1981: Premio de la Asociación Cultural de California.
1984: proyectos en “la era de la era de la imagen”.
Ensayo de “Secretaría de Estado de Cultura”.
1987: Centromultimedios “Biblioteca de la Legislatura”.
1988: audiovisual en la XIV Feria Internacional del Libro.
Audiovisual en el acto de clausura del Plan Cultural Anual.
“Memoria” entregada a las autoridades.
1993: “educación por el arte de vivir y convivir”.
Tras las señales de Miguel Ricardo Porral (Argentino)
En la fotocopia de una página de una publicación, hay señales acerca de “Miguel Porral – Antecedentes de su actividad literaria”.
Es oportuno reiterar:
- “1968: Participación en el concurso de ensayo con motivo del 50º aniversario de ‘El Litoral’ de Santa Fe. Tema: ‘El periodismo’.
- 1970: Participación en el concurso de novela Premio Municipalidad de Santa Fe. Título: ‘El último grito’.
- 1971: Mención e honor por su participación en el concurso de cuentos Premio Mateo Booz, organizado por la Asociación Santafesina de Escritores de Santa Fe’…”
“(Aventuras y desvelos del legendario Dr. Leoni”, sobre un personaje de las calles santafesinas”…
- “1972: Comienza a trabajar en ‘Aviso a navegantes’…” en la década siguiente “en la etapa de revisión final, para remitirla a concursos internacionales.
- 1981: Es uno de los cinco finalistas entre tres mil libros de poesía” presentados en un concurso internacional… y termina aquí la reiteración porque falta la página siguiente.
- 1981: Premio de la Asociación Cultural de California.
Miguel Ricardo Porral participó en el concurso convocado por la Asociación Cultural Americana San Francisco de Asís, de California y en 1981 recibió un Premio por su poema titulado Elegía en amarillo, dedicado “A John Lennon – In multem noctem sermonem produximus”.
Elegía en amarillo.
…arden rubicundos vapores vapores
sobre tu plumaje
(otrora arcilla etérea
ahora seco polvo);
se siente que eres remanso, la matriz
del mundo concerta barítona
en torno a tu ojo al cielo
(el otro quedó resalado en arcilla)
que nos impera alzar la mirada,
buscar el trazo del torbellino
que nos represente: y
tu huella caló la harina de la tierra
y en espirales de viento evaporó otras,
y mirarte en el cielo expectante
volviendo a tu fósil para siempre
(que alguna vez planeó),
a tu afán de astronauta
(humedecido en el sentido conformista del rocío).
Pero el tiempo (siempre él),
legisló el naufragio de tu vuelo
para que yazgas ahora:
PARDO GORRIÓN REAL,
pronto polvo caminando:
un cazador (desde el suelo)
ubicó en su sectante tu vuelo
sin la fragilidad de David,
puro escalpelo caíste:
como un brote, un pie rosado,
una tibieza en cuna de pestañas,
la primera palabra de alas tibias,
el labio contra el labio adolescente,
el primer latido de la muerte
y la vida que siempre nos espera
tras cada encrucijada, cada tapia,
cunetón o tumba:
CATAPULTA DESDE EL FÓSIL, HASTA EL FÉNIX
cuando Dios, que no es mala palabra,
decreta un giro, un vuelo recto,
un tatuaje de gorriones
en las nubes siempre nubes
y nada de respeto:
soberbia es demasiado para el hombre
que destruye sin hambre ni lamento.
UNO CONTRA TODOS ES UNO CONTRA UNO
(el jaque al vergante del galeote ensangrentado)
incineras el aire incinerado
que se arropa de verano en un concierto
de sed, fatiga y canto:
la cigarra auscultante de la lluvia
el sentimiento tonto de destino.
YA VES:
la fidelidad es cuestión de seres
miopes que se aproximan a Dios…
(Se arriba desde semi-hombre,
nadando con ardor del limo-fiebre
de un laberinto en rosa:
es después que poco a poco
uno se convierte en pez
y luego topo
-hacia la luz por el túnel-
y luego inerme chillón,
caníbal de la nata,
ternero que topa
entre abrojos el pezón,
puro manecita desrielada
bajo el parasol de una sonrisa);
(se fluye a estas costas
puro abeja cálida, enjambrazón y viento,
puro denuesto en zumbido decafónico:
-Tanto Stradivarius sonochado
en Re Mayor, cristal quebrado,
tanto colibrí mantenido en punto
frente a la indolente corola
anhelando el breve beso o la fugaz violación).
