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1895 – Legislatura de Santa Fe

1895 – Legislatura de Santa Fe.

Memoria necesaria.

Gobierno de Luciano Leiva.

La Legislatura en “La Chinesca”.

Inauguración del período legislativo.

Pasajes libres.

Edificio del Consejo de Educación.

Pérdidas por la revolución de 1893.

Situación en el Consejo General de Educación.

Acerca del edificio de los Tribunales.

Subsidios y Becas – Necesidad de fundar escuelas.

Acerca de la formación musical  y el trabajo de las mujeres.

Justicia de Paz.

Becas para el Seminario Conciliar de la Inmaculada.

Más pensiones y becas.

Guardias Nacionales: provisión de uniformes.

“Uniformados, en la parada militar” del 9 de julio.

Uniformidad en los sellos.

Archivo de Santa Fe.

“Los señores Cabal”.

Subvención a la Biblioteca “Cosmopolita”.

Más becas.

“La historia del país”.

Cambio de nombre en Venado Tuerto.

Convocatoria a elecciones.

Creación de Oficinas del Registro Civil

Justicia de Paz.

Indemnización por camino público de Santo Tomé a San José.

Fábrica de papel y exoneración de impuestos.

Consumo de papel importado.

Construcción de la Catedral Nueva.

1887: jurisdicción del obispado.

17-01-1897: Piedra fundamental  y discurso del Obispo.

1897: fallecimiento de Monseñor José María Gelabert y Crespo.

1900: despacho otorgando veinte mil pesos para esa construcción.

Fines del siglo XX: “Arte” en una obra inconclusa.

1895 – Legislatura de Santa Fe

Memoria necesaria…

En 1886 asumió el gobernador José Gálvez y cercana la finalización de ese mandato, el galvismo siguiendo una tradición propuso como candidato a gobernador al ministro de Gobierno Juan M. Cafferata, mientras la oposición proclamó al Dr. José Bernardo Iturraspe.  Hubo una campaña agresiva y en marzo de 1890 el Colegio Electoral designó a Cafferata: se crearon tres ministerios; el territorio provincial se dividió en dieciocho departamentos; para salir de la crisis económica se aplicó un impuesto a los cereales que originó frecuentes protestas, algunas rebeliones en Humboldt y en San Jorge y tanto el Banco Provincial como otras instituciones financieras soportaban una evidente crisis.

Es oportuno tener en cuenta otros datos.  En Rosario, en el año 1891 comenzó la organización de la Unión Cívica que reunió a autonomistas, mitristas y católicos, apoyados por los caudillos rurales de “La Unión Agraria” y se realizó la primera Convención en Rosario.  No dudaron los entusiastas políticos en advertir a la población que estaban dispuestos a ejercer el poder como resultado de elecciones sin fraude o por métodos violentos.

El 9 de julio de 1893 el gobernador Cafferata entregó al presidente del Consejo General de Educación un cheque por veinte mil pesos destinado a la construcción del edificio de la escuela de maestros y en ese tiempo, los políticos de la Unión Cívica estaban conspirando para lograr su anunciado objetivo.  En consecuencia, con el apoyo del ministro del Interior Aristóbulo del Valle, el 30 de julio de 1893, los rebeldes de la Unión Cívica secuestraron al ministro de Gobierno Luciano Leiva, para poder avanzar en su propósito revolucionario contando con el apoyo de algunas colonias cuyos pobladores eran en su mayoría extranjeros.

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Gobierno de Luciano Leiva

En el período 1894-1898 gobernó Luciano Leiva:  La creciente crisis impidió que el gobernador Cafferata acordara nuevos plazos para el pago de las cuotas de los empréstitos de los financistas ingleses-entre ellos el gestionado para construir las líneas de ferrocarriles provinciales y fueron transferidos a la Compañía Francesa que se hizo cargo de esas deudas.  Esta transferencia generó inconvenientes en la Legislatura, porque hasta ese momento tenían pasajes libres y era necesario cargar esos importes en la compañía arrendataria de los ferrocarriles de la provincia, asunto que se trató en octubre de 1895.  En el Congreso Pedagógico provincial se analizó la situación en las escuelas santafesinas ante las nuevos métodos educativos.

La Legislatura en “La Chinesca”…

El historiador Justo Tulián Silva, en sus Reminiscencias santafesinas aludió al “palacio La Chinesca”:

“…se alojó allí la Legislatura por mucho tiempo y ocurrieron episodios de toda índole, en los que intervenían gobernadores, ministros, legisladores y gente electoralista.  Estuvo un tiempo también la Inspección de Armas y luego quedó abandonada para solaz de búhos, lechuzas y aquelarres.  Y cuando ya parecía querer mostrarse sólo como ruinas abandonadas, de pronto aparecen letreros de comités, cuadros y banderas en su interior y la política vivifica el ambiente.”

 

Ese palacete fue construido por el Ingeniero Jonás Larguía también político y legislador… y fue reconocido como la Chinesca por su diseño; luego perteneció al gobernador Mariano Cabal. De esa época es posible destacar que cuando el presidente Domingo Faustino Sarmiento visitó la provincia de Santa Fe -acompañado por una “selecta comitiva” que incluyó al “doctor José B. Gorostiaga, Ministro de Hacienda; el conde Amelot de Chaillon, encargado de negocios de Francia; el Conde De la Croce, Ministro de Italia; los Ministros de Prusia y Estados Unidos, señores Le Maistre y Kirk” -entre otros-, primero estuvo en Rosario donde celebraron el “licenciamiento de los guardias nacionales santafesinos que habían combatido en la guerra del Paraguay y volvían a sus hogares”.  [1]

Han reiterado que luego se trasladaron a la capital santafesina donde el joven ministro Simón de Iriondo era gobernador delegado y presidió la recepción oficial con la participación de dos mil personas se habían reunido para esperar al Presidente. Le sirvieron un refresco en “el café de la plaza” y a la noche “Cabal dio un baile en su honor”…

Estaba cerca del entusiasta Simón de Iriondo -descendiente del ex gobernador Urbano de Iriondo- el joven Waldino Baldomero Maradona, de diecisiete años, senador por el departamento Las Colonias en 1892.

En aquel lugar, en la Chinesca, sesionaron las Cámaras legislativas.

Inauguración del período legislativo

El 30 de mayo de 1895 se inauguró el período legislativo, con la asistencia de los senadores Llambí Campbell, Zapata, Peiteado, Lassaga, Romero, Baitán, Mazza, Larrechea, López, Navarro, Rosas y Silva; los diputados Clusellas, Leiva, Regules, Moreno, Soto, Sempé, Larguía, Videla, Pietranera, Thwaites, Mántaras, Bosch, Terrosa, Quiroga, Abásolo y Araya.

En la sesión del 25 de junio de 1895 se consideró el expediente iniciado por el presidente de la Cámara de Diputados Sr. Juan Arzeno, “sobre el alquiler de la casa del local, convenido con los señores Cabal Hermanos” y otro “acompañando un proyecto de ley, pidiendo que le permita pagar ciertos gastos de carácter urgente, con lo recaudado en ejercicios vencidos”.

La creciente crisis impidió que el gobernador Cafferata acordara nuevos plazos para el pago de las cuotas de los empréstitos de los financistas ingleses-entre ellos el gestionado para construir las líneas de ferrocarriles provinciales y fueron transferidos a la Compañía Francesa que se hizo cargo de esas deudas.

Pasajes libres…

Esta transferencia generó inconvenientes en la Legislatura, porque hasta ese momento tenían pasajes libres y era necesario cargar esos importes en la compañía arrendataria de los ferrocarriles de la provincia, asunto que se trató en octubre de 1895.

