Estás aquí
Inicio > Historia > Gobernadores Santa Fe > 1865-1868 – Gobierno de Nicasio Oroño

1865-1868 – Gobierno de Nicasio Oroño

Acciones para la reconciliación y el progreso.

Guerra, deudas y obras.

“El arado civiliza”.

Proyectos en función de la creciente inmigración.

Ley de matrimonio civil y ley de cementerios.

Reacción del Obispo Gelabert y Crespo.

Dictamen de Vélez Sarsfield.

Gritos en la calle y fin de otro gobierno.

Reasume Mitre.

La candidatura de Sarmiento.

“Los que mandaban”.

Se aleja Oroño.

Mitre y su influencia sobre las candidaturas.

Intriga y rumores.

 

José Nicasio Oroño, nacido en Coronda en julio de 1825 desde joven se interesó por la política integrando el clan de los Cullen

Contrajo matrimonio con Joaquina Cullen y Rodríguez del Fresno (nacida en esa localidad, fallecida en Buenos Aires en 1886), hermana de José María, Patricio… Tomás, entre otros. Descendencia:  Rosario Oroño y Cullen, casada con N. Vergara.

Como sucedía en aquel tiempo de guerra civil no declarada, mientras llegaban más inmigrantes a la provincia, también era necesario reclutar a gauchos e indios para enfrentar las invasiones de opositores de otras provincias.

Acciones para la reconciliación y el progreso…

La lanza que usaba el caudillo entrerriano Francisco Pancho Ramírez estaba en poder del gobierno santafesino y en un gesto de reconciliación, Oroño decidió entregarla al gobierno de esa provincia. El historiador Leoncio Gianello, refiriéndose a “los trabajos y los días”, destacó que por su acción afanosa por ‘actualizar el futuro’, ‘forzar el tiempo’, consignas de la política rivadaviana, Oroño fue llamado ‘el Rivadavia chico’…”  [1]

Desde otra mirada, se advierten más señales: “Santa Fe entregada a los liberales después de Pavón es gobernada por Nicasio Oroño, miembro del extenso clan de los Cullen… Su partido es ‘diminuto’ (apreciación de Francisco Pico), y hace un ‘gobierno verdaderamente impopular, sin autoridad moral y material’ (apreciación de Mitre). Falto de ambiente, ha recurrido a los principios…”  [2]

Guerra, deudas y obras…

La guerra con el Paraguay había generado deudas y en las provincias también disminuían los jornales provocando menor consumo y una disminución en el valor de las propiedades.

El gobernador Oroño envió a Cámara de Representantes diversos proyectos y logró que el 2 de octubre de 1865 sancionaran la ley de instrucción primaria obligatoria.  Impulsó la educación en todos los niveles y a los jóvenes con escasos recursos, les otorgaron becas para que ingresaran en las universidades de Buenos y Córdoba. Convencido de la importancia de las comunicaciones, impulsó la construcción de caminos, se sancionó la ley que aprobaba el Plan de Vialidad y una Ley de Puentes.

“El arado civiliza”…

Es oportuno reiterar lo que ha expresado don Nicasio Oroño en distintas oportunidades: [3]

“La tierra inculta, sin el auxilio del capital y del trabajo del hombre, es un valor muerto, es una materia prima que nada vale aunque pueda valer… La tierra vale por lo que produce, por el capital que representa”.

Oroño insistía en que “el arado civiliza” e impulsó la entrega de tierras públicas para que también los criollos pudieran desarrollar sus trabajos rurales en mejores condiciones.  Ese criterio también había sido enunciado por el Inspector de Colonias Guillermo Wilken y consideraban mejor la inmigración espontánea que aquella promovida generalmente con agentes europeos que organizaban los contingentes.

