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1991 – Argentina – Presidente Dr. Carlos Saúl Menem

Sinopsis: Repatriación y homenaje al Dr. Héctor José Cámpora. Propósito de unidad nacional. Acciones de gobierno. Situación en distintas provincias. Investigaciones. Manifestaciones populares. Relaciones internacionales: desarme nuclear.

 

 

“Muchos se han equivocado.  Hay pocos culpables.”

Joseph Fouche (1759-1820, político francés).

Repatriación y homenaje al doctor Cámpora.

El 19 de diciembre de 1980, falleció el doctor Héctor José Cámpora.  Era reconocido como un cordobés nacido en 1909, con destacada militancia política porque fue presidente del Centro de Estudiantes de Odontología de la Facultad dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba en 1930.  Culminó la carrera de Odontología y decidió trasladarse a la provincia de Buenos Aires.

El Doctor Cámpora, fue un leal defensor de la Causa Nacional impulsada por el General Perón a partir de 1945.  Acompañó a Eva Perón durante su viaje a Europa en 1947.  Electo diputado nacional, ejerció la presidencia de la Cámara en 1949.  Después de septiembre de 1955 estuvo preso en el Penal de Ushuaia -Tierra del Fuego-, junto al empresario Jorge Antonio, al dirigente de la resistencia John William Cooke y al dirigente nacionalista Guillermo Patricio Kelly, quien en varias entrevistas ha recordado que cuando se fugaron de ese penal y cruzaron la frontera con Chile, Cámpora lloraba.

Durante el prolongado período de proscripción iniciado en 1955, el Doctor Cámpora desempeñó distintas funciones. En 1972 fue delegado personal del Líder del Justicialismo en reemplazo de Jorge Daniel Paladino que había sido acusado de ser el interlocutor de los militares. Cámpora triunfó en las elecciones del 11 de marzo de 1973 como candidato del FREJULI -Frente Justicialista de Liberación-, candidaturas que anunció Perón desde el Paraguay después de su breve regreso a la Argentina.  El leal justicialista asumió la presidencia de la Nación el 25 de mayo y esa misma noche soportó el primer embate contra su gobierno con las acciones en la unidad penitenciaria de Villa Devoto -con la intervención del ministro del Interior Esteban Righi-  que originó la amnistía dispuesta por el Parlamento esa misma noche y se agravó con los hechos de Ezeiza el 20 de junio de 1973 cuando se esperaba el retorno definitivo de Perón. Después de cuarenta y dos días de gobierno decidió renunciar junto a su compañero de fórmula Dr. Vicente Solano Lima.  Esa manifestación concretada el 13 de julio provocó la inmediata sustitución legal de las autoridades e hizo posible la convocatoria a nuevos comicios que consagraron el triunfo del General Juan Domingo Perón y a su esposa María Estela Martínez de Perón.  Producido el golpe militar del 24 de marzo de 1976, Cámpora con su hijo y el dirigente justicialista Juan Manuel Abal Medina se refugiaron en la residencia del Embajador de México en la Capital Federal, donde permanecieron durante cuatro años.  El gobierno militar se negaba a entregar el salvoconducto y cuando se comprobó que padecía cáncer- fue operado en el Hospital Italiano por el neurocirujano justicialista Raúl Matera-, luego lo autorizaron para viajar a México, donde murió el 19 de diciembre de 1980.

Repatriación de sus restos

(El periodista Miguel Bonasso relata que en México, en diciembre de 1991, fueron exhumados los restos del ex presidente Héctor Cámpora estando presente Juan Manuel Abal Medina.  El ataúd de metal donde fueron depositados, fue cubierto con una bandera argentina “y le prendieron un moño tricolor, para que allá… no se olvidaran que un México espinoso y dulce lo había cobijado.

Hubo una breve guardia de Abal Medina frente al jefe político de otros tiempos, con un silencio evocador de muchedumbres y sismos sociales, de gritos y violencias, de adhesiones sin límite de traiciones descomunales, de pasión.  Tiempos definitivamente idos pero que preanunciaban y explicaban la frialdad crepuscular de este fin de milenio. La soledad de un muerto  Su propia soledad.

Pocos sabían quién había sido en verdad ese hombre tan sencillo, casi rústico, que una democracia desmemoriada había dejado en su destierro mexicano.  El olvido se cerraba sobre una parábola política rica en peripecias.  Tan agitada y trágica como lo había sido la Argentina que se extendía entre el primer golpe militar del 30 y el último del 76. La curiosa paradoja de una lealtad sin fisuras que había terminado por enajenarle lo que más valoraba: la amistad del General.  La cesión a Perón de todo, a cambio de nada.  La conspiración que no quiso o no supo parar.  El precio que pagó por una primavera de cuarenta y nueve días.  /…/  ‘Montonero’ para el general Lanusse, ‘delincuente’ para el general Videla, ‘traidor’ para Isabel Perón, ‘odontólogo de Giles” para los cronistas liberales, ¿qué representaba el Tío para los argentinos de los noventa?”  [1]

El 9 de diciembre de 1991, el ministro de Defensa Antonio Erman González encabezó la comisión de recepción del féretro en el aeropuerto de Ezeiza, acompañado por el embajador de México en la Argentina Jesús Puente Leiva, los Dip. Nac. Lorenzo Pepe y Roberto Cruz y el ex legislador Miguel Unamuno –Justicialistas-.