Edificio del Consejo de Educación

En el Congreso Pedagógico provincial se analizó la situación en las escuelas santafesinas ante los nuevos métodos educativos.

En la sesión del 25 de junio de 1895 se consideró un proyecto disponiendo la entrega de “veinticinco mil pesos al Consejo General de Educación para continuar la construcción del edificio para la escuela normal de maestros que se levantará en la Capital.

El Dip. Dr. Gabriel Carrasco fundamentó el proyecto y expresó:

“…si bien es verdad que conviene que la Guardia Nacional esté bien uniformada para contribuir al mejor éxito de los ejercicios doctrinales; conviene también tener en cuenta los altos intereses morales de nuestra patria, entre ellos el de la educación del pueblo”.

Destacó que a pesar de “tener que continuar con el pago de la deuda interior”, se estaban continuando los trabajos, de un hermoso edificio destinado a escuela normal de maestros en la Capital de la provincia”.

Pérdidas por la revolución de 1893…

El diputado Gabriel Carrasco, reconoció que “el gobierno actual, encontró comprado un importante terreno para este edificio y los planos para la construcción y el anterior dejó una suma de treinta mil pesos en la caja del Consejo de Educación de la provincia para llevar a cabo los primeros trabajos, pero al día siguiente en que debía darse principio a ellos, estalló la revolución de Julio y aquel dinero desgraciadamente fue destinado en esa época a pagar los gastos que ocasionó esa revolución.  Esto consta, por un decreto firmado por el mismo gobierno revolucionario, que distrajo ese dinero que había sido reunido para algo más importante que pagar esos gastos.   La Capital de la Provincia, es una de las ciudades más pobres en monumentos y edificios escolares, tan pobre, que no cuenta ni uno, a diferencia de las demás provincias que los tienen ya nacionales, ya provinciales.”

Hasta ese momento se habían abierto los cimientos y estaba agotada la partida.

Aún no se había considerado en la Comisión de Hacienda ante la propuesta de tratamiento sobre tablas, acordaron que primero debía ser analizado en comisión.

Situación en el Consejo General de Educación

En el recinto de la Cámara de Diputados, en varias oportunidades se evaluó la situación del Consejo General de Educación.  El diputado Pascual Quiroga manifestó que “el Consejo de Educación no percibió en el año 1892 los fondos suficientes para subvenir a sus necesidades, tuvo en consecuencia un déficit en el presupuesto del año 1893, habiendo quedado a deber por distintos conceptos m$n. 56.000.-; en consecuencia,  a pedido del Consejo el Poder Ejecutivo, el 13 de agosto de 1895 mediante una resolución había anticipado al Consejo de Educación ese importe, por no haber recibido los fondos asignados por el presupuesto ni la subvención nacional”.

Se había acordado que el P. E. descontaría ese importe en sucesivas planillas, pero teniendo en cuenta las dificultades del Consejo, pasaron cuatro años y la deuda no había sido amortizada.

El 25 de agosto de 1895 diputado J. C. Crouzeilles se opuso a votar la partida para el Consejo, porque debía seguir el trámite legislativo y conforme a la votación, así se hizo.

Durante el debate el diputado Araya reconoció que la obra tenía un presupuesto de doscientos cincuenta mil pesos nacionales, de modo que apenas se entregaría el diez por ciento y ante observaciones acerca de lo que faltaría para alcanzar esa cifra, el diputado Carrasco manifestó “que se puede construir bien, la planta baja o principal, o bien la planta baja solamente, en cuyo caso el costo sería la mitad, o bien la mitad de la planta baja; lo que ocasionaría gastos aún mucho menores; por lo tanto las obras pueden continuar con la entrega de esta cantidad, mientras no se resuelva votar mayores sumas”.

Acerca del edificio de los Tribunales…

El proyecto fue aprobado y el diputado Clusellas fue el último orador: “El año pasado tuve el honor de presentar un proyecto, destinando una suma de treinta mil pesos para continuar las obras de ampliación del edificio de los tribunales.  Habiendo corrido sus trámites este proyecto, me voy a permitir pedirle a la presidencia, que se haga imprimir, para que sea destinado a la Orden del Día”.

Surge de estos antecedentes una realidad que todavía en los umbrales del tercer milenio parece ser una absurda tradición: la educación y  la justicia siguen siendo dos servicios postergados en el reparto de los presupuestos oficiales.

En la sesión del 17 de agosto de 1899, de acuerdo a lo informado por el Contador General de la Provincia, el Consejo General de Educación adeudaba 56.703,65 m$n. y de acuerdo a la evaluación de varios funcionarios, entre ellos el ministro de Hacienda, el Consejo no podría hacerse cargo de esa deuda.

Cuando se planteó esa condonación el diputado Lucero preguntó: “¿Cómo es la primera palabra?” y el secretario García reiteró: “Condónase.

Inmediatamente el diputado Lucero expresó: “es un vocablo algo raro; desearía que el señor miembro informante me explicara su alcance gramatical.  Yo no sé lo que quiere decir condonar…”

Aclaró el diputado Quiroga:

“…condonar es un término puramente administrativo y usual en estas clases de leyes.  Quiere decir algo así como perdonar, donar o dejar sin efecto una deuda”.

Aclaró el diputado Lucero: “Como yo no soy abogado, no se extrañará que desconozca ese término.  Yo rogaría a la comisión que lo sustituyeran por otro más al alcance de todos”.

Se manifestó que era “el término que propiamente corresponde usarse en esta clase de leyes” y a pesar de su iniciativa, no fue modificado el texto y aprobado el proyecto en general y en particular, con tal generosa decisión de los legisladores quedó saldada la enorme deuda.  [2]

Subsidios y Becas – Necesidad de fundar escuelas…

En la sesión del 30 de julio de 1895 el diputado Araya fundamentó el proyecto acordando cinco mil pesos de una vez y una subvención mensual de $ 100.- m/n. mensuales al Conservatorio Musical de Rosario, considerando que los niños con sólo 4.- $ mensuales podían aprender canto, piano y otros instrumentos.

El diputado J. M. Lubary manifestó que a pesar de la importancia de la educación musical, se oponía a ese proyecto porque no lo creía “oportuno mientras tenga la provincia el 50 por ciento de sus niños sin darle educaciónMe parece más esencial dedicar cualquier cantidad para fundar escuelas donde se pueda dar al niño la educación primaria.  Esa misma cantidad puede ser destinada para fundar una escuela”.

El diputado Bosch agregó: “O para pagar los maestros”Subrayados aquí.

Acerca de la formación musical  y el trabajo de las mujeres…

El diputado Dr. Gabriel Carrasco -Rosario-, propuso resolver sólo la subvención mensual, porque “hay que tener presente que la música no solamente es un adorno para los que la aprenden, sino un medio nobilísimo de ganarse honestamente la subsistencia como profesores de música.  Entre nosotros, donde la mujer no tiene más carrera que la costura, que da muy poco, como sabemos, creo que es un deber fomentar más la educación, ofreciéndoles medios de vida.   En Estados Unidos y Europa, donde hay más necesidad de trabajo, la mujer hace una gran parte de él y entre nosotros ha esperado la mujer a dedicarse, no solamente a trabajar con la aguja, sino a otras ocupaciones.  Ya tenemos que la mayor parte de las estaciones telegráficas y telefónicas, se hallan atendidas por mujeres.

En Chile, que está más adelantado en esto, que nuestro país, son mujeres las que cobran en los tranvías, y nunca han dado lugar a quejas.

El proyecto fue rechazado porque la mayoría de los legisladores había interpretado que era prioridad pagar a los maestros y educar a los analfabetos.