Hay que tener en cuenta que en 1866 -dato que reitera Gianello-, en la provincia santafesina “existían seis colonias de indios: San Jerónimo, la más poblada con 1230 habitantes, Cayastá, San Javier, San Pedro, El Sauce y Santa Rosa, la menos poblada, con 250 habitantes.  Tres colonias pobladas por inmigrantes: Esperanza, San Carlos y San Jerónimo”. [4]

Proyectos en función de la creciente inmigración…

El gobernador Oroño sabía que los inmigrantes necesitaban registrar los casamientos, nacimientos y defunciones de familiares y hasta entonces, esos trámites estaban exclusivamente a cargo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, siendo también los Párrocos quienes intervenían en el momento del sepelio.

Ley de matrimonio civil y ley de cementerios

Los nuevos pobladores pertenecían a distintas religiones y el gobernador impulsó las leyes de matrimonio civil y de  cementerios.  Cuando anunció esos cambios ya empezaron a manifestarse en contra desde el sector eclesiástico porque para aquellos actos intervendrían los Jueces de Primera Instancia en lo Civil o los Presidentes de las municipalidades, firmándose las actas por los declarantes y dos testigos siendo ese trámite necesariamente anterior a la celebración religiosa y tendría validez como “indisoluble y válido” aunque el matrimonio no fuera bendecido, salvo en los previstos casos de nulidad que fueron ampliados por ley sancionada en 1889.

Reacción del Obispo Gelabert y Crespo

Era titular de la Diócesis Monseñor José María Gelabert y Crespo y difundió una Pastoral contra tal iniciativa de don Nicasio Oroño expresando que le correspondía la excomunión aunque sabido era que al elevar el proyecto, el 20 de septiembre de 1867 el gobernador afirmó -y firmó- que el matrimonio civil impulsado, “no afecta a nuestro dogma y se encuentra establecido en varios pueblos católicos de Europa y América”. .

(Tras sucesivas lecturas, se van revelando algunos rasgos de la personalidad de Monseñor Gelabert y Crespo: nació en Santa Fe en 1820 y en su formación influyó su familia y el sacerdote José de Amenábar -cura de la Catedral santafesina y político desde que se realizó la asamblea del año 1813-; quien fue su asesor espiritual y lo alentó durante los años del presbiterado que logró en 1842, siendo diez años después un Cura tan reconocido por sus aptitudes y actitudes que reemplazó al noble Amenábar durante seis años. El Obispo Gelabert y Crespo, fue Delegado Eclesiástico de la Provincia, recorrió la mayor parte de su territorio y conoció los problemas de sus habitantes.  Ha trascendido el reconocimiento de Facundo Zuviría por su fecunda labor evangelizadora y por la constante iniciativa de levantar templos.  El sacerdote jesuita Padre Guillermo Furlong «escribe al respecto: La acción de Monseñor Gelabert fue titánica y así se explica que, si no día a día, ciertamente mes a mes, inauguraba una nueva iglesia o capilla, y la Curia se veía en apuros y tenía que hacer malabarismos para hallar párrocos o capellanes para tantas nuevas fundaciones».) [5]

Dictamen de Vélez Sarsfield

El gobernador mediante el decreto del 1º de octubre de 1867 ordenó remitir los antecedentes al Juzgado Federal porque esa Pastoral subvertía el orden público y el doctor Dalmacio Vélez Sarsfield dictaminó como asesor del gobierno nacional destacando que si se hubiera consultado a la población, “no se habría dado un golpe tal a las costumbres, a la moral, a la religión de los habitantes de la provincia”.

Nicasio Oroño fue un pionero, porque recién el 12 de noviembre de 1889 se sancionó la ley nacional de matrimonio civil.

Gritos en la calle y fin de otro gobierno…

Aquel conflicto con la Iglesia movilizó a algunos grupos católicos, opositores a Oroño.  Así fue como el coronel Patricio Rodríguez, a fines de diciembre de 1867 con sus tropas avanzó hacia Rosario y sitió la ciudad mientras gritaban ¡Viva Dios, mueran los masones!  En la capital santafesina, el primero en gritar fue el mayor Santiago Denis -otrora cacique- y después -impulsados por el doctor Simón de Iriondo-, salieron a la calle diversos grupos gritando también ¡Mueran los masones!

