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Alberto José Miyara, poeta, cuentista, ingeniero.

Actividades docentes.

Títulos de algunas obras editadas.

Primer Diccionario Argentino-Español.

1994: “Cospeles, por favor”.

1995: Comentario sobre su primer libro de cuentos.

“Informe de situación en el acceso Este”.

Otoño de 1995.

Calle de arrabal en el ocaso.

Primavera de 1997.

Wakamik.

Hoy.

Abril de 1998: “La literatura en las Islas Baleares”.

El idioma en las Islas Baleares.

Poema en catalán y en castellano.

A Mallorca, durant la guerra civil

Otoño de 1998: “El siglo de Oro según Pérez-Reverte”.

30-03-2000: acerca de “la ortografía y “la memoria”..

En torno a “Sistema de Evaluación – Electrónica II”.

“Ante un examen”.

Generalidades.

Aprobación por promoción.

Aprobación por examen final

Criterios generales de corrección y evaluación.

Ejemplos de preguntas en coloquios integradores.

Septiembre de 2003: Festival de Poesía..

Si ves a mi musaraña.

Canción de cantar un canto.

Transformaciones.

2003: “Estudios Catalanes” – Año I, Nº 1.

26-08-2004- Café Literario en Santa Fe de la Vera Cruz.

Presencia de Alberto Miyara.

Noviembre de 2004: encuentro en un Festival de Letras.

Encuentro con abuelos en el Colegio Español de Rosario.

“Café Literario” en la Casa de Gobierno de Santa Fe.

09-06-2005: “Estudios Catalanes” – Año I, Nº 2.

Para leer y sonreír.

Calipenofa.

 

Alberto José Miyara -como él suele presentarse, tiene ascendencia judía-, nació en Rosario, en 1960. Ingeniero químico, trabajó en la industria, en investigación científica y en la docencia universitaria. Residió también en Buenos Aires y en Santa Fe. Por impulso de su vocación literaria, escribe poemas y cuentos que pueden ser leídos desde la niñez.  Ensayista, dramaturgo y traductor.  En 1988 recibió el premio otorgado por el diario santafesino “El Litoral  – 70 Aniversario”.

Impulsó la creación de la cátedra de idioma catalán en la Universidad Nacional de Rosario (1991).  Coordinador de la Asociación de Estudios Catalanes del Cono Sur de América. Ha traducido dos libros del castellano al catalán.

En 1992 integró una antología auspiciada por la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe y al año siguiente, una edición de la Municipalidad de Rosario.  En diarios y revistas han publicados sus juegos de palabras: Series “Desaforismos, Afrodismo y Dialoguismo”.

La Dirección de Cultura de la Municipalidad de Rosario convocó al Concurso de Cuento y Poesía para el bienio 1994-1995 y el organizado para Jóvenes Narradores Rosarinos fue otorgado a Miguel Sedoff y al poeta Alberto Miyara.

En el Concurso Provincial de Novela “Alcides Greca” 1994, el jurado integrado por los escritores Enrique M. Butti, Gloria Lenardon y José Luis Víttori seleccionó un conjunto de cuentos que fue editado en agosto de 1994, durante el gobierno de Carlos Alberto Reutemann, con apoyo de la Fundación “ARCIEN” presidida por el Dr. Leo J. Beltramini.

En 1999 publicó Antología de la literatura catalana actual, “selección de la literatura de ese idioma editada en Latinoamérica”.

Alberto José Miyara, colabora con instituciones oficiales y privadas de la capital santafesina, entre ellas la SADE (Sociedad Argentina de Escritores, filial Santa Fe), otras de la ciudad de Rosario, entre ellas:

  • Chalom Centro Comunitario (AMIA). Disertación durante dos horas acerca de “Escritores judíos de Rosario: apuntes para el estudio de una literatura”.

Actividades docentes…

El ingeniero Alberto José Miyara ejerce la docencia en el nivel universitario, en la Cátedra de Matemática II, en la  Facultad de Ingeniería de la Universidad
Nacional de Entre Ríos.

Desde 1991, Alberto Miyara desarrolla la cátedra de Lengua Catalana, un curso de enseñanza y lectura en idioma catalán que se dicta en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral, con financiación del Instituto Ramón Llull del Gobierno de Catalunya y que abarca un cuatrimestre

Es un educador a distancia, porque desde 1997 es posible leer sus propuestas en varias páginas web.

Es posible encontrar su información en “AECCSA’s Catalan Page” –
(http://www.geocities.com/aeccsa). Diccionario Argentino-Español para españoles”  en (http://www.el-castellano.com/miyara)

Durante el otoño de 2005, desde la Facultad de Bromatología informaron acerca de los Cursos de Catalán en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL a cargo del profesor Alberto Miyara, con una duración de un cuatrimestre, horario jueves y viernes de 20 a 21:30; orientados hacia la comunicación oral y escrita en ese idioma, con “opción de rendir el Certificado de Catalán del Institut Ramon Llull de Barcelona sin pago de aranceles. Opción de postular a la Beca Ramon Llull de Estudios Catalanes de la UNL, para desarrollar trabajos sobre lengua, literatura y cultura catalanas con publicación incluida”, propuesta extensiva a las personas que viajen a Catalunya a los fines de completar estudios o investigaciones.

Títulos de algunas obras editadas.

Entre sus obras editadas -algunas con premios municipales y provinciales-, se destacan:

– Cospeles, por favor.

– Cuando yo sea chico.

– Negro, púrpura y bastón.

En 1999, como traductor publicó “Antología de la literatura catalana actual”, primera editada en hispanoamérica.

Primer Diccionario Argentino-Español.

Alberto José Miyara, difundió desde la red de redes un diccionario con trescientas cincuenta palabras “para españoles y argentinos sensatos que reconocen que se trata de idiomas diferentes” y al decir del autor, es una lengua caracterizada por la “riqueza insultiva” y también ha criticado que “no se lo considere un idioma autónomo” porque desde su punto de vista, “aparentemente el argentino sería lo mismo que el español, del cual ni siquiera se podría considerar un dialecto diferenciado”.

Miyara se animó a decir en su Declaración de Principios al presentar ese diccionario, que los miembros de la Real Academia Española “serían mucho menos prestigiosos y serían invitados a infinitamente menos congresos si el idioma sobre el que legislan abarcara sólo a 40 millones de hablantes peninsulares (30, si descontamos los hablantes de catalán, gallego y vasco) en lugar de los 300 millones que habitan lo que ellos paternalistamente llaman Mundo hispánico”.

Incluyó en ese diccionario, un grupo de Palabras Peligrosas, porque son homógrafas y homófonas pero tienen significados diferentes si se pronuncian entre los argentinos.

“…son vocablos que en España tienen más significados que en Argentina o viceversa, y esas acepciones adicionales provocan terribles confusiones. Finalmente hay términos que tienen aproximadamente los mismos significados en ambos países, pero en los que varía la acepción primaria (aquélla en la que primero piensa el hablante cuando escucha la palabra)”…

Alberto Miyara explica cómo dos personas podrían estar hablando de lo mismo, aparentemente en idioma castellano y las dificultades de comprensión resultantes ante el uso de apócopes o de determinados sinónimos:

“Un argentino puede decirle a su interlocutor español que labura en la Muni y que para ahorrarse las combinaciones en el subte vino manejando y tuvo que estacionar sobre el cordón de la vereda. A lo cual su interlocutor español le puede replicar que curra en el Ayuntamiento y que por evitarse las correspondencias en el metro vino conduciendo y tuvo que aparcar sobre el bordillo de la acera”.

1994: “Cospeles, por favor”.

Alberto José Miyara fue seleccionado en el Concurso “Alcides Greca” 1994 convocado por la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Fe en 1994:  Dieciocho cuentos fueron incluidos en el volumen Cospeles, por favor, frase correspondiente al primer relato titulado: “Cuidado con el inspector”.  Siguen: Nadie me dice que no; Parlamentarios; Acotaciones al margen; Exactamente lo que usted necesita; La picazón subjetiva; Murciélagos; Instrucciones para el uso de la lluvia portátil; Capital nacional del churro; Eso sí que no; Cómo cambió Marita Alcañiz; Dime con quien sueñas; El archivo del Señor Zetung; Lo siento, me siento; Veinte pesos con cincuenta; Informe de situación en el acceso este; El profesor me hizo sonar; Qué hacer con los bolígrafos.

1995: Comentario sobre su primer libro de cuentos…

Un año después, Gabriela S. Nesossi con el título Un particular sentido del humor, desde el diario vespertino de la capital santafesina difundió algunas opiniones en torno a esa escritura:  [1]

“Hay un componente indiscutible que otorga unidad a esta serie de relatos: su particular sentido del humor.  El efecto humorístico esencial que los cruza no consiste en explosiones aisladas, o instantáneas, sino que se presenta como un elemento constitutivo sólidamente sostenido a lo largo de toda la serie por un narrador en primera persona cuyo estatuto analizaremos inmediatamente.

Nuestro narrador rara vez asume un nombre, y cuando lo hace, sabemos que es mero disfraz.  Como ‘Carlitos’, el personaje de Chaplin, no se definía por su oficio enteramente (boxeador, bombero u obrero) y subsistía como tal, con toda su vestimenta y batería de gestos; este personaje que narra en primera persona asume distintas identidades y peripecias (un simple ciudadano, un ingeniero, una escritora o un paranoico), pero lo reconocemos como uno y el mismo por su marca indeleble -marca específicamente escritura-: su sintaxis, su vocabulario, su rigurosa búsqueda de exactitud y corrección en cada afirmación y su minuciosa elección del léxico.  Esta constante que estructura los relatos en torno de una exploración poco usual en el campo del humor no está exenta de ribetes por momentos patéticos (como en ‘El archivo del Sr. Zeitung’), por momentos crítico-satíricos (como en ‘Capital nacional del churro’) o de gran ternura y afectividad (como en ‘Dime con quién sueñas).  Por ello es importante apreciar toda la serie bajo la unidad que le confiere este narrador, y entregarse en la lectura a los avatares que aparentemente la amenazan; vivir intensamente estas sensaciones hasta que el narrador, restaurado en el siguiente relato, se prepara para darnos otro ‘shock’.