En ese tiempo, preocupaba que “las Comisiones de Fomento  no dan  buen resultado a causa de la escasa autoridad que invisten.  En muchos pueblos la higiene está completamente abandonada a la incuria de tales comisiones, mientras en aquellas poblaciones que tienen municipalidad, Esperanza por ejemplo, hemos visto que a pesar de haber hecho el cólera estragos en otros pueblos de la provincia, en la citada ciudad apenas ha causado víctimas, gracias a las excelentes medidas adoptadas por el Concejo”.  En consecuencia el diputado Bosch propuso que “se pasara una minuta al Ejecutivo, expresando el deseo de que se dotase de municipalidad a los pueblos de 1.500 habitantes arriba”.

Justicia de Paz

En la sesión de prórroga del 10 de octubre de 1895, presidida por el diputado Juan Arzeno, se consideró el proyecto de ley de organización y competencia de la Justicia de Paz, administrada por los Alcaldes) nombrados por el poder ejecutivo” en cada uno de los distritos de los departamentos y por los jueces de Paz (dos en Santa Fe y cinco en Rosario) y uno en los restantes distritos de los departamentos.  En ochenta y dos artículos se establecieron las competencias, los procedimientos para juicios y para recusaciones, las diligencias en los juicios testamentarios.

Becas para el Seminario Conciliar de la Inmaculada…

Es oportuno tener en cuenta que el Obispo José María Gelabert y Crespo fundó el Seminario Conciliar en 1867. Falleció treinta años después y logró el apoyo de sucesivos gobiernos y fieles para concretar la construcción de templos en distintas localidades.

 

En la sesión del 28 de agosto de 1895, presidida por el diputado Juan Arzeno, se consideró el proyecto de ley que significaba una prórroga de la sancionada el 27 de septiembre de 1888, otorgando veinticinco becas mensuales de veinticinco pesos cada una para el seminario Conciliar de la Inmaculada Concepción de esta ciudad.

Más pensiones y becas…

El 8 de octubre de 1895 en la Cámara de Diputados se consideraron los pedidos de pensión graciable presentados por Mariano Maciel; otorgando una pensión a la viuda e hijos del Dr. Cándido Pujato; a las hijas solteras del ex comisario de Policía de Rosario Máximo Sánchez y otra a la viuda e hijos de Dámaso Giménez.

Ingresó ese día desde el Senado, el proyecto en revisión otorgando una pensión “al ciudadano Estanislao López”, resolviéndose en la sesión del 10 de diciembre de ese año, cuando el diputado Gabriel Carrasco manifestó que “el ciudadano don Estanislao López, es uno de los buenos servidores que ha tenido la provincia, durante una larga y honorable vida, pues ha desempeñado por más de veinte años, el cargo de secretario del Banco Provincia, y antes de ocupar este puesto, ha servido con laboriosidad e inteligencia, en otros más o menos importantes.  Para juzgar su acrisolada honradez” destacó que “ha llegado al ocaso de su vida, sin contar con más amparo que la protección de la provincia de la que es hijo benemérito”.  Insistió en que “el señor López ha continuado la gloriosa tradición de su ilustre padre, fundador de nuestra autonomía provincial  Por estas razones y porque nunca se diga que dejamos morir en la miseria a los hijos de los que nos dieron patria”, pidió que se aprobara el otorgamiento de una pensión graciable de 265.- m$n. que era equivalente a su último sueldo.  Así se resolvió y el mismo día se otorgó una pensión al ex comisario don Baltasar Ratti de 130 m$n. equivalente a su último sueldo.

El Dip. Dr. Gabriel Carrasco anticipó que el P.E. incluyó para tratar en las sesiones de prórroga, distintas solicitudes de subsidios enviadas por él, “para ayudar a la edificación de templos en la provincia”.

En la sesión del 25 de septiembre de 1895, la Comisión de Peticiones con la firma de los diputados Dr. Gabriel Carrasco y Franco, recomendó la aprobación del proyecto de ley acordando a las Hermanas Terciarias Franciscanas que atienden a los enfermos a domicilio en la ciudad de Santa Fe “un subsidio de 150.- $ m/n. mensuales durante ese año, considerándose que prestaban esos servicios “sin exigir ningún pago”, exponiendo “su salud”.  En ese momento eran nueve hermanas en Santa Fe, y las de Rosario recibían una subvención.  Mediante otro proyecto, se otorgaba a las “Damas de la Misericordia” de Rosario, “mil pesos por una sola vez… a objeto de costear los pasajes de cuatro hermanas de la caridad, que vendrán a atender el Asilo Maternal fundado en dicha ciudad”.

El Dip. Regules manifestó que se oponía a ese despacho, “aunque sólo sea por la rareza del caso, pues nunca se ha visto hasta ahora que se pida subsidio al gobierno para costear el viaje hasta América de 4 hermanas de la caridad que se hallan en Europa, y además, porque creo que la República tiene asociaciones más que pueden hacer lo mismo que estas hermanas”.

El diputado Carrasco destacó que “la vida de las Hermanas de la Caridad, no es de placeres, sino de abnegación y sacrificio; por eso no hay aún bastantes dentro de nuestra patria; porque si bien es cierto que algunas ilustrísimas mujeres, como la hermana del doctor Torres, de alto nombre, como una distinguida dama de apellido Garzón, de la familia del ex gobernador señor Cafferata, han abrazado la misión sublime de la Hermana de Caridad, puede decirse que son casos excepcionales…”     El proyecto fue aprobado.

Guardias Nacionales: provisión de uniformes…

Al mencionar a las Guardias Nacionales se puede interpretar que dependían del gobierno federal, pero en realidad eran guardias solventadas con recursos provinciales, que en distintas oportunidades sirvieron a los intereses del gobierno nacional en las frecuentes disputas por el poder.

“Uniformados, en la parada militar” del 9 de julio…

El Dip. Crouzeilles apoyó la iniciativa referida a los uniformes, porque era necesario “uniformar la Guardia Nacional de la Capital y del Rosario para que puedan  presentarse uniformados, en la parada militar que van a tener para el próximo día patrio, 9 de julio…”

Resulta evidente tras la lectura de lo escrito en actas -o en diarios de sesiones- que cuando se expresaba la oposición a algún proyecto inmediatamente proponían pasar a un cuarto intermedio y en consecuencia, no trascendían las discusiones que se generaban durante ese lapso.  Reanudada la sesión, algunos legisladores proponían que se entregaran a las Guardias de todos los departamentos, incluyendo las colonias -aproximadamente 30.000.—

Evidentemente no interesaban tanto el reconocimiento a los guardias como la estética durante el desfile. 

El Bosch manifestó que “en las colonias apenas se reúnen los guardias nacionales ya sea por las distancias o por negligencia, por parte de los jefes, es así que no hay necesidad de dar uniforme a toda la guardia nacional”.  Subrayado aquí

El Dip. Regules informó que la “casa Puente Alonso y Mendieta” había cotizado “de 9.70 a 10.-$” y el gobierno estaba dispuesto a adquirir 500 para Santa Fe y el doble para Rosario, en total 15.000.- $, de modo que se incrementaba lo recaudado por las comisiones hasta ese momento.  Sugirió el legislador: “esperemos que en los departamentos se organicen las comisiones populares con el mismo fin que se han organizado en las dos primeras ciudades de la Provincia, y entonces esta Cámara se unirá también a esos movimientos patrióticos”. Destacó que en la ciudad de Rosario, “los que más han contribuido han sido las asociaciones de crédito extranjeras, compañías de ferrocarriles, Banco Italiano, Banco Español, las sociedades de mandatos y préstamos, sociedades de seguros, todas extranjeras. Y no de otra manera se comprende que se haya podido sacar una suma tan grande, de una ciudad agotada ya por toda clase de suscripciones.