Reasume Mitre…

A fines de enero de 1868 se reintegró el general Bartolomé Mitre a la presidencia efectiva y se evalúa la posibilidad de que Nicasio Oroño siga en el gobierno hasta el 23 de febrero, finalización de su mandato.

Al mes siguiente, Oroño en su carta del día trece, le explicaba:

“Nuestras agitaciones internas son el combate sostenido entre la civilización y la barbarie… yo he aceptado la parte que me cupo trayendo a favor de las buenas ideas el contingente pequeño que me fue posible.”  [6]

Mientras tanto, en la capital santafesina seguían imponiéndose los grupos de familias que se sucedieron en el gobierno durante el decenio 1852-1862 y sabido es que Oroño pertenecía al “cullismo” o cuyismo[7]

Se ha destacado que en aquel tiempo, “era posible que los federales enorme mayoría, se lanzasen a una fácil revolución si tuviesen un mínimo de garantías en el gobierno nacional; tienen prestigiosos jefes de milicias (José y Patricio Rodríguez, Leopoldo Nelson); comerciante de gran fortuna (Mariano Cabal), y un joven y ambicioso abogado (Simón de Iriondo) con raras condiciones de conductor político”… [8]

                        La candidatura de Sarmiento…

En aquel tiempo, también avanzaban con otra campaña política para la elección de las autoridades nacionales: “Sarmiento se entera de su candidatura en París en julio de 1867.  Ha viajado allí, desde Nueva York (donde tenía instalada la legación argentina), para asistir a la Exposición Universal de 1867. Héctor F. Varela, director del Pabellón Argentino, le da un banquete y ofrece la presidencia futura (4 de julio).  Tal vez lo hizo en broma, dado su temperamento humorista, pero Emilio Castelar, que está presente, lo toma en serio y no pierde la ocasión de un discurso por ‘América y España’. Sarmiento  no las tiene todas consigo: si ‘algunos órganos de la prensa argentina (por Tribuna de los Varela) -dice al aceptar el banquete- y cien ciudadanos me honrasen con ofrecerse su cooperación y sus votos, yo aceptaría la candidatura por esa pequeña fracción con el mismo espíritu que acepté la de municipal de Buenos Aires o la de gobernador de mi provincia’. Esa misma noche escribe a Mitre. Quisiera ser presidente ‘para completar mi obra de regeneración de la colonia española… le daría prestigio, autoridad moral al gobierno. ¿Quién me opondría un candidato rival? ¿Rawson, Elizalde, Paz, Alsina? ¿Con preferencia a mí?”  En Buenos Aires no se toma en serio la candidatura de Sarmiento. /…/  No atacan a Sarmiento (el mote ‘loco’ no tiene nada de despectivo y se pronuncia con sonrisa amistosa).  Ni siquiera cuando Lucio Mansilla publica con sus cartas a Sarmiento y la aceptación formal de éste con un programa: ‘Creo haber aprendido en tan buena escuela (Estados Unidos después de la guerra de Secesión) el arte de componer repúblicas desajustadas como se carenan los buques están haciendo agua”’. Pero Tribuna prestigia con un permanente de primera página la candidatura de Alsina.”  [9]

Una solución: la fórmula Domingo Faustino Sarmiento y Adolfo Alsina, y el 2 de febrero de 1868,  en el club Libertad donde se reunía los autonomistas, se propone ese binomio.

 “Los que mandaban”…

Sabido es que entre los argentinos, desde mayo de 1810 los que mandaban han sido “los militares” -encabezando la lista el Coronel Cornelio Saavedra que terminó aniquilando al talentoso y progresista Dr. Mariano Moreno, integrante del primer gobierno argentino y prácticamente el primer desaparecido.