Todos sabemos que el humor, si bien pone en juego toda nuestra disponibilidad afectiva, tiene origen en un hecho estrictamente intelectual.  Una serie lógica que goza de una irrefutable coherencia puede instantáneamente friccionar la zona de lo irrisorio provocando una vacilación en nuestra conciencia que desemboca en la risa (en estos relatos, en general, se trata de la consideración de todas las consecuencias posibles a partir de una situación dada, que suele ir de un hecho aparentemente simple hasta la total desmesura, en una especie de ‘crescendo’).  Por ello es difícil sostener largo tiempo un efecto humorístico, más aún, ponerlo a prueba en circunstancias de extrañeza o de dolor.  Miyara lo logra con este personaje-narrador que, disfrazado con diversos oficios o nombres, siempre nos escamotea algo de sí y se autopreserva en una neutralidad necesaria a sus fines: explorar y explotar las posibilidades de ficción para extraerle el máximo de eficacia en la transmisión de sensaciones, afectos e ideas; persistir como maestro de ceremonias y artífice de todos los efectos.”

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Agrego diez años después de la lectura de ese comentario, al anochecer del viernes 15 de julio, cuando regresé de la Biblioteca  Pedagógica “Domingo Faustino Sarmiento”, de Santa Fe de la Vera Cruz, creada en 1915…

“Hay gente gris y cansada. Es la gente

de todas partes, que un día cualquiera

se mira en el espejo y ya no tiene

vergüenza ni valor para romperlo.

                                            Miguel Martí i Pol.”

No ha sido por casualidad que Alberto Miyara seleccionara esos versos para comenzar su escritura, después de los pertinentes agradecimientos y de la dedicatoria impresa: “A la OK”.

(Tampoco ha sido por casualidad el impulso interior que generó esa transcripción en estas páginas, porque aunque no hablo en catalán -con ayuda de dos diccionarios-, ya leí varios libros escritos en ese idioma y cité algunos párrafos: Les Nostres Veles (textos e ilustraciones de Agustí Ma. Vilà y Galí, 1984; Relatos… de Joan Baptista Doménech i Artau, Club Marina de Lloret de Mar, 1987; Navegants i Mercaders, Club Marina de Lloret, 1989; L’Ensenyament a Lloret de Mar (1599-1936) por Joan Doménech i Moner, verano de 1991;  Vivencies i records por Lluís Parés i Macià; Club Marina de Lloret de Mar, 1993; Quadern de Bitàccola, Cofraria de Sant Elm, Lloret de Mar, 23 de abril de 1995, día de San Jorge…  [2]

“Informe de situación en el acceso Este”

“Todo empezó, parece, con los niños que se apostaban, provistos de gasas, junto al primer semáforo del acceso Este. Al encenderse la luz roja, las criaturas se abalanzaban sobre los automóviles que se detenían y procedían a repasar los parabrisas con sus paños.  Cuando concluían su labor miraban inquisitivamente al conductor y por lo general recibían alguna propina de éste, o, en caso de no recibirla, pateaban furibundamente los guardabarros o rayaban la pintura con unos guijarros recolectados al efecto.

Más tarde se les unieron unos individuos con un surtido muy completo de gorros que alcanzaban a los automovilistas para su examen mientras se llevaba a cabo el aseo de parabrisas.  Posteriormente vinieron quienes ofrecían caramelos y garrapiñadas, propuesta alimenticia que gradualmente progresó hasta convertirse en una bandeja con platos de carne y verdura elaborados en unos precarios anafes instalados en la banquina.  Algunos de ellos inclusive daban a optar entre una variedad de menús.

Con el tiempo se fue ensanchando el especto de los servicios y mercancías ofrecidos, y llegó el punto en que casi todo aquello que se conseguía en el centro de la ciudad también era posible obtenerlo en el acceso Este, desde joyas hasta conferencias, desde electrodomésticos hasta el asesoramiento de profesionales.   Un día, llegando desde Brachichitos, fui abordado por un odontólogo que examinó mi dentadura y al encontrar dos caries se dedicó en el acto a su tratamiento.  En el proceso se encendió varias veces la luz verde, y sin embargo nadie me tocaba bocina.  Cuando pude mirar para atrás comprendí por qué: el automovilista que me precedía estaba siendo afeitado a la navaja; dos coches atrás la conductora era sometida a una manicura muy completa; y escenas similares se repetían a lo largo de toda la fila de rodados detenidos.

En otra ocasión se me aproximó un cura para confesarme y lo rechacé aduciendo mi religión judía.  No terminaba de revelar ese dato cuando un sujeto de barba y sombrero negro desplazó al sacerdote y comenzó a recitarme, en hebreo, el Salmo 92 de David.

El resto es historia conocida.  Desde hace tres semanas el tráfico avanza a paso de tortuga por el acceso Este, y sobre ese lento flujo automotor se lleva a cabo el 34% del comercio minorista, el 17% de las prestaciones médicas y el 19% de las transacciones inmobiliarias de la ciudad.  Las autoridades municipales esperan que de un momento a otro se desencadene la tormenta torrencial que desbande a la caterva de mercaderes y profesionales allí instalada.  Y mientras ello no sucede, todavía otro servicio se ha comenzado a ofrecer: el de helicópteros gigantescos que, por un precio razonable, levantan coches de la interminable fila y los transportan a cualquier punto de la ciudad.”   [3]

 

Alberto Miyara no sólo mira, también ve y describe con ironía, cómo se promueve la cultura del trabajo, en la zona de los accesos a la ciudad o a las rutas

Quien desconozca esta región del litoral argentino, creerá que la desbordante imaginación del escritor ha generado extraños personajes y pobladores locales con memoria pensarán que aparentemente se ha puesto en marcha otra revolución productiva… mientras es indudable que todavía no ha llegado el momento del encuentro ecuménico.

Lo realmente fantástico -valga la expresión-, es que en el territorio argentino hayan comenzado a ofrecer los servicios de helicópteros… ¡de helicópteros gigantescos por un precio razonable!… mientras la mayoría de los servicios de transporte público son tan irregulares y deficientes…

“¡Cospeles, por favor!”… es el persistente eco de la voz del inspector del subterráneo.

“…y yo apenas podía dar crédito a mis oídos.”  [4]

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“La busquedad con que me espetó ‘Su cospel, por favor’ daba cuenta de su frustración ante mi hallazgo de último momento, como si realmente tuviera los medios, sustentados en alguna legislación municipal, para reprimirme en caso de no presentar la ficha.

Parsimoniosamente obedecí al inspector, echando por la borda la última oportunidad de salvar mi autoestima. El inspector estudió el cospel unos instantes y luego lo perforó con su pequeño taladro, soplándome el polvo de aluminio a la cara a manera de minúscula venganza.  Me lo devolvió.  Pensé que si eso no era un sueño, podría más tarde pasarle una cadenita por el agujero y llevarlo colgado del cuello.  Seguí pensando en música.”

Otoño de 1995.

Desde el suplemento Cultura y Ciencia del diario “El Litoral” de la capital santafesina, el sábado 1º de abril de 1995 difundieron un soneto de Alberto J. Miyara:

Calle de arrabal en el ocaso

Un sol dulce se infunde en el poniente,

sumido sin remedio en el hechizo

de un rincón de ciudad ambivalente

donde las calles mueren sin aviso.

Toda angustia resulta insuficiente

si el paisaje se vuelve antojadizo,

con modorra simétrica de puente

o escándalo de techo corredizo.

Toda esquina se vuelve algo confusa.

Todo aquello que amamos se disfraza:

Todo árbol, toda flor, toda paloma…

Bajo el ojo sagaz de la lechuza,

el jazmín opulento de una plaza

ha inaugurado el tiempo del aroma.

 

Primavera de 1997.

El sábado 25 de octubre de 1997 desde Santa Fe de la Vera Cruz, informaron acerca del V Festival Latinoamericano de Poesía e incluyeron el comentario de Alberto Miyara titulado La cita de Rosario:  [5]

Nuevamente Rosario ha convocado a los poetas de este continente a la quinta edición del Festival Latinoamericano de Poesía.  Ochenta y tres creadores (de los cuales trece extranjeros) compartieron experiencias y lecturas y se volcaron a la sociedad en un clima de alta camaradería y perfecta organización.

Durante cuatro días el mundo literario rosarino se ha poblado de las pintorescas voces de los países hermanos. Escuchar aquí y allá un ‘¡Híjole!’, un ¿Mande? o un ¿Qué tu dice?, nos ha venido a recordar que la lengua castellana es un mosaico con mil matices; escuchar más tarde las mismas voces recitando sus versos, sin apenas dificultades de comprensión, nos ha permitido confirmar la extraordinaria unidad del idioma subyacente tras su aparentemente fragmentada superficie.

