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1913 – Legislatura de Santa Fe

Senadores y autoridades

Dedicación parlamentaria.

Ocaso de la Coalición.

La tolerancia.

Blanco de ataques, injuria y calumnia.

Errores en los padrones

Señales de fraude.

Arar hondo.

La popularidad.

Senador Pedro Virasoro.

Participación en debate.

Homenaje al Coronel José María Pérez.

Rosario: visita del Presidente.

Pactos

Otoño de 1913: conmoción en Rosario.

Ecos de la huelga de 1901.

Origen de la huelga.

Interpelación al ministro de Gobierno.

Árboles arrancados de raíces.

El gobernador Menchaca en Rosario.

Asalto al Mercado.

Falta de higiene.

Acerca del Partido Radical

Discordias en Concejo de Rosario.

Víctimas olvidadas

Lance frustrado.

Seguridad individual – Antecedentes

Habeas corpus.

Estado de sitio.

Ausencias del gobernador

Catastro y mapa de la provincia.

Desagüe de la Cañada de San Antonio.

Becas a estudiantes rosarinos.

Aumento de una beca.

Creación de Comisiones de Progreso.

Antecedentes históricos

Evolución en España.

Comparación insólita.

Creación de Comisiones de Fomento.

Los Cabildos en América.

Análisis del proyecto.

Datos sobre experiencias en Europa.

Acerca de “el referéndum”.

Antecedentes en distintas latitudes.

Discusión del presupuesto.

Municipalidad de Santa Fe.

1874: Límite del municipio santafesino.

Municipio de Rafaela.

Lucha antirrábica.

Creación de la Facultad de Medicina.

Renuncia del senador Zavalla.

Frecuencia de sesiones

Ecos de las interpelaciones.

 

Observo innovaciones en la diagramación del diario de sesiones de la Cámaras de Senadores: han incluido la nómina de Senadores con indicación del Departamento que representan; los nombres de las autoridades de la Cámara y la integración de las cuatro comisiones: Hacienda, Legislación, Poderes, Presupuesto y Cuentas.

En el índice, están indicados los apellidos y nombres de los legisladores y su labor parlamentaria, con número de páginas.

Un significativo avance para facilitar la busca de determinada información.

Senadores y autoridades

Dr. Luis V. González (Rosario; señor Moisés Leiva (San Cristóbal), Juan Proto (San Jerónimo); Carlos Suter (h) San Jerónimo; Dr. Enrique Thedy (Caseros); Sr. Pedro Virasoro (Nueve de Julio), todos hasta 1914; Juan B. Boero (San Martín); Juan Cepeda (Constitución); Dr. Gerardo Costanti (San Lorenzo); señor Santiago Wernly (Las Colonias), hasta 1916; Dr. Bartolomé L. Barreto (Belgrano); señor G. Jorge Cabral (San Javier); Valerio Carreras (Gral. López); Reynaldo Cullen (La Capital); Régulo Martínez (Garay); Ovidio Saurit (Vera) y Dr. José María Zavalla (Gral. Obligado), hasta 1918.  Presidió la Cámara el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero; presidente Pro-témpore Juan Cepeda ay vicepresidente Dr. Costanti.  En la Comisión de Hacienda presidida por el Dr. Costanti eran miembros los senadores Suter y Virasoro; en la de Legislación, presidida por el Dr. Barreto e integrada con los senadores González y Proto; la de Poderes, presidida por el senador Cabral, integrada por Cullen y Oliveros; la de Presupuesto y Cuentas con la presidencia del Dr. Thedy siendo miembros los senadores Wernly y Zavalla.

Dedicación parlamentaria

El 27 de marzo de 1913 en la Cámara de Senadores se realizó la sesión preparatoria, con la ausencia de los senadores Bruno, Boero, González, Virasoro y Zavalla.

El 11 de abril se realizó la primera sesión ordinaria, con ausencia de los senadores Bruno, Carreras, Cepeda, Costanti, Virasoro y Zavalla.

Es evidente que Luis Bruno, representante del departamento San Justo, estuvo “ausente sin aviso ni permiso” en las cuatro primeras sesiones y asistió cuando fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Herrera, situación semejante a la del Dr. Zavalla.

 Hay que tener en cuenta que el 3 de febrero de 1910 el senador Bruno pidió autorización para faltar a las sesiones de ese año, considerando que se ausentaba al extranjero “por prescripción médica” y teniendo en cuenta su “salud quebrantada” se le concedió “con goce de dieta”.

En 1913, no registró labor parlamentaria; tampoco hay iniciativas de los senadores Reynaldo Cullen, representante del departamento La Capital y Régulo Martínez, del departamento Garay.

Estos datos surgen de lo registrado por el Cuerpo de Taquígrafos, integrado por el jefe interino José M. Santa Cruz; los taquígrafos de primera Gregorio A. Beterreche y Antonio Bujan y el taquígrafo de 2a. Ángel R. Parolín (h).

Ocaso de la Coalición

Sabido es que desde el 12 de octubre de 1910, Roque Sáenz Peña ejercía la presidencia de la Nación y que durante las sesiones extraordinarias trataron los proyectos de leyes de enrolamiento y padrón; la de “voto secreto y obligatorio” y que el 28 de febrero de 1912, al promulgar la ley Nº 8.871, el presidente manifestó:

“He dicho a mi país todo mi pensamiento, mis convicciones y mis esperanzas.  Quiera mi país escuchar a palabra y el consejo de su primer mandatario. Quiera votar”.

Es oportuno tener en cuenta lo expresado por el historiador José María Rosa: “La Liga del Sur, que ha gastado mucho dinero y descuenta el triunfo en Rosario y departamentos aledaños (los dos tercios del colegio electoral), denuncia que se preparan actos de fuerza para viciar el comicio. (sic) ‘El ejército está allí para amparar el derecho contesta la osadía -contesta Sáenz Peña a de la Torre-. Éste ejército tiene mis instrucciones y lleva mi espíritu.’

Irigoyen va a Santa Fe.  No obstante que la intervención está poco menos que a sus órdenes, manda queja tras queja a Sáenz Peña. Es el único radical que no cree en el triunfo de su partido.  Tampoco cree en la prescindencia (que es más que prescindencia) del gobierno; también es el único radical que no cree en Sáenz Peña.”  [1]

El senador Barreto –de la Coalición-, manifestó que “el 31 de marzo -de 1912-marcará una nueva era en Santa Fe”.

Dijo: “…acatando su designio, debemos unirnos bajo este nuevo sol para grandes empresas morales…”

Destacó el senador:

“Después de la gran batalla en que los partidos fueron a medir su fuerza en forma definitiva, después de ese Trafalgar en que mi partido perdió casi todas sus posiciones rindiendo un tributo a la ley de mutabilidad de las cosas, los pocos sobrevivientes en nuestras naves destrozadas, rotas las jarcias, casi sin timón derivamos por la fuerza de la corriente, en arribada forzosa hasta aproximarnos a la Liga del Sur”.

Insistió en que “cada partido trae a la Cámara la tradición de sus hombres dirigentes y el pecado de sus errores, pero no por eso se les puede atajar el camino, queriendo mancillar nuestra intención pura, y dudar de nuestras aspiraciones de progreso moral.  Hay que marchar con la vista fija hacia adelante, no dejarse obscurecer el juicio por la pasión, que no es luz que ilumina, sino hoguera que deslumbra…  Es posible que algún señor Senador crea que el país está perdido porque la Coalición que desapareció como partido político el 31 de Marzo, no apoye más a la Liga del Sur.  Hay tal vez quien pretende que sus Senadores merecen el oprobio”.

La tolerancia…

Afirmó el senador Bartolomé Barreto, que esos senadores “que militaron en la Coalición siguen sus tendencias, inspirándose en un interés político, que el alto interés de la Provincia.

La política que tiene el rasgo de abarcar casi todos los conocimientos humanos, se nutre del estudio y de la tolerancia; de la tolerancia nace el espíritu de ecuanimidad que da el tacto o la facultad para transar, desde que la política es sinónimo de transacción.   La tolerancia que es una virtud tranquila, que tiene siempre pleno conocimiento de las cosas, no nos podía llevar a lanzarnos al torrente para perecer en él.  Es muy fácil ser popular, sumándose a una acción contraria, aumentando el torrente formado por otro, hacerlo crecer día a día hasta convertirlo en una fuerza casi incontrastable, pero cuando los elementos políticos que colaboraron en esa obra se detienen en su camino para encaminar sobre las consecuencias de esta acción, sobre su resultado ulterior y resuelve seguir su orientación propia… entonces comienza para los Senadores que se detienen en el camino, la campaña ofensiva sin reparar en el propósito moral o altruista que los anima.”

Blanco de ataques, injuria y calumnia..

Advirtió el senador Barreto:  “…Este sillón de Senador que satisface la vanidad de muchos, que permite realizar una acción eficaz para los intereses de la provincia, que es la compensación de sacrificios a un partido, es también… al lado de cosa tan grata, motivo de sacrificios, casi de tortura, desde el momento en que se nos convierte en blanco de ataques injustos, en que la injuria y la calumnia satisfacen sus bajos instintos…”

Destacó que “un Senador representa a su partido; es su defensor y trae al Senado las demandas que juzga justas  y nuestro caso señores es más favorable, pues  no teniendo disciplina que nos ate ni interés político determinado que defender por ningún partido, adoptamos el elevado de defensores de los intereses de Santa Fe.

La Coalición ha desaparecido el 31 de marzo como partido político, pero deja en su haber que la historia juzgará con grato resultado, los progresos que Santa Fe ha incorporado en los últimos treinta años.

Tiene como toda obra humana luces y sombras, pero la actuación de sus hombres dirigentes es demasiado significativa en el país y la calidad de sus componentes tan valiosa, que puede asegurarse que esa fuerza no se perderá y que por el contrario esmaltará la de los partidos políticos en que se incorporen o que vayan a dirigir”.

Errores en los padrones

Durante la sesión del 14 de junio de 1913, con la ausencia de los senadores Bruno, Costanti y Virasoro, después de considerarse la ampliación de miembros en la Comisión de Presupuesto y de ser analizada la dificultad existente debido al atraso en la construcción del edificio de la Legislatura, entre otros asuntos, se consideró el dictamen de la Comisión de Legislación -senadores Dres. Luis V. González y Bartolomé L. Barreto- aconsejando la sanción del proyecto de ley modificando el art. 1º de la ley 1721 adoptando como registro cívico el Padrón Electoral Nacional en la parte correspondiente a la Provincia de Santa Fe que rija al tiempo de cada convocatoria”.

El senador Barreto –de la Coalición-, advirtió que en el Congreso Nacional tenía media sanción la modificación de la ley electoral disponiéndose “la división de series y la publicación del retrato como condición sine qua non” conforme se expresó en el Senado Nacional.  El senador Thedy -de la Liga del Sur- destacó la necesidad de incluir en el padrón todos los ciudadanos omitidos porque “el padrón dista mucho de ser perfecto, adolece de muchas imperfecciones; en Rosario puede calcularse que hay más de tres mil importados de otras provincias”.  Reiteró que habían “remitido al Juez Federal una lista de quinientos y tantos enrolados que no tienen domicilio y viven en las plazas públicas”.  Recordó el senador Barreto que la ley nacional electoral vigente establecía “el tiempo en que los ciudadanos podrán ejercer ese derecho de depuración, denunciando ya sea por falso domicilio! y aclaró que “si los partidos no han ejercido ese derecho, es por negligencia” aunque él no se ampararía en esas circunstancias para aceptar que las elecciones se realizaran “con padrones fraudulentos”.

Insistió el senador Thedy en que “era preferible no concurrir a los comicios, a realizar elecciones, con padrones viciosos”.

Manifestó que en su partido habían “podido comprobar que más de tres mil electores son de otra provincia, teniendo constituido su domicilio, en casas que no existen; lo tienen muchos de ellos, en las plazas públicas; y se ve entonces necesaria y claramente que son inscriptos fraudulentos”.  El senador Thedy indicó que habían comprobado “otro caso”: “la misma persona enrolada en dos partes distintas”, respondiendo el senador Barreto que era “peor caso, todavía”.

Tales manifestaciones motivaron al senador Thedy para decir que “es cuestión de moral cívica, que no se hagan elecciones mientras tengamos para hacerlas un padrón fraudulento”.

Negó que hubiera negligencia en los partidos, porque se esperaba la reforma de la ley electoral nacional:  Reconoció que las experiencias en Rosario revelaban que cuando habían ido a denunciar ante el Juez Federal, “nunca fue posible encontrar al secretario en la oficina” y en consecuencia “¿ante quién iba a formular la denuncia por la ilegalidad del acto”, circunstancia que de acuerdo a lo manifestado por el senador Barreto resultó de la falta de cumplimiento de su deber por parte de los funcionarios”.

Propuso que “ya que tiene el padrón defectos, nada más sencillo, nada más lógico hacer que desparezca mediante la depuración por un término que la Legislatura arbitraría”.

Señales de fraude

El senador Bartolomé Barreto dijo:

“No debe aceptarse la duda sobre la legalidad de un padrón que ha sido aceptado por todos los partidos como válido, para efectuar las elecciones del 31 de marzo y que al poco transcurso de tiempo, cuando aún las pasiones se hallaban enardecidas por la lucha, no se recurrió a la depuración iniciando las tachas en el largo período establecido por la ley.  Partir de la base de que el padrón es falso equivaldría a empañar el brillo de la jornada del 31 de marzo y sería manchar su propia victoria”.

El senador Thedy recordó que en aquellas jornadas, el Dr. Barreto había anunciado que “era necesario arar hondo para remover todos los obstáculos”.

Luego insistió en que no se autorizara a la provincia a incluir “los no inscriptos” porque “se presta precisamente” a “la inclusión indebida en una provincia de ciudadanos de otra” y a “la  inclusión doble con los duplicados de las libretas”.

Manifestó el senador Thedy:

“Yo conozco el caso de una persona, que ha votado en dos secciones distintas en el Rosario, teniendo dos libretas, una de ellas duplicada”.

Algunos senadores proponían lo contrario, entre ellos el senador Dr. José María Zavalla quien manifestó: “…A nosotros no pueden juzgarnos porque es la primera vez que bajo el gobierno radical se hacen elecciones”.  Reconoció que “en los Departamentos del norte… hay 8.500 inscriptos y han figurado cerca de 1.200 que no están incluidos”.

Hubo otras referencias: el senador Leiva –de la Liga del Sur– manifestó que en San Cristóbal, “más de ciento cincuenta ciudadanos quedaron sin votar con sus libretas en la mano, porque a última hora” tenían “un conscripto a cargo del registro civil; la planilla de nuestros amigos desapareció por completo en los últimos días”, destacando que “sería casualidad pero el conscripto pertenecía al partido radical y la única planilla que faltaba era la nuestra.”

Ante la resistencia de algunos senadores para apoyar el uso del padrón nacional, el senador Thedy hizo notar una “contradicción” porque “en la provincia de Entre Ríos -donde está en la oposición…- el partido radical ha luchado vigorosamente para que se adopte como padrón cívico el padrón nacional” mientras que en Santa Fe, estando “en el poder, sostiene este segundo padrón que le va a permitir llenarlo con millares de inscriptos falsos…”

El presidente dispuso pasar a un cuarto intermedio y cinco minutos después los legisladores ocupaban sus asientos porque faltaba votar el último artículo, resultando aprobado.

