse, mientras se nombre el reemplazante; 2º) Los sueldos, que los Señores Senadores y Diputados pierdan por falta de asistencia según la Ley del 7 de septiembre de 1872. Subr. aquí
  • Art. 4º) A los efectos consiguientes, ambas Cámaras se pondrán de acuerdo por medio de sus respectivos Secretarios, para la confección de las planillas que hubiere de pasarse a la Contaduría.
  • Art. 5º) El secretario

Lo escrito en Actas…

En aquel tiempo, un escribiente dejaba constancia en actas de los temas tratados en las sesiones legislativas.  El 18 de julio de 1882, en Acta de la Cámara de Senadores consta que entró la “nota de la H. Cámara de Diputados, comunicando la sanción definitiva de la ley sobre Biblioteca para las Cámaras”. (Archivo, t. 28, fº 23.)

 Orientación en política educativa…

Las decisiones en torno a la organización de Bibliotecas son pertinentes a los criterios que prevalecen en el desarrollo de determinadas políticas culturales.

Sabido es que en la provincia de Santa Fe, “el 26 de junio de 1875 se dispuso que el Poder Ejecutivo volviera a hacerse cargo de la administración y gobierno de las escuelas de la provincia” y tras la derogación, mediante la ley sancionada el 11 de septiembre de 1876, fueron limitadas las “facultades del Inspector y centralizando la dirección en el ministerio de Instrucción Pública.

Estaba vigente esa ley durante el gobierno de Simón de Iriondo, cuando surgieron enormes dificultades para comenzar a recibir las subvenciones de la Nación, debido a que la dirección de las escuelas dependía prácticamente del ministro y la Inspección de Escuelas sólo actuaba como única intermediaria entre el gobierno y los maestros.”  [12]

1883: Hechos significativos.

Hasta el lustro anterior, al sur de la provincia de Buenos Aires llegaban los indios exigiendo lo necesario para la subsistencia y en 1878 comenzó la conquista que demandó un lustro de padecimientos. Namuncurá, “no se daba por vencido” hasta que fue derrotado en la confluencia del Limay con el Neuquen; pudo huir pero sus hombres -quienes hasta entonces se sentían dueños de la tierra, defendiéndola con bravura fueron los prisioneros de Villegas. En 1883 se rindió “Garrón de Piedra”, el cacique que se entrevistó con Roca para “tratar el sometimiento de sus indios”, volviendo luego a Aluminé, donde murió en julio de 1908 a los 97 años.

(Habían sido diezmadas las tribus tehuelches y araucanas.

¿Cómo no rememorarlo?… si los pueblos que no conocen su historia, producen los mismos errores.

Sin dudar: ¡nunca más celebrarlo!…

……………………………………………………………………………………………………….Releo tiempo después y necesito reiterar lo expresado el 4 de octubre de 2005 por “el doctor José Luis Martín Ramos” en el Salón de Actos del Rectorado de la Universidad Autónoma de Barcelona:  [13]

“Uno de los elementos fundamentales de las ideologías políticas que promueven la represión y la dominación de unos grupos sociales sobre otros consiste en señalar la alteridad del grupo al que se pretende someter, su carácter ajeno al de la comunidad de los dominadores.  La historia argentina es un ejemplo singular de esa práctica repetida que señala diversos momentos de su constitución en estado moderno.  El primer momento fue el exterminio de los pueblos autóctonos, seminómadas, instalados en territorio patagónico, en la serie de expediciones militares que pretendieron justificarse bajo el título de ‘campaña del desierto’; un título que no era otra cosa que un eufemismo para disfrazar la conquista de un territorio habitado por pueblos -araucanos o mapuches- a los que se ha definido previamente como ‘salvajes’ o ‘no civilizados’.  Por esa supuesta calidad salvaje, de no ser -no ser civilizado-, de sus habitantes, al territorio se le atribuyó la condición tergiversada de lugar deshabitado, ‘vacío’; un calificativo que incluso la historiografía y la demografía lamentablemente han recogido en su consideración pretendidamente académica sobre la ‘colonización de áreas vacías’. Calificación perversa porque el término ‘desierto’, referido a un territorio con pobladores reales, habría de actuar como profecía de obligado cumplimiento que anunciaba el exterminio planeado de lo que se suponía estorbaba para su ‘civilización’.”)

Contingentes de inmigrantes…

En aquel memorable año 1883, Estanislao Zeballos refiriéndose a la organización de los primeros contingentes de inmigrantes agricultores, expresó: “Verdad es que Esperanza es la colonia madre”, como lo ha destacado el talentoso Gastón Gori en su libro titulado “Esperanza, madre de colonias”, editado por el Museo de la Colonización de esa localidad.

En 1883 falleció el Dr. Salvador María del Carril, nacido en San Juan en 1798; Regidor del Cabildo de San Juan en 1821, creó la Sala de Representantes; Gobernador 1823-1824, reelecto en 1825; dictó la primera Constitución de San Juan promulgada ese año. Diputado, Ministro; Vicepresidente durante la presidencia del Gral. Justo José de Urquiza (1854-1860).

Aunque en aquel tiempo las comunicaciones eran lentas, tales acontecimientos también tenían repercusión en el seno de la Legislatura de Santa Fe.

“Entrega de territorio argentino”…

Gastón Gori, Miembro Correspondiente de la Academia Argentina de Letras, en su libro La Forestal – La tragedia del quebracho colorado, escribió acerca de otro hecho insoslayable en la historia de los santafesinos, en la historia de los argentinos, en 1883:

“Y por último, debemos aclarar definitivamente la situación de todos los negociadores: Lucas González y Federico Woodgate representan al gobierno de Santa Fe ante Murrieta y Cía, pero a su vez son apoderados de Murrieta y Cía. en el mismo negocio, de modo que a pesar de que está salvado el aspecto legal, quien fue el árbitro, quien hizo el negocio sobre la entrega de territorio argentino, con sus propios apoderados en ése y en otros negocios. Eso ocurría en Londres, mientras en nuestro país, en la zona donde se habían deslindado las tierras para los ingreses, los colonos labraban reducidos campos y explotaban el bosque, y otros enérgicos creadores de riqueza argentina solicitaban concesiones de pocas leguas para crear obrajes de quebracho y diversas maderas, algunas de las cuales fueron negadas con un ‘archívese’.  En Londres, dos extranjeros en nombre de Murrieta y Cía, otro inglés en representación de Alberdi, y un argentino vinculado a los negocios ingleses, firmaban la entrega del Chaco santafesino en una extensión de 1.804.563 hectáreas.”  [14]

Afirma Gastón Gori que “el 22 de agosto de 1883 Woodgate, esta vez en nombre de Murrieta y Cía., tomó posesión de la tierra mensurada después de haber participado en la medición, y el 8 de agosto de 1884 Lucas González, esta vez como apoderado de Murrieta y Cía. vendió el latifundio a la Compañía de Tierras de Santa Fe. En realidad, Murrieta y Cía. participaba de la nueva compañía aportando como capital el valor de las tierras argentinas que pasaron a ser de su  propiedad.”

En consecuencia, Gastón Gori “comprueba que el gobierno de la provincia cometió un grave atentado contra el erario público, al hacer un negocio desastroso”, a pesar de que como bien lo destaca el historiador-abogado: “¡…El P.E. agradeció a González y Alberdi porque habían salvado el crédito y el honor de la provincia!  Fue un pésimo negocio o una condescendencia abusiva con el imperialismo inglés, al cual se le estaban preparando ya las vías férreas pagadas con el dinero del pueblo, para que pudieran traer desde el corazón de los bosques del norte sus productos a los puertos de litoral…”

La pérdida soportada por los argentinos -¡por los santafesinos!- está sintetizada en una de las conclusiones de esa documentada investigación: “…No era capital inglés el que se introducía, sino dinero argentino que manejaban los extranjeros en su beneficio…”

Nacimientos…

Sería extenso nombrar a quienes nacieron en 1883 y se destacaron por sus aportes al desarrollo de la comunidad, como políticos, artistas, artesanos, obreros…

Aquí, algunos nombres de personalidades residentes en la provincia de Santa Fe y que a mediados del siglo veinte eran reconocidas por su trayectoria.

Dr. Armando Antille

Nació el 24 de septiembre de 1883 en Helvecia (Prov. de Santa Fe). Estudió en la capital de la provincia y egresó de la Universidad Nacional del Litoral como Abogado.  Ejerció la docencia universitaria.  En 1921 fue convencional para la reforma de la constitución provincial. Ministro de Gobierno, Justicia y Culto (1920-1922). Co-fundador de la Junta de Estudios Históricos de Santa Fe.  Diputado Nacional (1922); Senador Nacional (1924). Ministro de Hacienda de la Nación (1943). Adhirió al movimiento impulsado por el Coronel Juan Domingo Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión; en los comicios del 24 de febrero de 1946 fue electo Senador Nacional.

Ludovico Paganini

Nació en Mantua (Italia) el 17 de noviembre de 1883, murió en Santa Fe el 20 de mayo de 1957.  Estudió en la capital santafesina con los profesores José D’Annunzio; Juan Cingolani y Reynares.  Presidió durante varios períodos la Asociación de Artistas Plásticos de Santa Fe.  Tenía su taller en San José del Rincón; generalmente pintaba al óleo con espátula. Participó en frecuentes exposiciones y recibió varios premios. Vivía cerca de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la calle La Rioja entre 9 de Julio y San Jerónimo, numeración impar. Luis Gudiño Kramer en aquel tiempo expresó:

“Paganini viene realizando su labor con la serenidad del que está predestinado a dejar los mejores testimonios de su alma como ofrenda al lugar de la tierra donde vivió, feliz porque la sintió en profundidad y belleza.”

¡Como tantos cuyos ejemplos y recuerdos perduran en la familia y aparentemente desaparece tras los impulsos de la espiral de sucesivas generaciones!…

Gustavo Martínez Zuviría – “Hugo Wast”…

En 1883 nació Gustavo Martínez Zuviría.  A principios del siglo XX, se publicaba en la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, la revista “Vida Intelectual” dirigida Ramón J. Lassaga, Julio A. Busaniche, Ramón J. Doldán y era secretario Gustavo Martínez Zuviría aún no conocido con el seudónimo Hugo Wast. [15]

Luego, por su labor literaria trascendió en distintos continentes porque sus libros fueron traducidos a la mayoría de los idiomas.  Dedicado a la política, desempeñó diversas funciones y fue electo legislador. Siendo diputado nacional (1916), presentó un proyecto de Ley de la silla que no fue sancionado aunque una encuesta de la sociedad “Blanca de Castilla” indicaba que en Buenos Aires había “más de once mil empleadas” que aspiraban a la sanción de esa ley que varios países la habían impuesto, entre ellos Alemania, Inglaterra, Francia, Bélgica, Suiza, Colonias Británicas, Australia, Canadá…

En 1919, en la Legislatura de Santa Fe varios legisladores presentaron un proyecto de “Ley de la silla y de Protección a la mujer”, estableciéndose en el art. 1º que en los negocios donde hubiera “mujeres empleadas… será obligatorio para el dueño, representante particular o compañía, tener dispuesto en un lugar conveniente, un asiento con respaldo para cada una de ellas, no debiendo contarse como tal, ninguno de los que están a disposición del público” y el artículo 3º disponía que “toda empleada podrá utilizar un asiento mientras no lo impida su ocupación y aún durante ésta, cuando su naturaleza lo permita”. Es oportuno rememorar que el diputado Luciano Molinas (del Partido Demócrata), en aquella sesión manifestó que “las estadísticas demuestran cómo la mujer sufre serias enfermedades por la fatiga inmensa a que está sometida”.     [16]

Hugo Wast recibió el “Premio Nacional de Literatura” por su novela Desierto de Piedra. Presidió la “Comisión Nacional de Cultura”; fue ministro de Justicia e Instrucción Pública y Director de la Biblioteca Nacional. [17]

Impulsó la enseñanza obligatoria de Religión y Moral en las escuelas argentinas: Ley Nº 12.978, reglamentada mediante el Decr. 18.411; sin efecto durante la segunda presidencia del General Juan Domingo Perón cuando comenzaron algunos enfrentamientos con la cúpula eclesiástica en el Episcopado Argentino y diversos sectores exigían la enseñanza “laica”…  En la capital santafesina, en el tradicional patio de los naranjos del Colegio de la Inmaculada Concepción es posible observar el busto colocado en su homenaje con este reconocimiento:

“Al Dr. Gustavo Martínez Zuviría ‘Hugo Wast’ – Escritor – Testigo de la Fe – MXMLXV.”

(Sabido es que en la capital santafesina, funciona el Instituto Superior “Gustavo Martínez Zuviría” para formación en Bibliotecología y Escuela de Periodismo y Comunicación Social dependiente del Ministerio de Educación provincial.

Agrego: La obra de Hugo Wast suele ser negada por quienes insisten en que su libro Oro tiene señales de antisemitismo.  Como consecuencia de tal intolerancia, en la primera quincena de abril de 1996 distintos medios de comunicación informaron sobre acerca del secuestro de distintos volúmenes de la obra de Hugo Wast. Aquí, otra propuesta mediante la reiteración de sugerencias de la filial Santa Fe de la Asociación Argentina de Lectura dirigida por la Prof. María del Carmen Villaverde de Nessier, quien ha recomendado entre las lecturas para adolescentes: “Diario del hijito que no nació”; “La casa de los cuervos” -basada en la revolución santafesina de 1877-; “El jinete de fuego” y “Myriam la conspiradora”…

Hugo Wast acostumbraba a descansar durante el verano en una casa situada frente a una escuelita, cerca de Capilla del Monte y allí escribió su novela “Flor de durazno”.  En ese lugar, aún está instalado el alto molino metálico, con sólida estructura de hierro diseñada por el ingeniero que construyó la torre Eiffel en París, capital de Francia.)

30-11-1883: Fallecimiento del Dr. Simón de Iriondo.

Sabido es que Simón de Iriondo nació en 1836, fue gobernador de la provincia de Santa Fe y en 1909 integró el Poder Ejecutivo Nacional. En ese tiempo, Ramón Lassaga había elaborado un manuscrito de cincuenta y tres páginas, que dejó “encuadernado con tapas de cartulina dura azul”, con una caricatura suya “adherida a la primera página” donde está sobrescrito un mensaje “al Dr. Manuel María de Iriondo, con motivo de una designación en el P.E. Nacional: ‘Al salir de las misas por tu padre, con Néstor y otros amigos, comentábamos las últimas noticias de los diarios, y al llegar a casa concreto en una palabra mis aspiraciones para ti: ¡Excelsior! Tu amigo (Fdo.) Ramón Lassaga.  Santa Fe, 30 de noviembre de 1909”.  Simón de Iriondo había muerto ese día, en el año 1883 y Domingo Faustino Sarmiento pronunció un emocionante discurso como reconocimiento a su destacada actividad política.  [18]

Por lo difundido por el periodista e historiador José Rafael López Rosas desde el diario “El Litoral” de la capital santafesina refiriéndose a esos antecedentes, el gobernador Simón de Iriondo había designado a Ramón Lassaga, “conjuntamente con el canónigo Severo Echagüe y el Dr. Enrique Foster, para escribir una Memoria Histórica y Descriptiva de Santa Fe.

Escribimos -expresó Lassaga-, 700 páginas de papel de oficio y… ‘ni las gracias nos dieron’.  Pero con la ayuda del mismo Iriondo pudo imprimir los dos elegantes tomos de tapas rojas y letras doradas que contenían los trabajos de los miembros de la Academia Literaria del Colegio de la Inmaculada Concepción.”  Después, Ramón Lassaga desempeñó diversas funciones públicas y continuó escribiendo, fue reconocido Miembro de la Junta de Historia y Numismática de la Nación; dejó varias carpetas con manuscritos que se conservan en el Archivo General de la Provincia. Murió el 21 de junio de 1921.”  [19]

José Rafael López Rosas al terminar la crónica sobre esa biografía, plantea otra de sus hipótesis:

“…nuestro historiador habrá recordado, no sin emoción, aquel episodio en que, siendo gobernador el doctor Simón de Iriondo, no trepidó un instante en otorgar una beca para que un joven llamado Ramón Lassaga prosiguiera sus estudios, pese a que le constaba que él y su padre lo habían combatido con las armas en la histórica revolución del ‘78.”

 

  “Nación en armas”…

Es oportuno rememorar lo expresado por el Coronel Juan D. Perón, el 10 de junio de 1944 -día de la reafirmación de los derechos de la Argentina en las Islas Malvinas-,  durante su conferencia en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata:

“…la preparación de la defensa nacional es obra de aliento y que requiere un constante esfuerzo realizado durante largos años. La guerra es un problema tan variado y complejo, que dejar todo librado a la improvisación en el momento en que ella se presente, significaría seguir esas política suicida que tanto criticamos.”

Ratificó que el concepto de “Nación en armas o guerra total” emitido por el mariscal von der Goltz en 1883 es, en cierto modo, la teoría más moderna de la defensa nacional, por la cual las naciones buscan encauzar en la paz y utilizar en la guerra, hasta la última fuerza viva del Estado, para conseguir su objetivo político.”

Aludió a la diplomacia, que “debe actuar en forma similar a la conducción de una guerra. Como ella, posee sus fuerzas, sus armas; y debe librar las batallas que sean necesarias para conquistar las finalidades que la política le ha fijado.”

En aquella circunstancia, el Coronel Juan Perón, rememoró la proclama 22 de julio de 1820 del General José de San Martín desde el Cuartel General de Valparaíso, “a los habitantes de las Provincias del Río de la Plata”:

“En fin, a nombre de vuestros propios intereses, os ruego que aprendáis a distinguir los que trabajan por vuestra salud, de los que meditan vuestra ruina; no os expongáis a que los hombres de bien os abandonen al consejo de los ambiciosos; la firmeza de las almas virtuosas no llega hasta el extremo de sufrir que los malvados sean puestos a nivel con ellas; y desgraciado el pueblo, donde se forma impunemente tan escandaloso paralelo.”

Destacó inmediatamente: “Palabras eternas las del Gran Capitán. Hoy, como entonces, nuestra amada patria vive horas de transformación y de prueba. Asiste, además, a una verdadera lucha de generaciones, de la que debe resultar un provenir. Dios quiera sea luminoso y feliz”.   [20]

Aún son advertencias vigentes a principios del siglo veintiuno…

Miradas hacia el sur…

Es oportuno recordar otro hecho: el Padre Fagnano organizó en 1883 el Observatorio Meteorológico, herramienta fundamental para disponer de los datos necesarios antes de organizar actividades, especialmente las agrícolas e inauguró en Carmen de Patagones el Colegio “María Auxiliadora”.  Dos años después, llegó el Padre Stefenelli, investigador científico  que recorrió la zona y describió la hasta entonces poco conocida geografía austral. Pertenecían a la Sociedad Salesiana constituida en la Argentina y aprobada por la Santa Sede el 3 de abril de 1874.  Sabido es que el primer grupo de sacerdotes emigrantes llegaron en diciembre de 1875, entre ellos Juan Cagliero, primer Vicario de la Patagonia.  En Viedma, el 24 de marzo de 1882 inauguraron el Colegio de Sales y aplicaban técnicas de educación por el arte, incluyendo aprendizajes de música, declamación, poesía, pintura; anexa funcionaba la Escuela de Agricultura de San Isidro.

En aquel tiempo, las comunicaciones eran más lentas y en la región litoral tales hechos no tenían resonancia.

Reconocimiento tardío…

Hay más información que aproxima a los vaivenes en las situaciones personales y a los vínculos sociales. En el primer plano de Santa Fe elaborado por el historiador Dr. Manuel Cervera está situado el Fuerte de Soledad y es insoslayable una evocación: allí nació quien es recordado como el Sargento Bustamante también nombrado Sargento Bandurria, en 1793, también año del nacimiento de Juan Manuel de Ortiz y Rozas, más conocido en la historia de los argentinos como Juan Manuel de Rosas.  El Sargento Bustamante tenía noventa años cuando todavía recorría las calles pidiendo una limosna. Falleció el 1º de julio de 1883.

Como suele suceder, en vida padeció soledad y abandono y durante el gobierno del Dr. José Gálvez se dispuso el cumplimiento de la ley sancionada cinco años antes, ordenándose la construcción de un monumento. El 24 de mayo de 1893 se realizó un homenaje escolar, cuando se trasladaron sus restos del clausurado cementerio de Guadalupe para depositarlos en el mausoleo situado a la derecha de la calle principal de entrada al cementerio municipal construido al noroeste y habilitado en ese tiempo. [21]

1884: gobierno interino de Cándido Pujato…

El gobernador interino don Cándido Pujato “después de haberse dictado apresuradamente la ley de 1884 creando el Consejo de Educación”, firmó un decreto el 22 de enero de ese año  y “para el mejor cumplimiento de la Ley de Educación Común de fecha 11 de septiembre de 1876”, reconoció las atribuciones y los deberes de los miembros del Consejo, del personal de Inspecciones, de las autoridades escolares y de los docentes.  El 16 de diciembre del mismo año se promulgó una nueva Ley de Educación, manteniendo la autonomía del Consejo que estaba bajo control del Poder Ejecutivo y desde entonces se la identificó como “Consejo de Educación Provincial de Instrucción Pública”, con la responsabilidad de someter a la aprobación del P.E. los programas de estudios correspondientes a la instrucción básica.

El Doctor Mariano Quiroga fue el primer presidente del Consejo de Educación…  [22]

Un lustro sin datos acerca de la Biblioteca.

No hay datos registrados acerca de la “Biblioteca de las Cámaras Legislativas” durante el lapso 1883-1887.  Terminado el mandato del vicegobernador Cándido Pujato, el 07 de abril de 1886 asumió el vicegobernador Juan Manuel Zavalla hasta 1890.

Como sucede aún, desde ese comienzo del gobierno del doctor José Gálvez aumentaron los ataques verbales de la oposición y así fue como convocaron a Santa Fe al periodista David Peña (rosarino que se había trasladado a la capital federal para obtener mejores retribuciones económicas) para que dirigiera un nuevo periódico: Nueva Época, expresión del pensamiento de los autonomistas con sede en la casona de calle Comercio 351, casi esquina Entre Ríos. Colaboraba entonces Ramón Lassaga, luego director. Desde la oposición le respondían los periodistas de La Revolución y de Unión Provincial y aunque Domingo Guzmán Silva era redactor en el último mencionado, con el seudónimo Gonzalo de la Gonzalera luego publicó en Nueva Época donde también era co-operaba el talentoso sanjavierino Alcides Greca, escritor y político.

Es oportuno tener en cuenta que en 1889, Manuel Gálvez -de diecisiete años- logró la publicación de su primer comentario sobre el teatro de Ibsen; luego destacado biógrafo, poeta, ensayista, historiador, tres veces propuesto para el Premio Nobel de Literatura. Intentó vivir con lo que le retribuían por su escritura y así fue como vivió con excesivas limitaciones. Casado con Delfina Bunge, en la década del cuarenta soportaron agresiones por sus adhesiones al movimiento nacional justicialista.

Sabido es que después de Ramón Lassaga, dirigieron Nueva Época destacados políticos: José Ignacio Llobet, Juan Arzeno, Lorenzo Anadón y los escritores Gustavo Martínez Zuviría –Hugo Wast– y Miguel Ángel Correa –Mateo Booz– durante la segunda década del siglo veinte, tiempo en que colaboraban con trabajos literarios o históricos el doctor Zenón Martínez; Horacio Caillet-Bois, Director del Museo de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez”; Antonio Juliá Tolá; Francisco Magín Ferrer, Eugenio Wade y Agustín Zapata Gollán…

1888: Bibliotecario Domingo Guzmán Silva

Aunque en sede de la Legislatura no ha sido posible encontrar información acerca del desempeño de D. Domingo Guzmán Silva en 1888 como “Bibliotecario de la Legislatura, cuyo catálogo organizó”, tal dato fue registrado por el historiador Diego Abad de Santillán en su “Enciclopedia de Santa Fe”.  Décadas después, el historiador Ing. Elías Díaz Molano expresó que se había desempeñado como “Comisario de Policía de la Capital y Secretario interino de la Jefatura (1881); Secretario titular de la Jefatura (1882); Secretario del Departamento Central de Policía (1885); Encargado de la Biblioteca de la Legislatura (1888). En ese tiempo, era redactor en el diario “La Revolución” (1884-1888) y en 1894, en “Nueva Época”.   [23]

Cien años después, desde el Centromultimedios “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe”, mediante el aporte de un “servicio de educación por el arte” fueron entregadas a bibliotecas escolares de distintas localidades el libro titulado Domingo Guzmán Silva, biografía escrita por el Ing. Elías Díaz Molano profesor en la escuela de comercio santafesina, más reconocida como “la Guzmán Silva”.

La lectura de ese ensayo aproxima a la fecunda labor de ese talentoso rinconero que a los dieciséis años se desempeñó como maestro en una escuelita de la costa, en Santa Rosa, enseñando escritura y cálculo a los analfabetos. Radicado luego en la capital santafesina, “su formación pedagógica era el resultado de sus estudios y lecturas.  Debió ser asiduo concurrente a la biblioteca particular de Floriano Zapata, escritor y periodista, de quien fue amigo, hombre de vasta cultura humanística y poseedor de la mejor colección de libros con que se contaba en Santa Fe, en esa época”, tiempo después destruida por un incendio.

(Han reiterado que don Floriano Zapata era tío del doctor Agustín Zapata Gollán…)  [24]

Señales en torno al autodidacto Silva…

Domingo Guzmán Silva, desempeñó “varios cargos de la tercera sesión” en el departamento Las Colonias y en el lapso 7 de febrero al 8 de octubre de 1887.”  Desde entonces y hasta el 7 de agosto de 1893 fue inspector en la primera Sección en La Capital y ascendió a Inspector Extraordinario de escuelas particulares desde el 14 de octubre de ese año hasta el 9 de febrero del siguiente. Luego fue Vocal y Presidente del Consejo General de Educación.  Su labor como educador, no sólo contribuyó desde el aula o la función pública, también como periodista se valoró desde 1877 hasta su fallecimiento.  ¡Veintiocho años!… En algunas publicaciones necesitó firmar con el seudónimo Gonzalo González y en otras como “Gonzalo González de la Gonzalera”…  A comienzos del siglo veinte, colaboró con el gobernador José Bernardo Iturraspe.

 

[Inserto el generoso aporte del señor Oscar Sarsotti, enviado mediante correo electrónico el 18 de junio de 2010 – Hora 18:33, referido a JOSÉ BERNARDO IGNACIO ITURRASPE FREYRE, gobernador de Santa Fe. Hijo de José de Buenaventura Iturraspe Gálvez y de María Jacoba del Carmen Freyre Rodríguez del Fresno.  Nació el 30 de julio de 1847 y fue bautizado al día siguiente en la Catedral de Santa Fe.  Casado en 1877 con Ana Margarita Sieber Seller, padres de Ignacio Bernardo, Carlos Santiago, Ángela María, Ana Adela y Rodolfo.  Casado en segundas nupcias con Dominga Cullen Iturraspe, sin descendencia. Falleció el 25 de abril de 1906 en Buenos Aires. “Utilizó el nombre ‘Juan Bernardo Iturraspe’ (así fue nombrado gobernador) y mayormente firmaba J. Bernardo Iturraspe”.  Falleció en Buenos Aires, el 25 de abril de 1906.]

 

Durante dos años, Domingo Guzmán Silva colaboró con el gobernador Dr. Rodolfo Freyre hasta que durante esa gestión, le regalaron una cesantía tras la reiteración de un editorial del diario “La Capital” de Rosario en “Unión Provincial” de Santa Fe que dirigía, informando del “déficit de $ 100.000 en la administración del Consejo y que, de seguir así las cosas, quizá debiera ser suprimidas algunas escuelas”. Así fue como el 2 de marzo de 1904, “explotó la bomba… Don Rodolfo Freyre”, cuyo monumento en bronce se destaca en la esquina de Rivadavia y Tucumán, cerca del palomar,  “el gobernador de la provincia de Santa Fe acababa de separar al humilde rinconero Domingo G. Silva de la Dirección General de Escuelas.  Y la noticia agregaba: ‘En el decreto que lleva la firma de mi amigo y correligionario D. Julián V. Pera, no se señala causal alguna’.   El día 4, Silva entregó a su reemplazante, el Dr. Marcial R. Candioti, la Presidencia del Consejo de Educación”…

Sabido es que en 1914 vivía con su esposa e hijos en una amplia casona situada en la calle Vera 318, actualmente Abelardo Irigoyen Freyre entre San Luis y Rivadavia.  Desde el diario “Santa Fe” informaba en sucesivas páginas acerca del desarrollo de la primera guerra mundial y era Rector del Colegio Nacional “Simón de Iriondo”.  [25]

Al año siguiente estuvo enfermo, “no pareció ser nada grave” y días después, el 21 de diciembre de 1915, Domingo Guzmán Silva falleció por un síncope cuando salía de su hogar para comenzar “el acostumbrado paseo nocturno”.

Han rememorado que una semana antes, el maestro Silva había hablado en el cementerio municipal de Santa Fe de la Vera Cruz, en el acto de sepelio del Dr. Nicanor Molinas y que terminó diciendo: “-No digo Adiós!… ¡Digo hasta luego!”

No fue por casualidad que en aquellas circunstancias, en una nota periodística destacaran: “Domingo G. Silva es el ejemplo más digno del esfuerzo propio que puede señalarse a nuestra joven generación, porque todo se lo debe a su constancia, a su inteligencia y a su bondad, y por sus grandes méritos y virtudes culminó en los altares de los elegidos”. Desde el diario Nueva Época -opositor-, expresaron: “Ha tenido el Sr. Silva una actitud agitada.  Combatió y puso pasión en el combate.  Ha abierto muchas heridas, pero no usó nunca armas envenenadas ni recursos ilícitos.  Deja como labor inédita, montones de páginas sobre estudios históricos de Santa Fe, que el gobierno haría obra plausible, recogiéndola para perpetuarlas en el libro.” [26]

1889: proyecto de Reglamento de la Biblioteca

Durante la sesión del 28 de mayo, fue nombrada una comisión integrada por los Senadores Jiménez, Arteaga y Puig, “con el objeto que formularen un reglamento para la Biblioteca de la Legislatura”. (Archivo, t. 43, p. 2.)

Misión cumplida…

El 4 de junio de 1889, entró en la Cámara de Senadores el proyecto de Reglamento y se procedió a su lectura.  Inmediatamente, y sin que fuera tratado ni aprobado, a las 17.30 “el presidente manifestó que creía conveniente que se pasara a un cuarto intermedio.”  No hay más datos sobre este asunto. (Archivo, t. 43, fº 7.)

1890: Vicegobernador José Elías Gollán.

Sabido es que el 7 de abril de 1890 asumieron las nuevas autoridades. Gobernador Juan Cafferata y vicegobernador José Elías Gollán.

Acerca de la Biblioteca, durante el bienio 1890-1891 no hay información en el Archivo de la Legislatura.

1892: Bibliotecario D. Arturo de León

En el diario “El Litoral” cien años después, durante el autodenominado proceso de reorganización nacional, publicaron una crónica con fotografía informando que D. Arturo de León desempeñó el cargo de Bibliotecario durante seis meses.  En las actas de sesiones leídas en el Archivo de la Legislatura, no está registrado ese dato.

No hay datos acerca de la Biblioteca en 1893, desde el 22 de agosto de ese año asumió un Interventor hasta el 24 de octubre, reemplazado por otro hasta el 18 de febrero de 1894.

Sabido es que desde julio de 1893, en vano el presidente Luis Sáenz Peña -siendo vicepresidente José Evaristo Uriburu desde el 12-10-1892 al 22-01-1895), intentaba calmar los ánimos de los opositores radicales destacándose entre ellos Julio Argentino Roca, Bartolomé Mitre y Carlos Pellegrini.

1893: homenaje al Sargento Bustamante.

El 24 de mayo de 1893 se realizó un homenaje escolar en el cementerio municipal inaugurado en aquel tiempo al noroeste de la capital santafesina porque trasladaron los restos del Sargento Bustamante -héroe de la Independencia-, desde la anterior sepultura en Guadalupe hasta el mausoleo situado a la derecha de la calle principal.

Por algo un poeta cuyo nombre no recuerdo, escribió: “El mérito es el náufrago del alma, que vivo se hunde pero muerto flota”.

Revolucionarios radicales y gobierno de veintiún días.

Durante el otoño de 1893, ejercía el gobierno de la provincia de Santa Fe D. Juan Cafferata y el vicegobernador José Elías Gollán, la presidencia de la Cámara de Senadores mientras aumentaban las discrepancias entre distintos sectores políticos.  Desde Buenos Aires, Aristóbulo del Valle siendo ministro del Interior apoyaba evidentemente a los radicales.  A fines de julio de ese año, en la zona de la colonia de la Esperanza se organizaron las fuerzas armadas la Junta Renovadora del Norte, un entusiasta grupo radical integrado por Mariano Candioti, Manuel Cervera, Carlos F. Gómez, Demetrio Iturraspe y Martín Rodríguez Galisteo. En el sur, acompañaban al caudillo Leandro Nicéforo Alem destacados políticos, entre ellos Lisandro de la Torre, Fermín Lejarza y Agustín Landó. Distintos autores han reiterado datos difundidos desde el diario “Nueva Época dirigido por David Peña, destacando que en Esperanza fueron convocados los inmigrantes que eran los mejores tiradores y siguieron a los políticos ostentando los “pendones” pertinentes a sus cantones europeos.  Han comentado que entre los primeros de la columna revolucionaria que se acercaba a la capital santafesina, estaban el doctor Martín Rodríguez Galisteo acompañado por su amigo Carlos F. Gómez y que después de algunos disparos, los colonos gritaban en su idioma: “¡Viva la Unión Cívica Alemana!”  El gobernador Cafferata presentó su renuncia y quedó a cargo del gobierno el vicegobernador Gollán, quien también decidió dimitir el 31 de julio.  Quedó despejado el camino y así fue como los radicales se instalaron por la fuerza en el gobierno provincial, disolvieron el Poder Legislativo y el Judicial; declararon cesantes a los empleados de la administración pública que no respondían a ese sector político. Tales eran las concepciones acerca del poder de aquellos hombres que además, como lo ha expresado el doctor Juan Mario Vigo en un ensayo, encomendaron a Don Ulises Mosset, “un distinguido funcionario de jerarquía” para que se acercara al diario dirigido por Peña para invitarlo a un paseo en coche, siendo en realidad que tras los barquinazos que debió soportar por la irregularidad de las arenosas calles, terminaría el recorrido encontrándose con varios funcionarios del gobierno depuesto que ya estaban encarcelados.

Sabido es que en el gobierno nacional, Aristóbulo del Valle cesó en sus funciones como  ministro del Interior reemplazado por el Dr. Carlos Pellegrini. Inmediatamente se aprobó la Intervención a la provincia de Santa Fe y aunque los radicales rechazaban esa decisión, el 24 de agosto de 1893 asumió el doctor Baldomero Llerena.  Las tensiones continuaban y al mes siguiente, Mariano Candioti -más conocido como el rengo Candioti– insistió con su grupo para imponerse otra vez mediante el uso de armas de fuego.

El interventor Gral. Liborio Bernal logró alejarlos y desde ese circunstancial exilio, siguieron fieles a la consigna de “Revolución y abstención”, insoslayable señal del propósito que los alentaba y que luego Leandro Alem sintetizó al decir: “Sí, que se rompa, pero que no se doble”.

Creación de la Biblioteca “Cosmopolita” – Apoyo…

Por algo la talentosa profesora Raquel Diez Rodríguez de Albornoz rememoró a fines del siglo veinte el origen de “una gema de nuestro tesoro cultural: la ex-Biblioteca Cosmopolita”, transferida a la Universidad Nacional del Litoral y sede del Foro Cultural…[27]

Sabido es que la comisión directiva de la Sociedad de Socorros Mutuos La Cosmopolita decidió fundarla el 16 de septiembre de 1883.

(Transferida en las últimas décadas del siglo veinte a la Universidad Nacional del Litoral y reconocida como Biblioteca Dr. José Gálvez, en una de las vitrinas ubicadas en el ámbito de ingreso, exhiben la lapicera y pluma metálicas utilizada para firmar el acta de constitución en aquel memorable 16 de septiembre.  Están a la vista los tomos I y II de la “Biblioteca Española” (1805) Continuación de la primera parte de las guerras civiles de Granada por Steudel y Keil; también  Concordato de la América con Roma por M. de Pradt, obispo que fue de Molucas y en edición de 1827: El género humano marcha y nada le hará retroceder. Tomo I y II, París. Librería Americana, Calle del Temple Nº 69. En otro espacio: Novelas Cortas de Guy de Maupassant – Miss Harriet…- Madrid, Imprenta de Antonio Marzo… 1901.)

Acerca de las dificultades que la Sociedad Cosmopolita enfrentó para impulsar el desarrollo de ese servicio, hay algunas señales en los diarios de sesiones de la Legislatura-

Supresión de partida para sueldo del Bibliotecario

Mientras se aprobaban partidas para gastos de las Cámaras, en 1894 el diputado Bosch propuso la supresión de la partida de $ 80.- para sueldo del Bibliotecario de la “Biblioteca de las Cámaras Legislativas” considerando que “el secretario puede encargarse de la biblioteca, puesto que el trabajo no se reduce más que a tener las llaves… es un gasto inútil, cuya supresión importaría una economía”. [28]

Oposición del Diputado Dr. Gabriel Carrasco

En ese tiempo, eran frecuentes los pedidos de subsidios para clubes e instituciones privadas. En la sesión del 28 de agosto de 1895, “se consideró el pedido ‘de ayuda para formar su biblioteca”, presentado por la Sociedad de Socorros Mutuos “La Cosmopolita”; se opuso el diputado Gabriel Carrasco manifestando que “los poderes públicos deben concurrir a formar bibliotecas públicas pero no particulares como ésta”, resultando finalmente aprobado. [29]

1894: Vicegobernador Eliseo Videla.

En el período del 18 de febrero de 1894 al mismo día de 1898, se desempeñó el vicegobernador Eliseo Videla.

En la tercera página de los registros de aquel año, consta que por iniciativa del Dip. Florentino Loza, se previó el nombramiento de un Comisario de Cámara y durante esa sesión, el legislador manifestó: “Una vez instalada la Legislatura a un edificio propio como el que ocupa, este edificio queda abierto fuera de las horas de sesiones”. Destacaron que “el Comisario prestaría servicios para ambas Cámaras”.

Durante la sesión del 18 de julio, el diputado Florentino Loza refiriéndose a la difusión de la labor parlamentaria,  expresó:

“Es muy pequeño nuestro local y sobre todo eso no suele verse muy concurrido”.

Propuso informar a la población mediante la publicación en el Diario local, aclarando que no lo hacía con un interés personal, dado que formaba parte de “Tribuna Popular”.  El diputado Crouzeilles, aconsejó que se hiciera mediante un Diario de Sesiones como en la Provincia de Buenos Aires.

El diputado Doctor Gabriel Carrasco, sugirió seguir con ambas formas. La iniciativa fue aprobada y desde entonces se dispone de diarios de sesiones para reconocer parte de la historia del Poder Legislativo santafesino. (1894, 23-07, p. 16 y 17.)

El 22 de enero de 1895 asumió como titular del Poder Ejecutivo Nacional José Evaristo Uriburu tras la renuncia del presidente Luis Sáenz Peña.

Aumento de dietas y traslado a otra sede.

En tratamiento el aumento en las retribuciones a los Senadores y Diputados, prácticamente triplicado porque la dieta de $ 300.- que percibían en el año anterior sería aumentada a $ 900.-, con oposición del Sen. Eugenio Alemán (Departamento Vera) y de los senadores Ramón J. Lassaga (Dto. Belgrano) y Javier Silva, del departamento San Javier. (Archivo, Actas CS, Fº 20).

En la misma sesión se consideró la partida de $ 14.000.- prevista para “gastos de traslación” que también fue observada por el Senador Eugenio Alemán y por los senadores Mariano Comas -Garay- y doctor José Ignacio Peiteado, del departamento Castellanos, pidiendo la reducción a $ 8.000. Después de breves manifestaciones, se aprobó la “partida 6. Eventuales, muebles y alquileres $ 14.000.- al año”. (Archivo, Actas CS, p 20.)

Gastos de etiqueta del vicegobernador e intento de supresión de cargo.

Los diputados al evaluar el presupuesto, incluyeron una nueva partida de $ 400.- destinados a “gastos de etiqueta del Vicegobernador”. (Archivo, C. D., p. 29)

En consideración el presupuesto para el año 1895 que incluía la partida para sueldo del Bibliotecario ($ 80.-), después de proponer que se aumentara la retribución al Oficial de Salas (de $ 50.- a $ 60.-), el diputado Bosch expresó:

“Se ha hablado de suprimir la partida de Bibliotecario por no prestar a su cargo la atención debida: no le he visto aparecer por aquí una sola vez”.

El presidente Dip. Juan Arzeno respondió:

“…el bibliotecario ha pedido permiso a la Presidencia para faltar esta semana”.

Luego, aprobaron el aumento para los Oficiales de Sala.

1902: presencia del Presidente de la Nación

Sabido es que en el presidente Gral. Julio Argentino Roca, en 1902 estuvo en la capital santafesina en la inauguración del monumento ecuestre del Gral. José de San Martín en la plaza homónima y que fue agasajado con un baile en los salones del “Club del Orden” fundado entre otros por José María Cullen cuando estaba reunida la Convención que sancionó la primera Constitución Nacional.