En ese momento el ministro manifestó que la decisión de promover la repatriación de sus restos constituye «una contribución más para terminar con todas las antinomias y los enfrentamientos que hicieron que esta sociedad viviera en etapas anteriores en un divorcio permanente.  Es una colaboración más para entrar definitivamente en el camino de la reconciliación nacional. El objetivo que nos proponemos es hacer una Argentina, no sólo sólida y una potencia en la que han soñado varias generaciones, sino una nación armonizada. Es un lineamiento más de los inspirados por el presidente Carlos Menem para contribuir a la pacificación definitiva de los espíritus en la Argentina».

Propósito de lograr la unidad nacional…

El Dip. Lorenzo Pepe destacó que «esta repatriación coloca de alguna manera un broche de oro a actitudes que el Poder Ejecutivo ha tenido para aquietar las divisiones entre los argentinos».  Manifestó que «la presencia del Parlamento ahora es impulsar, hasta que las fuerzas den, a que haya una sociedad que conviva en el estado de derecho con tolerancia y que tenga el sentido de la posibilidad del disenso en el marco de la ley».

El Embajador mexicano reconoció a Cámpora como «un notable referente y un símbolo de unión entre los dos países».

Desde Ezeiza lo trasladaron al Salón Azul del Congreso Nacional donde lo esperaban los integrantes del comité de recepción: Ricardo Anzorena, Manuel Araux Castex, Miguel Ángel Bercaitz, Hernán Biancotti, Ernesto Corvalán Nanclares, Agustín Díaz Bialet, Rodolfo Desperbasques, Alberto Gianola y Arturo Pons Bedoya.  Concurrieron para rendirle un merecido homenaje: el titular de la CGT Azopardo Saúl Ubaldini; el montonero Mario Eduardo Firmenich que se encontraba allí cuando ingresó el ex presidente Raúl Alfonsín, quien fue acompañado por la dirigente justicialista Nilda Garré -tomándolo del brazo- para que primero saludara a la Sra. Georgina Acevedo de Cámpora y a su hijo Héctor.

Amigos y políticos se acercaron para testimoniar su reconocimiento porque como afirmó el presidente de la Cámara de Diputados Alberto Pierri, Cámpora dejó un legado que «es inequívocamente el de la lealtad inclaudicable».  Desde allí, con una guardia de honor del Regimiento de Granaderos a Caballo, sus restos fueron retirados del Congreso y trasladados al cementerio de San Andrés de Giles -situado a 110 km. al oeste de la Capital Federal-, lugar donde había vivido y ejercido su profesión.  Allí también estuvieron varios  dirigentes de Montoneros

(El presidente de la Nación Dr. Carlos Saúl Menem había viajado a La Rioja acompañado por el ministro del Interior José Luis Manzano, de Defensa Antonio Erman González, el presidente de la Cámara de Senadores Dr. Eduardo Menem, el secretario general de la Presidencia Dr. Eduardo Bauzá para asistir el lunes 9 a las 20:30, a la asunción del nuevo gobernador riojano Bernabé Arnaudo -el primer sucesor de Menem en ese cargo- y del vicegobernador Luis Beder Herrera.

La llovizna no impidió la concentración de aproximadamente quinientas personas frente a la Casa de Gobierno, donde se escucharon sucesivas bombas de estruendo y entusiastas cánticos.)

Entre necesidades y despilfarro…

En 1990 algunos economistas sostenían que la industria argentina soportaba «los graves efectos del retraso cambiario… una verdadera ficción de estabilidad cuyas consecuencias serán de una magnitud inimaginable.  Una nueva sensación de desaliento invadirá a los hombres de la producción.  Se perderán rápidamente mercados externos trabajosamente conseguidos cuya recuperación demandará más y mayores esfuerzos: una vez más habrá que empezar de nuevo.  Y algo más.  Los argentinos participarán de la gran fiesta del turismo internacional.  Perderemos centenares de millones de dólares, imprescindibles para el desarrollo económico nacional, mientras unos pocos despilfarrarán alegremente ante el asombro de una sociedad que no puede satisfacer sus necesidades más elementales».  [1]

A fines de marzo de 1991 era evidente que la política de convertibilidad, al adoptar el dólar como unidad de medida del sistema monetario argentino- había provocado la baja en las tasas de interés.  Los Bancos debían mantener los encajes mínimos. El titular del Banco Central Roque Fernández impulsó una estrategia consistente en estimular la desaparición del cortoplacismo a través de la reducción de encajes hasta los niveles aceptables internacionalmente a fin de obtener más créditos.  Mientras tanto, distintos sectores coincidían en que podría producirse un desborde monetario.  [2]

El ministro Cavallo apoyó la convertibilidad con medidas revolucionarias: libertad de mercado, mayor control en el pago de los impuestos y de las cargas previsionales y paulatina reforma del Estado, incluyendo progresivas privatizaciones.  Se lograba la estabilidad aunque era inevitable el riesgo de la temible recesión que afectaría básicamente a los sectores de medianos y mínimos recursos.

Investigaciones – Swiftgate…

El 9 de enero de 1991 se ampliaron las informaciones sobre el Swiftgate  que involucraba a funcionarios argentinos por el intento de cobro de comisiones en operaciones internacionales.  Se aludía a la responsabilidad de Emir Yoma.

En esas circunstancias, en la sala de conferencias de la Casa Rosada, el presidente Menem celebraba la presencia de una delegación de La Rioja que incluía al intendente y al cura párroco de Anillaco, su pueblo natal. El presidente habló sobre la chaya riojana, la tradicional fiesta del carnaval donde los lugareños durante tres días festejan con las carapintadas con harina; comen y beben, bailan y cubren los rostros de los forasteros con harina salpicándolos con agua.