Arar hondo

El senador Barreto ratificó esa necesidad y manifestó que tenía “el mayor respeto, por los progresos materiales, que le país hace y juzgo que la riqueza, es precisamente, la consecuencia, el punto de partida de la conquista moral y que la cultura es hija de la riqueza.  Ningún pueblo pobre es culto y pocos pueblos pueden conservar su libertad, si son pobres; un pueblo que se engrandece materialmente, que se escuda en la independencia personal de sus hijos que es la base de la independencia política, es un pueblo fuerte.  Pero no todo es la riqueza material, sino la base, el crecimiento del progreso es el perfeccionamiento moral… Mucho hay que remover o arrancar y para ello es necesario trazar el surco profundo que alcanza a esas malas raíces para desterrarlas.”

La popularidad

El senador Barreto manifestó que “la popularidad es muy barata.  Es muy fácil adquirirla y los que hemos observado y estudiado lo suficiente para poder cumplir con nuestra misión, sabemos despojarnos de esa vanidad, que no otra cosa es la popularidad.  La política… se nutre del estudio y de la tolerancia.  De la tolerancia, que es necesaria para disculpar errores y aún hacerlos servir para obras buenas sin peligro alguno para el cuidado de los intereses generales.  La opinión pública agitada por la prensa y la palabra, que son las dos grandes palancas que mueven el mundo político, nos exhibirán como redatardatarios, pero siempre vendrá en que se desvanezca ese error.   Las acciones más puras permanecen muchas veces veladas por la injusticia transitoria, pero como el sol oculto con nubarrones, no tarda en destruirlos para brillar con su intensa luz.

La opinión pública es una dama honesta y desde luego respetable pero da mal fin cuando tiene sus ligeros devaneos y se equivoca para reaccionar después… Es de todo político sacrificar esa popularidad pasajera.  Es cuidar la paja para dejar el grano.”

Senador Pedro Virasoro

Representó al Departamento Nueve de Julio.  Elaboró en el año 1913 un proyecto de ley, el primero modificando el límite norte del Municipio de la Capital.  En el diario de sesiones del 6 de junio de ese año, consta el dictamen favorable de la Comisión de Legislación, firmado el 31 de mayo de 1913 por los senadores Dr. Bartolomé L. Barreto, Juan Proto y Dr. Luis V. González.  El autor del proyecto explicó brevemente las razones que lo impulsaron a promover esos límites y luego el senador Dr. Barreto  manifestó que “la Comisión ha estudiado lo más que ha podido este asunto y se ve obligada a pedir su postergación, de modo que en la sesión del 6 de junio se considera otro dictamen de esa Comisión, firmado por los mismos miembros y aparentemente anterior, por cuanto consta “Sala de Comisiones, Mayo 16 de a 1913”.  El Dr. Barreto explicó los antecedentes y algunas razones de vecinos de esa zona, insistiendo en la posibilidad de aprobar el proyecto, que después de un breve debate fue sancionado y pasó a la Cámara de Diputados.

Como miembro de la Comisión de Hacienda, el senador Virasoro participó en el estudio y recomendación de varios proyectos, entre ellos el despacho del 4 de junio de 1913, referido a un proyecto que había firmado con el senador Thedy, para que se acordaran becas de cien pesos cada una a los estudiantes de Ingeniería Alberto M. Castelau y Pedro A. Panfils (h); quienes una vez terminados sus estudios tenían que “prestar servicios durante tres años en los puestos que se les designe con las remuneraciones fijadas en el presupuesto”.  A pesar de la oposición del senador Wernly, porque “el 90% de los estudiantes son pobres” y a su criterio “la Provincia no está en condiciones de costear los estudios a nadie”, el proyecto fue sancionado.  Es oportuno tener en cuenta que durante ese período, los senadores Wernly, Costanti y Proto representaban a la minoría opositora.

En varios dictámenes firmados en mayo de 1913, la Comisión de Hacienda aconsejó la sanción de varios proyectos, autorizando al P.E. a entregar a diversas Comisiones de Fomento, los fondos necesarios para el “arreglo de caminos y desagües”, informando al respecto el senador Virasoro en la sesión del 20 de junio de ese año.  Se aprobaron inversiones en las comunas de La Salada; Ricardone, Puerto San Martín y  Fuentes.  En la misma sesión el senador Virasoro se refirió al dictamen de la Comisión firmado el 7 de junio con el senador C Suter (h) y  destacó la importancia del proyecto venido en revisión de la Cámara de Diputados, destinando veinte mil pesos a la construcción de un puente sobre el arroyo Caraguatay (El Toba), con una modificación respecto del proyecto inicial, a fin de que se construyera en la intercepción del camino de Vera a Romang, para favorecer “una zona que está aislada, una zona de treinta mil hectáreas donde muchas veces los colonos han tenido buenas cosechas y no han podido llevar sus productos a la estación del ferrocarril”.

Participación en debate

La lectura de los diarios de sesiones permiten comprobar que el senador Virasoro; participaba en los debates en circunstancias determinadas.  En la sesión del 31 de mayo de 1913, se consideró el proyecto de ley otorgando un subsidio extraordinario de veinte mil pesos a favor de la Sociedad Rural de Santa Fe, de acuerdo a la iniciativa del gobernador Dr.  Manuel Menchaca, para que se reparara el edificio y las instalaciones anexas al local destinado a Exposiciones Ferias, que habían soportado perjuicios de consideración como consecuencia del “ciclón que se desencadenara recientemente” en la ciudad.  Después de una breve explicación del senador Virasoro, el proyecto fue sancionado.

En la sesión del 17 de junio de 1913, durante el tratamiento de varios proyectos destinados a autorizar al Poder Ejecutivo al pago de “créditos correspondientes a ejercicios vencidos”, el senador Costanti pidió explicaciones acerca de esas deudas y el senador Virasoro manifestó que “son totales que están en los expedientes”, indicó que “se podían traer a la cámara” para su lectura.  En un breve debate el senador Costanti observo que “el crédito de obras del Guardia de Cárcel está suprimido en el presupuesto de 1911”, motivando al senador Oliveros para preguntar ¿qué Comisión ha despachado este asunto?, respondiéndole el senador Virasoro: “La Comisión de Hacienda y está firmado en mayoría el despacho”.  De acuerdo a la trascripción en el diario de sesiones lo había firmado Virasoro y el senador C. Suter (h) y en consecuencia, el senador Costanti ratificó: “Yo no he suscrito el despacho”.  El Senador Juan Cepeda -Rosario- propuso que se postergara el asunto hasta la próxima sesión y el senador Virasoro insistía en que se tratara en ese momento, “puesto que la Comisión de Hacienda puede dar las explicaciones que se soliciten”, provocando una advertencia del senador Cepeda por cuanto era un “caso excepcional” porque “un miembro de la Comisión de Hacienda se extraña de la forma en que viene el despacho” y sugirió que “vuelva este expediente a Comisión”.  El senador Virasoro inmediatamente dijo: “Tendríamos que traer los expedientes aquí al recinto y son tantos…” coincidiendo en senador Cepeda en que “para dar lectura a estos expedientes vamos a perder toda la tarde” por lo cual el senador Virasoro propuso “que se suspendan entonces algunas partidas y tratemos las más urgentes”.  Se tuvo en cuenta la observación del senador Costanti con respecto al Cuerpo Guardia de Cárceles y se continuó el análisis de las otras partidas.  Se sancionaron los proyectos para pago de créditos a Expreso Villalonga, por “gastos originados por una epidemia de viruela”, por “honorarios médicos, transportes, medicamentos…” ($ 40,60); a favor de la Comisión de Fomento de Alcorta por 2.331.80 $ correspondientes a gastos informados por el Consejo de Higiene y la Contaduría General de la provincia, de acuerdo a lo manifestado por el senador Virasoro.  Se autorizaban pagos a las comunas de Magiolo ($ 313,40) y de Carlos Pellegrini ($ 559.-), por idénticas causales y el senador Thedy manifestó: “Esto parece el terremoto de La Rioja”, respondiéndole el senador Virasoro: “Es una desgracia que tiene la provincia”.  Finalmente se sancionó el proyecto a favor de las Comisiones de Fomento de Estanislao López ($ 953.-).  Ante la duda del senador Thedy acerca de si “la comisión ha comprobado la existencia de todas esas epidemias”, el senador Virasoro respondió: “Es natural que debe haberlas comprobado cuando en el expediente constan todos los gastos hechos para aislarla”.

En la misma sesión se sancionaron proyectos de ley autorizando el pago de 15.000$ a la “Revista Argentina de Ciencias Políticas” correspondientes a “ejercicios vencidos” y a “Salatín Hnos. y ‘Nueva Época’  las sumas de ciento doce pesos cincuenta centavos y veinticinco pesos moneda nacional respectivamente, por trabajos de imprenta correspondientes a ejercicios vencidos.

El 22 de junio de 1913, con la firma de los senadores Pedro Virasoro y C. Suter (h) en la Sala de Comisiones se dictamina sobre otros proyectos referidos a deudas por ejercicios vencidos en 1911: honorarios al Dr. Lucas Bustamante ($ 560.-) “a requisición de las Jefaturas Políticas de Las Colonias y San Cristóbal).

Mediante un proyecto se reconocía el crédito a favor del señor Ángel Braceras “por suministro de vestuarios para policía, cuerpo de bomberos…” ($ 8.025,05) “pitos nikelados” (sic)… por $ 93,60, en las jefaturas de La Capital y de Rosario. En la jefatura de La Capital por “diversos créditos” destinados” a construcción, instalación… en el Cuerpo Guardia de Cárceles $ 13.213,80; a “Juan Mai e hijos por la construcción de veredas y tabique frente al edificio ocupado” por ese Cuerpo ($1.165,20); a la Vda. de Wenceslao Carbone y Cía por “materiales y artículos de ferretería a la Compañía de Bomberos de la Capital ($ 634, 22). En la Jefatura de Rosario para “racionamiento extraordinario a inmigrantes” en “noviembre y diciembre de 1911,  $ 1.259.- efectuados por el Coronel Broquen cuando estuvo al frente de aquella jefatura; en reembolso por el “traslado de un oficial y veinte agentes del Escuadrón de Seguridad a Villa Constitución en desempeño de una comisión del servicio ($ 409.-) y por “gastos extraordinarios efectuados en el Cuerpo de Bomberos” (1.967,82).  En esa oportunidad el senador Virasoro reiteró la información inserta en esos proyectos y el senador Thedy planteó que no se descontaran de rentas generales sino de la deuda flotante y que en consecuencia, deberían “pagarse con los fondos del empréstito”; refiriéndose al denominado empréstito Paz destinado a la deuda flotante anterior.  Hubo un debate con intervención de ambos legisladores acerca del plazo de la deuda flotante, indicando el senador Zavalla que era “hasta 1910”.  Insistía el senador Virasoro en que se trataba de gastos de 1911; el senador Thedy preguntó: “¿Y los pitos cuándo se compraron? respondiendo el representante del Departamento Nueve de Julio: “Son también comprados en 1911.  Los pitos son indispensables para las policías”.

Al analizarse los gastos por asistencia médica en los departamentos Las Colonias y San Cristóbal, ante una pregunta del senador Leiva, el senador Virasoro informó que Bustamante “prestó servicios en algunos distritos” de esos departamentos, “a requisición de comisarios de campaña” y manifestó que “se rebaja a quinientos sesenta pesos”, la primera cuenta que era de $ 1.300.- porque había seguido la atención de distintos enfermos después de la primera cura”, siendo que “el gobierno no tiene que pagar más que las primeras curas”.  El senador Leiva manifestó que era “una suma completamente excesiva, esta de quinientos sesenta pesos” y advirtió que “en San Cristóbal hay un médico de policía, y este señor tiene su domicilio en Arrufó, salvo que hubiera sido algún caso de peste”.  En ese momento el senador Thedy preguntó a la Comisión si había algún excedente del empréstito y el senador Virasoro respondió: “Sería cosa de pedir informes a la Contaduría de la Provincia”.  Dos senadores opinaron al respecto y el senador Virasoro reiteró: “Podíamos pedir informes a la Contaduría si hay algún excedente”, indicando el presidente Juan Cepeda que se pasaba a votación en general, resultando afirmativa.

Al ser considerado el proyecto referido a gastos del Cuerpo de Guardia Cárceles, hubo interrogantes del senador Thedy que respondió el senador Virasoro.  Al preguntar si “está comprobada la compra de armamentos también” respondió el senador Zavalla: “También está comprobada, dice armas viejas”. Ante la insistencia del senador Thedy porque “el señor miembro de la Comisión, decía que no hay armas compradas”, el senador Zavalla respondió: “Yo le agrego eso, ‘son armas viejas’, no les tenga miedo señor senador” e inmediatamente el presidente indicó la votación.   Se discutió el proyecto referido a gastos en el Departamento Constitución y el senador Thedy recordó que en el presupuesto está prevista “una partida para conducción de presos”, respondiéndole Virasoro que “no se trata de conducción de presos”; indicó Thedy que “para pasajes también hay otra partida” y contestó Virasoro que tampoco se trata “de pasajes.- Se trata de gastos efectuados con motivos del traslado de un oficial y varios soldados, en el expediente no consta nada más que eso y que se trasladaron al departamento Constitución”, reiterando que “no se trata de pasajes y transportes”.  El senador Thedy leyó las partidas del Ministerio de Gobierno destinadas a esos gastos y el senador Virasoro indicó: “El Gobierno tiene necesidad de esta ley que le autorice a pagar.  Yo no digo que no exista partida en el presupuesto” y  de inmediato se pasó a votación, resultando sancionado el proyecto.  Ante ese resultado el senador Thedy sugirió que se determinaran las causas de esas deudas y que se tuviera en cuenta la necesidad de incorporar oportunamente todos los gastos en el presupuesto respectivo.

En la sesión del 27 de junio de 1913, el senador Virasoro informó sobre varios proyectos remitidos desde la Cámara de Diputados para su revisión, entre ellos la devolución de créditos de ejercicios vencidos por un total de $ 2.162.-, debido al cobro reiterado de contribución directa a diez contribuyentes y del  impuesto de sellos a uno.  Conforme al dictamen firmado el día anterior, conjuntamente con los senadores G. Costanti y C. Suter (h) fue considerado el proyecto en revisión, autorizando a “pagar a la sucesión de Ismael Galíndez, la suma de $ 160.156,18 en cumplimiento de un fallo de la Suprema Corte Nacional” de fecha 27 de julio de 1912, disponiéndose la inclusión en el presupuesto del año 1913.  No hay datos en el diario de sesiones que permitan conocer las causas de ese fallo.  El senador Leiva -representante del Departamento San Cristóbal- manifestó que tenía conocimiento de la existencia de “otros asuntos análogos” y en consecuencia, propuso que se remitiera una minuta de comunicación al Poder Ejecutivo.  Fue apoyado por el senador Gerardo Costanti, quien manifestó:  “…he tenido oportunidad de hablar con el representante del Gobierno Provincial en la Capital Federal y me ha manifestado que hay diversos fallos de la Suprema Corte contra la provincia y que Santa Fe es la que más se caracteriza por el no pago de las deudas”.

Homenaje al Coronel José María Pérez

En la sesión del 13 de junio de 1913, el senador Eduardo Oliveros representante del Departamento Iriondo, pidió la palabra y expresó: “Aunque tarde… porque ya han transcurrido algunos días del lamentable fallecimiento del coronel José María Pérez, voy a pronunciar breves palabras como justo homenaje al extinto que fue pundonoroso militar, radicado en esta Provincia desde el año 93, donde desempeñó varios empleos públicos con la honestidad de que él era capaz; fue más tarde representante en esta Cámara del departamento General López”, hacía “precisamente dos años dejó de representar a dicho departamento.  Por su preparación, por su carácter caballeresco, se captó las simpatías de sus amigos; tomó parte en todos los debates y contribuyó con sus luces a la sanción de muchos proyectos.  El Coronel Pérez aunque formaba parte del Partido que llegó al Gobierno de esta provincia no solo una vez sino muchas veces; dejó sentir en este recinto su voz de protesta porque él creía que muchas cosas no estaban encuadradas dentro de la ley y de la Constitución.  Era todo un caballero, era un buen amigo y estas cualidades le hicieron conquistarse las simpatías y el aprecio de todos los señores Senadores”.  Se resolvió enviar “una nota de pésame a su esposa la señora Esther Zavalla de Pérez.