Las crónicas periodísticas de aquel tiempo revelan diversas tradiciones: generalmente el ministro de Gobierno luego era proclamado candidato a gobernador. Así sucedió cuando don Mariano Cabal sucedió a Simón de Iriondo y en siguientes períodos; no sólo se agredían con palabras porque algunos políticos preferían el uso de otras armas[30]

Simón de Iriondo, el ministro de Gobierno de don Mariano Cabal, gobernador delegado desde el 8 de abril de 1868, fue proclamado candidato para sucederlo.  Las crónicas indican que durante las campañas electorales, no sólo se agredían con palabras porque con frecuencia, algunos integrantes de los diferentes grupos preferían el uso de otras armas.  Los candidatos eran apoyados desde los clubes, en la capital de la provincia desde el Club del Orden, fundado entre otros por José María Cullen cuando estaba reunida la Convención que sancionó la primera Constitución Nacional y desde el Club del Pueblo, que reconocía como líder a don Simón de Iriondo, quien continuó desempeñándose como ministro de gobierno y gobernador delegado hasta el 7 de abril de 1871.  , institución creada

1907: promoción cultural y monumento a Sarmiento.

En la sesión del 27 de junio de 1907 se aprobó el proyecto de ley instituyendo oficialmente en la Provincia los Juegos Florales y de Ejercicios Físicos.

Se disponía que a través de las municipalidades de Rosario y de Santa Fe se promoverían los concursos y los premios correspondientes.  En el art. 5º de la ley se disponía que la distribución de las recompensas o premios sería “en un día patrio de cada año” y en la “ciudad o ciudades, que el P. E. determine oportunamente, en acto público y solemne, destinándose la suma de diez mil pesos anuales a los efectos de su cumplimiento”.  El proyecto fue aprobado. Tales Juegos Florales, aparecían y desaparecían…

Monumento a Sarmiento

El 29 de mayo de 1907 ingresó en la Cámara de Senadores el proyecto en revisión de la Cámara de Diputados, autorizando al P. E. a invertir hasta dos mil pesos “en la terminación e inauguración del monumento a Sarmiento, que se levantará en el patio de la Escuela Alterna Nº 1 de la Capital”, actual Escuela Nº 1 “Domingo Faustino Sarmiento” que funciona en el edificio que se construyó para poner en marcha el denominado Complejo Educativo

El senador José María Pérez, en aquella sesión de fines de 1907 destacó la existencia de la “denominada ‘Caja Escolar’, la que entre otros fines patrióticos que se propone, resolvió erigir una estatua a Sarmiento, en el patio de la escuela alterna Nº 1”.

Manifestó que “la estatua de Sarmiento, ya ha sido fundida en bronce en el Arsenal de Guerra de la Nación; falta tan solo construir el pedestal, para lo que carecen de los fondos necesarios” y en consecuencia pedían un aporte desde el Poder Legislativo.

Sin debate, el proyecto fue sancionado.

(Sabido es por quienes egresamos de esa escuela primaria, que la estatua de Sarmiento estuvo en el centro del patio del oeste de la Escuela Nº 1 “Domingo Faustino Sarmiento” hasta la demolición del enorme edificio que incluía Biblioteca, Museo y Cine, también sede del Consejo General de Educación. Construido el nuevo edificio durante la década del ‘60 por la empresa Busaniche Hermanos, los alumnos fueron distribuidos en diversas sedes y la estatua del maestro con un libro y niños… fue instalada en un rincón del pequeño patio del este.)

1909: Cámara de Diputados: acerca de la fórmula de juramento

Esta información corresponde al libro inédito Hombres, hechos, homenajes… y remitida una copia al  Diario “El Litoral” de Santa Fe con fines informativos, fue publicada el miércoles 05 de diciembre de 2001, ton una fotografía y título abarcando seis columnas.

Aquí, la reiteración de ese texto, incorporándole subtítulos y con algunos cambios de puntuación.

 

Es interesante una aproximación a los diarios de sesiones de la Legislatura de Santa Fe, para reconocer una parte de la historia de los argentinos. Surgen datos significativos al leer los diferentes aportes de quienes integraron ambas Cámaras, tanto en la presentación de proyectos como en la participación en los debates, con el propósito de aunar criterios y de avanzar hacia el logro de la legislación necesaria.  Resulta evidente que al asumir nuevas autoridades, ha estado -y sigue estando- muy arraigada, la costumbre de analizar las posibles formas de juramento; la introducción de cambios en los reglamentos y en la organización de las comisiones.

El 9 de mayo de 1909, una Comisión Especial  integrada por los Diputados Carlos T. Arguimbau, José Oliva y Fenelón Guevara, concluyó la redacción del reglamento de la Cámara de Diputados con las reformas aconsejadas oportunamente.  Durante la sesión del 16 de junio de 1909, hubo un prolongado debate cuando se consideró el art. 3º referido al juramento, que incluía “la siguiente forma: ‘¿Juráis desempeñar debidamente el cargo de Diputado y obrar en todo de conformidad a lo que prescribe la Constitución Provincial?’, a lo que se deberá contestar: ‘Sí, juro’.”  En consecuencia, se modificaban las sancionadas en el año 1905, vigentes cuando juraron los legisladores que estaban discutiendo el cambio. En tales circunstancias, el diputado Arguimbau explicó que al estudiar esa redacción ninguno de los miembros tenía inconvenientes “en aceptar la fórmula de jurar por Dios y por la patria; con tal que fuera una sola fórmula”.  Manifestó que hicieron “un poco más extenso el pensamiento”, “consultando autoridades en la materia, una de ellas, por ejemplo, el mismo Santo Tomás de Aquino, cuya obra hemos tenido en la mano”, interpretándose “que no es absolutamente necesario hacer una invocación expresa, desde que una de las cosas que da valor al juramento, y es su esencia, es la intención de jurar”. (Expresó luego que ese fundamento se corresponde con la cuestión 39 de Santo Tomás de Aquino).

Cuatro ateos…

El diputado Arguimbau refiriéndose a los ateos, recordó que en el último censo nacional, “figuraban únicamente cuatro en todo el territorio de la República Argentina” e insistió en el propósito que los había motivado para concretar esa fórmula de juramento: “… Nosotros queremos que en las mismas condiciones todos pongamos nuestro sentimiento, nuestra conciencia como testigo y juremos por algo que no se pronuncia, por algo que tengamos dentro de nuestro ser, de nuestras almas, en lo más íntimo, en aquello que nosotros no vamos a escrudriñar, ni tampoco a preguntar qué nombre se le da: queremos que juren por Dios, que juren por Mahoma, que juren por el Sol, como cada uno llame a su Dios, así como nosotros lo llamamos Gran Arquitecto del Universo”.

Los masones…

El Dip. Biancofiore lo interrumpió: “Esos son los masones” y el diputado Arguimbau reafirmó:  “Sí, señor, porque yo también soy masón y juro por el Gran Arquitecto del Universo; porque reconocemos la esencia de un ser eminentemente superior a todas las criaturas en lo cual todos estamos de acuerdo; en lo único que disentimos es en el nombre; entonces, está la intención de jurar por algo divino”.

Se analizó el texto constitucional y lo dispuesto para el juramento del gobernador y vicegobernador: por Dios y los Santos Evangelios.

Dios, el Supremo…

El diputado José Ignacio Peiteado insistió en que  “Dios, es decir, el Ser Supremo… está por encima de todas las demás debilidades y de todas las pasiones…” y ante la posibilidad de jurar por el honor y por la Patria, manifestó: “Se le cree, por ejemplo, deshonrado al que no tiene valor para ponerse en la punta de una espada o ante el plomo mortífero, y no obstante… quien se resiste a un lance puede ser más honrado que muchos que van a jugar su vida en el campo que se llama del honor. Hay otros que prefieren jurar por la patria… lo más grande después de Dios, más que mi propia familia, porque la patria condensa a mi familia misma, a mi mujer, a mis hijos, a todo, porque lo comprende todo”.

Inmediatamente afirmó:  “…siempre está a un nivel más bajo que el mismo Dios, entendiendo por Dios, lo que no se discute, lo que no se somete a convencionalismos, sino a lo que tenemos por Dios, el Ser Supremo que gobierna el universo, esa idea sublime que escapa a todas las debilidades, a todas las pequeñeces y bajezas humanas”.  Entonces, aquellos antiguos juraban por los dioses…”  y se fueron sucediendo las variables:  “los caballeros de la edad media… por el pomo de la espada”…;  “los caballeros cristianos en el pomo de la espada llevaban la gran cruz que era el símbolo de su grandeza, de lo más santo y de los más grande para ellos”.  Insistía el diputado Peiteado: “Dios y la Patria han sido las dos ideas madres del juramento en todas las épocas y lugares”.

Continuaba el debate cuando el diputado Arguimbau recordó que al asumir, él también había optado por jurar por Dios y los Santos Evangelios, porque “aunque alguien se fijó en ese detalle, fuera del recinto tuvo la franqueza de interpelarme… pero era sencillamente porque ello no repugnaba a mi conciencia, sino que, por el contrario, mi conciencia está formada dentro de esos ideales; porque si yo he pertenecido a una asociación que no está fuera de la religión, según mi entender, puesto que a mí no se me ha hecho abjurar de mis creencias de cristiano, yo siempre he creído en Dios y he creído en los Santos Evangelios, no porque éste sea un libro de religión -que también es un error creerlo así- sino porque sencillamente los Santos Evangelios son un código de verdades filosóficas”.

Nuestra bandera…

El diputado Peiteado, reaccionó opinando lo contrario y propuso: “no toquemos las creencias para nada” y las reflexiones del diputado Arguimbau apuntaron hacia otros hechos:  “Doloroso y hasta vergonzoso es decirlo, en nuestra tierra hace muy poco tiempo un ciudadano ha ofrecido el triste espectáculo de negarse a jurar lo más sagrado que tenemos, que es nuestra bandera, símbolo de la patria”.  Varias páginas del diario de sesiones reflejan lo expresado y reiterado.  El diputado García Alberdi dijo que “la cuestión que se debate ha sido ya tratada en todas las asambleas argentinas; en el Congreso de 1816; en la convención constituyente de Santa Fe, en la de Buenos Aires, en la reformadora de 1860.  Todas estas convenciones así como casi todas las legislaturas de provincias han considerado nacionalizada la religión católica… la religión católica es la religión del Estado.”

Varios legisladores propusieron la modificación de la fórmula del juramento, siendo aprobado por unanimidad que al asumir, los legisladores -y en aquel tiempo los secretarios de Cámara-, hicieran su juramento por Dios y por la Patria.

Construcción del “Palacio de la Legislatura”

Mediante la Ordenanza Nº 1184 del 20 de octubre de 1901 se estableció la donación de la manzana actualmente limitada por las calles Gral. López, Amenábar, 4 de Enero y Urquiza donde estaba en ruinas el legendario edificio de la Aduana…

Cinco años después se concretó el derrumbe de la antigua construcción de dos plantas que también había sido lugar de detención y en diversas circunstancias, espacio de acantonamiento de los grupos que conspiraban contra las autoridades locales.

En ese tiempo, reconocieron a ese lugar como “la Plaza” que después nombraron “Coronel Pringles”.  Oportunamente, la Municipalidad de Santa Fe mediante la Ordenanza Nº 1184 donó ese terreno a la jurisdicción provincial

El 18 de julio de 1909, mediante la Ley 1548 se autorizó la construcción del “Palacio de la Legislatura de Santa Fe”.  Encomendaron la realización de los planos al Arquitecto Roberto Tiphaine estableciéndose el límite de $ 300.000.- para la primera etapa de esa obra.  La decoración del entorno y las instalaciones serían evaluadas al comenzar la segunda etapa. Tras el llamado a licitación se presentaron tres propuestas y el 31 de agosto de 1911, las autoridades firmaron el contrato con el constructor Juan Beltrame.

1909 – Gobierno de Pedro Echagüe – Demolición del Cabildo…

El Dr. Armando Antille  (Bloque Peronista, 1948), al presentar un proyecto casi cuatro décadas después, mencionó algunos antecedentes históricos del Cabildo de Santa Fe.

“El edificio colonial, inspirado en la noble y severa arquitectura española que sirvió de casa municipal -según se supone- en las lejanas épocas de la traslación de la ciudad desde Cayastá a su actual emplazamiento, es decir, que comenzó a levantarse en el año 1660”.

  Una investigación del arquitecto Mario J. Buschiazzo revela que “en 1787, se dice que el Cabildo acusaba muchísimas grietas, y que era un edificio que hacía mas de 25 años que existía”, agregando que “el edificio era siempre el mismo de los primeros días del traslado, pues continuamente se repiten en las Actas Capitulares las menciones de arreglos”.

Hay una interesante descripción:

“Era un edificio de dos plantas, con galerías, y que tenía por lo menos, sala capitular, capilla y calabozo, y seguramente otras dependencias necesarias, como guardia, local para la tropa, comunes, etcétera, aun cuando no se los menciona”.

“Aparecen dos planos, uno del año 1785 –atribuido a don Gabriel de Lassaga distinguido alcalde de la ciudad- y otro de 1796. Lo notable es que el más antiguo es mucho mejor, más completo y perfeccionado que el posterior, cuya tosquedad se hace notar.  El primero representa un edificio de dos plantas, agrupado alrededor de un patio rectangular, con galería frente a la plaza, torre, etcétera.

El parecido con el edificio que se inició en 1813 es indudable, al extremo -dice- de poderse suponer que éste se ejecutó teniendo a la vista aquel plano”.

Hay que tener en cuenta que -como lo destacó el senador Antille:  “reparaciones, demoliciones de dependencias, instalaciones de calabozos en él, temporarios desalojos forzosos debido al estado inhabitable del edificio, hacen sumamente confusa la historia del Cabildo durante el siglo XVIII.

En 1875, durante el gobierno de don Servando Bayo, se efectuó  la última reforma en el histórico edificio, que consistió en la construcción de una torre con reloj.

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1910: semana de Mayo…

No hay datos en los diarios de sesiones relacionados con la Biblioteca de la Legislatura.  Es oportuno aportar más información acerca de la historia de la Provincia de Santa Fe, la historia de los santafesinos.

Feriados en todo el territorio provincial

El 4 de mayo de 1910 el presidente de la Cámara de Senadores Pedro Lino Funes comunicó la media sanción del proyecto de ley declarando feriados en todo el territorio de la provincia los días de la semana de mayo, desde el veintidós al veintinueve, suspendiéndose los términos judiciales.

En la sesión del 11 de mayo en la Cámara de Diputados, sin discusión, el proyecto fue sancionado.

Reducción de días festivos

El diputado Fernández Díaz presentó un proyecto de ley disponiendo la reducción “de los días festivos para el cierre de las reparticiones y oficinas públicas de la provincia” a los días “domingos; jueves y viernes santos, primero de año y 25 de diciembre, 25 de mayo y 9 de julio”.

Insólito homenaje

En la segunda sesión ordinaria del año 1910 desarrollada el 19 de abril en la Cámara de Senadores, se consideró un proyecto de los senadores J. Ignacio Peiteado, P. M. Carreras, B. Arévalo, Pedro Palenque, Francisco Constanzo y Régulo Martínez, adhiriendo a la conmemoración de la independencia argentina mediante la colocación de “una placa de bronce”, que se ubicaría “en un punto adecuado de la Sala de Sesiones, cuya impresión incluiría los nombres del vicegobernador, de todos los legisladores y de los secretarios de ambas cámaras.  Subrayado aquí.

(Es oportuno tener en cuenta que todavía estaba en proyecto la construcción del actual edificio en la calle General López, inaugurado el 26 de julio de 1914.)

El proyecto pasó a la Comisión de Negocios Constitucionales y de Legislación de la Cámara de Diputados; el 11 de mayo firmaron el despacho favorable los diputados López y Pautasso aconsejando la inclusión de los nombres de todos los legisladores y de las autoridades de ambas Cámaras.

El diputado Biancofiore manifestó su disidencia porque “es mucho más espartano, más heroico… que sea exclusivamente un homenaje de la Legislatura, en su calidad de cuerpo legislador…”

Después de un breve debate, se modificó el texto eliminándose los nombres y el proyecto pasó en revisión a la Cámara de Senadores, donde fue considerado el 31 de mayo, aprobándose la leyenda “La Legislatura de Santa Fe a los héroes de la epopeya emancipadora 1810-1910”, sin los nombres de los presidentes de las Cámaras ni de los legisladores y secretarios de ambas Cámaras.

Se trató sobre tablas y por unanimidad se insistió “en la primitiva sanción del proyecto”, disponiéndose la pertinente comunicación a la Cámara de Diputados.

Cómputo para jubilación: cinco años más en los tres poderes

El senador Peiteado -autor de aquella iniciativa-, pidió que se leyera “el otro proyecto asociándose a la conmemoración de la Independencia Argentina, firmado por los mismos senadores y en cuyo artículo 1º se lee: “A los efectos de la jubilación, auméntase en cinco años el tiempo de los servicios prestados por los empleados y funcionarios de los tres poderes del Estado”.  Subrayado aquí

En el art. 2º se establecía que “este aumento se computará desde el primero de enero de mil novecientos diez, comprendiendo a los empleados o funcionarios que hubiesen cesado o nombrándose desde esa fecha hasta el 25 de mayo del corriente año, o hasta la promulgación de esta ley, si ésta se hiciera con posterioridad a esa fecha”.

Destacó el senador Peiteado “lo que importan treinta años de labor honesta y constante, en que se ponen a prueba todos los sacrificios… porque de un lado están las exigencias de la familia y de otro las exigencias sociales y las del público nunca satisfechas.  Para el empleado no hay bueno ni mal tiempo, no hay nada que lo detenga en el cumplimiento de su deber, cuántas veces deja a la madre, a la esposa o al hijo enfermo, quizás sin la esperanza de encontrarlos con vida a su regreso de la oficina; el deber lo llama y allá va el pobre empleado, con la carga de su dolor…”

Manifestó que se le otorgaban esos cinco años “a título de un derecho, a nombre de los próceres de la patria, que si en esta ocasión les fuera posible votar serían los primeros en batir palmas por este acto, porque ellos fueron los primeros en dar el ejemplo y en medio de las horas más amargas, nunca olvidaron sus sacrificios ni omitieron esfuerzos para enjugar una lágrima o aliviar un dolor”.

Conclusiones ambivalentes…

Expresó algunas hipótesis sobre el rechazo a esa iniciativa, porque “se recargará los egresos del erario, según se dice en una situación agobiada, con deudas enormes que no yo las veo…” Advirtió “que se acorta el término que se ha fijado para los maestros de escuela y que también sería algo injusto…” porque “jubilándose un gran número de maestros, acaso peligraría la educación…” aunque estaban informados “con toda exactitud que no existe tal peligro, que los que han podido jubilarse ya lo han hecho… y que si hay algunos que les falta poco tiempo, son elementos viejos, cansados, que buscan de cualquier modo conseguir un retiro que les asegure el pan, es decir, que desean sólo estar a cubierto de la miseria, pero que en cambio, vendrían elementos nuevos y se podrían aumentar las becas propendiéndoles allí al mayor número de buenos y nuevos maestros”. (sic)

“Algo así como una huelga de maestros”…

Destacó el senador Peiteado, que “se siente algo así como una especie de huelga de maestros en las escuelas, debido a los escasos sueldos que gozan los maestros en la Provincia y ya muchos también han emigrado a otras provincias en busca de mejores sueldos y de un ambiente más favorable…”   Subrayado aquí

Reiteró el senador Peiteado que “en esta especie de vacío, digámoslo con dolor, pero con sinceridad, que se nota en la Provincia de Santa Fe, para asociarse a los festejos del próximo centenario, en medio de tanta tibieza es necesario que siquiera haya uno de los poderes públicos que de testimonio de patriotismo y se asocie dentro de la medida de sus fuerzas en la forma que le sea posible hacerlo…” insistiendo en que esos proyectos tenían la finalidad “de que el Poder Legislativo de la Provincia no brille por su ausencia y su silencio, en medio de este concierto que se prepara en toda la República en la celebración de nuestras glorias.”

El senador Quiroga propuso que se hiciera “un detenido estudio”, reuniendo antecedentes para saber “las erogaciones que producirá al Estado”.  El senador Peiteado defendió el proyecto argumentando que serían pocos empleados y de bajos recursos los que podrían acceder al beneficio y declaró: “…no debemos abrigar ningún temor en gravar el erario de la Provincia, porque el Montepío Civil, hace tiempo que debiera tener su tesoro propio y hasta debían disponer de dinero de sobra para atender la pensión de los empleados jubilados y de los que se jubilen y si esto no sucede, no es por culpa de los empleados ni por culpa de la ley… “También se opuso el senador López Zamora y como se pretendía el tratamiento sobre tablas, se dispuso la votación que resultó negativa y a pedido del senador Palenque fue rectificada, resultando afirmativa por siete votos mientras seis votaron en contra.  Se inició el debate y el senador López Zamora planteó que “si a la Caja de Montepío Civil le faltan fondos, tendría que solicitarlos al P. Ejecutivo para pagar las jubilaciones mensuales que deba atender”.  Al no disponer de datos precisos, manifestó que si “los beneficiados por esta ley, son mil o mil quinientos ¿de dónde se saca para atender el servicio de todas las jubilaciones?”  El senador Quiroga recordó que “a los empleados de policía, a los de la administración de justicia se les computa un tanto por ciento más, en proporción a los años de servicios prestados” y esa reducción implicaría la solicitud de más beneficiados.  Manifestó: “…esto bien pudiera entorpecer la marcha de la administración y quizás perjudicaríamos a los mismos empleados que tratamos de beneficiar porque si recargamos el presupuesto con 400.000 ó 500.000 pesos, es posible que no se puedan continuar pagando los sueldos de los empleados…” y reiteró que en esos momentos era “precario el estado del tesoro de la Provincia”. Subrayado aquí.

Todas las observaciones resultaron estériles porque cerrado el debate, se votó en general y en particular y el proyecto fue sancionado.

Los señores senadores habían cumplido con “nuestros próceres” y probablemente con algunos “amigos” contemporáneos…

Homenaje a Eduardo VII, rey de Inglaterra.

En la sesión del 10 de mayo de 1910, en la Cámara de Senadores presidida por el vicegobernador don Pedro Lino Funes, el senador López Zamora manifestó que “los poderes públicos del país, han tributado los recuerdos que corresponden a la memoria del justo rey de Inglaterra, Eduardo VII.

La actuación de ese monarca no ha sido indiferente a nuestro país y los esfuerzos que él ha hecho, por su bienestar no nos son desconocidos, porque en momentos verdaderamente aciagos porque pasaba la Nación Argentina, él influyó para que se conservase la paz entre los dos estados sudamericanos; y se resolvieran las diferencias en la cuestión de límites entre la Argentina y Chile.

Eduardo VII fue designado árbitro a fin de que pronunciara el fallo y dio el laudo que nos garantiera la paz”. (sic)  En consecuencia, manifestó:  “Creo que nosotros también debemos recordar a ese eminente hombre público, que tantos servicios ha prestado, no solamente a la Europa, sino a nuestro país”.

Propuso que el Senado lo honrara poniéndose de pie los presentes y remitiendo “un telegrama al Presidente de la Cámara de los Lores, haciéndole presente esta impresión de condolencia”.

Hubo “asentimiento general” y se cumplieron ambas disposiciones.

1912: Intervención de Anacleto Gil y precandidatos…

Las divergencias políticas en la provincia de Santa Fe motivaron la intervención federal impulsada por el presidente de la Nación Dr. Roque Sáenz Peña, asumiendo don Anacleto Gil.  Aunque estaba vigente la denominada Ley Sáenz Peña, que estableció el voto secreto y obligatorio, no había tiempo suficiente para elaborar los padrones correspondientes y en consecuencia, el 9 de febrero el interventor firmó el decreto adoptando el padrón provincial, conforme la Constitución vigente con las reformas de 1907 y la ley Nº 1233, aplicándose el “sistema uninominal” por distritos, de modo que los candidatos de diversos partidos podían acceder a la Legislatura.  Un grupo de dirigentes radicales se entrevistó con las autoridades del Comité Nacional del radicalismo para solicitar el apoyo en las próximas elecciones.

Por sus antecedentes, eran considerados precandidatos a la gobernación de Santa Fe: el reconocido dirigente rosarino Ricardo Caballero, Ignacio Iturraspe y Rodolfo Lehmann, con marcada influencia en el norte de la provincia.  Como suele suceder ante diferentes propuestas políticas, luego Caballero fue candidato a vicegobernador en la fórmula que encabezó el Dr. Manuel J. Menchaca -se impusieron con 34 electores-; la Liga del Sur ocupó el segundo lugar con quince electores y sólo uno correspondió a la Coalición.

Gobernador Dr. Manuel J. Menchaca

El gobernador electo nació en San Nicolás de los Arroyos en 1876; cursó estudios primarios y de magisterio, completando la carrera de profesorado en Paraná (Entre Ríos) hasta que fiel a su vocación, egresó como Farmacéutico en 1898, en la Universidad de Córdoba donde continuó los estudios de Medicina hasta 1901.  Obtenido el título de médico, instaló su consultorio en Santa Fe de la Vera Cruz; fue presidente del Consejo de Higiene; promovió, fundó y fue decano de la Facultad de Farmacia de la provincia de Santa Fe.  Fue el primer gobernador perteneciente a la Unión Cívica Radical.

Ministros y plan de gobierno

El gobernador Menchaca designó a Antonio Herrera, ministro de Gobierno, Justicia y Culto; al Dr. Manuel Francioni en Hacienda y Obras Públicas y al Dr. Enrique M. Mosca en Instrucción Pública y Agricultura.

En su mensaje ante la Asamblea Legislativa manifestó la importancia de reformar la constitución provincial a pesar de que tenía apenas doce años de vigencia, considerando que en la provincia se habían producido transformaciones sociales y económicas que exigían su actualización para favorecer el desarrollo en todos los departamentos.  Consideró una prioridad revisar el sistema electoral porque a partir de 1856 se había incrementado considerablemente la población con inmigrantes, quienes al ser contribuyentes también tenían derecho a elegir las autoridades -al menos en las comunas y municipios-, lográndose la sanción de la ley Nº 1780 que reconoció tales derechos al establecer la creación de la Comisión de Progreso, que luego se ha denominado Comisión de Fomento, en aquellas localidades donde el número de habitantes no facultaba para el nombramiento de autoridades municipales.

En sus mensajes, el gobernador Menchaca insistió en la libertad de cultos; en la estabilidad de los jueces como medio indispensable para una correcta administración de la Justicia.

Fallecimiento del poeta Horacio F. Rodríguez

El 10 de febrero de 1912 en distintos ámbitos de capital santafesina anunciaron el fallecimiento de un destacado abogado de 36 años, profesor de Literatura en la Universidad: Doctor Horacio F. Rodríguez, poeta, juez en lo Civil y Comercial y en el Superior Tribunal de Justicia.  En el acto del sepelio, habló don Domingo Guzmán Silva, “con frases sentidas:

‘La vida de este mago de la palabra cuyo cerebro vivía el ser del cantar, no ha sido una vida, ha sido un fulgor.  Sus discípulos saben mejor que yo cómo era un canto cada lección suya”.  [31]

En la casi comarcal ciudad, esos acontecimientos tenían repercusión en los ámbitos culturales y políticos, mientras la mayoría de la población en sus hogares o en los lugares de trabajo seguían tan ocupados como preocupados porque necesitaban subsistir…

Clodomiro Marín Cardozo – Bibliotecario Archivero

Tras sucesivos diálogos con descendientes, sabido es que don Clodomiro Marín Cardozo fue autodidacto; un constante lector predispuesto para impulsar los cambios necesarios a fin de que la biblioteca cumpliera su misión.

Una lectura en “La Gaceta Rosarina” de 1926, permite conocer parte de su labor e incluye varias fotografías, reconociendo que D. Clodomiro Marín Cardozo había sido el promotor de la aprobación “de la estabilidad y el escalafón de los empleados de la Cámara de Diputados de la Provincia”.  Ejerció el cargo durante dieciocho años, hasta 1930, cuando pasó a cumplir servicios en la Cámara de Senadores.  Desde ese cargo, promovió que la Biblioteca fuera administrada por una Comisión Bicameral.

(Un merecido homenaje en 1988: Después de setenta y cinco años de aparente olvido, la Directora Organizadora del servicio, propuso a la Comisión Bicameral la realización de un homenaje en el Acto de Clausura del Plan Cultural Anual.  Fue aprobado.  Sus sobrinos Dr. Rubén Marín y Susana Marín de Eguiazu, donaron una fotografía que encuadrada y con referencias históricas, fue colocada en la sede de la Biblioteca de la Comisión Bicameral, calle 25 de Mayo 1908 de Santa Fe. Semanas después, se acercó a la Biblioteca una hija de don Clodomiro Marín Cardozo: emocionada y cordial Lala…)

Necesidad de traslado a la nueva sede

En la sesión del 1º de julio, con la Presidencia del Dip. Rafael Fougere, se planteó la necesidad de disponer de la nueva sede.  Expresó el Dip. Alcides Greca:

“Estamos sesionando en un lugar incómodo e impropio y sería de desear que el año entrante pueda inaugurarse el período legislativo en el nuevo edificio.”

Solicitó que una Comisión de tres Diputados gestionaran lo pertinente ante el Poder Ejecutivo y de inmediato el Dip. José Chiozza -Rosario-, manifestó:

“El P. E. al tratar con el constructor Sr. Francisco Beltrame la edificación del Palacio, habrá a su vez nombrado a uno de los ingenieros del Departamento Topográfico de la Provincia a cabo en debida forma”.

En consecuencia, propuso que se enviara una minuta de comunicación a fin de que “se acelere la obra por cuanto estamos sesionando en un lugar bastante incómodo”.  El Dip. Alcides Greca retiró su moción y se despachó la minuta. (Ds.Ss., 1912, p. 45.)

Año 2001, agrego: el sábado 17 de noviembre desde la página dieciséis –La Última- del Diario “El Litoral de Santa Fe, informaron que “la sede la Legislatura recobra su viejo esplendor.  Avanzan las obras de refacción en el solar.” En un ángulo, con el título “Un edificio con historia” reiteran algunos datos: la sanción de la Ley Nº 1.548 del 18 de julio de 1909 que autorizó la construcción y que esos trabajos concluyeron “en mayo de 1914”, error que está demostrado con estas trascripciones de los Diarios de Sesiones. Es oportuno tener en cuenta lo expresado en el párrafo siguiente: “El inventario de 200 obras del patrimonio arquitectónico de Santa Fe elaborado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNL; el Colegio de Arquitectos de Santa Fe” y la Fundación ‘Centro Comercial’ define al edificio: ‘De planteo absolutamente simétrico que se organiza a partir de un cuerpo central que pivota en torno al gran hall de ingreso con los recintos de ambas Cámaras a cada uno de sus lados; del cuerpo principal se desprenden sendas alas laterales con tiras de oficinas a un solo frente. Sin duda, los ámbitos de mayor relevancia están constituidos por las dos salas de sesiones con un rico tratamiento ornamental y materiales suntuosos, así como el hall con sus espléndidos vitraux”.

Preocupaciones por la Educación

El Dip. Segundo B. Gallo -Rosario-, el 7 de julio de 1912 destacó la importancia de las bibliotecas, al proponer que le fuera otorgado un subsidio de $ 5.000.- y una subvención mensual de $ 300.- a la Biblioteca Argentina de Rosario, dirigida por el Dr. Juan Álvarez, a quien elogió.  El proyecto fue aprobado y a continuación, el citado Legislador analizando algunos problemas educativos, dijo:

“Subleva el espíritu que el Rosario no tenga edificios propios para la educación, pues las poquísimas casas alquiladas e inadecuadas por las condiciones en que se encuentran para los fines a que se destinan. (sic) (Ds.Ss., 1912, p. 66-67.)

Apoyo a la formación artística

Durante aquella sesión del 7 de julio, se aprobó el otorgamiento de una beca a favor del señor Rodolfo Fayó -desde el 1º de julio y durante cuatro años-, para completar sus estudios de violín en Europa, “remitiendo cada año al Ministerio de Gobierno una constancia del Instituto donde practique sus estudios”. (Ds. Ss. 1912, p. 68.)

Sanción de la Ley 8871: voto secreto y obligatorio

En 1911 fue considerada en el Congreso Nacional la tantas veces sugerida reforma electoral que había sido elaborada por el ministro del Interior Indalecio Gómez, quien tras el fracaso en una sesión decidió participar en la siguiente: “de correcta levita, saluda con una inclinación al presidente y diputados antes de sentarse en el banco ministerial.  Habla pausada y sentenciosamente… Hace un forzado elogio del sistema de lista completa y voto público ‘que nos ha defendido de la anarquía, el desorden y la revolución’… Describe el horizonte político ‘putrefacto’… “y durante tres sesiones analiza los cambios propuestos convencido de que así habrá mejores comicios.  Hubo prolongados debates sobre un asunto que prácticamente ya estaba agotado.  Aprobada la reforma electoral, en sesiones extraordinarias también fueron evaluados los dos proyectos imprescindibles para concretarla y así surgieron las leyes Nº 8129 de enrolamiento militar y la Nº 8130 de padrón único, porque algunos legisladores intentaba demorar esos cambios considerando que les convenía seguir con elecciones más desorganizadas, donde los caudillos partidarios pudieran seguir asegurando más triunfos.

La discusión acerca del voto obligatorio resultó prolongada y con planteos divergentes.  Era verano y como  mejor que estar en el recinto de la Cámara era estar descansando junto al mar, la mayoría de los legisladores optaron por disfrutar de unas vacaciones, costumbre que sigue latente.  El historiador Rosa destaca que “el ejecutivo extrema los medios para reunir los senados que se han ido a Mar del Plata.  La discreción de Sáenz Peña y Gómez no permite saber (hasta ahora) cómo lo consiguieron, pero el cuerpo acaba por tener número el 30 de enero”.  El despacho favorable de la comisión incluía el voto obligatorio y “Joaquín V. González, por su Rioja natal, cree que ‘el país contempla indiferente la reforma proyectada porque ‘el votante tiene horror al comicio que es la sangre, la violencia, o el atropello brutal.  ¡En este país no se ha votado nunca!’, y el proyecto no servirá, a su juicio; otra cosa sería si fuese uninominal como lo estableció González en 1903…”

E 28 de febrero de 1912, promulgada la ley que se registró con el Nº 8871, el presidente Roque Sáenz Peña redactó y difundió un manifiesto que en el último párrafo, expresaba:  “He dicho a mi país todo mi pensamiento, mis convicciones y mis esperanzas.  Quiera mi país escuchar la palabra y el consejo de su primer mandatario. Quiera votar’.”

1912: Waldino Baldomero Maradona y  la nacionalización de los ferrocarriles.

El 5 de marzo de 1912, Waldino Maradona dirigió una carta al ministro del Interior doctor Indalecio Gómez, explicándole “algunas ideas relacionadas con la mejor manera –a su juicio- de dar solución a las complejas dificultades que a diario se presentan”.

El historiador Caminos, su amigo, lector del archivo personal del entusiasta sanjuanino, sintetizó los párrafos de esa carta: “entiende Maradona que el medio más eficaz para terminar con los conflictos ferroviarios y la anarquía gremial, consiste en la nacionalización de todos los ferrocarriles, oficializándolos por medio de la expropiación.   Como consecuencia de ello, estima de gran conveniencia la creación de un ministerio eminentemente técnico -el de ferrocarriles-, y la sanción de una ley especial que abarque todos los aspectos del problema ferroviario, debiéndose dar preferente a la reglamentación disciplinaria, base del éxito en esta clase de empresas, y a la tutela de los derechos del personal con un buen sistema de jubilaciones y ascensos.  La adquisición por el Estado de todas las empresas ferroviarias, nos daría hasta la paz internacional al alejarnos de posibles conflictos con las naciones extranjeras, especialmente con Inglaterra y Francia, que han invertido cuantiosos capitales en el país, cuyos intereses emigran.”

En otro párrafo analizó las dificultades existentes debido a que no hubo un plan nacional y se hay construido diferentes tipos de trochas.

Al asumir Roque Rodríguez Peña, había expresado: “Yo me obligo ante vosotros, ante mis conciudadanos y ante los partidos a provocar el ejercicio del voto…”

En su extensa carta al ministro del Interior Indalecio Gómez, el democrático sanjuanino advirtió: “No basta, Excelencia, haber fundido los moldes del sufragio libre que tanto bien traerá a las instituciones de la República.  Ahora falta ponerle marco al cuadro: legislación obrera destinada a dirigir la evolución de los gremios en el desenvolvimiento del progreso moral y material del país.  La paz interna y externa dependerá de hacerse propietaria la Nación de todos los ferrocarriles.  Inglaterra, Norte América, Francia y demás naciones, pretenden ser nuestros tutores, por que no bastarnos a sí mismos, somos tributarios de sus capitales, y estos conflictos han de crearnos dificultades para nuestra paz internacional en un próximo futuro”.

Tras la trascripción de esa carta, el historiador Caminos aludió al posterior proceso de nacionalización de los ferrocarriles, que se concretó durante la primera presidencia del general Juan Domingo Perón iniciada el 4 de junio de 1946, el año anterior a la edición del libro titulado Maradona – Un civilizador de provincia.

1913: crisis política y rebelión en Rosario…

Pactos

Durante la sesión del 31 de mayo de 1913 se consideró en la Cámara de Senadores el pedido de licencia del vicegobernador Dr. Ricardo Caballero:

“…cuatro meses, en cuyo tiempo, y por razones de índole privada, debo realizar un viaje al extranjero” (sic).

Por idénticas razones estaba en uso de licencia el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires.

El senador Thedy  se opuso porque “se sabe que han circulado en estos últimos tiempos rumores, que dicen que el Poder Ejecutivo, había iniciado gestiones, para realizar un acercamiento con un partido contrario; más, tengo la casi seguridad que ese acercamiento no ha de producirse, son versiones que están a la consideración del Poder Ejecutivo”.

En consecuencia el senador Thedy advirtió que “se puede creer que nosotros al acordar esta licencia obedecemos al propósito de facilitar una maniobra política” aunque destacó que “el señor vicegobernador de la provincia ha sido siempre uno de los enemigos más decididos de los pactos políticos”.

El senador Dr. Costanti opinó que “la licencia de cuatro meses de un vicegobernador de la provincia es un hecho grave, pues se trata del reemplazante del gobernador”, anticipando su voto en contra.

La sesión era presidida por el senador Juan Cepeda, siendo reemplazado por el vicepresidente Constanti para que ocupando una banca, planteara su punto de vista.  Reconoció que “de un tiempo a esta parte vienen circulando versiones anónimas de que una parte de los miembros de la Coalición hemos pactado con el gobierno” y aclaró que “no existe… pacto de ningún genero, y el día que llegar a existir, hemos de tener la suficiente virilidad para hacerlo público, porque yo entiendo que los partidos políticos que pactan en la sombra proceden cobardemente, rehuyendo la responsabilidad de sus actos”.

Destacó el senador Thedy que “hace mucho tiempo que estas versiones antojadizas alimentadas por intereses partidistas o por imbéciles de aquellos que hacen política escudándose en la prensa anónima o en la chismografía callejera, vienen echando sombras sobre la reputación de miembros distinguidos de la Coalición, y es necesario de una vez por todas declarar que no existe ninguna componenda política con el gobierno, y que los que piensan lo contrario, manifiesten caballerescamente y con hombría si son capaces de asumir la responsabilidad de sus actos, cuáles son las personas y las causas que los induce a hacer dicha propaganda”.

Planteó una reflexión: “… creo que nadie tiene derecho a enlodar la reputación de muchos hombres, que si bien hemos pertenecido a situaciones anteriores que han cometido sus errores, también hemos tenido ideales traducidos en grandes progresos.  No sé si los que critican de afuera, sometidos a la dura prueba del fuego serían capaces  de salir ilesos como muchos de nosotros.

Se ha llegado a decir que nosotros hemos prestado el acuerdo al Presidente y Director del Banco de la Provincia por habérsenos comprado por dinero. Es un grave defecto carecer de él (sic), es cierto, nosotros no tenemos, ¿pero por qué? por la sencilla razón de que descendemos muchos de ciudadanos humildes, de aquellos que entendían la honradez a la antigua (sic), que han preferido conservar su honradez y morir en la miseria antes que legar a sus hijos fortunas cuantiosas producto de procederes inmorales.  Ellos no entendían de hacer el traspaso de sus bienes para estafar a los Bancos, ni hacer quiebras fraudulentas para después conseguir un arreglo con sus acreedores entregando el cincuenta por ciento, para al cabo de algunos años aparecer con grandes fortunas; ni incendiar sus negocios para estafar a sus aseguradores; etc.

Es posible que muchos de los que deslumbran con el lujo y hacen política a base de la reputación ajena, no se ocupen de investigar su origen.

En los libros del Banco Provincial es posible no aparezca un solo nombre de los que se nos tildan de comprados (sic), mientras que de los que así pretenden hacernos aparecer, hay muchos en el libro negro de dicha institución”.

Ratificó el senador Thedy que “los miembros de la Coalición no han hecho pacto con nadie, y que con toda libertad desarrollarán… votarán con el gobierno cuando se les ocurra y lo crean conveniente o con la Liga, en igualdad de circunstancias”.

El senador Cepeda, representante del Departamento Constitución retornó al sillón de la Presidencia y continuó la sesión.

En tres oportunidades había pedido el uso de la palabra el senador Oliveros y no le fue concedida hasta que concluida la exposición del senador Cepeda, pudo manifestar:

“… he pertenecido al partido que ha actuado en los gobiernos de Freyre y Echagüe que con toda maldad le llaman el pasado gobierno, que si han cometido errores tienen también sus grandes obras de progreso en toda la provincia.