UNO SE MANA ASÍ EN LAS MÁRGENES DEL MUNDO
entre aquellos días que tienen
un agua de poemas en el aire,
en medio del giro de las aves
que arrancan el gusano a la corteza
y tienden andamiajes.
Y allí, sublimación desde sólido,
una amplitud de velas emplumadas
diseña tu espectro en Park Avenue
buscando la cifra de lo abrupto:
(lo que cercena el planeo mata elipses
de tu sueño en aires verticales,
hacia la primera tumba
roca en polvo recipiente
blanco/gris
bordó/llama de rojo;
y uno reconoce el canto
en un tumulto parloteante:
“no me recuerdes entre lirios de ceniza”,
por la noche dijiste;
y connubios de estrellas salteadoras
arriba dirigían marionetas:
balbuceo,
voz,
contorno,
superficie viva).
Otras veces la voz irisdiza
los timbales tirantes de los tímpanos
hasta deshacernos,
insufla presente en su sístole y diástole,
alguna vez vivido para el sol,
a veces uno quiere no creer
la víscera que mana sueño en sangre
de plumas a la hora de la siesta,
el regocijo del maestro enano,
del padre indiferente,
del ministro turbio,
los discursos impecables,
la barbarie creciendo
la barbarie:
-arden rubicundos vapores,
pavores sobre tu plumaje
(otrora arcilla etérea
ahora seco polvo):
DESFALLECE EL HOMBRE, JOHN, (que no se sepa).
1984: proyectos en “la era de la era de la imagen”.
El 10 de diciembre de 1983 asumieron las autoridades electas en el gobierno nacional y en todas las jurisdicciones provinciales. En la provincia de Santa Fe fue designado el Subsecretario de Cultura Dr. Jorge Alberto Guillén y desde las primeras semanas de su gestión impulsó proyectos destinados a la educación permanente por el arte.
Al año siguiente, conocí a Miguel Porral porque había elaborado y presentado en esa Subsecretaría, su ensayo sobre la literatura en la era de la imagen.
Antecedente en 1975…
Durante sucesivos diálogos, compartimos criterios y le comenté algunas conclusiones expresadas en el folleto editado tras las Jornadas realizadas en 1975 en la Capital Federal -organizadas por equipos técnicos del Movimiento Nacional Justicialista, cuyos documentos conservo-, entre ellas la recomendación acerca de la necesaria transformación de las bibliotecas populares en centros de recursos múltiples (en consecuencia “centros-multimedios”.
Coordinación insuficiente…
El área de Coordinación General en la Subsecretaría de Cultura estaba a cargo del profesor de Educación Física Carlos Mariano Busaniche y por traslado, era coordinador administrativo el Dr. Hugo Buschiazzo, abogado.
Miguel Porral seguía vinculado al servicio de Tecnología Educativa, en ese tiempo dirigido por Miguel Jubany.
Durante mi breve permanencia en las oficinas de la coordinación y de gestión administrativa por cuando mi misión era avanzar en el proyecto de integración de las áreas de Educación y Cultura conforme el proyecto que presenté y originó sucesivas disposiciones del subsecretario Guillén, advertí la perseverancia de Miguel Porral con el propósito de interesarse por las conclusiones elaboradas a partir de la lectura de su ensayo.
Es oportuno destacar que esa propuesta era el resultado de un diagnóstico preciso, en torno a la evolución tecnológica; al necesario y progresivo complemento de las herramientas básicas de la didáctica tradicional aprovechando los modernos recursos de difusión cultural que podían promover la educación continua aun a distancia.