Insistió el Dip. Bosch:  “Debemos tener en cuenta que en las colonias hay muchos extranjeros” y advirtió:  “…no comparemos a la población extranjera del Rosario con la de la campaña; a los pobres colonos no se les puede exigir tanto”.

El diputado Araya manifestó que “el colono que hubiera dado cincuenta centavos, habría hecho tanto como las citadas asociaciones”.

El Dip. Crouzeilles había seguido “paso a paso la organización de la Guardia Nacional” y reconoció que “la concurrencia de los jóvenes de muchos batallones no llega a las dos terceras partes del número total de plazas, y en algunos no pasa del 50%.   Este es un dato desconsolador para mi alma de argentino; es triste que cuando la patria necesita sus hijos y los llama a instruirse en el ejercicio de las armas por si llega el caso de defenderla, den aquellos muestras de la mayor incuria, de la mayor indiferencia, faltando a los ejercicios doctrinales y desmintiendo así el entusiasmo que manifestaron en los primeros momentos. Pero no es esto sólo; yo desearía que se me conteste ¿cuál ha sido la acción de los poderes públicos encaminada a robustecer el entusiasmo latente de la Guardia Nacional en un principio?

Batallones hay, que a más de no tener uniformes carecen de armas, en cuyo manejo deben instruirse para hace puntería certera llegado el caso, y hay oficiales que no pueden conseguir una espada.  Éstas y muchas otras cosas, deben ser motivos de especial preocupación de los poderes públicos; pero no veo nada de esto…”

Continuó el debate y el diputado Carrasco expresó:

“Aunque sea poco parlamentaria, la Cámara me permitirá una cita muy a propósito – Recordaré el ejemplo del gobernador de la Ínsula Barataria, cuando dispuso que del paño de una caperuza se hicieran cinco, y resultó una para cada dedo”.

Rieron en el recinto y el diputado Crouzeilles manifestó:

“Creía que habiendo tomado la palabra el señor diputado por Rosario cuya vasta instrucción y talento reconozco, hubiera combativo victoriosamente mis ideas, lo que reconocería caballerosamente si así fuera; pero no encuentro… digno de tomar en consideración ninguno de sus argumentos”.

Insistió en que los fondos disponibles sólo alcanzarían para una parte de los Guardias en ambos departamentos.  El diputado Araya manifestó: “Podría decirse que se ha tachado de poco patrióticos a los departamentos de la provincia que no han concurrido con su óbolo a la uniformación de la guardia nacional; y como respondiendo a ese tremendo cargo para un argentino, diré que el departamento Belgrano”, formó “una comisión encargada de recolectar” esos fondos, presidida por el señor Cora y Echeverría.  Los diputados preopinantes aclararon que no habían formulado cargos por falta de contribución.  Terminado el debate se aprobó ese proyecto; nada se dijo del Consejo de Educación. Se aludió a la acefalía en la presidencia de la Comisión de Legislación y siendo necesario reemplazar al de la Comisión de Hacienda; inmediatamente fueron nombraron ambos legisladores.

Paradójicamente, el mismo día se consideró un proyecto de ley eximiendo del pago de la contribución directa durante diez años, al Club Atlético de Rosario por la manzana denominada Plaza Jewel destinada a sus ejercicios, que había sido donada por un particular.  Fundamentó la iniciativa el Dip. Araya y hubo empate en la votación, reabriéndose el debate habló el diputado Carrasco quien destacó que “este punto ha sido objeto de preferente atención, por parte de la nación inglesa” –lógicamente refiriéndose al imperio británico- “que ha conseguido indudablemente, en parte, llegar a tan algo grado de adelanto que asombra el mundo, por haber unido el desarrollo moral, al desarrollo físico aplicando el principio, de mens sana in corpore sano”.  Destacó que en la Argentina ya se estaba incorporando la educación física en las escuelas.  Manifestó que esa institución “simplemente pide que no se le cobre el impuesto” porque lo considera de “utilidad pública”.  El diputado Thwaites votó en contra porque tiene “suficiente número de socios para sostenerse” y dijo que habría que apoyar a todas las que están en esas condiciones y que mejor sería que el gobierno estableciera un premio para estimular esas actividades.

 Aunque la segunda votación fue afirmativa, el diputado Pietranera manifestó que habría que reducir el tiempo “de la exoneración, porque hay infinidad de industrias en la provincia, que merecen muy bien la protección del gobierno”. Propuso que se redujera el término a cinco años y al advertirse que había una contradicción porque se invocaba un plazo indeterminado, se dispuso que así fuera mientras no cambiara el objeto que justificaba ese beneficio.  [3]

Uniformidad en los sellos

El diputado Lucero fundamentó  un proyecto disponiendo que los “los sellos que se usan en las diferentes reparticiones de la administración” fueran iguales, “con el fin de evitar la anarquía que existe al respecto”, solucionándose “las desventajas que trae en sí”.  Reconoció que “cualquier empleado que necesite un sello para estampar al pie de un documento público, lo manda hacer a su capricho; esto se ve muy a menudo, y donde resaltan más los inconvenientes, es en la campaña, con los jueces de paz, que obedeciendo a sus caprichos mandan hacer sellos en forma estrambóticas”, entre ellos el de la Colonia San Jerónimo, que “había mandado hacer un sello con una mitra de obispo, y otros por el estilo, con un caballo, un buey, etc.”

En ese debate se mencionó a la Municipalidad de Rosario donde se había dispuesto que además del sello de la repartición se imprimiera el de identidad y cargo del firmante.

(A fines del siglo XX, también se ha manifestado la creatividad de un empleado –empleada-, decidido –decidida– a usar un sello con su imaginada función; quien al ser consultado –consultada– sobre el origen de esa supuesta dirección en el trámite en que lo estrenó, prefirió pedir el traslado argumentando otra supuesta intolerancia de quien simplemente cumplía con su obligación de organizar y procurar mantener el orden imprescindible para prestar a tiempo tales servicios.

Así suelen ser las experiencias en la administración oficial…)  [4]

 

Archivo de Santa Fe

Durante la sesión del 30 de julio de 1895 presidida provisoriamente por el diputado Jonás Larguía se registraron las ausencias sin aviso de los diputados Rueda, Rodríguez, Soto, Crouzeilles, Lubary, Sempé, Bosch, Quiroga, Abásolo y Lucero.  A las 8:40 comenzó la sesión informándose que al día siguiente a las 14 se reuniría la asamblea legislativa.  Pasaron a las comisiones varios proyectos: acordando pensión graciable de cien pesos mensuales a las señoras Carmen y Manuela Echagüe, “por los servicios prestados a la Provincia por su padre el señor don Cayetano Echagüe y por su hermano el Canónigo don Severo Echagüe”.  El Dip. Dr. Gabriel Carrasco -integrante de la comisión de Peticiones- destacó que “es un acto de magnanimidad, que los poderes públicos otorguen esta pensión a los descendientes de un gobernador Echagüe, que tanto bien hizo a esta provincia en aquellos tiempos, que era digámoslo así, una pequeñez, en comparación al conjunto de la patria.  Expresó el Dr. Carrasco que “Don Cayetano Echagüe fue miembro del Cabildo de la Convención y diputado durante treinta años y el señor Severo Echagüe, ha sido uno de los más honestos e ilustre sacerdote que ha honrado la provincia de Santa Fe, fomentando su educación.”  El diputado Lubary manifestó que reconocía esos méritos, pero “habiéndose sancionado una ley de pensiones y jubilaciones, a ella deben acogerse”.