Otros cambios de nombres…

Es interesante tener en cuenta que el 11 de mayo de 1909, el senador José María Pérez había ingresado un proyecto con el propósito de que “el actual Departamento San Justo, se denominará Departamento Mariano Cabal y su actual Capital -cabecera- llevará el nombre de Patricio Cullen”; una de las tantas iniciativas que han quedado archivadas como simple expresión de deseo porque no fueron sancionadas.

Rosario: visita del Presidente

En la sesión del 28 de junio de 1913 presidida por el senador Juan Cepeda, se trató el proyecto de ley autorizando al Poder Ejecutivo para “entregar a la Sociedad Rural y Bolsa de Comercio de Rosario la suma de 25.000 $ moneda nacional, “destinada a sufragar únicamente los gastos que se efectúen para la celebración de los festejos que se organicen en honor el Exmo. señor Presidente de la República con motivo de su próxima visita al Rosario”, correspondiendo la posterior rendición de cuentas de la Comisión Directiva de ambas instituciones.  Hubo un prolongado debate; el senador Zavalla indicó que se autorizara “para invertir hasta la suma de treinta mil pesos” y que el Poder Ejecutivo tuviera “la participación que le corresponde” en la organización de esos actos.  Fue apoyado por el senador Gerardo Costanti en cuanto a otorgar mayores recursos, manifestando “que se deben votar cuarenta mil pesos” porque al Presidente hay que recibirlo “dignamente”, aunque no estaba de acuerdo en que el gobierno interviniera en la organización porque era iniciativa de esas instituciones privadas.  Insistió el senador Zavalla en la posibilidad de que el Intendente de la Municipalidad de Rosario integrara la comisión organizadora y el senador Boero propuso que en el artículo pertinente se incluyera conjuntamente con los presidentes de esas instituciones al Intendente de Rosario como destinatarios de los fondos.  Es sorprendente comprobar que se extendió la discusión de la integración de una posible comisión organizadora, siendo que como informó el senador Costanti, el día anterior el presidente de la Nación había aprobado el programa de festejos que le envió la Sociedad Rural de Rosario, cuyas autoridades oportunamente invitarían según sus propósitos, a otras las asociaciones y clubes.

Diversas hipótesis fueron expresadas por los legisladores y registradas por los taquígrafos y la partida propuesta se duplicó en aproximadamente media hora de debate, alcanzando una cifra exorbitante.  Afuera del recinto de la Cámara, la población soportaba el frío sin tener noticias sobre esas preocupaciones; algunos recordaban cumpleaños de familiares y amigos; en distintos hogares maduraba la maternidad como anticipo del asombro por los puntuales nacimientos.  [2]

En la sesión del 28 de junio de 1913, hubo manifestaciones que se reiteran textualmente para facilitar su interpretación. Insistía el senador Zavalla para que los fondos los administrara el gobierno, cuando manifestó:

– “Podemos llegar a una conclusión: votemos 50.000 $ para que el Poder Ejecutivo los invierta en las fiestas de recepción y que la Sociedad Rural pida al Ejecutivo los fondos que necesite.

Sr. Thedy – Y porqué directamente la Legislatura no se los va á acordar á la Sociedad Rural?

Sr. Zavalla – Porque se trata de una fiesta.

Sr. Thedy – La razón no es convincente.

Sr. Zavalla- …y porque se trata además de recibir al primer magistrado de la Nación.

Sr. Virasoro – Y porque son personas que aquí se deben definir.  Y que el Poder Ejecutivo nos dé la luz.

Sr. Thedy – Para qué necesita la luz del Poder Ejecutivo, el señor Senador?  Para que nos ilumine en esta situación?

Sr. Boero – No, nosotros tampoco necesitamos la luz…

Sr. Thedy – El Poder Ejecutivo es capaz de designar esas personas?

Sr. Zavalla – Como no, señor senador.

(Siguió el debate… más diálogos…)

Pactos

Durante la sesión del 31 de mayo de 1913 se consideró en la Cámara de Senadores el pedido de licencia del vicegobernador Dr. Ricardo Caballero:

“…cuatro meses, en cuyo tiempo, y por razones de índole privada, debo realizar un viaje al extranjero” (sic).

Por idénticas razones estaba en uso de licencia el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires.

El senador Thedy  se opuso porque “se sabe que han circulado en estos últimos tiempos rumores, que dicen que el Poder Ejecutivo, había iniciado gestiones, para realizar un acercamiento con un partido contrario; más, tengo la casi seguridad que ese acercamiento no ha de producirse, son versiones que están a la consideración del Poder Ejecutivo”.

En consecuencia el senador Thedy advirtió que “se puede creer que nosotros al acordar esta licencia obedecemos al propósito de facilitar una maniobra política” aunque destacó que “el señor vicegobernador de la provincia ha sido siempre uno de los enemigos más decididos de los pactos políticos”.

El senador Dr. Costanti opinó que “la licencia de cuatro meses de un vicegobernador de la provincia es un hecho grave, pues se trata del reemplazante del gobernador”, anticipando su voto en contra.

La sesión era presidida por el senador Juan Cepeda, siendo reemplazado por el vicepresidente Constanti para que ocupando una banca, planteara su punto de vista.  Reconoció que “de un tiempo a esta parte vienen circulando versiones anónimas de que una parte de los miembros de la Coalición hemos pactado con el gobierno” y aclaró que “no existe… pacto de ningún genero, y el día que llegar a existir, hemos de tener la suficiente virilidad para hacerlo público, porque yo entiendo que los partidos políticos que pactan en la sombra proceden cobardemente, rehuyendo la responsabilidad de sus actos”.

Destacó el senador Thedy que “hace mucho tiempo que estas versiones antojadizas alimentadas por intereses partidistas o por imbéciles de aquellos que hacen política escudándose en la prensa anónima o en la chismografía callejera, vienen echando sombras sobre la reputación de miembros distinguidos de la Coalición, y es necesario de una vez por todas declarar que no existe ninguna componenda política con el gobierno, y que los que piensan lo contrario, manifiesten caballerescamente y con hombría si son capaces de asumir la responsabilidad de sus actos, cuáles son las personas y las causas que los induce a hacer dicha propaganda”.

Planteó una reflexión: “… creo que nadie tiene derecho a enlodar la reputación de muchos hombres, que si bien hemos pertenecido a situaciones anteriores que han cometido sus errores, también hemos tenido ideales traducidos en grandes progresos.  No sé si los que critican de afuera, sometidos a la dura prueba del fuego serían capaces  de salir ilesos como muchos de nosotros.

Se ha llegado a decir que nosotros hemos prestado el acuerdo al Presidente y Director del Banco de la Provincia por habérsenos comprado por dinero. Es un grave defecto carecer de él (sic), es cierto, nosotros no tenemos, ¿pero por qué? por la sencilla razón de que descendemos muchos de ciudadanos humildes, de aquellos que entendían la honradez a la antigua (sic), que han preferido conservar su honradez y morir en la miseria antes que legar a sus hijos fortunas cuantiosas producto de procederes inmorales.  Ellos no entendían de hacer el traspaso de sus bienes para estafar a los Bancos, ni hacer quiebras fraudulentas para después conseguir un arreglo con sus acreedores entregando el cincuenta por ciento, para al cabo de algunos años aparecer con grandes fortunas; ni incendiar sus negocios para estafar a sus aseguradores; etc.

Es posible que muchos de los que deslumbran con el lujo y hacen política a base de la reputación ajena, no se ocupen de investigar su origen.

En los libros del Banco Provincial es posible no aparezca un solo nombre de los que se nos tildan de comprados (sic), mientras que de los que así pretenden hacernos aparecer, hay muchos en el libro negro de dicha institución”.

Ratificó el senador Thedy que “los miembros de la Coalición no han hecho pacto con nadie, y que con toda libertad desarrollarán… votarán con el gobierno cuando se les ocurra y lo crean conveniente o con la Liga, en igualdad de circunstancias”.

El senador Cepeda, representante del Departamento Constitución retornó al sillón de la Presidencia y continuó la sesión.

En tres oportunidades había pedido el uso de la palabra el senador Oliveros y no le fue concedida hasta que concluida la exposición del senador Cepeda, pudo manifestar:

“… he pertenecido al partido que ha actuado en los gobiernos de Freyre y Echagüe que con toda maldad le llaman el pasado gobierno, que si han cometido errores tienen también sus grandes obras de progreso en toda la provincia.

En todos los partidos, y en todos los gobiernos hay sus hombres buenos como también los hay sus malos, como pasa en las instituciones sociales, y los que han colaborado con toda su honestidad son acreedores a que se les respete, y no se les arrojen sombras de una manera velada como se está haciendo con algunos miembros de la Coalición sin tener la hombría de manifestarlo personalmente diciéndonos que somos unos traidores…”

Con votación nominal, siete senadores aprobaron la licencia del vicegobernador, rechazaron el pedido los senadores Carreras, Costanti, Boero, Proto y Thedy (5); ausentes con aviso Barreto, Bruno, Leiva, Martínez y Zavalla (5).

Otoño de 1913: conmoción en Rosario

En la Cámara de Senadores de la Legislatura de Santa Fe, en la sesión 17 de mayo de 1913 fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera.

Ecos de la huelga de 1901…

Al analizar la huelga general que se desarrolló en Rosario y sus consecuencias, el ministro Antonio Herrera recordó…

“…la huelga del año 1901, bajo la jefatura Grandoli que originó protestas mundiales”, cuando hubo “un muerto” y “la policía no llegó a establecer quién fue el autor” aunque se hizo “constar que se produjo en circunstancias que había habido un desacato y sindica a otro obrero como tal.”

Consideró el ministro Herrera que “en aquella huelga que era parcial y pacífica sucede un hecho de sangre e inmediatamente cambia de característica”.

Desde otro punto de vista, el senador Costanti advirtió que “el señor ministro se ha olvidado de un dato importante: en ese tiempo había una Casa del Pueblo que era anarquista y eran muchos los elementos que la componían”, “algunos que fueron expulsados del país más tarde” y destacó que cuando se produjo aquella muerte, “en virtud del derecho de legítima defensa la policía se defendió”.

El ministro aludió a otras huelgas: la de 1904, iniciada por los panaderos, con “hechos sangrientos en la Plaza Santa  Rosa y en 1905, el 1º de Mayo, no habiendo huelga, en un estado normal, ocurren cinco tentativas de incendio contra diversas casas de comercio en pleno centro de la ciudad”.  Destacó que “en 1906, en la huelga de estibadores se produjo un choque con la policía en que un empleado de ésta fue muerto por un obrero”.

Origen de la huelga

El informe policial leído por el ministro de Gobierno Dr. Herrera en el recinto de la Cámara de Senadores indica que “el 15 de abril (de 1913) la Intendencia Municipal aprobó el horario de invierno presentado por la Compañía de Tranvías Eléctricos, con el cual se suspendían de la circulación veintiséis coches motores, quedando sin trabajo 104 empleados entre motormans y guardas, que prestaban servicios de ‘efectivos’…” Al día siguiente se concretó el cese y la Sociedad Empleados Tranviarios pidió una revocatoria de esa resolución y entrevistó al Intendentes. Con esa decisión, no se perjudicaba al público porque “en el nuevo horario se abreviaba el tiempo para el recorrido de las líneas obteniéndose así una circulación más rápida”.  El 19 de abril el intendente de la ciudad de Rosario Dr. Carlos Paganini y el secretario Benjamín Rodríguez de la Torre, enviaron una nota al director general de la compañía general de los tranvías eléctricos Ing. Teodoro Leysen, informándole que se había reunido con el jefe político –interino, señor J. R. Rodríguez- para analizar la situación de ese transporte, aconsejando que “prorrogue hasta fin de mes el servicio ordinario con ciento trece coches como mínimo, sin perjuicio de que el suscripto interponga sus buenos oficios ante el directorio central en Bélgica, para que autorice esos servicios con carácter permanente”. En la reunión de ese día a las 18, participaron por los tranviarios, los señores D. Musto, J. Castro y F. Martínez y se resolvió poner en servicio siete coches, resultando que quedaban diecinueve fuera de circulación y 76 empleados sin trabajo, aunque esa cifra se reducía a 26 porque el gerente Leysen “prometió dar trabajo al día siguiente a 50 obreros en la construcción de una nueva vía, proposición que no aceptó la comisión de tranviarios”, quienes exigían “la readmisión de todo el personal despedido, en los puestos que ocupaban anteriormente”.  En consecuencia, el intendente y el jefe político intentaron poner en circulación todos los coches hasta el 30 de abril y así lo propusieron ante la comisión reunida en el local de Corrientes 1247. “En la mañana del 20 no se presentó a la usina ningún motorman o guarda del personal de la Compañía” y se movilizó a la fuerza pública para “garantir el orden y evitar cualquier clase de desmanes”.  El 21 de abril, el intendente Paganini recibió una comunicación firmada por el señor F. Manavello, de la Comisión Directiva de los Obreros Municipales, comunicándole que en la asamblea realizada “el domingo a la noche… se decretó un paro de 48 (cuarenta y ocho horas de los obreros de la Maestranza sin perjuicio de prolongarse si las circunstancias lo aconsejan, paro motivado como acto de solidaridad para con los empleados de los tranvías eléctricos por los motivos que son del dominio público”. Ese mismo día, el intendente de Rosario insistió ante el director general con otra nota firmada por el jefe político, invitándolo a “someter sus diferencias a un tribunal arbitral en vista de que ellas estriban en pequeños detalles”.  El 22 de abril el jefe político de Rosario Ricardo N. Nuñez, publicó un edicto estableciendo que a partir de esa fecha, “será necesario solicitar con 48 horas de anticipación permiso para efectuar cualquier clase de manifestaciones públicas… en las calles del municipio o en locales cerrados”.  Anunciaban diversas formas de exhortación y se advertía que ante el segundo toque de atención, si no se cumpliera en el acto esta última intimación, se procederá a disolverla por la fuerza, considerando a sus componentes en abierto desacato a la autoridad y sujetos a las penalidades que por tal motivo corresponda”, ajustándose “estrictamente a las prescripciones de la ley de defensa social”, “de carácter nacional”. No hubo repuestas y en una tercera nota del 23 de abril, el intendente y su secretario reiteraron la necesidad de constituir un tribunal arbitral “que dirima las dificultades de la presente emergencia, a fin de no prolongar más esta situación incómoda”.  El jefe político de Rosario –Nuñez- envió un telegrama al ministro de Gobierno, comunicándole: “Hace un momento, en el portón número 1 de Talleres, en la Avenidas Alberdi, un grupo formado por más de mil obreros del F.C.C.A., asaltó un tranvía con piedras hiriendo a varios pasajeros y soldados del Escuadrón que acudieron para protegerlos”; “dos comisarios y varios empleados y agentes” fueron agredidos; hubo “varios contusos” y los policías no hicieron uso de “armas”, resultando imposible contener el “tumulto”. No era posible determinar a que gremio pertenecían porque simultáneamente, todos se plegaban a la huelga.   Es oportuno reconocer que “varios miembros del Comité Independiente fueron a ver al Gobernador para solicitar permiso con el objeto de realizar una manifestación” y que a pesar de ser “un derecho que la Constitución consagra”, “el permiso les sería acordado… cuando hubiera en la Provincia las fuerzas suficientes para garantir la manifestación pacífica”.  En esa oportunidad, distintos responsables opinaron en sentido opuesto: el Comandante Medina, jefe del 5º de Infantería estaba de acuerdo con que se realizara esa manifestación; “el señor Boltagaray,  comandante del 8º de Caballería opinó que debía impedirse porque estaba convencido de que constituía un peligro en aquella circunstancia”, compartiendo ese criterio el jefe político Nuñez, porque “si bien se podría mantener el orden mientras se organizaba y desarrollaba la manifestación, sería muy difícil asegurarlo una vez que se disolviera porque no habría cómo vigilar eficazmente los innumerables grupos que se forman en estos casos y constituyen otras tantas manifestaciones pequeñas que con suma facilidad e entregan a todo género de excesos”. En consecuencia, el gobernador Dr. Menchaca, “en las primeras horas de la tarde, una vez oídas las opiniones de los señores Jefes resolvió negar el permiso”.