En aquel tiempo, el subsecretario Guillén me solicitó la colaboración a los fines de supervisar el área de Cultura Literaria y es oportuno destacar que desde 1973 había desarrollado una entusiasta labor de difusión y promoción la Sra. María del Carmen Villaverde de Nessier desde la División de Literatura Infantil y Juvenil. En consecuencia, acepté ese desafío porque sabía que era necesario avanzar en la revisión de lo ejecutado por sucesivas comisiones del “Fondo Editorial de la Provincia” con llamados a concurso en el lapso 1976-1981 y sólo impresos nueve volúmenes hasta principios de diciembre de 1983; evaluar lo concretado y sugerir procesos y cambios.
Un incentivo de evidente potencia, era el conocimiento del proyecto de Miguel Porral, coincidente con lo que se había expresado en la década anterior durante las Jornadas Culturales y con lo leído en revistas publicadas en idioma castellano sobre experiencias en Europa y Estados Unidos.
El comienzo de septiembre de 1985 determinó un cambio ineludible porque el subsecretario Guillén falleció en su despacho y sabido es que entre los argentinos, pareciera ser que los cambios de autoridades establecen la consigna que se cumple inexorablemente: borrón y cuenta nueva.
Ensayo de “Secretaría de Estado de Cultura”…
El 10 de diciembre de 1987 asumió el gobernador Víctor Félix Reviglio (PJ) y puso en marcha la Secretaría de Estado de Cultura y Educación anunciada por el subsecretario de Cultura Néstor Norberto Zapata -director de teatro-; el Licenciado Juan Carlos Bettanín asumió como titular de ese organismo cuyo funcionamiento no había sido aprobado por la Legislatura y tampoco estaba incluido en el Presupuesto. Fue entonces cuando el rosarino Miguel Ángel Jubany -hasta ese tiempo Director General de Tecnología Educativa-, asumió las funciones de Subsecretario de Cultura y permaneció en ese cargo entre el 11-12-1987 y el 09-02-1989.
1987: Centromultimedios “Biblioteca de la Legislatura”
En aquel tiempo, la Subsecretaría de Cultura -luego Secretaría-funcionaba en el Museo de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez” -4 de Enero 1510-, frente a la manzana que ocupa la Legislatura de Santa Fe en General López 3050. Entre 1984 y 1986 habían trasladado dos veces la Biblioteca, última sede en 25 de Mayo 1908.
Desde enero de 1987, las autoridades de la Cámara de Senadores y la Comisión Bicameral, habían aprobado el Plan Cultural Anual del centro-multimedios en organización y la posibilidad de que se iniciara la primera etapa de elaboración de recursos audiovisuales para extender el servicio de la centenaria Biblioteca a distintas localidades de diferentes departamentos, mediante la colaboración de los señores legisladores que adherían a tal iniciativa.
Administrada por una Comisión Bicameral (Ley 2388/34; un senador y dos diputados), con aprobación unánime de los legisladores comenzó otro diálogo con el talentoso Profesor Miguel Porral.
Ese servicio cultural dependía de la Cámara de Senadores cuya presidencia ejercía el vicegobernador Carlos Aurelio Martínez y compuesta por mayoría absoluta del radicalismo hasta diciembre de 1987. En ejercicio de la Dirección y con la responsabilidad de jerarquizar ese servicio logré que la Comisión Bicameral aprobara el Plan Cultural que se desarrolló a partir de 1987, con apoyo de artistas, cooperadores, sindicatos y otras asociaciones intermedias de distintas localidades. De acuerdo a la ley 2388 vigente, integraban la citada Comisión Bicameral Administradora: Sen. Armando Piazza (Unión Cívica Radical, Dip. Dr. Carlos Caballero Martín (Partido Demócrata Progresista) y Dip. Oscar Máximo Somma.
Era imprescindible disponer de personal especializado para determinados programas y se logró la adscripción del Prof. Miguel Porral desde Tecnología Educativa.
Estaba previsto elaborar audiovisuales sobre los museos de la capital santafesina dependientes del gobierno provincial -Museo Etnográfico; Histórico y de Ciencias Naturales- con el propósito de proyectarlos en localidades de los distintos departamentos como eje motivador para el aprendizaje o como incentivo para oportunas visitas.
La reproducción en diapositivas y el sonido en casetes eran las únicas posibilidades de concretar ese proyecto a mediados de la década del ’80. Así fue como Miguel Porral con su saber y habilidad técnica logró lo que aparentemente era excesivamente complicado y de difícil ejecución.