Moreno murió mientras viajaba con su hermano hacia Europa para cumplir una misión, se embarcaron en un buque inglés el 24 de enero de 1811 y falleció el 4 de marzo. Fue arrojado al agua, a pesar del pedido de su hermano Manuel, a fin de que bajaran el cadáver en el puerto cercano.  Tomás Guido y Manuel Moreno lo acompañaban “para ayudarle en clase de Secretarios en los altos encargos”… y en la nota que el 11 de mayo enviaron desde Londres a la Junta Gubernativa de Buenos Aires, expresan que el doctor Mariano Moreno, falleció “cuando aun navegamos fuera de los Trópicos /…/ “cuando no contaba mas que treinta y un años de edad”… (sic)[10]

Varios historiadores insisten en que lo envenenaron y si no fue con un producto tóxico, siguiendo las historias de la Historia resulta admisible que haya sido un lento proceso de aniquilación y asfixia moral…  Por algo, en aquella carta escribieron: “Separado de improviso de una Madre, de una inocente Esposa” -María Guadalupe Cuenca Moreno- “y un hijo tierno” -de cinco años- “á quienes amaba vivamente y herida su imaginación con los trabajos y riesgos de una navegación dilatada, su alma sensible no pudo soportar un estado tan violento, y el cual había perdido las fuerzas en el desempeño de la magistratura.  Son muy notorios el desvelo y fatigas del Dr. Moreno en el servicio del empleo de Secretario y un trabajo continuado por tantos meses, no podía menos que debilitar su fibra y exponer su salud en circunstancias en que apenas bastan la robustez y la filosofía. /…/ …en el Dr. Moreno há perdido la Patria un hombre de Estado, un zeloso defensor de sus derechos, y un ciudadano virtuoso; esta consideración nos aflige y hace mirar este suceso como una desgracia.”  [11]

El “dos de julio de mil ochocientos dies” -como está escrito en el acta transcripta por el historiador Ricardo Levene-, “en la Ciudadd de Santafé de la vera Cruz” se reunió “el muy Ilustre Cavildo, Justicia y Regimiento, Asaver el Señor Dn Pedro Thomás de Larrechea Alcalde ordinario de primer voto en propiedad” reunido con otros cabildantes, “en ésta sala Capitular a efecto de verificar la órden de la superior Junta provisional Gubernativa dela Capital de Buenos Aires sobre el Diputado que debe ir de esta capital, aquella, a la incorporación de aquella Superior Junta para lo cual habiéndose convocado por esquelas a los vecinos más sanos de este Pueblo al Cavildo abierto que se verifica el día de oy con el objeto de este  negocio tan importante para la seguridad, tranquilidad y felicidad general; recaiga en un indibiduo, que pueda desempeñar con energía amor y fidelidad el cargo y comisión”   [12]

Tras la votación, obtuvieron un voto don Francisco Antonio Candioti, estanciero que realizaba el camino hacia el Perú cargando las mulas y arriando el ganado que tenía también en el territorio entrerriano, electo primer gobernador interino el 2 de abril de 1815; Agustín Iriondo -o Yriondo, apellido frecuente en la historia de los santafesinos ya que el gobernador Gral. Pascual Echagüe teniendo en cuenta posibles enfrentamientos armados, optó por delegar el gobierno en el Dr. Urbano de Iriondo, Juez de Primera Instancia y Presidente de la Junta de Representantes; Simón fue gobernador en dos períodos (1871-1874 y 1878-1882), en el siglo XX y vigente la Ley Sáenz Peña que estableció el voto secreto y obligatorio, asumió el gobernador Dr. Manuel María –Manucho– Iriondo (1937-1941, “gobierno Conservador”).  En aquella elección para integrar la Junta Grande, Rafael Martínez; obtuvo dos votos el Dr. Juan Francisco Seguí –los Seguí fueron políticos destacados en las décadas siguientes al sancionarse la constitución del ’53 y desempeñando distintas funciones-; Dr. José Miguel Carballo, cinco votos; “el doctor Dn José Alnsenabal ocho votos” (sic) y “Dn Juan Francisco Tarragona quarenta y cinco votos”.