El presidente Menem después de despedir a la delegación riojana, leyó una comunicación de la empresa norteamericana negando esos hechos en los que se involucraba a su cuñado Emir Yoma, quien renunció días después.

El 24 de enero de 1991 el presidente habló por la cadena de radios y televisión y proclamó la emergencia moral al tiempo que anunció la creación del Ministerio de Justicia.

Esa crisis aceleró las dificultades económico-financieras. El canciller Domingo Felipe Cavallo fue reemplazado por el doctor Guido Di Tella y el economista mediterráneo asumió la conducción del ministerio de Economía.

(Señalaron que Erman González al asumir en el Banco Central, se encontró con 150 millones de pesos en reservas y durante su gestión logró reunir aproximadamente 3.000 millones de dólares.)

El gobierno justicialista tendría así un timonel capaz de evitar el naufragio, aunque como sucedió durante el gobierno de Alfonsín, los jubilados siguieron instalando ollas populares en la plaza Lavalle; exhibieron a la Vaca Aguinaldo y acosaron a la familia Cavallo con las olorosas chorizadas organizadas por Norma Pla -tenaz representante de los pensionados y jubilados-, quien demostró su agilidad trepándose a la reja del portal de un organismo mientras la policía vigilaba ese lugar.

(En ese tiempo crecieron las protestas de algunos sectores sindicalistas por los proyectos de reformas laborales elevados al Congreso Nacional para lograr una aproximación a lo sugerido por el sociólogo francés Alain Touraine en abril de 1990: lograr que la Argentina tenga un Estado donde se reafirme la capacidad de decisión y de cambios para incrementar la producción interna eliminando al máximo el Estado distributivo sin perder de vista que el liberalismo extremo puede generar un caos si se desvincula lo económico de lo político-social.)

Programa asistencial y leche adulterada

El último domingo de noviembre de 1991 trascendió que organismos oficiales habían distribuido leche en polvo marca Jorgiano contaminada, resultante de una compra realizada en el ministerio de Acción Social -Julio César Aráoz-, para cumplir con algunos programas de asistencia materno-infantil.  La denuncia ante la Justicia Federal la realizó el ex diputado socialista Simón Lázara.  Fueron involucradas varias firmas, entre ellas la distribuidora de productos lácteos Summun S. A de Carlos Spadone -propietario del teatro Lola Membrives de la Capital Federal.

Spadone era asesor presidencial; pidió licencia en ese cargo y después de veintiséis años de relación permanente, decidió retirarse del registro de proveedores del Estado en todas las jurisdicciones.

También se involucró al  secretario del presidente Miguel Ángel Vicco, quien optó por renunciar.

Esas circunstancias no influyeron en la relación amistosa que mantenía con el presidente desde 1981 y la justicia dictó el sobreseimiento definitivo en 1993.

Denuncias por lavado de dólares

En el primer trimestre de 1991 trascendió que el juez español Baltasar Garzón  estaba investigando la posible relación  en el lavado de narcodólares, entre Mario Caserta (integrante del equipo del ministro de Obras y Servicios Públicos Roberto Dromi, ex intendente de Mendoza -apoyado por el Brig. Ernesto Horacio Crespo en 1981-, afiliado luego al PJ, vinculado a Eduardo Bauzá y a José Luis Manzano; acumuló bienes por cobro de honorarios –grupos Greco, Pérez Companc y Pescarmona entre otros-, era asesor del Senador Dr. Eduardo Menem) y  Amira Yoma, directora de audiencias de la Presidencia de la Nación.  Ese proceso judicial culminó con el sobreseimiento de la cuñada del Presidente Menem.

Secuestro de Macri

El joven empresario Mauricio Macri fue secuestrado en un operativo tipo comando celular con la participación de cuatro o cinco delincuentes.  La causa estuvo a cargo del Juez Nerio Bonifati y el lunes 25 de noviembre de 1991, tres jefes policiales -entre ellos el ex subjefe de la custodia presidencial hasta 1989- permanecían detenidos por la Policía Federal y fueron arrestados tres militares en situación de retiro, vinculados con empresas privadas de seguridad.  Durante sucesivos allanamientos se secuestraron dólares que supuestamente eran parte del rescate, dos millones de dólares en el barrio del Congreso. La familia Macri había microfilmado los billetes a los fines de reconocerlos si los depositaban en alguna cuenta bancaria.

El 24 de noviembre de 1991 hubo cambios en la plana mayor de la Policía Federal que conducía el Comisario General Jorge Luis Passero.