En todos los partidos, y en todos los gobiernos hay sus hombres buenos como también los hay sus malos, como pasa en las instituciones sociales, y los que han colaborado con toda su honestidad son acreedores a que se les respete, y no se les arrojen sombras de una manera velada como se está haciendo con algunos miembros de la Coalición sin tener la hombría de manifestarlo personalmente diciéndonos que somos unos traidores…”

Con votación nominal, siete senadores aprobaron la licencia del vicegobernador, rechazaron el pedido los senadores Carreras, Costanti, Boero, Proto y Thedy (5); ausentes con aviso Barreto, Bruno, Leiva, Martínez y Zavalla (5).

Otoño de 1913: conmoción en Rosario

En la Cámara de Senadores de la Legislatura de Santa Fe, en la sesión 17 de mayo de 1913 fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera.

Ecos de la huelga de 1901…

Al analizar la huelga general que se desarrolló en Rosario y sus consecuencias, el ministro Antonio Herrera recordó…

“…la huelga del año 1901, bajo la jefatura Grandoli que originó protestas mundiales”, cuando hubo “un muerto” y “la policía no llegó a establecer quién fue el autor” aunque se hizo “constar que se produjo en circunstancias que había habido un desacato y sindica a otro obrero como tal.”

Consideró el ministro Herrera que “en aquella huelga que era parcial y pacífica sucede un hecho de sangre e inmediatamente cambia de característica”.

Desde otro punto de vista, el senador Costanti advirtió que “el señor ministro se ha olvidado de un dato importante: en ese tiempo había una Casa del Pueblo que era anarquista y eran muchos los elementos que la componían”, “algunos que fueron expulsados del país más tarde” y destacó que cuando se produjo aquella muerte, “en virtud del derecho de legítima defensa la policía se defendió”.

El ministro aludió a otras huelgas: la de 1904, iniciada por los panaderos, con “hechos sangrientos en la Plaza Santa  Rosa y en 1905, el 1º de Mayo, no habiendo huelga, en un estado normal, ocurren cinco tentativas de incendio contra diversas casas de comercio en pleno centro de la ciudad”.  Destacó que “en 1906, en la huelga de estibadores se produjo un choque con la policía en que un empleado de ésta fue muerto por un obrero”.

Origen de la huelga

El informe policial leído por el ministro de Gobierno Dr. Herrera en el recinto de la Cámara de Senadores indica que “el 15 de abril (de 1913) la Intendencia Municipal aprobó el horario de invierno presentado por la Compañía de Tranvías Eléctricos, con el cual se suspendían de la circulación veintiséis coches motores, quedando sin trabajo 104 empleados entre motormans y guardas, que prestaban servicios de ‘efectivos’…” Al día siguiente se concretó el cese y la Sociedad Empleados Tranviarios pidió una revocatoria de esa resolución y entrevistó al Intendentes. Con esa decisión, no se perjudicaba al público porque “en el nuevo horario se abreviaba el tiempo para el recorrido de las líneas obteniéndose así una circulación más rápida”.  El 19 de abril el intendente de la ciudad de Rosario Dr. Carlos Paganini y el secretario Benjamín Rodríguez de la Torre, enviaron una nota al director general de la compañía general de los tranvías eléctricos Ing. Teodoro Leysen, informándole que se había reunido con el jefe político –interino, señor J. R. Rodríguez- para analizar la situación de ese transporte, aconsejando que “prorrogue hasta fin de mes el servicio ordinario con ciento trece coches como mínimo, sin perjuicio de que el suscripto interponga sus buenos oficios ante el directorio central en Bélgica, para que autorice esos servicios con carácter permanente”. En la reunión de ese día a las 18, participaron por los tranviarios, los señores D. Musto, J. Castro y F. Martínez y se resolvió poner en servicio siete coches, resultando que quedaban diecinueve fuera de circulación y 76 empleados sin trabajo, aunque esa cifra se reducía a 26 porque el gerente Leysen “prometió dar trabajo al día siguiente a 50 obreros en la construcción de una nueva vía, proposición que no aceptó la comisión de tranviarios”, quienes exigían “la readmisión de todo el personal despedido, en los puestos que ocupaban anteriormente”.  En consecuencia, el intendente y el jefe político intentaron poner en circulación todos los coches hasta el 30 de abril y así lo propusieron ante la comisión reunida en el local de Corrientes 1247. “En la mañana del 20 no se presentó a la usina ningún motorman o guarda del personal de la Compañía” y se movilizó a la fuerza pública para “garantir el orden y evitar cualquier clase de desmanes”.  El 21 de abril, el intendente Paganini recibió una comunicación firmada por el señor F. Manavello, de la Comisión Directiva de los Obreros Municipales, comunicándole que en la asamblea realizada “el domingo a la noche… se decretó un paro de 48 (cuarenta y ocho horas de los obreros de la Maestranza sin perjuicio de prolongarse si las circunstancias lo aconsejan, paro motivado como acto de solidaridad para con los empleados de los tranvías eléctricos por los motivos que son del dominio público”. Ese mismo día, el intendente de Rosario insistió ante el director general con otra nota firmada por el jefe político, invitándolo a “someter sus diferencias a un tribunal arbitral en vista de que ellas estriban en pequeños detalles”.  El 22 de abril el jefe político de Rosario Ricardo N. Nuñez, publicó un edicto estableciendo que a partir de esa fecha, “será necesario solicitar con 48 horas de anticipación permiso para efectuar cualquier clase de manifestaciones públicas… en las calles del municipio o en locales cerrados”.  Anunciaban diversas formas de exhortación y se advertía que ante el segundo toque de atención, si no se cumpliera en el acto esta última intimación, se procederá a disolverla por la fuerza, considerando a sus componentes en abierto desacato a la autoridad y sujetos a las penalidades que por tal motivo corresponda”, ajustándose “estrictamente a las prescripciones de la ley de defensa social”, “de carácter nacional”. No hubo repuestas y en una tercera nota del 23 de abril, el intendente y su secretario reiteraron la necesidad de constituir un tribunal arbitral “que dirima las dificultades de la presente emergencia, a fin de no prolongar más esta situación incómoda”.  El jefe político de Rosario –Nuñez- envió un telegrama al ministro de Gobierno, comunicándole: “Hace un momento, en el portón número 1 de Talleres, en la Avenidas Alberdi, un grupo formado por más de mil obreros del F.C.C.A., asaltó un tranvía con piedras hiriendo a varios pasajeros y soldados del Escuadrón que acudieron para protegerlos”; “dos comisarios y varios empleados y agentes” fueron agredidos; hubo “varios contusos” y los policías no hicieron uso de “armas”, resultando imposible contener el “tumulto”. No era posible determinar a que gremio pertenecían porque simultáneamente, todos se plegaban a la huelga.   Es oportuno reconocer que “varios miembros del Comité Independiente fueron a ver al Gobernador para solicitar permiso con el objeto de realizar una manifestación” y que a pesar de ser “un derecho que la Constitución consagra”, “el permiso les sería acordado… cuando hubiera en la Provincia las fuerzas suficientes para garantir la manifestación pacífica”.  En esa oportunidad, distintos responsables opinaron en sentido opuesto: el Comandante Medina, jefe del 5º de Infantería estaba de acuerdo con que se realizara esa manifestación; “el señor Boltagaray,  comandante del 8º de Caballería opinó que debía impedirse porque estaba convencido de que constituía un peligro en aquella circunstancia”, compartiendo ese criterio el jefe político Nuñez, porque “si bien se podría mantener el orden mientras se organizaba y desarrollaba la manifestación, sería muy difícil asegurarlo una vez que se disolviera porque no habría cómo vigilar eficazmente los innumerables grupos que se forman en estos casos y constituyen otras tantas manifestaciones pequeñas que con suma facilidad e entregan a todo género de excesos”. En consecuencia, el gobernador Dr. Menchaca, “en las primeras horas de la tarde, una vez oídas las opiniones de los señores Jefes resolvió negar el permiso”.

El senador Costanti al analizar esos hechos, manifestó que “en el elemento obrero se habían inmiscuido agitadores reconocidos de filiación política bien conocida, quienes invocando los sentimientos de solidaridad habían obtenido que otros gremios, como el de cocheros, se adhirieran a la abstención del trabajo resuelta por los empleados de la empresa de tranvías”.  El 23 de abril, el comité de huelga envió un telegrama al ministro de Gobierno Dr. Herrera, pidiéndole que ordenara la derogación del mencionado edicto, circunstancia que motivó la intervención personal del jefe del Departamento Nacional del Trabajo Dr. Lezama, quien aconsejó al ministro que no se lo derogara ni se lo dejara de cumplir, porque “la población del Rosario quedaba desprovista de toda seguridad”.

De acuerdo a testimonios del ministro de Gobierno Dr. Herrera, el 24 de abril, se incorporó a las fuerzas policiales de Rosario, parte de la policía de Santa Fe, aproximadamente treinta hombres del Escuadrón de Seguridad y cuarenta de Guardia Cárceles para reemplazar a los Bomberos de la Penitenciaría.  El 28 de abril, en la plaza Santa Rosa la pesar del edicto policial, hubo una reunión de gremios e invitados a disolverse, “hubo varios disparos de armas de fuego al aire y una tentativa de ataque a la Comisaría 3ª”, hasta que se dispersaron, por la acción de un Escuadrón del 8 de Caballería.  Al día siguiente las crónicas policiales registraron “un disparo de armas y un atentado a la autoridad… el 30 ocurre otro suceso lamentable: la muerte de una persona por el conscripto que custodiaba un tranvía” y “desde entonces hasta el 2 de mayo en que los gremios volvieron al trabajo, no se produjo nada anormal”.  Destacó el ministro Herrera: “El movimiento obrero ofrece algo de extraordinario.  Su principal característica fue la falta de dirección.  Era visible como tendencias opuestas luchaban por manejarlo.  El Comité Socialista y la Federación que bregan por predominar en ciertos gremios, exteriorizaban su acción para dirigir la huelga.  Y eso mismo hizo que cuando se produjo la intervención de los Diputados Nacionales Justo y Bravo y se constituyeron en consejeros de los tranviarios, la Federación decretó el cese del paro general quedando en 24 horas toda la ciudad del Rosario en completa paz”.

Interpelación al ministro de Gobierno

En la Cámara de Senadores presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero, el 17 de mayo de 1913 se desarrolló la décima sesión ordinaria, registrándose las ausencias con aviso de los senadores Boero, Cullen, Leiva y Virasoro.  Por iniciativa del senador Costanti fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera como consecuencia de la huelga iniciada en Rosario el 20 de abril de ese año, con diversas manifestaciones y actos de violencia durante doce días. El senador Costanti consideraba que esos hechos “han quebrado la autoridad del Ejecutivo” y en consecuencia era imprescindible “abrir de par en par las puertas del Senado al Poder Ejecutivo de la provincia”, “para que sepamos en definitiva si los ciudadanos que ejercen Poder Ejecutivo de la provincia son dignos de continuar sentándose en el sillón gubernativo o si por el contrario ha llegado el caso de que se eliminen espontáneamente dejando que otros ciudadanos mejor intencionados asuman la dirección administrativa”.

El senador Costanti destacó que “no fueron los obreros los autores de los ataques a la propiedad y a la vida sino los agitadores políticos bien conocidos empeñados en atentar contra la estabilidad del Concejo Deliberante del Rosario, legítimamente elegido en comicios libres, en que el oficialismo fue derrotado pese a haberse reunido con otras agrupaciones políticas adversas a la Liga del Sur.  En su prolongado análisis, el senador Costanti insistió en que los actos de violencia “no salieron de la masa trabajadora sino de las filas radicales y de los elementos del doctor Infante”; insistiendo en que “fueron esos agitadores que gozaron de la más absoluta impunidad quienes produjeron el incendio de los coches de tranvías, quienes rompieron 689 faroles de gas, 427 globos de la luz eléctrica y 36 lámpara de ese mismo alumnado, cada una de las cuales tiene el valor de veinticinco pesos oro…; quienes atentaron en la vía pública contra la vida del concejal señor Calderón” y asaltaron su domicilio, los del intendente Dr. Paganini y “miembros respetables de la Liga del Sur, cuyos hogares se apedrearon sin que hubiera autoridad alguna que impidiera o reprimiera el hecho; fueron así mismo esos agitadores quienes al frente de turbas inconscientes asaltaron el teatro La Comedia, la Ciudad de Roma, la Casa Zamboni y muchas otras casas, rompiendo las grandes vidrieras de varias de ellas e imponiendo a todas el cierre para escapar a los perjuicios de sus brutales asaltos”.  Luego el ministro Herrera informó que en “cuando el incidente del concejal Calderón fue detenido por desacato y por llevar armas, “por fuerzas del 5º de Infantería, “el señor Moris, presidente de un club liguista y junto con él, Forgues, caudillo liguista y Silvestre Leguizamón, hijo de otro caudillo también liguista”, quienes después de recoger sus antecedentes fueron liberados. Con respecto a los destrozos en la casa del Intendente, dijo que “la casa Paganini tiene treinta y tantos vidrios visibles y aquella horda asaltante… no llegaba a producir otra cosa que una pequeña rotura en la banderola del zaguán, sin que los grandes cristales sufrieran perjuicios”.

 (Intervino la presidencia porque hubo un tumulto en la barra.)

El senador Costanti insistía: “…Y estos hechos se producían en presencia de la autoridad policial sin que interviniera en ningún caso para impedirlos”.

Describió luego él incendió de un tranvía en la “Avenida Castellanos enfrente de los portones de los talleres del ferrocarril”, donde sesenta soldados de policía “presenciaron impasibles el incendio”, avanzando “la turba” hacia la casa de comercio del concejal Zubía, en la misma calle”, donde junto a los cuarenta bomberos estaban veinte policías, quienes “permitieron también impasibles que se llevara a cabo el asalto”.

Destacó el senador Costanti que “lo grave del caso es que hasta muy pocos minutos antes de asaltarse al señor Zubía, el señor Ministro de Gobierno acompañado del jefe político señor Nuñez había permanecido en la farmacia de Paul, ubicada en la misma cuadra…” Desde el punto de vista del senador, “el señor Ministro en su gira de inspección cuando permaneció en las inmediaciones de la casa asaltada no supo ver ni prever nada o que viéndolo no quiso hacerlo”.  En la misma forma… avanzaron hacia la casa de negocio del concejal representante de la Liga del Sur señor Erb, situada a pocas cuadras”, le rompieron las vidrieras, destruyeron mercaderías y le arrancaron una parte de la cortina metálica de la puerta principal para pasearla en triunfo por las calles de la ciudad.”

El senador Costanti recordó que “desenfrenadas las turbas de delincuentes no se conformaron ya con solo incendiar el tranvía, sino que a presencia de la autoridad, munidas de picos y de mazas, destruyeron totalmente el coche despedazándolo y apropiándose de las llaves, pasamanos y demás piezas de bronce, como así mismo de las portezuelas de las plataformas que arrancaron y que fueron a dar a los domicilios particulares de los incendiarios, concluyendo finalmente por llevar en trofeo por las calles de la ciudad las ruedas del coche destruido, que la turba arrojó al zangón de la calle Pueyrredón esquina Güemes y al mismo zanjón esquina Salta… pasando para ello delante de la propia comisaría seccional que es la novena, sin que ninguna autoridad molestase en lo más mínimo a los autores de tan graves hechos”. Hubo sólo un caso único en que el jefe del departamento policial evitó que “un coche de tranvía Nº 5” fuera saltado por “300 o 400 individuos y bastó la simple intervención de cuatro agentes de policía para garantir el orden, repeler el asalto y asegurar la libre circulación del vehículo de referencia”.  Mientras tanto, en otros sectores apedrearon a un tranvía de la “línea de Alberdi” e hirieron a un agente, “sin que el agente hubiera podido repeler el ataque, porque, según su propia manifestación tenía orden terminante de sus superiores de no proceder en ningún caso”.

Árboles arrancados de raíces

El senador Costanti insistió en los destrozos producidos y censuró la conducta de los manifestantes, “que destruyeron también 150 árboles arrancándolos de raíz de la Avenida Pellegrini… en el trayecto de varias cuadras” donde estaban colocados a una distancia de “cinco metros unos de otros”; “sin que la autoridad hubiese encontrado ni la oportunidad ni el tiempo ni el medio de evitarlo a pesar de tratarse de una obra de destrucción laboriosa, lenta y difícil… porque 150 árboles no se arrancan de cuajo en un segundo”; constituyendo un daño “al municipio del Rosario”

El ministro de Gobierno Herrera presente en la sesión, manifestó que “no existían más de 600 hombres”, considerándolos insuficientes para controlar esa situación.

El senador Costanti leyó el manifiesto del Partido Socialista publicado el 27 de abril de 1913, reconociendo “el conflicto suscitado entre la Empresa de Tranvías Eléctricos y sus empleados” aunque “nadie debe ignorar que junto con este movimiento de carácter exclusivamente económico se está desarrollando otra agitación de orden puramente político que a los obreros les interesa distinguir a fin de adoptar la conducta que aconsejan sus propios intereses”.  Recordó el senador Costanti que la Federación Obrera mediante un comunicado, “denunció también la intervención de elementos políticos en le movimiento realizado por los distintos gremios”.  Advirtió el legislador: “No intento con estas afirmaciones responsabilizar la Partido Radical en masa; hay dentro de él hombre dignos y respetables; pero sí responsabilizo al gobierno, encarnación de ese partido, salido de sus filas en horas de intensa lucha y después de habernos pregonado el radicalismo durante más de 20 años que era necesario reconquistar los derechos individuales, las libertades ciudadanas y el imperio definitivo de las instituciones del país.”

Continuó el senador Costanti analizando otras situaciones y recordó que “el servicio de la limpieza pública se hizo en los primeros días de la huelga con los detenidos y contraventores de la cárcel de policía que el jefe político facilitó”, dado que “los contraventores se prestaban espontáneamente a él sin necesidad de ejercitar presión alguna sobre ellos, lo que habría sido ilegal”, aunque “desde que tomó intervención el Poder Ejecutivo en la huelga ya no se pudo contar en lo sucesivo con esos elementos en beneficio de la salud pública de la ciudad”.  Ante un gesto del ministro Herrera, que evidenciaba “una impresión de sorpresa ante la cooperación de los contraventores en el servicio de limpieza pública, el senador expresó: “…mucho más extraño ha de parecerle que en Inglaterra un juez obligue a los ciudadanos a ayudarle y a cooperar a la detención de los delincuentes”.

El gobernador Menchaca en Rosario…

El 27 de abril de 1913 el gobernador Dr. Manuel J. Menchaca se trasladó a Rosario, instaló su despacho en la sede del Banco de la Provincia, nombró la comisión arbitral y al día siguiente emitió un comunicado invitando a los trabajadores a “restablecer su laboriosa actividad”.  En esas circunstancias hubo una concentración en la Plaza Santa Rosa y un numeroso grupo de manifestantes avanzó sobre la calle San Martín estacionándose frente al Banco. El gobernador Menchaca salió al balcón y les manifestó: “Podéis iros tranquilos porque el conflicto ha terminado”. El senador Costanti reconoció que “inmediatamente suenan varios disparos de armas de fuego y la tropa carga sobre la multitud y la disuelve evitando sangrientos sucesos”. Era conocido el fracaso de la Comisión y “la ciudad siguió tanto o más convulsionada que antes…”

En la sesión del 17 de mayo de 1913, en la Cámara de Senadores presidida por el Dr. Ricardo Caballero, el senador Costanti manifestó que la huelga de Rosario, “no solo no comprometió el ejercicio de la constitución nacional y de las autoridades creadas por ella, sino que pudo, por el contrario, ser encauzada y fácilmente suprimida, porque ni siquiera contó en su apoyo con la opinión unánime de los obreros, pues muchos de ellos ni siquiera estuvieron conformes con la paralización del trabajo a que se les forzó por medios violentos y atentatorios a las libertades individuales”.

Durante la interpelación, el ministro de Gobierno Dr. Herrera dijo:

“…en los atentados producidos durante la huelga, no tuvo jamás intervención el elemento agitador de origen político… sino una banda de chicuelos que han sido los verdaderos autores, los que rompieron algunos faroles y cristales y que la policía no podía individualizar ni detener…

El senador Thedy lo interrumpió expresando: “Eran chiquillos grandes…”

Durante esa prolongada sesión el ministro de Gobierno negó “lo que se ha dicho a voz en cuello en ciertos lugares donde concurre a diario el señor Senador, en el órgano Liguista ‘La Capital’ y por algunos legisladores de la Liga del Sur” acerca de que “el ministro de Gobierno, y hasta se ha dicho también que el señor vicegobernador, incitaban a la huelga y que tenían especialísimo interés político en que este movimiento se desarrollase a imperara”.  El ministro destacó que “cuando el incidente del concejal Calderón… es muy exacto que he llamado a mi casa particular y a la Jefatura a varios distinguidos miembros del Partido Radical… para que eliminasen todas aquellas personas que pertenecientes al Partido Radical, figuraban en el Comité Independiente, invitándolas y exhortándolas en toda forma a desistir de su actitud para alejar hasta la más remota sospecha respecto de la veracidad de ciertas insidias propaladas con toda mala fe”.  Tras diversas publicaciones en diarios, indicando que algunos legisladores radicales integraban el Comité Independiente, el ministro Herrera aclaró que “hay una confusión” porque “se trata del hermano de un diputado radical” -aludiendo al doctor Culacciati- y leyó la nómina de esa comisión mencionando algunas referencias: Presidente Julián Nicolás -”votó por la Liga del Sur”-; Vicepresidente 1º José Noguera -comerciante,  vice 2º Miguel Gabasto -”comerciante, Presidente de la Sociedad Arrendatarios de Mercados, este señor votó por la Liga del Sur, contribuyó con su voto a la formación del Concejo Deliberante liguista”; vice 3º Guerino Troilo -”procurador, secretario de la Unión Comercial, coalicionista”; “secretario Rodolfo Culacciati y Alejandro Nogués, radicales”; vocales Ramiro Pelayo, “independiente, comerciante” y Antonio Hernández “votó por la Liga del Sur”; Francisco Sosa, “independiente, ex liguista”; Manuel García, Juan Naranjo, Víctor Guriaga, “independiente”; Juan P. Torre y Olafeane Lauise, “radicales”; Rafael Noguera, “independiente” y Eusebio Córdoba “empleado en la revista ‘Monos y monadas’.”  En varias oportunidades le preguntaron al ministro cómo sabía por qué partido habían votado, y contestaba que “por su filiación política y por sus declaraciones públicas” y reconoció que había pedido a ese Comité que “no concurriera a reuniones públicas ni realizara asambleas, accediendo inmediatamente…”, demostrándose la influencia que ejercía el ministro.

Durante aquella interpelación, después de varias interrupciones y aclaraciones, el ministro Dr. Herrera manifestó:

“…prefiero ser débil como funcionario, antes que mancharme con sangre obrera inocente, como ocurrió en otro tiempo, bajo la Jefatura Política del coronel Hernández, cuando en la plaza Santa Rosa caían obreros y moría un niño ante el espanto del pueblo y la rugiente protesta…

(Aplausos prolongados.)

Insistió el ministro en aquel momento:

“…en otra huelga, fue muerto un obrero lo que originó protestas mundiales.  Un santafesino, el doctor Gálvez  creo, que se encontraba en Europa se sorprendía a tanta distancia clamaran contra la providencia y sus autoridades policiales.”

(Estos testimonios indican que desde principios del siglo XX aparentemente repercutían entre los europeos, los ecos de los conflictos sociales en este extremo sur de América.  Era aún el tiempo de la inmigración continua en la ciudad de los buenos aires, en el río de la Plata…)

Insistió el ministro Herrera en que el señor Alejandro Nogués, afiliado radical, “no obstante la prolija vigilancia que la policía estableció sobre este señor, en ninguna oportunidad pudo comprobársele nada que implicase una falta”, reconociendo que durante “la agresión a la casa del señor Paganini”, Nogués había arengado “a la muchedumbre recomendándole calma y moderación porque los actos de violencia redundaban en perjuicio de su causa.”  Manifestó el ministro de Gobierno que poseía “una fotografía en la que un diputado provincial, liguista, esgrime un revolver en la mano derecha y se comprende por su actitud que en esos momentos no hay incidente alguno que justifique su alarde.  Grandes aplausos en la barra.

Asalto al Mercado

El ministro de Gobierno en su extenso discurso justificando las acciones del gobierno para controlar aquella huelga, manifestó que “el día 27 ocurrió un hecho sugestivo semejante a los que se produjeron el 10 de febrero, cuando ciertos elementos asaltaron puestos y robaron en el mercado Central y la policía los dejó obrar libremente… el día veintisiete algunos grupos pretendieron cometer igual delito en el mismo mercado y la policía lo impidió”.

El senador Costanti aclaró que “en aquel entonces la policía no era de la Liga del Sur” y el ministro siguió con sus argumentos: “¿Cómo es posible… imaginar que con fuerzas tan deficientes la policía acudiera en el preciso momento a los lugares donde los desórdenes se producían para impedir la rotura de faroles y destrozos de árboles, individualizando a los autores como pretende el señor Senador?  Hubiera debido tener elementos tan numerosos como para cubrir con agentes la ciudad” e insistía en que “lo saben perfectamente bien todos los señores legisladores, que las policías, especialmente la de Rosario, no cuentan con los elementos necesarios en tiempos normales y menos en los instantes en que se desarrolló la huelga general del Rosario”.  (Aplausos.)

El senador Thedy manifestó: “… el señor Ministro falta a la verdad”; inmediatamente el ministro contestó que “el señor Senador comete la impertinencia de desmentirme” y el senador se animó a expresar que “las impertinencias las comete el señor Ministro”…

Destacó el ministro que “el Gobierno no podía ser parte en este conflicto del capital y del trabajo, tenía que  mantenerse equidistante del patrón y del obrero.  Si el Gobierno o la autoridad se hubiera constituido en rompehuelgas habría procedido una acusación directa contra las autoridades de la Provincia porque sin detenerse a examinar las razones, establecían preferencias sobre uno de los bandos en lucha.  No hubiera sido justo ni hubiera sido prudente”.

Falta de higiene

El ministro Herrera cuando llegó a Rosario comprobó que “la ciudad adolecía de falta de limpieza pública” y considerando que “constituía un peligro para la salud pública”, pidió la intervención del Consejo de Higiene.

El 28 de abril de 1913, el señor D. Solari, presidente de ese Consejo y el secretario G. Román insistieron en que “el amontonamiento de basuras en las calles constituye un foco general de infección que puede ser causa de graves enfermedades” y solicitaron una solución en el plazo de 48 horas.  El ministro reconoció que “en esta cuestión de la limpieza pública ocurrió un hecho por demás extraordinario y sugestivo.  Se formó una comisión popular de vecinos radicales en la que figuraban los diputados Chiozza y Culaciati, encargada de efectuar personalmente aquellos servicios” y al llegar la primera noche al corralón, “no había un solo empleado que pudiera facilitar los útiles y maquinarias de limpieza”.

Luego el senador Costanti rechazó esos argumentos destacando que el Poder Ejecutivo debió intervenir antes en la preservación de la higiene en las calles rosarinas y reconoció que el presidente del Concejo Deliberante, a cargo de la Intendencia, dispuso oportunamente “las medidas necesarias para velar por la salud pública y por la solución del conflicto… con la cooperación del Jefe Político”.

Mientras se discutían esas responsabilidades, el diputado Chiozza que estaba en el recinto de la Cámara de Senadores, pidió el uso de la palabra y el presidente le expresó que “cuando se discuta en la otra Cámara tendrá uso de la palabra el señor Diputado Chiozza…”

Inmediatamente el senador Costanti expresó:

“Lamento que el señor Diputado Chiozza, directamente no pueda terciar en este debate”…

(…un hecho que refleja la formación de los legisladores.)

Acerca del Partido Radical

El senador Costanti analizó “la situación del Partido Radical”.

“…dada su desorganización, éste no puede seguir y va derecho a la liquidación”.

El senador Wernly interrumpió al opositor, reiterando que “el Partido Radical, es la esencia de todos los partidos”.

El senador Constanti recordó:

“Lebrún ha dicho ‘Los pueblos que pierden sus dioses no pueden vivir’ y el partido Radical no puede exhibir hoy día una figura como la del inmortal Alem.  [32]

El partido radical es una fuerza política que se disgrega porque le falta un centro de gravedad; se divide en dos fracciones: de un lado los hombres que no valen nada y del otro los hombres de pensamiento del partido”.  Insistió el senador Costanti en que “los hombres que dirigen un Estado no pueden estar supeditados dentro de la moral política a ninguna orientación partidista; ellos se deben al pueblo que gobiernan y no al partido que los llevó al poder; mientras que los partidos de oposición tienen que hacer de la revolución el único medio para llegar al poder”.

Desde otra perspectiva, el ministro de Gobierno Dr. Herrera afirmó que el radicalismo es “un partido que ya está bien definido y juzgado en toda la República.  Cualquiera que sean los defectos de alguno de sus hombres y los tropiezos que hayan tenido en las diversas luchas durante su vida política, es indudable y no se puede negar que el Partido Radical está cumpliendo una misión eminente en la República; la de su reparación administrativa, institucional y moral”.

Con respecto al gobierno radical en la provincia de Santa Fe, el ministro opinó que están “realizando una administración honesta y bien intencionada, sin que los errores, inevitables en toda obra humana, produzcan desmedro al partido ni a sus hombres”.

Exclamaciones a aprobación y aplausos prolongados.

Antes de retirarse del recinto de la Cámara de Senadores, el ministro de Gobierno refiriéndose a uno de los opositores, dijo:

“…cuando el señor Senador tenga la mesura y el reposo necesario podrá juzgar a los hombres que actúan con la misma mesura y reposo que yo aprecio a los de los partidos adversarios”

El reloj indicaba las 11, después de ocho horas y medias de sesión, pidió al presidente autorización para retirarse porque consideraba concluida la interpelación.

Retirado el ministro, el senador Thedy manifestó que “el debate producido ha demostrado la negligencia palpable del Poder Ejecutivo ante los violentos disturbios del Rosario” y que era evidente que “el P. E. se siente molestado desde el principio por el control de la Legislatura” porque “en su mensaje llama obstrucción a lo que no es sino control, se puntualiza en ese mensaje el anhelo, el interés de llegar a la unanimidad legislativa y como un resultado curioso de esa tolerancia, nadie ignora, que están violándose en forma notoria los principios antiacuerdistas que constituyen la bandera del partido radical…”  Destacó que “nadie ignora que los hombres del Gobierno han interesado llegar a un acuerdo con los hombres de otro partido que habían combatido, y es un rumor público que la ‘Coalición’ ha rechazado la proposición que se le hacía para mantenerse incólume”. [33]

Discordias en Concejo de Rosario

El senador Thedy durante la sesión del 17 de mayo de 1913, cuando fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Herrera -por iniciativa del senador Costanti-, analizó diversas situaciones en el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Rosario.

En el año 1913, durante el gobierno del Dr. Menchaca -radical-, hubo una huelga general que derivó en actos de violencia con destrucción de medios de transporte.

Recordó el senador Thedy que ese gobierno miraba “con antipatía al Concejo Deliberante de Rosario, formado casi en su totalidad por opositores” y que “la renuncia del Intendente Nocetti obedecía a la circunstancia de que desenvolvía su acción en perfecta armonía ay concordia con el Consejo Deliberante.  El Intendente Bello, víctima de los manejos de sus correligionarios, es arrastrado a una guerra abierta contra el Concejo y bajo su administración se produce aquel famoso informe de los contadores”; “cuando se compraban votos y se convertía a la Municipalidad en comité político”.

Refiriéndose a la siguiente administración, reconoció que “el doctor Infante se había separado de la ‘Liga del Sur’ y había dirigido una campaña contra ella desde las columnas de ‘El Mensajero’, órgano del radicalismo”, circunstancias que permitían suponer que ese nombramiento obedecía al propósito de combatir al Concejo.

Manifestó el senador Thedy que “los primeros actos del doctor Infante permiten ver el propósito a que se ajustaba; pronuncia un discurso en que se declara liguista y arrastrado por su extraño temperamento comete verdaderos atentados contra el ingeniero Castro y contra el Diputado Chiozza, miembros distinguidos del partido radical.  Al poco tiempo arremete contra el Concejo” y se inicia “con aquella famosa pretensión, según la cual, él tenía derecho de hablar tantas veces como Concejales asistían a la sesión, es decir, que si asistían diez concejales podía hablar diez veces”.

Risas en ese ámbito y el senador continuó con su memoria

“Más adelante el doctor Infante pretende atraer sobre el Concejo el ridículo y entonces se declara en entredicho y hace la declaración de que desde ese momento no entrará por el recinto sino por la barra, para atraer sobre el Concejo el ridículo que ya había atraídos sobre sí con su ramo de flores.  Siguiendo esta misma campaña, intenta acusar criminalmente a varios Concejales, consulta al asesor letrado Municipal doctor Amuchástegui”, y después a “un distinguido abogado del foro rosarino” quienes se han “expedido en la misma forma”, aunque a él “qué le importaba esto, él lo que quería era enlodar al Concejo.  Inicia una campaña para atraer a las masas obreras e indisponerlas con el Concejo” y presentó “un proyecto de cálculo de recursos que se basaba en el impuesto progresivo sobre el capital y la renta”, que no podía ser aprobado porque tampoco se podría aplicar, queriendo sólo “exhibirse como un vencedor”.  Destacó el legislador que el intendente Infante, empezó “a maniobrar en el corralón de la maestranza de los barrenderos y les demuestra que estaban mal remunerados” y presentó un proyecto al Concejo, aumentando “a tres pesos el salario de que aquellos gozaban” que se aprobó hasta tanto se reorganizaran esos servicios.

Recordó el senador Thedy que el intendente Ingeniero Bello en octubre había presentado un proyecto de presupuesto de siete millones de pesos y que “en el mes de noviembre, un mes después, el Intendente Dr. Infante lo eleva de siete millones a doce millones ochocientos mil pesos; es decir, un presupuesto mayor que el actual de la provincia, así que había dejado en las masas obreras un fermento de anarquía que se tradujo en el movimiento desarrollado últimamente en Rosario”, refiriéndose a la prolongada huelga con reiterados actos de violencia.

Víctimas olvidadas

El senador Costanti recordó que antes de la huelga general de abril de 1913, hubo “otra en que fue muerto un motorman, el señor Antonio González”, “un obrero que estaba en el ejercicio de sus derechos”, que quiso trabajar y un grupo de trabajadores lo quiso impedir y fue inútil que intentara defenderse.  Aunque se lo consideraba un anarquista, el senador Costanti afirmó que “fue un obrero muy respetable en su vida”.  Sólo se encuentran en las páginas de algunos periódicos, los nombres de los trabajadores que fueron víctimas de la intolerancia cuando pretendían ser respetados en su insoslayable dignidad.

Lance frustrado

El ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera, durante la interpelación criticó a los “correligionarios” liguistas; recordando otro incidente “a consecuencia de un lance personal que se tramitaba y en el que actuaban dos legisladores de la Liga del Sur”.

Comentó que “la policía cumpliendo con su estricto deber, procuró la detención de los padrinos para evitar el lance, porque dada la intensidad del agravio era de suponer que se realizara”.  En ese momento, “algunos legisladores y miembros de la Liga del Sur produjeron un tumulto clamando contra la policía y desbordándose contra el gobierno radical.”  Manifestó el ministro que “cuando se procuró la detención de uno de los padrinos, en jurisdicción de la comisaría primera, en la puerta del estudio del doctor Thedy, se encontraban presentes, entre otros miembros de la Liga del Sur el doctor Carrasco -Gabriel– y el doctor Marc –Julio-, y los hechos se produjeron en tal forma que fue necesario la intervención inmediata y directa del jefe político, secretarios y empleados superiores para que cesaran aquellas protestas contra la acción policial y contra el gobierno.  No son meras afirmaciones: lo certifican dos caballeros; el señor jefe político y el secretario de la jefatura”. El senador Thedy lo refutó: “Son dos caballeros que no pueden haber dicho eso, señor ministro.”

(Hablaron a la vez varios legisladores y el ministro.)

Siguió el Dr. Herrera censurando a los liguistas, “porque ante los desórdenes producidos por estos caballeros ¿cómo era posible que actuara la policía con eficacia si debía ocurrir con sus fuerzas por un lado a la vigilancia de los supuestos agitadores políticos?…”  El senador Thedy expresó: “Deplorable la defensa…”

(En los textos de estudio de la historia de los santafesinos, no hay señales acerca de estos antecedentes que se asemejan a los hechos que conmovieron a los argentinos durante la última década del siglo XX.)

Seguridad individual – Antecedentes

En la Cámara de Senadores durante la sesión del 17 de mayo de 1913, el senador Costanti destacó que “la seguridad individual está consagrada en términos categóricos en el Estatuto de 1811 y decreto del 23 de noviembre del mismo año; en el Estatuto de 1815, en el Reglamento provisorio de 1817 y en las Constituciones de 1819 y 1826” y sólo se admite “que la seguridad individual pueda vulnerarse o restringirse en el muy remoto y extraordinario caso de comprometerse la tranquilidad pública y la seguridad de la patria”.

Habeas corpus

Durante la sesión del 17 de mayo de 1913, el senador Costanti hizo un interesante análisis acerca del habeas corpus

“…tiene su origen en el derecho común y los principios fundamentales que él consagra fueron ya reconocidos en las cláusulas 46 y 47 de la Magna Carta arrancada por los Barones del Rey Juan, el 15 de junio de 1215, principios que ratificó, amplió y aseguró definitivamente la célebre ley de habeas corpus del 2 de mayo de 1679 dictada en el reinado de Carlos II”.

En reiteradas publicaciones se aludía al pensamiento de Blackstones:

“Privar a un hombre de la vida o por la violencia confiscar sus bienes, sin acusación o juicio previo, serían actos de despotismo tan notoriamente arbitrarios, que desde luego producirían alarma de tiranía al través de toda la nación; pero la prisión de la persona precipitándosele secretamente en una cárcel, donde sus padecimientos quedan desconocidos u olvidados, es un instrumento de los gobiernos arbitrarios menos público y menos trascendental y por lo tanto más peligroso”.

El senador Costanti destacó que en la Constitución de Estados Unidos, “el privilegio del auto de habeas corpus no será suspendido, excepto cuando en casos de rebelión o invasión la seguridad pública lo requiera”.  Recordó que en Inglaterra sólo lo suspendieron en oportunidad de las sucesivas conspiraciones e invasión del territorio y que en ambos gobiernos era una facultad legislativa.  Insistió en que “el habeas corpus es un privilegio que garante la libertad personal y la suspensión del mismo sólo afecta y hiere a esa libertad”.

Estado de sitio

El senador Costanti en la sesión del 17 de mayo de 1913 manifestó que el estado de sitio es “un recurso excepcional del gobierno, mucho más grave porque, como lo han reconocido la doctrina y la práctica de las instituciones”, “comprende y afecta no sólo la libertad personal del individuo sino todas las garantías constitucionales declaradas en su favor.  Abarca en sus restricciones las personas y las cosas y bajo su imperio desaparecen no sólo la libertad personal sino también la inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia epistolar, de los papeles privados y de la propiedad y quedan anulados el derecho de reunión y asociación y hasta la libertad de imprenta, este derecho común de los pueblos cultos…”

Recordó que el primer antecedente surgió en Francia, al ser mencionado el estado de sitio cuando se considerara la primera ley, el 10 de julio de 1791, referida específicamente “al verdadero sitio de una plaza fuerte de guerra”. En la Constitución de 1848 se declaró expresamente que mediante una ley se determinarían los casos de declaración del estado de sitio y las formas y efectos de esa medida.  Reconoció que esas experiencias se extendieron a Alemania, Austria, Portugal y España y en América, en Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Brasil, República Oriental del Uruguay y Chile.

En la Constitución argentina de 1853, se incluyó el inciso 20 del artículo 83, “por el que a semejanza de la constitución chilena se autorizaba al Presidente, aún estando en sesiones el Congreso, a ejercitar por sí solo contra las personas en casos urgentes las facultades inherentes al estado de sitio”, con la condición de dar cuenta al Congreso en el término de diez días, quedando sin efecto tales restricciones si el Congreso no lo sancionaba.  En los años 1854 y 1855 se declaró el estado de sitio en la provincia de Corrientes con motivo de las invasiones armadas del general Cáceres.

En 1859, “habiendo el Congreso de la Confederación autorizado la guerra contra la provincia de Buenos Aires, el general Urquiza declara el estado de sitio en la ciudad del Rosario y departamentos”.

En la convención reformadora de 1860, con el propósito de evitar “la consumación de toda clase de arbitrariedades”, se suprimió esa cláusula y sólo podía declararse mediante una ley.  Al año siguiente, “con motivo de la guerra civil se autoriza de nuevo la adopción de la medida” en el Departamento Rosario y agravada la situación, se extendió esa facultad a “la capital provisoria de la República y en todos los puntos del territorio donde fuere necesario para reprimir la rebelión.”

En 1862 se dispuso el estado de sitio para reprimir la sublevación en Corrientes y mediante una proclama el Gral. Bartolomé Mitre alertó sobre los riesgos de destitución de los poderes constituidos. Con motivo de la guerra del Paraguay se declaró el estado de sitio en todo el territorio y se mantuvo hasta 1868, “para garantir la integridad del país y reprimir las convulsiones intestinas que lo agitaban”.

En 1870, año del asesinato del Gral. Justo José de Urquiza, como consecuencia de la sangrienta rebelión de López Jordán, se declaró el estado de sitio en Entre Ríos, extendiéndose la aplicación durante sesenta días en las provincias de Corrientes y Santa Fe.  En estas dos provincias, en 1873 se suspendieron las garantías constitucionales con motivo de la guerra civil de Entre Ríos y al año siguiente, se aplicó en todo el territorio de la República.