El Festival ha estado esta vez dedicado a la memoria de Raúl Gustavo Aguirre, Edgar Bailey y Juan Manuel Inchauspe, cuyos textos fueron leídos por el acto televisivo Oscar Martínez durante la velada inaugural. El programa incluyó catorce mesas de lectura, tres talleres de escritura, conferencias y los paneles ‘Poesía y multimedia’, ‘Poesía y poder’ y ‘Mujer y poesía’, cerrándose el festival con un encuentro con Juan Gelman.

La realización de un evento (sic) de tales características invariablemente conlleva una serie de cuestionamientos relativos a la verdadera implantación de la poesía en la sociedad.  ¿Se trata de un festival elitista, destinado a los pocos que ‘entienden’ la poesía?  ¿O es un acontecimiento de carácter masivo, que pone el quehacer poético al alcance de gentes que normalmente no leen sencillamente porque no saben que esas obras existen?  La única medida que tenemos de ello es la respuesta del público: lleno total en la apertura y el cierre; y un marco más que digno para cada una de las actividades llevadas a cabo, aun en horarios inconvenientes para una mayoría de la población.  Obviamente no esperaremos para este festival la misma convocatoria que para un evento deportivo; si podemos evaluar que las expectativas en materia de concurrencia se han complicado plenamente.

Son encomiables las iniciativas aperturistas que ha evidenciado en esta edición el Festival.  Descartando cualquier elitismo, se ha dado lugar a poetas inéditos, a los jóvenes y a los estudiantes de escuelas secundarias, protagonistas de sendas mesas que no fueron las menos concurridas (ni las menos elogiadas); como también se ha presentado el espacio ‘Enganchados en la mente’, dedicado a los internos de una institución psiquiátrica.

A disposición del público ha estado un cuaderno abierto en que los visitantes inscribieron sus opiniones, críticas, definiciones y aun asociaciones libres.  Leemos así una receta vital: ‘Amar, vivir, hablar en poesía / sin pensar que morimos cada día’. (Zoraida Puchetta); una paráfrasis de Talmud: ‘¿Si no la poesía, qué? (Juan C. Salman); un grave cuestionamiento: ‘¿Y para qué tanta palabra inútil, si existe el amor?’ (anónimo); y una pregunta inquietante: ‘¿Y si Dios fuera una mujer?’, cuya confusa firma, luego de examinarla un rato, concluimos pertenecía al mismísimo Gelman.

Durante la cena de clausura, el Secretario de Cultura de Rosario, Héctor Tealdi, anunció el proyecto de declarar a Rosario Capital Nacional de la Poesía, para lo cual solicitó la ayuda de su contraparte de la provincia, Subsecretario Raúl Bertone.  Entendemos que la ejemplar continuidad de este festival -que ha sobrevivido a distintos cambios de administración y de gestiones culturales- haría a la ciudad del sur provincial plenamente merecedora de ese título y de los beneficios en materia de promoción turística y cultural que debería traer aparejados.”

(En la misma página reiteraron declaraciones de la novelista y poeta Luisa Pelufo: “Falta el apoyo privado”.  Dijo que un festival sirve “para conocer voces que veces son toda una sorpresa” y nombró al guatemalteco Humberto Ak’Abal -residente en la montaña que se expresa en su idioma mayha k’iche, con traducciones al castellano y fue uno de los poetas más aplaudidos” y al colombiano Henry Luque Muñoz”.)

Alberto Miyara es un poeta interesado en el análisis de distintas formas de expresión en diferentes lenguas y suele traducir algunos poemas.

En consecuencia, reitero aquí reitero el original y la traducción de un poema de Humberto Ak’ Abal, de Guatemala leído durante el Festival Internacional de Poesía promovido también por Miyara:

 

Wakamik
Hoy
Are jampa’ xin k’astaj mer

man xin riqtawib’.

 

Xin  b’inib’ej  b’e

Xuquje uq’ab’b’e

k’atek’uri xin riqu’wib’,

in kul puwi jun tanatik re qux

chi uxe’re nimalajtaq k’isis

tajan kin tzijon ruk’ ri mayul

kin waj kin sach pa nu jolom

ri man kab’anta kwinick che.

 

Chi uxe’ri waqan

uxaqche’ xwi uxaqche’.

Hoy amanecí fuera de mí

y salí a buscarme

 

Recorrí caminos y veredas

hasta que me hallé,

sentado sobre un borde de musgo

al pie de una cipresalada

platicando con la neblina

y tratando de olvidar

lo que no puedo.

 

 

A mis pies

hojas sólo hojas.

 

 

Abril de 1998: “La literatura en las Islas Baleares”.

A fines del siglo veinte se acentuó el intercambio entre comunidades de las Islas Baleares y grupos de la capital santafesina.  Estuvo en Santa Fe de la Vera Cruz el presidente de las Islas Baleares, “comunidad autónoma española de singular personalidad cultural” -siguiendo lo expresado por Alberto José Miyara- y una vez más fue posible reconocer que “la producción literaria de esa región, escrita en la variedad insular de la lengua catalana, ha alcanzado una calidad indiscutida dentro del ámbito de ese idioma, ejerciendo una influencia absolutamente fuera de proporción con la reducida población de las Islas.”

El idioma en las Islas Baleares…

Expresó Miyara que “las Islas Baleares (o, para ser más estrictos, Baleares y Pitiusas, comprendiendo las primeras Mallorca y Menorca y las segundas Ibiza y Formentera) constituyen una de las diecisiete comunidades autónomas españolas, e indudablemente la más singular de todas ellas.  Son una de las dos comunidades no continentales (con las Canarias) y una de las siete de lengua propia no castellana (con Cataluña, Valencia, el País Vasco, Navarra, Galicia y Asturias).  Ambos hechos -la insularidad y el idioma- constituyen lo que se ha dado en llamar hechos diferenciales que marcan a fuego la identidad baleárica.

En las Baleares se habla catalán desde que en 1229 Jaume I (El Conquistador) las recuperó para el cristianismo de manos musulmanas, repoblándolas con gentes de Cataluña.  A lo largo de los siglos, la lengua ha ido evolucionando en las islas de un modo diferente al catalán continental, conservando algunos rasgos arcaicos y desarrollando un vocabulario propio, de manera más o menos parecida a como lo hacen casi todos los dialectos consecutivos (es decir, aquéllos resultado de una conquista) cuando están geográficamente separados de su metrópoli.  De todas maneras, el catalán de las Islas y el del continente son mutuamente comprensibles, y el Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares establece que el catalán es la lengua propia de la Comunidad.

A un mallorquín corresponde el mérito de haber sido el primer escritor europeo en utilizar una lengua vulgar (es decir, no el latín) en la composición de obras filosóficas y literarias.  Ramón Lull, nacido en Palma de Mallorca en 1232 y muerto en la misma ciudad hacia 1315 enriqueció la lengua catalana con la introducción de innumerables cultismos; y aunque también escribió fluidamente en latín y en árabe, es en catalán que produce sus obras más sobresalientes, tales como ‘Cant de Ramón’, en poesía, o ‘Llibre d’Evast i Blanquerna’ y ‘Llibre de les maravelles’, en prosa.  Su obra ha sido profundamente estudiada por diversos investigadores por su estilo nítido y purísimo, tanto en las obras de ficción mencionadas como en sus ensayos filosófico religiosos, tales como el célebre ‘Llibre del gentil i dels tres savis’ en donde se relata la conversación de un escéptico a cargo de un trío cristiano-judeo-musulmán.

Luego de este hito inicial del medioevo, la iniciativa de la creación literaria en catalán pasó a manos valencianas y así se mantuvo hasta la llamada Decadencia, sobrevenida en el siglo XVI como consecuencia de una serie de factores, entre ellos la extinción de la casa de Barcelona y el traslado a Madrid del poder político, el cual poco a poco fue sojuzgando a los idiomas periféricos hasta que en 1715 los suprimió por completo a través de los tristemente célebres decretos de Nueva Planta.

Sin embargo, ya hacia fines del propio siglo XVIII se empezó a insinuar una reacción.  En Menorca -por entonces en manos inglesas- surgió la figura de Joan Ramis i Ramis, notable dramaturgo especialmente recordado por su tragedia Lucrecia.  Luego, ya en el siglo XIX, se produjo la Ranaixença o renacer de las letras catalanas, que en as Islas dio lugar a uan Escuela Mallorquina, de tendencia clasicizante, caracterizada por su equilibrio y perfección formal en el desarrollo de un sugestivo paisajismo mediterráneo y cuyos mejores exponentes fueron Miquel Costa i Llobera y Joan Alcover.

Ya en nuestro siglo, la contribución baleárica a la lengua catalana queda manifiesta en el monumental Diccionari Catalá-Velenciá-Balear compilado por los mallorquines Antoni M. Alcover y Francesc de Borja Moll.  La literatura culta conoce un desarrollo asombroso, con autores como el dramaturgo Nicolau M. Rubió i Tudurí o los poetas María-Antónia Salvá, Miquel Ferrá y Guillem Colom.   Mención aparte merecen dos escritores extraordinarios: el novelista Lorrenç, Villalonga, auor de las formalidades novelas.  ‘Mort de dama’ (‘Muerte de dama’) y ‘Bearn o la Sala de les nines’ (‘Bearn o la sala de muñecas’), pinturas descarnadas de la sociedad mallorquina y a un tiempo sátiras mordaces de cierto costumbrismo; y el poeta Bartomeu Rosell-Pórcel, que, inspirado en modelos simbolistas, e incorporando asimismo ingredientes barrocos, logró sin embargo una poesía plenamente identificada con las manifestaciones populares, de singular belleza y una extraordinaria nitidez.