(En la extensa crónica de secuestros, se incluye datos referidos al 8 de noviembre de 1978 cuando fue secuestrado Eduardo Oxenfor cuyo cadáver fue hallado recién el 13 de noviembre de 1987.  El 7 de agosto de 1979 la familia de Osvaldo Sivak pagó el rescate y logró su liberación; lamentablemente el hecho se repitió el 29 de julio de 1985 y culminó con el asesinato del secuestrado.  El 15 de febrero de 1982 secuestraron a Federico Neuman y su cadáver se descubrió el 5 de noviembre de 1987. El 22 de junio de 1984 secuestraron al empresario Emilio Naum y fue asesinado. Ese mismo año, previo pago de un rescate de 3 millones de dólares, fue liberado Sergio Meller. El 7 de enero de 1985 comenzó la serie de secuestros que conmovió a la población durante todo el año, cuando trascendió el operativo contra Ricardo Lanusse cuya liberación nueve días después se concretó previo pago de 1.800.000 dólares.  El 10 de abril de 1985 fue secuestrado Enrique Pescarmona, liberado diez días después con un rescate de 400.000 dólares.  El 23 de agosto de 1985 fue rescatada Nélida Bovini de Prado en la casa de Arquímedes Puccio, quien con varios familiares integró una banda comandada por un coronel retirado que secuestraba a personas conocidas y en consecuencia, para evitar ser identificados los asesinaban.  Ese mismo año fueron secuestrados Alberto Fucitto; Rubén Oscar Posso, hijo de un industrial de Sarandí.  En mayo de 1986 en Córdoba se pagaron 200.000 dólares por la liberación de Daniel Piñeiro Pacheco.  En agosto de 1986 mataron con un balazo en la nuca a la empresaria entrerriana Susana Puentes Crescio de Marcos y su cadáver apareció sobre las aguas del Paraná.  El 12 de septiembre de ese año, después de cuarenta y cinco días de secuestro, fue liberado José Maslub previa entrega de 700.000 dólares.  En diciembre de 1987 se halló el cadáver del Ing. Eduardo Aulet, víctima del clan Puccio.  El 16 de octubre de 1988 fue secuestrado Rodolfo Clutterbuck sin que se pudiera determinar su posterior destino. En Mar del Plata fue secuestrado y asesinado por un grupo de civiles Guillermo Ibañez, hijo del dirigente gremial Diego Ibañez -amigo del presidente Menem- y en noviembre de 1991 los responsables fueron condenados a perpetuidad.

Lamentablemente la mayoría de esos casos no se aclaró oportunamente. En ese tiempo, además fueron denunciadas amenazas extorsivas como la que soportaron en el porteño barrio de La Boca, el comerciante Alberto Montesino y su esposa Adriana Carrara por parte de un primo, seminarista.) [3]

Fiscalía de Investigaciones Administrativas

Desde la presidencia del Dr. Alfonsín, era titular de la  Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas el Dr. Ricardo Molinas, hijo del ex gobernador santafesino Luciano Molinas, perteneciente al partido demócrata progresista.

(El Dr. Molinas -residente en la capital santafesina-, fue uno de los tantos entusiastas manifestantes del 16 de setiembre de 1955, jornada  en que fueron arrastrados los bustos de Perón y Evita.

Dos décadas después, durante el Proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, colaboró con grupos que exigían la vigencia de los derechos humanos.

En la Fiscalía, era de su competencia promover la investigación del cumplimiento de las funciones de los agentes de la administración, de las empresas del Estado, de los organismos descentralizados y de la intendencia de la municipalidad de Buenos Aires.

Al asumir el presidente Menem en julio de 1989, existían algunas causas en contra del Fiscal, entre ellas una relacionada con su secretario privado, su hijo Fernando Molinas.

El fiscal Molinas continuó en su cargo y el viernes 14 de diciembre de 1990 en la Sociedad Rural de Rosario participaron en una cena en su homenaje -entre otros- el intendente municipal de Rosario Héctor Cavallero; el Dip. Nac. Gualberto Venesia, los diputados provinciales Oscar Blando, Roberto Fontanarrosa, Juan Tamborini y Rosendo Romero y los concejales Agustín Rossi y Pedro Bluma.  [2]

En esos días, en una causa en la que era investigado su hijo, testimoniaron cuatro fiscales, con relación a un crédito que habría cobrado.  Corresponde recordar que el 2 de mayo el Fiscal se había expedido con respecto al trámite de compra de los guardapolvos  y eludiendo cualquier referencia al estricto cumplimiento del contrato; reconoció que la firma era proveedora habitual del ministerio de Educación, sin formular observaciones al ministro Bauzá.  Dos semanas después, el juez federal Miguel G. Pons dispuso el procesamiento de su hijo Fernando ante el presunto delito de exacciones ilegales, cuya vinculación generó continuas deliberaciones en los ámbitos políticos y judiciales.  [3]

El doctor Pons era el juez que intervino en la causa iniciada con la denuncia de la importación de los pollos de Mazzorín. 

La semana siguiente, el Fiscal denunció las «presiones» que soportaba en los últimos «diez meses interminables».

Es oportuno tener en cuenta que sin juicio político -como lo establece la ley 21.383-, el Fiscal había logrado que el ministro de Educación dispusiera el cese de los fiscales adjuntos que dieron su testimonio, y sólo quedaba uno.  En consecuencia, la jueza federal María Servini de Cubría le inició una causa por no haber ordenado un sumario para dilucidar la responsabilidad de su hijo y al mismo tiempo, lo acusó por abuso de autoridad con relación a la cesantía de los fiscales adjuntos. El presidente de la Nación teniendo en cuenta el procesamiento dispuesto por la jueza dispuso la cesantía del Fiscal al firmar el Decr. 263/91.  El recurso de amparo presentado por  Dr. Molinas tuvo dictamen del Juez de Primera Instancia y de la Cámara de Apelaciones ordenando el reintegro al cargo; luego la Corte Suprema ampliada resolvió la apelación y revocó ese fallo declarando que, con respecto al Fiscal es competencia del presidente de la Nación su nombramiento y su remoción.