En 1875 se provocó un incendio en el Colegio del Salvador y se declaró el estado de sitio en la provincia de Buenos Aires, decisión que se consideró exagerada porque era un delito que se podía reprimir con las leyes ordinarias vigentes. Al año siguiente, una invasión a Corrientes determinó que se declarara el estado de sitio en esa provincia, en Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.  Destacó el senador Costanti que “la revolución de 1880 en que la provincia de Buenos Aires se coloca en abierta rebelión contra el Poder Nacional, hace que se suspendan en aquella las garantías constitucionales.

Llegamos al año 1890 y el pueblo se levanta en masa contra el gobierno del doctor Juárez Celman y se produce la revolución cuya legitimidad nadie se ha atrevido a desconocer hasta la fecha y en medio de los sangrientos combates de esa revolución la República cae de nuevo en el estado de sitio.

La conspiración del 2 de abril de 1892 obliga al Poder Ejecutivo de la Nación a echar mano, una vez más, al estado de sitio” porque la situación era gravísima, se habían encontrado “bombas en poder de los conspiradores y los datos proporcionados por la correspondencia sorprendida no dejaban duda alguna sobre la trascendencia política de los acontecimientos a producirse.  La revolución en todo el territorio de la República era un hecho…”  Sucesivos alzamientos motivaron la declaración del estado de sitio en 1893.

En 1901 con motivo de los graves disturbios  “que fue necesario reprimir por medios excepcionales”, cuando “la turba anárquica” generó “incidentes sangrientos en la plaza de Mayo y en las calles más céntricas de la Capital Federal, donde impunemente se mataban los agentes de policía, y en cuya ocasión, como se dijo en el Congreso, se habían violado los fueros parlamentarios y se asaltaba el hogar de las familias no respetándose ni siquiera, la casa inviolable de distinguidísimas damas que habían hecho la caridad y la filantropía, derramadas a manos llenas” como “objetivo primordial de su existencia”.

En 1902, “la huelga general y revolucionaria llena de sangrientos excesos conmueve el orden social haciendo ineficaces los recursos de la autoridad policial y de las mismas fuerzas del ejército” y se dispuso el estado de sitio.

El 4 de febrero de 1905, al producirse el levantamiento de las instituciones armadas del país contra los poderes constitucionales de la Nación, se declaró el estado de sitio.

En 1910, cuando comenzaron las huelgas y se estaba organizando la celebración del centenario de la Revolución de Mayo, el  Poder Ejecutivo lo impuso por decreto porque “los elementos ácratas no habían tenido reparo en afirmar públicamente que ellos impedirían la celebración tranquila del acontecimiento histórico de nuestra emancipación” y “fue la juventud argentina de la Capital Federal la que por acción espontánea reprimió los extraviados y brutales excesos del elemento anárquico…”; acotando el ministro de Gobierno presente en la sesión que lo hicieron “quemando bibliotecas y asaltando imprentas”.  Rechazó el senador Costanti esa manifestación e insistió en que no era exacto, “porque el señor Ministro sabe que en aquel entonces no era posible sentarse en un tranvía de la Capital Federal llevando en el pecho la escarapela nacional sin que la mano criminal de los anarquistas la arrancara a quien la llevase para pisoteársela”.

(Grandes aplausos y aclamaciones)

Insistió en los hechos que alarmaron en Rosario, donde habían “visto con dolor y con vergüenza cuando llegaban las tropas nacionales de nuestro ejército, símbolo viviente de nuestras glorias de un siglo”…

“…los agitadores se permitían gritar insolentemente a su paso: ‘Abajo el ejército de la nación’ sin que hubiera un solo ciudadano que con mano firme y justificadas indignaciones castigara al miserable que así infamaba a las dignas instituciones armadas del país”.

(Acotación: algo semejante sucedió a fines del siglo veinte…)

Grandes aplausos en las bancas y en la barra. 

El senador Costanti destacó que el art. 23 de la Constitución Nacional establece que se impondrá el estado de sitio “en caso de conmoción interior o en caso de ataque exterior, pero bajo la condición indispensable de que en uno u otro caso, se ponga en peligro el ejercicio de la Constitución Nacional y de las autoridades creadas por ella”, hechos que no se desarrollaron durante la huelga del Rosario, aunque “en sus sitios más céntricos las casas de comercio tuvieron que cerrarse para escapar a la agresión de los agitadores en medio de la fuerza policial numerosa por sí misma y reforzada con los elementos que se enviaron de esta capital”.  Recordó que “en la ribera, jurisdicción de las autoridades nacionales, con los escasísimos recursos de la subprefectura el trabajo no se suspendió por completo en ningún momento” y sólo tuvieron dificultades “los trabajadores que habiéndose retirado de la ribera para penetrar al corazón de la ciudad se vieron privados por falta de amparo policial al derecho de volver libremente a su sitio de labor y trabajo”.  En consecuencia planteó que “solo el Poder Ejecutivo ha sido responsable por su inacción o tolerancia de la paralización económica que ha sufrido el Rosario y de los excesos que se produjeron durante la huelga”, reiterando que el gobierno “no tuvo razón para solicitar la medida extraordinaria del estado de sitio” afirmando que “el señor Ministro del Interior la denegó terminantemente” y en consecuencia leyó comunicación telegráfica pertinente.  Advirtió el senador Costanti que “llegaron las tropas de línea a la ciudad de Rosario y la situación difícil porque atravesaba la municipalidad… desparece como por encanto” y “que el General Ruiz asumió de hecho el gobierno de la provincia” en aquella ciudad…  Destacó “un hecho muy grave” porque el señor Gobernador santafesino “había concedido autorización para celebrar una manifestación pública y tuvo una conferencia con los jefes del ejército nacional quienes le manifestaron: ‘nosotros como jefes del ejército venimos aquí a garantir el orden público pero no a defender manifestaciones de carácter político, y si se hace, cargue usted con su responsabilidad”.  El ministro de Gobierno insistía en que era “absolutamente incierto” porque “las tropas no han procedido sin previo acuerdo, y respondiendo en un todo a instrucciones del Poder Ejecutivo y jefe de Policía.  (Hubo aplausos.) A pesar de esas interrupciones, el senador Costanti insistió en que esa información describía la realidad y que cuando “se apersonó la fuerza nacional al corralón de la Maestranza municipal para hacerse cargo del servicio”, el jefe de esa dependencia “le dijo”: Usted será jefe de línea, usted será oficial del ejército nacional, pero aquí quien manda soy yo, bajo las órdenes del Intendente Municipal”.  Luego el ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera agradeció al senador por San Lorenzo la oportunidad de esa interpelación, porque podría “restablecer la verdad alterada” y destacó que la había realizado “en términos mesurados que merecen una consideración digna de todo elogio”, actitud que revela una reacción “contra anteriores tendencias” y “que revelan un cambio de rumbo político en el partido que representa el señor Senador –Liga del Sur-, que acaso se apercibe de haber perdido ante la opinión pública muchos prestigios que necesita recuperar a fuerza de constancia”. El ministro rechazó las críticas del senador porque no aportó pruebas y se hizo eco de distintas versiones del órgano oficial de la Liga del Sur” y “las insidias de cierta prensa descalificada”.  Sostuvo el ministro de Gobierno, que “no puede decirse que la huelga se haya caracterizado por la violencia.  Al contrario: fue pacífica” y leyó el informe policial, defendiendo en todo momento las acciones de las fuerzas policiales.

Ausencias del gobernador

Durante la interpelación al ministro de Gobierno Dr. Herrera, el 17 de mayo de 1913 el senador Costanti reprochó al gobernador Dr. Menchaca que “cuando el aniversario y centenario de las fiestas del Himno Nacional se ausentaba de la localidad, donde debiera encontrarse”, considerándolo “el caso único”, “en que el Gobernador de la provincia de Santa Fe no ha colaborado en una obra de sano patriotismo como esta”.

En la sesión del 21 de junio de 1913, prestó juramento el secretario provisorio del Senado don José Manuel González, en reemplazo del señor Barraco y luego se consideró el pedido de licencia del gobernador, en revisión de la Cámara de Diputados, “para ausentarse” y “sin fijar la fecha en que debe hacer uso de esa licencia”.  El senador Thedy manifestó que “parece excesivo el término de la licencia que solicita el señor Gobernador”; no hubo discusión y se autorizó la licencia.

 

Mayor retribución al bibliotecario.

Durante la sesión del 21 de junio, presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero, el Senador Bartolomé L. Barreto –Departamento Belgrano-, presentó un proyecto creando un cargo de Oficial 1º Bibliotecario, con una retribución de $ 350.- mensuales (al mismo tiempo que se creaba la Prosecretaría del Senado con $ 450.-)

Al fundamentar el proyecto referido a la retribución al bibliotecario, el Senador Barreto expresó:

“si bien es cierto que ésta última existe en el presupuesto del Honorable senado, no se le ha dado la importancia debida al asignarle al funcionario esta asignación conjunta de Oficial 2º del Senado y Bibliotecario a la vez de la Legislatura, puesto de índole bastante modesta por cierto.  A objeto de establecer el orden y la importancia que cada funcionario debe tener”, pidió que lo apoyaran dado que “se refiere a la creación de una biblioteca indispensable para conocimiento del Cuerpo.

Hubo aprobación unánime.  (Ds. Ss, 1913, t. I, p. 360.)

Deudas por el edificio de la Legislatura.

En la sesión extraordinaria del 31 de diciembre de 1913, se aprobó la última partida de $ 23.443.552 para cancelar gastos de construcción del Palacio de la Legislatura. (Ds. Ss. Extr. 1914, p. 280.)

1914 – Instalación de la Legislatura en la nueva sede

En esta aproximación a la historia de la Biblioteca de la Legislatura, quien ha concretado la recopilación y está ejecutando la trascripción de estos datos, considera que ha de ser una persona interesada por la Historia de los Santafesinos… de los Argentinos.

En consecuencia, se incorporan datos que no están directamente vinculados con la Biblioteca –porque no han hallado señales en la documentación disponible en diarios de sesiones- y ahí reside la clave por la cual ese servicio ha soportado sucesivas declinaciones…

 

El 6 de junio de 1914, pasó a la Comisión de Hacienda un proyecto de Ley, para otorgar $ 100.000.- nacionales, con destino a la instalación de la Legislatura en su nuevo local.  El 19 de junio, se aprobó el proyecto, con la Presidencia del Sen. Fernando Centeno, representante del Departamento Constitución. Subrayado aquí

Sesiones en el nuevo edificio

El diario “Nueva Época” en su edición del 18 de abril de 1914 informó sobre la inauguración del período legislativo en el recinto de la Cámara de Diputados.  La Asamblea Legislativa se realizó el 14 de junio en ese ámbito.  Aún estaban completando las obras en el nuevo edificio -actual General López entre 4 de Enero y Urquiza- y recién al mes siguiente, el 17 de julio, aquel diario anunció que las Sesiones Extraordinarias de la Cámara de Senadores comenzarían el 25 de julio en esa sede.

Ese día a las quince, el presidente nato del Senado vicegobernador Juan Cepeda dio comienzo a la sesión invitando al secretario a dar lectura al decreto del Poder Ejecutivo provincial que convocaba a “sesiones extraordinarias”. Luego, las Cámaras sesionaron por separado.  En la pertinente a la Cámara de Diputados, rindieron homenaje a los doctores Roque Sáenz Peña y Agustín Allende Lezama.

Horarios de sesiones

En la Cámara de Diputados desarrollaban las sesiones los días sábado por la tarde y noche, domingos por la mañana y tarde. Tales horarios no interferían en la atención de otros trabajos o trámites de los legisladores entre lunes a viernes.

Aunque estaban desarrollando las sesiones en la nueva sede, continuaban los trabajos de terminación del edificio y de instalación de las oficinas. Recién el 18 de septiembre de 1914 anunciaron que se realizaba un acto de inauguración oficial del recinto de sesiones de la H. Cámara de Diputados. Otra crónica indica que “a las 4:30 PM” había llegado a la  Legislatura el Gobernador de la provincia, acompañado por ministros… y en tales circunstancias  “…se bebió una copa de champagne…”

Acerca del monumento al General José María Paz

Entre la emoción y los recuerdos, el 19 de septiembre de 1914, el diario “Nueva Época” informó: “Donde el Gral. Paz sufrió doce años de prisión en la Plaza Pringles, se levantará su estatua.”

Es oportuno tener en cuenta que el edificio de la antigua Aduana había sido la cárcel donde José María Paz estuvo detenido y donde contrajo matrimonio tras la anuencia del Brigadier Estanislao López.

En aquella nota, el periodista había destacado: “…en la Sala de los pasos perdidos de la Legislatura inaugurada ayer, hay un pedestal que pide una estatua”.

Hasta entonces, sobre tal proyecto de instalación de un monumento como homenaje, se habían generado sucesivas deliberaciones.

 

Durante la sesión del 25 de julio de 1914, presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero, fue considerada la minuta de comunicación al Poder Ejecutivo presentada por el Senador Bartolomé L. Barreto –Belgrano-, solicitando la asignación de una partida de $ 10.000.- para el monumento al Gral. José María Paz, “que se colocará en el may de la Legislatura” (art.2º), de acuerdo con lo previsto y aprobado al tratar el proyecto del edificio. Al fundamentar su propuesta, reconoció que la concretaba “en la primera sesión y la elevó, a objeto de que no haya espera de tiempo ni solución de continuidad entre la ocupación de este edificio y nuestra labor legislativa; y la solemnidad y grandeza de nuestra tarea indica además honrar a una eminencia, indica homenajear a una de las más grandes figuras de nuestra emancipación.”

El senador Bartolomé L. Barreto necesitó expresar una de sus emociones, evocando durante esa sesión: “Al visitar la construcción de este edificio, me trasladé a este lugar a contemplarlo rodeado de sus añosos aguaribays, y se reprodujeron en mi espíritu las palabras del cívico francés, cuando decía: “Hay lugares cuajados de recuerdos, cuyos recuerdos invaden el alma”.

Inmediatamente dijo: “…y vienen a mi memoria, como si se desplegara una larga tela de un amplio telón, etapas de aquella vida fecunda y gloriosa del prisionero del año 31… Paz entró de inmediato como Ayudante de Belgrano… Participó en Salta, Vilcapugio y Ayohuma.”

Una vez más, la intención resultó insuficiente porque no ha habito tal monumento en el “hall de la Legislatura). (1914, C.S., p.12.)

Los imprescindibles recursos…

Excepto algunos datos sobre retribuciones al bibliotecario –a su vez Archivero-, no se han hallado otros datos que permitan comprobar la adquisición de libros y la provisión de los recursos indispensables para desarrollar un servicio de esas singulares características.  La voluntad, en esas situaciones –como en tantas otras-, es insuficiente.

Municipalidades: reforma en el sistema electoral

Durante la sesión del 26 de junio de 1914, en la Cámara de Diputados se consideró la reforma a la ley orgánica de municipalidades disponiéndose que ejercerían el voto en las elecciones comunales todos los ciudadanos argentinos que figuran en el padrón electoral de la provincia, correspondiente al municipio respectivo con un año de residencia y los extranjeros con dos años de residencia en ese municipio, diez y ocho años o más de edad y que paguen impuestos directos municipales o provinciales mayores de diez pesos anualesSubrayado aquí

La junta electoral de acuerdo al art. 3º estaba integrada por el intendente municipal, el presidente del Concejo Deliberante y tres contribuyentes sorteados de la lista de los diez mayores del municipio que corresponda, que sepan leer y escribir.

El diputado Alcides Greca informó sobre el despacho favorable de la mayoría de la Comisión en la reunión del 20 de junio y planteó la posición del radicalismo ante algunos informes periodísticos relacionados con la caducidad de las autoridades comunales y el propósito de “salvar al intendente del Rosario, acusado de malversación por el concejo liguista de esa misma ciudad”.

El diputado manifestó que:  “El partido radical, ni los radicales, nunca abusarán de su mayoría legislativa para desalojar al adversario que ha ganado un puesto electivo en buena lid”.

El diputado Ángel Ortiz Grognet -departamento San Martín-, propuso que teniendo en cuenta “las legítimas aspiraciones de la masa popular”, los intendentes sean “llevados también por el sufragio popular”. Aludió a las relaciones entre los intendentes y los concejos deliberantes destacando que “con el señor Quiroga no han habido incidencias de ninguna naturaleza; con el señor Nocetti, el primer intendente radical, marchó en absoluto de acuerdo el concejo deliberante con la Liga del Sur” sin referirse al “origen de su caída” porque era “bien conocido” por los radicales; “a él siguió el señor ingeniero Bello, cuyas cualidades de hombre inteligente y honesto” reconoció, aunque “desgraciadamente, un espíritu de oposición sistemática cundió en él y tuvo que caer… Siguió el señor intendente Infante, hombre también de altas condiciones de inteligencia, de capacidad y de laboriosidad, pero que había manifestado ya su antipatía personal hacia el concejo deliberante”.

Manifestó el diputado Ortiz Grognet que en ese momento, se volvía a “producir el conflicto. ¿Por qué?

-Por la animosidad manifiesta del actual intendente, doctor  Meyer; no ya un intendente de guerra, sino un simple intendente de opereta”.

Insistió en la necesidad de establecer el voto universal.

En los últimos momentos del debate, el diputado Pérez Ordoñez recordó que “nuestra Constitución es terminante, que no autoriza la calificación del voto y por consiguiente, los miembros de la honorable legislatura del año 1900, interpretaron falsamente su espíritu al decretar el voto calificado”; situación idéntica a la que se ajustaron “los legisladores que dictaron la ley municipal en 1893, que prescriben el voto universal”.

En consecuencia, anticipó su voto favorable a la caducidad de las autoridades que fueron electas con esas limitaciones inconstitucionales.

El despacho fue aprobado por veintiún votos afirmativos y dos negativos.

El voto femenino calificado

En esa circunstancia, el diputado Alcides Greca -San Javier-  informó que la Comisión había propuesto otras reformas que se irían discutiendo durante el tratamiento de la ley.

“Son las principales: el voto a la mujer de profesión liberal o que ejerza el comercio, y la autorización de votar a los extranjeros con dos años de residencia en el país”.

Se generó un prolongado debate.

Durante la discusión en particular, el diputado Culaciati propuso que se agregara en el último inciso del artículo 1º que ejercerían el derecho al voto, “las mujeres de buena conducta, contribuyentes, las maestras, profesoras y las que tengan un título expedido por una universidad nacional o provincial”.

Experiencia en otros países

El legislador aludió a los cambios que se observaban en “Inglaterra y Estados Unidos” y destacó que “el voto a la mujer ya no se discute” porque “es indispensable que salga del hogar y tome parte en estas luchas políticas, en estas luchas de intereses comunales, porque ella por su carácter de contribuyente, de profesional, tiene tanto interés en el desarrollo de estos negocios administrativos comunales, como puede tenerlo cualquier habitante de la comuna”.

Advirtió que “es necesario que la mujer llegue a conquistar el puesto que legalmente le corresponde en la sociedad, exteriorizando en esa forma su capacidad intelectual, su capacidad política, interviniendo en una forma directa en estas contiendas policías”.

El diputado Alcides Greca manifestó que “el voto de la mujer es hoy una aspiración, que se puede calificar de universal, y que ha llegado a su realización en varios países que se reputan los más adelantados del mundo, como Suecia, donde las mujeres pueden ser diputados, y lo mismo en Finlandia, estado autónomo de Rusia.  En varios estados de Norte  América también se ha establecido el voto a la mujer y ha sido de grandes beneficios para esas poblaciones”.

Citó la experiencia en “los parlamentos federales cuando estaban constituidos solamente por hombres y fue necesario que llegaran a ellos las mujeres para que las leyes contra el alcoholismo fueran sancionadas inmediatamente y por gran mayoría”.

Destacó que “Australia también da participación a las mujeres en los comicios.  Por lo tanto, aquí en la Argentina, en la provincia de Santa Fe, al iniciarse esta reforma, lo único que hacemos es adelantarnos a una innovación que tarde o temprano tiene que llegar”.  Subrayado aquí

Experiencia en San Juan

Recordó que esa reforma tenía un antecedente, porque “en un departamento de la provincia de San Juan, las mujeres tienen derecho al voto en las elecciones comunales” y reiteró que “el voto feminista tiene también sus partidarios en la República Argentina, y es bien conocida la actuación de la doctora Lanteri… que preside un comité que auspicia el voto a la mujer”.

El representante del departamento San Javier, preguntó “a los señores diputados: ¿entre el voto de una maestra normal y el voto de un indio, de uno de esos indios que según dicen me han traído a esta Cámara, con cuál se quedarían? -¿con el voto de la maestra o con el voto de ese analfabeto, hijo de las selvas?”

El diputado Ferrarotti respondió: “Con el voto y con la maestra”.

Risas.

Luego el diputado José Araya -de Rosario- admitió que “el voto político a la mujer ha sido negado por algunas legislaciones” porque se la “consideraba ignorante de las funciones políticas y extraña a las cosas de la vida pública, por estar reservadas sus funciones exclusivamente a la vida doméstica”, y recordó que “se ha sostenido por un escritor francés que esta negativa del voto político a las mujeres, se fundaba en una facultad natural, como es la división del sexo” aunque desde ese punto de vista existía un error, porque la mujer “trabaja en los almacenes, en los grandes diarios, en todo el rodaje que imprime movimiento al progreso moderno”.

El diputado Araya aludió al “gran orador Stuard Mill” que “en mil ochocientos siete abogaba elocuentemente por el voto de las mujeres, en virtud del principio que establece “no debe haber imposición sin representación” y recordó que “el emperador de Rusia” dio “al estado de Finlandia la ley sancionando el sufragio universal” a “los ciudadanos finlandeses de uno y otro sexo,  cumplidos los veinte y cuatros años de edad”, aunque a pesar de que “la vida política de la mujer es muy activa en dicho estado, han sido poco numerosas  las mujeres llevadas al parlamento.  Luego se analizó el alcance de la especificación “profesión honesta” que en realidad significaba ejercer alguna de las denominadas “profesiones liberales”.

La incorporación de ese texto fue aprobado y se avanzó en el reconocimiento a la igualdad de derechos cívicos en los ámbitos comunales y municipales.

La discriminación que soportaron las mujeres se prolongó hasta que el 23 de septiembre de 1947 cuando el General Juan Domingo Perón (presidente de la Nación desde el 04-06-1946) promulgó la ley Nº 13.010 que otorgó el pleno ejercicio de los derechos cívicos a las mujeres argentinas, entregándole el texto a Eva Perón, horas después de la sanción y en ese momento se desarrolló un acto ante una multitud…

Reorganización del Cuerpo de Taquígrafos

En la sesión del 27 de junio de 1914 presidida por el Dip. Fernando E. Centeno se consideró sobre tablas la reorganización del Cuerpo de Taquígrafos -para la formación de tres turnos-, integrándose con un director, un vicedirector, dos taquígrafos de primera, dos de segunda y un corrector de pruebas.

En ese tiempo, el estenógrafo Julio Fayó ejercía la jefatura del Cuerpo, Fernando Birri era taquígrafo de 1ª; Adolfo M. Sovrano y Francisco P. Espino de segunda y Máximo L. Coria era el corrector de pruebas.

1915: El dilema de la Educación

Durante la sesión extraordinaria del 9 de enero, se trataba el presupuesto prorrogado y al analizar lo pertinente al Consejo General de Educación, el Diputado Ferrarotti manifestó: “La provincia de Santa Fe es una de las más ricas de la república, tiene una cantidad de analfabetos que, según creo, en ninguna parte de la república asume un porcentaje tan grande…” y refiriéndose a la iniciativa de Construir nuevos edificios, expresó: “antes de dotar de edificios propios, debemos multiplicar el número de escuelas”. (D. S. 1915, p. 367.)

1916…

No hay datos relacionados con la Biblioteca en los diarios de Sesiones.

1916: conflictos políticos en la provincia de Santa Fe.

En los diarios de sesiones de la Legislatura de la provincia no hay datos acerca de la biblioteca. En los pertinentes al Congreso Nacional hay señales acerca de los conflictos políticos existentes.  En ese tiempo, ejercía la Presidencia de la Nación el Dr. Victorino de la Plaza, y fueron sus ministros: de Interior el Dr.  Miguel S. Ortiz; de Relaciones Exteriores y Culto el Dr. José Luis Murature; de Hacienda Dr. Francisco J. Oliver; de Justicia e Instrucción Pública el Dr. Carlos Saavedra Lamas; de Guerra el Gral. Ángel P. Hallaría; de Marina el Contraalmirante Juan P. Sáenz Valiente; de Agricultura Dr. Horacio Calderón y de Obras Públicas, el Dr. Manuel Moyano.

En la Cámara de Diputados, representaban a la Provincia de Santa Fe: Ricardo Aldao, Perfecto Araya, Alejandro M. Carrasco, Francisco E. Correa, Domingo Furgón Zavala, Diógenes Hernández, Néstor de Iriondo, Ovidio A. Lagos, Gustavo Martínez Zuviría, José Antonio Montes y entre los electos incorporados ese año, Jorge Raúl Rodríguez con veinticinco años de edad.

En la sesión del 26 de abril fue presentado su diploma, junto al de Enrique M. Mosca, Juan Cepeda, Montes, de Iriondo y Hernández.

La lectura del Diario de Sesiones refleja algunos incidentes y violencias motivadas por las elecciones del 2 de abril de 1916, al decir del Dip. Rodolfo Moreno, “enfermedades de la política argentina”, en circunstancias en que conservadores y radicales eran tenaces adversarios.

Durante la consideración del despacho de la Comisión de Poderes, intervino el electo diputado Rodríguez para plantear en nombre de “los diputados electos por la mayoría radical en Santa Fe… una simple cuestión de consecuencia con sus principios”, por cuanto dos años antes había ocurrido un hecho análogo al que se analizaba; cuando “el señor jefe político del Departamento Castellanos fue proclamado candidato a senador por ese departamento y había suscripto los edictos que reglamentaban el acto electoral, de acuerdo con la ley de la provincia.  Ese sólo hecho bastó para que la Unión Cívica Radical entendiera que el señor Daupuy, que era entonces un miembro distinguido del partido, no podía ser legítimamente candidato a senador por el Departamento en que ejercía funciones ejecutivas”…  [34]

Luego, el electo diputado Rodríguez manifestó que sus colaboraciones “en los debates próximos, sincera y modestísima, ha de inspirarse en la línea moral que nos hemos trazado, decisivamente, para abatir el fraude en sus últimos reductos, consolidar los progresos democráticos y hacer que en los actos eleccionarios imperen prácticas nuevas y firmes de respeto hacia la verdad del voto público.”

El 23 de mayo de 1916 juraron los diputados electos en la provincia de Santa Fe…

 

1917: Creación de cargos en la Cámara de Senadores.

En la sesión del 20 de abril, se crearon los cargos de Mayordomo y de Encargado de Mantenimiento en la Cámara de Senadores. (Ds.Ss., 1917, p. 42.)

Reconocimiento al compositor Juan B. Mazza

Durante la sesión del 22 de junio de 1917, con la presidencia del Dip. Dr. Gregorio Parera –San Javier-, se aprobó el proyecto del Dip. Romero David Saccone –Rosario- otorgando una subvención mensual de $ 100.- oro sellado, durante dos años, como reconocimiento por ser “un virtuoso compositor musical, autor de vidalas y estilos…” y porque “estos compositores son los factores que ayudan a formar nuestro nacionalismo.” (Ds.Ss., 1917, p. 339.)

Es oportuno destacar que impusieron el nombre “Juan B. Massa” a la Escuela Municipal de Música de Rosario, donde se desarrollan cursos de capacitación instrumentista, talleres y profesorado de música.

Estas informaciones que aparentemente no tienen relación directa con la historia de la Biblioteca, sirven como demostración del apoyo de los Sres. Legisladores a la imprescindible EDUCACIÓN PERMANENTE DE LA COMUNIDAD.)

Homenaje al poeta “Almafuerte”…

Entre las treinta y siete leyes sancionadas se observa la que autorizó una contribución de $ 500.- destinados al homenaje organizado en Rosario, en homenaje al fallecido poeta argentino Almafuerte (seudónimo de Pedro B. Palacios), proyecto presentado por los diputados Ángel Ortiz Grognet, Romeo David Saccone y Juan Luis Ferrarotti representantes de ese departamento.  Fue tratado sobre tablas porque era inminente su realización.  Destacó el diputado Saccone en la sesión del 14 de abril de 1917 que:

 “Almafuerte no es un poeta crítico, moralista, un poeta filosófico; es un apóstol y ha hecho de su vida un verdadero apostolado.  Su vida puede servir de estímulo y de ejemplo para todos los hombres de la generación actual y venidera.” 

El proyecto fue sancionado por unanimidad.

Reconocimiento a los aborígenes

Es frecuente leer los proyectos de distintos legisladores en sucesivos períodos, pidiendo al Poder Ejecutivo alguna solución al problema de la tierra y a la exención del pago de contribuciones que soportan las comunidades aborígenes.

En la sesión del 5 de mayo de 1917 en la Cámara de Diputados se consideró el proyecto de ley presentado por los diputados Romeo D. Saccone, Tobías Arribillaga (Rosario) y Dr. Pablo Tiscornia (General López), eximiendo del pago de contribución directa a los “indígenas de San Javier, San Martín Norte y Santa Rosa”.

En esa oportunidad el diputado Saccone reconoció que ese proyecto era la reiteración de anteriores y que “hace cuatro años que está durmiendo el sueño de los justos en el seno de la Comisión” y recordó “los términos brillantes y realmente conmovedores” del ex diputado Alcides Greca cuando lo renovó dos años antes, el 18 de junio de 1915.

El diputado Saccone manifestó que “los indígenas, son los dueños lógicos y naturales de todo el territorio del país.  La civilización, la llamada civilización, los ha ido desalojando lentamente de todas sus propiedades, hasta el punto que han tenido ellos que recurrir a los poderes públicos en demanda de algunos pequeños lotes de tierras fiscales para poder seguir desarrollando su vida y sus costumbres.  El gobierno de la provincia acordó oportunamente una pequeña extensión de tierra en San Javier, San Martín Norte y Santa Rosa, a varias tribus que estaban radicadas en esas zonas”.

Advirtió que “ya que reconocemos a favor de los civilizados la posesión treintenaria, respetemos la posesión milenaria de estos indígenas”.  Pidió que se aprobara el proyecto “ya que no solo son los dueños de esas tierras sino del país entero.”

Solicitaron el tratamiento sobre tablas e insistió el diputado Adolfo Pérez Ordoñez (Las Colonias) para que fuera estudiado en la comisión porque había colonias en toda la provincia.

El diputado Arribillaga advirtió que no todas los grupos aborígenes estaban en iguales condiciones; planteó que algunas comunidades “pueden estar muy lejos, en la selva, donde no tienen comercio de ninguna clase”.

En consecuencia, desde su punto de vista podrán “servirles actualmente sólo para establecer su toldo o rancho”.  Las correspondientes al proyecto eran tierras “bajas”, que “no producen… no tienen valor comercial… y que se les ha dado para que tengan un lugar donde reposar y donde vivir”, de modo que pagarían contribuciones las que estuvieran enajenadas o las que se enajenasen.

Monumento a Alberdi

La Comisión de Fomento de Alberdi, en el departamento Rosario, pidió autorización a la legislatura para erigir en la plaza de esa localidad, un monumento al Dr. Juan Bautista Alberdi y el 28 de diciembre de l916 el proyecto sancionado en la Cámara de Senadores pasó a la de Diputados.

Se consideró en la sesión del 29 de junio de 1917 y el diputado Dr. Juan Luis Ferrarotti manifestó que sería un “homenaje público a uno de los hombres que ha sido más combatido en nuestra historia y para quien la posteridad tiene que ser unánimemente generosa, porque es, quizás, el cerebro más profundo que se ofrece en toda la gloria de nuestro pasado”.

Advirtió que “nuestras escuelas han de reformar ese concepto anticuado de la historia, que permite únicamente a través de los siglos, la espada del militar.  Estos hombres que viven en la penumbra y en el silencio de la historia, pero tan ilustrativos en las bibliotecas, serán los únicos que acariciarán los corazones de nuestros hijos, serán los únicos que despertarán su admiración…  Alberdi nació poco tiempo después de nuestra revolución, creo que fue el 29 de agosto de 1810.  Murió muy anciano.  Casi no ocupó cargos públicos; vivió en el destierro, bajo la tiranía.  En el destierro sostuvo polémicas muy apasionadas con Sarmiento y todos los hombres que él combatió…”

(Una aproximación al libro Política Británica en el Río de la Plata escrito por Raúl Scalabrini Ortiz y a La Forestal – Tragedia del quebracho colorado obra de Gastón Gori, sirve para advertir las señales que dejó Alberdi mientras desempeñada diversas misiones diplomáticas en el exterior…)

El diputado Ferrarotti, expresó: “Yo no justifico de la vida de Alberdi aquella situación en que se colocara cuando la triple alianza frente al Paraguay; pero entiendo que cuando los grandes intereses de la patria se encuentran en peligro, es preciso que los hombres sepan acallar hasta sus propias ideas, hasta sus cerebros en pro del ideal por el cual sus hermanos están derramando su sangre en los campos de batallas”.

Entiendo que sus obras son las más grandes, las más intensas que se han escrito; nadie mejor que él ha comprendido mejor a la república…” y lo comparó con “Rivadavia, cuyos decretos y leyes encierran una serie de reformas tan revolucionarias para el porvenir, que aún estamos esperando que llegue el presidente que sea capaz de completar esa obra”.

(Aplausos y exclamaciones de aprobación en las bancas y en las barras.

Bernardino González Rivadavia –poco reconocido con su primer apellido-, fue quien intervino en la gestión y posteriores trámites del primer empréstito con la Bahring Brothers… que significó la hipoteca de todas las tierras fiscales y una deuda que se cancelo un siglo después…)

El diputado Pérez Ordoñez planteo que “tarda ya Santa Fe en erigir en la plaza de su cabildo el monumento en que se perpetúe la figura de este eminente argentino que en horas de agitación intensa para el país, echara las bases sobre la que después se edificara, aquí en Santa Fe ese monumento institucional por el cual debemos ser envidiados por más de uno de los pueblos afines de la tierra”.

Resultó evidente alguna ignorancia acerca de las normas constitucionales provinciales porque intentando no lesionar la autonomía de la comuna, afirmó que sus autoridades podían “disponer de sus plazas y paseos”.

El proyecto fue aprobado por unanimidad.

1918: Jardines de la Legislatura

En la sesión del 21 de junio de 1918, aunque por las dificultades financieras del erario público el Senador Enrique Thedy se opuso, se consideró el proyecto que reconocía el gasto de $ 15.915.-, en arreglo de los jardines de la Legislatura, incluyendo la colocación de veredas, bordes y portones. Fundamentó el proyecto el Senador Dalmiro L. Videla (San Justo).  Al día siguiente, se aprobó el proyecto, autorizando la suma de $ 12.000.- (Ds. Ss. 1918, t. 2, p. 61).

1919: Sin datos en los diarios de sesiones sobre la Biblioteca o erogaciones referidas al edificio de la Legislatura

1919: creación de la Universidad del Litoral

El 1º de abril de 1919 el gobernador Rodolfo Lehmann remitió a consideración de la Legislatura los “expedientes relacionados con la existencia e inversión del fondo universitario, durante los años 1915, 1916 y 1917.

El 9 de mayo de 1919 ingresó en la Cámara de Diputados el proyecto de los diputados Dres. Amadeo Ramírez, Luciano F. Molinas y José Oliva autorizando “al Gobierno de la Provincia y de acuerdo con la Universidad de Santa Fe, ceda al Gobierno de la Nación a título gratuito y en propiedad, la actual Universidad de Santa Fe con todas sus Facultades, bienes y muebles, laboratorios, bibliotecas y demás valores que constituya su patrimonio”.

Estaba previsto salvaguardar los intereses del personal en cuanto a sus jubilaciones y pensiones, considerándolos empleados nacionales desde la fecha de sus nombramientos.

En el art. 4º se reconocía que los títulos expedidos por la universidad provincial estaban equiparados a los otorgados por universidades nacionales.   Destacó el diputado Oliva que no creía necesario fundamentarlo porque estaban “en la conciencia pública las razones de urgencia que hay para convertirlo en Ley a fin de dar rápida resolución a los problemas universitarios de la provincia”.

Apoyo al proyecto en el Congreso Nacional

El 6 de junio de 1919 el diputado Dr. Amadeo Ramírez informó que un grupo de jóvenes universitarios pertenecientes a la Federación Universitaria de Santa Fe, solicitó a la Cámara que exprese ante el Congreso Nacional que “vería con agrado la pronta sanción del proyecto de Ley del señor Diputado nacional por Santa Fe, don Jorge Raúl Rodríguez” representante de la Unión Cívica Radical y autor del proyecto de nacionalización de la Universidad provincial.

Provisión de fondos a la FUA…

Al mismo tiempo solicitaban la provisión de fondos para la Comisión de la FUA que estaba en la Capital Federal, aprobándose el proyecto que abarcaba ambas situaciones.

El 14 de junio esa federación remitió una nota al presidente de la Cámara de Senadores firmada por el presidente Juan A. Sans y el secretario Augusto Morisot; solicitándole que “se envíe al honorable congreso nacional un telegrama expresando su deseo de que se sancione a la mayor brevedad posible el proyecto de creación de la Universidad del Litoral”, considerando que era “una aspiración de la mayoría de los habitantes de la provincia”.  Pedían que con fondos de la secretaría de la Cámara, se otorgara “un subsidio para la comisión que tiene destacada en Buenos Aires y que gestiona la pronta aprobación del referido proyecto”.

En la sesión del 20 de junio de 1919, el senador Héctor S. López (San Jerónimo), aludió en el recinto a esa nota y recordó que la Cámara de Diputados ya había adherido a la iniciativa que se estaba considerando en la Cámara de Diputados de la Nación.    El senador Gerardo Costanti manifestó que la demora en la sanción definitiva de ese proyecto se debía a que “hay indudablemente en juego intereses de otras provincias que tratan de oponer dificultades a la creación de esta universidad que va a tener su asiento en la provincia de Santa Fe”.  Por unanimidad se aprobó el envío de un telegrama.

1920: acreditación de diplomas y denuncias por fraude

En la sesión preparatoria del 27 de marzo de 1920 presidida por el senador Dr. Gerardo Costanti, se consideró el despacho en mayoría de la Comisión de Poderes de la Cámara de Senadores -senadores Dalmiro L. Videla (San Justo) y Nicolás Habegger (Gral. Obligado)-, aprobando los diplomas de los electos el 1º de febrero de ese año, correspondientes a Dr. Carlos Paganini (Rosario), Sr. Fernando Dentesano (Castellanos), Dr. Luis M. Mattos (Caseros), Juan M. Bullo (San Cristóbal), señor Eugenio Dutruel (9 de Julio) y señor Melitón Gómez (San Jerónimo), quien había obtenido 2410 votos mientras el señor Manuel Díaz Etchevere obtuvo 250 votos menos.

El senador Ricardo D. Murray (Belgrano) presentó un despacho en minoría disponiendo la anulación de la elección en ese departamento.

Procedimientos fraudulentos

El senador electo Carlos Paganini destacó que desde el Colegio Electoral se habían puesto en evidencia “las enormidades que se han cometido en el acto electoral de San Jerónimo, mostrando la actuación de los representantes de las autoridades provinciales en aquel departamento, y haciendo ver a todo el país -porque todo el país ha escuchado la palabra del tribuno-, los medios empleados por el partido nacionalista para obtener el triunfo”.

En un extenso discurso describió los procedimientos fraudulentos y de presión política que se habían registrado en distintas localidades.

En Gálvez un militante en el partido radical disidente, acompañado de personas reconocidas por sus apodos -Moscabrava, Comegente; El Potrillo, Bandera Negra, El Sapo- a pesar de la denuncia ante la policía, continuaron con sus atropellos “de manera más descarada y vandálica”.

El “jefe de la estación del Ferrocarril Central Argentino, señor Argüello, había sido trasladado a Venado Tuerto y volvió a su antigua residencia” el día anterior, “con el pretexto de enfermedades de familia” con el propósito de “acompañar a sus adeptos del ferrocarril en la campaña de presión y coacción de los demás empleados de la dependencia”.

Censuró el electo senador Paganini, que “el subcomisario de la Defensa Agrícola” participara “amenazando a los colonos con que les iba a quemar sus parvas si no daban su voto por el partido radical”.

Advirtió que en Gálvez “se constituyeron garitos en un prostíbulo”; allí “se les quitaban las libretas a los dudosos” y este mismo “Albarenque, en Irigoyen, atropelló al comité demócrata a tiros, a los gritos de ‘Viva Mosca y viva el partido radical’.”

A 43 hijos de colonos les fueron quitadas sus libretas…”

Destacó el legislador electo en que “un comisario dirigió “jugadas de taba y de cholón, cobrando la coima y dedicando su producido a la compra de libretas”.

Defensa de Melitón Gómez…

Luego defendió su posición el electo Melitón Gómez, denunciando a los demócratas por compras similares, pagando “de cinco hasta veinte pesos cada uno, con el propósito de privarnos de algunos votos a los radicales pobres”; denunció que en algunas localidades la policía fue cómplice para lograr ese fin e insistió en que los comités radicales se sostenían con recursos propios.

La votación a favor del despacho de la mayoría permitió la incorporación del senador Gómez, quien integró la comisión de Presupuesto y Cuentas de esa Cámara.  En la edición de diarios de sesiones de 1920 consta que fueron presidente protémpore don Melitón Gómez y vicepresidente pro témpore don Román J. Argenti; que los departamentos San Javier y Constitución carecen de representación por no haberse considerado las elecciones respectivas.