El diputado Clusellas recomendó tener en cuenta que la ley no sólo exige más de treinta años de servicios, sino “el sueldo de que gozaba” y en estos casos, “el padre de estas señoras como el hermano, sirvieron por largo tiempo a la Provincia -30 años o más’ sin sueldo alguno”.  Insistió en que “el señor Echagüe practicó durante su vida actos tan de verdadero patriotismo, como el de pagar de su peculio profesores particulares para que atendieran las escuelas de Santa Fe, que de otro modo hubieran tenido que cerrarse.  Estos sacrificios no puede la cámara mirarlos con indiferencia y seguramente los premiará con esta justísima pensión”.  El proyecto fue aprobado.

“Los señores Cabal”…

En la misma sesión se consideró “uno de los pocos despachos en que la comisión de Peticiones ha dado su informe por escrito, de acuerdo a la observación del Dip. Gabriel Carrasco, y al preguntar el diputado Quiroga “¿qué eran los señores Cabal?”  Cursiva aquí

El diputado Doctor Carrasco, manifestó que “la comisión no puede dar más informes que estos”.

Por sugerencia del presidente, se leyó la solicitud de la señora de Cabal, se propuso que vuelva a comisión, fue rechazado.

No constan en el diario de sesiones otras informaciones, aunque el diputado Regules propuso que se le asignen $ 50.- mensuales; el Dip. Lubary sólo 30.-$ mensuales y redactado nuevamente el proyecto con ese último beneficio, fue aprobado.

Subvención a la Biblioteca “Cosmopolita”

Inmediatamente se consideró el pedido de subvención de la Sociedad de Socorros Mutuos “La Cosmopolita” para su Biblioteca y el diputado Carrasco manifestó que “la Comisión cree que los poderes públicos deben concurrir a formar bibliotecas públicas, pero no particulares, como ésta, que sólo servirá para unas cuantas personas pertenecientes a la Sociedad”.  Mientas tanto la Biblioteca de la Legislatura no tenía personal a su cargo porque el secretario de la Cámara era al mismo tiempo el bibliotecario y recién en el proyecto de presupuesto de 1896 se incluyeron tres cargos con una retribución de $ 80.– m/n. mensuales, aunque tampoco había una partida especial para la compra de libros, indispensables para que con actualización fuera posible prestar tales servicios.

El diputado Quiroga pidió la lectura de la solicitud de las autoridades de esa Sociedad Cosmopolita y surgió una discusión porque era extensa y al sugerírsele que “más bien conviene ir a enterarse a las carteras de las comisiones”, se decidió pasar a un cuarto intermedio, como era costumbre y para terminar con las controversias.

Más becas…

En proyecto de ley reconocía veinticinco becas mensuales de veinticinco pesos cada una para el seminario Conciliar de la Inmaculada Concepción de esta ciudad -que en realidad era la prórroga de la ley del 27 de septiembre de 1888-; solicitud de una subvención a Andrés Arzeno de cincuenta pesos mensuales por la mensajería que tiene establecida entre Puerto Gaboto y Estación Maciel; prórroga del subsidio a las presidentas de distintas sociedades y de las Conferencias Vicentinas; exoneración de impuestos a Rodolfo Palacios por cinco años, para el balneario situado en el paraje denominado Puerto Viejo.

“La historia del país”…

Ciento veinte vecinos pidieron que se cambiara el nombre de Venado Tuerto por el de Colonia o Pueblo Casey, oficiales del Batallón de Marina pedían un subsidio para costearse los uniformes y espadas; la Comisión de Fomento de San José de la Esquina pedía otro subsidio para construir un puente sobre el río Carcarañá.  Los diputados Dr. Gabriel Carrasco, D. Regules y  L. Clusellas presentaron un proyecto de ley ordenando al Poder Ejecutivo la “impresión de los documentos más importantes para la historia del país que se encuentran en los archivos de la provincia, por medio de una ‘Revista General del Archivo de Santa Fe’ (art. 1º); que “se hará por tomos” y “por orden cronológico, debiendo publicarse por lo menos dos por año” (art. 2º), aproximadamente de cuatrocientas páginas cada uno. El art. 3º determinó que “se instalará en la oficina del Archivo general de la Capital y será publicada bajo la dirección de un miembro de la Legislatura, que velará por la autenticidad de los documentos que en ella se publiquen”. Cursiva aquí.

En esa oportunidad el Dip Dr. Gabriel Carrasco -Rosario- manifestó:

“…la Nación ha llegado ya a una época en que es necesario que vuelva sus ojos al pasado, para escoger de los archivos las páginas gloriosas de su historia.

Todos los pueblos del mundo civilizado se han ocupado, en todos los tiempos de recoger los datos históricos para insertarles en las páginas de un libro; o grabarlos en bronce, mármoles para perpetuar su memoria, otros tenemos en la República numerosos archivos, en donde se conservan sus tradiciones en documentos oficiales”.

Destacó que las provincias de Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán “que han dado prueba del más alto patriotismo, al mandar recopilar en libros capitulares los documentos oficiales que hacen revelaciones importantes al historiador para conocer el germen de muchos acontecimientos.  En la provincia de Buenos Aires, bajo la dirección del ilustre ciudadano Manuel Trelles, se empezó a publicar la Revista del Archivo, siendo continuada por otro distinguido argentino, el señor Carranza, que es actualmente director del Museo Nacional y que lleva ya impreso tres tomos”.

Destacó que “Santa Fe, es una de las pocas provincias que afortunadamente en medio de tantos desastres ha podido conservar esos importantísimos documentos perfectamente encuadernados en su archivo”.  Aludió al historiador Ramón Lassaga que había consultado parte de ese archivo; el acta de fundación de Santa Fe y el documento con la firma de los 33 orientales que pidieron ayuda al gobernador Brig. Gral. Estanislao López a fin de conquistar la libertad de la República Oriental del Uruguay.

Cambio de nombre en Venado Tuerto

La iniciativa ingresada el 30 de julio de 1895 se trató el 28 de agosto y el diputado Dr. Gabriel Carrasco manifestó: “Es mucho más grave de lo que a primera vista parece, el de cambiar el nombre a una localidad de la provincia.  Hay ciertos parajes que, desde hace ya muchos años tienen un nombre conocido, que se registra en los mapas, escrituras de traspasos de dominio, etc., que no conviene que se modifiquen, por las confusiones que traerían estos cambios dentro de algunos años para la administración y el estudio de la geografía”.  En consecuencia la Comisión aconsejaba rechazar la iniciativa.  Los vecinos pedían el cambio de nombre como un reconocimiento al fundador de la colonia.

El diputado Lubary manifestó que “el nombre de Venado Tuerto, no dice nada, es ridículo, y no tiene tradición histórica.  Es cierto que no data desde ayer, pero no es uno de aquellos nombres que recuerden una tradición indígena”. Recordó otros cambios: el de  Fraile Muerto por Bell Ville -después de que el presidente Domingo Faustino Sarmiento visitara esa localidad en 1870, considerándola una bella villa-; Colonia Lassaga por Llambí-Campbell. El Dip. Lucero tampoco aceptaba el cambio de nombre y se refirió a algunas discusiones en el Parlamento Inglés; en Entre Ríos Paraná era Bajada Grande;  Diamante era Matanza y Victoria, Punta Gorda. Destacó que en el Departamento Gral. López, “el nombre de Melincué, que quiere decir agua amarga, tiene su tradición.  Melincué es una laguna en donde los indios se ocultaban durante el día para hacer sus invasiones por las noches.  Entre nuestros paisanos se conservan aún principios de superstición y decíase que durante la noche aparecía una sirena en las aguas de aquella laguna cantando las desgracias de la raza incásica. El nombre de Venado Tuerto tiene también su tradición.  Recuerdo que una vez recorría a caballo el departamento General López y me tomó la noche en el campo.  Me acompañaba un guía, íbamos a todo galope, cuando de pronto me dijo: ‘Tenga cuidado señor que estamos en el bajo, no sea que salga el Venado Tuerto’.  ¿Qué es eso? le pregunté. ‘Lo siguiente, señor, repuso.  Mi padre era soldado de fortín y decía, que en este paraje había un Venado Tuerto, que cuando desaparecía, era señal que venía una invasión de indios.  Decían también que en las persecuciones de los indios, los llevaba por los parajes donde había pastos y agua hasta dar con las tolderías.  El jefe de la tropa recomendaba el mayor cuidado a este animal, y un día fue muerto por los indios; desde entonces se dice que aparece por las noches, asustando a los habitantes de ese paraje’.  Estas tradiciones históricas tendrán su importancia, el día que la paleta de nuestros pintores o la musa de nuestros poetas, vayan a pedir su inspiración a la tradición nacional. Estas pequeñeces, pueden dar argumentos a varias obras, y creo un deber el conservar estos nombres, que representan la tradición”.  Insistió en que “cuando se funda un pueblo; generalmente se le pone el nombre de su fundador, pero nunca en sustitución de otro”.