Tales experiencias trascendieron en actos realizados en sucesivas Ferias Exposiciones del Libro “Del autor al lector”, en la Capital Federal (1987-1989).
Esos programas integraron a destacados artistas santafesinos; a residentes santafesinos en aquella ciudad y a estudiantes de escuelas bonaerenses invitados para compartir esas experiencias de educación permanente en las Salas cedidas por la Comisión Organizadora.
Datos en la “Memoria” 1987…
Sabido es que en aquel tiempo, fue inmediato reconocimiento de la comunidad.
Así comenzaron las primeras adhesiones de Amigos del Centromultimedios “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe”, con constancias en el archivo del organismo.
Investigadores (historiadores; artistas (escritores, músicos, pintores, dibujantes, entre otros); asociaciones intermedias (CGT, Sindicatos, cooperadoras escolares, entre otras), comenzaron a presentar iniciativas y a desarrollar actividades ad-honorem en Santa Fe y en otras localidades.
“Lo aparentemente imposible fue posible” consta en el informe del primer año de experiencias compartidas que teniéndose en cuenta “el actual avance tecnológico compromete a una ‘visión prospectiva’, valorando la vigencia del ‘libro’ y evaluando la incidencia de la ‘imagen’ y de los ‘procesos de informática’ en función del desarrollo cultural de la comunidad y en el marco de la actualización y la investigación en áreas efectivas” y esencialmente, ‘la necesidad de jerarquizar el propósito que dio origen a esta Biblioteca: ‘ilustrar el juicio de los legisladores’ -1881-; y ‘extender al público en general los beneficios de la misma’ 1921/1923”; se organizó el “Departamento de Relaciones y Promoción Cultural”, incluyendo una División de Proyectos y Producción, que cooperaba en la ejecución de programas de formación y en la elaboración de audiovisuales.”
Consta en aquella Memoria anual que inicialmente colaboró en Proyectos y Producción el Prof. Miguel Porral -adhonorem-, posteriormente adscripto desde Tecnología Educativa del Ministerio de Educación y Cultura.
La Sección Fotocopiado y Restauración, en ambos turnos, participaba en la reproducción de cartillas y en la conservación del material bibliográfico.”
1988: audiovisual en la XIV Feria Internacional del Libro…
En la “Memoria” presentada por la Secretaria de la Comisión Bicameral a las autoridades del Centromultimedios y de ambas Cámaras de la Legislatura santafesinas, consta:
“El 17 de abril de 1988, en la Sala ‘Julio Cortázar’ de la XIV Feria Exposición Internacional del Libro ‘Del autor al Lector’, el Centromultimedios presentó el audiovisual “Museo Histórico de Santa Fe” realizado por el Profesor Miguel Porral por iniciativa de la Directora. Colaboró la Profesora Iris Genari en el guión y en la grabación sonora.
La artista santafesina Ana María Niel expuso dibujos y pinturas.
Asistieron a ese acto, grupos de estudiantes de la ciudad de Buenos Aires, convocados con la co-operación de la Coordinadora de Educación Privada del Ministerio de Educación y Cultura de Santa Fe Sra. Susana Marín de Eguiazu.”
Junio 1990: tras la obra del Dr. Esteban Laureano Maradona.
Terminada de imprimir la cartilla titulada “Esteban Laureano Maradona – Médico, filántropo santafesino con textos elaborados por el Prof. Miguel Porral. Comienza con una cita e información sobre Henry Moore:
“Mira esas ramas!… El único modo de ver realmente cómo son es dibujándolas. Todo el mundo debería aprender a ver. De otro modo, si no somos capaces de ver lo que hay en la naturaleza, no sabremos nunca lo que significa estar vivos”. HENRY MOORE.
Debajo: “Henri Moore (1898) escultor inglés, cuyas obras están representadas en los Museos de Londres y en el de Arte Moderno de New York (Fuente: Cárdenas, Eduardo. 20.000 biografías breves, edic. 1963, Libros de América., USA.”
En la primera página, Miguel Porral escribió “1. Datos biográficos” que son reiterados como reconocimiento al Doctor Dios, una personalidad ejemplar.