Sabido es también que “la Iglesia Católica”, “los más grandes empresarios” y “los políticos profesionales” hasta que durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen tuvieron participación quienes hasta entonces eran la chusma y recién tras la revolución del 4 de junio de 1943. con el movimiento impulsado por el entonces coronel Juan Domingo Perón, fueron electos para integrar el Congreso nacional –y las legislaturas provinciales o municipales, trabajadores pertenecientes a distintos sectores gremiales quienes también asumieron cargos de relevancia en distintos ministerios.  [13]

Se aleja Oroño…

El 31 de enero de 1868, el ministro Eduardo Costa intenta “facilitar por todos os medios constitucionales el ejercicio de las autoridades de la provincia de Santa Fe y hacer efectivo en ella el imperio de la ley… pero en vez de desalojar a los revolucionarios, Costa tratará una solución con ellos. A Oroño se le dejaría el gobierno hasta el 23 que terminaba su período, Pero otro gobernante provisorio, nombrado por la legislatura, convocaría a elecciones de gobernador propietario, y éste de electores de presidente. Es que se anda en una intriga para quitarle la provincia a Sarmiento, dársela a los federales si éstos se comprometían a votar a Elizalde.  Oroño trata de burlar a Costa haciendo elegir por la legislatura a Camilo Aldao.  Ocurre un conflicto entre el gobernador interino Aldao y el comisionado federal Costa, de cuyas resultas éste dirigirá las elecciones.  Los federales exultan de entusiasmo; manifestaciones encabezadas por Cabal e Iriondo saludan a Costa, dando vivas al presidente futuro doctor Elizalde, mueras a los masones, a Oroño, al matrimonio civil y vivas prolongados al general Urquiza’, escribe Aldao a Mitre denunciado que el ministro-comisionado ‘hace política electoral para presidente de la república, y yo tengo un crimen que no se me puede perdonar: di un viva al grande hombre don Domingo F. Sarmiento”…  [14]

Mientras tanto, Mitre en la carta del 4 de marzo, le recomendaba a Costa:

“No entregar la provincia de Santa Fe a la influencia absoluta de Urquiza… que, aun cuando hoy nos haga cortesías, mañana nos hará un corte de manga”.

Tales eran las expectativas del gobierno de Buenos Aires mientras Oroño se iba alejando porque el poderoso Mariano Cabal se estaba acercando y ya había decidido que el joven Simón de Iriondo lo siguiera acompañando: logrado el triunfo, sería su ministro

 

                        Mitre y su influencia sobre las candidaturas…

A fines de enero de 1868 había llegado el general Bartolomé Mitre a Buenos Aires y cambiaron tanto los ánimos, que en un folleto escribieron: “Mejor hubiera hecho quedándose en Bolivia para trovar a la pálida luz de las estrellas”.

Como aún suele suceder, a principios de mayo siguieron las conversaciones en torno a si la fórmula Sarmiento-Alsina sólo tendría el voto de los electores de Buenos Aires porque otros grupos insistían en que la fórmula Elizalde-Urquiza tenía la adhesión de la mayoría de las provincias.

                        Intriga y rumores…

El 13 de mayo publicaron una carta de Adolfo Alsina a Urquiza, ofreciéndole el voto de los bonaerenses para la candidatura a Presidente.  El entrerriano imaginó que otro sueño sería realidad y se puso en marcha la maquinaria de rumores y adhesiones, también la de oposiciones.  Los hechos demostraron que había sido una estrategia de Alsina -como luego lo explicó- y reunido el colegio electoral, obtiene Sarmiento 79 votos y Urquiza, 28…

Aunque el resultado de la votación lo habrá conmovido, el general Urquiza “felicita efusivamente a  Sarmiento… pero el enojo de Mitre por la zancadilla será perdurable.

Desde el día 13, La Nación Argentina se mostrará implacable con Alsina y Sarmiento” pero después, Alsina -a pesar de que Sarmiento dijera que “sólo le dejará tocar la campanilla del senado”, aplica una eficaz táctica política y “hace elegir a Mire senador Nacional por Buenos Aires.  Con ese gesto desvía los ataques de la prensa mitrista durante seis años, que se volcarán exclusivamente contra el presidente.”   [15]

El periodismo ¿era el cuarto poder?