Destaco: Excepto cuando lo sugirió el maestro sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento para la “bella villa” que luego se nombró “Bell Ville”, por decisión del gobierno de la provincia, no por ley de la Legislatura.

Expresó el diputado Lubary:  “El mismo señor Casey, cuando fundó ese pueblo, reconoció la tradición y no quiso cambiarle el nombre de Venado Tuerto.” También dijo que estaban “divididas las opiniones, unos amigos del señor Casey quieren que se le ponga su nombre; los ingleses quieren que se ponga el de Villa Palmira y el elemento criollo quiere conservar el nombre de Venado Tuerto con todas sus tradiciones”.

Finalmente el diputado Lubary manifestó que si hubiera que cambiar el nombre, “ninguno tendría más derecho de sustituirlo, que el de General López.  Precisamente no hay en el departamento que lleva su nombre, ningún pueblo que se llame así.”  Por votación se mantuvo el nombre de “Venado Tuerto”.   [5]

Convocatoria a elecciones

El 26 de agosto de 1895 la Comisión de Legislación integrada por el diputado Dr. Gabriel Carrasco, Clusellas y Abásolo, aconsejó la aprobación del proyecto de ley “adoptando para la provincia la ley nacional de elecciones con algunas modificaciones”.

En el art. 2º se estableció que cada departamento constituía una sección electoral, debiendo registrarse en las Parroquias o Juzgados de Paz de los pueblos capitales de ellos, las inscripciones y las elecciones.  En el art. 3º se dispuso que una Junta constituida por el presidente de la Suprema Corte o sus reemplazantes legales; el presidente del Senado y el Intendente Municipal, y en ausencia o por impedimento de éste, por el de la ciudad de Rosario; verificarían los registros que tendrían vigencia durante cuatro años. Hasta tanto se dispusiera de esos registros, las elecciones serían con los existentes.  El art. 8 disponía que “por el Ministerio de Gobierno se remitirán a los jueces de paz el número de boletas necesarias en relación a la población, como también los libros en blanco y adecuados para formar los registros”.  La Junta tendría a su cargo el escrutinio general; los electores de gobernador y vicegobernador votarían en la Legislatura y “en ningún caso podrá la junta desechar las actas electorales”; de acuerdo al art. 15, aunque podría “hacer las averiguaciones necesarias y recibirá también los datos que le ofrezcan”.  El último domingo de noviembre se abrirían en todas las provincias las asambleas electorales para hacer la elección de senadores y diputados provinciales”.  En discusión cuántas personas estarían a cargo de cada mesa, el diputado Thwaites manifestó que “si se designan dos personas por cada mesa, se doblaría el número de ellas, necesitándose el doble de ciudadanos que sepan leer y escribir y hay que tener en cuenta, que en algunos departamentos son muy escasos…”

No hace falta un esfuerzo de imaginación para comprender en qué condiciones votan los analfabetos, que sólo pueden distinguir las boletas fijándose en los logotipos o fotografías que incluyen las boletas.

En la sesión del 4 de diciembre de 1895, se consideró la ley electoral con las observaciones de la Cámara de Senadores acerca de la integración de “una mesa para cada quinientos sufragantes” en vez de los trescientos previstos, teniendo en cuenta que “han dado muy buenos resultados en la República”.  El proyecto fue sancionado.

Creación de Oficinas del Registro Civil

En la sesión el 21 de septiembre de 1895 de la Cámara de Diputados presidida provisoriamente por el Dip. Jonás Larguía, se consideró el proyecto de ley de creación de las Oficinas del Registro Civil en cada uno de los Departamentos de la Provincia y fuera de los límites o jurisdicciones de los municipios donde hubiera Municipalidad, nombrando los empleados y determinando sus jurisdicciones.  Las municipalidades que no se pudieran hacer cargo de ese presupuesto, quedarían comprendidos dentro de los distritos dependientes del Poder Ejecutivo provincial.  Se ordenaba llevar los libros divididos en tres secciones: nacimientos, matrimonios y defunciones, con orden alfabético de acuerdo a la primera letra del apellido y en los matrimonios las iniciales del apellido de ambos cónyuges separadamente.  Con respecto a las partidas que entregaría ese registro, serían selladas, no tendrían raspaduras ni enmiendas, firmarían dos testigos mayores de edad.  Con respecto a los nacimientos, se inscribirían “los que tuvieran lugar en las secciones o distritos respectivos… fuera de las jurisdicciones expresadas si sus padres tuvieran su domicilio en ellas, con el reconocimiento y legitimación de los hijos naturales” y “las sentencias sobre filiación legítima y natural”; inscripción que se haría dentro de los tres días de producido el nacimiento pudiendo trasladarse hasta ese lugar el encargado del Registro, si viviera “en un radio de una legua”.  En el art. 42 se determinaba que “si el hijo fuera ilegítimo, estará obligado a declarar el nacimiento, la persona a cuyo cuidado hubiese sido entregado”.

Por el art. 44º se disponía que “los nacimientos que ocurran en los hospitales, hospicios, cárceles u otros establecimientos análogos, serán declarados por sus respectivos administradores”.  Con respecto a las inhumaciones, el art. 96 disponía que no podrían hacerse sin la autorización del Encargado del Registro.  El proyecto fue sancionado.

Justicia de Paz

En la sesión de prórroga del 10 de octubre de 1895, presidida por el diputado Juan Arzeno, se consideró el proyecto de ley de organización y competencia de la Justicia de Paz, administrada por los Alcaldes, nombrados por el poder ejecutivo” en cada uno de los distritos de los departamentos y por los jueces de Paz (dos en Santa Fe y cinco en Rosario) y uno en los restantes distritos de los departamentos.  En ochenta y dos artículos se establecieron las competencias, los procedimientos para juicios y para recusaciones, las diligencias en los juicios testamentarios.

Indemnización por camino público de Santo Tomé a San José

En la sesión del 4 de diciembre de 1895 se consideró un proyecto de ley reconociendo una indemnización a don Mariano Echagüe o a sus herederos, por el terreno donde se había abierto el camino público de Santo Tomé a San José, ocho años antes.

Durante el debate el diputado Dr. Gabriel Carrasco advirtió que con esas leyes se comprometía al erario de la provincia, y que si se acordaba esa indemnización serían numerosos los pedidos similares.

De destacó que los colonos habían cedido tierras para extender las vías del ferrocarril con las áreas establecidas a ambos lados; que también los propietarios habían cedido para la apertura de las calles cuando se fundaron los pueblos.

En el proyecto citado se reclamaba por un terreno de “20 metros de ancho por 17 mil de largo” y el diputado rosarino consideraba que “debe ser cedido gratuitamente a la Provincia” porque los caminos aumentan el valor de las tierras.