“Una biografía completa del Dr. Esteban L. Maradona, aún siendo sintética, ocuparía toda la extensión de esta guía y más también. Esto se debe a lo polifacético de su personalidad, casi imposible de abarcar sin cometer ligerezas.
“Don Esteban” –como siempre lo llamó el pueblo-, es un científico argentino; un verdadero humanista a quien jamás se le entregó el ‘Premio Alfredo Nóbel’ pero sí, por ejemplo, nuestro santafesino ‘Florián Paucke’, que reconoce las conductas destacadas.
Desde 1969, más o menos, los medios de comunicación masiva empezaron a sacar a la luz esa labor silenciosa que realizaba por ‘sus’ indígenas en Estanislao del Campo (Formosa).
Recientemente le dedicó un programa televisivo ‘Historias de la Argentina Secreta’… Pero, Don Esteban, es un anciano que sigue viviendo austera y criollamente.
Él terminó el bachillerato en el Colegio Nacional ‘Simón de Iriondo’, de Santa Fe; se graduó médico cirujano en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Mientras estudiaba fue albañil, tipógrafo, maestro de escuela primaria y periodista. Trabajó también como meteorólogo. Cumplió con su práctica de medicina mayor en los más importantes hospitales de Buenos Aires, y aprendió allí de las eminencias científicas de esa época.
En 1930 instaló su consultorio en la ciudad de Resistencia (Chaco); y siguió publicando notas en periódicos y dictando -para obreros industriales o cargadores portuarios- sus valiosas conferencias sobre ‘accidentes de trabajo’.
Exploró la isla de ‘Cerrito Argentino’ y colaboró en la construcción e la ‘Colonia de Dermatosos’… Había, entonces, muchos enfermos de lepra.
Desde el final de 1932 actuó como médico en la Marina de Guerra paraguaya, durante toda la guerra del Chaco Boreal.
En 1935 volvió al país para dedicarse a las exploraciones: recorrió gran parte del río Pilcomayo, también del Bermejo. Caminó los montes del Chaco y de Formosa como antes lo había hecho en el ‘Chaco Paraguayo’, o en el salteño. Esta ardua labor dio como frutos detalladas investigaciones sobre: fauna, flora, geología, clima y etnografía de las parcialidades indígenas.
Radicado ya en Estanislao del Campo, asistió gratuitamente a los indios. Colaboró con la policía, la gendarmería; con salas de auxilios y comisiones de fomento. Lo hacía en medio del desamparo y la precariedad, improvisando drogas, aplicando sus conocimientos de las plantas, inventando apósitos según el accidente… Desatendía intereses personales para mantener asistidos sus enfermos desde Formosa hasta Morillo (Salta).
Mientras redactaba libros y publicaba notas, nada le impidió proyectar caminos, crear escuelas y presidir una ‘Comisión Indigenista’.
Difundió todo lo descubierto o hallado en cuantas provincias pudo: desde herbarios hasta semillas regionales, desde piezas de cerámica hasta trabajos textiles… También unas tres mil voces de su registro sobre el vocabulario ‘toba-pilagá’.
Una de sus obras –‘Recuerdos campesinos’, fue solicitada en compra por la Universidad de Kentucky, Norteamérica”.
Luego, el Prof. Porral desarrolló una guía didáctica con “sugerencias que pretenden ayudar al docente”… acerca de “los valores pedagógicos de una ‘excursión biológica’.” Páginas 1-3
1990: “La paz es posible”.
El mensaje de Su Santidad Pablo VI en el Día Internacional de la Paz de 1973 implicaba un compromiso ineludible: “La paz es posible” y en torno a esos lemas anuales trabajábamos en las aulas y en los hogares.
El llamado de atención acerca de La última flor expresado en 1939 por el talentoso estadounidense James Thurber -reiterado en “El Correo” de la UNESCO en 1964, edición disponible en la biblioteca del citado servicio privado-, un cuarto de siglo después marcó el inicio de otro proyecto de educación por el arte de vivir y convivir, a distancia.