El senador Costanti al analizar esos hechos, manifestó que “en el elemento obrero se habían inmiscuido agitadores reconocidos de filiación política bien conocida, quienes invocando los sentimientos de solidaridad habían obtenido que otros gremios, como el de cocheros, se adhirieran a la abstención del trabajo resuelta por los empleados de la empresa de tranvías”.  El 23 de abril, el comité de huelga envió un telegrama al ministro de Gobierno Dr. Herrera, pidiéndole que ordenara la derogación del mencionado edicto, circunstancia que motivó la intervención personal del jefe del Departamento Nacional del Trabajo Dr. Lezama, quien aconsejó al ministro que no se lo derogara ni se lo dejara de cumplir, porque “la población del Rosario quedaba desprovista de toda seguridad”.

De acuerdo a testimonios del ministro de Gobierno Dr. Herrera, el 24 de abril, se incorporó a las fuerzas policiales de Rosario, parte de la policía de Santa Fe, aproximadamente treinta hombres del Escuadrón de Seguridad y cuarenta de Guardia Cárceles para reemplazar a los Bomberos de la Penitenciaría.  El 28 de abril, en la plaza Santa Rosa la pesar del edicto policial, hubo una reunión de gremios e invitados a disolverse, “hubo varios disparos de armas de fuego al aire y una tentativa de ataque a la Comisaría 3ª”, hasta que se dispersaron, por la acción de un Escuadrón del 8 de Caballería.  Al día siguiente las crónicas policiales registraron “un disparo de armas y un atentado a la autoridad… el 30 ocurre otro suceso lamentable: la muerte de una persona por el conscripto que custodiaba un tranvía” y “desde entonces hasta el 2 de mayo en que los gremios volvieron al trabajo, no se produjo nada anormal”.  Destacó el ministro Herrera: “El movimiento obrero ofrece algo de extraordinario.  Su principal característica fue la falta de dirección.  Era visible como tendencias opuestas luchaban por manejarlo.  El Comité Socialista y la Federación que bregan por predominar en ciertos gremios, exteriorizaban su acción para dirigir la huelga.  Y eso mismo hizo que cuando se produjo la intervención de los Diputados Nacionales Justo y Bravo y se constituyeron en consejeros de los tranviarios, la Federación decretó el cese del paro general quedando en 24 horas toa la ciudad del Rosario en completa paz”.

Interpelación al ministro de Gobierno

En la Cámara de Senadores presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero, el 17 de mayo de 1913 se desarrolló la décima sesión ordinaria, registrándose las ausencias con aviso de los senadores Boero, Cullen, Leiva y Virasoro.  Por iniciativa del senador Costanti fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera como consecuencia de la huelga iniciada en Rosario el 20 de abril de ese año, con diversas manifestaciones y actos de violencia durante doce días. El senador Costanti consideraba que esos hechos “han quebrado la autoridad del Ejecutivo” y en consecuencia era imprescindible “abrir de par en par las puertas del Senado al Poder Ejecutivo de la provincia”, “para que sepamos en definitiva si los ciudadanos que ejercen Poder Ejecutivo de la provincia son dignos de continuar sentándose en el sillón gubernativo o si por el contrario ha llegado el caso de que se eliminen espontáneamente dejando que otros ciudadanos mejor intencionados asuman la dirección administrativa”.

El senador Costanti destacó que “no fueron los obreros los autores de los ataques a la propiedad y a la vida sino los agitadores políticos bien conocidos empeñados en atentar contra la estabilidad del Concejo Deliberante del Rosario, legítimamente elegido en comicios libres, en que el oficialismo fue derrotado pese a haberse reunido con otras agrupaciones políticas adversas a la Liga del Sur.  En su prolongado análisis, el senador Costanti insistió en que los actos de violencia “no salieron de la masa trabajadora sino de las filas radicales y de los elementos del doctor Infante”; insistiendo en que “fueron esos agitadores que gozaron de la más absoluta impunidad quienes produjeron el incendio de los coches de tranvías, quienes rompieron 689 faroles de gas, 427 globos de la luz eléctrica y 36 lámpara de ese mismo alumnado, cada una de las cuales tiene el valor de veinticinco pesos oro…; quienes atentaron en al vía pública contra la vida del concejal señor Calderón” y asaltaron su domicilio, los del intendente Dr. Paganini y “miembros respetables de la Liga del Sur, cuyos hogares se apedrearon sin que hubiera autoridad alguna que impidiera o reprimiera el hecho; fueron así mismo esos agitadores quienes al frente de turbas inconscientes asaltaron el teatro La Comedia, la Ciudad de Roma, la Casa Zamboni y muchas otras casas, rompiendo las grandes vidrieras de varias de ellas e imponiendo a todas el cierre para escapar a los perjuicios de sus brutales asaltos”.  Luego el ministro Herrera informó que en “cuando el incidente del concejal Calderón fue detenido por desacato y por llevar armas, “por fuerzas del 5º de Infantería, “el señor Moris, presidente de un club liguista y junto con él, Forgues, caudillo liguista y Silvestre Leguizamón, hijo de otro caudillo también liguista”, quienes después de recoger sus antecedentes fueron liberados. Con respecto a los destrozos en la casa del Intendente, dijo que “la casa Paganini tiene treinta y tantos vidrios visibles y aquella horda asaltante… no llegaba a producir otra cosa que una pequeña rotura en la banderola del zaguán, sin que los grandes cristales sufrieran perjuicios”.

(Intervino la presidencia porque hubo un tumulto en la barra.)

El senador Costanti insistía: “…Y estos hechos se producían en presencia de la autoridad policial sin que interviniera en ningún caso para impedirlos”.

Describió luego el incendio de un tranvía en la “Avenida Castellanos enfrente de los portones de los talleres del ferrocarril”, donde sesenta soldados de policía “presenciaron impasibles el incendio”, avanzando “la turba” hacia la casa de comercio del concejal Zubía, en la misma calle”, donde junto a los cuarenta bomberos estaban veinte policías, quienes “permitieron también impasibles que se llevara a cabo el asalto”.

Destacó el senador Costanti que “lo grave del caso es que hasta muy pocos minutos antes de asaltarse al señor Zubía, el señor Ministro de Gobierno acompañado del jefe político señor Nuñez había permanecido en la farmacia de Paul, ubicada en la misma cuadra…” Desde el punto de vista del senador, “el señor Ministro en su gira de inspección cuando permaneció en las inmediaciones de la casa asaltada no supo ver ni prever nada o que viéndolo no quiso hacerlo”.  En la misma forma… avanzaron hacia la casa de negocio del concejal representante de la Liga del Sur señor Erb, situada a pocas cuadras”, le rompieron las vidrieras, destruyeron mercaderías y le arrancaron una parte de la cortina metálica de la puerta principal para pasearla en triunfo por las calles de la ciudad.”

El senador Costanti recordó que “desenfrenadas las turbas de delincuentes no se conformaron ya con solo incendiar el tranvía, sino que a presencia de la autoridad, munidas de picos y de mazas, destruyeron totalmente el coche despedazándolo y apropiándose de las llaves, pasamanos y demás piezas de bronce, como así mismo de las portezuelas de las plataformas que arrancaron y que fueron a dar a los domicilios particulares de los incendiarios, concluyendo finalmente por llevar en trofeo por las calles de la ciudad las ruedas del coche destruido, que la turba arrojó al zangón de la calle Pueyrredón esquina Güemes y al mismo zanjón esquina Salta… pasando para ello delante de la propia comisaría seccional que es la novena, sin que ninguna autoridad molestase en lo más mínimo a los autores de tan graves hechos”. Hubo sólo un caso único en que el jefe del departamento policial evitó que “un coche de tranvía Nº 5” fuera saltado por “300 o 400 individuos y bastó la simple intervención de cuatro agentes de policía para garantir el orden, repeler el asalto y asegurar la libre circulación del vehículo de referencia”.  Mientras tanto, en otros sectores apedrearon a un tranvía de la “línea de Alberdi” e hirieron a un agente, “sin que el agente hubiera podido repeler el ataque, porque, según su propia manifestación tenía orden terminante de sus superiores de no proceder en ningún caso”.

Árboles arrancados de raíces…

El senador Costanti insistió en los destrozos producidos y censuró la conducta de los manifestantes, “que destruyeron también 150 árboles arrancándolos de raíz de la Avenida Pellegrini… en el trayecto de varias cuadras” donde estaban colocados a una distancia de “cinco metros unos de otros”; “sin que la autoridad hubiese encontrado ni la oportunidad ni el tiempo ni el medio de evitarlo a pesar de tratarse de una obra de destrucción laboriosa, lenta y difícil… porque 150 árboles no se arrancan de cuajo en un segundo”; constituyendo un daño “al municipio del Rosario”

El ministro de Gobierno Herrera presente en la sesión, manifestó que “no existían más de 600 hombres”, considerándolos insuficientes para controlar esa situación.

El senador Costanti leyó el manifiesto del Partido Socialista publicado el 27 de abril de 1913, reconociendo “el conflicto suscitado entre la Empresa de Tranvías Eléctricos y sus empleados” aunque “nadie debe ignorar que junto con este movimiento de carácter exclusivamente económico se está desarrollando otra agitación de orden puramente político que a los obreros les interesa distinguir a fin de adoptar la conducta que aconsejan sus propios intereses”.  Recordó el senador Costanti que la Federación Obrera mediante un comunicado, “denunció también la intervención de elementos políticos en le movimiento realizado por los distintos gremios”.  Advirtió el legislador: “No intento con estas afirmaciones responsabilizar la Partido Radical en masa; hay dentro de él hombre dignos y respetables; pero sí responsabilizo al gobierno, encarnación de ese partido, salido de sus filas en horas de intensa lucha y después de habernos pregonado el radicalismo durante más de 20 años que era necesario reconquistar los derechos individuales, las libertades ciudadanas y el imperio definitivo de las instituciones del país.”

Continuó el senador Costanti analizando otras situaciones y recordó que “el servicio de la limpieza pública se hizo en los primeros días de la huelga con los detenidos y contraventores de la cárcel de policía que el jefe político facilitó”, dado que “los contraventores se prestaban espontáneamente a él sin necesidad de ejercitar presión alguna sobre ellos, lo que habría sido ilegal”, aunque “desde que tomó intervención el Poder Ejecutivo en la huelga ya no se pudo contar en lo sucesivo con esos elementos en beneficio de la salud pública de la ciudad”.  Ante un gesto del ministro Herrera, que evidenciaba “una impresión de sorpresa ante la cooperación de los contraventores en el servicio de limpieza pública, el senador expresó: “… mucho más extraño ha de parecerle que en Inglaterra un juez obligue a los ciudadanos a ayudarle y a cooperar a la detención de los delincuentes”.

El gobernador Menchaca en Rosario…

El 27 de abril de 1913 el gobernador Dr. Manuel J. Menchaca se trasladó a Rosario, instaló su despacho en la sede del Banco de la Provincia, nombró la comisión arbitral y al día siguiente emitió un comunicado invitando a los trabajadores a “restablecer su laboriosa actividad”.  En esas circunstancias hubo una concentración en la Plaza Santa Rosa y un numeroso grupo de manifestantes avanzó sobre la calle San Martín estacionándose frente al Banco. El gobernador Menchaca salió al balcón y les manifestó: “Podéis iros tranquilos porque el conflicto ha terminado”. El senador Costanti reconoció que “inmediatamente suenan varios disparos de armas de fuego y la tropa carga sobre la multitud y la disuelve evitando sangrientos sucesos”. Era conocido el fracaso de la Comisión y “la ciudad siguió tanto o más convulsionada que antes…”

En la sesión del 17 de mayo de 1913, en la Cámara de Senadores presidida por el Dr. Ricardo Caballero, el senador Costanti manifestó que la huelga de Rosario, “no solo no comprometió el ejercicio de la constitución nacional y de las autoridades creadas por ella, sino que pudo, por el contrario, ser encauzada y fácilmente suprimida, porque ni siquiera contó en su apoyo con la opinión unánime de los obreros, pues muchos de ellos ni siquiera estuvieron conformes con la paralización del trabajo a que se les forzó por medios violentos y atentatorios a las libertades individuales”.

Durante la interpelación, el ministro de Gobierno Dr. Herrera dijo:

“…en los atentados producidos durante la huelga, no tuvo jamás intervención el elemento agitador de origen político… sino una banda de chicuelos que han sido los verdaderos autores, los que rompieron algunos faroles y cristales y que la policía no podía individualizar ni detener…

El senador Thedy lo interrumpió expresando: “Eran chiquillos grandes…”

Durante esa prolongada sesión el ministro de Gobierno negó “lo que se ha dicho a voz en cuello en ciertos lugares donde concurre a diario el señor Senador, en el órgano Liguista ‘La Capital’ y por algunos legisladores de la Liga del Sur” acerca de que “el ministro de Gobierno, y hasta se ha dicho también que el señor vicegobernador, incitaban a la huelga y que tenían especialísimo interés político en que este movimiento se desarrollase a imperara”.  El ministro destacó que “cuando el incidente del concejal Calderón… es muy exacto que he llamado a mi casa particular y a la Jefatura a varios distinguidos miembros del Partido Radical… para que eliminasen todas aquellas personas que pertenecientes al Partido Radical, figuraban en el Comité Independiente, invitándolas y exhortándolas en toda forma a desistir de su actitud para alejar hasta la más remota sospecha respecto de la veracidad de ciertas insidias propaladas con toda mala fe”.  Tras diversas publicaciones en diarios, indicando que algunos legisladores radicales integraban el Comité Independiente, el ministro Herrera aclaró que “hay una confusión” porque “se trata del hermano de un diputado radical” -aludiendo al doctor Culacciati- y leyó la nómina de esa comisión mencionando algunas referencias: Presidente Julián Nicolás -”votó por la Liga del Sur”-; Vicepresidente 1º José Noguera -comerciante,  vice 2º Miguel Gabasto -”comerciante, Presidente de la Sociedad Arrendatarios de Mercados, este señor votó por la Liga del Sur, contribuyó con su voto a la formación del Concejo Deliberante liguista”; vice 3º Guerino Troilo -”procurador, secretario de la Unión Comercial, coalicionista”; “secretario Rodolfo Culacciati y Alejandro Nogués, radicales”; vocales Ramiro Pelayo, “independiente, comerciante” y Antonio Hernández “votó por la Liga del Sur”; Francisco Sosa, “independiente, ex liguista”; Manuel García, Juan Naranjo, Víctor Guriaga, “independiente”; Juan P. Torre y Olafeane Lauise, “radicales”; Rafael Noguera, “independiente” y Eusebio Córdoba “empleado en la revista ‘Monos y monadas’.”  En varias oportunidades le preguntaron al ministro cómo sabía por qué partido habían votado, y contestaba que “por su filiación política y por sus declaraciones públicas” y reconoció que había pedido a ese Comité que “no concurriera a reuniones públicas ni realizara asambleas, accediendo inmediatamente…”, demostrándose la influencia que ejercía el ministro.