Discurso del senador Gómez acerca de la Liga del Sur

El senador Gómez, en la sesión del 11 de junio de 1920 presidida por el vicegobernador Mendieta, promovió “una aclaración respecto de la discusión producida con motivo del tratamiento de su diploma” en la citada sesión preparatoria.  Ratificó sus manifestaciones acerca de “las causas por las cuales la Liga del Sur no triunfó en San Jerónimo” y presentó una carta que no fue reconocida como válida por el senador Mattos -liguista, del partido demócrata progresista-, originándose un breve debate hasta que el senador Caminos pidió que se levante la sesión y el senador Costanti manifestó que estaba completamente terminado ese asunto.

Dr. Gerardo Costanti: en el Congreso Nacional y en la Legislatura…

En la elección de autoridades para el período ordinario, realizada el 27 de marzo, resultaron electos presidente pro témpore el senador Juan Cepeda, vicepresidente el senador Francisco B. Caminos -quien había renunciado en forma indeclinable- y en consecuencia fue electo para ese cargo el senador Dr. Gerardo Costanti, quien ocupaba “una banca en el Congreso Nacional”.

De acuerdo a manifestaciones del senador Paganini, “eso no significa en absoluto un impedimento para que el señor senador por San Lorenzo siga desempeñando como hasta ahora sus funciones de senador por ese departamento ante la legislatura de la provincia y el cargo de vicepresidente del honorable senado, porque hay antecedentes de que ambos cargos han sido desempeñados simultáneamente”.

Ese criterio determinó que con mayoría en la votación se rechazara la renuncia.  Inmediatamente juraron las autoridades electas para presidir la Cámara y se levantó la sesión.

El 23 de abril debió realizarse la sesión de Asamblea conforme lo establecía la Constitución provincial y fue postergada para el viernes 30, oportunidad en la que se reunieron trece senadores y veinticuatro diputados, con la presidencia del senador Costanti.  El P.E. había remitido un mensaje escrito y cuando el presidente indicó su lectura, el senador Ortiz Grognet propuso que se entregara “un ejemplar a cada uno de los legisladores” considerándose “inaugurado el presente período de sesiones”, iniciativa que fue aprobada y ratificada después de la lectura del decreto respectivo que había sido redactado por Secretaría de la Cámara.

Quince minutos después comenzó la primera sesión ordinaria, se designaron los miembros de comisiones y se acordó continuar con las sesiones los días viernes por la tarde y noche y sábado por la mañana y la tarde.

Juan Cepeda: Jefe Político de Rosario

El presidente pro témpore Juan Cepeda, presentó a la Cámara su renuncia el 18 de mayo de ese año porque asumió la Jefatura Política de Rosario.

Como indicó el senador Costanti en la sesión del 4 de junio presidida por el vicegobernador don Clorindo Mendieta, esa nota era “una atención de parte de él” porque existía incompatibilidad y de hecho cesaba como senador.

Situación del electo senador Alcides Greca…

En la misma sesión se consideró la nota que el 3 de junio envió Alcides Greca desde Rosario por cuanto transcurría “el tercer año desde el día en que los ciudadanos del departamento San Javier concurrieron a los comicios para designar un senador” sin que la Cámara “se haya pronunciado sobre la validez de dicho acto”.

El senador Costanti reconoció que era una “situación anómala” y propuso que la Comisión de Poderes estudiara “el caso” y convocara a todos los ciudadanos que pudieran aportar información, incluyendo al “doctor Greca, para que pueda así con todos los elementos de juicio necesarios producir su despacho”.

Licencia del gobernador y otros asuntos…

A principios de junio se aprobó definitivamente el proyecto concediendo licencia al gobernador de la Provincia.  En la sesión del 11 de junio el senador Nicolás Habegger insistió en la necesidad de que la cámara convocara a una sesión “a la que podría invitarse a los candidatos para que verbalmente expongan sus protestas y defiendan sus derechos” e indicó que podría ser en la próxima reunión.  Varios legisladores se opusieron porque tenía que expedirse la Comisión de Poderes y se aprobó una moción recomendándole que “se expidiera por escrito” de modo que cada legislador disponga de un ejemplar del dictamen para estudiar sus fundamentos y poder debatir ese postergado asunto.

Debate sobre diplomas…

Quince días después, se consideró el dictamen de la Comisión de Poderes relativos a la elección de senador aquella elección del 3 de febrero de 1918, rechazándose el diploma presentado por el Dr. Diógenes Antille, firmando en disidencia del senador Ramón Argenti.

Los doctores Alcides y Alejandro Greca habían denunciado irregularidades en varias mesas, por la intervención de la policía en los actos comiciales.  Hubo un prolongado debate con frecuente intervención del senador Caminos, quien se sumó al rechazo del dictamen de la mayoría que había concretado el senador Argenti al suscribir su disidencia.

Se dispuso la designación de una Comisión de tres senadores para que se trasladen a ese departamento para presenciar la futura elección y así “poder informar sobre la legalidad o ilegalidad de ella”.  Nombrado el senador Fernando Dentesano, planteó su renuncia indeclinable, por las mismas razones declinó el cargo el senador Melitón Gómez, integrándose finalmente con los senadores Mattos, Carlen y Videla.

Crisis insoslayable

En la sesión del 4 de junio de 1920 presidida por el vicegobernador Clorindo Mendieta se consideró la nota enviada por el gobernador Enrique M. Mosca el 22 de mayo, informando que debido al breve tiempo disponible no era posible remitir ese mes el presupuesto general de gastos y recursos de la administración, porque exigía un “estudio sereno y consciente de los servicios públicos en todos los órdenes de la administración”.

Emisión de títulos

Un dato significativo aportó el senador Gerardo Costanti en aquel tiempo, mientras se debatía el proyecto de ley autorizando la emisión de títulos, en la sesión presidida por el vicegobernador Clorindo Mendieta y con la presencia del ministro de Hacienda, quien había reconocido que “en la bolsa de comercio de Buenos Aires, cuando se sacan títulos de la provincia de Santa Fe para ofrecerlos, inmediatamente los corredores sacan sus pañuelos y se tapan las narices” indicando “que el crédito de la provincia se ha derrumbado y que está derrumbado desde mucho tiempo atrás”.

Corresponde tener en cuenta que el diputado Enzo Bordabehere había analizado en el recinto ese proyecto, con argumentos que debían ser tenidos en cuenta antes de votar a favor del tratamiento sobre tablas.

El ministro insistía: “…lo único que puedo manifestar es que está interesada la seriedad de la provincia, la seriedad del Ejecutivo y de la Legislatura en este asunto, y que es de urgente necesidad despacharlo dentro de unas horas si fuera posible.  Esa es mi opinión”.  Después de un prolongado debate, el asunto pasó a la Comisión y sería tratado en la sesión siguiente.

En la Cámara de Diputados, el 5 de junio de 1920 fue convocado el ministro de Hacienda para explicar el estado de las deudas de la administración pública, algunas correspondientes a gobiernos anteriores.

El 12 de junio del mismo año, el gobernador Enrique Mosca pidió a la Legislatura “la sanción del proyecto de ley enviado; para poder emitir títulos de la renta hasta 4.250.000 de pesos con interés del 7% y amortización del 1%, a fin de retirar los títulos de la deuda interna consolidada, emisión del 14 de agosto de 1886, existentes en circulación al 1º de julio de 1919”, debido a que “los títulos de 1886 están en condiciones exigibles”.

Deuda por empréstito…

En la sesión del 5 de julio de 1920, el diputado Enzo Bordabehere destacó que treinta y tres años habían transcurrido desde la sanción de la ley autorizando al P.E. a solventar la deuda pública con un “empréstito de 6.000.000 de pesos” y todavía existía un enorme déficit de esos servicios, aproximadamente de cuatro millones de pesos.  Esos recursos tenían que ser destinados al pago de la deuda con el Banco Provincial de Santa Fe, a las correspondientes leyes de 1865, 1867, 1868, 1870 y 1880; a la cancelación de gastos y pago de sueldos al personal de la administración pública.  El proyecto fue sancionado.

En la sesión del 31 de julio de 1920 el senador Mattos -radical- insistió en la necesidad de estudiar el proyecto y manifestó: “… aunque no se me escapan las exigencias y los apuros de los acreedores de la provincia, actuales tenedores de esos títulos” y pidió que no se tratara sobre tablas.  El senador Costanti -opositor- advirtió sobre aquellas expresiones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires indicaban “que el crédito de la provincia se ha derrumbado y que está derrumbado desde mucho tiempo atrás”; planteó que el tratamiento sobre tablas los situaba “entre la espada y la pared” y que desconociendo los antecedentes sería votar “absolutamente a ciegas”.

Indicó el senador Costanti que lo correcto sería dar el “voto favorable” cuando se encuentre “una solución que ampare por igual a los tenedores de títulos del año 1886 y a los intereses de la provincia”.  Después de un prolongado debate, se postergó el tratamiento para que intervinieran las comisiones de Hacienda y de Legislación.  En esa circunstancia el senador Costanti recordó que mediante ese proyecto se autorizaría “al poder ejecutivo de la provincia hacer una nueva emisión de títulos para canjar los títulos del empréstito que autorizó la ley del año 1886”, consecuencia de que no se “hubieran hecho las amortizaciones que la ley establecía, en forma regular” porque si se hubieran cancelado oportunamente, “hubiera quedado extinguida la deuda”.

Con respecto al posible pleito que podrían plantear los acreedores ante la Suprema Corte, el senador Costanti manifestó que “ésta no la condenaría y la provincia saldría airosa en esos juicios que en tales condiciones se le entablaran”.  Inmediatamente manifestó que “se ha hecho público y es notorio que los libros de crédito público, donde debía constar todo el movimiento de esos títulos desde el año 1886, se han quemado.  De modo que el gobierno… se encuentra con datos deficientísimos”.

Insistió en que “se ha hecho igualmente público que algunos de estos títulos que fueron retirados en su tiempo, han vuelto nuevamente a la circulación” y que los acreedores habían “estado lucrando con esos títulos y obteniendo un interés mucho mayor al que les correspondía por el capital invertido”, “intereses que exceden al tipo pactado en las operaciones verificadas con los del año 1886”.

El senador Caminos en la etapa final del debate manifestó que no se podía partir “de la base errónea de que no están vencidos los títulos” porque “haciendo esa amortización en forma regular, ha debido pagarse esa deuda íntegramente en el término de treinta y tres años, que ha transcurrido”.

El proyecto fue aprobado con el voto negativo de los senadores Carlos Paganini, Gerardo Costanti y Luis M. Mattos, porque no aceptaban que se elevara la tasa de interés favoreciendo excesivamente a los acreedores de la Provincia y con ese asunto se cerró el período legislativo de 1920 después de ocho horas y medias de discusión sobre distintas medidas relacionadas con el presupuesto y las deudas públicas.

(En síntesis, se discutía cómo solucionar una emisión de títulos que se había realizado treinta y cuatro años antes y que tendrían que haber sido cancelados con amortizaciones sucesivas, hasta el año inmediato anterior.

En ese tiempo, sólo la prensa escrita difundía algunas noticias sobre las actividades políticas y de los gobiernos, accesibles a limitados lectores.

Poco cambió a partir de 1923 cuando se amplió la difusión en radioemisoras, porque tampoco la mayoría de la población disponía de los imprescindibles aparatos…)

Proyectos impostergables

A principios de junio de 1920, se consideraron varios proyectos de leyes: la reforma a la Ley Orgánica de Tribunales; estudios sobre caminos y un proyecto destinado al “arreglo  definitivo del camino público que parte de Rosario en dirección a Córdoba, en la adyacencia del arroyo Ludueña y sobre ambas márgenes del mismo, entre los pueblos Fisherton y Funes”.

El senador Paganini informó que “ese camino puede considerarse como un cementerio de carros, de coches y de todo género de vehículos” porque personalmente había observado “cuatro o cinco carros atascados o destruidos con sus cargas correspondientes”.

La Comisión de Legislación se expidió el 12 de junio y nuevamente el senador Caminos describió los problemas que impedían el tránsito normal en esa zona.

Camino entre Fisherton y Carcarañá

El senador Gerardo Costanti apoyó la iniciativa destacando que “en el trayecto comprendido entre Fisherton y Carcarañá se produce un tráfico intensísimo”, debido a que “no hay más que un solo camino al lado de la vía”, utilizado por “los pasteros y los lecheros, para que el Rosario tenga esos artículos en las primeras horas de la mañana.”

Insistió el legislador en que “esa pobre gente que tiene forzosamente que transitar por allí frecuentemente, a altas horas de la noche” debido a que “es tal la enormidad de los fletes que se cobran” que “en pleno siglo XX, resulta más conveniente y económico el transporte hecho en carros hasta Carcarañá que por medio del ferrocarril”.

Planteó que si se ensanchaba el camino hasta treinta metros sería posible beneficiar a “los pueblos situados en ese trayecto, núcleos de población donde muchos vecinos del Rosario fijarían su residencia, escapando a los altos alquileres y al encarecimiento de la vida que es difícil para muchos soportar en la segunda ciudad de la república” y al mismo tiempo se valorizarían las propiedades.

Mientras el senador Costanti proponía que conforme las disposiciones del Código Rural se realizara un “ensanche uniforme en todo el camino” el senador Paganini proponía que sólo en las adyacencias del arroyo Ludueña porque luego tenía una fórmula de “embudo” abarcando terrenos privados.  Leído el proyecto del senador Costanti declarando expropiables esas tierras y otro acordando a la comisión de Fomento de Funes los fondos necesarios para ensanchar el puente sobre el arroyo Ludueña, a las comisiones de Roldán y Carcarañá los recursos para arreglar los caminos paralelos a las vías del ferrocarril Central Argentino en ambas jurisdicciones, reconociéndoles a los gobiernos comunales “ocuparse de las funciones inherentes a los Cabildos, así como la policía de orden, de seguridad, de limpieza, de ornatos”, tal como lo concebía Juan Bautista Alberdi.

El senador Paganini considerando que se terminaba el período de sesiones ordinarias, pidió que se votara su proyecto y se continuó con la votación, resultando sancionado.

Julio 1920 – Biblioteca de la Cámara de Diputados…

El 25 de julio de 1920, entró en la Cámara de Diputados el proyecto de ley por el cual se disponía la creación de “una biblioteca que se denominará Biblioteca de la Honorable Cámara de Diputados”.

Firmaron el proyecto los diputados:

Angeloni, Francisco                          Departamento San Justo.

Bertoto, José G.                               Departamento Caseros.

Bordabehere, Enzo Doctor              Departamento San Lorenzo.

Calderón, Luis                                  Departamento Rosario.

Centeno, E.                                       Departamento Constitución.

Contreras, Mardoqueo                     Departamento Iriondo.

Depetris, Federico E.                                   Departamento Castellanos.

Fernández, Manuel A. Doctor           Departamento Rosario.

Ferrari, Luis                                      Departamento San Martín.

Gatti, J. Agustín Dr. J.                       Departamento Rosario.

Gschwind, Otto                                 Departamento Las Colonias.

Martínez Cuitiño, Darío                  Departamento Rosario.

Martínez Gregoret, Doctor                Departamento Rosario.

Munice, Martín M. Doctor                Departamento Rosario.

Oliva, Juan                                        Departamento Castellanos.

Ortiz Grognet, Ángel Doctor            Departamento San Martín.

Romero, Rodolfo A. Doctor             Departamento Nueve de Julio.

Salvadores, Belisario                                    Departamento Vera.

Silvera, Félix Doctor                         Departamento Las Colonias.

Urdaniz, Luis M. Doctor                  Departamento General Obligado.

 

Durante la sesión del 10 de junio de 1921, la Cámara de Senadores presidida por el vicegobernador Clorindo Mendieta, trató el proyecto de creación de la “Biblioteca de la Honorable Cámara de Senadores”.

Sabido es que mediante un decreto del 16 de junio de 1921, el gobernador Enrique Mosca creó una Biblioteca en la Casa de Gobierno encargándole su organización al subsecretario de Gobierno don Leandro Meiners.

Fue director ad-honorem el Sr. Félix Barreto, luego director del Archivo provincial.  Cuatro años después, el gobernador Ricardo Aldao estableció el reglamento y desde entonces funcionó como Biblioteca y Archivo Histórico de Gobierno, con servicios extensivos a la comunidad.

En el punto 7 del Sumario del Diario de Sesiones, consta que “el señor Senador Luis M. Mattos hace moción para que se trate sobre tablas un proyecto de ley creando una biblioteca en la H. C. de Diputados.  Se aprueba el proyecto venido en revisión”.

Texto del proyecto

El secretario de la Cámara Señor Luis Bonaparte, leyó el despacho de la Comisión, con la firma de los Senadores Luis M. Mattos -Caseros-; Simón Carlen -Garay- y Dalmiro Videla –San Justo- y el texto completo del proyecto:

“La Legislatura de la Provincia,

sanciona con fuerza de

L E Y :

  • Artículo 1º: Créase una biblioteca que se denominará Biblioteca de la Honorable Cámara de Diputados.
  • Artículo 2º: Esta biblioteca se irá formando con las obras de legislación más a propósito para ilustrar el juicio de los legisladores y principiará por la encuadernación de los documentos que existen en los archivos de la misma y por la adquisición de los registros oficiales provincial y nacional, de los textos de consulta en materia económica, parlamentaria y legislativa, nacionales y extranjeros, de los códigos, de toda la ley de carácter provincial y de las de carácter nacional desde el principio de nuestra independencia.
  • Artículo 3º: Fíjase por una sola vez la cantidad de ($10.000.–) diez mil pesos moneda nacional para los gastos que origine el cumplimiento del artículo 2º y la adquisición de moblaje.  Después de su formación la Honorable Cámara reglamentará su funcionamiento.
  • Artículo 4º: Destínase para el fomento de la referida biblioteca las dietas presupuestarias para miembros de la Honorable Cámara y los sueldos de los empleados de la misma, que  por muerte, renuncia, destitución u otras causas queden sin devengarse mientras no se elija o nombre el reemplazante.
  • Artículo 5º:  A los efectos consiguientes del artículo anterior la secretaría de la Honorable Cámara confeccionará las planillas que para su cobro hubieran de pasarse a la Contaduría General de la Provincia.
  • Artículo 6º: La secretaría que designe la presidencia abrirá un libro en que se detalle los ingresos e inversiones de los fondos de la biblioteca.
  • Artículo 7º: Las asignaciones que se determinan en la presente ley, se pagarán de rentas generales hasta tanto se incluyan en la de presupuesto.
  • Artículo 8º: Derógase cualquier otra ley que se haya sancionado con anterioridad a ésta.

Fundamentos…

El Senador Mattos –Dto. Belgrano-, informó que esa biblioteca estaría a cargo del Presidente de la Cámara de Diputados, “vigilada por una comisión nombrada entre los miembros de ella”.  Reconoció el legislador que “tal institución existe en todas las Legislaturas”, y que en la Cámara “en muchas ocasiones hubo necesidad de consultar textos, y a veces textos fundamentales, como los Códigos mismos; y ellos, no se pudieron encontrar en la Cámara.”

El discurso del senador Mattos, agregó muy poco al texto legal.  Expresó que las adquisiciones las haría una Comisión de Diputados, de acuerdo con manifestaciones del Presidente de esa Cámara, “a cuyo cargo” quedaría la biblioteca.

Recordó finalmente el citado legislador, que en más de una oportunidad habían tenido que “salir a la calle” para disponer de “textos fundamentales… para poder enterarnos de los puntos que queríamos consultar”.

Una Biblioteca para la Legislatura

El Senador Mattos, se hizo eco de la opinión de algunos legisladores, para que la Biblioteca estuviera destinada a ambas Cámaras.  Expresó de inmediato: “en este cuerpo existe, desde hace varios años, una biblioteca, que no hemos tenido la suerte de que se le hayan dado los impulsos debidos, y que por tal, se encuentra en condiciones inadecuadas, al extremo de que carece de las obras más importantes, más fundamentales”.  Propuso el legislador que se aprobara el proyecto de creación de una dependiente de la Cámara de Diputados y dijo: “veremos entonces, si allí tiene mejor suerte; y si ello resultare, podrá luego presentarse un proyecto de refundición de las dos bibliotecas, y quedarán así satisfechos los deseos de los señores legisladores que disienten con el despacho”.

Tratamiento sobre tablas…

No hubo unanimidad en el tratamiento del proyecto, sobre tablas, porque anteriormente se había resuelto que cuando la Comisión de Hacienda se hubiere expedido, así podrían tratarse los despachos.  El senador Oscar C. Meyer –Dto. Constitución- se negó a esa urgencia para tratar un tema que podía esperar, máxime teniendo despacho de la comisión, porque entonces, no hay el temor de que duerma en la carpeta de la misma”.

Apoyaron la iniciativa de tratamiento sobre tablas el Senador Alcides Greca -San Javier- y el Senador Gerardo Costanti -San Lorenzo-, quien sostuvo que “la biblioteca es indispensable” y “la suma es insignificante para ese objeto”.

Destacó el legislador, que también el Senado carecía de Biblioteca, coincidiendo con la afirmación del Senador Mattos: “no sé por qué causas, no puede ni llamarse tal”, y de inmediato intervino el Senador Costanti afirmando: “Creo que no vale la pena perder más tiempo en esta discusión”.

El senador Meyer al pedir la modificación del art. 1º dijo que “en esta fraternidad que debe reinar entre las dos ramas del poder legislativo… hemos de tener esa gran biblioteca que hoy se inicia y que con el esfuerzo de todos hemos de hacerla grande  para todos y para la provincia de Santa Fe”.

Una original opinión…

Durante el tratamiento del art. 2º el Senador Meyer opinó con respecto a las obras que se debían adquirir: “todas las obras pueden ser útiles, sin excluir hasta las pornográficas, para ilustrar a los señores legisladores, dada la complejidad de los asuntos sobre los cuales tiene que legislar; y ahí que puedan serles, en ciertos casos, necesarias para conocer por la teoría cosas que no se practican, hasta las novelas pornográficas, cuya venta por las calles está prohibida, siempre en la tendencia, como es natural, de morigerar costumbres”.

Indudablemente tener algunos libros en los anaqueles y organizados técnicamente algunos ficheros; contando con personas encargadas de  su administración, no es equivalente a tener una biblioteca disponible para atender con eficiencia las consultas.  Hay que tener colecciones actualizadas, libros de investigadores y escritores destacados, y personal con conocimiento de sus contenidos y el necesario entrenamiento, para un oportuno y correcto asesoramiento.

Justificación…

El senador Costanti, solicitó a sus pares la aprobación del proyecto, con esa “modesta suma” y “por lo menos, ya que no podemos hacer una gran biblioteca”, que “se inicie la obra en la Cámara de Diputados, sin perjuicio de que más adelante lleguemos a la consecución que todos anhelamos de tener una biblioteca en forma, como corresponde a la Legislatura”.

Lamentable crisis…

De inmediato el citado legislador reconoció que “la situación financiera de la provincia no permite votar grandes sumas, entonces hay que principiar por poco”.

Entre lo útil y lo necesario…

El Senador Costanti, planteó la posible divergencia sobre “la apreciación” de los legisladores, acerca de las funciones de esa biblioteca, que “puede ser útil” y “los que creen que ella no es necesaria, los que piensan que diez mil pesos es mucho y los que consideran que es la suma muy reducida”.  Para el senador Costanti, la biblioteca “no será un montón de libros encuadernados”, sino una biblioteca “formada por una comisión de diputados” y eso “constituye una garantía”, afirmó el representante del Dto. San Lorenzo.  Nuevamente la discusión se orientó hacia el tratamiento sobre tablas.  Para terminar con el conflicto, hubo una votación que resultó negativa y el senador Alcides Greca pidió votación nominal.  Votaron doce senadores, ocho por la afirmativa, y lo hicieron poniéndose de pie.

Tratamiento sobre tablas…

Decidido el tratamiento sobre tablas, habló el Senador Carlos Paganini -Dto. Rosario-, quien propuso que se integrara una comisión mixta y que la biblioteca fuera para la Legislatura, es decir para ambas Cámaras.

Aparente coexistencia de dos bibliotecas…

La lectura de estos datos, induce a imaginar las deficientes condiciones en que estaría funcionando una biblioteca en el Senado y es comprensible por qué motivo se aprobaría la creación de una en la Cámara de Diputados.  Por ello, la propuesta del senador Paganini: “lo lógico y justo es que se  haga desde ya una sola para la Legislatura, y nos ahorraremos así el gasto duplicado de las mismas obras y de crear dos administraciones diferentes”.

Analizó también el legislador, la necesidad de pensar en el nombramiento del personal mínimo, porque los Diputados que la administraren no iban a estar en todo momento allí, para presentar los libros.  Eso también correspondía prever, si se tendrían dos bibliotecarios, se duplicaría el personal.

Anticipó su voto favorable en general y propuso la modificación del proyecto para que fuera una Biblioteca para la Legislatura.

Un solo empleado: bibliotecario o encargado

El Miembro informante de la Comisión de Hacienda Senador Mattos, insistió en que se aprobara el proyecto como había llegado al recinto, porque ya estaba prevista que esa biblioteca la atendiera un solo empleado “que será el bibliotecario o encargado de ella”.

Más insistencias para modificar el proyecto

Nuevamente los senadores Meyer y Costanti, insistieron para que se creara una Biblioteca de la Legislatura, y el último nombrado, propuso que fuera “administrada por una comisión mixta de senadores y diputados”.  En tal situación, el senador Meyer consideró necesario que se aumentara la partida a $ 25.000.-, pero siendo “tan difícil la situación del erario”, correspondía no variar la inversión.

El ejemplo de la Biblioteca del Congreso Nacional

En su entusiasta participación, el Senador Costanti dijo que él aprobaba el proyecto sin modificación, aún cuando “sería ridículo creer que con diez mil pesos se vaya a formar una biblioteca” y que “cuando haya fondos bastantes que permitan hacer una biblioteca de la Legislatura que merezca el nombre de tal, esa biblioteca no debe ser de la Cámara de Diputados sino de la Legislatura, debiendo ser administrada como se administra la Biblioteca del Congreso Nacional.”

Una previsión elemental…

Recomendó el senador Costanti, que si en el futuro la Cámara de Senadores adquiría libros para su biblioteca, sólo comprara “títulos diferentes”.  Con ello se insinuaba el préstamo indistinto a legisladores de ambas Cámaras, por lo cual no es fácil interpretar qué expectativas habrán impedido que desde ese momento, hubiera una sola Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe.

Entre la ilusión y la realidad…

Durante esa discusión, el senador Costanti consideró que si los fondos se constituirían con las dietas y los sueldos no devengados, se aprobaba un “recurso lírico”, “ilusorio”, porque “no faltará un espíritu que tenga suficiente compañerismo y recuerdo para el colega desaparecido que no formule un proyecto donando las dietas a la familia del mismo”.

Con el transcurso del tiempo, es indudable que las proféticas palabras del Senador Costanti han confirmado una indiscutible vigencia.

Lo temporal… de las autoridades de Cámaras.

Durante el debate, el senador Meyer dijo que: la autoridad de la Cámara “es una autoridad efímera que no durará lo que la biblioteca”.  Sugirió que se creara una para ambas Cámaras.  No se modificaron las opiniones personales anteriores y el tema se consideró agotado.  Al proponerse la votación afirmativa en general y en particular, insistieron los senadores Meyer y Paganini en sus modificaciones, mientras el senador Mattos pedía que se aprobara el proyecto como había ingresado.  

Finalmente, se pidió la modificación del art. 7º para que se reemplazara “las asignaciones” que otorgaba esa ley, por “la asignación”, por cuanto sería una sola vez la partida de $ 10.000.-  El asunto derivó en un análisis alejado del motivo fundamental, por lo cual se votó y quedó aprobado en singular.

Una Biblioteca para las instituciones culturales

Reiterando algunos conceptos, el senador Meyer manifestó que “lo lógico y equitativo, y todos los precedentes de los cuerpos colegiados formados al igual que éste lo demuestran, es tener una sola biblioteca, como sucede en el orden nacional y en el provincial, en su mayor parte.

El senador Meyer entendía que “esta biblioteca debería tener un carácter más amplio, en el sentido de que no debería servir tan solo para los legisladores, sino que con un espíritu amplio y democrático, ella debe servir para las instituciones culturales, y administrada por una comisión interparlamentaria, con un criterio de absoluta economía.

Finalmente, quedó sancionada la ley 2014/21, promulgada por el Gobernador Dr. Enrique M. Mosca.

(Esta ley Nº 2014 fue derogada al sancionarse la Ley Nº 2388 y en su artículo 4º dispone: “suprímense las actuales bibliotecas de las Cámaras de Diputados y Senadores”.)

1921: catorce meses de atraso en pago a los maestros…

En 1921, presidía la Asociación del Magisterio de Santa Fe el talentoso maestro Raimundo J. Peña, casado con una maestra ejemplar: Justina Pérez luego docente en el Colegio de Nuestra Señora del Calvario de la capital santafesina.  [35]

El ingeniero Elías Díaz Molano refiriéndose a la trayectoria gremial de Raimundo Peña, expresó:

“…me parece oportuno evocar ligeramente las características que tuvo la huelga de 1921, en circunstancias en que Raimundo J. Peña presidía, en Santa Fe, la Asociación el Magisterio. Gobernaba entonces la provincia el Dr. Enrique M. Mosca y a los maestros se les adeudaba 14 meses de sueldo, atraso que había ido acrecentándose durante el gobierno anterior.  Se buscaron soluciones pero el mandatario no tuvo éxito, por no contar con el apoyo legislativo. Las cámaras no formaban quórum; en consecuencia, el presupuesto, donde se incluían soluciones, no entraba en consideración.

Peña era entonces director de la escuela J. J. Paso y había sido maestro de varias, e incluso vicedirector de la Escuela Rivadavia. [36]

En 1921, siendo ministro el Dr. Agustín Araya, el presidente del Consejo General de Educación José Amavet apoyaba la demanda de los maestros y el gobernador Mosca decidió aceptarle la renuncia.  El 21 de abril asumió en el ministerio el Dr. Mateo Quijano y en la presidencia del Consejo don Vicente Palma, persona no aceptada por los maestros.

“La Federación del Magisterio dio un plazo extremo para que los haberes atrasados se abonaran: el 15 de mayo. Caso contrario, los docentes interrumpirían su labor. El 14 de mayo las cosas se agravaron.  El gobierno dispuso clausurar las escuelas, declarando en comisión al personal, para proceder a su reorganización.

En tales circunstancias, Peña se entrevistó con el gobernador intentando encontrar soluciones y tres días después, el 17 de mayo se realizó una Asamblea presidida por él.

Durante esa convulsionada semana de mayo, el desenlace fue la comunicación de las cesantías y entre los primeros incluyeron a Raimundo Peña y su esposa Justina Pérez.  El 20 de mayo se realizó otra asamblea de maestros y en vano Peña intentó convencer a los maestros acerca de la voluntad conciliadora del gobernador. Destacó el ingeniero Díaz Molano en su crónica:

“…Pasaron varias semanas y a don Raimundo Peña le ofrecieron un puesto administrativo, muy bien rentado, que no aceptó, pues deseaba volver a su escuela muy bien rentado, al fin, enferma y muere ese mismo año, el 26 de octubre con sólo 39 años de edad.  /…/ No interesa señalar la dolencia física que lo afectó tan gravemente, como el dolor espiritual que afectó su alma, esto fue más decisivo.

El ‘Santa Fe’ le dedicó al día siguiente de su desaparición una sentida nota que comenzaba así: ‘En plena vida, como un roble destrozado por un rayo, ha caído Raimundo J. Peña, el maestro bueno, el maestro noble, el criollo caballeresco y digno, el de las arrogancias argentinas, pese a su exterior modestísimo.

La deuda de los haberes a los maestros fue saldada ese mismo año, pero al siguiente se reanudaron los atrasos.  Por otro lado, el 31 de diciembre había informado el ‘Santa Fe’ lo siguiente: ‘Se acaba de pagar a la administración; el 29 cobró la gobernación, hoy los ministerios.  ¿Y los maestros, cuándo?  ¿Cómo pasarán el año nuevo?”

No ha sido por casualidad que el ingeniero Díaz Molano, en su nota difundida desde el litoral a principios de abril de 1987, haya necesitado expresar:

“Al examinar lo que ocurre hoy con los docentes, no sólo de Santa Fe sino de todo el país, considero que las cosas no han cambiado mucho.  Los maestros, para nuestros gobiernos, radicales o peronistas, siguen siendo -perdóneseme- ‘el último orejón del tarro’.”  [37]

1922: aprobación del presupuesto

Durante la sesión del 23 de diciembre de 1922 se había aprobado el Presupuesto del Poder Legislativo, con estos datos:

Cámara de Senadores:

Dos bibliotecarios Archiveros  $ 200.- cada uno.

Cámara de Diputados:

Un cargo de bibliotecario con igual retribución.

 

El lector elaborará  sus hipótesis y obtendrá sus conclusiones.

1923: Apertura de la Biblioteca a la comunidad…

El gobernador de la provincia don Ricardo Aldao designó ministro de Gobierno Justicia y Culto al Dr. Luis M. Urdániz, de Hacienda y Obras Públicas al Dr. Diógenes Antille y de Instrucción Pública y Fomento al Dr. Agustín Araya.

 

En un pergamino consta la realización de un acto el día 15 de noviembre a las 10:30, en la sede de la Biblioteca y aunque se alude a la presencia del Sr. Gobernador y de sus Ministros, seguramente invitados, no se observan sus firmas. Una mirada sobre ese documento, permite leer:

“Santa Fe, 15 de noviembre de 1923.

Habiendo sido el pensamiento de los legisladores al votar la ley 2014, por la cual se crea la Biblioteca de esta Cámara, extender al público en general, los beneficios de la misma como contribución de esta presidencia a los festejos que se realizan en toda la provincia en ocasión del 350º aniversario de la Fundación de la Histórica Capital Santafesina, en uso de las atribuciones que le confiere el Reglamento, el Presidente de la H. Cámara de Diputados de la Provincia DECRETA:

  • Art. 1º. Declárase inaugurada oficialmente la Biblioteca de la H. Cámara de Diputados, a la cual tendrán libre acceso todas aquellas personas que lo deseen.
  • Art. 2º.  Esta biblioteca se denominará “Nicasio Oroño” como homenaje a la labor de difusión cultural de  aquel legislador y gobernante.
  • Art. 3º. Por la secretaría autorizante se reglamentará el funcionamiento de la misma.
  • Art. 4º. Dese cuenta en su oportunidad de este decreto a la H. Cámara, solicitando su aprobación.
  • Art. 5º. Comuníquese, etc.
  1. A. Fernández Rodolfo Freyre

Secretario                               Presidente

Algunas firmas reconocidas…

Entre las primeras firmas están las del Presidente y el Secretario responsables del decreto, las de Edmundo Lamothe, Valentín Olaechea, E. Ramírez, Julio Busaniche, Néstor de Iriondo, Ignacio Sacian, E. Picazzo, F. Mántaras, J. Pedro Palenque, Norberto Fernández, Oscar Cullen Aldao, Julio Fayó, Horacio Caillet Bois, Pastor Rosas, Manuel Fernández, O. B. Ballarini, Agustín Guala, Edisto J. Romero, Ignacio Iturraspe, Adolfo Sovrano, Manuel Irigoyen, José Suárez, Carlos Gudiño, Julio Bustos, la de CLODOMIRO MARÍN CARDOZO (Bibliotecario-Archivero, el único cargo al que se aludió cuando se trató la ley 2014 dos años antes) y la de FERNANDO BIRRI, Jefe de Taquígrafos

(…entre otras que lamentablemente no son reconocidas con exactitud.)

Error por desconocimiento

Por desconocimiento durante décadas incurrieron en el error de escribir en distintos “papeles” e incluso en una placa de bronce colocada en 1982 al frente del ala ese del edificio de la Legislatura una denominación incorrecta ya que el nombre de Nicasio Oroño impuesto por la Presidencia de la Cámara de Diputados a la biblioteca unicameral, fue eliminado trece años después al derogarse la ley pertinente Nº 2.014 mediante la sanción de la Ley Nº 2388/34: cesó la Biblioteca de la Cámara de Diputados “Nicasio Oroño” y se re-creó la “BIBLIOTECA DE LA LEGISLATURA DE SANTA FE”, bicameral como en sus inicios.  La tradición oral suele tergiversar la verdad histórica o peor aún, disponibles las fuentes documentales se improvisa reiterando recuerdos o emociones y así es como se logra el objetivo opuesto, porque en realidad: se desinforma

Poder Legislativo

La Cámara de Senadores fue convocada para sesión preparatoria el 28 de marzo de 1923 a las 14 y “los representantes demócratas” se retiraron de la sede legislativa;  “a las 15, dejando constancia en el libro de asistencia de que lo hacían por haber vencido la media hora de tolerancia reglamentaria”.

La Cámara empezó a sesionar en minoría con la presidencia del senador Melitón Gómez (San Jerónimo) en ausencia del vicegobernador Juan Cepeda.

Al ser invitados para el ingreso los senadores demócratas, agradecieron “la deferencia de la cámara” y ratificaron su decisión.

Eligieron las autoridades de la Cámara con votación nominal y por unanimidad fue reelecto Melitón Gómez y vicepresidente el senador Argenti.

El Presupuesto en aquel tiempo…

“Estoy, pues, en la verdad, cuando afirmo que la política radical en materia de presupuestos, es, dentro de las grandes calamidades que nos ha traído al país, la que más lo afecta”.

Datos desde 1910

En la provincia de Santa Fe, con frecuencia se transgredían las normas vigentes y la observación de algunos datos ubica en el tiempo y en sus responsables: Gobernador Pedro A. Echagüe (1906-10); Ignacio Crespo (1910-11); interventor Anacleto Gil; Dr. Manuel J. Menchaca (1912-16); Dr. Rodolfo Lehmann (1916-19); interino Juan Cepeda (1919-20); Dr. Enrique M. Mosca (1920-24); Dr. Ricardo Aldao (1924-28); Dr. Pedro Gómez Cello (1928-30) y luego cuatro interventores.  Durante el debate se informó que el presupuesto de la provincia correspondiente a “1910 ingresó en la Cámara el 15 de junio de 1909; 1911 ingresó el 31 de mayo de 1910; 1912 primera administración radical en todo el país, no hubo presupuesto, siguiendo en vigencia el sancionado por la Intervención Nacional en el año 1911; 1913 tampoco hubo presupuesto, no entrando en la Cámara el mensaje del Poder Ejecutivo; 1914 recién se sanciona un presupuesto; para los años 1915, 1916, 1917, 1918, 1919, tampoco entran a la Cámara los mensajes del Poder Ejecutivo en el término que establece la Constitución. Para el año 1920 entra el 30 de mayo de 1919; 1921 el 19 de noviembre de 1920; 1922 el 3 de junio de 1921; 1923 el 6 de octubre de 1922; 1924 sigue en vigencia el presupuesto anterior; 1925 el 28 de noviembre de 1924; 1926 el 19 de junio de 1925; 1927 el 3 de diciembre de 1926; 1928 el 15 de julio de 1927; en los años 1929 y 1930 tampoco entra mensaje del Poder Ejecutivo”

“En 1931 las Cámaras estuvieron clausuradas; recién en el año 1932 se cumple el precepto constitucional entrando el presupuesto en el término fijado por la Constitución.”   [38]

1919-1923: Ecos de la “experiencia alemana” y la emisión de moneda…

La lectura de lo expresado por el Diputado Nacional Solano Peña Guzmán -tucumano-, durante la sesión del 3 de julio de 1946, mientras se debatía acerca de la integración de una comisión especial encargada de investigar sobre las causas del aumento en los precios de los artículos de primera necesidad, indica cómo fue “el proceso de inflación observado en Alemania después de la guerra de 1914, con el que se demuestra en forma fehaciente que el alza de los precios se vincula directamente con la cantidad de papel moneda que emite el gobierno.

En julio de 1914 la cotización del dólar en Alemania era de 4.2 marcos.  Después de la guerra, en julio de 1919 llegaba a 14 marcos; en enero de 1920, a 64; en enero de 1922, a 191; en julio de 1923, a 350.412 marcos.  El empapelamiento, que fue un hecho deliberado por parte del gobierno, lleva a la total depreciación del valor del marco; en agosto de 1923 un dólar valía en Alemania 4.620.455 marcos; en septiembre del mismo año 99.800.000; en octubre 25.260.000.000; en noviembre 15 llegó al tope con 4.000.000 de millones de marcos.  En esta época los precios seguían un ritmo totalmente proporcional y los precios variaban de hora en hora; el comercio debía cambiar y centuplicar el precio a la tarde con relación al que se había establecido a la mañana.  Los obreros debían cobrar sus salarios cada día, porque al día siguiente habían perdido casi totalmente su valor y en realidad, era cuando ellos podían concretar sus pagos.”

Discusiones sobre los comicios

El 3 de febrero de 1924 hubo elecciones y con la presidencia del vicegobernador don Clorindo Mendieta el 27 de marzo de ese año,  se realizó la primera sesión preparatoria y se consideró una nota del candidato a senador por La Capital don Simón Carlen; una incidencia acerca de la incorporación de los senadores Daguerre, Cabanius e Iturraspe y el dictamen de la Comisión de Poderes sobre la legitimidad de los diplomas para el inmediato juramento de los senadores que se incorporaban.

A pesar del prolongado debate sobre algunas irregularidades con acusaciones a autoridades policiales por su intervención en los comicios, se consideraron como vicios que no invalidaban el resultado electoral.  Se postergó la consideración del diploma del senador por La Capital Dr. José Menchaca y el senador Mattos -perseverante opositor perteneciente a la “Liga del Sur”, firmó en disidencia.