La continuidad en la adscripción del Profesor en Letras Miguel Porral -comunicador social con vasta experiencia- y la aprobación unánime de la Comisión Bicameral Administradora de la Biblioteca, hicieron posible la elaboración del audiovisual titulado “La memoria del silencio”, como recurso para desarrollar el programa de “Formación Cultural”. Junto a Miguel Porral revisamos aquella edición de la UNESCO en 1964 y él sugirió que con esas imágenes y breves textos, se podía elaborar el guión que sería grabado con sonidos seleccionados por un grupo de amigos y colaboradores.
Tras unos meses de trabajo con fotocopias en transparencias, con fotografías, ensayos de voces y sonidos, “La memoria del silencio” pudo ser el documental que propone una mirada responsable acerca de lo que los hombres hacen y también lo que deshacen y aniquilan. La evocación de Hiroshima y Nagasaki -6 y 12 de agosto de 1945-, la toma de conciencia sobre el uso irracional de algunas energías, marcó el comienzo de ese audiovisual que luego propone reflexiones solidarias y termina con un mensaje por la paz… Después de ser proyectado en la sede del servicio en calle 25 de Mayo 1908, fue proyectado en distintas localidades mediante la colaboración de legisladores que apoyaron sucesivos Planes Culturales durante aquella primera experiencia en una Biblioteca santafesina.
Audiovisual en el acto de clausura del Plan Cultural Anual…
El 18 de diciembre de 1987 a las 19, con la presencia del Senador Alberto Monti, Senadora Josefa Solito de Alegre; Profesora Ofelia Ochoa y Gómez de Tell -Directora Provincial de Perfeccionamiento Docente e Investigaciones Educativas-; doctor Rubén Marín y Sra. Susana Marín de Eguiazu -nietos del ex Bibliotecario y Archivero D. Clodomiro Marín Cardozo-; educadores y artistas -escritores, pintores…-, se desarrolló el acto de clausura del Plan Cultural anual.
Proyección audiovisual: “Museo Histórico Provincial”.
-Elaboración Profesor Miguel Porral.
-Coordinación: Sra. Nidia Orbea de Fontanini.
Entrega de libros a integrantes de la C. B. 1987.
Homenaje a D. Clodomiro Marín Cardozo.
Colocación de una fotografía en Dirección, donada por sus nietos, evocando su labor en 1912.
“Memoria” entregada a las autoridades…
La Directora y Secretaria de la Comisión Bicameral, en la Memoria acerca del desarrollo de las actividades durante el año 1990, informó que teniendo en cuenta la conmemoración del 17 de agosto se realizó un Homenaje al General San Martín, concretado el miércoles 12 de septiembre a las 18:30:
“-Palabras de la Directora, informando acerca de programas en ejecución y proyectos.
-
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- Proyección del audiovisual “La memoria del silencio”, elaborado por el Prof. Miguel Porral con apoyo de servicios educativos. [1]
-
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(Evocación del Holocausto de Hiroshima. Mensaje por la Paz. Población blanco: adultos. Recurso motivador para estudios e investigación en áreas de Ciencias Sociales y Ecología.)”
1992: “Aviso a navegantes”…
Sabido es que Miguel Porral empezó a escribir esa novela en 1972. Cuando es necesario trabajar en dos turnos -o más…- para obtener la remuneración necesaria, es insoslayable el esfuerzo que el escritor debe realizar si quiere avanzar en sus proyectos literarios.
Terminada la edición de Aviso a navegantes. Balada americana en siete cantos, en el año de la conmemoración del Quinto centenario del encuentro de las dos culturas” momento en que Cristóbal Colón llegó al territorio para ellos desconocido, Miguel decidió presentar su libro y el acto se concretó durante un atardecer de octubre, en una sala del Colegio de la Inmaculada Concepción. [2]
Emociones compartidas y ¡el libro!… con un dibujo de Enrique Armúa en la tapa: Un alto faro iluminando sobre un peñón donde la potencia del mar genera intenso oleaje y fugaz espuma…
Después, alguna fotografía y una dedicatoria que sigue siendo un llamado de atención:
“A la querida hermana
Nidia Orbea A. de Fontanini, vasquita de ley, y trabajadora para el crecer, mejorar, acrecentar. Con el afecto de siempre
STA. FE., OCT ’92 / Miguel Porral.”