Luego de la guerra civil, y aun con el riesgo que suponía escribir en un idioma sobre el cual pesaba una prohibición estatal, autores como los poetas Mariá Villangómez o Josep Maria Llompart, o el polígrafo Blai Bonet, pasaron la posta de una literatura que sólo esperaba condiciones adecuadas para eclosionar.  En efecto, con la restauración de los idiomas no estatales en la España democrática la literatura baleárica en lengua propia ha producido su peque boom.  Así tenemos que poetas como el menorquín Ponç Pons ganan el Carles Riba, el máximo galardón poético de las letras catalanas, o que narradores como Carme Riera se alzan con el Premio Nacional de Literatura de España, en el cual compiten autores de todas las lenguas del Estado, lo cual marca una proyección de la literatura de las Islas Baleares hacia ámbito que exceden su marco lingüístico; sin olvidar a poetas jóvenes y valiosos como Pere Rosselló Bover, Andreu Vidal y Margalida Pons.

Las Islas Baleares, con no más de 700.000 habitantes, están así marcando una profunda presencia en el panorama cultual español, con una literatura que, nutrida en el paisaje y en  las tradiciones de un pueblo de casi 800 años de existencia, está alcanzando el reconocimiento universal a que sólo pueden aspirar los artistas que pintan su aldea; es decir, que no olvidan sus raíces.”

En la misma página, reproducción de la tapa de Emigrants illencs al río de la Plata – (La vida asociativa a Buenos Aires i Montevideo), edición de Vice-President del Govern Balear”.  Consta que “el gobierno balear ha subvencionado trabajos de investigación sobre la emigración de ese origen en nuestro país.”

Poema en catalán y en castellano.

Alberto José Miyara tradujo al castellano el poema de Bartomeu Rosselló-Pórcel, titulado:

A Mallorca, durant la guerra civil

A Mallorca, durante la guerra civil

 

Verdegen encara aquells camps

i duren aquelles arbredes

i damunt del mateix atzur

es retallen les meves muntanyes.

Allí les pedres invoquen sempre

la pluja difícil, la pluja blava

que ve de tu, cadena clara,

serra, plaer, claror meva!

Soc av ar de lallum que em resta dins els ulls

I que em fa tremolar quan et recordo!

Ara els jardins hi són com músiques

i em torben, em fatiguen como en un tedi lent.

El cor de la tardor jas’hi marceix,

concertat amb fumeres delicades.

I les herbes es cremen a turnos

de cacera, entre somnis de setembre

i boires entintades de capvespre.

Tota la meva vida is lliga a tu,

com en la nit les flames a la fosca.

 

Verdean aún aquellos campos y permanecen aquellas arboledas

y sobre el mismo celeste

se recortan mis montañas.

Allí las piedras invocan siempre

la lluvia difícil, la lluvia azul

que viene de ti, cadena clara,

sierra, placer, claridad mía!

Soy avaro de la luz que me queda en los ojos

y que me hace temblar cuando te recuerdo!

Ahora los jardines son como músicas y me turban, me fatigan como en un tedio lento.

El corazón del otoño ya se marchita

al ritmo de delicadas humaredas.

Y las hierbas se queman en los montes

de las cacerías, entre sueños de septiembre

y nieblas teñidas por la puesta.

Toda mi vida se une a ti,

como en la noche las llamas a las sombras.

(Ese poema fue leído en el acto realizado en noviembre de 2004 en la casa de gobierno de la provincia de Santa Fe, durante el Café Literario auspiciado por la Secretaría de Cultura provincial y la SADE, Sociedad Argentina de Escritores, filial Santa Fe.)

Otoño de 1998: “El siglo de Oro según Pérez-Reverte”.

(Ecos… El sábado 24 de enero de 1998, en la segunda página del suplemento Cultura del diario vespertino santafesino, con recuadro escribieron:  “¡Pardiez, capitán Alatriste” ‘Limpieza de sangre’, de Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara, Buenos Aires, 1997.” Reproducción de la tapa y este texto: “Tras el éxito de ‘El capitán Alatriste’, he aquí el segundo título de las aventuras del susodicho: ‘Limpieza de sangre’.  Aquí el amigo de Alatriste, don Francisco de Quevedo, introduce al héroe en aventuras que comienzan con un asesinato y continúan entre lances, tabernas, garitos, intrigas y estocadas en la peligrosa Madrid de Felipe IV, donde las hogueras arden durante toda la noche (‘La gente se quedó hasta muy tarde en el quemadero de la puerta de Alcalá, incluso cuando los penitenciados no eran más que huesos calcinados entre pavesas y cenizas’).  Los adictos al entrechocar de espadas y aventuras recibirán con alegría que ya se anuncian cuatro nuevos títulos del capitán Alatriste: ‘El sol de Breda’, ‘El oro del rey’, ‘Misión en París’ y ‘La venganza de Alquézar’.”

(No hay firma ni iniciales del autor del comentario.)

 

Alberto José Miyara desde el litoral santafesino, el 11 de abril de 1998 logró informar que “a su paso por nuestra provincia, Arturo Pérez-Reverte presentó “Limpieza de sangre”, segundo título de la serie de aventuras del Capitán Alatriste.  Fenómeno absoluto de ventas a nivel español, el ex reportero de guerra ha creado un tipo distinto de novela histórica, disfrutado por igual por el lector veterano y por los estudiantes secundarios, que a menudo asoman a través de él por primera vez a la narrativa de ficción”.   [6]

Miyara destacó que al “leer en la última página de un libro ‘Esa primera edición de 250.000 ejemplares se terminó de imprimir…” no puede menos que imponer respeto.

No estamos aquí ante un escritor de elite, refugiado en una minoría de lectores fieles, pero tampoco se trata de un fabricante de best-sellers que aplica remanidas recetas de un modo no muy distinto a como lo haría un computador personal.   Si se quiere, si existe una receta para el libro que ha merecido semejante tirada inicial, pero ésta no se encuentra en los manuales sino que es original de su autor, el otrora corresponsal de guerra y hoy escritor profesional español Arturo Pérez-Reverte.

La serie “Las aventuras del capitán Alatriste”, lanzada a fines de 1996, ha obtenido un éxito que es transversal a la sociedad española, pero que ha sido notable sobre todo en el segmento juvenil de la población.  Ya se han publicado dos títulos y están en ejecución al menos cuatro más.  Dialogamos con Pérez-Reverte tras la presentación rosarina de “Limpieza de sangre”, el más reciente de los que hasta vieron la luz. (sic) …de los que hasta ahora vieron la luz.

¿Cuál es el secreto de una novela para adolescentes que los adolescentes leen?

-Lo ignoro porque yo no hago novelas para adolescentes.  Que la serie del capitán Alatriste haya alcanzado popularidad entre los lectores de 13 a 18 años (al punto de haberse adoptado masivamente en la enseñanza media) sorprendió a muchos, a mí el primero.

            Sin embargo, hay varios detalles que parecen específicamente dirigidos a ese público.  Por ejemplo: un protagonista adolescente que despierta al amor;  /…/

-Características parecidas se encuentran por ejemplo en Moby Dick, que no es una novela juvenil.  Los textos de esta serie están pensados para cualquier persona capaz de leer en castellano.  De hecho, la serie rehuye a los tics habituales en los libros para estudiantes de media e incorpora aspectos que no lo estándar en este tipo de literatura, empezando por su ambientación en el Madrid del Siglo de Oro.

            ¿Por qué una novela histórica más, en estos tiempos en que a cada semana se nos inflige una nueva?

-Yo he comprendido esto como una especie de deuda que tenía con la época de mi formación literaria, adoptando elementos del folletín (uno de mis géneros predilectos) pero situándolos en el siglo que ha dejado los más notables monumentos literarios de nuestra lengua.

            ¿Cómo superaste el desafío del lenguaje, un escollo que suele malograr los intentos de ambientación histórica de más de un escritor experimentado?

Bien dices: un escollo de cuidado.  No se trata solamente de regar tu texto de “pardieces” e “hideputas”; se trata también de abstenerse de los términos y giros actuales que en aquella época no estaban vigentes.  Y el todo, pese a sonar levemente arcaico, debe entenderse.  Esto exige una preparación lingüística concienzuda y una concentración muy intensa, y aún así el inconsciente a veces te juega malas pasadas.  El otro día me señalaba una lectora de Córdoba, y con toda razón, que en un lugar de “Limpieza de sangre” aparece la palabra burocracia, que en 1623 no existía.

Pasemos a la temática de la novela. ¿Puede hablarse de un ajuste de cuentas con la historia de tu país?

-A esta altura de las cosas no.  En 1623, esta novela hubiera sido transgresora. Pero desde la vuelta a la democracia se ha escritor mucho y muy bueno sobre la Inquisición, y “Limpieza de sangre” no puede aspirar, ni lo pretende, a la función de denuncia o revisionismo histórico.  Entonces parto de la base de que le gente está al tanto de aquellas atrocidades y pongo en escena a los personajes que las sufren en carne propia.  De hecho, la historia se basa en el encargo que recibe el capitán Alatriste, una espadachín a sueldo, (sic)  de rescatar a una novicia retenida en un convento.  Es decir que se mete con la Iglesia, y la represalia de ésta se enmarca en la Inquisición.

            En escena aparece el mismísimo Francisco de Quevedo…

-Yo encuentro que Quevedo es el escritor más importante en lengua española.  Me apetecía tenerlo de compañero de aventuras, y ya que la acción transcurría a principios del XVII ¿por qué no incluirlo?

            ¿No son demasiado actuales algunas de las reflexiones del narrador?  Me refiero por ejemplo a su visión crítica y objetiva del trato que la Iglesia dispensaba a los judíos.