Cuatro años después, el doctor Domingo Felipe Caballo presentó su libro titulado El peso de la verdad y con relación a diversas empresas del grupo Yabrán organizadas para determinados negocios, destaca que el “nuevo contrato, firmado el 4 de enero de 1991 entre el representante de consorcio Carlos Bettes y el vicepresidente de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, queda sujeto a su aprobación por decreto del Poder Ejecutivo, que nunca fue dictado”. En consecuencia, subsistía el anterior -referido a servicios prestados a Segba, Gas del Estado y Oras Sanitarias de la Nación-, “respecto a la distribución de facturas y recolección de cupones, tareas por las que se fija un precio en dinero y no como porcentaje de la recaudación, que… sigue siendo muy elevado en relación con los costos que tenían las empresas por esas tareas”.  Transcribe el doctor Cavallo “la resolución de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas emitida el 18 de julio de 1990, con la que se habría pretendido ‘blanquear’ el asunto.  En esa oportunidad, la Fiscalía había sostenido como conclusión de su ‘investigación’, que: ‘En definitiva, el suscripto considera que el Poder Ejecutivo Nacional ha actuado dentro de sus competencias específicas y en ejercicio de facultades que le son propias, conforme la legislación en vigencia, y que no existe reparo legal alguno al procedimiento de contratación o al contenido de la misma.’ Firmaba tal dictamen el entonces fiscal general Ricardo Molinas.  Por entonces su hijo trabajaba para el ‘grupo’ y era socio de Roberto Sanmartino, quien hiciera lobby en la Cámara de Diputados para que se tratara el proyecto de ley de correos que tiene media sanción del Senado. ¿Habría alguna relación?”  [4]

Tribunal y Sindicatura General de Empresas

Los miembros del Tribunal de Cuentas renunciaron: cuatro habían sido nombrados por el Proceso y el quinto por el Dr. Alfonsín. El 23 de agosto de 1991 la Sindicatura General de Empresas Públicas pasó del nivel de Secretaría de Estado al de Dirección Nacional.  En noviembre de 1992 fue sancionada la ley Nº 24.156 -vigente desde el 01-01-93- de Administración Financiera y de los Sistemas de Control Público del Sector Nacional.  Con el nuevo sistema el presidente de la Nación y sus ministros deben ser sometidos a juicio político.

Salud – Prevención del cólera

El ministro de Salud y Acción Social Avelino Porto se reunió con miembros de la Comisión Nacional de Control y Prevención del Cólera porque se detectó que existía en el país «una situación de prebrote» en los primeros días de enero de 1991.  En consecuencia se dispuso convocar a una reunión con representantes de países de la Cuenca del Plata para incrementar las medidas de prevención.

En Colombia se habían denunciado 113 casos; uno en Chile, y otro en la zona próxima a la cuenca del Amazonas en Brasil.

El miércoles 11 de diciembre de 1991, el entonces ministro de Salud y Acción Social Dr. Julio César Aráoz, alertó sobre la necesidad de adoptar medidas de prevención porque se habían producido algunos en países limítrofes. Anunció que elevaría al presidente un proyecto de decreto para la creación de un Comité Interministerial de Emergencia y comenzó la distribución de una cartilla sanitaria. En ese momento el Dr. Aráoz reconoció que los países más afectados son Perú -donde en enero se había iniciado la epidemia-, Ecuador, Colombia y más recientemente los primeros casos en Guatemala, El Salvador, Bolivia, Panamá, Honduras y Nicaragua.

Conflictos laborales

El viernes 12 de abril de 1991 el ministro de Trabajo firmó la Resoluc. Nº 320 disponiéndose el arbitraje obligatorio como culminación de los reiterados esfuerzos de la Dirección Nacional de Relaciones del Trabajo, con el propósito de encauzar las demandas de los conductores de trenes afiliados a La Fraternidad,  después de 45 días con paros y huelgas realizados en algunas seccionales en contra de Ferrocarriles Argentinos.  El subdirector de esa dependencia -Rodolfo Díaz- fue designado árbitro quien manifestó que el gobierno había asumido esa decisión «frente a las posiciones irreductibles de ambas partes» y «en defensa de la comunidad».

Manifestaciones populares – Movimiento “Recuperar”

En las calles santafesinas reposaban los mensajes que aludían a Recuperar que según lo expresado por distintos medios, era un “movimiento peronista de trabajadores de la cultura”.  Un sugerente título, “Menem culpable”, atraía a la lectura del texto que finalmente exhibía trazos semejantes a la firma del presidente.

«Me declaro culpable de hacer oídos sordos al agravio, a la provocación, a las campañas calumniosas.  De no haber descendido a la arena de las imputaciones desdorosas o de la sistemática denigración de honras y famas personales.  Me declaro culpable de haber alentado la convivencia civilizada de mis compatriotas, y de aconsejar la tolerancia y el consenso sobre las diferencias accidentales que conspiran contra la unidad de la República.