Integración de la Cámara de Senadores

La Cámara de Senadores en 1924 estuvo integrada por Waldino J. Antille (Garay); Manuel Brignardello (Iriondo); Augusto P. Cabanius (Gral. López); Faustino Daguerre (Constitución); Pablo Demarchi (Castellanos); Genaro G. Doldán (San Javier); Eugenio Dutruel (9 de Julio); Pedro Echezarreta (San Lorenzo); Luis Gay (Las Colonias); Melitón Gómez (San Jerónimo, electo presidente pro-témpore de la Cámara); Víctor M. Gómez (San Justo); Ignacio B. Iturraspe (San Cristóbal); Gaspar Kaufmann (Gral. Obligado); Luis M. Mattos (Caseros); Ángel Ortiz Grognet (San Martín); Carlos Paganini (Rosario); Carlos M. Qüesta (Belgrano), Amadeo Ramírez, representante del departamento Vera, electo vicepresidente pro témpore.  El tratamiento del diploma del representante de La Capital Dr. José B. Menchaca había sido aplazado.

Denuncias por incidentes en algunas mesas…

Al continuar la sesión al día siguiente, explicó sobre los incidentes denunciados en distintas mesas y destacó que al estar anulada una mesa única de Llambí Campbell “porque había un exceso de siete votos” era indiscutido el triunfo del Dr. Menchaca.

El senador Amadeo Ramírez  manifestó: “El discurso pronunciado por el señor senador por Caseros, a pesar de los giros de efecto con que ha querido matizarlo para impresionar mejor a la Cámara, deja simplemente la sensación de que nos encontramos en presencia de un diestro, como lo he conocido siempre al doctor Mattos, que sabe barajar las palabras con la habilidad de un malabarista; pero que, en realidad, ni sus argumentos ni sus palabras producen el convencimiento ni la luz que ha de determinar nuestra voluntad en el sentido que él desea”.

A partir de ese momento el análisis del senador Ramírez fue frecuentemente interrumpido por Mattos.  Intervino luego el senador Ortiz Grognet rechazando la insinuación acerca de que “a raíz de todos los actos electorales los representantes demócratas imprimen, como quien dice, el mismo disco a fin de observar las elecciones realizadas”.

Dijo el senador Ortiz Grognet:

“…a raíz de cada acto electoral presidido por el radicalismo” va “quedando grabada en el Diario de Sesiones la historia institucional de estos gobiernos que, pasando por alto todas las disposiciones y todo el respeto que se merecen nuestras leyes fundamentales, hacen de los comicios la más inicua de las farsas”.

Adhirió a los fundamentos expresados por el senador Mattos en su disidencia, acerca “de la violencia, del fraude y de la imposición oficial que vician estas elecciones del 3 de febrero”.  Manifestó: “yo he de agregar, con todo el dolor de mi alma, a esos factores, uno nuevo, que ya no lo señalo a la consideración de la honorable Cámara sino a la consideración pública de la provincia a fin de que se lo tenga en cuenta y se midan en el mañana los efectos dolorosos que ha de producir”.

Intervención del clero en el acto electoral

Se refirió “a la intervención del clero en el acto electoral… intervención que ha venido a contribuir en una forma criticable al triunfo del oficialismo en la provincia”.

(Es oportuno recordar que desde el 30 de abril de 1898 el ex obispo auxiliar de Buenos Aires Dr. Juan Agustín Boneo, se desempeñaba en el cargo de primer obispo de la Diócesis de Santa Fe – que abarcaba esta provincia, el Chaco y Formosa- creada por el Papa León XIII, bula del 15 de febrero de 1897.)

Durante aquella sesión, el senador Ortiz Grognet recordó algunas de sus actitudes:

“El Obispo Boneo -y hablo de él con todo mi respeto de católico-, saliéndose de sus atribuciones, en públicas pastorales ha preconizado el apoyo a la fórmula Aldao-Cepeda.  En esta forma se salía de sus funciones de pastor para mezclarse en las luchas políticas que apasionan y enardecen a los hombres.  Por esta intervención del clero en la política, quiero que quede constancia de la más enérgica protesta que hago en nombre mío y del partido a que pertenezco”.

Expresó luego que “De no haber nacido la Liga del Sur, probablemente hubiera sido yo un  militante del Partido radical cuando estaba en el llano y preconizaba la libertad del comicio, porque comparto esos anhelos, pero hoy la decepción es tan grande, que si hubiera de obedecer a mis impulsos, no estaría en el seno de esta Cámara, sino que hubiera predicado el abstencionismo electoral de mi partido”.

Reconoció que el partido demócrata no disponía de datos concretos porque no actuaba en los departamentos del norte, “pero de la actuación de las policías y de la presión oficial han quedado concretos publicados en manifiestos que ha dado el Partido Radical Opositor que preside el doctor Manuel J. Menchaca”.

Habló el senador Ramírez oponiéndose a esas declaraciones:

“…sin que me una comunidad espiritual con el clero, no sólo no les reprocho su intervención en nuestras contiendas políticas sino que les reconozco el derecho para organizarse y luchar contra los que no comulgamos con sus ideas.  El clero hace perfectamente bien en apoyar a un candidato, ya sea a gobernador, a senador, a diputado o a constituyente, cuando creen que ese ciudadano es capaz de interpretar y realizar lo que conviene a sus aspiraciones e intereses”.

Críticas a un fallo

Las cuestiones planteadas por los partidos políticos con relación al procedimiento electoral motivaron el fallo judicial que había sido calificado por el Diario “La Capital” de Rosario  como “una vergüenza para la justicia de Santa Fe”, mientras que el diario “Nueva Época” de la capital de la provincia la había comentado favorablemente.

El senador Ramírez disponiendo de copia de la sentencia y habiendo observado el expediente, sostuvo en el recinto de la Cámara que “el Partido Demócrata, temeroso de perder ese baluarte que mantiene desde hace tanto tiempo en el departamento San Martín, no ha escatimado medios para llevar a él cuanto habitante de otra provincia le fue posible”.

Destacó que “más de trescientos” estaban “radicados en la provincia de Córdoba” en distintos “puntos limítrofes” y expresó no estar dispuesto a “permitir que ningún adversario venga con afirmaciones que no sean el fiel reflejo de la realidad”.

Refutó el senador Ortiz Grognet ese cargo porque eran “ciudadanos que en el momento de enrolarse han tenido su domicilio en el departamento San Martín y que después se han trasladado a otros puntos.”

Se prolongaron las mutuas acusaciones.  El senador Mattos manifestó con respecto al senador  Ramírez que “se ha hecho radical y ha querido adaptarse a los principios de su partido, pero cuando ha pretendido hablar de esos principios se ha encontrado con que tropezaba dentro del mismo partido con los mismos principios, si es que existieron, que sostuvo el régimen o las oligarquías, y entonces ha prescindido y se ha apartado de los principios apelando a su dialéctica, usando de todos los pretendidos recursos lógicos, que resultan ilógicos, intentando hacernos creer que lo que él dice es verdad, cuando es lo más incierto que se pueda decir”.

Esas afirmaciones provocaron la reacción del senador Ramírez quien rememoró parte de su trayectoria.

Autobiografía de Amadeo Ramírez

En la memorable sesión del el 28 de marzo de 1924, cuando se discutía la validez de los diplomas de los legisladores electos el 3 de febrero de ese año, el senador Dr. Amadeo Ramírez fue acosado por los demócrata progresistas en algunos casos con argumentos falsos.  En consecuencia recordó que cuando integró la Cámara de Diputados, durante una discusión se lo había señalado “como a un temperamento que sabe adaptarse a las circunstancias”.  Dijo luego: “…en aquel entonces como ahora… debido a esa plasticidad de carácter pude servir a otras administraciones que no eran radicales, adaptándome fácilmente a las ideologías de una y otra”.

Con respecto a las manifestaciones del senador Mattos sostuvo que “al expresarse en la forma que lo ha hecho sólo ha obedecido al deseo, poco gentil por cierto, de herirme o por lo menos de molestarme, ya que no tiene ninguna base en que apoyar sus expresiones despectivas.  De no ser así, sólo atribuyo sus conceptos a un desconocimiento absoluto de mi persona y de mis antecedentes”.   En consecuencia, siguió hablando sobre su trayectoria:

“Mi vida pública y privada, es una página de ejemplo que enorgullecido he señalado siempre a mis hijos y a mis alumnos para que les sirva de inspiración, dejando la modestia aparte.

He servido, efectivamente al Estado, durante los gobiernos oligarcas, pero ¿en qué forma?

No he sido jamás un palaciego ni me he arrastrado nunca de rodillas ante los mandatarios para mendigar un favor a expensas de renunciamientos indecorosos de la hombría y del carácter.

He sido durante esos gobiernos un humilde “pero honesto maestro de escuela” destacando que “quien ejerce ese noble apostolado con la vocación que supe desempeñarlo, realiza una elevada misión social, sin que para ello deba detenerse a considerar previamente el carácter o naturaleza del gobierno o de los hombres que lo manejan.

Durante veinte años he predicado desde la cátedra de maestro a muchas generaciones los más elevados principios de la moral social y privada, señalando a la vez a la juventud de mi Provincia el sendero del trabajo honesto y de su propio perfeccionamiento.  Y el fruto de esa sana labor la contemplo hoy mismo al observar con la satisfacción de un triunfador, a esos mis alumnos ocupando lugares destacados en el Congreso de la Nación, en el foro del país, en los campos de experimentación de la ciencia médica y en las discusiones de esta misma Legislatura y en los distintos órdenes de la actividad social”.

Aplausos en el recinto y siguió el senador Ramírez con su relato autobiográfico:

“Por otra parte, no he nacido en cuna de oro ni he sido tampoco envuelto en pañales de seda.  Hijo de padres humildísimos, mi juventud se deslizó en el ambiente del sacrificio, de la pobreza y del hambre, sin tener más estímulo que una aspiración profunda de ser el ejemplo honesto de esa vida sencilla de mis campesinos progenitores.

Así, en el valle y sin valederos de ninguna naturaleza, inicié desde muy temprano la ascensión de la cuesta, sintiendo los efectos de la miseria, en todos los instantes del repecho, y para aliviarla tuve que empuñar la mancera del arado sembrando el surco abierto;  para costear mis estudios de maestro en la Escuela Normal, seguí en vacaciones las máquinas trilladoras con la horquilla en la mano, soportando así las fatigosas tareas de un trabajo superior a mis fuerzas y los efectos aniquiladores de los días calurosos y de sol ardiente; fui cortador de alfalfa, fabricante de ladrillos, peón de chacra, y en fin, todo hice en mi juventud en el deseo de vencer la miseria y adquirir el mejoramiento intelectual a que aspiraba.

Así, llegué a la primera etapa de mis anhelos.  Me hice maestro de escuela, pero en ese repecho de la pequeña montaña sentí muchas veces el pie herido por la piedra domada y más tarde también al continuar el viaje ascendente, mi corazón y mi espíritu sintieron el diente de la maledicencia.

Fui maestro, y entonces empecé a servir a los gobiernos oligarcas…”

“Algunos de esos mandatarios más de una vez estuvieron a punto de sacrificarme con un decreto de exoneración por mi espíritu independiente y el carácter y orientación de la moral cívica que predicaba desde mi humilde sitial, enseñanzas que trascendían los marcos de los muros de la escuela y se comentaban con inquietud de esos gobiernos.

Durante mi vida de maestro fui respetado por el gremio y por el pueblo al que servía.  Muchas generaciones, recuerdan aun con cariño la tradicional Escuela de Ramírez, donde asistía la mayor parte de la juventud de esta ciudad y en mi espíritu cada vez que tengo que invocar el recuerdo de aquel pasado, se produce una sensación de placer, pensando en que los padres de entonces cuando me confiaban la educación de sus hijos, lo hacían convencidos de mis sanas enseñanzas y de que sabía suavizar espíritus y modelar el carácter de la juventud.

He sido también, un aspirante de mi propio perfeccionamiento y por eso alterné mis tareas de maestro con la de los altos estudios, y es así como mediante mi voluntad y perseverancia incansable me hice contador público nacional, escribano y doctor en derecho y ciencias sociales, actuando hasta hoy en la vida universitaria y en la política, sin que tenga que avergonzarme del pasado”.

Más aplausos y el senador Ramírez dirigiéndose al senador que había intentado agraviarlo, siguió señalando las huellas de su fecundo itinerario:

“Es ésta la brega diaria de mi vida, es así como he servido a los gobiernos oligarcas, es así como he servido a los gobiernos oligarcas, y si continúa creyendo siempre en que hay desdoro en ello, puede cuantas veces quiera en esta Cámara, en la prensa y en la tribuna decir a gritos que el doctor Ramírez es un oligarca en esa forma, porque me enaltece y el hecho constituye para mí el mejor timbre de honor.

Más aplausos…

El senador Amadeo Ramírez se refirió a su “actuación política” reconociendo que “hasta dentro del partido” había “observado una firme línea de conducta, conociendo mis correligionarios mis procedimientos, sin que jamás hayan podido tacharme absolutamente nada, porque supe cuadrarme siempre en todas las circunstancias de acuerdo con las exigencias e idealidades del partido”.

Finalmente preguntó: “¿Puede, sinceramente, el señor senador Mattos, afirmar que al doctor Ramírez que tiene en su favor esa página de vida pública y privada que acabo de señalar, le falta carácter, cuando precisamente es lo que le sobra?…”

Más aplausos apoyaron al representante del Departamento Vera. quien una vez más sostuvo que las irregularidades de los comicios debían ser denunciadas ante la Justicia Electoral y correspondía acatar su justo fallo.

Estación Díaz: asesinato durante la campaña…

Concluida la defensa del senador Ramírez acerca de su trayectoria que se pretendía salpicar con comentarios absurdos, por invitación del senador Mattos informó el senador Cabanius acerca de algunos hechos relacionados con los comicios del 3 de febrero de 1924, en particular sobre el crimen político ejecutado en la estación Díaz.

Manifestó el senador Cabanius que “el señor Isidoro Samuel Sosa tiene suficientes prestigios personales y políticos para prescindir de esos recursos que se le atribuyen y que por otra parte no han existido”.

Luego reconoció que “el nombre de Cejas en el Partido Demócrata Progresista es conocidísimo… es un prestigioso caudillo del distrito”, dato corroborado por el senador Mattos informando que “primero militó en las filas de la Liga del Sur”.

De acuerdo a las conclusiones del senador Cabanius, quien conocía esos hechos, se podía afirmar que “hasta el padre de Cejas, la víctima de Díaz” -Guillermo Cejas, dirigente demócrata-, “preveía lo que iba a ocurrir en ese pueblo, conociendo los antecedentes y el carácter de su hijo”.

Recordó que “se trata de un sujeto que hace diez y ocho años abandonó su hogar a raíz de un incidente y desacato a la autoridad de San Gregorio… huyendo a la provincia de Buenos Aires.

Al año, el padre recibe noticias de que este hijo Bernabé estaba preso en la cárcel de Bahía Blanca por haber muerto a un guarda de tren.  Después se pierden los rastros de este señor y durante catorce años no se tienen noticias de él.  Hace seis o siete meses aparece en San Gregorio con sorpresa general… ya se notaba en el pueblo la presencia de este elemento pernicioso cuyas acciones y hábitos eran siempre repudiados hasta por el mismo padre”.  En tales circunstancias, el senador Cabanius destacó que:  “Bernabé Cejas fue contratado a Díaz, con su hermano Justino; y digo contratado porque me consta que fueron por dinero.  Van y se hacen cargo del comité demócrata de dicha localidad, y durante cinco o seis días antes del hecho, Bernabé Cejas hacía ostentación de armas y provocaciones en forma notoria.   Se lo respetaba porque se conocían los antecedentes del padre, no queriendo la policía proceder, sencillamente para contemporizar.  De manera que no ha existido en este hecho una persecución por parte de la autoridad…”

Prontuario y experiencia del senador Cabanius…

Leyó el senador Cabanius -médico-, el informe de la División de Investigaciones referidas al “sujeto Bernabé Cejas o Bernardo o José Torres o Bernabé Tores, entre los muchos prontuarios” siendo “el que coincide con los datos suministrados es el perteneciente a Bernabé Torres o Bernabé Ocampo”, con entradas el 2 de marzo de 1913 por un homicidio en Puan”, cometido “en la persona de un guarda de tren, por diferencia de pasaje”; cuatro años después por hurto, al año siguiente por tentativa de hurto en Bahía Blanca; en 1918 por disparo de arma, lesiones y hurto en Olavarría y en Adolfo Alsina.  Refutó el senador Mattos esos antecedentes y planteó que “Cejas había caído víctima de tres balazos del guarda tren, y desde el suelo, pudiendo sacar un revólver -como herido lo sacara en Díaz para repeler una agresión injusta y salvaje que se le llevaba a cabo-…, desde el suelo sacaba el revólver y le pegaba un tiro a su agresor”.  Para justificar esa apreciación manifestó en el recinto que “si la muerte no se produjo instantáneamente, como no se produjo, él pudo hacer fuego después”.

Después de referirse al prontuario de ese vecino inquieto e inquietante, el senador Cabanius comentó una experiencia personal:

“Yo he sido herido en un asalto… se me llevó por el juez de paz de Chabás, y estando herido en una pierna he podido hacer fuego defendiéndome”.

Más información sobre el crimen…

Después de prolongadas discusiones, el senador Melitón Gómez expresó:

“Conozco bien el hecho, al detalle; sé perfectamente cómo se ha producido, en razón de que tuvo lugar en uno de los distritos limítrofes a la localidad donde estoy domiciliado y porque estoy a él vinculado por intereses económicos y ligado por amistad a todos los vecinos… dentro del comercio y de la política” aclarando que tanto a los radicales como a los demócratas.

En aquel tiempo el senador Gómez había recorrido en compañía del doctor Caminos algunos distritos del departamento San Jerónimo y “de vuelta de Centeno y San Genaro” estuvieron “en la estación Díaz, donde se corría la voz… de que hacía quince días habían venido de la Provincia de Córdoba dos ciudadanos a dirigir la campaña política del Partido Demócrata Progresista y que públicamente habían hecho esta manifestación: que venían a terminar con todos los Ceballos; con Ventura Ceballos padre; con el hijo que era comisario y con otros hermanos de éste”.

Destacó el senador Gómez que “el comisario de policía de Díaz había mandado al sargento y a un soldado que buscaran a un ciudadano a quien necesitaba hablar, para que viniera a la comisaría… Esa noche el mencionado señor Cejas… entró a la fonda donde él comía, y encontrándose allí uno de los agentes de policía, lo llevó por delante sin decirle una sola palabra.  El sargento y el agente, en busca de la persona a quien quería ver el comisario llegaron a la peluquería; el agente, asomándose apenas a la puerta le dice al peluquero: ¿No ha visto a fulano? y, dándose vuelta, Cejas, que se encontraba sentado haciéndose jabonar, le dice: ¡Retírese de aquí canalla!  El agente le contesta: ¿Por qué me insulta, señor?, a lo que Cejas le responde sacando el revólver de debajo de la pierna y haciéndole tres disparos.  Debo hacer presente que Cejas se encontraba en mangas de camisa, estando su sombrero y el saco en la percha. ¿Dónde tenía el arma, entonces?  Es evidente que la escondió al sentarse, pues el peluquero dice que no la tenía en la cintura.  El agente de policía, al verse agredido sacó su revólver, pero no pudo tirar ni un solo tiro, como lo demuestra el hecho de que se encontró el arma dentro de la peluquería, al lado de la puerta, con las seis cápsulas intactas.  En esta circunstancia entra el sargento, y Cejas que ya se había levantado del asiento, le hace fuego de inmediato, amparándose detrás de una vitrina que había en medio del salón de la peluquería.  El sargento no podía al principio hacerle fuego porque Cejas se arrastraba por el suelo, como una víbora, hasta que por fin le presentó blanco, y repeliendo la agresión, el sargento le dio muerte de un balazo”.

El senador Melitón Gómez concluyó su informe advirtiendo a sus colegas:

“En esta forma se desarrolló el hecho, según me lo ha contado el mismo dueño de la peluquería, el cual… no es radical sino demócrata”.

Al leer ese diario de sesiones, surge una impresión semejante a la que impulsó al senador Mattos al reconocer que esa “exposición del señor Senador por San Jerónimo, muy gráfica por cierto y muy digna de figurar en una las páginas de las novelas de Sherlock Holmes”.

Lo concreto era que la Justicia no se había expedido “todavía sobre este incidente” aunque el senador Ortiz Grognet expresaba su justificación porque ese relato permitía imaginar “el estado de ánimo del señor Cejas, porque tan solo un ciudadano amenazado, acosado, perseguido por la policía, se explica que en el momento de afeitarse tenga el revolver a mano para defenderse”.

Destacó que “hay constancia pública de que momentos después del hecho llegaba a Díaz el doctor de la Torre, quien enterado del suceso pidió ver el cadáver de Cejas, así como los pormenores de la incidencia, sin que en la policía, ni en ninguna parte se le dieran antecedentes, lejos de ello, tratando de ocultar las circunstancias del hecho ocurrido.  Ello dio origen a un telegrama que dirigió al ministro del Interior”.

Pidió luego “en homenaje a la familia Cejas, al padre, que vive, y a los hermanos, que las palabras pronunciadas en este recinto al respecto, sean borradas del Diario de Sesiones.  Evidentemente el pedido no se tuvo en cuenta porque estos relatos son contundentes. Cerrado el debate, la votación afirmativa confirmó la validez de los diplomas de los legisladores, quienes prestaron juramento y eligieron sus autoridades.

Pedido de interpelación al ministro de Instrucción Pública

El 16 de mayo de 1924, en la primera sesión ordinaria de la Cámara de Senadores, con la presidencia del vicegobernador don Juan Cepeda, el senador Dr. Amadeo Ramírez fundó una minuta de comunicación al Poder Ejecutivo para que por intermedio del ministro de Instrucción Pública concurra al Senado, el sábado 24 de ese mes para “dar explicaciones sobre los últimos decretos” relativos al Consejo General de Educación y que a juicio del legislador, “modifican sustancialmente la ley escolar de la provincial, y por consiguiente invaden facultades que son propias de este Cuerpo Legislativo”.

Ante una indicación que fue aprobada, la interpelación se realizó el viernes 23 a las 10 con la presidencia de los señores Melitón Gómez -presidente pro témpore- y del Dr. Amadeo Ramírez, vicepresidente pro témpore.

El ministro Araya con grandilocuencia recordó su desempeño como senador por el departamento Rosario comparando su “fervor de entonces con la fe sacrosanta con que llegaban a la grande asamblea constituyente del 89, los diputados de las provincias de Francia…”   Subrayado aquí.

(Es oportuno reconocer que en ese momento algunos podían recordar las prolongadas discusiones en 1914, acerca de la validez de su diploma y su posterior renuncia, parte de la historia de la Historia que todavía se está escribiendo.)

Luego el ministro habló de la “noble inquietud del rosal, cuyas espinas, diría, sólo brotan al impulso de la amargura experimentada al verse arrancar una flor o al suponer  que las que se marchitan en su tallo mueres porque alguien las hiere, sin darse cuenta de que mientras él las llora perdidas, lejos de morir las flores han semillado”.

El ministro insinuó así, el aparente paralelismo con las reacciones que provocaban sus innovaciones.

Antecedentes históricos (Educación y Justicia)

El ministro Agustín Araya durante una interpelación en la Cámara de Senadores, en 1924 manifestó que:

“…la instrucción pública en la Provincia de Santa Fe, al igual que en las demás Provincias y en la Nación, antes de convertirse en función primordial del Estado, era función privada y local, atribución reservada a los municipios y materia de enseñanza religiosa y conventual”.

El senador Luis M. Mattos (Caseros) le advirtió que “en el año 1852 se dictaba en la provincia la primera ley” referida a la educación primaria, destinándose “la cantidad de trescientos pesos para costear la enseñanza de un profesor de gramática castellana y de letras”.  Dos años después se creó la segunda cátedra y en 1856 se estableció en “San Lorenzo la primera escuela que no se la sometía indudablemente a la dirección local.

En 1858 se creaba otra escuela en Villa Constitución, tampoco dependiente del poder local y en 1862 la única escuela que se instituyó fue el Colegio de la Inmaculada Concepción, donde más tarde, en el año 1864, delegaba la Sala de Representantes la facultad de enseñar estudios jurídicos.”

El ministro Araya destacó que “en este largo período que va desde la independencia del año 10 a la fecha de la organización institucional del año 53, y pudiera decirse hasta la terminación del período latente de las revoluciones internas, que finaliza en el año 80” han sido muchas “las personas e instituciones que se distinguieron por su amor a la enseñanza, su entusiasmo por el niño y su vocación a la cultura general…”  Se refirió a las disposiciones constitucionales que exigían la administración de educación y de justicia, advirtiendo que correspondía al “régimen municipal, la educación primaria”.   Recordó que Sarmiento “hizo conceder los primeros subsidios de ayuda nacional a las provincias, e introdujo al país, como un ejemplo, trayéndolos de Norte América, donde ‘prosperaban entonces’, los organismos autónomos designados bajo el nombre de ‘Consejos de Educación’, y justo es recordar que el primero en reconocer su fracaso y proponer su supresión fue el mismo Sarmiento”.

Recordó el ministro Araya diversos antecedentes en países europeos y en el final de su discurso destacó que con esa “exposición a vuelo de pájaro”, había querido decir que todos los actos administrativos han “tenido la honestidad y sinceridad por normas. Así, deshilvanada, al azar de la afluencia de las ideas, que han venido desgranándose al antojo” -reiteró- se había hecho “la afirmación de la labor del gobierno”.

Fracasó un intento de cuarto intermedio y el senador Amadeo Ramírez manifestó que a su juicio, el gobernador Aldao “al suscribir los decretos que motivan esa interpelación no fue bien informado, porque si lo hubiera sido, jamás los hubiera firmado teniendo en cuenta la gravedad de la situación que iba a crearse”.

El doctor Ramírez revisó los antecedentes históricos a partir del espíritu de los constituyentes de 1863 y las leyes de 1871 y 1890 relativas “a subvenciones a las provincias,  exigiendo en ellas el funcionamiento autonómico de los Consejos Generales de Educación para que él pueda gozar de los beneficios de la subvención acordada por el Congreso”.  Recordó que José Manuel Estrada y el riojano Joaquín Víctor González habían reconocido la importancia de que “la dirección técnica debía encomendarse, no a factores políticos, sino a personas versadas en materia de enseñanza, tendiendo siempre a abrir ancho campo a la especialización” otorgando al “cuerpo directivo de la educación pública una autonomía relativa, admitiendo sólo la superintendencia administrativa que hace indispensable la unidad del Estado”.

Experiencias educativas en Santa Fe

El senador Ramírez en su interesante discurso recordó con respecto a los recursos financieros destinados a la educación, que “los 18.000 pesos fuertes que destinaba el Presupuesto del año 71, se repartían directamente entre los cargos de estudios superiores y los de preceptores de las escuelas indicadas y subvenciones a diversas escuelas particulares.  Como única persona intermediaria entre el Poder Ejecutivo y los Maestros estaba la Inspección de Escuelas que dependía directamente del Ministerio del ramo”.  [39]

Destacó que “el 13 de agosto de 1874 se dictó por primera vez una ley orgánica de educación común” bajo el gobierno de don Servando Bayo, poniéndose “el Gobierno y administración de la Educación Popular en manos de la Superintendencia General de Escuelas y de las Comisiones Escolares del Distrito” que se crearon por la misma ley.  La Provincia estaba dividida en cuatro departamentos: La Capital con 17 Distritos; San José con ocho Distritos, San Jerónimo con once Distritos y Rosario con 19 Distritos. “La Superintendencia estaba a cargo de un Presidente, un Secretario-Tesorero y un Visitador General” y “la descentralización administrativa en la rama escolar era para aquella Ley completa”; estableciendo “desde la designación por votación popular directa de los miembros de las Comisiones Escolares de Distrito y Departamentales hasta la facultad de estos para darse sus presupuestos y percibir y disponer de sus rentas propias”.

Poco duró esa legislación, porque fue derogada el 26 de junio de 1875; se dispuso que el Poder Ejecutivo volviera a hacerse cargo de la administración y gobierno de las escuelas de la provincia; y se prometió una nueva ley que fue sancionada el 11 de septiembre del año siguiente, limitándose las facultades del Inspector y centralizando la dirección en el ministerio de Instrucción Pública.

Estaba vigente esa ley durante el gobierno de Simón de Iriondo, cuando surgieron enormes dificultades para comenzar a recibir las subvenciones de la Nación, debido a que la dirección de las escuelas dependía prácticamente del ministro y la Inspección de Escuelas sólo actuaba como única intermediaria entre el gobierno y los maestros.

En consecuencia -como lo ha destacado el senador Ramírez- estando vigente la ley de 1876, “se dictaron una serie de reformas” hasta que “la Legislatura de la Provincia, deseosa de que ésta se acogiera a los beneficios de la ley nacional del 25 de septiembre de 1871, la varió substancialmente el 9 de enero de 1884, descentralizando la rama de la instrucción primaria”, entregándola a un “Consejo de Instrucción Pública formado por cinco miembros”, disponiendo que las “Receptorías de Rentas depositaran mensualmente las recaudaciones correspondientes al Fondo Escolar”.

El gobernador interino don Cándido Pujato  “después de haberse dictado apresuradamente la ley del 1884 creando el Consejo de Educación”, firmó un decreto el 22 de enero de ese año  y “para el mejor cumplimiento de la Ley de Educación Común de fecha 11 de septiembre de 1876”, reconoció las atribuciones y los deberes de los miembros del Consejo, del personal de Inspecciones, de las autoridades escolares y de los docentes.  El 16 de diciembre del mismo año se promulgó una nueva Ley de Educación, manteniendo la autonomía del Consejo que estaba bajo control del Poder Ejecutivo y desde entonces se la identificó como “Consejo de Educación Provincial de Instrucción Pública”, con la responsabilidad de someter a la aprobación del P.E. los programas de estudios correspondientes a la instrucción básica.

Mariano Quiroga: primer presidente del Consejo

Es necesario tener en cuenta que el Consejo Nacional en 1884 exigía que “como una mayor garantía para la vigilancia en la inversión de los fondos, que el Gobierno de las escuelas debía estar bajo un Consejo de personas competentes” y que “el secretario de ese Consejo lo fuera el Inspector Nacional de Escuelas”.  En consecuencia se adoptó la decisión de otorgar al doctor Mariano Quiroga la responsabilidad de ser el primer presidente del Consejo de Instrucción Pública santafesino.

Es interesante una aproximación a parte de la trayectoria del doctor Quiroga, desde la proyección de una carta de su esposa, doña Magdalena Q. de Quiroga leída en el recinto de la Cámara de Senadores el 12 de junio de 1924, al considerarse el dictamen de la Cámara de Diputados aprobado por la Comisión de Peticiones y Poderes del Senado con la firma del senador Amadeo Ramírez (Vera) y Faustino Daguerre (Constitución) con el propósito de otorgarle un subsidio por única vez para pagar los gastos de la enfermedad y del sepelio.

Se reconocía que con el fallecimiento del doctor Quiroga se había truncado “una vida que no tuvo reposo ni desmayos para dedicarla desde su primera juventud al servicio de la Provincia.  No necesitó para ello de nombramientos oficiales o de recompensas que las leyes de presupuesto acuerdan a sus servidores, como lo prueba el hecho de haber sido maestro por propia vocación allá por el año 1869, cuando eran asaz escasos los hombres capaces de dirigir la instrucción de la juventud santafesina.  Por esos años y hasta 1875 fue Director y Maestro de las escuelas elementales de la Sociedad Porvenir y de la Superior de varones de la Sociedad Biblioteca Popular, cuyas instituciones lo contaron entre sus más entusiastas fundadores y propagandistas.  Ese mismo año 1875 se inició como Oficial de Justicia para pasar más tarde a ocupar la Secretaría del Departamento Topográfico  Recibido de abogado, ocupó luego diversos puestos públicos, llegando a los más altos de la magistratura y de la cátedra, mereciendo el honor de haber sido designado Decano de la Facultad de Derecho en los primeros años de su fundación”.  Fue “Director ad-honorem de Instrucción Primaria de la Provincia; fue miembro de la Convención Constituyente de los años 1883 y 1889, y más que todo, lo que era orgullo de su vida, fue maestro que con sus recursos propios, sin otro interés que el de preparar elementos sanos, inteligentes y útiles a la sociedad, formó otros maestros en épocas que no existían escuelas normales en  la Provincia, ni tampoco podían esperarse de las provincias vecinas porque la Capital y Paraná apenas abastecían sus propias necesidades.   Fue así como surgió el primer plantel de educadores que sirvió de base para formar el hoy robusto cuerpo docente que es un título de orgullo  para la Santa Fe de nuestros días…”

En esa oportunidad el senador Dr. Amadeo Ramírez manifestó que “Quiroga fue un apóstol de la enseñanza desde la humilde esfera de la escuela primaria hasta la más alta de la cátedra universitaria”, “refiriéndose a los numerosos jóvenes de aquel tiempo, entre los que se contaba el legislador que habla, -que preparó con sus lecciones metódicas y ordenadas para que alcanzaran los títulos de procuradores o de escribanos que entonces otorgaba la Suprema Corte de Justicia”.

(Cumplido este merecido reconocimiento, es necesario seguir con esta aproximación a la historia de la educación en la provincia de Santa Fe.)

Entre los primeros actos del presidente Quiroga corresponde una referencia a la comunicación que envió al presidente del Consejo Nacional de Educación Dr. Benjamín Zorrilla acerca de la constitución de ese organismo en Santa Fe y la incorporación de don Eleodor Calderón como Secretario; decisiones que fueron aprobadas por las autoridades nacionales.

1886: avances en la orientación pedagógica…

A partir de 1885 se acentuaron los avances en la orientación pedagógica y la tendencia a consolidar la autonomía en los Consejos Escolares.  En ese tiempo funcionaban en la provincia de Santa Fe dos ministerios: el de Gobierno y el de Hacienda, Obras Públicas, Agricultura e Instrucción Pública y se analizaba un nuevo proyecto de ley tendiente a “otorgar las más amplias facultades administrativas y técnicas al Consejo de Educación” y “se encontraron esos Legisladores con que algunas, como la del nombramiento de los Maestros, estaba reservada al Poder Ejecutivo por mandato expreso de la Constitución” de modo que por ley sólo se pudo autorizar la propuesta de “esos nombres al Poder Ejecutivo”.

La sanción de la Ley Nº 158 determinó “cuáles eran las atribuciones de uno y otro carácter” y como destacara el senador Mattos, estaba “perfectamente establecido que existen tres clases de autonomías”: la autonomía constitucional del Consejo, cuyos miembros -Presidente y vocales-  eran nombrados por el P.E. sin necesidad de acuerdo; la autonomía administrativa -elaborando el presupuesto anual que remitirá al P.E. para su remisión a la Legislatura- y la autonomía técnica, que permite al Consejo elaborar los planes y programas de enseñanza, estableciéndose que de ese Consejo General de Educación,  “es superior inmediato el Ministro de Instrucción Pública”.

Anualmente el Consejo debía elevar una Memoria referida “al estado de la enseñanza, a las reformas que se pueden introducir” que se remitía a la Legislatura para que al considerarse el presupuesto se tuvieran en cuenta esas estadísticas y los proyectos.

Conforme esa legislación, “El Consejo de Educación estudiará las estadísticas, los resultados de la enseñanza, practicará un censo escolar, hará conocer la situación, el estado, las condiciones de la enseñanza, a la Legislatura, por intermedio del Poder Legislativo”.

Al reformarse la ley de 1886, en el “reglamento 156 que se dictó en 1894”, se estableció “la obligación por parte del Poder Ejecutivo de remitir directamente el presupuesto del Consejo de Educación a las cámaras legislativas”.

A pesar de esos avances legislativos el Censo Nacional de 1914 demostró que en la provincia el analfabetismo no había disminuido.

Opinión de Lisandro de la Torre

El ministro Araya recordó la opinión del doctor Lisandro de la Torre “en la investigación a la Caja de Ahorro Postal, en la que hubo de estudiar el alcance real de las economías que nuestra Constitución tolera”.

El destacado legislador reconoció que “la pretendida impotencia del P.E. ante las reparticiones llamadas autónomas es una herejía constitucional; la pretendida obligación del P.E. de aceptar como vengan las cuentas que presente una repartición, es otra herejía legal.  Para la Constitución Nacional ninguna repartición pública argentina está exenta de la fiscalización del Jefe de Estado.

El inciso 1º del artículo 86 de la Constitución, definiendo sus atribuciones, dice: ‘Es el Jefe supremo de la Nación y tiene a su cargo la administración del país”.

Advirtió que “ninguna ley, sin incurrir en nulidad, puede suprimir el inciso 20 del artículo 86, de la Constitución Nacional: ‘el Presidente de la República puede pedir a los jefes de todos los ramos y departamentos de la administración y, por su conducto a los demás empleados los informes que crea conveniente y ellos son obligados a darlos’.  De manera que el Presidente de la República no puede en ningún caso alegar justificadamente ignorancia de lo que ocurre en ninguna repartición que esté bajo la dependencia de sus Ministros, llámese o no se llame autónoma”.

El distinguido demócrata reconocido como “el fiscal de la república” por su reiterada defensa de los intereses nacionales en ese momento había insistido en que “menos lo puede respecto de las reparticiones que debieran llamar su atención desde el primer día en que ocupó el Gobierno, porque son reparticiones públicamente sospechadas de funcionar mal, como es la Caja de Ahorro Postal, como son los Ferrocarriles del Estado y muchas otras.”

Presidentes notables

El senador Amadeo Ramírez en la memorable sesión de mayo de 1924 manifestó:

“Han desfilado por el Consejo de Educación desde que rige la Ley del 86, ciudadanos del carácter, del talento y de la preparación del doctor Pedro C. Reyna; doctor Lorenzo Anadón; Presbítero Gregorio Romero; doctor Jerónimo Cello; doctor Mariano A. Quiroga; doctor Marcial Candioti; doctor Juan P. Beleno; de la austeridad de Nicanor Molinas; Maestros de la suficiencia y del fervor apostólico de Domingo G. Silva, José Amavet, Pedro Garacoche, Isaac Francioni, Segismundo Ramírez, Enrique J. Muzzio y otros no menos caracterizados”.

Manifestó el senador Ramírez que “tan celosos guardianes fueron, que todos ellos estuvieron siempre con la renuncia lista en el bolsillo para presentarla al primer acto atentatorio a la autonomía, que emanara del poder central”.

Domingo Guzmán Silva, “esa alma grande y resplandeciente… fue uno de los Presidentes que realizó la más hermosa cruzada educacional que se registra en los anales de la enseñanza de esta Provincia.  Él trazó las orientaciones más sabias y concordantes con los principios fundamentales de la ciencia relativa que se conocen…”

Destacó que “fue un defensor acérrimo de la autonomía escolar” y “no conforme con la relativa que la Ley del 86 acordaba, bregó siempre, no solamente desde su puesto de Presidente, sino también desde su tribuna periodística en favor de la absoluta autonomía” consiguiéndolo “mientras él fue el Director General de Escuelas”.

Expresó el senador Ramírez que “el gobierno del señor Iturraspe fue muy respetuoso de la Ley y jamás produjo un acto que pudiera desvirtuarla, pero la política que todo lo desarticula, cuando el apasionamiento domina el espíritu de los hombres, colocó al señor Silva en situación de entredicho frente al sucesor… optó por retirarse elevando su renuncia.  Es que en Domingo Silva, existía un gran carácter, había en él un hombre de convicciones hechas y sobre ellas no primaron jamás las conveniencias personales.”

[16-06-2010: Información del señor Oscar Sarsotti mediante correo electrónico: “Utilizó el nombre ‘Juan Bernardo Iturraspe’ (así fue nombrado gobernador) y mayormente firmaba J. Bernardo Iturraspe”.]

 

Nicanor Molinas “fue otro gran Presidente, no por sus condiciones técnicas, sino por su espíritu ecuánime y justiciero, por su discreción en la elección de sus asesores técnicos que lo ayudaron a orientar la enseñanza por el buen cauce, pero más que todo, porque fue defensor severo de la autonomía…  Nunca, jamás, el señor Molinas, consintió el menoscabo de los derechos privativos del Consejo, ni aun ante los avances de la Intervención Nacional que llegó a la provincia después de la caída del Gobernador Crespo” advirtiendo que “esa Intervención, hubiera quebrado la autoridad del Consejo si la Presidencia la hubiera ejercido un simple empleado y no uno de esos hombres que a su cultura exquisita sumaba la energía serena de los fuertes.”  Recordó el senador Ramírez que el Dr. Romero (ministro-secretario de esa intervención) le había solicitado que “propusiera para el desempeño de un puesto de profesora de música a una persona por la que él se interesaba” y el presidente Molinas se excusó porque “la recomendada no reunía las condiciones requeridas”.

El autoritarismo del ministro se impuso cuando logró ese nombramiento y lo envió “al Presidente ordenando se le diera ubicación en las escuelas de La Capital.  El Presidente Molinas, sin inmutarse pero alarmado por el atropello, dictó al pie de esa nota, que se encuentra en los archivos del Consejo: ‘Pase a la Contaduría para que tome nota, pero no se le dé posesión”.  Luego, serenamente, fue ante el Ministro a exponerle los consiguientes reparos en la forma cultísima pero enérgica que le era proverbial”.

Aunque el ministro “no encontró procedente tal actitud”, la renuncia “llegó al Interventor, quien, después de imponerse de la Ley Escolar en vigencia, devolvió inmediatamente esa renuncia, con el pleno reconocimiento de las facultades que el Ministro pretendía arrebatarle.  El señor Molinas, así, serena y enérgicamente, supo defender las facultades del cuerpo que presidía.”