-No tanto.  La historia es narrada desde la vejez por Iñigo, el mozo que acompaña a Alatriste en sus aventuras.  Hace unas reflexiones en que se entremezclan la ecuanimidad y el buen juicio que llegan con los años con las memorias vividas que guarda de aquella epopeya juvenil.  Ciertamente son unas consideraciones llenas de corrección política, en una época políticamente incorrectísima; pero nos engañaríamos si pensáramos que todos eran trogloditas insensibles en aquellos tiempos.  Fíjate que en el monólogo de Marcela, en el Quijote, hay unas razones y unos argumentos que bien podría suscribir un grupo feminista de nuestros  días.  No es desde ayer que hay gente en ese mundo alzando su voz contra la injusticia, venga ésta del Estado, del clero o de la sociedad.

            Existe algún proyecto cinematográfico en el horizonte para el capitán Alatriste?

-No de momento.  Hasta el presente se han rodado cuatro de mis libros, pero con la excepción de “El maestro de esgrima” las versiones fílmicas no me han satisfecho.  “Territorio comanche” por ejemplo, difundida el año pasado en la Argentina, no es el libro que yo escribí, pese al excelente trabajo de Cecilia Dopazo.  Yo no haría filmar al capitán Alatriste si no fuera con las máximas garantías de que va a salir lo que yo imaginé, lo cual en términos prácticos significaría una permanentemente injerencia mía en el proceso de rodad.  Hasta ahora firmé contratos, y salió lo que salió; me da la impresión de que para hacer del capitán Alatriste lo que a mí me gustaría ver en la pantalla tendría que contratara yo a alguien, y hoy por hoy sencillamente no están dadas las condiciones para ello.

30-03-2000: acerca de “la ortografía y “la memoria”…

Desde una página web, el ingeniero Alberto José Miyara con el título “La memoria en las carreras de ingeniería”, difundió diversas observaciones, análisis y conclusiones:

Hace un tiempo, un estudiante vino a mostrarme un programa FORTRAN que no le funcionaba. Le pedí el código fuente y lo examiné. Me di cuenta de que había escrito la instrucción DIMENCION, con C, y se lo señalé.

El estudiante se quedó reflexionando durante varios segundos.

-¡Ah, cierto -manifestó finalmente-; en inglés es con S!

Una enseñanza de esta anécdota, aunque quizá no la que extrajo el estudiante, es que la ortografía, en contra de lo que habitualmente se supone, tiene una utilidad. Pero ¿por qué está actualmente tan desprestigiada? La ortografía media de los hablantes de castellano se empobreció a ojos vistas en los últimos años. Se sabe que existe el fenómeno de la dislexia, pero éste afecta a una fracción ínfima de la Humanidad, que por otro lado se ha mantenido estable a lo largo de la historia, al igual que el porcentaje de zurdos. ¿Por qué, entonces, la gente escribe cada vez peor?

En realidad, el proceso se inscribe dentro de un descrédito más general: el de la memoria. En los últimos años, los planes educativos han venido a poner en tela de juicio lo que se sabía desde hacía varios milenios, esto es, que la memoria es la piedra angular del aprendizaje. Eslóganes absurdos como “no hay que informar, sino formar” ignoraban olímpicamente el hecho de que para formarse antes hay que contar con una cantidad considerable de información. Por ejemplo, no nos podemos formar en ninguna disciplina si no hablamos un idioma. Pero el vocabulario de todas las lenguas es algo absolutamente arbitrario que aprendemos no estableciendo ninguna relación lógica entre significante y significado, sino lisa y llanamente de memoria.

La ejercitación de la memoria es tan importante que en realidad cabe preguntarse si no debería constituir por sí sola materia de estudio. El enfoque tradicional del aprender a memorizar era tratarlo como una asignatura transversal. En todas las materias se le requería al estudiante esfuerzos significativos de retención, de modo que tarde o temprano el alumno se veía obligado a desarrollar estrategias de memorización. (A quien sostenga que esto era absurdo se lo puede confrontar con las estadísticas sobre ortografía que apuntábamos más arriba.) Pero hoy en día tales estrategias ya están muy bien estudiadas, al punto que se las ha volcado en manuales que se cuentan entre los escasísimos libros de autoayuda dotados de alguna utilidad. Cuando se reconozca la necesidad de incorporar el tema oficialmente a la currícula, (sic) esos volúmenes pasarán a la categoría más prestigiosa de libros de texto, aun cuando no avancen en nada sustancial sobre los actuales.

Se ha insistido a menudo en que la memorización es válida únicamente en el contexto de “conocimiento significativo”. En otras palabras, solamente se le puede pedir a un alumno que memorice si al mismo tiempo se le explicita, o se le permite entrever, la utilidad inmediata de esa memorización. Se trata de un grave error. En realidad, se podría y se debería exigir que los alumnos “ingresen en su base de datos” información de cultura general, tal como se hacía el siglo pasado, sin necesidad de garantizarles que alguna vez la van a usar. El motivo de esto es doble. Por un lado, mientras más ejerciten su memoria, más ágil la van a tener para los datos que sí van a usar. Por otro lado, el tener una cantidad de datos incorporados les puede abrir interesantes perspectivas allá donde no lo esperaban. Por ejemplo, quizá parezca inútil que un ingeniero se sepa las capitales de los países del mundo, pero si en un congreso ese ingeniero conoce a un empresario nigeriano interesado en cerrar contrato con alguno de los presentes, indudablemente lo ayudará el saber de antemano la capital de Nigeria (es Abuja).

En Ingeniería las distintas cátedras requieren que los alumnos memoricen determinadas definiciones, conceptos, técnicas operatorias o demostraciones. Esto no es gratuito como se podría inferir de un análisis superficial. El motivo es que algunos de esos ítem son de uso tan frecuente que el estudio de la Ingeniería se vuelve imposible, o al menos extremadamente engorroso, si no se los tiene adecuadamente memorizados. Algunos alumnos objetan, por ejemplo, que se los haga memorizar la primitiva de la función 1/(1+x2). ¿No es mucho más meritorio conocer el mecanismo de integración por sustituciones trigonométricas (¡eso sí es formativo!) y usarlo para deducir la primitiva de 1/(1+x2) cada vez que se la necesita? Por otro lado, ¿no existen las tablas para evitarnos ese uso indebido de la memoria? La respuesta a ambas objeciones es un rotundo no. Más adelante, cuando estudian transformadas de Laplace, los alumnos toman conciencia de que esa primitiva aparece con una asiduidad tan extraordinaria que les representaría una pérdida de tiempo inaudita deducirla o aun consultar la tabla cada vez que se presenta.

Otro error bastante frecuente de los estudiantes es aducir que difícilmente en la vida profesional se vean obligados a ejecutar tal o cual operación o técnica complicada que se les exige saber al dedillo. Por un lado, esto no es necesariamente así (si se dedican a la investigación científica les terminará resultando risible la operatoria relativamente sencilla de los cursos de grado); pero por otro lado no hay que perder de vista que el objetivo de muchas asignaturas no es brindar una herramienta final sino una de uso intermedio: conocimientos que sirven para adquirir otros conocimientos. Y es el docente el que, con la intuición que le brinda la práctica educativa, ayuda al estudiante a discernir en qué le conviene invertir su memoria para progresar en esa cadena de saberes.

Por poner sólo un ejemplo, algunos estudiantes se desconciertan cuando se les presenta el concepto de velocidad media, que se les pide que aprendan para siempre. ¡Un automovilista de F1 tiene una velocidad media de 0 cuando terminó de dar las ochenta y pico de vueltas de una carrera! ¿De qué puede servir retener este concepto que no refleja para nada lo que pasó en la pista? La clave está en que el concepto de velocidad media permite después, por el paso al límite, definir el de velocidad instantánea, cuya utilidad nadie podría objetar. Y muchas de las cosas que después se descubren sobre velocidad instantánea resultarían incomprensibles si no se tuviera en mente -esto es, si no se hubiera memorizado- que es el límite de una velocidad media.

Otro ejemplo es la resolvente de la ecuación cuadrática. Sirve como auxiliar para resolver ecuaciones que describen una cantidad muy notable de fenómenos ingenieriles, tales como las oscilaciones elásticas, la conducción del calor o la flotación de buques. Al mismo tiempo, la expresión de esa resolvente es sencilla. Los docentes han concluido, correctamente, que lo que se gana memorizándola es tanto que sería una lástima no hacerlo. Ningún estudiante se puede quejar de que se lo exijan (en realidad, pocos lo hacen, en este caso particular). La resolvente de la ecuación de tercer grado, en cambio, es mucho más complicada y no tiene tantas aplicaciones cotidianas, y por lo tanto el consenso general entre los educadores es que no vale la pena memorizarla.

Indudablemente, también es beneficioso que el docente estimule al estudiante para que éste no visualice el proceso de memorización como algo burocrático. Pero aun cuando el alumno no tenga la suerte de recibir esta motivación por parte de sus docentes, jamás debería perder de vista el rol esencial que ha de cumplir la memoria en su proceso de aprendizaje. Mientras mayor sea el bagaje de información que retenemos en nuestro cerebro, mejores elementos tendremos para establecer relaciones entre nosotros y la realidad, y entre los distintos elementos que componen esta última. No es verdad que dé lo mismo tener dicho bagaje almacenado en la cabeza o en un disco rígido. Indudablemente, los descubrimientos trascendentes debidos a individuos, tales como el principio de indeterminación de Heisenberg, no surgieron porque ellos contaran con bibliotecas muy completas, sino porque tenían asimiladas una cantidad de nociones que les permitieron en algún momento llegar al concepto totalizador.