  Me acuso de haber hecho propio el dolor de la tierra sobre la que he fundado una Nueva Esperanza de redimir a quienes la habiten, reconociendo como única aristocracia la que nace del trabajo honrado y del principio de solidaridad con nuestros semejantes.  Me declaro reo de lesa patria por identificarme con la causa de los humildes, de los sumergidos y por obrar despojado de soberbia, vanidades y estériles egoísmos que enervan la conducta de quienes aspiran a merecer el amor de los pueblos.  Admito, sin atenuantes, el haber asumido el espíritu de la estirpe argentina, visible en sus grandes prototipos humanos, sacrificados a mansalva por los enemigos el país: Dorrego, Quiroga, Rosa, Costas, Cuencia, Mesa; pero también Darwin, Pasaponti, los hermanos Ross,  Juan José Valle, Cogorno, Irigoyen, Cano, Costales, los asesinados en Rosario, los caídos sobre las lozas de la Plaza de Mayo y en los basurales de José León Suárez y demás víctimas de los holocaustos.  También me declaro incurso de haber hecho frente al poder irracional del partido militar, que acabó comprometiendo a la institución armada al tornarle vulnerable el veredicto de la historia. Me declaro culpable de no haber adquirido compromisos espurios o refrendar contubernios que nos aten las manos como gobernantes, obligándonos a la arbitrariedad y a la inconsecuencia con nuestra doctrina humanista y cristiana.   Acepto sin sonrojos ni falsas modestias  la progenie de la bandera que ahora alzo: la de un Peronismo Peronista, plural, consensuado, sin exclusiones ni sectarismos inconfesables; que permanezca fiel a sus orígenes gloriosos, en perpetua actualización para no exponer su esencia  doctrinaria a confusiones o a contrabandos ideológicos, priorizando el Movimiento sobre el Partido, lo sustantivos sobre lo adjetivo; el todo sobre la parte.  Me acuso de haber propugnado la revolución en paz ‘porque el que tiene la verdad no necesita de la violencia y el que quiere la violencia jamás conseguirá la verdad’.  Admito sin atenuantes haber sostenido las tres banderas del Peronismo Peronista y confieso contrito que no hemos de arriarlas jamás, ni muertos, porque otros compañeros nos reemplazarán en ese mandato sagrado para la argentinidad…

Me declaro culpable de no haber sostenido otro propósito que la grandeza de la Patria y la felicidad de mi Pueblo. Y que para materializar tales propósitos hemos antepuesto la suma de mis intereses personales y el grueso de los anhelos de bien público. Confieso que ha sido la búsqueda de un marco de grandeza lo que nos ha fortalecido en la fe y en la confianza de mi Pueblo; pero sin haber abandonado nuestra constante revaloración de las enseñanzas nacionales.  Acepto haber actuado como provinciano en Buenos Aires, como porteño en las provincias y como argentino en todas partes.  Hemos asumido el compromiso de Unidad Nacional despojándola de adjetivaciones, de bastardías o debilidades, exentas de trampas de las ingenuidades, de los delirios desmesurados o de los sectarismos suicidas.

Me declaro culpable de haber padecido cárcel en el penal de Magdalena, encierro en la sentina del vapor de ‘Los Treinta y Tres Orientales’; confinamiento en Las Lomitas y proscripciones reiteradas dentro de mi propia Patria.  Y de haberlo olvidado. Acepto la culpabilidad de concebir ‘un destino manifiesto’ para los argentinos dentro de la concepción amplia, pacifista y generosa con que anhelo establecerlos Estaos Unidos del Sur. Confieso que nos inspiran figuras tutelares como San Martín, Bolívar, Sucre, Herrera, Ugarte, Martí y otros abanderados de la Patria Grande, que Perón propugnó con el nombre de Continentalismo.  Me considero culpable, sin excusa ni justificación alguna, de haber ofrendado en el altar de la función pública jirones de nuestra salud, nuestro derecho al descanso, a la vida familiar, al goce honrado de la amistad, a la hermandad fraternal y a los tesoros de la vida íntima en aras de una causa que alienta, sin debilidades ni cansancios, nuestra entrega a los ideales patrios.»  [4]

Relaciones internacionales – Desarme nuclear

Es oportuno recordar que el canciller Lic. Dante Caputo, el 28 de febrero de 1984 expresó en la Conferencia de Desarme realizada en Ginebra, que «la Argentina no adherirá al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, porque no aceptamos -dijo- discriminación alguna respecto de nuestros programas nucleares, cuyo contenido pacífico no puede ponerse en dudas.  Confirmó que el gobierno favorece la convocatoria de una conferencia sobre desarme nuclear de ministros de Relaciones Exteriores de los países no alineados.

Al día siguiente el presidente Alfonsín envió un mensaje a Indira Gandhi, presidenta del Movimiento de Países No Alineados sugiriendo que ese organismo «adopte los pasos necesarios paras revertir el creciente deterioro de la situación internacional, poner un alto en la carrera de armamentos especialmente nucleares, y como primera medida, posibilitar la reanudación de un proceso negociador ahorra interrumpido, cuya trascendencia es innecesario destacar.  Firmaron esa declaración junto a Alfonsín, Andreas Papandreu de Grecia, Indira Gandhi por la India; Miguel de la Madrid por México; Olof Palme por Suecia y Julius Nyerere por Tanzania.  [5]

El 18 de abril de 1991, el canciller Dr. Guido Di Tella anunció que próximamente la Argentina firmaría el Tratado de Tlatelolco referido al  control de la proliferación nuclear.

 

Situación en las provincias

El Senador Hugo Mancini -gobernador electo en la provincia de Corrientes- el 10 de diciembre de 1991 asumió la gobernación de la provincia en momentos de gran tensión, mientras el candidato Alberto Di Filippo se proponía hacer lo mismo en la Legislatura, donde no se había convocado a la Asamblea.  Frente a esa sede se reunieron manifestantes de distintos sectores, unos exigiendo la intervención federal y otros reclamando por la legitimidad de Di Filippo.  Mientras tanto, el autonomista Raúl Romero Feris anunció que iniciaría acciones legales para defender sus derechos y si fuera necesario se presentaría ante la Corte de Costa Rica.

Catamarca – Sospechas e impunidad

A partir de la demora en las investigaciones judiciales con respecto a la muerte de María Soledad Morales fueron involucradas varias personas vinculadas al poder catamarqueño, comenzó a realizarse todos los jueves una Macha del silencio  y por las calles de la ciudad se manifestaban pacíficamente una cada vez mayor cantidad de personas, portando pancartas y fotografías.  El periodismo transmitía los diálogos con la Hermana Marta Pelloni, perteneciente a la congregación del colegio al que asistía María Soledad y principal impulsora de esas movilizaciones. El jueves 29 de noviembre de 1990 se cumplió la undécima marcha y la monja insistía: «…Sigo sosteniendo mis grandes sospechas de encubrimiento por parte de la Justicia.  Hay aquí un encubrimiento terrible y lo que me llama la atención es que en esa complicidad hoy tengamos al actual jefe de Policía».