¿Hay diferencias entre aquellas conductas y los sucesos políticos que siguen conmoviendo a la mayoría de los argentinos, a principios del tercer milenio?

El 12 de octubre de 1868 asumió el presidente Domingo Faustino Sarmiento. “Va la casa de gobierno a recibir las insignias del mando  Oye una gran ovación a Mitre, que como ofensa personal”

El 29 de septiembre, la masonería los había agasajado siendo ambos “grado 33”… “Se iba el uno, llegaba el otro, y por encima de ambos se mantenía el Rito Azul antiguo y Aceptado.  ‘¿Qué es Sarmiento -dice Mitre en presencia del electo-. Un pobre como yo, un instrumento como éste’, levantando el compás.  Pasa revista a lo que hizo a favor de los masones, y recuerda que consiguió del arzobispo se los pudiera enterrar en lo sagrado.  ‘Eso puede hacer por los masones que mueren -concluyó Mitre-. Mucho más podrá hacer por los que sobreviven.  El hermano que hoy me sucede en el gobierno’.  Pero Sarmiento ha sido aleccionado por Vélez.  ‘Si la masonería ha sido instituida par destruir el culto católico, desde ahora declaro que no soy masón’, empieza con desconcierto de muchos, y termina: ‘Hechas estas manifestaciones para que no se crea que disimulo mis creencias tengo el deber de anunciar a mis hermanos quede hoy en adelante me considero desligado de toda práctica o sujeción a estas sociedades.”

Sarmiento sabía que para ser presidente, la Constitución exigía ser católico apostólico romano; con esas declaraciones intentó disipar los rumores opuestos y también habría que recordar “algunos catecismos cuando fue director de Escuela en Chile y en Buenos Aires”…  Tras la asunción -como suele suceder cuando tienen algunas personas con tendencia a la egolatría-, no tuvo en cuenta algunas advertencias de Dalmacio Vélez Sarsfield y enseguida adoptó decisiones “estrepitosas”: “exonera a los empleados mitristas”… y cuando reaccionarios desde el periodismo, dijo que “así se hace en Estados Unidos a cambio de cada gobierno”.  [16]

……………………………………………………………………………………………….

Tras otra mirada en aquella dirección, se detectan más  señales, imprescindibles para elaborar más claves.

Todo es historia de la Historia

Síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

[1] Gianello, Leoncio. Historia de Santa Fe, Plus Ultra, 1978, 3ª ed., p. 317.

[2] Rosa, José María Historia Argentina. Tomo 7. “La oligarquía”. Buenos Aires, Editorial Oriente, 1992, p. 218.  Pico, enviado para la intervención, envía el primer informe a Buenos Aires y destaca: “De esta elección dependerá el voto de Santa Fe en la elección de presidente, éste es el gran fin. Se ha querido por la violencia ponerse en aptitud de ganar las elecciones y Cabal, que está empeñadísimo en ser gobernador, ha venido personalmente a promover la revolución; él trajo las armas, ha pagado la tropa. Todos los antiguos federales, que aquí son muchos, y todos los amigos del general Urquiza están por Cabal… el partido liberal en esta provincia es numéricamente muy diminuto: desconfío muco del resultado de la elección.”   No fue por casualidad que Mariano Cabal, el poderoso estanciero que compró y vivió en La Chinesca, original vivienda construida en el sureste de la capital santafesina por el Ingeniero Jonás Larguía, tenía suficiente predicamento –y emolumentos– y así fue como llegó a ser gobernador hasta el año 1871. (p. 226)

[3] Provincia de Santa Fe, Mensajes de Gobernadores en Historia de las Instituciones de la Provincia de Santa Fe – Volumen IV, 1972. Provincia de Santa Fe.

[4] Ibidem. El autor reitera lo expresado por Félix Barreto -director del Archivo de la provincia-, en su estudio sobre D. José Nicasio Oroño publicado en la Revista de la Junta de Estudios Históricos, Tomo XII, p. 61 y ss. “…bautizado el 13 de noviembre de 1825 en la parroquia de Coronda por el Padre Fray Pedro José Crespo; hijo legítimo de doña Juana Baigorri y de D. Santiago Oroño.”