Durante aquella interpelación, después de varias interrupciones y aclaraciones, el ministro Dr. Herrera manifestó:

“…prefiero ser débil como funcionario, antes que mancharme con sangre obrera inocente, como ocurrió en otro tiempo, bajo la Jefatura Política del coronel Hernández, cuando en la plaza Santa Rosa caían obreros y moría un niño ante el espanto del pueblo y la rugiente protesta…

(Aplausos prolongados.)

Insistió el ministro en aquel momento:

“…en otra huelga, fue muerto un obrero lo que originó protestas mundiales.  Un santafesino, el doctor Gálvez  creo, que se encontraba en Europa se sorprendía a tanta distancia clamaran contra la providencia y sus autoridades policiales.”

(Estos testimonios indican que desde principios del siglo XX aparentemente repercutían entre los europeos, los ecos de los conflictos sociales en este extremo sur de América.  Era aún el tiempo de la inmigración continua en la ciudad de los buenos aires, en el río de la Plata…)

Insistió el ministro Herrera en que el señor Alejandro Nogués, afiliado radical, “no obstante la prolija vigilancia que la policía estableció sobre este señor, en ninguna oportunidad pudo comprobársele nada que implicase una falta”, reconociendo que durante “la agresión a la casa del señor Paganini”, Nogués había arengado “a la muchedumbre recomendándole calma y moderación porque los actos de violencia redundaban en perjuicio de su causa.”  Manifestó el ministro de Gobierno que poseía “una fotografía en la que un diputado provincial, liguista, esgrime un revolver en la mano derecha y se comprende por su actitud que en esos momentos no hay incidente alguno que justifique su alarde.  Grandes aplausos en la barra.

Asalto al Mercado

El ministro de Gobierno en su extenso discurso justificando las acciones del gobierno para controlar aquella huelga, manifestó que “el día 27 ocurrió un hecho sugestivo semejante a los que se produjeron el 10 de febrero, cuando ciertos elementos asaltaron puestos y robaron en el mercado Central y la policía los dejó obrar libremente… el día veintisiete algunos grupos pretendieron cometer igual delito en el mismo mercado y la policía lo impidió”.

El senador Costanti aclaró que “en aquel entonces la policía no era de la Liga del Sur” y el ministro siguió con sus argumentos: “¿Cómo es posible… imaginar que con fuerzas tan deficientes la policía acudiera en el preciso momento a los lugares donde los desórdenes se producían para impedir la rotura de faroles y destrozos de árboles, individualizando a los autores como pretende el señor Senador?  Hubiera debido tener elementos tan numerosos como para cubrir con agentes la ciudad” e insistía en que “lo saben perfectamente bien todos los señores legisladores, que las policías, especialmente la de Rosario, no cuentan con los elementos necesarios en tiempos normales y menos en los instantes en que se desarrolló la huelga general del Rosario”.  (Aplausos.)

El senador Thedy manifestó: “… el señor Ministro falta a la verdad”; inmediatamente el ministro contestó que “el señor Senador comete la impertinencia de desmentirme” y el senador se animó a expresar que “las impertinencias las comete el señor Ministro”…

Destacó el ministro que “el Gobierno no podía ser parte en este conflicto del capital y del trabajo, tenía que  mantenerse equidistante del patrón y del obrero.  Si el Gobierno o la autoridad se hubiera constituido en rompehuelgas habría procedido una acusación directa contra las autoridades de la Provincia porque sin detenerse a examinar las razones, establecían preferencias sobre uno de los bandos en lucha.  No hubiera sido justo ni hubiera sido prudente”.

Falta de higiene

El ministro Herrera cuando llegó a Rosario comprobó que “la ciudad adolecía de falta de limpieza pública” y considerando que “constituía un peligro para la salud pública”, pidió la intervención del Consejo de Higiene.

El 28 de abril de 1913, el señor D. Solari, presidente de ese Consejo y el secretario G. Román insistieron en que “el amontonamiento de basuras en las calles constituye un foco general de infección que puede ser causa de graves enfermedades” y solicitaron una solución en el plazo de 48 horas.  El ministro reconoció que “en esta cuestión de la limpieza pública ocurrió un hecho por demás extraordinario y sugestivo.  Se formó una comisión popular de vecinos radicales en la que figuraban los diputados Chiozza y Culaciati, encargada de efectuar personalmente aquellos servicios” y al llegar la primera noche al corralón, “no había un solo empleado que pudiera facilitar los útiles y maquinarias de limpieza”.

Luego el senador Costanti rechazó esos argumentos destacando que el Poder Ejecutivo debió intervenir antes en la preservación de la higiene en las calles rosarinas y reconoció que el presidente del Concejo Deliberante, a cargo de la Intendencia, dispuso oportunamente “las medidas necesarias para velar por la salud pública y por la solución del conflicto”, “con la cooperación del Jefe Político”.

Mientras se discutían esas responsabilidades, el diputado Chiozza que estaba en el recinto de la Cámara de Senadores, pidió el uso de la palabra y el presidente le expresó que “cuando se discuta en la otra Cámara tendrá uso de la palabra el señor Diputado Chiozza…”

Inmediatamente el senador Costanti expresó:

“Lamento que el señor Diputado Chiozza, directamente no pueda terciar en este debate”…

(…un hecho que refleja la formación de los legisladores.)

Acerca del Partido Radical

El senador Costanti analizó “la situación del Partido Radical”.

“…dada su desorganización, éste no puede seguir y va derecho a la liquidación”.

El senador Wernly interrumpió al opositor, reiterando que “el Partido Radical, es la esencia de todos los partidos”.

El senador Constanti recordó:

“Lebrún ha dicho ‘Los pueblos que pierden sus dioses no pueden vivir’ y el partido Radical no puede exhibir hoy día una figura como la del inmortal Alem.  [3]

El partido radical es una fuerza política que se disgrega porque le falta un centro de gravedad; se divide en dos fracciones: de un lado los hombres que no valen nada y del otro los hombres de pensamiento del partido”.  Insistió el senador Costanti en que “los hombres que dirigen un Estado no pueden estar supeditados dentro de la moral política a ninguna orientación partidista; ellos se deben al pueblo que gobiernan y no al partido que los llevó al poder; mientras que los partidos de oposición tienen que hacer de la revolución el único medio para llegar al poder”.

Desde otra perspectiva, el ministro de Gobierno Dr. Herrera afirmó que el radicalismo es “un partido que ya está bien definido y juzgado en toda la República.  Cualquiera que sean los defectos de alguno de sus hombres y los tropiezos que hayan tenido en las diversas luchas durante su vida política, es indudable y no se puede negar que el Partido Radical está cumpliendo una misión eminente en la República; la de su reparación administrativa, institucional y moral”.

Con respecto al gobierno radical en la provincia de Santa Fe, el ministro opinó que están “realizando una administración honesta y bien intencionada, sin que los errores, inevitables en toda obra humana, produzcan desmedro al partido ni a sus hombres”.

Exclamaciones a aprobación y aplausos prolongados.

Antes de retirarse del recinto de la Cámara de Senadores, el ministro de Gobierno refiriéndose a uno de los opositores, dijo:

“…cuando el señor Senador tenga la mesura y el reposo necesario podrá juzgar a los hombres que actúan con la misma mesura y reposo que yo aprecio a los de los partidos adversarios”

El reloj indicaba las 11, después de ocho horas y medias de sesión, pidió al presidente autorización para retirarse porque consideraba concluida la interpelación.

Retirado el ministro, el senador Thedy manifestó que “el debate producido ha demostrado la negligencia palpable del Poder Ejecutivo ante los violentos disturbios del Rosario” y que era evidente que “el P. E. se siente molestado desde el principio por el control de la Legislatura” porque “en su mensaje llama obstrucción a lo que no es sino control, se puntualiza en ese mensaje el anhelo, el interés de llegar a la unanimidad legislativa y como un resultado curioso de esa tolerancia, nadie ignora, que están violándose en forma notoria los principios antiacuerdistas que constituyen la bandera del partido radical…”  Destacó que “nadie ignora que los hombres del Gobierno han interesado llegar a un acuerdo con los hombres de otro partido que habían combatido, y es un rumor público que la ‘Coalición’ ha rechazado la proposición que se le hacía para mantenerse incólume”. [4]

Discordias en Concejo de Rosario

El senador Thedy durante la sesión del 17 de mayo de 1913, cuando fue interpelado el ministro de Gobierno Dr. Herrera -por iniciativa del senador Costanti-, analizó diversas situaciones en el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Rosario.

En el año 1913, durante el gobierno del Dr. Menchaca -radical-, hubo una huelga general que derivó en actos de violencia con destrucción de medios de transporte.

Recordó el senador Thedy que ese gobierno miraba “con antipatía al Concejo Deliberante de Rosario, formado casi en su totalidad por opositores” y que “la renuncia del Intendente Nocetti obedecía a la circunstancia de que desenvolvía su acción en perfecta armonía ay concordia con el Consejo Deliberante.  El Intendente Bello, víctima de los manejos de sus correligionarios, es arrastrado a una guerra abierta contra el Concejo y bajo su administración se produce aquel famoso informe de los contadores”; “cuando se compraban votos y se convertía a la Municipalidad en comité político”.

Refiriéndose a la siguiente administración, reconoció que “el doctor Infante se había separado de la ‘Liga del Sur’ y había dirigido una campaña contra ella desde las columnas de ‘El Mensajero’, órgano del radicalismo”, circunstancias que permitían suponer que ese nombramiento obedecía al propósito de combatir al Concejo.

Manifestó el senador Thedy que “los primeros actos del doctor Infante permiten ver el propósito a que se ajustaba; pronuncia un discurso en que se declara liguista y arrastrado por su extraño temperamento comete verdaderos atentados contra el ingeniero Castro y contra el Diputado Criozza, miembros distinguidos del partido radical.  Al poco tiempo arremete contra el Concejo” y se inicia “con aquella famosa pretensión, según la cual, él tenía derecho de hablar tantas veces como Concejales asistían a la sesión, es decir, que si asistían diez concejales podía hablar diez veces”.

Risas en ese ámbito y el senador continuó con su memoria…

“Más adelante el doctor Infante pretende atraer sobre el Concejo el ridículo y entonces se declara en entredicho y hace la declaración de que desde ese momento no entrará por el recinto sino por la barra, para atraer sobre el Concejo el ridículo que ya había atraídos sobre sí con su ramo de flores.  Siguiendo esta misma campaña, intenta acusar criminalmente a varios Concejales, consulta al asesor letrado Municipal doctor Amuchástegui”, y después a “un distinguido abogado del foro rosarino” quienes se han “expedido en la misma forma”, aunque a él “qué le importaba esto, él lo que quería era enlodar al Concejo.  Inicia una campaña para atraer a las masas obreras e indisponerlas con el Concejo” y presentó “un proyecto de cálculo de recursos que se basaba en el impuesto progresivo sobre el capital y la renta”, que no podía ser aprobado porque tampoco se podría aplicar, queriendo sólo “exhibirse como un vencedor”.  Destacó el legislador que el intendente Infante, empezó “a maniobrar en el corralón de la maestranza de los barrenderos y les demuestra que estaban mal remunerados” y presentó un proyecto al Concejo, aumentando “a tres pesos el salario de que aquellos gozaban” que se aprobó hasta tanto se reorganizaran esos servicios.

Recordó el senador Thedy que el intendente Ingeniero Bello en octubre había presentado un proyecto de presupuesto de siete millones de pesos y que “en el mes de noviembre, un mes después, el Intendente Dr. Infante lo eleva de siete millones a doce millones ochocientos mil pesos; es decir, un presupuesto mayor que el actual de la provincia, así que había dejado en las masas obreras un fermento de anarquía que se tradujo en el movimiento desarrollado últimamente en Rosario”, refiriéndose a la prolongada huelga con reiterados actos de violencia.

Víctimas olvidadas

El senador Costanti recordó que antes de la huelga general de abril de 1913, hubo “otra en que fue muerto un motorman, el señor Antonio González”, “un obrero que estaba en el ejercicio de sus derechos”, que quiso trabajar y un grupo de trabajadores lo quiso impedir y fue inútil que intentara defenderse.  Aunque se lo consideraba un anarquista, el senador Costanti afirmó que “fue un obrero muy respetable en su vida”.  Sólo se encuentran en las páginas de algunos periódicos, los nombres de los trabajadores que fueron víctimas de la intolerancia cuando pretendían ser respetados en su insoslayable dignidad.

Lance frustrado

El ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera, durante la interpelación criticó a los “correligionarios” liguistas; recordando otro incidente “a consecuencia de un lance personal que se tramitaba y en el que actuaban dos legisladores de la Liga del Sur”.

Comentó que “la policía cumpliendo con su estricto deber, procuró la detención de los padrinos para evitar el lance, porque dada la intensidad del agravio era de suponer que se realizara”.  En ese momento, “algunos legisladores y miembros de la Liga del Sur produjeron un tumulto clamando contra la policía y desbordándose contra el gobierno radical.”  Manifestó el ministro que “cuando se procuró la detención de uno de los padrinos, en jurisdicción de la comisaría primera, en la puerta del estudio del doctor Thedy, se encontraban presentes, entre otros miembros de la Liga del Sur el doctor Carrasco -Gabriel– y el doctor Marc –Julio-, y los hechos se produjeron en tal forma que fue necesario la intervención inmediata y directa del jefe político, secretarios y empleados superiores para que cesaran aquellas protestas contra la acción policial y contra el gobierno.  No son meras afirmaciones: lo certifican dos caballeros; el señor jefe político y el secretario de la jefatura”. El senador Thedy lo refutó: “Son dos caballeros que no pueden haber dicho eso, señor ministro.”

(Hablaron a la vez varios legisladores y el ministro.)

Siguió el Dr. Herrera censurando a los liguistas, “porque ante los desórdenes producidos por estos caballeros ¿cómo era posible que actuara la policía con eficacia si debía ocurrir con sus fuerzas por un lado a la vigilancia de los supuestos agitadores políticos?…”  El senador Thedy expresó: “Deplorable la defensa…”

(En los textos de estudio de la historia de los santafesinos, no hay señales acerca de estos antecedentes que se asemejan a los hechos que conmovieron a los argentinos durante la última década del siglo XX.)

Seguridad individual – Antecedentes

En la Cámara de Senadores durante la sesión del 17 de mayo de 1913, el senador Costanti destacó que “la seguridad individual está consagrada en términos categóricos en el Estatuto de 1811 y decreto del 23 de noviembre del mismo año; en el Estatuto de 1815, en el Reglamento provisorio de 1817 y en las Constituciones de 1819 y 1826” y sólo se admite “que la seguridad individual pueda vulnerarse o restringirse en el muy remoto y extraordinario caso de comprometerse la tranquilidad pública y la seguridad de la patria”.

Habeas corpus

Durante la sesión del 17 de mayo de 1913, el senador Costanti hizo un interesante análisis acerca del habeas corpus

“…tiene su origen en el derecho común y los principios fundamentales que él consagra fueron ya reconocidos en las cláusulas 46 y 47 de la Magna Carta arrancada por los Barones del Rey Juan, el 15 de junio de 1215, principios que ratificó, amplió y aseguró definitivamente la célebre ley de habeas corpus del 2 de mayo de 1679 dictada en el reinado de Carlos II”.

En reiteradas publicaciones se aludía al pensamiento de Blackstones:

“Privar a un hombre de la vida o por la violencia confiscar sus bienes, sin acusación o juicio previo, serían actos de despotismo tan notoriamente arbitrarios, que desde luego producirían alarma de tiranía al través de toda la nación; pero la prisión de la persona precipitándosele secretamente en una cárcel, donde sus padecimientos quedan desconocidos u olvidados, es un instrumento de los gobiernos arbitrarios menos público y menos trascendental y por lo tanto más peligroso”.