Estructura
Miguel Porral estructuró su novela Aviso a navegantes – Balada americana en siete cantos, estableciendo una secuencia cuyo contenido está insinuado en estos títulos:
“El desierto de las noches”
“Espectro en olas”
“Remansos con cadenas”
“Círculo de sueño”
“Algún renacer de pájaros”
“Infiltraciones profundas”
“Indicaciones mutantes”.
Prólogo
Osvaldo Barberi, en el prólogo alude a “la anécdota que alienta la obra. Promediando el siglo XIX, Vilches, un español de Granada y profesor de filosofía, retorna a Alcaraz; un pueblo de la colonia entrerriana, a orillas del Paraná. Regresa obsesionado con la ilusión de reconquistar a la que fuera su amada (Tavis), cargado de culpas enajenantes que abovedan su conciencia desde que le fuera infiel con una india (Noelí). Esta simple anécdota configura casi un pretexto para el autor; un punto de apoyo para desarrollar las historias, que como afluentes de un mitológico Paraná, van surtiendo de vida a la historia, en tanto sus silenciosos efluentes la desangran. Estas historias, que aisladas parecen bastarse a sí mismas, como si cada riacho no estuviera sujeto a un origen, a su naturaleza, a un ineluctable derrotero, de alguna manera se entrecruzan, sufren sus desbordes, temen a nuevos cauces, inauguran maravillosos paisajes, o decaen hasta hallar una muerte por solead y olvido.
En aquel punto de apoyo, Miguel Porral inserta un eje temático, alrededor del cual van a girar múltiples subtemas: el amor, el choque de culturas diferentes, el sentido de la existencia, los vaivenes históricos de la colonización, de la organización nacional, la soledad, etc. Pero el eje magnético de ese mundo, el tema central, es el de la busca de la identidad. Pirigna’á, líder de un grupo guayrucrú después de la muerte de su guía espiritual (el cacique Pavelero), hace una búsqueda de su identidad entre escombros nostálgicos de la tribu diezmada, entre gringos y criollos a los que frecuenta sin entregarse. También Turano, un italiano tesonero e ingenioso, lucha por desentrañar los mensajes oscuros de esa tierra, de gente que oye otros mensajes mientras deambula en círculos, sin hallarse a sí misma. A Turano se le contrapone “Lampalagua” Cardozo; un criollo cuya impasible actitud ante la realidad, hace pensar en la sangre de la conquista y sumisión heredada, una personalidad en transfusión. El cura Fray Cupola, identidad de la cual Dios es depositario, desdibuja su ministerio frente a la destrucción de Alcaraz, borronea sus rasgos entre miseria propia y ajena, y termina en una mancha atávica. Obviamente, el mayor abanico de significantes se da en su protagonista. Vilches carga con las alforjas de una sabiduría tradicional, que se escurre por los agujeros de esa realidad americana descarnada. En su avance va perdiéndole peso de sus valores. Entre los restos de la cultura guaycurú, junto a Rohemild, el holandés, capitán del vapor en que arriba a Alcaraz, o frente a Tavis, su ‘amor fortaleza’, intuye que la virtud del saber, del conocimiento hecho palabra, pierde sentido al ser hecho virtud”…
Epílogo
Miguel Porral, casi terminando su novela, escribió:
“CUANDO LA BELLA ‘Tavis’ me descubre el enigma usando sus ensueños; revela algún misterio para todos.
Tavis, en mí, es toda mujer, porque es América… Tavis es una crónica polvorienta y también fresca rosa de latitudes australes. Todo el secreto de su afán destructivo está en que embriaga.
Así emborracha porque quiere destruir lo que ha sido; por eso mata todo ensueño en el momento.
Buscamos una ciudad para nuestra identidad… Perdimos lo valioso y terminamos no viendo. Así llegamos a la última mentira que fascina; la tocamos, la subimos como a hembra que no se ama necesitado por el cuero. La acariciamos iluminándola después de declarar estados de osamentas.