[5] Orbea de Fontanini, Nidia A. G. Sunchales (libro inédito). Entre comillas, lo escrito por: Stoffel, Edgar Gabriel Pbro. (A fines del siglo XX, responsable de la Parroquia San Cayetano, ubicada al norte de la capital santafesina; miembro del Arzobispado y titular de la Pastoral del Trabajo) en su libro titulado  El Episcopado de Mons. José María Gelabert y Crespo (1865-1897). Santa Fe, Editorial Universidad Católica de Santa Fe, 1993, p. 9-16.

[6] Rosa, José María. Historia Argentina. Tomo 7, p. 228.

[7] Leer: Cecchini de Dallo, Ana María. Los grupos políticos en Santa Fe. Santa Fe, Ediciones Culturales Santafesinas, 1992. (Tesis de Licenciatura presentada en la Facultad de Historia de la Universidad Católica de Santa Fe y Primer Premio en el Concurso Historiográfico “Manuel María Cervera” organizado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia otorgado el 3 de marzo de 1986: edición del trabajo que se concretó seis años después. Gobernador Carlos Alberto Reutemann (Partido Justicialista); Ministro de Educación y Cultura Ricardo Kaufmann, Subsecretario de Cultura Osvaldo Raúl Valli.

[8] Rosa, José María. Historia Argentina. Tomo 7 Buenos Aires, Oriente, 1992, p. 218.

[9] Ibidem, p. 231

[10] Levene, Ricardo. La revolución de Mayo y Mariano Moreno Tomo III. Buenos Aires, Editorial Ateneo, Junio de 1949, p. 324-325. # Colección regalo de mi madre, Francisca Álvarez Ramos de Orbea, el 24 de mayo de 1950 -dieciocho años desde el primer llanto… El 20 de agosto de 1947, había fallecido José Manuel Orbea Suso, nuestro padre, nacido el 28 de junio de 1911.  Era Yrigoyenista; hablaba con frecuencia de Manucho Iriondo; último en la boleta para las elecciones internas de la UCR (C.N.) previstas para principios de junio de 1943 –ocupando los primeros lugares el esperancino Ítalo Luder- y que no se concretaron porque en la víspera se produjo el movimiento nacional del 4 de junio y por breve lapso, asumió el general Arturo Rawson, luego Pedro Pablo Ramírez y aludiendo a sus iniciales decían presidente para rato” pero fue reemplazado por el general Edelmiro J. Farrell quien representaba  más a los coroneles del GOU; nombró vicepresidente el coronel Juan Domingo Perón -a la vez a cargo del departamento del Trabajo, luego secretaría de Trabajo y Previsión- quien también desempeñaba las funciones de ministro de Guerra hasta que se generó su alejamiento a partir del 8 de octubre de 1945 pero la semana siguiente, durante la jornada del 17 de Octubre cambió la historia…

[11] Ibidem, p. 326. Carta reproducida por el autor “(Archivo General de la Nación. Legajo: División Nacional. ‘Gran Bretaña, España y Brasil’.  Año 1810-1815”. S. X. – C. 1 – A, 1 – Nº 2)”. #  La viuda de Mariano Moreno pidió “una moderada pensión de resarcimientos de tantos daños…”.  El primer Triunvirato el 10 de febrero de 1812 decidió otorgarle “durante el tiempo de su Viudedad, la pensión de treinta pesos fuertes mensuales /…/ sin perjuicio de las atenciones qe dispensará oportunamte el Govno a la decente Colocación de su hijo.” (p. 327)

[12] Idem, p. 247-249.

[13] Leer: Imaz, José Luis. Los que mandan. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1964 (ocho reediciones hasta 1972.)  Estudio que abarca el período 1936-1961, último cuarto de siglo al momento de tal investigación socio-política.

[14] Rosa, José María. Historia Argentina Tomo 7. Buenos Aires, Oriente, 1992, p. 228-229.

[15] Ídem, p. 234 y 238.

[16] Íd., p. 236.

Top