Tras un prolongado debate, cuando se aproximaba el momento de la votación, el diputado Carrasco manifestó:

“Creo que vamos a votar sin los antecedentes necesarios”.

Esa opinión fue apoyada por el diputado Regules, quien manifestó:

“No sabemos si el señor Echagüe es o no propietario del terreno expropiado ni si en caso de serlo, tiene obligación de dejarle gratis”

En consecuencia, pasaron a un cuarto intermedio.

El proyecto sería tratado en otra oportunidad.

Fábrica de papel y exoneración de impuestos

El 25 de septiembre de 1895 la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados consideró el proyecto de ley -en revisión- eximiendo durante ocho años del pago de impuesto de patentes a don Juan M. Laforgue, empresario dispuesto a instalar una fábrica de papel de envolver en la provincia de Santa Fe.

El diputado Regules manifestó que funcionaba otra fábrica de papel de envolver, que pagaba impuesto y producía entre quince y veinte quintales diarios” y anticipó su voto en contra.

Por lo expresado luego, se estaba refiriendo a la fábrica del señor Arijón, que de acuerdo a lo manifestado por el diputado Lucero, no era la “única en la provincia” porque hacía “tres meses” se había instalado una sobre el río Carcarañá, implantada por el señor Andino” que produce “tres o cuatro veces más que la del Rosario”.

Consumo de papel importado

El diputado Dr. Gabriel Carrasco destacó que “puede concederse esta exoneración de impuestos en general a todas las fábricas, pues es una industria naciente en el país y “a pesar de existir ya algunas fábricas, se importa enormes cantidades de papel del extranjero, sólo dos periódicos se imprimen en hojas de papel elaborado en el país, los demás consumen del extranjero”.

Insistió el diputado Lucero en que no era una industria incipiente como se creía, porque en la provincia de Buenos Aires había fábricas en Zárate y en Baradero, “que producen la mayor parte del papel que consume el comercio.  En Buenos Aires, hay ya dos diarios que se imprimen con papel elaborado en Zárate” y anticipó votar en contra porque sería otorgar un privilegio y así resultó por mayoría.

Construcción de la Catedral Nueva

En la sesión de prórroga del 31 de diciembre de 1895, se consideró el despacho de comisión sobre el proyecto de “expropiación por causas de utilidad pública” del terreno “comprendido en las calles 1º de Mayo y Tucumán, con 75 metros de frente a la primera, con todo el fondo hasta dar con la calle 4 de enero y ubicado en la ciudad capital de la provincia”, gastos que “se pagará de rentas generales”.

1887: jurisdicción del obispado

El Dip. Clusellas recordó que el Congreso Nacional dictó en “1887, una ley marcando la jurisdicción de un obispado, con asiento en esta capital, y recién hace pocos días, acordó también el sueldo en la ley de Presupuesto”.

En consecuencia, expresó que “es necesario la existencia de un edificio que corresponde a la categoría de Catedral, por no tener suficiente extensión la actual Iglesia La Matriz.  El presbítero señor Seguí, antes de fallecer legó la construcción de ese edificio, gran parte de su fortuna y teniendo en cuenta esta circunstancia, el P. Ejecutivo ha elevado a la consideración de esta Cámara, el proyecto que se ha leído, por el cual se le autoriza para expropiar un terreno en la calle Tucumán entre 1º de Mayo y 4 de Enero”.

Luego el diputado Clusellas manifestó que “el gobierno no cooperará más, que con el terreno, para la erección de esa obra que hará honor a Santa Fe” y pidió la aprobación del proyecto.  Sin debate, el proyecto fue aprobado en general.

17-01-1897: Piedra fundamental  y discurso del Obispo…

Sabido es que un año antes de su fallecimiento, el Arq. Juan Bautista Arnandi diseñó la fachada principal de la futura Iglesia Catedral de Santa Fe y se dispuso la colocación de la piedra fundamental de la imaginada Catedral Nueva el 17 de enero de 1897.  Tras nombrar al “Excmo. Señor Gobernador; Respetable Clero secular y regular” y a los católicos presentes, el Obispo manifestó:

“…Si bien comprende ser mi posición sumamente desventajosa por lo avanzado de mi edad y habituales dolencias, he preferido hacer un supremo esfuerzo antes de dejar un vacío, con el que jamás podría resignarme”.

 “…Siempre estuvo en la conciencia de todos que Santa Fe tenía títulos incontestables para haber sido antes de ahora asiento de la Sede Episcopal; la antigüedad de su fundación, su proverbial y jamás desmentido catolicismo, un Clero suficiente para proveer los beneficios eclesiásticos, las respetables Comunidades religiosas establecidas en su seno, el número de sus Templos, todo persuadía y hacía esperar fuera encumbrada a ese alto rango…  Este encumbramiento al rango de Ciudad Episcopal impone la necesidad y el deber de construir un Templo exclusivamente destinado para Catedral y en este sitio sobre el que descienden las bendiciones de la Iglesia, y donde depositada la simbólica y sagrada Piedra Fundamental, le veréis aparecer antes de mucho.  Oh! si en estos momentos, en que sentimos palpitar de gozo nuestros corazones, se levantaran de sus tumbas aquellos hijos inolvidables de Santa Fe, tan interesados en sus glorias, los Macieles y Zuvirías, los Veras y Amenábar, los Crespos y Canetos, los Roldanes y Lassagas, los Echagüe y Seguí, y tantos otros, seguramente harían resonar los aires con estruendosas y entusiastas exclamaciones celebrando a la par nuestra el día 17 de enero de 1897, que va a señalar en la historia de nuestra Patria común uno de sus más grandes y gloriosos sucesos…”

Expresó ante el pueblo de Dios:

“Estáis viendo las grandes corrientes de inmigración, que invaden nuestros campos y poblando el desierto hacen desaparecer los bosques reemplazándolos con doradas mieses y vistosos jardines.  Finalmente observáis, no sin asombro, como se reconstruye y embellece esta Ciudad nuestra, se extienden, nivelan y pavimentan sus calles, se aumentan y adornan sus plazas y por doquiera se destacan suntuosos edificios que pudieran llamarse Palacios.  Oh! casi estábamos por decir… que jamás viose en siglo alguno tanto esplendor y magnificencia…”

En aquel último verano para el generoso Obispo, ubicado cerca de la piedra fundamental una vez más necesitó decir:  Subrayados aquí

“El templo católico con su esplendor y magnificencia… es el verdadero teatro del Pueblo; teatro purificador y beatífico, que dándole una más alta idea de la Majestad Divina le levanta por cima de todas las cosas de aquí abajo y recordándole estar destinada su alma a contemplar más allá de las grandezas y bellezas, que descubre en la tierra, otras bellezas y grandezas infinitamente superiores en el seno de Dios, le protege contra las invasiones del orgullo satánico, que fascinado con el brillo de los descubrimientos y conquistas del talento humano pretende sacrílegamente trocar el culto debido a la Divinidad por el culto idolátrico de la materia.”

 

Sabido es que el 15 de febrero de 1897, mediante la Bula del Papa León XIII se estableció la “Diócesis de Santa Fe” -arquidiócesis desde el año 1934, cuando Rosario fue reconocida como Diócesis-, abarcando además de ese territorio provincial, el de Chaco y Formosa. Fue designado primer Obispo de la Diócesis de Santa Fe el obispo auxiliar de Buenos Aires Monseñor Agustín Boneo, quien asumió su misión el 24 de marzo del año siguiente.   [6]

1897: fallecimiento de Monseñor José María Gelabert y Crespo

Es imposible soslayar otro hecho trascendente en la historia de los argentinos: en el año 1897 falleció Mons. José María Gelabert y Crespo, al decir del Pbro. Jacinto Viñas el promotor de “la edificación de Templos, hasta el punto de haberse levantado en esos veinte años alrededor de ciento cincuenta iglesias, entre ellas, la Catedral de Paraná y la de esta ciudad (Santa Fe) cuyos cimientos dejó concluidos”.