Un viejo cacique ‘guaycurú’ contesta preguntas hambrientas, desharrapadas; de destruidos de antemano. Ese venerable, Pavelero, se burla de nuestro afán descubridor de (no ya plata ni oro); sólo agua.
Más allá de Colón, Gaboto y tantos; de misioneros, exploradores, artesanos y oficiantes de la sed. En toda esa obsecuencia termina la cultura; sin ficción alguna.
Se habla de una ciudad remota y viene cierta verdad brillante; en ella ocurren estos sucesos que desmesura toda leyenda.
Los ‘guaycurús’ hablan más allá del tiempo. Cuentan de ciertas poblaciones habitadas alguna vez. Los parientes de ahora dan noticias de ello.
Pero los sobrevivientes tienen memoria de algún postrero extraviado.
Hablan de ellos misteriosamente. Repiten versiones señalantes de presencias de viejos europeos, que fueron padres en medio de la selva.
Los que más se valoran organizan expediciones de tiempo y espacio; para rescatar a los viejos. Aquello jamás sirve a la historia del hombre; se los debe matar al balbucear estupideces… ¡Mátame! Es parte del amor y, en esto; la imaginación es ley. Una jurisprudencia muy antigua como las brumas que envuelven ciudades nacientes, desechantes de fantasmas. / Profesor Vilches. / (1866)”
Vocabulario guaycurú
En la novela, Miguel incluyó palabras de la lengua hablada por los “guaycurús” y por ello, al final del libro y en seis páginas, están reiterados los significados.
………………………………………………………………………………………………………………………
Hay que leer esa obra de Miguel Ricardo Porral, porque como expresó Osvaldo Barbieri en el último párrafo del prólogo: “…’Aviso a navegantes’ es una novela atípica, que denota un exigente trabajo lingüístico creativo, revelador de un singular talento.”
………………………………………………………………………………………………………………………
1993: “educación por el arte de vivir y convivir”…
Durante los breves pero intensos diálogos con Miguel, confluimos en la valoración de la fecunda trayectoria del Dr. Esteban Laureano Maradona.
Miguel Porral revelaba coherencia en sus iniciativas, orden y organización esenciales para consolidar cualquier proyecto. Sabíamos que Laureano Maradona –el doctor Dios como lo nombraban en la colonia aborigen donde vivió durante décadas-, era el noble maestro que había perseverado en la lectura como medio irremplazable para lograr el conocimiento y que también supo reconocer la importancia del periodismo para llegar con determinada información a algunas comunidades y lo ejerció con prudencia. No se limitó al ejercicio de la Medicina, fue un tesonero educador: publicó varios libros; fue un responsable escritor hasta la víspera de su tránsito a la inmortalidad.
En el Plan Cultural Anual 1993 del Centromultimedios “Biblioteca de la Legislatura de Santa Fe”, en los programas de Junio – Mes de las Letras, se consideró oportuno reiterar una propuesta a los educadores santafesinos mediante una aproximación al libro “A través de la selva”, obra del Dr. Esteban Laureano Maradona.
El Prof. Miguel Porral había elaborado una cartilla con “sugerencias” a los fines de “ayudar al docente” en la planificación de “una excursión biológica”, mediante la coordinación de “un trabajo de campo en el que sus alumnos identifiquen” los árboles descriptos por el destacado naturalista en el citado libro.
Parte de ese contenido fue difundido con la colaboración de Radios de Frecuencia Modulada de distintos departamentos.
………………………………………………………………………………………………………………………
¡Gracias, Miguel… por tu amistad,
por tu solidaridad,
por tu fecunda siembra!
Nidia Orbea Álvarez de Fontanini. Otoño 2005.
[1] Iniciativa y aporte total desde SEPA (Servicio de Educación por el Arte): diseño de la secuencia de imágenes –reproducción de una página de la revista CORREO de la UNESCO-, sugerencias sobre sonido, provisión de materiales para la elaboración del audiovisual e impresión de las “plaquetas” impresas con los datos que se reiteran en esta página. Ese servicio incluyó lo necesario para el posterior momento de compartir diálogos, beber…
[2] Porral, Miguel Ricardo. Aviso a navegantes. Balada americana en siete cantos. Santa Fe, Editor Alberto Gómez, agosto de 1992.