(El posterior juicio oral -que debió ser suspendido- reveló que sólo se acumulaban testimonios sin pruebas y en tales circunstancias resulta difícil -casi imposible- establecer un justo fallo.

Tiempo después reiniciada la causa, fue condenado el joven Guillermo Luque, casado y con un hijo, a pesar de que reiteradamente declaró su inocencia.)

Luis Prol: interventor en Catamarca

El jueves 18 de abril de 1991, Luis Prol -secretario de Energía- fue designado interventor en Catamarca y después de una breve reunión con el secretario general de la presidencia Dr. Eduardo Bauzá, partió hacia la capital de esa provincia donde se habían establecido estrictos controles, con tropas de Gendarmería Nacional que arribaron en dos aviones Hércules y que fueron alojadas en dependencias del Regimiento 17 de Infantería Aerotransportada.  También llegó otro contingente de doscientos hombres procedentes de Córdoba por vía terrestre y una dotación reforzada de la Policía Federal local.  Los agravios de Saadi contra el ministro del Interior Julio Mera Figueroa motivaron que el juramento fuera tomado por el subsecretario de Asuntos Institucionales del Ministerio del Interior Teodoro Funes.  El ministerio de Gobierno -o Asuntos Constitucionales- lo asumió el Lic. Rodolfo Vacchiano, ex secretario general de la Unión Docentes Argentinos, seccional Santa Fe; ex ministro de Hacienda en Santa Fe, ex Coordinador de Relaciones Provinciales del ministerio de Economía de la Nación; y el ex ministro de Economía de Chubut asumió el ministerio de Asuntos Sociales.  Enfrentaron complejos problemas porque la población reclamaba justicia; control del narcotráfico y acusaba a Saadi de nepotismo.

El interventor Prol, ante una consulta periodística respondió: «Yo jamás especulo ni planifico mi vida más allá de las próximas veinticuatro horas» y descartó que sus funciones respondan a otra expectativa que no sea la de «hacer una buena gestión, independientemente de lo que venga después”.  Insistió: «A mí no me interesa la fama, pero mucho menos el cadalso», aludiendo a la violencia que se percibía en algunos sectores de la población catamarqueña.

(Cuatro años después, en 1995, el avance del cáncer determinó el fallecimiento de Luis Prol.)

Contraataque de Saadi

El jueves 18 de abril de 1991 el depuesto gobernador Ramón Saadi ante aproximadamente tres mil manifestantes congregados en la Plaza 25 de Mayo, acusó de traidor al presidente porque había dispuesto la intervención federal en la provincia, mientras un coro repetía: ¡Volveremos! ¡Volveremos!…  La televisión difundió el rostro de Ramón Saadi encolerizado, pidiendo  que «desde el presidente para abajo, todos se sometieran a una rinoscopía«.  Afirmó que él también lo haría, durante una protesta que intentaba debilitar las reiteradas acusaciones a su gobierno con relación al uso de drogas y a la falta de control del narcotráfico en esa provincia.  Leyendas contra el presidente y el interventor fueron escritas en las paredes de la Casa de Gobierno y de la Legislatura.

Es necesario tener en cuenta que en Catamarca hacía ocho meses que se realizaban las Marchas del Silencio para exigir la decisión de la Justicia en la causa a cargo del juez Dr. Luis Ventimiglia, por la muerte de María Soledad Morales.  El jueves 18 de abril de 1991, se realizó en la Capital Federal, desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo.  Frente a la Casa de Gobierno se había instalado un palco -sobre la parte trasera de un rastrojero- y desde allí hablaron los padres de la joven -Elías y Ada, agradeciendo públicamente al presidente por haber designado al interventor en su provincia.  Ese mismo día, el ministro del Interior Julio Mera Figueroa fue interpelado en el Congreso y la hermana del ex-gobernador Sen. Alicia Saadi de Dentone agredió verbalmente a las autoridades nacionales y a legisladores.  Intervino en ese momento el senador chaqueño Deolindo Felipe Bittel pidiendo que cesaran las acusaciones, destacando que «…se desprestigia de esta manera y se acrecienta el descreimiento de la gente en nosotros».

El ex-gobernador Saadi desató una polémica contra los celestes –Bauzá y José Luis Manzano- y la senadora Alicia Saadi de Dentone insistía públicamente en el pedido de renuncia de ambos funcionarios.

(El catamarqueño Ramón Saadi, cinco años después volvió hasta las cercanías del Congreso Nacional con el propósito de asumir como senador nacional por la minoría y el vicepresidente Dr. Carlos Ruckauf se negó a tomarle juramento.  A la par de algunas críticas, distintos medios consideraron justa esa decisión.)

Expulsión de Luque

El jueves 18 de abril de 1991, el bloque justicialista deliberó durante seis horas presidido por Roberto García, reemplazante de José Luis Manzano en esa oportunidad hasta que los diputados decidieron  bajar a sesionar.

Algunos periodistas se acercaron a la reunión del bloque y debieron retirarse por la oportuna intervención del Dip. Juan Carlos Taparelli -santafesino- y de Olga Ritourt de Flores, secretaria del bloque.