Ejercitar la memoria trae tantos beneficios que quizá se debería insistir en ello desde las primeras letras, entre otras cosas porque existen determinadas funciones humanas (la ejecución musical, la manutención del equilibrio en una bicicleta y la memorización son tres ejemplos) que realizamos con más perfección cuanto más temprano nos iniciamos en ellas. Habitualmente esto no ocurre en la educación que hoy en día se imparte en la Argentina, y por lo tanto el desarrollar buenas estrategias de memorización queda librado al individuo, con el resultado de que únicamente los estudiantes universitarios, por las exigencias impuestas por sus respectivas carreras, toman conciencia de la importancia del tema.

En todo caso, ningún estudiante debería desconocer la realidad elemental de que la memoria es su principal herramienta, y de que su entrenamiento opera a favor de una mejor calidad de aprendizaje. Indudablemente, los 18 años no son un momento tan ideal como los 6 para iniciarse en ese arte, pero los 24 años o los 30 serán peores momentos aún.

En torno a “Sistema de Evaluación – Electrónica II”

Desde una página web, el ingeniero Alberto Miyara expresó algunas advertencias acerca de los procesos de aprendizaje y las pertinentes evaluaciones.

Comenzó con estos versos que no son tan versos:

“Ante un examen”

Estos temas que he visto muy de lejos;

esos casos que siempre me han costado;

esos puntos tediosos y complejos

que por falta de tiempo no he mirado;

esas graves falencias en Teoría

y la práctica, en que ando tambaleante…

¡ni pensar en la angustia que tendría

si en vez de profesor fuera estudiante!

                                                      Alberto Miyara

Luego, propuso un diálogo desde las páginas que escribió refiriéndose a:

Generalidades

Como todas las asignaturas del plan 96/0, Electrónica III (A-4.28.1) admite dos procedimientos para su aprobación: la promoción durante el cursado regular, o el examen final como alumno libre. La promoción es el procedimiento más recomendable, ya que constituye la culminación natural de un proceso de enseñanza y aprendizaje gradual y asistido por el personal docente. Por este motivo se alienta a los estudiantes a escoger esta forma de aprobación. El examen final por su parte, permite cumplimentar los requisitos para aprobar la asignatura a aquellos alumnos que por diversas razones no alcanzaron durante el cursado las condiciones mínimas de aprobación, o bien aquéllos que no hubieran podido cursar la asignatura y quieran rendirla sin esperar a que la misma se dicte nuevamente.

 Aprobación por promoción

El sistema de promoción consiste en la evaluación continua o quasi-continua de los contenidos teóricos y prácticos de cada tema por comparación con los objetivos propuestos (que pueden consultarse en el programa analítico. Los cursos con menos de 10 alumnos es posible realizar un seguimiento permanente e individualizado de cada alumno, es decir, una evaluación continua propiamente dicha. Cuando el número de alumnos es mayor, esto es muy dificultoso, y entonces la evaluación es quasi-continua. En este caso se toma una cantidad importante de exámenes parciales que abarquen cada uno unos pocos temas de la asignatura, cubriendo aspectos teóricos o conceptuales y prácticos o procedimentales. Además se considera el desempeño en los trabajos prácticos, incluido los informes respectivos. La aprobación final de la asignatura se hará mediante un coloquio integrador en el cual se pone al alumno frente a situaciones que lo inducen a demostrar sus conocimientos de los diversos contenidos impartidos.

Los exámenes parciales consisten en la resolución de uno o más problemas, en general orientados al análisis y/o al diseño de bloques funcionales, y un cuestionario conceptual correspondiente a los temas a evaluar. Se toman en general en días sábado, ya que la extensión de los contenidos de la asignatura no permite ocupar los horarios de clase sin afectar significativamente la calidad de la enseñanza. Está previsto que su realización por parte del alumno no requiera más de 2 horas. Es importante que los estudiantes se planteen como meta durante el estudio de los temas no sólo adquirir habilidad para resolverlos, sino además rapidez. La restricción del tiempo no es sólo una exigencia burocrática de nuestro sistema de evaluación: es una realidad en la vida profesional, que podría sintetizarse como “rápido, barato y bien”. Durante las evaluaciones escritas, como información de apoyo el alumno sólo podrá disponer de manuales de componentes y un ayudamemoria o vademécum de fórmulas previamente aprobado por la cátedra. Los temas se aprueban con nota no inferior a 60 (sobre 100), y para promover es requisito tener un promedio no inferior a 70 entre todos los temas (por lo cual un tema aprobado con 60 deberá compensarse con notas superiores a 70 en otros temas). Podrán recuperarse hasta 3 temas.

Los trabajos prácticos son grupales, con grupos de hasta 4 alumnos. Consisten en el diseño, implementación y ensayo en el laboratorio de uno o más circuitos representativos de los temas desarrollados (la cantidad podrá variar año a año). Terminado cada uno de ellos se requerirá la presentación de un informe de lo hecho. En la evaluación del informe se tendrá en cuenta la presentación, la claridad de la redacción, la pertinencia y la profundidad de las observaciones efectuadas, así como la concisión.

El coloquio se realiza en día y horario acordado entre la cátedra y el alumno. Su objetivo principal es constatar que el alumno ha integrado los conocimientos impartidos, puede aplicarlos a situaciones nuevas, y que puede interconectarlos en una red de conocimiento. Comienza con la entrega de un circuito a analizar tomado de manuales de componentes, revistas, libros, etc. El análisis pedido en general se limita a una descripción conceptual de la operación del circuito, indicando cuál es la función de cada componente, tanto los principales como los secundarios (como por ejemplo capacitores de compensación o de desacople de fuentes, diodos de protección, etc.). Sólo se pedirá la realización de cálculos en casos de atascamiento o dudas del alumno, o en caso de que la operación del circuito dependa de algún resultado numérico. Una vez superada esta primera etapa, el coloquio concluye con diversas preguntas vinculadas a los temas de la asignatura, realizadas sobre el circuito analizado o circuitos simples afines. La nota final se elaborará teniendo en cuenta el desempeño durante el cursado y del manejo de la asignatura evidenciado en el coloquio.

Aprobación por examen final

En aquellos casos en que el alumno no alcance a aprobar por promoción (por ejemplo por un promedio insuficiente en las evaluaciones parciales), podrá optar por rendir un examen final. El examen final puede incluir hasta 5 problemas similares en dificultad a los que se toman en los parciales (realizados en dos días en caso de ser más de 3 temas). Aquellos temas que el alumno hubiera aprobado en los parciales con nota no menor de 80, no se le tomarán, siempre y cuando rinda el examen a más tardar en marzo del año siguiente. Los problemas a tomar se seleccionarán al azar entre los restantes.

A modo de ejemplo, a un alumno que obtuvo 80 en Realimentación y Estabilidad pero luego abandonó el cursado o no pudo aprobar los otros, hasta marzo del año siguiente no se le toman estos temas, sorteándose entre los restantes los 5 que va a rendir. En algunos casos, y a criterio de la cátedra, podrá reducirse la cantidad de temas. Por ejemplo, si un alumno quedó libre por no haber aprobado un solo parcial, la situación será tenida en cuenta y no rendirá 5 problemas sino probablemente 3.

Luego de aprobados los problemas, el alumno deberá exponer oralmente un tema de teoría al azar, siendo esta exposición de carácter más conceptual que con énfasis en demostraciones o deducciones. Se valorará aquí la capacidad de síntesis del alumno y la asimilación general del tema expuesto. Sin embargo, si el alumno evidenciara algún error o carencia conceptual, o un olvido momentáneo, se lo invitará a deducir la expresión o el funcionamiento correctos según corresponda, por lo cual el alumno debe estar preparado para sortear esta situación en caso de ser necesario.

Luego de expuesto satisfactoriamente el tema teórico, se tomará un coloquio integrador de características y objetivos similares al del caso de la promoción.

 Criterios generales de corrección y evaluación

Los exámenes escritos se evaluarán exclusivamente en función de lo escrito y entregado por el alumno al finalizar los mismos. Esto significa que no se tendrán en cuenta las intenciones no manifestadas por el alumno en esa oportunidad. No se supone que el alumno deba hacer más de lo pedido, pero si agrega cálculos no solicitados, los errores en los mismos podrán considerarse en un pie de igualdad con los demás.

Los errores conceptuales, tanto correspondientes a la asignatura como a sus correlativas directas o indirectas (Electrónica I y II, Teoría de Circuitos I y II), implicarán la no aprobación del problema, aunque el resto del mismo esté bien enfocado. Entre los errores conceptuales que aparecen con frecuencia pueden mencionarse: pasivar fuentes dependientes, emplear modelos incorrectos de transistores bipolares o FET, no saber saturar o polarizar un transistor, fórmulas equivocadas en los circuitos con AO, situaciones en las que la base de un transistor (por ejemplo) queda como única conexión entre dos partes de un circuito, sin que la corriente se cierre por ningún lado, etc.

Los errores numéricos se calificarán según la repercusión que tengan, no tanto bajo el criterio de “los errores que se compensan” sino de “los errores que no son fáciles de descubrir”. Veamos un ejemplo: si por un error numérico resulta una tensión a la salida de un AO de 2000 V, es muy simple darse cuenta de que hay un error grosero; quien no lo advierte demuestra no tener claridad de conceptos en cuanto a las tensiones que maneja un AO, por lo cual su examen será reprobado. Lo mismo puede decirse cuando lo que se obtiene como resultado del cálculo de una potencia es el cociente entre una tensión y una corriente. En otras palabras, aquellos errores gruesos cuya detección es sencilla (por ejemplo prestando atención por un momento a la lógica del resultado) serán causa de no aprobación. Por último, un error de este tipo advertido pero no localizado, es menos grave que si no se lo advierte, por lo cual es preferible hacer constar que se encontró un error a simplemente dejarlo pasar.