Después de su fallecimiento, el periodista Floriano Zapata reconoció esas obras “y otros tantos hospicios, asilos y hospitales, amén del Seminario Conciliar que fue fundado por el Señor Obispo en el año 1867”.  [7]

El Obispo Gelabert entró en la inmortalidad sin haber logrado que uno de sus sueños se hiciera realidad ya que en los últimos años de su vida había planteado la necesidad de construir una Catedral Nueva que serviría como sede del Episcopado, aún inconclusa y tampoco sede episcopal.

1900: despacho otorgando veinte mil pesos para esa construcción

Aunque en la Legislatura se había expresado y reafirmado -con constancias escritas-, que la provincia sólo contribuiría con el terreno, el 14 de agosto de 1900 la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados produjo un despacho favorable en el proyecto en revisión, “acordando veinte mil pesos para la prosecución de las obras de la Catedral de esta Capital”. [8]

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Fines del siglo XX: “Arte” en una obra inconclusa…

Cien años después, sólo es posible esbozar una sonrisa al reconocer que aquella iniciativa ha sido aparentemente una utopía. 

Necesito expresar que el primer acercamiento a esa casi legendaria construcción fue a principios de la década del ’40, para la celebración de la Santa Misa, cuando el Padre Albino Gaspar Chiaffredo era el párroco de “la iglesia del Sagrado Corazón de (C.N.)”. ¡Sí!… Catedral Nueva, como escribían en notas y publicaciones.

En ese tiempo, los varones jugaban al fútbol en el patio de atrás, como decían entonces, lugar donde el arquitecto de fines del siglo diecinueve había imaginado las majestuosas columnas de la nave central de una basílica y logró verlas, verticales…

Ya en el ocaso del siglo veinte, sigue conmoviendo el vuelo de las palomas hasta sus nidos y el de los pájaros hacia los huecos de agrietados ladrillos en esa obra inconclusa.

Entusiasmado, el obispo Gelabert en el acto de descubrimiento de la piedra fundamental de la imaginada Catedral frente a la plaza, necesitó referirse a… el verdadero teatro del Pueblo; teatro purificador y beatífico”

Ahora, sabido es que la influencia de los medios de comunicación -incluso por vía satelital-, han convertido al planeta en una gran aldea, que refleja algunas semejanzas con la singular Torre de Babel. Están juntos hombres que hablan distintos idiomas y por eso no se pueden entender y aún quienes se comunican con palabras semejantes no logran comprenderse y siguen sembrando semillas de discordia, provocando injusticias, persecuciones y muertes.  [1]

Anoche nos acercamos al Patio Cultural de la Catedral y algún murciélago atrajo nuestras miradas y con mi madre evocamos algunas vivencias en el Rancho Iberá de Santo Tomé, o en Los Amores de Sauce Viejo.

Anoche, nos conmovió el Cyrano de Bergerac en la excelente interpretación de Florentino Sánchez, hermano, compañero… ¡artista!… ¡titiritero-poeta! como José Bartolomé Pedroni.  Ahí estaba, la sencilla presencia de Enrique Llopis –adhonorem- a cargo de la conducción del área de Cultura de la provincia de Santa Fe.

Durante ese verano, en ese lugar era posible escuchar los versos del poeta sanjavierino Julio Migno Parera en el canto inimitable de Orlando Vera Cruz, nuestro noble compañero de ruta

Una vez más se revelaba que el océano no separa, une.

En ese lugar, en el patio de la Catedral inconclusa, era la música convocante y emocionante, cuando comenzaban los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Santa Fe dirigida por el joven y sensible Maestro español Carlos Cuestas.

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Imagínese un telón azul que se corre lentamente…

Se impone otra pausa, otro intervaloantes del fraternal Encuentro.

 

Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

 

[1] Stoffel, Edgar Gabriel Pbro. El Episcopado de Mons. José María Gelabert y Crespo (1865-1897), p. 9; 43-50.

[1] El Dr. Jonás Larguía, nacido en Córdoba el 21 de agosto de 1832 fue un entusiasta político, durante varios períodos fue electo legislador por distintos departamentos de Santa Fe, se desempeñó como secretario del ministro del Interior de la Nación Dr. Manuel de Yriondo y fue integrante de su gabinete durante el segundo gobierno (1880-1881); presidió la Cámara de Diputados en el período que finalizó en 1897. Ese palacete “pasó a poder” del político Mariano Cabal, nacido en Santa Fe el 12 de abril de 1830, miembro de la Convención Nacional para la reforma de la Constitución (1860), diputado por el Departamento Rosario (1867); presidente de la Corporación Municipal . intendente de la Municipalidad- de Santa Fe (1868-1869). En la Chinesca se realizaban las reuniones programadas por su propietario, el destacado estanciero y político don Mariano Cabal, se imaginaban las campañas electorales y se opinaba sobre distintos candidatos.  Situado en la calle 25 de mayo casi esquina Buenos Aires, a una cuadra de la calle San Martín –antes Comercio-, hacia el sur estaba protegido de los vientos por un frondoso ombú, “viejo guardador de secretos, cómplice de conspiraciones, apañador de amores y encendedor de amoríos”, hierba gigante “de tradición”… como lo evocó el periodista Tulián, cuya familia vivió sobre la misma calle 25 de Mayo, a dos cuadras de ese solar.

[2] Santa Fe. Cámara de Diputados, 1899, p. 132-133.

[3] Santa Fe. Cámara de Diputados, 1895, p. 12-16.

[4] Ibídem, p. 28-29.

[5] Ídem, p. 121-124.

[6] Sucedieron al Obispo Agustín Boneo: Mons. Dr. Nicolás Fasolino, que asumió el 29 de septiembre de 1932 y fue el primer Arzobispo Santafesino, luego Cardenal.  Con motivo de su fallecimiento asumió su coadjutor  Mons. Dr. Vicente Faustino Zazpe, primer obispo de Rafaela en 1961; destacándose por su obra destinada a la juventud y a los sectores de menores recursos; pasó a la inmortalidad en 1984 y lo sucedió Mons. Edgardo Gabriel Storni (separado de tales funciones tras denuncias que generaron trámite judicial), lo reemplazó provisoriamente monseñor Moisés Julio Blanchoud -nacido en Esperanza, departamento Las Colonias- y meses después, asumió monseñor José María. Arancedo.  / Primer obispo de Rosario: Mons. Antonio Caggiano, nombrado Arzobispo de Buenos Aires en 1959, a quien sucedió  Mons. Silvino Martínez (fallecido en 1961); designado Mons. Guillermo Bolatti, desde el 14 de agosto de 1963: primer Arzobispo. / Sabido es que en el año 1957 se creó la Diócesis de Reconquista, primer obispo Mons. Juan José Iriarte, nombrado Arzobispo de Resistencia, a quien sucedió Mons. Fabriciano Sigampa.

[7] Floriano Zapata estaba casado con Esmeralda Rodríguez Galisteo, hija del Coronel José Rodríguez y de Rosa Galisteo.  Luego, tío de Agustín Zapata Gollán quien a fines de la década del ’40, des-cubrió el yacimiento arqueológico de “Santa Fe, la vieja”… como él mismo empezó a nombrar a la primitiva ciudad de Santa Fe, fundada por don Juan Garay el 15 de noviembre de 1573.

[8] Santa Fe. Legislatura de la Provincia de Santa Fe. Cámara de Diputados, 1901, p. 172.

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