Isaac Francioni, maestro destacado en las filas del Magisterio y uno de los elementos del foro de mejor valía, desempeñó la Presidencia del Consejo, y desde allí, como buen maestro, reclamó y obtuvo que en el hecho, como a Domingo G. Silva, se le reconociera la más absoluta autonomía al Consejo, algo más de lo que la Ley del 86 le acordaba, y convencido de la bondad de este principio, bregó en sus memorias porque se legalizara esa absoluta autonomía para el mejor afianzamiento de la enseñanza”.  Recordó que “cuando un hecho aparentemente simple se produce en el Gobierno, que entendió violatorio de esa autonomía, respondió al acto con su inmediata renuncia y esa actitud detuvo el avance y se salvaron los principios.  Se trataba simplemente, de que el Consejo había propuesto para maestra a una persona y el Gobierno la sustituyó por otra.”  [40]

Acerca de don José Amavet, el senador Ramírez expresó: “… es un maestro que goza de grandes y merecidos prestigios en las filas de la familia docente.  Desempeñó dos veces la Presidencia del Consejo y fue Ministro de Instrucción Pública. El hecho que motivó su retiro de la Presidencia durante el gobierno del doctor Mosca… todo el pueblo sabe que fue por no aceptar los principios centralistas del doctor Araya, quien pretendía en toda forma tener, en las cuestiones del Consejo, intromisiones contrarias a la autonomía de ese cuerpo.”  Rememoró el senador Ramírez, que el doctor Araya siendo ministro del gobernador Mosca, “pretendió más de una vez le suscribiera los Decretos” que en esos momentos eran motivo de la interpelación.  En aquella circunstancia, “Amavet y sus colaboradores del Consejo, los maestros Abraham Francioni y doctor José Menchaca, antes de mantener una situación de violencia con el Ministro Araya, prefirieron abandonar sus cargos, elevando el señor Amavet su renuncia al gobernador Mosca… en la que puntualiza bien claramente las causales que la motivaron.”  Resultaba evidente que “Amavet, como sus compañeros del Consejo, fueron también celosos defensores de la autonomía”.

Ante la renuncia del presidente Amavet asumió el señor Juan Arzeno -”malogrado amigo” del senador Ramírez-; “viejo Legislador de la Provincia, que había intervenido en la sanción de la Ley del 86” como integrante de la Cámara de Senadores; quien “tampoco consintió en que el Ministro Araya traspasara los umbrales del Consejo sino en uso de las limitadas facultades acordadas por la Ley”.  Esas divergencias habían provocado en varias oportunidades la consulta de Arzeno a su amigo Ramírez, y en consecuencia el senador pudo leer en el recinto ante el ministro interpelado, una nota de fecha 26 de junio de 1923, en la cual el Presidente Arzeno insistía ante el ministro Araya en que “el hecho de que el Consejo estuviera obligado a rendir cuenta documentada, no significaba que para ello tuviera que entregar los comprobantes y los libros ya que el Gobierno tiene la Contaduría General de la Provincia para que cuando llegue esa rendición de cuentas coteje en los libros del Consejo la realidad de las constancias de aquellas” y tampoco eran necesarios para Las Cámaras Legislativas, porque la Comisión de Hacienda es “la encargada de trasladarse a la fuente donde ha emanado la rendición y comprobar si ella es el reflejo fiel de la verdad”.   El presidente Arzeno en esa nota, insistía en que el Consejo “administra y dirige la educación pública, con absoluta independencia y sólo debe proponerse los nombramientos de personal al P.E., propuesta sin la cual no puede existir nombramiento legal”.

Mayo de 1924: interpelación al ministro de Instrucción Pública

El 23 de mayo de 1924 que fueron discutidos en la Legislatura varios decretos del P.E. y fue interpelado ministro de Instrucción Pública y Fomento Dr. Agustín Araya porque  a juicio de la mayoría de los legisladores, “el señor Ministro de Instrucción Pública ha dictado un decreto en que se abroga facultades que no tiene.

Él centraliza la dirección técnica de la enseñanza en sus manos, cuando es precisamente lo que no quiere la ley de subvención nacional” porque entiende “esa ley que la dirección técnica debe estar en poder de un Consejo Escolar”.

Se generó una discusión acerca del alcance de una “dirección” y una “superintendencia” que poco aportó al esclarecimiento del problema y nuevamente los discursos abarcaron experiencias en lejanos países hasta que el senador Ramírez pudo seguir con la historia de los santafesinos.

Es oportuno destacar que el Dr. Amadeo Ramírez a partir de 1892 fue maestro de las escuelas dependientes del Consejo de Educación y se destacaba por su constante preocupación por el perfeccionamiento del sistema educativo.  Recordó el senador que  el Dr. José A. Gómez “reconoció ampliamente la autonomía del Consejo en una resolución dictada siendo ministro del ramo, en la época del Gobernador Crespo” y consideró que la posición contraria que en 1924 sostenía su hermano el Dr. Severo Gómez, probablemente sería consecuencia del desconocimiento de todos esos antecedentes.

El senador Ramírez advirtió que “hubo entre muchos buenos Presidentes del Consejo, algunos malos, pero no recuerdo que jamás ninguno de ellos cometiera la debilidad de incurrir en tan grave renunciamiento, deponiendo a los pies de un Ministro la autonomía de la Institución, como lo ha hecho el doctor Pandolfo” –Pío- al no haber contestado a los Decretos del Ministro con su inmediata renuncia.

Con respecto a esta posición, se impone analizar esa actitud desde otra perspectiva, porque en algunas oportunidades la permanencia en un cargo implica el compromiso de acentuar la defensa de un proyecto, mientras que la renuncia puede ser indicio de debilidad o intolerancia.

Durante seis horas estuvieron hablando el ministro y algunos legisladores hasta que el senador Ramírez planteó que “el asunto ha sido suficientemente debatido” y aunque no formularía “votos de censura, porque entendía que no correspondía”.  Luego expresó: “… los decretos que son contrarios a la Ley no necesitan ser derogados porque de hecho no tienen ningún valor” reiterando que “ha quedado perfectamente establecido ese concepto después de la discusión”.

Aproximadamente a las 21, el ministro Araya optó por retirarse del recinto y el senador Ramírez indicó que no debían “demorar en sancionar un proyecto de ley aclaratoria”, moción que fue votada con resultado positivo.

Fallecimiento del Dr. Jerónimo Cello – Subsidio

Con motivo del fallecimiento del Dr. Jerónimo Cello, en la legislatura de Santa Fe se acordó un subsidio de doscientos pesos mensuales a favor de la viuda Sra. Enriqueta P. de Cello por “cierto número de años”.

Fue renovado en junio de 1924 el término de tres años más, considerando que sus hijos tenían que seguir estudiando, “teniendo la desgracia de tener hijos enfermos” que “se encuentran fuera de su lado, en las Sierras de Córdoba, donde a fuerza de sacrificios tiene que sostenerlos”.  El proyecto fue sancionado.

Subsidio a familiares de Mariano Quiroga

El 12 de junio de 1924 se consideró en la Cámara de Diputados el proyecto de ley otorgando un subsidio de tres mil pesos moneda nacional a la señora Magdalena Q. viuda de don Mariano A. Quiroga y pasó en revisión al Senado, obteniendo el 21 de junio el despacho de la Comisión de Peticiones y Poderes con la firma del senador Amadeo Ramírez (Vera) y Faustino Daguerre (Constitución).

En esa oportunidad fue leída la carta remitida a la legislatura por la señora de Quiroga, destacando en el primer párrafo que con ese fallecimiento…

“…terminaba “una vida que no tuvo reposo ni desmayos para dedicarla desde su primera juventud al servicio de la Provincia.

No necesitó para ello de nombramientos oficiales o de recompensas que las leyes de presupuesto acuerdan a sus servidores, como lo prueba el hecho de haber sido maestro por propia vocación allá por el año 1869, cuando eran asaz escasos los hombres capaces de dirigir la instrucción de la juventud santafesina.  Por esos años y hasta 1875 fue Director y Maestro de las escuelas elementales de la Sociedad Porvenir y de la Superior de varones de la Sociedad Biblioteca Popular, cuyas instituciones lo contaron entre sus más entusiastas fundadores y propagandistas.  Ese mismo año 1875 se inició como Oficial de Justicia para pasar más tarde a ocupar la Secretaría del Departamento Topográfico  Recibido de abogado, ocupó luego diversos puestos públicos, llegando a los más altos de la magistratura y de la cátedra, mereciendo el honor de haber sido designado Decano de la Facultad de Derecho en los primeros años de su fundación.

Pero no son esos puestos solamente los que sirvieron para dar relieve a la personalidad de mi esposo, por más que son los únicos que se computan en la práctica burocrática para aquilatar los méritos de un servidor del Estado.  Con ser aquellos, muchos y muy destacados, ha prestado otros que merecerían también ser considerados para juzgar sus altos méritos.  Ha sido por ejemplo, Director ad-honorem de Instrucción Primaria de la Provincia; fue miembro de la Convención Constituyente de los años 1883 y 1889, y más que todo, lo que era orgullo de su vida, fue maestro que con sus recursos propios, sin otro interés que el de preparar elementos sanos, inteligentes y útiles a la sociedad, formó otros maestros en épocas que no existían escuelas normales en  la Provincia, ni tampoco podían esperarse de las provincias vecinas porque la Capital y Paraná apenas abastecían sus propias necesidades.   Fue así como surgió el primer plantel de educadores que sirvió de base para formar el hoy robusto cuerpo docente que es un título de orgullo  para la Santa Fe de nuestros días…”

El senador Dr. Ramírez manifestó que “Quiroga fue un apóstol de la enseñanza desde la humilde esfera de la escuela primaria hasta la más alta de la cátedra universitaria… refiriéndose a los numerosos jóvenes de aquel tiempo, entre los que se contaba el legislador que habla, -que preparó con sus lecciones metódicas y ordenadas para que alcanzaran los títulos de procuradores o de escribanos que entonces otorgaba la Suprema Corte de Justicia.

Reiteró el doctor Ramírez que “Quiroga ha muerto debatiéndose en su honrada pobreza, dejando a su esposa en edad avanzada y con la salud precaria para que cumpla con compromisos que él y ella consideraron siempre sagrados.  Es así como hasta la fecha no se han podido sufragar los gastos de su asistencia médica en los últimos meses de su vida ni menos pagar los gastos de su entierro”.

Para ello, proponía la aprobación del subsidio e inmediatamente fue sancionado por unanimidad.

Subsidio a familiares del Escribano Fernando Dentesano

Con motivo del fallecimiento del ex senador del departamento Castellanos don Fernando Dentesano, en la sesión del 31 de mayo de 1924 en la Cámara de Senadores se consideró el proyecto de ley firmado por once senadores, acordando a la señora Elvira L. de Dentesano e hijos menores, un subsidio de $ 6.000.- y al fundamentar esa iniciativa, el senador Pablo Demarchi -quien asumió esa representación al quedar vacante-, destacó que “a pesar del tiempo ya transcurrido, perdura aún en el corazón de los que tuvieron la suerte de tratarle y conocerle bien de cerca, la dolorosa impresión que causara el triste desenlace de esa vida tan llena de savia, tan pletórica de entusiasmo y tan fecunda en nobles iniciativas.

En todo momento fue don Fernando Dentesano un ciudadano íntegro, útil y servicial; un ciudadano probo y bondadoso, que en la rápida trayectoria de su existencia ha dejado huellas bien marcadas de su amor al trabajo, de la lealtad de sus sentimientos, de su proverbial consecuencia amistosa y de la inquebrantable fe partidaria que lo animaba.

Múltiples fueron sus actividades, y en el ejercicio de las mismas consiguió siempre destacar su personalidad  con rasgos propios de inconfundible honestidad.  Como maestro, inspector de escuelas, funcionario público, miembro de diversas instituciones, representante comunal y últimamente en su carácter de legislador, prestó señalados y eficientes servicios a la Provincia.

La muerte le sorprendió en el desempeño de este elevado cargo.

Como político obedeció por norma a sugestiones íntimas y arraigadas, y en las horas de las definiciones se mantuvo sereno, ecuánime e inflexible, justificando lo que él consideraba un error, o bien aportando su acción decidida y entusiasta en la realización de sus patrióticos propósitos”.

Reconoció el senador Demarchi, que “Fernando Dentesano, sin ser rico, pues no contaba con otros recursos que aquellos que le producía su profesión de escribano público, fue un verdadero filántropo. Es de todos conocido, el rasgo de su generoso desprendimiento cuando a raíz de su incorporación a este Honorable Senado destinó mensualmente la totalidad de sus dietas para la ayuda a instituciones culturales, de enseñanza, de sport y de beneficencia.”

Conmueve lo expresado por el legislador en aquella oportunidad:

“…este hombre útil y meritorio; este hombre forjado en el duro yunque del trabajo; este hombre que sólo vivió para practicar el culto del amor a la familia y del bien a sus semejantes; este hombre bueno y fuerte cayó para siempre en la plenitud de sus energías corporales ante el ataque traidor del contagio que le transmitiera un pobre chico sin familia, un desheredado de la suerte, un enfermo de viruela negra, al que Dentesano por un noble empeño y personal cuidado arrebató de las garras de la muerte pagando con su propia vida este acto de tanta nobleza y de tanto amor al desvalido”.

Se refirió luego a “la inquietante sombra de un porvenir incierto” para su familia, indicando que con ese “modesto subsidio” se le rendía un homenaje por su generosidad que no se perdería “en el olvido ni en la indiferencia”.

Luego el senador Ramírez insistió en su trayectoria y en su “espíritu dispuesto a sacrificarse por el bienestar de la Provincia”.  Juntos se habían desempeñado en la docencia y en consecuencia, el representante del departamento Vera podía “atestiguar que durante esa época Dentesano fue un elemento destacado del gremio, no solamente por su preparación, sino también por sus condiciones de carácter… Fue uno de los que más bregó porque se dictara la Ley de Estabilidad y Escalafón de los maestros”.

El proyecto fue sancionado por unanimidad.

Controles en los obrajes del norte.

En la sesión del 27 de junio de 1924 el senador Amadeo Ramírez, representante del departamento Vera presentó un proyecto de ley con la finalidad de que el Poder Ejecutivo estableciera un servicio permanente de fiscalización para asegurar el fiel cumplimiento de las leyes o resoluciones provinciales relacionadas con concesiones de los ramales ferroviarios; de los destinados al transporte de productos forestales y para vigilar el correcto funcionamiento de las balanzas y básculas que se empleen en los obrajes, fabricas o comercios inherentes a los mismos, destinados al pesaje de mercaderías y productos de su tráfico, en los departamentos Vera y General Obligado.

Conmovedor relato del senador Amadeo Ramírez…

En aquella oportunidad el senador Ramírez reiteró que “del régimen de trabajo imperante en esos obrajes  se ha ocupado frecuentemente la prensa diaria, poniendo en evidencia la precaria situación que soportan la mayoría de los contratistas y obreros” circunstancia que los ha obligado a estar “reclamando insistentemente de los poderes públicos para mejor en lo posible sus condiciones de vida y de trabajo”.

Reconoció haber “tenido oportunidad de recorrer a menudo esas regiones” por sus vinculaciones personales y advirtió sobre la necesidad de que el gobierno demostrara “el beneficio de su acción tutelar”.

Aludió “al obrero criollo, al nativo, que es en su casi totalidad el elemento trabajador de los obrajes; el sometido a los mayores rigores en su ardua lucha por la vida; el que soporta las tareas más rudas; sin salarios mínimos ni horarios máximos, sin sindicatos gremiales de resistencia y protestas; el más paciente y abnegado en sus días sin abrigo con jornales de hambre, desamparado en las injusticias, casi sin garantías en el ejercicio de sus derechos y sin esperanzas quizá, de mejoramiento razonables y humanos.

Informe de un inspector en los obrajes del Chaco

El senador Ramírez leyó el informe publicado en el Boletín Nº 33 del Departamento Nacional del Trabajo el 31 de julio de 1915, elaborado por el “malogrado Inspector D. José Elías Nicklison como fruto de comprobaciones hechas en varios meces de paciente observación en los obrajes del Chaco” (refiriéndose a la zona norte de la provincia reconocida como Chaco santafesino).

En consecuencia, era posible interpretar “minuciosa y ampliamente el régimen de absorción imperante en ellos y la desconsiderada explotación a que están sometidos aquellos obreros con al proveeduría obligada, los pagos de sus jornales con vales, fichas o moneda emitidas clandestinamente por empresas y particulares; las expoliaciones en las ventas de alimentos, ropas y mercaderías y las inhumanas jornadas de trabajo allí implantadas.

Especialmente el peón de monte, el hachero que trabaja de sol a sol, sin horario como los de las fábricas, agotando todos sus esfuerzos para poder cubrir escasamente las necesidades de su subsistencia y la de los suyos, es digno de alguna protección, que haga algo más llevadera su vida de extenuación y de miseria.

Pero tampoco escapan los pequeños productores y comerciantes de la zona, al absorcionismo comercial organizado por algunas empresas poderosas que ejercen allí un completo predominio.  Muchos de aquellos no tienen otro medio de tráfico para sus productos o mercaderías que los ramales ferroviarios o decauvilles de las aludidas empresas, que los convierten en sus tributarios obligados, imponiéndoles el pago de fletes exorbitantes y arbitrarios”.

Ferrocarril a Puerto Ocampo…

Advirtió que el Ferrocarril de Puerto Ocampo autorizado por resolución del P.E. de la provincia el 22 de octubre de 1902  y aprobado por la Legislatura el 26 de junio de 1903, aunque se establecía que “no reviste las condiciones de una concesión ferrocarrilera para el servicio público de transporte, por cuanto se destinará solamente al uso particular de los solicitantes”, en la práctica no se cumplía.

Tampoco los concesionarios habían construido en toda su extensión el camino “de quince metros” que correspondía abrir y conservar “librado al servicio público sin cargo alguno para el tráfico” aunque el ramal era “explotado por una sociedad anónima fundada el año 1912 en la Capital Federal, denominada ‘Ferro Carril a Puerto Ocampo’, con capital de $ 600.000.- y con el fin de explotar comercialmente ese ferrocarril”. Subrayado aquí.

Tras la maraña de intereses ferroviarios…

El senador Ramírez recordó que la prolongación del ramal de Florencia a Piracuá fue acordada por ley provincial del 11 de octubre de 1887, “cediéndose en propiedad al concesionario 2.500 metros de ancho en cada costado de la vía y en una extensión de once kilómetros”, o sea “una superficie de 5.500 hectáreas de tierra fiscal”.  El ramal de Calchaquí había sido autorizado por la Ley 1185, con una extensión de dieciséis kilómetros y sólo utilizable para el transporte de las maderas de los concesionarios; que el de La Guampita se autorizó por Ley 1240 del 13 de junio de 1905 en idénticas condiciones.

Insistió el senador Ramírez en la necesidad de que esos concesionarios cumplan con la legislación ferroviaria nacional y provincial.

Manifestó el senador Amadeo Ramírez, que correspondía exigir “el correcto funcionamiento de las balanzas y básculas en uso en los obrajes”, porque “es natural, que la irregularidad o la trampa en el funcionamiento de esas balanzas, ha de redundar siempre en perjuicio de los trabajadores, inhabilitados casi siempre para ejercer un contralor eficaz y hasta para expresar desconfianzas cuando esas balanzas no acusan un resultado que armonice con los cálculos hechos sobre el rendimiento de sus esfuerzos.

Es común oír hablar de los buenos balanceros en los obrajes” refiriéndose a “los que saben manejar bien las balanzas en perjuicio de los trabajadores y hasta ha sido práctica en algunos obrajes interesar algunos de esos balanceros en un tanto por ciento de las ventajas que sacan, o sea sobre las diferencias resultantes al fin de cada período mensual lo mayor, entre la madera realmente recibida y la que se ha pagado por balanza a los contratistas o fleteros”.

El proyecto de ley presentado por el representante del departamento Vera intentaba “cortar los abusos… beneficiando a los trabajadores de los obrajes, dignos por todo concepto de la protección legítima…”

Recomendó el senador Ramírez la necesidad de establecer  “la prohibición absoluta de la circulación de vales, fichas u otras monedas clandestinas con que se han venido pagado los jornales en no pocos obrajes, canjeables sólo en sus administraciones, con lo que se coartaba a los obreros la libertad para adquirir mercaderías o provisiones donde más conviniera a sus intereses”.  Subrayado aquí

El proyecto fue sancionado.

(Los obreros de los quebrachales del norte santafesino siguieron durante varias décadas más, soportando injusticias y limitados en su libertad para adquirir lo necesario sin depender de los precios que también establecía la compañía…)

28-11-1924: aprobación del presupuesto

En la sesión del 28 de noviembre de 1924, en la Cámara de Diputados se aprobó el presupuesto que incluía en la Cámara de Senadores el cargo e Bibliotecario Archivero, con un sueldo de $ 250.- (equivalente al del Intendente y menor que el del Comisario: $ 350.-$  Un Senador percibía $ 1.000.-)    Ds. Ss. 1924, CD., p. 6.

Agravios estériles al Dr. Amadeo Ramírez…

En vano se intentó desmerecer la labor responsable del Dr. Amadeo Ramírez, porque la sola mención de algunas obras y sucesivos comportamientos demostraron una vez más que era una persona perseverante y responsable.

1925: estabilidad y escalafón de empleados públicos.

El 23 de mayo de 1925, el diputado José Guillermo Bertotto ingresó en la Cámara un proyecto de la Asociación de Empleado Civiles de la Provincia, expresando que “disiente con algunos de sus artículos”.

Un año después, el 28 de junio, se trató el proyecto del Dip. Dr. Pío Pandolfo, tendiente a terminar con la zozobra que generaban los cambios de gobierno, por cuanto los empleados públicos no tenían estabilidad ni escalafón y soportaban todos los vaivenes de la política.  Aunque habían invitado al Ministro de Gobierno, consta que no asistió porque no estaba en la ciudad y tampoco se había logrado la presencia de algún representante del Poder Ejecutivo en el recinto de deliberaciones de la Cámara.

El proyecto no se aprobó inmediatamente y el Dip. Romeo E. Bonazzola insistió para su tratamiento. Apoyaron la sanción los diputados Antonio Casalegno, Ricardo C. Argonz y Jacinto Pío Guala. (1926, Ds. Ss., t. 2, p. 63.)

Ese logro, lógicamente benefició al personal del Poder Legislativo.

1926: Comentario periodístico sobre la estabilidad.

En la revista “La Gaceta” de Rosario publicada en ese año, en la misma página donde se comenta la labor del Bibliotecario Archivero D. Clodomiro Marín Cardozo, quien participó activamente en las gestiones, con título destacado consta que los empleados de la Cámara de Diputados de la Provincia han conseguido en la última sesión del período ordinario que celebró este cuerpo, una de sus más grandes aspiraciones por la cual venían bregando: “La estabilidad y el Escalafón”.

Esa nota reconoce que “los diputados que forman parte de todos los sectores políticos de la Cámara, desde que iniciaron sus sesiones tuvieron el firme propósito de realizar un acto de verdadera justicia, como era el de garantir en sus puestos a todos los empleados de la misma, que sepan cumplir con su deber, y entendiéndolo así, en una de las primeras sesiones de este año, por resolución de la Cámara, su Presidente señor Antonio Casalegno, nombró a una comisión compuesta por los señores diputados Ricardo C. Argonz, Pío Jacinto Guala y Dr. Pío Pandolfo para que proyectaran la forma amplia del Reglamento de la Cámara, garantiendo así, la estabilidad y el escalafón de su personal.”

“Hoy -consta en esa publicación-, sólo la Cámara podrá destituirlos con conocimiento de causa por dos tercios de votos de los diputados presentes.  Ahora todo el personal de la Cámara podrá estar tranquilo en sus puestos y no como sucedía siempre cuando se aproximaba la época de la renovación de las autoridades, se apoderaba de ellos la incertidumbre y la zozobra, debido a que no se encontraban garantidos en sus puestos aunque hubieran cumplido con su deber”.

1927-1931: breve información…

En los diarios de sesiones de aquellos años, los únicos datos que inducen a comprobar la existencia de Bibliotecas en la Legislatura, son los cargos que anualmente se aprueban en el presupuesto de ambas Cámaras:

Bibliotecario-Archivero $ 275. mensual, por cargo.

El 15 de diciembre de 1928 se había aprobado el presupuesto con idénticos cargos. (1927, C.S., p. 173.)

No hay datos en 1929.  Producido el movimiento cívico militar del 6 de septiembre de 1930, tampoco hay información sobre el bienio 1930-1931.

1932: adquisiciones en el Senado.

En la sesión del 22 de abril, se consideró el proyecto que autorizaba al Presidente de la H.C.S. Sr. Isidoro Carreras para la adquisición de máquinas de escribir y útiles de escritorio. Apoyó la propuesta el Sen. Dardo Parera –Dto. San Javier-, informando que “se trata de un gasto cuya realidad es sumamente importante porque vendrá a rendir necesidades apremiantes para la organización y funcionamiento normal de la biblioteca y otras dependencias de la Cámara.” (1932, C. S., p. 32.)

Cargos de Bibliotecario

Ambas Cámaras mantienen esos cargos en el presupuesto, siendo las únicas alusiones a las bibliotecas. (1932, C. S., p. 135-137.)

1933: Creación de la Biblioteca y de Comisión Bicameral.

En la sesión del 4 de agosto, el Dip. Pío I. Monteagudo, presentó un proyecto de ley de creación de una “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe”, cuya conducción correspondería a una Comisión Bicameral, integrada por un Senador y dos Diputados. (1933, Ds.Ss., t. I, p. 447.)

Proyecto de reducción de haberes

Esa interesante iniciativa fue tratada al año siguiente.  Había graves problemas por la falta de recursos, al extremo de haber sido presentado por “el sector de los demócratas” un proyecto de ley reduciendo los haberes de los empleados públicos encontrándose con dificultades por la falta de quórum (25-08), por lo cual se obligó a concurrir al recinto por la fuerza pública a los radicales inasistentes.  Evidentemente, las estrategias políticas -sólo meras anécdotas salvo cuando producen transformaciones importantes- también son parte insoslayable de la historia de la Historia. (1933, C.S. p. 176-177.)

1934: presupuesto disponible.

El 27 de diciembre se había aprobado el presupuesto para el año 1934, consignándose sólo el cargo de Bibliotecario-Archivero, dependiente de la Cámara de Diputados (atento a la vigencia de la Ley Nº 2014/21.), con una retribución de $ 250.- mensuales (1933, C.S. p. 435.)

Re-creación de una Comisión Bicameral.

En la sesión del 28 de septiembre de 1934, en la Cámara de Senadores se consideró el Despacho de la Comisión de Peticiones y Poderes, recomendando la  aprobación del proyecto presentado por el Dip. Pío Isaac Monteagudo, recibido de la Cámara de Diputados, en revisión.

Sugerencia del Vicepresidente de la H.C.S.

No prosperó la sugerencia del Senador Esteban E. Morcillo, tendiente a que ese proyecto “se dejara para tratarse como último asunto” solicitando de inmediato hacer uso de la palabra el Sen. Emilio Clementz (Dto. Las Colonias), quien conjuntamente con el Sen. Juan F. Wernly habían firmado el Despacho de Comisión el 14 de septiembre.

Breve reseña acerca de la Biblioteca.

En esa oportunidad, el Sen. Clementz recordó que “en el año 1921 había nacido una en la Cámara de Diputados para uso exclusivo de esa Cámara, pero dicho proyecto no prosperó, pues encontró cierta resistencia en ambos sectores, es decir, radical y demócrata progresista de aquel entonces”. (1934, C.S., p. 374.)

Necesidad de disponer de una Biblioteca

Inmediatamente expresó que “los legisladores que necesitamos algunos datos, ya sea alguna consulta de Código u otro antecedente, tenemos que recurrir a bibliotecas particulares o a personas amigas para obtener los informes que necesitamos”, proponiendo la aprobación definitiva del proyecto, con este texto:

 

“Ley 2.388 BIBLIOTECA DE LA LEGISLATURA:

Creación.-

Santa Fe, octubre 1º de 1934

POR CUANTO:

LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA, SANCIONA CON FUERZA DE

LEY:

Artículo 1º: Créase una Biblioteca que se denominará “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe” cuya dirección y organización se entregará a una Comisión Interparlamentaria, compuesta de un Senador y dos Diputados, que se elegirán anualmente por las Cámaras respectivas, en la misma forma que los miembros de las Comisiones permanentes.

Artículo 2º: Destínase para el fomento de la referida Biblioteca, el importe de las dietas de los miembros de las Cámaras, los sueldos de los empleados de la Legislatura que por cualquier motivo quedaran sin devengarse y las partidas que se incluyan en la Ley de Presupuesto.

Artículo 3º: La Comisión que se crea, tendrá las siguiente atribuciones:

  1. Proponer el nombramiento y remoción del personal de la Biblioteca el que no podrá ser separado de su puesto si no se han llenado los requisitos exigidos por el reglamento de la Cámara para con los demás empleados y ejercerá la superintendencia inmediata sobre los mismos.
  2. Administrar los fondos destinados a gastos y fomento de la Biblioteca.
  3. Dictar las disposiciones y reglamentos internos de la misma.

Artículo 4º: Suprímense las actuales bibliotecas de las Cámaras de Diputados y Senadores y deróganse todas las disposiciones vigentes que se opongan a la presente.

Artículo 5º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Dada en la Sala de Sesiones de la Legislatura, en Santa Fe, a los veintiocho días del mes de septiembre del año mil novecientos treinta y cuatro.

  1. SÁNCHEZ GRANEL B. M. MORCILLO

Presidente (C.D.)                                           Presidente (C.S.)

AGUSTÍN P. GUALA                                               E. GÓMEZ IRIONDO

Pro-secretario                                                Secretario del H. Senado

 

POR TANTO:

Téngase por Ley de la Provincia, cúmplase, comuníquese, publíquese y dese al R. O.  /  CARASA /  A. Da Forno.

Deroga Ley 2014.”

(En consecuencia, al organismo se le reconoce una nueva denominación.  Al quedar sin efecto la Ley que dispuso la creación dependiendo de la Cámara de Diputados, lo fue también el complementario Decreto del 15 de noviembre de 1923, de la Presidencia de la Cámara, que le impusiera el nombre de “Nicasio Oroño”, aunque equivocadamente se lo invocara en algunos documentos y en actos.)

Primera Comisión Bicameral

En la sesión del 6 de octubre de 1934, en el Senado se informó sobre la promulgación de la Ley 2388 y el autor del proyecto Dip. Pío Isaac Monteagudo –departamento San Martín-, indicó la necesidad de nombrar dos representantes de la Cámara, proponiendo que se autorice al Presidente para la correspondiente designación. (1934, C.D., p. 754)

Continuidad del bibliotecario de la Cámara de Diputados

Antes de levantarse esa sesión, el Dip. Alfredo Hercowitz -Rosario- expresó que “si la Biblioteca sigue funcionando… el empleado que está ahora a cargo de la Biblioteca de la Cámara de Diputados debe quedar a cargo, hasta que se nombre sustituido.

El Dip. Luis F. Peluffo, dijo que no compartía el criterio de sustitución, porque “la situación del empleado a cargo es definitiva, salvo que merezca ser removido”.  Inmediatamente expresó que “el actual Bibliotecario Sr. Rigesti debe continuar en el cargo”. (1934, C.D., p. 763.)

Facultades de la Comisión bicameral para proponer…

Continuó el análisis acerca de las facultades de la Comisión Bicameral y el Dip. Malamud Meyer –San Cristóbal- expresó que la Comisión tiene “las facultades para proponer” y que “será fuera del actual personal de la Biblioteca porque el cargo de Bibliotecario no ha desaparecido del Presupuesto”:

El Dip. Héctor Carlino –Rosario-, manifestó: “yo creo que nunca tendría facultades esa Comisión de Biblioteca para nombrar empleados, sino para proponerlos al Cuerpo.  “No ha de pretenderse con la supresión de la Biblioteca violar el principio de estabilidad del empleado. Por eso creo que deben mantenerse los actuales empleados de la Biblioteca” y “salvo con un evidente fin de economía”.  El Dip. Hercowitz compartió ese criterio, igual que el Dip. Manuel Torrente (h) -Rosario-, quien confirmó: “El empleado debe seguir”, porque sólo correspondería la “remoción de acuerdo al Reglamento de la Cámara”, (1934, CD, p. 763)

El Dip. César Torriglia (h) -Iriondo- opinó: “En el futuro puede ser también que no sea la mesa directiva de este cuerpo la que haga la designación, porque la nueva ley de creación de la nueva biblioteca no lo dice.

Eso es lo que debiera resolver la Cámara y no si va a declarar cesante o no al actual bibliotecario”.  Mientras se está prestando un servicio efectivo siempre existe una obligación de remunerar a la persona que lo presta. (p. 764.)

Finalmente, el Dip. Torrente manifestó que “cuando la Comisión Intercameral obtenga la sanción de su presupuesto, será la oportunidad de reformar la leyenda. Mientras tanto, sigue el Bibliotecario”, que pertenecía hasta ese momento, al presupuesto de la Cámara de Diputados.

Primera Comisión Bicameral Ley 2388/34.

El presidente informó el 19 de octubre de 19334: “Ha de correr con la Dirección de la Biblioteca, los Dip. Pío Isaac Monteagudo y Luis F. Peluffo. (p. 768.)

Integraron la primera Comisión Bicameral:

Dip. Pío Isaac Monteagudo  Presidente.

Sen. Emilio Clementz.

Dip. Luis F. Peluffo.

(1934, C.D., p. 768.):

1935 – Creación de cargos en el presupuesto.

En la sesión del 29 de diciembre de 1934, se había aprobado el Presupuesto para el año 1935, asignando los cargos necesarios para el normal funcionamiento del servicio, dependientes de la H. Cámara de Senadores, exclusivamente:

Director                      $ 325.-

Bibliotecario              $ 300.-

Ayudante                    $ 180.-

Dactilógrafo               $ 130.-

Gastos                        $   50.-

 

La partida de gastos lógicamente no preveía la adquisición de bibliografía, indispensable y necesariamente actualizada, si corresponde justificar la existencia de una biblioteca, máxime tratándose de la pertinente al Poder Legislativo. (1934, Ds.Ss. C.S, p.351.)

(En el Presupuesto consta la retribución del Vicegobernador $ 1.500.- mensuales y el sueldo básico del magisterio $ 150.- mensuales. (1934, CD, p. 1091.)

Cargos y funciones.

El Dip. Monteagudo cuando se trató la ley de presupuesto fundamentó las nuevas creaciones de cargos: “Los puestos que se van a crear para la Biblioteca son indispensables.  El cargo de Director de la Biblioteca, indiscutiblemente es necesario y no se puede prescindir de él, ya que es el encargado de la organización de la biblioteca y de llevar el control administrativo y técnico de la misma.”  (1934, C.D., p. 1091.)

Inmediatamente opinó el Dip. Antonio Robertaccio -Rosario-: “el cargo de ayudante y el de dactilógrafo se justifican si se tiene en cuenta que aparte de las tareas del director, deben los que lo desempeñan prestar atención al servicio del Sendo en los días de sesión, y que la Biblioteca es para el uso de ambas Cámaras.  Un empleado de la misma prestará el servicio permanente durante las sesiones del Senado y atenderá los pedidos que se le hagan: pedidos de libros, antecedentes, datos y demás.  El dactilógrafo debe confeccionar las tarjetas indispensables a los efectos de llevar y organizar el fichero de la Biblioteca.”  Intervino luego el Dip. Romeo E. de los Santos -General López-, pidiéndole al Dip. Monteagudo que ampliara la información y de inmediato, sin observaciones, el presupuesto fue aprobado. (1934, C.D., p. 1092-1093.)

Renovación anual de la Comisión Bicameral

Durante la sesión del 15 de mayo, el Presidente de la Cámara Dip. Virgilio Sánchez Granel, indicó la necesidad de nombrar las Comisiones y el Dip. Pío Isaac Monteagudo, recordó a sus pares que “además corresponde designar anualmente la Comisión Interparlamentaria que debe dirigir la Biblioteca de la Legislatura, lo que ha de hacerse en la misma forma que establece el reglamento par la designación de las comisiones permanentes; por lo tanto, voy a hacer moción en el sentido de que se faculte a la presidencia para designar a los diputados que han de integrar dicha comisión.”  Así se aprobó. (Ds.Ss., p. 50.)

Comisión Bicameral reelecta.

El 31 de mayo de 1935, el Presidente de la Cámara manifestó haber “designado a los mismos miembros que componían dicha comisión, o sea los señores diputados Monteagudo y Peluffo, aclarando que “se pasará nota al Senado a fin de que designe el senador que debe integrar esa Comisión”. (p. 60.)

Comunicaciones acerca del personal.

El 28 de junio, el Presidente de la Cámara informó a los Sres. Legisladores que de acuerdo a la nota recibida de la Comisión Interparlamentaria de la Biblioteca de la Legislatura, ésta ha aceptado la renuncia del empleado señor Domingo Fassi, y propone designar en su reemplazo, al señor José Alberto García Baldez(p. 217.)

Cambio en la Comisión Bicameral

La designación del Dip. Peluffo para desempeñar un cargo administrativo, el 5 de julio, motivó la intervención del Dip. Monteagudo indicando que “con ello ha quedado desintegrada la Comisión Directora de la Biblioteca”. (p. 262.)

Aceptada la renuncia que presentó el día 8, se autorizó a la Presidencia a fin de designar los nuevos integrantes de Comisiones, y en particular el reemplazante en la Biblioteca.

El 19 de julio, el Dip.  Mateo D. Longo presidía la sesión y anunció que “de cuerdo con las facultades que la Cámara ha conferido a la Presidencia, la misma designa para integrar la Comisión de Biblioteca, al señor Diputado Salvador Leiva. (p. 300.)

Constitución de la Comisión Bicameral.

En el sumario de la sesión del 24 de agosto, consta que “la Comisión Interparlamentaria de la Biblioteca de la Legislatura, comunica su constitución, habiendo designado Presidente al señor Diputado Pío I. Monteagudo.” (p. 367.)

1936-1937: autoridades…

Durante el año 1936 continuó en funciones la misma Comisión Bicameral:

Diputado Pío Isaac Monteagudo – Presidente

Senador   Emilio Clementz

Diputado Salvador Leiva.

En 1937, era titular del Poder Ejecutivo el gobernador Dr. Manuel María de Iriondo y Vicegobernador don Manuel Araya.

En la sesión del 30 de abril, el Presidente de la C.D. Dip. Dr. Manuel J. R. Ninci –Las Colonias-, indicó que deben nombrarse los integrantes de la Comisión Bicameral de Biblioteca.  Inmediato el Dip. Modesto J. Borras -Rosario-, propone a:

 

Dip. Dr. José Marini (San Justo)

Dip. Don  Juan A. Boglione (Castellanos)

 

Electo Presidente: Senador Simón Carlen (departamento Garay).

El 23 de diciembre de 1937 se aprobó el presupuesto general para el año 1938.  En la Cámara de Senadores, a la Biblioteca le asignaban:

Director                 $ 400.-

Bibliotecario         $ 200.-

Ayudante (2)         $ 180.-

Mensajero             $ 100.-

Archivero              $   60.-

Para gastos            $  50.-

(1937, Ds.Ss., CS, p. 92-94.)

1938: evidente impulso desde la Cámara de Senadores.

Durante la sesión del 8 de abril de 1938, el presidente de la Cámara Sen. Mauricio A. Qüesta –Dto. San Martín. Informó que el Sen. Simón Carlen -departamento Garay-, se desempeñaría por un nuevo período, siendo reelectos los Sres. Diputados.

En consecuencia, la C.B. estuvo integrada por:

Senador  Dr. Simón Carlen  – Presidente

Diputado Dr. José Marini.

Diputado Don Juan A. Boglione.

 

No registraron modificaciones en el presupuesto vigente.

Patrimonio bibliográfico

Un informe a la Cámara de Senadores, elaborado por el Director de la Biblioteca D. Juan Carlos Rigesti y reproducido en el Diario de Sesiones, permite saber que al hacerse cargo esa “Comisión Interparlamentaria”, “se contaba con una existencia de 1.093 obras con un total de 2.595 volúmenes. (1940-C.S. p. 134.)

Edición del Catálogo General de la Biblioteca

En esa oportunidad, el director recordó que al finalizar ese año, había “1.304 obras, las que representan 3.046 volúmenes”.  Un rápido cálculo permite comprobar la adquisición de 211 obras equivalentes a 461 volúmenes. (1940, C.S., p. 135.)

Limitado espacio para el funcionamiento.

El Director ha reconocido que “sin haber podido resolver el problema de la falta de espacio, terminó su período la Comisión antes nombrada.”  (1940, CS., p. 135.

1939: integración de la Comisión Bicameral.

En la sesión del 12 de mayo de 1939, se informa al Cuerpo la constitución de la Comisión Bicameral, integrada por:

Senador Dr. Simón Carlen – Presidente

Diputado Dr. José Marini

Diputado Don José Ulla

(1939, t. I, Ds-Ss., CD, p. 189.)

Limitado espacio en al Cámara de Diputados

La capacidad del local de la Biblioteca estaba colmada: pero no dieron resultado positivo las gestiones realizadas para ampliar el recinto que tenía destinado en la H. Cámara de Diputados.”

Incremento en el patrimonio bibliográfico.

“No obstante ello, fue aumentando su acervo bibliográfico con una nueva adquisición de 193 obras, con un total de 288 volúmenes, libros que, por falta de espacio, debieron colocarse provisoriamente sobre la mesa de lectura, dificultándose en esa forma la comodidad de los lectores y la labor de los empleados.”