Hasta aquí mencionamos aquello que no es aceptable en un parcial. Veamos algunas cosas que se consideran favorables: la prolijidad, la concisión, la claridad conceptual de la exposición, la justificación de las decisiones o criterios adoptados, los detalles que muestren una ubicación en la realidad (por ejemplo poner la tolerancia o la potencia en las resistencias que se adopten, tener en cuenta el factor económico) las observaciones agudas o inteligentes, los comentarios breves pero precisos interpretando los resultados obtenidos, el no agregar cosas innecesarias (por ejemplo la demostración de la ganancia de un amplificador inversor con AO), el proporcionar referencias para algún resultado no tan trivial pero que no se ha demostrado (por ejemplo aclarar que es un resultado de teoría de circuitos, o que el sistema de ecuaciones resultante se resolvió con una calculadora programable).

Los coloquios se evaluarán en función de la rapidez y claridad para responder las preguntas, la calidad de los razonamientos y análisis efectuados, la ubicación en la realidad, los comentarios, la seguridad, el no responder apresuradamente sin estar seguro o sin fundamento.

Ejemplos de preguntas en coloquios integradores

Estos son algunos ejemplos de preguntas que podrían realizarse a continuación del análisis del circuito propuesto, en referencia a algunos bloques del mismo. Las preguntas son aplicables a muchos circuitos, aunque escritas aquí, fuera de su contexto original, pueden carecer de sentido. Se proporcionan al sólo al efecto de que el alumno tenga una idea del nivel y especificidad de las mismas.

¿Qué efecto produce la realimentación del circuito sobre la impedancia de entrada?

¿De qué orden de magnitud es la insensibilización lograda con la realimentación?

El circuito ¿es estable? ¿Por qué?

¿Qué sucede si no se coloca la compensación?

¿Qué sucede si por error se invierten los terminales del AO?

¿Cómo estimar la frecuencia de oscilación en este oscilador?

¿Cómo se podría determinar la frecuencia de enganche del PLL

¿De qué depende la sensibilidad a la fuente de alimentación de este regulador?

¿Cómo podría modificarse este filtro para que su frecuencia fuera ajustable sin variar el Q?

¿Cuál es el aporte relativo estimado de este componente al ruido total?

 

Septiembre de 2003: Festival de Poesía

Desde “La Capital” de Rosario, Marcela Isaías informó acerca del Festival de Poesía realizado en la Escuela Nº 55 “Domingo Faustino Sarmiento y destacó que “una sala colmada de chicos de todas las edades era el escenario. Alberto Miyara y Susana Valenti dialogaban para todos con la excusa de dar lugar, entre charla y charla, a un poema. Los chicos lo esperaban. Entonces Susana hablaba del sol. Alberto se preguntaba de qué está hecha la luna, describía a su perro Boximiliano Boem Boer y le dedicaba algunos versos a un extraño amigo: ‘El monstruo de Quilgora’.

Las risas de los chicos se hicieron cómplices de las poesías, que esta vez los tuvieron como destinatarios exclusivos. Fue una hora de palabras compartidas”…

 

Entre las obras literarias de Alberto José Miyara que pueden ser leídas desde la niñez, hay poemas que fueron difundidos desde El Retablo de las Maravillas”.

Aquí, algunos de sus poemas:

Si ves a mi musaraña

Si ves a mi musaraña
no me dejes de avisar,
que hace ya unos cuantos días
se marchó de nuestro hogar.

Me dijeron que llevó
un diminuto equipaje,
y a una hormiga colorada
de compañera de viaje.

Me contaron que a la noche
se detuvieron por fin,
y que en vez de en un mesón
comieron en un mesín.

¿Dónde está la musaraña?,
todo el mundo se pregunta.
Y anda diciendo la abuela
que esa hormiga es mala junta.

Se marchó hace varios días
y aquí en casa se la extraña.
No me dejes de avisar
si ves a mi musaraña.

Canción de cantar un canto

 Cántame tu canto,
cántamelo tú,
como el pajarito
del reloj cucú.

Tráeme las notas
de tu melodía,
las que nunca supe,
ni sé todavía.

Cántale a la vida,
cántale a una flor.
Persona que canta
se vuelve mejor.

Cántame tu canto,
tu canto contento,
fresco como el agua,
limpio como el viento.

Cántame tu canto,
cántamelo ya.
Cuando me lo cantes
mi pena se irá.

Transformaciones

En el mar están los barcos,
las ballenas, los destinos.
Quienes bogan sin marearse
se convierten en marinos.

En el campo están los frutos,
los caballos, los sudores.
Quienes duermen en la hierba
se vuelven agricultores.

En el cielo están los astros,
las auroras, los cometas.
Quienes al verlos los aman
se transforman en poetas.

2003: “Estudios Catalanes” – Año I, Nº 1.

En noviembre de 2003 se terminó de imprimir la Revista Internacional de Lengua, Literatura y Cultura Catalanas “Estudios Catalanes”, una publicación anual reconocida como “órgano oficial del Lectorado de Catalán de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral.

Dirige esa Revista el ingeniero Alberto J. Miyara y también participan en ese proyecto un Comité Editorial integrado por representantes de la Universidad Nacional del Litoral, de la Universidad de Barcelona y de la Asociación de Escritores de Lengua Catalana; también un Comité Científico integrado por representantes de diversas universidades catalanas y de la Universidad Nacional de Rosario.  [7]

26-08-2004- Café Literario en Santa Fe de la Vera Cruz…

En la sede de Este jueves 26 de agosto, a las 19, en el hall de la Secretaría de Cultura de la provincia -San Martín 1642-, el 26 de agosto a las 19 se realizó otro Café Literario programado por la SADE Filial Santa Fe con el propósito de difundir expresiones culturales de distintos países.   En esa circunstancia, representantes de diversas instituciones vinculadas a las Islas Baleares destacaron la importancia del idioma, leyeron textos en catalán –mallorquín…- y en castellano –argentino, al decir de Alberto Miyara en su original propuesta idiomática…

Presencia de Alberto Miyara

Distintos representantes de comunidades catalanas leyeron: “Petit cant sense camisa” y “Ja sác” de Jordi Romaguera; “Un oblit insaciable” y “Miratges” de Carles Duarte y “Edat doblada” de Heles Susanna; asimismo “Dades personals” de Alberto Miyara, primer poema que se publicó en versión bilingüe catalán-castellano en Argentina. Todos éstos interpretados por Miyara.  [8]

Noviembre de 2004: encuentro en un Festival de Letras.

El viernes 12 de noviembre de 2004, en la Escuela Nº 55 “Domingo Faustino Sarmiento”, en el Aula Taller Literario de Escritura y Lectura y en el contexto del Proyecto “Alumnos lectores… alumnos escritores”, se concretó un encuentro con lectores del Segundo Ciclo de la Enseñanza General Básica y en el acto de apertura, Alberto Miyara leyó algunas poesías.   Luego se desarrollaron diversas actividades, entre ellas el diálogo con dos invitados: los poetas Alberto Miyara (de Rosario, República Argentina) y el poeta Rodolfo Dada de Costa Rica.

Encuentro con abuelos en el Colegio Español de Rosario.

El poeta Alberto José Miyara también fue invitado a participar con un grupo de niños del tercer año de EGB del Colegio Español de Rosario e invitaron también a los abuelos, porque el eje temático fue “Nonas españolas”…

“Café Literario” en la Casa de Gobierno de Santa Fe…

A principios de noviembre de 2004, en el Salón Blanco de la casa de gobierno de la capital santafesina, la Secretaría de Cultura  de la provincia conducida por el Licenciado Raúl Bertone, como adhesión al III Congreso Internacional de la Lengua, presentó un programa especial estructurado con anteriores experiencias durante los Cafés Literarios organizados por la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), filial Santa Fe con apoyo de asociaciones intermedias que vinculan a distintas nacionalidades.  [9]

Se reiteraba como propósito la necesidad de valorar la lengua materna como medio para la expresión oral y escrita y también la trascendencia de las traducciones.

En  representación de comunidades de las Islas Baleares, fue leído el poema ‘A Mallorca, durante la guerra civil’, traducción de Alberto José Miyara.

09-06-2005: “Estudios Catalanes” – Año I, Nº 2.

Durante el otoño de 2005, en un salón de la planta baja del edificio de la Universidad donde funcionan algunas facultades -Barrio “El Pozo” en la capital santafesina-, fue presentada la revista Estudios Catalanes – Año I, Nº 2.

Distintos medios periodísticos destacaron que esa edición es dirigida por el Profesor Alberto Miyara, responsable de la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Humanidades y Ciencias, “única revista en su tipo en América Latina.”

Minutos después de las 17, Alberto Miyara se refirió al propósito de ese acto. Destacó que aunque por su formación académica es Ingeniero, hace varios años que está dedicado a la Literatura y a estudios lingüísticos…

Advirtió que el primer número fue presentado oportunamente en la XXX Feria Internacional del Libro en Buenos Aires realizada en 2004, y que “nunca fue lanzada en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), ‘por eso es que el acto resulta muy importante para nosotros’…”

Está dirigida a  92 universidades del mundo donde enseñan el idioma catalán y contiene trabajos de investigación; análisis y opiniones sobre la cultura catalana. Se concretan esas ediciones con aportes del subsidio otorgado por el Institut Ramon Llull  de Barcelona, Cataluña, España.