El senador Costanti destacó que en la Constitución de Estados Unidos, “el privilegio del auto de habeas corpus no será suspendido, excepto cuando en casos de rebelión o invasión la seguridad pública lo requiera”.  Recordó que en Inglaterra sólo lo suspendieron en oportunidad de las sucesivas conspiraciones e invasión del territorio y que en ambos gobiernos era una facultad legislativa.  Insistió en que “el habeas corpus es un privilegio que garante la libertad personal y la suspensión del mismo sólo afecta y hiere a esa libertad”.

Estado de sitio

El senador Costanti en la sesión del 17 de mayo de 1913 manifestó que el estado de sitio es “un recurso excepcional del gobierno, mucho más grave porque, como lo han reconocido la doctrina y la práctica de las instituciones”, “comprende y afecta no sólo la libertad personal del individuo sino todas las garantías constitucionales declaradas en su favor.  Abarca en sus restricciones las personas y las cosas y bajo su imperio desaparecen no sólo la libertad personal sino también la inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia epistolar, de los papeles privados y de la propiedad y quedan anulados el derecho de reunión y asociación y hasta la libertad de imprenta, este derecho común de los pueblos cultos…”

Recordó que el primer antecedente surgió en Francia, al ser mencionado el estado de sitio cuando se considerara la primera ley, el 10 de julio de 1791, referida específicamente “al verdadero sitio de una plaza fuerte de guerra”. En la Constitución de 1848 se declaró expresamente que mediante una ley se determinarían los casos de declaración del estado de sitio y las formas y efectos de esa medida.  Reconoció que esas experiencias se extendieron a Alemania, Austria, Portugal y España y en América, en Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Brasil, República Oriental del Uruguay y Chile.

En la Constitución argentina de 1853, se incluyó el inciso 20 del artículo 83, “por el que a semejanza de la constitución chilena se autorizaba al Presidente, aún estando en sesiones el Congreso, a ejercitar por sí solo contra las personas en casos urgentes las facultades inherentes al estado de sitio”, con la condición de dar cuenta al Congreso en el término de diez días, quedando sin efecto tales restricciones si el Congreso no lo sancionaba.  En los años 1854 y 1855 se declaró el estado de sitio en la provincia de Corrientes con motivo de las invasiones armadas del general Cáceres.

En 1859, “habiendo el Congreso de la Confederación autorizado la guerra contra la provincia de Buenos Aires, el general Urquiza declara el estado de sitio en la ciudad del Rosario y departamentos”.

En la convención reformadora de 1860, con el propósito de evitar “la consumación de toda clase de arbitrariedades”, se suprimió esa cláusula y sólo podía declararse mediante una ley.  Al año siguiente, “con motivo de la guerra civil se autoriza de nuevo la adopción de la medida” en el Departamento Rosario y agravada la situación, se extendió esa facultad a “la capital provisoria de la República y en todos los puntos del territorio donde fuere necesario para reprimir la rebelión.”

En 1862 se dispuso el estado de sitio para reprimir la sublevación en Corrientes y mediante una proclama el Gral. Bartolomé Mitre alertó sobre los riesgos de destitución de los poderes constituidos. Con motivo de la guerra del Paraguay se declaró el estado de sitio en todo el territorio y se mantuvo hasta 1868, “para garantir la integridad del país y reprimir las convulsiones intestinas que lo agitaban”.

En 1870, año del asesinato del Gral. Justo José de Urquiza, como consecuencia de la sangrienta rebelión de López Jordán, se declaró el estado de sitio en Entre Ríos, extendiéndose la aplicación durante sesenta días en las provincias de Corrientes y Santa Fe.  En estas dos provincias, en 1873 se suspendieron las garantías constitucionales con motivo de la guerra civil de Entre Ríos y al año siguiente, se aplicó en todo el territorio de la República.

En 1875 se provocó un incendio en el Colegio del Salvador y se declaró el estado de sitio en la provincia de Buenos Aires, decisión que se consideró exagerada porque era un delito que se podía reprimir con las leyes ordinarias vigentes. Al año siguiente, una invasión a Corrientes determinó que se declarara el estado de sitio en esa provincia, en Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.  Destacó el senador Costanti que “la revolución de 1880 en que la provincia de Buenos Aires se coloca en abierta rebelión contra el Poder Nacional, hace que se suspendan en aquella las garantías constitucionales.

Llegamos al año 1890 y el pueblo se levanta en masa contra el gobierno del doctor Juárez Celman y se produce la revolución cuya legitimidad nadie se ha atrevido a desconocer hasta la fecha y en medio de los sangrientos combates de esa revolución la República cae de nuevo en el estado de sitio.

La conspiración del 2 de abril de 1892 obliga al Poder Ejecutivo de la Nación a echar mano, una vez más, al estado de sitio” porque la situación era gravísima, se habían encontrado “bombas en poder de los conspiradores y los datos proporcionados por la correspondencia sorprendida no dejaban duda alguna sobre la trascendencia política de los acontecimientos a producirse.  La revolución en todo el territorio de la República era un hecho…”  Sucesivos alzamientos motivaron la declaración del estado de sitio en 1893.

En 1901 con motivo de los graves disturbios  “que fue necesario reprimir por medios excepcionales”, cuando “la turba anárquica” generó “incidentes sangrientos en la plaza de Mayo y en las calles más céntricas de la Capital Federal, donde impunemente se mataban los agentes de policía, y en cuya ocasión, como se dijo en el Congreso, se habían violado los fueros parlamentarios y se asaltaba el hogar de las familias no respetándose ni siquiera, la casa inviolable de distinguidísimas damas que habían hecho la caridad y la filantropía, derramadas a manos llenas” como “objetivo primordial de su existencia”.

En 1902, “la huelga general y revolucionaria llena de sangrientos excesos conmueve el orden social haciendo ineficaces los recursos de la autoridad policial y de las mismas fuerzas del ejército” y se dispuso el estado de sitio.

El 4 de febrero de 1905, al producirse el levantamiento de las instituciones armadas del país contra los poderes constitucionales de la Nación, se declaró el estado de sitio.

En 1910, cuando comenzaron las huelgas y se estaba organizando la celebración del centenario de la Revolución de Mayo, el  Poder Ejecutivo lo impuso por decreto porque “los elementos ácratas no habían tenido reparo en afirmar públicamente que ellos impedirían la celebración tranquila del acontecimiento histórico de nuestra emancipación” y “fue la juventud argentina de la Capital Federal la que por acción espontánea reprimió los extraviados y brutales excesos del elemento anárquico…”; acotando el ministro de Gobierno presente en la sesión que lo hicieron “quemando bibliotecas y asaltando imprentas”.  Rechazó el senador Costanti esa manifestación e insistió en que no era exacto, “porque el señor Ministro sabe que en aquel entonces no era posible sentarse en un tranvía de la Capital Federal llevando en el pecho la escarapela nacional sin que la mano criminal de los anarquistas la arrancara a quien la llevase para pisoteársela”.

(Grandes aplausos y aclamaciones)

Insistió en los hechos que alarmaron en Rosario, donde habían “visto con dolor y con vergüenza cuando llegaban las tropas nacionales de nuestro ejército, símbolo viviente de nuestras glorias de un siglo”…

“…los agitadores se permitían gritar insolentemente a su paso: ‘Abajo el ejército de la nación’ sin que hubiera un solo ciudadano que con mano firme y justificadas indignaciones castigara al miserable que así infamaba a las dignas instituciones armadas del país”.

(Acotación: algo semejante sucedió a fines del siglo veinte…)

 Grandes aplausos en las bancas y en la barra. 

El senador Costanti destacó que el art. 23 de la Constitución Nacional establece que se impondrá el estado de sitio “en caso de conmoción interior o en caso de ataque exterior, pero bajo la condición indispensable de que en uno u otro caso, se ponga en peligro el ejercicio de la Constitución Nacional y de las autoridades creadas por ella”, hechos que no se desarrollaron durante la huelga del Rosario, aunque “en sus sitios más céntricos las casas de comercio tuvieron que cerrarse para escapar a la agresión de los agitadores en medio de la fuerza policial numerosa por sí misma y reforzada con los elementos que se enviaron de esta capital”.  Recordó que “en la ribera, jurisdicción de las autoridades nacionales, con los escasísimos recursos de la subprefectura el trabajo no se suspendió por completo en ningún momento” y sólo tuvieron dificultades “los trabajadores que habiéndose retirado de la ribera para penetrar al corazón de la ciudad se vieron privados por falta de amparo policial al derecho de volver libremente a su sitio de labor y trabajo”.  En consecuencia planteó que “solo el Poder Ejecutivo ha sido responsable por su inacción o tolerancia de la paralización económica que ha sufrido el Rosario y de los excesos que se produjeron durante la huelga”, reiterando que el gobierno “no tuvo razón para solicitar la medida extraordinaria del estado de sitio” afirmando que “el señor Ministro del Interior la denegó terminantemente” y en consecuencia leyó comunicación telegráfica pertinente.  Advirtió el senador Costanti que “llegaron las tropas de línea a la ciudad de Rosario y la situación difícil porque atravesaba la municipalidad… desparece como por encanto” y “que el General Ruiz asumió de hecho el gobierno de la provincia” en aquella ciudad…  Destacó “un hecho muy grave” porque el señor Gobernador santafesino “había concedido autorización para celebrar una manifestación pública y tuvo una conferencia con los jefes del ejército nacional quienes le manifestaron: ‘nosotros como jefes del ejército venimos aquí a garantir el orden público pero no a defender manifestaciones de carácter político, y si se hace, cargue usted con su responsabilidad”.  El ministro de Gobierno insistía en que era “absolutamente incierto” porque “las tropas no han procedido sin previo acuerdo, y respondiendo en un todo a instrucciones del Poder Ejecutivo y jefe de Policía.  (Hubo aplausos.) A pesar de esas interrupciones, el senador Costanti insistió en que esa información describía la realidad y que cuando “se apersonó la fuerza nacional al corralón de la Maestranza municipal para hacerse cargo del servicio”, el jefe de esa dependencia “le dijo”: Usted será jefe de línea, usted será oficial del ejército nacional, pero aquí quien manda soy yo, bajo las órdenes del Intendente Municipal”.  Luego el ministro de Gobierno Dr. Antonio Herrera agradeció al senador por San Lorenzo la oportunidad de esa interpelación, porque podría “restablecer la verdad alterada” y destacó que la había realizado “en términos mesurados que merecen una consideración digna de todo elogio”, actitud que revela una reacción “contra anteriores tendencias” y “que revelan un cambio de rumbo político en el partido que representa el señor Senador –Liga del Sur-, que acaso se apercibe de haber perdido ante la opinión pública muchos prestigios que necesita recuperar a fuerza de constancia”. El ministro rechazó las críticas del senador porque no aportó pruebas y se hizo eco de distintas versiones del órgano oficial de la Liga del Sur” y “las insidias de cierta prensa descalificada”.  Sostuvo el ministro de Gobierno, que “no puede decirse que la huelga se haya caracterizado por la violencia.  Al contrario: fue pacífica” y leyó el informe policial, defendiendo en todo momento las acciones de las fuerzas policiales.

Ausencias del gobernador

Durante la interpelación al ministro de Gobierno Dr. Herrera, el 17 de mayo de 1913 el senador Costanti reprochó al gobernador Dr. Menchaca que “cuando el aniversario y centenario de las fiestas del Himno Nacional se ausentaba de la localidad, donde debiera encontrarse”, considerándolo “el caso único”, “en que el Gobernador de la provincia de Santa Fe no ha colaborado en una obra de sano patriotismo como esta”.

En la sesión del 21 de junio de 1913, prestó juramento el secretario provisorio del Senado don José Manuel González, en reemplazo del señor Barraco y luego se consideró el pedido de licencia del gobernador, en revisión de la Cámara de Diputados, “para ausentarse” y “sin fijar la fecha en que debe hacer uso de esa licencia”.  El senador Thedy manifestó que “parece excesivo el término de la licencia que solicita el señor Gobernador”; no hubo discusión y se autorizó la licencia.

Catastro y mapa de la provincia

El gobierno nacional autorizó el 28 de noviembre de 1912 al Jefe del Estado Mayor del Ejército para intervenir en el estudio del proyecto del gobierno santafesino a través de la Dirección de Obras Públicas de la Provincia, a los fines de concretar “los trabajos de catastro” y realizar el “mapa de la Provincia de Santa Fe”.

En la sesión del 13 de junio de 1913, en la Cámara de Senadores se consideró el convenio ad referendum de la Legislatura, firmado por ambas autoridades, determinándose la intervención del Instituto Geográfico Militar para determinar “el esquema de las cadenas de puntos de primer orden”, iniciándose los trabajos por el límite Sud Este desde el Arroyo del Medio hacia el paralelo veintiocho”, completando las operaciones y los procedimientos técnicos que correspondan para determinar científicamente el mapa de la provincia.

La comisión de Legislación había aconsejado la aprobación del proyecto y el senador Barreto ratificando esa posición, destacó que “una vez terminado el catastro en la provincia de Santa Fe, será la primera del país, que se haya iniciado en esta clase de trabajos científicos”.  Subrayado aquí

Desagüe de la Cañada de San Antonio

En la sesión del 13 de junio de 1913 ingresó en la Cámara de Senadores el proyecto de ley elaborado por el senador Juan B. Boero, representante del Departamento San Martín, disponiendo que el P. E. en el plazo de seis meses, disponga “los estudios completos de desagüe de la Cañada de San Antonio en toda la extensión que corre en el territorio de la Provincia hasta el Río Carcarañá”, aproximadamente “cien kilómetros de longitud”.

El senador Barreto, miembro de la Comisión de Legislación que aconsejó la aprobación del proyecto, insistió en que “es un proyecto fundamentalísimo, una vez realizado aportará grandísimos beneficios en la zona beneficiada, y la Cañada de San Antonio, ha sido considerada algo así como una muralla china donde se guarecían los malhechores de las provincias de Córdoba y Santa Fe.  Y esa parte, antes de que se hubiese difundido la colonización, disminuía poco a poco las estancias, de esa cañada, y aún en la actualidad, la región de la Cañada de San Antonio es la guarida del gaucho, en que poblaban grandes bandas de bandoleros, de gente excluida de la acción de la justicia, y con la entrada de la colonización, con la población de los campos vecinos y con la valorización de la propiedad, con la lucha del progreso se ha logrado poco a poco dar lugar a campañas fertilísimas”, reconociendo que se asemeja a “la selva de Montiel en Entre Ríos”.  El proyecto fue sancionado.

Becas a estudiantes rosarinos…

En la sesión del 27 de junio de 1913, se consideró el despacho de la citada comisión, creando dos becas de cien pesos mensuales  para “dos estudiantes distinguidos que carecen de recursos para seguir sus estudios de Ingeniería”.

Manifestó el senador Thedy que Alberto M. Castelau, era “egresado de la Escuela Nacional de Comercio de Rosario”, “ha obtenido diez puntos en todas las materias” y “la Universidad de La Plata lo acoge en sus cursos sin exigirle su título de bachiller. Actualmente cursa el segundo año; pero un empleo que se ve obligado a desempeñar le lleva tanto tiempo que le sería imposible continuar sus estudios de ingeniería”.

Insistió en la propuesta: “tratándose de un estudiante pobre que es el mismo tiempo un joven inteligente, creo que la Provincia debe prestarle su ayuda pecuniaria.  En la misma situación se encuentra el señor Panfils que ha cursado en el colegio de Santa Fe”, quien en ese momento cursaba “el cuarto año” y en ambos casos “dificultades financieras de sus familias les impiden seguir sus estudios”.

Se opuso el senador Wernly porque ser “estudiantes pobres no es una razón suficiente para costearles estos gastos, porque en las mismas condiciones están otros estudiantes de la Provincia.