(Olga Ritourt tras su separación, es la esposa del gobernador de Córdoba  Dr. José Manuel De la Sota.)

Esa sesión exigió un enorme esfuerzo -especialmente del presidente de la bancada justicialista porque no se había logrado el consenso.  A las 7 del día siguiente, 130 votos afirmativos -dos negativos y seis abstenciones- determinaron que el Diputado Ángel Luque debía dejar la banca por «inhabilidad moral».  Los dos votos favorables fueron del salteño Normando Arciniega y del bonaerense Juan Alberto Maggi y se abstuvieron Leonor Alarcia, Eugenio Morales, Arturo Puricelli, Irma Roy, Emma Tacta de Romero y  Enrique Vallejos.  En Catamarca sospechaban que un hijo de Luque estaba relacionado con la muerte de María Soledad Morales y finalmente, fue condenado.

 

(Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.)

 

[1] Massuh, Héctor Daniel. El mal de los argentinos… Buenos Aires, Planeta, 1991, p.   Massuh es Licenciado en Economía y en Administración de Empresas, uno de los fundadores de la Fundación Mediterránea, integra el directorio de la industria celulósica-papelera Massuh.

[2] Matvejczuk, Alejandro.  Los bancos, en peligro. Nota en Clarín -Economía– , Buenos Aires, sábado 30 de marzo de 1991, p. 10.

[3] Diario La Nación. Buenos Aires, domingo 24 de noviembre de 1991, p. 13. El secuestro extorsivo, entre lo económico y el tema político, nota de Martín Carrasco Quintana.

[4] En la trascripción se eliminaron los «punto y aparte»; algún «cansancio» repetido y se optó por eliminar algunos errores ortográficos del texto original.

[5] Argenti Secretaría de información Pública de la Presidencia de la Nación. Reseña de la obra de gobierno 1983-1984.  Presidencia de l Dra. Raúl Alfonsín (Unión Cívica Radical)., p. 16-17.

[1] Bonasso, Miguel. El presidente que no fue. Buenos Aires, Planeta-Espejo de la Argentina, 4ª ed. 1997, p. 9. San Andrés de Giles era su lugar de residencia. (Desde 2003, Bonasso es Diputado Nacional y sigue con su labor periodística…)

[2] Es oportuno mencionar al otro Roberto Fontanarrosael Negro– que sorprende por su creatividad, el humorista y dibujante de historietas que sabe reflejar “la realidad argentina”.  Nació el 26 de noviembre de 1944 en Rosario. Estudió en la Escuela Industrial y trabajo como publicista. Ingresó en la revista “Boom” en 1968, sus trabajos se editaron en “Hortensia” de Córdoba: las inquietantes tiras de Inodoro Pereyra  y Boggie, el Aceitoso”.  Aunque dicen que “nadie es profeta en su tierra”, no sucede así con el creador de Inodoro Pereyra que no ha sido el resultado de una observación de alguna persona.  El viernes 16 de julio de 2004 inauguraron una muestra de sus trabajos en la legislatura santafesina y luego, en el recinto de la Cámara de Diputados dijo:  “Si sumo las horas que paseé en el campo, llego a una” -una sutil humorada- acerca de cómo se fue gestando el Inodoro… Comentó: “A veces me piden que Inodoro vaya a la ciudad, pero ¿saben lo que es dibujar una ciudad en un cuadradito.  No, me quedo con el campo”…  Después, “habló de los libros porque, además de reconocerse lector, es escritor y profundizó en el placer de la lectura. ‘¿Cómo elijo un libro? Primero, no tiene que ser gordo: es un abuso de confianza del autor. ¿Por qué le tengo qu brindar tanto tiempo a esa persona?  Segundo, tiene que ener letra grande y diálogo”. Con relación a sus hábitos dijo: “Uno de los esfuerzos por los que he luchado en mi vida es por no levantarme temprano… Creo que arrancar a los chicos de sus camas a las sesis de la mañana ha creado un resentimiento en la sociedad, ahí nacen todas las revoluciones” (Entre comillas, reiteración de párrafos de la crónica escrita por Ana Laura Fertonani, titulada “Por lo menos saco un empate – El Negro Fontanarrosa fue homenajeado en la Legislatura.”I Roberto Fontanarrosa, sigue dibujando, sigue sorprendiendo con sus toques de Clarín… desde uno de los principales diarios porteños.

[3] Cavallo, Domingo Felipe. El peso de la verdad. Un impulso a la transparencia en la Argentina de los ’90. Buenos Aires, Planeta-Espejo de la Argentina, 1995, p. 334.  El ex ministro de Economía refiriéndose a las “presiones” sobre determinadas empresas, alude a la “DHL Internacional” y a posibles contrabandos, destaca que  “Las presiones sobre la empresa empezaron en noviembre de 1986 con una denuncia anónima por el origen británico de DHL internacional, recibida en la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas a cargo del fiscal Molinas. Allí contaban con la ‘colaboración’ del hijo del titular de la dependencia”.  En los diarios de sesiones del Congreso Nacional hay constancia de diversos trámites parlamentarios y se promovió el juicio político contra un juez. #  El doctor Cavallo al analizar transferencias de bienes entre grupos vinculados a servicios de correos y a Alfredo Yabrán, incluyó a “Roberto Sanmartino” y escribió: “…actualmente, es socio del hijo del ex fiscal Molinas y trabajan ambos para el grupo.  Fue uno de los que hizo lobby en la Cámara de Diputados para que se tratase el proyecto de la ley de correos que tiene media sanción del Senado.” (p. 336)

[4] Ibidem, p. 347.

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