El ingeniero-poeta-traductor Alberto Miyara luego presentó al profesor Roberto Bein (de Buenos Aires) quien en un extenso discurso se refirió a la “evolución sociolingüística del catalán y la inmigración del habla catalana en la Argentina”.

Para leer y sonreír…

Aquí, la reiteración de un fragmento de uno de los relatos de Alberto Miyara:

Calipenofa

Cuando usted se enoja conmigo -y está pasando cada vez más seguido-, me dice la palabra calipenofa. Esa palabra no existe. No digo que no sea posible en castellano, pero en el diccionario no está. Sin embargo usted me la dice y yo me doy por enterado de que está enojada y actúo en consecuencia. A veces, cuando estoy con ánimo de amargarle el día, tomo medidas para que se enoje más todavía; pero la mayor parte de las veces lo que intento es apaciguarla, por lo general sin éxito.

No sé cuándo me dijo por primera vez esa palabra. Tampoco sé por qué la entiendo. La primera vez me debe haber sorprendido, le debo haber preguntado qué quería decir; pero sencillamente no me puedo acordar de cuándo fue. Cuando yo era más joven -y usted también, pero usted se sigue viendo muy joven todavía-, la palabra calipenofa me la reservaba para casos muy extremos. A veces podían pasar meses sin que me la dijera, y cuando finalmente lo hacía yo acusaba el golpe y quedaba varios días como aturdido. Las cosas se deben haber deteriorado bastante entre nosotros, porque de unos años a esta parte me dice calipenofa cada vez con mayor regularidad. A veces me la dice varios días seguidos, y a veces inclusive más de una vez por día. Tanto es así que he desarrollado mis mecanismos inmunológicos. No es que no me siga doliendo, no me malinterprete; simplemente me acostumbré. Hace unos años, cuando me mordió un perro, aquello me pareció un dolor inenarrable; pero si me mordieran perros todos los días también me terminaría habituando.

Me consta que yo soy el único al que le dice calipenofa. Lo sé porque nunca levanta la voz para decírmelo, y no es que usted no sea gritona. De hecho, la vez que me lo pudo vociferar -estábamos en el extranjero, y nadie podía saber si esa palabra existía en nuestro idioma- lo hizo. Usted no quiere que los demás se enteren, y yo por mi parte no se lo digo a nadie.

Precisamente una de las preguntas que me hago con frecuencia es qué pasaría si un buen día la expusiera. Usted se tendría que inventar otra cosa, aunque también podría ser que cortara definitivamente cualquier tipo de contacto conmigo, y yo no quiero eso. Y como usted sabe que no lo quiero, se siente bastante segura de que no voy a hablar.
A menudo pienso que usted usa la palabra calipenofa simplemente para ejercer un poder sobre mí. En todo caso es notorio que me la espeta de manera sumamente arbitraria. A veces estamos con gente en un bar y yo estoy diciendo cosas divertidas o sensatas y los demás me siguen con atención; y de repente, sin que nada en mi comportamiento lo permita anticipar, usted me alcanza una servilleta de papel en que ha escrito la palabra calipenofa. Eso basta para hacerme sentir mal y la gente me pregunta si pasa algo, y yo tengo que decir que no hasta que otro buen conversador toma la posta. Sinceramente no encuentro justificación para esos golpes bajos. Tampoco me parece correcto que algunas veces cuando yo le digo “buen día” usted ya me conteste “calipenofa”; usted misma se tiene que dar cuenta de que ésa no es manera de empezar una jornada.

Si yo fuera vivo también me habría inventado una palabra. Le habría empezado a decir, por ejemplo, pravacol. Pero eso tendría que haber sido en la misma época en que usted empezó a decirme calipenofa. Si hubiera tenido esa inteligencia quién sabe a dónde habríamos ido a parar. A lo mejor habríamos seguido inventando palabras y con el tiempo habríamos terminado hablando un lenguaje nuevo, quizá no mejor en términos objetivos que los idiomas convencionales, pero sí más adecuado para expresarnos lo que sentíamos. O a lo mejor usted, viendo que yo presentaba batalla en el terreno léxico, desistía de decirme calipenofa. Lo cierto es que yo la dejé a usted tomar la iniciativa, no reaccioné y ahora pago las consecuencias. /…/

 

Lecturas y síntesis:  Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.

 

 

[1] Diario “El Litoral”. Santa Fe de la Vera Cruz, suplemento “Cultura y Ciencia- La comarca y el mundo”, sábado 6 de mayo de 1995, p. 3.

[2] Con mi amado amante Eduardo Rodolfo Fontanini Doval, llegamos a Lloret de Mar durante el otoño de 1989.  Nació Lucía Fernández Fontanini, nuestra primera nieta catalana, en un día memorable: 20 de noviembre, entre los argentinos el Día de la Soberanía Nacional (evocación del combate “Vuelta de Obligado, 1845) y en España, en 1975, fallecimiento del general Francisco Franco, en el gobierno desde 1939 y desde entonces, prohibido el uso de sus lenguas en las comunidades autónomas…  aunque los catalanes supieron

[3] Miyara, Alberto José. Cospeles, por favor.  Santa Fe de la Vera Cruz, Ediciones Culturales Santafesinas, 1994, p. 83-84.

[4] Ibídem. Cuidado con el inspector. Páginas 13 y 15, párrafo final de ese relato.

[5] Diario “El Litoral”. Santa Fe de la Vera Cruz, suplemento “Cultura”, sábado 25 de octubre de 1997, p. 3-7.

[6] Diario “El Litoral”.  Santa Fe de la Vera Cruz, suplemento “Cultura”, sábado 11 de abril de 1998, página 3. Nota con ese título.  En esa página reprodujeron una fotografía con esta información: “Territorio Comanche”.  Título de una de las novelas de Arturo Pérez-Reverte, llevada al cine y protagonizada por la actriz argentina Cecilia Dopazo y el actor español Carmelo Gómez.  Fue filmada en Bosnia y en Croacia”.  Reprodujeron la portad del libro de ese autor, titulado “Limpieza de sangre” (Las aventuras del Capitán Alatriste.)

[7] Estudios Catalanes – Revista internacional de lengua, literatura y cultura catalanas. Año 1, Nº 1, Santa Fe, República Argentina. Imprenta Macagno, La Rioja 2756, Santa Fe de la Vera Cruz, noviembre de 2003.

[8] En ese acto, conocí personalmente a Alberto Miyara.  Estaba Nidia Marta Susana Fontanini Orbea de Gil Fernández, argentina-española, residente en Cataluña desde el 9 de diciembre de 1986 y tras un breve diálogo Martita le propuso enviarle algunos libros… Así fue, al mes siguiente, mientras ninguno de ellos sabe que estoy escribiendo acerca de la trayectoria de Alberto José con el propósito de incluirlo en un lugar para el sosiego y el asombro…  //  En las tarjetas entregadas al comenzar el acto, indicaron que “el Grupo de Baile del Centro Balear interpretó “Fandango de tardor”, “Boler de San Pere” y “Jota Valenciana” del conjunto “Música Nostra”. La comunidad Afrodescendiente presentó “Una inmigración forzada” de y por Mario Luis López. Lucía Molina recitó “El embarque” de Eduardo Galeano, “El apellido” de Nicolás Guillén y “Tambores” de su propia autoría. Luego se presentó un grupo de candombe y danzas de esa institución y el percusionista Marcos Esqueche interpretó diversas composiciones con Cajones mientras reiteraba décimas de contrapunto.

 

[9] Información periodística ha destacado que: “Se presentaron ‘El remate’, recitado por Myriam Morcillo acompañada en guitarra por el Prof. José Manuel Echagüe; la Comunidad Afro Argentina de Santa Fe con ‘La influencia de las Lenguas africanas en el léxico cotidiano argentino’, a cargo de Mario Luis López, Lucía Dominga Molina y Ana María Reyes, y la Comunidad Alemana con ‘Oda a la alegría’, leída por Juan Benech. La Comunidad Países Árabes se presentó con ‘Herencia Árabe en la lengua Castellana’, a cargo de Alba Yobe de Abalo y en idioma Árabe a cargo de Elías Tahan; la Comunidad Balear con ‘A Mallorca, Durante La Guerra Civil’, traducida por Alberto José Miyara; la Comunidad Castellana con ‘Castilla en la emoción poética’, a cargo de Norma Verde de Lioi; la Comunidad Croata con ‘Influencias Grecolatinas en el idioma Croata’, por Miguel Angel Zuvela y la Comunidad Húngara con ‘Szülšfšldem Szép Határa’, traducido por Károly Kisfaludy. Luego actuó la Compañía Argentina de Danzas del Prof. Hugo Ifrán y la Prof. Beatriz Sangoy, con varias coreografías, y prosiguieron con lecturas la Comunidad Israelita con ‘Intervención acerca de la relación interlingüística y cultural Idish-Castellano’ a cargo de Jaime Kessler; la Comunidad Italiana con ‘Palabras del Italiano que han enriquecido el idioma Castellano’, con traducción de Alessandra Baratti; la Comunidad Japonesa con ‘Vocablos del idioma Japonés de uso común, incorporados a la lengua Castellana’, a cargo de Néstor Kanagusuku; la Comunidad Polaca con ‘Pioneros del aporte cultural’, por Tadeo Latosinski; la Comunidad Suiza con ‘Suiza’, a cargo de Beatriz Bianchi y Norma Clausen y la Comunidad Países Vascos con ‘Aporte del Euskara al idioma Castellano’ a cargo de María Noel Balla.

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