El senador Zavalla reconoció que eran casos excepciones, se dispuso la votación y el proyecto fue sancionado.

En el art. 1º de la ley se dispuso que los beneficiados “Alberto M. Castelau y Pedro A. Panfils (h), una vez terminados los estudios estaban obligados a prestar servicios al Gobierno de la Provincia durante tres años, en los puestos que se les designe con las remuneraciones fijadas en el presupuesto”.

En realidad era un doble beneficio, porque hasta se había resuelto que cuando egresaran trabajarían en dependencias del gobierno provincial.

Aumento de una beca…

El 28 de junio de 1913 se consideró el proyecto de ley aumentando en $ 50.- mensuales la beca a favor del estudiante de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires don Ricardo López Pascual, destacando el senador Suter que “la vida en la Capital Federal se había hecho mucho más cara que los años anteriores” y ese buen estudiante tendría que cortar su carrera si no se le facilitan los recursos necesarios.” Se opuso el senador González porque habría que aumentar todas las becas y después de un breve intercambio de opiniones, en la votación resultó rechazado el despacho de la Comisión de Hacienda.

Creación de Comisiones de Progreso

En aquel tiempo, se denominaron “Comisiones de Progreso” las integradas por vecinos que elaborarían su plan de gobierno y establecerían el presupuesto que tendrían que administrar sujetos al control de las respectivas autoridades provinciales.

Antecedentes históricos

En la sesión del 25 de abril de 1913, el senador Thedy reconoció que las primeras experiencias de educación política se desarrollaron en “los pueblos primitivos cuando evolucionan las tribus nómades para convertirse en poblaciones sedentarias en las primitivas épocas de la civilización.  Es el que ejercían los pueblos germánicos en las selvas del Norte de Europa apenas salieron de la barbarie.”

El senador Barreto describió algunas experiencias en países europeos:  “España, nuestra madre patria, en su espíritu complejo que hace difícil obtener una resultante en su sicología política, nos muestra por un lado las reivindicaciones de don Juan de Padilla y la revolución de los Comuneros, mientras que en los hechos como acción constante de sus gobiernos, tenemos la absorción política que paulatinamente absorbe la libertad comunal y destruye los fueros.  España ante Inglaterra ofrece este contraste ante los de la revolución y movimiento de opinión por la libertad; ante las innumeras obras escritas propagando la libertad de las comunas, de la sangre vertida y de la tradición celular de sus ordenanzas y constituciones, se ofrece el raro cuadro de Inglaterra, que sin una ley escrita y sin los sacudimientos hechos para cimentar la libertad comunal, existe en este país desde tiempo inmemorial, como la célula de su gobierno, el municipio en sus variadas formaciones desde el más pequeño barrio cantón hasta la ciudad más populosa con tal amplitud y facultades, que deja al gobierno muy pocas materias en que puedan ser ejercidas”.

Evolución en España

Inglaterra tiene en su carácter todos los elementos necesarios para el respeto de los derechos, para el tranquilo ejercicio del gobierno sin ningún absolutismo, mientras que España, la tierra de los Carlos y los Felipes, lleva en su sangre el centralismo absoluto y de allí que todas las declaraciones y constituciones sean una palabra vana ante el ambiente, ante los hechos incontrastables que produce el gobierno sin ninguna interrupción.”

Con respecto a las experiencias de gobiernos municipales en España, el senador Thedy reconoció que “bajo la dominación romana se implanta igual sistema y en época del imperio llega a tener veintidós municipios con amplias atribuciones.  El régimen decayó durante el Bajo Imperio, para retoñar después vigorosamente en Castilla y Aragón y más tarde con la decadencia política de España, coincide la decadencia de los municipios autónomos de la madre patria.  Es curioso observar las consecuencias de la centralización: las cortes de Valladolid del año 1523 decían “que de poco tiempo a esta parte ha habido muy gran desorden en la provisión de los oficios, porque se han dado a personas que no tienen edad, ni honra, ni reputación en los pueblos, y son personas de mala vida y ejemplo y de malas costumbres y de quien todo el pueblo tiene que decir y murmurar, y los otros regidores tienen vergüenza ay confusión de ver semejantes personas en su compañía.”

Comparación insólita…

Expresó el senador Thedy que “las designaciones que los reyes de la Casa de Austria hacían para los cargos municipales, nos prueban que a pesar de haber sido Felipe II un tostador de herejes y el doctor Menchaca un liberal intransigente, tienen un punto de contacto.

No han sido mejores las comunas que ha proporcionado el doctor Menchaca a la provincia de Santa Fe, que las que proporcionaron Carlos V y Felipe II a los pueblos de Castilla”.

Inmediatamente reaccionó el senador Saurit, porque no veía “la oportunidad de la cita” y su adversario político le respondió que “la vería si estudiara esa parte de la historia y encontraría entonces punto de contacto”.

Fue una de las tantas batallas intrascendentes que sirven como anécdotas para interpretar algunas tradiciones de no pocos políticos argentinos.

Creación de Comisiones de Fomento

La Constitución de la provincia de Santa Fe vigente establecía que los municipios deben tener ocho mil habitantes como mínimo y en el art. 133 establece que “en los centros urbanos que no tengan población suficiente para formar municipalidades, la administración comunal se regirá en el modo y forma que la ley determine”.

El senador Juan Proto, representante del Departamento San Jerónimo, presentó un proyecto de ley de creación de las Comisiones de Fomentos, integradas por representantes electos por los ciudadanos.  En aquel tiempo, el gobierno provincial intervenía en todos los actos de la vida comunal con un sistema de administración centralista porque designaba y reemplazaba a sus autoridades sin consultar a los vecinos.

En la sesión del 25 de abril de 1913, en la Cámara de Senadores presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero, se consideró el citado proyecto de ley -que había sido tratado el año anterior-, estableciendo la “organización y funcionamiento de las Comisiones de Fomento”, en “los centros de población cuyo distrito exceda de 1.500 habitantes y no llegue al fijado por la Constitución de la Provincia para formar municipalidades”.

En el art. 1º del proyecto de ley que estaba en revisión con modificaciones propuestas por la Cámara de Diputados, se establecía que “la Administración Comunal estará a cargo de Comisiones de Fomento electivas que serán creadas por el Poder Ejecutivo, siempre que éste considere necesaria su existencia o a solicitud de cincuenta vecinos del lugar que paguen impuestos fiscales”; mientras “los centros de población cuyo número de habitantes no llegue a 1.500 se regirán por la ley actualmente en vigencia”.  La modificación sancionada por la mayoría radical en la Cámara de Diputados y que estaba en discusión en el Senado, establecía que para gozar de un régimen municipal autónomo era necesaria una población de 1.500 habitantes como mínimo.

El senador Barreto durante aquel prolongado debate, manifestó que esa “ley bien pudiera ser los cimientos de una gran institución que viniera a llenar un vacío necesario”—

Destacó que “ante la primera lectura se advierte que sus principios, que su espíritu están calcados en las instituciones municipales de Estados Unidos”.

Reconoció que “Norte América ha avanzado mucho desde el día en que los primeros Quáqueros formaban las primeras comunas dentro de las empalizadas que las defendiese de los indios y de las fieras, con su iglesia en el centro que les permitiese tener a mano al sacerdote con su plática, con su Home, centro de cultura de donde debía irradiar más tarde las grandes virtudes privadas y públicas de ese pueblo colosal.

En los últimos años la institución municipal se ha bastardeado, el centro del gobierno común es la política en su aspecto nocivo que divide y enemista creando luchas efímeras, ha traído el desprestigio de esta institución y el gobierno federal ha empezado a absorber sus facultades”.

Los Cabildos en América

La lectura del diario de sesiones del 25 de abril de 1913 permite comprobar distintos puntos de vista. El senador Thedy destacó que “cuando se produjo la conquista Española en América, fue lamentable que no se implantaran los cabildos castellanos en las tierras descubiertas.  España no estableció en América un verdadero régimen municipal.   Pero a raíz de la Independencia desde 1810 hasta 1821, fueron los cabildos los que verdaderamente tomaron a su cargo la dirección política del estado…”

El senador Barreto reconoció que “en los virreinatos… nos fue aplicado el régimen municipal que en algunos puntos del país fueron verdaderas escuelas de la libertad, dique de los avances del ejecutivo y semilla de las grandes revoluciones que se aproximaban para darnos libertad.  Como una luz intermitente, que ora se apagaba, ora brillaba, el Cabildo solemne fue la luz intermitente que iluminó esa noche polar de los gobiernos españoles.

Salta y Jujuy proporcionan a la victoria, hermosas páginas en que la altivez e independencia nacional son ya el rasgo típico de la raza.  Córdoba que destituye sucesivamente los alcaldes para imponerse como asamblea soberana y Corrientes con la revolución de los comuneros, marcan ya hechos próximos a la Independencia, y por último los cabildos del 22 y 24 de Mayo de la ciudad de Buenos Aires dan con sus campanadas, la hora cierta de nuestra independencia.  El Cabildo solemne fue el germen de nuestra escuela democrática; pudo ser  una verdadera escuela de libertad si el ambiente social, las condiciones de raza y de gobierno le hubieran favorecido.”  Destacó una vez más el senador Barreto que “los cabildos coloniales han sido siempre bajo la férula española o bajo la anarquía, escuela de virtud, han sido siempre el simil o trasante de la vida representativa y es sensible que después de varios años con la civilización se hayan perdido” e insistió en que “nunca podrá ser causa de objeción la implantación del régimen comunal autonómico con la base de 500 habitantes”.

En esa breve revisión de la historia de los argentinos, el senador Barreto recordó que “la revolución destruyó con su mano bárbara esa débil institución”, como lo reconoció el senador Thedy al manifestar que “desgraciadamente una ley de Rivadavia los suprimió, pues como dice Alberdi, esa fue la causa que produjo el triunfo de la tiranía de Rosas”.

En consecuencia, como lo expresó el senador Barreto: “es recién el año 52 y 53 que merece la actuación del legislador para restablecerla.  El sesenta, la convención nacional perfeccionó sus disposiciones estableciendo cláusulas casi conminatorias para el restablecimiento del poder municipal.  La Constitución de la provincia de Buenos Aires del año 71”, estableció “el régimen autonómico municipal, teóricamente perfecto y prácticamente imposible; fijaron radio extenso de muchas leguas cuadradas, se creó el concepto de gobierno municipal, que se concibe dentro de reducido ejido, que se concibe como gobierno de la casa y no de la extensión.  La provincia de Entre Ríos, es la que más ha avanzado en materia de legislación municipal. Ha establecido tres categorías, la municipalidad de la ciudad, como las demás del país; la intermedia que no existe en las demás provincias, que se establece la base electiva con un número en su concejo según su población, y por último, el municipio de reducida población constituido en forma de comisión de fomento, cuyos miembros son nombrados por el Poder Ejecutivo.  Las demás provincias tienen leyes tan simples, de un concepto tan anticuado” que inducen a reconocer que  “el artículo 60 de la Constitución Nacional, no ha sido reconocido ni acatado, estando en descubierto sobre tan importante punto ante el pacto federativo”.

Análisis del proyecto

Al fundamentar la el dictamen de la Comisión de Legislación, su presidente senador Dr. Bartolomé L. Barreto, representante del Departamento Belgrano, destacó que “el ensayo practicado en el país sobre municipios electivos ha sido en escala muy reducida y puede decirse que si exceptuamos a las provincias de San Juan y de Entre Ríos, la institución municipal electiva no ha sido adoptada aún”.  Advirtió el senador Barreto, que “aun cuando la Constitución en su artículo sexto impone a las provincias confederadas la adopción e implantación del régimen municipal, so pena de caer bajo la sanción de la intervención nacional para restablecer el régimen republicano de gobierno, las provincias no han implantado el municipio electivo y mucho menos en la forma amplísima en que lo presenta el señor senador Proto”.  En consecuencia, “ante la expectativa creada en la provincia y hasta en el país por la adopción de esta ley”, el senador Barreto planteó si al sancionarla resultaría “una ley práctica, de realización posible o por el contrario, rendimos culto a la utopía, sancionando disposiciones de difícil realización, que cual una vara de cristal, vaya a quebrarse en mil pedazos al chocar o ponerse en contacto con los acontecimientos sociales” y preguntó: “¿Somos el pueblo preparado para recibir y cumplir los principios establecidos en esta ley?”

Después de reiterar algunas experiencias en otros países, el senador Barreto planteó otra pregunta: “¿Podemos nosotros con nuestros antecedentes políticos conocidos, con nuestra falta de escuela, mantener esta institución hasta perfeccionarla?  La respuesta pertenece al porvenir, nuestro deber es sancionarla completando el momento histórico que se anuncia para Santa Fe, en que nuevos surcos han sido abiertos y se preparan a recibir la semilla de bendición.  Iniciemos la serie con esta gran ley, para que mañana doscientas o trescientas comunas funcionen como colmenas activas, ordenen el trabajo, fomenten la renta y organicen los caminos, y sean los brazos de nuestro gran sistema que apresure el progreso político.  Por una rara coincidencia forman la mayoría de esta Honorable Cámara, los senadores de la Liga del Sur y del Partido Radical, que ostentan ambos en sus programas el régimen municipal autónomo casi absoluto”.  Reiteró que “la Comisión General de Legislación aconseja la sanción en general de este proyecto”.

El senador Ovidio Saurit, representante del departamento Vera, manifestó:

“…no considero con suficiente preparación a los vecindarios en general apara soportar las consecuencias de un cambio tan radical en sus costumbres, que no otra cosa importa que distraerlos de sus faenas, de su labor cotidiana, para entregarlos a los azares de la política, engendradora de prevenciones y de distanciamientos personales”.

En consecuencia, propuso que sólo tuvieran esa “facultad de elegir sus comisiones de fomento”, “los vecindarios que tengan como mínimo 1.500 habitantes”.

Datos sobre experiencias en Europa…

Teniendo en cuenta esa observación el senador Thedy actualizó la información sobre experiencias en distintos países: “En Francia existen treinta y seis mil ciento setenta comunas, cuya mayor parte tiene menos de mil quinientos habitantes, y muchos, menos de quinientos.  En Inglaterra hay numerosas parroquias de menos de trescientos habitantes, que son manejadas por parish meeting, es decir, por todos los ciudadanos ingleses, mayores de veintiún años, sin distinción de sexo.  En Prusia, hay municipios de diez y ocho electores.  En Suiza la estadística demuestra la existencia de numerosas comunas pequeñas en los centros rurales, en las que suele aplicarse el sistema de la democracia directa…  En Italia numerosas comunas rurales con reducida población, y es natural que cuando más pequeño es el número de habitantes es más fácil su gobierno, porque las complicaciones de la vida originan problemas más sencillos, y en cambio vemos que la administración municipal fracasa muchas veces en las  grandes ciudades por la razón contraria”.

El senador Dr. Barreto destacó la experiencia de las elecciones del 31 de marzo de 1912, “en que han sufragado 100.000 personas sin ningún incidente en los distritos, y en esos mismos distritos bajo su régimen autónomo, es donde van a funcionar esas comunas que se van a inspeccionar ahora por los mismos votantes desde el momento que se establece, que los votantes serán aquellos que estén inscriptos con la libreta de enrolamiento”.

Insistió en que  “con la elección del 31 de marzo se ha abierto una nueva era para el porvenir político de la provincia de Santa Fe… hay que arar hondo, hay que arrancar de cuajo las malas costumbres políticas”.

Es oportuno tener en cuenta lo expresado por el senador Thedy en aquella oportunidad: “…el partido Radical fue derrotado en la casi totalidad de los departamentos del Sud y en algunos del norte y sin embargo está gobernando en todas las comunas del Sud y del Norte”.