“El problema del local apropiado”…

El Director D. Juan Carlos Rigesti, ha reconocido que “la nueva Comisión”, encaró resueltamente no sin sortear un sinnúmero de dificultades, el problema del local apropiado.

Apoyo del Vicegobernador.

“Ante las gestiones, el Señor Vicegobernador de la Provincia, Presidente del Senado Dr. Rafael Araya, facilitó el ala de la Legislatura correspondiente al H. Senado, para ubicación de la Biblioteca. (1940, CS, p. 135.

Nuevos muebles

Resueltas así las dificultades, era menester la adopción de muebles apropiados, así como una nueva distribución.  Estudiado el asunto, la Biblioteca pudo ser trasladada e instalada en un local apropiado y suficiente, por ahora, para sus necesidades.”

“Se encargó a la Casa Jacobo Peuser Lda. La confección de cuatro muebles estantes, los que cubren cuatro paredes hasta una altura de cuatro metros.  En estos muebles se han dispuesto los libros existentes, previendo adquisiciones futuras, para las que queda espacio disponible.  Los muebles anteriores han sido refaccionados y transformados en forma conveniente, convirtiéndolos en tres bibliotecas vitrinas y en un clasificador de libros.”

Un nuevo impulso en la tradicional biblioteca…

Mencionaba el Director en su informe que “la Comisión Interparlamentaria de la Biblioteca… inspirada en el deseo de ampliarla, introdujo necesarias reformas y realizó adquisiciones, entre las que cabe señalar: una máquina de escribir, marca “Mercedes”, un fichero, alfombras, caminos, cortinas y perchas; se mandó construir nuevos muebles y s enriquecieron los anaqueles con muchos libros de consulta, en forma tal, que al editarse el Catálogo General de la Biblioteca, el año 1938, pudo consignarse la cantidad de 1.304 obras, las que representan 2.036 volúmenes.

El Director reconoce esa necesaria transformación.

Es posible imaginar el estado emocional del Director cuando escribió el informe: “Ha quedado la Biblioteca complemente renovada.  Y la nueva disposición en muebles modernos, seguros y cómodos, le da un aspecto interesante, que la pone a la altura de las bibliotecas consideradas importantes en nuestro país.”

Correcta actitud valorativa…

En su informe el Director reconoció que: la situación actual es el fruto perseverante de las distintas comisiones que tuvieron a su cargo la dirección de esta importante repartición legislativa.

El futuro

Inmediatamente, el Director Juan Carlos Rigesti advirtió: “Ha correspondido a la actual inaugurar las nuevas instalaciones, pero a pesar de los muchos problemas eficazmente resueltos, es grande aún la labor que resta para el futuro.

Las partidas insuficientes…

Demostró una vez más el Director, su sentido de la responsabilidad, cuando al analizar la evolución del servicio, planteó que: “las partidas asignadas, siempre invertidas beneficiosamente, resultan harto pobres para adquisiciones que mantengan al día el material de las distintas secciones y, sobre todo, el jurídico y legislativo, pues éstos exigen ser renovados con las nuevas publicaciones de las firmas consagradas y de las últimas recomendadas.”   (1940, CS, p. 135.)

Aprobación del presupuesto

En la sesión del 16 de septiembre de 1940, se aprobó el presupuesto, con la presencia de los Sres. Ministros: de Hacienda Dr. Joaquín Argonz, de Gobierno y Culto Dr. Severo Gómez y de Instrucción Pública y Fomento, Prof. Juan Mantovani.

Evidentemente, eran tiempos de estabilidad financiera. Excepto el sueldo del Mensajero que fue aumentado en $ 20.-; el resto de las partidas no tuvieron incremento con respecto al presupuesto vigente en 1938. (1939, CD, t. I, p. 1224.)

Comparaciones presupuestarias.

En esa oportunidad, los gastos de la Cámara de Senadores eran superiores a los de la Cámara de Diputados y el Dip. Luis Di Filippo hizo una objeción que no prosperó, por cuanto cada Cámara reconoce sus necesidades y programa en consecuencia. (1939, C.D. t. I, p. 1270.)

Reconocimiento a Secretarios de Comisiones

El Dip. José Rodríguez Hertz -San Lorenzo-, propuso un aumento de $ 50.- a los ocho secretarios de Comisiones -cuatro en cada Cámara-, y fundamentó el pedido expresando: “si algunos empleados de la Cámara merecen mejoras, son precisamente los secretarios de Comisiones”, porque “son los empleados verdaderamente útiles”.

El Dip. Jaime E. Soler -Rosario-, pidió a sus pares: “aceptar el aumento… suprimiendo algunos de los otros empleados innecesarios que figuran en el resto de las oficinas de esta Cámara”. (1939, Ds. Ss, CD, 1225.)

La responsabilidad de la Dirección de Biblioteca

Las funciones de Dirección de la Biblioteca, implican al mismo tiempo asumir la Secretaría de la Comisión Bicameral, desde 1934.  Aunque toda labor exige el ejercicio de la autoridad y de la responsabilidad, es comprensible la diversidad de tareas y funciones que le competen a quien conduce un organismo de esas características. Aun admitiendo que toda acción humana implica una acción política, hay que admitir que existen distintos estadios de participación y de compromiso, y la dirección de estos servicios, requiere no sólo capacidad de análisis para resolver los problemas inmediatos, sino aptitud para prever e impulsar las transformaciones que han de ser simultáneas con los nuevos avances en las tecnologías de comunicación y por ende, de educación permanente, rol social esencial en estos organismos.  Por ello, el patrimonio que está afectado a un servicio de educación permanente debe estar actualizado, y es una obligación insistir para ese logro, así como para advertir y proponer nuevos medios de información y formación.

La naturaleza intrínseca del organismo, impone una imprescindible coordinación de las actividades del personal designado, que generalmente posee diversa formación y que en consecuencia, desempeña diferentes roles.

Sólo una Dirección eficiente, puede lograr que los propósitos de la política cultural que se generen el seno de la Comisión Bicameral, sean una realidad.

Dirigir una Biblioteca exige vocación docente, para evitar que la monotonía administrativa cercene la posibilidad de desarrollo limitando los esfuerzos a la atención rutinaria de préstamos que se solicitan, siendo que es posible promover programas que satisfagan otras expectativas de la comunidad y que signifiquen una demostración más de que en el Poder Legislativo está la representación directa del pueblo, para servirle con su insoslayable capacidad.

1940: la opinión del Director en el recinto.

Continuaba en sus funciones la misma “Comisión Interparlamentaria”.  En la sesión del 17 de mayo de 1940, el Presidente Sen. Simón Carlen, solicitó al Presidente de la Cámara la lectura del informe del Director de la Biblioteca de la Legislatura, firmado el 27 de abril de 1940, que abarcó una reseña del último bienio y que ha sido el único informe de Dirección que se incluyó en un Diario de Sesiones, en el transcurso de cincuenta y siete años de historia de la Biblioteca de la Legislatura.

Creación de la Oficina de Información Legislativa

El 10 de mayo de 1940, se trató sobre tablas el proyecto de ley que creaba la Oficina de Información Legislativa de la Cámara de Diputados, encargada de “recopilar leyes, antecedentes e información periodística, del país y del extranjero, relativas a asuntos políticos, sociales y administrativos que puedan interesar a los señores diputados para su misión legislativa”, disponiéndose en el art. 3º que “atenderá el desenvolvimiento de esta ofician, un Director (Abogado), con la asignación de $ 500.- mensuales. (1940, Ds.Ss. CS, p. 136.)

El Congreso Internacional de Abogados y la Biblioteca.

La lectura del informe elaborado por el Director del servicio de Biblioteca, refleja en la parte final su intención fundamental, cuando después de mencionar la importancia de la actualización de bibliografía, dijo: “Pero hay más.  En la primera semana del próximo mes de septiembre, la Legislatura será sede de un importante Congreso de los Colegios de Abogados del país, en el cual estará representada la intelectualidad jurista de todo el continente.  Necesita, por lo tanto, nuestra Biblioteca efectuar una serie de adquisiciones para contar con material adecuado de consulta, a fin de poder servir cumplidamente y según corresponda, a las necesidades de tan trascendental congreso.”  Planteó el Director otra necesidad: Encuadernación, teniendo en cuenta que “existen igualmente numerosísimos folletos y colecciones de revistas jurídicas que es necesario encuadernar para presentarlos en forma decorosa”.

La Biblioteca en “su carácter público”…

Destacó el Director que “la Biblioteca mantiene su carácter público; pero es todavía poco visitada por personas extrañas a la casa.  En el futuro debe contemplarse la forma de facilitar el acceso a la misma y de adquirir nuevo material clasificador e instalaciones apropiadas para los que concurran a ella en procura de datos.”

Cuando se impone la gratitud…

Excepto en el pensamiento de las personalidades egocéntricas, es imposible desconocer las limitaciones que surgen en los servicios comunitarios, si no se logra una eficaz organización que sea interpretada -sentida…-, por la mayoría de sus integrantes.

Las experiencias demuestran que es poco frecuente que haya una adhesión unánime y por ende, un comportamiento solidario, en todas las propuestas de trabajo.

Hay factores conscientes y otros del subconsciente: los intereses creados y el temor al fracaso ante un posible cambio o una mayor responsabilidad, entre otros que darían lugar a un ensayo sociológico aparte.

Lo que merece ser tenido en cuenta, es el párrafo final de la nota de D. Juan Carlos Rigesti, en el otoño de  1940:

“Antes de terminar este breve informe quiero dejar constancia de las atenciones que recibiera en todo momento de los señores legisladores, miembros de la Comisión de la Biblioteca, y al mismo tiempo, hacer resaltar la colaboración que en todo momento he recibido del personal a mis órdenes.

 Aprobación del presupuesto.

En la sesión del 27 de junio de 1940, se aprobó el presupuesto para el año siguiente, incrementando la retribución del Archivero: $ 120.- mensuales. (1940, CD, p. 347-348.)

Si no hubieron inversiones indirectas con el presupuesto general de la Presidencia, evidentemente la propuesta del Director no halló eco porque se mantuvo la misma partida para gastos: $ 50.- mensuales.

1941: nuevo integrante en la Comisión Bicameral.

Se constituyó la “Comisión Intercamarista de la Biblioteca”:

Sen. Mauricio A. Qüesta – Presidente (San Martín)

Dip. Luis C. Tomatis (San Jerónimo)

Dip. José Ulla (San Martín)

(1941, C.D. tomo I, p. 117.)

Discrepancias con respecto al presupuesto

Al ser considerado el presupuesto apara el año 1942, resultó sorpresivo en aumento destinado a la Cámara de Senadores.  El Dip. Luis F. Coussirat -Rosario-, manifestó el “contraste significativo con el presupuesto de nuestra Cámara” e inmediatamente agregó: “Nosotros, los Diputados nos hemos opuesto en la Comisión, sistemáticamente a todo aumento, más, hemos propiciado economías y tan es así, que se ha suprimido una partida de $ 500.-, par con esa partida y otras, poder incluir la que precisaba la Comisión Investigadora de La Forestal.

El Dip. Ángel D. Cardozo -Rosario-, manifestó que su sector votará en contra, porque “se trata de un aumento inmoderado”. (1941, CD., t. II, p. 1512.)

 

1942: aprobación del presupuesto

En la sesión del 24 de octubre de 1941, se había aprobado el presupuesto de Biblioteca:

Director                 $ 400.-

Secretario              $ 300.-

Bibliotecario         $ 200.-

Ayudante (dos)      $ 180.-

Ayudante 2ª           $ 150.-

Archivero              $ 120.

Mensajero             $ 120.-

Gastos                    $  50.-

Total: 7 (siete) cargos.

(1942, CD, p. 1511.)

(Una década después –1953-, la Comisión Bicameral responsable decide que ese año se asignen esos mismos cargos.  Es indudable que el servicio de Biblioteca ha estado sometido a incontables variables, a pesar de lo cual ha perdurado por diversos esfuerzos, que emergen de la memoria documentad ante los Diarios de Sesiones y en el libro de Actas de sucesivas Comisiones Bicamerales.)

1943: Comisión Bicameral

En la sesión del 28 de mayo de 1943, consta la integración de la Comisión Bicameral:

Sen. Fernando R. Ramírez – Presidente (San Jerónimo)

Dip. Guillermo A. Aranda (La Capital)

Dip. Luis C. Tomatis (San Jerónimo)

Secretario: Juan Carlos Rigesti

                   Director de la Biblioteca (1943, CS, p. 225.)

 

Presupuesto

Presidía la Cámara de Senadores el Vicegobernador: Dr. Emilio G. Leiva y para ese año se había aprobado el proyecto del año anterior, sin modificaciones. (1942, CS, p. 456.)

La valoración del Director del servicio de Biblioteca en 1940, es la demostración de lo logrado durante las primeras seis décadas…

4 de junio de 1943…

La semana siguiente a la integración de esa Comisión Bicameral, se produjo el movimiento del 4 de junio de 1943, demostración de la latencia del germen revolucionario que se manifestó con vigor en el brote de octubre de 1945, momento de la gestación de un movimiento nacional que significó un hito en la historia de los argentinos.

(Varios escritores han dejado testimonios de aquellas vivencias, entre ellos Manuel Gálvez y su esposa Delfina Bunge -que debió soportar agravios de las damas reunidas en los círculos de la oposición; Gustavo Martínez Zuviría –Hugo Wast-; Leopoldo Marechal, los poetas María Granata y José María Castiñeira de Dios, quien reconoció los méritos del Conductor: “…de los que estábamos perdidos y sin embargo / no negamos la claridad de su mensaje.”)

El 15 de junio de 1943 cesó en sus funciones el vicegobernador Dr. Emilio G. Leiva, en aquella década reconocido profesor de Historia en la Escuela Superior Nacional de Comercio “Domingo Guzmán Silva” de Santa Fe…  [41]

(Sabido es el  Regimiento 12 de Infantería “Gral. Arenales”, fue en 1913 el primer destino de Perón como egresado del Colegio Militar.  Al producirse el movimiento del 4 de junio, en esa unidad militar ejercía la Jefatura el  y ese mismo día, el Tte. Cnel. Benito Oiz ocupó la Casa de Gobierno, desempeñándose como encargado provisional desde el 16 de junio -al cesar el gobernador Dr. Joaquín Argonz y el vicegobernador Emilio G. Leiva- y sólo durante diez días.  [42]

Una aproximación al juicio de Perón sobre el “caos” inicial surge de la sucesión de dos interventores en esta provincia en el primer año: Cap. de Navío Julio Cárrega (26-06-43 a 17-11-43) y el Ing. Miguel Argüelles (18-11-43 al 21-07-44).  Hasta que asumieron las autoridades electas, se desempeñaron dos interventores más…  [43]

La revolución del 4 de junio de 1943, significó una nueva pausa en la historia… de la Historia de esta Biblioteca.

Desde el primer escalón, es posible reconocer los avances durante el período siguiente…

 

1945: alerta en torno a la guerra internacional

Desde 1939 se difundían noticias acerca de los enfrentamientos armados en el continente europeo.

Esos hechos incidían en el desarrollo de diversas políticas nacionales e internacionales.

Por algo, en una aproximación a la historia de los argentinos durante el lapso 1943-1946, necesité escribir: [44]

Conferencia en Potsdam

El 17 de julio de 1945, los tres grandes responsables se reunieron en Potsdam, cerca de Berlín. En esta oportunidad estuvo el presidente norteamericano Harry S. Truman, sucesor de Roosevelt. El conservador británico Winston Churchill durante la conferencia se trasladó a Londres para participar en las elecciones, siendo derrotado su partido y en consecuencia las conversaciones se reanudaron con el representante laborista Clement R. Attlee. Igual que en Yalta, ni Francia ni China participaron en estas deliberaciones. “Aconsejados por la experiencia de Versalles, los aliados acordaron limitar las reparaciones a la confiscación de propiedades y bienes de capital industrial que creyeron constituían el fundamento del potencial militar de Alemania. Todo equipo industrial innecesario para mantener el nivel de vida de los alemanes en un plano nunca superior al de los Estados vecinos también sería apropiado por los vencedores. Las tres potencias ocupantes quedaron autorizadas a obtener las reparaciones de sus respectivas zonas. A Rusia se le permitió apoderarse del 25% del equipo industrial clasificado como desmontable en las zonas ocupadas por los Estados Unidos, la Gran Bretaña y Francia. A cambio la Unión Soviética renunció a todo el oro (estimado en 1.000 millones de dólares) confiscado por las potencias aliadas en Alemania. Rusia cedió, asimismo, a sus aliados los bienes alemanes de igual carácter situados en el extranjero: Italia y otros países. “ Hubo otros acuerdos… entre ellos los referidos a los límites territoriales.

Advertencia a Japón

El 29 de julio, el contraalmirante D. C. Ramsey, jefe de estado mayor de la quinta flota naval, anticipó en un mensaje radiotelefónico que “la invasión aliada será realizada con fuerzas nunca vistas en la historia de la guerra”, que el Japón está bloqueado y se han cortado sus comunicaciones.

Ese mismo mes terminó de imprimirse la publicación Selecciones Reader’s Digest de agosto, y en una nota se explicaba por qué hay que bombardear las ciudades japonesas. Todo era minuciosamente planificado y en las comunicaciones internacionales se imponía transmitir ideas y propósitos para lograr adhesiones, para conquistar más aliados

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini. (Sigue “Segunda Etapa”.

 

[1] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Apuntes acerca de la Historia de la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe, hasta 1989, 180 páginas, inédito. Cedido a alumnas de la Carrera de Bibliotecología el lunes 16 de mayo de 1994, a los fines de concretar el trabajo de Seminario que les ha sido indicado, dejando constancia de estar en proceso de corrección y diagramación. Autorizo la reproducción parcial con el propósito enunciado por las interesadas. Santa Fe, 19 de mayo de 1994. // En 2004, entregado a otra alumna para un trabajo en elaboración: Liliana Perezlindo, personal de la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe perteneciente al Dto. de Difusión y Promoción Cultural mientras ejercí la Dirección y Secretaría de la Comisión Bicameral de ese servicio (02-01-1987 al 30-12-1995, cese renunciando a vacaciones, trámite de jubilación iniciado en mayo de ese año).

[2] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Apuntes acerca de la Historia de la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe, hasta 1989, 180 páginas, inédito.

[3] Historia de la Biblioteca…, ob. cit. p. 144.

[4] Historia de la Biblioteca…, ob. cit. p. 140-141.

[5] Historia de la Biblioteca…, ob. cit., p. 141.

[6] Cita en: Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Apuntes para la historia de Sunchales (inédito). El escritor Jorge Newton, en su libro El príncipe de los gauchos. Francisco Antonio Candioti. Primer Gobernador de Santa Fe, escribió: “Desde allí emigró hacia América y ‘aparece en el Perú, convertido en una mezcla de explorador, soldado y empresario… Su carrera militar es corta.  A la rígida vida del miliciano, prefiere la existencia azarosa del hombre libre.  Personalista, rebelde, inquieto, deja las charreteras que le permiten mandar, pero que lo obligan a obedecer, convirtiéndose en jefe de sus propias empresas, por minas y pueblos.  Enriquece pronto’.  Cansado del paisaje cordillerano decidió cruzar los Andes; pueblo tras pueblo avanzó hacia el sureste, hasta descubrir la extensa llanura y algunos montes; llegó hasta las proximidades de los ríos Salado y Paraná. Mientras permanecía en Santa Fe de la Vera Cruz, se encendió la chispa que iluminó su futuro: conoció a María Andrea de Zeballos y el 24 de junio de 1743 nació su hijo Francisco Antonio. “El andariego que llegó de paso, se queda en el lugar, definitivamente: por siempre, con afán de no desaparecer nunca, puesto que tiene ya un hijo que sabrá heredarlo”.  Los hechos confirmaron ese sueño: su hijo Francisco Antonio Candioti fue el primer gobernador de la provincia de Santa  Fe. (Ob. cit.:  Buenos Aires-Santa Fe, Ediciones Colmegna, 1941, p. 5; 8-9.

[7] López Rosas, José Rafael. De la discordia y la melancolía. Santa Fe de la Vera Cruz, Fondo Editorial de la Provincia de Santa Fe, Nº 13, 1986, p. 79-82; 103.  El autor cita en p. 105: Linajes argentinos en el Río de la Plata. C. Calvo, Buenos Aires. En la página 107, acerca de los saqueos alude a las Memorias de Ignacio Diez de Andino.

[8] Diario “El Litoral”. Suplemento “La comarca y el mundo”.  Santa Fe de la Vera Cruz, 9 de noviembre de 1985, crónica de J. R. L. R. titulada “Domingo Cullen y su trágico destino”.

[9] Cecchini de Dallo, Ana María.  Los grupos políticos en Santa Fe. Santa Fe, Ediciones Culturales Santafesinas, 1992, p. 39-49. El clan Cullen se integró con familiares de don Manuel Rodríguez y Sarmiento y de doña Francisca del Fresno.  Los matrimonios de sus hijas generaron la trama de intereses comunes: Josefa se casó con Estanislao López y Joaquina -viuda de Pedro Aldao- contrajo matrimonio con Domingo Cullen.  Don Domingo Cullen fue ministro del gobernador Brig. Gral. Estanislao López y asumió el gobierno al producirse su fallecimiento el 15 de junio de 1838.  Al alba del 22 de julio de 1839, don Domingo Cullen hizo su Confesión al Párroco de San Nicolás y se cumplió la orden del Brigadier General don Juan Manuel de Rosas al ser fusilado al pie del ombú próximo a la Posta de Vergara.  El 13 de septiembre de 1840 el general Lavalle estuvo en esa Posta y acosado por los recuerdos, desenterró el cadáver de Domingo Cullen.  Otros hijos del matrimonio Rodríguez del Fresno fueron Manuela: casada con José Freyre y Andrada y los varones Cnel. Pedro Rodríguez del Fresno -gobernador cuando el Gral. Juan Lavalle invadió Santa Fe y el Cnel. Mariano Rodríguez del Fresno quien conspiró contra Juan Pablo López en 1856.

[10] Rememoro que mi padre José Manuel Orbea Suso, nacido el 28 de junio de 1911 y fallecido el 20 de agosto de 1947, apoyaba al radicalismo y en algunas conversaciones con amigos en nuestro hogar, reconocía la autoridad de Manucho Iriondo y del doctor Pedro Gómez Cello quien con su familia vivía en la esquina noroeste de la calle 1º de Mayo casi esquina Tucumán.

[11] Orbea de Fontanini.  Historia de la Biblioteca… p. 16-17.

[12] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. 1924 – Gobierno de Ricardo Aldao, la Educación y la Justicia (Inédito).  En el párrafo siguiente escribí: En consecuencia -como lo ha destacado el senador Ramírez- estando vigente la ley de 1876, “se dictaron una serie de reformas” hasta que “la Legislatura de la Provincia, deseosa de que ésta se acogiera a los beneficios de la ley nacional del 25 de septiembre de 1871, la varió substancialmente el 9 de enero de 1884, descentralizando la rama de la instrucción primaria”, entregándola a un “Consejo de Instrucción Pública formado por cinco miembros”, disponiendo que las “Receptorías de Rentas depositaran mensualmente las recaudaciones correspondientes al Fondo Escolar”.

[13] Acto de investidura de la Doctora Honoris Causa Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, vicepresidenta de la asociación civil Abuelas de Plaza de Mayo en 1978, luego presidenta con desempeño continuo hasta el quinto año del siglo XXI…

[14] Nota de Gastón Gori: “Archivo Histórico de la Provincia, “Informes”, t. 34. Informe del Departamento de Ingenieros, del 28 de junio de 1899.

[15] Pérez Martín, José. Latitud Sur 31º  – Momentos estelares de Santa Fe. Santa Fe, Editorial Colmegna, julio 1975.

[16] Durante el tratamiento de ese proyecto, a las mujeres “se les reconocía el derecho al 25% de sus sueldos durante los últimos cuarenta días del embarazo y el mes subsiguiente al parto, sin que se le exigiera concurrencia a sus tareas durante ese término.”

[17] Durante el otoño de 2004, desde el diario “La Nación” de Buenos Aires, cerca de la Biblioteca Nacional un periodista aportó interesantes datos, con la “colaboración de Jesús A. Cornejo”:  de 2004:  “Inventario: la Biblioteca Nacional no tiene un sistema de catalogación coherente. Se considera que esto ocurre desde 1953, durante la gestión de Gustavo Martínez Zuviría. / Libros: se calcula que tiene un patrimonio que supera largamente el millón de volúmenes. De éstos, unos 20.000 están en la sala del tesoro. / Presupuesto: la institución recibe unos 7 millones de pesos. Hace cinco años recibía 12 millones… El dinero se destina al funcionamiento del edificio, a la compra de libros y al pago de los sueldos de los 360 empleados. / Visitas: la biblioteca recibe unas 150.000 consultas anuales.”

[18] Diario El Litoral. La comarca y el mundo.  Santa Fe, viernes 5 de junio de 1987, “La revolución de 1878 contra el gobierno de Don Simón de Iriondo a través de un documento original”, comentario de José Rafael López Rosas.

[19] Pérez Martín, José. Itinerario de Santa Fe, Santa Fe, Librería y Editorial Colmegna, 1965, p. 64-65.

[20] Leer: El pueblo quiere saber, p. 73-75.

[21] Pérez Martín, José. Latitud Sur 31, página 96.

[22] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. 1924 – Gobierno de Ricardo Aldao, la Educación y la Justicia. (Inédito, nueve páginas.)

[23] Díaz Molano, Ingeniero. Domingo G. Silva.  Buenos Aires, Plus Ultra, 1981, p. 26 y 95.

[24] Floriano Zapata estaba casado con Esmeralda Rodríguez Galisteo, hija del Coronel José Rodríguez y de Rosa Galisteo.  Luego, tío de Agustín Zapata Gollán quien a fines de la década del ’40, des-cubrió el yacimiento arqueológico de “Santa Fe, la vieja”… como él mismo empezó a nombrar a la primitiva ciudad de Santa Fe, fundada por don Juan Garay el 15 de noviembre de 1573.

[25] Ibídem, p. 155. El Ing. Díaz Molano destacó que “Silva pudo trabajar cómodamente al frente del Colegio Nacional, pues contó con dos colaboradores eficientes que eran, además, amigos suyos: Don Segundo A. Gómez en la Vicedirección y el Dr. Antonio Juliá Tolrá como Secretario”.

[26] Ídem, p. 235-237. El autor destaca que “en medio de la enorme tragedia, Silva dispuso publicar, a manera de folletín, la novela de Manuel Gálvez “La maestra normal”, que luego apareció en forma de libro, consagrando a su autor.” El Ing. Díaz Molano aludió al velatorio en su domicilio de la calle Vera y a la presencia del gobernador Dr. Manuel J. Menchaca, el ministro de Instrucción Pública Prof. José Amavet, al Presidente del Consejo de Educación D. Pedro Caracoche; Inspector General de Escuelas D. Amadeo Gervasini, inspectores, directores de escuelas, familiares, amigos, alumnos… “El gobierno dispuso que al día siguiente, al salir el sol, el vaporcito ‘12 de Octubre’ fuera hasta Rincón, para trasladar hasta Santa Fe a los rinconeros que desearan asistir al sepelio.

[27] Diez de Rodríguez de Albornoz, Raquel. Una gema de nuestro tesoro cultural: la ex Biblioteca Cosmopolita. Diario “El Litoral” de Santa Fe, 26 de enero de 1994, p. 6.

[28] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. “Aproximación a la Historia de la Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe” – Inédito, 180 páginas. Las citas corresponden a p. 17-20.

[29] Ibídem, p. 21.

[30] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Maradona… tres personalidades.  (Inédito, aproximación a las trayectorias de Waldino Baldomero Maradona (senador a fines del siglo diecinueve), Waldino Buenaventura (hijo, primer diputado socialista en la provincia de Santa Fe), Dr. Esteban Laureano Maradona, médico, filántropo a quien los aborígenes con quienes convivió durante medio siglo nombraban “Doctor Dios”.

[31] Diario Santa Fe, 12 de febrero de 1912.  Dirigido por Domingo Guzmán Silva.

[32] Albert Lebrun era un ingeniero en minas que prefirió dedicarse a la Política.  Nació en un pueblo de Francia el 29 de agosto de 1871, fue diputado, senador -electo presidente en 1932) y en mayo de ese año, asumió la presidencia durante la tercera República de Francia, fue reelecto en 1939 cuando ya acosaba a los europeos la potencia de la segunda guerra mundial. Desapareció esa tercera república al año siguiente. Albert Lebrun murió el 6 de marzo de 1950. Datos registrados en el cuarto año del siglo veintiuno, tras lecturas en páginas de la red de redes… ¡Oh!… un lugar para el sosiego y el asombro

[33] Los hechos demostraron que aunque hubo períodos de abstención, el radicalismo logró en 1983 el triunfo en las elecciones presidenciales, asumiendo el Dr. Rául Ricardo Alfonsín, quien entregó anticipadamente el gobierno al electo presidente Dr. Carlos Saúl Menem, del Partido Justicialista, como consecuencia de huelgas, asaltos a supermercados y un acelerado proceso de hiperinflación y desmonetarización.  Con el propósito de derrotar en los comicios al justicialismo, el radicalismo concretó varias alianzas.  En agosto de 1997, en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires se concretó una alianza con el Frepaso –Frente País Solidario, que integra a peronistas disidentes y grupos que han reconocido como socialistas o de izquierda-, con antecedente en la provincia del Chaco en las elecciones de 1995 para gobernador, imponiéndose el radical Rozas… (con zeta).

[34] Continuó el debate y anticiparon que votarían en contra del despacho de la comisión en el caso de un diploma de la Provincia de Jujuy, por ser circunstancias análogas. El Diputado bonaerense Horacio Oyhanarte, expresó en la Cámara el 22 de mayo, que correspondía utilizar en el tratamiento de los diplomas de Santa Fe -y Santiago del Estero-, el mismo procedimiento utilizado para Buenos Aires.  Dijo que “la opinión pública sabe que cualesquiera de las dos fracciones en que se halla dividida la familia radical en Santa Fe, por causas domésticas que no es el momento de puntualizar, tiene más sufragios que la oposición…” En ese momento el Dip. Jorge Rodríguez exclamó: “Y por principios también señor diputado…”; intervención que significó “aplausos en la barra”, y el pedido del presidente Dip. Mariano Demaría (h) de “abstenerse de hacer toda clase de manifestaciones”, para no ponerle “en el desagradable deber de hacerla desalojar”. Al día siguiente, hubo un prolongado debate, con análisis de diversos conflictos observados en Santa Fe en la etapa previa al acto eleccionario y durante esa jornada.  El Dip. Perfecto Araya manifestó que “el fraude no tiene ley que lo ampare, doctrina que lo escude, ni partido que lo aproveche”.  Como sostuviera un miembro de la Comisión de Poderes, no es tesis aceptable porque en realidad: “el fraude tiene ley que lo ampare, tiene doctrina que lo escude y tiene partido que lo aproveche”.   Fue él quien se puso de pie para rebatir una interrupción; y observado por la presidencia, volvió a su banca.  Un signo de vehemencia, un comportamiento que tenía sucesivos antecedentes en las Cámaras.  No pertenece al objeto de este trabajo, transcribir esos hechos.  Sí corresponde transcribir el discurso del Dip. Jorge R. Rodríguez cuando finalizó el debate.  Dijo que habrá extrañado su silencio en la Cámara durante esos dos días, y explicó el porqué de la actitud de los diputados radicales electos por Santa Fe. Advirtió que su partido había tenido “una lucha realmente interesante… contra el gobierno que había terminado”, “que no se fundaba ni en intereses ni en egoísmos, ni en pasiones subalternas, sino en principios y en cuestiones fundamentales de doctrina”. Aludió a las elecciones provinciales del 6 de febrero, y expresó que “sería interesante” si “algún día”, en la Cámara se juzgara la participación que en ese acto tuvieron “los señores que acaban de dejar el gobierno de Santa Fe y el partido Demócrata Progresista.  Fundamentó la no participación en el debate, “por un sentimiento de delicadeza y de respecto hacia la Cámara misma.” / Pasado a votación el asunto, resultó aprobado. / Luego se continuó con “el tratamiento de diplomas de Santiago del Estero.” (Cámara de Diputados, Diario de Sesiones 1916, p. 23.)

[35] Díaz Molano, Elías Ingeniero. Profesor en la Escuela Nacional de Comercio “Domingo Guzmán Silva” de Santa Fe de la Vera Cruz, autor del libro biográfico sobre ese maestro ejemplar. En la nota titulada “Un dirigente gremial – Raimundo J. Peña”, publicada en el diario “El Litoral” de Santa Fe el miércoles 8 de abril de 1987, el Ingeniero destacó: “Era un hombre alto y recio.  Lo recuerdo aún, pese a que yo era un niño entonces y sólo pude apreciar su físico de lejos o mirando hacia arriba.  Había casado con una maestra, Justina Pérez, de menor estatura, con quien compartió dichas y desgracias.  Tuvieron dos hijos, Alberto y Blanca Rosa, que aún viven. Ahora que los docentes primarios de nuestra provincia han reanudado las tareas, luego de enfrentar la actitud de un ministro que cree haberlos sometido”…

[36] En 1921, nuestra madre Francisca Álvarez Ramos en el acta de nacimiento -nombre de su abuela paterna-, nacida el 5 de septiembre de 1913 había sido alumna de una escuela particular –de las señoritas Courault, una de ellas Isabel– conocida como María Angélica.  Su mamá Teodora Ramos López Mansilla, había elegido esos nombres para su primera hija, para la segunda María Delia (nacida el 26 de julio de 1915- y María Tersa para la tercera, nacida el 27 de febrero de 1919.  Es evidente que no pedían partidas de nacimiento para la inscripción en las escuelas, porque como María Angélica Álvarez terminó el nivel primario y completó los cuatro años de educación profesional en la Escuela Nº 1 de Señoritas de la capital santafesina, egresando con título técnico de “Corte y Confección”.  Durante la adolescencia diseñaba y cortaba vestidos para niñas en el hogar de la familia Gómez Iriondo, guardó entre las fotos de la década del ‘30 las imágenes de Gringa y de Georgina luciendo sus modelos exclusivos…  De aquel tiempo, rememoraba la interrupción en el trabajo cuando algún movimiento político generaba incertidumbre, y así fue el 29 de diciembre al dejar en suspenso las confecciones previstas para estrenar en la celebración de fin de año y Año Nuevo… Gobernaba el doctor Luciano Molinas. Tras el fallecimiento de Hipólito Yrigoyen, el 3 de julio de 1933, los radicales -entre ellos Marcelo T. de Alvear y Enrique Mosca- convocaron a la Convención Nacional con sede en Santa Fe y ya habían proyectado un movimiento subversivo para destituir al gobernador Molinas.  Distintos medios informaron que a las 2:30 del 29 de diciembre de 1933, se escuchó la detonación de “un cohete volador” como señal de comienzo de las acciones de acuerdo a lo convenido en la casa de Eduardo Fayó, donde había deliberado la Junta Revolucionaria integrada por los doctores Ovidio Molinas y Alejandro Greca, apoyados por dos militares retirados: Miguel Julierac y Pedro Celestino López. En aquel lugar se habían concentrado poco más de medio centenar de personas y  atacaron a la Casa de Gobierno y al Escuadrón de Seguridad situado hacia el sureste, generándose un tiroteo que conmovió a los vecinos durante un ahora. El doctor Alejandro Greca condujo la toma del local del Correo Central en la esquina suroeste de 25 de Mayo y Moreno y el asalto a varias armerías cercanas para ocupar la Unión Telefónica y así controlar las comunicaciones.  Tirotearon las oficinas de la Subprefectura y en consecuencia, ya habían logrado avanzar contra edificios de jurisdicción nacional. Los subversivos se concentraron en la esquina de 25 de Mayo y Primera Junta para atacar en la Comisaría Segunda –décadas después la Primera– y tras un tiroteo, murieron dos soldados del Regimiento 12 y Juan César, Adolfo Herzog, Jacobo G. Horn y Carlos Nozioni; registraron varios heridos y el gobierno nacional anunció la vigencia del “estado de sitio”. En la zona de la Legislatura otro grupo había avanzado hacia Gral. López y Saavedra para ocupar la Comisaría Cuarta, en ese momento estando ausente el comisario Ignacio Bergallo porque con algunos subalternos se habían establecido en el centro de operaciones alrededor de la Plaza San Martín.  Allí, aproximadamente cincuenta personas rodeaban al Cuartel de Bomberos y a la Jefatura de Policía, lindante hacia el oeste con el edificio del Consejo General de Educación, en calle 1º de Mayo y Primera Junta, a cincuenta metros de la construcción que se había iniciado para ser la Catedral Nueva, inconclusa hasta la actualidad. Fue entonces cuando el audaz Emilio Madeo había intentado entrar en la Jefatura con una bomba en la mano acompañado por su hermano Domingo. En ese orden cayeron tras certeros impactos de balas, Emilio herido en la frente y detrás de él su hermano mientras en la Plaza yacía muerto Alejandro Oroño. Controlados todos los grupos rebeldes, los detenidos fueron trasladados a la Isla Martín García en el vapor “General Artigas” y después, mientras unos lograron salir del país otros terminaron en la Cárcel de Ushuaia, en la isla de Tierra del Fuego. El 30 de diciembre de 1933, el juez federal avanzó con el sumario y en el seno de las familias de los involucrados, más que una anécdota aquella jornada significó un sentimiento de incertidumbre y desazón…

[37] Explicó el ingeniero Díaz Molano: “A Peña se le han rendido homenajes merecidos, el primero en 1928, en a Escuela J. J. Paso, donde hablaron el entonces inspector general de escuelas, Prof. Juan Mantovani, y la maestra luchadora que fue Julia García.  Necesito agregar: el Profesor Juan Mantovani estaba casado con Frida Schultz.  Era primo de Alcira Doglioli de Nicchi, esposa de Carlos Nicchi, un adolescente que llegó a la capital santafesina con Carlos Ferdinando Fontanini Doval, cuando decidieron alejarse de Esperanza en el departamento Las Colonias…  “La maestra luchadora que fue Julia García” era hermana del doctor Lorenzo García; luego Señora de Cuesta. Conocida cuando ya se había jubilado, fue la persona que se acercaba a nuestro hogar para vendernos diccionarios, la colección de cuatro tomos de “Historia Argentina” de Diego Abad de Santillán, la “Historia Universal” de H. G. Wells que incluye ensayo sobre Historia hispanoamericana elaborado por Enrique de Gandía… # El Ingeniero Díaz Molano terminó su comentario sobre Raimundo Peña con estos párrafos: “En 1936, fue creada, a pedido de la Asociación del Magisterio, la escuela que hoy lleva su nombre, en la avenida Blas Parera más allá del cementerio.  Ocupóse, para ello, la vieja casona donde nació Raimundo Peña. / Sería injusto terminar esta nota, sin decir algo de su esposa.  Al fallecer su marido, ella tenía 30 años y le sobrevivió mucho tiempo. Según Marta Samatán, que la trató y fue su amiga, Justina poseía “las mejores cualidades de la raza ibérica, era valiente y decidida”.  Frente a la desgracia, asumió la responsabilidad de mantener el hogar, integrado por dos niños pequeños.  Llegó a ser inspectora de escuelas, por méritos propios, y como dice Marta, fue en definitiva, “el padre y la madre de su s hijos”.  Se ocupó de su educación y aún viven; el varón es ingeniero civil; la mujer, profesora en letras.  / Creo que uno de los sueños de Raimundo J. Peña y de su compañera se cumplieron; el otro no: sus hijos siguen honrando el apellido, pero los maestros continúan sometidos al menosprecio de los gobiernos.” # Al dorso de esa página del diario “El Litoral” publicaron una nota con recuadro “Indulto no previsto ‘todavía’ por Ángel D. Anaya. Buenos Aires”.

[38] Cámara de Diputados, 1934, t. I, página 346.

[39] Se indica: (Presupuesto de 1871, T. 7, página 25).

[40] El 27 de noviembre de 1947 falleció el doctor Isaac Francioni.  Desde su juventud participó en los centros universitarios y en las filas de la Unión Cívica Radical.  Fue profesor en la Universidad Nacional del Litoral y dos veces Decano de la Facultad de Derecho dependiente de esa universidad.  Diputado Nacional durante dos períodos. Vocal del Superior Tribunal de Justicia de Santa Fe y presidente del Consejo General de Educación.

[41] Como ex-alumna necesito expresar que era una persona responsable desde su cátedra y cordial aún más allá de las aulas.  Era frecuente encontrarlo caminando por la calle San Martín, vivió en el edificio de la esquina sureste de esa calle comercial en la intersección con Salta.

[42] El Cnel. Benito Oiz (nacido el 5 de enero de 1899 en Sauce -Corrientes-, casado, dos hijas, mellizas…), Jefe del Regimiento 12 de Infantería, en 1943 respondía a los mandos de los jefes del movimiento del 4 de junio.  Luego fue trasladado como comandante de la 5ª y 7ª División de Ejército y pasó a retiro el 19 de noviembre de 1945.  En ese tiempo pertenecía al grupo de oficiales que se oponían al Cnel. Perón.  Al producirse el golpe del 16 de septiembre de 1955, fue designado para reemplazar al Intendente de Santa Fe, funciones que desempeñó hasta 1957.

[43] “Al mes de esa asunción, el Cnel. Perón visitó la ciudad de Rosario junto al Cnel. Domingo Mercante -su directo colaborador en Trabajo y Previsión, nombrado interventor en la Unión Ferroviaria.  A partir de ese momento la Delegación Rosario realizó una intensa reorganización sindical. “(Párrafo de Apuntes para la Historia del Peronismo…)

[44] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. El tiempo de Perón (1895-1974), inédito.

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