 En consecuencia, insistió en que era necesario “establecer instituciones que aseguren el sufragio libre y la única manera de conseguirlo es quitando atribuciones a estos gobernadores omnipotentes para dárselas a los vecindarios…  Si queremos asegurar en forma definitiva la libertad política, debemos empezar por descentralizar la administración; por mermar atribuciones al Poder Ejecutivo, demasiado extensas en por la época en que se organizaron las provincias dada la anarquía reinante entonces en el país”…

El senador Oliveros aludió a las elecciones de marzo y el resultado evidente:

“…han votado el 95% sin que haya habido una nota discordante…” resultando que “la masa obrera como elector, no es aquella de otras épocas en que eran llevadas a las urnas por medio de amenazas”.

Reiteró el senador Barreto que era “una aberración que un país que tiene 7 u 8 millones de habitantes se haya despreocupado durante 100 años y que jamás haya habido un legislador que presente un proyecto que velando por la autonomía de nuestros pequeños núcleos de población” defienda el derecho a tener “autoridades elegidas por ellos”.

Cerrado el debate, se votó afirmativamente la primera sanción del Senado con el voto en contra del senador Saurit y una observación del senador Wernly.

Acerca de “el referéndum”…

Durante la sesión del 15 de abril. de 1913, se evaluó la eliminación del referendum que estaba previsto en el proyecto original que tenía sanción en el Senado y fue eliminado en la Cámara de Diputados.  El senador Barreto destacó que “ninguna disposición de la Constitución Nacional y con mayor razón la provincial, se oponen a la adopción del referendum”.

Antecedentes en distintas latitudes

Manifestó que “el sistema de referendum fue transportado de la constitución de los municipios de Inglaterra a los municipios de Norte América.  Los primeros municipios formados en Norte América, Conneticut y Virginia han tenido las asambleas anuales para discutir todos los negocios públicos”.  Recordó que el referendum establecido en España” estaba “reglamentado en la forma más completa” y que en Suiza, “conocida por el referendum, en la mayor parte de los cantones Suizos un acto importante de la legislatura no adquiere la fuerza de una ley hasta que no ha sido ‘referido’ al pueblo y votado por éste”.

Destacó el senador Barreto que “el referendum estaba establecido en los cabildos coloniales y al cabildo abierto del año 10 –del 22 al 24 de mayo de 1810– fueron llamados todos los vecinos para decidir sobre la continuación del poder español”.

Reconoció el senador Barreto que “el referendum como sistema político no ha sido establecido en nuestro país sino una sola vez, fue en la segunda elección de gobernador en la provincia de Buenos Aires, cuando resultó electo el General Rosas; fue, puede decirse, la forma de elección más completa”.

Con varias reformas, el proyecto volvió a la Cámara de Diputados para su consideración.

Discusión del presupuesto

Una mirada sobre los diarios de sesiones de la Legislatura de Santa Fe permite comprobar que el gobernador Dr. Manuel J. Menchaca debió insistir para lograr la sanción de los proyectos de leyes que enviaba a las Cámaras, porque los demócratas, representantes de la opositora “Liga del Sur” desmenuzaban los argumentos del Poder Ejecutivo y lograban dilatar el trámite en las comisiones o el debate en el recinto.

(Releo y agrego: tradición que perdura a principios del siglo XXI.)

En la sesión del 5 de junio de 1913, en la Cámara de Senadores presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero, estaba prevista la interpelación al ministro de Hacienda M. Mántaras, con el propósito de que informara acerca “lo gastado por el P.E. fuera de presupuesto y sin autorización de la Legislatura desde el 9 de mayo de 1912 al 30 de abril de 1913; los motivos que justifican la retención de la Contribución Directa y Patentes que corresponden a la Municipalidad de Rosario y las razones por las cuales no se ha remitido el proyecto de presupuesto de la provincia a consideración de ambas Cámaras, conforme lo establece el art. 91 de la Constitución de Santa Fe”.

Ante la ausencia del señor ministro Mántaras, el senador Thedy manifestó:

“A pesar de los rumores consignados en órganos autorizados de la prensa diaria, creía… que esta interpelación se iba a desarrollar con el señor Ministro de Hacienda de cuerpo presente; pero éste, ha resuelto pronunciarse en forma de nota; en forma altamente inconveniente, porque da lugar a dificultades… Un gobierno democrático, es un gobierno de publicidad, es un gobierno de discusión; los actos del Poder Ejecutivo, los actos de todos los poderes deben discutirse a la luz del día con pleno conocimiento de todos los detalles; pero esto no es posible cuando hay un ministro, que no es capaz de afrontar una interpelación, que no sea capaz de afrontar la discusión de los actos que él mismo ha realizado; y para eso… no se necesita ser orador, basta saber lo que se ha hecho para saber explicar y saber dar las causas que han motivado las resoluciones”.

Recordó que “no hace mucho, ha desempeñado en el Poder Ejecutivo Nacional, un ministerio, el de Hacienda, el doctor José María Rosa, que no es orador; sin embargo no tuvo jamás inconveniente en asistir al Congreso y explicar sus actos de gobierno”.

La memoria del senador Thedy lo orientó hacia ““el acto del cabildo del 25 de Mayo de 1810 y el Estatuto del año 1815; la Constitución de 1819 y 1826; la de 1853 reformada el 60 –en 1860 y 1898-… y una larga serie de antecedentes”…

Dijo que esos hechos, “demuestran que vienen de muy lejos los principios que hoy rigen nuestro derecho público con referencia a la recaudación de los tributos y al presupuesto anual de gastos e inversiones del gobierno”.

Insistió el senador Thedy en que “indudablemente, de acuerdo con la doctrina, con la legislación extranjera, con los precedentes históricos, con la Constitución Nacional, con la Constitución de la provincia y con la ley de contabilidad, los gastos fuera de presupuesto son ilegales, son abiertamente repugnantes a la Constitución y leyes vigentes de la provincia”.

El ministro Mántaras optó por enviar un informe escrito reconociendo que en la práctica el gobierno disponía anualmente de un presupuesto que era el último aprobado y que lo pertinente era poner a consideración las disminuciones o aumentos en distintas partidas.  Con respecto a la situación de la Municipalidad de Rosario, envió copia de la nota donde consta que esos aportes estaban pendientes “hasta tanto no se regularice la deuda con el Consejo de Educación”, porque las autoridades de Rosario tenían que aportar “del 10 al 20% de sus rentas para la formación del fondo escolar”.  [5]

El senador Thedy no aceptó los argumentos del ministro de Hacienda acerca de la demora en enviar el presupuesto ni la retención en el envío de fondos a la municipalidad de Rosario y manifestó que “la República ha llegado a un grado de prosperidad material en que ya no se conforma con estos sistemas que reclaman reformas morales; quiere vivir la vida de la democracia, vivimos en un ambiente en que son imposibles ciertas regresiones y nosotros en nuestro carácter de legisladores y ciudadanos, debemos hacer lo posible para seguir esa tendencia.  Es cierto que tendremos que herir muchos intereses individuales, muchos intereses de partidos pero es el único medio para llegar a los altos fines de la nacionalidad”.

Después de dos horas de debate, se resolvió que los antecedentes pasaran a las comisiones de Presupuesto y Cuentas y de Legislación para que elaboraran sus dictámenes.

Municipalidad de Santa Fe

El senador Pedro Virasoro presentó un proyecto “modificando la jurisdicción de la Municipalidad de la Capital” que fue aprobado en la Comisión de Legislación el 31 de mayo de 1913 por los senadores Bartolomé L. Barreto, Juan Proto y Luis V. González.  Con esa iniciativa se excluía de esa jurisdicción “la superficie comprendida entre los linderos: al Norte, línea establecida por la ley del año 1874; al Este, Laguna Guadalupe; al Oeste, Colonia Crespo y al Sud, la prolongación de la línea Sud de esta misma colonia”.

En esa oportunidad el senador Virasoro recordó que “el año 84 se estableció el límite y el año 93 el municipio lo modificó sacándole una parte de zona grande a Recreo”.  Destacó que esa zona” queda a trasmano de la municipalidad y no puede prestar los servicios cuando lo solicitan” y en consecuencia, “un núcleo de vecinos” le pidió esa exclusión y “que se forme una Comisión de Fomento para poderla administrar”.  Aunque la comisión se había expedido, el senador Barreto pidió que se postergara el tratamiento del proyecto porque “hay propietarios que ni quisieran se declarara Comisión de Fomento local en Recreo”.  Hubo un breve debate y se resolvió tratarlo en la semana siguiente.

1874: Límite del municipio santafesino

En la sesión del 6 de junio de 1913, el senador Dr. Barreto recordó que “la ley de 1874 fijando el límite del ejido municipal de la ciudad de Santa Fe, establecía que la línea divisoria del municipio, sería una línea recta que partiendo del Río Salado llegase hasta el camino que viene de la estación Recreo, hasta el municipio actual de la ciudad de Santa Fe, es decir aproximándose hasta la laguna de Guadalupe”.

Destacó el legislador que el trazado era de forma irregular y que para que fuera un trazado regular, se determinó que “comprendía la costa del límite de la laguna, hasta la colonia Crespo” y que ese proyecto del senador Virasoro, “viene a establecer sus límites primitivos con el Municipio… quedando excluida la Colonia Aldao y la Colonia Crespo”.

Opinaron varios legisladores y finalmente el proyecto quedó sancionado.

Municipio de Rafaela

En la sesión del 14 de junio de 1913 se consideró en la Cámara de Senadores el despacho de la Comisión de Legislación integrada por Luis V. González, Juan Proto, Bartolomé L. Barreto, favorable al establecimiento de límites en el municipio de Rafaela; al norte límite sud de la colonia Lehmann, al Sud límite norte de la Colonia Susana; al este, límite oeste de la colonia Bella Italia y al oeste el límite este de la colonia Presidente Roca.  Sin discusión, el proyecto fue sancionado.

Lucha antirrábica

En la sesión del 14 de junio de 1913 se consideró el proyecto de creación del Instituto Pasteur Anti-rábico dependiente del Consejo de Higiene de La Capital y el senador Bartolomé Barreto informó que “no existe en la provincia de Santa Fe un instituto antirrábico, porque no puede llamarse así el fundado en Rosario, que funciona con escasísimos recursos y no llena el objeto propuesto”.

Advirtió que al aprobarse esa iniciativa, el instituto de la ciudad de Santa Fe “podría atender además de los enfermos de la provincia los de las inmediatas, como Córdoba y Corrientes, porque los casos de Santa Fe, son numerosos; continuamente vemos el traslado de enfermos a la Capital Federal… muchas veces llegan en estado de no poder recibir los remedios que la ciencia médica les prescribe”.

Durante el breve debate se discutió el presupuesto porque el director sólo percibiría $ 250.- mensuales y el único ayudante, cien pesos menos (retribuciones idénticas a las que percibían los médicos de la asistencia pública).

Con un incremento de cincuenta pesos a cada profesional, el proyecto fue sancionado.

Creación de la Facultad de Medicina

Durante la sesión del 26 de septiembre de 1913 el senador Dr. Luis V. González (Rosario) se consideró el proyecto de ley de creación de la Facultad de Medicina de Rosario, dependiente de la Universidad de Santa Fe que pertenecía a la jurisdicción provincial.

Renuncia del senador Zavalla

En la sesión del 28 de octubre de 1916 se votó por el tratamiento sobre tablas de la renuncia presentada por el senador Zavalla con motivo de su elección como diputado nacional.  El senador Thedy manifestó que aunque no se había expresado tal incompatibilidad para el desempeño de ambos cargos, “en cambio moral y prácticamente debe existir… porque el desempeño simultáneo de las dos funciones es imposible y la incompatibilidad moral es evidente en razón de que hay derecho a percibir dieta tanto de la provincia como de la Nación.

El senador Zavalla había enviado una “renuncia indeclinable” de modo que sólo correspondía aceptarla y apoyada por unanimidad, así se hizo.

Frecuencia de sesiones

Durante el año 1913 en la Cámara de Senadores sesionaron sólo en veinte oportunidades.

Un dato indicativo: el Senador Pedro Virasoro asistió a doce sesiones, se registró su ausencia en cinco sesiones (cuatro con aviso: 27/3-11 y 17/5-14/6 y sin aviso ni permiso 25-4) y no consta en la sesión del 20 de junio, presidida por el vicegobernador Dr. Ricardo Caballero.

Presente: 18/4-19- 2/5-3-9- 30-31-5/6-6-21/6-27-28.

Ecos de las interpelaciones…

Ante la ausencia del ministro Gobierno, Justicia y Culto Dr. Francisco Valdez en la interpelación solicitada por el senador Agustín Araya (Rosario), el 10 de noviembre de 1916 el mencionado legislador manifestó:

“El malogrado Ministro Antonio Herrera, cuya temprana muerte ha sido fatal para el radicalismo de Santa Fe, pertenecía a esa brillante pléyade de estadistas sinceros, enérgicos y conscientes de sus altas responsabilidades, no vaciló en afrontar con cara descubierta las encuestas parlamentarias, la violencia de los debates, la crítica precipitada y acerba, porque seguro de sus derechos y de la rectitud de sus procederes sabía que la razón se impone siempre cuando está al servicio de hombres cultos, preparados, activos y estudiosos.

Antonio Herrera concurrió siempre a esta Cámara, y supo levantar el debate, por lo cual su actuación ha sido única y realmente fecunda para el radicalismo de esta provincia.

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea de Fontanini.

 

 

 

[1] Rosa, José María. Historia Argentina Tomo 9.  Buenos Aires, Editorial Oriente, 1992, p. 305 y 308.

[2] Mientras escribo, en la memoria pulsan las señales de la historia familiar y en consecuencia, expreso que el 28 de junio de 1911 nació José Manuel Orbea, hijo de José Orbea y de Petrona Suso; el 5 de septiembre de 1913 nació Francisca Álvarez, hija se Segundo Álvarez y de Teodora Ramos, padres de quien escribe estas líneas…

[3] Albert Lebrun era un ingeniero en minas que prefirió dedicarse a la Política.  Nació en un pueblo de Francia el 29 de agosto de 1871, fue diputado, senador -electo presidente en 1932) y en mayo de ese año, asumió la presidencia durante la tercera República de Francia, fue reelecto en 1939 cuando ya acosaba a los europeos la potencia de la segunda guerra mundial. Desapareció esa tercera república al año siguiente. Albert Lebrun murió el 6 de marzo de 1950. Datos registrados en el cuarto año del siglo veintiuno, tras lecturas en páginas de la red de redes… ¡Oh!… un lugar para el sosiego y el asombro

[4] Los hechos demostraron que aunque hubo períodos de abstención, el radicalismo logró en 1983 el triunfo en las elecciones presidenciales, asumiendo el Dr. Rául Ricardo Alfonsín, quien entregó anticipadamente el gobierno al electo presidente Dr. Carlos Saúl Menem, del Partido Justicialista, como consecuencia de huelgas, asaltos a supermercados y un acelerado proceso de hiperinflación y desmonetarización.  Con el propósito de derrotar en los comicios al justicialismo, el radicalismo concretó varias alianzas.  En agosto de 1997, en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires se concretó una alianza con el Frepaso –Frente País Solidario, que integra a peronistas disidentes y grupos que han reconocido como socialistas o de izquierda-, con antecedente en la provincia del Chaco en las elecciones de 1995 para gobernador, imponiéndose el radical Rozas… (con zeta).

[5] El intendente de Rosario Dr. Horacio Usandizaga -1983, Unión Cívica Radical- provocó una demora en los aportes al Fondos de Asistencia Educativa -FAE- y el gobierno de la provincia inició un juicio que significó una importante pérdida de fondos para la administración siguiente, a cargo del socialista Héctor Cavallero.

 

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